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DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
El diagnóstico diferencial psiquiátrico incluye todas las posibilidades
habitualmente consideradas para los trastornos del estado de ánimo y para
la esquizofrenia. En todo diagnóstico diferencial de los trastornos
psicóticos debe efectuarse una completa evaluación médica para descartar
causas orgánicas de los síntomas. El antecedente del consumo de sustancias
(con análisis toxicológicos positivos o negativos) puede indicar un
trastorno inducido por sustancias. Las enfermedades orgánicas
preexistentes, sus tratamientos, o ambos, pueden provocar trastornos
psicóticos y del estado de ánimo. Cualquier sospecha de una alteración
neurológica justifica la consideración de una exploración cerebral para
descartar alteraciones anatómicas y un EEG para determinar cualquier
trastorno epiléptico (p. ej., epilepsia del lóbulo temporal). El trastorno
psicótico ocasionado por un trastorno epiléptico es más frecuente de lo que
se observa en la población general; tiende a caracterizarse por paranoia,
alucinaciones e ideas referenciales. Se cree que los epilépticos con psicosis
presentan un mejor nivel funcional que los pacientes con trastornos del
espectro esquizofrénico. Un buen control de las convulsiones puede reducir
la psicosis.
EVOLUCIÓN Y PRONÓSTICO
Considerando las incertidumbres y el diagnóstico evolutivo del diagnóstico
del trastorno esquizoafectivo, resulta complicado determinar cuál es la
evolución y el pronóstico a largo plazo. Dada la definición del diagnóstico,
cabría esperar que los pacientes con trastorno esquizoafectivo presentaran
una evolución similar a un trastorno del estado de ánimo episódico, una
evolución esquizofrénica crónica o un desenlace intermedio. Se ha
supuesto que una presencia creciente de síntomas esquizofrénicos predecía
un peor pronóstico. Tras 1 año, los pacientes con trastorno esquizoafectivo
presentaron diferentes desenlaces, que dependían de si los síntomas
predominantes eran afectivos (mejor pronóstico) o esquizofrénicos (peor
pronóstico).
En un estudio en que se sometieron a un seguimiento durante 8 años
pacientes diagnosticados de trastorno esquizoafectivo, se observó que los
desenlaces se asemejaban más a los de una esquizofrenia que a los de un
trastorno del estado deánimo con rasgos psicótico.
TRATAMIENTO
Los estabilizadores del estado de ánimo o eutimizantes son la base del
tratamiento de los trastornos bipolares, y cabría esperar que desempañaran
una función esencial en el tratamiento de pacientes con trastorno
esquizoafectivo. En un estudio se comparó el litio con la carbamazepina, y
se observó que esta última era superior para tratar el trastorno
esquizoafectivo de tipo depresivo, pero no se observó ninguna diferencia
entre ambos fármacos para el tipo bipolar. Sin embargo, en la práctica,
estos fármacos se emplean ampliamente en monoterapia, combinados o
junto con un antipsicótico.
En los episodios maníacos, los pacientes esquizoafectivos se tratan
enérgicamente con dosis de un eutimizante en el intervalo medio a alto de
la concentración terapéutica. A medida que el paciente entra en la fase de
mantenimiento, podrá reducirse la dosis hasta el intervalo inferior o medio
para evitar los efectos adversos y otros efectos potenciales sobre los
sistemas orgánicos (p. ej., tiroides y riñón) y para mejorar la facilidad de
uso y el cumplimiento terapéutico. Periódicamente deben vigilarse las
concentraciones plasmáticas de los fármacos y las funciones tiroidea, renal
y hematológica mediante pruebas de laboratorio.
Por definición, muchos pacientes esquizoafectivos presentan episodios
depresivos mayores. El tratamiento con antidepresivos refleja el
tratamiento de la depresión bipolar. Debe procurarse no precipitar un ciclo
de cambios rápidos de la depresión a la manía con los antidepresivos. Para
la elección de antidepresivos, se consideran las respuestas previas
obtenidas con los fármacos. Los inhibidores selectivos de la recaptación de
serotonina (p. ej., fluoxetina y sertralina) se emplean a menudo como
fármacos de primera línea porque ejercen menos efectos sobre la función
cardíaca y el perfil de sobredosis es favorable. Sin embargo, los pacientes
agitados o insomnes pueden beneficiarse de un antidepresivo tricíclico.
Como en todos los casos de manía intratable, se considerará el uso de la
TEC. Como se ha mencionado, los antipsicóticos son importantes en el
tratamiento de los síntomas psicóticos del trastorno esquizoafectivo.
Tratamiento psicosocial
Los pacientes se benefician de una combinación de terapia familiar,
formación en habilidades sociales y rehabilitación cognitiva. Puesto que en
el campo de la psiquiatría ha existido cierta dificultad en cuanto al
diagnóstico y pronóstico exactos del trastorno esquizoafectivo, conviene
explicar esta incertidumbre al paciente. El intervalo sintomático puede ser
amplio, porque los pacientes se enfrentan tanto con la psicosis activa como
con diversas fases del estado de ánimo. Puede ser muy difícil para los
familiares adaptarse al ritmo de la naturaleza y las necesidades cambiantes
de estos pacientes. Los regímenes terapéuticos pueden ser complicados,
con múltiples medicaciones de diversas clases de fármacos.