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CICLO DE LA VIOLENCIA

Las víctimas no son agredidas todo el tiempo de la misma manera, sino que existen fases para la agresión, que cada una tiene
una diferente duración y que se manifiesta de distintas maneras. Esto es lo que Walker ha descrito como el ciclo de la
violencia de género, que consta de tres fases que se repiten una y otra vez.

La violencia ha sido asumida en muchas familias como un mecanismo de control, mediante el cual se
obtiene la “obediencia y el respeto”, por lo que se considera algo “natural”. La violencia de pareja que
está incluid

a dentro de la violencia de género, tiene un efecto negativo en todo el sistema familiar, que al ser
considerada un “asunto privado”, obstaculiza su denuncia y atención, afecta no solo la autoestima, la
salud física y mental de quien la padece, sino que es también un factor de riesgo para otros problemas
como la depresión, el estrés crónico, adicciones, problemas de personalidad etc. en otros miembros de
la familia, sobre todo en los hijos quienes muy posiblemente repitan el patrón al formar su propia familia.
Los Ciclos de la Violencia de Género, se pueden sintetizar de la siguiente manera:

A. Primera Fase: Acumulación de tensiones o fase de tensión

Se trata del momento en que el agresor comienza a irritarse, según él por preocupaciones o dificultades
de la vida cotidiana. El hombre suele culpar a la mujer de las frustraciones que hay en su vida. Si la
mujer pregunta qué es lo que va mal, su compañero contesta que no sabe de qué está hablando.
Entonces llega la violencia verbal y los insultos, y la mujer se arrepiente de haber preguntado.

B. Segunda Fase: Estallido de la violencia o fase de la agresión

El hombre pierde el control de sí mismo y utiliza los gritos, amenazas e incluso la agresión física. La
mujer siente tristeza y un sentimiento de impotencia, se siente indefensa y cree que la única solución
que puede tener es la sumisión.

C. Tercera Fase: Resiliencia de la víctima o fase de disculpas

El hombre trata de anular o minimizar su comportamiento. En ocasiones, responsabiliza a su compañera


diciendo que ella le ha provocado. Otras veces, pide perdón y jura que no se repetirá. Incluso, aprovecha
para justificarse hablando de su infancia desgraciada y haciendo chantaje emocional: “si me abandonas,
me muero”. ” Sólo tú puedes ayudarme”.

D. Cuarta Fase: Reconciliación o Luna de Miel.


Se trata de la fase de reconciliación, donde el autor del maltrato quiere compensar todo lo ocurrido, y de
repente se muestra atento y cariñoso. Durante esta fase, las víctimas recuperan la esperanza y piensan
erróneamente que con amor cambiará. El comportamiento del agresor en esta fase hace que la víctima
decida quedarse, por lo que el ciclo de la violencia vuelve a empezar.

Hay que añadir que cada ciclo que surge es más intenso y violento. Se comienza faltando al respeto a
una mujer, insultándola y humillándola y se termina pegando palizas e incluso en asesinato.

Ciclo de la Violencia
El ciclo de la violencia es
un modelo desarrollado
para explicar la
complejidad y la co-
existencia del abuso con
comportamientos
amorosos. Es útil, para
aquellos que nunca han
experimentado violencia
doméstica, entender que
la ruptura del ciclo de la
violencia es mucho más
complicado que
simplemente huir o
salirse del ciclo.

Fase de Tensión
Esta dura usualmente
por un periodo de tiempo, tal vez semanas o meses. Crece el estrés y se derrumba la
comunicación. Los abusadores a menudo abusan verbalmente de sus parejas, e incidentes
“menores” de violencia pueden ocurrir. Las víctimas sienten un peligro creciente y con frecuencia
se refieren a estos sentimientos como si estuvieran “pisando huevos” durante este periodo,
tratando de anticiparse al humor del abusador. Familiares y amigos pueden negar o minimizar el
peligro en esta etapa.

Fase Aguda o de Crisis


En esta fase, la tensión ha aumentado y finalmente estalla la violencia. Este es un periodo
explosivo e impredecible, que usualmente perdura entre 24 y 72 horas, lo cual puede resultar en
lesiones serias e incluso la muerte. El incidente es producto del estado emocional del abusador
o un evento externo, en vez de algo que la víctima haya hecho. Durante este periodo la víctima
realiza acciones para sobrevivir al abuso. Estas pueden incluir la acomodación a las demandas
del abusador o tratar de escapar.

Fase de Calma o de Luna de Miel


Después de la fase de crisis violenta del ciclo, el abusador pasa a un periodo más calmo que a
veces es denominado como la Fase de Luna de Miel. Esta fase puede durar desde días a
semanas e incluso meses. Durante esta fase, el abusador puede mostrarse arrepentido,
suplicante para su perdón, y promete que esto nunca volverá a suceder otra vez. La víctima
quiere creer que esto es verdad. El abusador puede lucir vulnerable, causando en la víctima un
sentimiento de culpa y responsabilidad por el bienestar del abusador. La víctima puede sentirse
agotada y los niños pueden convertirse en cuidadores, tomando la responsabilidad de mantener
la paz. Al principio, familiares y amigos pueden recibir esta etapa queriendo creer que la
violencia no ocurrirá. Pero este no es el caso.
Por un periodo de tiempo puede haber cambios en el ciclo. La Fase de Luna de Miel puede
volverse más corta, y la tensión y la violencia pueden aumentar. Algunas víctimas declaran que
nunca han experimentado un abusador arrepentido o amoroso, sino que simplemente ven una
disminución de la tensión antes del inicio de un nuevo ciclo.
Cuando se inicia el ciclo, la víctima comienza a entrar y salir de la relación. A menudo se
necesitan muchos intentos para tomar una decisión final y salir definitivamente de la relación
violenta. Los sentimientos de culpa, inseguridad y preocupación por el bienestar de los niños
juegan un rol importante en el proceso de la toma de decisión de la víctima.

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