Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
2Tratamiento farmacológico.
Aún no se cuenta con un fármaco de acción específica. El tratamiento farmacológico hasta la
fecha es empírico, basado sobre las teórias más lógicas que hay actualmente.
Inhibidores de la acetilcolinesterasa.
Son los fármacos que mejores resultados han mostrado en el tratamiento de los síntomas
cognoscitivos de la enfermedad de Alzheimer, si son empleados en las etapas tempranas de la
enfermedad.
Se deben emplear con precaución en pacientes con problemas supraventiculares, con historia
de sangrado gástrico o con riesgo de desarrollar enfermedad ácido-péptica, prostatismo, asma
y epilepsia.
3El donepezilo es una piperidina que inhibe la acetilcolinesterasa y debido a su estructura
química produce menores efectos colinérgicos y no es hepatotóxico.
Se absorbe bien por vía oral, metabolizado por el hígado y excretado por vía renal. Tiene una
vida media larga, que permite la administración en una sola toma al día y su dosis no requiere
ajustes paulatinos.
Hay estudios que sugieren que el fármaco es capaz de activar las áreas hipoactivas en
pacientes con enfermedad de Alzheimer leve.
Los efectos secundarios más frecuentes son náuseas, diarrea, insomnio, vómito, calambres
musculares, fatiga y anorexia.
Su biodisponibilidad aumenta con la dosis, posee una acción rápida, con buena penetración en
el tejido cerebral.
Se inicia con una dosis de 3 mg diarios, con incremento de la dosis cada dos semanas, hasta
alcanzar la dosis terapéutica de 9 a 12 mg diarios. Se administra en dos dosis diarias, con los
alimentos.
Sus efectos secundarios más frecuentes son la intolerancia gástrica, las náuseas y la anorexia.
La memantina es un antagonista no competitivo del receptor NMDA que mostró mejorar los
síntomas de deterioro cognoscitivo cuando se administra en los estadios iniciales de la
enfermedad demencial.
La mayoría de los pacientes responden a una dosis de 10-15 mg diarios, administrados vía
intramuscular (IM).
Se utilizan por vía oral y algunos como la olanzapina o la ziprazidona tienen presentaciones
para aplicación intramuscular.
Las dosis diarias son: olanzapina (10-20 mg), quetiapina (100-300 mg), risperidona (2-6 mg),
ziprazidona (80-160 mg) y aripiprazol (15-30 mg).
Benzodiacepinas.
Si se utilizan como monoterapia se obtiene una respuesta favorable en el 30% a 50% de los
casos, pero su eficacia disminuye con el tiempo.
El Lorazepam: tiene una vida media de 10- 20 horas y no posee metabolitos activos. Se
administra en dosis de 1-2 mg, hasta una dosis máxima de 8-10 mg diarios.
8Depresión
En el tratamiento de los síntomas depresivos que con frecuencia se asocian al deterioro
cognoscitivo se utilizan los antidepresivos.
Los antidepresivos tricíclicos son eficaces pero producen sedación y síntomas colinérgicos, que
sumados al efecto anticolinérgico de los inhibidores de la colinesterasa pueden ocasionar un
síndrome colinérgico y aumentar la confusión mental.
Pero con frecuencia deterioran la cognición, reducen los niveles de atención y concentración y
alteran la coordinación motriz. El paciente puede presentar sedación excesiva y ataxia,
amnesia anterógrada, desinhibición de la conducta y presencia de agitación paradójica.
Es necesario detectar y tratar en forma precoz los procesos infecciosos sobretodo las
infecciones del tracto urinario y de las vías respiratorias, que pueden precipitar crisis de
delirium o estados séptiticos que pueden desencadenar un desenlace fatal. Hay que tener en
cuenta que la mayoría de los pacientes con demencia son ancianos y que los fármacos deben
ser prescritos con cuidado por los cambios en la farmacocinética y la farmacodinamia de este
grupo de edad y que éstos son más susceptibles a presentar efectos secundarios indeseables
con medicamentos como los neurolépticos, las benzodiacepinas y los antidepresivos.
11Manejo familiar.
La familia debe ser educada para tomar medidas de precaución con respecto al enfermo, pero
sin violar sus derechos. Es posible que en la fase inicial el paciente pueda continuar con su
cuenta bancaria y en ese caso es preferible convencerlo de que se asesore de un familiar para
todos los movimientos de su cuenta.
A veces es necesario la institucionalización para el adecuado manejo del paciente, pero hasta
donde sea posible el mejor lugar es el ambiente familiar, tratando de ayudarle a tener el
mayor grado de actividad física y psíquica posible y de conservar al máximo su capacidad de
autonomía en actividades de la vida cotidiana, como el baño, el vestirse, la alimentación, etc.