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Guillermo Niñez Noriega

¿Qué es la diversid d sex ál?


Reflexiones desde la academia
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SEDE ECUADOR

¿Qué es la diversidad sexual?


Reflexiones desde la academia y el movimiento ciudadano
Guillermo Núñez Noriega

lera. Edición Ediciones Abya-Yala


Av. 12 de octubre 14-30 y Wilson
Casilla 17-12-719
Índice
Telf.: (593-2) 2506251
Fax: (593-2) 2506267
E-mail: editorial@abyayala.org
Quito-Ecuador

CIAD
Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, 9
Presentación y agradecimientos
A. C.
Carretera a la Victoria km 0.6, Hermosillo, Sonora, 1. Introducción 15
México, C. P. 83000.
Tel.: 52 662 2892400 Las palabras y el poder 27
2.
www.ciad.mx
Diversidad sexual: tres usos comunes del término 33
3.
Diagramación: Ediciones Abya-Yala
1. Su uso como eufemismo 33
Quito-Ecuador
2. Su uso como término 'sombrilla' 37
ISBN: 978-9978-22-950-7 3. Su uso para referirse a la 'otredad'
de la heterosexualidad 38
Impresión: Ediciones Abya-Yala
Quito-Ecuador 4. Los disOrsOs dominantes del campo sexual:
su visión integrista 41
Impreso en Quito-Ecuador, enero 2011,
1. El binarismo sexual 42
2. El binarismo de género 48
3. El binarismo erótico y el heterosexismo 55

a. El heterosexismo y el amor 57
b. Homofobia y heterosexismo: el silencio
sobre el amor entre personas del mismo, sexo 61
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'Diversidad sexual':
tres usos comunes del término

A menudo me encuentro con activistas que dicen frases como:


"la gente de la diversidad sexual", "los grupos de la diversidad
sexual", "es una persona de la diversidad sexual", "las sexua-
lidades diversas" o, peor aún: "es sexodiverso". ¿Qué se quie-
re• decir realmente? Tres son. los usos más problemáticos del
término 'diversidad sexual' que alcanzo a distinguir: 1. Su uso
como eufemismo o forma 'decente' para referirse pública-
mente a individuos o grupos estigmatizados con palabras con-
sideradas vulgares; 2; Su uso como término sombrilla para
agrupar a esos individuos o grupos estigmatizados por sus
prácticas sexuales o su identidad sexo-genérica; 3. Su uso para
referirse a la otredad de la trilogía de prestigio 'macho-mascu-
lino-heterosexual' (Núñez,
. .1999.; 57).

1. Su uso como eufemismo


Como podemos apreciar en los ejemplos anteriores, el térmi-
no 'diversidad sexual' se está utilizando como eufemismo,
como una palabra menos altisonante para decir gay, lesbiana,
bisexual, transgénero o, de,plano, 'puto', 'joto', 'marimacha',

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Ciertamente, el contexto político en el que hace su apa-


'bicicleta', 'vestida' o 'loca'. Como estos términos son consi-
rición el término 'diversidad sexual' le confiere una legitimi-
derados por muchos como vulgares y, por lo tanto, no son
dad importante que puede ser aprovechada para el avance de
adecuados para un discurso públicd-político, • entonces se
nuevas representaciones sociales y políticas de la existencia
recurre al menos altisonante 'diversidad sexual'. Este uso del
sexual de las personas, sobre todo de aquellas tradicional-
término 'diversidad sexual' me recuerda cómo ál principio, y
mente estigmatizadas y oprimidas; pero esa legitimidad no
todavía para muchas personas, gay no es otra cosa que una deriva ni requiere de su uso como eufemismo. La legitimidad
manera decente de decir lotos', 'maricones', cuando hay da-
deriva de su asociación simbólica con la creciente legitimidad
mas o niños. Otra forma de salid del término gay, que
en el lenguaje político mundial del respeto a la biodiversidad
de alguna manera refleja lo que está sucediendo con el tér-
y a la sociodiversidad; impulsado el primero desde el movi-
mino 'diversidad sexual', es su utilización para designar a
miento ambientalista y el último desde los movimientos de
hombres de clase media o alta, con un buen nivel de consu-
las minorías étnicas en los llamados países desarrollados. En
mo (y sus concomitantes símbolos de poder), pero que ante
México el reconocimiento de la diversidad en el lenguaje
las miradas del discurso heteronormativo aparecen. como
político surge primero con relación a los pueblos indios y la
'raritos' en sus maneras corporales o en su vestimenta. En mi
construcción de un discurso académico-político sobre el
trabajo de campo como antropólogo de la sexualidad en el
carácter pluricultural y multinacional de México.16 En este
norte de México, he podido registrar comentarios que reve-
país el movimiento indígena y en particular el movimiento
lan esos usos clasistas de los términos (de nuevo vemos que
zapatista le dio un impulso importante a esta visión inclusiva
las palabras no son neutras): Así, un señor que cuida autos
y vino a consolidar su legitimidad entre la izquierda cultural.
por fuera de un bar dijo: "aquí vienen gays, o sea, no crea que
En algún momento incluso tuvo el mérito de articular una
son jotos, maricones, son gente decente, profesionistas, no
visión política novedosa de la :sociodiversidad. mexicana al
crea que son así escandalosos o así que se vistan de mujer".
incluir entre los oprimidos a gays, lesbianas, bisexuales, trans-
Este. uso clasista y transfóbico15 del término gay dista mucho géneros (o, en términos del subcomandante Marcos, "los que
de significar un cambio de concepción sobre la experiencia
no son ni ellos ni ellas"), al lado de las mujeres, los margina-
homoerótica o un avance en la legitimación social de las dife-
dos econórnicos y los indígenas. Sin embargo, más allá de ese
rentes orientaciones sexo-afectivas como lo pretendía el tér-
personaje o de ese suceso político, la legitimidad de la noción
mino en su origen. Valga recordar que el término gay surge diversidad para perdar la realidad social y política en amplios
como categoría de identidad política para contestar el discur-
sectores de la sociedad mexicana se ha ido construyendo en
so medico y policíaco de la homosexualidad y para reivindi-
el llamado proceso de democratización que se gesta desde 141s
car una actitud vital y positiva hacia la sexualidad (gaysigni-
años ochenta y particularmente los años noventa. Ese dis-
fica alegre), frente a los valores estoicos y mortificantes del
curso que proviene de las luchas ciudadanas pasó a formar
ideal sexual y, en general, de la sensibilidad ideal del patriar-
parte del lenguaje novedoso de las instituciones que se cons-
cado, más común tal vez en los años sesenta y setenta, cuan-
truían en la llamada transición democrática, tales cómo el
do el término gay adquirió su uso claramente político. Instituto Federal Electoral/ (con sus spots de radio y televi-
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sión) y particularmente el Conapred (Consejo Nacional para 2.= Su uso como término 'sombrilla'
Prevenir y Eliminar la Discriminación). En el corazón de esta
Estrechamente ligado al uso como eufemismo, se encuentra
nueva ética cívica aparece un valor central: 'el respeto a las
el uso del término 'diversidad sexual' como término 'som-
diferencias'. Es en .este escenario cultural y político que la
brilla' para una diversidad de identidades sociales, históricas
noción dé 'diversidad sexual' se nutre de una savia fuerte que
le otorga un enorme potencial. De hecho, en la medida en y políticas, portadoras de sus propias limitaciones y posibili-
que este discurso de reconocimiento y 'respeto a las diferen- dades liberadoras, no completamente exploradas en sí mis-
mas. El problema con este uso 'sombrilla' es que introduce
cias' logra mayor consenso, se ha podido avanzar en la visua-
lización y proscripción de la discriminación o al menos de sus en una misma visión ideológica y polítida,,homogeneizándó-
formas más evidentes y groseras. los, a personas y grupos con Inte-feses, experienciaS de vida,
Resta alertar, sin embargo, que el 'respeto a las dife- necesidades y posiciones sociales, simbólicas y políticas di-
versa. Ciertáinetite; hay elenientos—c-oinunes que pueden
rencias' con todo y su importancia como valor de las socie-
dades democrática's, no es un terreno indisputable en. la servir para agrupar a individuos o prácticas sexuales bajo este
término, el más importante de ellos es su posición heterodo-
arena política; por 'el contrario, puede ser retomado por los
grupos interesados en mantener la ortodoxia, esto es, el dis- xa en el campo sexual, esto es, su disidencia frente a las ide-
curso y las posiciones dominantes, en el campo sexual. La ologías sexuales y de género dominantes, algo que se retorna
'diferencia' fue precisamente lo que la derecha francesa rei- . más apropiadamente en el concepto 'disidencia sexual y de
vindicó en contra de la iniciativa de reconocimiento de las género', como veremos más adelante. Sin embargo, tanto
uniones del mismo sexo (Borrillo, 2000): "en la medida en por el uso corno eufemismo como por la no visualización de
que son diferentes no pueden reivindicar una igualdad jurí- las particularidades, la agrupación puede convertirse en un
dica", fue—e1ízonamiento. Esta experiencia tomada de otras espacio normalizado donde sea imposible reconocerse en la
diversidad de posiciones frente a los dispositivos de poder. En
latitudes debe servirnos para evitar que en las luchas en el
campo sexual en México .y en América Latina el concepto un escenario así, podría suceder lo que ya se ha denunciado
'diversidad sexual' pueda ser apropiado por los grupos con- bajo el nombre del 'clon gay', esto es, lá imposición de un
'modelo de ser gay' y sus consiguientes criterios de discrimi-
servadores con efectos contrarios a sus intenciones .origina-
les, como de hecho ya está sucediendo.17 El uso como eufe- nación interno-5, en las sociedades donde el discurso gay ha
entrado en una fase de normalización por el impulso deadi-
mismo o como parte de una actitud decente y, corno veremos
do del mercado. Dicho de otra manera, el térfnino
Más adelante, sus usos como término sombrilla para designar
la otredad de la norma heterosexual, incrementa la posibili- dad sexual' así Usado puede servir para subordinar u ocultar
dad de estas apropiaciones conservadoras de un término con precisamente a quienes resultan más inquietantes para,la
un potencial más radical. Como haremos notar más adelan- moral pública: los y las llamados tran.sgéneros, intersexuales
te, existe algo qüe podemos llamar con Borrillo (2000) y trans-éXnales,18 arpunto de no reconocerse así mismos/as.
'homofobia diferencialista', aquella que enfatiza la 'toleran- A
cia de las diferencias' para garantizar la inequidad jurídica.
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3. Su uso para referirse a la iotredadt de la heterosexuali- natural, completa, absoluta, el ser, al grado de que ni siquie-
ra tienen que decir su nombre (¿cuántos varones o mujeres
dad van por la vida diciendo 'soy heterosexual'?). Al usar el tér-
El término 'diversidad sexual', tal y corno está siendo usado mino 'diversidad sexual' para referirnos sólo a unos grupos
para agrupar a personas y grupos con identidades no hetero- particulares, los 'no heterosexuales', estamos actualizando
sexuales, es un absoluto equívoco tanto lingüístico como ide- en un lenguaje eufemizado y sanizado la dicotomía 'adentro-
ológico. El concepto diversidad sólo puede ser usado para a füera'; 'centro-periferia', 'Uno - otro ', 'completo - carente',
caracterizar a una totalidad de unidades de una especie: de del heteroSexiSmó.2 9 Existe un afuera, una periferia: 'los ac-
Canicas, de vestidos, --de sombreros, de- personas - o de cual- VeiS-os', pero que por reflejo simbólico da vida a un todo que,
quier otra categoría no a unapartedeltodo.. Cuando deci- ese sí, no es diverso, sino homogéneo, unificado. Por eso
mos, por ejemplo, 'la diversidad de canicas' nos referirnos a cabe preguntarse, ¿si unos grupos son 'de la diversidad
la totalidad de canicas, a que éstas son diversas entre sí, unas sexual' entonces los otros, los no gay, lás no lesbianas, los no
rojas, otras verdes, otras amarillas con rojo, etcétera, pero bisexuales, los no transgéneros, etcétera, esto es, los 'no di-
sería absurdo decir "es una canica del grupo de la diversidad versos' ¿qué son?, ¿los de la homogeneidad sexual?,_ ¿lps de
de canicas". Todas son canicas y todas son diversas entre sí. la unicidad sexual? Detrás de este uso de las categorías se
No existen grupos de la diversidad, existen. miembros de una reproduce de nuevo el viejo correlato heterosexista del nor-
totalidad diversa. Lo mismo sucede con las personas y la mal y los raritos, los normales y los perversos. Los diversos
sexualidad. Todas son personas y todas tienen una .sexuali- de ahora son las locas de antes, pero en un lenguaje política-
dad diferente, son miembros de una totalidad que es diversa: mente correcto. Se trata de una concepción que difícilmente
las personas. puede consegUir en la arena política algo más que la tole-
Este equívoco lingüístico refleja una posición ideológi- - Tanda del poderoso. Me parece que tenemos que' cambiar los
heterosexista, patriarcal, no del todo consciente, incluso conceptos .o su uso si queremos cambiar ros efectos políti-
ca
para los y las activistas de los derechos sexuales. El uso del cos.21 Los grupos de la diversidad sexual simplemente no
térinino'diiersidad sexual' para referirse sólo a ciertos gru- existen, al menos que incluyamos entre esos grupos de la
pos, mantiene incólume un elemento central del sistema de diversidad sexual al grupo heterosexual y al grupo de los que '
sexo-género, también llamado sexista: el heterosexismo, esto no asumen ninguna identidad. Eso lo podemos hacer supo-
es, la ideología y práctica que jerarquiza las sexualidades.,y niendo que es apropiado y políticamente . estratégico referir-
coloca a la práctica y a la identidad heterosexual como su- se a la totalidad de personas de una sociedad, que de hecho
perior a las otras práCticas e identidades sexuales.19 El hete- tienen una sexualidad diversa entre sí, como organizada en
rosexismo configura un - siStema de identidad: "el heterose- grupos: los heterosexuales, los gays; las lesbianas, los bise-
xual vs. los otros" (algo que ha atrapado el habla popular xuales, los transgéneros, los que no asumen identidad y
cuando dice "es de los otros" para referirse precisamente a otros que se le agreguen según las políticas de agrupación
los homosexuales), que coloca en el plano simbólico a la diversas o los criterios de distinción social y sexual. Si este
heterosexualidad como la identidad central, única, normal, uso del concepto 'divers'idad sexual' és lingüísticamente
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correcto, no cibstante, queda por discutir su sustento en la


teoría y en la investigación y sus consecuencias políticas. •
Este es un tema que merece particular atención y que
nos lleva a tres asuntos de fondo: ¿Cuál es la posición teóri- Los discursos dominantes
ca que hace posible y deseable la afirmación de que la exis- del campo sexual: su visión
tencia sexual de las personas es 'diversa'? ¿Qué implicado- integrista22
nes tiene para la manera de pensar las identidades sexuales?
¿Qué implicaciones políticas tiene un concepto de diversidad
sexual para referirse n6 sólo a la diversidad entre la totalidad
de las personas de una sociedad, sino a la sexualidad dentro
de cada persona?

El concepto de 'diversidad sexual' surge en el campo sexual


para cuestionar las reglas mismas de organización del campo,
esto es, las ideologías dominantes que construyen las distin-
ciones "pertinentes" alrededor de la existencia sexual de las
personas, a partir de las cuales se deriVan poderes y beneficios
para quienes cumplen con los criterios "distinguidos". Por
ello, es importante la claridad teórica con relación a la com-
prensión de las ideologías que organizan el sistema de distin-
ción sexual; con ello me refiero al sistema de representacio-
nes dominantes de la existencia sexual de las y los sujetos.
Desde la teoría queer que sustenta este ensayo, este sis-
tema dominante contiene tres formas de entender y reducir
la existencia sexual:./. El binarismo sexual, 2. El binarismo
de género, 3. El binarismo erótico. En cada uno de estos tres
aspectos se instauran particulares dispositivos de.poder/saber
sobre diferentes aspectos de la vida sexual de las personas (y
por lo tanto sobre las personas mismas) que son silenciadas,
reprimidas, limitadas, oprimidas. La organización de estos
tres aspectos a través de una serie de dispositivos de poder23
es lo que el feminismo ha llamado sistema de organización

4.
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se oponen y complementan., es una idea central del sistema


sexo-genérica, o sistema patriarcal (Rubin, 1975). Este siste-
sexista. Es la parte dura del sistema de representaciones,
ma, como veremos más adelante, se apoya fundamental-
.mente en dos ideologías poderosas: el androcentrismo y el pues parte . de una supuesta evidencia biológica, corporal,
material: el pene y la vagina. Un entrevistado, ingeniero
heterosexismo. Por su importancia para entender este siste- agrónomo, del norte de México, en mi trabajo de campo lo
ma de opresión sobre la existencia sexual, así como la radi- dijo así en su defensa homofóbica de la antinaturalidad de la
calidad que introduce el concepto de diversidad sexual, nos práctica homosexual: "Por eso el hombre tiene un pene y la
extenderemos en el análisis de ese sistema de binarios del mujer una vagina, uno entra en la otra, para eso están, es
patriarcado. Su análisis nos servirá para despejar muchas de como el tornillo y la tuerca". Pero si observamos los cuerpos
las creencias, valores, supuestos y concepciones que persis- no encontramos nada que nos indique ni oposición, ni com-
ten incluso en personas que en otros aspectos se consideran plementariedad en sí mismos. En realidad la concepción de
progresistas o luchadores contra toda forma .de opresión. la oposición y complementariedad se deriva de'una concep-
ción sexual patriarcal que supone que los sexos se definen
por los genitales y anuncian que el fin de la práctica. sexual
1. El binarismo sexual es la reproducción y, por lo tanto, debe ser entre hombre y
A menudo, cuando se define el concepto zénero se le distin- mujer. Esto es, la ideología reprodu-CtiviSta y, la _ideologia
gue del concepto sexo; se dice entonces que el sexo se refie- heterosexista.
re a la dimensión biológicay el género a las expectativáS de El binarismo sexual - es la ideología y práctica de cons-
ComPOrtarhie—rito:,s_ócialtriente asignadas a los sexos. El géne- truir dos sexos de los cuerpos humanos. Esta ideología y
ro aparece así ario a — construcciónsocial, mientras que el práctica, como. ya vimos anteriormente, se encuentra ligada
sexo aparece como el dato duro, lo biológico. Sin embargo, a ideologías centrales del patriarcado:: su visión reproducti-
el concepto sexo es también una construcción social, es decir, vista de la sexualidad y su heterosexismo. Pero el binarismo
sexual tiene que enfrentarse. a una serie de evidencias cor-
es una cateibríá-quiii-61WMit e ordenar la realidadde cier-
ta nan.EfáTélb iféiélárileuláres efectos de distinción social, porales que nos muestran que el asunto de formar dos sexos
perfectamente distintos (además de opuestos y complemen-,
y.pólincos.24 Taf vez se entienda mejor este asunto si anali-
tarios) es más un trabajo conceptual y > quirúrgico que una
ámos trri-a frase de uso común (incluso entre activistas):
"son una pareja del sexo opuesto". ¿Por qué pensamos que constatación de la naturaleza (Wilchins, 2004). Esto es lo que
lossexos se oponen?, ¿cómo hemos llegado a pensar que un nos muestra esa variedad sexual que durante mucho tiempo
se llamó hermafroditismo y que hoy_se_reconoce dentro de
sexo se opone a otro?
Esta concepción de los sexos opuestos„ además de con- esa realidad más amplia llamadaintersexualidad:"personas
tener una concepción machista dever al otro como opuesto, que nacen con características sexuales cromosómicas, gona-
contiene una concepción heterosexista que considera a los dales, genitales u hormonales que no coinciden con las cate-
varones y a las mujeres como sexos opuestos que se comple- gorías sexuales binarias de, macho y hembra humanos".25
mentan. La idea de que existen sólo dos sexos y que además
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Estas variantes sexuales al nivel biológico han sido cla- variante es atribuida a la, trayectoria hormonal durante la
sificadas por la ciencia de varias maneras. El llamado síndro- etapa embrionaria (menos hormonas macho). En la literatu-
•me de Tumer consiste en que el par cromosómico 23, esto es, ra científica se llama 'deficiencia del"esteroide 5-alfa reduc
el relacionado directamente con lo que en occidente se tasa" a una variante sexual que consiste en nacer con un per
entiende como sexo biológico, no es un par sino una X. En XY pero con genitales externos ambiguos, con un• escroto
este caso la persona tiene un desarrollo gonadal diferente, que parece labios mayores y la ausencia de pene o presencia
tienen genitales externos de hembra, pero no existe un desa- de un pene que parece clítoris y con testículos que no des-
rrollo de ovarios. Ciertas características sexuales secundarias cienden.27 En general a estas personas se les considera hom-
no aparecen, al menos que se sigan tratamientos hormona- bres, pero otras son consideradas, mujeres. A la edad de la
les.. El llamado síndrome de Klinefelter, por su parte,. se ca- pubertad, con la activación del sistema hormonal, experi-
lacteriza por tener, en lugar del par cromosómico, un trío mentan el descenso de los testículos y la aparición de rasgos
cromosómico: XXY. Sus genitales externos son de macho, sexuales secundarios de macho, el pene crece, ocurren erec-
- pero generalmente diferentesal ideal y durante mucho tiem- ciones y la penetración puede ocurrir, pero sin inseminación
po muchos textos se refirieron a esos genitales como atrofia- debido a la condición de la uretra (Dorais, 1999).
dos. En la literatura científica se han señalado algunos otros Está claro que las variantes cromosómicas y la presen-
rasgos relacionados con su musculatura menos desarrollada cia de genitales hembras y machos, externos e internos, así
y su gran talla longuilinia. También existen los humanos con como de rasgos sexuales secundarios diversos nos remiten a
cromosomas XYY y XXX, llamados superhombres y las una realidad sexual que lejos está de ser atrapada por nues-
supermujeres en la literatura científica. Este) en lo que res- tros estrechos conceptos binarios. La realidad de la interse-
pecta a los sexos cromosómicos. Existen, sin embargo, va- xualidad, una realidad en laque se encuentra entre 1% y
riantes que involucran otros aspectos que contribuyen a 3% de la población, según varios autores como Fausto-
construir lo que llamamos sexo: "el sexo gonadal, el sexo Sterling y Dorais, 28 nos evidencia .que, en lo que concierne,
• genital y el sexo hormonal". al sexo biológico en la especie humana, lo que existe es un
En este sentido se señalan en la literatura sobre el tema continuo, no una dualidad. Hay mucho más que macho y
dos variantes (la ciencia sexista suele llamarlos fenómenos). hembra, hay dualidad en una sola persona, hay ambigüedad
Una de ellas consiste en personas que siendd embriones cro- en. otras. La naturaleza biológica del ser humano no es bilia-
mosómicamente hembras experimentaron una sobreproduc- ria, el binarismo sexual es una construcción cultural. Una
chón de hormonas machos.26 A esto se le llama hiperp lasia estudiosa del tema señala que al menos existen cinco sexos
suprarrenal. La/el recién nacido/a tiene genitales internos de en la especie humana: hembra, macho, el hermafrodita ver-
hembra 'y órganos genitales externos de macho. Otra varian- daCiéro
--- - (quien posee un testículo y un ovario), el pseudo:
te relacionada con la producción hormonal se llama el testí- hermafrodita macho (que tienen testículos y algunos aspec-
culo feminizante. En este caso, en el ámbito cromosómico se toS--de'la gemtalidad de las hembras, pero no ovarios) y las
trata de un individúo XY, macho, pero con órganos genitales pseudo hermafroditas hembras
... (quienes
_ tienen ovarios y
externos de hembra; no obstante, no tiene ovarios. Esta algunos aspectos de los genitales machos, pero no tienen tes-
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La transexualidad hace referencia a aquellos varones y


tículos). Menciona; además, que las características de macho mujeres en él árribito cromosómico, genital y gonadal que,
o Senibra pueden variar en cada una de las categorías sufriendo una disonancia entre su cuerpo -y su sentido de
(Fausto-Sterling, 1993). 29 identidad sexual (a qué sexo sienten pertenecer), se someten
La manera de lidiar con esta realidad de la naturaleza a una operación quirúrgica en su edad adulta con el fin de
por parte de los dispositivos de poder médico ha sido, sin transformar sus órganos genitales externos y realizar otras
embargo, tratar de ajustar a la naturaleza al binarismo occi- modificaciones corporales. Existe, lo que se conoce como, un
dental y su concepción de que sólo dos sexos existen y deben proceso de reasignación sexual que involucra fundamental-
de existir. A una operación conceptual que arranca en un mente los genitales. A pesar de que operaciones se reali-
fundamentalismo o ,integrismo sexual y con una lectura zan con el aval de instituciones médicas, los y las transexua.
metafísica de la naturaleza ("se equivocó la naturaleza", "es les se enfrentan a múltiples dificultades tanto en su proceso
un error de la naturaleza"), sigue una operación quirúrgica. de transformación corporal como en sti proceso posterior, de
La cirugía iene
interv i para hacer realidad nuestros
integración social.. El costo de las operaciones y los trata-
dogmas sexuales y calmar las ansiedades inducidas de los mientos que las acompañan no pueden ser solventados por
padres, las instituciones médicas y la soCiedad,--30-Así corno se la mayoría de las personas transexuales en nuestros países y
utiliza el bisturí o el cuchillo para conformar a las mujeres de los intentos de-legislar para que corran a cuenta. del. sistema
ciertas sociedades al ideal cultural de mujer a través de la de salud pública encuentran resistencias própias de laincom-
remoción del clítoris
• o a los bebés en varones a través de la prensión, Como considerar que se trata de cirugías estéticas
circuncisión ritual, así nuestra sociedad
. utiliza
_ el bisturí para superfluas. La realidad es que muchos individuos transexua-
hacer hombres o mujeres. les presentan comúnmente trastornos emocionales que tie-
En años recie=ntes Muchas personas que sufrieron en la Tien que ver con las dificultades jurídicas y. médicas para
infancia y sin su .consentimiento este tipo de operaciones cambiar_ su. identidad social, empezando por su nombre, así
comenzaron a organizarse para reclamar la violación de sus como por la violencia del entorno. Estas dificultades se tra-
derechos humanos y a cuestionar los criterios binarios de la ducen en obstáculos para conseguir empleo, en inseguridad
sociedad que los hace o los hizo pasar por monstruos; es el económica y en acoso policiaco y vecinal que, a menudo,
caso en Estados Unidos de la Sociedad Intersexual de Nortea- repercuten en su' capacidad para solventar los gastos médicos
mérica (isNA, por sus siglas en inglés). Un interesante movi- involucrados en su transformación. Esta incapacidad impac-
miento polítiéo en este sentido, crítico del binarismo sexual, ta, por su parte, en sus condiciones de pobreza, marginalidad
se avizora a futuro en nuestro país y en el mundo. Algunos y mala salud. Aunque en nuestros países latinoamericanos
intersexuales, sin embargo, en la medida en que viven en no hemos desarrollado una conciencia política extendida y
disgusto hacia su• condición sexual y sienten pertenecer a amplia alrededor de la discriminación que sufren las perso-
una identidad sexo-genérica diferente a la asignada desde la nas transexuales, menos aún una reforma legal y médica al
infancia, prefieren considerarse dentro de la categoría de la respecto, ya en diversos países del mundo se ofrece gratuita-
transexualidad. menteel servicio de cambio de sexo y los servicios médicos,
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sociales y legales•a, esta población. En América Latina la orga- género atribuidos a los colores y a lo que sea son siempre
nización de la población transexual tiene poco tiempo, aun- convenciones sociales y, como tales, sujetas a disputa y a
que ya empieza a hacer escuchar su voz con creciente fuer- cambio.
Un uso equivocado en muchos activistas que refleja
za en el espacio legislativo y cultural.
esta concepción dominante que naturaliza las construcciones
de género al remitirlas a las propiedades corporales es preci-
2. El binarismo de. género samente la referencia equívoca a los genitales con conceptos
de género, esto es, llamar genitales masculinos y femeninos a
El sexismo hace derivar del dualismo sexual antes mencio- los genitales de hombres y mujeres, respectivamente. No
nado, otro dualismo, el dualismo de género: la noción de existen genitales masculinos o femeninos, pues lo masculino
que de los cuerpos machos y los cuerpos hembras se derivan y lo femenino no son propiedades intrínsecas a las cosas ,o
naturalmente disposiciones diferenCiadas de sentir, percibir, Seres, sino un significado atribuido y que se pretende.natura-
penSar y actuar. Se supone que los machos biológicos están desde lá lectura patriarcal, que es la lectiiik dominante.
predispuestos naturalmente a desplegar una serie de dispo- Cambiar el lenguaje es empezar a cambiar las concepciones.
siciones llamadas masculinas y las hembras biológicas otras En ese mismo equívoco se encuentran las frases 'sexo feme-
llamadas femeninas. Las distintas trayectorias subjetivas y nino' y 'sexo masculino' o, pero aún, 'personal femenino' y
sociales de varones y mujeres con sus consecuencias de des- 'personal masculino', para decir machos y hembras biológi-
niveles de poder económico, político, social, son justificadas cos, o de plano hombreS y mujeres. Ciertamente, estos equí-
por las ideologías sexistas al considerarlas expresiones de esa vocos reflejan cuestiones ideológicas de fondo que tienen que
supuesta naturaleza corporal distinta (hormonal, cerebral, ver con la naturalización de las diferencias de género, pero
genital, gonadal). La gran paradoja consiste, sin embargo, en también con el integrismo de género que se deriva de esta
que la sociedad configura una diversidad de dispositivos de ideología que remite al cuerpo lo que son conductas aprendi-
poder para construir en .cada individuo y socialmente estas das: la noción de que las personas con genitales machos están
características que, siendo consecuentes, habrían de expre- destinados por la naturaleza y al mismo tiempo deben (la
sarse naturalmente y sin ningún condicionamiento social. paradoja) volverse masculinos, esto es, hacerse hombres,
Esta paradoja y muchas evidencias más de. tipo antropológi- mientras que las personas con genitales hembras están desti-
co han mostrado que los conceptos masculino y femenino y nadas y deben volverse femeninas, esto es, mujeres. En este
'su uso para clasificar de tal o cual manera conductas, obje- sentido, el hombre femenino o la mujer masculina o los
tos, seres, cualidades y relaciones, son completamente arbi- hombres y mujeres que integran comportamientos y cualida-
trarios, construcciones sociales heredadas. No hay nada des consideradas masculinas y femeninas en su propia perso-
intrínsecamente masculino en el color azul, en unas botas na y en diferentes grados y circunstancias (andróginas, tra-
vaqueras o en una forma de caminar, por decirlo llanamen- vestís o transgéneros) no pueden ser aprendidas con esta
te, corno nada femenino en el color rosa, unas zapatillas 6 conceptuación binaria e integrista, al grado de que su identi-
una forma de tornar la taza del café. Los significados de ficación como hombres y mujeres se pone en entredicho.

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En la. medida en que estos sujetos cuestionan la su- por expresión de género) que conduce al suicidio (Dorais,
puesta naturalidad de las construcciones de género, la socie- 2000), a trastornos emocionales duraderos o al fracaso esco-
dad patriarcal construye sus dispositivos de saber/poder para lar, es producto del androcentrismo incorporado por los suje-
conformarlos/as a sus conceptos y regímenes de identidad. tos, así como del desprecio .en general hacia lo femenino. El
Como - la: ideología dominante no puede admitir que está hombre afeminado pareciera renunciar al poder derivado de
equivocada, entonces plantea que quienes e- stán equiVocadoS su potencial masculinidad en la sociedad y recordarnos que
son los cuerpos y las mentes;.así, se dice: "faltan o sobran hor- ésta, la identidad masculina, es aprendida socialmente, lo
monas", "sus genes son diferentes", "tienen un hipotálamo cual resulta inaceptable desde el sistema patriarCal. Por su
del sexo opuesto", "padecieron problemas de identificación parte, la mujer masculina es vista como alguien que ambi-
con sus padres o madres", etcétera. De nuevo subsiste en este ciona un poder que la sociedad sexista ha reservado a los
planteamiento la idea de que la naturaleza se equivoca. La sujetos que tienen pene y se portan. de manera masculina.
patologización de la disidencia de género desde la medicina o Ambos resultan amenazantes, es por. eso que algunas perso-
desde la psicología,...a través de ese invento homofóbico y nas consideran que hay que someterlos, violentarlos, casti-
, misógino llamado„"Desorden de Identidad de Género" (con el garlos, darles una lección ejemplar. Por si fuera pdco, tanto
que se diagnostica a la niña qué no le atraen lasmuñecas o al el hombre afeminado como la mujer masculina ponen en
niño que prefiere el teatro al fútbol), es el correlato de la vio- entredicho el caráéter supuestamente natural de los géneros,
lencia de padres y familiares, de compañeros de escuela, de algo que para muchas personas resulta insoportable e intole-
compañeros de trabajo, de vecinos, de cualquiera que consi- rable desde el punto de vista social y personal. La sensación
dere su tarea u obligación hacer valer y forzar la adscripción íntima de muchas personas homofóbicas es de sentirse vio-
a las concepciones dominantes de género.
,, lentados por la presencia del otro diferente. El otro lexecuer-
Ciertamente, el binarismo de género involucra además 'da su propia potencialidad reprimida, su propia experiencia
de esa concepción dual.e integrista de los géneros masculino de represión como parte del proceso social sufrido de mascu-
y femenino otro elemento, el androcentrismo: la ideología y linización y feminización respectivas. Un proceso que, hay
práctica cotidiana de jerarquizar a las personas, los objetos y que decirlo, implicó una violencia sobre sus capacidades,
los seres del mundo según sus connotaciones de género, y de humanas. La violencia contra los otros diferentes es una vio-
colocar como superior a lo masculino y a los varones. La otra lencia para acallar lus voces internas que le hablan desde lo
cara del androcentrismo, hemos dicho, es la misoginia, el más íntimo, así como una proyección de una envidia pro-
desprecio a lo considerado culturalmente femenino y a las funda hacia quien se decide hacer lo que él o ella cancelaron
• mujeres. Pero también a los hombres que no cumplen el para sí.31
ideal social de masculinidad, El desprecio homofóbico hacia Por otra parte, el binarismo y el integrismo de género
los varones afeminados que llega a niveles inimaginables de que acompañan al binarismo e iritegrisino sexual menciona-
brutalidad (como su encierro en hospitales psiquiátricos o su do en el apartado anterior, involucran una concepción adi-
muerte) o menos visibles, pero no menos brutales, Como la cional: la supuesta compleMentariedad en el plano psicológi-
burla cotidiana en las escuelas públicas y privadas (el bulling co, doméstico y social que garantizan la reproducción social
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ordenada. Concepciones sobre la naturaleza masculina y privada homosexual, sino su transgresión de un orden de
femenina estructuran y legitiman así los roles domésticos y género considerado sagrado, por algunos, o vital para cons-
extradomésticos de hombres y mujeres e identidades sociales truir su identidad, sus privilegios sociales y su noción de
básicas: madre, padre, esposa, esposo, hija, hijo, trabajador, seguridad, para otros. La comprensión de esta especificidad
ama de casa, entre muchos otros. Las supuestas característi- de la violencia de género es lo que ha llevado a la creación
cas afectivas de ella e instrumentales de él se complementan en Estados Unidos de una organización específica en relación
naturalmente para,. de nuevo, formar la unidad -reproducti- con el derecho de género (Wilchins, 2004). Este derecho de
va, tanto biológica,. como social: la familia, que no es más que género significa el derecho a la libre expresión de género que
una forma histórica de unidad doméstica: la familia patriar- más se nos acomode y el derecho a cambiar las veces que así
cal (pues existen y pueden existir otras formas de conviven- se desee.34 Cabé- inencionar tamhién que, a menudo; perso-
cia social). nas que se dicen aceptantes de la diversidad sexual, incluso
El feminismo y los estudios de género sobre los varo- hombres y mujeres gays, lesbianas o bisexuales, se muestran
nes han puesto al descubierto desde hace tiempo la historia intolerantes y hasta justifican la discriminación hacia las per-
de poder y violenda que posibilita estas configuraciones sub- sonas que transgreden la identidad de género esperada por
jetivas y sociales, pero también las desigualdades que involu- las ideologías dominantes. Esas formas de discriminación
cran. No obstante, tanto las concepciones sobre la familia, adqüieren modalidades y justificaciones diversas: "yo soy
como las concepciones dominantes sobre el amor y el erotis- hombre y aunque sea gayme tengo_ que portar como varón,
mo sirven en estos casos como apoyos ideológicos para no como mujer, por esó no acepto a las vestidas" o "las ves-
cimentar este orden de género de la sociedad. tidas se pueden vestir como jirafas si quieren, pero yo tengo
Cabe mencionar que la disidencia de género de huma- el derecho a reírme de ellas", en lo que constituye una argu-
nos machos o hembras que tienen un comportamiento an- mentación que va acompañada tanto de un desconocimien-
drógino o transgénero,32 aunque fue reivindicada en sus ini- to de que la transgeneridad y el llamado afeminamiento de
cios por el movimiento gay, ha ido diluyéndose en la crítica. algunos varones o la masculinización de algunas mujeres no
general a la homófobia, sin entender la especificidad de la es un mero disfraz o una simple elección (sino que responde
experiencia de violencia por género no siempre relacionada a sensibilidades con raigambres profundas como cualquier
directamente con la violencia por preferencia .sexual.33 En sensibilidad), lo mismo que de una incomprensión del valor
muchas regiones de nuestro país y de América Latina lo que del respeto y su importancia para la plena vigencia de los
se castiga, fundamentalmente, es la transgresión pública de derechos humanos en la vida diaria. En todo caso, olvida que
los géneros; .no tanto la experiencia secreta de tipo homoe- todas las formas de expresión de género son construcciones
rótico. Lo que angustia y lo que tratan de acallar los compa- sociales y que lo que ahora nos parece normal es un asunto
ñeros de trabajo, de escuela, los vecinos, en el hombre afe- de convención heredada históricamente y, en última instan-
minado y la mujer masculina, o en el atrevimiento del tra- cia, un asunto ideológico y político. La normalidad, cuando.
vesti, no es, en la mayoría de los casos, su. supuesta práctica no.es un simple asunto estadístico, es una pretensión ideoló-

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gica de los poderosos, pero, en cualquier caso, no debe servir varones que imitan, por ejemplo, a una cantante famosa o
de principio para negar el derecho a vivir en la diferencia, las mujeres que realizan fonomlnia de un cantante varón".
con respeto y equidad. • kesa variante del travestismo se le suele llamar con otro tér-
Cabe mencionar que a menudo la violencia sufrida por mino: transformismo,. Existe también: algo que podríamos
muchas personas transgéneros a veces las lleva, a su vez, a llamar el travestismo ritual en diversas ceremonias tradicio-
incorporar una transfobia que se expresa hacia sí mismas/os nales,de muchos pueblos, en las cuales algunos varones, so-
o hacia sus propias compañeras o compañeros que no se vis- bre todo, pero también mujeres, pueden vestirse con ropas
ten bien y no pasan verdaderamente por hombres o mujeres, consideradas propias de otro sexo o púa representar papeles
en una espiral de violencia y automarginación que fomenta de género diferentes. •
la falta de solidaridad en el propio colectivo 'social. Finalmente, cabe mencionar que estas.formas de trans-
El travestismo es una manifestación de transgresión gresión del género socialmente esperado, nada nos dicen en
social, en la vestimenta y en los complementos de la misma, . sí mismas de la preferencia sexual 'de los sujetos. Así, es
del género esperado socialmente en virtud del'sexo biológico. común que existan varones que praCtican el travestismo feti-
La diferencia con la transgeneridad es que este término se chista, poniéndose la ropa de la .esposé cuando ella no. está,
suele utilizar para referirse a formas de transgresión del géne- o estando ella, pero que siguen siendo heterosexuales. Tam -
ro que además de involucrar la imagen a través de la vesti- bién existen hombres que han realizado modificaciones a
menta implica rasgos sexuales secundarios: "la modificación través de hormonas de rasgos sexuales secundarios y que
del vello facial o en el pecho, la modificación de los senos, por gustan de las prendas femeninas, pero, que tienen preferen-•
mencionar dos. El deseo de modificar rasgos sexuales prima- cia erótica por las mujeres.
rios suele asociarse más bien con la transexualidad".
Ahora bien, existe algo que también suele llamarse tra- 3. El binarismo erótico y el heterosexismo
vestismo fetichista, que se refiere fundamentalmente a la
expresión comportamental de la sexualidad que involucra la Los binarismos sexuales y de género adquieren un cierre ide-
excitación por usar ropas o complementos considerados pro- ológico (que genera una sensación de coherencia y unicidad)
pios del otro sexo en nuestra sociedad: los varones que se en la heterosexualidad patriarcal, ese producto ideológico y
excitan con prendas íntimas de sus esposas o las mujeres que social del heterosexismo. La heterosexualidad patriarcal, 'en
gustan usar calzado masculino por motivaciones eróticas. La la medida en que implica la sexualidad de los diferentes, esto
literatura sexológica sobre el tema suele coincidir en señalar es, de los que previamente han sido definidos como opues-
que esta forma de travestismo fetichista es más común en los tos y complementarios, se constituye en el espacio ideológi-
varones heterosexuales de lo que se piensa, e incluso se dice, co que provee de sentido a los anteriores binarismos, pro-
.son la mayoría. yectándolos en una finalidad biológica y social: la reproduc-
Otra variante del travestismo es aquella que suele ción de lá especie y la reproducción social de un modeló de
acontecer por razones artísticas, esto es,. el travestismo que se pareja y familia donde el macho-máscUlino-heterosexual
realiza para representar a algún personaje de otro sexo: "los
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vuelto padre-esposo tiene preeminencia de autoridad y pri- recursos ideológicos poderosos que sirven para apuntalar el
vilegios. Al mismo tiempo, los anteriores binarismos• que las heterosexismo. Estos recursos adquieren cada vez mayor
ideologías sexistas naturalizan, transfieren esa naturalidad a importancia en la medida en que las ideologías de género
un deseo y una práctica sexual institucionalizada: la hetero- dominantes y. la ideología *sexual reproductivista pierden
sexualidad patriarcal. La ideología reproductivista de la legitimidad bajo el embate de nuevas visiones sobre la sexua-

, sexualidad, aquella que considera que el único fin yálido.,y lidad. y el placer, procedentes tanto de ciertos movimientos
natural de las relaciones sexuales es la reproducción se•con- sociales como el feminismo y los movimientos* de liberación
vierte en el pilar fundamental del heterosexismo y del bina- Lárn, como de la inversión capitalista en bienes y servicios
rismo sexual yAe género. relacionados con el erotismo o que utilizan el erotismo para
La heterosexualidad patriarcal es el producto del en- estimular 'el consumo de otros bienes.
cumbramiento de la heterosexualidad como la única identi- En este marco, me interesa enfatizar y explorar aquí la
dad sexual válida (por ser la única natural o acorde a un plan manera en qué tres recursos ideológicos trabajan para apun-
divino). Involucra la jerarquización de las identidades .eróti- talar el heterosexismo: a. La ideología heterosexista del
cas diferentes: la identidad homosexual, bisexual, lesbiana y, amor, la pareja y la familia, b. La ideología que reduce el.'
en general, de relaciones entre otras personas que no sean hecho homosexual al acto genital y desconoce el amor entre •
• entre varón masculino y mujer femenina (como mujer mas- personas del mismo sexo y, c La ideología sobre las 'otras'
culina y hombre femenino, hombre femenino y mujer feme- sexualidades, principalmente la homosexualidad, esto es, las
nina, hombre masculino y hombre masculino, mujer feme- concepciones homofóbicas, también llamada homofobia
nina y mujer femenina, etcétera). Asimismo, involucra la cognitiva.
marginación y desprecio de otras experiencias eróticas,
incluso entre varón masculino y mujer femenina: sexo anal, a. El heterosexismo y el amor
fellatio, cunnilingus, fetichismo, -etcétera. Todo un mundo de
posibilidades de experiencias eróticas y amorosas y de rela- Las concepciones dominantes sobre el amor se apoyan en —y
ciones de género es condenado, prohibido, desvalorado, nutren— la ideología heterosexista al apoyarse y nutrirse de
patologizado, burlado, reprimido, censurado e, incluso, cri- las ideologías de género dominantes y su concomitante bina-
minalizado. rismo. Esto es, en la,medida en que, según estas ideologías de
Es importante entender cómo se sustenta y legitima género dominantes, los hombres y mujeres tienen naturale-
`esta ideología heterosexista. En este sentido, cabe recordar lo zas corporales y psíquicas diferentes (que destina roles socia-
dicho anteriormente sobre las ideologías binarias sexuales y les diferentes), que se oponen y coinplementan (los hombres
de género, así como lo dicho sobre el discurso sexual repro- son de Marte y las mujeres de Venus), están destinados natn-
ductivista: en la medida en que el único fin válido de la ralinerite a atraerse y Mili-Se. La metáfora de la media naran-
sexualidad, según la moral- Cristiana dominante, es la repro- ja se sustenta en estas concepciones sexuales y de género.
ducción, sólo la heterosexualidad vivida de cierta manera Asimismo, provee el fin último de los anteriores binarismos:
(orgásmica y genital) es válida. No obstante, existen Otros la pareja reproductiva como unidad corporal, psíquica y

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les. Aunque el discurso reproductivista del matrimonio sigue


social a través de la cual se reproduce el orden biológico y
siendo usado como argumento: "el fin del matrimonio es
social: la familia y la sociedad patriarcal. La rebelión feminis-
tener hijos, por eso es definido y protegido legalmente", para
-ta y el cuestionamiento de la naturalidad de los roles de rechazar cualquier extensión de los mismos derechos a unio-
género resultan tan amenazantes para el patriarcado precisa-
nes del mismo -sexo (un discurso que seguirá perdiendo peso
mente por esta razón: porque desestabilizan supuestos fun-
conforme avance el control de la fecundidad y otro modelo
damentales (como la noción déser mitades) y destinos socia-
de pareja), la. disonancia de género y amorosa cine provocan \
les obligados e idealizados: sobre todo, cuestionan el papel de
las uniones del mismo sexo en el imaginario dominante
madre-esposa tradicional sometida a los designios del padre-
(atinque cada- vez- pierda más terreno frente a las luchas del
esposo que detenta privilegios sólo por ser varón.
sobre el discurso amoroso se movimiento LGBTTI) juegan un papel fundamental. En este -
La apropiación _
una operación central_de la organiza- imaginario, el amor es un asunto no sólo de hombre y mujer,
debe entender como
también es un asunto de masculino y femenino _que se, com,
ción patriarcal, La noción del amor como complementarie-
plementan, que se distribuyen papeles emocionales y labora-
dad natural de sexos y de géneros es una noción fundamen-
les en el ámbito, doméstico, en fin: que se distribuyen .tam-'.
tal del heterosexismo. La historia de esta apropiación está
bien de manera inequitativa la 'autorida,d_y el poder.
. El dis
por escribirse, pero resulta por demás evidente. El amor, un
curso heterosexista• amor incluye todo esto.
vínculo inexistente o despreciable para el sistema patriarcal
La disonancia de las uniones del mismo sexo frente al
y su régimen de intercambio de mujeres y con ello de acu-
discurso del amor heterosexista estriba en concebir a dos
mulación de propiedades y alianzas durante muchos siglos
hombres destinados socialmente a tener autoridad o a dos
(Rubin, 1975) aparece en la historia de occidente . en un
nnijeres destinadas a servir, a establecer un vínculo de
momento determinado como un espacio de libertad y auto-
unión, de complementariedad, de pareja, a acompañarse en
nomía reclamado de los jóvenes hacia los padres, que en
una unidad de solidaridad y cuidados mutuos, incluso en
poco tiempo es reinsertado de nuevo en la lógica de género
una unidad reproductiva con hijos/as biológicos de: alguno
y poder dominantes. El discurso del amor hegemónico es un
.de los miembros de la pareja o adoptados. La disonancia
discurso que reincide en las dicotomías de género y que
amorosa de las parejas del mismo sexo frente al'patriarcado
anuncia una y otra vez (con todo y sus ejemplos de rebeldía
tiene que ver con el subtexto de género del discurso del amor
que fungen dentro del sistema como moralejas) el triunfo de
y de la pareja matrimonial en el patriarcado, la cuál concibe
la familia patriarcal, que ya no es lo que fue: unidad de pro-
hombres y mujeres en papeles distintos y en relaciones desi-
ducción (en el capitalismo se convierte en unidad de consu-
guales, de poder.
mo), pero•que pretende ser otro tipo de unidad a través del
En la noción de familia del discurso heterosexista
discurso amoroso: unidad psíquica y unidad deseante, com-
dominante este aspecto de la división de papeles de género y
plementaria y plegada en sí misma.
de poder entre hombres y mujeres es de suprema importan-
• La trascendencia de esta apropiación heterosexista del
cia. La defensa del modelo de familia heterosexual y el afán
discurso amoroso es evidente cuando se intentan legitimar
de deslegitimar a las familids homosexuales además de recia-
uniones no heterosexuales en el plano de los derechos civi-
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mar la supuesta superioridad de la heterosexualidad como la pareja patriarcal, al mismo tiempo que está abriendo la posi-
única sexualidad natural, también suele recurrir a la idea del bilidad de pensar en parejas de sexos y géneros distintos al
mejor interés de los menores, bajo el argumento de que sólo heterosexista, lo mismo que en otras formas de construir las
en la familia heterosexual podrán aprender los roles de géne- unidades domésticas.
ro naturales según su sexo, a través de la imitación de los El activismo que podamos hacer desde el feminismo,
papeles diferenciados entré mamá y papá. Esto es, el discur- desde el trabajo con varones desde una perspectiva de géne-
so heterosexista de la familia se presenta como la mejor ro o desde la postura de la democratización de la familia (rei-
garantía de reproducción del integrismo de género. Se trata vindicando la no-violencia, la equidad y los derechos de
no sólo pués, de un' discurso homofóbico, sino profunda- niños y niñas) con relación a formas de amor confluyente,
mente sexista. Es por eso que los movimientos que luchan abre las puertas simbólicas, al mismo tiempo, a otras formas
Por el reconocimiento de las uniones- del mismo sei6 han de amor no heterosexistas ni androcentristas. Dicho de otra
emprendido-don-ro parte de su lucha el reconocimiento de los manera, las historias de amor tradicional, en la medida en
distintd-s— tipos de farnilia en condiciones de equidad, esto que naturalizan el amor como un fenómeno de complemen-
incluye tanto a laS familias homoparentales (constituidas por tariedad sexual, de género y erótico, contribuyen a cimentar
parejas del mismo sexo), como a las familias monoparenta- el heterosexismo y el androcentrismo y obstaculizan el avan-
les, unipersonales, etcétera. A su vez, este intrincado nexo. ce de la legitimación de las relaciones amorosas entre perso-
entre el sexismo y la homofobia nos muestra la razón de nas del mismo sexo.
fondo de la alianza social, cultural y política necesaria entre
los movimientos feministas y los movimientos de la disiden-
b. Homofobid y heterosexismo: el silencio sobre el amor entre perso-
cia sexual y de género.
nas del mismo sexo •
Nociones novedosas de pareja y de amor, como el amor
confluyente que la sociología considera como 'una forma de El nexo naturalizado del discurso amoroso con el heterose-
amor novedosa con sus, valores de equidad y comunicación xismo va de la mano con la no' visualización y el silencio
frente a las formas de amor romántico basadas en la ideali- social, cultural (simbólico) y político en occidente del fenó-
zación y el binarismo de género, tienen la virtud de fungir meno amoroso entre personas del mismo sexo biológiCo (qué
como alternativas a modelos que son incapaces de incorpo- decir de la posibilidad de amar indistintamente a hombres y
rar las aspiraciones de equidad de las mujeres y de un núme- •mujeres). Esta falta de visualización no es inocua, es parte de
ro creciente de varones y los nuevos valores democráticos una tecnología de poder homofóbica que va de la mano con
(Giddens, 1992). El amor concluyente con su énfasis en la la construcción misma de la homosexualidad como identidad
confluencia de proyectos personales, la solidaridad y el radicada en el sexo.
acompañamiento, en detrimento de las identidades de géne- • Desde las tecnologías de poder modernas, la homose-
ro diferenciadas, se convierte en un discurso poderoso sobre xualidad se configura con relación a su sexo, no con relación
el amor y la pareja que ya está, imperceptiblemente si se a su dimensión amorosa. Esta reducción de la homosexuali-
quiere, minando el Prestigio simbólico de los modelos de

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'dad a la práctica sexual ha sido una de las tenazas centrales varones recuerda el potencial solidario de los varones, un
de las ideologías patriarcales, una tenaza invisible. El poder potencial que no tiene que pasar por la .competencia que
moderno sobre la experiencia homoerótica se construye, tanto fomenta la sociedad capitalista, ni por la homosociali-
dice Foucault (1988), al construir un personaje con relación dad de los privilegiados; 35 un potencial que no teme al con-
tacto corporal y emocional y se interesa en el otro y sus nece-
•a una práctica sexual, un personaje que se define por su •
sexualidad, que es metonomizado por un eje diacrítico: "con sidades.
quien tiene coito", a partir de lo cual se le obliga a construir La reducción de los sujetos a su sexualidad no es ino-
una identidad, un estilo de vida e, incluso, una política. Su cua, es parte de un ejercicio de poder heterosexista. Cierta-
compleja humanidad se esfuma y aparece en el imaginario mente, este efecto de poder tiene que ver con las ideologías
dominantes restrictivas y mortificantes alrededor de la
colectivo, inclusive en el imaginario de muchos que se iden-
tifican a sí mismos:como homosexuales, como un ser defini- sexualidad que construyen el concepto de normalidad
do por un deseo sexual específico, incluso por una sexuali- sexual, que prescriben los usos de los cuerpos y lá disposición
de la energía libidinal (incluyendo la libido-anal). Es por eso
dad insaciable, "un hambriento de sexo". Cabe mencionar
que no sólo los varones y mujeres homosexuales así metoni-
que esta sexualización ocurre históricamente tanto con rela-
mizados se vuelven sospechosos, sino también las mujeres
ción a la homosexualidad entre varones como entre mujeres.
que se apropian de y expresan su deseo en prácticas hetero-
La lesbianidad se convierte en el imaginario. patriarcal en un
sexuales, llamadas por la medicina decirnonónica ninfórna 2
asunto de frotamiento de genitales, de clítoris Monstruosos y
nas. Lo mismo sucede con varones y mujeres que tienen
deseos incontrolables; de esta manera, la hornofobia impe-
conductas que no suscriben • el sexo genital, orgásmico y
rante pretende convertir el vínculo amoroso entre dos muje-
reproductivo. Sin embargo, ninguno de los personajes pro-
res en una pretensión imposible ("pues el falo no está pre-
ucidos en este horizonte de saber-poder, como' lo llamara
sente y por lo tanto no hay sexo"), en una experiencia ridí-
Michel Foucault, fue tan perdurable como "el o la homose-
cula o en un hecho socialmente irrelevante. Pero el nexo de xual": la persona que tiene relaciones sexuales con alguien
dos mujeres vinculadas amorosamente en solidaridad y en de su mismo sexo. Su trasgresión está dada no sólo por su
economía doméstica no sólo recuerda lo prescindible del interés por alguien de su mismo sexo, sino por la búsqueda
pene para el placer erótico, sino que amenaza el privilegio y de placer.
el poder masculino por antonomasia, esto es, el falo, basado Es por esta posición paradigmática de la homosexuali-
en el control de los cuerpos sexuales, reproductivos y labo- dad con relación a la sexualidad no reproductiva y por su
. • rales de las mujeres, en el marco de una unidad doméstica concomitante sexualización y patologización, que la lucha
tradicional, eso que el feminismo llamó memorablemente "el contra el estigma homosexual ha ido de la mano con la lucha
tráfico de mujeres entre los hombres" (Rubín, 1975). El vín- contra el.estigma hacia la sexualidad en general y contra el
culo amoroso entre dos mujeres nos avisa de la posibilidad estigma hacia la sexualidad no reproductiva, no genitalizada
de una comunidad de mujeres y, por lo tanto, de una rebel- en particular (de allí el vínculo central con el feminismo y las
día al orden patriarcal. Asimismo, el vínculo amoroso de dos
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posiciones a favor de las tecnologías de control de la fecun- masculino, intersexual andrógino e intersexual femenino. 3.
didad), corno contra los discursos médicos homofóbicos. Personas de sexos diferentes y del mismo género: hombre
Luego pues, la reducción de la homosexualidad a la sexuali- Masculino y mujer masculina, mujer andrógina y hombre
dad (en el sentido más limitado del término: genitalidad) andrógino, hombre femenino y mujer femenina, hombre
trajo consigo la lucha contra el estigma sexual y contra el masculino e intersexual masculino, mujer masculina e
placer corno valor, contra eso que se llamó: "la represión intersexual masculino, mujer femenina e intersexual feme-
sexual". Una vez que esta lucha se ha ido ganando, sé empie: nina, hombre femenino e intersexual femenino, hombre
zan a visualizar los otros dispositivos de poder que surgieron andrógino e intersexual andrógino, mujer andrógina e
a la par de la construcción de la identidad homosexual, la ya intersexual andrógino. 4. Personas de sexos y géneros dife-
mencionada no visualización del fenómeno amoroso y, el rentes: mujer femenina y hombre masculino, mujer femeni-
más oculto y duradero: el binarismo erótico. na y hombre andrógino, mujer femenina e intersexual mas-
Ames de pasar a exponer lo que entendemos por bina- culino, mujer femenina e intersexual femenina, mujer
rismo erótico y su relación con el dispositivo homofóbico, me andrógina y hombre masculinb, mujer andrógina y hombre
interesa enfatizar finalmente el asunto de la riqueza de posi- femenino,- mujer andrógina e intersexual masculino, mujer
bilidades de vinculaciones amorosas y sexuales de pareja andrógina e intersexual femenina, mujer masculina y hom-
(por supuesto las combinaciones se disparan si incluimos bre femenino, mujer masculina y hombre andrógino, mujer
más de dos sujetos). A manera de ejercicio de reconocimien- masculina e intersexual femenino, mujer masculina e inter-
to de esta diversidad dé posibilidades de construcción de sexual andrógino.
parejas, y siguiendo las variantes propuestas por Michel Este ejercicio nos muestra qué tan estrechos y exclu-
Dorais (1999: 114), aunque en este caso aumentadas a par- yentes han sido los criterios patriarcales que han estructura-
tir del reconocimiento de la intersexualidad (construida arti- do las distinciones-en el campo sexual. Asimismo, nos abre la
ficialmente como unidad; pues sólo trato de ejemplificar), puerta para reconocer la diversidad de variantes de la exis-
podemos encontrar las siguientes variantes de pareja: I. tencia sexual, de género y erótica de las personas. Por
Personas del mismo sexo y del mismo género: dos hombres supuesto que se trata incluso de variantes que utilizan corno
masculinos, dos hombres andróginos, dos hombres femeni- criterios de organización aquellos que han sido privilegiados
nos, dos mujeres femeninas, dos mujeres andróginas, dos pór el sistema sexista. Ciertamente muchos otros criterios
mujeres masculinas, dos intersexuales masculinos, dos inter- podrían utilizarse.
sex,ágiles femeninos, dos intersexuales andróginos. 2. Per- Se trata asimismo de un ejercicio que no incluye otro
sánas del mismo sexo:y de género diferente: hombre mascu- cúmulo de posibilidades que existen y que reclaman también
lino y hombre feinenino, hombre andrógino y hombre mas- su visualización y su reconocimiento: las bisexualidades y
culino, hombre femenino y hombre andrógino, mujer feme- otras formas de poli-amor, esto es, relaciones erótico-afecti-
nina y mujer masculina, mujer andrógina y mujer femenina, vas que involucran tanto a parejas donde uno o ambos de los
mujer masculina y mujer andrógina, intersexual masculino e cónyuges (independientemente de su sexo o identidad de
intersexual femenino, intersexual andrógino e intersexual género) son bisexuales, o relaciones que involucran a varias
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personas vinculadas amorosamente de manera clara, cons- las lesbianas podemos decir lo mismo, según darie-Jo Bon -
ciente y comprometida. net) es una especie, un ser diferente. ,
Diferentes estudios nos demuestran (Katz, 1996;
Chauncey, 1994; Fuss, 1991; Butler, 1990) que la creación de
c. Homofobia y heterosexismo: el binarismo erótico
la homosexualidad como identidad sirvió, en la economía
Los discursos homofóbicos y heterosexistas, como buena parte simbólica del patriarcado, para estabilizar a la heterosexuali-
de las políticas de identidad construidas desde los movimien- dad, identidad novedosa dentro del régimen sexual y de
tos LG mi, han tenido la desafortunada ( ,inevitable?) coinci- género moderno. La homosexualidad como identidad funge
dencia en una visión binaria, dicotómica e integrista del de- un papel de otredad, que en el ámbito simbólico y psíquico
seo erótico: la polarización de los deseos e identidades hete- ayuda a construir las fronteras simbólicas y psíquicas de la
rosexual y • homosexual. Una visión que, no obstante, es heterosexualidad y ciertamente también de la hombría o
cuestionada desde su aparición en el campo de las identida- identidad masculina (Kimmel y Messner, 1995). Lá dicoto—
des sexuales en Occidente. mía heterosexualidad-homosexualidad (como las dicotomías
Foucault (1988) señala qué la construcción del perso- macho-hembra .y masculino-femenina) se convierte así en
naje homosexual, como identidad que refiere a una supues- una dicotomía estabilizadora del sistema sexo-género. La rei-
ta naturaleza, es central en la construcción de las modernas vindicación de la homosexualidad, como identidad y no
tecnologías de poder alrededor de la sexualidad y el cuerpo como práctica, tiene el paradójicó efecto de estabilizar. e in-
en general. Asimismo, nos muestra que esas tecnologías de cluso consolidar los bordes de la heterosexualidad como
poder consisten más que en el acto represivo (el decir no, o identidad sexual, presumiblemente homogénea, coherente,
en la prohibición) en el hablar de cierta manera: en el caso cerrada. La heterosexualidad se define' así por lo que no es:
de la• práctica homoerótica, en el hablar de ella corno una la‘homosexualidad; la cual, por su parte, es definida por los
patología, un desorden del cuerpo, un problema psíquico o discursos.homofóbicos dominantes.36
mental, un problema social, una naturaleza de un personaje, Esta misma dicotomía es la que subyace en el uso del
el homosexual, para, al mismo tiempo, obrar sobre él de cier- término diverSidad sexual para referiise a la otredad de la
ta manera: psicoterapia, tratamientos hormonales, confina- heterosexualidad. Es una dicotomía heterosexista, pues la
mientos psiquiátricos, electroshock, programas de reeduca- homosexualidad sir,ve como elemento de contraste para
ción, clases de deporte o trabajos forzados. Esta manera de cimentar la noción de la superioridad de la- heterosexualidad
hablar de la homosexualidad implica un cambio radical en la en la jerarquía de las sexualidades, pero también, porque
manera de concebir una práctica sexual. De un acto pecami- produce Un efecto simbólico de homogeneidad, coherencia y
noso de una, persona cualquiera, se convierte en una expre- unicidad que no tiene en sí misma. Por esta razón, para com-
sión de unrsonaje
e especial. El sodómita de los discursos batir el heterosexismo, no basta con representar de otra
religiosos, dice Foucault, era alguien que cometía un acto, el manera la homosexualidad, aunque es necesario, hay que ir
homosexual del discurso médico moderno (y para el caso de al fondo del dispositivo de, Poder y disputar la construcción
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misma del binarismo 'erótico como dos realidades excluyen- a las tecnologías sociales de poder. In fin, lo que esto impli-
tes, opuestas, homogéneas en sí mismas. ca es que todos, aunque sea en nuestros sueños (o pesadillas
El binarismo heterosexual-homosexual es una cons- según sea el caso), lapsus, chistes, aficiones e idolatrías (a
trucción social, es una manera de querer ordenar la comple- modelos, artistas, deportistas, políticos, etcétera), expresa-
ja realidad del deseó erótico y de ajustarla a particulares ide- mos la compleja realidad de nuestro deseo, pero, sobre todo,
ologías sexuales y de género. La realidad sobre las capacida- revelarnos que, al menos potencialmente, somos más diver-
des eróticas humanas y sobre la diversidad de la vivencia sos eróticamente de lo que pretendemos al adscribimos a
erótica nos muestra que las categorías de identidad son ina- determinada identidad erótica.
decuadas. Los planteos teóricos del psicoanálisis freudiano y Estudios posteriores en diferentes sociedades han con-
la4 evidencias que aporta nos permiten señalar que, más allá firmado esta diversidad erótica dentro de cada ser humano,
del intento de encasillar el erotismo, la energía erótica se incluso en sociedades altamente homofóbicas corno la norte-
expresa de manera polimorfa y perversa en todas las perso- americana. En su estudio realizado en los años cuarenta del
nas, es decir, que puede asumir como objeto de deseo cual- siglo XX, el doctor Kinsey (1948) mostró que los comporta-
quier ser y objeto 'y que impulsa la búsqUeda del placer, no mientos sexuales de las y los adultos norteamericanos no se
un instinto reproductivo, aunque la reproducción sea una ajustaban fácilmente a la dicotomía heterosexual-homose-
posibilidad o un resultado buscado o involuntario. Todos xual, sino que estos comportamientos coexistían en muchas
somos bisexuales, señala Freud, al menos en nuestro poten- personas de manera diversa, en diferentes momentos de la
cial humano. El deseo homosexual existe, dice, porque es vida. La heterosexualidad y la homosexualidad son más bien
una posibilidad humana, porque todas las personas hemos extremos de un continuo erótico entre las personas y dentro
hecho alguna vez una elección del objeto de deseo homose- de las personas que dos unidades discretas que definen a dos
xual, aunque sea en nuestro inconsciente, señala este autor tipos diferentes de personas.
(Freud, 1962: 11). Cabe mencionar que si la identidad homosexual y la
La homosexualidad y la heterosexualidad como identi- identidad gay han adquirido cierto estatus de uso común
dades eróticas homogéneas, coherentes, estables, son ficcio- entre la población en México y otros países de América
nes culturales, producto de una labor social de construcción Latina, la identidad heterosexual todavía se encuentra cir- •
de identidades. Lo que se quiere decir con esto, no es que no cunscrita a pequeños sectores urbanos ilustrados. La ausen-
existan los deSeos y las prácticas homoeróticas o heteroeróti- cia de identificación'a partir del término refleja no sólo el pri-
cá, o que no existan incluso como preferencias, sino, más vilegio heterosexista. no visualizado ya comentado con ante-
bien, que estos deseos y prácticas, e incluso preferencias, no rioridad (el privilegio consiste en hablar desde la no-identi-
existen con la unicidad, coherencia, homogeneidad y estabi- dad, el absoluto, la norma), también refleja la menor pene-
lidad que se pretende. Asimismo, lo que se quiere decir es tración de los discursos modernos de la sexualidad (de origen
que tal pretensión, con sus efectos sobre loS cuerpos y los anglosajón) en una sociedad con otra tradición sexual. •
deseos (y sus concomitantes represiones, incapacidades, mie- En lugar del concepto heterosexual, en México el tér-
dos y sospechosos Ólvidos) tiene una historia personal ligada mino que llena el vacío de la no-homosexualidad, son los

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términos hombre y mujer. En el caso del término hombre, la hayan sido precisamente los términos de identificación de la
identidad que indica no excluye la práctica homoerótica, por diferencia asignada los que hayan fungido como términos de
lo tanto, es cuestionable usarla para. asimilarla a heterose- resistencia y lucha. Podría pensarse que tarde o temprano,
xual, pues no contiene la misma homogeneidad y estabilidad en la medida en que el estigma desaparezca, se podría iniciar
que pretende este último término (Núñez, 200 lb y 2007). El otro momento de la lucha contra el sistema sexista vigente:
término hombre en México involucra posibilidades de ero- acabar con las identidades que esencializan y 'vivir el erotis-
tismo que no pueden ser circunscritas bajo las identidades mo en su diversidad más allá de etiquetas y estereotipos. Me
heterosexual y homosexual (ni siquiera bajo lá identidad parece que no tenemos que esperar ese momento. Es posi-
bisexual, aunque se le aproxime).37 El efecto paradójico de ble ir construyendo los espacios simbólicos para pensarse en
las ideologías sexuales modernas, enarboladas incluso por los esta diversidad desde ahora. El término diversidad sexual
movimientos LGsTri ha sido el de adscribir la práctica y el tiene este potencial. Otros términos pueden jugar también
deseo a ciertos sujetos sociales para quienes adquiere una un papel mediador:39 Las identidades gay lesbiana, transe-
gran relevancia y, con ello, deslegitimar su presencia en la xual, transgénero o bisexual, por su parte, pueden seguir
inmensa mayoría en quienes la experiencia homoerótica, siendo utilizadas estratégicamente, en la medida en que sir-
aunque se encuentra presente, no juega un papel central ven para construir agentes políticos, pero sin perder de vista
como estructurados de una preferencia o una personalidad. que el horizonte cultural al cual aspiramos es que estas cate-
El riesgo inevitable, si nos atenemos a lo que sucedió en la gorías lleguen a ser innecesarias cuando precisamente reco-
historia de la cultura sexual norteamericana (Chauncey, nozcamos la diversidad afectiva y sexual entre y dentro de
1994), es que en este movimiento de reivindicación de iden- las personas.
tidades gays y heterosexuales, como identidades homogéne-
as y coherentes construidas a partir de un deseo erótico-
amoroso, se produzca un efecto de censura (represión) sobre
las prácticas y los deseos hornoeróticos vividos al margen de
tales identidades y que hasta ahora han gozado de cierta per-
misividad social. Este movimiento de polarizaCión de las
identidades eróticas se está viviendo ya en México, entre los
jóvenes urbanos, sobre todo de clase media, a decir de dife-
rentes informantes y de mis propias observaciones.38
El asunto de la construcción de identidades eróticas es
complejo y tiene que ver con el cómo se construyen agentes
políticos. Los usos de términos corno gayo lesbiana han posi-
bilitado la formación de grupos y movimientos, algo que
difícilmente se podría haber realizado con términos como
personas con prácticas homoeróticas. Parece inevitable que

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