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1.1. Concepto del Derecho Romano. De acuerdo con César Ramos, el Derecho
Romano se suele definir como el conjunto de normas que rigieron a Roma, desde sus
orígenes o fundación hasta la caída del imperio de occidente en poder de los bárbaros; sin
embargo, suele objetarse que el momento de la fundación de Roma es incierto, así como que
la caída del imperio de occidente no significó la pérdida de vigencia del Derecho Romano,
que siguió vigente en oriente a través de la compilación justinianea.
También la influencia del Derecho Romano tuvo lugar a partir del siglo XI, con la
actividad de los Glosadores y los Comentaristas de la Universidad de Bolonia, desde la cual
se difundió a toda Europa occidental.
Igualmente se objeta que la expresión “Derecho Romano” no está aplicada a una sola
realidad socio-política, sino que la misma cambió a lo largo de la historia romana. Idéntico
comentario cabe hacer respecto de las fuentes del Derecho Romano.
Derecho Romano como Derecho Justinianeo: La identificación de ambos conceptos
se debió a que hasta bien avanzado el siglo XIX, la compilación justinianea era el único
testimonio documental cierto, para el conocimiento del Derecho Romano; sin embargo, se
soslayaba que la compilación recogía una actividad jurídica anterior, que fue adaptada a los
tiempos de Justiniano a través de las interpolaciones.
1.2. División de la historia del Derecho Romano.
Pugliese, Giovanni con la collaborazione di Francesco Sitzia e Letizia Vacca,
Istituzioni di Diritto Romano, terza edizione, Torino: Giappichelli Editore, 1991.
Periodo antiguo. Comienza con la fundación de la ciudad (754 a.C.) y termina hacia
la mitad del siglo II antes de Cristo.
Si se quiere escoger un año preciso, se puede señalar el 242 a.C., en el cual fue
instituido un magistrado (praetor peregrinus) para administrar justicia en los litigios de
romanos con peregrinos (extranjeros) y de los peregrinos entre sí.
Periodo preclásico y clásico. Comienza en el año 242 a.C. y se prolonga hasta la
mitad del tercer siglo de Cristo. Es un periodo larguísimo, durante el cual se ve la expansión
del dominio romano sobre casi todo el mundo entonces conocido por los pueblos
mediterráneos y se advierten las primeras señales de su decadencia, en concomitancia se
desarrolla el derecho privado, gracias particularmente a la obra de los juristas, alcanza el
nivel de perfección técnica y de adhesión a lo que (al menos a las clases dominantes) parecía
justo, que fue el principal factor de la supervivencia del derecho romano en el medioevo y
en la edad moderna.
Como fecha final parece oportuna la de la muerte de Modestino, reputado el último
jurista clásico (hacia el 240 d.C.).
Periodo post-clásico y justinianeo. Inicia con la fecha antes dicha y se extiende, a
través de otros tres siglos, hasta la muerte de Justiniano en el año 565.
1.3. El periodo arcaico del Derecho Romano. Según César Ramos con este nombre
se distingue al conjunto de normas primarias, que regían las relaciones entre los quirites,
resolvían los conflictos, establecían las áreas de deberes y derechos.
Los tres últimos reyes integran la llamada dinastía etrusca. El historiador Tito Livio
señala el ascenso al trono de Tarquino Prisco como una anormalidad constitucional, pues era
extranjero y no contó con los augurios tradicionales, sugiriendo que ejecutó un golpe de
Estado al desplazar a los hijos de Anco Marcio de quienes era su tutor.
Según el autor francés Jean Hus la confusión en torno a la aparición de esta dinastía,
se debe a la manipulación posterior de los romanos de este capítulo de su historia por
vergüenza nacional, dado que según una leyenda etrusca Roma había sido invadida por este
pueblo, lo que permitió que un extranjero reinase sobre ella.
Poderes del rey:
Religiosos: El rey es el máximo y óptimo augur, supremo intérprete de la voluntad
de los dioses. Es el sumo sacerdote de la comunidad en el culto público y bajo su dirección
se consultaban los auspicios.
Políticos: Imperium: Comando militar, conservación del orden, represión penal
ilimitada.
Normativos: El rey tiene la interpretación de las antiguas normas y principios
consuetudinarios, que ejerce por sí o en colaboración del colegio de pontífices.
Jurisdiccionales: La autoridad del rey para la solución de los conflictos particulares,
apareció primero como última instancia. Posteriormente, el rey establecía los términos del
litigio (fase in iure), encomendándose a un juez privado la decisión final (fase apud
iudicem).
Auxiliares del rey:
Para las funciones jurisdiccionales y religiosas el Pontífice Máximo.
Jurisdicciones especiales: Los dos varones para el perduelio. Instruían las causas por
traición y aplicaban la pena.
Cuestores del parricidio: En caso de muerte violenta de un pater.
Funciones militares: El tribuno de los céleres y el magister populus.
1.5.2. Colegios religiosos. Los colegios sacerdotales estaban integrados por
miembros de la nobleza, quienes hacían sentir su influencia en la conducción del Estado.
-Augures: Colaboraban con el rey en la interpretación del vuelo de las aves. El
Derecho Público romano, la organización del Estado, las decisiones fundamentales (elección
de los magistrados, expediciones bélicas, convocatoria de las asambleas), no se tomaban sin
consultar los auspicios y si estos no eran favorables.
-Pontífices: Conservadores de la sabiduría antigua, de las fórmulas sacrales, técnicas
de ritos del derecho y del proceso. Elaboraban el calendario y llevaban los anales. Presidido
por el Pontífice Máximo.
-Feciales: Encargados de los ritos consagrados a Júpiter. Esos ritos eran
fundamentales en los actos referidos a otras naciones (guerra, paz, federaciones).
-Vestales: Encargadas de la preparación y conservación de las cosas para los ritos
sacerdotales. Mantenían el fuego sagrado.
1.5.3. Senado: Senex = Anciano. Asamblea de ancianos, integrada exclusivamente
por los antiguos fundadores. Órgano asesor del rey, le asiste y aconseja en las tareas de
gobierno. Decide con su auctoritas patrum sobre la validez de los acuerdos tomados por las
asambleas populares (Iglesias).
Origen del Senado: Tito Livio: Satisfecho (Rómulo) de las fuerzas conquistadas, las
sometió a ordenada dirección: estableció cien senadores, bien porque le pareciese suficiente
el número, bien porque no encontrase más que mereciesen aquel honor. Lo cierto es que se
les llamó Padres y este nombre se convirtió en título y honor; sus descendientes se llamaron
Patricios.
Mas para otorgar algún favor a los sabinos, tomaron los romanos de la ciudad de
Cures el nombre de Quirites.
Funciones del Senado. Interregno: Cada pater ejerce el poder durante cinco días,
hasta que se aclame al nuevo rey.
Tito Livio: (Luego de la muerte de Rómulo). Acordóse al fin que los cien senadores
se dividirían en diez decurias y que cada una de éstas confiriese a uno de sus individuos el
ejercicio de la autoridad. El poder era colectivo, pero uno solo ostentaba las insignias y
marchaba precedido de lictores. El mando solamente duraba cinco días y cada uno lo ejercía
a su vez. De esta manera quedó suspendida la realeza durante un año, llamando a esta
suspensión interregno.
Asesoría del rey. Tito Livio (Refiriéndose a Tarquino el Soberbio): En efecto, éste
fue el primer rey que derogó la costumbre seguida por sus antecesores de consultar al
Senado en todos los negocios.
1.5.4.-Comicios Curiados: Cada una de las tribus que según la tradición (Ramnes,
Tities y Luceres) fundaron Roma, se divide en diez curias. Las treinta curias forman los
comicios. Tenían funciones de carácter religioso, así como de carácter familiar y gentilicio.
Suministran tropas al ejército (leva).
1.5.5. Comicios Centuriados:
De Martino, Francesco, Storia della Costituzione Romana, seconda edizione, volume
I, Napoli: Casa Editrice Dott. Eugenio Jovene, 1972.
Tito Livio: El dictador (M. Furio) presentó condiciones que calmaron la discordia; la
nobleza concedió al pueblo un cónsul plebeyo y el pueblo a la nobleza un pretor encargado
de administrar justicia en Roma y elegido entre los patricios.
...
Solamente los tribunos no pudieron soportar en silencio que la nobleza hubiese
recibido por un cónsul plebeyo tres magistrados patricios, sentándose en silla curul y
vestidos con la pretexta, de la misma manera que los cónsules; sin contar que el pretor, que
administraba justicia y era colega de los cónsules, nombrado bajo los mismos auspicios.
Riccobono, Salvatore, Roma Madre delle Leggi, Roma: Palumbo Editore, 1954.
El praetor peregrinus y el desarrollo del ius gentium
Después de las guerras púnicas el mundo primitivo patriarcal, con su organización
familiar, social y económica, comienza a disolverse y luego a desaparecer para siempre. Y
una cosa es cierta, que el imperio absoluto de las leyes decemvirales no podía sobrevivir
mucho tiempo (…).
La crisis por esto se manifiesta inmediata y se desarrolla rápidamente durante el
curso de los mismos sucesos bélicos. De hecho, en el año 512 ab Urbe condita fue
establecida en Roma una magistratura para los peregrinos, la cual tiene para nosotros una
importancia extraordinaria.
La nueva institución prueba, en efecto, que el comercio con los peregrinos era ya de
tanto relieve, que requería una magistratura estable con poderes propios, para la
administración de justicia entre los peregrinos y los ciudadanos romanos.
En la especial jurisdicción de este magistrado se forma rápidamente un nuevo orden
jurídico: El ius gentium, que puede definirse como el derecho comercial de los romanos que
tiene fuerza para todos los hombres libres, sean cives o peregrinos.
Aquí se encuentra la primera superación de la concepción rigurosa del derecho
quiritario, que concedía protección jurídica únicamente a los cives. Los extranjeros no tenían
protección (…). Las XII Tablas contenían la máxima: adversus hostem aeterna auctoritas
que significa: el extranjero (=hostis) no puede invocar la protección que la ley concede a los
ciudadanos. Ahora, por el contrario, el magistrado romano concede protección al extranjero
incluso contra el cives romanus.
...
También el proceso ante el pretor peregrino se desarrolla de manera simple y libre,
sin las formas rigurosas del derecho reservado a los cives (legis actiones). Las partes en
litigio exponen de manera libre los puntos de la controversia al pretor, el cual remite a los
contendientes provistos de una instrucción escrita (fórmula), acordada con las partes, a un
colegio de árbitros que decide la litis.
...
Era el primer núcleo de instituciones progresistas, promovidas por el comercio entre
las poblaciones mediterráneas, que supera de un golpe toda la estructura arcaica del mundo
romano y que necesaria y fatalmente debía en el curso de los siglos expandirse, haciendo
añicos y destruyendo todos los arcaísmos de la tradición jurídica primitiva romana.
Fides, bonum et aequum fundamento del nuevo Derecho.
La ley romana no tiene valor en la jurisdicción del pretor peregrino, ni puede ser
invocada. Pero ahora surge el problema ¿Cuáles directrices seguía el magistrado y cómo
deciden los árbitros? Sabemos con certeza que la administración de justicia era toda
dominada por la fides, que Cicerón (…) define como “verdad, lealtad, comportamiento
honesto en el cumplimiento de los pactos establecidos”.
Sobre este punto no caben dudas, porque el historiador griego Polibio, que escribe en
Roma hacia la mitad del siglo VII ab Urbe condita, estaba maravillado por esta gran virtud
de los romanos, que le faltaba a los griegos. Así, una nueva rama del derecho se desarrollaba
según las necesidades y las ideas del tiempo, como exigía el movimiento espontáneo de la
vida. El contraste de la ley decenviral y con toda la tradición jurídica era inevitable y la
superioridad del ius gentium reconocible a simple vista e impresionante.
Sinónimo de la fides es el binomio bonum et aequum, porque estos términos tienen
un elemento común, la veritas, la realidad de la vida que a menudo se contrapone al ius (…).
(...) Se puede por consiguiente, establecer el significado específico de bonum et
aequum y de aequitas. El binomio representa al orden moral que al lado del ius domina en la
sociedad humana. La aequitas por lo tanto brota de la misma naturaleza en todo consorcio
humano y tiene raíces firmes sobre las costumbres establecidas y los sentimientos comunes,
profundamente arraigados (…) Así, el ius gentium no sólo carece de forma sino que es todo
derecho equo en abierto contraste con el rigor del derecho propio de la tradición de los
quirites.
Los Tribunos de la Plebe.
Origen: Tito Livio, Historia Romana: Los soldados por consejo de un tal Sicinio y
sin orden de los cónsules se retiraron al monte Sacro, al otro lado del río Anio, a tres
millas de Roma. Allí sin jefe alguno, permanecieron tranquilos durante algunos días
en un campamento fortificado con un foso y una empalizada. En la ciudad había
llegado el terror al colmo, manteniéndolo todo en suspenso la mutua desconfianza.
Decidiéronse, pues, a enviar al pueblo a Menenio Agripa, varón elocuente y querido
de la multitud, como descendiente de familia plebeya. Tratóse en seguida de los
medios de concordia, decidiéndose que el pueblo tuviese sus magistrados propios;
que estos magistrados serían inviolables que la defenderían contra los cónsules y que
ningún patricio podría obtener esta magistratura. Creáronse, pues, dos tribunos del
pueblo, C. Licinio y L. Albino.
La rígida constitución aristocrática que hemos descrito hasta ahora, daba a los
patricios un predominio absoluto. El ingreso de la plebe al ejército y por consiguiente al
comicio, no era suficiente para modificar el ordenamiento de las clases. Prescindiendo del
hecho de que los no posesores, no eran inscritos en las tribus, la misma composición de la
asamblea reducía el poder de los propietarios menores, que debían representar la mayor
parte de la plebe, a límites insignificantes.
En tal estado de cosas, no quedaba a los propietarios plebeyos y a la masa de
desposeídos, otro medio de hacer valer sus reivindicaciones de clase, que la organización de
una comunidad propia dentro del estado patricio, una comunidad revolucionaria que
confiase a la fuerza la defensa de sus miembros. La lucha escogida por la plebe parece haber
sido la de la ruptura de la unidad de la ciudad y la amenaza de constituir una nueva ciudad
autónoma sobre el Monte Sacro o sobre el Aventino; a esto miran las secesiones
evidentemente, de as cuales queda el recuerdo en los historiadores, esto es, la del año 494 y
la otra del año 471. Después de la caída de Veyas, otra vez el arma política adoptada por la
plebe fue la amenaza de romper la unidad de la ciudad, transfiriendo la población a la ciudad
conquistada.
La tradición hace nacer con las secesiones el tribunado de la plebe y su
reconocimiento, por parte de los patricios. Si bien han llegado diversas versiones, tanto
sobre la fecha, como sobre el número inicial de los tribunos, consideramos que en el año 493
fueron instituidos los dos primeros tribunos de la plebe y en el año 471, fueron aumentados a
cuatro.
Los tribunos de la plebe fueron poderosos órganos revolucionarios, que emplearon la
fuerza política de la comunidad plebeya, mediante los instrumentos de la intercessio y del
auxilium, en ayuda de los plebeyos.
Cubiertos de inviolabilidad, sacrosantos, los tribunos estaban protegidos por
sanciones de carácter religioso, contra aquellos que hubiesen ofendido o hubiesen impedido
el ejercicio de su poder. Estos eran declarados sacros por las divinidades plebeyas (sacertas),
cualquiera podía matarlo impunemente.
Al lado de los tribunos, quizás más antiguos, estaban los ediles, custodios de los
templos y de los archivos de la plebe.
Las asambleas de la plebe, concilium plebis, promulgaban deliberaciones que
originalmente, vinculaban jurídicamente sólo a los miembros de la comunidad, más tarde se
convirtieron en obligatorias para todos; este fue el último éxito en las reivindicaciones de la
plebe, que terminó por identificarse con la ciudad y con el Estado.
El hecho de que la mayor parte de las leyes, que la tradición recuerda, se concentra
entre el año 494 y el año 448 y que necesita llegar al año 286, por la lex Hortensia y al año
232 ó 209 por la lex de tribunis et aedilibus creandis, demuestra que la consolidación del
poder de los tribunos fue consuetudinario y que sus competencias fueron fijadas, mediante
un desarrollo de las normas establecidas en la primera época.
El Tribuno Plebeyo fue el primer cargo sin imperio y sin magistratura, sin auspicios,
por lo tanto fuera de la organización constitucional de la ciudad. Poco a poco absorbió las
actividades de los Ediles plebeyos, que eran los funcionarios naturales de la plebe. Su
función era proteger a la plebe como individuos y como clase, contra las arbitrariedades de
los magistrados patricios, del Senado o de los comicios, paralizando aquellas decisiones
lesivas a los intereses plebeyos. Su número varió de dos a diez en el año 457 a.C. Su persona
era inviolable (sacrosancta), quien le ponía las manos encima alevosamente, era muerto al
instante.
El auxilio de la plebe era ejercido dentro del Pomerio y el tribuno debía tener las
puertas de su casa, siempre abiertas. Debían quedarse fuera del lugar de reunión del Senado,
pero podían paralizar sus decisiones.
Intercesión (Intercessio): Veto por el cual dejaban sin efecto las decisiones arbitrarias
de los magistrados, del Senado o las propuestas de ley, elecciones o convocatorias
comiciales.
Controlaba el ejercicio de las magistraturas y el envío de personal a las colonias.
Potestad de coerción: Podían imponer multas, realizar detenciones, infligir penas
capitales. Su decisión no estaba sometida al control de la provocatio ad populum, por su
carácter sacrosanto.
Al final, el tribunado llegó a fusionarse con las magistraturas, siendo regulada su
actividad por el Estado. En la etapa imperial, los Príncipes se harán otorgar la potestad
tribunicia, como una forma de estructurar y fundamentar su autoridad inviolable.
Edil curul: Magistrado menor sin imperium. Correspondía la policía, vigilancia de la
ciudad, de los lugares públicos y en especial, los mercados, donde ejercía jurisdicción
especial en la venta de esclavos y de animales, vigilancia de asociaciones, control de precios
contra la carestía, del abastecimiento y de los juegos y espectáculos públicos.
Edil plebeyo: Primitivos funcionarios de y para la plebe, que después fueron auxiliar
de los tribunos. Custodiaban el templo de Ceres y el archivo de la plebe. Defendían a los
plebeyos obligados a trabajos públicos excesivos. Promovían procesos para imposición de
multas.
Cuestores: Los cuestores son una antigua magistratura, que algunos hacen remontar
a la monarquía.
Mientras no tengamos pruebas de que realmente esta magistratura haya surgido con
la república, debemos considerar que la complejidad de las funciones estatales, habían
debido hecho surgir, con anterioridad, auxiliares del rey. Nos inclinamos; por consiguiente,
a creer que deban considerarse favorablemente las noticias sobre la antigüedad de la
cuestura.
La función originaria de los cuestores concierne a la represión criminal. Lo prueba en
primer lugar el nombre, que alude a una quaestio, a un quaerere, esto es, a una investigación
de las pruebas y de la culpabilidad.
Todas las antiguas pruebas confirman pues su carácter originario, se agrega que las
XII Tablas hablaban también de quaestores parricidii.
Si es fácil establecer cuál era la función originaria de los cuestores, por el contrario,
es difícil entender la competencia específica.
En primer lugar, las fuentes hablan ora de los cuestores en procesos de perduelio, ora
de quaestores parricidii. Se puede creer que se trataba de una misma magistratura, que toma
uno u otro nombre, cuando le fueran atribuidas competencias específicas.
Así puede darse que el nombre de los cuestores del parricidio, del que se encuentra
mención en las XII Tablas, dependiese del hecho, que por primera vez fue reconocida a los
cuestores la potestad de proceder, en casos que antes eran abandonados a la venganza
gentilicia. De todos modos, se trata de simples conjeturas.
Los cuestores eran dos en su origen, que Livio define como urbanos. En el 412 los
cónsules habían requerido un aumento del número a cuatro.
Es probable que el aumento del número se relacione con las competencias
aumentadas de la cuestura, que había extendido su esfera de actividad a la administración
financiera.
En la edad más antigua de la república, los cuestores fueron siempre cuatro, los
cuales eran electos en los comicios tributos, cuando tales asambleas aparecieron.
Duoviri Perduellionis. La opinión común considera que los duoviri perduellionis
fueron magistrados menores o funcionarios auxiliares, que tenían el encargo específico de
proceder contra los culpables de perduelio.
Los duoviri son; por consiguiente, magistrados menores creados caso por caso por el
comicio, ya que éste no tenía poder de auto-convocarse y podía ser reunido solamente por
los magistrados mayores; es necesario admitir que su convocatoria para el nombramiento de
los duoviri, sucediese bajo el empuje de la ira popular.
El nombramiento de los duoviri no era obligatorio. Ninguno podía quitar a los
magistrados mayores, el derecho de proceder con los instrumentos a su propia disposición,
contra los culpables de cualquier delito.
Sin duda que estos estaban sometidos a la provocatio. El mismo hecho de que eran
nombrados por la asamblea, hace irresistible la petición de apelar a la asamblea.
Los duoviri no fueron nunca abolidos formalmente por una ley. Pero la afirmación
del tribunado de la plebe y de la injerencia de los tribunos, en casos de perduelio, hizo caer
en desuso (desuetudine) el proceso duumviral, que fue prácticamente sustituido por el
tribunicio, del cual las fuentes han conservado más ejemplos.
Principado de Augusto.
Durante cuatro años, del 27 al 23, la autoridad de Augusto se apoyó legalmente en la
asociación del consulado y del imperium proconsular a su persona.
La innovación (y la anomalía) consistió en la duración de esos poderes y sobre todo
en la de ese consulado renovado sin cesar.
La misión de Augusto era producto de varios hechos que no eran de orden jurídico,
sino de orden histórico; en el año 32 a.C., romanos, italianos y provincianos de las
provincias occidentales, prestaron a Octavio un juramento personal de fidelidad, por
el cual estaban atados para siempre.
En el interior del senado, Augusto era el personaje más importante. Estaba investido
de la más grande auctoritas: se le escuchaba, no porque poseyese la fuerza sino
porque ese valor preeminente provenía de sus acciones anteriores y de su éxito. Era
princeps senatus, jefe moral indiscutido entre sus iguales y cada una de sus palabras,
cada una de sus opiniones, eran “ejemplares”.
La noción de “principado”, que hoy nos parece de esencia monárquica, era entonces
sobre todo aristocrática y oligárquica.
Para separar más netamente su propio poder del de las magistraturas tradicionales,
Augusto renunció a ocupar cada año el consulado. En compensación se atribuyó, a
partir del 1 de julio del año 23 a.C., la “potestad tribunicia”, es decir, no sólo la
inviolabilidad personal, sino sobre todo el derecho de veto sobre los actos de todos
los magistrados.
Por otra parte, para conservar la libre disposición de las fuerzas militares, Augusto
asumió el imperium proconsular no sólo en el interior de ciertas provincias, sino en
todo el imperio en la misma Roma se arrogó el imperium militar.
Kunkel: Justiniano había planeado ya realizar una recopilación oficial de estas leyes
nuevas, al publicarse el Codex (534), pero no llevó a cabo su proyecto. En cambio, surgieron
muchas ediciones privadas.
La más antigua de todas ellas es una refundición resumida, llamada Epítome Iuliani,
escrita en latín. Contiene 124 leyes de los años 535 a 555. Fue conocida en Italia a lo largo
de la edad media.
-Authenticum. Encontrada en Bolonia hacia el año 1100. Tiene 134 novelas.
Contiene novelas latinas en su texto original y griegas, en una defectuosa versión latina.