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Nº11

ENERO
2020
¡GRACIAS POR VUESTRA CONFIANZA!
Progresión en el Mesociclo Para Hipertrofia ¡FELIZ AÑO 2020!
¿Cómo Altera el Ejercicio las Analíticas de Sangre?
Vitamina D en el Tejido Muscular y la Fuerza
Grasas y Salud Cardiovascular. Parte II: Ácidos Grasos Monoinsaturados y Trans

¡INVITADO DEL MES!

Juan José González Badillo


Velocidad de Ejecución en el Entrenamiento de Fuerza

¡!
¡ ¡

Eneko Baz
Ismael Galancho
Maelán Fontes
A los lectores...
BIENVENIDOS
Si tú o tus clientes estáis interesados en deportes de fuerza, ganar masa
muscular o mejorar la composición corporal, de la forma más eficiente
y efectiva posible y basado en la evidencia científica, NATISS es para ti.

Todos los meses haremos una selección de los estudios más interesantes pu-
blicados en este ámbito y os los explicaremos, detallaremos y resumiremos de
manera fácil y práctica.

Pero antes de nada... ¿Qué es NATISS?, ¿Cómo surgió?. Hace unos meses
Eneko, Sergio e Ismael estábamos haciendo una mesa redonda sobre hiper-
trofia en YouTube y se nos ocurrió que podríamos ahorrarle tiempo y dinero a
cualquier entrenador o deportista recopilando y analizando los mejores estu-
dios sobre entrenamiento y nutrición para ganar fuerza, masa muscular, perder
grasa o aprender sobre fisiología del ejercicio.

Lleva mucho tiempo ir buscando revista a revista los estudio que a ti te


interesan. Y lleva aún más tiempo leer y digerir esos estudios y ponerlos
en contexto respecto a toda la bibliografía existente sobre cada tema. Por
eso existe NATISS. Hacemos todo el trabajo pesado para ti y te traemos en
formato revista cada mes los mejores estudios con su aplicación práctica.

Mantenerte actualizado como entrenador o deportista es esencial para


conseguir tus objetivos.
NATISS te interesa si...
Eres una persona curiosa
Eres friki del entrenamiento o la nutrición
Eres entrenador/entrenadora
Eres atleta y quieres saber por qué haces lo que te mandan
Eres estudiante de alguna rama relacionada con la nutrición y el deporte
Quieres aprender a analizar e interpretar estudios

Al estar metidos tanto en el mundo académico, como en el del


entrenamiento, entendemos la complejidad que supone leer un estudio
donde se ofrecen muchos datos. Puede llegar a ser tedioso y confuso, así
que, aparte de hacerlo fácil, te enseñamos a que puedas hacerlo tú mismo.

Además del número mensual de la revista, todos los suscriptores tendréis cada
mes acceso una mesa redonda en directo en la que hablaremos sobre ciencia
aplicada al rendimiento y la mejora de la estética corporal y responderemos
todas tus dudas.

En este número hablaremos del mesociclo en hipertrofia, relación ejercicio/


analíticas de sangre, suplementación con vitamina D y la relación de la salud
con los ácidos grasos. Además, este mes para empezar bien el año 2020,
contamos con una leyenda del deporte, Juan José González Badillo, que nos
tratará el tema de la velocidad de ejecución en el entrenamiento de fuerza.
En cada ejemplar te mantendremos al tanto de la última evidencia científica y
las implicaciones prácticas de ésta. Esperamos que lo disfrutes y consigas los
mejores resultados para ti y para tus clientes.

GRACIAS POR LEERNOS


EL EQUIPO DE NATISS
AUTORES
ENEKO BAZ
Graduado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, Máster en
Alto Rendimiento Deportivo, Máster en Investigación, ponente en con-
gresos nacionales e internacionales, investigador, colaborador en el
grupo Better by Science, uno de los mayores divulgadores en entrena-
miento para hipertrofia a nivel nacional y culturista natural.

ISMAEL GALANCHO
Graduado de EF en Granada, Técnico Superior en Dietética en Mála-
ga, Experto en Entrenamiento Personal en Málaga, Máster en Nutrición
Deportiva en Granada, Máster en Nutrición y Salud en Universidad de
Cataluña, MBA Sport Management en Barcelona, Entrenador Nacional
de Fisicoculturismo en Madrid, etc.

MAELÁN FONTES
Fisioterapeuta, compagino mi trabajo en la clínica con la investigación
en Nutrición Humana. Actualmente haciendo un doctorado en la Uni-
versidad de Lund, Suecia. Además, desde hace años me he interesado
por la biología evolutiva.

JUAN JOSÉ GONZÁLEZ BADILLO


Catedrático de Universidad con el perfil de “Teoría y Práctica del Entre-
namiento Deportivo” en la Universidad Pablo de Olavide (UPO), de Sevilla,
Decano de la Facultad de Ciencias del Deporte de la UPO, Director del Cur-
so de Doctorado en Alto Rendimiento Deportivo (UPO, Sevilla) 2008-2010,
Creador y director del Centro de Investigación en Rendimiento Físico y De-
portivo (CIRFD) de la UPO, Jefe de Estudios del Centro Olímpico de Estu-
dios Superiores durante 27 años del Comité Olímpico Español y Universidad
Autónoma de Madrid y la UCM, Director de 20 tesis doctorales, 9 de ellas
con Mención Europea / Internacional, y tres Premios Extraordinarios, y más
de 100 trabajos fin de grado y fin de máster. Entre otros tantos...
CONTENIDO

6 ENEKO BAZ
Progresión en el Mesociclo Para Hipertrofia
(6-17)

18 ISMAEL GALANCHO
¿Cómo Altera el Ejercicio las Analíticas de Sangre?
(18-28)

29 ISMAEL GALANCHO
Vitamina D en el Tejido Muscular y la Fuerza
(29-37)

38 MAELÁN FONTES
Grasas y Salud Cardiovascular - Parte II
(38-48)

49 JUAN JOSÉ GONZÁLEZ BADILLO


Velocidad de Ejecución en el Entrenamiento de Fuerza
(49-64)
PROGRESIÓN EN EL MESOCICLO
PARA HIPERTROFIA: VOLUMEN VS INTENSIDAD

E
POR ENEKO BAZ
n estos últimos años, parece en la intensidad o grado de esfuerzo. En
que, en el entrenamiento basa- esta propuesta se juega con la frecuen-
do en la evidencia, se han gene- cia de entrenamiento para el aumento
rado dos corrientes bastante diferen- del volumen del mismo, y los ejercicios
ciadas; las que hablan de la intensidad variarán a lo largo de los mesociclos.
como variable clave en las ganancias de
masa muscular, y las que hablan de vo- A mediados del mes de diciembre de
lumen de entrenamiento. Este enfrenta- 2019, se ha publicado una revisión na-
miento va desde atletas de culturismo, rrativa en la Strength and Conditioning
hasta entrenadores e investigadores Journal (8) liderada por Mike Israetel,
de referencia. Tanto es así, que se han donde se intenta aclarar cuál de los dos
llegado a generar debates cuestionan- modelos de progresión es más intere-
do la praxis de algunos investigadores sante para las ganancias de masa mus-
por la manipulación de algunos datos. cular, si progresar por intensidad, o pro-
gresar por volumen de entrenamiento
Por un lado, tenemos métodos y es- añadiendo series semana tras semana.
trategias de entrenamiento como la
doggcrapp de Dante Trudell y la hea- En el siguiente artículo empezaremos
vy dutty, popularizada por algunos aclarando la importancia de cada una
culturistas como Mike Mentzer, y Do- de las variables, analizaremos los ar-
rian Yates entre otros. Estos sistemas gumentos de la revisión, para final-
de entrenamiento se basan en realizar mente realizar un abordaje práctico
entrenamiento de muy alta intensi- de estas cuestiones.
dad y con un bajo volumen de entre-
namiento, de forma poco frecuente y
utilizando poca cantidad de ejercicios.

Por otro lado, asumiendo que la inten-


sidad de entrenamiento tiene que ser
alta, el doctor Mike Israetel propuso
un sistema de entrenamiento basado
en progresar en el número de series a
lo largo de un ciclo de entrenamiento
(mesociclo) con el objetivo de maximi-
zar las ganancias musculares, mante-
niendo e incluso progresando también

6
INTENSIDAD
DE ENTRENAMIENTO
Cuando hablamos de intensidad de
entrenamiento nos podemos referir
a tres conceptos que a priori pueden
parecer estar relacionados.

Pero que en realidad tienen otro significado:


Intensidad relativa: El porcentaje de 1
repetición máxima (% del 1RM)
Imagen 1: Estímulo efectivo para las ganancias
Intensidad absoluta: La carga total levan- de masa muscular en diferentes situaciones.
tada, que sería mejor llamada “carga”
Grado de esfuerzo: La cercanía al fallo El eje X (horizontal) representa una
muscular. Cuantas menos repeticiones en serie de 10 repeticiones hasta el fallo
recámara (RIR) dejemos, mayor grado de muscular, y el eje Y (vertical) representa
esfuerzo estaremos aplicando. el estímulo para las ganancias de masa
muscular. Si nos fijamos en la curva
En este caso, y cuando el objetivo son azul, veríamos que cerca de la quinta
las ganancias de masa muscular, el con- repetición (línea vertical intermiten-
cepto de intensidad que más nos inte- te azul), empieza ese estímulo efectivo
resa, sería el grado de esfuerzo. En el que buscamos, pero en cambio, en la
número 6 de NATISS ya hablamos de verde empezaría un poco antes, y en la
la importancia que tiene llevar una se- roja más tarde todavía.
rie al fallo o cerca del fallo; ya que el
estímulo efectivo para las ganancias de Este es un ejemplo de varios casos diferentes:
masa muscular se consigue cuando se
da un reclutamiento de todas las uni- La curva verde podría representar el
dades motoras (UMs) y hay una fatiga estímulo de los cuádriceps en un ejer-
de éstas, y la manera de conseguirlo, cicio como la sentadilla en un sujeto
sería llevando una serie al fallo o cerca avanzado. Es capaz de reclutar antes
del fallo muscular (9). Si lleváis leyendo las UMs del músculo principal, y, por
NATISS desde el principio, os acorda- lo tanto, el estímulo empieza a ser efec-
réis de que en el número 3, os estuve tivo al principio de la serie.
hablando de las repeticiones efectivas La curva roja podría representar la
y de cómo cerca de las últimas 5 an- curva de un músculo de cualquier otro
tes del fallo, el estímulo es mayor, ¿no? ejercicio mono articular. Aquí el estí-
Pues parece que no siempre tiene por- mulo efectivo seguramente lo alcance-
qué ser así, y para ello os traigo un grá- mos más tarde, aunque dependerá del
fico que explicaremos a continuación. ejercicio, el músculo y la persona.

7
La curva azul sería una media de todas las curvas posibles de estímulo efectivo
que podríamos tener.
Con esta representación, vemos que no es tan fácil “contar” el estímulo efectivo, y
que en el único punto que nos aseguramos sacarle partido al máximo a una serie,
sería muy cerca del fallo (<3 repeticiones en reserva).

Es por ello que podríamos decir lo siguiente:


La intensidad entendida como grado de esfuerzo, es una variable indispensable

para conseguir un estímulo óptimo.

¿ PERO QUÉ PASA CON LA INTENSIDAD ABSOLUTA Y LA INTENSIDAD RELATIVA


¿
Hay varios argumentos clave que están relacionados con la progresión en la inten-
sidad absoluta (añadir cada vez más kilos), pero que en la revisión que estamos anali-
zando se pasan por alto. Por ejemplo, tenemos varios trabajos (7,10) que estudian la
dosis-respuesta del volumen de entrenamiento y las ganancias de masa muscular, y
que sin ser el objetivo principal de los estudios, podemos ver cómo no hay relación
entre la sobrecarga progresiva del tonelaje total y las ganancias de masa muscular.

En el estudio de Heaselgrave y cols. (7) se puede ver como en ninguno de los tres grupos
hay diferencias significativas del pre al post en el tonelaje total, y en los tres grupos hay ga-
nancias de masa muscular. Es más, el grupo de alto volumen de entrenamiento, presenta un
mayor tonelaje en comparación con los otros dos grupos, y no obtiene mejores ganancias.

¿ ESTO QUIERE DECIR QUE EL TONELAJE TOTAL NO NOS IMPORTA,


Y QUE NO HAY QUE PROGRESAR EN PESO UTILIZADO
¿
No, ni mucho menos. Esto nos indica que la intensidad absoluta para cuantificar y pro-
gresar a lo largo del mesociclo no nos proporciona una información totalmente válida.

En cuanto a la intensidad relativa, hay un argumento que utilizan en la revisión que se aleja
bastante del estudio real que citan (5). En la revisión se comenta lo siguiente:

Se ha visto que la fatiga generada con programas de múltiples series con una intensidad
superior al 90% no permite meter un volumen de entrenamiento óptimo para las ganancias
de masa muscular.

8
Y puede que esta afirmación sea in- es alto (estamos en el fallo o muy cerca
teresante, pero en el estudio que ci- de él), 1 serie de 6-8 repeticiones, pro-
tan (5), hacen una comparación en- porciona un estímulo similar a una serie
tre dos grupos que llevan a cabo lo de 10-12 repeticiones o de 12-15 repe-
siguiente: ticiones, lo que quiere decir que utilizar
la intensidad relativa para progresar, en
1 Un grupo realiza una serie de sentadillas principio no tendría mucho sentido.
al 100% del 1RM todos los días.
2 El otro grupo realiza un día a la semana
Vamos a poner una aplicación práctica para
sentadillas con el 50% del 1RM. que se pueda ver de una forma más clara:
Semana 1: 3x12-14 (fallo)
Lógicamente los marcadores de fati-
ga se van a ver mucho más acentua- Semana 2: 3x10-12 (fallo)
dos en el grupo que realiza el 1RM en
sentadilla todos los días. Pero este ar- Semana 3: 3x8-10 (fallo)
gumento no es suficiente como para Semana 4: 3x6-8 (fallo)
decir que acumular series por enci-
ma del 90% del 1RM es más fatigante.
Viendo esta progresión, y basándonos
En cambio, podemos citar el trabajo en lo que acabamos de comentar (1),
de Schoenfeld y cols. (13) donde se el estímulo que se estaría consiguien-
hace una comparación de dos pro- do en las 4 semanas de entrenamiento
gramas de entrenamiento con dife- sería muy similar; de la primera a la
rentes rangos de repeticiones y dife- cuarta semana se vería un aumento de
rente número de series: la carga por la reducción del rango de
repeticiones, pero no se vería un au-
7 x 2-4RM / 3’ mento del estímulo interno como tal.

3 x 8-12RM / 90” Eso lo tenemos claro, pero lo que vere-


mos más adelante, es si es estrictamente
No se vieron diferencias significati- necesario realizar un aumento del estí-
vas entre grupos en las mediciones mulo interno semana tras semana para
de grosor muscular y el tamaño del las ganancias de masa muscular.
efecto fue similar. En este trabajo se
ve claramente que, para igualar el es-
tímulo, hay que acumular un mayor
trabajo, y, además, la fatiga que se pue-
de llegar a generar es mucho más alta.

En la revisión sistemática que rea-


lizamos (1), vemos cómo de forma
general, cuando el grado de esfuerzo

9
Que curiosamente es lo que se termi-
VOLUMEN na viendo, y es que, el grupo de mayor
DE ENTRENAMIENTO volumen de entrenamiento, de media
aumentaba el número de ribosomas,
Podemos empezar hablando de la crecía más. Por consiguiente, en cuanto
respuesta interna que tiene realizar a las respuestas fisiológicas, parece ser
mayor o menor volumen de entrena- que un mayor volumen de entrenamien-
miento con un grado de esfuerzo alto. to, lleva a unas mejores adaptaciones.
Atendiendo a las respuestas fisiológi-
cas, podemos ver que realizar múlti- Si miramos directamente los estudios
ples series, generan una mayor res- que analizan el volumen de entrena-
puesta en la fosforilación de proteínas miento en las ganancias de masa mus-
clave en el crecimiento (como puede cular, veríamos como parece que hay
ser la p70s6k), y en la propia síntesis una dosis-respuesta en el volumen de
proteica muscular (2). Siguiendo con entrenamiento y la hipertrofia (11,12).
las respuestas a nivel fisiológico, a fi- Pero como analizamos en el número 5
nales del 2019, se publicó un estudio de NATISS, parece ser que esas dosis
que analizaba la respuesta ribosomal respuesta tiene un límite por sesión.
con el volumen de entrenamiento (6).
Haciendo un breve resumen de lo
Es un estudio con sujetos novatos que comentado, podríamos decir lo siguiente:
sigue un diseño contralateral (las pier-
nas totales se dividen en dos grupos) y 1 Cerca de 10 series por sesión inten-
durante 12 semanas de entrenamien- sas (llegando al fallo) se encuentra el
to, un grupo sigue un volumen bajo de volumen máximo que se puede tole-
entrenamiento (3 series semanales al rar por grupo muscular.
fallo de cuádriceps) y el otro grupo un 2 Hasta ese volumen máximo, hay una
volumen medio (9 series semanales de dosis-respuesta en cuanto a las ga-
cuádriceps al fallo). nancias de masa muscular.
Una de las cosas más curiosas de este 3 Para poder meter un mayor volumen
estudio es que de todos los paráme- de entrenamiento a lo largo de la se-
tros analizados, se vio que, en las mana y de este modo, poder bene-
primeras semanas de entrenamien- ficiarnos, es importante aumentar la
to, el contenido ribosomal aumen- frecuencia de entrenamiento.
taba en el grupo de mayor volumen 4 Si la intensidad no es la más alta, se
de entrenamiento. Y como sabemos, podría meter algo más de volumen
los ribosomas son las maquinarias de entrenamiento por sesión.
donde se sintetizan las proteínas.
A mayor contenido ribosomal, ma-
yor capacidad para sintetizar protei-
nas, y, por ende, mayor crecimiento.

10
Como indagar en el volumen de entrenamiento no es el objetivo principal de este
artículo, podemos concluir que hay una dosis-respuesta por sesión en el volumen de
entrenamiento hasta llegar a un techo de volumen tolerable. A partir de aquí, puede
que meter más volumen de entrenamiento no aporte más beneficios o que incluso
por la fatiga arrastrada, los beneficios sean menores. Por consiguiente, entre 15-25
series semanales podemos encontrar la dosis óptima que se ha visto en diferentes
trabajos.

PROGRESO EN VOLUMEN
DE ENTRENAMIENTO
En la revisión de Israetel y cols. (8) hipotetizan que como el volumen de entrena-
miento es la variable que claramente muestra una tendencia a tener una respues-
ta dependiente de la dosis, tiene que ser la variable a manipular para progresar.

¿ QUE LO RESPALDE
ESTO TIENE EVIDENCIA ¿
No. Es una hipótesis que hacen los autores de la evidencia que hay sobre el volumen
de entrenamiento.

Imagen 2: Progresión en series durante el mesociclo. Propuesta de Israetel y cols. (8)

11
En la imagen 2 vemos la propuesta que realizan los autores de ir aumentan-
do el volumen de entrenamiento semana tras semana, hasta llegar a un volu-
men de entrenamiento alto (cerca del límite semanal), para después realizar
una descarga de entrenamiento y volver a realizar una progresión en volumen.

Tiene sentido la propuesta, ya que, manteniendo los ejercicios, la técnica y el grado de


esfuerzo estable (estando en el fallo o cerca), cuando se aumenta el volumen de entre-
namiento, estamos aumentando el estímulo efectivo del que hablábamos en la introduc-
ción. Y, por consiguiente, estamos realizando una sobrecarga de forma progresiva, hasta
llegar al tope de volumen recuperable.

La siguiente pregunta sería...


¿? Qué pasa si nos quedamos en un volumen de entrenamiento intermedio a lo largo del
mesociclo e intentamos mantener el estímulo efectivo aumentando la carga o las repeticiones

Hasta ahora todos los estudios que tenemos disponibles, nos muestran mejoras en las
ganancias de masa muscular manteniendo un número de series estables a lo largo de la
intervención, y no hay nada que lo compare con el modelo de progresión que muestran
los autores.

Vamos a intentar hacer una comparación teórica basándonos en datos totalmente alea-
torios (porque no los tenemos) y asignando números al azar del estímulo que nos puede
proporcionar cada rango de series, así como la fatiga total.

10 SERIES: 2 DE ESTÍMULO Y 2 DE FATIGA


12 SERIES: 4 DE ESTÍMULO Y 4 DE FATIGA
14 SERIES: 6 DE ESTÍMULO Y 6 DE FATIGA
16 SERIES: 8 DE ESTÍMULO Y 8 DE FATIGA
18 SERIES: 10 DE ESTÍMULO Y 10 DE FATIGA
20 SERIES: 12 DE ESTÍMULO Y 12 DE FATIGA

Si hacemos este incremento gradual de series como se propone en la imagen 2, veríamos


que al final de las 6 semanas tendríamos lo siguiente:

42 de estímulo y 42 de fatiga

Si cogemos un punto intermedio que serían 15 series, y lo realizamos durante esas mis-
mas semanas, podríamos ver un resultado como el siguiente:

42 de estímulo y 42 de fatiga

12
Todo esto, suponiendo que realizar Es más, en el número 7 de NATISS ana-
un número de series determinado va licé un estudio (3) donde se veía que
a seguir la misma proporción de es- cambiar las variables de entrenamiento
tímulo y fatiga. En muchos casos, el de forma constante no generaba unas
aumento del número de series puede mayores adaptaciones de cara a las
llegar a proporcionar más fatiga que ganancias de masa muscular en com-
estímulo, en este caso, el primer mo- paración con mantenerlas estables.
delo, sería un modelo donde se acu- De hecho, el mismo grupo de investi-
mularía menos estímulo y más fatiga, gación (4) ya vio en su momento que
algo que no nos interesa en principio. las primeras semanas de entrenamien-
to, son de “adaptación” y que verdade-
Se podría argumentar, que en el mo- ramente cuando se empieza a dar un
delo progresivo del volumen de en- aumento de la masa muscular son las
trenamiento se sigue el principio de semanas siguientes. Pero claro, este es-
sobrecarga progresiva, porque el es- tudio se hizo con sujetos novatos, y no
tímulo que se proporciona es mayor es aplicable al manejo del volumen de
en cada semana de entrenamiento, y entrenamiento (aunque parcialmen-
de este modo, no dejamos que nues- te puede que tenga algo de sentido).
tro cuerpo se adapte a un estímulo
determinado y así sigue progresando.
Con todo esto, lo que quiero decir es que
Pero, por otro lado... no tenemos evidencia suficiente como
para afirmar que realizar una progresión
Y SI NUESTRO CUERPO SE TIENE ¿ ¿ en volumen de entrenamiento sea mejor
QUE ADAPTAR PARA PROGRESA que realizar una progresión en cargas y/o
repeticiones.
Que no haya un aumento del estímulo
total, no quiere decir que no haya una
sobrecarga progresiva. Me explico, si
necesitamos un estímulo de 8 para
poder progresar perfectamente y que
no se acumule una fatiga extrema, ló-
gicamente, si mantenemos el núme-
ro de series, el peso y las repeticiones
siempre, al final ese estímulo termina
“regresando” y puede convertirse en
un estímulo de 6. Pero, si aumenta-
mos el peso y/o las repeticiones en un
mismo número de series a lo largo del
tiempo, estamos “forzando” a nuestro
cuerpo a que nos de ese estímulo de 8
que estamos buscando, manteniendo
las proporciones de estímulo y fatiga.

13
¡!
de series en el siguiente, o realizar un
APLICACIÓN PRÁCTICA progreso en el número de series, pero
Llegados a este punto, las aplicacio- no de forma tan brusca como se plan-
nes prácticas que se van a proporcio- tea en la revisión.
nar no son más que hipótesis de los
que puede ser interesante, ya que, no El tiempo en el que invertiríamos en
tenemos estudios que nos marquen cada uno de los mesociclos, depende-
una tendencia en cuanto a la progre- ría de la fatiga acumulada y del tiem-
sión del volumen de entrenamiento. po que necesitamos para exprimir cada
zona. De este modo, según se va dando
Sabiendo que la adaptación requiere una adaptación al volumen de entrena-
tiempo, y que podemos beneficiarnos miento, podemos ir exprimiendo otras
de un estímulo dado durante un tiem- zonas, hasta llegar a un punto donde el
po limitado, puede ser interesante ha- volumen de entrenamiento es muy alto.
cer progresiones en volumen de entre-
namiento a más largo plazo, después Esto último no tendría por qué apli-
de haber exprimido una zona deter- carse siempre, ya que, el volumen de
minada del continuum del volumen entrenamiento a pesar de ser una de
de entrenamiento; desde el mínimo las variables clave en la hipertrofia,
efectivo, hasta el máximo recuperable. también es la que más fatiga causa, y
dependiendo de la situación del atle-
De este modo, se podrían programar ta, puede ser o no ser recomendable
varios mesociclos, y en cada mesoci- llegar a esos niveles. ¡!
clo la variación del volumen de entre-
namiento sería mínima, pero entre los
mesociclos, se podría hacer un aumen-
to del volumen del volumen de entre-
namiento. Vamos a poner un ejemplo:

Mesociclo 1: 10-15 series ¡!


Mesociclo 2: 13-17 series ¡!
Mesociclo 3: 10-15 series ¡!
Mesociclo 4: 17-25 series ¡!
Mesociclo 5: Bajo volumen de entrenamiento ¡!
Aquí, por consiguiente, podríamos
decidir quedarnos en un número de-
terminado de series (por ejemplo,
en el primer mesociclo quedarnos
en 12 series), y aumentar el número

14
¡!
CONCLUSIONES
Finalmente, podemos sacar varias conclusiones de este artículo:
No hay que hacer una guerra entre intensidad y volumen de entrenamiento. La inten-
sidad es una variable innegociable en la hipertrofia, y el volumen de entrenamiento
es la variable que marca el grado de estímulo una vez la intensidad es alta.
La revisión se basa en una hipótesis y no hay trabajos que respalden la propuesta
práctica que realizan.
Es una propuesta práctica con sentido, pero no tiene porqué ser mejor que otros mo-
delos de progresión.
Seguramente realizar una progresión en cargas y repeticiones manteniendo un nú-
mero de series efectivas, puede llegar a ser igual de interesante.

En definitiva, es una propuesta interesante pero que no tiene evidencia suficiente


como para situarla por encima de las demás.

15
REFERENCIAS
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Trained Men Resistance Training Volume Enhances Muscle Hypertrophy but Not
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between resistance training volume and muscle hypertrophy: are there really still
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f?an=00124278-201410000-00027

17
¿CÓMO ALTERA EL EJERCICIO
LAS ANALÍTICAS DE SANGRE?

L
¿CÓMO INTERPRETARLAS?
POR ISMAEL GALANCHO
as pruebas de laboratorio clí- pueden estar fuera de los intervalos de
nico proporcionan informa- referencia informados.
ción para evaluar, diagnos-
ticar y gestionar la salud del En consecuencia, investigaciones pre-
paciente, así como el riesgo y estado vias han sugerido de la necesidad de
de enfermedad. Si bien la aptitud fí- estipular intervalos de referencia más
sica y la actividad física se reconocen flexibles en los deportistas de cara a
como importantes contribuyentes a la evitar interpretaciones erróneas de los
salud y al riesgo atenuador de enfer- resultados. Recientemente Fragala et al
medades cardiovasculares, la infor- 2019 han publicado una revisión muy
mación sobre hasta que punto influ- interesante respecto a ello que voy a
ye el ejercicio (tanto de fuerza como sintetizar y resumir. El propósito de su
de resistencia) en los resultados de investigación fue explorar los efectos
las pruebas de laboratorio es escaso. del tipo (resistencia aeróbica y de fuer-
za) y la frecuencia del ejercicio en las
Debido a que las pruebas de labo- pruebas de laboratorio clínico en una
ratorio clínico cuantifican los siste- población sana de adultos jóvenes.
mas fisiológicos clave, los cambios
en los valores de las pruebas de la-
boratorio que son inducidas por METODOLOGÍA
la frecuencia, intensidad y tipo de El estudio evalúa los efectos de la fre-
ejercicio pueden ofrecer una mejor cuencia autoinformada (días por sema-
forma de cuantificar el estado de sa- na) de ejercicio de resistencia aeróbica
lud del sujeto y su estado de forma. y fuerza en los niveles circulantes de 26
biomarcadores sanguíneos comúnmente
Los resultados generalmente se inter- evaluados en medicina usando modelos
pretan de acuerdo con los intervalos de regresión lineal y análisis de distribu-
de referencia que fueron establecidos ción porcentual.
en base al 95% medio de una pobla-
ción sana con características simila- Participantes
res. Sin embargo, alguna evidencia La muestra analítica incluyó n = 80,111
sugiere que el ejercicio físico puede adultos (de 18 a 34 años, media = 30
afectar a los niveles de las pruebas de años) de los cuáles el 57% eran muje-
laboratorio clínico, donde los resulta- res, el 66% caucásicas, el 19% asiáticas,
dos en atletas altamente entrenados el 10% hispanas y el 5% afroamericanas.

18
Biomarcadores
Los participantes recibieron instrucciones de ayunar durante 8-12 horas antes de la
extracción de sangre. Las muestras de sangre se analizaron para detectar hemoglobina
A1c (HbA1c), relación albúmina: globulina (relación A: G), albúmina, fosfatasa alca-
lina (ALP), alanina aminotransferasa (ALT), aspartato aminotransferasa (AST), bili-
rrubina (total), calcio, proteína C reactiva (PCR) de alta sensibilidad, colesterol total,
creatinina, tasa de filtración glomerular estimada (TFGe), ferritina, gamma-glutamil
transferasa (GGT), globulina, glucosa, lipoproteína de alta densidad (HDL), relación
colesterol: lipoproteína de alta densidad (relación CHOL: HDL), capacidad total de
unión al hierro (IBC), hierro, lipoproteína de baja densidad (LDL), porcentaje de satu-
ración (pctSat), triglicéridos, hormona estimulante de la tiroides (TSH) y ácido úrico.

Actividad física y ejercicio físico


La actividad física se midió como días autoinformados por semana de entrenamiento
aeróbico y de fuerza (0, 1, 2, 3, 4 o más de 5 días por semana).
La participación en ejercicios aeróbicos y de fuerza se evaluó con las siguientes preguntas:
En una semana promedio...
Cuántas veces participa en ejercicios aeróbicos
¿
Las opciones de respuesta fueron_ 0 _ 1 _2 _3 _4 _5 o más veces

En una semana promedio cuantas veces participas en...

Ejercicio de entrenamiento de fuerza


¿
Las opciones de respuesta fueron_ 0 _ 1 _2 _3 _4 _5 o más veces

Los posibles efectos de confusión de la edad y el estado de salud (defini-


dos como la ausencia de una condición de salud informada) sobre la fre-
cuencia de participación en el ejercicio se examinaron mediante ANOVA.

La influencia de la participación en ejercicios aeróbicos y de fuerza sobre los niveles


circulantes de biomarcadores fueron evaluados usando modelos de regresión lineal y
análisis de distribución por percentil.

19
DISCUSIÓN De manera similar, tanto la actividad
física como la aptitud cardiorrespira-
Este estudio informa que el tipo (resis- toria se han asociado con una gluco-
tencia aeróbica y fuerza) así como la sa en ayunas más baja y una HbA1c
frecuencia del ejercicio están relacio- más baja en investigaciones previas.
nados con ciertas alteraciones en las
pruebas de laboratorio clínico en hom- La glucosa en ayunas y la HbA1c más
bres y mujeres jóvenes adultos sanos. bajas son indicativas de una mejor re-
gulación de la glucosa debido a cam-
Las relaciones reportadas pueden ayu- bios en el funcionamiento de la célula
dar en la comprensión e interpretación beta. La asociación de glucosa y HbA1c
de resultados comunes de laboratorio y más bajas con una frecuencia de ejer-
evitar posibles interpretaciones erróneas cicio más alta puede deberse al meca-
que pueden ser una adaptación saluda- nismo independiente de insulina para
ble al entrenamiento físico. Los resulta- la absorción de glucosa por las célu-
dos pueden contribuir a la generación las musculares estimulado por la con-
de intervalos de referencia de labora- tracción muscular durante el ejercicio.
torio que son más apropiados en fun-
ción de factores como el ejercicio físico.
PCR
Más días de ejercicio aeróbico o de fuer-
Lípidos (colesterol total, LDL, HDL, za se asociaron con menor PCR tanto en
relación CHOL: HDL, triglicéridos) hombres como en mujeres. Siendo un
Más días de ejercicio aeróbico o de fuerza factor inflamatorio producido por el hí-
se asociaron con un colesterol total más gado que aumenta en respuesta a la infec-
bajo, LDL, proporción de HDL y trigli- ción o inflamación, la PCR se ha asocia-
céridos, y mayor HDL tanto en hombres do con enfermedades crónicas y estilo de
como en mujeres. Curiosamente, no se vida sedentarios. Los niveles más bajos
observó una asociación significativa en- pueden sugerir una inflamación sistémi-
tre la frecuencia de ejercicio aeróbico y el ca reducida en individuos más activos.
colesterol total en las mujeres, a pesar de
las mejoras en otros lípidos en la sangre. Investigaciones anteriores han informa-
Esto puede deberse a las diferencias de do una asociación similar, donde una
género en la utilización de lípidos duran- mayor actividad física se asoció con
te el ejercicio, un factor fisiológico para menor PCR. Se cree que la PCR baja es
soportar la función reproductiva. parte del mecanismo de los efectos pro-
tectores de la actividad física contra las
Glucosa y HbA1c enfermedades cardiovasculares a través
Más días de ejercicio aeróbico o de fuer- de la reducción de la coagulación.
za se asociaron con una glucosa más
baja y HbA1c en hombres y mujeres.

20
Proteínas de la sangre La albúmina se asocia con el estado
(total, albúmina, globulina) de la proteína en el cuerpo, donde el
Las asociaciones entre la frecuencia del ejercicio extenuante aumenta la excre-
ejercicio y la proteína sanguínea total di- ción de albúmina y la baja ingesta de
ferían según el modo y el sexo. En mu- proteínas disminuye la tasa de sínte-
jeres, los días de participación en ejer- sis de albúmina. Hombres que hacen
cicios aeróbicos reportados se asociaron entrenamiento de fuerza puede tener
significativamente con proteína sérica una síntesis más baja o una mayor ex-
total más baja, mientras que los días de creción debido a la ingesta de proteína
participación en el ejercicio de fuer- dietética o un estímulo reducido para
za se asociaron significativamente con la producción de albúmina.
una proteína sérica total más alta. En los
hombres, no se observó asociación en- Los efectos de la participación en el
tre los días de participación en el ejer- ejercicio sobre las proteínas de la glo-
cicio aeróbico y la proteína sérica total. bulina sanguínea mostraron un efec-
to más consistente, donde más días
Sin embargo, la participación en el ejer- de ejercicio aeróbico se asociaron
cicio de fuerza se asoció significativa- con niveles más bajos de globulina
mente con una proteína sérica total más en la sangre para hombres y mujeres.
baja en hombres.
Del mismo modo, se ha demostrado que
Aunque los atletas tienen mayores re- los niveles de globulina disminuyen pre-
querimientos de proteínas en la dieta viamente con el ejercicio de resistencia.
para apoyar el aumento de las necesi- Como las proteínas globulinas consisten
dades de proteínas durante la recupera- en una variedad de proteínas, es plau-
ción, no está claro por qué el modo de sible que la reducción de las globulinas
ejercicio y el sexo parecen afectar a las con participación en el ejercicio sea una
proteínas sanguíneas totales de mane- adaptación fisiológica para aumentar
ra diferente. Las observaciones pueden la biodisponibilidad de diferentes com-
explicarse por los subtipos de proteí- puestos en el cuerpo en oposición a una
nas de la sangre, albúmina y globulina. reducción en las inmunoglobulinas.
Más días de ejercicio aeróbico o de fuer-
za se asociaron con niveles más altos de Bilirrubina
albúmina en hombres y mujeres, excepto Con la excepción de la participación en el
en los hombres que participaron en ejer- entrenamiento de fuerza en hombres, más
cicios de fuerza, donde los niveles fueron días de ejercicios aeróbicos o de fuerza se
más bajos. La albúmina es importante para asoció con niveles más altos de bilirrubina,
transportar sustancias en la sangre, como que todavía estaban dentro de los límites
bilirrubina, calcio y progesterona, y para normales. La bilirrubina es un metabo-
mantener el equilibrio osmótico. Niveles lito del hemo producido por la descom-
aumentados en individuos activos puede posición normal de los glóbulos rojos.
ser una adaptación al entrenamiento físi-
co para expandir el volumen plasmático.
21
En atletas sanos, la bilirrubina elevada Por tanto, los resultados e investigacio-
puede indicar una tasa acelerada de re- nes previas han demostrado, los interva-
cambio de glóbulos rojos, estimulado por los de referencia para la creatinina para
condiciones de ejercicio como la contrac- la población sana general pueden no
ción muscular, el impacto y el alto conte- ser apropiados para la población activa.
nido de oxígeno.
Más días de ejercicio aeróbico o de fuerza
se asociaron con una TFGe más baja. La
Calcio TFGe es una medida de la velocidad con
Con la excepción de la participación en la que los riñones pueden filtrar la san-
el entrenamiento de fuerza en hombres, gre en base a la edad, la raza y el sexo.
más días de ejercicios aeróbicos o de Si bien la actividad física se ha asocia-
fuerza se asoció con niveles más altos de do positivamente con la función renal,
calcio. Investigaciones previas han de- la TFGe puede ser mayor en atletas des-
mostrado que el calcio plasmático au- pués del ejercicio debido a un mayor me-
menta en respuesta al ejercicio, proba- tabolismo de la creatina, especialmente
blemente debido a la acidosis metabólica. para atletas con mayor masa muscular.

Debido a que el 40% del calcio circulan- Sin embargo, la TFGe puede ser dismi-
te está unido a la albúmina, los cambios nuir temporalmente en el día siguiente
observados en el calcio pueden ser un re- al ejercicio y se ha demostrado que es
sultado directo de los cambios en la con- menor en algunos atletas de resistencia
centración de albúmina. y atletas de deportes de equipo.

Creatinina y TFGe Hierro, porcentaje de saturación,


Más días de ejercicio aeróbico o de fuer- TIBC...
za se asociaron con niveles más altos de Más días de ejercicio aeróbico o de fuer-
creatinina tanto en hombres como en za se asociaron con niveles más altos
mujeres. Como la creatinina es un pro- de hierro y porcentaje de saturación en
ducto metabólico de la descomposición hombres y mujeres. Además de ser im-
de la creatina, se espera que los indivi- portante para la producción de la he-
duos y las personas con mayor masa moglobina y los nuevos glóbulos rojos,
muscular tengan un mayor recambio el hierro es un componente importan-
de creatina, lo que da como resultado te de la mioglobina y varias enzimas.
niveles más altos de creatinina sérica.
El hierro también es importante para los proce-
La investigación previa ha demostrado de sos metabólicos involucrados en el ejercicio y
manera similar mayor creatinina sérica en las adaptaciones al entrenamiento físico.
poblaciones atléticas, particularmente en
deportes que involucran fuerza y potencia.

22
Los atletas pueden perder hierro un 20%
más rápido que los no atletas, ya que los
Enzimas hepáticas
glóbulos rojos de hierro se descomponen (ALT, AST, GGT)
durante el ejercicio debido al estrés mecá- En hombres más días de fuerza o ejercicio
nico de la contracción muscular. aeróbico se asociaron con mayor AST, so-
bre todo en fuerza. Además, mujeres que
Por lo tanto, los niveles más altos de hie- participan en entrenamiento de fuerza,
rro y el porcentaje de saturación en aque- más días de fuerza se asociaron con ALT
llos con niveles de actividad más altos más bajo. AST y ALT son enzimas amino-
pueden deberse a mayores necesidades transferasas que se encuentran principal-
de hierro durante el ejercicio. mente en el hígado y juegan un papel en el
TIBC metabolismo de los aminoácidos. Niveles
elevados de AST significa que es proba-
Los efectos de la frecuencia de ejerci- ble que los individuos tengan un aumen-
cio en TIBC diferían según el género. to del metabolismo de los aminoácidos.
En mujeres, ni aeróbicos ni el ejercicio
de fuerza se asoció significativamente Investigaciones previas han demostrado
con los valores de TIBC. Sin embargo, que tanto la AST como la ALT aumen-
en hombres, los dos días de participa- tan después de la actividad aeróbica y
ción en el ejercicio aeróbico y los días el ejercicio de fuerza, donde los niveles
de entrenamiento de fuerza reportados pueden elevarse durante más de 7 días.
se asociaron significativamente con una Como las demandas metabólicas se in-
TIBC más baja. TIBC es una medida crementan en los individuos activos, no
del cuerpo para medir la capacidad de se sabe por qué una mayor frecuencia de
transportar hierro en la sangre y, a me- participación en el ejercicio aeróbico se
nudo, se eleva con la deficiencia de hie- asoció con una AST más baja en los hom-
rro, menor capacidad y fatiga en atletas. bres o por qué los niveles de ALT ten-
dían a ser menor en individuos activos.
Los niveles más bajos de TIBC asocia-
dos con niveles más altos del ejercicio Estas asociaciones pueden deberse a un
aeróbico o de fuerza en los hombres menor metabolismo de aminoácidos en
puede ser una adaptación al entre- estas personas.
namiento físico para permitir mayor
transporte de hierro para satisfacer Más días de participación en ejercicios ae-
mayores necesidades con mayores róbicos o de fuerza se asociaron con una
volúmenes de ejercicio. No está claro GGT más baja en hombres y mujeres. La
por qué la misma asociación no era GGT en suero se deriva del hígado y sirve
evidente en las mujeres. como un indicador de general de la salud
del hígado. Investigaciones anteriores han
Sin embargo, puede deberse a la mayor pre- demostrado que aunque la GGT aumen-
valencia (32%) de deficiencia de hierro o a ta de forma aguda después del ejercicio
la suplementación (50%) en mujeres atletas aeróbico, la GGT en reposo es más baja

23
de forma general se asocia con una ma- En jugadores de fútbol de élite, se ha de-
yor actividad física. El papel de la GGT en mostrado que los niveles de TSH aumen-
el ejercicio puede contrarrestar el estrés tan durante la temporada competitiva.
oxidativo al descomponer el glutatión ex- Sin embargo, en otros estudios, tanto los
tracelular y hacer que sus componentes atletas de potencia como los aeróbicos se
aminoácidos estén disponibles para que ha demostrado que tienen una TSH sé-
las células los reparen. Los niveles séricos rica más baja, lo que indica un posible
de GGT se asocian positivamente con el aumento de la sensibilidad de la glándu-
índice de masa corporal, el consumo de la tiroides a la TSH en atletas. Aunque
alcohol y el colesterol sérico total. los planes de entrenamiento específicos
pueden afectar las hormonas tiroideas en
ALP circulación, los datos actuales no respal-
dan la evidencia de diferentes niveles de
Con la excepción de los hombres que en-
TSH en la población activa en compa-
trenan fuerza, más días de participación
ración con la población más sedentaria.
en ejercicios aeróbicos o de fuerza se aso-
ciaron con una ALP más baja en hombres
y mujeres. La ALP es una enzima que se Ácido úrico
encuentra principalmente en los huesos y Los efectos de la frecuencia del ejercicio
el hígado y que está involucrada en la eli- sobre el ácido úrico diferían según el géne-
minación del fosfato mineral de molécu- ro. En mujeres, ni atletas de resistencia ae-
las y afecciones inflamatorias. Los niveles róbica ni de fuerza se asociaron significati-
de ALP están relacionados con la activi- vamente con los resultados de ácido úrico.
dad ósea. Los niveles de ALP específica
del hueso aumentan durante el ejercicio Sin embargo, en los hombres, los días in-
con carga de peso, pero vuelven a la línea formados de participación en ejercicios
de base dentro de los 20 minutos poste- aeróbicos y de fuerza se asociaron signi-
riores al ejercicio. ficativamente con una disminución del
ácido úrico. El ácido úrico bajo puede ser
TSH una adaptación al entrenamiento, ya que
investigaciones previas han reportado
Ni los días de participación aeróbica ni una disminución del ácido úrico en los at-
los días de participación en el ejercicio letas masculinos en comparación con los
de fuerza fueron significativamente aso- no atletas.
ciados con la TSH en hombres o muje-
res. Las hormonas tiroideas juegan un El ácido úrico aumenta después de
papel importante en el metabolismo, el un ejercicio intenso que recluta fibras
crecimiento, la diferenciación de teji- musculares de contracción rápida,
dos, la oxidación de ácidos grasos y la
probablemente en orden para aumen-
termorregulación en respuesta al ejerci- tar la capacidad antioxidante y reducir
cio. Estudios anteriores que evaluaron
el estrés oxidativo durante el ejercicio
la función tiroidea en atletas han de-
físico agudo.
mostrado resultados contradictorios.

24
A pesar de su papel a corto plazo en las respuestas al ejercicio, el ácido úrico alto
en reposo ha sido asociado con poca fuerza, vulnerabilidad a la lesión del tendón
y enfermedad.

MUJER HOMBRE
Intervalo Estimación Aeróbico Fuerza Ambos Intervalo Estimación Aeróbico Fuerza Ambos
Test Unidad Referencia 0 días 5 días 5 días 5 días Referencia 0 días 5 días 5 días 5 días
A1C % - - 5.7 5.5 5.3 5.4 5.3 - - 5.7 5.5 5.4 5.4 5.3
AGratio 1 - 2.5 1.6 1.7 1.6 1.7 1 - 2.5 1.8 1.9 1.8 1.9
ALB g/dL 3.6 - 5.1 4.4 4.4 4.4 4.5 3.6 - 5.1 4.7 4.7 4.7 4.7
ALP U/L 33 - 115 65.5 60.1 60.8 55.4 40 - 115 69.1 65.4 69.1 65.4
ALT U/L 6 - 29 16.9 16.0 16.9 16.0 9 - 46 32.0 26.6 30.5 25.1
AST U/L 10 - 35 17.2 18.0 18.2 19.0 10 - 40 23.0 21,8 25.6 24.4
BILItot mg/dL 0.2 - 1.2 0.5 0.6 0.6 0.6 0.2 - 1.2 0.7 0.8 0.7 0.8
CA mg/dL 8.6 - 10.2 9.4 9.4 9.4 9.4 8.6 - 10.3 9.6 9.7 9.4 9.7
cCRP mg/dL 0 - 3 4.6 3.6 3.3 2.4 0 - 3 2.6 2.1 1.8 1.3
CHOL mg/dL 125 - 200 177.8 173.2 177.8 173.2 125 - 200 184.5 181.9 176.3 173.7
CREA mg/dL 0.5 - 1.1 0.7 0.8 0.8 0.8 0.6 - 1.35 1.0 1.0 1.0 1.1
EGFR mL/ 90 - - 110.1 104.3 105.8 100.0 90 - - 103.7 101.4 99.2 96.9
min/
1.73m2

FER ng/mL 10 - 154 - - - - 20 - 345 182.7 149.5 182.7 149.5


GCT U/L 3 - 40 20.0 17.7 18.9 16.7 3 - 70 35.2 29.5 30.1 24.5
GLOB g/dL 1.9 - 3.7 2.8 2.7 2.8 2.7 1.9 - 3.7 2.7 2.6 2.7 2.6
GLUB mg/dL 65 - 99 87.8 86.1 86.3 84.5 65 - 99 92.7 91.2 90.0 88.5
HDL mg/dL 46 - 55.4 62.2 58.3 65.1 40 - 44.2 49.0 47.8 52.6
HDLratio ratio - - 5 3.4 3.0 3.1 2.8 - - 5 4.4 3.9 4.0 3.5
IBC mcg/dL 250 - 450 - - - - 250 - 425 333.4 331.2 330.7 328.6
IRON mcg/dL 40 - 190 84.1 97.1 89.5 102.5 50 - 195 102.6 106.0 105.8 109.2
LDL mg/dL - - 130 100.8 97.6 94.9 91.7 - - 130 110.0 108.1 103.3 101.4
pctSat % 11 - 50 23.6 26.9 25.2 28.5 15 - 60 31.3 32.5 32.5 33.8
PROT g/dL 6.1 - 8.1 7.2 7.1 7.3 7.1 6.1 - 8.1 7.4 7.4 7.3 7.3
TRIG mg/dL - - 150 107.6 98.3 94.1 84.8 - - 150 158.0 127.8 130.0 99.8
TSH mIU/L 0.4 - 5 - - - - - - - - - - -
Urate mg/dL 2.5 - 7 - - - - 4 - 8 6.7 6.5 6.4 6.3

Tabla 1: Intervalos de referencia y valores pronosticados para 0 y 5+ días de participación en ejercicios


aeróbicos o de fuerza por semana en hombres y mujeres de 18 a 34 años de edad

25
La muestra puede estar sesgada hacia
LIMITACIONES los empleados que trabajan y no nece-
Si bien este estudio aporta nueva infor- sariamente representativa de la pobla-
mación sobre la relación entre la par- ción. Sin embargo, como el objetivo de
ticipación en el ejercicio y las medidas este estudio era demostrar los efectos
comunes de laboratorio, los hallazgos del ejercicio sobre biomarcadores de sa-
deben interpretarse dentro del contexto lud, las relaciones pueden ser aplicables
del diseño del estudio. Primero, desde a un rango más amplio de población.
un nivel de población, la evaluación de
la participación en el ejercicio tanto en
frecuencia como en el modo por sí solos Finalmente, este estudio se restringió a
no pueden representar las relaciones o hombres y mujeres de 18 a 34 años de edad
mecanismos con otras métricas de ejer- para evitar la influencia confusa de la edad.
cicio como la intensidad y la duración. En consecuencia, la aplicación de resulta-
Se necesitan más estudios para evaluar dos sería más apropiado para poblaciones
los efectos de la intensidad y la dura- con características similares. Se necesitan
ción del ejercicio en estos parámetros. más estudios para determinar la influencia
de la edad en tales relaciones.
Además, para aislar y explorar los di-
ferentes efectos de la fuerza versus el
ejercicio de tipo aeróbico, se informa-
ron los valores pronosticados como 0
vs. 5+ días por semana de participación
en el ejercicio, lo cuál puede diferir de
algunas recomendaciones de ejercicio.
También, dado que los datos sobre el
ejercicio y la salud se recopilaron me-
diante un cuestionario, puede existir la
posibilidad de sesgo de notificación. El
sesgo de interpretación también puede
existir, ya que el cuestionario no defi-
nió el ejercicio aeróbico o de fuerza.

Por otro lado, los participantes con re-


porte de condiciones médicas que pue-
den afectar las pruebas de laboratorio
comunes se incluyeron en el estudio, con
el objetivo de representar una población
característica.

26
¡!

CONCLUSIÓN
Las pruebas de laboratorio clínico proporcio-
nan información para evaluar, diagnosticar
y gestionar la salud del paciente, así como el
riesgo y estado de enfermedad. Debido a que
las pruebas de laboratorio clínico cuantifi-
can los sistemas fisiológicos clave, los cam-
bios en los valores de las pruebas de labora-
torio que son inducidas por la frecuencia,
intensidad y tipo de ejercicio pueden ofre-
cer una mejor forma de cuantificar el esta-
do de salud del sujeto y su estado de forma.
La participación en deportes o el ejercicio físico están rela-
cionados con alteraciones en los resultados de las pruebas de
laboratorio clínico en ciertos biomarcadores.
¡!
Los resultados de las pruebas de laboratorio deben inter-
pretarse dentro del contexto de cada persona y su conjun-
to único de circunstancias.
Saber esto puede ayudar en la comprensión e interpretación de los resultados
de laboratorio para adultos físicamente activos y conducen a definir inter-
valos de referencia apropiados para esta población deportista. Dichos datos
pueden ayudar a interpretar los resultados de las pruebas de laboratorio en
atletas evitando interpretaciones erróneas de resultados aceptables, lo cuál
estresa al deportista e incluso puede modificar su ritmo de entrenamiento,
alimentación, etc sin que realmente sea necesario.

27
REFERENCIA
1- Fragala, M. S., Bi, C., Chaump, M., Kaufman, H. W., & Kroll, M. H. (2017). As-
sociations of aerobic and strength exercise with clinical laboratory test values. PloS
one, 12(10), e0180840.

28
VITAMINA D EN EL TEJIDO MUSCULAR
Y LA FUERZA

E
POR ISMAEL GALANCHO
n la última década se ha pro- sérica de vitamina D aumentaron más
ducido una tremenda can- de 80 veces entre el año 2000 y 2010
tidad de estudios respecto y las ventas de suplementos de vitami-
a la función de la vitamina na D ha aumentado varias veces (Sha-
D en el cuerpo humano. De hecho, hangian et al. 2014). A pesar de que los
estos estudios comenzaron en 1822 informes de intoxicación por vitamina
cuando el médico polaco Dr. Jedr- D son raros, no significa que no ocu-
zej Sniadecki descubrió que la falta rran, por lo que hay que ser precavido
de exposición a la luz solar contri- a la hora de recomendar su suplemen-
buye directamente a la aparición de tación, también debido a que a día de
raquitismo. Más tarde, en 1918, Sir hoy no está claro cual es el rango ópti-
Edward Mellanby demostró que la mo de 25 (OH) D, que es la forma en la
intervención nutricional con aceite que se mide la concentración de vita-
de hígado de bacalao puede reempla- mina D en sangre.
zar la luz solar en la cura y preven-
ción del raquitismo (Mellanby 1918). Las últimas pautas indican que la
concentración inferior a 20 ng / ml
Años más tarde, tras el descubrimien- (50 nmol / L) es el límte mínimo que
to del receptor de vitamina D (VDR) indica deficiencia de vitamina D.
(Haussler et al. 1969) y la confirma-
ción de su presencia en diversos teji- Sin embargo, para saber la verdade-
dos, ha abierto el vínculo mecanicista ra deficiencia de vitamina D, se debe
entre la vitamina D y la aparición de considerar su biodisponibilidad y,
muchas enfermedades y trastornos por tanto, su unión a la proteína de
como: obesidad, un estado inflamato- unión a la vitamina D (VDBP).
rio crónico de bajo grado, resistencia
a la insulina, síndrome metabólico, VDBP es el portador primario de vita-
diabetes tipo II, riesgo cardiovascu- mina D, que se une al 85–90% de la 25
lar, Alzheimer, depresión y cáncer. (OH) D en la circulación y el resto no
La presencia del VDR también fue unido 25 (OH) D se considera biodis-
confirmada en el tejido muscular. ponible (ya sea libre o unido a la albú-
mina). Alrededor del 10-15% del total
En las últimas 2 décadas, el interés en de 25 (OH) D está vinculado a la albú-
la vitamina D ha aumentado signifi- mina, en contraste con la 25 (OH) D li-
cativamente. Las solicitudes de ana- bre, que representa el 1% de la vitami-
líticas para evaluar la concentración na D circulante total (Bikle et al. 1986).

29
Una curiosidad, es que existen grandes diferencias raciales en el VDBP. Un estudio recien-
te demostró que aunque las personas de raza negras tenían niveles más bajos de VDBP y
de 25 (OH) D en suero que los sujetos de raza blanca, los niveles de 25 (OH) D biodispo-
nibles de los sujetos de raza negra eran similares a los de los blancos (Powe et al. 2013).

Un alto porcentaje de la población parece tener déficit de vitamina D y parece ser que la
deficiencia de la misma se ha asociado con mala salud muscular, dolor musculoesquelé-
tico, sarcopenia, miopatía, caídas, etc.

¿CÓMO SABER SI NECESITAS


SUPLEMENTARTE CON VITAMINA D?

Figura 1: Esquema para identificar si es necesaria la suplementación con vitamina D. Adaptado de Owens,
D. J., Allison, R., & Close, G. L. (2018). Vitamin D and the athlete: current perspectives
and new challenges. Sports medicine, 48(1), 3-16.

30
VITAMINA D glándulas productoras de testostero-
na que resulta en mayores concentra-
Y TEJIDO MUSCULAR ciones de hormonas esteroides, que
Existe evidencia de que la vitamina D3 conduce a un aumento de la hipertro-
podría también aumentar tanto el tama- fia del músculo esquelético y la fuerza.
ño como el número de fibras muscula-
res tipo II. Estos resultados parece que Muchas funciones biológicas de la for-
sólo se han podido demostrar en ma- ma activa de la vitamina D está me-
yores de 65 años de edad, algo que nos diada por VDR, que se une a 1α, 25
inclina a dotar de la merecida impor- (OH) D. La acción de la vitamina D en
tancia que tiene esta vitamina para pre- el músculo afecta a la homeostasis del
venir la sarcopenia. Tenemos que tener calcio (Ca2 +) que es un factor impor-
en cuenta que una persona de 65 años tante que está involucrado en el me-
de edad sintetiza casi 3 veces menos vi- tabolismo de la energía muscular. La
tamina D3 que una persona de 20 años, vitamina D es esencial para el normal
lo que en mi opinión sugiere que la su- funcionamiento del calcio (Ca2 +) por
plementación con dicha vitamina pue- lo que juega un papel importante en
de ser algo a tener en cuenta, al menos la regulación del tono y la contracción
en ciertos individuos de edad avanzada. del músculo esquelético (Li et al. 2018).

Estos hallazgos apoyan la idea de que Se sabe que la deficiencia de vitamina


el aumento de esta vitamina puede au- D altera la contracción muscular me-
mentar la producción de testosterona diante la reducción de la recaptación
en hombres, lo que indica que los su- de Ca2 + en el retículo sarcoplasmáti-
plementos de vitamina D podría tener co, lo que conduce a una prolongación
un potencial ergogénico a través de la de la relajación. A su vez, la deficien-
potenciación de la producción endóge- cia de vitamina D puede ser responsa-
na de testosterona. ble de la inadecuada absorción de Ca2
+ por las mitocondrias, lo que resulta
El mecanismo de acción de esta vitami- en perturbaciones de la homeostasis
na en el aumento de síntesis de testoste- metabólica celular (Sinha et al. 2013).
rona en hombres parece estar relacio-
nado con dos procesos: Último estudio de Ryan y compañeros de
trabajo (Ryan et al. 2016) sugiere que la vi-
Por inhibir la aromatización de la tes- tamina D aumenta la función de las mito-
tosterona y en segundo lugar, parece condrias en el músculo y que la deficiencia
que se ha localizado VDR en testícu- de vitamina D aumentó la citotoxicidad
los humanos y se ha demostrado que mediada por ROS (Dzik et al. 2018) y en
puede mejorar la unión de testostero- consecuencia inducir efectos nocivos sobre
na con los receptores de andrógenos. la función mitocondrial, que a su vez con-
Este efecto aumenta la velocidad a la duce a la atrofia muscular.
que los andrógenos se pueden unir a las

31
Este dato apoya la hipótesis de que la De hecho, la dosis suprafisiológica de
vitamina D está involucrada no solo 1α, 25 (OH) 2D3 inyectada en el mús-
en la homeostasis del calcio y la fun- culo dañado retrasa la respuesta regene-
ción mitocondrial, sino que tam- rativa en el músculo, disminuye la dife-
bién es responsable del estrés oxi- renciación de células satélite y aumenta
dativo en el músculo esquelético. la fibrosis muscular (Srikuea et al. 2016).

El mecanismo exacto que podría ex- Por tanto, estas observaciones sugieren
plicar la regulación del estrés oxidativo que si bien la deficiencia de vitamina D
a través de la vitamina D aún no se ha aumenta el estrés oxidativo, el exceso de
dilucidado. Como he comentado ante- la misma también puede tener un im-
riormente, la vitamina D regula la di- pacto negativo en el músculo de la mis-
námica y la función mitocondrial, por ma manera que la suplementación con
lo tanto, podría influir directamente antioxidantes.
en la generación de ROS mitocondrial.
Es posible que niveles adecuados de vi- VITAMINA D
tamina D puedan garantizar la función
del músculo esquelético, disminuir el Y FUERZA
tiempo de recuperación del entrena- Los suplementos de vitamina D3 o los
miento, aumentar la fuerza y la potencia alimentos fortificados con vitamina D3
y elevar la producción de testosterona, siempre tienen reclamos por brindar be-
IGF-1, etc, es decir, que en definitivas neficios para la salud de las personas,
cuentas parece aumentar el rendimien- incluida la salud ósea y muscular. Hay
to deportivo. Por lo tanto, mantener los datos publicados que informan que los
niveles adecuados de vitamina D po- atletas tienen una alta prevalencia de in-
dría resultar beneficioso para el rendi- suficiencia de vitamina D, debido a que
miento deportivo. tienen una tasa metabólica más alta, ex-
perimentan entrenamientos en interio-
Sin embargo, no todo tiene por qué ser res durante todo el año, carecen de la
bonito en la vitamina D. Se sabe que la exposición a la luz solar ultravioleta, etc.
vitamina D es un antioxidante muy efi-
caz y sabemos que los ROS producidos De hecho, los entrenadores, los atletas y
durante el ejercicio son importantes los profesiones de salud relacionadas con
para las respuestas adaptativas mus- el deporte están preocupados por la sufi-
culares, por lo que un exceso de vita- ciencia de vitamina D en suero de los at-
mina D podría empeorar adaptaciones letas y cómo se asocia con la fuerza y el
al entrenamiento como la biogénesis acondicionamiento, así como con el ren-
mitocondrial o la hipertrofia muscular. dimiento deportivo.

32
Recientemente se ha publicado una re- llevó a los participantes a suero 25 (OH)
visión sistemática y metaanálisis (Han, D de deficiencia a suficiencia.
Q et al 2019) para investigar los efec-
tos de la suplementación con vitamina Aunque se observaron concentraciones
D3 en la fuerza del músculo esquelé- séricas de 25 (OH) D después de que la
tico en atletas. Se realizaron búsque- suplementación alcanzara la suficiencia,
das en ensayos controlados aleatorios la fuerza muscular no mejoró significa-
(ECA) que analizaron los efectos de la tivamente. Se necesitan ECA adicionales
suplementación con vitamina D3 so- bien diseñados con un gran número de
bre la fuerza muscular en atletas sanos participantes examinados para determi-
utilizando tres bases de datos (Pub- nar el efecto de la suplementación con
Med, Embase y Cochrane Library). vitamina D3 en las concentraciones sé-
La 25 (OH) D en suero por encima de ricas de 25 (OH) D y la fuerza muscular
30 ng / ml se considera suficiente en en una variedad de deportes, latitudes y
esta revisión sistemática y metanálisis. diversas poblaciones multiculturales.

Cinco ECA con 163 atletas cumplie-


ron los criterios de inclusión. 14 atletas
se perdieron durante el seguimiento y
quedaron 149. Entre los atletas con va-
lores basales de 25 (OH) D en suero que
sugieren insuficiencia, la dosis diaria
de vitamina D3 a 5000 UI durante más
de 4 semanas condujo a una concentra-
ción de 25 (OH) D en suero de 31,7 ng
/ ml. Los atletas con suficiente nivel en
suero de 25 (OH) D al inicio del estudio
fueron reclutados en un solo estudio,
y los participantes fueron asignados a
la vitamina D3 a una dosis diaria de
3570 UI o placebo durante 12 semanas.

Los hallazgos actualizados de este me-


taanálisis sugieren que la suplementa-
ción de vitamina D3 durante 4 a 12 se-
manas con una dosis diaria de más de
2857 UI en invierno puede ser de ayuda
para llevar las concentraciones séricas
de 25 (OH) D de los atletas de insufi-
cientes a suficientes. La suplementación
de 4 semanas de 5000 UI de vitamina D3

33
LIMITACIONES
Los ECA disponibles son limitados después del
proceso de evaluación y selección. Este metaa-
nálisis fue riguroso a la hora de seleccionarlos y
solo tiene datos de cinco ECA de ciertas varia-
bles inherentes al metaanálisis que incluyen di-
ferentes dosis de suplementos, mediciones de
resultados, deportes y rutinas de entrenamien-
to, que pueden introducir factores de confusión.

Con ECAs limitados que investigaron suplemen-


tos de vitamina D3 en la fuerza muscular, no es
factible ajustar las diferentes variables, como la
medición realizada durante diferentes estaciones
del año, exposición a la luz solar, grupos de edad
específicos, géneros, tipos de dietas (como Dieta
mediterránea, dieta vegana, dieta cetogénica), etc.

El hallazgo de no tener un efecto general de la vitamina


D3 en la fuerza muscular en este estudio podría deberse
al pequeño tamaño de la muestra y a la imposibilidad de
estratificar a los atletas incluidos para un mejor control
al agrupar y resumir cada resultado.

El nivel de evidencia actual de este metaanálisis se estima


como moderado a alto para elevar las concentraciones
séricas de 25 (OH) D con la dosis y la duración adecua-
das, pero se han observado pocas pruebas para mejorar la
fuerza muscular.

Los tamaños de muestra en estos ensayos inclui-


dos fueron pequeños variando de 10 a 57, y la he-
terogeneidad del estado de suero 25 (OH) D basal
entre estudios fue grande. Las poblaciones estu-
diadas eran muy diversas con diferentes profesio-
nes deportivas, nacionalidades, latitudes.

34
¡!

CONCLUSIÓN Por lo tanto, aunque se observa una me-


jora de la 25 (OH) D con suplementación
En las últimas 2 décadas, el interés en en este metanálisis, no puede llegar a la
la vitamina D ha aumentado signifi- conclusión de que la suplementación con
cativamente. Las últimas pautas in- vitamina D3 tenga un efecto beneficioso
dican que la concentración inferior sobre la fuerza muscular.
a 20 ng / ml (50 nmol / L) es el límte ¡!
mínimo que indica deficiencia de vi-
tamina D. Sin embargo, para saber la
verdadera deficiencia de vitamina D,
se debe considerar su biodisponibili-
dad y, por tanto, su unión a la proteí-
na de unión a la vitamina D (VDBP).

La vitamina D3 cumple importantes


funciones fisiológicas en el organismo
en general y también en el tejido muscu-
lar específicamente. Se sabe que la vita-
mina D cumple importantes funciones
para la salud del músculo esquelético
así como su correcto funcionamiento.
Se especula que la suplementación con
vitamina D puede cumplir un efecto
ergogénico en el deporte mejorando su
fuerza muscular.

Sin embargo, los datos disponibles, a falta


de ECAs de calidad, parecen sugerir que no
hay un efecto significativo en el aumento de
la fuerza muscular en sujetos suplementa-
dos con vitamina D.
¡!
El último metaanálisis publicado sobre
ello analizó el efecto actualizado de la
suplementación de vitamina D3 sobre
la concentración sérica de 25 (OH) D y
la fuerza muscular, concluye que hubo
un pequeño tamaño del efecto y poca
evidencia de una mejor fuerza muscular
con la intervención de la vitamina D3.

35
REFERENCIAS
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36
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national Society of Sports Nutrition, 16(1), 55.

37
GRASAS Y SALUD CARDIOVASCULAR
PARTE II: ÁCIDOS GRASOS MONOINSATURADOS Y TRANS

L
POR MAELÁN FONTES
os ácidos grasos monoinsatura- cantidad de carbohidratos, en estudios
dos (AGM) se caracterizan por de cohorte prospectivos ese efecto no
tener un solo doble enlace siendo se traduce en una reducción del riesgo
el más común el ácido oleico (90% de to- cardiovascular (RCV) (Li et al., 2015).
dos los AGM). El interés en el rol de los
AGM en la salud cardiovascular surgió Según algunos autores una posible ex-
a partir del famoso estudio de los siete plicación es que la ingesta de AGM está
países de Ancel Keys mencionado en la asociada con la de AGS en las dietas tí-
primera parte, donde observó que los picas occidentales y por eso no se ob-
países que seguían un patrón dietético serva un efecto protector con la ingesta
más parecido a una dieta mediterránea de AGM. Este es un problema común en
tenían una prevalencia menor de enfer- los estudios de cohorte ya que es difícil
medades de las arterias coronarias (EAC) aislar un solo factor. Por ejemplo, las
(A, C, FSP, & H, 1981). La dieta medi- personas que no fuman suelen ser di-
terránea tradicional (por ejemplo en la ferentes a las que no fuman en muchos
isla de Creta) es alta en aceite de oliva y aspectos ya que suelen ser personas
frutos secos, y por eso es rica en AGM. «conscientes con su salud», de manera
que un fumador suele beber más alco-
Estudios de corta duración han demos- hol, hacer menos actividad física, comer
trado que disminuir el consumo de car- más comida procesada, etc., viene todo
bohidratos y reemplazarlos por AGM en un «pack». En un reciente estudio
reduce el colesterol total y LDL, y au- de 2016 los investigadores estudiaron
menta el HDL, contribuyendo a un me- la asociación entre la ingesta específica
jor perfil lipídico (Mensink, Zock, Kes- de grasas dietéticas y la mortalidad por
ter, & Katan, 2003). Los AGM también causa específica o por todas las causas
tienen efectos potencialmente beneficio- en dos cohortes con una muestra muy
sos para la salud como puede ser dismi- grande (83.349 mujeres en una y 42.884
nuir el riesgo de trombogénesis, reducir hombres en otra) (Wang et al., 2016).
la susceptibilidad de oxidación de las
moléculas LDL, mejora de la sensibili- Los resultados indican que por cada
dad a la insulina y reducción de marca- 5% de energía de AGM que sustituyen
dores inflamatorios (Wang & Hu, 2017). a carbohidratos totales, se produce una
reducción del riesgo de mortalidad CV
Aunque diferentes estudios indiquen (CR=0,90, IC95%, 0,83–0,98) y de mor-
un efecto favorable sobre el perfil lipídi- talidad por todas las causas (CR=0,90,
co de los AGM al reemplazar la misma IC95%, 0,87–0,94).

38
Interesantemente, en este estudio suplementada con aceite de oliva o die-
en la mayoría de cohortes los AGM ta mediterránea suplementada con fru-
provenían de aceite de oliva y frutos tos secos o una dieta control (Estruch et
secos. Datos del estudio de interven- al., 2013). Los participantes fueron se-
ción PREDIMED también indican que guidos durante un periodo de 4,8 años.
comparando el quintil con mayor in- Los resultados sugieren que comparado
gesta de AGM contra el de menor in- con el grupo control la dieta mediterrá-
gesta estaba asociado con menor riesgo nea suplementada con aceite de oliva y
de enfermedad cardiovascular (ECV) con frutos secos reduce los eventos CV
(CR= 0,5, IC95%, 0,31-0,81) y de mor- (infarto de miocardio, ictus y muerte
talidad por todas las causas (CR= 0,64, por ECV) en un 30% (CR=0,70; IC95%,
IC95%, 0,43-0,94) (Guasch-Ferré et 0,54–0,92) y un 28% (CR=0,72; IC95%,
al., 2015). Pero como los propios au- 0,54– 0,96), respectivamente (imagen 1).
tores reportan explícitamente, aque-
llos sujetos con mayor ingesta de gra-
sas totales, AGS y AGT también eran
físicamente menos activos y tenían
mayor prevalencia de diabetes, de ma-
nera que es casi imposible saber si el
mayor riesgo es por las grasas en sí o
por la combinación de todos esos fac-
tores. Además, en el estudio PREDI-
MED los AGM provenían principal-
mente de alimentos saludables en su
conjunto: aceite de oliva y frutos secos.

Respecto al efecto de aumentar la in- Imagen 1. Incidencia del desenlace compuesto


gesta de AGM y reducir la de AGS, al- (infarto de miocardio, accidente cerebrovas-
gunos estudios han demostrado que cular o muerte por ECV) en el grupo de dieta
intercambiar un 5% de energía reduce mediterránea suplementada con aceite de oliva
el riesgo de enfermedad de las arterias virgen extra (AOVE), dieta mediterránea su-
coronarias (EAC) en un 15% (CR= 0,85; plementada con frutos secos o grupo control.
IC95%, 0,74–0,97) (Li et al., 2015). Estruch R., et al. NEJM. 2013.
El estudio PREDIMED mencionado an- Este estudio es probablemente la mejor
teriormente, es probablemente el estu- evidencia que hay sobre el papel protector
dio de referencia para conocer el efecto de los AGM sobre el riesgo CV al ser un
de los AGM en la salud cardiovascular. estudio de intervención con una muestra
Este estudio incluyó a 7.447 hombres y grande y relativamente largo seguimiento.
mujeres sin ECV pero con riesgo alto
de ECV, que fueron asignados alea-
toriamente a una dieta mediterránea

39
No obstante, ha recibido múltiples críticas debido a limitaciones importan-
tes en el diseño. Una de ellas es el apoyo al grupo control. Incluso, los au-
tores reportaron en el artículo original que debido a que el grupo control
recibió menos apoyo se produjo una mayor ausencia a las reuniones con los in-
vestigadores. Eso sugiere que probablemente los participantes del grupo con-
trol tuvieron menos adherencia a la intervención. Tal es la repercusión que
los investigadores tuvieron que adaptar el protocolo a mitad de intervención.

Además, se identificaron errores de aleatorización donde se descubrió que algunos


participantes no habían sido realmente aleatorizados sino incluidos si pertenecían
a la misma casa, por ejemplo. El estudio fue retractado y republicado pero algunos
autores opinan que los resultados no son tan fiables (Agarwal & Ioannidis, 2019).

EN RESUMEN: existe evidencia derivada de estudios de cohorte que aumentar el consumo


de AGM, sobre todo a expensas de carbohidratos refinados, mejora el perfil lipídico y
reduce el riesgo CV.

Sin embargo, no existen datos de estudios de intervención con desenlaces


fuertes que confirmen esa hipótesis, siendo el estudio PREDIMED el más
representativo pero con las limitaciones mencionadas.

ÁCIDOS GRASOS TRANS


Los ácidos grasos trans (AGT) de los alimentos proceden de dos fuentes:

A Industrial: los AGT industriales son producidos mediante un proceso de hidro-


genación (adición de hidrógeno a temperaturas altas) para dar lugar a una gra-
sa sólida a temperatura ambiente, ya que de lo contrario sería líquida. Mediante
este proceso se producen las margarinas, aceites vegetales para freír o la bollería.

B Grasa presente en rumiantes que se produce por fermentación bacteriana en el


aparato digestivo de los rumiantes.

La primera fuente contiene un 60% de AGT del total de ácidos grasos,


mientras que la segunda fuente no suele exceder un 6% del total.

40
A nivel bioquímico los AGT se caracterizan porque los hidrógenos se encuentran en
posición –trans en el doble enlace, es decir, que están en lados opuestos, como se
puede ver en la parte izquierda de la imagen 2.

Imagen 2. Configuración trans y cis del mismo ácido graso, dando lugar a dos ácidos grasos totalmente
diferentes en cuanto a efectos fisiológicos. A la izquierda un ácido graso trans (ácido elaídico) y a la de-
recha su versión cis (ácido oleico). En la configuración trans los hidrógenos están en lados opuestos en
el doble enlace, mientras que en la configuración cis están en el mismo lado.

Existe evidencia sólida de que cuando se sustituyen los AGT por AGS o AGP se
aumenta el colesterol LDL, se reduce el colesterol HDL y aumenta drásticamente el
índice CT/HDL, como se observa en la imagen 3. Por otro lado, los AGT afectan ne-
gativamente a la salud CV por mecanismos más allá de los lípidos: alteran la función
endotelial, inducen inflamación y reducen el tamaño de las partículas de LDL (Mo-
zaffarian, Katan, Ascherio, Stampfer, & Willett, 2006).

Imagen 3. Efectos de diferentes ácidos grasos sobre el índice colesterol total/HDL, LDL y HDL.
Mensink RP. Am J Clin Nutr. 2003

41
El primer estudio en observar una asociación entre la ingesta de AGT y EAC
fue el Nurses Health Study (Willett et al., 1993) y los resultados se repli-
caron en varios estudios posteriores. Un meta-análisis del año 2015 anali-
zó los estudios de cohorte que relacionaran la ingesta de AGT con mortali-
dad por todas las causas, ECV y diabetes tipo 2 (DT2) (de Souza et al., 2015).

En la imagen 4 se pueden ver los resultados que los autores han dividido en el efecto
del total de AGT, AGT de origen industrial o AGT de origen animal (en concreto de
los rumiantes), y analizaron la relación de estos grupos con diferentes desenlaces. Los
AGT totales aumentan el riesgo de mortalidad por todas las causas (CR=1,34, IC95%,
1,16-1,56), mortalidad por EAC y total EAC. Los estudios analizando solo los AGT
industriales encontraron un aumento del riesgo de mortalidad por EAC y total EAC.

Interesantemente, los estudios analizando solamente los AGT de rumiantes no ob-


servaron un aumento del riesgo de ECV y además hubo una reducción importante
del riesgo de diabetes tipo 2 (CR=0,58, IC95%, 0,46-0,74).

Nº de Nº de eventos/ Riesgo relativo


Desenlace Razón de riesgos (IC95%) (IC95%) P Phet I2
estudios paticipantes (%)

Total grasas trans


Mortalidad todas causas 2 2141/20 346 1.34 (1.16 to 1.56) <0.001 0.07 70
Mortalidad EAC 5 1234/70 864 1.28 (1.09 to 1.50) 0.003 0.66 0
Total EAC 6 4579/145 922 1.21 (1.10 to 1.33) <0.001 0.43 0
Ictus isquémico 3 1905/190 284 1.07 (0.88 to 1.28) 0.50 0.03 67
Diabetes tipo 2 6 8690/230 135 1.10 (0.95 to 1.27) 0.21 0.01 66

Grasas trans industriales


Mortalidad todas causas 1 11 890/71 464 0.98 (0.92 to 1.04) 0.52 0.52 0
Mortalidad EAC 2 3018/93 394 1.18 /1.04 to 1.33) 0.009 0.68 0
Total EAC 2 454/69 848 1.42 (1.05 to 1.92) 0.02 0.22 34
Ictus isquémico 0 0/0 - - - -
Diabetes tipo 2 0 0/0 - - - -

Grasas trans rumiantes


Mortalidad todas causas 1 11 890/71 464 1.04 (0.92 to 1.18) 0.51 0.31 4
Mortalidad EAC 2 3018/93 394 1.01 (0.71 to 1.43) 0.95 0.01 79
Total EAC 3 828/73 546 0.93 (0.73 to 1.18) 0.55 0.13 46
Ictus isquémico 0 0/0 - - - -
Diabetes tipo 2 5 1153/12942 0.58 (0.46 to 0.74) <0.001 0.22 30

0 0.5 1.0 1.5 2.0


Grasas trans Grasas trans
protectoras perjudiciales

Imagen 4. Efectos de AGT totales, AGT industriales y AGT de rumiantes en el riesgo de mortalidad
por todas las causas, mortalidad por EAC, total EAC, ictus isquémico
y diabetes tipo 2. De Souza y cols. BMJ. 2015.

42
Por otro lado, el efecto de los AGT en la salud CV depende del tipo de AGT. Por
ejemplo, diferencias en la longitud de la cadena de carbonos, número de dobles en-
laces y lugar del doble enlace. En concreto, parece que los isómeros 18:2 trans tienen
una relación más fuerte con el riesgo de EAC (Baylin, Kabagambe, Ascherio, Spiegel-
man, & Campos, 2003).

En resumen, los AGT están asociados con un aumento de la mortalidad por todas las
causas, mortalidad por EAC y total de EAC, sin embargo, los AGT derivados de ru-
miantes parecen no tener un efecto negativo, e incluso protector en el caso de la DT2.

UNA PERSPECTIVA EVOLUTIVA puede alcanzar los 300-400g al día sin


DE LOS ÁCIDOS GRASOS Y alimentos vegetales y, sin embargo,
LA SALUD CARDIOVASCULAR tienen una baja prevalencia de ECV
(MANN, SHAFFER, ANDERSON,
Datos de poblaciones con un estilo de & SANDSTEAD, 1964). La ingesta
vida tradicional, parecido al que su- total de grasas en las mujeres Masai
puestamente llevaban nuestros ances- es de 38% compuesta en un 68% por
tros durante la era paleolítica, sugieren AGS (Nestel & Geissler, 1993). Kui-
que las enfermedades más comunes en pers y cols., analizaron la composi-
los países occidentalizados, incluidas ción de lípidos en la leche materna
las ECV, son aparentemente inexis- en una población con un estilo de
tentes (Lindeberg, 2012). Su estilo de vida tradicional en la isla de Chole,
vida se caracteriza por ser físicamente Tanzania (Kuipers et al., 2007).
activos, estar expuestos regularmen-
te al sol, respetar los ritmos circadia- Hipotéticamente, su alimentación se
nos y comer alimentos no procesados, parece bastante a la que nuestros ances-
entre otros factores (Carrera-Bastos, tros tenían durante el paleolítico en esa
Fontes-Villalba, O’Keefe, Lindeberg, zona, que es una de las zonas donde apa-
& Cordain, 2011). En cuanto a la in- recieron nuestros primeros ancestros.
gesta de ácidos hay una gran variación
entre estas poblaciones, incluso en al- La prevalencia de enfermedades occi-
gunas el consumo de AGS es elevado. dentales en esa población es también
Por ejemplo, los habitantes de la isla baja. Lo interesante es que la compo-
de Kitava, en Papúa Nueva Guinea, sición de la leche es alta en ácido láu-
ingerían un 21% de la energía de gra- rico, ácido mirístico y baja en ácido
sas de las cuales el 17% eran grasas linólico, es decir, es alta en grasas sa-
saturadas (Lindeberg, Berntorp, Nils- turadas (ácido láurico y ácido mirís-
son Ehle, Terént, & Vessby, 1997). En tico) y baja en ácido linólico (hipoté-
los Masai, la ingesta total de grasas ticamente un ácido graso protector).

43
Los datos tanto de la composición de la die-
ta como la leche materna o glóbulos rojos de
algunas poblaciones tradicionales, con una
prevalencia baja o nula de ECV, sugieren
que su patrón de alimentación no concuer-
da con las recomendaciones dietéticas actua-
les, como hemos repasado en este artículo.
Por lo tanto, cabe plantearse la siguiente pregunta:
¿
¿QUÉ PAPEL JUEGAN LAS GRASAS EN LA SALUD CV EN RELACIÓN
CON OTROS FACTORES RELACIONADOS CON EL ESTILO DE VIDA?
Existe literatura que sugiere que la composi-
ción en cuanto a macronutrientes de la dieta
no es tan importante dentro de un contexto
de estilo de vida saludable. Por esa razón, po-
demos ver poblaciones tradicionales con una
dieta que no sería la idónea, o incluso con un
perfil lipídico parecido a cualquier población
occidental, pero sin embargo con una baja
prevalencia de ECV (Lindeberg, Nilsson Ehle,
Terént, Vessby, & Scherstén, 1994). Lindeberg
y cols., concluyen que, de acuerdo a los resul-
tados del estudio de Kitava, la aparente au-
sencia de ECV se puede explicar por la buena
composición corporal de los sujetos y los valo-
res bajos de tensión arterial (Lindeberg et al.,
1994). Por otro lado, una dieta rica en carne
no tiene que ser necesariamente aterogénica
(Cordain, Eaton, Miller, Mann, & Hill, 2002).
En resumen, desde una perspectiva evolutiva es lógico pensar que el
ser humano está genéticamente adaptado (con algunas excepciones
como la hipercolesterolemia familiar) a diferentes cantidades de total
de grasas y de la proporción que contribuyen los AGS, AGP y AGM
(Kuipers et al., 2010). Esto implica que es posible tener una ingesta
de grasas que no se ajuste a las recomendaciones oficiales y tener un
bajo riesgo de ECV, si el resto del estilo es saludable: suficiente activi-
dad física, dieta basada en alimentos no procesados, evitar el tabaco,
alcohol y drogas, bajo estrés psicosocial, ritmo circadiano adecuado,
exposición solar adecuada, baja exposición a contaminantes, etc. (Ca-
rrera-Bastos et al., 2011).

44
¡!

CONCLUSIÓN
El rol de los ácidos grasos en la salud
cardiovascular ha sido, y sigue siendo,
debate desde hace muchas décadas, so-
bre todo por la dificultad para hacer
estudios de intervención debido al alto
coste y a la falta de adherencia al pro-
tocolo. La solución parece estar en los
estudios de cohorte, que permiten ha-
cer seguimientos de larga duración con
muestras muy grandes. Sin embargo,
los factores de confusión, menciona-
dos en el artículo, no nos permiten sa-
car conclusiones firmes de los mismos.

Con la información actual es prudente


decir que en personas con riesgo de ECV
es recomendable sustituir los AGS y AGT
por AGM y AGP, y si se intercambian
por carbohidratos éstos deben proceder
de frutas, verduras y cereales integrales.

No obstante, en el contexto de una persona fí-


sicamente activa y con un estilo de vida salu-
dable, es prudente concluir que debería evitar
el consumo de AGT, y obtener los AGS, AGP
y AGM desde alimentos no procesados. La
cantidad de grasa total es menos importante
que el tipo de grasas.
¡!

45
¡!

APLICACIONES PRÁCTICAS
En personas con hipercolesterolemia familiar se debe reducir la ingesta de AGS
todo lo posible. ¡!
Se debe evitar el consumo de AGT de origen industrial en todas las poblaciones.
¡!
En personas con un estilo de vida saludable, y sin factores de riesgo cardiovascular, el

¡!
objetivo es obtener los AGS, AGP y AGM desde alimentos no procesados. No existe
evidencia sólida de que consumir más de un 10% de energía desde AGS de alimentos no
procesados es perjudicial si la persona no tiene otros factores de RCV y es físicamente
activa. Por ejemplo, la carne roja además de AGS aporta vitamina A, vitaminas del grupo
B, hierro o zinc que en muchas personas están en carencia.

Fuentes adecuadas de AGS son carnes frescas y lácteos no procesados.


¡!
Fuentes adecuadas de AGP son pescados azules y frutos secos. No recomendaría el
uso de aceites vegetales porque hay ciertas dudas en algunos estudios menciona-
dos en el artículo y son muy sensibles a la oxidación por altas temperaturas. ¡!
Fuentes adecuadas de AGM son frutos secos, aceite de oliva y aguacate.
¡!

46
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48
LA VELOCIDAD DE EJECUCIÓN
EN EL ENTRENAMIENTO DE FUERZA
APORTACIONES FUNDAMENTALES Y LOS ERRORES MÁS COMUNES

L
POR JUAN JOSÉ GONZÁLEZ BADILLO
a intensidad la entendemos en la que la velocidad con la carga
como el grado de esfuerzo desa- máxima (récord personal) no cambia,
rrollado al realizar un ejercicio sino la carga que se desplaza a la mis-
o actividad de entrenamiento en cada ma velocidad.
unidad de acción (repetición). Repre-
senta el grado de actividad muscular El peso como intensidad absoluta
desarrollado para oponerse a una re- La intensidad se puede expresar en tér-
sistencia, tanto si esta resistencia la minos absolutos, y vendría representa-
constituye el propio peso corporal (lo da por el peso que se emplea (kg). El
que ocurre con todos los esfuerzos peso, como indicador de la intensidad
que consisten en saltar o desplazar el absoluta, tiene la ventaja de que es el
cuerpo en cualquier medio sin cargas mejor indicador de la carga relativa
adicionales añadidas), como si se tra- que utiliza el sujeto cuando entrena si
ta de vencer una resistencia externa. se mide la velocidad con la que se des-
plaza, y del efecto del entrenamiento si
VELOCIDAD DE LA se controla el cambio de la velocidad
con la que se realiza cada repetición.
PRIMERA REPETICIÓN Y
PÉRDIDA DE VELOCIDAD La RM como indicador de la
EN LA SERIE intensidad relativa
Al hablar de intensidad nos referimos Un procedimiento tradicional de deter-
especialmente al entrenamiento de minar la intensidad relativa es la utili-
fuerza, aunque, realmente, todos los zación de los porcentajes de 1RM.
entrenamientos son de fuerza, porque En este procedimiento podríamos en-
desde el punto de vista físico, el ren- contrar alguna ventaja relevante, como
dimiento solo se puede mejorar apli- podría ser la posibilidad de informar so-
cando más fuerza a la misma carga bre la evolución de la intensidad relativa
absoluta, es decir, alcanzando más ve- máxima con la que se programa cada se-
locidad ante la misma carga, que es lo sión, siempre que los porcentajes con los
que se pretende con todo tipo de en- que se entrenara fueran reales.
trenamiento, excepto en la halterofilia,

49
Aparte de esta aportación, utilizar la RM su RM a velocidades superiores a la ve-
como referencia para dosificar y valorar locidad propia de la RM del ejercicio.
el efecto del entrenamiento solo presen-
ta inconvenientes. Esta falta de precisión siempre se
manifiesta por dar como resulta-
El primero de ellos es que el valor de do un valor de RM inferior al real o
la RM no es el mismo todos los días, verdadero, aunque, naturalmente,
por lo que se produce un desajuste en el valor verdadero de la RM nunca
el tiempo del porcentaje teórico. La lo vamos a saber. Por tanto, cuando
RM tiende a aumentar en pocas sesio- hablamos de “valor verdadero de la
nes si el sujeto no está muy entrena- RM”, debemos entender un valor de
do, y está generalmente por debajo del RM alcanzado a la velocidad propia
máximo valor medido previamente del ejercicio o muy próximo a ella.
(generalmente semanas, meses e inclu-
so años antes) de iniciar el ciclo de en- Esto significa que cada carga (peso)
trenamiento cuando los sujetos están que utilicemos tomando como refe-
muy entrenados. Además, en ninguno rencia una RM falsa, siempre será un
de los dos casos los cambios son esta- porcentaje real menor del programa-
bles, sino que se producen oscilaciones do. Esta circunstancia hace que este
dentro de la mejora o el estancamiento error tenga menos consecuencias
del valor de la RM. Por todo esto, el es- negativas para el entrenamiento que
fuerzo realizado durante la sesión pue- otros errores, puesto que siempre en-
de diferir claramente del programado. trenaríamos con cargas inferiores a
las programadas, y cuando se entrena
De esta manera, nunca sabremos con menos de lo programado, los resulta-
qué carga hemos entrenado, lo cual es dos suelen ser mejores.
bastante grave, pues estaremos conside-
rando que el efecto del entrenamiento, Aunque, como indicamos, el resultado
bueno o malo, obtenido se debe a unas de este error puede ser un mal menor o,
cargas o esfuerzos distintos a los rea- paradójicamente, puede proporcionar
les. Arrastrando este problema nun- un mayor beneficio en cuanto al resul-
ca mejoraríamos nuestra metodología tado del entrenamiento, es incuestiona-
del entrenamiento, porque casi siem- ble que lleva a una confusión al entrena-
pre manejaríamos datos muy erróneos. dor, porque este cree que los resultados
obtenidos se deben a la intensidad que
Otro inconveniente es que el valor de él programó y realmente se deben a
la RM que hemos medido no sea real. otras intensidades muy distintas, que
Un alto porcentaje de las RMs medi- en este caso son inferiores a las progra-
das son falsas. Dado que cada ejercicio madas. Por tanto, el esfuerzo realizado
tiene una velocidad propia de su RM puede diferir claramente del programa-
(González Badillo, 2000), las RMs se- do y el entrenador nunca sabrá a qué
rán falsas siempre que el sujeto alcanza carga (intensidad) se debe el resultado.

50
Conviene recordar aquí que el desco- para conocer el efecto del entrena-
nocimiento del esfuerzo real que se está miento sobre la carga máxima (carga
haciendo impide al entrenador, y al cien- que se desplaza a muy baja velocidad),
tífico, avanzar en el conocimiento de la pero no para el resto de las cargas o
relación entre carga y efecto del entrena- velocidades.
miento en cualquier ámbito. Es decir, im-
pide avanzar en el conocimiento y desarro- La XRM como expresión
llo de la metodología del entrenamiento.
de la intensidad
A los inconvenientes anteriores hay Otra forma de expresar la intensidad
que añadir que, aunque se conociese del entrenamiento es a través de lo
el porcentaje real de la RM que re- que se conoce como una XRM. Esta
presenta cada peso, el esfuerzo que expresión indica que siempre deberá
representa cada porcentaje es dis- hacerse el máximo número posible de
tinto según el tipo de ejercicio. Este repeticiones con la carga (peso) que se
distinto esfuerzo depende de la velo- entrena. Se sobreentiende ‒y se utiliza
cidad propia de la RM. como justificación del procedimien-
to‒ que poder realizar un determinado
Por ejemplo: una carga del 85% de número de repeticiones significa que
1RM representa un esfuerzo muy di- se está trabajando con una intensidad
ferente en un press de banca y una o porcentaje de 1M determinado, ya
cargada de fuerza. Estas diferencias se que con cada porcentaje de 1RM se
deben precisamente a que la velocidad puede realizar, como media, un de-
propia de la RM es distinta para cada terminado número de repeticiones.
ejercicio (González Badillo, 2000).
La primera observación con respecto a
Según lo que acabamos de indicar en este tipo de expresión y dosificación de
relación con los inconvenientes de me- la intensidad es que hacer las mismas
dir y utilizar como referencia la RM, es repeticiones con una determinada carga
razonable concluir que la RM no de- no significa que se esté trabajando con el
bería medirse nunca. Se puede estimar mismo porcentaje. El valor máximo del
a través de la velocidad con la que se rango en el que se encuentra el número
desplaza una carga absoluta, pero si ni de repeticiones realizado ante la misma
siquiera se estima, tampoco represen- intensidad, desde el 50 al 85% de la RM,
ta un problema importante, porque el puede duplicar el valor mínimo, con un
conocimiento del valor de la RM no es coeficiente de variación medio de ~20%
útil ni para dosificar el entrenamiento (González-Badillo et al., 2017).
ni para evaluar su efecto. Con respecto
a la dosificación, ya hemos dado los ar- Por tanto, dos sujetos que han entrenado
gumentos, y en cuanto a la valoración con el mismo número de repeticiones
del efecto del entrenamiento, solamen- máximas por serie pueden haber entre-
te sirve, de manera no muy precisa, nado con cargas relativas muy distintas.

51
Aparte de que no es posible realizar más de una serie con la misma carga (peso) y el
mismo número de repeticiones cuando este ha sido realmente el máximo posible para
el sujeto en la primera serie, al entrenar siempre con el máximo número de repeti-
ciones posible por serie, aunque en las sucesivas series con el mismo peso se hicieran
menos repeticiones, se pueden producir al menos los siguientes efectos negativos:
excesiva fatiga, aumento del riesgo de lesión y reducir la velocidad de ejecución ante
cualquier carga (alta pérdida de velocidad en la serie). Todo esto puede llevar a la re-
ducción del rendimiento deportivo. Además, se ha observado que realizar el máximo
número de repeticiones posible en cada serie no proporciona mejores resultados que
la realización de las mismas series pero con un menor número de repeticiones por se-
rie con la misma intensidad relativa (González-Badillo et al., 2005; González-Badillo
et al., 2006; Folland, et al., 2002; Izquierdo, Ibáñez et al., 2006; Sampson & Groeller,
2016; Drinkwater, et al., 2007; Willardson, et al., 2008; Pareja-Blanco et al., 2017).

De lo expuesto se puede deducir que sería muy razonable que nunca se midiera ningún
valor de XRM ni para entrenar ni para valorar el efecto del entrenamiento.

La velocidad de ejecución como indicador


de la intensidad relativa y el esfuerzo realizado
La solución a todos estos inconvenientes está en tomar como referencia para dosifi-
car el entrenamiento y evaluar su efecto la velocidad de ejecución.
Hace algunos años escribimos:
“Si pudiéramos medir la velocidad máxima de los movimientos cada día y con
información inmediata, éste sería posiblemente el mejor punto de referencia
para saber si el peso es el adecuado o no”

“Un descenso determinado de la velocidad es un indicador válido para suspen-


der el entrenamiento o bajar el peso de la barra”

“También podríamos tener registrada la velocidad máxima alcanzada por cada


levantador con cada tanto por ciento, y en función de esto valorar el esfuerzo”
González Badillo, 1991, p. 172
Partimos del supuesto de que si bien el valor de 1RM puede cambiar entre los dis-
tintos días, la velocidad a la que se realiza cada porcentaje de la RM es muy estable.
Por tanto, el control de la velocidad de la primera repetición nos podría informar
con alta precisión sobre qué porcentaje real o qué esfuerzo se está realizando en cada
momento (González-Badillo, 2000; González-Badillo y Sánchez-Medina, 2010).

52
Esto significa que la velocidad de la pri- Así, encontramos altas relaciones en-
mera repetición de una serie determina tre la pérdida de velocidad en la serie
el grado de esfuerzo que representa la y la pérdida de velocidad con la car-
carga. Así, la carga (peso) de entrena- ga que se desplazaba a 1 m/s antes del
miento se determina por la velocidad de esfuerzo, tanto en el press de banca
la primera repetición, por ello, lo que se (r = 0,97) como en la sentadilla (r =
debe programar no es el porcentaje de 0,91), y con la pérdida de altura (pér-
1RM, sino la velocidad de ejecución de dida de velocidad) en el salto después
la primera repetición de la serie. del esfuerzo (r = 0,92), con el amonio
(R2 = 0,93) y el lactato (r = 0,95-0,97)
Por tanto, la manera más precisa, y su- (Sánchez-Medina y González-Badillo,
ficiente, de determinar la intensidad 2011). También se dan altas relaciones
cuando se trabaja con cargas externas es con la testosterona (r = 0,83), la hor-
a través de la velocidad máxima posible mona del crecimiento (r = 0,82) y la
de la primera repetición (preferible la insulina (r = 0,88), y estas relaciones
velocidad media propulsiva) en la serie, aumentan para el amonio (ρ = 0,94-
pero también podría hablarse de po- 96) y el lactato (ρ = 0,98) cuando se
tencia cuando se trate de máquinas en utiliza el coeficiente de correlación
las que se realizan acciones cíclicas que por rangos de Spearman (datos per-
dan el dato de potencia como el produc- tenecientes al mismo estudio anterior,
to de fuerza y velocidad. La velocidad pero aún sin publicar. Tesis Doctoral
máxima posible de la primera repeti- de Sánchez-Medina, 2010). Todas es-
ción siempre vendrá acompañada de la tas relaciones indican que cuanto ma-
máxima producción de fuerza en la uni- yor sea la pérdida de velocidad en la
dad de tiempo (RFD) para la carga, ab- serie, mayor es el estrés mecánico, es
soluta o relativa, con la que se entrena. decir, mayor es el esfuerzo, al mismo
tiempo que la pérdida de velocidad se
Pero el control de la velocidad no solo muestra como un importante predic-
nos permite conocer de manera muy tor del estrés metabólico y hormonal.
precisa el verdadero esfuerzo que re-
presenta una carga determinada al ha- La pregunta que se nos plantea en
cer la primera repetición, sino que nos estos momentos es:
permite conocer en qué proporción o CUÁL DEBE SER LA PÉRDIDA ¿
porcentaje se pierde velocidad a medida DE VELOCIDAD MÁS ADECUADA
que se van haciendo repeticiones dentro EN CADA CASO
de la serie. Y esto es importante porque
la pérdida de velocidad en la serie es un
indicador de alta validez para conocer Esta pregunta, naturalmente, no tiene
el grado de esfuerzo que está realizan- una respuesta fácil, pero poder for-
do el sujeto, ya que presenta una alta mularla y tener los datos mecánicos y
relación con indicadores del grado de fisiológicos adecuados disponibles para
estrés mecánico, metabólico y hormo- intentar buscar una respuesta, ya es un
nal provocado por el entrenamiento. gran avance.

53
De hecho, en estos momentos podría- que se sobrepasara frecuentemen-
mos dar una respuesta orientativa y útil te (en algunos casos no sería ne-
para la mayoría de los sujetos. cesario nunca) la mitad de las re-
peticiones realizables en una serie.
Por ejemplo: el amonio prácticamen-
te no se modifica en los ejercicios de Si analizamos la relación entre la pér-
press de banca y sentadilla completa dida de velocidad en la serie y el núme-
si el número de repeticiones realizado ro de repeticiones realizado, podemos
no sobrepasa la mitad de las repeti- aportar que en el ejercicio de press de
ciones realizables (Sánchez-Medina y banca la pérdida de velocidad cuando
González-Badillo, 2011). se ha hecho la mitad de las repeticio-
nes posibles está entre el 25 y el 30%
Que el amonio se mantenga en sus valores de la velocidad de la primera repeti-
de reposo significa que no se ha puesto ción, y que en la sentadilla completa
en funcionamiento la vía de urgencia de la pérdida de velocidad en las mismas
la producción de energía, que es la res- condiciones sería aproximadamen-
ponsable del aumento del amonio. Esta te del 15-20%. Por tanto, si podemos
vía consiste en que, dada la alta y conti- conocer qué grado de esfuerzo signi-
nua demanda de energía, no es suficien- fica cada porcentaje de pérdida de ve-
te utilizar ADP+CP para producir ATP locidad, la aplicación de la velocidad
y el sistema ha de recurrir de manera como vía de control del entrenamien-
importante a la utilización de 2 ADP to es de gran utilidad, probablemen-
(ADP+ADP) para producir ATP, lo que te el mejor procedimiento, utilizando
lleva a la producción de adenosina mo- la vía de la mecánica, para conocer
nofosfato (AMP), inosina monofosfato con alta precisión y de manera in-
(IMP) y la degradación en amoniaco mediata la carga de entrenamiento.
(NH3) y amonio (NH4), hipoxantina,
xantina y ácido úrico, formación de
radicales libres y pérdidas de purinas, La pérdida de velocidad en la serie
esto supone una pérdida de nucleóti- y el porcentaje de repeticiones realizado
dos (Hellsten-Westing et al., 1993), lo El conocimiento de estos datos nos
que puede dar lugar a un aumento del permitiría no solo programar la intensi-
tiempo necesario de recuperación si las dad o grado de esfuerzo en función de
sesiones que provocan estos procesos de la velocidad de la primera repetición,
manera importante se repiten con fre- sino determinar el grado de esfuerzo
cuencia (Stathis et al., 1994, 1999). Si en la serie, al poder decidir la pérdida
además sabemos, por una amplia expe- de velocidad que se permite en la pro-
riencia práctica, que haciendo la mitad pia serie. A título de ejemplo, en estos
o menos de las repeticiones posibles en momentos podemos adelantar que en
la serie se producen mejoras notables de el ejercicio del press de banca, la rela-
la fuerza muscular y en el rendimien- ción entre el porcentaje de pérdida de
to deportivo, no sería muy aconsejable velocidad en la serie y el porcentaje

54
medio de repeticiones realizado en la muy semejante para todos los sujetos,
serie para las intensidades compren- de manera independiente de la inten-
didas entre el 50 y el 70% de la RM es sidad relativa y del número de repeti-
prácticamente el mismo. El porcentaje ciones que se pueda hacer en la serie
de repeticiones realizado para la mis- (González-Badillo et al., 2017; Rodrí-
ma pérdida de velocidad ha de ser un guez-Rosell et al., 2019), si controla-
2,5% superior cuando la intensidad mos la velocidad de la primera repe-
relativa es del 75%, un 5% superior tición y la pérdida de velocidad en la
para el 80% y un 10% superior para el serie, tendremos una información muy
85% (González-Badillo et al., 2017). precisa del grado de fatiga (carácter
del esfuerzo, grado de esfuerzo) que se
Por tanto, cuando se realizan repeticio- le ha generado al sujeto y, además, de
nes a la máxima velocidad posible con que este grado de fatiga es muy seme-
cualquiera de estos porcentajes de la jante para todos los sujetos ante una
RM, se puede conocer con bastante pre- misma intensidad relativa y una mis-
cisión el porcentaje de repeticiones rea- ma pérdida de velocidad en la serie.
lizado para una determinada pérdida de Es decir, lo que iguala el esfuerzo es la
velocidad en la serie. Conviene recordar pérdida de velocidad en la serie, no el
aquí que para una misma pérdida de ve- número de repeticiones realizado en la
locidad en la serie, cada persona puede serie con la misma intensidad relativa.
haber realizado un número de repeti-
ciones distinto ante la misma carga re- Por tanto, si se puede medir la velocidad
lativa. Esto significa un avance impor- con la que se realiza cada repetición, no
tante en la precisión para cuantificar tiene sentido programar el número de re-
y valorar el carácter del esfuerzo (CE) peticiones por serie, sino la pérdida de ve-
en la serie y sesión de entrenamiento. locidad en la serie.

EN SÍNTESIS: si conocemos la velocidad de la pri- Por lo que, el control de la carga de


mera repetición, conocemos la intensidad relati- entrenamiento, cuantificada a tra-
va (porcentaje de la RM) (González-Badillo y Sán- vés del grado de esfuerzo o carácter
chez-Medina, 2010), y por ello el grado de esfuerzo del esfuerzo realizado, se consigue
que representa dicha primera repetición. de la manera más precisa si contro-
lamos la velocidad de la primera re-
Además, si en el transcurso de la rea- petición en la serie y la pérdida de
lización de la serie medimos la pérdida velocidad en la serie.
de velocidad, tendremos el grado de fa-
tiga que se ha generado en la serie (Sán- De todo lo expuesto se deduce que
chez-Medina y González-Badillo, 2011; usar la velocidad de ejecución como
Rodríguez-Rosell et al., 2019). Y como referencia para dosificar y contro-
ante un mismo porcentaje de pérdida lar el entrenamiento supera amplia-
de velocidad en la serie, el porcentaje mente lo que aporta el porcentaje
de repeticiones realizado es el mismo o de 1RM y cualquier valor de XRM.

55
Por ello, la existencia de una alta relación entre la velocidad y los distintos porcen-
tajes de 1RM, así como entre la pérdida de velocidad en la serie y el porcentaje de
repeticiones realizado en la serie permite:

Evaluar la fuerza de un sujeto sin necesidad de realizar en nin-


gún momento un test de 1RM ni un test de XRM.

Determinar con alta precisión qué porcentaje real de 1RM está uti-
lizando el sujeto nada más realizar a la máxima velocidad posible la
primera repetición con una carga dada.

Programar, dosificar y controlar el entrenamiento con alta precisión a través


de la velocidad, y no a través de un porcentaje de 1RM.

Si se mide la velocidad cada día, se puede determinar si la carga propuesta al sujeto


(kg) representa fielmente el verdadero grado de esfuerzo (% de 1RM real) que repre-
senta la primera repetición y el grado de esfuerzo que representa el número de repe-
ticiones realizado (valorado por la pérdida de velocidad en la serie).

Utilizar el entrenamiento de fuerza con todos los sujetos, desde los niños hasta los deportistas
más avanzados o los adultos y personas mayores que pretenden mejorar su salud, sin necesidad
de hacer tests de máximo esfuerzo (1RM, o XRM, por ejemplo) en ningún caso.

Estimar la mejora en el rendimiento cada día sin necesidad de realizar ningún test, sim-
plemente midiendo la velocidad con la que se desplaza una carga absoluta. Si, por ejem-
plo, la diferencia en velocidad entre el 70 y el 75% de la RM de un ejercicio concreto es
de 0,08 m·s-1, cuando el sujeto aumente la velocidad en 0,08 m·s-1 ante una misma carga
absoluta, la carga con la que entrena representará un 5% menos de la RM del sujeto en
ese momento, que, naturalmente, habrá aumentado de valor. Naturalmente, si lo que se
produce es una pérdida de velocidad ante una misma carga absoluta, podemos estar bas-
tante seguros de que el sujeto está por debajo de su rendimiento anterior, y en una media
proporcional a la pérdida de velocidad.

Estimar, a través de la pérdida de velocidad en la serie, el porcentaje que representa el


número de repeticiones realizado con respecto a las realizables ante cualquier carga.

Poder calcular el Índice de Esfuerzo (del cual hablamos a continuación), pro-


bablemente el mejor indicador del grado de esfuerzo y fatiga que se puede
utilizar para estimar estas variables del entrenamiento.

56
Por tanto, como hemos indicado, lo que se programa o se debe programar no es el por-
centaje de 1RM, sino la velocidad de la primera repetición de una serie (como es natu-
ral, si asociamos los porcentajes a sus correspondientes velocidades, sería indiferente
utilizar un procedimiento u otro) y la pérdida de velocidad en la serie permitida. La
velocidad con cada porcentaje de 1RM no se ve modificada o lo hace de manera muy
leve ‒mínimos cambios positivos o negativos, en el supuesto de que se produzcan‒
cuando el sujeto modifica el valor de su RM después de un periodo de entrenamiento.

Lo que más determina los ligeros cambios de velocidad entre un test y un postest con
cada porcentaje de 1RM, en el caso de que se produzcan, es la velocidad con la que
se realiza / se mide la RM (González-Badillo y Sánchez-Medina, 2010), de tal mane-
ra que dos RMs no se podrían comparar si se han realizado a velocidades distintas
(diferencias ≥0,03 m·s-1). Pero este problema desaparece si, como hemos indicado,
nunca medimos la RM, ni para tomarla como referencia para programar el entre-
namiento ni para valorar su efecto, sino que utilizamos la velocidad y los cambios
de velocidad ante las mismas cargas para ambos objetivos. Nuestra propuesta, por
tanto, es que siempre debería utilizarse la velocidad media propulsiva para evaluar
la carga de entrenamiento y el rendimiento del sujeto.

velocidad después de tres series con la


El Índice de Esfuerzo (IE) máxima carga del día ante cuatro in-
En párrafos anteriores hemos mostrado tensidades relativas. En press de banca
que la definición y cuantificación del las cuatro pérdidas de velocidad con
carácter del esfuerzo o grado de esfuer- respecto a la velocidad de la primera
zo se expresa de la manera más comple- repetición fueron: 15, 25, 40 y 55%, y en
ta y precisa por el valor de la velocidad sentadilla: 10, 20, 30 y 45%. Las cuatro
de la primera repetición y por el valor intensidades relativas para ambos ejer-
de la pérdida de velocidad en la serie. cicios fueron: 50, 60, 70 y 80% de 1RM.
Pero nos queda comprobar si, efectiva-
mente, estas dos variables tienen validez Los resultados de este estudio indicaron
cuando nos enfrentamos al grado de que la pérdida de velocidad con la carga
esfuerzo generado con la combinación de 1 m·s-1 y la pérdida de salto, como
de distintas intensidades relativas y dis- indicadores de la fatiga generada por la
tintas pérdidas de velocidad en la serie. sesión de entrenamiento, tienden a ser
mayor ante una misma pérdida de ve-
Para abordar esta problemática, lleva- locidad en la serie cuanto menor es la
mos a cabo un estudio, parcialmente pu- intensidad relativa.
blicado (Rodríguez-Rosell et al., 2018), en
el que se analizó la pérdida de velocidad Debe ponerse atención a este detalle,
con la carga de 1 m·s-1 (fatiga) y la pérdida pues se tiende a pensar que si la in-
de salto (fatiga) producida en 16 esfuer- tensidad relativa es menor, la fatiga
zos, constituidos por cuatro pérdidas de también será menor, lo cual puede

57
llevar a errores importantes, porque si la comparación de su comportamien-
la pérdida de velocidad es la misma, to y sus valores con un indicador in-
cuanto menor es la intensidad relati- discutible, y claramente válido, del
va, mayor es la fatiga. Esto no debe lle- grado de fatiga generado, como es la
varnos a una deducción errónea, como pérdida de velocidad ante una misma
es pensar que entonces lo que hay que carga absoluta, que en nuestro caso,
hacer es entrenar con cargas relativas como venimos haciendo desde princi-
elevadas, que producen menor fatiga, pios de los años 2000, es la carga que
porque esto también puede tener im- se pueda desplazar ~1 m·s-1 antes de
portantes efectos negativos, pues con realizar el esfuerzo, así como la pér-
las cargas elevadas, la velocidad media dida de altura del salto vertical, que
de ejecución necesariamente ha de ser es equivalente a decir pérdida de ve-
muy baja, lo cual puede tener un efecto locidad en el salto, cuando se trate de
no siempre positivo para el rendimien- ejercicios realizados con las piernas, y
to, sino más bien lo contrario. Esto nos que venimos utilizándolo desde antes
llevaría a tratar de encontrar un índice de que aparecieran las primeras pla-
que representara de manera más preci- taformas de contacto en los años 80.
sa y con alta validez el grado de fatiga. La relación del IE y la pérdida de ve-
locidad con la carga de 1 m·s-1 fue de
Este índice debería incluir las dos va- r = 0,98 (p < 0,001) para el press de
riables que, según venimos proponien- banca y de r = 0,91 (p < 0,001) para
do, pueden influir en la fatiga generada: la sentadilla. Además, el IE presen-
la velocidad de la primera repetición tó una alta correlación con la pér-
(intensidad relativa) y la pérdida de dida de CMJ (r = 0,93; p < 0,001=).
velocidad en la serie. Por tanto, este
índice podría ser el resultado de multi- Por tanto, estos valores de correla-
plicar la velocidad de la primera repe- ción y sus correspondientes valores de
tición por la pérdida de velocidad en varianza explicada nos proporcionan
la sesión, que, en el estudio menciona- una alta confianza en el poder pre-
do, estuvo compuesta por tres series. dictor del IE en ambos ejercicios, con
la particularidad de que la sentadilla
Este índice es una forma de represen- puede ser valorada por dos ejercicios
tar lo que hemos propuesto desde hace o criterios indicadores de fatiga.
años, el “carácter del esfuerzo” (CE),
pero cada vez definido de manera más Esto significa que el IE presenta un valor
precisa. En este caso, a esta expresión predictivo muy superior que cualquier
del CE le podríamos llamar Índice de otra variable para estimar la pérdida de
Esfuerzo (IE), que es lo que realmente velocidad con la carga de 1 m·s-1 y la pér-
representa, el grado de esfuerzo o gra- dida de salto, es decir, para estimar el gra-
do de fatiga generado o provocado a la do de esfuerzo, que es lo que se programa
persona que se entrena. Pero, natural- cuando diseñamos un entrenamiento.
mente, este IE necesita ser validado por

58
Además de lo indicado, el IE, la pérdida de ve-
locidad con la carga de 1 m·s-1 y la pérdida de
altura en el CMJ presentan una alta validez pre-
dictiva del estrés metabólico, estimado a través
de la concentración del lactato después del es-
fuerzo. En el estudio que venimos comentando,
la concentración de lactato presentó relaciones
positivas significativas con el IE en el press de
banca (r = 0,95; p < 0,001) y la sentadilla (r =
0,9; p < 0,001), con la pérdida de velocidad con
la carga de 1 m·s-1 en el press de banca (r = 0,95;
p < 0,001) y la sentadilla (r = 0,95; p < 0,001)
y con la pérdida de salto (r = 0,98; p < 0,001).

Como se puede deducir de estos resultados, co-


nociendo la pérdida de velocidad con la carga
de 1 m·s-1 y la pérdida de altura de salto, se
puede hacer una estimación muy precisa de
la concentración de lactato, o mejor aún, si se
conocen los valores de estas dos variables, no
es necesario hacer ninguna prueba de concen-
tración de lactato post-esfuerzo, ya que lo real-
mente importante es el conocimiento del grado
de esfuerzo, determinado por la fatiga, algo que
no nos puede dar la concentración de lactato.

Tomados en su conjunto todos estos datos, justificados por la alta vali-


dez mostrada, podemos admitir que esta forma de expresión del ca-
rácter del esfuerzo (CE) nos permite avanzar en el conocimiento de la
carga (esfuerzo) que se programa y, especialmente, de la carga que se
ha generado en cada sujeto una vez realizado el entrenamiento.
¡!

59
ALGUNOS ERRORES RELACIONADOS
CON LA UTILIZACIÓN DE LA VELOCIDAD
EN EL ENTRENAMIENTO DE FUERZA
Hasta aquí hemos tratado sobre algunas de las aplicaciones que tiene el control
de la velocidad para la dosificación del esfuerzo y la valoración del efecto del en-
trenamiento. Pero el intento de tomar como referencia la velocidad de ejecu-
ción para organizar el entrenamiento, lo que ha venido a llamarse “entrenamien-
to de fuerza basado en la velocidad”, ha dado lugar a una serie de errores sobre lo
que puede aportar el control de la velocidad, atribuyéndole en algunos casos fun-
ciones que no tiene. Probablemente, todos los errores surgen por un pobre cono-
cimiento de lo que significa “basarse en la velocidad de ejecución” para entrenar.

La primera condición que debe cumplirse al entrenar tomando como referencia la velo-
cidad de ejecución es que cada repetición ha de realizarse a la máxima velocidad posible.

No entrenar a la máxima velocidad posible ante la carga (masa) seleccionada no tiene


sentido por dos razones:

En primer lugar, porque si la velocidad de ejecución no es la máxima


posible, la velocidad no sirve de referencia para determinar ni la in-
tensidad relativa con la que se entrena ni el grado de fatiga generado.

En segundo lugar, porque si ante la misma intensidad relativa se des-


plaza la carga a la máxima velocidad posible, el efecto es superior que
si se hace a menor velocidad de manera voluntaria (González-Badillo
et al., 2014; Pareja-Blanco et al., 2014).

En las publicaciones divulgativas relacionadas con la velocidad de ejecución se come-


te el error de proponer que hay una velocidad concreta para cada objetivo de entre-
namiento. Pero esto no es correcto, porque no puede haber una velocidad concreta
para cada objetivo porque el objetivo del entrenamiento de fuerza, como hemos in-
dicado, es único: mejorar la fuerza máxima aplicada ante cualquier carga, o, lo que
es equivalente, mejorar la velocidad ante cualquier carga. Esto es así porque mejo-
rando la fuerza máxima aplicada ante cualquier carga, se habrá conseguido mejorar
cualquiera de los objetivos posibles ante dicha carga: además de la fuerza máxima, la
producción de fuerza en la unidad de tiempo (RFD), la velocidad a la que se desplaza
la carga, lo que significa la mejora del rendimiento y, por consiguiente, la mejora de la
potencia que se genera (mismo trabajo en menos tiempo). Por tanto, si alguien consi-
dera que estos objetivos son independientes unos de otros o que se pueden conseguir
unos sí y otros no, o que hay unos objetivos distintos a estos, está en un grave error.

60
Otro error frecuente es proponer que si el resultado puede ser una programa-
se programa un entrenamiento por ve- ción buena, mala o regular, porque
locidad o basado en la velocidad, se ha podemos haber acertado o no con la
programado un buen entrenamiento. elección de las velocidades de la pri-
Este error surge porque se parte del fal- mera repetición y las pérdidas de ve-
so supuesto de que cada valor de velo- locidad en la serie, lo que daría tam-
cidad sirve para conseguir un objetivo bién lugar a IE adecuados o no.
concreto. La deducción es elemental y
contraria a la razón, porque se le atribu- En algunos casos se ha propuesto que
ye un “efecto mágico” al hecho de que se la programación del entrenamiento a
entrene a una velocidad concreta, “por- través de la velocidad asegura la trans-
que esa velocidad tiene la propiedad de ferencia. Pero la velocidad en sí misma
producir un efecto concreto”. Al propo- no asegura la transferencia de nada. Si
ner esto, ni siquiera se es consciente de se eligen las velocidades adecuadas al
que lo que se propone anula las posibles realizar los ejercicios adecuados, se
ventajas de utilizar la velocidad “como podrán dar las condiciones para que
base” del entrenamiento de fuerza, por- se produzca transferencia. Pero si las
que lo que se está haciendo es trasladar velocidades (de la primera repetición
los errores de la programación basada en y de las pérdidas) no son las adecua-
los porcentajes de la RM o de la XRM al das, las velocidades elegidas no solo
campo de la velocidad. El razonamien- podrían no producir transferencia,
to en el que se basa esta propuesta es sino que podrían dar lugar a interfe-
simple: «si las intensidades altas son las rencias (transferencias negativas). Se
“buenas” para entrenar la “fuerza máxi- podría afirmar que la elección ade-
ma”, programo una velocidad baja y ya cuada de los valores de velocidad y de
estoy consiguiendo el objetivo de “me- pérdida de velocidad en la serie tienen
jorar la fuerza máxima”, por tanto “la bastante relación con la transferencia,
programación es buena”». Naturalmen- pero no el hecho de programar el en-
te, esto no tiene sentido. Para conseguir trenamiento a través de la velocidad.
todos los objetivos posibles derivados
del entrenamiento de fuerza son útiles En línea con lo anterior, se propone
muchos valores distintos de velocidad. que la utilización y control de la ve-
locidad soluciona el problema de la
No hay una “velocidad óptima” de va- elección correcta y acertada de las
lidez general, sino que en cada caso, cargas. La utilización y el control de
sobre todo en función de la situación la velocidad no soluciona el proble-
inicial del sujeto, unas determinadas ma de la elección correcta y acertada
velocidades serán más adecuadas que
otras. Incluso en el supuesto de que se
de las cargas. ¡!
programe adecuadamente un entrena-
miento basándose en la velocidad, apli-
cando correctamente todos los indica-
dores propios del control de la velocidad,

61
Sin embargo, la utilización adecuada de la información
que aporta el control de la velocidad sí contribuye en
gran medida a que el profesional tenga cada vez ma-
yor capacidad de acercarse a la elección de las mejores
y más ajustadas cargas para el entrenamiento de sus
deportistas.

Esto es así porque la información deriva-


da del control de la velocidad es la infor-
mación más relevante que puede esperar
obtener un técnico o entrenador acerca
de las características del entrenamiento
que está realizando y de su efecto. El uso
adecuado de esta información permitirá
la mejora de la metodología del entrena-
miento. Estos conocimientos permiten,
por tanto, tomar decisiones con funda-
mento, basadas, por primera vez en la
historia del llamado “entrenamiento de
fuerza”, en el conocimiento de una ma-
nera notablemente precisa de la magni-
tud y tipo de carga que ha producido un
determinado efecto.
Sin olvidar que, precisamente, la mejor medida del efecto del
entrenamiento es otra importante aportación que ofrece el con-
trol de la velocidad de ejecución: el cambio de velocidad ante las
mismas cargas absolutas.

62
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64
¡Hasta la próxima entrega!
65
A.N DISEÑO

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