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ESCUELA NORMAL LIC.

J GUADALUPE MAINERO

ASIGNATURA: HERRAMIENTAS BÁSICAS PARA LA


INVESTIGACIÓN EDUCATIVA

DOCENTE: PATRICIA NALLELI DE LA FUENTE RODRÍGUEZ

ALUMNA: ANA RAMIREZ GONZÁLEZ

GRUPO: 5-B LIC. PRIMARIA

TÍTULO DEL LIBRO: HISTORIA Y CULTURA EN LOS PROCESOS


EDUCATIVOS.

NOMBRE DEL LIBRO: LA EXPERIENCIA ETNOGRÁFICA

AUTORA: ELSIE ROCKWELL


La experiencia etnográfica

Elsie Rockwell

A fines de delimitar qué es la etnografía, se presentan una diversidad de corrientes


metodológicas y epistemológicas que la abordan. Dentro de la diversidad de
prácticas y concepciones de la etnografía es posible encontrar cinco rasgos
comunes que son especificados por la autora.

Inicialmente, la autora designa como actividad del etnógrafo la práctica de


documentar lo no documentado de la realidad social. Delimita, luego, el producto
del trabajo analítico, un tipo de texto que es la descripción. Como tercer rasgo
sitúa la centralidad del etnógrafo como sujeto social, su experiencia directa y
prolongada en una localidad. La atención a los significados se sitúa como cuarta
característica y como quinto rasgo, la construcción de conocimiento inherente al
quehacer del antropólogo.

Finalmente, la etnografía se ha configurado como una práctica autónoma, con sus


propios criterios de rigor, que permite estudiar procesos educativos difíciles de
comprender por otras vías.

Durante las últimas tres décadas, la etnografía, práctica marginal providente de la


antropología, ha encontrado un lugar dentro de la investigación educativa en
América Latina. Su ingreso en este campo propició una diversidad de usos y
debates. En ocasiones, la etnografía se identificó con la investigación cualitativa,
aunque este término es propio más bien de la sociología y abarca una amplia
gama de formas de investigar.
Al tratar de delimitar qué es la etnografía, uno de los mayores problemas consiste
en el hecho de que en medios educativos tiende a considerarse como un método.
En cambio, pocos antropólogos caracterizan la etnografía como un método.

En la disciplina antropológica, la palabra etnografía se refiere tanto a una forma


de proceder en la investigación de campo como el producto final de la
investigación: clásicamente, una monografía descriptiva. Se denomina etnografía
una rama de la antropología, aquella que acumula conocimientos sobre realidades
sociales y culturales particulares, delimitadas en el tiempo y el espacio.

Se distingue así de la etnología, que se dedica al análisis comparativo de las


culturas humanas. Así, la etnografía se ha definido como una "teoría de la
descripción" que contrasta con la etnología, considerada como "teoría de la
comparación" (Boon, 1973).

Dentro de esta tradición cualitativa se gestó la etnometodología, cuya perspectiva


teórica y cuya formalización técnica la distinguen de la tradición etnográfica. El
significado de los términos etnología y etnografía varía según las tradiciones
nacionales y, en algunos casos, conservan la asociación con el concepto de etnias
como objeto de estudio.

Rockwell considera que la etnografía es mucho más que una herramienta para
recolectar datos y no debe ser considerada como un método, sino más bien como
un enfoque en el que se encuentran método y teoría, pero sin agotar la
problemática de ambos. En suma, Rockwell circunscribe el uso del término
etnografía a aquellas investigaciones que exhiben como condiciones básicas, el
punto de partida de la experiencia prolongada del etnógrafo en una localidad y de
la integración con quienes la habitan; la producción, como resultado de un trabajo
analítico, de un documento descriptivo en el cual se inscribe la realidad social no
documentada y se integra el conocimiento local; agregando que, la experiencia
etnográfica es más significativa acompañada de un trabajo reflexivo que permita
transformar y precisar la concepción desde la cual se mira y se describe la
realidad. Es decir, le da lugar a la subjetividad de quien lleva adelante la
experiencia. De hecho, la transformación más importante realizada por la vía de la
etnografía es señalada por la autora como aquella que experimentan quienes la
practican.

A la etnografía se le considera una teoría descriptiva, mientras que la etnología es


entendida como una teoría comparativa.

La etnografía siempre ha sido atlética, ha tomado de muchas otras disciplinas sus


técnicas: de ciencias naturales y sociales, de tecnologías, humanidades y de
herramientas diversas, que incluyen desde encuestas y planos cartográficos, hasta
registros lingüísticos y pruebas psicológicas, complementan el instrumento
clásico del diario de campo. En la particular articulación de estas técnicas por
parte de la etnografía se distingue esta aproximación a la investigación.

En el ámbito educativo es importante distinguir entre la etnografía y la práctica


educativa. La etnografía no produce por sí misma una alternativa pedagógica.

La lógica de la construcción pedagógica es otra, corresponde a otros intereses


sociales, supuestos distintos de los que marcan un proceso de investigación
etnográfica.

La etnografía puede aportar discusiones de procesos que se dan dentro o fuera de


las deducciones educativas, puede integrar a ella los conocimientos locales de los
diversos actores que intervienen en el proceso educativo y, sobre todo, puede abrir
la mirada para comprender dicho dentro de los matrices socioculturales y
considerar las relaciones de poder y desigualdad que también inciden en ellos.

La pedagogía se expresa en documentos, en libros, en espacios académicos e


institucionales no necesariamente vinculados a la docencia. Desde luego, también
entra en el espacio del aula: se encuentra en la formación docente, en los
programas y los libros de texto, en la reflexión y el discurso del maestro y en las
nociones que tienen los padres y alumnos sobre lo que debe ser el trabajo escolar.

La etnografía puede acercarse a este saber docente sin la mirada prescriptiva de la


pedagogía. A diferencia del saber pedagógico, el saber docente rara vez se
documenta y por lo tanto la etnografía ofrece una manera de hacerla visible y
audible. Se expresa en aquellos momentos en que los maestros comparten una
reflexión sobre su quehacer, un discurso que refleja los saberes propios y las
concepciones del trabajo docente.

La etnografía puede proporcionar una versión de esa reflexión docente y un


acercamiento a aspectos del quehacer diario que no siempre se enuncian en el
discurso cotidiano de los maestros, ni se encuentran codificados en la pedagogía.

La investigación etnográfica, junto con la historiográfica, puede intentar distinguir


el sentido de los cambios que se han dado en las escuelas y las prácticas docentes.

La actividad central de la etnografía es construir conocimiento y, por medio de


ello, apuntar a nuevas posibilidades de relación con el trabajo educativo

Rockwell circunscribe el uso del término etnografía a aquellas investigaciones


que exhiben como condiciones básicas, el punto de partida de la experiencia
prolongada del etnógrafo en una localidad y de la integración con quienes la
habitan; la producción, como resultado de un trabajo analítico, de un documento
descriptivo en el cual se inscribe la realidad social no documentada y se integra el
conocimiento local; agregando que, la experiencia etnográfica es más significativa
acompañada de un trabajo reflexivo que permita transformar y precisar la
concepción desde la cual se mira y se describe la realidad. Es decir, le da lugar a
la subjetividad de quien lleva adelante la experiencia.

La etnografía tiene otro fin: conocer lo desconocido, escuchar y comprender a


otros. Si bien en todo registro está presente la persona que lo realizó, también
deben estar los demás. Cuando esto se logra, es posible volver a ver desde otro
lugar lo que sucedió y comprender su significado desde una perspectiva cercana a
la local. Hacer etnografía cobra sentido cuando se logra agregar al acervo
registrado otras maneras de mirar, entender y transformar la vida local.

Finalmente, es importante la reflexión sobre la relación entre la práctica


etnográfica y otras prácticas educativas y políticas. Dada la gama de posibilidades
que permite la observación etnográfica, conviene distinguir esas prácticas y
comprender la relación entre ellas.

A menudo se decide realizar un estudio etnográfico desde la perspectiva y con la


participación de determinado grupo social. Para ello, es importante distinguir tres
aspectos:

1. La participación de determinadas personas en el proceso de


construcción del conocimiento.
2. La inclusión del sentido común de determinado grupo en los
procesos de construcción del conocimiento. El "sentido común" es
un conjunto heterogéneo, que abarca tanto mitos y certezas como
conocimientos y nociones acerca del mundo. En la etnografía, se
incluyen de manera deliberada otros saberes y categorías sociales
y, además, se vigila de forma consciente el sentido común propio
del investigador, incluyendo el "sentido común" académico.
3. La perspectiva política desde la cual se hace el estudio. Esta
perspectiva está reflejada en elementos ideológicos y culturales
explícitos e implícitos del discurso y la práctica social de quienes
investigan; se debe considerar como dimensión distinta de la
posición social y el sentido común de quienes participan en el
proyecto.

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