Está en la página 1de 4

II.

EL PRIMER ASESINO

(Génesis 4:6-10)

¿Qué aprendemos en este pasaje acerca de nuestra responsabilidad cristiana hacia otros?

1. "JEHOVA DIJO A CAIN" (vrs. 6-7)

Una crisis no debe robar un hombre de su fe. La crisis sencillamente revelará su fe o la falta de
ella. Consciente del peligroso camino que Caín estaba tomando, Dios fielmente le quiso ayudar.
Le recordó a Caín que Satanás tenía planes para él, pero que no era tarde para resistir el mal,
además del peligro que amenazaba su alma, "si hicieres bien, ¿no serás enaltecido? Y si no hicieres
bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él" (v.
7). A menos que nosotros llevemos nuestros pecados a Dios, seremos libres, de lo contrario
nuestro corazón podrá ser fácil presa de la maldad que como bestia salvaje está lista para
devorarnos.

¿Qué puede hacer el hombre para vencer al pecado? Alexander Maclaren expresó bellamente la
condición humana en su aspecto negativo: "si no hubiera ninguna otra cosa que decirle al mundo
sino el siguiente mensaje: -el pecado está a tu puerta, véncelo, pero que no tuviéramos
evangelios, entonces el dominio del pecado estaría asegurado. Porque no hay nada en este
mundo que esté tan vacío y desolado que el alma de una persona que está siendo desolada y
esclavizada por el pecado, y luego se le diga: "¡Levántate, purifícate a ti mismo, y manténte en
santidad!" Esto es imposible de llevarse a cabo".

2. "CAIN ... LO MATO" (v. 8)

El voluntarioso Caín rehusó escuchar la amonestación divina. El resultado fue que los cielos y el
odio tuvieron su expresión en el asesinato. Los lobos que habían estado encadenados en la celda
de su alma fueron sueltos. Caín pretendió ofrecerle a su hermano un paseo amistoso por el
campo para llevar a cabo sus planes diabólicos. Así que Abel fue asesinado. Es imprescindible que
toda persona escuche la llamada de atención que Dios le dé. No hay que dejar que el Caín que
llevamos dentro encuentre su expresión, sino dejemos que Cristo destruya la impía disposición de
nuestro corazón.
Fue después de un servicio de adoración que el primer asesinato fue cometido. Joseph Parker
dijo: "Si queremos ver el valor de la adoración religiosa de un hombre, hay que verlo después de la
iglesia. Caín mató a su hermano después del servicio de la iglesia, y esa fue precisamente la
medida exacta de su piedad ..." (La Biblia del Pueblo).

3. "SOY YO ACASO GUARDA DE MI HERMANO" (v. 9)

Muy pronto Caín se encontró con que Dios le preguntaba acerca del paradero de su hermano,
"¿Dónde está Abel tu hermano?" A lo que Caín respondió con una mentira "No sé", y luego él
mismo hizo una pregunta "Soy yo acaso guarda de mi hermano?" La respuesta fue clara, ya que el
juicio que le sigue no nos da lugar a la duda (4:11-16). La verdad de este pasaje bíblico no debe
hacernos olvidar de lo serio que es nuestra responsabilidad hacia otros. Cada uno de nosotros
debemos dar cuenta de la influencia de nuestras vidas sobre otros, así como de las oportunidades
que tuvimos de hacerle bien a las almas y cuerpos de los hombres. Esta es la verdad solemne de la
parábola del Maestro acerca del juicio en la cual el Rey es representado diciéndole a los que
estaban a su izquierda: "porque tuve hambre, y no me diste de comer; tuve sed, y no me diste de
beber; fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la
cárcel, y no me visitasteis" (Mateo 25:42-43). La historia del Buen Samaritano recalca también el
interés que los cristianos deben de tener hacia su prójimo (Lucas 10:25-37).

El apóstol Juan escribió, "Si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a
otros" (I Juan 4:4-11). El Dr. Donald Metz comentando acerca de este versículo dijo: "El amor
cristiano primordialmente es un principio de acción. El amor cristiano es la cualidad espiritual
dada por Dios que se expresa en el deseo de ver cumplida la voluntad divina en la vida de toda
persona.

II. EL JUICIO DE DIOS

(Génesis 4:11-15)

¿Por qué combina Dios su juicio con misericordia?

1. "GRANDE ... PARA SER SOPORTADO" (v. 3)

El castigo o juicio de Dios fue tremendo. Caín viviría en una tierra que no sería productiva (v. 11).
Aquel era un castigo muy severo para un campesino o labrador. Además Caín sería "un errante y
un extranjero" sobre la tierra. Su orgullo y presunción fueron deshechos por la severidad con que
Dios lo trató. "Grande es mi castigo para ser soportado". ¿Hay palabras más tristes que estas en
el Antiguo Testamento?

2. "JEHOVA PUSO SEÑAL EN CAIN" (v. 15)

Los castigos de Dios siempre tienen tono de misericordia. Cuando Caín expuso su necesidad, Dios
procuró protegerlo contra aquellos que posiblemente le molestarían. Algunos han identificado la
marca de Caín en el color de los de raza negra. Pero no debemos olvidar que aquella marca no era
símbolo de maldición sino señal del amor protector de Dios. La naturaleza de aquella marca o
señal es incierta. Pero lo que importa en verdad es el hecho que la providencia divina estaba
extendiendo su cuidado protector.

3. LA RESPUESTA DIVINA PARA EL ODIO

(I Juan 3:11-15)

¿Cuál es el factor primordial en relación con el interés correcto hacia otros?

1. "NOS AMEMOS UNOS A OTROS" (v. 11).

El poder destructivo del pecado es evidente en el mundo actual. El odio prevalece por
dondequiera. Así que nosotros recalcamos que las pasiones diabólicas del corazón de los hombres
solamente tienen su solución en Dios. Su remedio está en el amor redentor. El amor divino
derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo nos da una nueva vida. Esta vida
se expresa en sí misma en relaciones transformadas (Romanos 13:8-10). "Porque este es el
mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros" (v. 11). Sólo aquellos
que realmente aman a Dios pueden darse cuenta de su responsabilidad completa hacia otros.

CONCLUSION

"Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida
eterna permanente en él (I Juan 3:17).
El brote terrible del germen del pecado del hombre fue el odio. Es la primera manifestación del
resultado de la desobediencia en el Edén. Casi es imposible llegar al alcance de todas sus
manifestaciones: odio por envidia, como el de Caín; de raza, político y lo que parece más
inverosímil, odio religioso. Pero es el mismo dardo venenoso inyectado en el infierno y por el cual
Satanás envía más almas a la perdición y lleva en aumento cada día a su ya numeroso ejército.

El aborrecimiento es amargo; hace imposible la vida misma de quien lo almacena. Elimina toda
posibilidad de vida feliz a sus propios poseedores. El amor, dulcifica la vida, trae y produce paz;
hace que la vida sea digna y valedera de vivir. Es el antídoto del odio en sus principios y en sus
efectos. Los dos proceden de fuentes distintas: el odio, el aborrecimiento, es de Satanás; el amor
es de Dios, dice Juan.

Conociendo los orígenes y al saber en cuál de los dos bandos estamos, debemos afiliarnos a Cristo
que amó y dijo que debíamos amarnos unos a otros como él nos amó. Me gusta pensar en esta
parte positiva, porque el odio es negativo y todo lo negativo es malo. Es verdad que parece haber
muchas causas para odiar, pero son aparentes y sus resultados funestos. Más son los motivos
para amar y sus resultados son benéficos. Siempre recuerdo la fábula que aprendimos en la
escuela primaria. "A un peral, una piedra, arrojó un muchacho; y una pera exquisita arrojóle el
árbol. Las almas bellas, por el mal que les hacen, vuelven favores".

Como hijos de Dios, amémonos. En eso mostraremos que somos de él; pero de verdad. No lo
lamentaremos nunca. Quien siembra odios, recogerá sus resultados. Sembremos amor, no
importa con quién.

También podría gustarte