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3 El proceso de toma de decisiones


La empresa presenta a un escenario en el cual la capacidad para decidir de los directivos,
jefes y colaboradores se presenta como elemento clave para el buen desempeño de la
empresa como colectivo. (Vázquez, 2006)
El proceso de toma de decisiones es un factor clave para solucionar problemas, unos
problemas que pueden alterar la cuenta de resultados si no son solucionados de manera
correcta. Con problemas sin resolver o mal resueltos, también perderemos buena parte de
nuestra competitividad en el mercado. De has ahí que muchas veces resulten
complementarias la resolución de problemas y la toma de decisiones. (Vázquez, 2006)
La calidad de una decisión dependerá, en gran medida, del uso de una metodología que nos
ayude a escoger la mejor opción entre varias alternativas. Al igual que ocurría con el
proceso de análisis de problemas, un proceso de toma de decisiones está compuesto por
varias etapas: (Vázquez, 2006)

 Identificación del problema o diagnóstico:


Existe un problema cuando existe una discrepancia entre lo que se desea y lo que se tiene.
Entre el estado que se pretende alcanzar y lo que se ha alcanzado. O entre lo que se podría
alcanzar ante una nueva situación y lo que se está alcanzando. En muchas ocasiones, en una
empresa tenemos indicios de que algo no marcha correctamente, de que hay problemas de
algún tipo. Sin embargo, desconocemos la causa de estos problemas. (Iborra, 2014)
Delimitar el objetivo:
Podremos establecer más de un objetivo, pero han de estar perfectamente definidos para
que podamos evaluar la consecución de los mismos y que la elección de alternativas se
haga conforme a éstos. Para ello es necesario que se efectué por escrito. (Vázquez, 2006)

 Establecer las alternativas:


Una vez establecido el objetivo, o los objetivos, necesitamos establecer las diferentes
alternativas que tenemos para poder tomar una decisión. Podría darse el caso de que no
contemos con ninguna, así que no tendremos que tomar ninguna decisión, al contrario que
cuando hay un problema donde sí tenemos que hacerlo, pues hay que solucionar algo.
También es necesario evaluar las alternativas en función del riesgo que corramos
adoptándolas. (Vázquez, 2006)
Tomar la decisión eligiendo una alternativa:
Una vez establecida y evaluadas las diferentes alternativas, y habiendo establecido las que
menos riesgos conllevan, elegiremos una en términos de coste- eficiencia. Debemos
conocer las posibles consecuencias que pueden derivar de tomar la decisión para estar
preparado ante cualquier eventualidad que surja y que podamos solucionarla. (Vázquez,
2006)
Implantar la decisión:
La fase de implantación de la decisión requiere que previamente hayamos respondido
preguntas típicas de otros procesos.
¿Qué debemos hacer?
¿Quién debe hacerlo?
¿Cuál es el plazo?
¿Cómo debe hacerlo?
¿Qué coste tiene y cuánto ganamos?
 Fase de seguimiento:
La fase de seguimiento es necesaria en todos los procesos metodológicos.
Trataremos de controlar la implantación de la decisión y de seguirla durante todo su
desarrollo. Asimismo, es necesario evaluarla y comparar el resultado con el objetivo
inicialmente implantado. (Vázquez, 2006)
El proceso de toma de decisiones es interactivo en el que es posible tener que volver a
etapas previas sin haber cerrado el proceso. Así, por ejemplo, un directivo al llegar a ña
fase de elección puede detectar que ninguna de las alternativas que se presentan es
adecuada y, por tanto, volver a plantear la necesidad de buscar nuevas alternativas. (Iborra,
2014)
Para que una decisión reciba el calificativo de racional, son necesarias dos condiciones. En
primer lugar, información perfecta que nos permita identificar el problema, diseñar las
alternativas y valorar las consecuencias de las alternativas. En segundo lugar, se requiere un
conjunto de criterios estables y ordenados que permitan jerarquizar las alternativas y elegir
entre ellas. (Iborra, 2014)
No siempre se dan estas condiciones. La información perfecta raramente existe en una
decisión compleja, e igual de raro es que dicha información no sea costosa de obtener,
analizar y sintetizar. (Iborra, 2014)

Por otro lado, y en relación a la segunda condición, la existencia de criterios estables y


ordenados que permitan jerarquizar, en las decisiones empresariales intervienen diferentes
personas que no siempre persiguen los mismos intereses. Ello hace que los criterios para
jerarquizar las opciones o alternativas no siempre sean coincidentes y que los elementos
políticos e la decisión cobre un papel fundamental. (Iborra, 2014)

Referencias:
 Iborra, M., Dasí, A., Dolz, C., Ferrer, C. (2014) Fundamentos de dirección de
empresas- concepto y habilidades directivas. España. Ediciones Paraninfo.
 Vázquez, R (2006) Habilidades Directivas y Técnicas de Liderazgo- su aplicación
en la gestión de equipos de trabajo. España. Editorial @ideaspropias

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