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ISSN: 1608-893X Precio: $ 1.

00

Robert Delaunay

no. 166

2
De la extrañeza a lo sagrado: Vísperas
Roberto Méndez Martínez

4
Poesía
Leonardo Sarría

8
Los 200 años del nacimiento
de Charles Baudelaire
Susana Cella

10
Carnet de baile
Roberto Bolaño
2

Palabra viva
De la extrañeza a lo sagrado: Vísperas
-Roberto Méndez Martínez-
(2)

Poesía
Leonardo Sarría
(4)

Vivir el cuento
El vecino
-Rubén Rodríguez González-
(5)

Aire fuerte
La utopía de la lectura
-Mircea Cartarescu-
(6) No he olvidado la primera vez que pude
Roberto Méndez Martínez
acceder a Vísperas, la primera de las gran-
Portal des sumas poéticas de Cintio Vitier. Me veo
Los 200 años del nacimiento saliendo de la Biblioteca Provincial cama- conduce a su público a través del libro, ha- la poesía como ruta para conocer al mun-
de Charles Baudelaire güeyana con aquel volumen de intenso cia un clímax, una plenitud. do, aunque con vías particulares. Se vale
-Susana Cella- color cardenal como quien ha recibido las Esa preocupación por reunir su poesía también de los hallazgos de la filosofía y la
(8) llaves de un mundo nuevo. Con voracidad en grandes ciclos es algo que va a reiterar teología, en tanto para descifrar la realidad,
de adolescente lo leí no una, sino varias ve- Cintio en Testimonios y Nupcias, para felici- incluida la interioridad humana, precisa de
América profunda
ces y encontré poemas que me resultaron dad de los estudiosos, en tanto los lectores una ontología y de una metafísica.
Carnet de baile
entrañables como «La noche del viajero» no especializados preferirán conformarse Así define en 1941, en su «Nota en torno
-Roberto Bolaño-
(10) o las «Palabras del hijo pródigo», pero con alguna de las tantas selecciones pu- a Eduardo Mallea», la creación poética:
sentía que tal acumulación de poesía me blicadas hasta la fecha. Es preciso señalar
La voz del escriba desconcertaba, me hacía vagar por ella sin que otros autores muy cercanos a él, pro- Debe encararse el mundo como dis-
La trascendencia está en el espíritu encontrar una ruta adecuada para su lec- cedían de manera semejante, es el caso de tancia resistente del hombre a su co-
de lo que escribimos tura. En años sucesivos volví sobre el libro Fina García Marruz, que agrupó casi toda su nocimiento. La criatura humana quiere
Entrevista con Ulises Rodríguez Febles y siempre me alegraba un nuevo hallazgo, poesía en Visitaciones y Habana del Centro, conocer el mundo por ganar sabiduría
-Norge Céspedes- pero la totalidad, la posibilidad de definir el mientras que Samuel Feijoo, autor de nu- de sí misma, porque las experiencias
(12) texto como una única obra de arte, se me merosos volúmenes poéticos, asumió en El espirituales iluminan no sólo su objeto
escapaba. girasol sediento y en Faz una enorme can- —la circunstancia entendida— sino el
Letra con filo
Fue en la Universidad cuando pude ha- tidad de núcleos de poemas y hasta apun- sujeto de las experiencias —el hombre
Ejercitarse en no morir
-Caridad Atencio- llar otras vías de acercamiento a la poesía tes, que con frecuencia usufructuaban los realizado, desplegado y reunido en sus
(13) de Vitier, por una parte, conocí su produc- mismos títulos. Era como si en un alarde de potencias—. Todo conocimiento tiende
ción posterior, especialmente Testimonios, humildad dijeran al lector: Este soy yo, este al orden y todo orden es «unidad jerár-
Un pañuelo de cuentos que me resultó obra más llana y accesible, ha sido mi camino, te lo ofrezco todo, sin quica». Todo conocimiento es, por eso,
-Marilyn Bobes- así como pude asistir al instante en que sa- ocultamientos ni jerarquías. Su autentici- religioso, tiende a religar lo caótico, lo
(14) lió a la luz La fecha al pie, libro que cierra dad espiritual era aun mayor que su sentido desprendido, lo triste, con la alegría de
con uno de los poemas mayores del autor, artístico. su fuente.2
De todas partes «El bosque de Birnam». Por otra parte, En la actualidad, creo estar seguro
(15) pude encontrarme de modo más íntimo de comprender que Vísperas es un libro de Allí señala que el hombre puede incor-
con las ediciones individuales de algunos aprendizaje, no solo poético, sino vital. El porar el mundo a su lucidez por tres vías:
Directora:
de los cuadernos que luego fueron suma- adolescente de Luz ya sueño, ofrece esos el arte, la ética y la metafísica. Su ansiedad
Basilia Papastamatíu dos a la gran corriente de Vísperas, espe- poemas escritos entre los dieciséis y los es estructurar la propia circunstancia den-
cialmente tuvieron un efecto decisivo en mí veintiún años y, si bien exhibe agradecido tro de un orden trascendente. En esta nota
Subdirector:
Rogelio Riverón
Capricho y homenaje y Sustancia. La con- la tutela de Juan Ramón Jiménez, oculta está el grito: «Sí, estamos desamparados,
sideración por separado de algunas de las con explicable pudor la huella de autores mas nos es dable retomar hasta cierto
Edición y corrección: partes más notables fue la que me permitió de la generación que le precedió, especial- punto el hilo salvador».3
María Guadalupe Rouco
hallar mi propio sendero en el todo. mente Eugenio Florit y Emilio Ballagas. Este lúcido desamparo es el que le lleva
Diseño: Gracias a ese lento aprendizaje he po- La obra primeriza acusa la sensibilidad a escribir en junio de 1942 el poema en pro-
Lisvette Monnar dido comprender, años después, la perple- del violinista que era por entonces y que sa «Por este Picasso». Un lienzo del autor
Comunicación: jidad con que varios autores, poetas o no, puede captar, con pincelada de acuarela de Guernica4 motiva lo que inicialmente de-
Giselle Lucía Navarro acogieron aquella obra, desde José María impresionista, en «La música», la estética bió ser una reflexión sobre la agonía espa-
Consejo Editorial: Chacón y Calvo hasta el poeta y erudito de Debussy. Pero me resulta más elocuente ñola, pero devino enseguida un aguijonazo
Jesús David Curbelo, María Elena Llana, español José María Valverde, pasando por el villancico «Navidad del almendro», fe- para la conciencia poética y para un des-
Leyla Leyva, Marilyn Bobes, Enrique Pérez Díaz, Anita Arroyo,1 todos valoraban su altura in- chado en noviembre de 1940, con su júbi- pertar al llamado de la propia tierra:
Nelson Simón, Daniel Díaz Mantilla telectual, su auténtica condición de poeta, lo sin reservas, que viene de una elección
Coordinación: pero se quejaban, con más o menos disi- personal, la recepción del bautismo cató- Esas líneas que, hijo y padre, busca su
Betsy Molina mulo, del «hermetismo» en grandes zo- lico, como búsqueda, no de una práctica mano docta en discernir el fuego de la
Centro Cultural Dulce María Loynaz nas del texto. ordenada y ortodoxa de la religión, sino de llama, la cantidad femenina y vegetal del
Calle 19 #502, esq. a E, El Vedado, Plaza, Ahora puedo discernir que aquellas un modo de comprender el mundo des- fuego, son tan difíciles de ver, de resistir,
La Habana, Cuba prevenciones eran semejantes a las mías. de una tradición intelectual —La Biblia, San porque sin sueño están escritas en una
Teléfono: Al recopilar toda su producción poética en- Agustín, San Juan de la Cruz— y que aporta, mirada tan antigua (sílice y flor) sobre
(537) 832-03-31 tre 1938 y 1952, puesto un cuaderno junto sobre todo, una ontología y una ética. esa húmeda roca española que nadie
Correo:
a otro, sin selecciones ni descartes, signi- De aquel inicio de una conversión al entiende. [...]
mstavrou@enet.cu ficaba, en primer término, hacer coexistir cristianismo en su expresión católica, que Aquí nos quedaríamos llorando, re-
varias obras que eran unidades de sentido se desarrollará en largas etapas de su exis- cordando. Pero de todos modos —¡ah,
En Internet:
http://www.cubaliteraria.cu/descarga
en sí mismas y hacerles perder su auto- tencia, sin apresuradas adhesiones, y de gracias, Señor, por esta isla oculta, claro
nomía en función de un orden mayor. La sus lecturas que van desde los autores del imán de sus mendigos!— la playa joven,
En Facebook: sucesión de cuadernos quedaba asociada a Siglo de Oro español a Rubén Darío, Ga- la playa nuestra, no paraíso ni teatro
@Centro Cultural Dulce María Loynaz - Página Oficial
una rigurosa cronología y, de hecho, lo que briela Mistral, César Vallejo, los escritores aún, la playa triste de nuestra sangre
Impresión: se ofrecía era una especie de diario poéti- católicos franceses, de Bloy a Claudel, sin alegre con el cielo nos recobra lenta-
Poligráfico Enrique Núñez Rodríguez, co, un itinerario espiritual en el que no se olvidar al neotomista Jacques Maritain y la mente. Y debemos empezar.5
Villa Clara, 2021
ahorraban al posible lector balbuceos, reite- cercanía con dos amistades decisivas para
raciones, calidades desiguales y la ausencia su maduración: José Lezama Lima y Ma- El escritor busca pues en los cuadernos
de esa «dramaturgia» con la que un poeta ría Zambrano, deriva una concepción de que siguen: Sedienta cita, Extrañeza de es-
3
tar, De mi provincia, esta penetración en el mundo y sólo modo de sentirnos, ya que poético es ese suceso cotidiano que pue- bra clara y grande (no se sabe hasta qué
núcleo de la realidad, ir de lo contingente nada más se siente lo que no hay, lo de convertirse en mito, como ocurre en sueños) del Jinete!14
a la almendra esencial. No niego la afir- que nos falta; por eso sentimos espacio, un poema excepcional, «Calle mojada y Considero a Sustancia (1950) el cuader-
mación de Enrique Saínz6 de que en esos sentimos tiempo y nos sentimos.7 paraíso»: no más profundo y equilibrado de todo el
conjuntos haya un «realismo», afín al que conjunto. Con 29 años ha logrado un libro
María Zambrano encontró en la tradición de Cuando presenta en el Pen Club haba- Sueño, pregunto, acaricio tu violín, maduro, que aunque colocado en obra ma-
la poesía española, pero el término debe ser nero la antología Diez poetas cubanos, la esto es mi vida: «Sobre la roca impar, yor, debe leerse con cierta autonomía para
tomado con reservas, porque no se trata de primera en mostrar de manera ordenada y en la marina escasez y oreja del apreciar su sutil estructura tripartita: la pri-
poesía que se queda en el fenómeno, en la crítica los presupuestos comunes y la diver- mendigo mera sección continúa la búsqueda absorta
corteza de las cosas, sino que la traspasa en sidad poética de los creadores de Orígenes, quiero volver a oír mi danza, nada del poeta en la naturaleza y en su interior,
busca de un oscuro sentido. Para lograrlo se en su discurso se atreve a definir una condi- más». en busca de una realidad «sustancial»; en
vale del proceso privilegiado por el lengua- ción especial de lo poético en Hispanoamé- Y eras tú, radiante, que olvidando un la segunda, asistimos a un viaje doble, el
je poético: la comparación. La expresión rica «tal vez nuestro único patrimonio mensaje silencioso real que el poeta realiza por Europa en 1949
de lo velado solo puede intentarse por me- exclusivo consista en una viviente cultura cogías tu violín dorado y leve, a la vez y otro más amplio que es el encuentro con
dio de un denso entramado metafórico. De del corazón y en una posible metafísica del manchado y puro la cultura universal, la integración de «lo
ahí, de ese paso de lo concreto exterior, sen- sentimiento».8 Por esa vía llega a un es- como el centro de tu alma, lo recuerdo! otro» en su experiencia cultural, desde las
sible, a la síntesis de lo meditado, se avan- pecial modo del fervor patriótico, nacional, Caminabas! Y la calle olía oscura su piezas arqueológicas que contempla en el
za a partir de un extrañamiento en que lo desde la poesía y el ser metafísico: tesoro Museo del Louvre hasta el ballet de Lifar que
familiar y cotidiano, mirado de otro modo, que te daba el dios, quitándotelo presencia en el Palacio Garnier o su visión
se vuelve oscuro y hay que ganarlo a través Y no es sólo que no hayamos olvidado el todo!11 onírica del demonio de Toledo; la tercera
de un proceso de desciframiento que nos conmovedor hogar histórico y eterno en cierra el conjunto con una colección de
lo devuelva iluminado y pleno de sentido. que vivimos, la traicionada isla que nos Capricho y homenaje (1946), que es evocaciones personales. El viajero por las
título esencialmente musical, violinístico, honduras del ser o por países distantes,
muestra aun mayor concentración en esa retorna, tierno y memorioso, a cantar, en
búsqueda metafísica, solo que antes de una especie de andantino mozartiano, las
presentar sus prosas alucinadas, coloca una venturas de otros días. Resulta ejemplar su
décima donde se conjugan, con sutil con- soneto «La Visita», asociado a los días de
ceptismo la pérdida, el olvido y la necesidad infancia cuando iba con su madre a Empal-
de renacer, volver al ser, nuevo y purificado: me, a casa de su abuela, el poema está lleno
del sabor rural en sus más pequeños deta-
Ahora quisiera perder lles y su ambiente es familiar y misterioso
la esencia de lo perdido como un cuadro de Arístides Fernández:
para saber si he de ser
lo que promete mi olvido, Y Flora nos acoge silenciosa
y para irme a lo ido como un vaso de flores. ¡Qué dulzura
en un silencio tan puro, tan triste hay en el óvalo y la estampa,
que lo agraz y lo maduro la mísera gallina, y la cretona!
transparenten mi deseo Huele a ceniza y azafrán. La angustia
de renacer lo que veo me cubre cuando Flora, dulce, habla...15
con ojos de desnacido.12
1
Cf. José María Chacón y Calvo. «La poesía de
Solo tardíamente nos hemos fijado en Cintio Vitier», Diario de la Marina, 11, 18, 25 de abril y
el poema «De Peña Pobre», después que el 2 de mayo de 1954; José María Valverde. «La poesía
escritor lo iluminara con su novela homó- de Cintio Vitier, desde Cuba», Diario de la Marina, 2
nima, pero ya en ese trío de textos en prosa de junio de 1954; Anita Arroyo. «De Vísperas a Canto
que es como música de cámara está la an- llano», Diario de la Marina, 14 de abril de 1956.
gustia del que busca una realidad promiso- 2
Cintio Vitier. «Nota en torno a Eduardo Ma-
ria en la soledad de su país: «De Peña Pobre llea», en Para llegar a Orígenes, Editorial Letras Cu-
nocturna en la nítida trivialidad del mago banas, La Habana, 1994, p. 7.
quiero saltar a mi objeto y mi esperanza. ¿Ya 3
Ibíd, p. 9.
sólo habrá un Objeto Onírico?».13 4
La obra, titulada «Mujer llorando», es un óleo
Sin embargo, ni siquiera en esas bús- sobre tela, pintado en octubre de 1937, en la misma
quedas abisales se pierde la noción política. época de Guernica. Pertenece hoy a la colección de
Situado en el borde posible de la enajena- Anthony Penrose.
ción, el poeta se sostiene sobre dos piedras 5
«Por este Picasso», en Clavileño, no. 1, agosto
inconmovibles, su religación cristiana y la 1942, p. 8. Es llamativo que el autor no incluyera un
ética de la obligación cívica que le impiden texto tan significativo en ninguno de los dos cua-
enloquecer o rendirse, esa auténtica agonía dernos que dio a conocer por esta época: Sedienta
se traduce en «Noche intacta», una espe- cita (1943) o Extrañeza de estar (1945). Tal vez se
cie de diario de apuntes en que se avecinan debiera a que estos solo contenían poemas en verso
la imagen visionaria y el clamor apocalíp- y aquella prosa podía significar una ruptura con la
tico, allí están algunas de las páginas más forma externa y el tono de esos conjuntos.
Para los lectores, desprevenidos o prejui- mira desde una multitud de jinetes des- fuertes y originales de todo Vísperas.
ciados, se trata de pura oscuridad, solo el lumbrantes, sino que el centro mismo
6
Cf. Enrique Saínz. «Juan Ramón Jiménez y Ma-
lector activo colabora en esos pasos y tras- ría Zambrano en Cintio Vitier: algunos momentos».
de nuestro fervor ha sido el hallazgo de ...Y en aquel tiempo de pequeñas di-
pasos y enriquece su visión del mundo gra- Consultado en http://www.arquidiocesisdelahaba-
una realidad cubana universal, la provo- versiones (visitantes con escasas más-
na.org/contens/publica/ceah%20Vivarium/suple-
cias a la guía del poeta. Véase la nota que al cación de nuestra sustancia más dura y caras), una angustia de historicidad se
mentos/puentes/conten/vitier.html, el 10 de abril
final de Extrañeza de estar procura escla- resistente.9 apoderaba de nosotros.
de 2021.
recer —u oscurecer definitivamente— tal ¿Estaríamos vivos o muertos? -pre- 7
Cintio Vitier. «Nota», en Vísperas, Editorial
concepto, que no se limita estrictamente a Todo esto va a erigirse en el ansia ma- guntábamos a la calma sangrienta del
Letras Cubanas, La Habana, 2007, p. 131. Todas las
la escritura del poema: yor de su obra: traducir «el cuerpo carnal y domingo y a la inmensa estupidez de in-
citas de este libro se harán por esa edición.
místico de nuestra patria».10 descifrable máscara. 8
CV. «Palabras en el Pen Club», en Para llegar a
Dónde estamos, es siempre la pregunta Esta metafísica va a encarnar en un cua- Y nuestra amena vocación era políti-
Orígenes, Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1994,
genial de los perdidos bajo pretexto de derno de esta etapa: De mi provincia (1945). ca. Nuestra irreprimible voluntad era de
p. 12.
espacio sin costumbre o a oscuras. El El parque de pueblo, el tapete raído de la santos. Y nuestra dulce vocación era tan 9
Ibíd, p. 13.
tiempo (amarga hipótesis) nos hace in- casa, el caballo escultórico que contempla, agria. Oh, belleza! 10
Ibíd, p. 15.
quirir qué somos y el espacio donde es- el paseo por los naranjales y hasta el en- ¿Cómo salvar a un país que no se 11
CV. «Calle mojada y paraíso», Vísperas, p. 144.
tamos. Pero ningún perderse ocurre en el tierro campesino están impregnados de ese hunde? Pero era indispensable que cada 12
CV. «Ahora quisiera perder», Vísperas, p. 177.
espacio (sensorial ni conceptual), y aun- fervor por fundamentar lo nacional des- uno de nosotros se asomara a su venta- 13
CV. «De Peña Pobre», Vísperas, p. 181.
que en él preguntemos, el estar aprehen- de su expresión más popular y humilde. No na, y a las contemplaciones que subían 14
CV. «Noche intacta», Vísperas, p. 188.
dido no nos devuelve a ese espacio, sino se trata del detalle pintoresco en la pupila como flores de vigor sublime, porque 15
CV. «La visita», Vísperas, p. 257.
al rumbo de nosotros que por la tortu- del advenedizo, sino de asumir, sin condes- todos habríamos de ser indígenas de una
ra él enriquece, a un hueco provisional cendencia, una estirpe, una raíz y buscar en tierra de callados príncipes (tierra donde
de nuestra ausencia que es estar en el ella un fundamento. El alimento del fervor nadie vive) y todos amábamos la som- CONTINÚA EN LA PÁGINA 14
4

Leonardo Sarría
EL ÁLAMO minutas herramientas terciadas -lu- incomprensiblemente sobre el polvo
jos para el frufrú y la peluca tan extra- pueril que se amontona.
El murmullo del álamo enristra en una
ños-, a todo tren, queriendo que pase
sola flecha las voces de los muertos.
el búfalo, el ingente escondido en la MISA
Idos y presentes toman la ráfaga como
caseta. «Pa qué, si no me conoces, esa
supresión momentánea del espesor que La monja, la Santa, dice, serena, bál-
danza».
los separa, aprovechando para reen- samo y rosario, una pluma a la dere-
contrarse el tronco nudoso donde se cha del buró, una salve, dice, en añejo
sienta el Rey, a su modo romántico, si castellano, gruesa como de generala la
bien desconocido de alemanes e ingle- osamenta para cubrirte en la corriente,
ses decimonónicos. En sus raíces, entre cuando sopla -Ave María- el remoli-
el húmedo amasijo de hojas, la ofrenda no del insomnio y derrámase en volu-
borra la imagen de los álamos leídos, tas la tinta, dice dice, un ramillete igual
hace que el transcurrir permanente al de su catafalco, rosas pálidas, aroma
del árbol suceda en otra tierra, ensali- de nave solitaria, por eso ves lo que ves,
vándose la nervadura en la boca man- murallas, moradas en lugar de la in-
sa que come por última vez, hasta que temperie veraniega, dice dice. La San-
la súbita iluminación abra la puerta y ta quiere en cofia, recogida, la belleza,
empiece de este lado, aquí, a llover a apacentados los lagrimones frente a los
cántaros. pies heridos del superior, dice.

ODDUN / PERSONA CUARTO DE PRENDA


Entre el oddun y la persona comienza Como en el teatro, matojos y aves pinta-
con la revelación un sigiloso forcejeo. das representan en el cuarto un adentro
El parto de la materia, del camino, del de monte. Solo unos gajos, la vigilancia
nombre, que se tejían en la médula al óleo de una lechuza, la ocre luna en la
como incorpórea posibilidad, abre una pared del fondo y se está ya en la noche
grieta. El iniciado palpa la profecía y se de los susurros. -Buena noche. Basta
transforma en intérprete de sí, suma al la representación para que inicie la vi-
signo las minúsculas letras de su ser, vencia; la metonimia o la metáfora, que
rastro y bruma, pero -sospecha- algo RASPA... aquí son la realidad (la retórica es cosa
exclusivamente suyo, no de ningu- de incrédulos), para que el hueso hable.
Raspa, la uña en la corteza
no de los doscientos cincuenta y seis, Por sobre el trajín de la cocina y cual-
blanquecina,
suyo a solas, fuera del habla de las nue- quier otra contigua distracción. Como
las porciones al quicio, las gotas
ces, resiste. Aliento, carne o nervios, en el teatro, disolviendo las propias di-
de la jícara, «Qué rico sabor de
desea seguirse llamando como antes, mensiones de la escena.
jícara»,
solo que el agua oscura del oddun go-
a los labios del cauris.
tea precisa y calma.
En el acto de raspar,
la mente desde el filo del verbo LEONARDO SARRÍA (La Habana, 1977). Escritor, investi-
CONTRADANZA gador y Doctor en Ciencias Literarias. Ha publicado los
haciendo cauce. Olvida libros de poesía Las horas convocadas y Esenio. Es autor
Sarabanda, con ese. No confundas el su natural indefensión, su angustia de antologías, compendios y estudios literarios. Entre
bailecito con las plantas callosas que tras la apariencia poderosa sus reconocimientos figuran el Premio de la Crítica, el
Calendario y el de La Gaceta de Cuba. Los poemas que
apisonan. Maquinaria en el patio tra- de la fórmula. publicamos pertenecen a su libro Otro cuaderno de poe-
sero, a los vivaces toques de guataca, Porque es absurdo (por supuesto, sía blanca.
dúctil. Los pañolones de satén, las di- Tertuliano) se aferra. Raspa
5
Ella siguió llorando. No se cuidó de so- Un cuerpo sudado se aba-
llozar quedamente. Se rajó en gritos sobre el tió sobre ella.
pecho del vecino, que olía a colonia barata. Tuvo miedo.
Él la abrazó con cuidado, como temiendo Lo tocó.
romperla. Le pasó sus manos temblorosas Él dijo, quedamente, que
por el pelo. La acunó en sus brazos y los pe- no se preocupara y le besó
chos de ella se apretaron contra él. Sintió el cuello. La barba la raspó.
fuego en las orejas y el corazón se le desbo- Estuvieron un buen rato en
có. Involuntariamente la trataba de usted... silencio. Apenas se percató de que el vecino
—No llore, mi reina, no llore. se había dormido. Se deslizó hacia un lado,
La besó en la frente, en las mejillas, en el liberándola de su peso. La mano grande
cuello. Ella le buscó la boca. El vecino tenía del vecino le apretó el sexo, buscando su
los labios duros y la barba áspera, apenas humedad, los dedos la rasgaron como a
Rubén Rodríguez González rozó los suyos. Más bien le bebió el alien-
to. Ella tanteó bajo la sábana y le agarró la
un sobre. Permaneció allí, agarrándola,
tibia y dormida, hasta que ella la apartó,
verga dura, mucho mayor que su mano. La suavemente.
Ella sonrió tristemente. No. No sonrió apretó. No sentía nada. Estaba como aletar-
Ella lo contempló sin atreverse a tocarlo. El
—Déjame a mí.
vecino dormía plácidamente, vuelto sobre tristemente: fue la sonrisa más triste del gada. Drogada. Serena. Miró el techo. El
—Usted manda...
el lado izquierdo. Toda rudeza había desa- mundo. cuerpo del hombre silueteado por la luna.
Arrancó la sábana de un zarpazo y se
parecido, su fragilidad podía considerarse —Si no te acuestas conmigo, voy a hacer El vecino en azul. Con la punta de los dedos
sentó sobre él. El vecino era un país. Ella se
sublime. Tenía un brazo doblado bajo la ca- una locura. acarició los pelos del pecho, del pubis, rozó
estremeció desde las nalgas hasta la nuca,
beza y respiraba suavemente sin roncar. Él se quedó con los brazos colgados a con sus pies los pies de seda del vecino. «A
sacudió la cabeza y apoyó las manos sobre
Olía como una bestia grande y noble: un ambos lados del cuerpo y el azoro reflejado las personas se las conoce por los pies», le
el pecho del hombre. Él le oprimió las nal-
caballo. Apenas se movía. Lo estudió minu- en sus ojos de perro triste. Mirándola. Sin había dicho una vez su amiga Jenny.
gas, incrédulo todavía. Le manoseó los pe-
ciosamente. Dos detalles le habían llamado saber qué hacer. Se sentía incómodo. Había Ella se cubrió con la sábana hasta la cin-
chos, con expresión extática. Le mordió los
la atención: la suavidad de sus pies y la her- esperado tanto por este momento. tura. No tapó al vecino. Siguió mirándolo
dedos de las manos. Ella se dejó hacer, ape-
mosura de su verga, con un capuchón de —Soy un comemierda —confesó. hasta que amaneció… Hubiera querido ha-
nas se movió. Los dedos ásperos del vecino
piel que rozaba los muslos y una vena viole- Ella sonrió con la segunda sonrisa más cerlo pero, en realidad, lo llamó suavemen-
la recorrían toda. Cerró los ojos. Recordó
ta como un río. triste del mundo: «Cierra la puerta». te poco después de las cinco.
unos ojos verdes. ¿O eran azules?
Estaba confundida. Lo había hecho por El vecino corrió el pestillo. Él abrió los ojos, asustado.
Abrió los ojos.
aburrimiento. Por probar. Porque el televi- Ella fue hasta el cuarto: «Pasa...». —Para que te vayas...
—Deje a los muertos tranquilos —le pi-
sor estaba roto. Porque el hijo estaba en la Se desnudó y se acostó en la cama: —Claro...
dió el hombre, adivinando.
beca. Por lástima. Por no desbarrancarse en —¿Apago la luz? El vecino saltó de la cama como un re-
Ella asintió y movió suavemente sus ca-
los recuerdos. Por desesperación. —Si tú quieres. sorte. Se vistió de espaldas, con inexplicable
deras sobre el vecino, que ya navegaba en
Fue el vecino o dos diazepanes. El vecino pudor. De pie junto a la silla calzó los zapa-
una tembladera de fluidos. Sin embargo, se
o una botella de ron. El vecino o una soga tos sin amarrarlos. Ella siguió acostada, con
sentía torpe, inexperta.
colgando de la ducha. El vecino o un capí- los senos cubiertos por la sábana. Obser-
—Déjeme a mí —dijo él.
tulo de Por quién doblan las campanas. El vándolo. Sintiéndose incómoda, presa de un
Ella flotó sobre la cama hasta quedar de-
vecino o una vela. El tubo del desodoran- extraño embarazo. Él se alisó el pelo con las
bajo. La miró a los ojos. Tenía los ojos tristes,
te. El vecino o los restos de este, aquel, el como si también él fuera a echarse a llorar. manos y dijo, con la voz entrecortada:
otro... El vecino o su propia imagen en el es- ¿Está cómoda? Ella dijo que sí. Pidió: «Por —Venga a cerrar.
pejo de la cómoda. El vecino o sus patas de favor». «Como usted diga, mi reina». El Ella sintió pena. Algo le oprimió de nue-
gallina. Las líneas de expresión. Las puntas hombre se aplicó en una cabalgada lenta y vo entre los pechos. Se echó la bata de casa
florecidas por la decoloración. Las cagadas dulce, siempre mirándola a los ojos. Ella se sobre los hombros y pasó delante del ve-
de mosca sobre las flores de tela. Las he- sintió ligeramente incómoda: «¿Qué te pa- cino. Encendió la luz del baño y luego fue
morroides. Se había acostado con el vecino sa?». «Todavía no me lo creo», dijo el ve- hasta la puerta. Ya él esperaba de pie junto
porque estaba cansada, superrecontrame- cino con la voz rajada. Una voz que sonó a la mesita del televisor. Intentó acariciarle
garrejodida... diferente. Ella le clavó las uñas en los hom- la mejilla, pero el vecino apartó la cara. Ella
Apenas reconoció su voz al decirle: bros: «Dale». El vecino arreció su balan- entreabrió la puerta y él se deslizó silencio-
«Quiero que me hagas un favor». ceo, se encorvó y empezó a chuparle los so, como una sombra.
Tampoco él se lo creyó. Sin levantarse de pechos, con delicadeza. Ella sintió un mar —Gracias —susurró ella.
la silla recostada a la pared del pasillo, pre- desbordarse entre sus piernas. El vecino —Eso no se agradece —respondió el ve-
guntó: «¿Qué se te rompió?». Para saber qué «Los hombres son raros», pensó ella. El le deslizó la lengua por el cuello y una nue- cino secamente.
llevar. El martillo, la llave inglesa, el destor- fantasma de otro hombre se recortó contra va oleada la bañó desde adentro. Un olea- Ella cerró la puerta y esperó unos mi-
nillador, un rollo de cables, algunos clavos. la ventana, quemado por la luz naranja del je caliente y pegajoso que le empapaba nutos. Escuchó crujir la puerta del apar-
—Una cosa —respondió ella. mediodía. Se arrancó el pulóver como quien las entrañas. La lengua del vecino caraco- tamento de al lado, el chasquido de la
Sin poder decirle que era ella la rota, la se raja la piel. El zíper del pantalón abrió la leó en sus orejas, chupó los lóbulos, lamió cerradura, el movimiento de un mueble,
descompuesta, la descojonada. tarde en dos. Los tenis volaron luminosos sus comisuras. Le torció la cabeza y la mor- repicar de metales en la cocina del vecino,
Siguió apoyada en su dintel, mientras La contra la pared. Avanzó hacia ella con todo dió en la nuca. Ella jadeó. El balanceo la es- seguramente para hacer café. Ella fue has-
Pequeña Compañía seguía suplicando / ro- el sol sobre el sexo, hasta confundirse con tremecía. Se sintió ardida por dentro. Sus ta el baño y orinó. Del baño contiguo llegó
gando / implorando al reloj que no marcara la luz... dedos se enredaron en la nuca del vecino, un carraspeo suave y otro chorro rugiente.
las horas. El vecino se levantó, guardó la si- El vecino terminó de desvestirse en la que reprimió un escalofrío: «Está acabando Sintió vergüenza porque se oía todo. Volvió
lla, apagó el tocadiscos. penumbra y dobló la ropa cuidadosamente conmigo, mi reina». Le acarició el cuello con al cuarto, tomó media pastilla de diazepán y
—¿Qué te pasa? —preguntó. sobre una silla, debajo de la cual colocó los dulzura. Fue su primera caricia. Le apretó esperó intranquila la llegada del sueño.
Ella no supo qué responder. Solo le dijo: zapatos. Vino en puntillas, como si estuviera las tetillas, tiró de los pelos de su pecho. El
«Entra». El vecino pasó, pero se quedó de dormida y temiera despertarla. Se sentó en vecino navegaba cálidamente en sus aguas
pie junto a la puerta: ¿Te hace falta dinero?. la cama, de espaldas. Ella lo tocó y él se es- tibias. Ella disfrutó su peso, lo apretó entre RUBÉN RODRÍGUEZ GONZÁLEZ (Holguín,
Como otras veces, en que se prestaban uten- tremeció como si recibiera electricidad. sus piernas. Lo apretó con sus labios meno- Cuba, 1969). Narrador y periodista. Po-
silios, comestibles o dinero, que pagaban —Acuéstate. res y mayores. Le apretó las nalgas. El vecino see los premios Cirilo Villaverde, Orien-
puntualmente para poder hacerlo otra vez. Se acostó a su lado y se cubrió con la sá- sintió los arañazos, y arreció su balanceo. La te, La Edad de Oro, Abril, La Gaceta de
—Me hace falta un hombre. bana. Permanecieron en silencio. Él carras- sacudió. Le mordió la barbilla y ella le devol- Cuba, el Premio de la Crítica Literaria y
Dudó, se puso nervioso, carraspeó. Le peó: «Hace calor». Ella dijo que sí, que hacía vió la caricia. Le mordió, desesperado, los Alejo Carpentier. Tiene publicados, en-
tembló la voz: calor, que si encendía el ventilador. El vecino pezones. Le apretó la cintura y ella se dejó tre otros, los libros de cuentos Eros del
—Ya tú y yo estamos muy viejos... contestó que mejor no, que no hacía tan- llevar, adormecida. El vecino pujó, se la- espejo, La madrugada no tiene corazón,
Rectificó: to calor. Le tomó la mano y se la besó, pero mentó como un niño. Ella sintió una súbita Unplugged, Pintura fresca, El tigre se-
—Yo... ella no sintió nada. No pudo controlar la oleada de ternura. El vecino se apoyó en sus gún se mire y Los amores eternos du-
—Tienes razón, estamos viejos. Cin- opresión entre los pechos. Empezó a llorar. caderas y se deshizo en un chorro ardiente. ran solo el verano; y las novelas Majá no
cuenta años no pasan por gusto. —Perdóname —pidió el hombre, sin po- Ella se derritió como manteca a la candela. pare caballo y Gusanos de seda.
—Tú no pareces. der precisar su culpa. Llegaron juntos.
6
Miro a mi gato birmano, literalmente idéntico a los bir- En una página de Salinger, Seymour y Buddy Glass se
manos de hace cientos de años, con unos ojos tan azules encuentran en la oficina de reclutamiento. Bajo el epígrafe
que parecen recortados y que a través de ellos se viera el «profesión» del formulario para ser admitidos en el ejército,
cielo, con unas patitas blancas que parecen haber camina- Buddy pone «escritor». Seymour, que es el poeta y profeta
do por una bandeja de nata, y pienso en el frágil edificio de de la familia, se echa a reír: «¿Desde cuándo es la escritura
la literatura. Escribo literatura desde hace cuarenta años, tu profesión? Yo pensaba que era tu religión». En esta pala-
leo desde hace muchos más. Toda mi vida ha girado en tor- bra radica todo el secreto de la literatura, que es mucho más
no a la literatura. No he sido, en definitiva, como le escribía que un oficio y mucho más que un arte. La catedral puede
Kafka a su amada, «otra cosa que literatura». Pero nunca presentar una arquitectura perfecta y estar pintada de for-
me he denominado a mí mismo escritor. ma celestial, decorada con estatuas, arabescos y magníficas
Sí, la literatura es una construcción frágil, un desglose vidrieras. Pero si no está consagrada, si no habita en ella un
subjetivo. Escuelas, corrientes, autores. Attrezzo barato dios, si no es un santuario, nada la diferenciará de las casas
que esconde una única verdad: que el olvido acaba cu- de los ricos, levantadas por vanidad y orgullo. Será un ceno-
briendo finalmente todos los libros. Cada época consagra tafio en el que no está enterrado sino el vacío.
a tres o cuatro autores: poquísimos serán leídos también Nabokov tuvo siempre palabras ásperas y despectivas
en la época siguiente, mal leídos además, mal compren- para con Dostoievski. Encontró en sus páginas desorden y
didos, reducidos a unos clichés que ellos no compartirían. torpeza y errores infantiles en la composición.
Así como the only emperor is the emperor of ice-cream, Es cierto, Dostoievski no se puede comparar con Tolstoi

MIRCEA la única teoría que prevalece es la del caos, la del amor y la


del azar. Los seres humanos no saben, literalmente, leer y
en poco tiempo tampoco sabrán, literalmente, escribir. Vi-
vimos la melancolía del ocaso de la antigüedad, la ruina de
como artesano de la literatura, ni con Nabokov como es-
tilista. Pero una sola página de Nétochka Niezvánova vale
más que toda la obra de Nabokov, pues forma parte del
sistema de pensamiento de Dostoievski, del almacén de su

CARTARESCU una civilización, quizá la propia ruina del hombre. Tal vez
nos definan como «los últimos autores» porque hemos
sido los últimos lectores verdaderos. Y a pesar de todo ello,
experiencia humana, de su compasión por los humillados y
oprimidos del mundo. Sus líneas no solo te provocan un es-
tremecimiento en la columna, sino que hacen que nuestro
(Bucarest, 1956)
la literatura debe seguir adelante. cráneo se haga añicos y que nos sintamos por fin libres de
El edificio de la literatura hacia el que nosotros, las gen- nuestros propios demonios. La gran literatura no se basa en
LA UTOPÍA DE LA LECTURA* tes del libro, nos dirigimos desde todas partes, desde todas la construcción, ni en los temas, tampoco en el arte de las
las épocas, desde todos los pliegues de la historia, se alza palabras. Ella toca el límite del límite de la humanidad, más
sobre un gigantesco amasijo de escombros. Es la montaña allá del cual nos rodea un dios infinito.
Una luz fría y cegadora de septiembre, unas bolas enormes, de los libros mediocres, perdidos en la anomia y, sin em- Kafka está por encima de los escritores de la modernidad
rojo-anaranjadas, de escaramujos en cuya curvatura se re- bargo, importantes, porque son ellos los que elevan y hacen precisamente porque no fue un escritor. Porque incumplió
fleja el mundo. La verja cargada de madreselvas que visitan visible el santuario. Son libros escritos por dinero, leídos por todas las reglas del oficio y del arte de la escritura. Porque
las últimas abejas. Estoy en mi terraza, envuelto en la in- voyeurismo y arrojados luego a un túmulo tan alto como el vivió toda su vida como un centinela en los límites del len-
mensa luz del otoño, bajo unas nubes de otoño: compactas, Gólgota. Constituyen el noventa y nueve por ciento de los guaje, que, según Wittgenstein, son los límites del mundo.
reventonas, indiferentes, bajo las cuales podrían suceder libros del mundo. Ahí donde termina el ámbito de las ciencias, de las artes, de
crímenes e incestos, guerras fratricidas y torturas sin que El primer piso de ese enorme edificio fue construido por la filosofía, del conocimiento humano, ahí donde la poesía
su ataraxia se viera perturbada un solo ápice. profesionales para los que la escritura es un oficio. Por há- y la fe empiezan a jadear por falta de aire. Hacia el final de
Tengo sesenta y un años, me encuentro en el otoño de biles cerrajeros, herreros carpinteros, hojalateros y torne- su vida, el propio Kafka se convirtió en una carcasa habitada
mi vida. He vivido un nanosegundo en una mota de pol- ros de la escritura. Por albañiles, ingenieros y mecánicos, por un dios. Nadie podía ya comprender su voz.
vo del mundo que nos han concedido, incomprensible y por aquellos que cuentan con estudios de trigonometría y La Ilíada, la Divina Comedia, El idiota, El castillo. A su
monstruoso. Pero este instante que vivo ahora, en mi terra- de resistencia de los materiales. Ellos levantaron edificios lado, la gran poesía del mundo con las Elegías de Duino en la
za, con un café, junto a mi gato birmano, con las bolas del sólidos, coherentes, indestructibles, con paredes ajustadas cúspide. Y la catedral se llena de divinidad y la literatura se
escaramujo sobre mi hombro, compensa por completo la con el nivel y la pesa. Es la dimensión de la escritura que se convierte, solo ahora, solo con la luz cegadora del faro, «en
locura del ser y del no-ser y, como una fotografía en la que puede aprender, la que justifica la existencia de los cursos la belleza que va a salvar el mundo».
el otoño brilla con todas sus fuerzas, demuestra que el ins- de escritura creativa. A ningún autor le viene mal conocer No escribiría una sola línea si la literatura no fuera mi
tante es más importante que la eternidad. su oficio. Libros construidos, libros exhaustivos más vastos religión. Y no podría leer a un autor que no hiciera de su
En este momento eterno, leo. Releo la Ilíada al cabo de que la vida, como edificios de cientos de estancias, unos escritura una cuestión más seria que una cuestión de vida
muchos años. Me he sumergido en el texto en cuanto me textos asombrosos como Ilusiones perdidas, Guerra y paz, o muerte: una cuestión de fe. Ya no me queda tiempo para
he levantado. Ahora estoy leyendo en la terraza trasera de la Los Buddenbrook o La guerra del fin del mundo destacan en eso. Tengo sesenta y un años y siento el frescor de los pri-
casa, y he murmurado largo rato los versos del primer canto este primer nivel de la literatura. meros días del otoño. Me queda como mucho un cuarto de
hasta que me he dado cuenta de lo extraño de la situación. Hay sin embargo cosas que no se pueden aprender en vida por delante. ¿Qué puedes hacer con un cuarto de sable,
Porque, cuando me desperté pensando en Homero, no me un curso de escritura creativa. Que superan el oficio y se con un cuarto de escudo?
he dirigido a la biblioteca, sino que he extendido la mano dirigen hacia la fragilidad y lo inexplicable del arte. Una vez Al final de la Segunda Guerra Mundial, un ex comba-
hacia el móvil depositado en la mesilla. En el archivo en que los artesanos han construido los volúmenes, las bó- tiente, Seymour Glass (cuenta el mismo J. D. Salinger), es
el que guardo mis libros esenciales he encontrado de in- vedas y los arquitrabes, hay que decorar la catedral de la invitado a cenar con la burguesa familia de su prometida,
mediato la Ilíada, junto a la Historia de Heródoto, la Divina literatura. Muriel. Los padres de esta, preocupados por las rarezas del
Comedia, Dostoievski, Rilke y Kafka. He comenzado a leer Las paredes desnudas deben cobrar vida, hacen falta joven, le plantean la clásica pregunta sobre la carrera profe-
antes de espabilarme del todo. frescos y estatuas que den esplendor al edificio. No pue- sional que le gustaría desarrollar después de la guerra.
He seguido leyendo en el baño, con el móvil impruden- des aprender el estilo, la química de las combinaciones de Para su consternación, Seymour responde que no querría
temente apoyado en el borde del lavabo, y en la cocina, palabras, la sutileza del encaje de los tonos. Con esa gracia ser otra cosa que un gato muerto. Naturalmente, ellos to-
mientras preparaba el café, pero no me he dado cuenta de naces o no naces. La llevas en la sangre y no sabes de dónde man su respuesta como una prueba más de su locura, sin
que estaba leyendo en una pantalla, y no en papel, hasta que procede. Aunque infinitamente más frágiles, los escritores- saber que el maravilloso personaje, el poeta por excelencia
no he visto los hexámetros griegos mezclados con las nubes artistas son infinitamente superiores a los escritores-ar- (un nuevo príncipe Mishkin, en definitiva), se refería a una
otoñales reflejadas en el cristal rectangular. Las nubes de tesanos. «La poesía no se siente con el cerebro ni con el antigua parábola zen. «Un gato muerto -responde él-
hoy, literalmente las mismas que aquellas bajo las cuales corazón -decía Nabokov-, sino con la médula espinal». porque nadie puede ponerle precio».
compuso el poeta su epopeya. Ningún autor que no sea un artista puede provocarte ese La poesía es el gato muerto del mundo consumista, he-
¿Leer a Homero en un móvil? Al principio me he sentido estremecimiento, ese orgasmo final que es el objetivo de los donista y mediático que nos rodea. No se puede imaginar
golpeado por el hybris, tal vez incluso por la impiedad de la catadores refinados. En este nivel del enorme edificio te en- una presencia más ausente, una grandeza más humilde, un
situación. He dejado el teléfono, en cuya pantalla se amon- cuentras a los creadores de formas y de milagros estéticos, terror más tierno. Nadie parece valorarla y, sin embargo, no
tonaban, en series de hexámetros, los guerreros aqueos. encuentras las Soledades de Góngora y Salambó y En busca existe nada más valioso. Solo la encontramos en las librerías
He fijado la mirada en el vacío, sintiendo tan solo el fres- del tiempo perdido y Finnegans Wake y Lolita y El arco iris de si tenemos la paciencia de llegar hasta las últimas estante-
cor deslumbrante del otoño. ¿Por qué la Ilíada, que vivió al gravedad. Si la literatura se hiciera con palabras, según dijo rías del fondo. Los poetas no tienen ya estatuas, como en el
principio en la laringe de los aedas, pasó imperturbable a la Mallarmé, Nabokov sería el más grande escritor de todos los siglo xix, ni reputación, como en el siglo xx.
nueva tecnología de los rollos de papiro, luego a la nueva tiempos. Pero la literatura no se hace con palabras. Obsesionadas por las ventas y la rentabilidad, las edi-
tecnología del libro, luego a la nueva tecnología electrónica, Los dos primeros pisos de la literatura, la parte del oficio toriales huyen de la poesía como alma que lleva el diablo.
sin mengua y sin añadidos, levitando sobre todos los sopor- y la del arte, se entrelazan en diferentes proporciones en No se puede imaginar hoy en día un destino más dramático
tes como dicen que levitaban las palabras sobre las tablas la mayoría de los escritores verdaderos, los que honran su que el del poeta consagrado por completo a su arte. Los
de Moisés? ¿Por qué, mientras la mayoría de los libros son vocación. Pero hay un piso más por encima de ellos, un es- antiguos arruinaban su vida (en muchas ocasiones tam-
olvidados antes incluso de ser escritos, otros atraviesan los calón de una altura abrumadora, insalvable para la mayoría. bién la de otros) por la locura de un verso hermoso, pero
espacios, los tiempos y las tecnologías para que, una ma- Para llegar a la cumbre de la catedral de la literatura, hasta confiaban al menos en el reconocimiento de las genera-
ñana de otoño, miles de años después de su aparición, al- el campanario más alto, no hay vía de acceso. Tienes que
guien se despierte con el deseo de releerlos? haber nacido allí. * Conferencia inaugural de la 77ª Feria del Libro de Madrid, 2018.
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ciones venideras. Ellos podían creer sinceramente que la armadura deslumbrante, con un estandarte en la lanza. Allí, ra. Porque un libro es una colaboración entre el escritor y
belleza -como dijo Dostoievski- es la salvación del mun- una Virgen llorosa o la lacería en nogal de la nave. Una bó- el lector. Cada uno tiene sus preferencias y sus gustos. Hay
do, pero hoy ya no sabemos qué es la belleza, ni tampoco veda gigantesca, con una oscura alegoría. Pero sin una vida sin embargo libros que alcanzan un gran consenso entre los
el mundo, y no entendemos qué significa «salvar». ¿Qué impregnada de cultura, sin el conocimiento de los símbolos que aman y conocen la literatura.
vamos a salvar si vivimos en lo inmanente y lo aleatorio? básicos ligados al cristianismo, a la historia, a la arquitec- No voy a hablar aquí de los autores de superventas,
Sin la perspectiva de conseguir algo a través del arte y, en tura e incluso a la ingeniería, no podrás percibir jamás el aunque no los desprecio. Paulo Coelho no es un gran escri-
definitiva, de su oficio, sin la esperanza en la gloria y en la conjunto religioso y artístico de esa iglesia, que es una mó- tor, pero podemos aprender en él un código ético positivo
posteridad, el poeta está condenado a la vida asocial y fan- nada y no una acumulación de objetos. La paradoja reside y fructífero. Tampoco la autora de Harry Potter es una gran
tasiosa del consumidor de hachís. en que, para llegar a la cultura, para verla desde el interior, escritora, pero ha conseguido hacer felices a millones de
«El poeta, como el soldado, no tiene vida propia, / su tienes que haber estado ya en ella. personas. Un autor de superventas vende productos están-
vida propia es polvo y pólvora», escribía el gran poeta Ni- Esto no debería desanimarte. El paso de leer a la lectura dar, perfectos y útiles como los coches, los frigoríficos o las
chita Stănescu. Hoy, cuando la civilización del libro agoniza no es difícil aunque sea un salto sobre un abismo enorme. lavadoras de las grandes superficies.
y penetramos con voluptuosidad en los espantosos desfila- Un buen día lo das o, mejor dicho, te das cuenta de que Un escritor verdadero es algo completamente distinto.
deros de lo virtual, la poesía es menos visible aún. La moder- lo has dado, sin saber ni cuándo ni cómo, tal y como una Lo notas desde las primeras páginas de su libro. Basta con
nidad implicaba una civilización centrada en la cultura, una mujer embarazada no participa, de forma consciente, en la «palpar» esas páginas con la mente: no son lisas como las
cultura centrada en el arte, un arte centrado en la literatura formación del feto en su vientre. de los otros autores, sino que tienen una textura propia: son
y una literatura centrada en la poesía. Al principio es el acto de leer. Los niños nacen en casas satinadas, aterciopeladas, rugosas, sientes en los dedos el
La poesía en la época de Valéry, Ungaretti y T. S. Eliot llenas de objetos. Unos cantan, otros tienen pantallas con relieve de un dibujo o la aspereza de un estropajo. Viven, la-
era el meollo del meollo de nuestro mundo. Ahora, la des- imágenes, algunos se utilizan en la mesa, otros se parecen ten, tienen personalidad, te sacan desde el principio de tu
centralización postmoderna ha producido una civilización a los niños, solo que no se mueven. Entre esos cientos de banal vida de bróker o de dealer legal y te trasladan a la piel
sin cultura, una cultura sin arte, un arte sin literatura y una objetos hay también algunos, colocados en baldas, que pa- de Raskolnikov o de Julian Sorel o de Leopold Bloom, perso-
literatura sin poesía. En cierto modo, los polos de la vida recen no servir para nada. Se pueden hojear y en sus pági- nas extraordinarias que te hacen a ti también extraordinario.
humana se han invertido de manera brusca y las primeras nas hay dibujos y signos menudos. Los padres miran esos Lee a Borges y conseguirás ver por ti mismo, brillando en
víctimas han sido los poetas. signos y te cuentan una historia. Cuando creces, aprendes la penumbra, esa esfera minúscula llamada Aleph en la que
Y, sin embargo, humillada y disuelta en el tejido social, con esfuerzo a descifrar los signos. Es difícil comprender se concentra Todo, el universo entero, todo lo que ha sido
casi desaparecida como profesión y como arte, la poe- que la escritura es la sombra de los sonidos de la lengua de y será. Lee a Nabokov y entrarás con él en el arcoíris para
sía sigue siendo omnipresente y ubicua como el aire que esa página. Cuando leemos, estamos en un mundo de som- recorrer el aire de color rojo, naranja, amarillo, verde.… Lee a
respiramos. Porque, antes que una fórmula y una técnica bras: abandonamos la realidad y penetramos en el mun- Thomas Pynchon y descubrirás quién es la misteriosa V., la
literaria, la poesía es un modo de vida y una forma de mirar do interior de nuestro cráneo. El niño lee para modelar sus mujer desmontable, y cómo ha estado ella siempre presen-
el mundo. Expulsados de nuevo de la ciudadela, los poetas propias narraciones como unas estatuas de colores vivos te en todos los momentos fundamentales de la historia del
han aprendido a luchar con las mismas armas que la civi- bajo el abombado hueso del cráneo. siglo pasado. Un libro es una hiper-película porque de él no
lización que los condena. Se han refugiado en las redes de Más adelante leemos para enriquecer nuestro conoci- emanan imágenes pasivas, sino que estas son creadas por
blogs literarios, donde publican libremente sus textos elu- miento del mundo, para descansar tras largas horas de tra- tu cerebro a partir de tus recuerdos, tus sensaciones, tus
diendo la servidumbre de toda forma de comercialización, bajo, para satisfacer el vicio de la aventura, el voyeurismo sueños y tus lecturas.
y han encontrado cobijo en los lyrics de la música rock y el social o erótico, o para no aburrirnos en el metro. Cada uno Nada puede por lo tanto sustituir a un libro, la lectura es
rap, han conquistado las almenas de los videos musicales de nosotros, incluso aunque haya superado el abismo en- el más acabado modo de construirte a ti mismo como una
y comerciales. Han aprendido a competir en los slams de tre leer y la lectura, sigue leyendo de esta forma genuina.
persona verdadera: sabia y sensible y sensual. Y un buen
poesía interpretada. Han comprendido la alegría del ano- Pero llega un momento en que, tras engullir toneladas de
libro, inolvidable, que te persigue siempre no porque re-
nimato, la alegría de la autosuficiencia de producir textos libros con un apetito pantagruélico, se te revela que no lees
cuerdes su acción, sino porque cambia tu forma de pensar,
para unos cuantos amigos, han aprendido a protegerse de al azar. Es el momento en que la lectura se interioriza, se
es una experiencia viva y embriagadora como la droga o co-
la brutalidad del mundo circundante y de la vulgaridad del confunde con tu mente y con tu cuerpo y en que, paulati-
mo una visión mística.
éxito. Nada es más discreto, más admirable y más triste, en namente, los libros se alzan de nuevo, se recolocan y esta-
Siempre, en el período irreal de la Navidad, cuando me
cierto sentido, que el poeta de hoy, el último artesano en un blecen huecos entre sí hasta que el montón se convierte en
levanto muy temprano y las ventanas están heladas de arri-
mundo de copias sin original, como dijo Baudrillard, el últi- un edificio. Porque, si leer es el arte de lo pleno, de los ma-
ba abajo, y a través de su cristal deformado nieva con saña,
mo ingenuo en un mundo lleno de arribistas. teriales de construcción en bruto, la lectura vive de los va-
y yo me muevo aturdido por la cocina, con la luz encendida,
Nada parece hoy en día más ausente de la vida de los cíos: volúmenes, bóvedas, espacios vacíos combados sobre
tengo la misma visión de lector enviciado. Mientras tomo
rumanos que la poesía. Si le pides a alguien por la calle que el suelo, entre muros sostenidos por enormes contrafuertes.
mi café caliente, sueño con el Libro. Más descabellado que
mencione el nombre de un poeta rumano vivo, probablemente Un violín macizo no podría emitir sonidos y en una catedral
Cien años de soledad, más profundo que El castillo, más
nueve de cada diez no conozca ninguno. Al mismo tiem- maciza no podrías entrar. Del mismo modo, todos los libros
inacabado que En busca del tiempo perdido. Imagino un
po, sin embargo, nada hay tan presente como la poesía. Un del mundo, reordenados y jerarquizados por el sistema de la
gran equipo de escritores trabajando durante varias gene-
sinfín de jóvenes publican poemas en sus blogs, la gente lectura, forman entre sí una gigantesca caja de resonancia.
Hay que situarse en su interior para oír la fantástica música raciones en un solo libro que puedas leer desde la infancia,
sonríe con los anuncios ingeniosos de muchos productos,
del mundo del libro. cuando empiezas a distinguir las letras, hasta el lecho de
con los dibujos animados de «Mini Max», con los juegos
Poco a poco te das cuenta de que no lees al azar. De muerte, cuando ya no las distingues en absoluto. Un libro
mágicos de ordenador que a veces rezuman poesía.
La poesía no es únicamente el texto que no llega hasta el repente, te golpea algo que reside en la carne delicada de que sustituya tus vidas pero sin los instantes, los días, los
final en el margen derecho de la página. Está en realidad en un libro. Eso que has encontrado empieza a perseguirte, meses, los años monótonos de la vida.
todas partes, en el ADN de nuestras células y en las fórmulas como el recuerdo de una antigua amada o el de la sombra En la adolescencia, acurrucado en la cama, leía a veces
matemáticas, en las mujeres guapas y en los hombres gua- de un sueño. Por primera vez comprendes que no es en el de la mañana a la noche, se me olvidaba comer y casi res-
pos, en la forma de las nubes de verano, pero también en el libro, sino en ti, donde ha sucedido algo extraño. Para re- pirar porque las páginas -que de hecho casi no veía- des-
cadáver putrefacto descrito por Baudelaire, en la ruina y la vivir eso que has vivido, ese déjà-vu que es la señal de la cribían personas verdaderas, nubes verdaderas, ciudades
destrucción. Ser poeta, en Rumanía y en otras partes, sig- verdadera comprensión, relees el libro y luego lees todo lo verdaderas, mientras que, si levantaba los ojos, solo veía
nifica ser capaz de ver la belleza allí donde nadie más la ve: que encuentres de ese autor. Poco a poco llegas a los es- sombras penosas. Me daba cuenta de que anochecía cuan-
en el gato muerto de la parábola zen, en el más presente/ critores espiritualmente vinculados con el primero. Ya no do las hojas se volvían rojas como el fuego primero y grises
ausente, el más humilde/sublime y el más dócil/peligroso lees libros, sino grupos de libros, luego grupos de grupos de después. El drama de mi vida empezó más tarde, cuando
objeto del mundo. libros, como si, al leer, levantaras en el interior de tu mente en lugar del Libro me vi obligado a vivir la realidad. Me te-
En realidad, a mí no me han formado los libros, sino la el edificio mismo de la lectura. Aprendes a trazar puntos y mo que de ahora en adelante nadie vivirá en los libros,
lectura. Existe un mundo de la lectura sin la cual los libros arcos entre libros diferentes, y cuando tu edificio está listo, como lo han hecho mi generación y las generaciones pre-
no significan nada. él es tu propio cráneo, en cuya faz interna, con las letras cedentes. Y que la utopía de la lectura quedará por ahí, en
Primero viví el placer de leer, luego la costumbre de leer minúsculas de los que escriben la Biblia en un sello, está una colina apartada, como un gran laberinto en ruinas.
y finalmente, la monomanía de leer. Pero estos no son sino escrita toda la literatura. Solo cuando ya no lees libros, sino De vez en cuando dormitan también incluso los que leen
los escalones inferiores del acto de leer. Solo cuando leer que lees la propia lectura, comprendes que la lectura eres al bueno de Homero. Termino mi café y, tras permanecer
se convirtió en una adicción comencé a penetrar en su fi- tú mismo y que no has encontrado en ningún libro nada que largo rato con la mirada perdida en el vacío, continúo con
losofía, que es la lectura. En el mundo de la lectura ya no no estuviera en ti desde el principio. la lectura del Pelida Aquiles, desplegada en la pantalla de mi
lees libros, sino que vives bajo su inmensa bóveda, que está Por lo tanto, Dostoievski, Góngora, Rabelais, Swift, teléfono móvil. No hay ningún hybris. Homero sigue siendo
construida con libros pero que los supera, tal y como una Joyce, Kafka y todos los demás escritores que han sido y se- Homero. Arriba flotan las nubes de porcelana, impasibles, y
catedral es mucho más que las piedras que la forman. Al rán, son para mí los incontables personajes del fresco ale- aquí, tumbado sobre la mesa, está mi gatito, que me mira
pasar del leer a la lectura, se puede afirmar que das el paso górico que se extiende por las paredes interiores del edificio con sus ojos de color azur. Las ramas de los rosales silves-
del albañil al arquitecto. de la lectura y que solo puedes contemplar desde dentro, en tres tienen brillantes espinas rojas y frutos anaranjados. El
Cuando lees de forma genuina, como los niños, los ado- su centro y leyendo tal y como vives. viento tiene un brillo especial en esta mañana de otoño. No
lescentes y la mayoría de los adultos, eres como un turista La lectura no te ayuda a ser más culto (eso sería esno- se sabe de dónde viene ni adónde va. Pronto desapareceré
que, sin guía, entra en una iglesia barroca. Admira -o cree bismo), sino a ser una persona más verdadera. A entender en la nada, pero este instante es más eterno que la nada.
admirar- el detalle de una escultura de pórfido o una ta- mejor la vida, a diferenciar mejor los sueños de las motiva- «¡Instante, quédate conmigo -me digo sonriente-, eres
racea de la madera dorada. Aquí, un santo envuelto en una ciones. Por supuesto, no todos los libros son para cualquie- tan hermoso!».
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Susana Cella

LOS 200 AÑOS DEL NACIMIENTO


DE CHARLES BAUDELAIRE
Para recordar a Charles Baudelaire, el gran poeta francés nacido en París el 9 de abril de 1821, quien «le sigue hablando
a los modernos, los bohemios y los nómades de todos los tiempos», publicamos poemas de su libro El spleen de París y
reproducimos el esclarecedor texto de Susana Cella aparecido recientemente en Página 12.

Según T. S. Eliot, Baudelaire es «el mejor los azares de la rima» de modo que «en- sus escritos sobre artes visuales, que igual- En el ensayo titulado Baudelaire Jean
ejemplo de poesía moderna en cualquier noblece el destino de las cosas más viles» mente abordó en Lo cómico y la caricatura. Paul Sartre resume la temprana consuma-
idioma». Precisamente fue el autor de Las («El sol»). En «El vino de los traperos», Otros ensayos fueron compilados en una ción de un destino elegido y cultivado: «a
flores del mal, nacido el 9 de abril de 1821, uno de estos pordioseros aparece «cho- miscelánea, El arte romántico, donde es- los veinticinco años la suerte está echada:
quien usó la palabra modernité para definir cando y golpeándose contra las paredes cribe sobre «algunos de mis contemporá- todo está detenido; tuvo su oportunidad y
un tiempo al que indefectiblemente tenía como un poeta». Ambos recogen y ordenan neos», entre ellos, Téophile Gautier, a quien perdió para siempre. En el 46 ya ha gastado
que remitirse el artista en la era de la in- los desechos. Ambos trabajan, Baudelaire dedicara Las flores del mal. la mitad de su fortuna, ha escrito la mayoría
dustrialización y el progreso -que detesta- insiste en el esfuerzo sostenido contra la Para Baudelaire, el poeta de L´art pour de sus poemas, ha dado forma definitiva a
ba por la «progresiva decadencia del alma idea romántica de la inspiración lírica. l´art «es el amor exclusivo de lo bello» y sus relaciones con sus padres, ha contraído
y progresivo predominio de la materia»-, Paul Verlaine no lo incluye en Los poetas «a esta facultad maravillosa une Gautier su el mal venéreo que va a pudrirlo lentamen-
cuyo escenario era ahora la ciudad. Ha- malditos, pero habría tomado esa significa- inmensa inteligencia innata, su compren- te, ha encontrado la mujer que pesará como
bía entonces que explorarla, deteniéndose tiva palabra (maudits) del poema «Bendi- sión por la “correspondencia” y el simbo- plomo en todas las horas de su vida, ha he-
voluptuosamente en sus misteriosos arra- ción», de Las flores del mal. Allí «El Poeta lismo universales». «Correspondencia» cho el viaje que proveerá a toda su obra de
bales, en su sordidez y fealdad para trans- aparece en este mundo aburrido» y su ma- no puede sino evocar al famoso poema de imágenes exóticas… Oprime el corazón leer
mutar en expresión poética objetos y seres dre blasfema a Dios: «Maldita sea la noche Las flores del mal, que se toma como cifra Fusées (Cohetes) o Mon coeur mis à nu (Mi
vulgares, rodando en el fango como «La de placeres efímeros / en la que mi vientre de la poética simbolista. Allí la Naturaleza no corazón al desnudo): nada nuevo en esas
musa venal». concibió mi expiación!». Puede pensar- es lo rechazado sino «un templo de vivos notas redactadas hacia el fin de su vida»
En Poesía y capitalismo, Walter Benja- se que se manifiesta aquí el dolor del niño pilares». Es el deseo de «una tenebrosa y (1867). 
min analiza el modo en que Baudelaire des- Los dos títulos provienen de Poe, son
nuda los conflictos de la sociedad burguesa notas y proyectos inconclusos: «me se-
como un provocador cuyas nociones políti- ría difícil no llegar a la conclusión de que
cas no sobrepasaban las de los «conspira- el más perfecto tipo de Belleza viril es Sa-
dores profesionales», más dispuestos a las tanás a la manera de Milton». Ve en Satán
revueltas que al diseño de tácticas de lucha. la belleza dolorosa del vencido por Dios, y
Así, durante la Revolución de 1848, armado sin embargo, vencedor y vencido se impli-
de un fusil solo gritaba «¡Abajo el general can: «¿Vienes del cielo profundo o surges
Aupick!» (su odiado padrastro). La bohe- del abismo, / oh Belleza?», pregunta en el
mia que caracteriza Benjamin, y de la cual «Himno a la Belleza», emplazando el desa-
participó Baudelaire, reunía un conjunto sosiego que magníficamente exhibe la pri-
variopinto de personajes urbanos, entre los mera parte de Las flores del mal, «Spleen
cuales destaca la figura del flaneûr (el que e Ideal», y que se sigue desplegando en El
recorre y observa), al que Baudelaire llama- spleen de París, sus distintivos poemas en
ba «el hombre de las multitudes»; sin lugar prosa.
específico es como el poeta que ha perdido Baudelaire forja su soledad como un es-
el aura. No casualmente escribe Baudelai- tado de diferenciación, está solo entre los
re en El Spleen de París, «Pérdida de la aureo- otros y preserva su singularidad hasta ha-
la», en medio de los riesgos en la ciudad cerse repulsivo como resistencia a asimilar-
porque: «¿Qué son los peligros del bosque se a la vulgaridad que odia: «Cuando haya
y la pradera comparados con los choques y inspirado asco y horror universales habré
conflictos diarios que se dan en el mundo conquistado la soledad». Su desprecio a la
civilizado?». mediocridad, el afán de no integrarse a un
La naturaleza repele a Baudelaire, asi- orden social detestable se expresan en el
mila el crimen a lo natural y la virtud es ar- cuando su madre, Caroline Dufays, luego profunda unidad» pasando «a través de deterioro físico, en sus «paraísos artificia-
tificial, sobrenatural. Asimismo, la ciudad de enviudar y casarse con Jacques Aupick, bosques de símbolos». Para José Lezama les» y sus amargas diatribas. Afirmaba su
puede degradar algo bello, natural: el cisne priva al hijo de la estrecha relación que los Lima: «En esas respuestas en las que en lugar no afincando en la subjetividad, sino
escapando de la jaula se arrastra cerca de unía. Diría años después: «De muy niño cada sentido, más en desprendimientos objetivándose. El poeta ya no es un torrente
un río sin agua («El cisne»). sentí en mi corazón dos sentimientos con- lentos, en misteriosas evaporaciones, que de sentimientos personales, cultiva la frial-
Edgar Allan Poe -a quien Baudelaire tra- tradictorios: el horror de la vida y el éxtasis en rápido suceder confuso, como en toda dad y la displicencia, se asume como dandy:
dujo- le proporcionó tanto el rigor compo- de la vida». La simultánea presencia de los coincidencia, había un tiempo voluptuoso» «una especie de culto de sí mismo… el pla-
sitivo como visiones de las muchedumbres, opuestos es un rasgo constante. que culmina en el grito final («El Viaje»), cer de asombrar, de pasmar, y la orgullo-
del crimen, lo tenebroso, lo descompuesto, Expulsado del liceo Louis Le Grand, Bau- según Lezama: «sumergido en el fondo del sa satisfacción de no asombrarse jamás».
impúdico, mortuorio, visible en poemas delaire rechazó seguir la carrera diplomá- golfo, cielo o infierno, qué importa. Al fondo Para orgullosamente «combatir y destruir
como: «Una carroña», «Sepultura», «El tica para gran disgusto de la familia, que de lo desconocido para encontrar lo nuevo. lo trivial» no repara en esfuerzos, inmola
tonel del odio», «El vino del asesino» o los intentó alejarlo de la vida disipada mediante Pero he ahí que Charles Baudelaire, dan- el cuerpo y siembra Flores del mal a fin de
«Spleen». Y hay además una reflexión so- un largo viaje, infructuoso, porque volvió a dy perfecto, pretende entrar con la misma entrever el infinito desde la finitud, sin in-
bre el hacer poético en clave de «fantástica la bohemia parisina y los vicios, y también poesía en el destino, la gracia y el pecado dulgencias: «Soy la herida y el cuchillo / la
esgrima, / olfateando en todos los rincones empezó a publicar: El Salón de 1845 inició original». víctima y el verdugo».
9
III. La confesión del artista haber cortejado a un empresario El paseante solitario y pensativo como si percibiera a lo lejos en el
teatral que me dijo, al despedirme: siente una singular embriaguez en espacio un espejo que refleja su
¡Qué penetrante es el crepúsculo de «quizás haría bien en dirigirse a Z…, esta comunión universal. Aquel que marcha y su belleza.
los días de otoño! ¡Ah, penetrante es el más pesado, el más tonto y el se casa fácilmente con la multitud A la hora en que los mismos perros
hasta el dolor! Porque hay ciertas más célebre de todos mis autores, conoce fervientes placeres de los llegan a gemir de dolor sometidos a la
deliciosas sensaciones en las que lo tal vez puede llegar a algo con él, que estarán eternamente privados mordedura del sol, ¿cuál es el motivo
vago no excluye lo intenso; y ninguna véalo y después veremos»; haberme el egoísta, cerrado como un cofre, tan poderoso que hace andar así a la
es más aguda que la del Infinito. vanagloriado (¿por qué?) de varias el perezoso, guardado como un indolente Dorotea, bella y fría como
¡Qué delicia tan grande es sumergir acciones infames que nunca cometí y molusco; adopta como suyas todas las el bronce?
la mirada en la inmensidad del haber negado cobardemente algunas profesiones, todas las alegrías y todas ¿Por qué salió de su choza tan
cielo y del mar! Soledad, silencio, otras fechorías que sí hice con placer, las miserias que las circunstancias le coquetamente arreglada, donde
castidad incomparable del azur. Una delito de fanfarronada, crimen contra presenten. apenas con flores y esteras, con poco
pequeña vela ondea en el horizonte el respeto humano; negar a un amigo Eso que los hombres llaman gasto, creó un perfecto aposento
y por su pequeñez y soledad imita un sencillo favor y entregar a un amor es muy pequeño, es muy donde le gusta tanto peinarse,
mi irremediable existencia, melodía perfecto necio una recomendación restringido y muy débil, comparado fumar, ser abanicada o mirarse en
monótona de las olas, tantas cosas escrita; ¡uf! ¿habré terminado? a esa inefable orgía, a esa santa el espejo de sus grandes abanicos
pensando por mí, o yo por ellas Descontento de todos prostitución del alma que se entrega de plumas, mientras que el mar
(¡porque en la grandeza del ensueño, y descontento de mí, me por entero -poesía y caridad-, que baña la playa, a cien metros de
el mí se pierde pronto!); ellas gustaría mucho recuperarme y a lo imprevisto que aparece, al ahí, brinda un acompañamiento
piensan, me digo, pero musicalmente enorgullecerme un poco, en el desconocido que pasa. potente y monótono a sus indecisas
y pintorescamente, sin argucias, sin silencio y la soledad de la noche. Es bueno enseñarles de vez en ensoñaciones y la marmita de hierro
silogismos, sin deducciones. ¡Almas de quienes he amado, cuando a los felices de este mundo, que cocina un guiso de cangrejos
Estos pensamientos, sin embargo, almas de quienes he cantado, aunque solo sea para humillar por con arroz y azafrán, le envía sus
sean los que salen de mí como los fortalézcanme, sosténganme, alejen un instante su estúpido orgullo, que excitantes perfumes desde el fondo
que vienen de las cosas, pronto de mí la mentira y las emanaciones existen dichas superiores a la suya, del patio?
se vuelven demasiado intensos. corruptoras del mundo! Y usted, mi más grandes y más refinadas. Los Quizás tendrá una cita con
La energía en la voluptuosidad Señor, mi Dios, ¡concédame la gracia fundadores de colonias, los pastores algún joven oficial que, desde
crea un malestar y un sufrimiento de producir algunos bellos versos de pueblos, los sacerdotes misioneros playas lejanas, ha oído hablar a sus
positivo. Mis nervios demasiado que me prueben a mí mismo que no exiliados en el fin del mundo, camaradas de la célebre Dorotea.
tensos solamente causan vibraciones soy el peor de los hombres, que no sin duda conocen algo de estas Infaliblemente ella, la simple
ruidosas y dolorosas. soy inferior a aquellos a quienes yo misteriosas embriagueces; y desde el criatura, le rogará que le describa el
Y ahora la profundidad del cielo desprecio! seno de la vasta familia que su genio baile de la Ópera y le preguntará si se
me desconcierta. Su limpidez me creó, algunas veces deben reírse de puede ir allí con los pies descalzos,
exaspera. La insensibilidad del mar, aquellos que los compadecen por su como a las danzas del domingo,
la inmutabilidad del espectáculo, destino tan agitado y por su vida tan donde las mismas viejas cafres se
me sublevan… ¡Ah! ¿hay que sufrir casta. embriagan y se vuelven furiosamente
eternamente, o huir eternamente alegres; y también, si las bellas damas
de lo bello? ¡Naturaleza, hechicera de París son todas más bellas que ella.
sin piedad, rival siempre triunfante, XXV. La bella Dorotea Dorotea es admirada y mimada
déjame! ¡No tientes más a mis deseos por todos, y sería perfectamente
y mi orgullo! El estudio de lo bello es El sol agobia a la ciudad con su
feliz si no se viera obligada a juntar
un duelo en el que el artista grita de luz vertical y terrible; la arena
piastra sobre piastra para rescatar a
espanto antes de ser vencido. resplandece y el mar centellea. El
su hermanita, que ya tiene once años
mundo estupefacto y decaído se
y está madura ¡y muy bella! Sin duda
recuesta para dormir la siesta, una
lo logrará la buena Dorotea. ¡El amo
X. A la una de la madrugada siesta que es una especie de muerte
de la niña es muy avaro, demasiado
deleitosa, placentera, en la que
avaro como para reconocer otra
¡Al fin solo! No se escucha más el durmiente, medio despierto,
belleza que no sea la de sus escudos!
que el ruido de carruajes tardíos y goza de las voluptuosidades de su
desvencijados. Durante algunas horas anonadamiento.
tendremos silencio, si no calma. ¡Al Sin embargo, Dorotea, fuerte y
XXXIII. Embriáguense
fin! La tiranía del rostro humano ha soberbia como el sol, avanza por la
desaparecido y sufriré solo por mí. calle desierta, único ser viviente a esa Hay que estar ebrio siempre. Así es:
¡Al fin me puedo permitir hora bajo el inmenso azur, causando es la única manera. Para no sentir
sumergirme en un baño de tinieblas! sobre la luz una llamativa mancha el terrible peso del Tiempo que les
Antes que nada: doble vuelta a la XXII. Las multitudes negra. quiebra la espalda y los inclina hacia
cerradura. Eso aumentará mi soledad Su roja sombrilla, tamizando la luz, la tierra, hay que embriagarse sin
y reforzará las barricadas que me No le es dado a todos tomarse un proyecta sobre su rostro oscuro el cesar.
separan actualmente del mundo. baño de multitud. Gozar de la cosmético sangriento de sus reflejos. ¿Pero de qué? De vino, de poesía
¡Vida horrible! ¡Ciudad horrible! multitud es un arte; y genera por sí El peso de su enorme cabellera casi o de virtud, como lo deseen. Pero
Recapitulemos el día: haber visto a solo una eclosión de vitalidad, propia azul inclina hacia atrás su delicada embriáguense.
varios hombres de letras, uno de los del género humano, en aquel a quien cabeza y le confiere un aire de Y si alguna vez se despiertan en
cuales me preguntó si se podía ir a un hada le haya insuflado desde la abandono y de triunfo. Pesados aretes los escalones de un palacio, sobre
Rusia por vía terrestre (seguramente cuna el gusto por el travestismo y por le cuchichean secretamente a sus la verde hierba de una zanja, en la
creía que Rusia era una isla); haber la máscara, el odio al domicilio y la pequeños oídos. triste soledad de su habitación, una
discutido ampliamente con el pasión por el viaje. De tiempo en tiempo la brisa vez disminuida o desaparecida la
director de una revista, quien a Multitud, soledad: términos iguales marina levanta por un extremo su embriaguez, pregúntenle al viento, a
cada objeción respondía «esta la y convertibles para el poeta activo falda flotante y deja ver su pierna la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj, a
hacen personas honestas», dando a y fecundo. Quien no sabe poblar su tersa y soberbia; y su pie, semejante todo lo que huye, a todo lo que gime,
entender que las otras publicaciones soledad, tampoco sabe estar solo a los pies de las diosas de mármol a todo lo que rueda, a todo lo que
las redactan canallas; haber saludado dentro de una multitud agitada. que Europa encierra en sus museos, canta, a todo lo que habla, qué hora
a unas veinte personas, a quince de El poeta goza de un incomparable imprime fielmente su forma sobre es y el viento, la ola, la estrella, el
las cuales desconozco; haber dado privilegio, el de ser, según su la arena fina. Porque Dorotea es tan pájaro, el reloj, les responderán: «¡Es
en la misma proporción apretones voluntad, él mismo u otro. Como esas prodigiosamente coqueta, que el la hora de embriagarse! ¡Para no ser
de mano, sin haber tomado la almas errantes que buscan un cuerpo, placer de ser admirada supera en ella los esclavos martirizados del Tiempo,
precaución de comprarme guantes; entra cuando quiere en el personaje su orgullo de emancipada, y, aunque emborráchense, emborráchense sin
haber entrado, para matar el tiempo de cada cual. Para él únicamente todo es libre, camina sin zapatos. cesar! De vino, de poesía o de virtud,
durante un aguacero, en la casa de está vacante; y si parecen estarle Avanza, marcha así, como lo deseen».
una acróbata quien me pidió que vedados algunos lugares, es porque a armoniosamente, feliz de vivir y
le dibuje el traje de una venusiana; sus ojos no merece la pena visitarlos. sonriendo con una blanca sonrisa, Traducción: Basilia Papastamatíu.
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CARNET
DE BAILE
Roberto Bolaño
El escritor Roberto Bolaño, nacido en Santiago de Chile
en 1953 y fallecido en Barcelona en 2003, es uno de
los mejores autores chilenos de la segunda mitad del
siglo xx. Escribió poesía, cuentos y novelas, pero fue
principalmente por estas últimas que obtuvo un gran
reconocimiento internacional, sobre todo con Los
detectives salvajes, que mereció el Premio Herralde y el
Rómulo Gallegos, y 2666, que ganó los premios Salambó
y Altazor.
En sus obras exhibe un lenguaje vigoroso y original que
hurga en zonas desacostumbradas de la existencia. «La
única experiencia necesaria para escribir -expresó-
es la experiencia del fenómeno estético. Pero no me
refiero a una cierta educación más o menos correcta,
sino a un compromiso o, mejor dicho, a una apuesta, en
donde el artista pone sobre la mesa su vida, sabiendo de
antemano, además, que va a salir derrotado».
El cuento que publicamos, «Carnet de baile», pertenece
a su libro de cuentos Putas asesinas.

1. Mi madre nos leía a Neruda en Quilpué, en los libros que me dejó mi hermana mis fa- gar los golpes. Su ataque fue fulminante y ki era que hablaba de los intelectuales chi-
Cauquenes, en Los Ángeles. 2. Un único li- voritos eran los de ciencia ficción y la obra estentóreo. Yo estaba junto a una chica, lenos (generalmente en contra) y me incluía
bro: Veinte poemas de amor y una canción completa, hasta ese momento, de Manuel cerca de la puerta, y Ejo estaba al fondo de a mí. Eso me proporcionaba una gran con-
desesperada, Editorial Losada, Buenos Aires, Puig, que yo mismo le había regalado y que la habitación. Supuse que tenía los ojos fianza, aunque por descontado yo no tenía
1961. En la portada un dibujo de Neruda y entonces releí. 7. Neruda ya no me gustaba. cerrados y creí que no me iba a escuchar la más mínima intención de ser como aque-
un aviso de que aquella era la edición con- ¡Y menos aún los Veinte poemas de amor! cuando me marchara. Pero el pinche japo- llos intelectuales. 17. Una tarde, no sé por
memorativa de un millón de ejemplares. 8. En 1968 mi familia se fue a vivir a México DF. nés me escuchó y se abalanzó sobre mí gri- qué, nos pusimos a hablar de poesía chile-
¿En 1961 se había vendido un millón de Dos años después, en 1970, conocí a Alejan- tando el equivalente zen de banzai. 11. Mi na. Él dijo que el más grande era Nicanor
ejemplares de los Veinte poemas o se trata- dro Jodorowski, que para mí encarnaba al padre fue campeón de boxeo amateur en Parra. Acto seguido, se puso a recitar un
ba de la totalidad de la obra publicada de artista de prestigio. Lo busqué a la salida de la categoría de los pesos pesados. Su invic- poema de Nicanor, y luego otro, y luego fi-
Neruda? Me temo que lo primero, aunque un teatro (dirigía una versión de Zaratustra, to reinado se circunscribió al sur de Chile. A nalmente otro. Jodorowski recitaba bien,
ambas posibilidades son inquietantes, y ya con Isela Vega), le dije que quería que me mí nunca me gustó boxear, pero aprendí pero los poemas no me impresionaron. Yo
inexistentes. 3. En la segunda página del li- enseñara a dirigir películas y desde enton- desde chico; siempre hubo un par de guan- era por entonces un joven hipersensible,
bro está escrito el nombre de mi madre, ces me convertí en asiduo visitante de su tes de boxeo en mi casa, ya fuera en Chile o además de ridículo y muy orgulloso, y afir-
María Victoria Ávalos Flores. Una observa- casa. Creo que no fui un buen alumno. Jo- en México. 12. Cuando el maestro Ejo Takata mé que el mejor poeta de Chile, sin duda
ción tal vez superficial, contra todos los in- dorowski me preguntó cuánto gastaba en se abalanzó gritando sobre mí probable- alguna, era Pablo Neruda. Los demás, añadí,
dicios, me hace concluir que no fue ella tabaco cada semana. Le dije que bastante, mente no pretendía hacerme daño, tampo- son unos enanos. La discusión debió de du-
quien escribió su nombre allí. Tampoco es la pues desde siempre he fumado como un co esperaba que yo automáticamente me rar media hora. Jodorowski esgrimió argu-
letra de mi padre, ni de nadie que yo conoz- carretero. Jodorowski me dijo que dejara de defendiera. Los planazos de su bastón ser- mentos de Gurdjieff, Krishnamurti y
ca. ¿De quién, entonces? Tras observar cui- fumar y que ese dinero lo invirtiera en pa- vían generalmente para desentumecer los Madame Blavatski, luego habló de Kierke-
dadosamente esa firma desdibujada por los gar unas clases de meditación zen con Ejo nervios agarrotados de sus discípulos. Pero gaard y Wittgenstein, luego de Topor, Arra-
años tengo que admitir, si bien con reser- Takata. De acuerdo, dije. Durante unos días yo no tenía los nervios agarrotados, yo solo bal y él mismo. Recuerdo que dijo que
vas, que es la de mi madre. 4. En 1961, en estuve con Ejo Takata, pero a la tercera se- quería largarme de allí de una vez por todas. Nicanor, de paso para alguna parte, se había
1962, mi madre tenía menos años de los sión decidí que eso no era lo mío. 9. Aban- 13. Si crees que te atacan, te defiendes, esa alojado en su casa. En esa afirmación en-
que yo tengo ahora, no llegaba a los trein- doné a Ejo Takata en plena sesión de es una ley natural, sobre todo a los diecisie- treví un orgullo pueril que desde entonces
taicinco, y trabajaba en un hospital. Era jo- meditación zen. Cuando quise dejar la fila el te años, sobre todo en el DF. Ejo Takata era nunca he dejado de percibir en la mayoría
ven y animosa. 5. Los Veinte poemas, mis japonés se abalanzó sobre mí blandiendo un nerudiano en la ingenuidad. 14. Según Jodo- de los escritores. 18. En alguno de sus escri-
Veinte poemas, han recorrido un largo ca- bastón de madera, el mismo con el que gol- rowski, él había introducido a Ejo Takata en tos Bataille dice que las lágrimas son la últi-
mino. Primero por diversos pueblos del sur peaba a los alumnos que así se lo pedían. Es México. Durante una época Takata buscaba ma forma de comunicación. Yo me puse a
de Chile, después por varias casas de Méxi- decir, Ejo ofrecía el bastón, los alumnos de- drogadictos por las selvas de Oaxaca, la llorar, pero no de una manera normal y for-
co DF, después por tres ciudades de España. cían sí o no y en caso de ser la respuesta mayoría norteamericanos, que no habían mal, es decir dejando que mis lágrimas se
6. El libro, por supuesto, no era mío. Primero afirmativa Ejo les descerrajaba unos plana- podido regresar después de un viaje aluci- deslizaran suavemente por las mejillas, sino
fue de mi madre. Esta se lo regaló a mi her- zos que atronaban el espacio en penumbra nógeno. 15. Por lo demás, la experiencia con de una manera salvaje, a borbotones, más o
mana y cuando mi hermana se fue de Gero- impregnado de incienso. 10. A mí, sin em- Takata no hizo que dejara de fumar. 16. Una menos como llora Alicia en el País de las
na rumbo a México me lo regaló a mí. Entre bargo, no me ofreció la posibilidad de dene- de las cosas que me gustaban de Jodorows- Maravillas, inundándolo todo. 19. Cuando
11
salí de casa de Jodorowski supe que nunca domar la Araucanía (aunque no fueron ca- que fue amigo de Rimbaud, pasó los últimos sus pulmones sorbían el aire del pasillo (de
más iba a volver allí y eso me dolió tanto paces ni de domarse a sí mismos), por lo años de su vida como vagabundo y como ese frío pasillo europeo) con fruición, sus
como sus palabras y seguí llorando por la que es probable que fueran nerudianos en la mendigo. Se hacía llamar Humilis (en 1910 gestos de dolor y sus modales de mendigo
calle. También supe, pero esto de una forma desmesura; mi abuelo Roberto Ávalos Martí publicó Les poèmes d’Humilis) y vivía en las de la primera noche fueron cambiando de
más oscura, que no volvería a tener un fue coronel y estuvo destinado en varias puertas de las iglesias. 44. Todo es posible. tal manera que al final el fantasma parecía
maestro tan simpático, un ladrón de guante plazas del sur hasta una jubilación tempra- Eso todo poeta debería saberlo. 45. Una vez recompuesto, otro, un poeta cortesano,
blanco, el estafador perfecto. 20. Pero lo na y oscura, lo que me hace pensar que fue me preguntaron cuáles eran los jóvenes digno y solemne. 52. A la tercera y última
que más me extrañó de mi actitud fue la nerudiano en el blanco y en el azul; mis poetas chilenos que a mí me gustaban. Tal noche, al pasar por delante de mi puerta, se
defensa más bien miserable y poco argu- abuelos paternos llegaron de Galicia y Cata- vez no emplearan la palabra «jóvenes» detuvo y me miró (Hitler nunca me había
mentada, pero defensa al fin y al cabo, que luña, dejaron sus vidas en la provincia de sino «actuales». Dije que me gustaba Ro- mirado) y, esto es lo más extraordinario, in-
hice de Pablo Neruda, de quien solo había Bío-Bío y fueron nerudianos en el paisaje y drigo Lira, aunque este ya no pueda ser ac- tentó hablar, no pudo, manoteó su impo-
leído los Veinte poemas de amor (que por en la laboriosa lentitud. 33. Durante algunos tual (pero sí joven, más joven que todos tencia y finalmente, antes de desaparecer
entonces me parecían involuntariamente días estuve encerrado en Concepción y lue- nosotros) puesto que está muerto. 46. Pa- con las primeras luces del día, me sonrió
humorísticos) y el Crepusculario, cuyo poe- go me soltaron. No me torturaron, como rejas de baile de la joven poesía chilena: los (¿como diciéndome que toda comunicación
ma «Farewell» encarnaba el colmo de los temía, ni siquiera me robaron. Pero tampo- nerudianos en la geometría con los huido- es imposible pero que, sin embargo, se debe
colmos de la cursilería, pero por el cual co me dieron nada para comer ni para ta- brianos en la crueldad, los mistralianos en el hacer el intento?). 53. Conocí hace tiempo a
siento una inquebrantable fidelidad. 21. En parme por las noches, por lo que tuve que humor con los rokhianos en la humildad, los tres hermanos argentinos que murieron in-
1971 leí a Vallejo, a Huidobro, a Martín Adán, vivir de la buena voluntad de los presos que parrianos en el hueso con los lihneanos en tentando hacer la revolución en países dife-
a Borges, a Oquendo de Amat, a Pablo de compartían su comida conmigo. De madru- el ojo. 47. Lo confieso: no puedo leer el libro rentes de Latinoamérica. Los dos mayores
Rokha, a Gilberto Owen, a López Velarde, a gada escuchaba cómo torturaban a otros, de memorias de Neruda sin sentirme mal, se traicionaron mutuamente y de paso trai-
Oliverio Girondo. Incluso leí a Nicanor Parra. sin poder dormir, sin nada que leer, salvo fatal. Qué cúmulo de contradicciones. Qué cionaron al menor. Este no cometió traición
¡Incluso leí a Pablo Neruda! 22. Los poetas una revista en inglés que alguien había olvi- esfuerzos para ocultar y embellecer aquello alguna, y murió, dicen, llamándolos, aun-
mexicanos de entonces que eran mis ami- dado allí y en la que lo único interesante era que tiene el rostro desfigurado. Qué falta de que lo más probable es que muriera en si-
gos y con quienes compartía la bohemia y un artículo sobre una casa que en otro generosidad y qué poco sentido del humor. lencio. 54. Los hijos del león español, decía
las lecturas, se dividían básicamente entre tiempo perteneció al poeta Dylan Thomas. 48. Hubo una época felizmente ya pasada Rubén Darío, un optimista nato. Los hijos
vallejianos y nerudianos. Yo era parriano en 34. Me sacaron del atolladero dos detecti- de mi vida en que veía por el pasillo de mi de Walt Whitman, de José Martí, de Violeta
el vacío, sin la menor duda. 23. Pero hay que ves, ex compañeros míos en el Liceo de casa a Adolf Hitler. Hitler no hacía nada más Parra; desollados, olvidados, en fosas co-
matar a los padres, el poeta es un huérfano Hombres de Los Ángeles, y mi amigo Fer- que caminar pasillo arriba y pasillo abajo y munes, en el fondo del mar, sus huesos
nato. 24. En 1973 volví a Chile en un largo nando Fernández, que tenía un año más que cuando pasaba por la puerta abierta de mi mezclados en un destino troyano que es-
viaje por tierra y por mar que se dilató al ar- yo, veintiuno, pero cuya sangre fría era sin dormitorio ni siquiera me miraba. Al princi- panta a los supervivientes. 55. Pienso en
bitrio de la hospitalidad. Conocí a revolucio- duda equiparable a la imagen ideal del inglés pio pensaba que era (¿qué otra cosa podía ellos estos días en que los veteranos de las
narios de distinto pelaje. El torbellino de que los chilenos desesperada y vanamente ser?) el demonio y que mi locura era irre- Brigadas Internacionales visitan España,
fuego en el que Centroamérica no tardaría intentaron tener de sí mismos. 35. En enero versible. 49. Quince días después Hitler se viejitos que bajan de los autocares con el
en verse envuelta ya se avizoraba en los ojos de 1974 me marché de Chile. Nunca más he esfumó y yo pensé que el siguiente en apa- puño en alto. Fueron 40.000 y hoy vuelven
de mis amigos, que hablaban de la muerte vuelto. 36. ¿Fueron valientes los chilenos de recer sería Stalin. Pero Stalin no apareció. a España 350 o algo así. 56. Pienso en Bel-
como quien cuenta una película. 25. Llegué mi generación? Sí, fueron valientes. 37. En 50. Fue Neruda el que se instaló en mi pasi- trán Morales, pienso en Rodrigo Lira, pien-
a Chile en agosto de 1973. Quería participar México me contaron la historia de una mu- llo. No quince días, como Hitler, sino tres, un so en Mario Santiago, pienso en Reinaldo
en la construcción del socialismo. El primer chacha del MIR a la que torturaron intro- tiempo considerablemente más corto, señal Arenas. Pienso en los poetas muertos en el
libro de poemas que compré fue Obra grue- duciéndole ratas vivas por la vagina. Esta de que la depresión amenguaba. 51. En con- potro de tortura, en los muertos de sida,
sa, de Parra. El segundo, Artefactos, tam- muchacha pudo exiliarse y llegó al DF. Vi- trapartida, Neruda hacía ruidos (Hitler era de sobredosis, en todos los que creyeron en
bién de Parra. 26. Tenía menos de un mes vía allí, pero cada día estaba más triste y un silencioso como un trozo de hielo a la deri- el paraíso latinoamericano y murieron en el
para disfrutar de la construcción del socia- día se murió de tanta tristeza. Eso me dije- va), se quejaba, murmuraba palabras in- infierno latinoamericano. Pienso en esas
lismo. Por supuesto, yo entonces no lo sa- ron. Yo no la conocí personalmente. 38. No comprensibles, sus manos se alargaban, obras que acaso permitan a la izquierda sa-
bía. Era parriano en la ingenuidad. 27. Asistí es una historia extraordinaria. Sabemos de lir del foso de la vergüenza y la inoperancia.
a una exposición y vi a varios poetas chile- campesinas guatemaltecas sometidas a ve- 57. Pienso en nuestras vanas cabezas pun-
nos, fue espantoso. 28. El once de septiem- jaciones sin nombre. Lo increíble de esta tiagudas y en la muerte abominable de Isaac
bre me presenté como voluntario en la historia es su ubicuidad. En París me con- Babel. 58. Cuando sea mayor quiero ser ne-
única célula operativa del barrio en donde taron que una vez llegó allí una chilena a rudiano en la sinergia. 59. Preguntas para
yo vivía. El jefe era un obrero comunista, la que habían torturado de la misma mane- antes de dormir. ¿Por qué a Neruda no le
gordito y perplejo, pero dispuesto a luchar. ra. Esta chilena también era del MIR, tenía gustaba Kafka? ¿Por qué a Neruda no le gus-
Su mujer parecía más valiente que él. Todos la misma edad que la chilena de México y taba Rilke? ¿Por qué a Neruda no le gustaba
nos amontonamos en el pequeño comedor había muerto, como aquella, de tristeza. De Rokha? 60. ¿Barbusse le gustaba? Todo
de suelo de madera. Mientras el jefe de la 39. Tiempo después supe la historia de una hace pensar que sí. Y Shólojov. Y Alberti. Y
célula hablaba me fijé en los libros que tenía chilena de Estocolmo, joven y militante del Octavio Paz. Extraña compañía para viajar
sobre el aparador. Eran pocos, la mayoría MIR o ex militante del MIR, torturada en no- por el Purgatorio. 61. Pero también le gus-
novelas de vaqueros como las que leía mi viembre de 1973 con el sistema de las ratas taba Éluard, que escribía poemas de amor.
padre. 29. El once de septiembre fue para y que había muerto, para asombro de los 62. Si Neruda hubiera sido cocainómano,
mí, además de un espectáculo sangriento, médicos que la cuidaban, de tristeza, de heroinómano, si lo hubiera matado un cas-
un espectáculo humorístico. 30. Vigilé una morbus melancholicus. 40. ¿Se puede mo- cote en el Madrid sitiado del 36, si hubiera
calle vacía. Olvidé mi contraseña. Mis com- rir de tristeza? Sí, se puede morir de triste- sido amante de Lorca y se hubiera suicida-
pañeros tenían quince años o eran jubilados za, se puede morir de hambre (aunque es do tras la muerte de este, otra sería la his-
o desempleados. 31. Cuando murió Neruda doloroso), se puede morir incluso de spleen. toria. ¡Si Neruda fuera el desconocido que
yo ya estaba en Mulchén, con mis tíos y tías, 41. ¿Esta chilena desconocida, reincidente en el fondo verdaderamente es! 63. ¿En el
con mis primos. En noviembre, mientras en la tortura y en la muerte, era la misma o sótano de lo que llamamos «Obra de Ne-
viajaba de Los Ángeles a Concepción, me se trataba de tres mujeres distintas, si bien ruda» acecha Ugolino dispuesto a devorar a
detuvieron en un control de carretera y correligionarias en el mismo partido y de sus hijos? 64. ¡Sin ningún remordimiento!
me metieron preso. Fui el único al que baja- una belleza similar? Según un amigo, se tra- ¡Inocentemente! ¡Solo porque tiene hambre
ron del autobús. Pensé que me iban a matar taba de la misma mujer que, como en el y ningún deseo de morirse! 65. No tuvo hi-
allí mismo. Desde el calabozo oí la conver- poema de Vallejo «Masa», al morir se iba jos, pero el pueblo lo quería. 66. ¿Como a la
sación que sostuvo el jefe del retén, un ca- multiplicando sin dejar por ello de morir. (En Cruz, hemos de volver a Neruda con las ro-
rabinero jovencito y con cara de hijo de puta realidad, en el poema de Vallejo el muerto dillas sangrantes, los pulmones agujerea-
(un hijo de puta revolviéndose en el interior no se multiplica, quienes se multiplican son dos, los ojos llenos de lágrimas? 67. Cuando
de un saco de harina), con sus jefes de Con- los suplicantes, los que no quieren que mue- nuestros nombres ya nada signifiquen, su
cepción. Decía que había capturado a un ra). 42. Hubo una vez una poeta belga lla- nombre seguirá brillando, seguirá planean-
terrorista mexicano. Luego se retractó y mada Sophie Podolski. Nació en 1953 y se do sobre una literatura imaginaria llamada
dijo: terrorista extranjero. Mencionó mi suicidó en 1974. Solo publicó un libro, llama- literatura chilena. 68. Todos los poetas, en-
acento, mis dólares, la marca de mi camisa do Le Pays où tout est permis (Montfaucon tonces, vivirán en comunas artísticas lla-
y de mis pantalones. 32. Mis bisabuelos, los Research Center, 1972, 280 páginas facsí- madas cárceles o manicomios. 69. Nuestra
Flores y los Graña, intentaron vanamente miles). 43. Germain Nouveau (1852-1920), casa imaginaria, nuestra casa común.
12
En él no hace mella el raro embota- siempre desde la cultura como un todo, que es, creo, como
miento que a lo largo de la pandemia único puedo ver a la cultura, y a la propia literatura.
ha frenado ímpetus en el mundo en- A esa presentación que me dices, la de Corriendo con
tero. «¡No puedo, bajo ninguna cir- Terry Fox, asistieron maratonistas profesionales, teatristas,
cunstancia, cruzarme de brazos!», escritores, promotores culturales… Después hicimos cerca
aduce sonriendo el reconocido dramaturgo y narrador Uli- de diez presentaciones-maratones más. Otras obras tea-
ses Rodríguez Febles (Cárdenas, 1968). Además de estar al trales mías han tenido lanzamientos performáticos. En la de
frente de la Casa de la Memoria Escénica, en la salvaguarda Béisbol participaron glorias deportivas y tuvo dos presenta-
del patrimonio artístico, y muy presente en las redes so- dores, el narrador deportivo Pancho Soriano y la crítica de
ciales promoviendo nuestra cultura, ha desarrollado varios arte Yamila Gordillo. El rey del mambo se hizo con un con-
proyectos de escritura en tiempos de la Covid 19. De hecho, cierto dedicado a Pérez Prado. La presentación de mi novela
en abril del 2000, apenas a un mes de nuestros casos ini- Minsk implicó una mixtura de la música en vivo de Atenas
ciales, ya tenía concluida Cuarentena, la primera obra tea- Brass Ensemble y una propuesta de Danza Espiral, con una
tral cubana sobre esa enfermedad, poco después ganadora coreografía de tema ruso.
del Premio Fundación de la Ciudad de Matanzas. Concluyó, —Antes decías que sigues trabajando en una línea que
asimismo, otras dos piezas dramáticas y su tercera novela. iniciaste exitosamente con Yo soy el rey del mambo, más
Y como si ello no le bastara, vio publicado hace poco su libro allá de esas polémicas obras tuyas sobre la realidad...
de teatro Criaturas de isla, que acaba de merecer el Premio —Yo soy el rey del mambo dio comienzo a una trilogía
de la Crítica Orlando García Lorenzo, de la que aborda figuras, ritmos, cuestiones polémicas del uni-

LA TRASCENDENCIA ESTÁ EN EL
Uneac en Matanzas. verso musical y ciertas conexiones de la cultura cubana con
A continuación compartimos, con los el mundo. También es una fusión de mis intereses como
lectores de La letra del escriba, lo creador, el de la investigación, la gestión y la promoción cul-
que nos declaró Ulises Rodríguez tural, y claro está la dramaturgia, desde la Casa de la Me-

ESPÍRITU DE LO QUE ESCRIBIMOS


Febles sobre este periodo que ha moria Escénica. Todo partió del libro ¡Mambo, qué rico é, é,
sabido hacer fructífero, plantando é!, una selección de textos sobre el polémico ritmo y sobre
a mal tiempo buena cara, como Dámaso Pérez Prado, que Ediciones Matanzas nos encargó a
se diría en buen cubano. Yanira Marimón y a mí, en ocasión del centenario de este ge-
—Revelaste que la esencia de tu libro
de teatro Criaturas de isla, y su título,
claro, provienen de un poema de Dulce
Entrevista con Ulises Rodríguez Febles nial músico yumurino. Después organicé el Coloquio Inter-
nacional por el Centenario de Pérez Prado y escribí esa obra
para Conjuro Teatro, de México, donde ganó la Beca EFITEA-
María Loynaz que dice: «La criatura de isla paréceme, no
sé por qué, una criatura distinta». ¿Qué caracteriza a estos Norge Céspedes TRO. Tuvo treinta funciones, exitosas, en Cuba y México.
La trilogía la completan Danzón y Lara. Esta última so-
seres encerrados por el mar? ¿Qué hace que vuelvas una y bre la vida de Agustín Lara, el músico poeta, que he trabaja-
otra vez, desde tu escritura, a interrogarte, a interrogarlos? abrió paso en mí. Refleja los inicios de la pandemia en la Isla; do en la pandemia y que pretendo incluir nuevamente en un
¿Qué has sacado en claro? se ubica, por tanto, en un pasado cercano pero ya histórico. proyecto de puesta en escena con Conjuro Teatro y como
—Vivir en una isla es algo que inevitablemente marca. Esto resulta ya muy distinto a la realidad de hoy, cuando el una propuesta binacional.
Más en una como la nuestra. Enclavada entre avatares sin dramatismo se intensifica: más casos, más muertos, muer- —Sé que sufres la demorada publicación de tu novela
fin. Mi obra, en esencia, ha estado encaminada a entenderla, tos con nombres, con caras que reconocemos. Pero es in- Las últimas vacas van a morir, que dialoga muy intensa-
a entendernos. ¿Qué es la criatura de isla, cómo la vemos, la dudable que ya desde entonces nos atenazaban las mismas mente con su tiempo… ¿Cuánto pierde con la espera?
sentimos, cómo la entendemos? ¿Formamos o no parte de sensaciones y dilemas: el miedo, la incertidumbre, la posibi- De todos los libros míos es el que más se ha demorado
ella, en nuestra identidad insular? Pienso en la pluralidad lidad del contagio, la muerte, la zona roja, los conflictos éti- en salir. Fue Premio Guillermo Vidal 2017 y, según las bases,
de ideas, de sentirte o no parte de algo, y en cómo hay va- cos, profesionales, el aislamiento, lo económico… Es de eso tendría que haberse publicado al año siguiente. Aborda zo-
rios aspectos que influyen en esa pertenencia, que no tienen de lo que se habla en Cuarentena, más allá de lo que pueda nas históricas del universo agrario desde los años sesenta
que ver con la criatura misma. En el caso específico de este haber en particular en una u otra etapa de la pandemia. hasta la actualidad, reflejando la evolución de relaciones
nuevo libro mío, las cuatro obras que reúne confluyen en lo Al concluir la obra, el director Alejandro Palomino y sus con la tierra -incluida la perspectiva desde la ciudad-
que es una criatura de isla. La interrogan, para entenderla. actores de Vital Teatro ofrecieron una vía posible de rein- que modificaron a la gente, a las estructuras sociales y a
Uno de sus temas habituales, de la criatura de isla, el vencionar sobre la escena el texto escrito, a la vez que crí- la propia naturaleza. Parte de lo rural para sumergirse en
éxodo, se manifiesta en dos de estas piezas. Ciudadanía ticos, editores, dramaturgos, escritores, enfermeras… me otras zonas de la realidad cubana. Es la novela que tenía que
desde la Ley de la Memoria Histórica, para descendientes de estimularon con sus críticas y visiones. Todo esto contribu- escribir, desde muchas zonas autobiográficas -sin serlo
españoles, dividiendo, desestructurando la familia o armo- yó a que, en medio de esos procesos de revisión a los que completamente- y desde el placer de investigar a través de
nizándolas. Campo minado desde el cruce por los campos someto mis creaciones, volviera a Cuarentena, la repen- cierta documentación, del testimonio oral y de sumergirme
minados de la Base Naval de Guantánamo, algo que no se sara, la reescribiera en parte, siempre teniendo en cuenta en la biografía de una ruralidad impactada por aconteci-
había registrado en nuestro teatro y que es un aspecto his- la escena y determinadas mutaciones del contexto en que mientos que trastocaron sus esencias.
tórico, como otros que se reflejan en este libro, que podrían vivimos. Incorporé un prólogo de la investigadora y crítica Mantiene una asombrosa actualidad. La tierra sigue la-
pensarse ya pasados, si bien lo que hacen es mutar. Vivian Martínez Tabares, que hace un agudo análisis de la tiendo en nosotros. Por eso ahora mismo se me ocurre que
Pero los acercamientos que se ofrecen en estas obras obra y la ubica en nuestro contexto teatral. Incluí asimis- el día en que al fin la presente habrá tierra por todos lados,
van más allá de dicho tópico. Vemos ciertas limitaciones mo tu entrevista, para la revista Matanzas, sobre el origen y para que la gente se embarre con ella, como hace uno de
que la sociedad impone al ser humano, y que lo desbordan; evolución de este texto. los personajes de la obra. Para que no deje de perdurar, para
cierta inercia que corroe, y que se convierte en cíclica, para Según me han dicho, Cuarentena está por imprimirse, que incluso se garantice el diálogo con lectores de otras la-
que entonces habite en casi todos los personajes la incer- efectivamente, de un momento a otro y debiera presen- titudes y otras épocas; el tratamiento de una realidad, a
tidumbre, la desesperanza, la búsqueda de otros espacios, tarse en octubre de este año. Espero no de manera virtual, veces no perdurable del todo, como pudiera ser el caso de
en la mayoría permeados por lo fantástico, lo alegórico. porque resulta vital para mí la presentación de un libro, esta novela, debe ir más allá en las esencias de los conflictos
Desde la mixtura de lo tradicional y lo experimental, cuando el lector puede ver directamente, oír, hasta dialogar de sus personajes. La trascendencia está en el espíritu de lo
en el lenguaje y la estructura, en la concepción de ciertos con el autor del título que añora llevarse a casa… Espero que que escribimos.
imaginarios, casi siempre metafóricos y alegóricos, en es- por esa fecha se pueda estrenar en las tablas, pues no pudo —¿Y qué nos puedes decir de tu tercera novela, que ya
tas obras también se hacen presentes la muerte y el asedio ser en marzo pasado, en el teatro Sauto, como se previó. sé que terminaste?
constante de Algo que desestabiliza las relaciones huma- Tampoco se pudieron estrenar otras piezas mías en los úl- —En nada se parece a mis otras dos, ni por el tema, ni
nas: ciclones interminables (Saxo), minas que no se sabe si timos meses: Huevos (Teatro del Viento), Alejandría (Teatro por la época. Nada que ver tampoco con las constantes de
explotaron o van a explotar, un bicho raro que desata peli- D´Sur) y Ciudadanía (Cabotín Teatro). mi dramaturgia. Refleja la Cuba de 1908, aunque se despla-
gro, amor, conflictos, dudas (Criatura de isla). También es- —Hablas de presentaciones de libros. En Matanzas has za también por el siglo xv y por Europa. La someto ahora a
tán la mixtura cultural, las conexiones casi antropológicas concebido algunas memorables, como la de tu obra teatral una revisión estilística y concentro el conflicto, profundi-
que nos unen o separan. Las visiones alucinatorias de per- Corriendo con Terry Fox, precedida por un maratón, desde zo en la caracterización de los personajes. Este trabajo lo
tenecer a un espacio geográfico como una isla, y las pers- el parque René Fraga hasta la Casa de la Memoria Escénica. combino con el de reescribir Lara, para el teatro. Algo tan
pectivas de la gente, desde cuestiones éticas, ideológicas o Contrastan con el encasillamiento con que suele organizar- apasionante como el teatro, que es literatura pensada para
filosóficas, atravesadas por lo económico o lo político. se este momento especial. la escena, pero con el valor trascendente de la palabra es-
—No te ha ido mal, en cuanto a publicaciones, en tiem- —Creo que hay maneras menos tradicionales de pre- crita, del libro como documento para la posteridad. Y así se
pos de pandemia. Ediciones Matanzas está a punto de sentar un libro. Son cosas que no se pueden perder de vista, mezclan teatro y narrativa, lo que hace que encuentre en la
imprimirte Cuarentena. Sé que la has trabajado bastante menos con los complejos retos que al libro le plantea, desde dramaturgia de la escena ciertas apropiaciones para la no-
desde que la escribiste… diversas perspectivas, la contemporaneidad y, en especial, vela, que de alguna manera particularizan mi incursión en
—La concebí en una etapa de mi escritura en la que me las nuevas tecnologías. Creo que lo virtual no es más que este género. Ese diálogo, esa mixtura, el acto de investigar
movía por zonas más cercanas a la investigación cultural, una opción; el fenómeno vivo, la relación con la gente es son las cosas que me apasionan, que me hacen feliz y es-
en específico la música, pero lo que estaba ocurriendo, algo algo que necesitamos como especie, y también como artis- tar comprometido conmigo y los demás, en comunión con
que conmovía dramáticamente nuestras existencias, se tas. Y es algo que necesitamos aprovechar más. Haciéndolo nuestra memoria y el futuro.
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Ejercitarse
en no morir
Caridad Atencio

«Cuanto más subjetivo es un poema, más patio y los jardines fueron macerados por la escasa distancia que existe entre un hé- golpeados, castigados, heridos, sumergidos,
clara debe ser su línea narrativa, que satis- el tiempo, y el camino que hasta allí llegaba roe y una víctima. La condición efímera de como indica el amplio espectro semántico
face, al hablar de “significado”, lo que Eliot quedó escondido bajo la hierba y los plan- la vida aquí se expresa con el verbo «mace- de la palabra que da título al poemario. Pero
llama un “hábito del lector”. Dejemos que la tíos de tabaco. / Maceración: en eso se con- rar», dando fe de una violencia omnipoten- en su afán de crónica, de confesión larga-
narrativa tome ese hábito lógico del lector vierte gran parte de la vida». te, donde los sucesos y objetos del mundo mente pensada y armada de dolor, también
junto con su movimiento, y la esencia del Nos revela de este modo el carácter efí- dejan de ser, o se convierten en otros, atra- se divisa el país y la investidura de una ge-
poema hará su trabajo en él. Beneficiándo- mero, irruptivo y trascendente de la exis- vesados por el bramido hermoso de la na- neración, con sus problemas cotidianos y
se de la visión de la luz y el conocimiento de tencia. Un tibio tono y ambiente evocativo turaleza. materiales, que a veces llegan a hacer tro-
la desnudez oculta, la poesía debe arrastrar marcan las maneras de este libro que abre Esta identidad subsumida es puesta no en sus almas, el país, con sus costum-
las causas ocultas aún más hacia la des- y cierra sus puertas con la confesión y refu- a prueba en territorios donde lo absurdo bres y carencias: «Hice trizas la bandera
nudez limpia de la luz.»1 Semejante aserto gia sus conflictos y fracasos -testigos del lleva a lo desgarrador, donde la naturale- que guardaba en mi pecho, cuando lo que
de Dylan Tomas viene a explicar la magia, el sacrificio propio y el sacrificio familiar- con za humana es trastornada por el absurdo, me enseñaron en la escuela se desplomó
encanto y los perfiles desgarradores de las dinámica voluntad en el ritmo indetenible y es vinculada a la idea, a la prueba de que con el muro de Berlín, y ahora la remien-
prosas poéticas que conforman Macerar, li- del sol. La conciencia va del desapego a la todo crecimiento es doloroso. Lo que que- do con mi propia piel, para que no me fal-
bro de Alberto Peraza, que obtuvo el Premio afirmación dolorosa de lo propio, de la vi- da expresado a través de imágenes fuertes, te». Y se pregunta ¿somos un poco malos
Guillén de Poesía. sión negadora del otro al fruto hermoso desgarradoras, que describen la soledad, ciudadanos?: «Una isla para otros mise-
En el libro se advierte un sesgo distintivo que toda alma quiere entregar, moldeada la incomunicación, y que pueden mostrar rable con la que han intentado humillarme
que lo vincula a la más honda, plena y deses- por el pábilo encendido, y por momentos cierta crudeza y expresionismo. Pero es sa- muchas veces; de la que nos enseñaron a
perada confesión, a un exorcismo a causa humeante de la memoria. Pues una íntima grada siempre la cuenta que saca el espíri- chupar, como chupan los alacranes de su
de un desarraigo, donde el espíritu, el alma ternura se trasluce en todo este bregar en- tu: «Escribo con la certeza de que no faltará madre, hasta dejarla extinta».
se desnuda con la calma que puede dar el tre familia y recuerdo. Recuerdo que puede quien lea estas líneas y me incrimine por ser Este desahogo, esta mezcla de plegaria
tiempo transcurrido, que llega a convertirse convertirse en crónica, una peculiar crónica cursi cuando digo que nadie quiere here- y confesión de un cuerpo, de un alma, de
en imán para comprender. Como leemos en entibiada por el recuerdo. dar el valor de sus muertos, el respeto a la un país, no podía terminar sino mostran-
el texto que se inicia así: «Yo ayudaba a mi vida, al derecho ajeno, a la tierra mil veces do una comunión con la escritura, con la
madre a pelar DIENTES DE AJO (…)». Y con- bendecida y poblada de cultivos ancestrales poesía que es identidad, que es vida. Pues
tinúa más adelante: «Me espantaba que mi que lograban sostenernos, incluso en tiem- hay como un exorcismo, ya lo dije, luego de
padre regresara del trabajo y me sorpren- pos de guerras, peste, mutilaciones». estas cuentas ajustadas con el pasado, con
diera. Cuando otros muchachos jugaban Los atajos y demoras de la materialidad sus más íntimos e infinitos afectos, que lo
descalzos y se iban a los barrancos del arro- marcan el espíritu. Es un hombre que habla regresan a la fe, a la calma interior, a la paz,
yo con mi pistola de palo, yo prefería ayudar por su corazón de niño inconscientemente y, lo más misterioso y hermoso, gracias a la
a mi madre. “Las guerras no son buenas ni a veces, y en quien los hechos cotidianos de poesía. Como leemos en el texto que co-
en los juegos”, apuntaba ella, y una compli- la infancia se confunden con los hechos tras- mienza así: «Macerar las PALABRAS para
cidad nos sacudía los huesos». cendentes en una neblina invisible ya para hacer el poema. Palabras que cortan como
La evocación llega a constituirse en tono siempre. Es el mundo del niño que «pala- el filo de una daga. Soy yo el desangrado;
y atmósfera de este poemario. Hay una in- bras no tenía para explicar el porqué de las quien se autodestruye cada vez que es-
trospección, un reconstruir de una vida por cosas». Algo se desangra y llegará a la cu- cribo un poema. He padecido males que el
la memoria y las vías que sorteó un alma ra en desarraigo, y las acciones físicas, por papel no soporta porque pesan como años,
viva e inteligente. Percibimos un tono evo- precisas, se convierten en metáforas. que debo llevar hasta el sitio adónde van los
cativo que va disponiéndolo todo con sere- Si el poema en prosa es aquí el modo condenados en espera del juicio al final de
nidad que a veces es amargura. Esta es una ideal para mostrar esta especie de confesión los días».
confesión quemante, dolorosa, pero nunca quemante que puede parecerse al diario o, Para probar con creces que el objeto
obvia, que puede llegar a sostener el tono, la a ratos, a la crónica, y llega a alcanzar altu- de la literatura es la vida, como sabiamen-
forma del diario, y que muestra un insosla- ras de eficacia expresiva, a veces siento que te supo ver Martí. Su vida, su destino están
yable instinto telúrico, un fuerte apego a el texto termina en una línea antes de la ligados a la poesía, a la literatura, ya para
la tierra. Junto al canto de una naturaleza que el autor lo deja. Pues este tipo de mo- siempre, porque escribir poesía es también
diferente está un llamado telúrico, un testi- dalidad poética también debe hacer gala de ejercitarse en no morir, la urgencia impe-
monio telúrico sobre el que se labró esa vida, tensión lírica. Y aunque es un libro de poesía, riosa de preservar ciertas cosas del mundo
que pugna con la misma intensidad que di- lo invaden personajes fuertes que provocan de uno, como ha dicho Brodsky.2 No es una
cho canto. Como en el texto que comienza toda la ternura, o todo el desgarramiento. existencia mejor, sino alternativa, no es un
con: «Los bueyes de mi abuelo tiraban de Este es «el pensamiento de un alma re- Por ejemplo, la madre: «Mi madre no tuvo intento de animarla. Es un espíritu que bus-
los carretones con CADENCIA MILITAR. Pare- chazada» que ha dado testimonio de una tiempo de volar: toda la paz se le enterró en ca carne, pero encuentra palabras, así como
cían soldados, prestos a obedecer la tiranía corteza y una humedad, que le ha creado las manos para moldear las cosas, como a la Peraza en su libro Macerar.
de su dueño». Y termina muy expresivamen- un cuerpo al inconsciente. Asistimos a la plastilina; apaciguar la yegua cuando esta-
te: «Filas de bibijaguas acercaban la casa autoafirmación dolorosa de quien, desde ba de parto; atrapar papalotes que se iban
al río; cargadas iban, con las hojas que lue- una identidad distinta, perdió el paraíso de a bolina». O el padre, que es dibujado en
1
«Yo era un enfermo y no tenía cura. Y mi padre
la casa de la infancia -que es como per- me encerró en el cuarto y me tapó la boca». «Yo
go maceraban. A nadie importaba de qué tramos creíbles y humanos, pese a que su
era un enfermo», p. 5. «Como si aquellas lecciones
estaban hechos aquellos cuerpecitos ca- der la infancia- donde encontramos siem- fin fuera «dominar desde su fronda como de mi madre marcaran mi existencia y yo fuera un
bezones, que también eran macerados por pre las pugnas que hacen y deshacen a la el más fértil de los hombres», y lo que más diente de ajo listo para desproveerme de mi cásca-
la implacable pisada de los hombres. / Así vez el mundo, y se pregunta cuánto hay en le preocupara fuera «el dominio perdido». ra y enseñarle al mundo mi carne nauseabunda»,
crecimos, viendo lo que a nuestro alrededor nuestras almas de las que nos trajeron acá, Como se maceran los alimentos, así tam- «Escribo con la certeza», p. 8.
acontecía, protagonizando momentos úni- y nos concibieron a medio camino entre sus bién se maceran los seres que llegan a estar 2
Joseph Brodsky. «Sobre Ossip Maldestam», La
cos, al decir de mi propio abuelo. / La casa, el sacrificios, hazañas y desgracias, porque ve exprimidos, reblandecidos, atormentados, Letra del Escriba, no. 163, La Habana, p. 11.
14
CONTINUACIÓN DE LA PÁGINA 3 ces de manera explícita como en el citado
«Cántico», otras soterrada, mezclada con
Textos como «Los músicos», «Los el magma de sus oscuras exploraciones en el
cuartos azules», «Paseo por la bahía de mundo de la sinrazón. De hecho, la orga-
Santiago», son sin dudas piezas antológi- nización de los cuadernos en el volumen,

Un pañuelo
cas, sin embargo es ese himno final que nos representa la bitácora de esa búsqueda que
recuerda las odas de Claudel, «Cántico de la tiene un sentido ascensional. «Vísperas»,
Mirada», el que resulta la auténtica coda de esas cuatros páginas de prosa que cierran
este concierto: el ciclo de los pequeños poemas son el

de cuentos
paso de la «extrañeza» al extrañamiento.
¡Isla, sí, hasta las lágrimas, oculto me La actualización de retratos y hechos de la
revelas y me nublas infancia abre la puerta al retorno, a la recu-
con una dicha grande y angustiosa, peración de esa poética anterior a la escri-
con una voz de huérfano tura, centrada en el hogar, al que se vuelve
y amante después de todas las búsquedas.
Los «Cinco sonetos y dos canciones»
Marilyn Bobes alumbrando tu abandono en un
nocturno desembarco...! hacen presente a un Dios, muy cercano al
…Y cuando vuelvo, enceguecido, de «deseado y deseante» de Juan Ramón y
pensar en tu pobreza, a ese con el que Unamuno batalla toda su
Con el título de Un pañuelo de Karla Suárez El premio a Suárez, según el acta del Ju- en tus mágicos pueblos, en las tardes existencia, buscando amarlo en su verdad
y otros relatos la Editorial Letras Cubanas rado, fue concedido por «la excelencia de la augustas íntima y no en los dogmas. Hasta las coplas
reúne las obras ganadoras en el prestigio- urdimbre narrativa y un singular tratamien- que las palmas alargan y organiza andaluzas de Falla nos vienen a la memoria
so Premio Iberoamericano de Cuento Ju- to de un conflicto humano, al parecer inso- la ceiba respetuosa, cuando el poeta procura, entre dos luces,
lio Cortázar correspondiente a 2019. Este luble que enfrenta a sus personajes». el abismo del verde me contempla encontrar el lugar que es su destino:
certamen de lengua española se convoca Conocida por el lector cubano y de habla extrañamente lúcido,
anualmente en La Habana. hispana por libros anteriores, entre los que me interroga transparente con mirada Mirado oscuro, aquello, esto, azul,
Se incluyen en el libro, la cubana Karla se encuentra su exitosa novela Silencios, intocable y nutricia; en el aire de su inmortalidad,
Suárez, residente en Portugal, que por una- Karla Suárez hace gala en «Un pañuelo» pero todo se nubla y se esclarece
con la mirada que es el tuétano de
nimidad resultó ganadora por su cuento «El de su maestría expresiva distinguida por un viniendo sólo al alba de ser más.18
la luz en que perduro
pañuelo» -título que da nombre a esta an- lenguaje sencillo y una gran aptitud para de- mientras la noche recogida y virginal
tología-, y también la primera mención de sarrollar dramatúrgicamente sus historias. El libro cierra con «Palabras del hijo
nos cubre.16
Federico Bianchini, de Argentina, y las men- El cuento de Suárez sería suficiente pródigo», un extenso poema en ocho par-
ciones de Daniel Averanga de Bolivia, Yunier para justificar la aparición de esta antología tes que viene a completar el sentido del
A mi juicio ese es un texto que puede
Riquenes, de Cuba, y María Marta Ochoa, a la que, además, se le unen valiosas histo- conjunto, pues su relación intertextual con
considerarse sagrado, aunque no tenga
también de Argentina. rias que complementan la publicación de la la conocida parábola evangélica nos remite
una sola alusión religiosa, se trata del cán-
El lector podrá disfrutar una amplia gama historia principal. Estos autores de Argen- a la dinámica de quien se marcha del hogar
tico a la belleza de la Patria, que no es solo
de narraciones, en la que sobresale el rela- con ansia de independencia y conocimiento
tina, Cuba y Bolivia confirman la proverbial paisaje sino cuerpo manifestado en sus ha-
to de Karla Suárez que aborda el encuen- y retorna a él, tiempo después, en primera
excelencia de sus narrativas en un volumen bitantes. Pocos poetas cubanos han teni-
tro entre un taxista y una pasajera, ambos instancia por necesidad, pero también por-
que conduce al lector por los caminos del do como Cintio tan profunda noción de la
cubanos y unidos por una serie de coin- que el hijo que vuelve no es el mismo que se
buen hacer, justipreciando un género ca- Isla y tanta ansia de salvación para ella. Se
cidencias en las que, al final, sorprende el fue, en tanto ahora está abierto al amor y al
racterizado por las dificultades y en el que trata de un ejemplo concreto de eso que él
equívoco y los resultados de una interesante perdón. Solo ese retorno puede iluminar las
Julio Cortázar -a cuyo nombre se asocia el ha llamado en «Experiencia de la poesía»,
y compleja conversación. peripecias de su vida pasada.
concurso- demostró ser uno de los mejo- «religiosidad»:
res cultivadores de la literatura universal.
La luz es poca ya, y el alma
Lo que sí es seguro es que los lectores La síntesis ejemplar en que ha transubs- se apodera del viento desterrado
esperan ansiosos por este libro, donde inva- tanciado España su mensaje poético y que mueve lo que al fin poseo,
riablemente la calidad de los relatos convida cristiano […] me confirma la creencia de las naves de una paz lejana.
a una lectura placentera y que nunca deja- que la más pura poesía —que es para mí, […]
rá insatisfechos a quienes apuestan por el sin importar los elementos que utilice, la La luz es poca al fin, y el ángel oye
cuento en sus búsquedas y expectativas. que absorbe más profundas impurezas— mi corazón aún turbio y pedregoso
Los editores de Un pañuelo se esme- constituye el supuesto humano, el clima de su perdida vanidad, vacío
raron en tener listo este volumen, como natal de la angustia religiosa. Si me pare- en el color del año.19
así también tener impreso el del Premio de ce una insoluble contradicción (aunque
2020, cuyo ganador fue el también cubano imprescindible y jugosísima) toda poesía, Roberto Fernández Retamar, uno de los
Rogelio Riverón, para poder presentarlos en en cuanto tal, del trance místico, no es primeros en comentar Vísperas, escribe des-
la Feria Internacional del Libro de La Habana, dable en absoluto concebir, pues me lo de las páginas de Orígenes en 1954: «había
evento que tradicionalmente aglutina gran vedan mis más espontáneos e inflexibles el poeta levantado cada árbol, cada piedra,
cantidad de público y actividades culturales; sentimientos, una actitud poética des- cada paño, en larga y comentada búsque-
pero esta vez debido a la situación epide- provista de religiosidad.17 da; había interrogado y clamado; y había
miológica que vive la isla caribeña ha tenido sido esta aventura de tantos años y letras,
que suspenderse, como fue anunciado por Esa religiosidad, que yo preferiría llamar vísperas de este instante en que la claridad
su Comité Organizador. sacralidad o sentido de lo sagrado, es una desciende suavemente sobre su frente y
ganancia que el poeta ha obtenido en su el poeta parece volver a un hogar que con
(Tomado de IPS) larga peregrinación por Vísperas, unas ve- quieta alegría lo acoge».20

La pupila insomne Señales en la arena. Diario del buen recluso Rimas y leyendas
Rubén Martínez Antología de poetas Sergio García Zamora Gustavo Adolfo
Villena gibareños Ediciones La Luz Bécquer
Colección Sur Ediciones Holguín Editorial Gente Nueva
Qué hacer -escribe
En los primeros años Fiesta del verso de el poeta- si he De un depurado
de la década del Tierradentro, donde perdido las llaves de lirismo y rotundez en
veinte del siglo xx, el no hay una sola nota mí mismo. Qué hacer la imagen, las Rimas y
poeta más promisorio provinciana, sino si soy un niño que leyendas vienen a ser
era Rubén Martínez el ansia de cantar se asoma al pozo de unas veces la pintura
Villena… sin ataduras a la noche. y otras el hacer
humanidad libre del musical del poeta.
mundo.
15
Cuando llegué al final Es que el hogar no era solo aquella casa
de la calle, nada había cambiado. de la calle Figueroa, donde María Cristina
Sí, nada había cambiado. El cambio Bolaños y Medardo Vitier encarnaban la tra-
era la nada brillando en las ventanas dición mambisa y el espíritu liberal y ético
y las nubes. del pensamiento cubano, en convivencia
Era el mismo lugar que siempre había con dos generaciones que debían acrecen-
sido otro, tar aquella herencia en una cultura nueva.
el crepúsculo sabe cambiar la nada,
El hogar era mucho mayor y abarcaba a CONVOCATORIA DE CASA 2021 a las 12 de la noche, hora de La
y yo paseaba por las bambalinas de lo
toda Cuba. DE LAS AMÉRICAS Habana; los premios se darán a cono-
mismo
Es precisamente el sentido de conver- cer el 28 de enero de 2022; y el incum-
tal vez mirado por un ardiente público La Casa de las Américas convoca,
sión profunda, religiosa y social, lo que hace plimiento de alguna de estas bases
que en sus ratos de olvido pasea por a la LXII edición de su Premio Literario,
la calle.21 al poeta sentirse plenamente cristiano al conduciría a la invalidación del premio
del año 2022. Podrán concursar en esta
recibir por primera vez la comunión, el do- otorgado.
ocasión obras inéditas en español en los
La cita del Evangelio de Lucas que alude mingo de Pascua de 1953 e iniciar un nuevo
géneros de novela, poesía y ensayo de
a la «grande hambre en aquel país» pone ciclo en su poesía, con los poemas de Canto CONCURSO DEL PREMIO
tema histórico-social, considerándose
una carga adicional de realismo en el poe- llano, en los que hace explícita su necesi- CALENDARIO
como inéditas aun aquellas que hayan
ma. Porque el retorno del hijo no es solo dad de compromiso y participación en los sido impresas en no más de la mitad. En La Asociación Hermanos Saíz, con
una alegoría de la vuelta a los orígenes en dolores y trabajos de la humanidad. Se ha el coauspicio del Instituto Cubano del
novela y poesía solo podrán participar
la vida espiritual, sino también la constan- cerrado el tiempo de las vísperas, toca aho- autores latinoamericanos, naturales o Libro y la Casa Editora Abril, y con el
cia de una experiencia humana, social. El ra el del testimonio fecundo. naturalizados; mientras por el premio de objetivo de estimular la creación lite-
escritor, tan distante de la política positiva Lezama, siempre profético, destacó la ensayo de tema histórico-social podrán raria entre los jóvenes escritores cuba-
desde los años de Sedienta cita, el mismo importancia de esta transformación vital concursar también autores de cual- nos residentes en el país, convoca a los
que vio pronto frustradas las esperanzas y estética en Cintio, al comentar su nuevo
populares puestas en los gobiernos autén- quier otra procedencia, con un libro so- Premios Calendario 2021.
cuaderno en el artículo «Cantos de Cintio bre la América Latina o el Caribe, escrito Podrán participar escritores de has-
ticos, soporta ahora males mayores. Este
Vitier», publicado en el Diario de la Marina en español. ta 35 años, sean miembros o no de la
poema se escribe bajo el agobio del gol-
en 1956: Ningún autor podrá enviar más de un AHS, que no hayan recibido el premio
pe de estado de Fulgencio Batista el 10 de
marzo de 1952. La suspensión de la Carta libro por género, ni participar con una con anterioridad en el género que con-
Magna es un revés para la vida cívica. A las Como su obra anterior, la actual que se obra en proceso de impresión, aunque cursan. Se convoca en los géneros:
ya tradicionales expresiones de corrupción brinda, parte de la condición de la poesía esté inédita, o que haya obtenido algún poesía (incluye décima), literatura in-
política se suma una espiral de violencia que como testimonio. Todos tenemos que premio nacional o internacional u opte fanto-juvenil (poesía), teatro, ciencia
debió recordarle su infancia y adolescencia reconocer esa delicadeza de Cintio Vitier, por él mientras no se haya dado el fallo ficción (incluye fantasía heroica y terror
bajo los gobiernos de Machado y Mendieta. atento al nacimiento de toda palabra del Premio Casa de las Américas. Tam- fantástico), narrativa (novela) y ensa-
Todo esto es más sensible porque ya no es poética que le roce. Testimonio verídi- poco podrá participar en un género en yo. Las obras deben tener una exten-
un hombre solo, en tanto ha formado una co, pues está acompañado también de el que hubiera obtenido ya este Premio, sión entre 50 y 80 cuartillas en poesía y
familia con Fina García Marruz desde fina- su verídica consumación, de la trágica en alguno de los cuatro años anterio- ciencia ficción; entre 30 y 80 cuartillas
les de 1946 y en 1948 ha nacido su primer suspensión que acompaña todo testi- res. Se otorgará un premio único e indi- en literatura infanto-juvenil (poesía) y
hijo, Sergio. Su sentido religioso se traduce monio. Él ha sido, en realidad de poesía, visible por cada género que consistirá teatro; y entre 50 y 100 cuartillas en
en una obligación: hacer del hogar un si- uno de los pocos ejemplos que podemos en 3 000 dólares o su equivalente en ensayo y narrativa (novela).
tio protegido de la crueldad y el sinsentido mostrar de delicadeza, de testimonio, la moneda nacional que corresponda, y la Los libros deberán ser inéditos, y
exteriores, pero no se trata sencillamente de propia consumación. Cuando exista publicación de la obra por la Casa de las podrán presentarse antes del 31 de oc-
de cerrar ventanas, sino de la responsabi- Américas. Se otorgarán menciones si el tubre de 2021 a la dirección de correo
entre nosotros, repetimos para termi-
lidad de comprometerse con la verdad y el electrónico becasypremiosahs@gmail.
nar, el paisaje lejano, que reconstruye jurado las estima necesarias, sin que
bien, para producir un cambio. A la poesía
por evocación, las misteriosas tejedoras ello implique retribución ni compromi- com, especificando en el asunto el gé-
no le basta con ser una certeza solitaria, ni
repasarán sus sílabas para penetrar por so editorial por parte de la Casa de las nero en el que se concursa. Los parti-
siquiera una iluminación espiritual, debe
transparencia o salvarse por conjuro.23 Américas. cipantes adjuntarán la obra en formato
implicarse en la realidad y procurar trans-
Las obras serán firmadas con seu- Microsoft Word con seudónimo (no se
formarla. Estos versos cierran el poema y
el libro: dónimo y la institución se reserva el aceptarán archivos en PDF) y la Solici-
16
CV. «Cántico de la mirada», Vísperas, p. 267. derecho de publicación de la que será tud de participante, que deberá des-
17
CV. «Experiencia de la poesía», en Obras (1): considerada primera edición de las obras cargar del sitio de la asociación, www.
Era una época de cambios y
Poética, Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1997, premiadas, hasta un máximo de 10 mil ahs.cu, debidamente completada con
crepúsculos.
p. 40. ejemplares, aunque se trate de una coe- los datos que se piden. Se entregará
Me deshacía entonces, pero el aire 18
CV. «Dos canciones» (II), Vísperas, p. 340. dición o de reimpresiones coeditadas. La un premio único por género, consis-
que ahora notaba ausente, como un 19
CV. «Palabras del hijo pródigo» (I), Vísperas, Casa promoverá la circulación en forma- tente en diploma acreditativo, 20 000
sueño
de inesperada blancura comenzaba a p. 343. to digital de los libros premiados. pesos y la publicación de la obra en
despertarme,
20
Roberto Fernández Retamar. «Vísperas», en Los autores deberán enviar sus obras la colección Calendario de la AHS y la
porque todo era tan dulce, Orígenes, t. XI, no. 35, 1954, p. 60. de manera digital, en formato pdf, acce- Casa Editora Abril, con el correspon-
tan lleno de su nada, tan igual y tan
21
CV. «Palabras del hijo pródigo» (VIII), Vísperas, diendo a la plataforma http://premio- diente pago por derecho de autor.
distinto, p. 348. casa.cu, y las obras no excederán en Los resultados se darán a conocer
y lo que a todo le faltaba era tan puro, 22
Ibíd, p. 349. ningún caso las 500 páginas. El plazo en acto público durante la Feria Interna-
que mi casa, o lo que fuera 23
José Lezama Lima. «Cantos de Cintio Vitier», de admisión cerrará el 31 de octubre de cional del Libro de La Habana de 2022.
el lugar que me impulsaba, no podía en Tratados en La Habana. Obras completas, Edito-
estar muy lejos.22 rial Letras Cubanas, La Habana, 2009, p. 152.

Sombra pródiga El Caribe: procesos Por los extraños Ojos para no ver las
Fermín Romero Alfau económicos en pueblos cosas simples
Colección Sur perspectiva histórica Eliseo Diego Martha Acosta Álvarez
Oscar Zanetti Colección Sur Ediciones La Luz
Ensayo sobre la
Editorial Ciencias
leyenda fundacional Cántico a la realidad, Expresa un universo
Sociales
de la villa de San deleitable experiencia descrito desde la
Cristóbal de la Riguroso estudio que de una voluptuosa belleza, el ardor de la
Habana, aquella nos revela lo singular mirada que quiere vida, pero sobre todo
primera misa y primer en el desarrollo de aprehender el cuerpo la esperanza.
cabildo bajo la sombra la economía de los real de las cosas.
pródiga de la ceiba. países de esta región,
así como sus rasgos
comunes
No. 166

…lo cierto es que el Aleph de la nación está aquí; es aquí -en el


espacio de la Isla- donde confluyen el deseo de todos los vivos y la
memoria de todos los muertos.

Ambrosio Fornet
(Veguitas de Bayamo, 1932)

Premio Nacional de Literatura, 2009

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