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Autor:
Pablo de Amíl
Mayo de 2019
Índice de contenidos
Capítulo 1 Concepto 3
Capítulo 2 Evolución de la factura electrónica. 6
Capítulo 3 Propiedades, ventajas e inconvenientes de la factura electrónica 11
Capítulo 4 Normativa a nivel nacional 14
Capítulo 5 La factura electrónica en la Unión Europea 29
ANEXO I - Facturación Electrónica en la Ley 9/2017 de contratos del Sector Público 32
Definiciones de factura hay distintas y siempre podremos encontrar una nueva. Una definición
aceptada y que engloba las características que debe cumplir la factura, es la siguiente:
Podemos decir que es una acreditación de una transferencia de un producto o servicio tras la
compra del mismo.
Al igual que ocurre con la factura, existen múltiples definiciones, más o menos detalladas,
ajustadas a una normativa o a otra.
“Documento electrónico que sustituye a la factura tradicional y que tiene un valor legal
idéntico al de esta”
Si nos centramos más en las necesidades legales españolas podemos encontrar en nuestro
acervo la siguiente definición:
“Documento electrónico que cumple con los requisitos legales y reglamentariamente exigibles
a las facturas y que, además, garantiza la autenticidad de su origen y la integridad de su
contenido, lo que permite atribuir la factura a su obligado tributario emisor”
De estas dos definiciones podemos extraer que una factura electrónica debe contener al
menos la misma información exigida a la factura en papel.
Según el RD 1619/2012 una factura debe contener entre otra información los siguientes
conceptos:
La fecha de su expedición.
Es decir sin importar el soporte de la factura los conceptos deben siempre aparecer en la
factura.
Además cuando hablamos de factura electrónica la definición nos recuerda que debemos
garantizar la autenticidad y la integridad de la factura. Garantizar la autenticidad significa
garantizar que el obligado que ha expedido la factura es realmente el indicado para expedir la
factura y es quién dice ser. Y garantizar la integridad de la factura significa que entre el
momento que el proveedor expidió la factura y el momento en que el comprador recibe la
factura no ha sido modificada por un tercero.
A medida que crecen las transacciones y las relaciones entre los distintos bancos y que las
transferencias de dinero transfronterizas se hacen más y más comunes, se hace necesario
definir un sistema de transmisión de órdenes, documentos, peticiones, justificantes,… rápido y
fiable. Es por ello que comienzan a usarse las primeras redes de comunicaciones para la
transmisión de aquella documentación que las distintas entidades bancarias necesitaban
intercambiar en su operativa diaria. Es así como surgen los cuadernos bancarios.
Existen multitud de cuadernos bancarios cada uno definido para una finalidad concreta:
Al mismo tiempo que en el sector bancario surgen los cuadernos bancarios, o poco tiempo
después, en otros sectores como el industrial donde los procesos de logística juegan un papel
muy importante comienzan a surgir modelos similares a los cuadernos bancarios pero
enfocados a su problemática concreta. Dentro de estos documentos y asociado a la logística
surgen los estándares de facto y de jure de albaranes, facturas, pedidos,…
Obviamente para establecer un formato es necesario definir las reglas que lo gobiernan por
tanto el formato de los mensajes EDI, su gramática o sintaxis y su vocabulario son definidos en
una norma ISO, la norma ISO 9735.
Todo formato que tenga como finalidad la informatización y automatización de los datos
necesita una estructura definida y sin ambigüedades, es la característica común de los
principales formatos de factura electrónica, y es la característica obligatoria de cualquier
documento que pretenda ser procesado de manera automática por sistemas informáticos o
sistemas de información.
En el caso del formato EDIFACT Los principales elementos estructurales que componen un
mensaje EDIFACT son los siguientes:
Intercambio
Segmento
Elemento de datos
EDI fue y sigue siendo uno de los estándares más importantes y uno de los más extendidos,
pero a raíz de la popularización de los lenguajes de marcado como HTML y XML surgen nuevos
formatos de intercambio y de representación de los datos basados en la estructura de datos a
partir de etiquetas <etiqueta>dato</etiqueta>.
En la primera década del 2000 surge un formato de intercambio entre empresas basado en
XML y por tanto basado en la estructuración de datos bajo etiquetas estructuradas. Este
formato llamado UBL (Universal Business Language) permite obtener las ventajas del formato
EDI pero basando su estructura en el lenguaje de intercambio de datos entre sistemas
informáticos más común, el formato XML.
Este estándar fue desarrollado por OASIS (Organization for the Advancement of Structured
Information Standards) y en su versión actual 2.1 recoge las definiciones de más de 100 tipos
de documentos de intercambio entre los que se encuentran las órdenes de compra, catálogos,
certificados, notificaciones, contratos, inventarios, facturas, etc.
En Europa un grupo de países han recogido este formato para hacer una subversión
denominada NESUBL (Northern European Subset UBL) basado en la versión 2.0 de UBL. Entre
los países que apoyan este formato encontramos a Dinamarca, Francia y Reino Unido.
En España en 2007 se aprueba el formato propio facturae basado en los formatos de factura
electrónica bajo XML y con un porcentaje bastante grande de aspectos similares a UBL. Busca
aprovechar las ventajas de los formatos tipo UBL pero adecuado a la normativa española en
materia de tributos, facturación, etc.
Otro países han seguido una política similar y han creado sus propios formatos aunque
siempre al igual que en España sus trabajos han partido de formatos internacionales ya
definidos.
Las ventajas de la factura electrónica son similares a las ventajas obtenidas con un
documento electrónico a las que hay que añadir las propias de la factura electrónica.
Ahorro de costes:
Tanto del lado del emisor como del receptor. Derivado de la supresión del papel, el
abaratamiento de los medios de comunicación electrónicos (en contraposición a los
medios tradicionales de envío postal), eliminación de los gastos de franqueo, gastos
derivados de la introducción manual de datos, etc.
Desde el punto de vista del emisor continúa el proceso que ya se está realizando
electrónicamente. Un simple clic desde el ERP y la factura es emitida y enviada.
Desde el lado del receptor los datos se pueden introducir automáticamente en sus
sistemas.
Optimización de la tesorería :
En definitiva las múltiples ventajas de la facturación electrónica suplen con creces las
complicaciones que pueden surgir en las organizaciones con un cambio de esta dimensión.
Uno de los primeros textos en los que encontramos referencias a la facturación electrónica es
la ley 56/2007 de medidas de impulso de la sociedad de la información. Su primer artículo hace
referencia al impulso de la factura electrónica.
Ese mismo año se publica la ley 30/2007 de Contratos del Sector Público, que dentro de las
disposiciones adicionales marca las responsabilidades en materia de factura electrónica dentro
de la Administración General del Estado y dicta los plazos para la facturación electrónica en los
contratos del sector público estatal.
.4 Transcurridos tres meses desde la entrada en vigor de las normas a que se refiere el
apartado anterior la presentación de facturas electrónicas será obligatoria en la
contratación con el sector público estatal para las sociedades que no puedan presentar
cuenta de pérdidas y ganancias abreviada.
Aunque como comentábamos no se cumplieron los plazos, el 2007 fue un año muy importante
en materia de normativa de facturación electrónica, a las dos leyes ya comentadas hay que
añadir dos órdenes ministeriales de gran importancia.
Esta orden define el formato facturae y establece la evolución del formato transcurrido dos
años desde la entrada en vigor de la presente orden, al formato UBL (Universal Business
Language) o, en su caso, al formato que establezcan los organismos de normalización de la
Unión Europea CEN (Comité Europeo de Normalización) o CENELEC (Comité Europeo de
Normalización Electrotécnica).
Ese mismo año se publica igualmente la orden ministerial EHA/962/2007 por la que se
desarrollan determinadas disposiciones sobre facturación telemática y conservación
electrónica de facturas, contenidas en el Real Decreto 1496/2003.
Esta orden ministerial trata entre otros aspectos de dos conceptos trascendentales para la
facturación como son la digitalización certificada y la impresión de facturas y documentos
sustitutivos remitidos en formato electrónico.
La norma indica que los obligados tributarios podrán proceder a la digitalización certificada de
las facturas, documentos sustitutivos y de cualesquiera otros documentos que conserven en
papel que tengan el carácter de originales. Es decir como comentábamos esta orden
ministerial nos da la oportunidad de poder obtener documentos electrónicos con la
calificación de originales a partir de su original en papel.
La norma indica que las facturas y documentos sustitutivos remitidos electrónicamente deben
ser conservados por los destinatarios en el mismo formato electrónico de remisión, sin
conversión alguna, junto con los medios que garanticen su autenticidad de origen e integridad
del contenido. No obstante, cuando los documentos sean remitidos por medios electrónicos y
firmados con firma electrónica en los términos de los artículos anteriores de esta Orden, los
contribuyentes destinatarios que deseen conservarlas de forma impresa en papel, después de
verificada la firma, podrán realizar dicha conversión de soporte mediante la correspondiente
opción de software que permita la impresión a papel, junto a los contenidos del documento,
de códigos PDF-417 que incluyan el contenido y firma de la factura.
Desde el 2007 saltamos al año 2012, exactamente a finales del año 2012 cuando se publica el
Real Decreto 1619/2012 por el que se aprueba el Reglamento por el que se regulan las
obligaciones de facturación. Este Real Decreto viene a establecer en una norma la igualdad de
trato a la factura en papel y a la factura electrónica.
Dado que este Real Decreto trata sobre las obligaciones de facturación globales no
exclusivamente del Sector Público, establece las maneras en que la integridad y autenticidad
de las facturas puede garantizarse.
Hasta ahora hemos visto que estas dos características de las facturas electrónicas son
aseguradas a través de la firma electrónica basada en certificados electrónicos, pero esta
norma establece nuevas posibilidades de garantía enfocadas al sector privado. A la firma
electrónica la norma define:
Mediante controles de gestión que permitan crear una pista de auditoría fiable que
establezca la necesaria conexión entre la factura y la entrega de bienes o prestación
de servicios que la misma documenta
Mediante otros medios que los interesados hayan comunicado a la Agencia Estatal
de Administración Tributaria con carácter previo.
Llegamos a 2013 con una serie de normas que marcan los límites de la factura electrónica y
preparan el camino para la facturación electrónica completa en el Sector Público: una
definición de factura electrónica, un formato de factura electrónica, regulación de las medidas
de digitalización de facturas en papel y de impresión en papel de las facturas electrónicas.
Esta ley marca un punto de inflexión puesto que define una fecha en el calendario en la cual
todas las Administraciones Públicas recibirán sus facturas en formato electrónico.
La ley 25/2013 busca mejorar la competitividad de las empresas a través de la protección del
proveedor mediante la reducción de la morosidad de las Administraciones Públicas y la
promoción de la factura electrónica en el sector empresarial español.
Esta ley se basa en dos pilares para conseguir los objetivos perseguidos que son los puntos
generales de entrada de facturas electrónicas y los registros contables de facturas.
Cada uno de los sujetos incluidos en el ámbito de aplicación de esta Ley, dispondrán de
un registro contable de facturas que facilite su seguimiento, cuya gestión
corresponderá al órgano o unidad administrativa que tenga atribuida la función de
contabilidad.
Organismos autónomos.
Universidades públicas.
Las entidades de derecho público que, con independencia funcional o con una
especial autonomía reconocida por la Ley, tengan atribuidas funciones de regulación
o control de carácter externo sobre un determinado sector o actividad.
Los órganos competentes del Congreso de los Diputados, del Senado, del Consejo
General del Poder Judicial, del Tribunal Constitucional, del Tribunal de Cuentas, del
Defensor del Pueblo, de las Asambleas Legislativas de las Comunidades Autónomas y
de las instituciones autonómicas análogas al Tribunal de Cuentas y al Defensor del
Pueblo adaptarán su actuación a las normas establecidas en esta Ley para las
Administraciones Públicas.
Sociedades anónimas
Esto significa que las distintas administraciones pueden decidir que facturas desean exceptuar
de la facturación electrónica por razón de importe pudiendo establecer un límite que puede
alcanzar los 5.000 euros y a todas las facturas emitidas en el exterior.
Si, la ley establece la obligación al proveedor que haya expedido la factura por los servicios
prestados o bienes entregados a cualquier Administración Pública a presentarla ante un
registro, en los términos previstos en el artículo 16.4 de la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del
Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas, en el plazo de treinta
días desde la fecha de entrega efectiva de las mercancías o la prestación de servicios. En tanto
no se cumplan estos requisitos de tiempo y forma de presentación no se entenderá cumplida
esta obligación de presentación de facturas en el registro.
La ley define los registros contables de facturas, pero realmente ¿qué son estos registros
contables de facturas?:
Según el artículo 8 recogido en el capítulo IV “cada uno de los sujetos incluidos en el ámbito de
aplicación de esta Ley, dispondrán de un registro contable de facturas que facilite su
seguimiento, cuya gestión corresponderá al órgano o unidad administrativa que tenga
atribuida la función de contabilidad”
“Los órganos o unidades administrativas que tengan atribuida la función de contabilidad en las
Administraciones Públicas:
2. Elaborarán un informe trimestral con la relación de las facturas con respecto a los cuales
hayan transcurrido más de tres meses desde que fueron anotadas y no se haya efectuado el
reconocimiento de la obligación por los órganos competentes. Este informe será remitido
dentro de los quince días siguientes a cada trimestre natural del año al órgano de control
interno.”
Con la introducción de los registros contables de facturas y los puntos generales de facturas se
busca un mayor control de la facturación de las Administraciones Públicas, buscando controlar
la morosidad de las administraciones y evitar las “facturas en el cajón”.
Un proveedor presentaba la factura ante la unidad que había adquirido el bien/servicio, lo que
se conoce como unidad proponente. Esta unidad revisaba la factura y una vez corregida, si era
necesario, se remitía junto al certificado de conformidad a su unidad de facturación que
procedía a la tramitación de la factura para el pago de la misma. Una vez finalizado el proceso
de tramitación se informaba a la unidad encargada del control de la contabilidad del pago de la
misma. Por tanto esta unidad que era la encargada del control de la facturación se enteraba en
última instancia de la entrada de una factura para su pago y del pago de la misma.
Si alguna de las dos unidades anteriores no tramitaba la factura, está unidad encargada del
control no tenía constancia de que la factura estaba pendiente de pago.
Para corregir este proceso se da la vuelta a la presentación de la factura y aparece dentro del
flujo de la factura la oficina contable en el primer lugar de recepción de la factura. Así tenemos
el siguiente modelo:
Una vez inscrita la factura en el RCF, la factura pasa a la unidad tramitadora que se encarga de
realizar la tramitación de la factura para proceder si se deriva al pago de la misma. Esta unidad
probablemente tenga que requerir de la unidad proponente un certificado de conformidad de
la entrega del bien o de la ejecución del servicio asociado a la factura.
En este nuevo modelo de tramitación la oficina contable conoce desde el principio de que una
factura ha entrado en la administración para ser pagada, y se evita que dicha factura se quede
retenida en el cajón del resto de unidades sin que esta unidad contable tenga conocimiento de
este hecho.
El nuevo flujo plantea un mayor tránsito de la factura entre unidades, es por tanto necesario
que en la medida de lo posible se informatice todo el proceso para que las latencias asociadas
a dicho tránsito de la factura se vean reducidas al mínimo.
Como hemos ido viendo a lo largo del desarrollo de la ley, la ley define los puntos generales de
entrada de facturas, creados para simplificar la presentación de las facturas a los proveedores
de bienes y servicios.
Con la creación de los puntos se busca unificar los requisitos en un único punto al menos a
nivel de Administración Pública. Con un único punto de entrada y con un único formato de
factura, el formato facturae, las empresas reducen sus esfuerzos de integración al tener que
integrarse bajo especificaciones comunes únicamente con un punto de entrada por
Administración Pública.
La ley reconoce el esfuerzo que suponen las medidas recogidas en la norma. Sobre todo
reconoce el esfuerzo del cambio de modelo de facturación en papel al modelo de facturación
electrónica, es por ello que aunque la obligación de los requisitos de la norma incluidos la
creación de los registros contables de facturas se concentran en enero de 2014, la obligación
de disponer un punto general de entrada de facturas no ha sido obligatorio hasta el 15 de
enero de 2015. Es decir algo más de un año más tarde de la publicación de la ley.
La ley dirige el cambio hacia la factura electrónica pero como ley que es deja ciertas partes a
desarrollos a normativa de rango inferior.
Durante el 2014 distintas normas han sido aprobadas al amparo de la ley 25/2013 de impulso
de la factura electrónica y la creación del registro contable de facturas en el Sector Público, sin
entrar en detalle en esta exposición se listan cada una de las normas y las características más
importantes de cada una de ellas.
Orden HAP/492/2014 por la que se regulan los requisitos funcionales y técnicos del
registro contable de facturas de las entidades del ámbito de aplicación de la Ley
25/2013
Portal web
Durante el 2015, dos normas de importancia han sido publicadas. Estas normas vienen a
regular nuevos conceptos y clarificar otros ya recogidos en la normativa previa y derivada de la
Ley 25/2013.
La primera norma que encontramos publicada este año es la Ley Orgánica 6/2015, de 12 de
junio, de modificación de la Ley Orgánica 8/1980, de 22 de septiembre, de financiación de las
Comunidades Autónomas y de la Ley Orgánica 2/2012, de 27 de abril, de Estabilidad
Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera.
Ligeramente posterior a la publicación de esta ley orgánica, se publica la orden ministerial que
regular y concreta ciertos detalles de las órdenes ministeriales ya publicadas.
Aporta a la Orden HAP/492/2014, que regula los registros contables de facturas, una
serie de validaciones que deben ser realizadas a todas las facturas electrónicas que
sean recibidas en los registros contables de facturas y que sin superar esa validación
la factura debe ser automáticamente rechazada.
Dentro de los países que desde hace años hacían uso de la facturación electrónica y de los que
están en vías de ello, el formato de la factura ha sido un punto de discrepancia.
Durante tiempo la Comisión Europea trabajó para definir un único formato de factura
electrónica dentro de sus Estados Miembros, con la idea de simplificar el proceso de
facturación a los Estados Miembros. Los acercamientos entre los distintos estados fueron
infructuosos. Lo que propició que la Comisión Europea cambiara su política y enfocara sus
esfuerzos en definir no un formato de factura común si no un núcleo o conjunto de datos que
todas las facturas electrónicas deberían cumplir sin importan el Estado Miembro de origen o
de destino.
Para lograr esta plena interoperabilidad se hace necesario, como menciona la directiva,
trabajar en tres niveles:
Nivel sintáctico – formato o lenguaje utilizado para representar los datos semánticos.
Se definirán varios formatos de factura electrónica, en principio en un número
inferior a cuatro que deban ser obligatoriamente aceptados en todos los países de la
Unión.
Estos tres niveles debían ser definidos por los organismos de estandarización europeos en un
plazo de 3 años y una vez publicados, los distintos Estados Miembros tendrían 18 meses en sus
administraciones centrales para aceptar el nivel semántico en sus facturas y los formatos
sintácticos definidos. Dando la posibilidad, si el Estado Miembro así lo consideraba, de ampliar
12 meses más la entrada en vigor para sus administraciones locales o subcentrales, en el caso
español Entidades Locales y Comunidades Autónomas.
En el caso que a nosotros nos afecta, desde dicha fecha, los proveedores pueden presentar a
las AAPP. españolas dadas de alta en FACe, facturas electrónicas además de en formato
facturae, en formato EN16931 (UBL y CII). El sistema FACe ha evolucionado para permitir a las
AAPP usuarias el cumplimiento de la directiva sin gran esfuerzo. El detalle del trabajo realizado
podrá verse en el módulo III de este curso.
La norma europea permite a las administraciones definir sus propias reglas de negocio,
limitando el uso de los campos del formato EN16931 y si fuera necesario extendiendo los
campos del formato para dar cabida a conceptos no recogidos en la norma. La primera
necesidad se plasma a través de la publicación del documento CIUS (Core Invoice Usage
Specification) y la segunda necesidad a través de la definición y publicación de una extensión al
formato. Desde la Unión Europea se hace especial hincapié en tratar de utilizar CIUS en vez de
extensiones, pues estas últimas son más complejas de tratar por los proveedores, y
desvirtuarían enormemente el espíritu de la norma de unificación de formato.
En España dada la singularidad de la necesidad de incluir los códigos DIR3 dentro de la factura,
se ha definido un CIUS para las facturas presentadas a través de FACe. Este CIUS está recogido
en el CTT y puede consultarse en:
https://administracionelectronica.gob.es/ctt/face/descargas.
Recoge diversas reglas que las facturas europeas deben cumplir si desean poder se tramitadas
por las AAPP españolas.
Volviendo al tema principal del módulo y como hemos podido comprobar, existe una multitud
de normas aún vigentes que definen la facturación electrónica en España. Probablemente
veamos alguna norma más que desarrolle o defina nuevos conceptos relacionados con la
facturación electrónica a corto-medio plazo, sobre todo a partir de la entrada en vigor de la
directiva europea, pero por ahora el marco normativo que tenemos es el definido en este
módulo y resumido en la siguiente imagen.
Dentro de la relación de los subcontratistas con los contratistas, en el artículo 216 sobre pagos
a contratistas y suministradores encontramos referencias a la facturación de los
subcontratistas de los contratos del Sector Público, indicando dicho artículo en su punto
quinto:
Es decir los subcontratistas que pertenezcan a los supuestos establecidos en la Ley 25/2013
están obligados a facturar electrónicamente a sus contratistas cuando, al igual que ocurre con
la facturación directa a las AAPP, el importe de la factura supere los 5.000€. La emisión de esta
factura y su forma de envío no es libre, pues deja claro la norma que dicha remisión debe
hacerse a través del registro que la norma reconoce en el apartado 3 de la disposición
adicional trigésima segunda.
…3. Antes del 30 de junio de 2018, por el Ministerio de Hacienda y Función Pública, se pondrá a
disposición de los operadores económicos y particulares un Registro Electrónico Único que,
entre otras funcionalidades, permitirá acreditar la fecha en que se presenten facturas por los
subcontratistas al contratista principal y traslade dichas facturas al destinatario de las mismas
conforme a la configuración para recibir las facturas electrónicas que consignen en el directorio
de empresas.”
Este servicio se presta a través de la Secretaría General de Administración Digital del actual
Ministerio de Política Territorial y Función Pública antiguo Ministerio de Hacienda y Función
Pública. El servicio está desarrollado para ser prestado a través de FACe, concretamente a
través de un subsistema denominado FACeB2B. Más información de dicho sistema la
encontraréis en el módulo III de este curso.