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LOS MUERTOS NO AMAN Rafa Boix

1Juan 3:11 Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos
amemos unos a otros. 12 No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano.
¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano
justas. 13 Hermanos míos, no os extrañéis si el mundo os aborrece. 14 Nosotros
sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El
que no ama a su hermano, permanece en muerte.
El contexto anterior nos muestra lo que Juan, inspirado por el Espíritu Santo, está
hablando a la Iglesia:
- Está hablando que el amor que el Padre nos ha dado se manifiesta llamándonos
sus hijos.
- Está hablando de la esperanza del creyente que le lleva a purificarse a sí mismo.
- De que Jesús apareció para quitar nuestros pecados, y que si verdaderamente
permanecemos en Jesús, en una correcta relación con Él, no practicaremos el
pecado.
- Que si andamos practicando el pecado ni hemos conocido a Jesús ni le hemos
visto. ¡¡De ninguna manera!!
- Que si hemos sido justificados por Cristo, practicaremos lo que es justo, pero si
continuamos practicando el pecado, somos del diablo.
- Juan está hablando de que Jesús apareció para romper las cadenas que nos
mantienen atados al pecado, viene a liberarnos de la opresión del diablo.
- Juan está hablando de que si hemos nacido de Dios, no practicaremos el pecado,
no podremos llevar una vida de pecado porque Dios ha puesto su simiente en
nosotros, su Espíritu, su naturaleza santa y justa.
- Y por último, Juan está hablando de que hay una prueba, una evidencia, de
quienes son verdaderamente hijos de Dios o hijos del diablo: si no practicamos
lo que a Dios le agrada, si no amamos a nuestro hermano, si andamos
calumniando, chismeando mentiras, acusaciones contra nuestro hermano,
somos hijos del Calumniador, del diablo.
- Al estudiar estos textos a fondo, lo que realmente nos dice es que cuando
chismeamos, cuando utilizamos la calumnia que es la acusación falsa para
atribuir maldad a alguien con el fin de desalentarlo. La fuente de quien te estás
nutriendo viene directamente de Satanás.
Quienes andan chismeando de los demás, juzgando, calumniando con falsedad y están
con ello desanimando, desalentando a los verdaderos cristianos, dice Juan, no sólo
demuestran no amar al hermano, demuestran no estar haciendo lo justo y demuestran de
una manera evidente, que son hijos del diablo, que no son de Dios.
Y si le preguntáramos a Juan porque está siendo tan contundente, tan radical con este
asunto, nos responde en el v.11:
V.11) Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio:
Lo que Juan está diciendo es que el Evangelio sigue siendo el mismo. No cambió
(aunque algunos traten de cambiarlo). El mensaje, el mandamiento que recibiste cuando
creíste en Cristo por primera vez, sigue siendo el mismo.
Y el mensaje, el mandamiento es: Que nos amemos unos a otros:

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- Fue el mensaje de Jesús: Jn 13:34 Un mandamiento nuevo os doy: Que os


améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a
otros. Jn 13:35; 15:12, 17
- Fue el mensaje de los apóstoles: Ro 13:8; 1Ts 4:9; 1P 1:22; 1Jn 3:23; 4:7, 11-
12, 20-21; 2Jn 5.
Nos hemos propuesto tratar de ser verdaderos cristianos sin amar a Dios con todo
nuestro corazón, alma y fuerzas y sin amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos:
y es completamente imposible. Un verdadero creyente debe y puede amar a los demás.
Es la evidencia vital de la vida cristiana, la prueba de la genuinidad del nuevo
nacimiento, no sólo es parte del evangelio, sino el contenido, la esencia y el
cumplimiento del evangelio.
William MacDonald dice que el amor no se usa aquí en el sentido de amistad o de un
mero afecto humano, sino que se trata del amor divino. Es amar a otros como Cristo
nos amó.
Esto es imposible por nosotros mismos. Es algo sobrenatural. Pero por eso sólo aquellos
que han nacido de Dios, de nuevo, que tienen al Espíritu Santo, pueden amar como
Jesús nos ama (Ro 5:5). Dios está en ti, el Espíritu Santo está en ti, has nacido de nuevo,
recibiste una nueva naturaleza justa, santa, sin mancha que te hará desear obedecer a
Dios.
Lo normal en una persona no salvada por Cristo con una naturaleza caída, es guardar
rencor, no perdonar, chismear, calumniar, criticar, buscar los errores, etc. Pero lo
normal en una persona con la naturaleza de Cristo es amar (con todo lo que eso
implica).
MacArthur dice que el amor no es un simple deber opcional para los que afirman ser
cristianos, sino una prueba positiva de que en realidad han nacido de nuevo.
También Matthew Henry está de acuerdo al decir que este amor es el fruto especial de
nuestra fe, y señal segura de que somos nacidos de nuevo.
Usted puede no estar de acuerdo con que si no ama a su hermano, si no anda en justicia
y si anda en calumnias es hijo del diablo, pero estará en desacuerdo con la misma
Palabra de Dios no conmigo.
¿Porqué esta severidad? Porque este es mensaje (mandato) que habéis oído desde el
principio: que nos amemos unos a otros.
Fue el mandamiento que recibió al creer en Cristo, al ser salvado, pero ¿Cuándo cambió
este mensaje, este mandamiento? ¿Porqué dejó de amar y dio lugar a la crítica, al juicio,
al chisme, la calumnia? ¿Acaso el Mandamiento ha cambiado?
Aunque le hicieran daño, aunque tuviera razones, aunque no le gustara lo que veía, el
mandamiento, el mensaje sigue siendo el mismo: que nos amemos unos a otros.
V.12) No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano:
- No como Caín que era del maligno: los términos usados (ou kadsós y jén:
imperfecto de eimí.) nos hacen entender lo que Juan está tratando de decir:
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Que nos amemos unos a otros, pero en absoluto o de ninguna manera como Caín que
era del maligno. No que hizo algo malo, sino que su ser llegó a pertenecer
completamente al maligno, se llenó del maligno, su naturaleza era maligna.
Así lo traduce la NVI “No seamos como Caín” o la NTV “No debemos ser como Caín
quien pertenecía al maligno.
Anteriormente Juan describía al diablo como el Calumniador, el que con falsedad
atribuye maldad o acusación a alguien para desalentarlo. Y todos los que practican el
chisme, la calumnia, se nutren de este Calumniador, beben de esta fuente la cual es
Satanás mismo.
Pero aquí Juan al decir Maligno (ponerós) está hablando de alguien dañino, malo.
También se traduce como perverso, criminal, envidioso, malvado.
Y Caín, aunque amado por Dios, creado por Dios, llegó a pertenecer al Maligno hasta el
punto de tener una naturaleza tan perversa, dañina como el mismo Satanás porque se
estaba nutriendo de él mismo.
Mt 5:11 dice que somos bienaventurados cuando nos persigan diciendo toda clase de
mal contra nosotros mintiendo. Y esta clase de mal, es la misma raíz para describir al
Maligno: Ponerós: Así que aquellos que dicen toda clase de mal contra un verdadero
hijo de Dios, son del maligno, están nutriendose de él, de perversidad, de envidia, de
maldad.
Caín es considerado por la Palabra de Dios como alguien que era, pertenecía al maligno
por matar a su hermano, que es lo contrario al amor.
Pero es que Jesús mismo dijo que no sólo el que matare a alguien será culpable de
juicio, sino que aquel que se enoje contra su hermano también será culpable de juicio.
Tendrá el mismo juicio, la misma severidad que tuvo Caín. Y está hablando de orgízo:
provocar o encolerizar, exasperarse, airarse.
- Y mató a su hermano: Por eso lo mató, porque estaba lleno del maligno, pertenecía
al maligno, su ser era uno con el maligno, tenía la naturaleza del maligno. La NVI dice
que por ser del maligno asesinó a su hermano. Y esto es porque uno hace, lo que su
naturaleza es. Y no importa cuanto quiera esconderlo, lo que es, dice Juan, se hará
manifiesto, patente, como las obras de la carne, o del carnal (no nacido de Dios) que
dice Pablo en Gal 5:19 que son (utilizando la misma palabra) manifiestas, patentes,
evidentes.
Juan lo viene diciendo anteriormente: El que es justo, hace justicia, el que es del
maligno, del calumniador, calumnia, aborrece, chismea y mata primeramente en su
corazón, en sus palabras y finalmente como Caín.
V12) ¿Y porqué causa le mató? Porque sus obras eran malas: érgon: sus acciones,
su ocupación, sus hechos eran malos. Según la palabra usada por Juan, los hechos de
Caín eran malignos, igual de malos que el mismo Satanás, o en otras palabras,
procedían de la misma naturaleza de Satanás (jén: raíz de eimí y poneró).

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Juan nos está diciendo que Caín mató a su hermano porque sus obras manifestaron lo
que que Caín era, la naturaleza que tenía, una naturaleza perversa, maligna porque
estaba nutrida del Maligno.
El v.10 nos habla de ser de Dios, indicando en el gr como la fuente de donde sale, de
donde se nutre. Pues Caín se nutría del maligno, su fuente era el maligno y por lo tanto
lo que salía de él era igual de maligno.
Dicen otros comentarístas que sus obras manifestaron su verdadero carácter, aunque por
fuera se presentó piadoso (dando un sacrificio como Abel). Al asesinar a su hermano,
Caín manifestó lo que Jesús dijo en Jn 8:44 que su padre era el diablo y los deseos de
su padra hacía. Manifestó su carácter diabólico. El origen y la fuente de su vida, en
pensamento y acto, era el maligno.
V.12) Y las de su hermano justas: díkaios: equitativas, inocentes, santas, rectas.
Notamos aquí el contraste que Juan viene marcando entre el malo y el justo y la fuente o
la paternidad de ambos: el maligno, el calumniador, o el Justo: Cristo, Dios.
V.7) el que hace justicia, el que la practica (como Abel), es justo como Cristo es Justo.
V.8) el que practica el pecado (como Caín), es del diablo.
¿Acaso el apóstol Pablo no nos advierte de estas obras? De envidias, rivalidades,
enemistades, pleitos, iras, celos, contiendas, disensiones, envidias, homicidios y cosas
semejantes. ¿Acaso no nos dice que quienes lo practican no heredarán el reino de Dios?
(Gal 5:21).
¿Acaso el fruto del Espíritu o la evidencia de tener el Espíritu no es completamente lo
contrario? Amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre,
templanza.
V.13) Hermanos míos, no os extrañéis si el mundo os aborrece:
Caín, empujado por su propia naturaleza perversa inspirada por satanás mismo, llegó a
aborrecer a su hermano hasta matarlo.
Y Juan está diciendo que no deberíamos extrañarnos, asombrarnos cuando alguien
aparentemente cristiano en lugar de amar, perdonar muestra un aborrecimiento, ira,
crítica hacia nosotros. Porque en realidad, está mostrando lo que verdaderamente es.
Por dentro pueden aparentar ser justos, presentar ofrendas, sacrificios (como Caín), pero
por dentro todo está corrompido, muerto y más tarde o temprano, se hará patente.
Proverbios 9:7 El que corrige al escarnecedor, se acarrea afrenta; el que reprende al
impío, se atrae mancha. V.8 no reprendas al escarnecedor, para que no te aborrezca;
corrige al sabio, y te amará.
Notemos los dos mismos conceptos que Juan está presentando:
- El escarnecedor, el impío (aunque aparente ser justo) cuando es corregido,
cuando es reprendido, acaba aborreciendo, odiando, acaba enemistado con quien
le corrige. (Porque es impío, tiene una naturaleza impía y lo que es, es lo que
hace).

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- El sabio cuando es corregido, ama.


La corrección es la misma, el que corrige es el mismo, pero la reacción cambiará porque
uno es del diablo y otro de Dios. Uno se nutre del Espíritu Santo y su fruto y otro de
satanás y sus obras carnales, como las de Caín. Uno puede amar, el otro no puede evitar
aborrecer.
Entonces ¿cómo sabemos que somos hijos de Dios, que hemos nacido de nuevo, que
hemos sido salvados?
V.14) Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los
hermanos.
A diferencia de los que no lo son: Sabemos (eído), se reconoce, se percibe, se
comprende, se ve quienes han pasado de muerte a vida (metabaíno) quienes han
cambiado su estado espiritual, su paternidad.
El Espíritu Santo da testimonio a nuestro espíritu, corrobora, da evidencias de que
hemos sido salvados (Ro 8:16)
Y la evidencia es Su Fruto: El amor. Juan dice: en que amamos a los hermanos.
Ef 2:1 dice que Cristo nos dio vida cuando estábamos muertos en delitos y pecados:
- Los muertos espiritualmente, los que son como Caín, los que pertenecen al
Maligno, dice Efesios: siguen la corriente del mundo, se conducen según el que
gobierna las tinieblas (NVI), y no pueden dejar de vivir en desobediencia. Son
impulsados por los deseos pecaminosos, siguen la propia voluntad.
- Los que han recibido la vida de Cristo: dice Juan, aman a sus hermanos (1Jn
3:14). El que es sabio, cuando es corregido, ama (Pr 9:8).
¿En qué se reconoce, se ve, se percibe que alguien es hijo de Dios?
- Caín nos enseña que no es ni el tamaño ni el tipo de ofrenda
- Judas nos enseña que no son los milagros que uno pueda llegar a hacer
No es el conocimiento, ni como predica o cuanto sirve.
NTV: Si amamos a nuestros hermanos en Cristo, eso demuestra que hemos pasado de
muerte a vida.
V.14) El que no ama a su hermano, permanece en muerte:
El que contrariamente a amar, chismea, critica, odia, aborrece, no perdona, guarda
rencilla. El que practica la envidia, la rivalidad, la enemistad, el pleito, la ira, las
contiendas (Gal 5:21)… dice Juan, permanece en muerte (méno): está muerto, continúa
muerto o en muerte. NTV: Pero el que no tiene amor sigue muerto.
CONCLUSIÓN
Así que el llamado de Dios hoy es claro. Es un llamado de amor al verdadero
arrepentimiento, a abandonar los pecados. A dejar de beber del Calumniador, a dejar de
nutrirnos del Maligno.

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Si usted es un verdadero hijo de Dios amará a su hermano, como Cristo le ama a usted.
Sin condiciones. No dará sus oídos, ni su boca al chisme, a la calumnia hacia ningún
hermano.
Si se está nutriendo de Dios, si su fuente es el Espíritu Santo, si fue trasladado de
muerte a vida, le llevará a manifestar el fruto del amor con quien lo merece y con quien
no.
Si se está nutriendo de satanás, si su fuente es el maligno, si continúa muerto en sus
pecados, manifestará obras, pensamientos y palabras carnales. Está muerto, no ha sido
salvado y necesita urgentemente ser rescatado, liberado.
Decida hoy cambiar su naturaleza. Decida hoy cambiar la fuente de sus pensamientos,
de sus emociones.
Comenzará a sentir amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad,
humildad y control propio (Ga 5:22-23)
Si decide pertenecer a Cristo Jesús, dice Pablo, clavará en la cruz las pasiones, los
deseos de la naturaleza pecaminosa y los crucificará a llí.
Usted experimentará al Espíritu Santo viniendo sobre su vida llenándole, haciéndole
libre para amar, para edificar, para perdonar, para bendecir, para ser como Jesús.
Usted comenzará a ser lleno de Cristo y el mundo lo notará. Usted será un instrumento
ungido por el Espiritu Santo y con poder para librar a los oprimidos por el diablo.
Pero hoy, sin anduvo dando lugar a la calumnia, a la falta de amor, de perdón, al
chisme, sea en sus pensamientos, en sus oídos o en su lengua, se está nutriendo de
satanás mismo y necesita tomar una decisión antes de que sea demasiado tarde.
Cristo está aquí, y le quiere hacer libre.

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