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Empatizar:
Empatizar con la víctima y expresarle preocupación por lo que ha sucedido (“me
imagino que debe haber sido muy difícil para usted” (…)
Aceptar lo que la otra persona siente. Intentar sintonizar con el tono emocional de la
víctima.(“comprendo que sienta temor” (…)
Expresar verbalmente empatía (“entiendo cómo se está sintiendo”).
Información Básica
• La entrega e información es una forma concreta de ayudar a la víctima a comprender la
situación en que se encuentra y, con ello, contribuir a calmar su angustia.
• La información debe ser básica y transmitida en palabras comprensibles. Sólo se le
debe entregar antecedentes pertinentes al momento de crisis en que se encuentra,
para no abrumarla con información que no pueda manejar.
• Es recomendable que la información elemental se entregue por escrito, ya que la
víctima no está en condiciones de retener en su memoria una gran cantidad de datos.
¿Cuáles son las principales informaciones
que la víctima necesita recibir?
Para comenzar, es necesario brindar a la persona agredida los datos de la persona quien está
haciendo entrega de la atención: nombre completo, cargo e institución que representa. Además, se
deberá explicar a la víctima qué tipo de servicio o ayuda puede recibir de su parte.
Información básica respecto de cómo y dónde puede encontrar la ayuda que requiere: ubicación
de una comisaría cercana, procedimientos médicos que se le solicitarán, entre otros.
Explicación breve acerca de los procedimientos habituales en el proceso de investigación de un
delito: denuncia, toma de declaración en una unidad policial o fiscalía, etapas de la investigación
judicial.
Información sobre las próximas entrevistas y procedimientos en que participará junto a
funcionarios/as de la policía y/o fiscalía; es decir, saber cuál será su participación como víctima.
Información sobre sus derechos, lo que resulta esencial, ya que éstos son un respaldo básico para
la persona agredida en el proceso de búsqueda de justicia.
Información acerca de su derecho a la privacidad y de las limitaciones del mismo. Es decir, la
persona agredida debe saber a quién se le informará el hecho delictivo, con qué fines y bajo qué
condiciones. (si es menor de edad a su adulto responsable)
Información sobre la normalidad de las reacciones emocionales que presenta. En efecto, la persona
que ha sido victimizada experimenta alteraciones que le resultan extrañas; por lo tanto, requiere
saber que es posible y esperable tener dificultades de concentración, de memoria, experimentar
reacciones emocionales depresivas y alteraciones en la salud, entre otras.
Información respecto a la seguridad de la víctima y de su familia en caso de que éstas requieran
protección especial.
Finalmente, es útil entregar información respecto de organismos especializados en la asistencia a
víctimas, de modo que cuente con un listado de alternativas a las cuales recurrir en caso de
necesitar ayuda.
¿Cómo facilitar la expresión de la víctima?
Aspectos Sugeridos
o Preguntas reiterativas (preguntar varias veces “¿qué te hizo?”).
o Preguntas cerradas (“¿le pegó o no le pegó?”).
o Preguntas que en su formulación contienen la respuesta (“¿fue su vecino?”).
o Preguntas o aseveraciones que transmiten dudas acerca de la veracidad de la experiencia
de la víctima (“usted dice que la golpeó, pero yo no veo moretones”).
o Preguntas confrontacionales o cuestionadoras (“¿me va a decir qué pasó, o no?”).
o Intentar averiguar detalles de la experiencia de la víctima o de su vida personal (“¿Con
cuántas parejas había tenido vida sexual antes?”).
o Comentarios que minimizan las secuelas de la victimización (“por lo menos no lo mató”).
o Comentarios que conllevan prejuicios (“¡algún motivo tendría su marido para hacer eso!).
o En el caso de entrevistas con niños/as, es conveniente evitar comentarios que enjuicien a
el/la agresor/a, pues éste/a puede ser una figura significativa para el o la menor de edad.
o Comentarios que implican un juicio negativo hacia la víctima o hacia la conducta de ésta
(“pero usted transitaba por la vía pública a esa hora de la madrugada”).
Entrevista con la Víctima:
Aspectos a evitar
o Preguntas reiterativas (preguntar varias veces “¿qué te hizo?”).
o Preguntas cerradas (“¿le pegó o no le pegó?”).
o Preguntas que en su formulación contienen la respuesta (“¿fue su vecino?”).
o Preguntas o aseveraciones que transmiten dudas acerca de la veracidad de la
experiencia de la víctima (“usted dice que la golpeó, pero yo no veo moretones”).
o Preguntas confrontacionales o cuestionadoras (“¿me va a decir qué pasó, o no?”).
o Intentar averiguar detalles de la experiencia de la víctima o de su vida personal (“¿Con
cuántas parejas había tenido vida sexual antes?”).
o Comentarios que minimizan las secuelas de la victimización (“por lo menos no lo
mató”).
o Comentarios que conllevan prejuicios (“¡algún motivo tendría su marido para hacer
eso!).
o En el caso de entrevistas con niños/as, es conveniente evitar comentarios que enjuicien
a el/la agresor/a, pues éste/a puede ser una figura significativa para el o la menor de
edad.
o Comentarios que implican un juicio negativo hacia la víctima o hacia la conducta de
ésta (“pero usted transitaba por la vía pública a esa hora de la madrugada”).
¿Qué lenguaje se debe usar con las víctimas?
• Surge un tema importante y es el rol de las mujeres como víctimas y testigos en los
procesos judiciales en cortes nacionales o internacionales. Si en general las mujeres
enfrentan obstáculos específicos para el acceso a la justicia, en el caso de la violencia
sexual, estos obstáculos se intensifican, ya que las mujeres deben enfrentar al agresor en
el proceso, temen el estigma que recae sobre ellas por la violación sexual, la falta de
apoyo psicosocial durante el juicio, la falta de medidas de protección y seguridad, entre
otros.
• Por ello, una perspectiva de género implica identificar los obstáculos de las mujeres para
acceder a la justicia, tales como la falta de reconocimiento de que lo sucedido es una
violación de Derechos Humanos; la falta de información sobre la vía apropiada para
efectuar las denuncias del caso; la falta de capacitación y formación en género de
funcionarios y funcionarias, lo cual se traduce en desinterés al momento de atender a las
víctimas; la dificultad para encontrar pruebas que sirvan en el proceso, sobre todo para el
caso de la violencia sexual; entre otros aspectos.
• Como se ha visto, el análisis de género y su aplicación al Derecho puede considerarse
una tarea en desarrollo y que se fundamenta en la necesidad del ejercicio de los
derechos sin discriminación alguna.
• Asimismo, el análisis de género permite revisar los conceptos tradicionales, erradicar los
estereotipos y abarcar nuevos campos y ampliar nuestra perspectiva.
Mitos…
1. El abuso sexual solo ocurre en familias de contextos pobres o
vulnerables
2. Los abusadores sexuales infantiles son sólo hombres
3. Los hombres no pueden ser abusados
4. Los niños, niñas o adolescentes no abusan sexualmente
5. Los niños que han sido abusados sexualmente serán homosexuales o
tendrán problemas de identidad sexual
6. Las víctimas de abuso sexual son potenciales abusadores de niños
(sobre todo los hombres)
7. Los homosexuales, lesbianas o transexuales son más propensas a
abusar sexualmente de los niños, niñas y adolescentes que los
heterosexuales
8. Las consecuencias del abuso infantil no son importantes,
los niños pequeños lo olvidan todo.
Sí, hay más mitos que combatir