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MUJERES AL SOL

Obra registrada

Autor: Carlos Cazila

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Ayacucho 670, 8° “A”

(1026) CABA, República Argentina

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Personajes:

ONDINA / VISITANTE
RUBY
(2 mujeres)

La acción transcurre en un espacio abierto de una reserva ecológica.

ONDINA: (Entra arrastrando un carrito con paquetes) ¡Apurate, dale!


RUBY: (Entra con elementos similares) ¿Pero, por qué?
ONDINA: Te pedí que no te distraigas.
RUBY: ¡Me quedé enredada!
ONDINA: ¡No exageres!
RUBY: No estoy acostumbrada a andar por la selva.
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ONDINA: ¡Selva!, tan sólo un bosquecito.


RUBY: Primera vez que piso un bosquecito.
ONDINA: ¡Bosquecito!, tan sólo un yuyal.
RUBY: ¡De plantas carnívoras!
ONDINA: ¡Apurate con los bolsos!
RUBY: Me estoy apurando.
ONDINA: ¡Los bolsos, que los pueden robar!
RUBY: No veo mucha gente. No veo a nadie.
ONDINA: No importa, acercá las cosas, ¡vamos!
RUBY: Estás demasiado acelerada.
ONDINA: ¡Y vos muy lenta, querida!
RUBY: No nos corre nadie.
ONDINA: El sol, nos corre el sol.
RUBY: ¿Tomaste el Patax?
ONDINA: ¡Nos corre el sol! Apurate antes que anochezca.
RUBY: Son las siete de la mañana.
ONDINA: Las siete, ¿ya tan tarde? Horas y horas de sol, perdidas.
RUBY: No por mucho madrugar anochece más temprano.
ONDINA: Al que madruga, dios lo ayuda.
RUBY: ¿Será cierto? Hace rato que necesito una ayudita, y eso que ya me mandé
unos cuantos madrugones...
Se ubican en sus asientos.
ONDINA: ¡Ah, el Sol! ¡Presencia del Universo, energía que brota, energía
candente, naturaleza caliente, acechanza del cosmos, que irradia gotitas que
impregnan, impregnan subliminalmente, impregnan en toda su intensidad, en la
máxima intensidad, irradian e impregnan hasta el alma y la última neurona!
RUBY: Y pensar que yo te sigo en todo...Espero que sea para bien.
ONDINA: No sé por qué dudás.
RUBY: Se hacen muchas disparates, incluso acoplarse a una expedición a tierras
ignoradas.
ONDINA: ¡Reserva ecológica!
RUBY: Acordate que sólo por un par de horas.
ONDINA: ¿Un par de horas?
RUBY: Fue tu propuesta.
ONDINA: ¿Pero qué decís?, ¿un par de horas? Con diez minutos me alcanza y me
sobra.
RUBY: ¿Y tanto viajar, por diez minutos?
ONDINA: ¿No sabés que el sol se toma de a poco?
RUBY: ¿Y la sombra también?
ONDINA: Quién te dice, no sé...(Se mira en el espejo)...Ruby, ¿será cierto que los
espejos son los ojos del alma?
RUBY: ¿Cómo?
ONDINA: O al revés, que los ojos, que el espejo...No sé...Hoy quisiera
resplandecer.
RUBY: Ya lo dijiste mil veces.
ONDINA: Te lo digo una más. ¿Te parece?... ¿me sentaría bien una mascarilla de
barro?
RUBY: Lo que me parece es que cuando salgamos de acá, vamos a tener más
barro que mascarilla.
ONDINA: Entendelo. A esta altura no sé si amo más al espejo que a mí misma.
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RUBY: Amá al espejo. Se rompe pero no se arruga. No es un proverbio, pero


ayuda.
ONDINA: Un poco de rouge, un poco de rubor, que el sol me vea plena, quiero
sentirme una pinturita.
RUBY: Pinturita... unas cuantas, diría yo.
ONDINA: ¿Qué tenés que decir de lo natural de mi belleza?
RUBY: Naturalmente, nada.
ONDINA: Entonces, disfrutemos de la belleza de hoy, no tengo ganas de ir a
buscar los espejos de antaño. Disfrutemos del ahora.
RUBY: Si, disfrutemos, pero, ¡ay!
ONDINA: ¿Qué hay?
RUBY: ¡Ay! Mosquitos, arañas, ¡Ay!...
ONDINA: ¡Ay, ya te voy a sacar naturista....! (Le ofrece repelente) Tomá.
RUBY: (Lo huele) Esto apesta.
ONDINA: No sé por qué lo decís...¿Querés una revista?
RUBY: ¿Trajiste los libros?
ONDINA: ¿Qué libros?
RUBY: ¡No me digas que te olvidaste los libros!
ONDINA: ¡Ah, si, los libros!... ¿Eran estos?
RUBY: (Los toma) Sí, meditación. Lo amo. La meditación me nutre.
ONDINA: Entonces, tratá de meditar en voz baja. (Lee en el de ella) “¡Cultivo la
rosa blanca, en mayo como en enero...!” (Ruby la mira fijo) ¿No es hermoso?
RUBY: ¿Qué?
ONDINA: Este día, el aire, la naturaleza, estos bichos son hermosos...¡El Sol! ¡Ay,
el Sol! (Transición) ¡Que horror! Cada vez que pienso en el Sol, tengo miedo de
que un día de estos, se nuble...Yo sé que alguna vez se va a apagar y que vamos a
terminar en el freezer.
RUBY: ¿Qué decis?, hay Sol para rato, y antes de apagarse va a explotar y vamos
a quedar más impregnados que nunca. (Intenta retomar la lectura)
ONDINA: (Le acerca una botella) Entonces toma, hidratate.
RUBY: No tengo sed.
ONDINA: Tomá, haceme caso, hay que hidratarse. El agua revivifica los poros...
(Ruby bebe. Ondina lee) “Virtudes del agua tóxica”
RUBY: ¿Qué?
ONDINA: ¿Qué dije? Del agua tónica. Tó-ni-ca. (Sigue leyendo) Es
interesantísimo, ¿qué te parece, qué me contás del agua tóxica?
RUBY: ¿Tónica o tóxica?
ONDINA: ¿Qué querés insinuar, que yo soy tóxica?
RUBY: No insinúo nada. Dejame leer.
ONDINA: No sé por qué, por ahí andan diciendo que soy tóxica. Si vos creés eso
será mejor que dividamos el sol...¿Me oíste?
RUBY: ¿Qué...?
ONDINA: (Intenta apartarse) Será mejor que dividamos el sol.
RUBY: No, Ondina, no, qué estás pensando...Si yo creyera que sos tóxica, no
escucharía tus consejos...Nadie tan transparente como vos, Ondina, mi ayuda
espiritual....
ONDINA: Sí, pero también tóxica.
RUBY: ¿Entonces, quién te entiende?
ONDINA: Es un extraño equilibro. También está escrito. (Busca en el libro) Dice
que la naturaleza, de tanta bondad, se vuelve tóxica, ¿qué me contás?
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RUBY: ¿Vos crees en eso?


ONDINA: La naturaleza, extraño equilibrio...(Extrae alimento de su bolso. Llama
a los animalitos) pipí...pipí...pipí...alimañas, alimañitas...
RUBY: ¡Alimañas! ¡Nooo! (Se agazapa. Ondina sale de escena, llamando)
ONDINA: (Regresa con un periódico) Pipí...pipí...noticias de la mañana…
RUBY: ¿Noticias de la mañana?
ONDINA: Noticias de la mañana.
RUBY: ¿Todavía es de mañana?
ONDINA: Llevamos tres mañanas al sol...¿Te leo?
RUBY: ¿Y quién necesita noticias?
ONDINA: ¡Escuchá! (Lee el diario) ¡Inminentes bombardeos a la atmósfera!
RUBY: ¿Qué? ¿Bombardeos a la atmósfera?
ONDINA: ¡Y nosotras que vinimos a cuerpito gentil, seguras de nuestra ecología!
RUBY: ¿Pensás que pueda ser cierto?
ONDINA: ¿Y por qué no?...( Mira hacia el cielo) ¡Ay, sí me parece que vienen!
RUBY: ¿Vienen? ¿Quiénes?
ONDINA: ¡Aviones negros!
RUBY: ¡Aviones negros! ¿Dónde, dónde?
ONDINA: ¡Ahí, ahí vienen! ¿No los ves?
RUBY: ¡Ay, sí, sí, los veo!
ONDINA: (Se abrazan y atrincheran) ¡Vienen, nos bombardean, nos bombardean!
RUBY: (Vuelve a mirar) Pasaron de largo.
ONDINA: ¿Pasaron de largo? Yo te dije que no pasaba nada.
RUBY: Entonces pasame el diario.
ONDINA: (Vuelve al periódico) ¡Esperá, que hay más...!
RUBY: ¿Más todavía?
ONDINA: Sí. Ofertas.
RUBY: ¿Ofertas?
ONDINA: El suplemento. Trae más ofertas que noticias.
RUBY: Ya lo sé. Para vos, el mercado es fundamental.
ONDINA: Eso mismo. Una no es totalmente mujer, si no se entrega a los chinos…
¿Querés saber el precio de los dulces?
RUBY: ¿Eh? ¿Dulces? No, no consumo.
ONDINA: ¿Y los embutidos? Fijate, cinco centavos de diferencia con el de la otra
cuadra… ¿Alguna vez viste mayor exaltación del alma humana?
RUBY: ¿De qué?
ONDINA: (Acaricia su propia panza) Del alma humana.
RUBY: ¿Eh?...No, claro, sí...
ONDINA: ¿Y las arvejas? ¡No hay derecho! ¡Pensar que algunas estúpidas
compran en otro lado!
RUBY: (Se da por aludida) ¿Ah, sí? ¿Pero vos no sabés a cuánto el kilo de
tomates donde compra esta estúpida?...¿Sabés cuánto más barato se lo venden a
una estúpida que hasta el chino le sonríe?... Y la china también.
ONDINA: ¡Ay, Rubita, no quise ofenderte...!
RUBY: ¿Y las sandías? ¿Las berenjenas? ¿Las cucurbitáceas en general?
ONDINA: Sí, sí, lo que quieras, pero te doy un consejo sano, y espero que lo sepas
apreciar: Más vale que pienses en las achicorias que en las cucurbitáceas, y que
tengas también en cuenta los brócolis. Y hablando de cucurbitáceas, también los
zapallos, así sean de peso como de tronco, y también las lentejas...
RUBY: ¡Ah, no! ¡Con las lentejas no te metas! ¡Eso, no lo voy a permitir!
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ONDINA: ¡Tengo derecho!


RUBY: ¿Sí? ¿Te fijaste en cambio en el precio de los aceites saturados, de los
insaturados y de los que no son ni siquiera aceites?
ONDINA: ¡Pero en cambio, los encurtidos...!
RUBY: ¡Eso mismo!, ¡y ni hablar de la lechuga y los garbanzos!
ONDINA: Hablás de pura exaltación.
RUBY: ¡Basta! ¡No quiero ni por asomo hacer ostentación de ese pollo que
compré la otra vez! ¡Y esos quesos, y la comida para los peces, que es tan rica, y el
agua, ¡agua! ¡agua!
ONDINA: ¡Agua, agua, agua! ¡Virtudes del agua tónica!
RUBY: Y aunque no lo creas, una noche de insomnio me lancé a la heladera...
¡dulce de leche! ¡guindas al natural!, ¡zanahorias embasadas!...Fue un continuado
de imágenes de placer. Toda una noche de placer. Dormí. Soñaba con merluzas
nadando alrededor mío...
ONDINA: ¡No sigas! ¡Pensar que yo creía que sólo a mí, me pasaban esas cosas!
RUBY: (En sorna) ¡Sí, vos, reina y señora de la heladera!
ONDINA: Reina y señora..
RUBY: De las heladeras, porque sé que tenés más de una.
ONDINA: Eso no es cierto, pero sé comprar. No soy mujer de un solo chino.
RUBY: ¿Que sabés comprar? No me hagas hablar más. No quiero hablar. ¡No
quiero enrostrarte ese lechón asado que conseguí el otro día!
ONDINA: ¡Ay, no!, ¡Piedad, que estoy en abstinencia!
RUBY: ¡Qué piedad, ni piedad! ¡Decime ahora, cuáles son tus ofertas!
Suena el celular de Ondina.
ONDINA: (Dispuesta a atender. A Ruby) ¡Esperá!
RUBY: Te salvó el gong.
ONDINA: (Atiende) ¿Hola? ¿Quién? (Con espanto) ¿De parte de tía? ¡Ay, tía!
¡Tía!
RUBY: Preguntale qué tía.
ONDINA: (A Ruby)¿Cómo?
RUBY: Preguntale qué tía.
ONDINA: (Al teléfono) Pregunta qué tía...¡Tía Ludovica! ¡Ay, Tía!
RUBY: Preguntale cuál tía Ludovica.
ONDINA: (A Ruby)¿Cómo?
RUBY: Que le preguntes cuál tía Ludovica.
ONDINA: (Al telefono) Pregunta cuál tía Ludovica...(Más espantada) ¡Ay!, ¡¿esa
tía?!
RUBY: ¿Mi tía o tu tía?
ONDINA: (A Ruby)¿Qué?
RUBY: Si es mi tía o es tu tía.
ONDINA: (Al teléfono) Pregunta si es mi tía Ludovica o su tía Ludovica ¡Ay, tía
Ludovica!
RUBY: ¿Entonces?
ONDINA: (A Ruby) ¿Entonces, qué?
RUBY: ¿Cuál tía?
ONDINA: ¡Ludovica!, ¿cual va a ser?
RUBY: Mandales saludos a las dos.
ONDINA: ¿Qué?
RUBY: Que les mandes saludos a las dos o a las tías que sean.
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ONDINA: (Al teléfono)¡Hola! Acá tengo una interferencia que me pide que les
mande saludos, pero no sé a quiénes.
RUBY: Preguntales cómo están.
ONDINA: Pregunta cómo están... ¡¿Cómo?! ¡¿Cuándo, dónde, cuánto?!
RUBY: Mandales besos.
ONDINA: ¡Qué horror! ¡No lo puedo creer!
RUBY: ¿A cuál de las dos?
ONDINA: No lo puedo creer (Corta)
RUBY: ¿A cuál no le creés?...Decime.
ONDINA: Fue así, nomás...
RUBY: Así, ¿cómo?
ONDINA: La noticia, así, de repente...¡Tía Ludovica!... de chiquita siempre me
decía hola...
RUBY: Y de grande, chau. ¿Pero cuál?
ONDINA: Nunca lo hubiera imaginado.
RUBY: Cuál, te pregunto.
ONDINA: ¿Cuál qué?
RUBY: ¿Tu tía o mi tía?
ONDINA: Ya te dije. Ludovica.
RUBY: Ahora me queda claro.
ONDINA: ¡Tía Ludovica, siempre presente, no he dejado siquiera una noche sin
pensar en tía Ludo! Y ahora... ¡la infausta noticia!
RUBY: Cierto...yo también la he recordado noche por medio, una noche a cada
una, y quisiera saber si a partir de acá, tendré que evocar a las dos, a una sola, o a
ninguna.
ONDINA: No sé cómo pudo pasar algo así....(Se cubre con una servilleta)
Acompañame en la oración...Tía Ludo, desde ignotos parajes queremos que te
llegue nuestro clamor, clamor incipiente, clamor sin final, clamor infinito, aunque
no tanto, porque no sé si tendremos aguante, y para terminar queremos
comunicarte que tampoco creo que tengamos el coraje necesario como para
acercarnos a tan aciago encuentro, y entonces, por si acaso y por todo esto, lo
dejamos acá.
RUBY: ¡Pero qué decís! Tenemos que ir.
ONDINA: No. No quiero. Tía, conformate con este improvisado discurso y el
deseo de que al menos, tu viaje sea placentero.
RUBY: (Repite, en oración) Que al menos, tu viaje sea placentero... ¿Placentero,
dijiste?
ONDINA: Si.¡Tía Ludo, ya quisiera yo también, acompañarte!
RUBY: ¿Pero qué te pasa?
ONDINA: Tenés razón, es el dolor que me hace hablar. Sentido pésame, tía
Ludo...
RUBY: Sentido pésame y ojalá lleguemos a enterarnos de qué tía.
ONDINA: Ya te lo dije: Nuestra tía.
RUBY: ¿Nuestra? ¿Entonces es la misma? Eso quiere decir que... (Se dispone a
abrazarla) ¡Somos primas!
ONDINA: ¡Sí, qué lamentable!
RUBY: ¿Lamentable?
ONDINA: Hablo de tía Ludo.
RUBY: Por supuesto, pero, ¿cuál fue la causa?
ONDINA: ¿Qué causa?
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RUBY: Digo, ¿de qué murió?


ONDINA: ¿Y quién murió?
RUBY: Alguna de las tías Ludovicas, que ahora parece que son una sola.
ONDINA: ¡No!, ¿qué murió? ¡Se casó!
RUBY: ¡Ay, eso es mucho más luctuoso!
ONDINA: Pero de viaje a las Bahamas.
RUBY: ¿Ves?, así vale la pena sufrir. Y ya no me importa qué tía. A mí me pican
los bichos y a ellas, quien sabe qué bicho les va a picar... (Comienza a moverse)
¡Yuuuchuuuu...!
ONDINA: Pero, ¿qué hacés?
RUBY: Es la hora de mi gimnasia. ¿También me lo vas a reprimir?
ONDINA: ¿Que yo te reprimo...?
RUBY: Meditar. Hace un mes que quiero meditar.
ONDINA: Qué decís... Tomate otro mes, hay más cosas.
RUBY: ¿Más ofertas?
ONDINA: (Vuelve a la revista) Los galanes, por ejemplo. En nuestros tiempos
eran escuálidos. Ahora, mirá, se inflan todos, con anabólicos, o con lo que sea.
RUBY: Y vos, ¿acaso...?
ONDINA: No me hagas acordar de aquellas siliconas. Truchas. Estallaron, las
muy ingratas... Si al menos las hubiera conseguido en oferta...
RUBY: No importa, ya vas a recuperar tu estética.
ONDINA: Sí, sí, tengo que volver a generar deseo… ¿Ruby...?
RUBY: ¿Sí?
ONDINA: Ruby... ¿qué es lo primero que mirás en los hombres?
RUBY: ¡Ahora salís con eso...!
ONDINA: (Se refiere a la revista) Veo tanta oferta de carne y no sé qué agarraría
primero.
RUBY: ¡Ondina!, ¡te estás haciendo preguntas por primera vez en la vida!, ¿ves
que vos también serías capaz de pensar?
ONDINA: Sí, pero ¿qué es lo primero que mirás?
RUBY: No sé...Nunca se me había ocurrido...Supongo que los ojos. Sí, claro los
ojos son los ojos del alma.
ONDINA: Segunda opción: Suponiendo que vengan con antiparras, ¿qué les
mirarías?
RUBY: Me vas complicando. No sé que contestar. Dejame con mi biodanza.
ONDINA: Dale, jugate...
RUBY: Tendría que pensar desde qué perspectiva.
ONDINA: Tenés razón. Depende de la perspectiva. Yo les miro el culo.
RUBY: Ah, el espejo donde no mira el espejo...
ONDINA: No creas, a veces de perfil, ya se puede evaluar. ¡Me encanta mirar el
culo!
RUBY: ¡En eso coincidimos, a mí también!
ONDINA: ¿Y a qué mujer no? ¡Culos redonditos, a veces más o menos
levantados, otras veces, con todo su peso, también calvos o bien, semiocultos. Es
lo mas hermoso y maravilloso que puede ofrecer un hombre...¡Ansío verlos,
tocarlos, adorarlos!
RUBY: ¡Ondina, no conocía tu veta lírica!
ONDINA: ¡Algún día la humanidad va a decir “Me va como el culo”, y eso va a
significar el mayor deleite!
RUBY: Lástima que algunos no permitan profundizar.
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ONDINA: No saben lo que se pierden, y a propósito, ¿te fijaste en el de Mike


Mikoni?
RUBY: No miro telenovelas.
ONDINA: Telenovelas, cine, realitis, lo que venga, a veces lo pasan en películas
de diez años atrás, en sus más genuinos orígenes. Siempre lo mostró, se lo podés
ver en las de ayer, las de hoy... y mañana lo seguirá mostrando. Lo más impactante
de su talento. A veces siento una gran envidia por ese afamado culo.
RUBY: No envidies tanto. Yo presiento un bello florecer en tu vida.
ONDINA: Tenés razón. Entonces, el mío volverá a ser rozagante y junto al de
Mikoni, lograremos una dupla estelar , y él va a tener que aceptar que entre postizo
y postizo, mis curvas son las que impactan...Pero, ¿qué digo?, el otro día tuve una
pesadilla horrible...Soñé que me pegaba una revolcada con él, y que cada uno se
quedaba con los rellenos del otro en las manos. Fue espantoso, la parte dorsal de
Mikoni terminó en llanta y entonces fui testigo de la versión patética de lo más
auténtico de su ser. El peor sueño que tuve en mi vida. Me desperté sobresaltada, y
para tranquilizarme se me ocurrió pensar que lo que vale, es el encanto de lo
natural, aunque no sea cierto, y yo, por supuesto, no me lo creo.
RUBY: No te desanimes. Tus siliconas te esperan.
ONDINA: Mis siliconas, mi lipoescultura, mi tratamiento facial. A esta hora ya se
me debe hacer derretido el maquillaje. Mirame fijo.
RUBY: ¿Por...?
ONDINA: Por eso de los ojos y los espejos.
RUBY: ¿Cómo...?
ONDINA: Sí, sí, acercate...¡Ay! pero, ¿qué me dice ese espejo tuyo? ¡No me dice
nada bueno!
RUBY: ¿Dudás de mí, Ondy?
ONDINA: No, dudo de mi maquillaje, toda esta pintura que no sirve ¿Qué? (Se
refiere al maquillaje) ¿Tengo que deshacerme de todo esto?, ¡sí!, ¡sí!
RUBY: ¡Calmate!
ONDINA: ¡No!. ¡No! ¡Sí! ¡Sí! ¡Destruir! ¡Esta es la palabra!
RUBY: No. No. No destruyas nada. Seguí soñando con Mikoni.
ONDINA: Sí, en otro sueño era yo una mujer enigmática que no se sabía por qué
ni para qué aparecía en la trama de la novela, algo así como un misterio, esas cosas
de la televisión, ¿viste? Y para él, también representaba el enigma viviente, si
bien para muchos pasaba desapercibida...
RUBY: ¿Vos desapercibida?
ONDINA: ¿A qué te referís?
RUBY: Nada, nada, seguí.
ONDINA: Entraba a desempeñarme como ama de llaves en la casa de Mikoni. Y
fijate que a partir de ahí, se generaba una espontánea y tumultuosa pasión entre
ambos. Sin duda, él había caído subyugado por ese misterio que yo encarnaba, y
por eso me puso el nombre que más apreciaba. Me llamó diamante impoluto.
RUBY: Diamante en bruto, querrás decir.
ONDINA: ¿Eh…?¿No era que vos no mirabas telenovelas?
RUBY: No, pero estoy harta de que me las cuenten.
ONDINA: ¡Callate, que en ese trance en que estábamos declarándonos amor, a él
se le ocurre decirme “mi diamante, te voy a mandar a pulir, aunque al final no
quede nada”... y ahí nomás se pudrió todo.
RUBY: ¿Qué le vamos a hacer Ondina, tendremos que acostumbrarnos a encarnar
la belleza incomprendida.
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ONDINA: No, siempre. Acordate de que en una época, al igual que vos, no sólo
me daba el lujo de mirar, sino también de elegir, ¡y más que nada, de elegir!
RUBY: Eso, antes de haber quedado para el descarte...
ONDINA: ¡Lo dirás por vos!
RUBY: Claro, sí...Siempre me acuerdo de aquél chico, el de la librería...
ONDINA: ¿Quién?
RUBY: El chico de la librería.
ONDINA: ¿Qué chico, qué librería?
RUBY: La única librería que había en el barrio...chico tan lindo, de flequillo, ojos
celestes...
ONDINA: ¿Flequillo, ojos celestes?...No sé.
RUBY: En esa época yo estaba perdidamente enamorada de él, y no sabía cómo
decírselo ¿Te acordás que llegué a mandarle una carta por intermedio tuyo?
ONDINA: No sé de qué hablás. No me acuerdo.
RUBY: ¡Pero sí!, acordate que me dijiste que no la quiso leer.
ONDINA: No. No me acuerdo.
RUBY: Y yo esperaba, ansiosa, la respuesta, ahí mismo, en el zaguán. Así quedé,
esperando...
ONDINA: No te preocupes, como amante no sabía hacer nada.
RUBY: ¿Te lo transaste?
ONDINA: Ya te dije. No sabía hacer nada.
RUBY: Mirá vos...Tantos años para esta confesión. Hubiera preferido no saberlo
nunca.
ONDINA: Vos insististe.
RUBY: ¡Ondina! ¡Vos destruiste mi idilio!
ONDINA: No exageres, que enseguida te mandaste a otros idilios.
RUBY: Y, sí...la flor de la edad, después vino Abraham, Alberto, Humberto,
Rigoberto. ¡Ah!, me olvidaba de Ruperto, que fue entre Humberto y Rigoberto...
ONDINA: Y después, etcétera.
RUBY: Etcétera, ese mismo. Fue una profusión de idilios…
ONDINA: También fugaces.
RUBY: Más que fugaces, se fugaron.
ONDINA: No te preocupes.
RUBY: ¿Qué....?
ONDINA: Tampoco sabían hacer nada.
RUBY: ¿Y esperás que te perdone tantos años de traición?
ONDINA: ¿Te olvidás de que vos te casaste con Gualterio?
RUBY: ¿Con ese también...?
ONDINA: Ese sí que sabía hacer.
RUBY: ¡Ah, no! ¡Esto es el colmo!...¡Tendría que irme ya...!
ONDINA: No Ruby, perdoname, no vas a desperdiciar por una pavada así.
RUBY: ¿Desperdiciar qué?
ONDINA: Estos tres meses de sol...Nos une, además del sol, la luz de nuestra
amistad, y como te decía, al fin y al cabo, ustedes llegaron a casarse.
RUBY: Pero lo que más me indigna...lo que más me indigna...
ONDINA: El desencuentro, claro.
RUBY: No, lo que más me indigna es que conmigo no sabía hacer nada...¡Ondina,
vos tenés que enseñarme, yo sé que guardás un secreto encanto!
ONDINA: Por supuesto. No tenés más que mirarme.
RUBY: Contame por favor, contame tu secreto.
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ONDINA: ¡Shhh! Es un secreto.


RUBY: ¿Uno, nada más?... Para mí fue muy doloroso que Gualterio no supiera
hacer nada. Pensé que había otras...
ONDINA: ¡Qué ocurrencia! ¿Por eso el divorcio?
RUBY: Por eso, quizá por eso, pero lo cierto es que recuerdo ese divorcio como el
más grandioso en mi vida. ¡El más radiante! ¡Mi gran divorcio! Jamás volveré a
vivir un divorcio igual. De los que vinieron después, no creo que haya ninguno
que valga la pena recordar.
ONDINA: ¿Ninguno?...¿ninguno?
RUBY: Absolutamente.
ONDINA: Estoy segura que uno, sí.
RUBY: No. Ninguno.
ONDINA: Al menos, el último..
RUBY: El último...Asdrúbal Enrique... ¿Lo decís por lo reciente?
ONDINA: Lo digo porque una, no puede dejar de recordar a Asdrúbal.
RUBY: ¡No me digas que ese también!
ONDINA: ¡Pero! ¿Por quién me tomaste? ¡Yo no soy una de esas!
RUBY: ¿Una? Pienso que más de una.
ONDINA: Fueron tiempos ya superados de un pródigo pasado. Hoy, si te hablara
con la experiencia que me han brindado los años, te podría decir que resulta más
práctico pagarle una sección de exhibicionismo a Mikoni, que soportar a alguno de
esos imbéciles que andan por ahí.
RUBY: Qué actitud. No sabía que vos...
ONDINA: No hagas caso. Nada de nada. Abstinencia total.
RUBY: ¿Estás segura?
ONDINA: Segurísima.
RUBY: Entonces, ¿con Asdrúbal Enrique, no?
ONDINA: Es un tipo indeseable. Jamás me miró. No sabe lo que se pierde.
RUBY: ¡Bueno...!
ONDINA: Sinceridad de amiga. A una amiga no se le oculta nada, por eso te
pregunto: ¿nunca, nunca más?
RUBY: ¿Nunca más, qué?
ONDINA: Digo, si nunca más se vieron.
RUBY: No; hace mucho, hace meses que no nos vemos.
ONDINA: ¿Hace mucho, o hace meses?
RUBY: Muchos meses, seis, ocho, quizá diez, una eternidad…
ONDINA: ¿Qué sabrás vos de la eternidad?, bueno, yo tampoco, pero, ¿ni se
escriben, ni un mensajito?
RUBY: Nada de nada.
ONDINA: Hacés bien. No sabés lo insoportable que está.
RUBY: ¿Entonces?
ONDINA: ¿Entonces?.. ¡Qué va…! Son datos que me llegan.... Amigas en común,
chimentitos, Internet.
RUBY: ¿Te conectás con él por Internet?
ONDINA: ¡Y no sabés las cosas de mal gusto que me dice!
RUBY: ¿Ah, te dice cosas? ¿Y qué te dice?
ONDINA: Es un grosero. Sólo le interesa mi cuerpo.
RUBY: Pero, ¿vos me querés volver loca?
ONDINA: ¿Qué?
RUBY: ¡Loca, sí, loca!
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ONDINA: ¿Loca? ¿Me tratás de loca porque soy sincera?


RUBY: Bueno, basta, no hablés más, había decidido no saber más nada de él.
ONDINA: ¿Y te desquitás conmigo?¡Está bien, hacelo, total, una está
acostumbrada a soportar maltratos!
RUBY: ¿Pero qué? ¿Ahora la ofendida sos vos?
ONDINA: Traté de ayudarte. Te dije que es un libidinoso que cada vez está peor y
no sos capaz de agradecérmelo.
RUBY: No, no te lo agradezco. ¿Para qué me traés malos recuerdos?
ONDINA: Bueno, yo no sabía. Parece que en tantos y tantos años de amistad
nunca llegué a entenderte. Por eso sería conveniente que me entendieras vos a mí.
RUBY: ¡Ah!, ¿encima eso?
ONDINA: ¿No lo merezco?
RUBY: Nada más imposible que tratar de entenderte.
ONDINA: Bueno, cambiemos de tema. Contame como anda lo de la adopción.
RUBY: Ah, sí, pensé en eso, cuando me separé de Asdrúbal. Es un trámite difícil.
Es muy difícil que le otorguen a una mujer sola. Además no tendría cómo pagar
intermediarios.
ONDINA: ¡Ruby! ¿Sabés qué se me ocurre?
RUBY: ¿Qué?
ONDINA: Que sería lindo que ambas pudiésemos adoptar.
RUBY: ¿Vos también?
ONDINA: Ya está: Nos inscribimos como matrimonio.
RUBY: ¿Cómo?
ONDINA: Claro, matrimonio. Dejaríamos de ser mujeres solas.
RUBY: ¡Peor! ¡Más prejuicios!
ONDINA: Tenés razón. Cuestión numérica. Si hay prejuicios con una, cuánto más
con dos.
RUBY: (Ríe) Se te ocurre cada idea...Mirá que casarnos, nosotras...
ONDINA: (Ríe aún mas) Sí, la verdad, es comiquísimo. ¡Qué cosas me pasan por
la cabeza! Efectos del agua tóxica. Recién contaminada del río...
¡Pero, qué divertido, nosotras dos, casadas!
RUBY: No me imaginaba una intoxicación así.
ONDINA: (Ofendida) ¿Qué querés decir? ¿No soy un buen partido, acaso?
RUBY: (En sorna) ¡Sí, claro!
ONDINA: ¿No me estarás despreciando? ¿O te burlás porque soy sensible?
RUBY: (En sorna) Nada, nada de eso. Candidata perfecta. Te imagino como un
ejemplo de fidelidad.
ONDINA: Si yo fuera tan indeseable, no hubieras venido hasta acá. Compartimos
tres meses al sol.
RUBY: ¡Tres meses al sol…! Las cosas que se hacen cuando una esta sola...
ONDINA: (Le ofrece una manzana) Por eso. Disfrutemos de nuestra compañía,
Ruby.
RUBY: No, no tengo hambre.
ONDINA: ¿Segura?
RUBY: Tengo como un malestar...
ONDINA: Debe ser la dieta. Te estás pasando. Pero es lindo hablar de los
hijos...Digo, de los que hubiéramos podido tener.
RUBY: Los que hubiéramos podido.
ONDINA: Pero las dos soñamos, ¿no es cierto?
RUBY: ¿Qué...?
12

ONDINA: ¡Soñamos!, sí, soñamos... ¿qué te pasa?


RUBY: Molestia en la panza...
ONDINA: Ya va a pasar cuando te decidas a comer algo.
RUBY: No, no, ya te dije.
ONDINA: Tomá un poco de agua. ¡De la buena!
RUBY: ¿Buena, de veras?
ONDINA: Buena como un niñito. Desde siempre supe que un niñito es como
acariciar el sueño dorado y acercarse al sol.
RUBY: Si, sol ya tenemos bastante... (Se coloca de espaldas)
ONDINA: ¿Buscás sombrita? Estás bien?
RUBY: No sé... ¿qué me decías?
ONDINA: Que es como acariciar el sueño dorado y acercarse al Sol.
RUBY: ¡Sí, sí, eso mismo!
ONDINA: ¿Te insolaste?
RUBY: ¡No, pero estoy por acariciar el sueño dorado!
ONDINA: ¿Cómo…?
RUBY: ¡Ay, Ondina! ¡Creo que voy a ser madre!
ONDINA: Imaginación, por lo que hablamos.
RUBY: No, ¿qué imaginación?, ¡ya me viene!, ¡ya!
ONDINA: ¿Que te viene? ¡¿Ya?!
RUBY: ¡Sí, ya, ayudame!
ONDINA: Pero, ¿ya, ya?
RUBY: ¡Sí, sí, ayudame!
ONDINA: (La asiste) Tranquila, tranquila, todo va a estar bien, ya viene, ya está...
(Ruby da a luz) Es una criatura humana... una niña preciosa.
RUBY: Una criatura humana....
ONDINA: Un niña preciosa... sí, ahora descansá.
RUBY: (Adormecida) Preciosa...
ONDINA: Sí, descansá, descansá...(Sale sigilosa, llevándose a la bebé)
Cambio de iluminación: Escena siguiente
RUBY: Una niña humana...una niña hermosa...el sueño dorado...el Sol... Ondy...
¿qué hora es? ¿Dónde estás, Ondy?...¿Saliste a cazar? ¿Me dejaste agua?...
Virtudes del agua tónica... ¿Me escuchás, Ondy? Quiero conocer a la nena. ¿Ya la
bautizaste? Conseguime un celular, necesito hablar. No se olviden que las espero,
vengan pronto...(Toma un tejido rosado y comienza a tejer) Arorró mi nena, arroró
mi sol...Mi nenita linda... ¿mi nenita al sol? ¿Arroró mi sol?...¿Sol? No, dicen que
hace daño...No importa, Ondy, traeme también una sombrilla...
ONDINA: (Se acerca por detrás de ella, nuevamente con el carrito) Pipí...pipí...
RUBY: (Cree oírla en ensoñación. Responde) Pipí...pipí...(Ambas se encuentran,
luego de responder a esos llamados mutuos)
ONDINA: ¡Pipí, pipí!, te traje lo necesario. (Busca entre las cosas)
RUBY: Apoyo logistico. Gracias Ondy, contame si la bautizaste.
ONDINA: Después, ahora mirá lo conseguí para vos... (Extrae un par de latitas
unidas por un hilo) Escuchá, vas a ver que se oye. (Se colocan cada una en un
extremo)... ¿Me oís?
RUBY: Sí, si, te oigo.
ONDINA: ¿Viste? ¡Estamos conectadas!
RUBY: ¿Pero esto...?
ONDINA: ¿Esto, qué?
RUBY: ¿Solamente esto?
13

ONDINA: Estás a régimen.


RUBY: ¿Todavía?
ONDINA: Igual te traje algo más.
RUBY: ¿Algo más?
ONDINA: Una red para cazar. Te aclaro: No regalo pescado. Regalo la caña.
RUBY: Gracias Ondy, ¿vos crees que me voy a adaptar a la vida silvestre?
ONDINA: Por supuesto, ¡y qué bien te está sentando! Te veo más rozagante.
RUBY: ¿Sí?
ONDINA: Y también te veo saltando en lianas.
RUBY: Quién diría. La mujer de Greistoke, saltando sola.
ONDINA: No pierdas las esperanzas.
RUBY: No, pero contame, qué ropita le ponés.
ONDINA: Tiene muchas batitas, pero si te parece, seguí tejiendo... (Se refiere al
tejido) Es hermoso (Se suena la nariz con él) Te cuento del bautismo.
RUBY: Sí, contame, contame.
ONDINA: Fue una experiencia única y maravillosa. Estaban todos los parientes.
Los míos y los tuyos. Asdrúbal Enrique, conmovido.
RUBY: ¿Asdrúbal?
ONDINA: Por supuesto. Un padre no puede faltar. Todo era alegría en el templo.
Campanas que golpeaban, curas que pasaban, gente que también pasaba. Tia
Ludovica se bajó del avión, y en el momento culminante...¡agua!, ¡agua!, ¡agua!,
¡todos llorábamos!, ¡afuera llovía!, ¡llanto, agua bautismal!, ¡todo agua, agua,
agua!
RUBY: ¡Agua, agua, agua, agua!
ONDINA: Virtudes del agua tóxica.
RUBY: ¡Nunca voy a terminar de agradecerte la ceremonia, Ondina!...Por mi
parte, no he hecho mas que leer y sigo, sigo leyendo de lo que dejaste.
ONDINA: ¿De lo que dejé?
RUBY: Los libros que me ayudan. Me ayudan a encontrarme a mí misma y a
encontrarme con los demás, digo, si estuvieran. Me ayudan a encontrar el concepto
de madre. Quiero saber qué es una madre.
ONDINA: No te preocupes. Madre hay una sola. Es la respuesta correcta.
RUBY: Tenés razón, Ondy, mejor sigo pensando en qué nombre ponerle.
ONDINA: (Se dispone a salir con el carrito) Sí, sí, claro, pensá en eso...
RUBY: Ondy ¿tenés mucho apuro?
ONDINA: Se hace la hora de la lactancia.
RUBY: Con leche pasteurizada, para que no se corte. Pero decime cómo la
llamás....
ONDINA: La llamo...la llamo...otro día te cuento.
RUBY: Ondy, qué pronto te vas...Y bueno...También leí que las relaciones no
deben ser asfixiantes...Pipí...pipí...(Toma el tachito para comunicarse)
(Apagón. Escena siguiente)
RUBY: ¡Cuánto hace que no venís, Ondina!, hace años que te estoy llamando, ¡si
vieras todas las cosas que tengo para contarte! Aprendí a cazar jabalíes...Ondy,
lamento que no estés acá, pero en el fondo, me siento feliz. Debe ser por la
cantidad de años que llevo al sol. Virtudes de la vida natural. Crecimiento interior.
¡Años y años al sol!, ¿todo un triunfo, no es cierto?...Pero, ¿quién es que habla?
¿Quién? ¿Tía Ludo?, ¿la tía de ambas o la que no es tía?, ¡ah!, ¿la única que hay
pero que hay muchas más?, ¡cómo pasa el tiempo, tía Ludo!, si no me equivoco,
ya debe ser centenaria… ¿La ofendo?... ¿Noventa y nueve, nada más?, ¡Pero!, ¡tan
14

joven para viajar!... ¡Cuénteme algo más, tía!, no de viajes, no...Quiero saber de la
nena....Sí, el cumpleaños de quince ¿Cómo?, ¿de treinta, ya? ¡Y sigue pasando el
tiempo!...¿Tía, está segura de que no es centenaria?, ¿ciento veinte no?...¡Hola,
Ludo, hola...!
ONDINA: (Se la escucha llegar) Pipí, pipí, pipí...
RUBY: (Aún hablando por el tachito) ¡Ondy! Volviste!
ONDINA: ¡Si, volví, mi amor, volví!
RUBY: ¡Mostrame, que trajiste!
ONDY: Mirá, mirá...(Muestra unas revistas)
RUBY: Revistas de la farándula… ¿Así vienen los galanes de ahora?
ONDINA: Pero ya no tienen las virtudes del anciano Mikoni.
RUBY: No importa. Los ojos son los espejos...
ONDINA: (Interrumpe) De donde vos sabés.
RUBY: ¡Pero que alegría, Ondy, hay tantas cosas que quiero contarte! Virtudes de
la vida natural... No, de eso no, ¡quiero saber de ella!
ONDINA: ¿Ah, sí? Tengo un notición.
RUBY: ¿Un notición?
ONDINA: ¿Te lo digo?
RUBY: ¡Decilo, por favor!
ONDINA: ¡Se casa!
RUBY: ¡Se casa! ¿Sí? ¡Contame cómo es el vestido!
ONDINA: Bueno, no sé si sabrás. Ya no se usan aquellos que vos conociste.
RUBY: Y con mucha razón. Solo servían para pisarlos.... ¡La nena, blanca,
radiante...!
ONDINA: “Blanca y radiante va la novia...” ¡Pero no, no!
RUBY: ¿No, qué?
ONDINA: Blancas, tampoco.
RUBY: ¿Tampoco?
ONDINA: (Por la revista) Fijate.
RUBY: ¿Más cambios?
ONDINA: Ahora de negro. Más auténtico.
RUBY: ¡De negro! ¡Lo que siempre soñé!...Me vas a invitar, ¿no es cierto?
ONDINA: Por supuesto. Más que nada, fue idea del padre. El otro día, me dijo:
“¿Por qué no llamamos a la flaca?”
RUBY: ¿Y la flaca soy yo?
ONDINA: Sí, claro, podés venir cuando quieras.
RUBY: Ay, bueno, entonces aconséjame, aconséjame qué ropa.
ONDINA: ¿Te vas a vestir?
RUBY: Nunca fui nudista.
ONDINA: No, si, claro... ¡Vení así como estás!
RUBY: ¿Así?
ONDINA: Encanto de lo natural.
RUBY: Cierto, el encanto, pero...
ONDINA: ¿Qué?
RUBY: Ayudame también con el regalo...
ONDINA: ¿El regalo?
RUBY: ¡El regalo, sí, lo estará esperando!
ONDINA: Y…Llevale algún bicho de los que andan por acá. A ella le causan
espanto. Sería una broma maravillosa.
RUBY: ¿También eso? ¡Como cambia todo!...Pero, ¿cuándo, cuándo?
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ONDINA: ¿Cuándo, qué?


RUBY: Cuándo es la boda.
ONDINA: Algún día de estos, a definir.
RUBY: Ah, claro, a definir, pero ¿me vas a avisar?
ONDINA: Sí, sí, yo sé que vas a poder llegar.
RUBY: ¿Por qué? ¿Me ocultás algo?
ONDINA: No, mi amor, vas a poder. Claro que vas a poder, aunque haya algunas
otras cosas que ignores. No es para preocuparse. Simplemente, que ahora se viaja
distinto. En realidad no se puede llegar a ningún lado. Lo único seguro es viajar
con la imaginación.
RUBY: ¿Con la imaginación?
ONDINA: Desde que se taponaron los caminos.
RUBY: Pero me vas a llevar. ¿Cómo sea, me vas a llevar, no es cierto?
ONDINA: Por supuesto que te voy a llevar.
RUBY: Eso mismo…¡Ah!, hay algo más...
ONDINA: ¿Ahora, qué?
RUBY: Disculpá, me parece importante...
ONDINA: Preguntame, dale.
RUBY: ¿Cómo es ella?
ONDINA: ¿Cómo es ella?
RUBY: Sí, quiero saber cómo es ella.
ONDINA: Es... tonta...sentimental
RUBY: Pero, ¿cómo es?, ¿bonita?
ONDINA: ¡Ah, sí! Un calco mío.
RUBY: ¡Entonces, imposible!
ONDINA: ¿Qué querés decir?
RUBY: Nada, me parece que la tuve yo.
ONDINA: ¿Y eso qué tiene que ver? Son los genes. Mirá esta foto.
RUBY: (La toma) ¿A ver?... Estás más joven.
ONDINA: No, no. Es ella.
RUBY: ¿Que esta es una foto de ella?
ONDINA: Por supuesto. Podés quedártela.
RUBY: Son igualitas.
ONDINA: ¿Y qué te decía?
RUBY: Ondy...( Se refiere a la hija) ¿Por qué nunca intentó conectarse?
ONDINA: ¿Y para qué?
RUBY: ¿Nunca quiso hablar con su madre?
ONDINA: Madre hay una sola.
RUBY: Ah, quizás tengas razón...Ondy, ¿por qué tantos años sin venir?
ONDINA: Tantos, es un decir.
RUBY: ¿Te parece?
ONDINA: Bueno, ¿qué son treinta años, año más, día menos...?
RUBY: Ondy...
ONDINA: ¿Qué?
RUBY: ¿No me estarás olvidando?
ONDINA: No, ayer nomás, hice clic y me dije: Tengo que ir a visitar a la flaca.
RUBY: Y la flaca soy yo...pero vení, sentate como en los viejos tiempos.
ONDINA: Un minuto, nada más, los nuevos tiempos apuran.
RUBY: Sí, claro, los nuevos tiempos.
ONDINA: (Se ubica junto a ella) Dicho sea de paso, también te traje unos papeles.
16

RUBY: ¿Para mí? ¿son poemas tuyos?


ON DINA: Más o menos...¿Te acordás de Aguilera?
RUBY: Aguilera...Aguilera...Ah, sí, aquel abogado...
ONDINA: Eso mismo. El nieto de Aguilera, también abogado, me los dio para que
firmes.
RUBY: ¿Que firme? ¿Qué es?
ONDINA: Tía Ludo, pobrecita, gastó todo su dinero en viajes, ahora necesita un
hogar...Pensé que tu antigua casa, que también está muy viejita...
RUBY: Las tías...las casas… ¿muy viejitas?
ONDINA: Además, la nena necesita una donación para el ajuar del casamiento.
No puede heredarte porque la anoté como mía.
RUBY: Está bien, pero antes, quiero que hablemos... ¡Quiero que hablemos de
nuestro pasado!
ONDINA: ¿Ahora?
RUBY: ¡Sí, ahora, dale, brindemos!
ONDINA: Alcohol, no bebo.
RUBY: Pero no, ¿no te acordás? Lo de siempre. Sabor de antaño.
ONDINA: No, te agradezco.
RUBY: Dame la alegría de compartir.
ONDINA: ¡Cierto! (Se refiere a los documentos) ¡Compartamos los papeles!
RUBY: (Por el brindis) ¿Me despreciás?
ONDINA: No. Tenés razón… Por el encuentro (Brindan)
RUBY: (Siente rechazo por esa bebida) ¡Ah, disculpame, está asqueroso!
ONDINA: No. Está buenísimo. De veras… ¿No firmás?
RUBY: Sí, firmo, firmo. (Lo hace)
ONDINA: (Le devuelve el recipiente) De veras, muy rico...¡Oh, me ovidé el reloj,
no sé qué hora es!
RUBY: Por la inclinación del sol, las quince y treinta.
ONDINA: ¿Las quince y treinta, ya? ¡Me voy, antes de caiga la noche!
RUBY: Acá nunca se hace de noche, pero si tenés que hacer...
ONDINA: Sí, sí, tengo, tengo. (Se apronta).
RUBY: Volvé pronto, Ondina.
ONDINA: Por supuesto que muy pronto, y ya vas a ver qué fiesta... (Sale)
RUBY: (Continúa, ensimismada) ¡Qué gran fiesta, Ondy, la fiesta que nos vamos
a dar!...Me imagino a toda esa gente que tira arroz, va a ser algo jamás visto...¡Una
multitud que aclama, y una novia con dos madrinas!...Ondy...Hay algo más que
quería saber...¡Ondy!, ¿ya te fuiste? Solamente quería preguntarte con quién se
casa...Ondy...¿estás segura de que van a administrar mis bienes?...Está bien, Ondy,
tenés, razón, confío en vos...Es la hora de dar de comer a los bichitos (Extrae
alimento) Pipí...pipí... vengan pronto, que tengo hambre...¡pipí!, pipí!
Se oye la voz de la visitante.
VISITANTE: (Por detrás de Ruby, responde al llamado de esta)
Mamá...mamá...mamá...
RUBY: (En lo suyo, de espaldas) Pipí...pipí...pipí...
VISITANTE: (Entra. Se trata de una mujer idéntica a Ondina)
Mamá...mamá...mámá...
RUBY: (Ensimismada, le responde sin volverse) Pipí...pipí...pipí...
VISITANTE: (Aún por detrás) Mamá...mamá...mamá...
RUBY: (Se vuelve) ¡Ondy!
VISITANTE: ¡Mamá…!
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RUBY: ¡Ondy!, ¿qué te hiciste en el pelo?


VISITANTE: Soy tu hija, mamá.
RUBY: ¿Vos, mi hija?
VISITANTE: ¿Te cuesta creerlo?
RUBY: Dejá que te busque. Tengo una foto...
VISITANTE: ¿Puedo sentarme?
RUBY: Sí, claro, pero, ¿qué me querés demostrar, Ondy?
VISITANTE: No soy Ondy...Ondy partió.
RUBY: ¿Qué?
VISITANTE: Fue así, de golpe, apenas alcanzó a decir que estaba mal.
RUBY: Virtudes del agua tóxica... Pero, dejame que te mire... ¿por qué decís que
sos mi hija?
VISITANTE: ¿Y quién sinó?
RUBY: ¿Es cierto que te casaste?
VISITANTE: No entiendo...
RUBY: ¿No era que te casabas?
VISITANTE: Debe haber un error. La que se casó fue la tía Ludo, una de nuestras
tías, nuestra tía, la más abuela.
RUBY: Pero, ¿es cierto que sos mi hija?
VISITANTE: Sí, mamá, sí.
RUBY: No te creo. Vos sos Ondina.
VISITANTE: No, mamá, no.
RUBY: Bueno, mejor así, quizá lleguemos a formar parte de nuestras vidas.
VISITANTE: ¡Claro, claro que sí!
RUBY: ¿Pensás llevarme?
VISITANTE: ¿Llevarte? Dicen que no hay nada mejor que la vida natural.
RUBY: Es lo que quería contarte. Justamente eso. Después de tantos años, una se
va habituando a lo bello.
VISITANTE: ¿Eso quiere decir que me vas a enseñar?
RUBY: ¿Qué?
VISITANTE: El misterio.
RUBY: Ondy, no hay misterios...
VISITANTE: No soy Ondy, mamá.
RUBY: ¿De veras?
VISITANTE: ¿Todavía dudás?
RUBY: ¡Pero..! ¡Gran detalle! Todavía no sé tu nombre.
VISITANTE: Y vos, ¿qué nombre me pondrías?
RUBY: Yo siempre imaginé uno...Quizá no te guste.
VISITANTE: Decilo, por favor.
RUBY: Te imaginé Selva Eternidad.
VISITANTE: De acuerdo, desde hoy me voy a llamar Selva Eternidad.
RUBY: Gracias, Ondy, sos una amiga.
VISITANTE: Soy tu hija, mamá.
RUBY: Cierto, sí, tengo tantas cosas para contarte... ¿sabés que por acá nunca se
pone el sol?
VISITANTE: ¿Nunca?
RUBY: No, Ondy, nunca.
VISITANTE: Soy tu hija, mamá.
RUBY: Sí, hija, sí, ya vas a ver que nunca se pone el sol y que todo es natural.
VISITANTE: Virtudes del agua tónica, ¿no es cierto?
18

RUBY: Si, Ondy, sí.


VISITANTE: Soy tu hija, mamá.
RUBY: Sí, Selva, sí, brindemos. (Juntan sus manos)

FINAL
(2011)

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