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DEBATES SOBRE MASCULINIDADES


P O D E R ,  D E S A R R O L L O ,   P O L Í T I C A S P Ú B L I C A S
Y CIUDADANÍA

Gloria Careaga y Salvador Cruz  Siena


(coordinadores)

U N I V I Í U S I D A I  > N A ' ' K  i.  .  .1   i i '  • • '


P R O C L A M A  L i  IN  I  \'
 \' I  •  K '.  1 1  \ i ; h  • 
 I • ...
 

Este libro es resultado del proyecto "Análisis Conceptual y Estrategias Prácticas


ÍNDIC E
para «I  Abordaje de la  Masculinidad  en México", el cual fue financiado por   la
Emulación MacArthur.

Introducción

la  m a s c u l i n i d a d ? : :  apuntes para una discusión,


¿Y eso de la 
]tian  Carlos Ramírez  Rodríguez
las  m a s c u l i n i d a d e s ,
Transformar las 
Víctor Seidler
El tiempo en masculino,
 Daniel  Cazés

R E F L E X I O N E S  N O I I H P .  M A M  II I  . I N 11  >
A )

I D E N T I D A D  V  S E X U A L I D A D

Masculinidad,   bisexualidad  I I I . I M  iihn.i y


Masculinidad, iihn.i y r|rn   n m  de p u d ei

tentativa de
de C
 C o m p r e n s i ó n , 1
 1< )< 1.  111 <  1 .  l<  l< - d e m l e | \ e i e | ,
 l< l m

Fernando Sellan
Hombres  e  identidad  de  pénein .ile.nnn'. eln n.  n i " .  el,n
.ile.nnn'.
los recursos  de poder  y  vinleni  i.i  n i , i , i  iilni i.
Diseno  de portada: Carlos del   Castillo Negrete
José Olavarríii
Entre jaulas  oro:  genoio 
jaulas  de oro:  genoio  y m i p i ..nn   •  un .  .  unp.
Primera edición: 2006 Gabriela   Rodrigue;.
Gabriela

D. li ' > l  INIVI  i i s i D A í )  N A C I Ó N , \ I A I I I O N O M A I >I


>I - M I M Í O
I ' l n j ' l  . 1 1 1 1 , 1  I  'i m el   M i . I I li) li e l ".t   I h l l i r . i lc
lc ( l e i iii i M i
CONSIDKUACK U N T A   11 i >m> '•  i - •
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( l l l d .n l   I l i u v i  t - . 1 1 . 1 1  l .l,   II I  - III M e M ,  ii. I I I-' Masculinidades, hegemonía y \   H I . I  I I   n  ,1

Víctor Seidler
¿Masculinidad(es)?:  lo:,  r i e s g o ' ,  ,|<-   mu • ii.   - . . m  •..
 Ana  Amuchústegui  I   leneía
 

8 DEBATES SOBRE MASCULINIDADES

LA MASCULINIDAD EN LA GLOBALIZACIÓN

Desarrollo, globalización y  y  m a s c u l i n i d a d e s ,
 R.W.   Connell 
 R.W.  185 INTRODUCCIÓN
La   deportivización  del cuerpo; la globalización de las identidades
genéricas masculinas,
Fernando   Huerta 
Fernando Huerta  Rojas  211 Gloria  Careagci 1

Cruz  Siern '


Salvador Cruz 

P O L Í T I C A S   PÚBLICAS Y MASCULINIDAD

¿En qué consiste la m la  m a s c u l i n i d a d ? ; ;  De lo privado a lo


a lo   público,
a  lo   relacional, de lo psíquico a lo   social,
de lo personal a lo Dentro de los estudios de género, se ha desarrollado un campo de de  reciente
 María  jesús   Izquierdo 
 María jesús 237 interés: la masculinidad. Dicho campo tiene como objeto de estudio a los
El género en la política pública y su vínculo con el presupues to, hombres y lo que éstos hacen como referentes más próximos al problema
Flérida Guzmán 
Guzmán  Gallangos y ]enniffer Ann Cooper   263 de la dominación masculina. Sin embargo, como parte del género, la mas
Masculinidad, intimidad y políticas públicas. La investigación culinidad no sólo da cuenta de los significados asociados al hecho de ser
social: sus aportes, límites y desafíos, hombre, sino también de las formas en que ellos ejercen el poder y como
Elsa  Guevara Ruiseñor  
Elsa  281 éste se incorpora en las estructuras e instituciones sociales, así como de
Masculinidad y las políticas públicas, las formas en que las mujeres llegan a reproducir dicho poder o a consti
Javier Alatorre 
Alatorre  Rico  303 tuir un contrapoder de estas prácticas de dominación.
Equidad de género y políticas en Uruguay. Avances En este sentido, a pesar de que la masculinidad trasciende los cuer
y resistencias en contextos complejos, pos biológicos, se objetiva y materializa en el colectivo de hombres. La cul
Carlos  Güida 
Carlos  315 tura de género produce y mantiene, con base en un sistema de oposición, el
De la educación a la política pública, sentido de la masculinidad, una que produce identidades y subjetividades,
 Ájala 
Gerardo Ájala
Gerardo 337 modelos que guían el ser y hacer de los hombres; de sus cuerpos, actuacio
Políticas públicas para impulsar representaciones equitativas nes, prácticas y deseos, así como de los mecanismos que permiten la re
de lo masculino en el imaginario social, producción de las relaciones sociales de dominación.
 Diane  Aimaras 
 Diane Aimaras 353 Los estudios sobre masculinidad no son ajenos a diversas imprecisio
nes de tipo teórico y metodológico, por lo tanto, la elaboración conceptual

C I U D A D A N Í A  Y MA SC ULIN IDAD dentro de este


en algunos campo
casos, de estudios es
contradicciones, ha decir,
arrastrado ambigüedades
la construcción e   i n ofrecr
teórica cluso,
Los estudios de las masculinidades y la cultura política en México, aún retos importantes.
Guillermo Núñez Noriega  377 Discusiones vigentes incluyen la delimitación del campo mismo,   ln
El ejercicio del poder en el Parlamento costarricense. definición   del objeto de estudio y problemas de tipo metodológico. Pensar
definición
Política tradicional y masculinidad, en el origen de los estudios sobre masculinidad nos lleva a una diversidad
Epsy Camfbell Barr   393
¿Y si hablamos de derechos humanos en la reproducción,
los   varones?,
podríamos incluir a los  1
 Psicóloga social.  Secretaria Académica del  PUEG d e  1992 a 2003 y coordinadora   generaj
Juan
Juan   Guillermo Figueroa Perea  403
del proyecto que  impulsó los seminarios base del presente volumen.
El género de la política popular en el México contemporáneo, 2
  Psicó logo social. Especialist a en estudios de la masculin idad y coordinador conjunto d|.
Matthew C.  Gutmann  429 los seminarios señalados antes.

191
 

10 DEBATES SOBRE MASCUUNIDADES INTRODUCCIÓN

aproximaciones  e p i s t e m o l ó g i c a s ,   asi
de disciplinas científicas, tiempos y aproximaciones  3
de los cuerpos biológicos y las individualidades, pero que es referida a un
mismo abordajes ajenos a la producción académica y más cercana a otras colectivo: el de los hombres.
formas de conocimiento y de participación social. Así, el desarrollo de los La visión anquilosada de víctima-victimario no da cuenta de las   comí
sobre  masculinidad 
estudios sobre  masculinidad  tiene como referente diversas perspectivas, plejas relaciones entre hombres y mujeres, ni entre estructura social y
que van desde las posturas más conservadoras (los  (los  mitopoéticos) 
mitopoéticos)  y reac sujeto, que nos permita identificar los factores que reproducen   cul t urnl
cionarios  {the men's 
men's  rights)  hasta los que se han adherido y apoyado las e ideológicamente una estructura de desigualdad, jerárquica y patriarcal
demandas del feminismo (los profeministas). De ahí la importancia de reconocer las estructuras materiales y   si mból i c a
Desde la perspectiva profeminista se han desarrollado los avances más la  r e d i s t r i b u c iióó n \
de poder, la redefinición de los espacios donde se ejerce y la 
importantes de este campo de estudios. Los aportes más   enriquecedores del mismo.
se han logrado gracias a su incursión en el marco de la perspectiva femi Si bien es cierto que las formas en que se configura el poder y   I^IN
nista y de género, aunque hay que re conocer que no por ello se ha retomad o variantes en que lo ejercen los hombres no son de carácter universal,   sino
y asumido en su totalidad la crítica, aportes y aspectos centrales ya señala determinado,  t a mbi én
local, contextual y específico a un tiempo y espacio determinado, 
dos y analizados por el pensamiento feminista. El cuestionamiento que menos  m a y o r i t a r í a ,
es cierto que existe una constante, si no universal, sí al menos m
hace el feminismo sobre las bases epistemológicas de la construcción del que posiciona a los hombres con mayores privilegios y recursos recursos   materiales
conocimiento y que evidencia el androcentrismo en las teorías científicas y simbólicos que les permite ejercer control sobre las mujeres y otros   h o m 
no ha tenido, al parecer, mucho eco para analizar el lugar que ocupa el bres. Esta constante es la que nos lleva al estudio de la llamada "masculi
hombre como ente genérico en la visión hegemónica del mundo. Sin em nidad hegemónica" o a la denominada "dominación masculina".
bargo, en general, la postura profeminista considera central el aspecto del Ante la insistencia en hablar de "masculinidades" en lugar de " de " ma sc ul i-ul i-
poder y las formas de dominación de los hombres sobre las mujeres. nidad", consideramos que se posibilita  un a  mayor visibilidad sobre las 
posibilita un las  dive
dive r-  r-
Dentro de algunos problemas conceptuales se encuentra, además de se configuran el
sas formas en que se configuran  el ser y hacer masculino, es decir, las   m ú l 
la definición misma del término masculinidad, la tendencia a reducir la tiples formas en que los hombres viven su masculinidad, sin embargo, el
uso   acrítico del
masculinidad al estudio de los hombres, el uso  acrítico del concepto patriar cambio del singular al plural no resuelve el problema de fondo. El feminis
cado, la polémica irresuelta de masculinidad   versus  masculinidades, de mo ya había planteado la imposibilidad de hablar de "la feminidad" o  o  "la
la masculinidad hegemónica  versus  modelo dominante de masculinidad, y existen  diversidad de
mujer", dado que existen diversidad  de condiciones, como la clase, el color de
masculinidad dominante  versus  masculinidades subordinadas. Además de piel, la edad, la orientación sexual, que configuran diversas identidades,
la no discusión sobre las propuestas de ver la masculinidad más allá del cuerpos y subjetividades femeninas, mas este mismo planteamiento presen
poder, e incluir aspectos subjetivos, para la reflexión individual sobre el tado como revelador para las "masculinidades" no genera un nuevo plan
proceso de construcción de la masculinidad y sus representación en los teamiento.
distintos ámbitos. Por lo anterior, no empleamos el concepto "masculinidades", ya que no

sobreEnmasculinidad,
este sentido, coincidimos
lejos de intentar contar con
con Connell al una definicióncomo
considerarla acabada "un se intenta
lógica quedescribir
mantiene,la produce
pluralidad de formas dichas
y reproduce de ser de los hombres,
asimetrías sino entre
de poder de la
lugar en las relaciones de género, en las prácticas a través de las cuales los hombres y mujeres, es decir, de la llamada masculinidad "hegemónica".
hombres y mujeres ocupan ese espacio en las relaciones de género, y en masculinidad   el
Justamente, consideramos que en los estudios sobre masculinidad 
la   c u l t u r a "  y,
los efectos en la experiencia corporal, en la personalidad y en la 4
eje central de análisis es el poder, concepto fundamental en el estudio de
por tanto, entendemos la masculinidad como una posición, que no es fija género y, particularmente, en el campo de la masculinidad. Hablar de las
sino condicionada por otras categorías de distinción social y que trascien- categorías de patriarcado o de dominación masculina es hablar de una
determinada forma en que están estructurados los dispositivos que permi
ten a hombres y mujeres ejercer determinado poder en situaciones, espa
3
psicoanálisis   freudiano
  Connell (2003) da cuenta de su p resunta presencia desde el psicoanálisis 
patriarcado   st>
cios y relaciones particulares. Si bien el uso del concepto patriarcado 
hasta la sociología más positivista. considera universalista y ahistórico, su utilidad radica en dar cuenta de
4
Ü e m , p .   109. dicha masculinidad hegemónica.
 

INTRODUCCIÓN 13
12 DEBATESSOBRE MASCULINIDADES

Al parecer, el uso del término dominación masculina, al mismo tiem campo en nuestros proyectos, en México y en América Latina, así como
po que resultaría menos confrontador, se considera más adecuado para contrastarla con las diferentes posiciones en otras regiones. Si bien no se
diferenciar las condiciones sociales y culturales que facilitan a los hom puede hablar de una realidad latinoamericana, dado que cada sociedad
bres  realizar 
bres  realizar  un ejercicio de poder superior en relación con las mujeres. tiene su historia y condiciones particulares, sí se puede hablar de proble
Sin embargo, ambos conceptos hablan del poder y de la estrecha relación máticas compartidas, como el subdesarrollo, el atraso tecnológico, así como
entre la lógica de dominación y el colectivo de hombres, en cuyos cuerpos experiencias comunes a algunos países, como la conquista, la religión, las
-reencarnan   y se corporeiza el poder social otorgado a este grupo social. el  m a c h i s m o , ,  entre otros. Lo que en conjunto revela realida
dictaduras, el 
la   masculinidad 
Por otra parte, el desarrollo teórico sobre la  masculinidad  se ha produ des particularmente diferentes de los países desarrollados y, por ende,
cido en mayor medida en algunos países europeos y del norte de América, teorizaciones correspondientes a esas mismas realidades.
así pues, las imprecisiones conceptuales y la discusión teórica misma se Aún así, la influencia del desarrollo alcanzado en Estados Unidos en
han llevado a otras realidades y contextos culturales, históricos y sociales este campo desde los años setenta es evidente, buscando arroparse bajo
ajenos a su lugar de origen, como es el caso de México y, en general, de la perspectiva profeminista, que enfatiza en las condiciones de privilegio
Latinoamérica. limitaciones   qu f  les
de los hombres, pero reconoce, al mismo tiempo, las limitaciones 
i m p o n e . .   Esta definición se enmarca también en el afán por analizar a los
hombres mismos y su construcción como seres humanos, desde el proce
LOS ESTUDIOS DE MASCULINIDAD so de socialización y los papeles que la sociedad les impone Esta perspec
EN AMÉRICA LATIN
LATINA
A Y EN MÉXICO sociológico  (Kimmel 
tiva de análisis sociológico  (Kimmel  y Messner, 
Messner,  1992) 
1992)  reafirma el plantea
de  Simone 
miento de  Simone  de Beauvoir de que no se nace, sino que se hace mujer
Los estudios sobre la masculinidad en  en   América 
América  Latina han sido objeto y, en este caso, hombre. Es decir, resultado de una construcción social.
de estudio desde los inicios de los años noventa, cuando en República con  Víctor
A pesar del intercambio frecuente con Robert W. Connell y con Víctor
Dominicana el  C IPAF  impulsó el intercambio con docentes de Estados Seidler, los análisis no han retomado la perspectiva propuesta de contem
Unidos. No obstante, el trabajo que sobre la condición masculina desa plar a los hombres como sujetos políticos que afectan el balance de intere
rrollaban los feministas de varios países, entre ellos Nicaragua, Chile, el  cuestionamiento
ses y de la dirección del cambio social, ni involucrarse en el cuestionamiento
México, Perú y Colombia como parte del análisis relacional desde ,el de la estructura misma de la producción y desarrollo del conocimiento que
género, es evidente en las publicaciones aparecidas en esa época. De ahí privilegia la racionalidad. El trabajo desarrollado hasta hoy se ha centrado
surgieron   núcleos de investigación y líneas de trabajo que han proliferado
surgieron más en dos aspectos principales: la construcción de la identidad masculi
en los distintos países, principalmente vinculados a los estudios de la mu na y su expresión en campos específicos como la sexualidad, la violencia y
 jer y d e gén ero .  I g u a l m e n t e , ,  las organizaciones sociales han impulsado el la reproducción, pero sin mucho cuestionamiento respecto de su objeto
intervención c on 
trabajo de intervención c on  grupos de hombres que han aportado reflexio de análisis de este campo de estudios.
nes interesantes. Además, los estudios sobre masculinidad no han logrado involucrar a
/  Estos trabajos, como los estudios de género, se desarrollan  bajo   condi
desarrollan bajo un número importante de profesionales, lo que ha limitado sus oportuni
ciones muy diversas, acordes a las condiciones políticas y económicas de dades y la conjunción multidisciplinaria que favorezca una reflexión co
cada país, así como en respuesta a una amplia gama de necesidades. Por lectiva desde diferentes ángulos, o una mirada crítica permanente que
lo tanto, entendemos que dicha masculinidad no es una posición fija, lleve a la renovación, al avance de sus planteamientos y al cuestionamiento
sino condicionada, además, por la clase, la raza, la edad y la orientación de los logros. Incluso, el diálogo se ha centrado entre los profesionales
sexual;
sexual;   no es exclusiva de los hombres, ya que las mujeres también las mismos, y el intercambio critico con las feministas ha resultado bastante
reproducen; no es universal porque en cada contexto existen condiciones limitado. En este último punto, el encuentro o desencuentro con el femi
culturales diversas que suscitan formas específicas de opresión de género; nismo ha resultado de vital relevancia para el avance y, en ocasiones, es
no es una cuestión individual, sino estruc tura] y referida a un colectivo. La tancamiento en que han caído los estudios sobre masculinidad.
experiencia acumulada en el trabajo sobre las masculinidades ha permiti {£ 
{£  Si bien los estudios sobre masculinidad han buscado insertarse en la
do que podamos tener diferentes miradas sobre lo que acontece en este perspectiva feminista y con ello tender hacia la transformación de las con-
 

DEBATESSOBRE MASCUUNIDADES INTRODUCCIÓN  
INTRODUCCIÓN 1
1
14

diciones   de inequidad entre mujeres y hombres, no todo el trabajo desa


diciones forma  ú n i c ; ;  je establecer relaciones de poder respecto ( ••
poco hay una forma 
hasta  el 
rrollado hasta  el  momento ha logrado retomar los aspectos de fondo que las mujeres. La cultura de   ¿.enero  actual se conforma de avances,  avances,  retrocó
plantean las propuestas feministas y avanzar hacia el objetivo planteado. sos, contradicciones y ambivalencias, no solamente en su carácter teórico,
Aunado a lo anterior, algunos de los trabajos que han seguido esta pers sino en el trabajo político.
pectiva retomaron una metodología que se utilizó en los inicios del trabajo  
N
Se requiere entonces de construir nuevas aproximaciones para  visualiza
para visualiza
feminista hace cuatro décadas, los grupos de reflexión, cuyo fin era el de el quehacer de los hombres y las formas de ejercicio de poder que se en
develar las condiciones de subordinación-dominación entre hombres y tretejen en los ámbitos en que mayormente se desenvuelven. Es por  por   ello
mujeres, partiendo del análisis de la cotidianidad de las mujeres, aplicán que se requiere analizar las construcciones sociales  sociales   dé l aa   masculinidad 
masculinidad  en
un   cuestionamiento 
dolo ahora a los hombres, sin un  cuestionamiento  sobre los significados y los ámbitos públicos y  y   m a c r o s o c i a l e s , ,  para ver cómo el poder se  se   ejerce
relevancia para los hombres. Si asumimos que el espacio público ha sido en los espacios públicos y su relación con la cotidianidad. En ese sentido,
considerado como el propio de los hombres, pareciera que analizar sola dimensión   macro 
abordar la dimensión  macro  de la masculinidad y ver cómo funcionan   ION
mente el espacio privado no da pautas suficientes para el análisis de su dividendos positivos que les otorga el modelo de desarrollo a los hombres
principalmente  en ¡o 
cotidianidad, porque ésta se encuentra principalmente  ¡o  público. por ser hombres en un mundo mundo   globalizado, 
globalizado,  así como los costos que esto
Así, aunque en general se podría decir que los estudios sobre las tiene, se constituye en un reto central.
culinidades  en México, como en otros países latinoamericanos, han  mpre
culinidades  as-
mantener  un 
tendido mantener  un  vínculo entre la óptica feminista y los estudios de la
masculinidad,  los resultados hasta hoy alcanzados nos han exigido mirar LA   P R O P U E S T A
críticamente los abordajes realizados. Consideramos que no se han cues
tionado finamente las diferentes expresiones de poder que existen entre Programa   Universitari
El interés del Programa  Universitarioo  de Estudios de Género de la   UNAM
las distintas manifestaciones que tiene la masculinidad, se han realizado ÍP U EG)   por incorporar el análisis de las masculinidades al trabajo acadé
análisis paralelos que no necesariamente responden a la magnitud de la desde  1 9 9 3 , ,  una línea específica para el apo
mico fue manifiesto al abrir, desde 
expresión cotidiana de los géneros, en virtud de sus distintas construccio yo de proyectos de estudio e investigación. Sin embargo, a casi diez años
nes de origen. Tomar hoy las problemáticas que enfrentan las mujeres o de trabajo fue necesario hacer una evaluación.
evaluación. No obs tante, en este lap so de
al  análisisMe 
incorporar al  análisisMe  las masculinidades 
masculinidades  los
los   conflictos de la relación menos de una década, no solamente se ha logrado   alcanzar  alcanzar  un lugar im
interindividual vividas por las mujeres, no es   la 
la  mejor vía o, por lo menos, portante en la reflexión teórica, sino también un gran impacto en los pro
no es suficiente para dar cuenta de su expresión en los distintos ámbitos. yectos de intervención social y en el diseño de las políticas públicas.
Incluso, las propuestas feministas han ido más más   allá 
allá  de la relación
la relación   entre las En este sentido es que, a través del desarrollo de cuatro   s e m i n a r i o s , ' '
personas para tratar de comprender las determinaciones sociales, cultura se buscó identificar elementos de la masculinidad que son constitutivos
les y económicas que estructuran la inequidad, es decir, el análisis de la de la estructura de relación social que nos permita ir aterrizando no sola
construcción social de los géneros requiere de un abordaje amplio. mente haci a las cuestiones cotidiana s, sino más bien perfilar una mirada
movimiento   feminista 
Una de las grandes aportaciones del movimiento  feminista  fue dar global enfocada al análisis de los ámbitos considerados propios de lo masc u
cuenta de la estructura patriarcal presente en diversas sociedades y en lino. No sólo se pretendió hacer una revisión teórica, sino también de las
prolongados periodos de la historia, asimismo, de los privilegios masculi aproximaciones metodológicas que utilizamos para acercarnos a nuestro
nos. Las instituciones, aunque parezcan pequeñas para la tarea que han objeto
objeto   de estudio, e identificar cuáles son las estrategias que utilizamos
de realizar, llevan a cabo una amplia labor social en el mantenimiento de la para capturar la complejidad para así pretender una mejor comprensión
estructura que logra su efecto. El enfoque de género se constituye en una de los elementos que colectivamente logremos involucrar. Abordamos el
herramienta enriquecedora para el análisis de  la 
 la   conformación y construc poder como centro del análisis y, de acuerdo a la teoría feminista, a la
ción de esa estructura de poderes, en la que se observa implícitamente a la
masculinidad, develarla es la tarea.
Como es bien sabido, no se puede hablar de "la" masculinidad como   El ejercicio del poder y  la r¡.;?.   uiinidad;  Modelos de  desarrollo  y masculinidad; Políti
5

realidad única, acabada, coherente ni iineal para todos los   h o m b r e s . T a m - cas públicas y masculinidad; Masculinidad y participación y  Acción  ciudadana.
 

DEBATES SOBRE .V.ASCUIINIO^DFS
16

violencia   y la sexualidad 
violencia  sexualidad   como 
como  los factores más expresivos de su ejercicio; t' n  análisis 
análisis  del impacto de la
de la estructura 
estructura  social no puede estar ajeno a
buscamos abordarlas desde dos vertientes, una alrededor de estos concep la  realidad   gíobaiízada. 
la realidad gíobaiízada.  La masculinidad en la globaiización permite reco
tos centrales que estamos planteando y la  la  otra a
otra a través de nuestra experien nocer cómo los procesos institucionales mundiales tienen un impacto di
cia personal, del cómo lo estamos viviendo en lo cotidiano. recto en las personas y en las definiciones ideológicas. El proceso de
Asimismo, para impulsar la reflexión crítica, en dichos seminarios se globaiización que hoy se enfrenta ha exigido el apego a modelos identita-
buscó reunir a grupos de personas con distintas miradas que enriquezcan rios globales también y, neces ariamente , a la merm a en la propia vvalía alía ante
el campo. Para el desarrollo de esta reflexión, buscamos una articulación su incumplimiento, desarrollando complejos procesos de reivindicación y
entre estudiosos de la masculinidad,  académicas feministas, profesionales búsqueda de revaloración. Pero si la globaiización impulsa la conforma
que trabajan en en  instituciones 
instituciones  públicas y en organismos
en organismos   de la sociedad ci ción de modelos de  de  masculinidad 
masculinidad  y feminidad que rebasan las fronteras
vil.   Pensamos que esto permitiría darnos otras luces, identificar las distin geográficas de los países, habrá que identificar las implicaciones y presio
tas aproximaciones prevalecientes en este campo de estudios y enriquecer modelos   i m p e r a n t e s , ,  en cuanto a los costos que hom
nes de esos nuevos modelos 
el trabajo que venimos realizando hasta hoy, a través de las distintas visio bres y mujeres tienen que pagar, por ejemplo, a las mujeres se les puede
nes y experiencias diversas, unas desde una aproximación reflexiva de dis colocar en una lucha ardua ardua   dentro 
dentro  de un mundo masculinizado. Contrario
tintas experiencias, otras desde el análisis de corte académico. a las expectativas de  de  homogeneidad 
homogeneidad  de la globaiización, ésta también ha
Los textos que aquí se presentan son algunos de los discutidos en mayor diversidad   de identidades, debido a la 
reafirmado una mayor diversidad la  hibridización
estos seminarios. Su selección deja ver aspectos centrales de la discusión y circulan  globalmente y
entre identidades que circulan globalmente  y resultado de una mayor com
hacen referencia a varios de los aspectos   considerados 
considerados  para la reflexión. plejidad o un rango más amplio de posibilidades por lo menos entre los
Los textos abordan aspectos que van desde ¡a constitución del sujeto mis grupos marginados.
mo y su identidad, aportaciones teórico-metodológicas para el estudio de Analizar las conformaciones de nuevos modelos dominantes en un
la   masculinidad,  como análisis de la expresión de la masculinidad en la globaiización   resulta 
proceso de globaiización  resulta  también un gran reto. Hay irrupciones
estructura social, con lo que se pretende presentar una perspectiva más sociales importantes, pero no se observan direcciones precisas, lo que muy
amplia para el análisis de la masculinidad, sus repercusiones y trascen probablemente ha dado lugar a  a   refuncionaliz
refuncionalizaciones
aciones   que 
que   complejizan 
complejizan  su
dencia
dencia   en la vida social. comprensión. Habrá que poner atención en las resistencias, las reaccio
El proceso en que hoy están involucrados mujeres y hombres, con una nes y sus propuestas ante la homogenización, la comercialización y el do
participación masiva de las mujeres en los distintos ámbitos de la vida minio. Se han generado, aparentemente, condiciones para una mayor aper
social, ha exigido a los hombres nuevas definiciones. Condición que no tura hacia la equidad de género, pero al mismo tiempo hay condiciones
necesariamente ha llevado a la construcción de formas alternativas de re la d i f i c u l t a n , ,  que no abren su espacio, que se torna reaccio
sociales que la d
lación, sino, en  en   alalinas 
alalinas  ocasiones, a la 
la   búsqueda 
búsqueda  de la reafirmación de la la  reconfiguración de
naria, más autoritaria, evidencia de la reconfiguración  de lo que es propia
p o s i c i ó n . .  Así los  retos 
retos  conceptuales 
conceptuales  en las 
las  transiciones 
transiciones  de género  buscaban mente el poder.
ofrecer elementos para el análisis de las   resignifica resignificaciones
ciones   de género, como Así, las políticas públicas no se sustraen de esta  c o n d i c i ó n ; ;  parten de
de  s us 
de s us  resistencias. Como señalamos al inicio, la sexualidad y la violencia una concepción global de desarrollo impulsada por quienes tienen el po
fueron consideradas como ejes fundamentales en la discusión, por su papel der, de ahí que su análisis desde el género, resulta central, ya que éstas
las  definiciones de
en las  definiciones de género. Así, las Reflexiones sobre masculinidad, iden no son neutras, sino que parten del ejercicio del poder masculino. Se
tidad y sexualidad dejan ver las restricciones e imposiciones que enfrentan analizar a qui l as 
pretende analizar a as  políticas sociales puestas en 
en   práctica, 
práctica,  asumien
los hombres en el proceso de construcción y afirmación de su identidad. do que parten de una visión androcéntrica, y su influencia en la definición
La necesidad de construir un cuerpo teórico propio, reconociendo instrumentación  del bienestar,  del mismo modo que señalar cómo han
e instrumentación 
los aportes que ofrecen las propuestas feministas con los aportes de otras contribuido a disminuir, acrecentar o mantener la brecha entre las muje
latitudes, no ha sido fácil. En las Consideraciones teórico-metodológicas res y  os   hombres. La universalización de la masculinidad en la defini
no  s a l d a d o s , ,  como la necesidad
se busca destacar algunos de los escollos no s la vida   social es reflejo claro de los programas y políticas que desde
ción de la vida
de revisar las implicaciones de la utilización de conceptos y aproximacio el Estado 
Estado  organizan 
organizan  la vida 
vida  de las personas y distribuyen 
distribuyen   ios
ios   recursos
nes sin tomar en cuenta las especificidades y su  su   p e r t i n e n c i a . soci,  ' e s .
 

Sus d efiniciones  m u e s t r a n u -   ^.-> сЬа  t t v . . . > > u i t  c sus elementos y procesos  repre s--nta un reto para identificar  en las   estru»
públicas y masculinidad, lo que n os  т г п . ' е   ver  с ^   э  ¡epri .-n c. a u  turas y prácticas cotidianas  la íorma  en que está operando.
mento  definitivo en el mantenimiento ae l orden so aai imperante. Los asun Sin lugar a dudas, los trabajos que integran este libro ponen en Ja
tos vinculados a las políticas sociales revisten importancia en tanto tienen mesa de discusión aspectos fundamentales para dicho análisis.   Represen
como  objetivo  principal la redistribución del bienestar entre las personas tan una visión amplia para la aproximación de un problema social  comple
que componen una sociedad,  distribución  que no sólo  implica  los aspec  jo co mo la domina ción masc ulina, lo cual consti tuye un valioso materi al y
tos económicos y de la distribución de la riqueza,  sino también de lo políti una aportación de las y los especialistas que colaboran en este  volumen.
co y de lo subjetivo, que permiten conformar personas con una conciencia La riqueza del texto no se reduce a la aportación individua! de cada  espe
de ser y sentirse ciudadanos y ciudadanas, con igualdad de   oportunidades, cialista, sino a la  reflexión  colectiva que se logró, y  cjue  se refleja en los
reconocimiento y acceso a los diversos recursos materiales y simbólicos. trabajoss que se presentan. Con estas vertientes pretende mos contribuir  a l
trabajo
Por otra parte, no es suficiente evidenciar la   visión androcentrista  de las desarrollo de este campo de estudio, formular nuevas preguntas e  i nqui e 
políticas, ni de las condiciones estructurales que reproducen la lógica de tudes, e identificar nuevas rutas en torno hacia dónde  podemos  impulsar
las asimetrías,  sino-incorporar a los hombres para ta solución de distintos mejor los estudios de las masculinidades y dónde encontramos las mayo
problemas sociales, desde una perspectiva de género. El cambio y la trans res contradicciones en los espacios desarrollados, con el objeto de que,
formación efectiva no podrán darse sin la participación conjunta de hom colectivamente, podamos continuar en el desarrollo de nuevas vías para su
bres y mujeres. abordaje y para una mejor comprensión de las relaciones de género.
Los procesos de construcción de democracia   han  reconocido la parti Consideramos también que es necesario definir las líneas de reflexión
cipación de distintos actores, en este sentido,   hoy el. análisis de la ciudada necesarias,  tomando  en  cuenta  cómo las cuestiones que tienen que ver
nía representa una tarea  necesaria e   impostergable.  La popularidad  de su con el poder se  relacionan con los hombres y sus particularidades. Resulta
uso requiere de una lectura crítica y un riguroso análisis   d esee  una pers fundamental identificar los ámbitos, sectores, niveles e  impacto  que t i e 
pectiva de género. Para ello, buscamos identificar  los  actores que  partici nen las masculinidades urbanas y rurales, por ejemplo, en la reordenación
pan en la construcción de la ciudadanía, como las diversas   colectividades, del medio, en la distribución de la   riqueza,  en las  formas  de relación y de
comunidades, individuos, las diferencias que surgen de éstos, el intercambio,   entre otros aspectos. Las masculinidades que en su ejercicio
cuestionamiento  de la división público-privado,  nociones  respecto de los han incorporado elementos inherentes al control y al dominio, nos obligan
derechos, lo ¡ocal y lo transnacional y, fundamentalmente, el lugar que a una revisión crítica de Ja manera en que se han entretejido los aspectos
ocupa el poder como eje transversal en estas dimensiones. La ciudadanía de la masculinidad  con otros tipos de relaciones  complejas  del desarrollo
vista  como  una serie de poderes formales y una cierta gama de derechos, económico, político y social.
que se  tienert-erálos que se aspira, nos permite ver  lo lejos que estamos de Este volumen presenta los productos de una amplía reflexión colec
ella, principalmente, porque no se puede hablar de derechos y de igualdad tiva. Su organización está definida precisamente a partir de los elementos
si han basado su elaboración en situaciones  de grandes asimetrías presen identificados como ejes para el análisis de la masculinidad en los distintos
tes históricamente. ámbitos, partiendo del análisis del poder y sus manifestaciones constantes
La vida social no puede concebirse sin la participación de la pobla y abiertas, particularmente, aunque no sólo a través de la violencia, la
ción. En ese sentido, consideramos que el   análisis  de distintas experien identidad y la sexualidad. Este libro recopila trabajos que abordan estas
cias de  ciudadanización  y de entornos  político ;  dví¡nidos  podría aportar
1
perspectivas y análisis, y que son resultado de la reflexión y discusión lle
algo para mirar el lugar que las  mujeres  y los  ^"  bres ocupan en este vadas a cabo en los seminarios realizados. Las personas que colaboraron
proceso. El vínculo entre Ciudadanía y masculimd- j, nos deja ver cómo la contribuyeron así con sus distintas miradas y experiencia desde sus áreas
distribución del poder en las relaciones  sociales  J  <*nbuye  los recursos y de especialización, a identificar elementos de  la masculinidad  que son
posibilita o no su apropiación  para  ;л
;л   r r a n s f o n n  C u a n d o  se   o b s e r v a n constitutivos de la estructura ce relación social y revisar no  «rotamente las
las formas en que  están estructuradas las r el ac« <4  <4   . sociales, vemos que cuestiones cotidianas, sino una mirada desde lo público y más global de
hay un  tejido  complicado, en el que el   sistesn i   \  U r i n a c i ó n  opera en los ámbitos que consideramos como  masculinos.  En el presente texto se
distintos  niveles  y de forma ctiferer-'.V  ~n  los  espacios  concretes,  analizar desarrollan  trabajos tanto  tecucos  como  empíricos  y se  hacen evidentes
 

i-rrr  . • •  2 1

las distinta? posiciones,  reconocidas en este l ¿ . - .   .  qu e al   imcio '.¿•naja pía.,  -. :  ;e los hombres necesitan darse el tiempo v eieroacio para  explo
mos,* de los estudiosos de  ía  masculinidad en t.>ir;«j   ai  lugar cíe los  hom rar iV   :,nas   heredadas de la masculinidad, que dea   cuenta  de las  dife
;

bres en el proceso de transformación social. rencia;   de las distintas masculinidades. Particularmente co n las condicio
Iniciamos esta compilación con el apartado Reíos conceptuales en las nes  actuales  de la vida moderna y del uso de las   tecnologías  se requiere
transiciones de género Algunos problemas de la   moscuiinidad en donde se anali:.::  las nuevas imágenes con las cuales los hombres jóvenes están
abordan  reflexiones  teóricas que nos permiten ir  analizando algunos deba apreirr, rendo  a identificarse.
tes en los estudios sobre  masculinidad,  así como su  visibilización  en las Per  su parte, Daniel Cazés analiza los diversos  pensamientos  en que
formas de vida cotidiana. La construcción conceptual y su aplicación en el  sistema  de género, ante el dominio masculino v  la opresión de ¡as muje
los estudios sobre masculinidad hace  fundamenta';  partir de una revisión res,  ir  pone una visión masculina en la vida cotidiana, en el ámbito labo
de los términos de masculinidad, masculinidad  hegemónica  y domina ral, en  les  cuerpos, en las concepciones del mundo, en las  normas y len
ción masculina, mismos que son presentados por  Juan  Carlos Ramírez guajes, en ¡os discursos e instituciones, así como en las opciones de   vida.
bajo un interesante análisis desde las propuestas que han realizado a la Para  Cazés, el tiempo adquiere sentidos, valores y usos diferenciados para
perspectiva de género y al análisis de la   masculinidad Joan  Scott, Robert hombres y mujeres en nuestra sociedad patriarca!,  resultando  de mayor
Connell y Pierre  Bourdieu,  por mencionar algunos.  Una   discusión entre relevíicia  y más preciado el que se confiere a los hombres.
estas aportaciones teóricas lleva a la  reflexión 
reflexión  ú  t   para pensar, más E Í   apartado Reflexiones sobre masculinidad, identidad y sexualidad
que en la masculinidad, en el proceso de constru  u  i  las masculin idades presenta los trabajos teóricos y empíricos que  concretfean  en recursos y
y de su relación con el poder, y más que en la he t i  en la variedad en sujetes específicos las implicaciones de la ideología   v estructura  de domi
que se configuran las  identidades  mascuiii is  t  ,  t or el  género y la nan-'  masculina. A través de las experienci as de  hombres  con prácticas
masculinidad son una Forma de relación   s o c i o i •>  t i t a  social que se bise^: R J:   s en Brasil, Fernando Seffner muestra cómo K I Y  un ejercicio de
materializa en los espacios  sociales.  Pero a de m i   de propiciar mayor poder vjue  se articula por medio del estigma, la discriminación y !a violen
entendimiento, entre otras cosas, para la   core  c e la  violencia  que cia  e:,v ucuural que rep rimen y limitan la expresión y prácticas de una sexua
los hombres ejercen en espacio doméstico t oi i n   •> rej as. lidad • de una identidad bisexual. Cargada de  sentimientos  de culpa y
En este apartado, y siguiendo con la m i s m t  i  \  ctor Seidler plan vergü-r: iiza, los hombres "bisexuales" dan cuenta de una diversidad y rique
tea un panorama general de la vigencia y  complejidad  de la cultura de za de  ¡amasias,  de relaciones afectivas y sexuales, de modalidades de vi
género en la sociedades  contemporáneas. Señala  la importancia y la tras vencia, de deseos que se expresan en las valoraciones que otorgan a los
cendencia de que los hombres aprendan por sí   mismos  a nombrar su pro vínculos  que establecen con otros hombres y con mujeres, de forma que
pia experiencia como masculina, a través de la difícil pero no imposible no agota una categoría fija y delimitada, que   finalmente  no da cuenta de
autoconci encia y reflexión como fundamenta les tarea s para lograr la trans esa  diversidad  de experiencias. Las relaciones de poder determinadas por
formación en el campo de las relaciones de género.   E nt e nde r  la masculini  otras,  influye  en la
la clase social, la raza, el género, la franja   etaria,  entre otras, 
dad no exclusivamente como una relación de  poder,  requiere de indagar generación de la llamada violencia estructural, misma que es ilustrada a
más sobre la experiencia masculina, por  ejemplo,  sobre los sentimientos trave  Je los testimonios de ios hombre s bisexuales.
de confusión e impotencia que cada   h om b re  puede experimentar. Seidler F i   r u parte, José  Olavarría explora algunos de los factores que posibi
litan  h  invisibilización y naturalización del poder que ejercen los hombres
sobre  vis  mujeres,  la reproducción de los  m a nda t os de » t i a  masculinidad
 Los estudios de la masculinidad han   reconocido  cualro  cu¡tnwciones  principales  des
6
d o m k . w t e  que posibilita en gran medida que los   h om t re s  accedan a  re
de ias que se aborda la masculinidad: la profeminista, ios   estudios de los  hombres, el cursor ds  poder y marquen una distancia, no   solamente  entre hombres y
análisis de   na cu' n d d m e  po o í> t  e  pe
1
ba¡   e '  de
1

m u j r '  r   sino también entre las diferentes  m a s c ul i rs fc Js


Js s .  situación que
cnos de li
i m p> "'"' 't  reconocimiento de una masculinidad  hegemóaica o   modelo re
debates  er ias t r  \  t
feren v  otras masculinidades subordinadas. Son cinco los ámbitos que
diosos de la masculinidad no se distinguen abiertamente  r .tj> x*K»ones. No obstante,
:

consideramos que es importante tomarlas en   cuenta  t«. I  .u /,. isis,  para im .<   mejor Olav. ur considera le permiten a los varones   a c c e de rá  recursos cualitati
comprensión. va  rcn.  -eperiores respecto de las mujeres: la  auíOi-ion;.V.  personal, ci cuer-
 

22 DEBATES SOBRE MASCULINIDADES INTRODUCCIÓN 2t

po, la sexualidad, las relaciones con otros y otras, y la posición asignada en En el apartado La masculinidad en la globalización se presentan do»
la familia, recursos que están presentes en el proceso de construcción de la trabajos que examinan aspectos teóricos relacionados con el fenómeno d fenómeno  d »
masculinidad,  en el aprendizaje que los varones tienen de hacerse hom la   m u n d i a l i z a c i ó n , ,  como su impacto en prácticas sociales concretas, 
la concretas,  como
bres, de las formas en que subjetivamente los hombres pueden construir es el caso del deporte. Primeramente, Robert W. Connell presenta un  un   irt
su identidad mediante los recursos sociales y culturales disponibles. teresante planteamiento sobre las masculinidades, que él llama  globalizadas,
En el trabajo desarrollado por Gabriela Rodríguez, se muestran de producto del fuerte y constante intercambio mundial tanto de informa
manera muy evidente algunas prácticas e implicaciones en la dinámica ción, como de los flujos financieros y comerciales de las   t r a n s n a c i o n a l e s ,
social que tiene la migración de campesinos de una comunidad de Puebla que sin lugar a duda han generado un proceso de cambio cultural,   ciertn
a diversos destinos del país y del extranjero. Situaciones que van desde el homogeneización y un nuevo orden de género global. Para este autor   la»
cortejo hasta el matrimonio, desde la declaración de amor o las prácticas corporaciones transnacionales y multinacionales, el Estado   i n t e r n a c i o n a l ,
genitales, representan algunos de los aspectos que la autora analiza para dar los medios internacionales y los mercados globales representan ámbitos
cuenta de los cambios que las condiciones económicas y políticas actuales que también han contribuido a la conformación de estas   masculinidades
gestan en las formas de relación social que establecen los  Jrombres  Jrombres   y mu global i
global  i z a n t e s .
 jer es de la co mu ni da d. El aná lis is se ce ntr a e n l as form as en qu e se eje rce Fernando Huerta, por su parte, estudia un tema que visualiza y cruza
la masculinidad y sus consecuencias en las condiciones de las mujeres. la identidad masculina en nuestro país, el asunto de la  la   deportivización
Consideraciones   teórico-metodológicas 
En el apartado Consideraciones  teórico-metodológicas  se aborda la globalizada. Muestra cómo a través del deporte se estructuran conexiones
problemática inherente a este campo de estudios, dado que la masculini entre la economía, la política y los significados culturales que se asocian al
dad como un área incipiente no escapa a las imprecisiones y contradiccio hecho de ser hombres. El deporte, como una institución social, no es
nes conceptuales y metodológicas. En este apartado, se cuenta nueva ajeno a la reproducción de relaciones de dominación-subordinación, ena
de  Victor 
mente con otra contribución de  Victor  Seidler, en la que el autor plantea  jen ac ión del cue rpo y d e la sex ual idad , así co mo afia nza dor a de la ide olo 
un interesante debate en las implicaciones que en el trabajo teórico sobre gía dominante en nuestra sociedad.
masculinidad, así como en el trabajo de intervención con   otios 
otios  h o m b r e s , En el apartado de Políticas públicas y masculinidad, María Jesús Iz
se tiene con el empleo del concepto de hegemonía. Confusión, mala inter quierdo hace un interesante planteamiento para el combate a las desigual
pretación y alcances son aspectos que hacen necesario retomar y volver a dades entre hombres y mujeres. La autora considera que no vivimos en
nuevos   cuestionamientos 
analizar el concepto desde Gramsci y los nuevos  cuestionamientos  que él una sociedad sexista, sino que somos  somos   sexismo 
sexismo  c o r p o r e i z a d o , ,  por lo que
mismo realizó sobre el término.
para combatir esta situación se requiere trabajar en la destrucción de las
An a Amuc hást e gui 
gui  presenta en su artículo algunas reflexiones en tor categorías "hombre" o "mujer", y la meta es conseguir que sean insignifi
no a los problemas teóricos y metodológicos que, con base en su experien cantes desde el punto de vista social y se logre el logre el   estatuto de ciudadano. El
cia
cia   de campo, ha observado en esta área de estudio. La masculinidad vista punto nodal en  en  elel   sexismo es la división sexual del trabajo, que con su
como un objeto, como algo que poseen los hombres, puede implicar el enorme peso en la dinámica económica de las sociedades y personas no
riesgo de un nuevo moralismo, e incluso la reproducción de estereotipos. excluye su importancia en el establecimiento de lugares diferenciados para
Amuchástegui considera que estas estas   conceptualiza
conceptualizaciones
ciones   de la masculinidad los géneros, según el tipo de producción. Aunque en los últimos años ha
llegan a generalizarse, por lo que se tiende a llevar estas categorías analíti existido un desplazamiento del lugar que han dejado algunas mujeres y
cas a la realidad, antes de acercarse a los contextos culturales   específicos están   siendo 
están siendo  ocupados por otros 
otros  grupos 
grupos  más marginados, como el de los
y sin observar las experiencias concretas de los hombres. La autora propo migrantes, u otros hombres o mujeres en situaciones de mayor desventaja
n e  el empleo del concepto "construcción social de la masculinidad" que para  la   auto
en la escala social, dicha división sigue existiendo, por lo que, para la
dé cuenta de esta diversidad. El análisis de las voces permitiría mayor
ra, sin la división sexual del trabajo desaparecería el soporte económico
posibilidad y flexibilidad para pensar de otra forma la masculinidad, no
para las diferencias "hombre-mujer", y con ello su correlato de los proce
sólo a partir de masculinidades hegemónicas y subordinadas, sino ver la
sos subjetivos que construyen dichas categorías.
masculinidad como un proceso social, no como un conjunto de atributos
Flérida Guzmán Gallangos 
Gallangos  y Jennifer A
Jennifer  A nn 
nn  Cooper analizan central
entidad   d i s c e r n i b l e .
organizados en una entidad 
mente el ejercicio del presupuesto en México. Es un análisis crítico y con-
 

24 SOBRE   MASCULINIDADES
DEBATES SOBRE INTRODUCCIÓN

creto de la aplicación de la política pública y su impacto en la situación de dad trasciende al hombre individual, volver irrelevante el sexo y aplicar
los  g é n e r o s . .  Proporciona
las mujeres y en el combate a las inequi dades entre los g políticas  que incorporen a los hombres en prácticas de las que han sido
políticas 
un marco conceptual muy interesante, desarrollado a partir de una perspec decisiones,  reformular las
excluidos, sensibilizar a los que toman decisiones, reformular  las leyes, ser
tiva de género,
género, lo que permite c omprender los alcances y limitaciones de las inclusivo y ver a los hombres como socios y no enemigos, son algunas de
acciones que el Estado lleva a cabo en materia de desarrollo equitativo las acciones que plantea.
para hombres y mujeres. Las acciones se demuestran con.hechos y no con Para complementar la visión de las políticas públicas desde otra   e x p e 
palabras, señalan las autoras, la aplicación del presupuesto es su principal riencia en Latinoamérica, Carlos Güida nos muestra los logros, dificulta
interés y su análisis es la tarea que desarrollan en el presente artículo. Las des y limitantes en el campo de las políticas públicas en torno al género en
autoras presentan algunos de los resultados de una extensa revisión y aná Uruguay, particularmente centradas en la salud reproductiva y la violencia
lisis de la aplicación de la cuenta pública del año 2000, desde un enfoque doméstica. Problemas comunes pueden observarse entre la experiencia me
de género, que sin duda representa una excelente muestra de las acciones xicana y uruguaya como la ausencia de políticas sociales bien definidas,
que nuestro gobierno ha realizado en torno a la problemática de género. los puntos de vista heterogéneos en torno al género y su aplicación en las
Elsa 
Elsa  Guevara Ruiseñor parte de la idea de que en el diseño de políti leyes;  de   los/nombres 
leyes;   así como la exclusión de  los/nombres  en los programas y el control

cas públicas la producción del conocimiento científico es un insumo im que


Peroaún
a suhoy
vezejercen éstos en la
el surgimiento eleccióndedediversos
y presión los métodos  p l alan i sociedad
de de
grupos ficación.
portante, representa una variable muy significativa en el proceso de inno
vación, elección y elaboración de políticas. Sin embargo, no es el único, civil que han obligado a los gobiernos locales a la ejecución de programas
ni su elaboración, ni su traducción a la aplicación práctica resulta de la que atiendan los asuntos de las mujeres, la atención de los jóvenes adoles
del   c o n o c i m i e n 
mejor calidad. El artículo se e nfoca a la revisión y análisis del centes, educación en sexualidad; a los congresos para que elaboren leyes
saber profesional   que representa una gama muy variada de enfoques y
to o saber profesional de prevención de la violencia doméstica, la despenalización del aborto; la
distintos niveles de análisis que complejiza su aplicación y su relación con inserción de la perspectiva de género en la curricula universitaria, así como
otros conocimientos y experiencias. El objetivo principal del artículo es la investigación en estos temas.
identificar el estado actual que guarda el conocimiento sobre los hombres La relación de las acciones concretas en el trabajo con la   m a s c u l i n i -
y las masculinidades en el ámbito de la sexualidad erótica y reproductiva. dad en las políticas públicas se presenta la experiencia de la organización
Así se reitera que los significados culturales de la hombría, la doble moral, Género,  A . C . .  Gerardo Ayala
Salud y Género,  Gerardo Ayala   comparte la experiencia de esta orga
la "actividad" de los hombres, las condiciones de su vida emocional y nización en torno al impulso de la educación de diversos sectores y pobla
afectiva, y en general los asuntos de "hombres" y de "mujeres" limitan su ciones que permitan una mayor transformación en las relaciones entre
participación en la reproducción, en la crianza, en las labores domésticas, hombres y mujeres. Su trabajo lo define como un proceso educativo am
y quizá en una mayor participación en la violencia doméstica. Como resul plio, en el que de manera intencionada y planeada se desea incidir en lo
tado, la autora muestra cómo aún hoy encontramos que sólo en ciertos personal, en lo social y en lo político, a través de la sensibilización, la
sectores y en aspectos muy acotados se han reducido las asimetrías y prác reflexión y el diálogo, que incluya la situación de las   mujeres,  mujeres,  hombres
ticas que cuestionen las inequidades entre los géneros.  jóv ene s, niñ os y niñ as, y ot ros grup os soc iale s esp ecí fic os, par ti cu la rm ent e
Eri 
Eri   este mismo sentido, Javier Alatorre Rico en su texto parte de una abarcando el campo de acción de la salud de las mujeres y de los  h o m b r e s .
conceptualización de género que retoma la simbolización, colectiva y sub Específicamente a través del trabajo en talleres, diplomados, campañas
 jet iva , de la rel aci ón en tr e pro duc ci ón y r epr odu cci ón qu e con for ma suj e nacionales, elaboración de material didáctico y capacitación a funciona
tos sociales que tendrán un papel predominante en la acumulación de la y  funcionarías 
rios y  funcionarías  de instituciones gubernamentales pretenden generar
riqueza y el control en la reproducción humana. Lo que plantea el au cambios personales e institucionales, así como un impacto en los diseños
tor es que mediante el estudio de los mecanismos de producción y repro de políticas públicas.
ducción de la dominación masculina, se abre la posibilidad de desnatura Cerramos el apartado con el trabajo de Diane Alméras, que con base
lizar las formas de dominación del sujeto masculino, hacerlas visibles y en los conceptos del imaginario social de Castoriadis, definido como una
con ello emprender el desarrollo de políticas y acciones que borren las creación   sociohistórica y
incesante y esencialmente indeterminada creación  sociohistórica y   p s í q u i 
inequidades. Para ello plantea que se requiere reconocer que la masculini- ca de figuras, formas e imágenes que proveen contenidos significativos y
 

26 DEBATES SOBRE  MASCUUNIDADES


SOBRE MASCUUNIDADES INTRODUCCIÓN 2/

los entretejen en las estructuras simbólicas de la sociedad, la autora iden r r i c e n s e , ,  así como la inserción y el papel de las mujeres en este espacio
tifica
tifica   que la masculinidad estereotípica, como un constructo del imagina masculino. La autora ilustra el paso que dieron los políticos de una filoso
rio social, se relaciona con instituciones como el poder, el  el   sexismo 
sexismo  y la fía del "arte de hacer el bien" al "servicio personal", el incremento de   1»
h o m o f o b i a . .  Asimismo, se pregunta qué institución elegir para elaborar una corrupción, el clientelismo y el pacto entre caballeros, la descalificación
estrategia de transformación de estas imágenes constitutivas hacia repre de la labor de las mujeres como sentimentalismos e idealismos y el no
sentaciones más equitativas de las relaciones entre lo femenino y lo mascu reconocimiento de su función legislativa. Propone crear una nueva polí
Como  r e s p u e s t a , ,  plantea que la división sexual del trabajo norma la
lino. Como  tica que incluya el manejo transparente de todos los asuntos, de cara a la
organización de nuestras vidas diarias y sustenta la red de significaciones gente, el respeto de trato igualitario en el debate político, entre otras
del imaginario de la mayoría de los grupos humanos. Como propuesta de propuestas.
transformación, la autora proporciona una lista de acciones tendientes a Por su parte, Juan Guillermo Figueroa Perea plantea la importancia de
elaborar políticas públicas que impulsen representaciones equitativas de estudiar los derechos reproductivos de los hombres desde los aportes fe
lo masculino en el imaginario social, con miras a destituir un modelo hege- ministas y desde una visión de ciudadanía que atienda los conflictos de la
m ó n i c o . .   Así,
Así,   incluye^jolíticas 
incluye^jolíticas  para modificar el significado de las cosas relación público-privado, sexualidad-reproducción, el derecho como ac
(identidad masculina, salud sexual y reproductiva, paternidad, la división ción normativa y reguladora, en oposición con una práctica de las liberta
sexual del trabajo y la violencia, así como las relaciones afectivas entre des, así como la relación entre universalización y fragmentación entre Es
hombres y mujeres) y políticas orientadas hacia interacciones sociales   más tado e individuo. Es decir, para el autor, los derechos reproductivos de los
equitativas y políticas para alimentar los procesos de interpretación. varones deben ser comprendidos en una dinámica histórica del feminismo
Finalmente, en el apartado Ciudadanía y masculinidad es en el que que cuestione las ideas de universalización y fragmentación, no al margen
probablemente se evidencian de manera más nítida las distintas perspecti sus   p l a n t e a m i e n t o s . .  Para lo cual deben considerarse los siguientes prin
de sus
vas utilizadas en el estudio de la masculinidad. A pesar de que todas se cipios: de integridad corporal, de respeto a la diversidad, a la seguridad, a
autodenominan como profeministas, no se ha construido el espacio para la salud en la reproducción y los relacionados con la toma de decisiones
y  mejor   comprensión. Lo anterior permitiría ver la defini
su delimitación y mejor reproductivas, así como otras propuestas analíticas que nos sugiere en su
ción de algunas acciones y dimensiones, a través de las cuales se podría texto.
pensar en la posibilidad de construcción de de   la 
la  ciudadanía real y los obstá Para concluir, Matthew  C.  Gutmann expone el sentido que tiene la
culos que se presentan para su ejercicio. Así, Guillermo Núfiez Noriega, a democracia para hombres y mujeres de la colonia Santo Domingo en el
partir de preguntarse cómo puede contribuir el interés por el análisis de Distrito Federal, particularmente tomando como referente los comicios
las   masculinidades 
masculinidades  a una comprensión histórica y antropológica de la cul de las últimas tres décadas. La noción de democracia en hombres y muje
tura política en México, analiza el concepto de cultura política en su vín res resulta significativamente diferente, en razón de los distintos   espacio»
culo con la conformación cultural de la masculinidad y del Estado. Particu de ejercicio de ciudadanía, donde se observa una mayor participación de
larmente, ilustra estas relaciones con la realidad observada en el estado de las mujeres en la vida comunitaria. El autor deja ver cómo los intereses
Sonora, en el norte de México. Plantea una interesante visión histórica entre   hom
de participación ciudadana se distribuyen organizacionalmente entre 
de la forma en que las instituciones masc ulinas; como las militares y policía bres y mujeres, señalando la importancia y relación de cada uno ellos en el
cas, están definidas por ideologías de la masculinidad y son promotoras de proceso de construcción de la ciudadanía, a partir de los distintos espacios
particulares formas de subjetividad e identidad masculina. Así, da cuenta y temas que abordan. No obstante, nos reta a ponderar el papel de unas y
de las maneras en que los grupos y clases significan su relación con los otros en los procesos de ciudadanización familiar.
procesos de formación del Estado, por ejemplo, la poética, y la forma en del  proyecto 
El desarrollo de los seminarios y del  proyecto  mismo para desentrañar
que las estructuras sociales viven en las subjetividades y en los cuerpos de algunos nudos e inquietudes que se presentaban en este campo, no hubie
la gente, por lo que la masculinidad puede contribuir a la comprensión ra sido posible sin el apoyo decisivo de Graciela Hi erro, como directora del
otras  realidades.
de otras  P U EG,   quien alentó permanentemente el avance de propuestas novedosas
Campbell  Barr 
Epsy Campbell  Barr  presenta un análisis de cómo se ha estructurado y se tomó los riesgos para aventurarnos en la construcción de nuevas pers
el ejercicio de la masculinidad del poder político en el parlamento costa- pectivas, así como el apoyo económico de la Fundación  MacArthur. Agrade-
 

28 DEBATES SOBRE  MASCULINIDADES

cemos 
cemos  también 
también  al 
al  equipo de trabajo del PUEG que facilitó el proceso de
desarrollo de cada uno de los seminarios, especialmente el trabajo desa
por Cynt hi a 
rrollado por Cynt a  Lima, además de la colaboración de de   Noe mí Campos,
mí Campos,
Gabriela Sánche z y Elizabeth Vargas
Vargas para la sistematización de las relatorías
de las discusiones, así como a Berenise Hernández, jefa de publicaciones
en su momento, por el impulso para que esta sistematización llegara a feliz
término.

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La sinrazón   masculina. Masculinidad y teoría social,   Pro-,
SEIDLER,  Victor.  2000.  La sinrazón
grama Universitario de Estudios de Género-Centro de Investigaciones y Es
tudios Superiores en Antropología Social, México.
 

¿Y  E S O D E L A  M A S C U L I N I D A D ? :
APUNTES PARA UN A DISCUSIÓN 1

Carlos   Ramírez 
 Juan Carlos Ramírez  Rodríguez

Entrar en el campo del género y la masculinidad ha sido para mí el resul


tado de un recorrido en ámbitos temáticos íntimamente relacionados.   E}.
comienzo fue el tema de la salud de las mujeres, más allá de lo estricta
mente materno infantil, la planificación familiar y el cáncer de   cérvix cérvix y
 y de
mama. Ello supuso la identificación de multiplicidad de elementos que
afectan a la salud. Dentro de estos elementos, posteriormente, se privile
giaron las relaciones entre el trabajo doméstico y el trabajo asalariado y su
correspondencia con la salud de las mujeres. Es decir, se trataba de la
percepción que las mujeres tenían sobre sus problemas de salud y su rela
ción con la construcción social del género. Un tema que primero fue recu
rrente y con el tiempo se volvió permanente fue el de la violencia contra
las   m u j e r e s . .  Este último produjo un proyecto de largo plazo que se ha de
nominado "Género y violencia". En el marco de este proyecto, se han
desarrollado investigaciones específicas sobre el problema de  la violencia
doméstica contra las mujeres (magnitud, efectos, servicios, entre otros) y
también estudios demostrativos sobre intervenciones (detección de la vio
lencia en unidades médicas, sensibilización y capacitación del personal
médico sanitario) que contribuyan a enfrentar este problema social.
Si bien los estudios realizados en el marco del proyecto "Género y
violencia" han atendido fundamentalmente la perspectiva de ¡as mujeres,
se hizo impostergable la necesidad de  de  e nt ende r r  la violencia que ejercen
los   v a r o n e s . .  La violencia de que son objeto las mujeres es producto, salvo
casos excepcionales, de  de  las
las   acciones que los varones ejercen en contra de
aquéllas. Diversos resultados, emanados de la acumulación de evidencias
i empíricas, han dado lugar a preguntas como las siguientes: ¿qué significa
para los varones el ejercicio de la   violencia?,  violencia?,  ¿cómo 
¿cómo  se construye dicha

 La reflexión que aquí presento forma parte de la investigación "Masculinidad y violen
1

doméstica", l a  cual recibió
cia doméstica", l cual recibió   financiamiento del  PRODIR  III de la Fundación Carlos
Chagas. También ha contado con apoyo financiero de la de la U
 U niversidad de Guadalajara.

[31]
 

32 TcS  SOBRE M A S C ü e v D A O E S >Y sDE LA MAscee   .-JOAO? MONTES PARA e w  DISCUSIÓN


o

relación?,   ¿por qué unas 


unas   relaciones 
relaciones  devienen violentes
devienen violentes   y otras no? La dis carácter  s e m i ó t i c o . .  Por ello habría que e
4. O tro planteamient o es de carácter s que  e nt en
la  violencia masculina 
cusión teórica sobre la  masculina  también na sido importante, que  la
der que  la   masculinidad es un sistema simbólico con múltiples   posibi
pero su desarrollo es todavía limitado. A diferencia de los importa ntes apor significación  ( C o n n e l l , ,  1995, 
lidades de significación  1995,  1 9 9 7 ) .
tes al conocimiento de la  la   violencia 
violencia  doméstica masculina en contra de la
pareja, desde la perspectiva de las mujeres sujetas a estas relaciones, el
Estas perspectivas hacen pensar en distintas formas de de  representar
punto de vista de los varones inmersos en tales relaciones no ha sido sufi nos la masculinidad, como universal y rígida o como múltiple y cambiante.
cientemente estudiado, podría incluso decirse que es todavía incipiente. Entonces existe una diversidad de concepciones sobre la masculinidad.
En este sentido, plantea retos tanto para el desarrollo  de estudios 
estudios  de corte Veamos algunos aspectos particulares sobre esa discusión para después
empírico, como en la discusión teórica. identificar los elementos que podrían tener utilidad en la comprensión de
A fin de contribuir en la comprensión de la violencia doméstica mas diversos problemas, entre ellos la VDMCP.
culina contra sus parejas (de aquí en adelante   V D M C P ) ,   me planteé un 2

estudio sobre este tema en un sector popular de la   zona, metropolitana


zona, metropolitana de  Mujeres, feminismo y género
de  diversos 
Guadalajara, el cual ha requerido de la discusión de  diversos  aspectos con
ceptuales que, desde mi punto de vista, son claves. En este artícuio no
trabajo   e t n o g r á f i c o , ,  sino que me limitaré a discutir
haré referencia a mi trabajo  Badinter 
Badinter
nidad ha  tenido
(1993)  estima
(1993)  que elreactivo,
un carácter desarrollo de los aestudios
responde sobre lay masculi
los reiterados periódi
algunos aspectos teóricos. Particularmente quiero referirme al acercamiento
cos planteamientos feministas. El feminismo, indistintamente de su orien
teórico de la masculinidad y a algunos de los planteamientos relacionados
t a c i ó n ,   planteó la otredad, implícita o explícitamente, como un todo
3

con el poder que en esa discusión se han hecho.


homogéneo e incluso como algo amorfo. En el caso del feminismo   radical
general,  las
y, en general,  las   teorías que 
que  enfatizan 
enfatizan  la opresión, hablan de una masculi
nidad opresiva denominada como  como  p a t r i a r c a d o .   El patriarcado es una es
4

MASCULINIDAD: ¿Y ESO? tructura que subordina a las mujeres en todos los ámbitos sociales. Estas
teorías de la opresión no llegan a discutir la masculinidad como tal, sino
Cuando se habla de masculinidad, ¿a qué nos referimos? Existen diversas
interpretaciones posibles:
3
  El feminismo presenta una diversidad de posturas tanto en el plano teórico como en la
1.   Una perspectiva tiene que ver con la condición natural o biológica del acción política. Es importante considerarlo porque se puede pensar, equivocadamente,
hombre, de la cual emanan todas sus posibles expresiones sociales. de  feminismo es
que hablar de  feminismo es aludir a una perspectiva teórica y política  única   y homogénea.
política única
2. Otra perspectiva es de carácter positivista, ya que alude a "lo que hace" Al respecto, puede consultarse a Lengermann y  y  Niebrugge-Brantley 
Niebrugge-Brantley  ( 1997 ),), quienes
 quienes iden
tifican tres grandes vertientes: las teorías de la diferencia, las teorías de la desigualdad y
el hombre . Es una descripción de sus acciones , se observa y verifica un
las teorías de la opresión.
4

3. comportamiento, estoidentificar la
materializa la idea de lo como
que es
"elladeber
masculinidad.  A mediados de la década de los setenta, en Estados Unidos, corno parte de la búsqueda
También es posible identificar  la   masculinidad ser", que los   planteamientos 
del feminismo por sintetizar los  planteamientos  del feminismo radical y. el feminismo
nos sitúa en un plano normativo. La expectativa que se tiene de los socialista, Einseinstein (1980) formuló el concepto de patriarcado capitalista, dentro   del
hombres en cuanto a sus acciones se deriva de supuestos, más o menos por el feminismo
cual reconocía ia idea aportada por el  feminismo radical sobre patriarcado, definido "com o
consensuados, sobre "lo que debe ser un hombre" en una sociedad espe un sistema sexual de poder en el cual el hombre posee un poder superior y un privilegio
económico. El patriarcado es la organización
organización jerárquica  masculina   de !a sociedad
jerárquica masculina !a  sociedad   y, aun
cífica. Se espera que los hombres actúen en una dirección y no en otra.
que su base legal institucional aparecía de manera mucho más explícita en el pasado, las
relaciones básicas de poder han permanecido intactas hasta nuestros días. El sistema
del matrimonio y
patriarcal se mantiene, a través del matrimonio  y la familia, mediante la división sexual del
trabajo y de la sociedad. El patriarcado tiene sus raíces en ia biología, más que en la   econo
2
  Me refiero
e ro específicamente a la violencia que los varones varones   ejercen 
ejercen  contra sus parejas
mía y la historia. Manifiestas a través de la fuerza y el control masculinos, las raíces del
quiero   señalar
mujeres. Con ello quiero  señalar   que no desconozco la   existencia 
existencia  de la violencia que
los  propiosyoes reproductivos de las mujeres. La posición
patriarcado se encuentran ya en los propios
sus  parejas v
varones ejercen contra sus  es,  en el caso de  re'-..;, iones 
parejas v ar o n es,   iones  homosexuales,  lo
de la mujer en esta jerarquía de poder no se define en términos de ia   estructura 
estructura  eco n ó -
que requiere también de estudios   panjciüare*.
mica^de clase,
mica^de clase, sino en términos de la organización patriarcal de la
de la sociedad" <pp. 28-29).
<pp.  28-29).
 \
 

34 SOBRE MASCUUNIDADES
DEBATES SOBRE MASCUUNIDADES :i ESO 
 ESO  DE LA -CULINIDAD?: APUNTO   PARA UNA DISCUSIÓN 35

que   problema 
problema  tizan la vida de las mujeres y la opresión de que son objeto, que adquieren sus actividades a través de la interacción social concreta."
identificando   los distintos aspectos (cuerpo, trabajo, educación, familia,
identificando (Rosaldo,  Í ? 8 0 ) .  El género puede entonces adquirir diversidad de signifi
 : D

entre otros) sobre los cuales ven coartada sus posibilidades de realización cados, deja de ser universal y  rehuye
 rehuye   a la tentación esencialista del funda
como seres sociales autónomos. mento binario biológico del sexo. La idea binaria de los géneros, más que
Mientras que el feminismo planteó la necesidad de conocer a las mu desecharse, se transforma. Ahora ya no hay la idea de posiciones contra
 jer es y ex pli car se a s í m is mas , los est udi os de gén ero se abr ier on a l a rela  puestas,   smo 
puestas, smo   una gradación entre puntos polares,   permeados 
permeados  y construi
ción entre mujeres y hombres como propósito fundamental. El énfasis dos por estructuras de prestigio; esto es, se hace una  valoración,
 valoración,   se signifi
relacional, no obstante, partió de la perspectiva femenina; se podría decir can acciones, objetos, el cuerpo, el movimiento, las actitudes, el habla,
que los estudios de género contribuyeron a construir a los hombres imagi que varían en función de los contextos   sociohistóricos, 
sociohistóricos,  de situaciones re
nados por las mujeres, que fue una  una   masculinidad 
masculinidad  imaginada en sus distin gionales (Mead,  1 9 6 1 ;  Ortner,  1 9 9 1 ;  Lamas, 1997).
tas variantes, sea ésta simbólica o normalizada, pero generalmente desde El análisis de los contextos particulares asume un papel trascendental
una mirada femenina. en el ordenamiento de los géneros, de las atribuciones de los mismos basa
De la teoría feminista a la perspectiva de género hubo una transfor dos en los significados que   socialrrvérite 
socialrrvérite  se les asignan. Llevar la compren
mación fundamental: de una visión universalista de la relación entre los sexos, sión de los géneros a un terren o que supone como parte del mismo la varia
donde lo que se discute es a las mujeres, se pasa a una perspectiva de la bilidad, es situarlos en posiciones de cambio. De hecho, los límites que se
diversidad   de la expresión de la feminidad y al planteamiento de la mascu
diversidad establecen entre los géneros no son nítidos, sus   fronteras  fronteras  están en una
linidad como inherente a la discusión relacional de los géneros. En el afán de constante negociación. De ahí que la propuesta de Scott de entender el
mostrar la universalidad de la asimetría entre los géneros (explorada des género   con u na
género u na historicidad propia y que tiene com o eje moto
motorr las relaciones
de distintas ópticas: la estructura social, la social,  la cultural, socialización   [Lamphere,
 cultural, la socialización  de poder, entendidas no  no   como
como   una fuerza coherente, wnificadora
coherente,  wnificadora y  y central,
1 9 9 1 ] ) , ,   de sus significados, se  se  e ncont ról a variabilidad
a variabilidad de expresión de los relaciones  d e s i g u a l e s , ,  construidas 
sino como relaciones  construidas  discursivame
discursivamente
nte   como cam
mismos, la inoperancia del andamiaje teórico y las limitaciones metodoló pos de fuerza sociales, proporciona, desde mi punto de vista, un cambio
gicas para dar cuenta de ellas, por lo que fue necesaria una elaboración cualitativo   importante 
cualitativo importante  respecto de los aportes hechos previamente.
propia y pertinente de nuevas teorías y metodologías. Con ello, no sólo se Scott define el género considerando dos proposiciones que "deben"
cuestionó el  el  a n d r o c e n t r i s m o , ,  sino el origen técnico para hacer ciencia ser analíticamente distintas: "el género es un elemento constitutivo de las
(Moore, 1996). La opresión universal se cuestionó y empezó a darse un en las diferencias
relaciones sociales basadas en las  diferencias q ue distinguen los sexos, y el
lugar a la perspectiva masculina, asumida como unimodal. género es una forma primaria de relaciones significantes de poder. Los
El sistema sexo-género empujó a pensar, ya no en términos del ámbito cambios en la organización de las relaciones sociales corresponden siem
y  s u b j e t i v o .   Se supuso que las regulaciones para
biológico, sino cultural y  5
pre a cambios en las representaciones del poder, pero la dirección del cam
las mujeres también indicaban regulaciones para los hombres. Se utiliza bio no es necesariamente en un solo sentido." (Scott, 1997: 289).
ron como consecuencia formas de representación binaria que dividen el La primera proposición del concepto, referida a las relaciones socia
cultura/naturaleza,  día/
orden social: público/privado, masculino/femenino, cultura/naturaleza,  les, comprende cuatro elementos:
noche, seco/húmedo, hombre/mujer, entre otros.
El uso de la perspectiva teórica del género mostró que la opresión de 1.   Los símbolos
símbolos   cultural  mente di sponibles que evocan representaciones
hecho   biológico, 
las mujeres no está en el hecho  biológico,  sino que el hecho mismo es el múltiples.  <u identificación implica una búsqueda de las representacio
objeto significante, es la base sobre la que se construye un sistema de ne s simbólicas
 simbólicas   que se evocan, también implica el 
el  cómo y
cómo y en qué contextos
significados; tal cual lo menciona Rosaldo, "el lugar de la mujer en la vida se efectúa dicha búsqueda. Una misma acción puede representarse (y de
social humana no es producto de las cosas que hace, sino del significado

5
Esta misma 
misma  idea fue expuesta por M. Mead Mead   (1961) 
(1961)  en sus estadios entre los
entre  los   arapesh,
5
 Los yoes  femeninos pensados desde una  una  mirada
mirada masculina
 masculina adoptada por las mujeres, tal mundugu;.,»r y
mundugu;.,»r  tcharnfcuii, habitan
 y tcharnfcuii, habitan tes de las islas de los mares del sur, en los años vei nte
cual
cual   lo plantea Einseinsíein
plantea  Einseinsíein (
 ( 1 9 8 0 ) ,  pero sin llegarlo a
llegarlo a   desarrollar. y^reinta.
 

¿Y ESO DE LA M A S C U U X i t / ' . O ?  APUNTES


 : APUNTES PARA UNA  DISCUSIÓN 37
36 DEBATES SOBRE MAXMINIDADES

hecho se representa) de diferente forma por distintos   sujetos. 


sujetos.  Además, allá de la familia, al mercado de trabajo, a la educación y a la   política, h1
adquiere significados dependiendo de quién interpreta la acción. Así, mien paso dado por  Rubín,  al ubicar la opresión de las mujeres en el campo
tras la homosexualidad durante la adolescencia pued e ser vista como una cultural, no en el biológico, ha provocado que Scott observe un avance,
etapa transitoria e ineludible hacia  l a adultez, en determinados contextos, pero también una limitación, pues el campo cultural no está restringido a
en otros tiene un tono de reprobación, de rechazo, y es negada como pro la familia. Tanto hombres como mujeres se mueven en espacios que reba
san el ámbito doméstico y las relaciones que se establecen en su alrede
ceso "normal" del desarrollo  humano. 7

dor. Las sociedades industriales


industriales y urbanas muestra n un abanico de posibi
lidades de construcción cultural. Los marcos normativos y los sistemas
2.  Los conceptos normativos que son   interpretaciones  de los significados de
os que entr an  en j u eg o en una sociedad urbana e industrial no son
simbólicos
simbólic
los símbolos son, asimismo, un intento de limitar  y   contener sus posibilidades
homogéneos ni  coincidentes; por tanto, se requier e explorar cómo son dis
metafóricas.  Estosconceptos normativos se expresan en doctrinas religio
puestos por ciertos grupos sociales, de forma que mantengan un mínimo
sas, educativas, científicas, legales y políticas, que pretenden afirmar cate
sentido de coherencia, a pesar de las confrontaciones que siempre están
górica y unívocamente el significado de varón y mujer, esto es, lo masculi
presentes. Así, habrá configuraciones de la mascuiinidad y de la femini
no y lo femenino.  ''Las  acciones, como se ha mencionado previamente,
dad que tendrán mayor relación con los ámbitos del mercado de trabajo
tienen posibilidades de significación diversas; lo interesante es que la evo que con las prácticas religiosas o viceversa.
cación metafórica de las mismas generalmente tiene un curso restringido,
porque se mueve dentro de marcos normativos colectivamente construi
dos y legitimados, como los que se han enunciado. Se establecen así me 4.   La identidad subjetiva.  Aunque ésta parecería ser universal, no es una
canismos que vigilan y sancionan las prácticas sociales, lo que no necesa posición con la que Scott esté de acuerdo. Sería necesario formular las
riamente está asociado con la existencia de sujetos que vigilan, sino que la i dent i dade s,  esto  es, pensar las identidades existentes en función de
normalidad forma parte del propio sujeto, quien ha asumido la  normatividad las actividades que desarrollan, de las organizaciones sociales que operan
socialmente  legítima. Lo más interesante de este proceso es que,  no  obs y de las representaciones culturales históricamente específicas.
tante la normalización de las prácticas sociales calificadas como masculi La segunda proposición del género es entendida como una forma pri
nas o femeninas, es posible cuestionarlas abierta o subrepticiamente, lo maría  de relaciones significantes de poder. "Los conceptos de género es
que genera cambios en dichas prácticas y el disentimiento de ciertos gru tructuran la percepción y la organización, concreta y simbólica, de toda la
pos   sociales.  El ejemplo más claro ha sido, desde luego, el feminismo, que vida social. Hasta el punto en que esas referencias establecen distribucio
rompe constantemente con visiones unívocas y presenta a debate opcio nes de poder (control diferencial sobre los recursos materiales y simbóli
nes polimorfas; mostrando acuerdos, diferencias, confrontaciones e  e  i m p o - cos, o acceso a los mismos), el género se implica en la concepción y cons
^ i f f i o J M ^ ^ S e ^ ^ t í s . ^ e d r . n ^ e ñ a . r o j i t r i h u i d f t i i   cuestionar  la uniformidad trucción del propio poder." (Scott, 1997:  292-293). 8

simbólica. Las campañas que tratan el tema de la violencia contra las Se podría decir que el género es ante todo una forma de ejercicio de
mujeres son un claro ejemplo de cómo la violencia se desnaturaliza y se poder,   no  es algo que venga de fuera, sino que es parte constitutiva del
9

abren opciones de interpretación que conducen a acciones alternas al si


lencio y a la aceptación de su ejercicio como una práctica natural.
8
 Hay que considerar que la idea de poder ha sido   u t ilizad a  de forma recurrente en el
3.  Incluir nociones-políticas  y referencias a  Jas  instituciones y  organizaciones debate feminista y del  género. Se han propuesto distintas opciones teóricas y metodológi
sociales.  No hay que limitarse al sistema de parentesco, es necesario ir más cas. El énfasis se ha puesto en ¡as relaciones de producción, en la apropiación del cuerpo,
en la jerarquía y organización de la familia, el parentesco y el matrimonio, y desde luego en
una propuesta que trata de ubicar los procesos específicos como ejemplos o variantes de
estructuras de  prestigia, como lo plantearon  O r t n er y Whitehead (1991).
  Al respecto, resulta ilustrativo el libro de  G ilmo r e ( 1994 ), Hacerse hombre. 
7
hombre.   Concepcio
9
 Entre  io s elemen t es  que Foucault identifica para ir construyendo lo que denomina
 de la mascuiinidad.  En él se muestra cómo la homosexualidad se institu
nes culturales de
nes culturales
como "una nueva economía de las relaciones de poder" está la resistencia que se ante
cionaliza   en determinadas sociedades y adquiere carácter de ritual de paso hacia   la pone a los distintos tipos de poder. El punto de p artida  no   es su racionalidad interna
mascu iin id ad ;  dejar de ser niño, femenino y  adquizir un rango diferente. (visión weberiana), sino e! enfrentamiento de las estrategias  d e las r elacio n es de po-
 

  SOBÍE MASCUINIQADES ¡y «oDE  LA MASCULINIDAD?: A


P.VTES PARA UNA DISCUSIÓN 39
38 DEBATES

mismo. No sería impropio decir, entonces, que hablar de género sin   e n :  En busca de  la   masculinidad:  evidenciando  privilegios
tender que implica poder, es  no   hablar de de  g é n e r o .   Además, hablar de 10

poder en relación con el género es una posibilidad abierta en términos No es posible hablar de masculinidad, sin antes  antes   acercarse al
acercarse al planteamien
de direccionalidad. Tanto hombres como mujeres no solamente están en to que, desde distintas perspectivas, se ha hecho en  tos  tos   estudios de géne
posibilidad de ejercer el poder, sino que de hecho lo ejercen. También hay ro. Usualmente, los planteamientos teóricos sobre  sobre   el
el   género aluden de
que reconocer que no se puede partir de la existencia de una simetría en el modo explícito a las implicaciones que éstos tienen en tienen en   relación con 
con   las
 d el 
ejercicio d
ejercicio el  poder entre los géneros; de hecho, Scott insiste precisamente mujeres, y si bien se menciona que también son propuestas que involucran
en la historicidad, en el cambio en las representaciones sobre los géneros a los hombres, ellos no son objeto primario de su  su  análisis 
análisis  y, por tanto se
que está dado por posicionamientos cambiantes fundados en el ejercicio pierden, se desvanecen o aparecen veladamente. En ocasiones, los   hom
del propio poder, en los significados que se atribuyen a las prácticas socia bres son señalados como un conjunto homogéneo; otas veces tienen  tienen  una
les de hombres y mujeres y entre sí. figura amorfa. En las ciencias sociales existe  existe  también cierta
también cierta confusión en
De esta forma, el género es un elemento que, junto con otras catego término " h o m b r e " , puesto
el empleo del término " , puesto que se utiliza de forma   "genérica"
rías, como la de clase y raza, trata de evidenciar los procesos por los que ha para denominar a la humanidad. Por otra parte,  parte,  parecería 
parecería  que no es nece
transcurrido la opresión y la dominación de ciertos grupos de población sario aludir explícitamen te a los hombres, porque se asume que se habla
12

sobre otros, en este caso particular entre hombres y   m u j e r e s . " mujeres   ( H e a m 


de ellos y no de mujeres  m  y Collinson, 
Collinson,  1 9 9 4 ) .   Entonces, los estu
dios de la masculinidad contribuyen a desmantelar la perspectiva del hom
bre como universal, acotándolo y contextualizándolo.
Aunque parezca reiterativo, hay que tener  tener   presente 
presente  que el género, en
Las   resistencias 
der.   Las resistencias  al poder son luchas que se oponen a la dominación, la   explota
ción y contra !o que ata al individuo a sí   mismo . .  Las Las   luchas
luchas   son contra !a autoridad
!a  autoridad y  y tanto
tanto   categoría 
categoría  analítica, 
analítica,  tiene múltiples propósitos. U
propósitos. U no  no  de los más im
tienen varios aspectos en común:  común:  1) 
1)  son luchas transversales, porque noporque  no   están limita portantes ha sido  sido   evidenciar 
evidenciar  la opresión, la desigualdad
la desigualdad   y la inequidad en
das a una sociedad particular, sino que tienen un carácter universal, sin ser homogé que viven las mujeres. Con el tiempo, otra  otra  discusión 
discusión  hizo convergencia;
neas, porque en ciertos lugares se desarrollan más fácilmente que en otros; '2) otros;  '2)   son me refiero a la derivada de los movimientos lésbico  lésbico  jgay, 
jgay,  los cuales han
luchas inmediatas. No se busca al enemigo  enemigo  p r in cip a , ,  sino al inmediato, se podrían   k

hecho también un aporte sustantivo,  sustantivo,  j unt e  e  con la discusión en torno al


ver como luchas anárquicas; 3) son luchas que cuestionan el estatus   del  del  individuo
porque van contra el gobierno (entendido como guía) de la individualización (Foucault, género, para que los estudios de la masculinidad amplíen su perspectiva y
1988). fortalezcan su debate debate  ( G o n n e l l , 1 9 9 3 ) .
10
 Al menos en una de sus perspectivas.  El planteamiento-Je roles
planteamiento-Je roles de género no contempla Así como los estudios de género tratan de la feminidad, es decir, a las
el "poder" como elemento analítico, porque no existe como premisa la asimetría, sino las mujeres como diversidad en función de múltiples   coníextos socioculturales
diferencias y como consecuencia las  las  co mp lemen t ar ied ad es. (lo que ha evidenciado las condiciones de desigualdad cotidiana, que no
11
producción   empírica 
  La producción  empírica  sobre el género ha sido  sido   amp lia. 
lia.  Se ha incursionado tanto en
son naturales ni universales), de la misma forma, uno de los primeros de
temáticas como en campos disciplinares múltiples. Una muestra de ello es lo que
  el al. safíos que, al parecer, han enfrentado los estudios   de de   la masculinidad, es
Conway sociales: 
ciencias   (1997) 
sociales:(1997)
  1)    han
1)  la clasificado
política que trataen la
loscuestión
siguientes de rubros como
la cultura producción
política de inclu en el de  visualizar   a  loslos   h o m b r e s . .  Para
Para   Kimmel 
Kimmel  ( 1 9 9 8 ) , ,  hacer visibles a los
sió n - ex clu sió n ;  las mujeres como grupo sin  sin   d er ech o s; 
s;  la igualdad; 2) la antropología hombres significa hablar de los privilegios que han sido construidos social-
que discute las relaciones relaciones   h o mb r es/mu jer es; 
es;  la
la   relatividad cultural; los rituales de m e n t e , ,  pero que se consideran naturales, esenciales a la condición bioló
paso; 3) ia psicología ha aportado diversos aspectos de  la   la   conformación de la identi
gica, al ser hombre. El privilegio, si bien tiene orígenes diversos, también
dad   sexual 
dad sexual  desde distintas escuelas escuelas  p sico ló g icas; 
icas;  4) la
4)  la   economía, sobre las diferen
cias   salar iales; 
cias iales;  la producción y uso de tecnología; las dinámicas de los mercados de una característica   singular: es producto del logro, de la lucha por
tiene una característica
trabajos; 5) la ciencia, que discute fundamentos epistemológicos; 6) el simbolismo
religioso. En el campo de las cienc ias de la salud se ha privilegiado: 1) la salud
reproductiva   ( vi H- S I D A ;  enfermedades de transmisión sexual, la anticoncepción, eu 12
  Hearn
Hearn   y Collinson 
Collinson  señalan 
señalan  cómo los autores clásicos en 
en   d e s d a s s  sociales 
sociales  asumen 
asumen  en
genesia, aborto, etcétera); 2) la educación para la salud; 3) la epidemiología de enfer ellos  explícitamente, 
sus textos ia referencia a ios hombres sin aludir a ellos  explícitamente,  porque las
medades crónicas; 4) los sistemas de servicios de  salud,  entre otros (Gómez,  1 9 9 3; mujeres 
mujeres   ni siquiera son 
son  consideradas 
consideradas  como agentes sociales. Esta confusión es toda
Pérez 
Pérez  Gil, 
Gil,  1 9 9 5 ;;   Feminist Perspectivas 
Perspectivas  on on   Technology 
Technology  Work + Work +   Ecology, 
Ecology,  Conference determinadas lenguas   en que el término "género"es
vía mayor en determinadas lenguas término "género"es p  p o lisémico , ,  como en
P r o cí ed in g s, 
s,   1994 ). el 
el  castellano.
 

40 DíSATES SOBRE   MASCULNDADES ¡ Y   ESO DE LA M A S C U i M D A D ? :  APUNTES PARA Vfi\   DISCUSIÓN 41

imponerse a su diferente, a su   otredad,  a ias mujeres, a io a io   femenino y a lo a  lo  La  
 La hegemonía
de  di o  se desprende. Este fenómeno se inicia con el proceso de la
que de 
concepción  (Badiníer,  1 9 9 3 ) , ,  y hasta en las más complejas formas de ob Las   masculinidades 
masculinidades  nos muestran otra cara de la subordinación, ya no  e *
la  masculinidad 
tener la  masculinidad  en sociedades con distinto nivel de desarrollo tecno únicamente la subordinación femenina a una masculinidad dominante,
lógico. En algunas sociedades, la diferencia y la subordinación obedecen a sino la existencia de masculinidades dominantes y subordinadas. En  En   estn
una argumentación que enfatiza la relación más estrecha de los varones "masculimdades  h e g e m ó n i c a s "
discusión surge lo que se ha denominado "masculimdades 
con los procesos racionales y menos con los emocionales, cosa contraria a (Connell, 1987). El concepto de hegemonía utilizado para hablar de  de  la
lo que ocurre con las mujeres (Seidler, 2000). Otros basan su diferencia masculinidad se entiende más como un proceso que como algo termina
ción en el uso de las armas, la caza, el conocimiento tecnológico, la pro do. La hegemonía es "la cuestión de cómo grupos particulares de hombres
ducción de saberes, la apropiación por parte de los varones de las habilida encarnan posiciones de poder y bienestar, y cómo legitiman y reproducen
des de las mujeres, entre otras muchas   (Godelier,  1986; 1986;   G i l m o r e , ,  1994). dominación"  ( C a r r i g a n , ,  Connell  el
las relaciones sociales que generan su dominación" 
Entonces, la masculinidad se  se   deñne 
deñne  por su relación, en primera instancia, al.,  1987: 179). La hegemonía tiene formas de expresión diferencial en
con las mujeres, lo cual supone, ante todo, subordinación de una parte a la cuanto a clase social, pero es es   siempre 
siempre  subordinando a las mujeres 
mujeres   (desdó
otra. La segunda instancia de diferenciación es entre varones. Esto re la niñez a la ancianidad) y a los niños de diferente manera, utilizando
quiere desmantelar la imagen homogénea de la masculinidad, lo cual nos desde la persuasión hasta la violencia física. "La construcción de la hege
lleva a pensar que dentro del grupo de varones hay una gradación, una de  jalóneos   entre grupos ya formados, más bien
monía no es una cuestión de jalóneos
categorización. El parámetro para determinar el "grado", por llamarle de es una cuestión de de  la formación  de tales grupos"   (op.  cit.,  1 9 8 7 : 1 8 1 ) . .  De
alguna forma, de masculinidad, dependerá del concepto de masculinidad acuerdo con estos autores, algunos elementos que   permi t en  en  comprender
sociocultural   e s p e c í f i c o . .  Cornwal 
en un contexto sociocultural  Cornwal  y  Lindisfarne (1,994) la   heaernonía 
la heaernonía  son
muestran cómo el concepto de "macho" tiene significados que llegan a ser
diversas,  previniéndonos sobre
totalmente contrarios en sociedades diversas, previniéndonos  sobre los ries
1.   El uso de la persuasión, más que el uso de la violencia física, aunque
gos de las generalizaciones.
esta última no está descartada.
Hay quien considera que uno de los elementos más importantes para 2. Involucra la división del trabajo entre mujeres y hombres, pero también
identificar la masculinidad es la orientación sexual. De hecho, la política los trabajos que desempeñan los hombres de forma diferencial, esto   es,
sexual ampliamente discutida en la literatura  gay   contribuyó a establecer parecería   que hay trabajos más masculinos que otros.
parecería
continuidades y diferencias en términos de la masculinidad e instaurar 3. Implica al Estado, que penaliza y promueve manifestaciones específi
de  la 
una visión de  diversidad  m a s c u l i n a .   Las formas de expresión de las
la  diversidad  13
cas de "masculinidad", por ejemplo, criminaliza la homosexualidad y
masculimdades   no son socialmente sancionadas de la misma forma, algu
masculimdades promueve ventajas para quienes viven bajo el orden heterosexual.
nas son más aceptadas que otras, e incluso existen manifestaciones de

masculinidad que son rechazadas. La idea de la hegemonía para entender las masculinidades   p r e s e n t í
varios elementos que se deben considerar. Primero, el concepto mismo d mismo  d e
hegemonía coloca la discusión en un plano social, de grupos e institucio
Perlongher (1999) 
(1999)  muestra la diversidad del mundo  gay   gay  en Sao Paulo. La prostitución nes y no de individuos; no supone las relaciones cara a cara. Segundo,
masculina tiene connotaciones muy heterogéneas que para un observador externo es enfatiza la idea de las hegemonías, en plural, ya que el sentido original
distinguir •,,   por tanto, no logra identificar las vanantes de las prácticas que en
difícil distinguir •,, gramsciano   tiene una orientación singular que representa al   grupo  hege-
gramsciano
primera instancia se  se  denominarían 
denominarían  como "gay". Sólo Sólo  en.
en. l l a  medida 
medida  de una inmersión m ó n i c o . .  Formular la coexistencia de hegemonías es para Carrigan y cola
en la actividad cotidiana es posible no sólo conocer sino exponer la variedad de
boradores   ( 1 9 8 7 ) , ,  así como para Connell (1987) la posibilidad de expre
boradores
matices y y   apreciaciones 
apreciaciones  sobre la cultura de de   la
la   expresión homosexual en  en   Sao
Sao   Paulo.
Núflez
Núflez   muestra el  el   proceso 
proceso  por el que ha pasado la  la   expresión 
expresión  erótica entre varones sión de variaciones entre clases sociales. Esto es, en cada clase social habrá
en una sociedad norteña de México. La coptación de  de   ¡os espacios 
espacios  socioculturales por expresiones, ideas, prácticas masculinas que se consideran como las que
una visión heterosexual y homófoba que   reprueba 
reprueba  y reprime cualquier opción sexual representan a ' a ' lo 
lo  masculino" por excelencia, en relación con otras dentro
la  h eg emó n ica.
alterna a la  una  misma 
de una  misma  clase. Esto, sin duda, genera confusión y, posiblemente,
 

42 Di BATES SOBRE MASCULINIDADES ¿Y ESO DE LA   MASCUÜNIOAD? V U N 1 S   PARA UNA   DISC05IÚN 'I I

hace  u c e e '  ...a 


hace  ...a  una discusión 
discusión  m?}c>r 
m?}c>r  que precise el uso d
uso d el 
el  concepto "he que  sólo 
conocimientos que  sólo  son compartidos y  y   presen 
presen  ados por los 
los   hombi rn
gemonía"   aplicado a
gemonía" aplicado a  la   la  masculinidad. Tercero, la hegemonía es subordina Sólo algunos de ellos llegarán a ser   big  vían,  el
el   ideal masculino. I  I   a  ri mh
ción de todo un  un   gradiente 
gradiente  opuesto al polo denominado como masculinidad mayoría logra sobreponerse a las pruebas y es aceptado como  como   homliit»,
h e g e m ó n i c a ,   empezando por las mujeres, seguido de los niños, los homo pero sin llegar a ser un   big man.  Algunos hombres, al no cumplir con   ION
sexuales y los que no llegan a representar a cabalidad la masculinidad el  largo
criterios para entrar en el  largo   proceso de iniciación, o que  que  durante"  r\
hegemónica, pero que gozan de ciertos beneficios de la misma. Cuarto, mismo no logran sobrellevar el cúmulo de pruebas, son hostigados y se
una permanente acción desde la posición hegemónica de cuestionar todo ñalados como incompletos y se les suele denominar como "papa  "papa  d u l c e "
lo que no reúna los criterios de lo aceptado como  como  h e g e m ó n i c o . .  Quinto, la (Godelier, 1986), nombre con una connotación despectiva, de   burla  burla  y
es relacional   y, por tanto, dinámica, en permanente reconfigu
hegemonía es relacional menosprecio. 14

ración, negociable en tanto persuasiva. Sexto, impone una distribución Viveros muestra cómo en contextos socioculturales diferentes en  en   In
sexuada de tareas sociales (trabajos para hombres, para mujeres y para Colombia moderna, la acepción de masculinidad presenta variaciones   ele-
ambos) y  y  emplea 
emplea  recursos ideológicos para asegurarse de que sea de una la  presencia-ausencia
pendiendo de la clase social, la raza, la escolaridad, la presencia-ausencia
forma y no de otra.  otra.   / del padre durante el crecimiento de los niños y la participación de las

Desde
cer  v.n   criterio estasobre
acepción (hegemónica)
lo que es masculino,deyamasculinidad es difícil
que, dependiendo estable
del contex mujeres
res y el (particularmente de la madre),
trato que los hombres sobre También
deben darles. las ideas se
acerca de en
tienen lascuenta
muje
particulares  (Cornwall 
to, se enfatizarán atributos particulares  (Cornwall  y  L i n d i s f a r n e , ,  1994). la demarcación sobre la orientación sexual y la homofobia, como criterios
G o f f m a n , ,  al discutir el problema social del estigma, plantea como un ejem de aceptación al grupo de pares, entre otros (Viveros   Vigoya, 1 998).
idea ele   lo que puede ser considerado como un "hombre" en la socie
plo la idea ele
dad estadounidense. La  masculinidad como proceso

Según el consenso general, en Estados Unidos, el único hombre que no Badinter   ( 1 9 9 3 ) , ,  mencionaba en un párrafo previo que la
Siguiendo a Badinter 
tiene que 
que  avergonzarse de nada es un joven casado, padre de familia',
de  familia',   blan masculinidad parece ser producto del logro. S iempre hay que afirmar
co, urbano, norteño, heterosexual, protestante, que recibió educación supe se como varón, como hombre, como niño. Siempre hay que establecer
rior, tiene un buen empleo, aspecto, peso y altura adecuados y un reciente
la diferencia. La diferencia en este caso es exclusión. La definición de lo
triunfo en los deportes. Todo norteamericano tiende a mirar a  mirar   el mundo des
es  "lo 
masculino es  "lo  que no es femenino". La identidad masculina se cons
de esta perspectiva, y este es uno de los sentidos en que puede hablarse de
un sistema de valores comunes en Estados Unidos. Todo hombre que no truye bajo el criterio de lo que no es exclusivo de las mujeres. No se
consiga completar estos requisitos se considerará,   probablemente —por lo define por sí mismo, sino sólo en función de la otra. El deslinde se  se  da
algunos  m o m e n t o s — ,  indigno, incompleto e inferior. (Goffman,
menos en algunos  en todos los campos de la práctica   s o c i a l .   Cuando este este  desl i nde 
15
nde  es
1998:  1 5 0 ) .
1998: 

Esta idea de la de la masculinidad 


masculinidad  deja claro que existe una otredad mascu 14
  Esta descripción minuciosa que hace Godelierhace Godelier de
 de   ia
ia   sociedad 
sociedad  taruya
taruya   muestra con 
con  Inda
lina, que se constituye en "mayoría", puesto que sólo algunos pueden cum claridad la importancia de los contextos socioculturales, sin los cuales los   elenmulo»
simbólicos carecen de sentido. La papa, que es un tubérculo de la dieta   cotidianu de
plir con todos los criterios enumerados. Para la inmensa mayoría significa
esta sociedad, es significada de formas múltiples. Sólo quien ha comido ese tipo de   piipn
sólo un anhelo prácticamente imposible de alcanzar. Lo hegemónico no su memoria su
y tiene registrado en su memoria  su sabor, textura, color, aroma, forma, uso.  uso.  procedo 
procedo  di*
implica, entonces, que se viva como el prototipo de masculinidad, sino que p r ep ar ació n , ,  ritos asociados al consumo, etcétera, tiene el contexto que permite   diirlc
se tienda a vivir como tal, se aparente esa manera de vida, tornándose así una interpretación acorde. No es  es   posible disociar el
disociar el universo simbólico del  del  contexto del
en   c o r n p b c e . lo
en  . lo cual permite gozar del privilegio sin necesariamente "ser lo cual se desprende, el que dio lugar a dichas interpretaciones.
15
  Tengo muy presente muchas actitudes y conductas de conductas  de   uno de mis hijos !,de 9 años), que
años), que
hege  T
pero sí representa rlo.
me causaban incomodidad, no sé si angustia. De repente, jugando, corría moviendo sus
En   n ú   >  contexto diferente, entre los baruya, en Nueva Guinea, el brezos de una forma suave.   En/cierta ocasión,
En/cierta ocasión, al principio, cuando noté lo que hacía, lo
proe^.'-   ascuíinización  de ios varones es lento y prolongado, doloro
ascuíinización  Ha rué la
rué la atención diciéndole flue no jugara así,  a u i x .v e  s^uió jugando de ¡a misma  for
so  \
so \ 3   De mand a desarrollo
desarrollo   de destrezas físicas, adquisición de a explicar en
rea. No le llegué a explicar  en esa ocasión e! porqué  no   d e b í a   hacerlo. Después, en los
 

44 DEBATES SOBRE MASCUUNIDADES
SCU iW Otf»?: A PU NT E S   PARA  U M D 45

i m p u e s t o , ,  y no se cuestiona, se asume como un principio, como ley ^vist   videncia 


videncia  clara de 
3
de  periodos 
periodos  de  mayor   o menor agudización de dicha
de mayor
natural. ib

contra
contra   u c c i ó n . "
La idea de la otredad como  como  dispositivo 
dispositivo  de diferenciación involucra
'  El
El   género 
género  v, 
v,  desde luego, la masculinidad son una forma de relación
diversas dimensiones. En la de carácter emotivo y personal, se presentan
social, son una práctica social, se materializan en espacios sociales como
variaciones importantes de acuerdo con el ciclo de vida individual. En los
la
la   calle, el
calle, el trabajo, la escuela, el templo, el parque, el cine, el restaurante , la
primeros años de vida, existe una relación estrecha entre el niño y la niña
con su madre. Badinter  Badinter   (1993) 
(1993)  señala que las relaciones madre-hijo tie casa habitación, entre otros.  otros.  También 
También  se manifiestan en los discursos y
nen implicaciones eróticas, afectivas; incluso, el autor llega a considerar creencias. Adoptan matices, dependiendo de condiciones  condiciones  relaciónales 
relaciónales  par
que no existe una madre que no sea pedófila. Esta relación que experi ticulares; esto es, entre pares, con mujeres, con familiares y frente a quien
menta el niño como pasiva, es grata y satisfactoria. Aprende expresiones representa la autoridad. Asumen formas de legitimidad en función de las
de emotividad de su madre. Llegado el momento, otra etapa del ciclo vital, variantes como las mencionadas. Esto torna la aprehensión de la masculi
se ve cuestionado socialmente por l por  l a  relación con la madre y lo que de otra característica   global de la mas
nidad como huidiza, tal parecería ser otra característica
ella aprendió, su expresividad emotiva que tiene que re-aprender, ahora constante  m o v i m i e n t o .
culinidad, en constante 
reprimiéndola. Aprende nuevos significados acerca de los sentimientos Las
Las   variables características de la masculinidad en diferentes contex
que pueden se r expresados por los varones. Ahora, el "trabajo "trabajo de género", que tos socioculturales, hacen difícil, y podría incluso decirse que inútil, ela
para  Kaufman (1997) 
para  (1997)  es la forma de socialización a la que se ven constre borar una serie de criterios universales sobre la masculinidad. Sin embar
ñidos los varones (pero también las mujeres), lo impele a rechazar cual go, una característica recurrente, si no es que universal, es el rechazo a lo
quier acción que pudiera asociarlo con lo que significan las mujeres, lo femenino. Rechazar cualquier sospecha de feminización resulta ser mu
femenino o, como comúnmente se dice, "lo que no es de hombres". Si ch o má s  evidente entre las culturas con menos desarrollo técnico e indus
la  masculinidad 
bien la  masculinidad  parecería ser u ser  u n  proceso contradictorio permanente, trial; no obstante, se encuentra presente, al parecer, en la mayoría de los
contextos socioculturales. El rechazo a lo   femenino  femenino  se expresa de muy
diversas   formas, desde la sutileza áei chiste y el sarcasmo, hasta el castigo
diversas
días siguientes
días siguientes ha continuado haciendo ese juego y otros más. A partir de mi  llamada  llamada de
 de
corporal que se inflige a los varones que manifiestan conductas asociadas
reflexionado   sobre mi
atención, he reflexionado  sobre mi actitud misógina y  y  homófoba. 
homófoba.  Me explico: cuando lo
veía mover sus brazos y correr, sentía que si lo veían otras personas, particularmente sus a lo femenino.
compañeros de juego y de escuela, se iban a burlar de él y finalmente lo tacharían de
afeminado. Esto traía como consecuencia que me cuestionara mi papel de buen padre.
Traté de entender por qué él jugaba y juega así, y qué es lo que lo lleva a mover los  Dos perspectivas teóricas sobre la construcción
brazos de esa forma. No sé  sí sí es
 es el movimiento, el viento, la flexibilidad que experimen de la m asculinidad
ta, no lo sé. De lo que me he percatado es de su extraordinaria sensibilidad y sensuali
dad. Me he dado cuenta de que se da la libertad de usaryjugar con aquello que lo atrae,
por ejemplo, de repente con un juego de té  (¿"para (¿"para   niñas"?),  que se esperaría que no le Debido a la diversidad, resulta poco útil buscar una caracterización de lo
gustara. Auna estufa, a una cocina, les da usos insospechados Vive en un mundo lúdico m a s c u l i n o ;   por tanto, es más enriquecedor pensar en el proceso de cons
donde usa lo que considera útil para su actividad recreativa. No obstante, hay otros trucción de las  las  m a s c u l i n i d a d e s . Ahora
. Ahora   me centraré en presentar dos plan
ámbitos donde marca con toda claridad su identidad varonil y establece la diferencia
teamientos teóricos sobre el particular.
con sus compañeras, con sus amigas.
6
que  la demarcación 
  También puede ocurrir que la demarcación  impuesta sea cuestionada, entonces puede
o   eventualmente 
reprimirse la resistencia o  eventualmente  dar lugar a un replanteamiento del límite en
cuestión. Estos eventos no se presentan como hechos aislados, sino que forman parte
de un conjunto de prácticas que se refuerzan una a la otra en forma muííidireccional.
Pensemos por
Pensemos un   momento en
 por un  momento en las  diferencias que
las diferencias  que se presentan entre hombres y mujeres 17
  ¡Ui.:..:.-
¡Ui.:..:.-.is donde  estos momentos
.is que existen sociedades donde  estos momentos son claramente establecidos, por
respecto a la forma de sentarse y  agacharse
 agacharse   a recoger algo que está en el  su elo ;; cómo
 cómo se
eje   <:>,», ¡a separación
 ¡a separación del hijo del cuidado m aterno 
aterno  (Gilmore, 1994; Godelier,  198 6),
6), en
 en
da desde la niñez basta alcanzar la madurez. El movimiento y posición de! cuerpo, que
o t i Vi ,  es  un  proceso menos claro  y quizá
 quizá más
 más confuso, e incluso quizá debatible, cuestio
elemento  p sico mo t r á, 
un  elemento 
es un  á,  se educa y se conduce bajo ciertos   criterios 
criterios  normados,
consensuados   so cü imen t e.
consensuados nado 
nado  a través de ciertas prácticas, que   parecerían 
parecerían  transformar de fondo las relaciones
sai  j ' e s  de género y desde luego la   ruaseülinidad.
 

46 DEBATES  SOBRE MASCULINIDA
DEBATES SOBRE  MASCULINIDA •Y ESO DE LA  MA SCU LINIDA D?:  AFÍNES PARA UNA DISCUSIÓN 47

Tres 
Tres  formas 
formas  relaciónales 
relaciónales  e s t r u c t u r a n l a s 
s  mascul i ni dades rencias de ingreso que conllevan a prestaciones diferenciales (guarderías
principios  operan de
sólo para madres trabajadoras). Estos principios  operan de forma general,
Quizá la propuesta más depurada sea la planteada por Connell   ( 1 9 8 7 , sin negar la existencia de procesos de cambio que atenían contra los mis
1993, 1994, 1995, 1997, 1998). La  La   masculinidad 
masculinidad  es un proceso de rela mos principios, los transgreden y, finalmente, construyen alternativas para
ción entre estructuras sociales y las prácticas que tales estructuras posi el cambio. Esto quiere decir que las demarcaciones no son absolutas e
bilitan.   Las principales estructuras que dan cuentan de casi cualquier inamovibles.
ordenamiento de  de  los
los   géneros son las productivas, las de poder y las de
cathexias,   éstas son dimensiones que se intersectan, se influyen y se mo 2. En cuanto a las  relaciones de poder   se plantea la articulación de aspec
difican constantemente. tos macrosociales y microsociales que configuran la   masculinidad.  Esta
articulación debe situarse en términos de las relaciones de poder entre los
1.   Las   relaciones productivas   son estructuras que constriñen a los sujetos a géneros, y de modo particular entre los grupos de hombres. Las relaciones
desempeñar determinados trabajos. La segregación laboral es una de las de poder pretenden afirmar la hegemonía de la   masculinidad.  Si las rela
bases de estas prácticas sexistas, porque el desarrollo de habilidades y poder  contribuyen 
ciones de poder  contribuyen  a establecer las demarcaciones entre los gé
destrezas son diferenciales según el sexo, motivo por el por el   que los empleadores neros e intragenéricamente, implican también restricciones de los propios
encuentran "racional" una asignación discriminatoria con precedentes cla sujetos que detentan una masculinidad hegemónica, que está caracteriza
ros y precisos. La elección de sujetos para el desarrollo del trabajo está da por una moralidad definida, o sea, un código ético particular. El poder
mediada, entonces, por una estructura que antecede a la elección. Esto supone autoridad y legitimidad, entonces se hace necesario identificar los
manifiesta que un mismo sistema técnico laboral que puede estar es espacios controlados por hombres que representan estas características y
tructurado de diversas formas, se diseña de una manera particular que que refuerzan la idea de dominación, de control masculino y tienen un
responde a una forma  forma   socialmente 
socialmente  elegida. Es evidente que la división carácter   e s t r u c t u r a l .   La idea de un poder global en el que las mujeres
carácter 20

sexual del trabajo forma parte de un sistema estructurado genéricamen están subordinadas a ios hombres debe conjugarse   со я  otro poder, el local
te y, como sistema, incluye aspectos como la producción, el consumo y la  y   periférico, donde las mujeres tienen otras posibilidades en el ejercicio
distribución. Esta perspectiva del trabajo no se limita a la asignación arbi del poder, como serla el ámbito doméstico.
traria en el momento de emplear a un sujeto, tampoco está constreñida a
la visión del trabajo desde la perspectiva  m a r x i s t a , ,  en tanto relaciones de 3. Las  relaciones de cathexias   son la dimensión emocional, la dimensión
clase. No, tiene un sentido más amplio, que da cabida, por ejemplo, al erótica, sexual, no biológica, estructuradas socialmente. La construcción
trabajo sexual, al  al  sexoservicio 
sexoservicio  (el turismo sexual es una variante), que obe del deseo, la objetivación del deseo en su más extensa expresión, desde
(Piscitelli,   2 0 0 1 ) .
dece a una lógica de relación intergenérica (Piscitelli,  18

luego, incluye, pero de ninguna manera se limita, al deseo sexual; particu


Connell  (1987) 
P ara Connell  (1987)  ¡os 
¡os   principios 
principios  sobre los que se fundamentan larmente el deseo heterosexual y homosexual están normalizados, no hay
estas relaciones de producción son la demarcación continua entre el tra un ejercicio discursivo indiscriminado. Sus representaciones y sus prácti
bajo de mujeres y de hombres; la relación de las demarcaciones con el cas están cruzadas por discursos como el médico y el el  religioso.   Las rela 21

y rentabilidad   del trabajo; la exclusión de las mujeres de oportuni


control y rentabilidad ciones de cathexias tambié n implican relaciones emocionales, tanto afectivas
dades profesionales donde acumulen prestigio y  y   control 
control  de
de   c a p i t a l e s ;   la 19

complicidad de los hombres de distinta clase para mantener las demar


caciones que limiten la movilidad de las mujeres; las consistentes dife- 2 0
  Cuando Connell hace esta formulación, piensa en los   países países  centrales. De ahí que
son muy significativas las instituciones de violencia (militares, prisiones y policía); los
trabajadores de los grandes complejos industriales (petróleo, acero); la burocracia de
los Estados
los Estados socialistas (el libro lo escribió antes de !a caída de! Muro de Berlín); y la
18
turismo  sexual
  El turismo  sexual amalgama  asimetrías de
 amalgama asimetrías globales  (globalizadores
 de género, clase y raza, globales  clase trabajadora que desarrolla una fuerza física paralela a la   maquinaria industria)
maquinaria industria) que
t's globalizados). utiliza.
  Baste recordar el denominado "techo de cristal" alusivo a ¡os espacios directivos y ejecu de  Núñez   (1999), para e caso mexicano, se inscribe dentro de la propuesta
19 21
  El trabajo de Núñez
tivos de primer orden, prácticamente vedados para las mujeres   (Burín, 1987), sexualidad  comouma práctica
de la sexualidad  comouma práctica social.
 

48 DEBATES  SOBRE   M ^ w a J A n t s ¡Y  ESO DE LA  MASOJLINID.-.O?:  APUNTES PARA UNA  DISCUSIÓN


¡Y ESO 49

hostiles.  En
como hostiles.  En   las relaciones que podrían catalogarse como  más   c e r c a 
como   más  ternidades en sectores populares y altos en la ciudad de México, más que
nas,  tanto
nas,  tanto   en las de pareja 
pareja   como 
como  en las relaciones dentro de la   familia, identificar un patrón homogéneo en  en   el
el   ejercicio de la paternidad, encuen
están presentes estas formas ambiguas de relación. tra procesos particulares de  paternaje  que se definen no sólo por el hecho
Estas formas estructurales de relación social son, para  para  C o n n e l l , ,  ¡as de pasar tiempo con sus hijos/as, sino que también incluye aspectos como
que van configurando las  las  masculinidades 
masculinidades  que, desde luego, dan lugar a la el ejercicio de la autoridad, el apoyo en las actividades escolares y el com
las  relaciones   de producción es todavía un aspec
diversidad. Por ejemplo, las relaciones partir el tiempo libre, con variaciones importantes en el ciclo de vida.
feministas  y   por los estudios de género; esto no resulta
to debatido por las feministas y Entre los aspectos que resultan coincidentes, tanto para Scott como
uno  cielos   elementos que caracterizan la identi
extraño, si se piensa que uno cielos para Connell, están las relaciones de poder, profundamente entrelazadas
dad masculina, hablando en términos generales, es la figura de "provee con las relaciones de género. Quizá la diferencia entre ambas visiones
su participación en
dor", derivado de su participación  en el trabajo. El proceso q ue ha vivido la radica en la importancia que asigna Connell a las relaciones intragénero.
economía mundial y, en particular, la latinoamericana (con sus efectos en En este sentido, la formulación de una caracterización de la denominada
periodos de auge y de recesión), ha evidenciado la falta de seguridad en el "masculinidad hegemónica" enfatiza, desde su definición, la existencia de
trabajo, la pérdida del empleo o «1 o  «1 subempleo 
subempleo  como elementos que contri- una otredad masculina que no cumple con un patrón exigido del   "ser "ser   h o m 
buj'en
buj'en   a cuestionar la  la   identidad 
identidad  m a s c u l i n a ,   especialmente en sectores
22
bre" en un contexto sociocultural determinado. Las relaciones de poder,
(Katzman,  1 9 9 1 ) . .  Al parecer, las especulaciones sobre las modi
populares (Katzman,  en tal sentido, no sólo implican ver hacia el otro género, sino también
ficaciones en las identidades masculinas en contextos de desempleo y  rriar- hacia las relaciones intragenéricas que establecen pautas de relación dife
ginación muestran que los recursos identitarios no dependen en exclusiva rencial. La exigencia de la comprobación permanente de la heterosexua-
del hecho de ser proveedor de  de  la 
la  familia, si bien esta  característica
 característica   tiene lidad
lidad   sería uno de los ejemplos más claros. Además, otro elemento que
peso significativo   i m p o r t a n t e . .  Por ejemplo, los hombres jóvenes de San
un peso significativo salta a la vista es el rechazo a la homosexualidad, vinculado a las relaciones
tiago de Chile recurren a sus redes sociales de apoyo, buscan alternativas de   cathexias. 
de cathexias.  El rechazo a las posibilidades de un acercamiento a lo feme
a los empleos fijos y de largo plazo, negocian con la pareja el empleo de nino implica también la restricción emocional, en eiío va el hecho de que
etcétera  (Olavarría e i al,   Í 9 9 8 ) .
esta última, etcétera  las relaciones de poder marcan también prácticas que controlan no
sólo los sentimientos, sino la sensualidad, el cuerpo. El cuerpo masculino
El cuidado infantil que, incluso se especuló, fuera el fundamento de
está bajo un régimen normativo que impone restricciones. Esto coincide
la división sexual del trabajo, tiene relación con los estudios de paterni
con  lo
 lo   que ha formulado Kaufman, quien señala que el precio de "la adqui
Gutmann  ( 1 9 9 6 , ,  1998) 
dad. Gutmann  1998)  encuentra que la percepción del cuidado in
sición de de  la
la   masculinidad hegemónica (y la mayor parte de las subordina
fantil por parte de los hombres en la ciudad de México es muy variable. En
das) es un proceso a través del cual los hombres llegan a suprimir toda una
hombres de sectores populares puede resultar muy normal, parte   «le «le   la
gama
gama   de emociones, necesidades y posibilidades, tales como el placer de
vida cotidiana de un hombre; mientras para otros es resultado de una ne
cuidar de otros, la receptividad, la empatia y la compasión, experimenta
gociación   explícita con la pareja, el denominado  "Kramer"  para los secto
gociación
das como inconsistentes con el poder masculino" (Kaufman, 1997: 70).
res medios. Pero para un sector alto, es impensable, porque de ello no son
responsables ni la madre ni ei padre, sino personal de servicio. Esto mues La idea de poder como un ejercicio impositivo, que es el generalmen
tra una gran variedad en la configuración de las identidades masculinas en teoría  s o c i a l ,   contrasta con la idea de Scott que, aun
te empleado en la teoría  23

cuidado   infantil. Alatorre
relación con el cuidado  infantil. Alatorre   ( 1 9 9 9 ) , ,  en un estudio sobre pa- que no la explicita, deja entrever que las relaciones de poder basadas en
los significados atribuidos a las distintas prácticas sociales puestas en jue
go en la relación entre hombres y mujeres, tienen una  una  bidireccionalidad y
bidireccionalidad y ,
  El papel del proveedor y de "jefe de  familia" son cuestionados y se advierte la aparición
2 2
por tanto, adquieren, para el caso de las mujeres, una connotación positi
de nuevos patrones de autoridad,   bajo esquemas de aportación y distribución   dei.  ingre va, lo que se ha denominado como  como   " e m p o d e r a m i e n t o " . .  De una forma mu
se,   distintos de aquel que descansaba en el   varón.  También se conjuga con   cambias e n cho más clara, y en términos desde luego propositivos, Kaufman retoma a
e!  nivel  de escolaridad de la  descendencia, el   abandono tardío o temprano del hogar por
parte de los hijos  y ¡as hijas. El   empico femenino obliga a nuevos arreglos entre ta   pareja
y coa la   familia  en  general. También  se devela la jefatura de familia compartida y la
fci .K -aina  como opciones distintas   ala tradicional  (González Rocha, 1999).
2 3
  Una revisión de  algunas  posiciones se encuentran en   Mineiio  (1986).
 

50 DEBATES SOBRE M/.SOJLINIDADES MASCULINIDAD?: APUNTES PAR


;Y ESO  «  IA   MASCULINIDAD?: APUNTES A UNA  DISCUSIÓN 51

M a c P h e r s o n , ,   quien entiende el poder humano "en función 


función   dei 
dei  potencial de   socialización, tan
de socialización, tan indispensable como el que 
que  dispoaea la
dispoaea la sumisión (Bour
desarrollar   nuestras 
para usar y desarrollar  nuestras  capacidades humanas. Este 
Este  punt o de
o de vista dieu, 1990: 33).
se basa en la idea de que somos hacedores y creadores, capaces de utili
zar el entendimiento racional, el juicio moral, la creatividad y las rela ¿Cuáles   serían los elementos que Bourdieu menciona
¿Cuáles Bourdieu menciona y  y que desde mi
emocionales"  ( K a u f m a n , ,  1997: 67). Pero también tiene una cara
ciones emocionales"  punto de vista son relevantes para comprender el proceso de construcción
negativa, entendida como imposición, como control sobre otros y sobre de la dominación masculina y, por tanto, de la   mascisfinidad?   Entre los 25

sí mismo "sobre nuestras indómitas emociones". Esta última caracteriza distintas   formas, 
más destacables están, primero, que hay distintas  formas,  tipos o variantes
ción es la que generalmente se reconoce como ejercicio de poder. Ello de dominación, siendo una de éstas la   m a s c u l i n a .   Segundo, la domina
26

de  posibilidades   no consideradas en los estudios de género


abre una serie de posibilidades ción es un proceso que permitirá a un sujeto, en un   nwnnento 
nwnnento  dado, adqui
masculinidad.  Sin
y de   la   masculinidad.  Sin   lugar a dudas, es una propuesta debatible y, rir una posición dominante. Tercero, la dominación es producto de un
en tal sentido, se requiere debatir sobre la misma como una posibilidad trabajo complejo: implica una inversión, costos , para aquel que quiere o
teórica que le otorgue una faceta positiva a las relaciones de poder antes debe, como mandato social, ocupar dicha posición.
anotadas. La etnografía elaborada por Godelier sobre la sociedad baruya mues
tra el proceso por medio del cual los hombres   lograron 
lograron  y mantienen  mantienen  la
La masculinidad como dominación dominación sobre las mujeres. Algunos de los  de la dominación
se aluden al mencionar que "una permanente  esubordinación 
lemente
subordinación   también im
Otra de las propuestas para entender el proceso de construcción de la plica la existencia de un determinado consentimiento por parte de los do
masculina",   c o n c e p t o - u t ii
masculinidad es la denominada "dominación masculina",  minados y la existencia de dispositivos sociales y  y   psicológicos 
psicológicos  para crear
lizado, entre otros, por Bourdieu (1990, 2000). Hay que recordar que este consentimiento" (Godelier, 1986: 45). Esta afirmación permite aña
Bourdieu emplea el concepto de dominación como parte de sus plantea anotados  p r e v i a r a r a t e , ,  cuando se ha
dir otros elementos diferentes a los anotados 
mientos teóricos, como son el  habitas y el   campo. *   La dominación, enton
2
idea   bourdieuseana 
cía referencia a ia idea  bourdieuseana  de la
la   dominacifa 
dominacifa  masculina. Cuar
ces, es  un   proceso que contribuye  a  la reproducción social (Bourdieu y to, el consentimiento del dominado: no es posible  maiüener
 maiüener la  la dominación
Passeron, 1996). Recurre a esta idea para explicarse la relación entre los más que con la colaboració n de quien se encu entra sujeto a la domina
géneros y, desde luego, la subordinación de las mujeres a los hombres. ción. Bourdieu mencio na, ademá s, que la aceptación o, también podría
Pero veamos de forma particular   qué   entiende Bourdieu por dominación decirse, colaboración para ser dominado, puede ser consciente o incons
masculina: ciente; esto es, que se encuentra inscrito en el   habitm  de los sujetos. Es
un condicionamiento mental que se ve alimentado por las disposiciones
En el caso de los que han sido designados para ocupar las posiciones domi sociales, las cuales confirman, en forma discursiva y  por  por medio
 medio de las prác
nantes, también es indispensable la mediación de los  habitus,  que disponen sujeción   «fe
ticas, la superioridad de los varones y la sujeción  «fe  las mujeres. Los
herencia  ( de
al heredero a aceptar su herencia ( de   hombre, hijo mayor o noble), es decir, hombres tendrán a su disposición espacios para competir entre sí, mostrar

su destino
ciones que social.
llevan aContrariamente
reivindicar o aa ejercer
la ilusión
tal del sentido
o cual formacomún, las   d isp
de dominio, o si
como campos  ( e c o n ó m i c o , político,
sus habilidades y destrezas en todos los campos ( , político, cien
tífico,
tífico,   familiar, sexual y demás), de donde están excitólas las mujeres o
la  libido  dominandi masculi na en una sociedad falocéntrica, no son algo que donde  tienen 
donde  tienen  espacios acotados para participar. 
participar.   Esta
Esta conlleva
 conlleva la edifica
se da por sentado, sino que deben ser construidas mediante un arduo trabajo
de  sistemas 
ción de  sistemas  simbólicos, sistemas de prestigio que afirman las asime
trías entre los géneros, los cuales vendrían a  a  conformir 
conformir  el quinto y sexto
24
de   dominación 
  El concepto de  dominación  fue discutido ampliamente por Weber   (1992)  (1992)  como una elementos.
la  categoría "poder".
forma acotada de la  categoría "poder". La dominación opera con racionalidades; de acuer
do con Weber, un tipo de dominación se estructura de acuerdo con fines y otra con
valores.  Estas
arreglo a valores.  Estas   no son ex
son ex clu y en t es, y
  y sería algo muy extraordinario que presen 25
Cuando Bourdieu   discute !a "dominación masculina", llama  la atención que en ningún
  Cuando Bourdieu
taran una expresión pura. El elemento   vafcrativo, que
vafcrativo, que es en sí mismo subjetivo, es reco momento invita a. debatir a quienes han hecho la discusió a sobre la "masculinidad"
nocido por Weber, pero no desarrollado. En cambio, Bourdieu toma el elemento el elemento   subje desde los años ochenta.
ios elementos centrales 
tivo como uno de ios elementos centrales  para entender la dominación. 2 6
de  clase, 
  Otras son las de  clase,  raza, 
raza,  et n ia,  edad.
 

DEBATES SOBRE MASCULINIDADÍS ¡Y ESO  Of  


 IAMASCULiNiDADí :  WN tt s ."*RA l ADISCUSIÓN
I
52

 Mujer(es),  feminismo s),  género(s),  masculinidad es): rial 


rial  y a las relaciones sociales. 
sociales.   .-Je
.-Je   refiero al cuerpo como 
como   instr.r.ci pn
 con
 con   tinuidad(es) maña
maña de significación.  Cuando cito
 de significación.  Cuando cito al cuerpo, no lo limito a la   c s i r u c t u -
ra física, biológica, sino a lo que representa y a lo que es  es  posible 
posible  hacer
Perspectivas   m ú l t i p l e s , ,  divergencias y similitudes, nuevas propuestas y con él. Además, no es únicamente el cuerpo en tanto carne, sino a las
necesidades de redefinición teórica,  teórica,   podrían 
podrían  ser algunas definiciones de implicaciones psíquicas que son un nodo utilizado por el sujeto a través
este ámbito teórico inacabado que ha sido impulsado y fortalecido desde la cual   mantiene una relación creativa con su contexto   s o c i o c u l t u r a l .
del   cual
perspectiva de las mujeres, los feminismos, las aportaciones teóricas sobre 5.   Tal significante, el cuerpo, va modelándose para dar respuesta a distin
los géneros y sobre las masculinidades. Enfatizo   el  el  uso del plural por su tas exigencias que impone la sociedad en el transcurso del ciclo vital del vital  del
multiplicidad, la cual requiere ser reconocida para acercarse a algún pro sujeto.  Este
sujeto.  Este   es un corte temporal, la vida del sujeto, su ciclo vital. Pero
blema de carácter empírico que involucre este debate, tal es el caso de la también tal universo simbólico va modelándose en función del tiempo
V D M CP .   Con ello quiero reiterar que la discusión sobre masculinidad sólo histórico, el cual tiene una connotación secular. Entonces, las relaciones
es posible si se consideran los aportes previos del feminismo en los cuales entre los géneros e  e  intragenéricamente 
intragenéricamente  están traspasadas por la inter
se finca la discusión del  del  g é n e r o .
27
sección del tiempo vital y del tiempo secular. Es así   qur/la qur/la  temporalidad

Una vez realizado este recorrido, todavía primario sobre el tema, iden es
de importante para ycomprender
la masculinidad los procesos de simbolización y cambio
de los géneros.
tifico
tifico   algunos aspectos que podría ser útil considerar en el momento de
entender el problema de la   V D M CP : 6. Si la masculinidad es un proceso relacional que implica la significación
del cuerpo traspasado temporalmente, el contexto sociocultural es el
1.   La masculinidad es, ante todo, un proceso de búsqueda permanente y espacio en que tiene efecto tai dinámica. Dicho espacio no  no   es
es   único,
de  asimetrías 
reafirmación constante de  asimetrías  y alternativas de cambio en las sino múltiple. En este este   s e n t i d o , ,  reconocer el proceso de construcción de
e   i n t r a g e n é r i c a m e n t e . .  Promover y mante
relaciones entre los géneros e  la masculinidad es adentrarse en diversos campos de relación social
ner las asimetrías, o romperlas requiere de un trabajo continuo que está que intrínsecamente ordenan su relación teniendo una  connot ac i ón  ón  de
estructurado socialmente. género. Desde luego, la masculinidad incide en   el el   sujeto transformán
2. La participación de los sujetos en relaciones asimétricas se da de forma dolo y ,  a su vez, el sujeto posee elementos que eventualmente tienen la
consciente o inconsciente. Más que pensarlos como mundos excluyen- posibilidad de transformar la estructura  estructura  social. 
social.  Entonces la masculini
tes, existe una participación mixta; esto es, habrá aspectos reconocidos dad no puede entenderse sino como una relación indisoluble sujeto-
y que se practican para reafirmar tales asimetrías, mientras que otros se estructura,  dentro   de una dinámica dialéctica de la cual no es posible desli
estructura, dentro
ejercen sin reconocimiento alguno, aparecen como naturales, se ac garse. La masculinidad es, entonces, una red de relaciones complejas
túan de forma inconsciente. de interconexión múltiple y nunca una relación lineal de dependencia
entre la estructura social y el objeto sexuado.
3. Es ante todo una relación de poder. No es un sistema de complementa-
riedad y distribución de papeles para los hombres y las mujeres que
requiera un ordenamiento, en lugar de ello es un  un   enfrenlamiento 
enfrenlamiento  de
visiones del mundo y un espacio de prácticas sociales. ¿Y ENTONCES?
4.   Es la construcción de un universo simbólico en constante cambio. Los
significados que se construyen sobre el significante, se modifican a lo Estas notas son apenas un atisbo al intrincado mundo de los géneros y
largo del tiempo. El universo de significantes implica al mundo  mundo   m a t e - particularmente de la masculinidad. Son apenas unas ideas sobre  sobre  temas
destacados por el feminismo; son algunas implicaciones de la categoría de
género y su utilidad para comprender la masculinidad. También se señala
27
  Desde luego que otras perspectivas se contraponen a este   p lan t eamien t o , ,  por ejemplo, las   propuestas 
ron ciertos matices de las  propuestas  teóricas sobre la 
la  m a s c ó l a . , ,  i Se
perspectiva mitopoética   de la masculinidad, se sustenta en otras premisas teóricas,
la perspectiva mitopoética
han observado algunas inconsistencias que requieren de un   d eb e  am t L
recurren a los arquetipos jungeanos que definirían desde un lugar del inconsciente co
lectivo lo que se considera  masculino como un
como un carácter universal. En tai
En  tai   sentido, puede
pertinente  m o s b , -  t  - 
plio. Más que procurar consensos, parecería pertinente  -   »  for
y Thompson   (1993).
consultarse a Moorey Gillette (1993) y Thompson Ello   reclama 
talezas y limitaciones. Ello  reclama  un decidido trabajo  en,[  v  • •  •  que
 

54 SOBRE   MASCULINIDADES
TES SOBRE V bO   DE LA .WDAD?:
 AWNTB PARA ÜM DISCUSIÓN 55

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rar los términos  masculinistas  que se daban por sentado y que incluían
hasta las formas mismas, según las  cuales  se organizaban tradicionalmen
te los lugares de trabajo. Las mujeres querían ¡a  posibilidad  de competir
bajo sus propios términos y no verse obligadas a negar las responsabilida
des relacionadas con el  cuidado 
cuidado  mit:-xú y
mit:-xú y   el trabajo doméstico, responsa
bilidades que seguían  siendo suyas.
 

58 DEBATES  SOBS:
SOBS:   MASCUUNBMDB TRANSFORMAR LAS  MASOJUNIDADES  Sl

apoyo  nsv.eei no 


Así, el apoyo  no  al feminismo no podía limitarse únicamente a madres se encuentran apartados/as. Entonces, los jóvenes se sienten aún
apoyar a a  las mujeres .o  .o  sus demandas de igualdad, sino que debía incluir más   aislados 
aislados  e incapaces de acercarse a los demás.
hombres   a p n '  dieran a nombrar su propia experiencia como mas
que los hombres  Conforme va desapareciendo el trabajo tradicional, a los padres  padres   l rs
trataba  de elgo 
culina. Se trataba  elgo  que ellos tenían que aprender a hacer por sí cuesta cada vez más mantener su identidad masculina como   p r o v e e d o r e s ;
mismos, cosa nada  nada  fácil 
fácil  en una cultura en general  homofóbica
 homofóbica y
 y en la cual el resultado es cierta depresión que se   " h e r e d a " 
"  inconscientemente a la
identidades  masculinas 
las identidades  masculinas  se definían en gran medida en términos nega siguiente generación. Los niños pueden sentirse inseguros respecto de su
tivos  —est o 
tivos  o  es, en "no" ser "tiernos", "emocionales" ni "dependientes", lo identidad como hombres jóvenes. Así que a veces se sitúan como antago
palabras   quería 
que en otras palabras  quería  decir que "no eran mujeres". Así, para los nistas frente al feminismo, el cual insiste en que los hombres sólo pueden
hombres resultaba difícil apoyarse entre sí en grupos de autoconciencia ya definirse a sí mismos como figuras de poder que son, de alguna forma,
que, a menudo, cuando niños se les enseñaba a necesitar ser "indepen responsables de la subordinación y opresión de las mujeres. Como ésta no
y " a u t o s u f i c i e n t e s " — no
dientes" y " — no podían mostrar ningun a "debilidad" frente según   la
es la forma según  la   cual los hombres jóvenes se entienden a sí mismos,
a otros hombres por temor a que el hecho fuera utilizado en su contra con frecuencia se sienten incómodos y  y  confundidos.
dfíitro 
dfíitro  de las relaciones
las relaciones   competitivas de la masculinidad. Muchas veces,
los hombres sólo pueden sentirse bien consigo mismos cuando saben que
les "va  mejor"  que a ios demás. PODER
Estos patron es comienz an muy temprano y es import ante reflexio
nar sobre las formas en que los niños aprenden sus masculinidades en la AI 
AI  verse rodeados de mujeres jóvenes que tienen más confianza en sí
escuela y en sus  sus  f a m i l i a s . .  A menudo sienten que deben sobrevivir por mismas y parecen saber mejor cuál es la dirección de sus vidas, los hom
sí mismos y que, por  por   e j e m p l o , ,  si su padre y madre se están separando o si bres jóvenes pueden encerrarse en un hosco silencio. Muchas veces, la
ellos  m i ; ; i ó , ,  no pueden hablar con otras personas ni buscar
alguno/a de ellos  primera teoría feminista insistía en identificar a la masculinidad exclusiva
apoyo.  Normal ment e 
ningún apoyo.  e  sienten vergüenza y aprenden a pretender mente como una relación de poder, como si no fuera posible "volver a
que todo está bien. Aprenden a manejar su torbellino su  torbellino   y confusión emocio descubrirla", frase que he utilizado desde hace mucho tiempo porque el
nales internos por sí  mismos o
 mismos o puede ser que los "exterioricen" intimidando era  deconstruir 
objetivo era  deconstruir  la masculinidad. Daba la impresión de que no
a otros niños o niñas para afirmar así su identidad masculina amenazada. había formas según las cuales los hombres pudieran cambiar, ni ninguna
Recientemente se ha prestado gran atención a   las  las  culturas de intimida manera de redimir la masculinidad; más bien parecía que debíamos acep
las  e s c u e l a s , ,  como parte
ción en las  como parte   de la discusión sobre el "bajo aprovecha tar que la masculinidad era el problema y que no era parte de la   s o l u c i ó n .
miento de los niños", que se relaciona con el que las niñas realicen sus Se trata de una debilidad que todavía se presenta en ciertas formas de la
labores   escolares 
labores escolares  mucho mejor que ellos. Posiblemente esto se deba al política antisexista masculina, que asume que los hombres pueden   n o m -
tipo de estimulación y apoyo que ellas reciben y que se relaciona con su brai
brai   su experiencia si reconocen el poder que tie nen en la subordinación de

de  autoestima 
sentido de  autoestima  como jóvenes mujeres. las mujeres.
De alguna forma, es preciso reflexionar sobre el tipo de apoyo que Esta forma de la política masculina, impulsada por el compromiso
necesitan los niños en su transición a la vida adulta y a las incertidumbres que tiene con la terrible violencia que los hombres comúnmente ejercen
relacionadas con lo que significa ser un hombre en el mundo contemporá sobre las mujeres, sabe con claridad a lo que se enfrenta. Insiste en que
En  pa i t e 
neo. En  e  se . traer 
 traer  de un elemento 
elemento   cultural 
cultural  que se 
se  relaciona 
relaciona  con el los hombres se responsabilicen de lo que durante tanto tiempo se ha nega
diálogo continuo entre las generaciones. Sin embargo, junto a la desapari do. Sin embargo, el foco de la aproximación se queda en el sufrimiento
tantas  industrias 
ción de tantas  industrias  tradicionales, los padres no pueden ya heredar femenino y dice muy poco sobre la experiencia masculina. Como ya lo
una profesión a sus hijos. Al acabarse las relaciones de aprendizaje de indiqué en   Man  Enough,   debemos ocuparnos de 
1
de   los
los   abusos del poder
el  contexto 
oficio, el  contexto  en el cual pudiera darse un diálogo entre hombres jóve masculino y la violencia que se ejerce sobre las mujeres. Debemos romper
con   trar;gerencia 
nes y viejos con  trar;gerencia  de habilidades va también desapareciendo;
la consecuencia es  es   eo e  los jóvenes de clase obrera se vuelven más depen
los  s i s t e e . ..s
dientes de los  . ..s   de educación formales, de los cuales sus padres y   Víctor Seidler,  Man Enovgt: Embodiying 
1
Embodiying  Masen, inities,  Londres, Sage,  1997.
 

60 DEBATES SOBRE MASCW¡M?ADES T S A M S K " ' . ' * * L A S M A S C U L IN l D AAO


OES 61

con la confabulación de la violencia doméstica y el abuso sexual   en los literain ¡ente "con


¡ente "con el/la bebé en brazos" cuando siempre habían vivido rela
lugares de trabajo. El problema es que muchas veces, al   trivializar 
trivializar  estas ciones de género más equitativas, según las cuales ambas partes trabajaban
experiencias, nos convertimos en aliados sin quererlo. Otra posibilidad es y eran responsables del cuidado del espacio doméstico. De alguna forma,
que supongamos que se trata de cuestiones privadas de quienes están in la igualdad estructurada con base en el género, que parecía funcionar muy
volucrados/as. Al haber trabajado en México, conozco cómo aquello que bien cuando ambos trabajaban, no podía incluir a los hijos/as. Muchas ve
se presenta como "buen comportamiento" público, en realidad esconde la ces la solución era contratar a mujeres más pobres que cuidaran a ios/as
violencia que se expresa dentro de las casas. Muchas veces, las mujeres hijos/as y, así, pasar a alguien más la carga de trabajo; en general, las ma
están tan asustadas que no pueden hablar del asunto; la otra opción es que dres no se sintieron bien con esta solución. Los primeros meses se con
se culpen a sí mismas. vierten   así en periodos de sobrevivencia durante los cuales las parejas no
vierten
Debemos ser capaces de reconocer tanto el poder social que los hom pueden enfrentarse a  a   los
los   nuevos problemas que surgen; dieciséis meses
bres siguen ejerciendo en la sociedad patriarcal, misma que se estructura después, cuando las cosas relacionadas con el cuidado del/la bebé son
en gran medida de acuerdo con la imagen que ellos mismos tienen, como más fáciles, el resultado es el divorcio.
los sentimientos de confusión e impotencia que cada hombre puede expe Al intensificarse el trabajo, es difícil que los padres y las madres ten
rimentar. Se trata de aspectos de una realidad social compleja. Debemos
volver a pensar las relaciones que se dan entre el poder y la vida emocio gan el las
veces, tiempo que sus
mujeres hijos/astan
se sienten quisieran
aliviadaspara estarloscon
como ellos/as.
hombres Algunas
cuando se
nal, además de las diferentes esferas en las cuales el poder se ejerce. Así van a trabajar y pueden escapar de las infinitas exigencias y el caos emo
surgen cuestiones de diferencias dependientes del género y formas según cional de la vida íntima. Podemos decir que en el   mundo de mundo de habla inglesa
las cuales, por ejemplo, las mujeres ejercen el poder en áreas específicas la presión sobre las mujeres para ajustarse a una identidad de género
de la vida, mientras que los hombres lo hacen en otras. Suele ocurrir que neutral es considerable; en realidad, lo que esto   significa  significa  es ajustarse a
las mujeres se quejan de que sus compañeros hombres se comportan como términos  m a s c u l i n i s t a s . .  Una vez que se les había aceptado en el lugar
los términos 
niños en el hogar, al no estar seguros de sus emociones. de trabajo, se esperaba que  que   "aguantaran 
"aguantaran  la presión como los los   d e m á s ' . .  In
El padre ha sido tradicionalmente la fuente de autoridad divina en la vestigaciones recientes muestran cómo algunas mujeres que trabajan se
familia. Su palabra fue durante mucho tiempo ley y se suponía que debía sienten agraviadas frente a mujeres con hijos/as, ya que piensan que "aban
ser obedecido. Frecuentemente los padres creían que comprometerían su exigieron   demandas 
donaron" la nave y exigieron  demandas  especiales que no debían haber
involucraran   emocionalmente 
autoridad si se involucraran  emocionalmente  con sus hijos o hijas. Supo pedido.
nían que debían legislar "lo mejor" para ellos y ellas, sin tener realmente
que comunicarse con ellos o ellas. Su deber era castigar a quien lo desobe
decía. El resultado era que el padre patriarcal se mantenía distante de la LA/S DIFERENC IA/S
los   hijos/as. 
familia, organizada alrededor de las madres y los  hijos/as.  Si el padre se

sentía solo y excluido, podía buscar la compañía de otros hombres en el Al reflexionar sobre la experiencia de los hombres, podemos apreciar las
trabajo o involucrarse en relaciones que, al mantenerse en secreto, le pro tensiones que ellos sienten entre su vida íntima y su trabajo. No sólo se
porcionaban la intensidad que su vida no tenía. Es común que los hijos no trata de tener "tiempo cualitativo" con sus hijos/as durante el fin de sema
puedan identificar el contacto que les faltó en las   relaciones 
relaciones  con sus pa na. También se trata de escuchar lo que los niños/as quieren y necesitan y
d r e s , ,  aunque ahora ya reconocen que quieren mayor contacto emocional de   revisar la
de revisar la igualdad de  de  géneio 
géneio  para que sean incluidos. Además, es nece
con sus propios hijos/as.
sario reconocer lo importante que es, tanto para ios hombres como para
A menudo, en Gran Bretaña, lo que verdaderamente resultó ser trans los niños y las niñas, que los padres se involucren día con día con sus hijos
formador fue la presencia cada vez mayor de los padres durante el embara e hijas. Para esto debemos aceptar que necesitamos volver a pensar la
zo cíe sus compañeras y, después, en el   nacimiento de
nacimiento de los/as hijos/as. Los naturaleza   del trabajo posindustrial y el equilibrio, tanto en el caso 
naturaleza caso   ae
ae   los
 jóv ene s pad res que ría n inv olu cra rse má s y se se ntí an inc ómo dos cu an do hombres como en el de las mujeres, entre el tiempo de trabajo y el de la
se   les 
se  les  obligaba a regresar a trabajar después de limitadas licencias de pa vida   iririma. 
vida iririma.  En parte, esto supone que los hombres reconozcan el "trabajo
ternidad. Esto resultó devastador para las mujeres, quienes se quedaron e m o c i o n a l "   necesario para sostener una relación sexual duradera.
 

62 -i S08SE  M - \ : : : : A i N I C A r . ' E S TüANFORMAR LAS ;.ASCUUNDADES 63

;  ••'.•vt--malmente,
malmente, .o
 .o s  hombres  -i-•--•den a  psr:jar q -s sus relaciones son rras  proyectan cierta imagen pública de sí mismos. En algunos casos, cuando
sólo „ i i   contexto  q,;e  se da por  sentado.  A un   c u a n i o  suelen decir que temen  que si muestran lo que sienten ante otros serán rechazados, desa
"trabajan para sus familias", las  identidades  masculinas siguen organizán rrollan cierta angustia inter na. El enojo puede volverse contra uno  mismo,
dose alrededor del trabajo, por lo que los hombres   pecas  veces saben el lo cual se refleja en  el   alto porcentaje  de   suicidios de hombres jóvenes que
tiempo, la atención y el esfuerzo que se necesitan   para  mantener una rela se registra casi como un fenómeno mundial. Pudiera parecer mejor suici
ción a   largo  plazo. Es común suponer que se trata de una labor que las darse que mostrar ante los y las demás que se está desesperado.
mujeres deben realizar en las relaciones heterosexuales; se trata de un
trabajo invisible que las mujeres cada vez se encuentran menos dispuestas
a realizar,  ya que ahora esperan  emoeionalmente más de una relación que LA S   T E C N O L O G Í A S
lo qu e  las generaciones anteriores esperaban. Es muy importante no gene
ralizar y considerar que estas cuestiones son propias de contextos cultura Las personas jóvenes sienten que, debido a la   globalización y   las  nuevas
les e históricos específicos. Las viejas leyes vascas permitieron que las tecnologías,  viven en un mundo muy diferente que las generaciones ante
mujeres heredaran las tierras y que, por lo tanto, sostuvieran fuentes de riores no pueden comprender; así, el espacio entre las generaciones  se
poder femenino dentro de la comunidad. Una vez más, es necesario que amplía. Con la nueva tecnología de las telecomunicaciones y de software,
aprendamos   de la experiencia de  Ios/as demás y reflexionemos sobre este el tiempo parece comprimirse porque l as  personas  jóvenes  se encuentran
tipo de cuestiones en contextos culturales   específicos. sobreestimuladas y ansiosas por estar "en   contacto" con toda una red de
Cuando nos referimos al poder y la diferencia, no sólo pensamos en conexiones que siempre está en movimiento. Vivimos en una cultura que
las  relaciones  que se dan entre hombres y mujeres,   sino que también de se  mide  en milésimas de segundo y que redefine las relaciones entre las
bemos incluir  sexualidades diferentes y relaciones  complejas  que separan culturas urbanas y rurales: el concepto de lugar no tiene ya el mismo peso
a diversas  masculinidades.  No podemos olvidarnos ce las cuestiones de que antes. En una sociedad de 24 horas por siete días, que no se detiene
clase, cultura, "raza" y etnias, y las formas en las cuales dichas cuestiones nunca y en la cual hemos creado herramientas para aprovechar al máximo
generan relaciones de poder y acreditación entre diferentes  masculinidades. el tiempo y el trabajo, es fácil sentir que tenemos menos tiempo para noso
En una reciente discusión entre un grupo de hombres quedó claro que tros/as  mismos/as y nuestras relaciones que el que tuvieron   los  demás se
algunos  de los que  provenían  de clases obreras no podían imaginarse a sí res humanos a lo largo de la historia. El correo electrónico  puede ser muy
mismos asistiendo a la universidad. No se trataba de una posibilidad in conveniente, hasta que nos encontramos contestando frenéticamente una
cluida   en el mundo social que habitaban, que en cambio  sí   consideraba cadena de correos interminable. El teléfono celular nos ahorra tiempo,
cuál oficio seguirían. excepto cuando de repente nos encontramos potencialmente al alcance
de cualquiera que exija nuestra atención. Apagamos la computadora y des
De la misma manera en que  hemos  aprendido a  pe ns a rl a s  diferencias
c one c t a m os  el teléfono para tener un espacio propio; el resultado es que
entre las mujeres, también hemos aprendido a pensar las diferentes mas
culinidades. Así como las mujeres descubrieron la libertad para explorar lo nos preocupamos por todo lo que nos estamos perdiendo.
que quieren y necesitan para ellas  mismas, sin importar los juicios y eva Las nuevas tecnologías han puesto a circular masculinidades globales
luaciones de la  masculinidad  dominante, así también los hombres necesi que exhiben imágenes con las cuales los jóvenes aprenden a  identificarse.
tan darse  el  tiempo y el espacio para explorar las formas heredadas de la Adoptan cierta imagen pero, ai mismo tiempo, puede serles difícil expre
masculinidad.  Se trata de que los hombres aprendan a nombrar las mas sar lo que les ocurre, ya que con ello comprometerían la imagen que han
culinidades específicas que, al crecer, siempre dieron por  sentadas.  Esto decidido seguir. No deberíamos sorprendernos de que las enfermedades
pudiera ser difícil en un periodo  de ¡ncertidumbre en   eí cual se han fractu relacionadas  con el estrés aumenten de manera drástica en todo el mundo

rado  'os  modelos tradicionales de  masculinidad, organizados


organizados alrededor de por  la  sobrecarga y caducidad de la información resultantes del hecho de
las  naciones según las cuales los hombres son  ios "pr veedores". A menu que las personas sienten que pueden enfrentarse al ritmo, flujo y densidad
do,  k.s  hombres piensan que deben "tener el   control'  de se propia expe- de las actividades humanas. En Gran Bretaña, tres  de   cada diez emplea
rienc -: y   que si admitieran  c i e ñ a s e gu ri d a d
:
i dc nu'da
nu'da á e s  masculinas dos   presentan problemas mentales cada año, resultado de comportamien

se ve  amenazadas. Aprenden  a esconder sus ..::sied;,(. es y miedos, mien- tos relacionados con el estrés. Como  jeremy Rifkin,  autor de  The Age  oj
 

64 DESVÍES  soeat  MASCUUNÍDADES .NSFORWAR LAS MASCUUNIDADES 65

  e s c r i b i ó : :  "si un niño o una niña   c/ece  rodeado/a de juegos de video


ÁCCKÍS, 2
nar
nar   sobre el papel que tuvieron en su enfermedad la tensión y el estrés
y computadoras y se  se   acostumbra 
acostumbra  a que se le premie instantáneamente, resultantes de intentar mantener todo en orden. Esperan que la medici
¿deoeríamos sorprendernos
¿deoeríamos  sorprendernos de que su capacidad de concentración sea poca? sea  poca? na reponga su condición y les permita regresar   t ant oo   a trabajar como a
Si aceleramos el ritmo, el resultado será que aumentaremos la impacien una "vida normal". Se niegan a escuchar la   incertidumbre 
incertidumbre  médica relacio
cia de una generación"  (The Guardian,  26 de mayo de   2 0 0 1 ,  p. 22).  22).  Rifkin nada con el tratamiento adecuado. El resultado es que normalmente no se
cultura  hiperaeeierada   no nos está volviendo a
se pregunta si este tipo de cultura hiperaeeierada presta la atención debida a la salud masculina. En su lugar, ellos piensan
todos/as menos pacientes y si estos nuevos patrones de estrés, relaciona que se les debe juzgar según estándares externos y sienten que fracasan si
dos con la "furia en el camino" o la "violencia doméstica", no muestran la no pueden ajustarse a los mismos. Contarle al profesional de la salud so
forma en la cual más personas viven su tensión como explosiones de bre sus miedos se vuelve algo muy complicado, aun cuando hacerlo los
violencia. hicieran,  sentirían que
ayudaría; si lo hicieran, sentirían y  no "lo 
 que son "débiles" y no "lo  suficientemen
Rifkin plantea una cuestión muy significativa cuando dice que "si esta te hombres".
revolución de la nueva tecnología únicamente se  relaciona
 relaciona   con la veloci Diferentes generaciones de hombres aprendieron a quedarse calladas
entonces   podra mos 
dad y la hipereficiencia, entonces  mos  estar perdiendo algo mucho cuando regresaron de la guerra o de algún otro conflicto. Pocas veces con
nuestro   sentido de
más valioso que el tiempo: nuestro  sentido de lo que significa ser alguien taron a sus parejas o hijos/as lo que habían vivido, el  miedo 
 miedo  y el terror de
que se preocupa por los demás" (p. 22). Esto se da tanto en el caso de los una guerra. Intentaban proteger a la siguiente   g e n e r a c i ó n , pero,
, pero, en el pro
hombres como en el de las mujeres, y de diferentes formas, al ayudar a ceso, no re cibieron el apoyo que les hacía falta. El dolor de la guerra civil
plantearnos las maneras en las cuales nos culpamos de no ser capaces de sigue sintiéndose y necesitamos compartir esta memoria histórica; así, los
"mantenernos al nivel" de los nuevos patrones; por ejemplo, cuando inten nietos y nietas sabrán lo que sus abuelos y abuelas   vivieron. 
vivieron.  Este trabajo
tamos
tamos   reducir la cantidad de sueño 
sueño   que-
que-   necesitamos. Sin embargo, en de memoria ayudará a que la nueva generación explore su propio terreno y
nuevos  e s t á n d a r e s , ,  debemos reconocer que
lugar de juzgarnos según estos nuevos  les dará un nuevo sentido sobre lo que es  es   verdaderamente importante
verdaderamente importante en la
lo único importante no  no   es l i márseme  a.o  ^e.mte.ojg^^  &^ --vW^lNecésttamos revisar'ei valor
revisar'ei valor y 
y  la'determinación 
la'determinación  asociados a  a  estas
estas   ex
la  glóbaliza-
revolución de las nuevas tecnologías, ni cómo nos. ajustamos a la  periencias del pas ado y abrirnos al diálogo entre padres e hijos, diálogo diálogo que
ción que los políticos normalmente califican como inevitable cuando re en muchas ocasiones está bloqueado. Sin embargo, normalmente son los
chazan cuestionar los intereses del poder corporativo en una economía hijos e hijas quienes cargan con los conflictos sin resolver de sus padres y
globalizada. Necesitamos plantearnos preguntas más profundas sobre cómo madres, de ahí que sea fundamental que los hombres y las mujeres apren
creamos una visión social que utilice las tecnologías sin permitir que éstas dan a hablar entre sí, salvando las diferencias de poder y vulnerabilidad.
se apoderen de nuestras vidas. Cuando los hombres aprendan a mostrar más de su propia vulnerabi
A menudo, sólo cuando los hombres enferman se detienen a pensar lidad, aprenderán a reconocer que ésta no es un signo de  debilidad,  sino
sobre cuestiones tan importantes como éstas. Normalmente se enojarán fuente de valor. Cuando los hombres jóvenes aprendan a ser más cariño
con el cuerpo que los ha defraudado ai enfermarse. Muchas veces, las sos e íntimos con quienes se relacionan, sin importar el sexo, aprenderán
presiones relacionadas con el intento de sostener las   inasculinidades 
inasculinidades  tra qué es importante en la vida. Aprenderán a valorar el amor al luchar por
dicionales son responsables de que los hombres enfermen, ya que para conseguir mayor justicia en las relaciones dependientes del género, en
ellos es difícil escuchar a sus propios cuerpos, considerados por  la 
 la  moder una sociedad más democrática y equitativa.
nidad  como 
nidad  como  máquinas que se pueden utilizar. Para 
Para   muchos 
muchos  hombres es
apoyo   c uando 
difícil encontrar apoyo  uando  están enfermos, por ejemplo, de cáncer de
próstata. Prefieren no hablar del asunto y esperan que si el cáncer surgió
de  la   nada, entonces también desaparezca fácilmente. Se niegan a  reflexio-
de la

2
 J.-rerny Rifkin, The Age   o}Access: The New of l'.  yacapitalism,  U «ere All cfLife
  cfLife is a Petd
}n< Exp erience, Nueva York, J. E  Tarcher
 Tarcher &  P a t m a n , ,  2000.
 & P
 

Í L   T I E M P O 
O  E N M A S C U L I N O

 Daniel Cazés  Menache*


Cazés 

N  E S T A D Í S T I C A S )
U N A V I S I Ó N I N T R O D U CT O R I A ( C O N  1

partir  del
A partir  del   informe de 1995, el Programa de Naciones Unidas para el
Desarrollo   ( P N U D )  pe rmi t i ó afirmar
2
ó afirmar con certeza que, conforme a los indi
cadores oficiales y la metodología elaborada por el grupo que encabezó
Mahbub   ul 
Mahbub ul  Haq, "no hay actualmente ninguna sociedad donde las muje
res   dispongan 
res dispongan  de las mismas oportunidades que los  los  h o m b r e s " . 3

Un par de años antes, en una comunidad rural centroamericana se


Iteró a
Iteró a cabo un taller
taller destinado a identificar la percepció n de sus  sus   i n t e g r a n -
íes, hombres y m y m u j e r e s , acerca
, acerca de! tiempo dedicado al conjunto de tareas
para  el
necesarias para  el   sustento 
sustento  d o m é s t i c o . " "  Un centenar de parejas elaboró
una amplia lista
lista de actividades masculinas y femeninas y, de co mún acue r
do, asignó a cada una las horas o medias horas que consideraban necesa
rias para su realización. Pese a las diferencias estacionales de algunos
trabaj
trabajos,
os, como los de siembra y cosecha, las apreciaciones colectivas fue
ron consensuadas sin grandes euestionamientos. Enseguida se procedió a
sacar cuentas. Esta operación se hizo en pequeños gru pos, cada un o de los
cuales presentaría luego luego sus conclusiones al plenario. Las evidencias eran
claras por todos lados: las mujeres invertían invertían much o más tiem po de trabajo

diario que los hombres. Si bien en general éstos consagraban entr e ocho y

*Este articula originalmente se publicó en  el  Vil Congreso Español de Sociología, Socio
logía del  T i e m p o - C E J I C H - U N A M .
1
 Las propuestas y conclusiones teóricas  de  esta  contribución son un primer desarrollo de
"La dimensión social del género:  posibilidades  de vida para mujeres y hombres en el pa
triarcado", en el tomo 1, páginas   335-338  de la  Antología  de la sexualidad humana,   C.  J.
Pérez Fernández y E. Rubio A.   (coords.), ¡.léxico, Conapo,  1994.
  México,  Haría, 1995.
2

;
 ?  35.
'  informe presentado por Moisés  Hernández,  1994, en el Cent ro de Encuentros y Diálo
gos, A.C.,  Cuemavaca. Sobre la resistencia  de Sos hombres al cambio, véase mi trabajo
VrbrkAmong Pilen in  Latía America:  inrcakations and   Practicas, Results and  Experiences,
 Experiences,
Lieja,   Intemaiionui Union for the  Scieréeic Srudy of Population,  1998.
 

68 D E M E S  SOBRE  MASCUUMDAOFS g,   T,T : 0  EN   M A S C U N O


L, 69

labores,   ni nguna 
diez horas diarias a sus labores,  nguna  mujer lo hacía menos de doce (¡os  trabajos invisibles  repesentan  los mismos
hombres 49 por ciento (¡os trabajos
horas, y buen númer o de ellas alcanzaba hasta  q u i n c e . .  Los señores busca
hasta q porcentajes que en ios países en desarrollo).
ban ajustar sus cálculos y formulaban explicaciones y justificaciones. Cuan
do se dieron cuenta de que el mismo problema se había presentado en son   diferentes 
Los promedios se obtuvieron de datos que son diferentes  en cada país
todos los grupos y lo discutieron ante todos y todas, entr e enojos y bromas examinado. Veamos:
acabaron por aceptar que acarrear varias veces al día dos baldes con quin
ce litros de agua cada uno a una distancia de varios kilómetros requiere, al a)  En las zonas urbanas de los países en   desarrollo, 
desarrollo,  por cada 100 ho
menos, tanto esfuerzo físico como trabajar con el arado; los más lúcidos ras de trabajo masculino, las mujeres mujeres   t ra baj a s: en 
en  Kenya 103; en
concluyeron que algo tenían que hacer para transformar la situación. Pero, Nepal 105; en Venezuela 106; en Indonesia 109 y en Colombia
no obstante las desavenencias conyugales que la investigación produjo y 112.
los compromisos por el cambio negociados al final del taller, en aquella b)  En las zonas rurales, los tiempos de trabajo   j o s t r a d o s  s  por cada
comunidad todo seguía más o menos igual cuando el   P N U D  publicó su 100  horas de trabajo masculino son en Banglaáesh
en Banglaáesh   1 1 0 ; ;  en Guate
i/iforme  previo a la Conferencia de Pekín. Nepal  1 1 8 , ,  en Filipinas 
mala y en Nepal  Filipinas   121
121   y en Kenya 135.
Para este informe, se examinó una muestra del uso del tiempo en ca c)  La distribución del tiempo de trabajo  trabajo   femenino 
femenino  se registró así en
torce países industrializados,
industrializados, nueve países en desarrollo y ocho de Europa los países industrializados: en Finlandia 105, ra Estados Unidos
del este, elegidos por la disponibilidad y la  la   confiabili
confiabilidad
dad   de la información. 1 0 6 , ,  en Noruega 
Noruega  1 0 8 , ,  en los Países Bajos 
Bajos   1 0 9 , en Francia  111 
, en Francia  111  y en
El tiempo se midió en promedios semanales y mensuales de las horas y Italia 123.
minutos diarios, y se dividió, por un lado, en el dedicado a las llamadas
actividades no económicas y económicas productivas, y por otra, en el Por
Por   otra parte, el mismo informe del  P N U D '  permite ver que en la
dedicado a las actividades
actividades productivas destinadas al mer cado (que se co m conducción del mundo los hombres ocupan 94 por ciento de los puestos
putan en el Sistema de Cuentas Nac ionales, SCN, de la ONU). m i n i s t e r i a l e s ,  90 por
90 por ciento de los escaños parlamentarios y 86 por ciento
los   d e t a l l e s ,   resumo algunas de las conclusiones
Sin entrar en todos los  5
de   los
de los   puestos administrativos y  y  ejecutivos. 
ejecutivos.  Además, 62 por ciento de la
pertinentes para este trabajo: llamada población activa activa la integran los hombres, quienes abarcan 54 por
ciento de la matrícula escolar en sus tres  tres   n i v e l e s .
8

a)  En los países en desarrollo, las mujeres realizan 53 por ciento del Hasta aquí este panorama cuantitativo que sustenta la definición del
tiempo total dedicado a todas las actividades económicas, y los hom tiempo masculino como tiempo patriarcal.
bres 47 por ciento.
b) De ese tiempo económico femenino, sólo 34 por ciento se registra
en el SCN, mientras que del correspondiente masculino se registra 76
por ciento (66 por ciento del trabajo de las mujeres y 24 por ciento 7
P .   55  y 68-70.
P

del masculino son son  i n v i s i b l e s ) .


6
 Estos porcentajes  difundidos en   1995 s e  toman  aquí como indicativos aún válidos. Hay
8

variaciones  en los promedios anuales. En el informe 2000 —con datos de  1998—  (Méxi
cj En los países industrializa dos, el tiempo total dedica do por las mu
co, Mundi  Preasa),  se constata que mientras las tasas brutas Je la matricula masculi
za   51 
 jer es a las activ idad es eco nó mic as alcan za  51  por ciento, y por los
na tienden a   igualarse  y en algunos países a disminuir en relación con la femenina, y
que aunque la tasa de  alfabetización  de adultos tiende a   equilibrarse —aunque  en
5
  Conmutables en las pp. 97 a   1 1 1 . varios países más hombres están  alfabetizados  y en ningún país sucede lo   contrario—,
6
  Por memoria: Sobre la  invisibilidad del trabajo femenino, vista como crítica de ¡a eco el porcentaje mínimo de escaños parlamentarios ocupados p er  hombres es menor de
nomía y que antecede casi en una década a ¡os trabajos del   PNUD,  he hallado de Ra 65 por ciento, que en la   mayoría  de los países con fuerte  presencia  femenina rebasa 75
món Nemesio, "La mujer y la ciencia: economía",   en  Liberación  y utopía,  edición de por ciento, en b mayoría se ubica alrededor del 80 por   ciento  y en un buen número
María Ángeles Duran,   Madrid, Akal,  1982, pp. 169-193; de M. A.  Duran he revisado está  por encima del 90 por ciento. En  2 0 0 1   —con  datos de  1999—  (México, Mundi
"El trabajo invisible en las cuentas de la   pación"  (que cita otras contribuciones suyas Prensa) se  vuelven  a hallar tasas de  alfabetización  masculina mayores que las femeni
que van de 1988 a 1996) en   Las mujeres y la  ciudadanía  en el umbral   del siglo  XX!, na;,,  y las de matrícula  iemenina  combinada ligeramente superiores; pero los porcen
editado por Paloma De  Vilioka,  Madrid, Estudios  Complutenses,  1998. tajes  de  escaños parlamentarios  y puestos ejecutivos son prácticamente idénticos.
 

70 EL TIEMPO EN MASCULINO 71
DEBATES   SOSRE MASCUUNIDADES
DEBATES

TIEMPO DE P A T RIA RCA D O 9


Este tiempo concreto transcurre diferencialmente en masculino y en
femenino. Cada mujer y cada hombre sintetizan y concretan los   procesos
histórico  —const rui do 
El patriarcado es el tiempo histórico —const do  sobre nociones especí históricos que los hacen ser sujetos de género suficientemente aceptables
ficas de secuencia y  y   t r a n s c u r s o — , ,  del dominio masculino de las socie para cada sociedad, portadores de su cultura, herederos de sus tradicio
dades, de la dominación de los hombres en sociedades y culturas de nes religiosas, nacionales, de clase.
una diversidad asombrosa. La estructura patriarcal de las relaciones ha Su tiempo, el de su época, el de la duración de su vida y el de cada uno
en  todas   las estructuras económicas, políticas y religio
sido una constante en todas de sus días, se desencadenan, en masculino o en femenino, en el momen
sas de las que tenemos conocimiento, pese a la enorme variedad de sus to mismo en que con voz contundente se proclama, para asignarle género
manifestaciones. e iniciar la construcción de su propio cuerpo, que cada recién nacido "es
Es un tiempo inmemorial y a la vez es el tiempo de las relaciones niño" o "es niña".
cotidianas   íntimas 
cotidianas íntimas  y públicas, conscientes e inconscientes, de las con El orden genérico de la vida social y, por lo tanto, su tiempo y sus
cepciones de la realidad que motivan la interpretación del pasado, las tiempos resultan de las atribuciones adjudicadas diferencialmente a   h o m 
sobre  tocfo,
ideas del futuro y, sobre  tocfo,   el actuar permanente en que se desarrolla, bres y mujeres, y se manifiestan en todos los aspectos de las relaciones
se reproduce y se se   fortalece 
fortalece  el orden paradigmático paradigmático  del 
del   dominio de los entre unos y otras. Cada sociedad organiza su propia estructura y su
10

hombres. propio tiempo con fundamento en la asignación de género, que no es otra


características  f u n d a m e n t a l e s   la escisión de los géneros y el
Son sus características  11 cosa que la clasificación axiológica funcional de los sujetos, la cual está
antagonismo mutuo estructurado en el dominio masculino y en la opre siempre presente en todas las dimensiones de la vida humana. En este
sión de las mujeres, con sus correspondientes (aunque diversas y comple complejo proceso se establecen y se ajustan los modelos del ser y se esta
 jas ) c ons tru cci one s d e los cue rpo s, form as qu e tom an las  las   relaciones 
relaciones  socia blecen   las
blecen las   normas del deber ser que permiten a cada sujeto 
sujeto   asemejarse
les, concepciones del mundo, normas, lenguajes, discursos, instituciones cuanto le sea posible a algún modelo genérico prescrito y, por lo tanto, a
y opciones de vida. ,  ser aceptado como individuo de su sociedad.
El
El   tiempo patriarcal (un tiempo de   aparente 
aparente  eternidad concretada en El tiempo de cada género se corresponde con los principios binarios
la reproducción permanente de ciclos espirales copiados de sí mismos) que establecen atributos y momentos excluyentes y contrarios. Pero, por
tiene como paradigma al hombre (es decir, a todos los hombres) y a sus más que las normas fundamentales de la dominación genérica se cumplan
intereses dominantes. Es un tiempo masculino que comenzó a correr con permanencia,  la
en permanencia,  la   vivencia de los atributos y de los tiempos genéricos no
el  big
 big bang
 bang  de la opresión humana, quizá desde el inicio de la expansión de es uniforme ni idéntica a sí misma a lo largo de la vida de los individuos.
la   c u l t u r a .   Pero el tiempo que dura cada vida se marca de manera dife
la  12
En cada persona se van concretando en etapas marcadas por rituales de
rente, conforme a los mandatos culturales asignados como algo ineludible sociedad  — y  habría que recono
pasaje. La organización genérica de cada sociedad —
a cada sujeto según su género. cerlo en un afán etnográfico de aspiraciones exhaustivas de cada comuni
dad—  engloba no sólo al conjunto de derivaciones de los atributos de gé
nero, sino también la adecuación temporal para la asunción y la práctica
de esos atributos.
9
  Pata la comprensión general de esta  categoría,  puede consultarse la entrada   correspon
La asignación de género y, por lo tanto, la definición de los tiempos
diente, preparada por Alicia H.   Puleo,  en   10 
10  palabras clave sobre mujer,   dir.  por Celia
Amorós, Estella,  Verbo Divino, 1998. masculinos y femeninos, es apenas el comienzo de un proceso siempre
10
  Kate Millet,  Sexual Politics,  Nueva York,   Doubleday,  1975:34; Pierre Bourdieu,  La   domi- inconcluso de especialización. En él, cada individuo limita sus posibilida
nation masculine,  París,  Seuil,  1998: 1 1 . des de vida a la realización exclusiva de ciertas actividades, míticamente
Lagarde, l os  cautiverios  de las mujeres,   México, UNAM, 1990: 91.
  Marcela  Lagarde, l agrupadas en productivas y reproductivas, a la percepción de la realidad
11

12
 Aunque hay antropólogos y antropólogas que sugieren su surgimiento a partir de la revo desde perspectivas excluyentes, a formas de ser, de pensar y de sentir res
lución neolítica, la  aparición  de especialistas,  ia  guerra como empresa ofensiva y defen
tringidas por sistemas intelectuales y efectivos segregados, a la integración
siva y la estratificación social. Es decir, la explotación. Pienso, por ejemplo, en   Cordón
Childe y   Leakey; algunas investigadoras consideran que la primera opresión fue ia de las
mundos  —t i empos y
diferencial en mundos —t empos y   e s p a c i o s — 
—  propios, en círculos obliga
mujeres. Godelier afirma que inició su   desarrollo en sociedades  preclasistas  y preestatales. en  ellos. 
torios o vedados, para incidir en  ellos.  Siempre bajo la égida de   d e f i n i c i o -
 

72 DEBATES  SOBRE MASCUUNIDADES EL T I E V O EN MASCULINO 73

nes políticas de comando y obediencia, de dominio y sujeción, y, en medi migenio   tuvo a alguien para imponerle el poder de su dominio viril. La
migenio
das   complejas 
complejas  y muy diversificadas, de acción como actores, pacientes o mujer original debió nacer del cuerpo de aquel varón para que todos los
agentes del principio universal del dominio genérico. hombres pudieran ejercer sus atributos sociales sobre todas las mujeres.
\ ^  Los atributos de cada especialidad se valoran como superiores o infe Ellos ya no podrían parir como lo hizo solo el primero,  y  sobre la sed feme
riores, dignos de respeto y prestigio, base de privilegios y canonjías, o bien nina de conocimiento instituirían el pecado y su punición. Para ello, el
de   invisibilidad,  indiferencia, desprecio, desvalorización o degradación. advenimiento de la primera mujer tenía que producir un nuevo tiempo
En cada universo sociocultural, la especialización no es simple distribu caótico, tiempo también eterno, en el que los hombres deben intervenir
ción de tareas o roles, sino, antes que otra cosa, clasificación valorativa de siempre y en todo para restaurar permanentemente el paraíso perdido por
los sujetos, de sus tiempos, así como de su actuar social y cultural. de  s a b i d u r í a . '
el indeseable deseo de  4

La mujer, con dolor, se convertiría en madre universal para que todas


las mujeres siguieran el camino de la conyugalidad   y  la maternidad; el
EL TIEMPO EN MASCULINO hombre, con el sudor de su frente, sería modelo de patriarca, a semejanza
de dios  Kadre, para que todos los hombres tuvieran la posibilidad de hacer
De acuerdo con el género que se le asigna, cada sujeto accede a recursos se patriarcas. El universo y el tiempo sólo podían   s e r a n d r o c é n t r iicc o s .  Los
vitales valorados diferencialmente; el más preciado es el que   conñere  conñere  a hombres son los protagonistas y constituyen la medida de todas las cosas.
todos y cada uno de los hombres,  el  control de los mecanismos de la organi El 
El  tiempo en masculino debe estar dedicado, en consecuencia, a de
zación social y sus tiempos, sea en el conjunto de cada sociedad o, al me sarrollar la inteligencia abstracta para comprender el mundo, explicarlo,
nos, en uno de los niveles de su jerarquía. organizar la elucidación del pasado y concebir el sentido del porvenir; y
La posesión monopólica de ese control proviene de lo que   L a g a r d e 13
también la inteligencia concreta para organizar el universo y comandar
define como expropiación de los recursos vitales vitales que los homb res han he cho lo que en él acontece. El tiempo de cada hombre debe dedicarse tanto a lo
—y
—y hacen
 hacen   c o t i d i a n a m e n t e — 
—  a las mujeres. Tal
mujeres. Tal   expropiación permite que el anterior como a proveer lo necesario para su domesticidad inmediata y
dominio sea atributo de un género y eísomerimientp y eísomerimientp   lo sea del otro, e impone para sus allegados en el espacio público; por ello, no sólo debe consagrarlo
las desigualdades y la opresión genéricas; establece, además, las condicio a llevar las riendas de las familias y sus propieda des, sino ta mbién a eje rcer
nes  y   las reglas de las relaciones entre los géneros y minimiza las posibilidades los poderes públicos civiles en el consenso y la concordia, y los policiacos
de un cambio radical en este orden de las cosas y de los tiempos. y militares en la disputa  y   la guerra.
Conforme a los mitos y las tradiciones predominantes en el universo Del tiempo masculino es la definición de las reglas   del del   pensamiento,
j u d e o - c r i s t i a n o , ,   el primer ser humano fue un hombre, y la divinidad le de las creencias, la moral y las tradiciones; de la interpretación de lo coti
hizo consagrar su tiempo a dar nombre a todo lo existente, a transformar el diano, lo jurídico y lo histórico.
tohuvabohu,   el caos, en cosmos. El creador, eterno y atemporal, omnipre Es en el tiempo en masculino donde se ubican la  creatividad   y la 15

sente y omnisciente, cedió al hombre, a un hombre, a los hombres hechos dominación, la racionalidad y la   v i o l e n c i a , ,  la conducción de! prójimo y
a su imagen y semejanza, su poder para nombrar y ordenar. Fijó así la
concepción primigenia del tiempo masculino, tiempo de creación y de
apropiación del universo, de clasificación y organización: el tiempo de tal
14
  La serpiente se halla en todas las mitologías mediterráneas cono representación de la
sabiduría y en relación con mujeres y deidades femeninas  (Kore  en sus múltiples ante
especialización es de establecimiento de normas, de sistematización jerár
cedentes, advocaciones y derivaciones mediterráneas). Los mitos micénicos prepatriar-
quica del universo con base en valores de incuestionable fundamento cales  son más antiguos que los semíticos patriarcales, posteriores al olvido de la deidad
masculino, tiempo también de vigilar y juzgar el cumplimiento de las reglas femenina que aparentemente acompañó en épocas remotas al creador que luego se
y de sancionar a quienes las infringen. Pero, siguiendo siempre este mito llamaría Jehová, y en cuyo lugar quedó Eva para quien la serpiente fue seducción y
fundacional básico, la creación sólo pudo concluir cuando el hombre pri- embaucamiento. Véase la obra de Gerda Lerner,   The Creation qfPatriarchy, Nueva York,
Oxford   University  Press, 1986, y de  Riane Eisier, El cáliz y la espada,  Santiago de Chile,
Cuatro Vientos, 1990.
15
  Aun la creatividad de las mujeres es considerada un atributo masculino al que ellas
13
/tefe™,  p. 193. pueden tener acceso. Recuérdese,   como  ejemplo, lo que julio Cortázar afirma en
 

74 DEBATES  SOBRE  MASCULINÍDADES El  TrMPO EN MASCULINO 75

las 
las  decisiones sobre las vidas propias y  a j e n a s , ,  las instituciones y su mane cil,
cil,   si no imposible, cumplir todas las exigencias de los paradigmas patriar
as  di idades y
 jo, la c om uni ca ció n c on l as  idades y la conducción de los rituales
los rituales en
 en que cales que definen, en el sentido común y en la propia exigencia (conscien
se crean y recrean comunidades e identidades; la definición de ideales y te o no), al deber ser un hombre íntegro, un hombre de   verdad. 17

proyectos colectivos. Para poder ser reconocido socialmente como tal:


Como quiera que se  se   distribuya 
distribuya  en lo concreto el tiempo vital de cada
hombre, en el de todos se  se  baila 
baila  la perspectiva de las puertas abiertas a la hay que ejercer el dominio familiar y tener dónde y sobre quién ejercerlo;
posesión de los recursos para la vida. Su tiempo es el de los padres-patriar esto exige ser cónyuge y padre dominante y a la vez proveedor y protector
cas, de los superiores, de los prestigiados, de quienes tienen al menos un [...];  implica la posesión de un territorio y bienes suficientes que permitan
espacio de hegemonía, el de los triunfadores y exitosos, el de los ejecutores cumplir tales tareas  [...]  y la expansión de sus posesiones materiales, huma
que controlan y dominan; el de los protagonistas de sus propias vidas y de nas yy   simbólicas. Alcanzar
simbólicas. Alcanzar la categoría máxima de la virilidad demanda efica
la vida humana con H mayúscula. cia en lo que se sabe hacer, pero también para competir y  y   triunfar en
triunfar en enfren-
tamientos que requieren diversos grados de violencia. Sólo los hombres que
tienen  movilidad   en el tiempo y en el espacio; si viven
Los hombres tienen movilidad
poseen o han poseído un cierto número de mujeres pueden aspirar a los
tiempos cíclicos, no son los de la reproducción, privados y domésticos,
apelativos enumerados. Se acercan más quienes pueden amasar fortunas,
sinociclos
los los tiempos épicos
históricos y públicos
y políticos, losdeterminados por lasy instituciones,
del enfrentamiento por
la configuración y  conlrolár)riúmeros   crecientes de su
representar públicamente a sus pares y conlrolár)riúmeros
bordinados y sometidos. Si a lo anterior se agregan prestigios del saber, del
del destino y los destinos; el tiempo de las mujeres es la espera de futuros manejo de armas y ejércitos, y la ejecución empresarial y gubernamental, se
siempre  i n c i e r t a s ,   mientras que los tiempos masculi
con características siempre  16
habrá llegado al cumplimiento más auténtico del mandato cultural, al pa
nos siempre tocan el presente, el tiempo vertiginoso en que viven los suje triarcado íntegro y   ejemplar. 18

tos de la historia.
La situación y el tiempo específicos de cada hombre conjugan su asig El pequeño patriarca puede serlo en ciertos espacios y durante ciertos
las   determinaciones 
nación genérica con las  determinaciones  de su edad, sus habilidades y sus tiempos, sea por delegación de instituciones o patriarcas de mayor jerar
condiciones de clase, sus posesiones, los poderes que ejerce y padece en plenamente   sólo 
quía, o plenamente  sólo  en los espacios de la domesticidad. Ahí ejerce sus
la práctica; sus afiliaciones étnica, nacional, religiosa y política; los mo poderes de dominio y puede sentirse y ser reconocido como hom bre comple
mentos concretos de su época de vida y las relaciones realmente vividas to aunque esté sometido él mismo a patriarcas de mayor poder. Los otros
con otros hombres y con las mujeres. De esta compleja conjugación sur patriarcados sólo se construyen y se consuman en los espacios y  los los   tiem
las  masculinidades 
gen las  masculinidades  y los tiempos vividos en el orden patriarcal. pos públicos. M ientras más amplios sean éstos, más complet o y verdadero es
Obviamente, no todos los hombres son plenamente dueños y señores el hombre que los abarca y los controla.
de su tiempo, de sus vidas, de sus mundos, del mundo. Todo depende de En su análisis pionero de los procesos de la formación de las masculi
cómo les haya rendido el tiempo al ocupar y alcanzar posiciones públicas nidades, Maurice  Godelier   muestra que la preponderancia de los hom
19

de dominio. Prácticamente todos tienen acceso al dominio en la dimen bres radica en el acceso que tienen a los medios de producción, en el lugar
sión doméstica y privada, aunque aun ahí a la mayoría le resulta muy difí- en  l os
que se han asignado en l os   procesos productivos y en las formas en que
controlan los privilegios del consumo.
La igualdad básica entre todos los hombres frente a las mujeres, y "los
México,  SigloXXI, 
en  ochenta mandos,  México, 
su La vuelta al día en ochenta SigloXXI,  197 8 , acerca
, acerca de las caracterís mismos mecanismos que instituyen esa igualdad con la misma intensidad
ticas masculinas de la lectura  lectura   .que
.que   poseen quienes hacen de cada obra literaria un
mundo propio, autónomo de! propuesto por el autoro el  autoro la
 la autora), y las femeninas (las del
"lector hembra" que sólo reproduce lo postulado en el texto). Me parece pertinente 7
  En  Manhood 
Manhood  in 
in   the  Making,  David D.  D.  Gilmore 
Gilmore  presentó en 1990 (New Haven, Haven,   Yale
recordar qu e  Andrei  Tarkovsk;. d e f i n i ó su 
recordar qu arte  corno 
 su  arte  corno  el de  Esculpir   el
el   tiempo  (libro de
(libro de Liniversity Press)
Liniversity Press) las características requeridas a estas categorías en 80 culturas de todo
1986, publicado en
publicado en   español en 1993 por  la U N A M ,  México). el mundo.
 Véase mi contribución "La espera, el tiempo de los oprimidos", presentada en el congre
6
8
en la nota 
  De mi trabajo citado en la nota  1, página 372.
so  11  temvo
temvo e  il   sacro,  Flo r en cia, 198 6, 
 e il 6,  publicado el
publicado el año
 año siguiente en la revista  Altes de 9
de  grandes 
  La producción de  grandes  hombres. Poder   y dominación masculina 
masculina  entre los 
los   hanya de
hanya de Nue
hay
hay   1:  27-40, México. Madrid,  Akal,
va Guinea,  Madrid,  Akal,   1986 (el original francés se publicó en París, Fayard, 1982).
 

76 DEBATES SOBRE  MASCUUNIDADES 77

producen hombres que se  se  distinguen de


distinguen de los demás y se elevan por encima c j , . .   r-iayoritariamente p or  or   mujeres, 
mujeres,  y en la medida en que los hombres se
de ellos  [...].  La producción de grandes hombres es el complemento y la i r t c ' r e n n  en sus propias búsquedas libertarias y liberadoras. En este senti
coronación indispensables de lade la  dominación masculina  [...].  Hasta 1960, do   'a
do  'a   veo como clave de   la   metodología filosófica, cognoscitiva, ética y
los baruya se gobernaban sin clase dirigente y sin Estado, lo que no quiere política, formulada y desarrollada durante   la   última mitad del siglo  XX,
decir sin desigualdades. Una parte de la sociedad, los hombres, dirigía a la y  q::e  abre los senderos igualitarios posibles para el tercer milenio,   al
contra  ellas".
otra, las mujeres, y gobernaba no sin las mujeres, sino contra  20
que, por ello, se ha denominado milenio feminista.
En la vida cotidiana, el sexismo (complejo integrado por   m a c h i s m o ,
misoginia y  y  homofobia) 
homofobia)  es la máxima intolerancia a lo diferente del para
TIEMPO DE E N A J E N A C I Ó N ' 2

digma masculino, base del poder más destructivo de las personas que
lo  oa decen 
lo oa decen  y el más enajenante de las que lo asumen y ejercen. El sexismo
La condición masculina y los privilegios asignados a los hombres en el es la forma más amplia de opresión, la que siempre está tras todas las
patriarcado generan su enajenación o alienación. demás. En el mundo y el tiempo patriarcales del dominio, la opresión y   la
Esta es una propuesta teórica basada en la tesis de que los/privile enajenación, el sexismo es la herramienta de la autoconstrucción y la auto-
gios de género provienen de la expropiación (enajenación)  (enajenación)  m o n o p o l i z a d o - afirmación   enajenadas de los sujetos y de los géneros.
afirmación
ra de todos los recursos sociales y culturales que no se permite poner al La   condición genérica de los hombres es más  más  vivible 
vivible  que la de las
alcance de las mujeres (incluyendo, para matizar, aquellos que se les per mujeres porque, aunque enajenada, es una condición de dominio, mien
miten de manera limitada y, por tanto, no como privilegios congénitos), y tras que la de ellas es una condición de opresión. Es así como queda esta
que hacen a todos los hombres portadores y beneficiarios de la opresión blecida la asimetría genérica que se concreta en el hecho de que las posi
genérica. bilidades de vida para hombres y para mujeres para  mujeres   son desiguales, inequitativas
Todos los hombres pueden gozar de las ventajas que se les ofrecen e  i n j u s t a s , ,  es decir, asimétricas.
como recompensa por la permanente tensión que les ocasiona la obliga enajenación  i n v i s i b i l i z aadd a , ,  todos los hombres, por su condi
En su enajenación 
ción de poseerlas si cumplen con los atributos suficientes de la masculini- ción genérica, tienen poder de dominio (potencial u operante) sobre to
dad  h e g e m ó n i c a ; ;  tal es la vía por la que se les enajena permanentemente das las mujeres.  mujeres.  Est e  e  se les ha otorgado desde su asignación de género
la posibilidad de construirse como seres humanos plenos y de construir la como don permanente. Pero es insuficiente por sí mismo para sobrevivir
equidad y la igualdad de los géneros: en cada acción masculina se deja en las relaciones entre sí. En sus relaciones   i n t r a g e n é r i c a s , ,  los hombres
una parte de las posibilidades masculinas de construir la humanización del patriarcado están obligados a construir y ejercer otros poderes. En el
individuo.  As í  se cultiva la
igualitaria y libertaria de la humani dad y de cada individuo. As proceso en que lo hacen, deben someterse a su vez, de diversas maneras,
propia enajenación en lo que he descrito como estructura de la alienación al dominio de hombres más poderosos. Así, el proceso y su concreción
generalizada.
Considero que esta propuesta teórica, al desarrollarse con todo el ri son ambivalentes y las  las  masculinidades 
masculinidades  que producen sólo pueden ser
enajenadas.
gor que exige, será parte fundamental de la filosofía y de la ciencia del La enajenación, definida en principio por la asignación de género, se
feminismo, y por tanto de la teoría y de la perspectiva de género. Así for construye, se reproduce y se amplía a lo largo de la experiencia vivida por
la   construcción de
mulada, incluye la certeza de que la  construcción de la equidad es posible cada hombre. En ella, es posible distinguir, como tendencia, las siguientes
en concordancia con el conjunto de los planteamientos feministas, he- etapas
etapas   formativas, 
formativas,  de ejercicio y decadencia:

a)  Aquella en que se aprende la masculinidad y que se ubica en tér


20
  Ibidem,  p. 8.
minos generales en lo que en cada cultura se define como infancia
21
  Véase el términ o enajenación en el capítul o "Nociones y definicion es básicas de la pers
pectiva de género", en La  perspectiva  de género. Guía para diseñar, poner en marcha, dar
o niñez.
seguimiento y evaluar proyectos de investigación y  acciones públicas y civiles, que coordiné b)   Aquella en que los procesos biosocioculturales llevan a cada hom
asesorado   por
asesorado por   Marcela Lagarde y con la colaboración de Bernardo Lagarde, México, bre a ubicarse en su propia masculinidad, por lo general durante la
Conapo/Comisión  Nacional de la Mujer,   2000. adolescencia y la juventud.
 

78 OmitS  SOBRE VeSCULN OADES


MPO  EN   M A S C U L I N
NO
O  '   3

 c)   Aquella en  la que cada hombre decide por cuál   masculinidad 
en  masculinidad  opta, b)  La atención al correr del tiempo   masculino masculino  se   c e r e e  i en la convic
poderes  ejercerá 
qué poderes  ejercerá  y a cuáles privilegios n
privilegios n o  renunciará; este mo cualquier  actividad 
ción de que cualquier  actividad  o conducta identificada cultural-
mento coincide aproximadamente con la   asunción asunción  personal y el ment ee   como femenina va contra natura y degrada   al   hombre que
reconocimiento social de la edad adulta (incluye la edad de la ciu las realice o actúe.
dadanía, la época deseable para el matrimonio, la toma de cada c)
c)   Una buena porción del tiempo de vida de cada hombre   — t i e m 
quien a su propio cargo y, desde luego, las formas masculinas de po emocional y  y  a f e c t i v o — 
—  se consagra a evitar 
evitar   sentir
sentir   (o al menos
homosexualidad, comprendidas en las posibilidades culturales expresar y reconocer) las emociones que tengan la más mínima
del deber ser y del poder ser, contrapuesto al mandato cultural he- semejanza o hagan la más remota evocación de sensibilidades o
gemónico). identificadas  c u h u r a i m e n t e 
vulnerabilidades identificadas  e  corno femeninas
d)  Aquella en que, asumida plenamente cada masculinidad, se em o feminoides.
maneras   s u f i c i e n t e 
prende su ejercicio integral y se enfrentan de maneras  d)  El tiempo masculino más preciado, y el mejor invertido en la enaje
mente adecuadas los conflictos de la cotidianeidad de cada hom nación viril y en la identidad básica, es el que dedican los hombres a
bre: es la madurez masculina. aprender y ejercer la capacidad de  de   dominación 
dominación  y de triunfo.
e)   Aquella en que el envejecimiento y otros tipos diversos de desgaste e)   La misma característica tiene el tiempo en que se forma la dureza
orgánico y social limitan a los hombres en el cumplimiento de su de cada hombre que es uno de los rasgos masculinos de mayor
mandato cultura! y segregan a los mayores de quienes se hallan en valor.
plena realización: es la vejez, época de crisis de la virilidad y de la /) 
/)   La plenitud y la madurez comienza a alcanzarlas ccada ada hombre cuan
h o m b r í a ;   debe coincidir aproximadamente con la  viropausia
 viropausia   o an- do asume y practica los roles centrales de procreador y padre, al
d r o p a u s i a , ,   con la jubilación, el asilo y las depresiones típicas de un menos en potencia, y de  proveedor,  y mientras los defienda como
periodo en el que buenas dosis de  a i s l a m i e n t o , ,  abandono, nostalgia privilegios exclusivamente masculinos.
y recuento de frustraciones alternan, en el mejor de los casos, con g)   El tiempo real de la convivencia es el estipulado para la compañía
muestras de respeto y reconocimiento o de hartazgo y desprecio. con   otros,
de unos hombres con  otros,   excepción hecha del tiempo de   las
las   re
Como quiera que sea, es la antesala de la muerte y la lejanía de los laciones heterosexuales, preferentemente genitales, que constitu
tiempos de plenitud. yen la vía virtual y casi única para estar cerca de las mujeres. La
unión sexual se da también en el tiempo real del ejercicio del po
las  tres 
Pero en las  tres  o cuatro décadas en que la  la  ilusión 
ilusión  de ser hombres der, de su potencial de paternidad y de obtención de placeres, así
completos puede provocar la satisfacción masculina, eí tiempo de la ena como el de demostración de la propia virilidad (capacidad, compe
 je na ci ón ti ene otr as   c a r a c t e r í s t i c a s : 22
tencia y éxito) ante otros hombres.
masculinidad,  vivible en
h)  El tiempo supremo de la masculinidad, vivible  en las circunstancias
enajenación   virilizadora
a)   El tiempo en masculino y el   lempo  de la enajenación  que cada quien percibe como de excepción épica, es el de las situa
giran 
giran  en torno de la certeza de que los hombres son sustancialmente ciones extremas en que hay que acabar con la vida de otros hom
diferentes de las mujeres, y que los hombres de verdad son superio bres o dejarse morir a manos de ellos, pues en esas ocasiones se
res a todas ellas y a cualquier hombre que no se apegue al mandato anula toda cobardía y se pue de alcanzar la calidad del heroísmo y el
cultural de la masculinidad. honor   personal 
sacrificio por el honor  personal  y por la patria o  ii  causa, que es
siempre masculina (la (la  matría 
matría  sería femenina, pero sus tiempos y
espacios no se ubican en la historia, sino en la cotidianidad, es
22
  Como las las  que  que  ha enumerado 
enumerado   Harry Christian 
Christian  en  The  Makmg ofAntisexist  Men,  Lon decir, en la naturaleza y no en la civilización, y sus causas sólo son
dres,   Ro u t lcd g e, 
dres, e,  1994, p.   12,  y que, como ahora, he parafraseado de diversas maneras, causas  ¡masculinas).
mortales si en realidad son causas 
por   ejemplo, en
por  ejemplo, en "Metodología de género en los estudios de  de   h o mb r es, 
es,  de masculinidad o
de  ventana,  10 ,  Universidad de 
de  m a s c u i ' - i ddaa d e s "  La ventana,  de   G u a d a ñ a r a , ,  agosto de 
de  1999,
1999,   "El
feminismo  y tos  h o mb r es" ,  R¿%-;m  de  k Universidad  de México,  roayo  de 2000, y en  "¿Y
los hombres  :vaéT,MeridiaTi, 21  y 22, Sevilla,  2 001 .
 

DEBATES  SOBXE MASCUUNIDADES


DEBATES SOBXE ü  TIEMPO 
TIEMPO  EN MASCULINO 81

T T E M P O   D E .A L T ERN A T I V A S  Y  D E T R A N S F O R M A C I Ó N 23
Poulain publicó tres obras (en  (en  1673,1674 y   i 6 7  5 )  que se enmarcaron
25

que  i n t e r v i n i e r o n , ,  entre otros, Perrault


querelle  desfemmes,  en que 
en la llamada  querelle 
l:í tiempo en masculino, enajenado y enajenante, parece haber comenza y M o l i e r e . .  Poulain, cartesiano militante, a  diferencia de  su maestro y en el
do a
do a cambiar. Meno s en la práctica y en la conciencia qu e en la reflexión y en contexto de "la lucha contra el prejuicio y [por] la articulación del nuevo
• dgunas
 dgunas declaraciones
 declaraciones de intención. Los cambios que comenzamos a con o método de conocimiento para la  la   fundamentacíón de
fundamentacíón de la ciencia" se propu
cer 
cer   en las legislaciones y en las instituciones han sido resultado del esfuer so "llevar la racionalidad en la   'configuración 
'configuración  de las relaciones  relaciones   vitales'  nada
zo de
zo de las mujeres, que han cambiado su tiempo y sus tiempos de manera menos que a la relación entre los sexos, ámbito por excelencia de la irra
vertiginosa durante la última mitad del siglo XX. Cierto es que los desenca cionalidad y la obstinación ancestral del  del   p r e j u i c i o " .
26

denaron a partir de Jos tiempos masculinos de las llamadas guerras mun El título del segundo de sus libros indica, como lo señala Celia  A m o r ó s ,
diales y de la destrucción, que les permitió percibir la posibilidad de su el   propósito de derivar hacia los derechos de las mujeres, las implicaciones
autonomía y actuar en consecuencia. Pero esos cambios formidables (el de la  crítica cartesiana del prejuicio, la tradición y el argumento de autori
surgimiento del sujeto histórico femenino, de la ciudadana que cons truye dad, así como del dualismo mente-cuerpo . Esta obra se dirige  a   las muje
- f q ú h á a y ' u e s ú irrupción
ú irrupción ey  todos los ámbitos
 ámbitos de
 de la sociedad contemporá res, "aunque (sus consejos, dice Poulain) no sean menos útiles para los
nea), quizá los más profundos desde el renacimiento y la racionalidad eu hombres por la misma razón de que las obras dirigidas a  l os hombres   sir
ropeas, han sido cosa de mujeres y, aunque afectan profundamente a los ven igualmente para las 
las  m u j e r e s . .."En
. .."En las  Conversaciones de   1674,  Poulain
hombres, éstos no han dejado de percibirlos con menosprecio o, en el expone su ideario en las palabras de dos mujeres, Sofía, quien lleva "el
mejor de los casos, con indiferencia y con algo de temor, aunque con la nombre de la sabiduría misma", y Eulalia, "que habla bien" y de dos hom
esperanza de que Jar,  aguas de las revueltas feministas vuelvan a   su-
su- tran
 tran bres, Timandro, "hombre ho nesto que se rinde a la razón y a y a l  bue n sent i 
quilidad original y eterna. Como si fueran caprichos pasajeros a los que de do", y Estasímaco, "pacífico  [...],  enemigo de las controversias (y) de la
que  combatir 
rodas maneras hay que  combatir  a menudo con acciones sangrientas. pedantería". Para él, siempre conforme a lo dicho por Celia y Ana Amorós,
Ante los desarrollos tecnológicos más vertiginosos, los cambios en la la relación orgánica entre igualdad y libertad incluye a las mujeres en los
condición y en el tiempo masculinos y en la conciencia política de las discursos filosófico y político, hasta entonces exclusividad masculina, y se
realidades culturales, se instituyen con la mayor de las lentitudes. anticipa en más de un siglo a Condorcet   (Sobre la admisión de las  mujeres
El análisis y la propuesta  rigurosa de transformación del tiempo mas al derecho a la ciudadanía)   y a  Olympe  Olympe  de Goujes, quienes, en  en   1790 
1790  y
culino datan, en la mente de ¡os hombres, del último cuarto del siglo XVII, 1 79 1 ,  respectivamente, plantearon la igualdad en la educación y la exten
pero han avanzado muy poco hasta los inicios del  X X I . 24 sión de los derechos del hom bre y del ciudadano a las mujeres.
En nuestra mo dernidad masculina, la formulación de la alternativa la
inició Francois Poulain 
inició Francois Poulain  de la Barre, autor del segundo epígrafe al inicio de
de   Simone 
la obra de  Simone  de Beauvoir ("debe sospecharse de todo lo escrito por 2 5

ios hombres acerca de las mujeres, pues ellos son juez y parte a la   vez").   La primera es  Discours physique  et morale  de l'égalité de  deux sexes, où  l'on
de se défaire   des préjugés {Discurso  físico y moral de la igualdad   de
voit l'importance
de ios  sexos, en el que se
advierte la importancia de deshacerse de los prejuicios,  reeditada en  1984 en París,  Fayard,
cuya traducción al español está en proceso de edición en el   C E I I C H - U N A M) ;  la segunda
se intitula De l'éducation des dames pour la conduite de l'esprit   dans
dans les sciences et dans les
"  La categoría alternativa la he   definido en "Creación de alternativas y poderes democrá moeurs. Entretiens. (De la educación de las  mujeres  para dirigir el espíritu en las ciencias
ticos en el  México de   hoy", capítulo introductorio de   Creación d e  alternativas  en México,  y en las costumbres. Conversaciones,   traducción
y notas de Ana Amorós, con un estudio
México, UNAM,   1999. Amorós  ,  Madrid, Cátedra,  1993),  y ¡a tercera,  De  l'excellence  des
introductorio de Celia Amorós 
-  En las palabras y los proyectos de las mujeres se remontan, también bajo la égida de la hommes contre l'égalité des sexes (De la excelencia de los hombres contra la igualdad de los
razón  ilustrada,  a  la última década del  siglo XVlll,  con la Declaración Universal de los sexos,   de la que hay un ejemplar en la Biblioteca del Congreso en Washington).
Derechos de la Mujer y  la Ciudadana, formulada por  Olympia de Goujes  —merecedora 2 5
  Esta cita y las siguientes provienen de la presentación y anotaciones de Celia y Ana
por ello de la  guillotina en el tiempo masculino  del terror en la Revolución francesa— Amorós en la edición castellana del segundo libro mencionado. En mi artículo "Algunos
pe«> han  evolucionado con enorme creatividad, riqueza, diversidad   y  alcances intelec hombres de  El segundo   sexo",  en  El siglo de las mujeres,  Ana María Portugal y Carmen
to Jes y  políticos desde ia publicación, en 1949, de  Eí  sepmdo  sexo de  Simone de  Beauvoir, Torres  (eds.), Santiago de Chile,  Isis Internacional,  1999, resumí las tesis  expuestas por
y hasta los días posteriores a la Conferencia  Je Pekín en   1 9 9 5,
5,   que   Uegan  hasta hoy. ambos filósofos.
 

82 Oí BATES  SOBRE  M W U J N I O O E S f¿ |  „  EN MASCULINO 83

En su última obra,  redan > .o .ntes de dejar la sotana católica y ou e de aquellos que han abrazado por el motivo de las razones que les han
convertirse al protestantismo   i>n
i>n t
   t  íreció  los argumentos con que se
1
parecido las más convenientes y las más  fuertes".  De  modo  que, "como se
detracta a las mujeres y se aprueba limitar su educación conforme a la juzga que los hombres no hacen nada más que por la  razón,  la mayoría no
'honestidad'  de su sexo, y los   refuta. puede imaginarse que no ha sido consultada para introducir unas prácticas
Se ha considerado a  Poulain precursor del feminismo y de la Revolu [...]
[...] implantadas
 implantadas con tal universalidad que se imagina que son la razón y la
prudencia las que las han creado.
ción, así como autor del "Primer   'discurso  filosófico antipatriarcal", con el
que emprendió la  pragmatización  de las implicaciones del cartesianismo
en el ámbito social, convencido de que la lucha contra el prejuicio ha de Así pues, en sus obras, Poulain trata "no ya de demostrar   more deduc
tener virtualidades reformadoras no sólo en las ciencias, sino también en tivo  la igualdad entre los sexos como idea verdadera, sino de potenciarla

las costumbres, es decir, en lo que para Gramsci sería "la concepción del como  sentimiento moral  con virtualidades en orden a  la transformación de
mundo que se expresa  implícitamente...  en todas las manifestaciones de las  costumbres."
la vida, individuales y  colectivas " ,   filosofía y praxis  cotidiana.
27 En sus   términos,  las mujeres están tan convencidas de su desigualdad
En palabras cartesianas, y  como  formulación ética y política, siglo y e incapacidad que hacen virtud no sólo de soportar  l a  dependencia, sino

medio más antiguas que las de! italiano, para Poulain "el conocimiento de creer que está fundada en la diferencia que la naturaleza ha establecido
verdadero del bien y el mal no puede reprimir ningún afecto en  ía medida entre ellas y los hombres. Poulain adelantó a sí   una cuestión fundamental
en que ese conocimiento es verdadero, sino sólo en la medida en que es para  El segundo sexo,  y planteó que la diferencia no es fundamento de la
28

considerado él mismo como un afecto". Esta afirmación resulta ineludible desigualdad. Ambas concepciones resultan imprescindibles en el recono
cuando se emprende cualquier  análisis  de la condición masculina yd e  las cimiento de las mujeres como sujetas y para su construcción como tales. Y
relaciones y los tiempos vitales   ele  los hombres. en la  toma de posición tanto como en la   espontaneidad de las actitudes de
los hombres en su relación entre ellos y con las mujeres. Vale decir, en el
El planteamiento de Poulain puede resumirse así: el ancestral prejui
proceso  masculino de desenajenación, transformación del tiempo y parti
cio de la desigualdad de los sexos es el más obstinado; si se refuta sobre la
cipación real en l a  edificación de  l a  equidad y la libertad.
premisa de que  l'esprit  no tiene sexo, podrán refutarse los  den   ... y
La  visión de Poulain acerca de los orígenes de la desigualdad y de lo
habremos contrastado las   condiciones de posibilidad, no sólo lógicas sino que  es  posible designar como la especificidad masculina del tiempo, se
pragmáticas de de  [...]
[...] la ampliado [...] al ámbito de
 la lucha contra el prejuicio ampliado [...] resume así:
prejuicio [...]   está arraigado en intereses, configura
la praxis social  [...]. El prejuicio [...]
actitudes, troquela conductas y determina ofuscaciones: no basta con argu mundo  [...]
En la primera edad del mundo  [...] todos
 todos [los seres humanos eran iguales,
mentar  [...]. La reconstrucción de los argumentos y de la tópica del adver  justos y sincero
sinceros y solamente tenían p or regla y por ley el buen sentido. Su
por
sario [...] [es]
sario [...] [es] algo más que un ejercicio retórico  [...]: la liberación del inte justicia  [... ] Pero a partir del
moderación y su sobriedad eran la causa de su justicia [...
rés de la razón frente a las razones de los intereses ha de ser objeto de momento en que a algunos hombres, abusando de sus fuerzas y de su ocio, se
convicción capaz de reorientar ias voluntades y de compensar las inclinacio les ocurrió querer someter a los demás, la edad de oro y de libertad se trocó
nes contrarias

Agrega Poulain: Simone de  Beauvoir la subraya cuando, en los  epígrafes del tomo 2, contrapone a   Kier-
kegaard,  uno de los iniciadores del   existencialismo, con  Sartre, el  existencialista más  cer
entre todos los prejuicios,  n i n g u n o  [...]  [es] aquel que comúnmente se tiene cano a ia  autora. Dice el primero:  "¡Qué desgracia ser mujer! Y cuando se es mujer, sin
sobre la desigualdad de ambos sexos". Las "opiniones  diversas  [...]  no se emb ar g a, en el fondo la  peor desgracia es no comprender que es una desgracia", y respon
fundan sino en el interés  o en la costumbre, y  y  [...]
[...]   es incomparablemente de el segundo: "Semivíctimas, semicómplices, como todo el mundo". Él  sabía bien de lo
más difícil librar a los hombtes de los  sentimientos e n  los que e s t á n  sumidos que hallaba y es muy probable que relacionara ese aforismo con la forma en que compar
tió su  vida y su obra con Simone de Beauvoir; ella, tras  su legendaria derrota intelectual de
1929 ea  el jardín parisino del Luxemburgo,  resolvió que sólo podría ser primera, después
de   Sartre. De   invaluable valor también a este respecto es la obra de Toril  Moi,  Simone de
" ff   materialismo storico e la  fibdo&i ¿i Sanah-tto  Croce,  T u ra i ,  Einaudi, 
Einaudi,  1  % 4,  p. 7. Beaurok   The  Making  ofan ¡ntellectual  Woman, Oxford, Basi ¡Jlackweü, 1994.'
The Making
 

84 DEBATÍS M>¡ .- 'MSCULÌN'O-ÙES Jx TIEMPO  i

en una  ?dad de hierro y servidumbre. Los intereses y los  lk.-.%* se  confun cambiado  la   era del  ti-r.npo  en masculino: se puede expresar optimismo o
dieron c e tal manera por la   dominación que algunos   solarnen.t-  ¡.-adieron-ir p e s i m i s m o   al   r e s p e c t o ,  pero sin duda nadie piensa que esto sucederá   an 
dependiendo de los otros. Y esta confusión fue en aumento a   vaedida que se tes del final de los   t i e m p o s .
iba alejando del estado de inocencia y de paz, produjo la   avaricia,  ia ambi
ción, la vanidad, el lujo, la ociosidad, el orgullo, la crueldad, la tiranía, el
engaño, ¡as  divisiones, las guerras, la fortuna,   las   inquietudes, en una pala
L  T I E M P O 
E P Í L O G O S O BR E E L  O  A C A D É M I C O
bra, casi todas las enfermedades del cuerpo y del espíritu que nos afligen.

S e r í a i m p e r d o n a b l e   no decir algunas palabras sobre el tiempo académico


Desde entonces, algo han contribuido algunos hombres a la transfor
en masculino. La escalera que lleva a la biblioteca universitaria histórica en
mación de la masculinidad del tiempo, de la condición masculina y de
Salamanca ofrece motivos excepcionales para esta reflexión:
nuestras realidades vitales.
Es   el   camino ascendente para pasar   de l  ras del suelo, dejados apenas
No entro ahora en los pormenores de otro estudio   r e c i é n  iniciado so
la cotidianidad y el ritmo de la calle, hacia   el   firmamento estrellado donde
bre las contribuciones que considero más interesantes durante el fin del
las serpientes ocupan un lugar destacado entre las constelaciones que   ser
siglo
obras XX es importante del   X XyI . evaluar,
y lo que vaseguir Sólo mencionaré
tanto por asusalgunos hombres
aportaciones cuyas
teóricas virían de marco a la sabiduría acumulada en los libros y al trabajo del
gremio de los  i n t e l e c t u a l e s  renacentistas apoyados por   la   Corona que en
como por las investigaciones de que dan cuenta, así como por sus contri
ellos buscaba  t a m b í  u legitimidad.
buciones metodológicas, éticas y políticas (al igual que  G o d e i i e r , B o u r d i e u
y  C h r i s t i a n ,  a quienes ya he citado, y que   S t u a r t M i l i ,  quien  m e r e c e  espe Para quien con  j  la decoración de la escalinata, el recorrido sería
cial atención, y otros a quienes por ahora no menciono):   Vicror J.  S e i d í e r 29 una fiesta de la  ah   »1   erotismo de quienes llegaran al   r e c o g i m i e n t o de
desde Londres,  M i c h a e l K a u f m a n   desde Toronto, Michael  K : r n r n e   desde
i0 31 la imaginación y la  <_   <_  \ i d a d ; era también el espacio idílico d eí  encuentro
California,  R o b e r t W .  C o n n e l P  desde Sydney, Daniel W e i z c r --LL a n g "  des equitativo en un  tiet gualitario para mujeres y hombres con disposición
de Toulouse. a desarrollar con e   mo   del saber las dotes recibidas de natura.
Por ello,  q u i e n n t ó  los frisos floridos y voluptuosos de los dos
Aunque yo he hablado de la nuestra como una búsqueda feminista,
primeros tramos de  x   ubida escogió y adapt ó los grabados de Israel van
los colegas presentes en  el   encuentro organizado por  E m a k u n d e  en Do-
Meckenem. 34

nostia-San Sebastián consideran que es más prudente hablar sólo de


hombres profeministas. Tal vez nos pongamos de acuerdo cuando haya Lamentablemente, alguien más tuvo en sus manos el diseño de la
decoración del tercer trecho de la escalinata y, desde una óptica totalmen
te masculina e inquisitorial, modificó el tiempo de la conmemoración de
la libido intelectual para transformarlo en el de la solemnidad jerárquica.
2 9
  Salvo las dos obras que se indi can, tod as las ha editado  Routledge, en Londres,  1989:
35

Rediscovering Masculinity y  Reason, Language an   Sexuality;  1991 :  Recrea::mg   Sexual Poli-


con Comenzó
Mercurio, por cortarle las alas
el empresario, a un   C ulos
y encuadró
p i d o   confundido largo tiempo
últimos peldaños en la nor-
 Modernity,  Lond -es; Macmillan,
tics,  Men,  Feminism an d Politics, The Moral Limits of  Modernity,
The  AchiUcs'Heel Reader.—  Men, Sexual Politics and Socialism. № 2 :  Мея, Sex and m a t i v i d a d l i r i l   de los   t o r n e o s  caballerescos, con sus animales totémicos,
Rel ations k-a 1994:   Unreasonable Men: Masculinity and Social   Т л г с т . (traducción  al
1994: e m b l e m á t i c o s  de la verdadera hombría, y con sus triunfos y   su s  éxitos.
español  ел   México, UNAM,  2000,  1995:  Recovering the Self-Morality  an,i Sociul Theory,
1997:  Man Enough. Embodying Masculinities,  Londres,  Sage.
30
  1 987.  В е л nd   Patriarchy, 
Patriarchy,  Oxford,  T o r o n t o ;  1 9 8 9 ::   Ho mbres-po der t  с .  Santo  Domin-
go,   CI PAF,  ¡993:  Cracking the Armor. Power ~ and the Lives of Me  > nto,  V iking. 34
  Fue  éste un judío  bu' u Ls  particularmente osado, entre cuyas aportaciones origina
31
  1987. Changing Men, Newsbury Park, Sage, 1 9 9 1 : Mens Lives; Londr cmiian,   1992: les está la de haber   чн   pr imer ar t ist a  plástico que se autorretrato, con una expresión
 Against the Tide. Pro-Feminist   Ма г  in the United States, 177 6-1990   
riten History cercana a la picardía  <  mpañado de su esposa. Aunque no concuerdo с од ning una
( c o n T .   Mosmffler),  B o s t o n , ,  Beacon . sus   a p r e c i a c i o n e 
de sus í e s ,   debo mucho a  la   lectura de Ad   summum caeli,  Univer
32
  1 98 7:   G e n t l e r  and Power   1 9 9 6 : :  Masculinities,
Masculinities,   amb as en Camb r ic sidad de Salamanca  >  libro en e! que Luis Cortés Vázquez describe la escalera e
33
  1 9 8 8 ::   Le viol masculin,  Par is, 
is,  H a r m a t t a n , 
,  1 9 9 1 :  Les hommes   v il ent   femmes,
C O TE interpreta fe que con j   u "programa humanístico".
1 9 9 3 :  Les   hommes  à   la conquête don. gotique  (con J. P. Filiod),   L I - •"s-^ionireai: 35
  Garios  Payan dina qi  mó al eres  laboral necesario para la creación  y  los placeres
1998:  VîcV»e«  et   masculinité  (con  D.  Jackson),  Scrupules,  Mon^ que proporciona.
 

86 DEBATES • . 
DEBATES • e   MASCUUHC 
MASCUUHC  - res

Así.  ¿4 joven
Así.  ¿4 joven gaitero que inicia el ascenso festivfestivoo yy l l i b e ::   a rio, llegaría ai
de   la 
piso   sueerior,  a la puerta de  la  biblioteca, 
biblioteca,  convertido 
convertido  po ;  ;deas  ;deas  y  manos
diferemes   en un clérigo formal y ceremonioso de pretens.   .  m a y e s t á t i c a .
diferemes
interpretación   mes 
De ahí sólo quedaba un paso para la interpretación  mes   o menos ofi
cial de que el tiempo académico elimina el regocijo  regocijo   pecaminoso 
pecaminoso  de las
búsquedas, transformarlo en ritual de la meritocracia y convertir y  convertir   el sende
ro del saber en vía dolorosa de rituales del poder de quienes se autoasignan
el control de conocimientos y pensamiento.
El tiempo en masculino que se quiso consagrar en la escalera corre
gida de Salamanca (pese a la incursión creciente de las pensadoras y
las sabias en el universo de las   a u l a s , ,  los conciliábulos de especialistas
REFL EX IONES SOBRE  M A S C U L I N I D A D ,
y los libros), sigue siendo un tiempo sideral y cotidiano vigente. Las muje IDENTIDAD Y SEXUALIDAD
res han cambiado y han cambiado su tiempo, pero Jas convicciones y las

prácticas predominantes en todas las Salamancas del mundo siguen sien


do las del viril reparador de las osadías de van Meckenem y de quien recu
rrió a sus metáforas.
Debe ser cierto que la universidad no presta lo que la inteligencia no
da, pero también lo es que en el mundo y en el tiempo de la academia la
ausencia masculina de imaginación puede simular aptitudes reconocidas
sólo   desde 
sólo desde  las alturas del dominio de la hombría. Quizá algo cambiará
cuando alguien, de regreso de  de  la 
la  prisión del tiempo en 
en   m a s c u l i n o , ,  pueda
repetir   "decíamos  ayer..." y  "viva 
repetir  "viva  la vida".
 

/.ÍASCULÍNIDAD.   B I S E X l U I D A D  M A S C U L I N A
Y   E J E R C I C I O  DE PO DER:   T E N T A T I V A   D E   C OMP R E N SI ÓN ,
MO D A L ID A D E S  D E   I N T E R V E N C I Ó N

Fernando   Seffner
Fernando

PRESENTACIÓN

El presente texto busca construir una  reflexión  sobre la cuestión  d e l  ejer


cicio del poder, articulando tres  /ategorías  relacionadas: estigma, discri
minación y violencia, tomada esta última como una modalidad específica
de violencia estructural, y  considerada  la categoría más importante del
análisis, desde el campo del género y la masculinidad. Además, se presta
especial atención a la construcción  identitaria  de una determinada forma
de sexualidad  m a s c u l i n a ,  la bisexualidad. En algunos espacios del texto se
relatan situaciones de estigma, discriminación y violencia que se vinculan
con la epidemia del sida,  hecho  que se denomina vulnerabilidad social al
sida. Además de buscar una  c o m p r e n s i ó n ,  aunque parcial, de la compleja
articulación  entre estas categorías y niveles, presentamos un instrumento
que nos  permitió  entrar en contacto con hombres bisexuales, la Red Bis-
Brasil, fruto de un proyecto de investigación e intervención financiado por
la Fundación  MacArthur.
En resumen, haremos una breve exposición de la cuestión del ejerci
cio del poder, abordando relatos de vida de hombres bisexuales, los cuales
involucran a  la  sexualidad y la violencia, ambas como expresiones particu
lares del ejercicio del poder. No queremos entablar una discusión sobre ei
poder desde el discurso   filosofeo  ni desde la ciencia política, más bien
trabajaremos con lo que dicen estos aspectos respecto del ejercicio del
poder,  temando  en cuenta la  materialidad  de sus manifestaciones.
Para desarrollar estos objetivos, el texto está estructurado en cuatro
partes  i n t e r r e l a c i o n a d a s .  En la primera, presentaremos y analizaremos una
serie de aspect os sobre la problemática  ¿e¡  ejercicio  del poder, privilegian
do el tema de  la violencia estructural, es pec ial men te en sus interse ccio nes
con el terreno de los derechos humanos, con la problemática de la   v u l n e 
rabilidad al  s i d a ,  con los  procesos  de   giobalización  y con las categorías
conceptuales de estigma y discriminación. En la segunda parte, abordare
mos el proceso de  construcción  de la Red   B i s - B r a s i l ,  para hombres bi
sexuales en Brasil,  éste  es el principal producto de un proyecto de investi-
 
189!

90 DEBATE
j ^M C ii  i N I O A D ,   B B 8 0 M I D . W   •  W SCU U NA  V   EJERCICIO  DE   PODER   V»

gación e
gación e   intervencito social
intervencito social financiado por el Programa de Población de Población   de la ieres
ieres   De manera gen
manera gen M
 M e a , ,  estamos trabajando
estamos trabajando c on   hombres 
 c on  hombres  que manifies
Fundación   MacArthor en
Fundación MacArthor en  «1  «1   periodo 1995-1999. Con base en
base en ¡os 
¡os  e l e m e n -  ¡¡A ' de  manoner relaciones
tan el deseo de  manoner relaciones afectivas y sexuales con hombres y mu 
tos analizados en las dos  dos  primeras 
primeras  partes, en la tercera articularemos con-   ] N jeres, 
jeres,  en las más diversas formas y en diferentes modalidades de valoración
sideraciones acerca de la bisexualidad masculina con situaciones de vio e intensidad. Siempre que utilicemos aquí la expresión hombres bisexuales,
y  sus efectos
lencia estructural y sus  efectos sobre la vulnerabilidad al VIH sida, resaltando nos gustaría que se entendiera a partir de esta riqueza de significados.
las acciones de la Red Bis-Brasil, que se configuran como prácticas de
esta  s i t u a c i ó n . .  Por último, citamos la bibliografía y las fuen
resistencia a esta 
tes utilizadas para la redacción del texto. E L E J E R C I C I O D E L P O D E R Y L A  C O N S T R U C C I Ó N  D E I D E N T I D AD E S :
Dos elementos contribuyen un poco a "atravesar" ("volver transver-  transver-  <?:, V I O L E N C I A  ESTRUCTURAL VS.  I D E N TI
TI D A D D E P R O Y E CT
CT O
de   la 
sal") la rigidez de  la  estructura mencionada. En primer término, siempre
que sea posible, en cualquiera de  de   los
los   apartados traeremos a colación te- La designación de violencia estructural parece referirse a las formas de
mas y cuestiones tornados de las actividades de la Red   Bis- Brasil. 
Brasil.  En se violencia que no se presentan en general de manera súbita, ni se derivan
gundo  término./en 
gundo  término./en  el texto aparecen dispersos algunos fragmentos de tes de situaciones excepcionales, como guerras; sino que están insertas en el
timonios, extraídos de cartas o entrevistas, de hombres que participan en de la   vida cotidiana de los individuos, actuando de forma
funcionamiento de la
la Red. Para mantener el secreto y la discreción que caracterizan todo el constante y, muchas veces, difícil de percibir, pues se presentan casi "na
trabajo que realizamos con estos hombres, los nombres son ficticios y se 1 turalizadas". El elemento central que preside la definición de violencia
omitieron las ciudades de origen; pero la edad, el nivel de escolaridad, la estructural es la verificación de que las desigualdades  — de de   género, raza,
profesión y otros detalles de la situación socioeconómica del individuo   $ ' clase social, nivel cultural, escolaridad, religión, grupo etario, preferencia
corresponden a a  la información 
información  que efectivamente fue aportada. diferentes  c o m b i n a c i o n e s —
sexual, posición política, entre otras, y sus diferentes 
Un aspecto que .merece que .merece   consideración inicial es el uso de las  las  expresio en situaciones   institucionalizadas de violencia, caracterizadas
desembocan en situaciones
nes "hombres bisexuales" y "bisexualidad  "bisexualidad   m a s c u l i n a " . .  Reconocemos en entonces por el adjetivo "estructural". Decir que se vive en una cultura de
estos términos un sesgo e sesgo e s e n c i a l i s t a , en
, en desacuerdo con el  el   referencia cons- equivale a   afirmar que los modos de vida de los miembros de la
violencia equivale a
truccionista   que orienta la investigación y este texto en   particular.  Tal vez
truccionista sociedad  incorporaron   la violencia a su funcionamiento cotidiano. También
sociedad incorporaron
una designación más adecuada sería "hombres que mantienen relaciones significa que los sistemas de de   interrelaciones 
interrelaciones  que enlazan a los individuos
afectivas y/o sexuales con hombres   y  mujeres", lo que parece coherente en un conjunto admiten la práctica de la violencia de forma rutinaria.
con nuestra posición teórica, pero resulta poco práctico. Además, en el El concepto de violencia, como cualquier otra construcción concep
momento de redactar este texto, me parece que la expresión "hombres que tual, es histórico y social.
social. Hoy, nuestra lectura de las sociedades del pasado,
tienen sexo con  con   h o m b r e s " , ,  conocida por las siglas HSH (o   MS M en inglés), del conjunto   de derechos humanos que la sociedad contemporánea
a partir del conjunto
y  de la que se deriva la expresión antes citada para referirse a los hombres ha construido, hace que llamemos violencia a muchas cosas que en su
de la Red Bis-Brasil, presenta problemas, en especial porque se refiere, de fueron  vñi das 
época no fueron vñi das  por los individuos como formas violentas, y mu
modo casi exclusivo, a una identidad creada a partir de una preferencia menos  consideradas 
cho menos  consideradas  de esa manera. El aspecto social de la conceptua-
sexual o incluso de un acto sexual: tener sexo con hombres. Por supues la  violencia 
ción de la  violencia  se refiere a que, en un grupo social, algunos van a
to, no existen "hombres bisexuales" en el sentido de una categoría pura como  violencia 
nombrar como  violencia  algo que otros podrán considerar habitual y no
o  e s e n c i a l , ,  sino una diversidad de comportami entos y valoraciones de la En nue st rs 
violento. En nue rs  sociedad, en muchos aspectos, parece 
parece   que 
que   ia violen
bisexualidad   imposible 
bisexualidad imposible  de incluir en una misma categoría, aunque haya volvió  cotidiana   y esto lo observamos especialmente a! consumir los
cia se volvió cotidiana
mos observado, a través de consultas, que la mayoría de los hombres de la productos de los medios de comunicación: periódicos, revistas, programas
Red Bis-Brasil prefiere  prefiere  autodenominarse 
autodenominarse  bisexual. Por lo pronto, esta defini de televisión y y  radío. Al
radío. Al   entrar en contacto con esta proliferación de vio
conceptual  perm ,nece abierta,
ción conceptual  ,nece abierta, pero reconocernos su  su   insuficiencia para
insuficiencia para muchos  ¡ncividuos 
lencia, muchos  ¡ncividuos  empiezan a creer y afirmar que la violencia es
expresar todo lo que hemos recopilado en  en  t e s t i m o n i o s , ,  historias de vida, hoy un elemento fundamental de las relaciones sociales. Es decir, que la
narrativas de  de  fantasías 
fantasías  y de relaciones afectivo/sexuales y   diferentes  diferentes  modali de  establecimiento 
forma de  establecimiento  de las relaciones sería la 
la   violencia, 
violencia,  desde la más
dades de vivencia y v: y v: 'oración
 'oración   del deseo de  de  relacionarse c
relacionarse c on on   homares y
homares y  m u- suave, como la  la  competencia 
competencia  entre individuos por una plaza laboral, hasta
 

D BATES SOBRE  MASCIJUNIDADES M A S C U O N I D A D ,   B I S E X L  A UD a D   S C U L I N A   V  E J E R C I C I O   D E P O D E R 93

1,:¡  :afbarie 
1,:¡  :afbarie  de los asesinatos, pasando situaciones viv vividas
idas en el tránsito Partiendo del análisis de  de  Anderson  ( 2 0 0 1 )  sobre el tema de la opre
t í l a s 
s  grandes ciudades, agresiones   ¿i;   ras,  ras,  violencia simbólica, vergüen sión, en el que comenta el pensamiento de  de   la
la   Escuela de Francfort, nos
za por la falta de dinero, sensación de   repel enci a  a  por no poder consumir damos cuenta de que para profundizar en el tema de la violencia estructu
lo que se desea, etcétera. ral necesitamos tener una "concepción de la historia y la sociedad basada
No obstante, creemos que  que  la 
la  v i o í e e c i a , ,  pese a tener una positividad en  la   lucha de los grupos sociales por obtener reconocimiento" (Anderson,
en la
productiva, no es un elemento fundare  ret al  al  de la vida social, a diferencia 2 0 0 1 :   8). El conflicto entre los grupos sociales, más que entre los indivi
de lo que muchas creencias difunden. Los elementos fundamentales de duos, tiene un papel central. Esa posición nos distingue de otras corrien
las relaciones sociales son principalmente   l a c l a s e , ,  la raza/etnia, el género, tes teóricas, en las que se da prioridad a los conflictos entre individuos
la franja etaria, la religión, la nacionalidad y la región, entre otros. Así, la (Hcbbes) o entre entidades estructurales. La historia humana y las socie
relaciones   sociales 
mayoría de las relaciones  sociales  en las que participamos se da a partir de dades se caracterizan por conflictos entre grupos sociales que buscan
diferencias de clase, raza/etnia, género, religión, generación u otras. Mu reconocimiento. Estos conflictos pueden redundar en violencia, la cual
chas veces, estas diferencias son  son   materia 
materia  de la propia relación, lo que está puede asumir la modalidad de violencia estructural. En la violencia es-
en juego, aquello que en ese momento estamos "intercambiando" con el /  tructural tenemos un carácter genuinament e social: "una consideración
e r o . .   La violencia puede aparecer  aparecer   coreo 
coreo  un complemento esencial de la de  lo social
de lo  social que pone de relieve que la sociedad se reproduce por medio de
articulación entre esos elementos. Se  Se  te te  puede ver como el lubricante de la interacción muchas veces conflictiva de los grupos sociales reales, que a
estas relaciones. Puede ser necesaria  necesaria  pi ra  ra  que un grupo siga dominando a su vez son producto de actividades que son objeto de interpretación y lu
otros, desde la perspectiva del género  género  ¡los  ¡los  hombres violentan a las muje cha por parte de los participantes" (Anderson,   2 0 0 1 :  11).  En resumen, la
res.), de
res.),  de la región (ciertos Estados d Estados  d el 
el  o  n d o o s a n l n l a violencia
 violencia   para mante trayectoria histórica de una sociedad se representa por la fuerza de los
ner su dominio sobre otros), de la r la  r eb .eén (el
:
.eén (el ejercicio de la violencia en la conflictos entre los  los   grupos 
grupos  sociales que la conforman.
relación   entre grupos religiosos, 
relación religiosos,   corre,,'  en Irlanda), de la raza/etnia (véase Sin embargo, el concepto de lucha por el reconocimiento también
eí caso de  de  S u d á f r i c a ) , ,  entre otras 
otras  posee 
posee  edades. La necesidad de domina puede ser útil para comprender la trayectoria de vida de los individuos, en
ción siempre acarrea desigualdades de  de  distribución 
distribución  de poder en la socie caso,  los
este caso,  los   hombres bisexuales que participan en la Red 
Red   Bis- Brasil. 
Brasil.  ¿De
dad, l o q u e  e  origina, entonces, otras ferinas de desigualdad. También pode qué   torma 
torma  se sienten oprimidos? ¿Qué es para ellos una "injusticia"? ¿Qué
mos  tener una
 tener una sinergia entre más de una í  orma de  orma de desigualdad, como sucede consideraría cada uno de ellos que es una situación de plena justicia y
en la relación entre el sida y la   sexualidad. seguridad para el ejercicio de sus deseos de relaciones afectivas y sexuales
En veinticuatro horas de la vida de  de   un  un   i n d i v i d u o , ,  la mayor parte del con hombres y mujeres? Una posibilidad de análisis, que más adelante
tiempo lo que está en juego en la construcción de su identidad es algo explicaremos, es
relacionado con la clase, la raza o   e t n i a ..   el 
el  género, la generación, la región
y la nacionalidad; con diferentes  diferentes  intensidades 
intensidades  que dependen del contexto y localizar la percepción
de las experiencias 
experiencias crítica  de
  negativas 
negativas de los
la injusticia
individuosde de
manera más general
ver violadas dentro
sus grandes
de las interpelaciones. No me relaciono con Pablo, Pedro o María a partir de
la   \ i o l e n c i a,
la  a, sino que la relación que  que   pee-
pee-   do establecei con
establecei con cada una de esas expectativas  'morales'. 
expectativas  'morales'.  En las experiencias vividas de difamación y falta de
personas —si
personas  —si endo endo  María mujer y yo hombre, o Pedro estadounidense y yo respeto  [.,.] podemos
 podemos ver
 ver claramente lo que significa negar a las personas lo
que merecen  [...]. Sobre todo, !a sensación de ser engañado surge  en el inte
b r a s i l e ñ o — 
—   puede incluir un compl un compl ement o  o  fundamental, la violencia, que
rior   de la experiencia subjetiva de los individuos y encuentra su expresión,
pe ede
ede   estar poco p muy  muy   dimensionad.e ' o  podemos caer en la tentación
como afirmación  rnoral,  en las luchas sociales (Anderson,   2 0 0 1 :  12).
de hacer afirmaciones del tipo "siempre existe violencia", "está por todas
partes",   "todo el mundo es violento",   p-.-rciue  p-.-rciue  son maneras de hacer que el Una forma de ampliar el campo de comprensión de la violencia es
propio concepto de violencia pierda o poco de su potencial de análisis es relacionarla   con otros dos conceptos, la exclusión social y la
tructural es relacionarla
teórico. Si "todo es v es  v i o l e n t o " p
" p or
or   bi,:
bi,:   :   es ,  p  no necesitaríamos ese con desigualdad. En una matriz propuesta para organizar estos términos, esta
c e p t o , ,   pues se vaciaría o  o   naturalizaré- --,,  ,'i  ,'i  empezamos a calificar todas las blecida por Castells. cada uno forma parte de un conjunto de otros tres.
r uaciones 
uaciones  como de  de  violencia 
violencia  es  es   t r u c o . -  \¡ .  perdemos la necesidad de inda-
La desigualdad aparece en el eje de dominio de las relaciones de distribu
e.  .-  sobre
e.  sobre las  las   causas á
causas á e la violencia.
ción/consumo o  o  apropiación 
apropiación  diferenciada de la riqueza generada por el
 

94 DEBATE SOBRE  M A S U " .í. í n í d a o e s B SEXiMUDA2   MA5CUUNA  <  EJERCCO DE PODER 95

esfuerzo  a.t?c:ivo, junto con  la polarización, la  pcbreza y la miseria. Por su 0,   . n e c e s i t o  esconder algo muy importante sobre mi vida. Ése fue un
j e

parte, la  r.-sciusión  social aparece como uno de los procesos   específicos d e factor de atracción y también de  preocupación  de innumerables hombres
relacior.es   de producción, al lado de la  individualización  del trabajo, la
las   relacior.es
las  que se  acercaron a la Red Bis-Brasil. Dispuestos a encontrar un lugar para
sobreex;  i  , . ó n  de los trabajadores y la integración perversa. A pesar de hablar sin tapujos sobre sus preferencias, temían que la  r ed  no fuera un
que los dos  términos  se definen en relación con el eje producción/distri ambiente "confiable", según nos revela esta carta de Mauro, de 35 años,
bución/consu mo, pueden ser herramientas útiles para auxi auxiliar
liar en la com comerciante, residente de una ciudad de la región metropolitana de Porto
prensión de la violencia estructural a la que   están  sujetos los hombres Alegre y soltero:
bisexuales asociados a la Red   Bis-Brasil.
'Se entiende por  desigualdad   la apropiación diferenciada de la riqueza Es un alivio saber que el anuncio es serio, finalmente no podemos estar expo
(renta y bienes) por parte de individuos y grupos sociales distintos que se niéndonos a situaciones que nos comprometan y compliquen la existencia,
relacionan entre sí" (Castells, 2000a: 96). Los grupos sociales discriminados no sólo en el plano personal, sino también   profesional, esto porque existe
discriminación en nuestra sociedad y en algunas áreas es mayor o menor.
por causa de su preferencia sexual pueden estar  sujetos  a una situación de
Será interesante conversar con personas iguales, sin preocuparse por escon
estigma   (Goffman,  1982), lo que  íes  dificulta participar en la distribución
der nada, y la manera en que parece que están manejando esto me   ha'ce
de la riqueza de manera equitativa con otros individuos y grupos. Ésta es sentir tranquilo y ansioso respecto al primer encuentro. Si necesitan alguna
una percepción clara entre muchos informantes de la Red Bis-Brasil,
información  más sobre mí, por favor pídanmela para que   podamos  conocer
pues hay relatos  de hostilidad en el lugar de trabajo, con claros   efectos  en nos mejor. Un abrazo.
los planos de ascenso profesional, como es el caso de Bruno, de 29 años,
soltero,   miembro  del equipo de mecánicos especializados de una conce Los ejemplos anteriores también sirven para ilustrar la situación defi
sionaria  automotriz  de una gran ciudad: nida   cor  el concepto de exclusión social: "proceso mediante el cual se les
impide sistemáticamente a determinados  grupos  e individuos el acceso a
Mis   compañeros siempre están hablando de mujeres, todo el tiempo. Y apro posiciones que les permitirían una existencia autónoma dentro de las nor
vechan  cualquier oportunidad para  i amar a   alguno  de los jefes "maricón", mas   sociales  determinadas por instituciones y valores insertados en un
'joto', 'de ia mano caída', refiriéndose al hecho de que los jefes balancean ¡as contexto dado.  [...]  La exclusión social es un proceso, no una condición.
hojas de requisición en la mano y nos llaman   para  atender a los clientes. Lo De este modo, sus límites siempre se mantienen móviles y los excluidos e
peor de todo es que todo el día cuentan alguna anécdota de la vida privada de
incluidos pueden alternarse en el proceso a lo largo del tiempo, depen
algún jefe, no sé cómo se enteran, siempre son cosas relacionadas con sexo y
diendo de su nivel de escolaridad  [...]  prejuicios sociales  [...]"  (Castells,
mujeres, y también casos de sexo entre un jefe y  a'gún  otro empleado, uno de
limpieza o alguno de los de seguridad. Ya me propusieron ser subjefe y me dio 2000a: 98). El autor también comenta que, a pesar de que el desempleo
miedo aceptar, dije que estaba estudiando, que no tenía tiempo de quedarme sea el principal mecanismo de exclusión social y el testimonio anterior
más tarde en el taller, pero la verdad es que pensé que alguien podría descu no se refiera a uno de esos casos, "los motivos por los que los individuos y
brirme cuando salgo con otros. Mientras siga siendo un mecánico igual que los grupos se exponen a  dificultades/imposibilidades  estructurales para
ellos, me quedo callado en mi rincón y no se meten en mi vida. Si me  volviera procurarse el sustento siguen trayectorias totalmente diversas", siendo éste,
 jefe, d e segu ro empezarían a hurgar en mi vida. Y la cosa se pondría fea. sin duda, un caso de esas trayectorias diversas.
Al  hablar de los procesos de exclusión social, de inmediato nombra
El miedo de quedar expuesto a una   situación -vejatoria  derivada de la mos os   sujetos: el incluido y el excluido. Hoy se ha vuelto lugar común
:

revelación de  su vida sexual, especialmente entre  los  hombres, nos indica utilizar estos términos, que están presentes tanto en los análisis del Banco
que "la posibilidad de sentir, interpretar y percibir las necesidades y de M u r e '  rl  como en discursos de todos los   m a i c e s  partidarios o programas
seos propios, en sum a, la posibilidad mis ma de  %er alguien  depe nde  cru- de  o *  .  El "éxito" de esa designación nos ¡leva  a reflexionar sobre la nece-
cialmente del desarrollo de la  autoconfianza, el  a u t o e s p e t o y l a  autoestima" sidrd ,s  su  problematización.
problematización.  Por un lado,  observamos  que los procesos
(Anderson, 2 . 0 0 1 : :  12). Esta  vinculación  entre el sentir y  la autoestima tie de c -  i o n   e inclusión han estado presentes en todas las formas de   orga-
ne una  R - h c i ó n  directa con el  tema ce l a  vulnerabilidad  al sida. La autoes n i ; .  .  social, colocando a los individuos dentro y fuera de redes de so-
tima sólo  se  puede construir si  estey participante»  en una relación en la cia"  ^  id,  beneficios sociales, acceso a tierras,  oportunidad es  económi-
 

96 DEBATES SOBRE MASCUUNIDAIES ,V,1 ' „ , r IDA D, B SE V ;  \UDAD MASCULINA V EJERCIDO   DE   K •" >  97

padrones e l e c t o r a l e s , ,  derechos economices 


cas, padrones e economices  y demás. Por otro lado, la tarsos,
tarsos,   me pareció
me  pareció   que la "manera de vivir 
vivir   :e :e   los hombres informantes de
designación  de  lo s  i n d i v i d u o *  *  y los grupos 
grupos  s o p i é s s  que participan  en  estos la investigación está marcada por una ait dosis de insatisfacción y sufri
procesos no siempre ha sido la que ahora nos i  ..emos   ..emos  acostumbrado a usar, miento silencioso, lo que en este aeste a n á l i s i s : e n t e n d i ó como una modalidad
incluidos y excluidos. En el vocabulario m vocabulario  m a r x i s t a , ,  por ejemplo, la burgue de violencia estructural, pues la vida de   ;nuchos  ;nuchos  de ellos se estructura a
sía 
sía   y el proletariado nos indican situaciones de inclusión y exclusión, res partir de estas vivencias.
pectivamente. A primera vista, puede parecer que hubo un simple cambio. punto q ue
Un punto q ue   necesita ser verificado 
verificado   es es   en qué medida el empobreci
Sin embargo, llamar proletario a un   individuo  individuo  o grupo  grupo   —e n  el lenguaje miento, o el mero empeoramiento de las condiciones económicas, contri
una  c l a s e — 
marxista, una  —  nos remite de inmediato a su inserción en el mundo buye
buye a
 a l  aumento 
aumento  de la violencia estructural entre estos hombres.   ¿O ¿O   acaso
laboral y rápidamente ubicamos al grupo  grupo   — c l a s e —  —  que es su oponente la violencia contra estos hombres es la misma, independientemente del
antagónico,   la 
antagónico, la  burguesía. Al hablar de incluidos y excluidos, las fronteras nivel de ingreso, la clase económica y la situación social? Tal vez resulte
se vuelven más más  m ó v i l e s : :  "el excluido sustituye, con ventajas, una serie de que el factor de organización más importante de la violencia en este grupo
agentes sociales que han estado marcados, a lo largo de la historia, por sea la categorización rural y urbana, o la  la  franja
franja   etaria, o   la división entre
luchas, oposiciones y relaciones de poder  poder   perversas. /El
perversas. /El   concepto de ex hombres casados y solteros, o la división de  de   r a z a / e t n i a , o  la diferencia de
cluido aparece como diluyendo la materialidad de los sujetos construidos que  citaremos 
creencia religiosa, como ocurre en un caso que  citaremos  más adelante.
históricamente" (Pinto, 1999: 34). Desde luego, no podemos perder de vista que la  pobreza
 pobreza participa
 participa activa
La movilidad de las fronteras entre incluidos y excluidos también se mente en la construcción de los procesos de exclusión social y vulnerabi
revela en el hecho de que nadie queda   totalmente  totalmente  incluido o excluido. lidad al sida en todos los grupos sociales, y en éste en particular, pero
Esta posibilidad se plantea en el concepto de   Castells  Castells  citado anteriormen también es cierto que:
te, al subrayar que  que   la 
la  exclusión es un 
un  p r o c e s o , ,  no
no   un a  condición fija. Ser
un excluido tiene entonces  entonces   una materialidau 
materialidau  menos fija que la de ser un una  cuestión fundamental es
una cuestión fundamental es que la  la  pob: 
pob:  a está al menos parcialmente limi
proletario, que no es un proceso, sino una condición de clase. En la dialéc tada como categoría unicausal de análisis   Je  la vulnerabilidad al  VIH  sida. De
tica marxista, los proletarios no luchan   para  para  ser la burguesía, sino para acuerdo co n ia bibliografía sociológica y <  i   ¡tropológlca {...], en casi todas las
eliminarla. En cambio, los excluidos luchan para ser incluidos, p arece que circunstancias la
circunstancias en  conjunto   con otros factores sociales y
 la pobreza funciona en conjunto
no tienen un antagónico directo. Nadie lucha contra el incluido, todos culturales en la articulación de formas variadas de vulnerabillidad idad al VIH  sida.
quieren ser incluidos: "los  "los   brasileños 
brasileños  pobres, 
pobres,  trabajadores, 
trabajadores,  empleados y factores  estructurales   diversos: la si
El énfasis está en la interacción entre factores estructurales
desempleados   [...]  perdieron esa identidad, que  que  les 
les  garantizaba por lo nergia causada por su contacto   [...]  aborda 
aborda  la pobreza en relación con su
desplazamiento espacial, su poder asociado al género, la violencia y la discri
menos un enemigo (aunque estuviera dotado de un escaso contenido) y
minación sexuales, la la   desertificación 
desertificación  urbana y la 
la  desintegración 
desintegración  social oca
empezaron a formar parte de un grupo grande e informe, el de los exclui
el  tranco de
sionada por el  tranco de drogas, y así sucesivamente. Las tendencias amplias
(Pinto,  1 9 9 9 :: 34).
dos" (Pinto,   34). Una salida para esta situación
situación de  de aparen
 aparen te confusión,
que se puede prestar a afirmaciones del tipo "todos somos excluidos", es comosula uso
pero pauperización, la feminización
a veces simplista o ia interiorización
puede  enmascarar la
puede enmascarar  la  complejidad
 complejidad  son  social
innegables,
de los
nombrar en cada momento del proceso al incluido y al excluido en dispu  Ca.nargo Jr., 2 0 0 0 : 9 ) .
procesos de vulnerabilidad (Parker yy Ca.nargo
ta, por ejemplo, el gran terrateniente y el  "sin  tierra"', 
el   "sin  tierra"',  estableciendo entre
ellos una relación dialéctica marxista que indica que el que  el "sin 
"sin  tierra" existe —es
existe —es
olvidar  —al
No debemos olvidar  —al   ver los 
los  ejemplos 
ejemplos  de la peste, la sífilis y el
e x c l u i d o —   porque existe el gran terrateniente 
terrateniente   —es i
—es  i n c l u i d o — , ,  con lo que
sida— —   que con frecuencia las  las  enfermed 
enfermed  Jes se se   usa nn   como instrumento
rescatamos en parte el concepto de  de   contradicción entre  entre  la burguesía y el
para quitar derechos a poblacione s o grupos, legitimar persecuciones, es
proletariado presente en Marx.
el  dominio 
tablecer el  dominio  de un grupo sobre  sobre   '  ;ros. 
;ros.  La enfermedad se vuelve
La investigación que ahora  ahora  coordinamos 
coordinamos  sobre sobre   bisexualidad 
bisexualidad  transita entonces un problema de democracia, un  un   problema 
problema  político, 
político,  pues se pone
entre los temas del sida y ¡a sexualidad m?.«.-sexualidad  m?.«.- ulina. 
ulina.  Ai leer el material 
material   del al  servicio d
al servicio  d el  siiencio   de grupos, de la c
el siiencio la c o n '  rucción 
rucción  de ios modelos de vícti
que   d i s p o n g o — c a r t a s , ,  testimonios orales, noticias de los periódicos, cari mas y culpables. En el caso de los hombreslos hombres   bisexuales, su  su  culpabilización
caturas, historietas, poesía  poesía  u  o t r o s — , ,  tal  v et 
et  haya incorporado como vio por propagar ei sida sirvió para acallar macallar m e  al grupo, para silen silenciarlo,
ciarlo, para
lencia más cosas de las que contiene el   ceme. ceme. ,.to
 ,.to   antes esbozado. 
esbozado.  N o o b s - otros  — m é d i c o s ,  autoridades 
hacer que otros  autoridades  litarías,  psicólogos—pudieran
litarías, 
 

98 TS SOB RE  MASCULINIDADES


Ma S C . : . " M D A D ,  M S E k U M T J A D 
D   M A S C U L I N A   Y   f j BS .»ODER 99

hablar  libremente  en su nombre. Las  maniobras de   pabiiización de los gar participación e  institucionalizad''--a. defendi endo la libertad e igualdad
hombres  bisexi ;ales por la propagación del sida  fu m  an como estrategia de ios ciudadanos, no ¡es garantiza  el  pleno acceso a sus derechos" (Cruz
de  silenciamienío de los individuos pertenecientes <   te grupo, de mane Ne t o,  2000: 6).
ra semejante a ia violación, modalidad de  silenciara;; ro de lo femenino, o En el caso brasileño, y me parece que podemos aplicar este razona
la ofensa pública, al llamar a alguien por ejemplo " m.  ¡ca", como forma de miento al resto de los países latinoamericanos, la sociedad y el Estado no
silenciar al individuo y, casi de modo infantil,   elimin-i  esta diferencia. garantizan a todos los grupos sociales un trato de igualdad y equidad.
Incluso un observador no muy atento al desarrollo de la epidemia del Las desigualdades de poder suelen estar organizadas en tres ejes: raza,
sida en Brasil en los últimos veinte años percibirá la evidente imbricación clase y género, y sus  combinaciones.  Podemos decir que son  los estigmas
entre los procesos que conducen a la adquisición de la enfermedad y de raza, clase y género. Por lo  general,  la diversidad no se considera en el
los determinantes socioeconómicos y políticos que presiden la vida de los ordenamiento jurídico de estos países, lo que contribuye a reforzar las si
individuos y las poblaciones. Las "formas" que asume la epidemia, en tuaciones de violencia estructural y priva a los individuos de medios para
los diferentes países y regiones, en grupos sociales distintos, son el resul defenderse de la exclusión, la falta de respeto, las actitudes prejuiciosas,  l a
tado de la intervención de una complejidad de procesos — t a nt o económi
cos como sociales, políticos, culturales, entre  otros—  que, la mayoría de discriminación y la hipocresía. E; ;tre los grupos oprimidos y que no están
considerados en la legislación, destacan los llamados tradicionalmente "mi
las veces, ya existían antes de que surgiera la enfermedad, pero fueron norías sexuales". Ahora bien, hoy tenemos en América Latina sociedades
reelaborados por ésta y en parte conformaron las modalidades de presen en las que amplios sectores   reconocen y aceptan que la heterosexualidad
cia de la  epidemia entre grupos e individuos. De este modo, cuando se no constituye la única forma de expresión de la sexualidad humana. La
habla de  "vencer  eí sida", como aparece con frecuencia en los periódicos, lucha por los "derechos referentes a ia libre orientación sexual se inserta
estamos hablando de la solución de un conjunto  e norm e  de problemas de en un contexto internacional de  construcción  de los derechos humanos"
salud pública y no sólo del descubrimiento de una vacuna, como quiere la (Pimentel, 2002) y constituye una  tarea  social de gran envergadura, que
prensa. La presencia del sida en determinados grupos sirve como marca tiene por objeto enfrentar la desventaja histórica de estos grupos frente a
dor social, permite visualizar una situación de vulnerabilidad social que otros.
ya existía y que ahora adquiere nuevos contornos, generalmente más
Parker y Aggleton, en un texto publicado por la Asociación Brasileña
dramáticos.
Interdisciplinaria   de Sida  (2001), retoman  cuestiones relacionadas con
La  vulnerabilidad  social a la epidemia guarda una estrecha relación el estigma, la  estigmatización, la discriminación y la   negación,  para exami
con situaciones  ¡ríe  violencia estructural y desigualdad social. En esta nar la epidemia del sida y aportan elementos para pensar en cuestiones
medida, es necesario "promover un entendimiento más eficiente de las vinculadas  con la sexualidad y la violencia estructural. Para los hombres
maneras en las que las diversas formas de violencia estructural   —como informantes de la Red  Bis-Brasil,  la cuestión del sida y de la orientación
pobreza, opresión entre los sexos y discriminación sexual  sistemática— sexual se configura como una fuente de estigma y discriminación, enten
contribuyen, muchas veces de maneras sinérgicas, a la vulnerabilidad al dida aquí como trato injusto y, por lo tanto, generador en potencia de vio
sida en América Latina y en otras partes del mundo" (Parker et   al.,  2000: lencia estructural. El estigma para el hombre de práctica bisexual se da
3). Las respuestas a la epidemia sólo darán resultado si se piensan como por diversos  caminos. Uno de ellos  vincula la bisexualidad con indecisión,
proyectos a largo plazo encaminados a la resolución  —o por lo menos la ambigüedad, falta de fuerza de voluntad, incapacidad para fijarse una
a t e nua c i ón— de  l as  desigualdades sociales y las situaciones de violencia orientación y, por lo tanto, con un   individuo  débil. Otra fuente de estig
estructural. Sin embargo, como ya lo mencionamos, ea general el indivi ma es pensar en la bisexualidad, en especial la masculina,   c om o un exceso,
duo vive la violencia estructural como algo casi "naturalizado", por lo que un deseo de intensificar la vida  sexual,  hacerlo todo, dejarse ir, entregarse
muchas veces, incluso, es difícil que la parte  aféctala la  llame violencia. a los placeres con quien sea, buscar  p b c e r sin límites, es decir, se habla de
De esta forma, "la relación entre violencia, pobreza  y  vulnerabilidad no se un individuo fuerte. Otra fuente  importante  de estigma es  el hecho de que
puede ver simplemente como de causa y efecto o   mera  asociación. Es la  bisexualidad tiene una gran  influencia  en el debate sobre la fidelidad
necesario estar  má s  atentos, pues el  íocus  de la  vi  '  ' i c i a  estructural es fi a relación  monogámica.  No hay  manara  de ser bisexual  sin  atentar con
exactamente  un a  sociedad de democracia aparente   >e a pesar de conju-
t tr a la monogamia.
 

700 DEBATES 
DEBATES   SCSK 
SCSK   MASCLILIMDA;

Antes
Antes   de de   finalizar 
finalizar  con estas 
estas  consideraciones 
consideraciones  sobre el tema de la  la   vio
Un a consecuencia importante importante  del proceso de estigmatización
de estigmatización   es la su
lencia   e s t r u c t u r a , ,  no podemos 
lencia podemos  dejar de mencionar и ва   in te re s a n te c o l a
a
presión de la voz de estos individuos, como ya se dijo brevemente en páginas
boración de  de  D e r r i d a , ,  en su reciente estancia en Río de   Janeiro, 
Janeiro,  a propósito
anteriores. Todos hablan en nombre de los hombres   b i s e x u a l e s : :  médicos,
del tema de la violencia, en donde distingue a  ía  ía   violencia de la crueldad y,
p s i c ó l o g o s ,  científicos sociales, autoridades sanitarias, pero en raras oca
al mismo tiemp o, subraya algo en lo que en general pensamos poco, es
siones un hombre bisexual habla publicamente sobre su orientación o sus
decir, el establec imiento y el mantenimi ento de una estructura jurídica
problemas. Como nos alertan Parker y Aggleton, "dentro de tal estructura, la
que garantice los derechos humanos para determinados grupos también
construcción del estigma (o, dicho de manera más sencilla, la estígmatización)la estígmatización)
se puede ver como una modalidad de violencia: "La   crueldad  crueldad  no es igual a
supone la señalización de diferencias  diferencias   significativas 
significativas  entre categorías de per
la violencia. Toda crueldad es violenta, pero la  la   violmcia 
violmcia  no siempre es
sonas y, por medio de esa marcación, su  inserción  inserción   en los sistemas o estruc
cruel. Cuando se funda el derecho, hay violencia.  X  enseguida, hay una
turas
turas d  d e poder" (Parker y Aggleton, 2001: 14). En otras palabras, y siguiendo
violencia conservadora, que consiste en mantener las leyes. Cuando nos
de cerca ideas de Foucault, se establece un régimen de conocim iento y poder
asomamos   al abismo sobre el que se funda el derecho, nos da vértigo"
asomamos
acerca de la bisexualidad masculina, compuesto  compuesto   por 
por   discursos de varios
(Perrone-Moisés, 2001: 13).
órdenes. La  La  pi>'jpia 
pi>'jpia  investigación que emprendimos es uno de los discur
sos que construyen la bisexualidad en Brasil. En la medida en que estos
hombres no tienen grupos organizados, esa construcción se vuelve su voz.
R ED  BíS - BRAS IL: MODALIDAD
IL: MODALIDAD DE CONSTRUCCIÓN
Este "excéntrico", el hombre bisexual, es necesario para la definición
DE PODER DE REPRESENTAR
de lo normal, de la  la  heteronormatividad 
heteronormatividad  masculina. Se produce esta dife
rencia, que se valora negativamente, lo que contribuye a reforzar la centra-
En Brasil, los escasos trabajos de investi gación sobre la bisexualidad
bisexualidad cons
lidad 
lidad  de la 
la   masculinidad 
masculinidad  heterosexual hegemónica. En este sentido, la
tituyen una forma de conocer y, por tanto, una modalidad de construir
"construcción social del estigma es central para el trabajo de! poder" (Parker
"efectos de realidad" con respecto a estos hombres. En ellos aparece una
y Aggleton,  2 0 0 1 :  1 4 ) , ,  y en la actualidad el hombre bisexual
hombre bisexual   se ppsiciona
clara vinculación de la bisexualidad con el sida, la prostitución y la homo
como una mezcla de indeciso y libertino o como representante del "sexo
sexualidad. Si buscamos en Internet, la mayor parte   délas
délas   investigaciones
muchas  revistas. 
del futuro" en muchas  revistas.  La discriminación contra ios hombres bi
que incluyen el personaje "hombre bisexual" está relacionada con la epide
sexuales no se basa en reglas o leyes, sino que es una violencia simbólica
miología del sida y de otras enfermedades de transmisión sexual. Cada
derivada del peso de la masculinidad hegemónica, que transforma esa di
descripción regula
descripción  regula aquello que describe, o bien, construye aquello que des
ferencia en desigualdad. Esta desigualdad se puede aceptar pasivamente ,
cribe y, por lo tanto, establece un modo de control sobre aquello que
como se observa en las cartas de los informantes a través de ideas y pensa
describe. Cada descripción refleja relaciones de poder o es el fruto de
mientos del tipo "somos minoritarios", por la verificación de que les falta
éstas. En el caso del trabajo de constitución de la   Ked  Bis- Brasil, 
Brasil,  clara
algo en de
modelo cuanto a definición y decisión,
la heterosexualidad, de modoo que
porque
algo su   descripción 
descripción
sules 
les   "falta"    parte
"falta"  o les del
"sobra". mente tenemos un proceso de descripción y construcción de identidades
de los hombres bisexuales. De esta forma, es necesario discutir cómo se da
Son pocos los informantes que muestran una actitud combativa de lucha
esta construcción, por una Red que ha sido el modo  d e  acceso a las trayec
por la igualdad en términos de orientación sexual.
torias de vida de los homb res bisexuales que participaron como informantes
El estigma no se puede ver como un atributo psicológico o como una en esta investigación.
"cosa", sino que es el fruto de una relación social, histórica  y   culturalmente
El propósito que se formuló ini cialmente para el proyecto de estudio
construida y que, así como se construyó, se puede modificar. "De hecho,
sobre hombres bisexuales era el ele "investigar  c o m p o r t a m i e n t o s , ,  hábitos y
el ele "investigar 
es posible ver que la  la  estígmatización 
estígmatización  desempeña un papel fundamental
actitudes entre
actitudes  entre hombres bisexuales, tratando de identificar, describir y ana
en la la  transformación de
transformación de la diferencia en desigualdad y pue le funcionar, en
lizar susu   vulnerabilidad frente al VIH 
VIH  sida, a fin de generar 
generar  instrumentos 
instrumentos  de
principio, en  en  relación 
relación  con 
con   cualquiera 
cualquiera  de ios ejes principales de la desigual
comunicación   efectiva que favorezcan su  su  capacitación 
capacitación  para establecer es
estructural  interculturalmenre 
dad estructural  interculturalmenre  presente: 
presente:  clase, 
clase,  género, edad, raza o
trategias de  de  prevención 
prevención  de la infección por VIH
por  VIH   sida,
sida,   ianto para
ianto para sí como en
e t n i a ,, sexualidad sucesivamente"  (Parker y
 sexualidad u orientación sexual, y así sucesivamente" (Parker  y Aggle
la   relación 
la relación  con sus 
sus   compañeros(as)". 
compañeros(as)".  En este 
este  proyecto,, 
proyecto,,  iniciado en agosto de
ton,  2 0 0 1 :  1 6 ) .
 

102 DcAATES   SOBRE  MA SCU LINIDA ÜE S  e ¡DAD,  ¡ÜSEXUALÜAO   MASCULINA V EJERCICIO DE PODER
M A S C . e ion

diversos   cami .s  para relacionamos con el universo


1995, probamos diversos  bres.   ce organizados  para
bres.  algunas actividades de 
para algunas de  carácter práctico, de ha
que   mantienen :•: .'aciones 
de los hombres que  .'aciones  afectivas y sexuales con hom cerles visibles preservando su anonimato, de poner a cada   o e i o  de ellos en
por   c
bres y mujeres, y acabamos por  tramos 
tramos  en la construcción de una red, hombres e n  una red supo
contacto con muchos otros, etc. Organizar a los hombres e
que resultó ser una modalidad fructífera de relación con   el el  público meta, ne construir una identidad, o sea, buscar lo idéntico en ellos, de alguna
tanto para el encaminamiento de acciones de prevención del sida como forma   "normalizarlos" 
forma "normalizarlos"  como individuos. Dos factores parecen intervenir al
para la investigación sobre identidad y modos de subjetivación de estos respecto: en primer lugar, cierta necesidad, derivada de la modernidad, de
hombres. construir identidades, lo que incluso otorga determinado poder a quien
Antes de pasar a una reseña sobre las principales etapas de construc "posee" una identidad, tal como lo señala   Casíeils 
Casíeils  en el segundo volumen
ción de la red, conviene abordar una cuestión fundamental: ¿exactamente de  s u  trilogía, en relación con el concepto de red, en cierta   forma
de s forma   similar a
qué problemas surgen en el acto de realizar una intervención social en un la situación que nos ocupa. Por otro lado, al lidiar con políticas públicas de
grupo de hombres y llevar a cabo una investigación relacionada? Construir salud, tenemos la necesidad de imaginar un sujeto meta de estas políticas,
una red, la opción elegida para proceder a la intervención social en este con un grado razonable de previsión de sus acciones. En este sentido, la
grupo de hombres, representa un proyecto práctico que, según nos aclara tentativa de "entender" quiénes son los hombres bisexuales necesariamente
Foucault   ( 1 9 8 0 ) , ,  al mismo tiempo que estudia y conoce, permite ubicar y
Foucault pasó por constituirlos como objetos de la política pública de prevención
controlar a los que son el objeto de estudio. Si, por un lado, las estrategias esas   p r e o c u p a c i o n e s .
del sida, pues este trabajo se generó en el marco de esas 
de exclusión son  son  m a r g i n a d o r a s , ,  punitivas, fundamentalmente negativas, la Esta observación no merma en nada la pertinencia de las conclusiones a
inclusión aparece como su r su  r e v e r s o : :  incluir es
incluir es traer al ce ntro, valorar, volver las que llegamos, sólo sirve para iluminar el recorrido metodológico que se
positivo. Si la exclusión es  es   d e s c o n o c i m i eenn t o ,,   la inclusión es una estrategia siguió, fruto de elecciones conscientes. Al escribir el presente texto, pre
de conocimiento: "Mientras que la exclusión es el alejamiento y el desco ocupado por la cuestión de la violencia estructural, percibí que estaba
inclusión,  cuyo modelo 
nocimiento, la inclusión,  modelo  inicial es el control de la pobla construyendo   nuevamente un sujeto masculino bisexual, esta vez desde la
construyendo
ción víctima de la peste en la Edad Media, es el modelo del conocimiento, óptica de un individuo objeto de las políticas públicas de derechos huma
del examen (Pinto, 1999: 3 7) . Aquí el poder aparece en la dimensi ón que nos o un individuo asociado a ¡a Red Bis-Brasil, lo que constituye una
más trabajó Foucault: la de productor de verdades. De forma semejante, práctica   de resistencia a la violencia estructural.
práctica
Red  Bis-Brasil 
la Red  Bis-Brasil  produjo un conjunto de verdades acerca de la bise-
Un a  vez hechas estas consideraciones iniciales, procedamos a la des
xualidad masculina brasileña, tanto más ante la casi absoluta inexistencia
cripción del proceso de montaje de la red, esto se vuelve necesario para
de trabajos más sistemáticos sobre este grupo en el país. Las "verdades"
las  posibilidades 
comprender las  posibilidades  de utilizar esta red como una práctica de
producidas están relacionadas con el dispositivo de producción, en este
resistencia a la violencia estructural. En el primer año de trabajo (agosto
caso una red de contactos por vía postal. Probablemente, el uso de otro
de  1 9 9 6 ) , se
de 1995 a agosto de  , se realizó un esfuerzo inicial de comprensión de
dispositivo habría producido otro conjunto de verdades, algunas cercanas
a las que se presentarán, otras más distantes y algunas incluso contradic la
de identidad bisexual masculina,
revistas, periódicos a partir
y espectaculares,  do de la recopilación
c ument de l anuncios
ac i ón nac i ona
onal y extran
torias como se afirmará posteriormente. No consideramos que una teoría
 jer a sob re el tem a, vid eos porn ográ fico s  autotitulados 
autotitulados  bisexuales, películas
simplemente  " d e s c u b r e n " "  una realidad que ya 
o un método simplemente  ya   preexistía 
preexistía  a
del circuito comercial sobre el tema, reportajes de revistas de tipo   Veja,
la investigación. Crear una red, la forma en que la Red Bis-Brasil fue
IstoÉ,  Marte  Claire,  Contigo  y otras, lo que permitió evaluar mejor las po
construida, implicó una c una c oyunt ura  ura  histórica y especialmente epidemioló
sibilidades de trabajo del proyecto original.
gica, implicó la producción activa de una determinada identidad bisexual
masculina. Entonces   mandamos publicar anuncios en periódicos, al principio en
Entonces
la columna de clasificados de Zero Hora, de Porto Alegre, en los que manifes
Otra forma de ver las cosas ees decir que, al crear la red, estábamos tábamos nuestro interés en reunir un grupo de hombres que quisieran ha
armados de la llamada razón   técr:  ico-científica, que asocia el conocimien blar sobre el tema de la bisexualidad masculina. Un número considerable
"El  objeto 
to con la manipulación: "El  objeto  le investigación científica ya se percibe de hombres entró en contacto por carta, diciendo estar interesados en for
su funcionalidad   virtual" 
bajo la forma de su funcionalidad virtual"  (Rouanet,  2 0 0 1 :  16). Se puede mar parte del grupo. Pero esto no se llevó a cabo, pues   c a s : :  nadi ee   asistió a
estrategia  " f u n c i o n e " "  en el sentido de acercar a estos 
afirmar que la estrategia  estos  h o m - las   reuniones 
las reuniones  convocadas y los que asistieron estaban 
estaban  interesados 
interesados  exclusi-
 

104 DEBATES SOBRE  MASCUUNIDADES MASCULINIDAD,   BISEXUALIDAD MASCULINA  Y   ElERCinO DE PODER


MASCULINIDAD, 105

vamente  en establecer contacto sexual con otros hombres, en ocasiones con
vamente en la  formulación d
elementos constituyen el escenario ideal para la  formulación d e  estrategias
los propios organizadores. No obstante, todos resultaron ser correspondien de prevención del VIH sida. En esta medida, el vínculo establecido hasta
tes activos y deseaban entrar en contacto con nosotros o con otros hombres ahora entre estos hombres permite que haya acciones efectivas de organi
no sólo para tener encuentros sexuales, sino   también 
también  para intercambiar zación social y visibilidad del tema de la bisexualidad masculina, muchas
información e impresiones personales. De ahí nació la idea de organizar veces manteniendo el anonimato de quienes no desean "dar la cara".
una red postal, lo que nos permitiría tener acceso a esos informantes y un La participación en la red y la recepción de material siempre fueron
intercambio de información entre ellos, guardando su anonimato. forma,  para
gratuitos para los asociados. De cualquier forma,  para   un país con graves
de  1 9 9 6 , ,  el principal eje de actividades
A partir del segundo semestre de  simple  mant eni mi ent
problemas en el área de lectura y escritura, el simple  entoo  de
del proyecto estuvo representado por las acciones para constituir y ampliar un apartado postal y la disposición para mantener contacto por carta con
la red de hombres bisexuales, bautizada como Red  Red   Bis- Brasil, 
Brasil,  designación otros individuos no es una característica fácil de hallaren la mayoría de la
sugerida por los propios participantes, que hoy cuenta con cerca de qui población, lo que señala los límites de esta experiencia.
nientos hombres de todo Brasil. Una vez definido que el trabajo se realiza
ría por la vía de la correspondencia postal, hicimos un esquema de las /
posibilidades, buscando y catalogando revistas dedicadas a la publicación LA RED BIS- BRASIL FRENTE A LA VIOLENCIA  ES T RU CT U RA L
de anuncios del tipo clasificados sexuales, así como en periódicos y sec
ciones de revistas y periódicos dedicados a encuentros y anuncios. La Red Bis-Brasil sirvió para que se manifestaran los hombres interesados
Ante el aumento del número de interesados y la enorme demanda de en enfrentar la discriminación en la que viven, proponiendo la creación de
cartas y solicitudes de respuesta e información diversa, tuvimos ia idea mecanismos para defenderse ya utilizados por otros grupos. Esto es lo que
de crear un boletín de publicación regular. Solicitamos opiniones a los observamos en la siguiente carta de Hugo, de   3 1   años, con preparatoria
asociados de la red, por medio de aerogramas para facilitarles la respuesta, terminada, soltero y que en el momento de enviar la carta estaba mante
y el nombre elegido por la  mayoría
 mayoría   para el boletín fue  Frente  &  Verso.  La relación  ñja
niendo una relación  ñja   con una mujer y en los 
los  últimos 
últimos  seis meses había
periodicidad de este boletín se estableció en cerca de dos meses y empe tenido relaciones sexuales con un hombre y otras dos  dos   mujeres:
zó a funcionar como instrumento de información, intercambio de ideas y
recados. Otra forma de entrar en contacto con los hombres de comporta Sao Paulo, 22/10/96. Les escribo porque me pareció muy interesante su
miento bisexual fue a través de anuncios publicados en revistas y periódi trabajo, creo que llegó el momento de que los bisexuales tengamos un tipo
cos de todo el país para dar a conocer la   red. de asociación sólo para nosotros, de nivel nacional y, por qué no, de nivel
El intercambio de correspondencia, la sistematización de los datos internacional también,
internacional  también, pues ya existen asociaciones de gays y lesbianas y por
qué nosotros los bisexuales no creamos una asociación sólo nuestra. Me gus
las ñchas   de inscripción y la tabulación de los datos recopila
indicados en las ñchas
taría hacerles algunas preguntas a los dos y también algunas sugerencias,
dos en el cuestionario largo (que incluía más de cien   preguntas) 
preguntas)  en el quisiera recibir una respuesta de su parte,  ¿de
 ¿de acuerdo?
 acuerdo? Soy bisexual y pienso
programa de cómputo SPSS aportaron un excelente material para escribir de esa manera, quiero saber si ustedes piensan de la misma forma que yo,
artículos en el boletín o para consultar a los asociados sobre los temas ¿de acuerdo? A mi modo de ver, ser bisexual no es ser homosexual, pues a los
en  la 
recurrentes en  la  investigación, como la 
la   culpabiliza
culpabilización
ción   de los bisexuales homosexuales sólo les gustan las personas del mismo sexo, mientras que al
por la infección de las mujeres con el VIH. La recopilación de material de bisexual le gusta tener relaciones con los dos sexos, o sea, con hombres y
los medios de comunicación, en especial de revistas y periódicos, permitió y pasivocon los
mujeres, y en las relaciones le gusta ser activo y pasivocon  los dos, con hom
establecer una especie de mirada del otro sobre la bisexualidad masculina bres y mujeres también, ¿de acuerdo?
y también alimentó la redacción de cartas y artículos del boletín. Todo este
material se encuentra archivado y, por el momento, en una fase de análisis homosexualidad  masculina expresado
El comentario sobre la homosexualidad masculina  expresado en la carta
más detallada. anterior merece algunas consideraciones. Un elemento muy presente en
Las cartas que nos llegan de los innumerables asociados  permi t e n per n per la correspondencia enviada por los hombres de la red, así como en las
convirtió  e n  un espacio en el que se sienten 
cibir que la red se convirtió e sienten   valorados 
valorados  y entrevistas, es la negación de relaciones de cualquie r tipo con los homo
respetados, lo que contribuye a elevar su autoestima y   a c e p t a c i ó n . .  Estos sexuales o la cercanía con los modos de ser   h o m o s e x u a l e s . .  No se trata de
 

06 DEBATES 
DEBATES  SOBRE  MASCUUNKMOES
SOBRE MASCUUNKMOES MASCULINIDAD,  BISEXUA:0AD MASCULINA
BISEXUA:0AD MASCULINA I
 I EIERCICIO
EIERCICIO DE
 DE PODER 107

regla,  pero 
una regla,  pero  sin duda es una opi
una opi ni ón 
ón  que reúne a cerca de  la   mitad los anuncios de de   ¡os
¡os   periódicos y en nuestro propio boletín  Frente
Frente   b  Verso,
determinado   m o m e n t o , ,  pusimos a votación
del universo investigado. En determinado  encontramos que los hombres buscan compañeros afeminados, claramente
entre los participantes de la red si   deberíamos aceptar
deberíamos aceptar o no la presencia de femeninos. Todo esto pone de manifiesto la complejidad de una construc
homosexuales como asociados. Se generó un  un   debate 
debate  intenso, con opinio ción de identidad localizada en la frontera o en tránsito entre la visibilidad
nes en contra y a favor. Después de un plebiscito, se impuso por una pe y la  invisibilidad, lo claro y lo oscuro, el lazo conyugal y el encuentro fortui
queña diferencia la posición de que los  los   homosexuales 
homosexuales  podrían participar to, entre hombres y mujeres. Se vuelve una maniobra exigente mantener
en la red. Sin embargo, hubo vigorosas manifestaciones de que, si bien se una identidad en medio de tantos flujos y tránsitos, pues en medio de uno
quienes  no 
admitiría a los homosexuales, se prefería a quienes  no  fueran afeminados. de esos desplazamientos podemos "perder" algo: "no son las diferencias  lo
Podemos pensar que son mínimas las diferencias entre bisexuales y homo que da origen a la violencia y al caos, sino su pérdida". Sin embargo, preci
sexuales, pues ambos se se  encuentran en
encuentran en una situación de marginación frente samente la amenaza de pérdida de las diferencias menores que constitu
hegemónica.  Incluso 
a la masculinidad hegemónica.  Incluso  podríamos pensar que entre estos yen o simbolizan la identidad es lo que desencadena la violencia para de
dos grupos debería existir alguna solidaridad, puesto que sus miembros en fenderlas. A final de cuentas, la violencia no es la única estrategia posible
frentan numerosas situaciones parecidas en cuanto a discriminación y para lo que podríamos llamar "administración" de las diferencias, que en
miedo a ser descubiertos. ocasiones persisten por siglos, como sucede con los ingleses y los escoce
Para los hombres bisexuales, esta pequeña diferencia parece consti ses, sin caer en la violencia" (Burke, 2000: 16).
tuir un problema mayor que las grandes diferencias que pueden llegar a No cabe duda de que los determinantes de raza y etnia son causantes
existir entre ellos y los hombres exclusivamente heterosexuales. La aproxi de situaciones de violencia estructural, lo cual se percibe en la siguiente
mación a la homosexualidad, especialmente en su faceta de hombre afe carta, donde también se mezclan cuestiones de pertenencia a un grupo
minado, amanerado, es rechazada de manera tajante, lo cual se expresa de de   31 
religioso. El informante es negro, de  31  años, vive con su familia en una
manera muy clara en los anuncios, donde son   frecuentes 
frecuentes  las referencias ciudad mediana en el interior de Río Grande do   S u l , ,  trabaja y estudia, y
del tipo "absténganse mariquitas afeminadas, vestidas, desviados amane convive de manera muy intensa en el medio religioso:
rados y otros que se sientan mujeres". Esta "violencia de las mínimas dife
rencias" tiene varias raíces: Amigos, tengo unas preguntas: ¿cómo hago para conocer a hombres de mi
nivel, no guapos de cara, sin prejuicios de color, raza, credo y que sean adep
En un ensayo relativamente menor,   El tabú de la virginidad,  publicado por tos al sexo interracial, que les guste el sexo entre blancos y negros? ¿Cómo se
hacen amigos como nosotros? ¿Bisexuales, sin que haya decepciones? Tengo
acuñó  la expresión
primera vez en 1917, Freud acuñó la  expresión "el narcisismo de las diferen
la intención de vivir solo dentro de poco tiempo, pero quisiera tener la com
cias menores" para describir un fenómeno que se repite con frecuencia:   la
pañía frecuente de un amigo, o la visita de amigos bisexuales como nosotros,
hostilidad entre grupos sociales que son iguales o semejantes en todos los
¿cómo le hago? Estoy harto de la monotonía, quisiera sentirme más feliz, eso
aspectos menores,
de una hipótesis o salvo
teoríaalgunos.
general, Su observación
la de se puede
que los grupos socialesexpresar en forma
distintos, aun sexo,  sino
no significa sólo sexo,  sino   amistad pura y sincera, donde haya fidelidad y
confianza mutua. Lo que me entristece más es que pertenezco a una familia
que semejantes, tienen probabilidades mayores de ser hostiles entre  sí  que grande y  formo parte de una organización religiosa,
religiosa, por lo que no tengo liber
poseen   diferencias obvias
los grupos que poseen  diferencias obvias (Burke,  2 0 0 0 :  1 6 ). tad para cosas íntimas. No tengo muchos amigos, sólo dos, y viven lejos, los
demás sólo son conocidos, no puedo tener algo íntimo con ellos ni hablar de
Ahora bien, si la identidad nos habla de las diferencias, entonces hay esas cosas. ¿Qué hago?
que preocuparse justo por  por   aquellos 
aquellos  que son más parecidos a nosotros y
que más amenazan con confundir la definición de nuestra identidad. Por Una faceta de la violencia estructural presente en las relaciones entre
lo tanto, es necesario afirmar la diferencia contra el que es más cercano y, la heteronormatividad   masculina hegemónica.
los hombres de este grupo es la heteronormatividad
por lo tanto, más amenazador. Las posibilidades de ser hombre son muy estrechas, hay  poco  espacio para
Esto nos puede llevar a la falsa idea de que   ios ios   hombres bisexuales variación.  Así, 
la variación.  Así,  cualquier otra forma de vivir lo masculino que no sea
tienen  preferencia 
tienen  preferencia  por por   relaciona se con hombres varoniles, decididamen tradicional se puede identificar rápidamente con  con   la
la   homosexualidad, lo
y   m a s c u l i n o s . .  Sin embargo, en la correspondencia, así   como e
te viriles y  como e n que representa un gran temor para estos hombres. Otra de las causas de
 

1C3 SOBRE ••-ÓCULINIDADES
DEBATES SOBRE ••-ÓCULINIDADES
UALIDAD   MASCULINA Y
MASCULINIDAD, BISEXUALIDAD MASCULINA Y EJERCICIO
 EJERCICIO DE
 DE PODER 109

violencia   estructural son las dicotomías entre 


violencia  entre  hombre 
hombre  y  mujer,  naturaliza Kenneth Plummer distinguió cuatro tipos de  de   homosexuales 
homosexuales  en la moderna
das como débil contra fuerte, activo contra pasivo. Los hombres que tie cultura occidental. La homosexualidad casual es un encuentro homosexual
nen preferencia por la posición pasiva en la relación con otros hombres estructura  sustanciaimente 
pasajero que, en general, no estructura  sustanciaimente  la vida sexual del
tienden a sentirse disminuidos en su masculinidad. Un tercer aspecto se individuo. Las caricias entre compañeros de la escuela o la masturbación
refiere a la intimidad entre hombres, que siempre es difícil. Los hombres, mutua son ejemplos de esto mismo. La homosexualidad como actividad
en general, establecen redes pobres, de poca calidad, de poca intimidad  y situada se refiere a situaciones en las que se mantienen actividades homo
sufren por esta limitación. Esto se refleja en el deseo de algunos de aso sexuales regularmente, pero éstas no se transforman en una preferencia
ciarse a la red con la clara intención de conseguir un compañero para dominante del individuo. En muchos contextos carcelarios, como prisiones o
tener conversaciones íntimas y no sólo para relaciones sexuales. Como cuarteles, es común este tipo de comportamiento homosexual. Se considera
resultado de este conjunto de factores, nos dimos cuenta de que la Red más como un sustituto del comportamiento heterosexual que como una
preferencia. La homosexualidad personalizada alude  a   casos de individuos
Bis-Brasil sirvió
Bis-Brasil  sirvió como lugar para que la mayoría de los hombres hablara de
actividades  homosexuales, 
que tienen una preferencia por actividades  homosexuales,  pero que están
sus relaciones con otros hombres y de su temor a la homosexualidad; tra aislados de los grupos donde son fácilmente aceptados. En este caso, la
tara de encontrar hombres para relaciones de amistad y conversaciones homosexualidad es una actividad furtiva, a escondidas de amigos y colegas.
íntimas,
hizo fue etc. Pocasseveces
porque se abordó
trataba la relación
de hombres a loscon
quelaslesmujeres
gustabay cuando se
mantener La homosexualidad como estilo de vida se refiere  a  los individuos que
"asumen" su homosexualidad y se asocian con otros de gustos semejantes.
relaciones con un hombre y una mujer al mismo tiempo. En general, estos Estas personas pertenecen normalmente  a   subcuituras 
subcuituras  "gay", en las que las
hombres buscan una pareja para relacionarse y, en esa medida, hablan actividades homosexuales están integradas en un estilo de vida distinto
sobre sus preferencias femeninas: (Plummer, 1975).

Como saben, yo soy. Soy bisexual pero bien definido. Activo sólo con las Aplicamos esta clasificación a los informantes de nuestra investiga
mujeres, y pasivo cien por ciento con los hombres. Ahora no tengo mucho ción, sustituyendo homosexualidad por bisexualidad. La primera de las
contacto debido al concepto que se tiene en la región noreste. Es muy difícil cuatro modalidades, la bisexualidad casual, puede ser pensada como la de
que ¡as mujeres acepten a un bisexual pasivo. Pongo también otro problema,
los adolescentes que mantienen encuentros sexuales y afectivos con otros
detalle  sexual, 
un detalle  sexual,  más común en mujeres. Soy sexualmente
Soy sexualmente   histérico, grito
adolescentes y, a la vez, de forma simultánea, una relación con mujeres, en
mucho durante el acto sexual cuando poseo a una mujer o soy poseído por
otro hombre. Pero si consigo disminuir  [...] Me gustaría entender más sobre general de la escuela. En principio, siguiendo rigurosamente la definición
ese tipo de placer, a pesar de que no me considero un demente, he pensado dada, estos hombres no estarían participando en la red. No obstante, más
en visitar a un sexólogo
sexólogo o psicólogo. Además de la timidez, no tengo condicio adelante en la vida, estos deseos se pueden   "reactivar" y encontramos ca
nes financieras para que me atienda un especialista. Otra cosa, no consigo sos entre los informantes, como podemos ver en esta carta:
abatir completamente el placer de realizarlo con un hombre y con una mujer.
Requiero tener la presencia de los dos juntos al mismo tiempo, sólo así me Queridos   amigos. Me
Queridos  amigos. Me llamo Gilberto, tengo 32 años, soy casado y nunca he
realizo plenamente, pues cuando estoy solo con una mujer, o con un hombre, tenido un contacto de este tipo. Hace algún tiempo que lo deseo, pero aún
me siento insatisfecho, incompleto. También siento la necesidad de ver a los no he tenido la oportunidad. Sólo llegué a hacer algo así en la escuela. Como
dos relacionándose, cosa que también me excita y me hace gritar como histé ello, el secreto
ya mencioné, soy casado y, por ello, el  secreto y la discreción son esenciales.
rico. Espero una respuesta, requiero de su ayuda para entender mejor todo [...]  Espero ansiosamente una respuesta y que tai vez pueda realizar mi de
esto. Un abrazo para ambos. seo en el grupo. Un abrazo. Gilberto.

También nos gustaría pensar un poco en el universo de la bisexualidad El informante escribe para una red de encuentros entre hombres bi
m a s c u l i n a , ,   organizando el terreno de 
de   posibilidades 
posibilidades  de encuentros entre sexuales, y primero afirma, en dos momentos, que "nunca he tenido un
estos hombres a partir de la clasificación de Kenneth Plummer para la contacto de este tipo" y "aún no he tenido la oportunidad", sin embargo,
homosexualidad, citada por Giddens (1997), de la cual nos permitimos comenta  "llegué 
enseguida comenta  "llegué  a hacer algo así en la escuela". 
escuela".  El 
El  expresa una
extraer un fragmento: modalidad particular de interpretación de los episodios juveniles, de con
tactos sexuales, vinculándolo con un deseo presente. Esta asociación de
 

110 SOBRE   MASCULINIDADES


DEBATES SOBRE MASCULINIDAD,  BISEXUALIDADMASCÍ   s...n EJERCICIO  DE PODER 111

deseo presente con episodios adolescentes aparece en situaciones dramáti 'desviado'   cuando tiene una 
una  v: 
v:  íación
íación ilegítima,
 ilegítima,   'invisible'con el
'invisible'con el mismo sexo;
cas, como en el siguiente fragmento tomado de la extensa correspondencia aspecto  legiti. 
presenta un aspecto  legiti.  do, visible, cuando la relación es con el sexo
del informante, que es casado, tiene 46 años, vive en una ciudad capital y opuesto y cumple los los   requisitos 
requisitos  sociales  [...].  En fin, un bisexual es   ' d e s 
describe, con mucho detalle, cómo se  f ue 
ue  relacionando cada vez más con viado'
viado' cuando
 cuando la relación sexual es con el mismo sexo, siendo siendo   normal' cuando
 cuando
hombres y acabó por perder interés en su matrimonio y en su esposa. Sólo (Silva,   1 9 9 9 : :  39). La vinculación de la
su relación es con el sexo opuesto" (Silva, 
reproducimos el párrafo inicial de la primera carta: Red Bis-Brasil representó, en la vida de muchos, formas de quebrantar los
patrones de comportamiento.
Me enteré de tu existencia y de tu trabajo a través de la revista  Caros amigos La cuarta y última modalidad, la bisexualidad como estilo de vida,
[...} tengo tres hijas y sigo casado aunque siento que mi unión (que ya tiene adeptos,  p i e ss   no existen formas socialmente aceptadas
encuentra pocos adeptos, 
hundiendo   inexorablemente 
22 años) se está hundiendo  inexorablemente  debido a una compulsión que de vivir la bisexualidad en nuestro medio, mientras que la homosexualidad
me empuja hacia personas del mismo sexo, iniciada en experiencias infanti ya ha producido muchas formas y estilos de vida. En Brasil no tenemos
les con jóvenes, reprimida por muchos años, pero ahora regresa con fuerza. registro de bares bisexuales, discotecas para encuentros entre bisexuales,
revistas, periódicos, boletines o individuos públicos que  asuntar/  su bise
La segunda modalidad, la bisexualidad como actividad situada, se pue de forma,  se
xualidad. De esta forma,  se   torna difícil hablar de bisexualidad masculina
aproximar al relato de experiencias de hombres en cuarteles, retiros y en como un estilo de vida. Es to se aplica en especial a los hombres ca sados, lo
trenamientos de muchos días en lugares donde sólo había hombres. Tene que tal vez ayude a explicar una característica que es un tanto evidente entre
mos diversos relatos de hombres que hablan de sus tiempos en el cuartel, los informantes: el retraso en el matrimonio con una mujer, que parece
detallan las relaciones que tuvieron con otros hombres y luego hacen una tensión  v  de la importancia que tiene la vida sexual para
derivarse de la tensión 
descripción que parece ser clásica, del tipo: "estuvimos muchos días en un según  señala Gary 
estos individuos, según  Gary  Dowsett cuando demuestra la impor
campamento o prestando servicio interno en un cuartel; fulano y yo éra tancia de la vida sexual en la conformación de lade la s redes donde se inserta el
mos muy amigos, una noche de invierno me llevó una taza de café a la individuo.
caseta, acabamos abrazándonos y tuvimos sexo dentro de la  la  c a s e t a . . . " . .  Y Bis-Brasil apunt a 
La Red Bis-Brasil apunt a  al sentido de construcción de una forma de
de   normatividad
otras variantes similares. Parece que ya hay cierta forma de  bisexualidad  masculina en
vivir la bisexualidad  masculina en que se preserva el anonimato, pero ofre
para describir este tipo de suceso, que se repite en numerosos relatos, ce una oportunidad política. De esta forma, su estructura y existencia tie
tanto en revistas como en las cartas de los informantes. ne conexiones con una categoría de identidad de proyecto, una segunda
La tercera modalidad, que podríamos llamar "por adaptación de la terminología propuesta por Castells. Si la problemática de la sexualidad
bisexualidad personalizada", parece ser aquella en la que convive la mayo recae en un plano individual, en general alimenta una situación de culpa y
ría de los hombres informantes de la Red   Bis- Brasil. 
Brasil.  Los   individuos 
individuos  pro de impotencia, y jamás alcanza el nivel de construcción de un estilo de
curan satisfacer sus deseos, pero lo hacen de forma individual, sin llegar vida. La existencia  y  la expresión social de los hombres bisexuales enfatiza
 ja más a pe rt ene ce r a una red , ó fre cue nta ndo luga res de con viv enc ia don  la diversidad de la  masculinidad.  Cuestiona la idea de que el ser hombre
de podrían encontrar a otros semejantes a ellos. Es una práctica de en es una cosa obvia, que no necesita de mayores discusiones. Pero al mismo
cuentros furtivos con diferentes hombres de forma nómada, preservando tiempo, es como una forma de erotismo, la bisexualidad problematiza
el anonimato. Esto lleva a operar la dicotomía  visibilidad-invisibilidad,  pro numerosos elementos de la masculinidad hegemónica, ayudando a cues
curando hacer bastante visible su relación con las mujeres, lo que puede tionar que hay hombres heterosexuales de un lado   y  homosexuales del
implicar la estrategia de tener una enamorada, novia, esposa o ser visto hombres  bisexuales 
otro. Los hombres  bisexuales  sienten el malestar de la  la  h e t e r o n o r m a t i v i -
simplemente como un hombre que atrae y es atraído por  m u j e r e s . .  La fase principio,   buenos 
dad. Son, en principio,  buenos  aliados en la tarea de transformación de la
la   invisibilidad 
de la invisibilidad  se da en las relaciones con los hombres, que es regida masculin idad hegemónica No pueden ser silenciados; por el contrario,
por un comportamiento sigiloso y discreto durante los encuentros furtivos deben ser estimulados a  hablar, a organizarse, a tomar visibilidad, ser ellos
y en los cuales no establecen vínculos. Metáforas como luz y oscuridad, mismos, por lo menos en la bisexualidad masculina.
visible e invisible, mostrar y esconder son bastante eficientes para descri
bir el modo de vida de muchos inf ormantes: "un bisexual, es visto como
 

112
DEBATES  so b re  MASCUUNIDADES -•>.D,  BISEXUALDAD  M A S C U L I N A  Y E J E R c   O  DE PODER   i ¡ 3

C ON SIDER AC ION ES F IN ALES " H.Axel. 2001 .   "Escola de  F:r.  'éuñ: a nova geracáo. Entrevista con  } -é
-•  u  iísí  Fiiho",  en  Folha de Sao  f •   -lo,  suplemento  Maisí   493, pp. 4-7.   rio
La conformación de una red entre hombres que manifiestan el deseo ••C*  p.ulo, 22 de julio.
de mantener relaciones afectivas y sexuales con hombres y mujeres puede pARR  ti. Richard y Kenneth Rochel de C A M A R G O  Jr. 2000.   2000. "Aids  em tempos de
convertirse en un instrumento auxiliar en la modificación de situaciones f''jbalizacao", en Boletín ABIA 44. enero/marzo (boletín especial sobre violen
de violencia estructural, estigma y discriminación. A esto contribuyen ac cia estructural, desigualdad social y vulnerabilidad al VIH sida), pp. 8-9. Río
ciones que procuran elevar la autoestima de los individuos, a través del de Janeiro.
intercambio de experiencias y la ampliación del grupo de amigos, posibili PARKER,  Richard, Veriano TF.RTO Jr. y J u an  Carlos RAXACH. 2000.  "Respostas ao
tadas por la Red  Bis-Brasil.  La divulgación de trayectorias de vida y de KíV  na América Latina", en   Boletín  ABIA 44,   enero/mano (boletín especial
sobre  violencia estructural,  desigualdad social y vulnerabilidad al VIH   si da ),
los episodios más  significativos  de las vivencias de relaciones afectivas y
pp. 2-3. Río de Janeiro.
sexuales con otros hombres permite a cada uno de los integrantes revisar
 Richard y Peter AGGLETON. 2 0 0 1 . Estigma, discrimin
P A R K E R , Richard discriminagao
agao e  AIDS. Río de
 e AIDS.
su propia experiencia, percibiéndose de manera diferente. Tal colabora
Janeiro, A B I A , Colección A B I A ,  Cidadania  e Direitos,  1
ción va encaminada a disminuir la vulnerabilidad social de estos hombres
frente a los daños a la salud, situaciones de discriminación, dificultad de P L ü V M E R ,   Kenneth. 1975.  Sexual  Stigma:  An  Interactive Account.  Londres,
Routledge/Kegan  Paul.
acceso a los derechos humanos básicos y marginalidad legal. El poder
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de las acciones encaminadas a transformar las situaciones de enfermedad mento Mais!, p p. p.   1 2 - 1 3 . Sao
. Sao Paulo, 8 de julio.
como manifestaciones de la orientación sexual, es utilizado en ocasiones PlMENTEL,  Silvia. 2002.  "Urna questáo de justica", en Folha de Sao Paulo, p.  A3.
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esta estrategia. a  ¡epra  e a peste se   encontram rom  os nossos excluidos", en EducacSo 5r
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seminarios:
CASTELLS,  Manuel. 2000. "O poder da identidade", en A Era da Informacao:  Eco
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la a s í a , del 18 al 20 de junio de 2 0 0 1 ,, Río
 Río de Janeiro; b) Sexualidad  y política en
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Cultura,  vol. 3. Sao Paulo, Paz e Terra. c) Violencia estructural y  vulnerabilidad  frente al VIH sida en América Latina:
CRUZ NETO,  Otávio.  2000. "Um país de desigualdades. Entrevista con   Otávio prédicas de resistencia (4 al 5 de julio de2  de 2 0 0 1 , Río de Janeiro, A B I A  y i M S / ü ER.|) .
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HOMBRES E  I DE NT I DA D  D E G É N E R O : A L G U N O S
SO B R E L O S  R E C U R S O S   D E P O D E R
E L E M E N T O S SO
Y  V I O L E N C IA  M A S C U L I N A

 José   Olavarría
2

H O M B R E S , I D E N T I D A D D E G É N E R O Y  M A S C U L I N I D A D / E S

Existe un amplio acuerdo en que la masculinidad no se puede definir


contexto  socioeo 
fuera del contexto  socioeo  n ó m i c o , cultural
, cultural e histórico en que están inser
tos los varones, y que ésta es una construcción cultural que se reproduce
sncialmeote.
A partir de los relatos de varones entrevistados en distintos estudios

y en diversos países de la región, se configura una versión del deber ser


de los hombres, referente presente en sus identidades masculinas, que
se impone sobre  o i r á s ,  y cuyos atributos son similares a los encontrados
en diferentes regiones. Los estudios coinciden en que es posible identifi
car cierta versión de masculinidad que se erige en "norma" y deviene "he-
g e m ó n i c a '   —incorporándose 
3
—incorporándose  en la subjetividad tanto de hombres como
/  de   m u j e r e s — , que
de  , que forma parte de la identidad de los varones y busca regular
al máximo las relaciones genéricas (Fuller,  1 9 9 7 , 2 0 0 1 ; Viveros,  2 0 0 1 ; Ola
varría,   2 0 0 1 a , ,  b).
varría,
Esta forma de ser hombre se ha instituido en norma, toda vez que
señala lo que  que  estaría permitido
estaría permitido y prohibido. Delimita, en gran medida, los

espacios dentro su
para asegurarle de pertenencia
los que se mueve
al mundoun de
varón, marcandoSalirse
los hombres. los márgenes,
de éste
sería exponerse al rechazo de los otros varones y de las mujeres.

1
  Este documento se  ha  elaborado en el contexto del proyecto no.  1010041  del Fondo de
Investigación Científica y Tecnológica del  CONICyT.  Para  la  redacción de este artículo
se ha  utilizado parte  del informe "Identidad/es  masculina/s,  violencia de género y cultu
ra de la paz. Antecedentes para el debate en América Latina", realizado a petición de la
UNESCO.
  Sociólogo, doctorando en Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires.
2

  En el transcurso de ia Reunión de  Tepalehui,  Morelos, debatimos ampliamente sobre el


3

concepto  de masculinidad  hegemónica,  en la acepción que le  ha  dado  Robert  Connell
en  MaxtiHnittes,  y su utilización en algunas de las investigaciones recientes en la re
gión;  fue  un diálogo muy esclarecedor  para todos/as los/as que participamos;  merecería
un   e s c i á o  especial.
f  1 1  r i

116 DEBATES SOBRE MASCULINÍDADES '-'OMSRES  E IDENTIDAD DE CÉNERO 117

"modelo  r e f e r e n t e " "  define atributos propios de los hombres e


Este "modelo  de que tuvieron conciencia ellos   mismos 
mismos  se han 
han   \i\i st o  como hombres, nun
impone mandatos que  que   señalan —tanto —tanto  a hombres como a  a  m u j e r e s — 
—  lo duda;   inicialmente 
ca lo pusieron en duda;  inicialmente  como niños, luego como adolescen
que se espera de ellos y ellas, y es el patrón con el que se comparan y son tes y adultos. Perciben que el ser hombres, de la manera en la que han sido
comparados los varones. A algunos, los menos, les produce grandes sa socializados, es parte de su naturaleza. "Los hombres nacen así y así será
t i s f a c c i o n e s ;  a otros, en cambio, les causa incomodidad, molestia, fuer por siempre". En general, no es una cuestión incierta o dudosa que les
tes tensiones y conflictos por las exigencias que impone. Si bien hay cause problemas. Basta tener pene. Pero además de tenerlo (que es lo que
varones que tratarían de diferenciarse de este referente, no es fácil que hace la diferencia corporal visible), reconocen en ellos mismos una forma
suceda, pues así como representa una carga, también les permite ejercer de ser que es propia, que los distingue de las mujeres, y ése ya no es un
el poder que confiere y gozar de mejores  mejores   posiciones 
posiciones  en relación con las aspecto corporal, sino una forma de sentir, de comportarse, de hablar, que
mujeres y con otros hombres considerados inferiores en la jerarquía de al   igual 
los hace diferentes. Esto, al  igual  que el pene, sería también permanente.
posiciones. Les tocó ser hombres, fue algo de la naturaleza, venía "de adentro".
Los atributos que distinguen a los varones están sostenidos y reforza Las construcciones socioculturales en torno a la diferencia corporal,

dos   por/ nanda t os 


dos  os  sociales que pasan a formar parte de su identidad. Ex que  distinguen
sido a  "los"
internalizadas comoque tienen
parte pene de "las"
constitutiva de esaquediferencia
no lo tienen, habrían
corporal. La
presan esa masculinidad dominante que es su referente, que no necesa
riamente pueden exhibir o ejercer en los diferentes ámbitos de su vida; por forma de "ser" varones les viene "de adentro". En torno a los cuerpos cons
el contrario, su exhibición y ejercicio dependerá de los recursos qué po truyeron la diferencia y ésta pasó a ser parte de sus identidades de género.
sean o hereden, del contexto social en el que vivan, de su sensibilidad y de Así adquirieron sentido las diferencias que posibilitan las inequidades, no
la exitosa aprobación de las pruebas de   iniciación  iniciación  que les permitan reco como recursos otorgados injustamente, sino como dones otorgados por la
reconocidos  como 
nocerse y ser reconocidos  como  hombres. naturaleza. Por tanto, haber nacido hombre fue un regalo, una gracia divi
Si bien para los varones ser hombre tiene su origen en una caracterís na. No cualquiera nace hombre, hay que agradecérselo al Señor.
biológica  —t e ner 
tica biológica  ner  p e n e — , ,  las pautas  internalizadas  les dicen que na Esta forma de masculinidad sería, por tanto, inmutable, y su corpo
cen incompletos, que la plenitud se logra en la adultez, luego de un  un  con reidad determinaría la forma de ser de los hombres. En el campo de la
 ju nt o d e exp eri enc ias ini ciá tic as o "pr ueb as ". As í, los hom bre s ti ene n qu e sexualidad, los varones que no son heterosexuales serían considerados no
enfrentarse a la paradoja de hacerse tales, frente a ellos mismos y frente a plenamente "masculinos", una "desviación biológica", enfermos.
los otros y otras. Deben, por tanto, desarrollar ciertos atributos y asumir Este modelo de masculinidad  invisibilizado  y transformado en natura
"roles", en cada etapa de su ciclo de vida, constantemente y cuidando de leza, con sus atributos y mandatos sociales, posibilita, en gran medida, que
no salirse del libreto para no arriesgar su condición de varón. Este proceso los hombres accedan a recursos de poder significativamente mayores
permite la reproducción social de la masculinidad. que las mujeres, y que ciertos hombres posean poder en proporciones ma
yores a otros. Con esta posibilidad, los varones serían  i mpul sados a
sados a buscar
poder y a ejercerlo sobre las mujeres y sobre aquellos hombres que están
INVISIBILIDAD   RECURSOS DE PODER YVIOLENCIA posiciones jerárquicas   menores, a quienes pueden dominar. Los lleva
en posiciones jerárquicas
no   sólo
ría a establecer relaciones de subordinación, no  sólo   de la mujer con res
A partir del referente de masculinidad dominante, con sus atributos y pecto al hombre, sino también entre los propios varones, permitiendo la
mandatos, esta manera de   ser  hombre se ha transformado en lo "natural", de  masculinídades hegemónicas 
existencia de  hegemónicas  y subordinadas. No hay que
"los hombres son así", y el resultado es que se   invisibiliza  su poder sobre olvidar — o  mejor dicho hay que tener siempre 
olvidar — siempre   p r e s e n t e — 
—  que los hom
las mujeres y sobre algunos hombres   ( K i m m e l , 1 9 9 8 ; Connell,
; Connell,   1 9 9 8 ,,   2000). bres son herederos del patriarcado histórico, les permite gozar de su divi
Esta   invisibilidad 
Esta  invisibilidad  permite las relaciones de poder y, al mismo tiempo, las dendo (Connell, 2000), lo cual le da legitimación y sentido al modelo refe
reproduce, gracias a la dinámica de ¡o "no existente". rente actual.
Las investigaciones relacionadas con los varones heterosexuales indi Existen, por lo menos, cinco ámbitos en los que los varones tienen
can, en general, que   cuando éstos   hacen su reconstrucción biográfica,
general,   que  acceso a recursos  recursos  cualitativamente 
cualitativamente  superiores, en comparación con las
estiman que
estiman su  identidad  como   varones ha
 que su  varones ha   sido un
sido un   datodato de
 de   siempre. Des- m u j e r e s , ,  para la construcción ce sus identidades y relaciones de género:
 

118 SOBRE  MASCUIINIDADES


DEBATES SOBRE  HOMBRES E
HOMBRES  E IDENTIDAD DE GÉNERO 119

recursos para  la   autonomía personal, el cuerpo, la sexualidad, ¡as relacio tes implica un gran riesgo; el peligro, nuevamente, está representado por
con  otros/as 
nes con  otros/as  y la 
la   posición 
posición  asignada en la familia. A continuación exa del  dinero se
los varones. Esta diferenciación en el manejo del dinero  se marca desde la
minaremos cada uno de estos ámbitos: infancia y, en muchos casos, se acentúa cuando se llega a la edad adulta,
A) Los padres, al igual que las agencias socializadoras, esperan que ya sea porque las mujeres se quedan en el hogar, en las   actividades 
actividades  repro
sus hijos varones reproduzcan el referente de masculinidad, encarnando ductivas   —"dueñas 
ductivas —"dueñas  de
de   c a s a " — 
—  o por el nivel de los  ingresos  percibidos en
los atributos de éste y ejerciendo sus mandatos. Por ello les inducen   a sus puestos de trabajo, normal mente inferiores a los  quereciben   los varones.
los quereciben
apropiarse de recursos de poder que apuntan a la autonomía personal de B) La construcci ón de los cuerpos y la interpretación de las "pulsiones"
manera significativamente mayor al que tienen las mujeres, como es el da origen a recursos de poder que se distribuyen   inequitativame
inequitativamente nte   entre
acceso a los espacios públicos, el uso del tiempo y el manejo del dinero. hombres y mujeres. Según esta construcción, los cuerpos de los hombres
Desde niños se les permite el conocimiento y familiarización paulatina deben ser activos; fuertes, duros, aptos para el   trabajoypara trabajos
trabajoypara trabajos pesa
calle   —los 
con la calle  —los  espacios 
espacios  p ú b l i c o s — , ,  imponiéndoles restricciones cada dos, para la guerra; para el mando; cuerpos que podrían   ser ser   constante
vez menores respecto de los lugares a los que tienen acceso y del tiempo mente sometidos  a  prueba; cuerpos de la calle; racionales, que controla
utilizado. En la calle ellos deciden qué hacen con el tiempo y no son re rían sus emoci ones y sus actos, excepto cuand o los "ciega la rabia", "el mal
queridos para actividades domésticas, salvo las que corresponden a los genio" y el deseo ("instinto") sexual; cuerpos para penetrar al cuerpo de
hombres, que, en general, requieren poco tiempo. Esto otorga a los varo las mujeres. Los cuerpos de  de  las
las   mujeres, en 
en   c ambi o—pa ra 
ra  el referente
nes autonomía de movimiento y disponibilidad de tiempo fuera del hogar, masculinidad  d o m i n a n t e — , ,  deben ser pasivos, delicados, débiles, ap
de masculinidad 
lo cual les ayuda en el camino a la adultez. Los padres y los/as otros  /as tos para trabajos livianos,
livianos, cuerpos emoc ionales, para ser penetrados por
adultos están observando y guiando al niño/adolescente a incursionar en los varones y para la maternidad, cuerpos del hogar  q\m hay que proteger,
esos espacios, incentivando su autonomía. Para las mujeres, en cambio, complementarios  a  los de los varones.
parte del uso del tiempo ya está definido: deben participar en las activida
La   invisibilidad 
La invisibilidad  de la construcción lleva a que los rarones se apropien
des domésticas, ayudando a la madre cultivando sus atributos e iniciándo de "su" superioridad corporal, en relación con la  la  m u j a , ,  desde que tienen
se en sus obligaciones de género; deben permanecer buena parte de su
conciencia. Su cuerpo es el fuerte,  e l  de la mujer es e es  e l débil. La socializa
tiempo en el hogar. Además, siempre se les restringen las salidas a los su   infancia 
ción a que son sometidos desde su  infancia  va dirigida a desarrollar al
ámbito  pot enci al me
espacios públicos, porque ése es un ámbito  ment
nt e peligroso
e peligroso para máximo ese atributo. Cuerpos para defender/se de  de   oíros
oíros   varones y para
ellas; allí están los hombres que las podrían dañar. Los mismos varones proteger a las mujeres. Cuerpos de hombres para que protejan a la Madre
que son impulsados a apropiarse de la calle, son a su vez los (potenciales) Patria de potenciales invasores (también varones). Pero estos cuerpos, así
agresores de las mujeres que incursionen en aquélla. como deben proteger, pued en agredir. Su capaci dad de ejercer vio violencia,
lencia, a
El dominio de la calle y los espacios físicos públicos por parte de través de la agresión física, es otro  d e   los recursos de poder que otorga el
los varones, transforma estos espacios en lugares de encuentro mascu masculinidad   r e f e r e n t e . .  Los   cuerpos 
modelo de masculinidad  cuerpos  de los varones  son   — p o 
linos   — ho m o s o c i a b l e s —   y de competencia s, en donde puede n demostrar
linos  t e n c i a l m e n t e —   agresivos en los distintos espacios públicos y privados en
sus atributos: competir para tratar de ganar; ser valiente ante él mismo y que circulan las mujeres y los "débiles": en sus hogares, con sus parejas e
frente a terceros/as; correr riesgos y no mostrar miedo; iniciarse en el hijos/as; en la calle, con aquellas que anden "solas" sin varones adultos,
sexismo,   en el 
el   heterosexismo 
heterosexismo  y en la homofobia. con los niños, los ancianos y los homosexuales; en el trabajo, acosándolas
El acceso al dinero y a su uso constituye otro ámbito que diferencia   a sexualmente; en la guerra, como trofeos de guerra, en violaciones en  violaciones   masivas,
hombres de mujeres desde la infancia. Los varones, para sus salidas públi "limpieza" de género y genocidios.
cas, requieren de dinero; al principio, en cantidades   p e q u e ñ a s , ,  luego, ma La interpretación que hacen los varones del cuerpo no sólo tiene gran
yores. Cuando necesitan más dinero del que obtienen en sus hogares, los importancia en la construcción de sus identidades y relaciones de género
tienen  mayores 
varones tienen  mayores  facilidades para realizar algún tipo de actividad —se aa   en la subjetividad individual, las relaciones de pareja, en su núcleo
que les sea remunerada y por la cual reciben  reciben   r e c o n o c i m i e n t o . .  A las muje con  o t r o s / a s — , ,  también establece jerarquías entre ellos y los
familiar y con 
res, en cambio, les resulta más difícil, porque  porque  el 
el  trabajo doméstico no se. posiciona a partir de las diferencias. Esta situación, igualmente   invisibili-
remunera, e iniciarse en el trabajo remunerado siendo niñas o   a d o l e s c e n - mda,   se expresa fundamentalmente en las instituciones   — religiosas,  religiosas,  pro-
 

120 DtBM'ES SOBRE   MASCULNDADES HOMÜRES E  IDENTIDAD DE  G ÉNERO 121

d u c t i v a s , e d u c a c i o n a l e s , m i l i t a r e s /p
/p o l i c i a l e s,s,   entre
entre   o t r a s — 
—  y en las políti analizan numerosos autores y a y a u t o r a s , ,  en este modelo, la heterosexualidad
cas públicas, al  al  imponer 
imponer  como un dato de la naturaleza estas construccio deviene un hecho natural.
nes culturales de los cuerpos, que discriminan la diferencia, la reproducen Al atribuir su sexualidad a un instinto animal   —fenómeno  —fenómeno  fisiológi
e  impulsan. Por ejemplo, desconocer que una proporción importante de c o — ,,   su impulso puede ser más fuerte que la voluntad; en ese caso, la
las madres adolescentes tienen hijos de varones también adolescentes, y razón no lograría controlar el cuerpo y el deseo. Para muchos varones, el
que mientras a las primeras se les segrega en la escolaridad,   se   les induce deseo (la necesidad, "el instinto") llega a un punto tal que en algunos mo
a ocultar su embarazo y maternidad, y a algunas a abortar,   a  los segundos mentos no puede dominarlo, no lo puede doblegar. La animalidad que hay
se les  invisibiliza,  "no  existen" y, por tanto, no tienen que asumir obligacio en el varón puede sobrepasarlo en ocasiones; la animalidad es el descontrol.
nes, y en caso de querer hacerlo, se les considera como inmaduros para tal El hombre se puede transformar en una especie de animal descontrolado.
responsabilidad. Esta interpretación, subjetiva en una proporción importante de varo
El cuerpo, que da origen a la construcción genérica,   es ,  por tanto, nes, les llevaría a sentir su cuerpo como un factor fragmentado de su sub
objeto de construcción social, constantemente afectado por el poder so  jet ivid ad, aso cia do a s us d es eos , p lac ere s y em oc io ne s  —propias de
—propias de la sexua
cial que impone un tipo de masculinidad a través de un determinado siste lidad—,   con expresiones de una fuerza interna que no se puede controlar
ma de sexo/género. Así, el cuerpo está abierto al cambio y   es   objeto  de y que los podría llevar a ejercer violencia más allá de su voluntad, para
interpretación, sus  sus  significados 
significados  y su jerarquía cambiarían históricamente satisfacer el deseo. Pero esta interpretación, que libra al varón de sus res
(Connell, 1995,  1995,  1 9 9 8 , 2 0 0 0 ) . ponsabilidades sexuales, le permite, a la vez, justificar el uso de la fuerza
En su constitución, esta forma de masculinidad es sexista   —los  —los  hom varones   i n d e f e n s o s , ,  y a
(violencia) para someter a mujeres y, a veces, a varones 
bres son superiores a las   m u j e r e s —  —  y heterosexista —los  —los  heterosexuales engañar bajo amenazas a niños/as. Todo esto sin sentirse responsables de
son los normales, superiores a los  los  h o m o s e x u a l e s , ,  que son enfermos e infe de  l as
sus actos o de l as   consecuencias de éstos, porque no habrían 
habrían  sido
sido capaces
 capaces
r i o r e s — . .  Su interpretación de los cuerpos justifica la homofobia, estigma de controlar su "instinto", aunque después sientan dolor y manifiesten
tiza al hombre homosexual como enfermo que debe ser corregido y casti arrepentimiento.
gado. Asimismo,  feminiza  a los hombres cuyos cuerpos no correspondan al Esta interpretación de los cuerpos de hombres y mujeres, muy asumi
estereotipo de la masculinidad hegemónica. Hombres que expresan sus da entre los varones, les lleva a distinguir entre sexo y amor. Algunas de sus
emociones, artistas, de contextura débil, enfermizos, entre otros, tende consecuencias se expresan en la relación con sus mujeres. Les llevaría a
rían a ser feminizados. Esta interpretación del cuerpo, que se ha transfor celar a sus mujeres, cuando muestran empatia a un varón, y a interpretar
mado en algo natural, llevaría a los varones a ocultar sus debilidades para como la máxima muestra de desamor y traición de su mujer/amada el que
no ser catalogados de débiles, afeminados u homosexuales, y a hacer de ella
ella   pueda tener sexo con otro varón. Pero no sucedería en el caso contra
mostraciones de "hombría" ante los otros/as, comportándose de manera rio, cuando es el varón el que ejerce su sexualidad con otra mujer.
sexista, heterosexista y homofóbica. El amor en cambio, se reservaría a la mujer amada, aquélla con la que
De la misma manera, la división étnico-racial de la sociedad estable se puede casar, tener hijos y proveer al hogar. Se hace el amor con la mujer
cería una jerarquía de  de  los
los   cuerpos, que  infantiliza y feminiza y feminiza  a  los hombres amada y se tiene sexo con las otras. Esta forma de interpretar la sexuali
sometidos de  de  etnias/razas 
etnias/razas  conquistadas, atribuyéndoles características que dad, que adquiere tanta fuerza en la adolescencia y primeros años de la
corresponderían al cuerpo estereotipado de la mujer y/o   del   niño: pasivi  juv ent ud, com enz arí a a ser cue st ion ad a por los pr opi os var one s cu an do
debilidad,  falta  de   confiabilidad, emocionalidad,  infantilismo. Estos
dad, debilidad,  establecen   relación 
establecen relación  de pareja y comienzan a convivir, porque sexo y amor
serían hombres-niños, flojos, pendencieros, traicioneros, llevados por sus serían componentes esenciales para la estabilidad de la pareja. Cuando se
peligrosos ( C o n n e l l , ,  1998;
emociones, peligrosos ( 1998;   K i m m e l , 1 9 9 8 ) . .  Sin embargo, como debilita uno de estos dos componentes, la pareja entraría en conflicto;
describe  Mará Viveros
lo describe  Mará Viveros   ( 1 9 9 8 ) , ,  también puede observarse una inversión cuando   se debilitan ambos, haría crisis la convivencia 
cuando convivencia   ( O l a v a r r í a , 2 0 0 1 b ) .
en las valoraciones desde los cuerpos socialmente disminuidos. Esta   construcción 
Esta construcción  de los cuerpos del hombre y la mujer mujer   tiene
tiene   profun
C) Una característica central de los hombres, según   el   referente de das consecuencias en la salud reproductiva. De acuerdo con ésta, las mu
es  la 
masculinidad, es  la  heterosexualidad, la sexualidad realizada con el sexo  je res ten drí an la mayo r res pon sa bil ida d en la re pr odu cc ió n, po rq ue "sa-
opuesto. Sólo el hombre heterosexual es plenamente hombre. Como lo orían"   que los varones, cuando se excitan, no tienen control de sus cuerpos;
 

122 DEBATES SOBRE
DEBATES  SOBRE   MASCUUNIDADES HOMBRES £
HOMBRES  £ IDENTIC
 IDENTIC 1
.¿ÑERO 123

ellas,   en 
ellas, en  cambio, sí conocerían su cuerpo, sus periodos fértiles y, además, tomías
tomías   p u e d e : , ,  ,-er 
,-er  múltiples, las capacidades y las  las   ' " d i s c a p a c iidd a d e s ""   se
en su cuerpo anida el embarazo. Así, las mujeres son las que pueden regu potencian   ent: z 
ent: z   sí, posibilitando las discriminaciones de género, reforza
lar la fecundidad, controlando la frecuencia de las relaciones sexuales con das por las de raza, etnia, clase social, discapacidad fisica e intelectual,
el varón y/o usando anticonceptivos que impidan el embarazo. En cambio, edad, as í como el uso de la violencia. De este modo, la masculinidad domi
edad, as
para los varones, con cuerpos que pueden tornarse incontrolables, su pre nante dota a loa lo s  varones de recursos de poder por el  hecho  hecho   de serlo, y les
ocupación es por sus mujeres y no por ellos mismos. Los hombres que se posibilita estructurar relaciones con las otras/os,  otras/os,  s u b o r d i n á n d o l o s , ,  desva
preocupan dejan claro a sus mujeres que se "cuiden", que usen adecuada lorándolos y convirtiéndolos en dependientes de ellos. Lo hegemónico y lo
mente los anticonceptivos para no quedar embarazadas. En el caso de que subordinado emergen en una interacción mutua,   peí©  peí©  desigual. La mas
ellas, por problemas graves de salud, no puedan usar anticonceptivos, los culinidad que que  no  no  corresponde al referente es  es   d i s m i n u i d a , ,  subordinada,
varones estarían dispuestos a utilizar condones durante el periodo que pero se necesitan una a otra en este sistema  sistema  i n t e r d e p e n d i e n t e . .  Toda forma
dure el impedimento. Esta interpretación de la reproducción y cómo se de ser hombre que no corresponda a la dominante,  dominante,   seda seda   equivalente a una
le enfrenta es, en gran medida, estimulada por los/as profesionales de la modalidad  precaria   de ser varón, que puede ser sometida por aquellos que
modalidad precaria
que  involucren   directamente al varón.
salud, quienes no sugieren caminos que involucren ostentan la calidad plena de "varones" y también puede ser violentada.
P rovoca, asimismo, que los hombres se sientan como espectadores de E) La  posición que
La posición  que se asigna al varón en su núcleo familiar le confiere
la procreación de sus propios hijos, y que las mujeres deban asumir una recursos de poder que se potencian con los antes mencionados. A partir  d e
responsabilidad que debería ser compartida con su pareja. la naturalización de un tipo particular de familia, a la familia nuclear pa
D) Los atributos y mandatos que impone el referente de masculinidad triarcal   (Olavarría, 
triarcal (Olavarría,  2001a) 
2001a)  se le caracteriza como una institución
una  institución   estructu
dominante señalan que los hombres son distintos y superiores a las muje cierto   tipo 
rada, con base en cierto  tipo  de relaciones que establece "roles" para cada
opuesto,   lo 
res; éstas son lo opuesto,  lo  contrario de los varones; sus atributos las ha miembros  — el
uno de sus miembros — el   padre, la madre, los hijos varones y las hijas
cen menos importantes: ser de la casa, expresivas, guiadas por sentimien mujeres— - . .  Pero ai caracterizar a las mujeres en la pareja y en el núcleo
tos,   físicamente 
tos, físicamente  más débiles, entre otros. Es una oposición que supone la familia
familiar,
r, éstas no se distinguen por ser lo opuesto al varón, con meno r
otredad  m i n u s v a l o r a d a . .  En ellas se concentra el conjunto de
inequidad; la otredad  valor, sino por ser el complemento   de   aquél. A primera vista, dentro del
cualidades que expresa esa menor importancia. Por lo tanto, los hombres núcleo familiar, la mujer habría recuperado su  su   equivalencia 
equivalencia  con el hom
no deben hacer las cosas que hacen las mujeres, porque hacerlas significa bre, pero es en esa esa   complementariedad 
complementariedad  donde queda nuevamente de ma
exponerse a ser tildados de afeminados y se exponen al rechazo por parte un sistema   de roles (teoría de
nifiesto su menor valía, cuando se la asocia a un sistema
de los otros/as. Las actividades de las mujeres, según el modelo referente, roles sexuales) que
los roles sexuales) hace  q ue
 que refuerza la inequidad y hace q ue ésta
 ésta aparezca como
son el límite que no debe traspasar el varón. natural.  Esta 
algo natural.  Esta  forma de caracterizar a la mujer, a partir del modelo
El grado de posesión de los atributos del referente de masculinidad dominante de masculinidad,  invisibiliza  doblemente la inequidad, desde
que exhiban los hombres les otorgará recursos de poder diferenciados. las identidades y las relaciones de género.
Mostrar precariedad, comportarse "como mujeres", realizar actividades que tipo d e familia se articula a partir de las relaciones entre los otros
Este tipo d
ellas realizan,  infantíli za y feminiza  a los varones y los subordina a otros; miembros con el padre/varón, al que se le asigna  asigna   ia
ia   calidad de eje del
los define como "poco" hombres, débiles y menos importantes. Una forma sistema de  de  roles
roles   y  f u n c i o n e s . .  El padre ocupa el vértice superior, ordena y
defeminizar  a un varón es obligarlo a hacer "cosas de mujer" o decir que supedita a los as otros/as estableci endo atribuciones y responsabi lidades,
En  la  feminización  del otro está la constitución de   m a s c u l i n i d a -
las hace. En  " r o l e s y f u n c i o r . e s "   para cada uno. Los "roles" del varén/padre
del varén/padre   son la auto
des dominantes y subalternas y, por tanto, los recursos de poder implíci ridad, jefe de! hogar, proveedor, proveedor, protector, regula dor de los premios y casti
tos. Estas capacidades se atribuyen, distribuyen y reconocen en hombres entre  otros. 
gos, entre  otros.  Los roles del resto de los miembros de la familia y sus
específicos; por ejemplo: los varones cesantes, sin ahorros, los propieta interacciones se estructuran en relación con éste. Cuando esta construc
rios de medios de producción; ios que poseen los atributos físicos, los que ción histórica Je la familia se  invisibiliza,  transforma a esa famili familiaa en "la
no ios tienen; los que controlan sus emociones y actúan racionalmente, familia"; es  es  un 
un  proceso que  esencializa,  transforma en naturaleza aquello
los que expresan sus emociones (porque no las "pueden" controlar); los que ha sido   cr,   s t r u i d o , ,  confiriendo al varón recursos de poder sólo por el
heterosexuales, los homosexuales; los vencedores, los vencidos. Las dico- de con.-'.iatir   un núcleo familiar con su pareja.
hecho de con.-'.iatir
 

124 BATES SOBRE   MA SCU LÍNIDA D: 3MBRES   EIDENTIDAD DEGÉNERO 125

Los recursos asignados al varón en la familia, a través de la  la   paternidad terosexual, que ha conquistado y penetrado a una mujer. Esa demanda del
patriarcal, tienen como contraparte a una mujer que ejerce la  la   m a t e r n i  modelo referente dominante es más fuerte que la   "responsabilidad"
"responsabilidad"  con
dad, que le es complementaria. La mujer/madre complementa al  h o m b r e / parejas s e x u a l e s : :  demostrarles la sinceridad de su afecto, cui
sus primeras parejas s
padre; ambos, con los hijos, dan origen a la institución de la familia, "base darse para no embarazarlas o infectarlas. Así, los varones actúan "respon
de la sociedad". El trabaja y ella está en la casa; él   orovee 
orovee  y ella mantiene y sablemente" para comprobar su hombría, embarazan en múltiples ocasio
cría a los hijos; él es la autoridad y y   ella 
ella  y los hijos le deben obediencia. nes a sus parejas. Muchos, se sorprenden cuando se enteran de que la
La separación de lo público y lo privado y la  la  división 
división  sexual del trabajo, embarazada,  y  no son pocos los que niegan tal paternidad e
pareja está embarazada, 
que conlleva esta paternidad, pasan a ser lo   "normal". 
"normal".  Son el referente, se inducen a la mujer al aborto.
incorporan a la identidad de hombres y mujeres y organizan la conviven La necesidad de mostrarse valientes es, para los adolescentes, una
cia y la familia. Si se cuestionara este "orden", el núcleo familiar  entraría responsabilidad: deben alcanzar la calidad de hombre. Mostrar y mostrar
en crisis. se que pueden superar el miedo a las situaciones de riesgo lleva a los varo
nes a experimentar, junto a sus similares   —su   grupo de amigos u otro
grupo  a n t a g ó n i c o — 
grupo  —  situa/iones 
situa/iones  que los señalen como capaces de arries
"RESPONSABILIDADES" MASCULINAS garse, sea compitiendo con otro/s o mostrando especial habilidad en una
práctica peligrosa. Entre las competencias se destacan, por ejemplo,  ejemplo,   la
Una de las expresiones del uso de recursos de poder por parte de los varo ingesta de alcohol y/o de drogas ilícitas y las carreras de autos, en avenidas
nes es el sentido que adquiere la responsabilidad.   Este 
Este  sería uno de los públicas utilizadas como pistas improvisadas, para demostrar su atrevi
como   la-frag
ámbitos donde se expresaría aquello que se ha caracterizado como  miento y poder para derrotar al otro. Las consecuencias de estas compe
mentación de las identidades y subjetividades de los hombres, y sería, a   la tencias son ampliamente conocidas en términos de accidentes  accidentes  a u t o m o v i 
vez, uno de los mecanismos que les permite el uso de poder. El modelo lísticos o de intoxicaciones más o menos graves, y es, para algunos, el
referente de masculínidad permite a los varones que prácticas contradic principio de la dependencia de las drogas. Se compite por las más diver
torias sean justificadas como "responsables", liberándolos subjetivamente sas razones, pero en todas debe haber una cuota de riesgo de daño físico o
de las obligaciones que tienen en las consecuencias de dichas prácticas. fatal  ( m u e r t e ) . .  En su "responsabilidad" de ser valientes, mu
de accidente fatal 
En nombre de la responsabilidad, los varones pueden justificar comporta chos quedan con traumas para el resto de su vida, si no es que la pierden.
que  adquieren 
mientos contradictorios, pero que  adquieren  sentido subjetivo "honora Las rivalidades entre grupos de adolescentes/jóvenes de barrios y/o
ble" en la construcción de sus propias biografías. colegios llevan a enfrentamientos violentos para imponerse a los otros,
En las distintas etapas de la vida de los varones, tienen que adoptar como una manera de demostrar su superioridad, de ser más hombres que
comportamientos que contradicen los mandatos de este   sú-per
sú-per   yo   de la La  justificac
los otros. La  justificación
ión   de esta conducta es, asimismo, su responsabili
masculínidad,   especialmente cuando deben/pueden elegir, conscientemen dad de ser hombres valientes y responder a la violencia con violencia. Los
te o no, entre opciones que lo enfrentan con mandatos de la "propia" ritos para convertirse en hombres se viven como una guerra: los otros son
masculínidad,  muchas de las cuales se contradicen con valoraciones mo los enemigos, y sus "territorios" y emblemas se transforman en trofeos que
rales/religiosas que representan para él pautas de conducta aceptable. deben conquistar. La violencia es la forma de relacionarse. Pandillas y
La adolescencia es quizá una de las etapas de la vida de los varones en barras bravas son algunas formas de organización que introducen a esos
la que las encrucijadas se presentan con más  más   fuerza, 
fuerza,  porque es el periodo varones en la "masculinidad", ser hombres de verdad.
de las pruebas iniciáticas que les permiten el paso a la adultez. Los man cualquier  etapa   de su vida, pueden ser responsables
Los hombres, en cualquier etapa
datos de la la  masculínidad 
masculínidad  dominante/hegemónica comienzan a encamar asumiendo o no su paternidad, comportamiento generalizado en una pro
conscientemente y los impelen a probarse frente a ellos mismos y frente a porción importante de padres de hijos nacidos   e x t r a m a r i t a l m e n f e , ,  espe
los otros/as. cialmente de madres adolescentes. Los padres de hijos nacidos vivos de
Esta es
Esta  es una de las etapas de la vida de los varones en la que se justifica madres adolescentes solteras son, en una proporción muy alta, varones
de   comportareientos 
una serie de  comportareientos  violentos como prácticas responsables. Una 25   a ñ o s .   En algunos casos, los padres asumen su paterni
de no más de 25  4

de las "responsabilidades" del varón es  es  d e m o s t r é , 'demostrarse


, 'demostrarse   que es be- convivir o a casarse co n  ella, 
dad; el embara zo de la pareja los lleva a convivir ella,  cuan-
 

126 DEBATES SOBRE  MASCULINIDADES HOMBRESE IDENTIDAD DE GÉNERO 127

una  relación 
do hay una  relación  de afecto/amorosa. Esto sucede especialmente con que la pareja, madre de sus hijos, sí puede hacerlo, porque así lo ha visto
los varones de sectores populares. Otros, en cambio, niegan su paterni con otras mujeres, incluso con la propia madre.
dad, porque dudan ser los padres, aun con la conciencia de ser la única Algunos varones, jóvenes y adultos, entienden la delincuencia como
pareja sexual de la embarazada. Este segundo comportamiento también es una forma de responder a los mandatos de la  la   masculinidad 
masculinidad  dominante.
considerado como "responsable" por algunos varones: "responsablemente" Los hombres deben ser los proveedores de sus familias, deben aportar el
no asumen una paternidad de la que tienen   d u d a . 5
dinero para satisfacer sus necesidades en el nivel considerado adecuado
Serían, asimismo, "responsables" los varones cuando transfieren a la grupo.  Pero,-
por ese grupo.  Pero,-   especialmente en las últimas dos décadas, las condi
mujer las consecuencias de su sexualidad activa, especialmente en lo rela ciones socioeconómicas (originadas por las políticas de ajuste   fiscal, 
fiscal,  por
tivo a la salud reproductiva: anticoncepción, embarazo, parto y también en las necesidades de las empresas por reducir costos, especialmente en la
lo concerniente a la crianza de los hijos. Ellos no tendrían control sobre su mano de obra y trabajo, y las crisis periódicas, entre otras) han provocado
cuerpo,  'el 
propio cuerpo,  'el  instinto" y, por tanto, sería un riesgo responsabilizarlos que una proporción creciente de varones jefes de hogar, o que desean
del control de la fecundidad de la pareja. La mujer sería la responsable, establecer su propia familia, no encuentren trabajo en el sector productivo

de la   vida sexual de sus hombres. De ahí a


entonces, de las consecuencias de la o de
de servicios.
"hombre" la djfema entre
deEl djfema
El  entre delinquir
casa, llevaría a algunosy ano cumplir
optar por locon sus obligaciones
primero. D elinquir
la manipulación del cuerpo de las mujeres para regular la concepción,
habría un corto trecho; no así a la manipulación del cuerpo de los hom sería un comportamiento "responsable", en caso contrario no cumpliría su
bres. Si los cuerpos de éstos son manipulados, podrían perder la virilidad. "rol", perderían su autoridad frente los miembros de su familia y frente a
En cambio, eso no sucedería con las mujeres. otras personas.
La interpretación del cuerpo del varón poseído por un instinto se Estos comportamientos "responsables", que permiten a los varones
xual animal permite a muchos agresores sexuales y violadores intentar una gran maleabilidad en sus vidas, llevaría al observador externo a consi
 jus tif ica r sus com por tam ien tos , má s allá del dolo r que dig an sen ti r y del derarlos hombres con identidades fragmentadas, o, si se generaliza, a con
que efectivamente experimenten. Ellos no serían responsables de un cuer siderar las identidades de los hombres como necesariamente fragmenta
po que no pueden controlar (su propio cuerpo), que los empuja a acciones das en sí. Pero, curiosamente, en la subjetividad de muchos varones estas
que van más allá de su voluntad. Tanto es así que en distintas legislaciones, contradicciones se perciben como algo normal, natural. Esta situación la
durante muchos años, se ha liberado de responsabilidad penal a los suje ha permitido el referente de masculinidad que señala mandatos sobre
tos que, luego de cometida la violación contra una   mujer,  se casan con comportamientos "responsables" a partir de relaciones inequitativas en
ella. El matrimonio los libera de la cárcel. La violación de niños y el inces tre hombres y mujeres. Lo que "debe" salvar el varón, en última instancia,
to estarían también, en gran medida, justificados por esta necesidad apre según el referente, son sus recursos de poder para mant ener dicha condición
miante de los varones. de   razonar 
y reproducirla. Esta forma de  razonar  permite a los varones dar sentido
"Responsablemente", algunos varones abandonarían el propio hogar, subjetivo a prácticas contradictorias para mantener el control; es posible
cuando toman conciencia de que no son capaces de proveerlo y estiman que analizando estas prácticas se encuentren explicaciones de la violencia
de género.
La inequidad en la asignación de recursos de poder y la justificación
4
  En Chile es posible comprobar, según  datos  datos  de Instituto Nacional de Estadística, para
de comportamientos contradictorios como prácticas "responsables" en
1 9 9 9 , que
, que 83.2 por ciento de los hijos nacidos vivos eran de madres adolescentes solte
una  granproporción de
ras, y que una granproporción  de  los
 los padres
 padres de los hijos de madres adolescentes solteras los varones, son el origen de múltiples comportamientos violentos, le
tenía una edad no mayor a un rango de cinco años en relación con la madre. Es así que gitimados socialmente y, sólo en los últimos años, considerados (algunos)
70 por ciento de los padres de niños/as nacidos vivos, de madres solteras menores de   15 como delitos (por ejemplo, la violencia doméstica ejercida por el varón
años, no tenía más de 20 años de edad. El 84 por ciento de los padres de los nacidos de en contra de su mujer e hijos). Pero existe un conjunto de mecanismos de
madres solteras entre 15 y   i 9 años no había cumplido 25 años, y un cuarto de ellos no
legitimación del modelo de masculinidad dominante que genera dicha si
llegaba a los 20 años  (INE,  2001).
desde   1999, entró
  En Chile, desde 
5
 entró en vigencia una nueva legislación sobre filiación que obliga tuación. Por un lado, está la   invisibilidad 
invisibilidad  de las construcciones sociales
a un examen de  ADN  e n lo s casos en que haya disputas sobre el particular. Ojalá quienes parte  de
en torno a él, que le permiten transformarlo en parte  de   la naturaleza, en
administran justicia la apliquen. "biológico". Pero también hay interpretaciones que incentivan el carácter
 

128 DEBATES SOBRE  MASCULINIOADES h o v b r e ss   E IDENTIDAD DE   GÉNERO 12<l

supuestamente   ontoiógico 
supuestamente ontoiógico  de este referente de masculinidad. Algunas ex mujeres, así como la condición misma y la calidad de vida de  de  Ion
plicaciones   funcionalistas, 
plicaciones  funcionalistas,  como la 
la  teoría 
teoría  de los roles sexuales 
sexuales   —basada hombres. Ven la violencia como una expresión extrema de la desi
en la explicación estructural de la familia, de la  la   paternidad/maternidad 
paternidad/maternidad  y gualdad de género que se reproduce generacionalmente, a   travéx
de la sociedad con roles y funciones complementarios en un rígido orden de hombres y mujeres, adultos y niños y niñas.  Y   que niños y niñas,
j e r á r q u i c o — 
—  es una justificaci ón ideológica del modelo dominan te de testigos de violencia, tienen más posibilidades de reproducirla.
masculinidad. Transforma una "teorización", o sea una explicación de por —Coi nci di e ron 
ron  en que la violencia no se explica como efecto de una
qué las cosas suceden como suceden, en una verdad ontológica; toda otra sola causa, sea ésta alcoholismo, desempleo,   fútbol, 
fútbol,  pobreza, o
pobreza, o   me 
forma de relacionarse sería anormal, desviada, contra natura. Este tipo de dios de comunicación, sino que es necesario buscar una explica
explicación lleva, como ya hemos señalado, a   invisibilizar  la distribución ción que reconozca la complejidad del problema, que supone exa
inequitativa de los recursos de poder entre el hombre y la mujer, y justifi construyen   socialmente 
minar cómo se construyen  socialmente  las identidades y relaciones
ca, en la naturaleza/biología, el uso de esos recursos y la violencia que de género; reconociendo la diversidad de situaciones personales,
ejercen (o pued en ejercer) contra otros y otras. El o rden jurídico legitima según condiciones de clase, raza, etnia, edad, entre otras.
e}.  acceso de los varones a los recurs os de poder y los transforma en norm as — H u b o 
o  consenso en que, desde la subjetividad de los hombres, hay
 jur ídi cas , en der ech o pos iti vo, co mo es el cas o del Cód igo de De rec ho experiencias personales de dolor que se deben considerar. Cuando
Civil en el ámbito de la familia. los hombres expresan el  el   s u f r i m i e n t o , ,  se   manifiesta 
manifiesta  una dimensión
más humana de inseguridades, miedos y desconexión emocional.
—El   grupo reconoció una gran falta de voluntad política para  para   i m p l e -
P A RA F IN A LIZ A R mentar leyes y asignar recursos a programas efectivos para mujeres
y hombres.
En   1998
En  1998   se realizó en Chile la conferencia "La equidad de género en Amé — A s i m i s m o , ,   hubo coincidencia sobre las siguientes cuestiones, las
rica Latina y el Caribe: desafíos desde las identidades masculinas". Las cuales habrá que tomar en cuenta en las recomendaciones que se
conclusiones a las que se llegó tienen plena vigencia. Los consensos, que formulan:
se presentan a continuación, fueron el fruto de varios días de trabajo y
reflexión de especialistas que desde hacía largo tiempo estaban dedicados • Visualizar la lógica binaria de la violencia, que se da en las   rela~
estudio d el 
al estudio d el  tema (Valdés y Olavarría, 
Olavarría,  1 9 9 8 ) . ciones de género: mando o me mandan.
• Reconocer que la violencia se da en múltiples formas y grados: la
—Los 
—Los   consensos acerca de puntos fundamentales fueron los siguien violencia verbal, psicológica, económica, sexual.

tes: primero, que


masculinidad, para analizar
es central y trabajar
situarlo en el tema
el contexto de lasderelaciones
violenciadey • Reconocer el enorme control de lo loss hombre s sobre la sexualidad
de las mujeres.
poder. El tema del poder, la dominación y el control deberían ser el • Incorporar la perspectiva de género  (relacional)   tanto en la 
género (relacional) la   i n v e s 
eje alrededor del cual se haga el trabajo sobre esta temática. tigación,   como
tigación, como   en las intervenciones.
—E l  grupo estuvo de acuerdo en la importancia de entender cómo la • Contextualizar la violencia como un problema de derechos
violencia se vuelve parte de la identidad masculina, dentro de un humanos.
contexto de violencia social y cultural en toda América Latina , y que • Coordinar la acción del Estado, el movimiento de mujeres y las
se construye social e históricamente, no es una condición natural. organizaciones de hombres.
— H u b o 
o  consenso al comprobar que todos/as 
todos/as  los/las 
los/las  participantes com • Formar recursos humanos especializados en el problema.
partían la idea utópica de lograr la construcción de un mundo sin el   tema
• Incorporar el  tema   en los procesos educativos de jóvenes y adul
violencia, que querían llegar a construir relaciones de equidad en tos: en escuelas, estudios técnicos y profesionales.
tre hombres y mujeres, y vieron a la violencia como un obstáculo
fundamental que impide lograr dicha equidad. Que existe, también,
está   enj uego 
un desafío ético, porque está  uego  la integridad personal de las
 

130 DESATES S OBRE M AS CUL INIDADE S

BIBLIOGRAFÍA

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KlMME L , Michael.  1998. "El desarrollo (de género) del   subdesarrollo subdesarrollo (de género): masculinidades que realizan los campesinos de dicha comunidad dedica
la producción simultánea de masculinidades hegemónicas y dependientes da a la producción de caña de azúcar. En la actualidad, el poblado transita
en Europa y Estados Unidos", en Teresa Valdés y José Olavarría  (eds.),  Mas por la creciente disyuntiva entre la precariedad y la sobreviviencia  que se
culinidades y equidad de género en América Latina.  Santiago de Chile, F L A C S O - logra a partir del cultivo de la caña, frente al progreso que promete la
Chile/UNFPA.
emigración hacia Estados Unidos; dilema que se presenta en las vidas de
OLAVARRÍA, José. 2001a. Y  toaos  querían ser  (buenos)
 (buenos) paires. Santiago de Chile,
hombres y mujeres, y crea en sus imaginarios un futuro que está siendo
FLACSO.
construido por los y las jóvenes de ahora.
2001b.  ¿Hombres a la deriva? Poder, trabajo y sexo.  Santiago de Chile,
FLACSO. En este ensayo se abordan algunas de la ideas y prácticas sobre el gé
(ed.). 2 0 0 1 .  Hombres: identidad/es y violencia. Santiago de Chile, F L A C S O / nero y la sexualidad que los campesinos toman y recrean a partir del con
de   Masculinidad/es.
U A H C / R e d   de tacto con los migrantes que se desplazan a otras ciudades del país y  del
V A L D É S , Teresa y José OLAVARRÍA (eds.). 1998. Masculinidades y equidad de géne extranjero.
ro en América Latina.  Santiago de Chile,   FLACSO-Chiíe/UNFPA.
VIVEROS  V I G O Y A ,   Mará. 2000a. "Paternidades y  masculinidades en el  contexto
colombiano contemporáneo, perspectivas teóricas y analíticas", en Norma CAMBIOS GENER ALES EN EL CORTEJO
Fuller,  Paternidades en América Latina.   Lima, Pontificia Universidad Católi
ca del Perú. En los procesos de comunicación del cortejo empieza a superarse el
ULLER.  2 0 0 1 . Hombres e iden
VIVEROS ViGOYA, Mará, José OLAVARRÍA y  Norma F ULLER. 2
papel pasivo de las mujeres y se presenta una gama interesante de com
tidades i-e género. Investigaciones desde América Latina. Bogotá, CES, Univer
portamientos que combina tanto formas anteriores como formas nove
sidad Nacional de Colombia.
dosas de comunicar emociones. Estas formas comprenden desde las mi
radas de deseo (con que arranca el cortejo en la mayoría de las parejas), las
cartas de  amor  enviadas a   través de  intermediarios,  como era el caso de
los abuelos y abuelas; hasta el diálogo, las conversaciones de amor cara
a cara y las caricias en público de las parejas actuales. Largas pláticas de
las parejas sobre sus deseos, miedos y sentimientos amorosos, así como
un  trato mucho  más cercano, caracterizan la  conducta de  los  novios de
hoy y los distingue de  Jas  relaciones tan formales que se daban entre los
novios de otros tiempos.  Han  proliferado en los últimos tiempos las rela
ciones  amistosas,  los  equipos deportivos  y las  fiestas organizadas entre

[lili
 

132 DEBATES SOSKE


SOSKE   VASCULINIDADES ENTRE  JAI.II  AS DE ORO: GÉNERO Y MIGRACIÓN ENTRE CAMPESINOS
ENTRE  133

 jóv ene s de uno y ot ro sexo . Es tos vín cul os per mi ten rel aci one s men os ver naturaleza heterosexual" de hombres y mujeres.   La   anécdota sobre la tía
ticales y espacios  espacios   privilegiados 
privilegiados  para compartir sentimientos y problemas de uno de nuestros informantes es elocuente al respecto: esa mujer muy
familiares. masculina, que usaba pantalones, controlaba  la   producción de  la   caña,
En la actualidad, la declaración de amor sigue marcando el inicio del montaba a caballo y se acostaba con las sirvientas, "esa tía era un hombre",
n o v i a z g o . .  La frase constante de las mujeres "él me habló", y la afirmación decía Mario, su sobrino, en tanto que para la esposa de éste, Mariana, "ella
varones "le   hablé de amores", señalan, 
de ios varones "le señalan,  s i n , c o n f u s i ó n , ,  al sujeto mas era mitad hombre y mitad mujer". En todo caso, individuos como estos no
culino, a quien corresponde expresar activamente el deseo, así como el pueden ser categorizados fuera de esa dualidad. En cuanto al caso de "el
valor de la conversación entre novios. Sin emba rgo, tomar la iniciativa para chicas", un joven que baja al manantial y mantiene relaciones con otros
comenzar un noviazgo es una práctica incipiente entre las mujeres jóve niños y jóvenes a cambio de dulces y golosinas; o el de "la   m a n í l o r a " , ,  que
nes, pues cada vez son más frecuentes los relatos de muchachas que de cortejaba a doña Elena en sus tiempos de soltera,  soltera,  son 
son   personas a las que se
claran su amor a los varones "como si ellas fueran el hombre"  —dijo  —dijo   José, hace referencia con risas y a quienes se juzga de raros, sin poder dar mayo
de   17 
de  17  a ñ o s — . .  Además, hablar sobre el amor o referirse al noviazgo como res   e x p l i c a c i o n e s . .  En ningún caso, los testimonios relacionan estas prácti
una pasión amorosa no forma parte de las experiencias de los abuelos; en diferente.  
cas con una identidad sexual diferente. /.
cambio, sí es el contenido sustancial de los relatos de quienes fueron no
vios   en 
vios en  las décadas subsiguientes.
Los actos sexuales entre novios, sin fines matrimoniales, se están rea LA MIGRACIÓN A ESTADOS UNIDOS
lizando, pese al riesgo para las mujeres de perder el prestigio y la posibili
dad de encontrar un buen marido. Sin embargo, en este contexto existe la La emigración de campesinos a Estados Unidos influye en las reflexiones
idea del "amor limpio", concepto que circula todavía entre los jóvenes; y sobre el género, y despierta una sensibilidad diferente respecto de la salud
que se  refiere   a la entrega total por amor, acto sexual que está justificado
se refiere sexual, el cortejo y otras representaciones de la vida social; de forma tal
por el triunfo de la pasión sobre la voluntad. que la emigración se convierte en un referente   c o t i d i a n o , ,  sin el cual no
En términos de los estilos masculino y femenino, por encima de las sería posible entender la vida en la comunidad. En la población estudiada,
diferencias   individuales, se impone una concepción única del ser hombre
diferencias todo se define por contraste entre "el allá" y "el acá". Se trata de dos espa
y del ser mujer. Hay una definición "natural" heterosexual del varón como dos   m i t o s : :  Estados Unidos y
cios y dos mundos imaginarios, dos realidades y dos 
ser   a c t i v o , ,  que debe dirigir los acercamientos hacia las mujeres, que tiene su pueblo.
presencia pública; ese hombre que debe prepararse para cumplir una fun California es el mejor escenario futuro en el que se ven los jóvenes,
ción de proveedor a toda costa y que puede desplazarse por las noches. hombres y mujeres, y es casi el único camino que se visualiza con el fin de
Mientras, la mujer debe ser recatada, aprender a echar las tortillas desde mejorar. Las grandes ciudades, como México o Puebla, constituyen otros
niña, dominar el fogón del hogar y la crianza de los menores, estar sujeta al escenarios posibles. En cualquier caso, salir es avanzar, arriesgarse para
control de los hombres (padres, hermanos, novio, esposo) sobre su cuer mejorar; mientras que quedarse es darse por vencido y sobrevivir. Los que
po, pero también, exigirá respeto en su juventud y, más tarde, renunciará a se van, se casan más tarde; quieren conocer la vida,   disfrutar 
disfrutar  de su juven
todo para sacar adelante a sus hijos. tud y ensayar; los que se quedan tienen menos capacidad de riesgo y de
La adscripción de identidad de género se reduce a las dos opciones búsqueda.
señaladas, a pesar de que las muchachas estén mostrando desplantes acti Pero vivir en Estados Unidos es  es   vivir 
vivir  en "una jaula de oro", metáfora
vos   frente al
vos  frente al cortejo y la sexualidad, y los varones estén sufriendo por tener vernácula para expresar la gran paradoja de la migración, reflejo de una
que demostrar constantemente actos viriles que la cultura les exige. el   e s t a t u s : :  "allá" viven mejor, tienen mejores condi
fuerte discrepancia en el 
En este contexto, la idea de relaciones homosexuales no tiene una ciones económicas, pero se la pasan encerrados, tienen el más bajo estatus,
otras   r e g i o n e s . .  Las prác
significación de vida en pareja, tal como existe en otras  son discriminados, explotados y maltratados;  maltratados;   "acá
"acá   van de pobrezas a po
ticas genitales entre personas del mismo sexo son referidas como inicia brezas", pero tienen libertad de movimiento y gran prestigio; los migrantes
ción  masculina 
ción  masculina  (cercana a las prácticas 
prácticas  zoofllicas, 
zoofllicas,  de las cuales sólo tuvi son los triunfadores, los que traen dinero, novedades y anécdotas de otros
mos una referencia puntual), o como costumbres que contradicen "la mundos.
 

134 DEBATES SOBRE  MA SC U U N ID A QES


SOBRE MA oTRE JAULAS DE O R O : GÉNERO Y MIGRACIÓN ENTRE CAMPESINOS 135

Esta enorme ambivalencia ante la  la  m i g r a c i ó n , ,  se acompaña de senti tados   Uníaos, luego
Los mexicanos dejan mucho dinero en los Es tados Uníaos, luego se v
se v e . . . .  En
mientos que se debaten  entre la ilusión de -ir de -ir   y el desengaño al llegar, el las gasolineras, 60 por ciento de los coches son de  de   mejicanos, 
mejicanos,  allí están de
o  caco dólares
 jando el di nero. Y bien que les pagan m enos, cuat ro o caco  dólares por ilega
confort d
confort el otro lado y la nostalgia por  eí  lugar de   origen, la libertad de acá
 d el otro
todo  elJfe trabajando
les. ¡No es más que una jaula de oro!, está uno todo elJfe  trabajando y luego
y la prisión de allá. La migración tiene notables impactos sobre la econo
se va uno a encerrar a un departamento muy elegante, muy bonito y no sale
mía, el consumo y la cultura. Los dólares del otro lado otro  lado   permiten que acá se uno más que a hacer las compras, y de nuevo al   enetsro. 
enetsro.  A los americanos
invierta en construir y remodelar casas y obras de riego, comprar maquina que tienen que trabajar les pagan más y no les  les   exige»
exige» como
 como a los mexica
ria para el trabajo y electrodomésticos,  así como enormes estéreos, cáma hora trabajada... hora
nos, hora trabajada... pagada, ¡ni descansar
 hora pagada, ¡ni descansar los dejan! Ni estirarse puede
ras y reproductoras de video y demás aparatos de la industria cultural. Más uno, ni que fuera uno de fierro. Hasta los mismos  mexicanos
 mexicanos nacionalizados
 nacionalizados
allá de los cambios materiales, las representaciones sobre el cortejo y la tratan mal a los ilegales, se sienten más porque   tieom tieom   papeles y hasta le
sexualidad son parte de esta experiencia de la  otredad.  Hay una apropia con  "aorobio" al
hablan con  "aorobio" al presidente Clinton, le dicen hasta lo peor.
estéticos   u r b a n o s ,  de  sentidos afectivos y lúdicos
ción selectiva de patrones estéticos 
en el noviazgo, de relaciones sexuales alejadas del interés conyugal, de La visión de las madres es menos crítica, más bien es de consterna
 jue gos y c ont act os cor por ale s ent re   ncvios  en espacios públicos y de ensa ción. Elena y M ariana sie mpre están preoc upadas por cómo les va a ir a
yos de prácticas preventivas de salud sexual. sus hijos en el paso de la frontera, a veces son mordidos por los perros;
El notable contraste entre "el allá"  y   "el acá" tiene sus propios referen ellas les piden que les llamen a la caseta telefónica.   Pero 
Pero  también expresan
tes y cobra significaciones distintas entre los hombres y las mujeres: Son por   ejemplo, 
resentimientos por sentirse olvidadas. Elena, por  ejemplo,  no pierde opor
principalmente los varones jóvenes en edad productiva (al terminar la se tunidad para señalar que no va a permitir que   Inocencio 
Inocencio  parta:
cundaria) los que  que  migran 
migran  a Estados 
Estados   U n i d o s ; ;  las muchachas 
muchachas  suelen 
suelen  irse a
trabajar a otras ciudades, incluso a  a   lug .res 
.res  lejanos como México o Vera- Ya le estamos quitando la intención. Aquí hay mucha tierra que cuidar, de
cruz. Sin embargo, cada vez son más las esposas y hermanas a quienes "se Y ¡cuando   nos muramos
aquí no se va a ir Inocencio, aunque renga ganas. Y ¡cuando
las   l l e v a n " "  para el otro lado, o que   "mar, dan por ellas". nosotros, si quiere dejar todo y irse para el otro lado,   élsabrá. Cuando
élsabrá. Cuando se van
Casi todos los varones desean irse,   y  algunas de las muchachas tam siempre prometen que van a mandar y a la mera  hora  hora se
 se les olvida. Prome
bién, sobre todo quienes han estado en otras ciudades o que han visitado a por nomás por un
ten que van por nomás por un tiempo y luego se van 
van   quedando. 
quedando.  Juan Fernan
sus hermanos en California. Desde la primera generación, ya los hombres do sólo ha venido dos veces en  16
 16   años.
migraban   a  otros estados de la república, principalmente a zonas produc
toras de caña de Puebla y  y   Veracruz, 
Veracruz,  y n o  fue sino hasta hace quince años Pertenecientes a la segunda generación, nuestros informantes que con
que los jóvenes de la localidad comenzaron   a  irse para "el otro lado". formaron los primeros grupos de migrantes del  del   p u e b l o , ,  Javier y Juan Fer
Fabián y Mario, como padres de familia   de   los primeros migrantes con  16 
nando, con  16  años y 7 años de experiencia en el otro 
otro   lalo, 
lalo,  respectivamente,
internacionales, perciben este fenómeno desde un ángulo particular, la resaltan en primer lugar las diferencias de "acá" y   ala en las relaciones
visión de quienes tienen siete y cinco hijos "allá", respectivamente. Fabián de género, las cuales son, desde su punto de vista,  m e j c o n t r a s t a n t e s . Allá
. Allá
tiene toda una posición crítica ante los estadounidenses: se molesta mu existen otras formas de comunicación, una tende ncia a tomar decisiones
cho porque "allá" a los migrantes los tratan como delincuentes. Entre risas conjuntas, una distribución más pareja del trabajo doméstico, sobre todo
y angustia nos cuenta cómo vio en el noticiario que los policías de Esta es  nuq  diferente
cuando ellas también trabajan; en síntesis   ¡allá es 
dos Unidos hasta a las muchachas  muchachas  g o l p e a n : :  "Eso tiene que arreglarse haberse  casado joven
Juan Fernando se congratula de no haberse  casado joven como los de
consulados,  'ora 
en los consulados,  'ora  ya hasta se creen dueños del petróleo, eso pertene y  probl emas económicos.
su generación, ellos tienen muchos hijos y probl emas económicos. Su plan
ce a la nación ¡desde los tiempos de Cárdenas!" fue, como el de muchos jóvenes de ahora, irse a  a  trabajar 
trabajar  varios años, con
Además de de  las
las   experiencias de  sus  hijos, Mario tiene la vivencia re buscar   pateja
los dólares de allá fincar casa acá y luego buscar  pateja   para formar una
ciente y dilecta, pues vivió durante   nueve   meses en Los Angeles  con  su familia. Hay también otros casos en que la  la  migraciSn 
migraciSn  ocurre ante pre
menor,  E s p e r r . n z a ,  para  conocer y compartir un
esposa Mariana, y  su   hija menor,  siones económicas después de formada la pareja. Algunos tienen una po
de sus  hijos en el otro lado. 
poco la vida de su lado.  Está Está  muy enojado con las últimas sición intermedia, forman pareja justo antes de irse, se casan   pa  pa  tener
noticias de maltrato a   los migrantes. algo 
algo  acá".
 

136 SOBRE  MA SC U U N ID A D ES
DEBATES SOBRE  ENTRE IAUIAS D E   O R O :  GÉNERO Y   MIGR A C IÓ N  ENTRE C A MPESIN O S 137

Pero  Juan 
Pero  Juan  Fernando 
Fernando  lia 
lia  asimilado ideas diferentes a las de acá. Por pues
pues   del parto, él se irá allá y le enviará los dólares para "mandarla traer",
ejemplo, el hecho de que el casamiento sea una decisión independiente el costo de la pasada está subiendo sostenidamente.
de las relaciones sexuales, y que la igualdad de derechos entre los sexos
en   pareja.
sea un ideal de vida en  Allá se ahorra mucho, entre cinco rentan un departamento. Se siente uno
encerrado, como en una jaula de oro [misma metáfora que usa su   padre].
No como otros amigos de acá, que ya tenían que casarse porque tenían rela Aquí uno es libre, allá hace mucho frío. Se  la pasa
Se la en  la casa
 pasa uno encerrado en la  casa o
ciones. Al tener relaciones ya están como obligados a casarse. Y en realidad en el trabajo. Allá no me siento bien. A quí trabajo en la mañana y luego salgo
como  un a  obligación. Yo   conozco tres
ni se aman, sino que solamente fue como un con mis amigos. Allá si te ven mucho tiempo afuera creen que eres vendedor
o cuatro casos que así se  casaron. Aquí el casamiento es... si la  mujer  se casa de drogas.
con el hombre hacen de cuenta que la mujer se vendía con el hombre y que
la mujer es una esclava. Sí. Eso es absolutamente erróneo y "acsurdo", y Nos tocó vivir el nacimiento de la hija de Javier. Fue realmente impor
eso, yo no lo aprendí allá. Yo desde aquí, yo nunca es tuve de acuerdo, para mí tante compartir el gusto de todo el mundo ante el nacimiento de una niña
Siempre  tenemos 
la  mujer...,  yo sé que es un ser humano. Siempre  tenemos  que ser iguales. muy sana. Le pusieron María de los Ángeles, en honor a la ciudad que les
Hay una
chos,  —¿me 
puesdiferencia, —¿me
diferencia,
en derechos,   entiendes?— y
tantoentiendes?—
como el mismo yo la 
 y esderecho
que yo la   miro.
tiene Pero en
la mujer, dere
el hom ha dado tanto a   si4  padres.
A Javier no le faltan ganas de retornar y vivir acá, es una decisión
también los   tiene, y la mujer tiene el mismo derecho. Nunca se puede
bre también los
poner a la mujer a un lado por el machismo, que no, que los mexicanos, como sumamente difícil. Lo que lo hace dudar es el nivel de   ingreso 
ingreso  y de vida de
esto   —te
tú sabes, tenemos. Pero esto  —te   diré—•,  es un orgullo 
orgullo  —¿cómo 
—¿cómo  te diré? allá, si las cosas no se componen aquí, piensa irse a Cuernavaca o a otro
equivocado. lado a poner un negocio. En cuanto a la sexualidad, Javier considera que
acá es más conservadora. "Allá no se ve el noviazgo, hace uno cosas, o sea
Javier   migra 
Javier migra  a los 
los  16 
16  años 
años  después 
después  de terminar la 
la   t e l e s e c u n d a r i a , ,  y más íntimas con la persona, ya no hay necesidad ni de hablar, dice   el el   di
ante la imposibilidad de seguir la prepa por falta de recursos (para la ins cho: ¡mañana ni te conozco!". Nos dice refiriéndose al sexo con personas
cripción, el transporte y los libros). Estaba a punto de casarse, cuando sus prácticamente desconocidas.
desconocidas.
hermanos, los de las dos partes (es decir los de acá y los de allá) le ayuda El caso de Francisca es realmente interesante, ella es de las pocas
ron a desistir del matrimonio. que  migran 
mujeres que  migran  a Estados Unidos sin ser casada. Como fue abando
nada por su marido, decidió irse al día siguiente y pidió el apoyo de sus
Me orientaron, metieron la mano y abrieron la puerta para que yo pudiera padres. Don Fabián la apoyó con dinero y Elena se ofreció a cuidar a su
irme. Era una época de   secas,  no había riego para el cultivo, ni fuentes de hijo mientras ella estaba allá. A Francisca la conocimos cuando ya tenía
trabajo, se medio solucionaban las cosas cazando y vendiendo leña. Si yo me siete años viviendo del otro lado, es una mujer fuerte y asertiva, con un
hijos  'orita' no
hubiera casado, cuántos hijos   no  tuviera. 'Tuviera' lleno
 tuviera. 'Tuviera'  lleno de hijos. Los aplomo muy diferente a las mujeres de Iguanillas. Dice que ella no ha
 norrias piensan en casarse, pero así se destruye uno mis
que se quedan aquí  norrias cambiado y le sigue gustando la comida del rancho, aunque allá vivan de
mo. No hay cómo vivir la vida, aquí no hay diversiones más que tomar.  Allá otro modo "yo no soy pretensiosa como otros que se van a los Estados
uno co a  chamacas. 
anda uno co chamacas.  Se da uno cuenta de la vida. Si   no,   ya tuviera yo Unidos. Acá se sufre más porque aquí uno desea todo. Como está uno
cuántos hijos. Yo no decidí casarme pronto. pobre, no hay trabajo, no hay nada,   un o  desea de todo y por todo, como
alcanza  el   dinero 
ropa; no te alcanza el dinero  pa '  comprarte ropa, ni comida 
comida   .  Aquí uno va
De los integrantes de su generación, todos los que se   que daron  daron  se de pobrezas a pobrezas."
casaron, excepto uno que está soltero. Del total de sus cinco hermanos,
sólo uno se quedó. Entre los planes futuros de Javier está el de volver al
Ella explica que los hombres ayudan más allá porque trabajan menos que los
pueblo, comprar un pedazo de terreno y material para hacer su casa, ahora campo, allá sólo
hombres del campo, allá  sólo sus ocho horas, así que cuando regresan pueden
que va a nacer su primer hijo. Piensa también en poner un negocio, posi ayudar, no que aquí nunca se les acaba el trabajo. Otra de las diferencias
blemente un taller de bicicletas, algo que aprendió desde chico con su importantes es que aquí hay mucho machismo.
papá. Hace un año se casó con una muchacha de   C u e r n a v a c a , ,  a quien Ya
Ya llegando aquí  ¡que   tiene
 llegando  allá, aunque vaya uno de un rancho, verdad, aquí  ¡que
Los   Á n g e l e s . .  Ahora la trajo para que nazca acá su hijo. Des-
conoció en Los  unas costumbres!  Al l á llegas y uno tiene que adaptarse a las costumbres allá.
 

138 DEBATESSOBRE MASCULINIDADES


ENTRE JAULAS  PE   ORO: GÉNERO V MIGRACIÓN ENTRE CAMPESINOS 139

Aquí el  el  hombre 


hombre  ¡es ¡es   rr.i>y 
rr.i>y  machista , aja, 
aja,  ve que aquí, por  por   ejemplo, 
ejemplo,  un cambia  sustancialmente 
la vida cotidiana de ellas cambia  sustancialmente  y baja su carga de traba
hombre que nunca ha  salk. .• de  .• de su, de su pueblo tiene diferentes costumbres de   ello 
 jo dom ést ic o. No hab íam os tom ado con ci enc ia de ello  sino hasta cuando
al, a uno que ya ha salido a otro lugar, porque un hombre que nunca ha salido
nos enteramos de que Heladio, el esposo de   V a l e n t i n a , regresaba
, regresaba del norte
de aquí, yo he mirado, yo, yo en  los cinco  los cinco años que yo viví yo  viví con,
 con, con mi primer
después de casi un año de trabajar allá.  Al
 Al   preguntarle a Valentina cómo se
marido, a él no le gustaba que yo usara pantalones, ni que me pintara porque
esa es la costumbre de aquí y, y yo lo respetaba porque dije "bueno, sí es mi sentía ante la noticia, la frase que expresó fue realmente sorprendente:
marido tengo que respetarlo", pero porque uno también está cerrada de ojos, "Adiós a la calle".
dicen "¡haz esto
como que dicen "¡haz  esto y uno lo hace! y ya.
Con los que se  han ido para allá tienen diferentes pensamientos a los de
aquí, porque allá; por ejemplo uno puede andar en   "choi",  "choi",  puras playeras
i que llerarfe el
Uno se choca todo el día en el metate, luego hay que llerarfe  el almuerzo y se la
pasa uno todo el día trabajando desde que Dios am anece y hasta que oscurece.
escote,  nomás 
de escote,  nomás  con puro tirante, porque  porque  allá  allá  cuando viene la calor no Siempre nos llamó mucho la atención que Valentina extrañara poco a
puede uno andar con ropa de esta caliente, debe de andar con pura ropa de verlo, ni
Heladio y no estuviera deseosa de verlo, siquiera por necesidad sexual.
 ni siquiera por necesidad sexual. He
sencilla! por el
¡bien sencilla! por  el calor y ahí tu esposo, él también sabe que así debe uno ladio, por su cuenta, cuando nos habló de sus  preocujaciones
 preocujaciones   de migrante,
/  de andar porque  es   por ¡el clima, por el tiempo, no, no  e s  que uno quiera habló del esfuerzo por "no clavarse en extrañar", ya que muchos empiezan
andar así, tiene uno que andar así por el clima,  clima,   aja, aja, o
 o que ande uno de "chor" a tomar y a andar con otras mujeres, él se concentra en trabajar y estar solo
bien cortito! por un tiempo. Otra de de   las
las   mujeres cuyo marido viene cada dos años, nos
ganosa,   ella
dijo que aunque "a veces ella está ganosa,  ella   como mujer tiene el desaho
Otra diferencia es que un hombre también que nunca ha salido de su,
cambio   ellos
go de la menstruación, en cambio  ellos   allá tienen 
tienen  que 
que  meterse con viejas
de su tierra, de su rancho, ¡se emborracha que llegan pegándoles, maltratán
para desahogarse, ellos lo necesitan más porque porque   tienea
tienea alta
 alta temperatura".
dolas, ellas nunca dicen nada!
Allá se emborracha, pero nunca llegan maltratando a uno.
se Hegan y
Porque si se Hegan  y se emborracha maltratando a una, está la polecía, y libertad,  ocurro 
Pero si las mujeres casadas ganan libertad,  ocurro  lo contrario en el
allá a uno sí defiende la polecía, sea tu amante quien sea. caso de las jóvenes que se les va el novio al otro lado. Por lo general, se
Sí yo le pago a la polecía y lo meten a la cárcel los días que yo quiera. acuerda continuar con la relación, y él suele prometo que volverá para
No si uno agarra las ideas de allá, las costumbres. tanto,   ella
pedirla o llevársela. Mientras tanto,  ella es vigilada por los 
 es vigilada por los  parientes y ami
Y él también sabe, que si me pone una mano encima yo no me voy a gos del novio, quien suele amenazar con dejarla si sabe que sale con otro,
dejar, yo no me voy a dejar que me  me   e s t é . . ..   ora sí que me ponga la mano así que la está vigilando; informándos e por teléfono o por o  por carta
 carta si es que su
encima,  pero cuando
encima, pero  cuando yo le busque! en algún problema o algo o  algo que
 que yo tenga la novia ha salido con alguien. En medio de un baile, la hermana del novio de
culpa sí, pero no nomás porque venga borracho, no. Y aquí no, aquí, aquí de  él ,  quien se fue hace seis 
Reina le lleva una carta de  seis  meses; ella
meses; ella lee la carta
tengas la culpa o no la tengas aquí te dan, y luego se emborrachan, no te dan con nosotros. Es una carta muy amorosa. Le dice que la extraña mucho
el gasto, que se van con los amigos, como que son más despreocupados,
"no te imaginas cuánto. Pórtate bien, pues si sé que sales con otro, te
hasta en los niños.
Aquí pus todo el tiempo ¡que la mamá y que la  mamá y  mamá y que la
que  la mamá
 mamá está olvidas de mí. Mi amor, mándam e una foto tuya, por fav
favor".
or". Un par de
meses después, Reina está realmente muy confundida porque le empieza
con ellos! y ellos no, con  ellos no  ellos no todo el tiempo con la mamá y que sales por
¡cárgatelo  tú que el marido por un lado y tú por el otro.
aquí ¡cárgatelo  a gustar otro acá.
Allá no, porque allá si sale a, si te invitan a una fiesta sale uno los dos y
el  t i e m p o . . . .  tiene uno que compartir entre los dos de noche y de día,
todo el  ¡Ay pus!, estoy echa bolas de plano plano  — r í e — 
—  porque José, éste anduvo de
aunque uno trabaje, los do los  do s  se cansan. novio con la hermana de mi ¡de mi  mi   novio ... 
...  de Adolfo ¿mh?
Adolfo  ¿mh?   Y ahora, pues
a José—ríe—pero también
así, siento que quiero a José—ríe—pero  también a mi a mi novi
 novio ¡ay! Pus... e ste,
siento que si dejo a Adolfo y le hago caso a José se  va  va a
 a enojar su hermana
Pero Francisca es el caso de la mujer que se va, situación que tiene
cómo  si era
de mi novio y van a empezar a decir que cómo si  era el novio
novio de la hermana ¡de
muy poco que ver con la de las esposas que se quedan. Estas presentan
ay,  'stoy echa
mi novio! Y, ay, 'stoy  echa bolas, no sé ni qué hacer.
otro patrón muy ambivalente. Su situación económica mejora por los dóla
res que reciben del otro lado y al mismo tiempo ganan libertad. Toda vez El caso de Esperanza fue más angustiante y lo vivimos muy de cerca.
que   los
los   maridos son c
son  c e l o s o s , ,  exigen atenciones constantes y controlan in Su   nomo 
Su  nomo  se fue un par de meses después de que ellos habían comenzado
cesantemente los movimientos de sus mujeres; cuando ellos se van fuera, a tener relaciones sexuales.
 

140 SOBRE   MASCULIMDADES


DEBATES SOBRE ENTRE   JAULAS DE
ENTRE  JAULAS DE ORO: GÉNERO Y MIGRACIÓN ENTRE CAMPESINOS 141

Un día agarra y que me dice ¿sabes qué? ya me voy a ir. Le digo: ¿para José, 
José,   quien nunca ha migrado, reproduce estas historias y marca la
dónde?, dice: para Los Ángeles. Y ¿cuándo?  —no  —no   dice— , ,  quién sabe. Pero diferencia entre acá y allá en la frecuencia con que se va a prostíbulos y en
a lo mejor va a ser pronto... Yo no sabía ni qué hacer  —le  —le  digo— , ,  no, pues el número de relaciones con otros hombres y con   travestís:
porque él me decía ¿cómo quieres que quedemos? No pues ai como tú
digas —le   digo— ,  si quieres terminamos. No —
digas —le No  — d i c e — , le
 le digo bueno conste Allá van mucho más. Allá en veces uno va buscando tuerca y se encuentra
pero tú me hablas y me mandas cartas. Y ya después llegó el día, un día no  ¡pus por
uno tornillo, no que si no ¡pus no!  O sea,
 por ahí no! O  sea, al verlas se ven bien,   así...
antes quedamos que yo lo veía en casa de Valentina, pero nunca llegó. Ya mujeres bonitas, de buen cuerpo, pero ya  ya   n o . . . .  no me acuerdo como les
agarré y me vine, y ya pues me puse bien triste, la verdá, porque digo pues, llama. Que ahorita o sea primero me toca a mí y ya, después ahora voy
nada.   Tons
ya se va a ir y no se despidió de mí ni nada.  Tons que
 que agarro y que me voy a
y o . . . .  así, pues uno nos contó que así le pasó. No, no aceptó. ¡Patagonia, a
qué —le   digo— , por
buscarlo. Y hora qué —le , por qué me dejaste 
dejaste  plantada... 
plantada...  dice no, es
correr!
que acabo de llegar. Ya estuvimos platicando que no se qué, que me cuidara
mucho, que si él se iba es para que yo lo esperara, y que él me iba a hablar y
todo eso. Al final del trabajo de campo, hubo opo rtunidad de visitar a los Herrera
en su casa en Los Ángeles. A los investigadores nos interesaba sobre todo
Al otro día se fue y ya no lo vi. Un mes después me habló, me contó que ver a Francisco, a quien habíamos seguido durante año y medio. Acababa
ya había pasado y que otro día me   hablaba. 
hablaba.  Después de un mes me habló y
me dijo que me iba a mandar una carta. Ya pasaron dos meses y todavía no de irse al norte, como muchos, después de terminar la secundaria. Estuvi
recibo la carta. mos solamente un par de días, sin embargo, fue muy interesante ver en
qué condiciones viven, más allá de lo que nos habíap platicado.
Ahora Esperanza está saliendo con otro muchacho y desde que anda Viven en unos edificios habitados por familias mexicanas, su contacto
con él se está olvidando de Carmelo, esta nueva relación la vive como con los estadounidenses es mínimo. A pesar de que Javier es el único entre
venganza. sus hermanos que habla inglés, los demás se mueven con gran facilidad
en la ciudad y trabajan con personas de otras partes del mundo (chinos,
La verdá él me engañaba con otra, así que ahora nos toca a nosotras desqui italianos, estadounidenses), pero sólo utilizan algunas palabras en inglés
tamos de todo lo que nos han hecho.   El El   andaba con la 
la   M é n i c a , ,  y yo los con las que se dan a entender y no necesitan dominarlo, debido al tipo de
encontré un día platicando. Ahora yo voy a tratar a este chavo y si Carmelo trabajo que tienen (meseros, cocineros, choferes, cargadores). En un  un   solo
me habla, le voy a decir que si me quiere que venga por mí. Alma me aconse viven  14 
departamento viven  14  personas, los cinco hermanos, sus esposas y los
 jó q ue ya n o tuviera relac iones hast a q ue me vaya c on  él o
on él  o con otro y hasta niños. Aun así, nos invitaron a quedarnos a dormir. Nos impresionó mu
que entre a su casa. Voy a tratar de aguantarme a ver si puedo. cho la diferencia de recursos respecto de sus condiciones en México. Allá
tienen cocina equipada, cuartos alfombrados y varios automóviles lujosos.

Esperanza
queriendo sueña con
convencer susirse
a sus   p a paa svivir
, ,  peroa no
Loslo 
lo Angeles.
logra. Lleva un buen rato
1 camioneta   Cherokee
Cuando nos fuimos a pasear, nos llevaron en una camioneta 
muy bonita. Todo el tiempo nos decían que ellos podrían prescindir de
Entre los varones que no han migrado circulan historias y anécdotas todos esos lujos y algún día regresarían a México.
acerca de la gran apertura sexual que hay allá, en el otro lado. Se habla de Aquí no tenemos libertad. Yo cambio esta camioneta por un burro, sin
que allá es lícito tener relaciones prematrimoniales y del acceso a lugares ni ngún 
ngún  problema, aquí la necesito para moverme, allá pa'qué la quiero,
donde se paga por sexo. Dicen que allá los migrantes viven hacinados en con el burro voy y vengo y cargo lo que quiera.
un departamento para compartir gastos y que contratan a alguna prostitu De regreso, nos pidieron un favor: que si podíamos traer dos bocinas
ta "que se mete con todos". del aparato de sonido de Zara, la mamá de Francisco. Se trata de dos boci
nas muy grandes que no habían podido llevar en la última visita. Lo hici
mos con mucho gusto, y así tuvimos la oportunidad de sentirnos como
Un año después de concluido el trabajo de campo, en enero de 1998, llamamos por ellos al regresar al rancho, inmensamente orgullosos de traer unas enor
teléfono sólo para saludar a los informantes, Mariana, su madre nos informó que Espe mes bocinas al llegar de visita desde "el otro lado".
ranza ya se había ido para Los Angeles, se escapó con otro joven migrante que vino de
un  hijo.
visita. Ella ahora ya tiene un 
 

142 D ESA TES  SOBRE M A SC U U N ID A D


DES
ES ENTRE JAULAS DE ORO: GÉNERO Y  MIGR A C IÓ N 
Y MIGR N  ENTRE CAMPESINOS 143

C O M E N T A R I O S  C O N C L U S I V O S sus vidas. Las mujeres de los migrantes consideran que cuando están
"allá" sus maridos son más permisivos con ellas, se preocupan más por sus
Las transformaciones económicas estructurales remueven las bases de todo hijos, beben menos y no no  las
las   pueden maltratar porque "la polecía las de
un sistema patriarcal. Se calcula que 200 habitantes del pueblo viven "allá", "allá", fiende". Estas ideas se comparten, circulan en la comunidad y se han ins
es decir, una quinta parte de la población. Tal como registran los estudios crito en las representaciones de las mujeres y hombres, aun entre quienes
aumento   del 
demográficos, hay una tendencia al aumento  del  nivel educativo entre nunca han migrado.
los migrantes indocumentados, y desde la década de los ochenta se habla
crisis   e c o n ó m i c a .   La migra
de un aumento vertiginoso relacionado con la crisis  2

ción es, sin duda, una alternativa de ascenso social, muchas veces más B I B L I O G R A F Í A  ,
valorada que los estudios secundarios o superiores, y además está dando
una oportunidad a los y las jóvenes de generar ingresos, ser más autóno BUSTAMANTE,  Jorge et al.  1 994. 
994.  "Los flujos migratorios de México a Estados 
Estados   U n í -
mos y verse menos sujetos a las normas familiares y   c o m u n i t a r i a s.s. 3
dos",  Demos, Carta Demográfica sobre México  7, p. 23.
El cambi o de valor de las tierras, ligado al fracaso agrario y a la pobreza GONZÁLEZ, Soledad.  1 996 . "Novias . "Novias pedidas, novias robadas.^olígamos
novias  robadas.^olígamos y  y madres
permanente, erosionan el poder económico de los hijos varones al heredar solteras. Un estudio de caso en el México rural, 1930-1990", en María de la
la tierra, y la búsqueda de trabajo estacional en otras parcelas y en otras López  (comp.), Hogares, familias: desigualdad, conflicto, redes solidarias y
Paz López 
ciudades conduce a que los jóvenes ganen independencia respecto de pa  parentales. México, El Colegio de México.
y  a b u e l o s . .  La pobreza obliga también a la incorporación de las muje
dres y  MUMMERT, Gail. Gail.  1 9 9 4 . .  "Cambios en la estructura y organización familiares en
un contexto de emigración masculina y trabajo asalariado femenino: estudio
res al mercado de trabajo, con lo cual ellas adquieren una mayor responsa
de caso en un valle agrícola de Michoacán". Ponencia presentada en el Semi
bilidad y, al mismo tiempo, sientan las bases para una autonomía que, a conflicto, redes solidarias
nario Hogares, familias, desigualdad, conflicto, redes  solidarias y parentales,
mediano plazo, contribuye a un mayor control sobre sus vidas y sus cuer Aguascalientes,  iNEGl/SOMEDE,  22 y 29 de junio de  de   1 994.
pos.*
pos.*   Así lo comprueban los testimonios de algunas mujeres que han tra Gustavo.  1 998. 
VERDUZCO, Gustavo.  998.  "Los factores de la migración 
migración  internacional", Demos,
bajado en otras ciudades, dentro y fuera del país,   y. que y. que regresan de vez en Carta Demográfica sobre México  11 , pp.   15  y   16.
cuando a las celebraciones locales y a saludar a sus parientes. ZÚÑiGA, Víctor.
ZÚÑiGA,  Víctor. 1996. "Composición familiar y migración interna e internacional
No hay duda de que pisar otras tierras y mirar la propia desde un en la zona metropolitana de Monterrey: el caso de Ciudad Guadalupe, N.
ángulo lejano es una fuerza transformadora. Los hombres que  que  migran 
migran  a L.", en
L.", en María de la Paz López (comp.),
López  (comp.), Hogares, familias: desigualdad, conflic
Estados Unidos inician un proceso reflexivo sobre el género, que es to, redes solidarias y parentales. México, El C olegio de México.
nuevo en la comunidad; llegan a hablar de igualdad de derechos entre
hombres y mujeres y, esporádicamente, realizan trabajo doméstico cuando
no hay mujeres en el hogar o cuando ellas también tienen que acudir a
trabajar; pero cuando visitan la comunidad vuelven a asumir su función
el  ámbito 
masculina en el  ámbito  doméstico. Las muchachas que han salido, ya sea
a Los Angeles u otras ciudades grandes del país, son las que tienen un
criterio más abierto para juzgar, expresan mayores ambiciones, ya sea por
el estudio o el trabajo y, en cierto sentido, tienen un mayor control sobre

Bustaraante   (1994), Zúñiga (1996) y 


Bustaraante
2
y   Verduzco 
Verduzco  (1998).
las  transformaciones 
  Algunas de las 
3
transformaciones  en la autoridad familiar las analiza Soledad 
Soledad  González
(1996).
 Los trabajos de 
4
de   Gail Mummert (1994) documentan
(1994) documentan también el mayor margen de acción
y decisión de las mujeres rurales que realizan trabajo   extradoméstico 
extradoméstico  en la región cen
del  país.
tral del 
 

C O N SI D E R A C I O N E S  TEÓRICO-METODOLÓGICAS
 

YM VA iS DCAU LEIMN OI DCAIIO


DOENSA, LH E G E M O N Í A

Víctor Seidler

EL PODER Y EL CONTROL

Muchas veces, los hombres de  diferentes  contextos culturales se dan cuenta
de que han  aprendido  a controlar para que no los controlen a ellos. Las
formas en que ejercen el poder son distintas y, en muchas ocasiones, los
hombres pueden aprender reflexionando sobre las experiencias de   m a s c u -
linidad de diferentes culturas. En la cultura machista que podemos en
contrar en América Central, como lo exploró el grupo de hombres de Can
tera, en  N i c a r a g u a ,  la cultura homofóbica manifiesta mucho miedo a lo
femenino. Los hombres aprenden a temer a sus emociones y sentimientos
porque éstos pueden hacerlos traicionar su identidad como hombres hete
rosexuales. Sie nten qu e deb en controlar a "sus
"sus"" mujeres, a un cu a nd o no
ejerzan el control en otras áreas de sus vidas y trabajo. Suponen que deben
dar órdenes a sus compañeras y que ellas deben obedecerlos. Algunas ve
ces harán uso de la violencia para asegurar que los obedezcan, situación a
la que creen tener derecho. Las estructuras del poder masculino suelen
serr  visibles;  el problema es que, como normalmente son algo que se da por
se
sentado, los hombres pueden pasarlas por alto.
Desde los setenta, en Occidente se han cuestionado las estructuras
del poder patriarcal, y en distintos países se tiene el nuevo concepto de la
igualdad de géneros. Sin embargo, con frecuencia esta situación sólo em
peora el juego de poder y control que se establece en las relaciones. El que
las jóvenes hayan entrado al mercado laboral y tengan ingresos propios
ocasionó un cambio radical en la lass relacione
relacioness de pen die nte s ddel
el gén ero . E llas
esperan otras cosas de las relaciones y, si éstas no funcionan, son capaces
de continuar con sus vidas. Si las relaciones fracasan, sigue existiendo el
remordimiento, pero si tanto los hombres como las mujeres intentaron
que sus relaciones heterosexuales funcionaran, lo que normalmente se
piensa es que el amor en la relación se terminó. Las personas no están ya
dispuestas a hacer que  u n a  relación  continué  cuando éste es el caso.
Aunque todavía existen las diferencias de ciase, la idea de   que las
relaciones tienen  q u e  funcionar para ambas partes ha atravesado las fron-

[147]
 

148 SOBRE  MA SC U U N ID A D ES
DEBATES SOBRE  M A S C U L I N I D A D E S ,  HECEMONA Y VI M EMO CIO
CIONAL
NAL 149

que  separan 
teras que  separan  a las clases. Las mujeres   ya   no conservan sus relaciones reproducimos   inconscientemente las suposiciones cristianas respecto a
reproducimos
por el bien de los niños si sienten que sus propias necesidades emociona una única fuente de p oder y autoridad divina. Se trata de la tradición jerár
les no se cumplen. El matrimonio no es ya un fin sino el marco en el cual quica en la que se tiene una cadena de autoridad, en la cual el padre
los individuos deben realizarse. Cuando una mujer siente que se le ignora representa a la autoridad divina dentro de la familia. Su palabra es la ley.
abre   e m o c i o n a l m e n t e , insistirá
en una relación o que su compañero no se abre , insistirá en En los Estados democráticos liberales todavía resuenan estas tradiciones,
que las cosas cambien. Se ha dado un cambio tan radical que no se la  autoridad 
de ahí que la fuente de la  autoridad  y del Poder Legislativo
Poder  Legislativo   sea única. Por
piensa que el hombre sea un buen esposo sólo cuando proporciona el ejemplo, en Inglaterra se tiene el concepto de la reina y el Parlamento
dinero para la familia. Las mujeres esperan obtener más   emocionalmente como fuentes exclusivas de autoridad. Durante años fueron la fuente últi
de sus relaciones. ma de la autoridad y el tribunal de apelaciones de todas las colonias del
La economía del tiempo es diferente y las mujeres esperan que los Imperio británico.
hombres se hagan más presentes en la relación. Anteriormente, cuando Como esta visión jerárquica de la autoridad podía identificarse en las
trabajaban horas extras para que la familia sobreviviera no había gran pro- diferentes legitimaciones del sistema de castas de la India, las lecturas de
b j ^ m a , ,   pero el presente es distinto y las mujeres se muestran insatisfechas las diversas tradiciones religiosas solían ser equivocadas. Resultaba difícil
con la ausencia de su pareja. Esperan que esté con ellas y  y   las/los 
las/los  hijas/ de  las
apreciar el poder de  las   deidades femeninas en las tradiciones hindúes.
hijos. Sin embargo, los hombres pueden sentirse incómodos en el espacio Las mujeres no eran sumisas ante las autoridades masculinas como lo son
doméstico, como si no pertenecieran a él. Como se sienten mejor con sus en Occidente; sin embargo, las jerarquías dependientes del género tenían
amigos en el trabajo, aceptan gustosos las horas   extras; extras;  el espacio domés y  la
sus propias tensiones sin resolver. Había que temer al poder femenino, y la
tico les es extraño. Pareciera que la familia se ha organizado sin ellos y sexualidad de las mujeres era una amenaza para la potencia masculina.
entonces no encuentran un lugar en ella. .  Ellas tenían identificaciones propias y podían ejercer formas de control
Cuando los padres esperaban que se íe se  íe s  respetara como las figuras de sobre sus hijos e hijas en las esferas religiosas.
autoridad tradicionales en la familia, su posición estaba perfectamente Podemos caracterizar formas diferentes de patriarcado en las que los
definida. Las madres los buscarían para qpara  q ue 
ue   ejercieran disciplina y auto hombres aprenden a ejercer el poder de varias maneras; el problema es
ridad  —'Ya 
ridad  —'Ya  verás cuando 
cuando  llegue 
llegue  tu
tu   p a p á " — . Al
  Al hablar con algunas jóvenes que al hacerlo, sugerimos cierto universalismo que con facilidad se vuelve
Bangladesh,   emigrantes 
de familias de Bangladesh,  emigrantes  en Londres, me quedó claro que reductivo.
surgían diferentes patrones. Cuando no existía la presencia de los abuelos Se trata de una debilidad de las tradiciones del trabajo crítico sobre
o abuelas, las nuevas parejas podían establecerse con facilidad, especial los hombres y las masculinidades, que definen a estas últimas exclusiva
mente si la mujer trabajaba fuera de la casa. Algunas jóvenes menciona términos  marxistas 
mente como relaciones de poder. Así, en términos  marxistas  ortodoxos, se
ban
nerselopara
silenciosas
defenderque eranhijas.
a sus sus madres y cómo de
Otras hablaban no que
eransecapaces
habían de interpo
establecido sugiere que las tradiciones culturales son legitimaciones ideológicas que
deben ser encubiertas para revelar las relaciones de poder dependientes del
más  equitativas. 
relaciones más  equitativas.  Normalmente, la madre se ocupaba de educar género. Se trata del tipo de marxismo ortodoxo que   Gramsci 
Gramsci  cuestionaba
a los hijos e hijas, y era ella la que   ios/las 
ios/las  disciplinaba cuando se portaban al intentar entender las formas en que la hegemonía actuaba. En las discu
mal. Los niños tenían la libertad de salir y llegar tarde a casa, mientras que masculinidades  hegemónicas 
siones de Robert Connell sobre las masculinidades  hegemónicas  se corre
las jóvenes no gozaban de ese privilegio porque ellas cargaban con el honor el 
el  riesgo de enmarcar a éstas exclusivamente como relaciones de poder,
de la familia. diversas  m a s c u l i n i d a d e s .
tanto entre los hombres y   las mujeres como entre diversas m
Son sorprendentes las semejanzas y diferencias que se observan al Aun cuando no sea la intención de Connell, con ello se fomenta el univer
analizar  la 
analizar  la  diversidad de las masculinidades culturales; por ejemplo, las salismo que sostiene las nociones y soluciones occidentales, y se dificulta
diferentes formas en que los hombres sostienen su poder y control, y teorizar las diversas culturas de la   masculinidad. Pareciera, entonces, que el
los   caracterizan 
las diferentes sensibilidades que los  caracterizan  son asombrosas. Sólo poder, de alguna forma, representa la "verdad" de la masculinidad que
cuando tomamos conciencia de cómo los patriarcados se han sostenido debe hacerse ver, y se olvida que la idea era explorar las relaciones comple 
en las diferentes tradiciones religiosas y espirituales, comenzamos a en  jas ent re el pod er y la vid a emo cio nal .
relaciones  dependi ent es 
tender la naturaleza de las relaciones dependi es  del género. A menudo
 

150 SOBRE   MASCULINIDADES


DEBATES SOBRE MASCULINIDADES,  HEGEMO N ÍA 
ÍA  Y VIDA EMOCIONAL 151

V O LV Í . .   A PENSAR LA HEGEMON ÍA las masculinidades. En lugar de enfrascarse críticamente


críticamente en las experien
cias del pasado, las clausura y presenta una ruptura radical entre las   e m o 
Las formulaciones que hace Robert   Connell  en   Masculinities   suelen 1
ciones y el  poder, entre la terapia y la política. Esto se debe a cierta lectura
repetir
repetir la distinción que él mis mo hace entre el poder y la vida emo cional, de   Gramsci  que necesita cuestionarse.
lo que refleja la distinción errónea entre la política y la terapia. Connell En   Recovering the  Self.  Morality  and Social   Themy,   hice una lectura
2

tiende a  identificar  la autoconciencia como una práctica terapéutica, en diferente de Gramsci que lo colocaba en los términos de la compleja rela
lugar de comprometerse de forma crítica con el individualismo que nutre ción de Marx con el racionalismo ilustrado; ahí,   mostaé cómo Marx se en
a las prácticas terapéuticas o explorar la razón por la cual los hombres cuentra tanto en el interior de la modernidad como  iuera  de ella. En los
necesitan romper con el intelectualismo que frecuentemente limitó los setenta, se solía leer a Gramsci a través de Althusseryse  insistía en repro
experimentos de los grupos de autoconciencia y evitó que los ho mbres rea ducir la distinción errónea entre una primera visión  h u m a n i s t a "",,  que su
lizaran
lizaran formas más directas de exploración emocio nal. El problema es que puestamente se basaba en una concepción dada de la naturaleza humana
los hombres adoptaban esta práctica para explorar ellos mismos el punto que necesitaba "realizarse", y cierta concepción   científica  del marxismo,
posterior, que consideraba  la  historia y la política como "ciencias".   E Áa
r
de vista feminista de que "lo personal es político" y, con ello, tener un
puente que les permitiera explorar la forma en la cual lo que la cultura lectura althusseriana  de Gramsci se encontraba especí&amente en los escri
moral liberal les había invitado a construir como experiencia "personal" y tos de  Stuart  Hall y Chantal Mouffe.
  Mouffe. Aunque Connell  m surge de esta tradi
"subjetiva", se encontraba en realidad conformado por relaciones mayores ción del marxismo  estructuralista,  sí comparte con él  c is t o  racionalismo mo
de poder y subordinación. ral. Es posib le identificar en él cierto temor por lo  personal y
  y emocional.
Necesitamos explorar la razón por la cual los hombres que están en con Es útil recordar estas tradiciones del trabajo intelectual, ya que, aun
textos culturales y de clase específicos se sienten atrapados por su raciona que desprestigiadas en el presente, continúan resonando. En el desplaza
lismo e incapaces de apartarse del intelectualismo que siempre habían miento que la teoría social hace desde Althusser  hasta  Foucault se sospe
dado por  sentado. Freud ya había identificado esto cuando se refirió a que chaba de lo "personal" y lo "emocional". Gramsci   mismo trabajaba con una
los hombres podían escapar de las emociones y sentimientos, que habían concepción relacional de los sujetos, en la cual los individuos se definían
aprendido a interpretar  como amenazas para sus identidades masculinas y en términos de sus relaciones con los otros, y no de cierta naturaleza inter
enfrascarse en el racionalismo que les permitía mantener distancia emo na que debía expresarse. Quería referirse a   los/las  individuos en términos
cional respecto a sí   m i s m o s .  Se trata de una dificultad que la autoconciencia de   sus relaciones sociales. Al mismo tiempo, en sus   Cartas de la   cárcel 3

mantiene y que el psicoanálisis tradicional reproduce. Con ello se explica exploraba lo que significaba "conocerse a sí mismo",  no sólo como una explo
por qué en diversos contextos culturales los hombres buscan formas más ración psicológica interna, sino en términos de una sed de relaciones so
expresivas de psicoterapia, menos preocupadas por las regresiones a las ex ciales. Algunas veces, esta exploración presenta una contradicción que
periencias de la niñez y comprometidas con explor explorar
ar directamente las em o surge de un punto de vista, según el cual, para desarrollar una conciencia
ciones y comportamientos no resueltos del presente. Buscan terapias que crític
críticaa debemos co mprendernos a nosotros mismos en relación
relación con la com
se relacionen con un futuro diferente en el cual ellos puedan sentirse más plejidad de  las  relaciones históricas y no en términos individualistas de
cómodos con las complejidades de sus vidas emocionales. cierta psicología interna.
Si exploramos las diversas culturas de la  m a s c u l i n i d a d ,  entonces tene En las importantes notas a pie de página, puede  werse  cómo Gramsci
mos que referirnos a las complejas relaciones que se dan entre el poder y se refiere a estas cuestiones. Sólo en las últimas páginas de  Cartas de la
la vida emocional. Debemos cuestionar la presteza con la cual Connell  cárcel  puede
  puede
notarse su insatisfacción con el tipo de   Jescripción  estructu
distingue entre lo que considera la política terapéutica de los setenta y la ral que trata a la experiencia como un efecto de los discursos predominan
política real que la siguió. Se trata de una distinción poco útil que marca tes. Gramsci ya cuestiona la tradici
tradición
ón racionalista  que  descalificaba a la
diferentes momentos históricos de la exploración crítica de los hombres y

2
  Victor Seidler, Recovering the Self: Morality and Social  Th eory, Routledge,
 Routledge, Londres,
 Londres,   1994 .
  Robert
1
Robert   Connell,  Masculinities,  Berkeley,
Berkeley,   University of California, 
California,   1995 . 3
  Antonio Gramsci, Cartas de la cárcel,  México, Era, 1981.
 

152 D EBA TES


TES   SOBRE
SOBRE   MASCULINIDADES Y  V L M EMO C IO N A L
MASCULINIDADES, HEGEMONÍA Y  153

tradición religiosa católica por considerarla irracional, al reconocer que, te, dentro de la modernidad protestante, que legislaba una relación espe
por lo menos en Italia, había que comprometerse críticamente con el po y  la   vida emocional. Esta visión de la masculinidad no
cífica entre la razón y la
der de las tradiciones católicas para configurar identidades particulares. puede traducirse a otros contextos culturales distintos; más bien debe vol
Se dio cuenta de que la misma noción del tiempo se estruc turaba de acuerdo ver a estudiarse en una tradición católica. Es común encontrarse con que
con el calendario católico, y cómo, así, se estructuraban las identidades y en las culturas posmodernas, la gente insiste en que estas historias ya no
sentidos del presente y el futuro. En lugar de descartar las tradiciones influyen en culturas más seculares. Sin embargo, debemos tener cuidado
debemos   explorarlas 
religiosas como formas de superstición, debemos  explorarlas  verdades que antes de hacer esta suposición y hablar de "masculinidades hegemónicas",
incluyen, y las formas en las que pueden mantener a la gente en condicio porque entonces podríamos impulsar el tipo de universalismo que Gramsci
nes opresivas y humilla ntes. Así se incluiría explorar la manera en la que lo cuestionó en su pensamiento sobre Italia.
femenino se idealizaba en la figura de la virgen y, al mismo tiempo, se
experimentaba como una contaminación terrible para los hombres. Según
la lectura católica del Génesis, Eva era una tentación que debía identifi LA HEGEMONÍA Y LA VIDA EMOCIONAL
que   resistirse.
carse con la serpiente y a la cual había que  resistirse./Si
/Si   los hombres no
podían confiar en las mujeres, entonces tampoco podían confiar en lo "fe hegemónicas"   debemos
Si continuamos pensando en las "masculinidades hegemónicas" 
menino" que se encontraba en ellos mismos. evitar el discurso universalista que trata a la masculinidad exclusivamente
De los últimos escritos de Gramsci debemos aprender que no pode como una relación de poder. En diferentes contextos de clase, "raza" y
mos definir exclusivamente a la masculinidad como una relación de poder. etnicidad, se presentan diferentes visiones de masculinidad que necesitan
Gramsci introduce la noción de la hegemonía para escapar de dicha defi explorarse con cuidado. Por ejemplo, la manera en la que los hombres se
en   cuestionamientos a
nición; quería centrarse en  cuestionamientos a la legitimidad, relacionados identifican con la fuerza física puede descalificarse ante el contraste entre
con las diversas fuentes de poder. En consecuencia,  h ay 
ay  que comprometer el trabajo manual y el intelectual. Podríamos sentirnos incómodos si no
nos con las tradiciones católicas y las formas en las cuales sostienen visio somos fuertes, pero también pudiera ser que los hombres de clase medía
nes particulares del poder masculino. Esto se relaciona tanto con nociones desdeñaran la fuerza física por sí misma. Necesitamos explorar historias
de pureza como con nociones de lo "masculino" que de alguna forma no se que resultan muy complejas. Guando Gramsci se refiere a la  la   hegemonía
encuentran contaminadas por lo "femenino". Necesitamos explorar la ma de las instituciones capitalistas en las culturas morales, distingue los dis
nera en la cual las masculinidades heterosexuales y homosexuales particu tintos espacios en los cuales debemos crear relaciones alternas y formas
lares se relacionan entre sí. A menos que nos comprometamos con los de de vida que, al unirse, representan una contra-hegemonía. Esto puede
talles, seremo s incapaces de apreciar la manera en la cual las subjetividades atestiguarse en los movimientos anticapitalistas que surgen en oposición a

masculinas se organizan en torno a sí mismas y a otras. También debemos la   globalización. 


la globalización.  La gente busca un punto de vista diferente de la relación
referirnos a los miedos homofóbicos específicos que surgen cuand o los hom entre la cultura y la naturaleza; la mente,  e l  cuerpo y el espíritu, y entre el
bres se encuentran cerca unos de otros, y a la seguridad que ofrece el hu trabajo y la vida íntima.
mor en estos casos. Gramsci intenta subrayar que no sólo se trata de valores y creencias
A menos que nos ocupemos de los miedos y ansiedades específicos, alternativos, sino de crear relaciones y estilos de vida que sostengan estos
no podremos apreciar la manera en la cual se sostienen las subjetividades puntos de vista. Se trata de una parte del complejo proceso histórico me
masculinas. En lugar de asumir una visión de la libertad y la autonomía diante el cual la gente gradualmente reconocerá las conexiones que exis
en l os 
individuales en l os  términos de una cultura protestante, debemos explorar ten entre distintas esferas de la vida las cuales había aprendido a separar.
los diferentes puntos de vista de la modernidad. En  Rediscovering
 Rediscovering   Mascu De alguna forma, cuando se habla de masculinidades "hegemónicas" es
linity,   me centré en la relación entre una masculinidad blanca dominan-
4
fácil olvidar los contextos culturales y políticos en los que las teorías de
Gramsci se desarrollaron. Él intentaba cuestionar la expansión del Fas
cismo en la comunidad de la clase obrera cuando el apoyo a   Mussoiini
 Victor  Seidier,  Rediscovering   Masculinity.  Reason, Language, and Sexuality,  Londres,
4 crecía. Estaba consciente de que no podíamos centrarnos solamente en
Ro u t led g e,  1989. la  explotación   capitalista. También había que explorar
los mecanismos de la explotación que explorar
 

154 SOBRE  MA SC U U N ID A D ES
DEBATES SOBRE  MASCULINIDADES, I- l   M O N Í A   Y VIDA EMOCIONAL 155

las conexiones  entre  el poder y la cultura para, así, cuestionar el análisis En las Ca rta s    de la  cárcel,  Gramsci comenzó a   cuestionar el  universa
de las  masculinidades hegemónicas,  centrado exclusivamente en las re lismo tan  comúnmente  implícito en los escritos de Marx, en particular la
laciones de poder, que impide las conexiones entre la cultura y la vida autoridad que Lenin asumió en relación con la experiencia  y la conciencia de
emocional. la clase obrera. En estas cartas a su familia, Gramsci quería explorar su pro
De esta forma, el análisis de Connell se queda en términos de un pia voz como individuo y reflexionaba críticamente sobre su propia expe
análisis estructuralista, aunque no en los mismos términos con los que los riencia política en la izquierda. Ahí rechazó el contras te, presente en algunos
althusserianos   trabajan. Por eso es que, al referirse a la masculinidad como de sus trabajos anteriores, entre "conocerse a uno mismo/una misma" per
poder, no estudia las experiencias contradictorias de los propios hombres. sonalmente y "conocerse" políticamente a través de las relaciones con   otros/
A pesar de que podemos aprender mucho de los estudios más empíricos de otras. Se trataba de una falsa  oposición  que le impedía compartir su expe
Connell, poco podemos desprender respecto a cómo surgieron estas mas riencia como hombre con su propia familia. Sin embargo, en los escritos de
culinidades, y se presenta una fractura con discusiones más teóricas sobre Connell, lo personal se vuelve "terapéutico" cuando se analiza la hegemo
éstas. Las diferentes secciones no embonan, y es  fácil  sentir que no se nía como una relación de poder, como parte de una jerarquía de poderes.
proporcionan términos que ayuden al análisis de lo que ocurre en los estu Así resulta que, al referirnos  a las  masculinidades hegemónicas, nega
dios más empíricos. mos lo personal y lo emocional. En consecuencia, las luchas personales
Gracias a la teoría social   posmoderna hemos aprendido a cuestionar el masculinas con las masculinidades que heredaron no se politizan, y obte
universalismo que por tanto tiempo inundó a las teorías sociales. Hemos nemos un análisis reductor que sólo utiliza el lenguaje del poder. Con ello,
aprendido a cuestionar la posición desde la cual los sujetos hablan y las las "masculinidades" se convierten fácilmente en el nuevo objeto de la
formas en que se colocan frente a los discursos dominantes. En parte, esto investigación   científica,  aunque no cuestionen  las  suposiciones masculi-
incluyó la recuperación del punto de vista de la política sexual respecto a nistas que trabajan en el objetivismo de las metodologías de investigación
que la gente debe hablar desde su propia experiencia y no hacerlo en tér- positivista. Por el contrario, se corre el peligro de seguir la dirección de las
"vmwür-vaoi'oí.'iíííira  ¿r'íiedisreíki J^iOí-tiie/or-pai ¿•'an'OsFnd"  rogar  oe -astniíii
5
— í i r . f t' t f o r i i k í a í i f c s '  T (eg^rifit )irícas-pui
(eg^rifit)irícas 'qtie '5 >e itteríciíf
-pui'qtie
;
 y intuiría persoiJaT  y ^ e i n u -
itteríciíf y
que la "experiencia" es algo dado, nos dimos cuenta de que se trata de algo cional. Se  permite a los hombres reproducir un espacio teórico des/conec
fragmentado y de que las identidades son complejas. Lo anterior se oponía tado de la exploración de su propia experiencia como hombres.
al universalismo que impulsaba a las mujeres a hablar en nombre de Hasta cierto punto, esto nos recuerda las dificultades que Marx tenía
otros, suponiendo que compartían la misma situación de subordinación y con su propio origen judío, origen que tenía que negarse para que él pudie
opresión. Se cuestionó implícitamente el universalismo cuando las muje ra hablar en  términos  universalistas de la humanidad. Sin darse cuenta,
res de diferentes contextos de clase, raza y etnicidad aprendieron a hablar Marx asumió  que  su propia diferencia como judío no  leproporcionaba  una
desde su propia y distinta experiencia de otredad. posición  desde la cual pudiera  hablar,  es más, se trataba de una particula
Al mismo tiempo, al referirnos a las masculinidades   posmodernas ridad que,  en  términos católicos dominantes, necesitaba
necesitaba trascender para
homogenizadoras  y  unifi-
debemos tener cuidado y no presentar visiones  homogenizadoras poder hablar  desde  los términos universalistas de la razón. En lugar de
cadoras de la masculinidad. Así, tendremos que cuestionar los discursos apreciar cómo  el  discurso universalista de la razón, establecido en oposi
universalistas del poder y volver a pensar los términos de la dominación ción radical  a la  naturaleza y la  vida  emocional, legitima y habla por la
masculina. Si insistimos en articular los   cuestionamientos  de Gramsci en experiencia de  una  masculinidad blanca, heterosexual, cristiana y domi
términos  estructuralistas,  esto es, como relaciones de poder, perderemos nante, Marx asume que se trata de  un   avance incuestionable. El carácter
la conexión con la experiencia contradictoria de diversas  masculinidades.  jud ío d e  Marx debe trascenderse en el camino hacia lo que   es ser  "huma
Es más, seguramente identificaremos, como Connell lo hace, a los hom no". Sostener  una  particularidad amenaza y compromete la universalidad
bres con las masculinidades contra las cuales ellos luchan. Debemos te del humanismo, identificado únicamente con la razón y la racionalidad.
ner cuidado y no encajonar a los hombres en las relaciones de poder, tanto Es por  esto  que Marx asume que de alguna forma tiene que librarse de su
con las mujeres como con otros hombres, sin crear espacios en los cuales carácter judío para existir como ser humano.
podamos explorar las relaciones contradictorias que los hombres estable A menos  que  seamos capaces de criticar el universalismo que perma
cen frente a las masculinidades dominantes. nece  implícito  dentro de las  tradiciones 
tradiciones  marxistas,  reproduciremos estas
 

D EBA TES
TES   SOBRE MA SC U L IN ID »
SOBRE MA MA SC L MIO A D ES
ES,, HEGEMO N ÍA
ÍA Y VIDA  EMO C IO N A L
 Y   VIDA  157

suposiciones en  la  política sexual que se configura bajo estas definiciones. Yn   lugar de impulsar a los hombres para que hablen desde su propia
Una   de las fortalezas de los escritos de   Marx   que sigue en pie es su pre experiencia y exploren las complejidades de las subjetividades masculinas,
ocupación por la justicia y su lucha en contra de la explotación  y   la opre nos encontramos en el discurso universalista y abstracto de las masculini
sión. Sin embargo, al mismo tiempo, Marx sólo consideraba la injusticia y dades hegemónicas. Así, se han presentado marcos teóricos que las orga
la opresión  "reales''  cuando se daban en el espacio público del trabajo y  l a nizaciones globales utilizan, ya que parecen proporcionar un análisis que  '
política. Se trata de una suposición que el feminismo ayudó a cuestionar no necesita escuchar a los hombres. No necesitamos escuchar qué es lo
como parte de su crítica de la modernidad. No sólo cuestionó las distincio que los hombres quieren, digamos en relación con la salud reproductiva,
nes entre la cultura y la naturaleza,   la   razón y la emoción, sino también ni involucrarnos en el difícil proceso de  de  n e g o c i a c i ó n 
n  entre diferencias. Es
entre las esferas pública y privada, al sostener qu e lo "personal es  político". más, suponemos que como los hombres tienen el poder, entonces no pue
personal,   crítica 
No se trataba de reducir lo político a lo personal,  crítica  falsa que Connell den tener ninguna virtud de su lado.
y L y n n ee   Segal harían e n  contra del proyecto Talón de Aquiles a principios De forma paradójica, el análisis hegemónico de la masculinidad silen
de los ochenta. No obstante, traicionó el rechazo a aceptar que , al hablar de ció a ios hombres que necesitábamos escuchar y los hizo sentirse culpa
hombres, la exploración de las vidas emocionales y personales puede   ser bles y avergonzados de sus sus   m a s c u l i n i d a d e s . .  En lugar de hacerlos cons
parte de una política masculina capaz de cuestionar el racionalismo que cientes de que aun cuando las masculinidades heredadas pudieran ser
ha dado forma al pensamiento de la izquierda. parte del problema, revisar dichas masculinidades podría ser parte de la
Al pensar las masculinidades, los cuestionamientos sobre la diferen solución. En los discursos dominantes de las masculinidades hegemónicas
cia   en   relación con  la   cultura, la religión, la raza y las etnicidades suelen no hay ningún espacio para que esto ocurra. Es más, su universalismo y
debilitarse como formas particulares que necesitan ser trascendidas cuan alcance global son parte del problema.
do nos dirigimos  hacia   el discurso más universalista del poder. Esto  tam-
bién perjudica el pensamiento sobre las relaciones complejas que los  hom-
bres tienen con las masculinidades heredadas  y  silencia la experiencia vivida
por los hombres como tales, cuando nos encontramos atrapados por los
términos abstractos de las masculinidades subordinadas y hegemónicas.
Aun cuando el trabajo de Connell se desplazó hacia una discusión más
plural de las masculinidades, alejada de puntos de vista singulares de lo
masculino, que a menudo incluyen suposiciones específicas respecto  de
la clase, la raza y  lo   sexual, lo cierto es que también ayudó a  a  l i m i t a r r  la
exploración de diversas culturas de la masculinidad cuando la gente   se
encontró en el discurso universalista y homogéneo del poder.
Lo anterior tiene consecuencias paradójicas en el análisis del discurso
que se separó del estudio del poder que ios hombres tenían en relación
con las mujeres y los hombres   gays,  para pensar  en   términos de cómo las
diferentes "posiciones del sujeto" se articulan en los discursos dominan
la  ma culinida d volvió al marco del análisis feminista poses-
tes. Con ello, la 
al  m i s . . . o 
tructuralista, al  o  tiempo que cuestionó los conceptos de determina
das   identidadejLjseruales jtxle />éru r ¿t.oite   e^c^r3 ]^jij ^j ./'XDres^i«.„é \L .
das  >
J

pensar en términos   de  la posición del sujeto y rechazar las identidades   po


considerarlas ensamblajes provisionales  de   ciertos rasgos y cualidades,
desacredita lo emocional  y  lo personal. Entonces, de diversas maneras
se dificulta la exploración de las formas en las cuales los hombres puede;
cambiar, porque  se   encuentran fijas respecto de las relaciones de poder.
 

¿D ME AUSNC AU LCI AN ITDEAGDO ERSÍ A) ? E:   NL O  CSORNI ES ST GR OUSC C I Ó N 1

 Ana  Amuchástegui  Herrera

 Los autores del género quedan


encantados por sus •propias ficciones
JUDITH BUTLER

Aunque  Butler  aplica esta frase a todos aquellos que hemos sido "generi-
(Butler,  1 9 9 8 ) , ,  podemos aventurarnos a usarla también para quie
zados" (Butler, 
nes trabajamos, investigamos o teorizamos sobre cuestiones de género. El
problema del esencialismo no se reduce al enfoque biologicista, sino que
puede permear, sin que sea la intención de sus autores, muchas represen
taciones del género, entre las cuales están las premisas de las que parti
mos
tivos para nuestro
e incluso en trabajo, ya sea
las diversas en políticas públicas,
aproximaciones teóricas. en modelos educa
En particular la literatura sobre hombres y masculinidad(es) parece
estar en riesgo de representar al género  — a  la masculinidad en c o n c r e t o —
como si fuera una-cosa-en-sí-misma,   aunque la intención de  deconstruir-
2

lo  aparezca explícita. El presente trabajo pretende poner a discusión algu


3
nas de las vertientes de este riesgo.
Este artículo está escrito desde mi experiencia como investigadora
sobre temas de género y sexualidad con hombres y mujeres. Pero también

1
 Una versión breve de este artículo  apareció publicada en La Ventana, núm. 1 4 , Universi
dad
flexión de sobre
Guadalajara, diciembre
 el trabajo de  2001, bajo
y la investigación sobreelhombres
título "Lay navaja dos   filos: Una
de dos 
masculinidades filos: Una re
en  México".
L as   discusiones suscitadas en la reunión Masculinidad   y  poder, organizada por el  P U E G
en febrero de 2002, nutrieron la reflexión aquí presentada.
2
 Parafraseo aquí a Caplan  (1987) cuando habla de que la sexualidad se ha convertido en
una  cosa-en-sí-misma  en el contexto de la modernidad cultural. Me parece que algo
similar podría suceder con "la masculinidad" en este momento.
3
 Agradezco la colaboración de Roberto Garda, Yuriria Rodríguez y Elizabeth García en la
realización del trabajo de campo de la investigación en la que se basa este artículo y
algunos comentarios del material producido, así como la generosidad Benn o De Kjeizer,
generosidad de Benno
Juan Guillermo Figueroa, José Aguilar y Eduardo Liendra, quienes han compartido con
migo su visión de! trabaje con hombres en México. Asimismo, conté con la fortuna de
colaborar temporalmente con Delia Villalobos en su trabajo de promoción de la salud y
la equidad de género en comunidades rurales de Michoacán.

[159]
 

160 SOBRE  MASCULINIOADES


DEBATES SOBRE 
¡MA SC U U N ID A D (ES)?: L O S R IESGO S   DE   U N A C A TEGO R ÍA EN C O N STR U C C IÓ N 161

desde mi experiencia de relaciones con los hombres; como madre novata


Respecto de las investigaciones sobre hombres y masculinidades,
de un niño de ojos grandes, como compañera no tan novata de un hombre
Seidler  (1989)  y el colectivo de  chules  H eel  han insistido desde hace
claro, como hija, como amiga, como colega, como   investigadora...
tiempo en la necesidad de que los investigadores y activistas mantengan
¿Puede   haber una posición más subjetiva desde donde investigar y
un trabajo personal de modo que puedan reflexionar sobre su condición
reportar lo investigado? Difícilmente. Y sin embargo, aunque muchos lo de hombres en circunstancias particulares,  y en cómo éstas intervienen en
pretendan diferente, no existe otro modo de hacerlo. La única realidad su quehacer. En el caso de estudios realizados en México, un ejemplo de
que conocemos está teñida por los métodos que seguimos para conocerla, reflexiva se encuentra en Gutmann (1996) y Prieur  ( 1 9 9 8 ) ;
esta postura reflexiva
y éstos, a su vez, son marcados por la subjetividad del o la investigadora.
De modo que me veo obligada a advertir que si el lector busca en estas
La diferencia entre el enfoque aquí descrito y aquellos basados en el para
páginas un reporte "objetivo" de resultados de investigación saldrá decep
digma  objetivista  de las ciencias, es que quien investiga   explícita y asume
cionado, pues intento más bien lanzar algunas interrogantes y cuestiona-
la posición desde la cual construye su objeto de estudio e interpreta su
mientos sobre la investigación y el trabajo sobre hombres y masculinidades
material de campo.
en México, que han surgido de mi particular posición en el campo. Para
Es obvia aquí una interpretación construccionista del conocimiento, empezar, soy  feminista,  lo cual me coloca en una cierta perspectiva, en el
orientada por los trabajos fundacionales de Berger y Luckmann  (1968)  en sentido de que mi investigación parte del reconocimiento de la diferencia
sociología, Geertz  (1983 y   1989) en antropología y Gergen y  Davis (1.985) y de la necesidad de escuchar al "otro" (en este caso los  hombres) desde su
e Ibáñez  (1994) en psicología. La crítica a la visión objetivista y positivista propio punto de vista, tomando en cuenta el contexto de desigualdad de
del conocimiento ha invitado a la reflexión desde hace ya varias décadas. género que caracteriza a nuestro país.
Científicos sociales de diferentes corrientes teóricas   —y  a través de dife
rentes  conceptos—  nan   ahrma'do' la '  importancia 'de'  la   síibjétivida'd 'del
1

investigador y el carácter construido del conocimiento, definiéndolo como


LA INVESTIGACIÓN
el resultado de una interacción entre sujeto y objeto de investigación
(Devereaux, 1989; Bertaux, 1993, entre   o t r o s ) . 4
Este artículo nace del proyecto — en  proceso  todavía—  "El significado de
En particular en el campo de los estudios sobre género, quienes parti
la reproducción para  los  hombres: salud, poder y  género",   cuya motiva
5

cipan, ya sea a favor (Stanley,  1990)  o en contra (Bartra,   1998)  de la posi


ción inicial fue conocer algunos de los procesos que   intervienen  en las
ble existencia de una "metodología feminista", afirman la  importancia d e
prácticas de salud reproductiva de los hombres, especialmente a partir de
la subjetividad del o la investigadora en la producción de conocimiento:
los significados que atribuyen a la sexualidad y la reproducción.
La investigación consiste en un estudio exploratorio sobre los signifi
En otras palabras, la clase, la raza, la cultura, las presuposiciones en torno al cados que los hombres atribuyen a su  cuerpo,  su sexualidad, su reproduc
género, las creencias y los comportamientos de la investigadora, o del inves
tigador mismo, deben ser colocados dentro del marco de la pintura que ella o ción y su salud, atendiendo a sus condiciones materiales de vida y a las
él desean pintar. Esto no significa que la primera parte de un informe de relaciones de género en las que están insertos. Se ha buscado conocer
investigación  deba dedicarse al examen de conciencia (aunque tampoco esté cuáles son los  malestares,  dolores, pérdidas y desventajas de ciertas formas
del todo mal que de vez en cuando los investigadores hagan examen de con de masculinidad, así como los beneficios que pensarían recibir si cambia
ciencia). Significa más bien, como veremos, explicitar el género, la raza, la ra la construcción cultural del género que ellos viven. Se trat
trata
a de conocer,
clase y los rasgos culturales del investigador y, si es posible, la manera como a nivel de las emociones, los significados y la intimidad; el efecto de los
ella o él sospechan que todo eso haya influido en el proyecto de investigación
discursos que constituyen cierta subjetividad masculina, de modo que se
[...]. Así, la investigadora o el  investigador se nos presentan no como la voz
haga efectiva aquella máxima de que "lo personal es político", en el senti
invisible y anónima de la autoridad, sino como la de un individuo real, histó
do de estudiar la dimensión de poder y sujeción que  el género implica.
rico con deseos e intereses  particulares y específicos (Harding,  1998; 
1998;   25).

4
 Para revisar la influencia de esta visión d el   conocimiento en los métodos cualitativos de 5
 Esta  investigación  ha sido auspiciada  p or  la Universidad Autónoma  Metropolitana-Xo-
investigación en ciencias sociales, véase Martínez,   1996 y Guba y Lincoln,   1994 .
chimilco  y  p or una beca de liderazgo de la Fundación   MacArthur.
 

162 M   W J L I N I D A D E S
DEBATES SOBRE M ¡MA SC U U N ID A D (ES)?: L O S R IESGO S   DE   U N A C A TEGO R ÍA EN C O N STR U C C IÓ N 163

Estas   inquietudes 
Estas inquietudes  surgieron de investigaciones previas sobre sexuali Tomé esta decisión debido a que Roberto Garda formaba parte del grupo
dad   ( A m u c h á s t e g u i , ,  1998a, 1998b, 2001; Rodríguez, 
Rodríguez,  A m u c h á s t e g u ii,,  Rivas de hombres que íbamos a entrevistar en CORIAC y porque me parecía im
y  B r o n f m a n , ,  1396), aborto (Rivas y Amuchás tegui, 1996) y derechos re portante detectar el tipo de relación que los hombres entablaban con mu
productivos (Rivas, Amuchástegui y  y   Ortiz,
Ortiz,   1998 y 
y  1 9 9 9 ) , ,  en las cuales, es   e n t r e v i s t a d o r a s . .  Al final, no sólo el sexo del  entrevistador,
 jer es entrevistador,  sino sus
durante el trabajo de campo, se evidenció el carácter eminentemente características raciales, culturales y de  de   clase
clase   producirían efectos impor
relacional del género. Es decir, se hizo necesario comprender el lugar de tantes en la información.
los hombres en los vínculos que perpetúan la desigualdad entre hombres y Realizamos en total tres sesiones de entrevistas  entrevistas   autobiográficas 
autobiográficas  narra
mujeres y, al mismo tiempo, analizar la masculinidad en su   contradictoria (Lindón,  1999) con
tivas (Lindón,  1999) con ocho hombres de Michoacán y siete de la ciudad de
dimensión de mandato restrictivo y "pedagogía para la  la  o p r e s i ó n " . 6
México. La guía de entrevista fue uniforme y consistía en estímulos abiertos
Con el fin de que la investigación se incluyera en un proceso de traba para que los participantes relataran historias sobre   diferentes  diferentes  aspectos de
 jo a l argo pla zo, me inv olu cré en las act ivi dad es de un gru po del Col ect ivo su vida, como su infancia, sus amores, su sexualidad y su paternidad. Esta
gran cantidad de material de campo está en proceso de análisis e interpre
de Hombres
México, y conporlos
Relaciones hombres  de
grupos deIgualitarias (CO RIA C) ,  con sede en la ciudad de
comunidades rurales de Michoa- tación, pero de una primera lectura  lectura  se
se   desprende una de las inquietudes
cán convocados por el Equipo de Promoción de la Salud Comunitaria, que deseo plantear: la dificultad  dificultad   —o  error—  de utilizar una categoría de
coordinado entonces por  por   Delia 
Delia  Villalobos. Con ellos estuve presente en masculinidad como entidad discreta e  e  identificable 
identificable  en cada relato de vida.
diversos talleres sobre cuestiones de género, sexualidad y salud, a partir de Como puede apreciarse, los acontecimientos personales referidos ten
los cuales invité a los participantes a colaborar en la investigación a través drían efectos directos en mi aproximación al problema, los sujetos y las
de la realización de entrevistas individuales. Decidí llevarlas a cabo yo posibilidades de interpretación de la investigación. Aunque no es impres
misma para tener una impresión directa de las condiciones de producción cindible, pasar por la experiencia de la reproducción (biológica y social) y
del 
del   material de campo, y porque quería sostener la pregunta de investiga los ajustes, negociaciones y conflictos que implica, me  me  permitió 
permitió  incorpo
ción durante las mismas. en   el
rar en el   trabajo información subjetiva que resultó importante para com
algunos  primeros encuentros,
Después de haber realizado algunos primeros  encuentros, el des eo se prender la experiencia de hombres y mujeres.
me atravesó en el camino y nació Daniel, mi hijo, durante el periodo de Por ejemplo, gracias a largas conversaciones con mi compañero y pa
trabajo de campo. Obedeciendo medidas preventivas del embarazo, me dre de mi hijo, pude comprender la dificultad que viven muchos hombres
fue imposible seguir viajando a   M i c h o a c á n , ,  por lo cual me enfrenté a la para vincularse amorosamente con su primer hijo recién nacido, en virtud
necesidad de delegar la realización de las entrevistas, cosa que nunca ha escaso   —o
de su escaso  —o   n u l o —  —  "entrenamiento" práctico y emocional frente al
bía   h e c h o .
bía  suceso. Pude también entender la responsabilidad y confusión que signifi
Encomendé esta tarea en Michoacán a Roberto Garda, sociólogo y ca la asignación esencialista de un saber maternal a las mujeres por el solo
miembro de CORIAC, quien para ese entonces ya había llevado a cabo un hecho de haber gestado y parido, al mismo tiempo que la relativa posición
prolongado trabajo de reflexión sobre su condición de hombre. Estas cir de poder que nos puede otorgar el mismo hecho.
pertenecía  al 
cunstancias y el hecho de que no pertenecía  al  grupo de Michoacán me
parecieron que lo habilitaban como un escucha sensible.
Después de iniciar las entrevistas en CORIAC, tuve que interrumpirlas LOS PUNTOS DE PARTIDA: ENCARGOS Y DEMANDAS
por la necesidad de atender a mi hijo durante su primer año de vida. En
este caso, solicité a Yuriri
Yuririaa Rodríguez y a Elizabeth García (en e se enton  La "masculinidad", como categoría teórica y empírica, y la proliferación de
ces investigadoras asociadas del Programa Salud Reproductiva y Sociedad trabajos relacionados con el tema surgieron recientemente, "hacia el ini
de El Colegio de México) que colaboraran en esta fase de la investigación. los   o c h e n t a " ,   y obedecen a una serie de procesos
cio de la década de los  7

7
Cazés (1998) afirma que
afirma  que "estos estudios no comenzaron hace ta
hace ta n  poco tiempo, pues
6
 Guillermo  N ü r . ez, 
 Guillermo  ez,  comunicación personal. I Reunión de Organizaciones Civiles que los trabajos de incontables investigadores del pasado se ocupan de los hombres, la
trabajan con nombres, Querétaro, México, 2000. de las feministas,
virilidad y la masculinidad, y gran parte de las obras de las  feministas, al menos desd e
 

164 DEBATES  s o r * ;  MASCUUNIDADES ¿ MA SC U L IN ID A D ÍES)?: L O S R IESGO S   DE   U N A C A TEGO R ÍA EN C O N STR U C C IÓ N 165

sociales,  políticos  y académicos que vale   la   pena mencionar con el fin de milia  como función exclusiva de  los hombres y asno emblema prin
construir, com o se dijo anteriormente, el contexto en el   cual  se está reali
construir, cipal d e  la masculinidad. Aunque Gutmann   (19%) pretende
  pretende anali
zando este estudio y la posición desde  la  cual investigo el tema. zar estas transformaciones en las identidades masculinas y la divi
A mi parecer, el gran interés por el estudio de la (o las)   masculinidad(es) sión sexual del trabajo en una colonia popular de la ciudad de
y el trabajo con hombres a nivel internacional  —principalmente  en el mun México , hace falta un trabajo
trabajo histórico más ampio que nos permita
do   a n g l o s a j ó n —  surge de cinco fuentes fundamentales: construir en detalle los efectos que la   globalización  económica y
cultural del neoliberalismo ha producido en los soportes tradicio
1)  Lastransformaciones que los   movimientos feministas norteameri
norteameri nales  de   la masculinidad. Por ejemplo, es necesario conocer las
cano e inglés trajeron, tanto en   la   academia como en   las relaciones consecuencias de la destrucción de la   economíaagrícola
economíaagrícola de subsis
de pareja durante las décadas de los setenta y ochenta, incitaron a tencia, la migración internacional de hombres y mujeres
mujeres y la pe ne
algunos hombres a reflexionar
reflexionar sobre su participación en la desigual tración creciente de los medios electrónicos   e olas  redes sociales,

dad dey género. En particular,   sociólogos  cercanos al mar


xismo a las luchas so ciales dealgunos
las mujeres se mostraron  sensibl/js 4) familiares
Los documentos y de género.
internacionales firmados en las Conferencias de
a la democratización de las relaciones íntimas y de  las  familias. Tal El Cairo y Pekín, en los cuales se enfatiza la  importancia de "incre
es el caso de Seidler   ( 1991)  en Inglaterra, de  Kimmel (1987)  en mentar la participación" de los hom bres en los procesos reproduc
Estados Unidos, de   Kaufinann (1989)  en Canadá, y de Connell tivos. Segú n el Programa
Programa de la Conferencia   Internacional
Internacional de
  de Pobla
( 1987)  en Australia. En México, Cazés (1998) comenzó   a  reflexio ción y Desarrollo: "El objetivo es promover la   eqjádad  de género en
nar sobre el tema como sociólogo preocupado por  las  desigualda todas las esferas  de la vida, incluyendo la vida familiar i ar y comunita
des, y Figueroa   ( 1 9 9 8 ,  2000), como demógrafo y filósofo conoce ria, e impulsar a los hombres a hacerse  responsables de su compor
dor de la problemática de la salud y los derechos reproductivos. De tamiento sexual y reproductivo, y de sus roles  seriales  y familiares"
Kjeizer ha trabajado en torno a cuestiones de masculinidad, salud y (CIP D ,  4 . 2 5 ) . *
paternidad tanto desde la perspectiva académica (De   Kjeizer,  1998 Preocupados por el crecimiento  poblacionai  de los países del
y  2001)  como desde el activismo. Tercer Mundo  —aunque  no necesariamente   par  cerrar la brecha
2) El surgimiento del movimiento homosexual y de los estudios  gay y económica entre los países centrales y   periféricos—,  los organis
la necesidad de criticar la
la homofobia. En México, e sta vertiente ha mos internacionales fueron influidos por la   fuena  del movimiento
tenido expresión en los trabajos de Hernández Meijueiro (1998) y feminista global, pues tuvieron que reconocer   queel comportamien
  comportamien
N ú ñ e z  (1999) y en nuevas producciones de corte etnográfico to sexual y reproductivo de las personas sucede en el contexto de
(Hernández Cabrera, 2001 y González Pérez, 2001). Sin embargo, grandes desigualdades, entre otras las de  g é n e r o . Sin embargo, por
pocos trabajos  —c on  excepción de Núñez, por   e j e m p l o —  han re más progresista que sea la redacción de estos documentos  — se  in
flexionado sobre el tema desde una perspectiva de género que con cluyó por ejemplo una cierta definición del  concepto  de derechos
sidere las relaciones entre la homosexualidad y la masculinidad. reproductivos y s e x u a l e s —  s u implementación por parte de  los g o-
8

3) La  ílexibilización  del empleo,  la  destrucción del orden salarial


(Olavarría,  2001) y
  y el ingreso masivo de las mujeres al mercado de
trabajo en los países del llamado Tercer Mundo han traído, como
del   in g t e.
*A  partir de esta línea, ei asterisco indica mi traducción del 
consecuencia, el  cuestionamiento  de la provisión material de la fa- 8
  ""Los
Los derechos hu manos de las mujeres incluyen su derecho ¿ controlar y decidir de
manera libre y responsable cuestiones relacionadas con su  semalidad,  incluyendo su
949  —cuando 
i 949  —cuando  apareció   El segundo  sexo—   se refieren a esos temas que para las bús salud reproductiva y sexual, libres de coerción,  discriminación j violencia. Relaciones
coerción,   discriminación 
son   imp r escin d ib les" 
quedas libertarias de las mujeres son  les"  (Cazés, 1998: 
1998:  05).   Lo que yo igualitarias entre mujeres y hombres en cuestiones de de   relaciones sexuales
relaciones sexuales y reproduc
considero es que, a pesar de que sociólogcs y teóricas feministas trabajan sobre las ción, incluyendo el respeto pleno a la integridad de la persona, requieren respeto mu
relaciones de género o incluso sobre hombres, !a masculinidad como un objeto de estu tuo, consenso y responsabilidad compartida por el   comportamiento sexual y sus conse
dio  discreto
 discreto y
 y válido por sí mismo, generó un campo vasto y específico Je producción de cuencias" (Plataforma de Acción de la Cuarta   Conferencia Mundial 
Mundial  de las Mujeres,
conocimiento   apenas recientemente.
conocimiento ONU, párrafo 96).
 

166 SOBRE  MASCULINIDADES


DEBATES SOBRE 
IMA SC U L IN IO A D (ES)?: L O S R IESGO S 
S   DE
DE   UNA CATEGORÍA EN CONSTRUCCIÓN 167

biernos nacionales se ha visto dificultada por infinidad de circuns se han reflejado en la impartición de una gran cantidad de talleres sobre
tancias, entre otras, por el avance de la derecha  c o n s e r v a d o r a . 9 masculinidad   y en la creación de algunas organizaciones de hombres con
5) El incremento de los financiamientos que se derivaron
derivaron de tales com carácter   p e r m a n e n t e .   La mayoría de tales grupos y de los académicos
12

promisos, especialmente en investigación, activismo y políticas pú que está reflexionando sobre la condición de ser hombres en nuestro país,
blicas relacionadas con el amplio marco de la "salud reproductiva", comparten una tendencia profeminista y/o reconocen la importanc importancia ia de la
la cual incluye la salud sexual, la educación sexual, las infecciones teoría   de género para la realización de su tarea.
de transmisión sexual, la anticoncep ción, los embarazos "no desea De modo que, en México, el trabajo con hombres ha estado particu
dos" y el aborto. Esto como resultado del reconocimiento de que larmente cercano al movimiento de mujeres y a sus demandas, más que
"las mujeres enfrentan mayores riesgos de salud asociados a la re enfrentado a ellos, como sería el caso de algunos grupos norteamericanos
producción que los hombres, aunque son ellos quienes son en ma que han reaccionado negativamente a los avances de los derechos de las
yor medida responsables de originarlos" (Mundigo, 1995:5). En mujeres. Junto con grupos feministas, algunas de estas organizacione
organizacioness han
México , esta política de financiamiento favoreció una ciertacierta discu logrado ocupar un lugar importante importante de interlocució n con los legisladores y
sión entre académicos, activistas y agencias   gubernarn/jntales,   la el gobierno, sobre todo en la ciudad de México,   para el diseño de políticas
10

investigación sobre hombres y masculinidades y el activismo en públicas de salud y violencia doméstica.


cuestiones de violencia doméstica, educación sexual y salud sexual
y reproductiva." Aún después de estos años de auge del tema, el
apoyo económico ha disminuido, lo cual ha dañado considerable POLÍTICAS PÚBLICAS
mente la posibilidad de crear y sostener una red de investigadores
comprometidos co n la problemática y la sustentabilidad de proyec Sin embargo, la difusión del trabajo con hombres está corriendo, a mi
tos de grupos de hombres.  juic io, cier tos ries gos pol íti cos . Por un lad o, la susc ripc ión del gob iern o
mexicano a los documentos internacionales ha promovido el uso indiscri
En todo caso, podríamos decir que  muchos  activistas y académicos minado de términos como "género", "salud  reproductiva" y "masculinidad"
mexicanos han incursionado en el campo a raíz de los conflictos y negocia en agencias gubernamentales, mas no   siempre  la aplicación de una pers
ciones que han realizado con sus compañeras feministas para la transfor pectiva de género en sus programas. Esto implicaría conocer el contexto
mación de su s relaciones familiares y de pareja.
pareja. Pero, más allá del compo en el cual sucede la reproducción humana, es decir, la situación concreta
nente personal, una buena parte de este trabajo surgió también como de las mujeres y los hombres y las relaciones de poder en las que están
respuesta a las demandas de grupos de mujeres, las cuales planteaban que inmersos. Por  e j e m p l o ,  en la Reunión Nacional sobre Hombres y Salud
para avanzar en la búsqueda de la equidad  —principalmente en la erradi Reproductiva,
Reproduct iva, varios participantes provenientes de instancias gubernam en
cación de la violencia doméstica y el ejercicio de los derechos reproducti tales reducían el concepto de "salud reproductiva" a sinónimo de planifi
vos de las   m u j e r e s — , era fundamental la transformación de la participa cación familiary de uso de anticonceptivos. En particu particular,
lar, la preocupación
ción de los hombres en las relaciones de género (Cazés,   1 998). por cómo "se involucran los hombres en procesos reproductivos" se  expre
En el área del activismo, y de acuerdo con una tradición más cercana saba en el interés, como lo afirmó un representante de la Secretaría de
a América Latina —Freiré y la educación  p o p u l a r — , estos procesos globales Salud, por "incrementar la participación
participación de los hombres en las decis iones
de planificación familiar". Más allá de que esta meta pudiera contabilizar
se con el número de vasectomías realizadas por el sector salud, este obje
sobre  la vigilancia ciudadana
 Para información sobre la
9
vigilancia ciudadana de los acuerdos in
acuerdos  in t er n acio n ales, ver
ales, ver Foro
tivo refleja una adopción irreflexiva del discurso del Programa de El Cairo,
Nacional de Mujeres y Políticas de Población, organización civil dedicada al seguimien pues no considera el hecho de que   los  hombres participan en las decisio-
su   imp lemen t ació n .
to de su 
  Como la Reunión Nacional sobre Hombres y Salud Reproductiva, organizada en   1999
10

por un conjunto de organizaciones, entre ellas,   AVSC  International, MEXFAM   y CORIAC.


" Este fue el caso de la convocatoria para las Becas de Liderazgo del Programa de Pobla Salud y
Salud y Género y el Colectivo de Hombres por Relaciones Igualitarias
Relaciones Igualitarias (CORIAC) son dos
ción de la Fundación MacArthur en México en   1997 . de las organizaciones que llevan a cabo trabajo con hombres en México.
 

168 SOBRE   MASCULINIDADES


DEBATES SOBRE ¡MA SC U L IN ID A D (ES)?: L O S R IESGO S D E U N A C A TEGO R ÍA EN C O N STR U C C IÓ N 169

nes reproductivas de la pareja, mas no siempre de manera democrática ni sobre su experiencia con hombres de una colonia popular de la ciudad de
respetando los derechos de las mujeres. De no ejercer presión por parte de México: "En los lugares de la ciudad de México donde ha habido cambios
la sociedad civil, y en particular de las organizaciones de mujeres, las bue en las identidades y acciones masculinas, las mujeres han sido, por lo ge
nas intenciones del llamado  mate involvement  pueden terminar en formas neral, las iniciadoras. Es muy raro que los grupos sociales que sustentan el
de reciclar el poder masculino sobre los cuerpos de   las
las   mujeres, avaladas importar  cuan
poder, sin importar  cuan   acotados estén, renuncien a éste sin oponer re
por políticas públicas de salud. sistencia, muc ho menos cuand o esto surge de un sentido colectivo de jus
(Gutmann,  2 0 0 0 ) .
ticia" (Gutmann, 
La idea de un "movimiento masculinista" parece surgir de la necesi
EL A CTIVISMO dad de generar espacios de discusión exclusivos para los hombres, lo cual
es fundamental, pero expresado así sugiere la idea de un   revanchismo  revanchismo  o
Me parece percibir otro tipo de riesgos en la difusión del trabajo con hom reacción frente al feminismo y la lucha de las mujeres. Aun entre acadé
la sociedad   civil. Un ejemplo
bres entre algunas de las organizaciones de la sociedad micos he escuchado la noción de que se ha trabajado ya suficiente con las
de ello es la discusión que se dio en la Primera Reunión Nacional de Orga mujeres y que ahora "les toca" a los   h o / n b r e s . .  Afirmaciones como ésta
nizaciones   Civiles 
nizaciones Civiles  que Trabajan con Hombres, en la la   cual
cual   algunas mujeres reflejan la idea, bastante difundida en este campo, de que equidad e igual
académicas y activistas fuimos invitadas a una mesa sobre Mujeres que son  lo 
dad son  lo  mismo, es decir, que tanto hombres como mujeres viven la
Trabajan con  con  H o m b r e s .
13
opresión de género. Aunque esto es definitivamente cierto, el lugar de
La composición de esta reunión fue sumamente heterogénea, no sólo mujeres y de hombres en las relaciones intergenéricas implica una jerar
desde el punto de vista regional, sino también en cuanto a los objetivos de quía por parte de ellos sobre ellas. De estas  estas   c o n s i d e r a c i o n e s , ,  surge el pri
los grupos representados: estaban presentes desde grupos   gay  altamente mer dilema relacionado con el tema que nos ocupa: ¿cómo trabajar sobre
politizados, hasta pequeñas organizaciones de hombres que iniciaban el la opresión de género que viven los hombres sin negar ni desconocer el
trabajo con agresores desde una perspectiva de género. En opinión de sus poder que ejercen sobre las  las   mujeres?
o r g a n i z a d o r e s ,   el encuentro fue sumamente rico, pues permitió  el'inter
14
Este dilema se complica ante algunas anécdotas de los hombres que
cambio y la convivencia de hombres heterosexuales y homosexuales re han participado en grupos de reflexión sobre masculinidad. Por ejemplo, a
flexionando sobre su condición de hombres, desde los diferentes lugares decir de su esposa, uno de los hombres participantes en los talleres de
sociales que ocupan. Michoacán   la forzó a practicarse un aborto. Otro más, según su hija, ahora
Michoacán
Durante la discusión con las mujeres surgieron algunos comentarios colabora efectivamente en el trabajo doméstico, pero utiliza esta "conce
que me hicieron pensar que existen diversas interpretaciones sobre las las   m u j e r e s .
sión" para exigir una mejor atención por parte de las  15

16

metas
can lasderelaciones
este trabajo,
de  gno
de  é n etodas
r o . .  Poratentas a launa
ejemplo, dimensión de poder
buena parte de lasque impli
interven Bárbara   Y l l á n ,   los programas de atención a "generadores
A decir de Bárbara 
de violencia" presentan problemas importantes. Más allá de las complici
ciones hacía comparaciones entre el feminismo y lo que algún participan construidas  socialmente 
dades construidas  socialmente  (médicos, ministerios públicos, psicólogos)
"movimiento  m a s c u l i n i s t a " . .  Esta interpretación sugiere que el
te llamó el "movimiento  que hacen difícil la comprobación de la violencia doméstica frente a las
trabajo con hombres en México es un movimiento social y que debería instituciones de justicia, algunos programas de trabajo psicológico con hom 
seguir un camino que las feministas habrían abierto ya. En mi opinión, bres   —que 
bres —que  ella denominó "grupos de  de   catarsis"— 
catarsis"—  terminan por ofrecerles
ninguna de las dos ideas es del todo exacta, pues no me parece que este mejores elementos de intelectualización al convertirlos a su vez en vícti
un  " m o v i m i e n t o " , ,  en el sentido de convocar
trabajo sea un " de convocar a
 a grupos oprimidos mas de violencia.
a luchar contra las fuerzas que los someten. Como bien dice Gutmann

15
  Delia Villalobos, comunicación personal.
13
  Delia 
Delia  Villalobos, Ana
Villalobos, Ana María Hernández, Pilar 
Pilar   Mu r ied as, Cristina
  Cristina Galante, Patricia Nava 16
  Subprocuradu
Subprocuraduría
ría   de Atención a Víctimas 
Víctimas   del 
del  Delito y Servicios a la Comunidad de  la
y  yo. Procuraduría General de justicia del Distrito Federal. Ponencia presentada en la reunión
14
  Eduardo Liendro y Roberto   G ar d a, 
a,  comunicación personal. poder,  organizada por
Masculinidad y poder,  organizada por el 
el  PUEG 
PUEG  en febrero de 2002.
 

170 SOBRE  MASCULINIDADES


DEBATES SOBRE 
ÍMA SO JL IN ID A D (ES)?: L O S R IESGO S   DE   UNA CATEGORÍA EN (
EN ( --.INSTRUCCIÓN 171

Un segundo riesgo que detecté en esa fructífera conversación y en entre hombres ¿no?, de a ver quién tiene   >  ia  mujer y quién toma  más  y quién
otras interacciones con organizaciones y académicos de   ía  masculinidad, paga y cosas de  esas, s e me   queda mucho ese aprendizaje.
es la necesidad de marcar el contenido de la necesaria transformación de
los   hombres desde una ideología particular. Con frecuencia, se nota una • Cuando a mí me parecía que   estaban hablando sobre el ser hombres
cierta intención — no siempre voluntaria ni   c o n s c i e n t e —  de construir un sin hacerlo explícitamente, como es el caso del siguiente testimonio ex
hombre ideal y un nuevo moralismo, a veces basado en lo que se cree la traído de la misma entrevista con Fabián:
equidad de género (básicamente la participación en las tareas domésticas
y la crianza de los niños) o la no-violencia contra los homosexuales, inclu Hay  un periodo que tanto ese ambiente Je la escuela, de drogas, como tam
yendo una especie de m andato de ejercer ejercer los propios
propios impulsos homosexua  bién un poco del barrio se   empieza a formar una banda muy   [...]  de delin
les para realmente superar
superar la homofobia. Esta buena intención peca, en el cuentes muy desalmados, entonces nosotros nos juntamos con ellos, nos ha
cemos parte de la misma banda, porque ya desde antes nos  veíamos  con
fondo, de un cierto fundamentalismo consistente en creer que existe una
cierta identificación, nos identificamos con ellos, que somos los que nos jun
sola forma de transformar las relaciones de género, dejando fuera la plura
lidad  y el papel que la   a u ^ d e t e r m i n a c i ó n , en mi opinión, debería jugar
jugar en tamos en el   barrio porque somos a  los  que nos gusta el rock  [...] y así me  la
paso la juventud, me  la paso entre estudiar, entre  estaren la casa, entre estar
el proceso. Puede favorecerse con ello una especie de competencia o de en la calle con los rockeros f...]  el deporte empieza a pasar.
vigilancia culpígena, más que una reflexión sobre las condiciones que lle
van y permiten a los hombres ejercer relaciones desiguales y los costos que Este segundo procedimiento no me satisfacía del todo, pues mis crite
tienen para ellos. Más aún, sabemos bien que la culpa genera más ira e rios para aplicar esta definición estaban basados en información   de  c o n 
incluso violencia. texto  —n o  siempre   i n m e d i a t o —  proporcionada en la literatura o en mi
Esta situación plantea otro dilema en el trabajo con hombres: ¿cómo propia experiencia
experiencia y comprensión de lo que entendía por masculinidad en
diseñar programas de reeducación que no pretendan homogeneizar la ex la cultura nacional mexicana. En suma, la aplicación  de   la categoría podía ser
periencia ni el proceso de cambio de sus participantes? ¿Es posible la tautológica, pues encontraba en las  entre-vistas  lo que previamente había
transformación de las relaciones de género sin la construcción de un nue visto enunciado en los estudios sobre  el   t e m a , de m odo que me parecía estar
vo   moralismo?  No pretendo responder individualmente a estos cuestiona- simplemente confirmando lo que otros llamaban masculinidad: una lista
mientos, sino proponerlos como temas para la discusión colectiva. más o menos establecida de características atribuidas a  l os  hombres.
No sin antes padecer una angustia considerable, me dediqué a buscar
salida a este dilema sólo para encontrar
encontrar aún más problemas metodoló gicos
LA TEORÍA como el que explicaré a continuación.
En una reunión con académicos   y  activistas  m e x i c a n o s , '   Robert
7

El trabajo de interpretación del material de campo me enfrentó a un dile Connell, cuya teoría es fundamental en los estudios sobre masculinidad,
ma teórico y metodológico importante: al iniciar la codificación de los tex presentó una fotografía en la cual se veía a un grupo   de  hombres vestidos
tos de las entrevistas, me di cuenta de que aplicaba el código "masculini de diferentes maneras y con expresiones  diversas.  Se podía ver desde una
dad" de dos maneras diferentes: reina travestí hasta
  hasta un funcionario vestido de traje y corbata, con su portafolio
al lado. Entre ellos se   encontraban hombres vestidos con ropas de trabajo,
• Cuando los participantes hacían una referencia explícita al género, atuendos de cuero o camisetas  d e  algodón. Se nos informó entonces que
por ejemplo, en este fragmento de la entrevista con Fabián, miembro del todos ellos eran homosexuales   y  que la fotografía formaba parte   de   una
grupo urbano de   CORIAC: campaña de prevención contra el  VIH sida que pretendía mostrar la  diver
sidad de identidades  y  prácticas  homosexuales.
Tenía 16 años, entonces iban puros señores ¿no?, realmente era el único
Connell llamó a esta fotografía una  muestra de "diferentes masculini
iba [aAcapulco]. Entonces
adolescente que iba [aAcapulco].  Entonces pus  me quedo así ¿no? [gesto de
incredulidad], cuando
incredulidad],  cuando entramos al cabaret ése me quedo impactado. Ya des dades". Sin embargo,  ¿no  era una fotografía   de   diferentes hombres,  s i m -
pués de la tercera chica que pasa ya como que la agarro con más calma, más
ambiente  de   [...]  de hablar
tranquilo y empiezo a tener ese contacto con el ambiente de 17
  Organizada por  el
el   P UE G , ,  U N A M , 2000.
 

17 2 DEBATES SOBRE MASCULINIDADES


¿M A S C U L I N I D A D ( E S ) ? :  IO S   R I E S G O S   D E U N A  C A T E G O R Í A   EN  CONSTRUCCIÓN 173

plemente? ¿Por qué llamar a ese grupo de personas un conjunto de mascu • La masculinidad está constituida por estereotipos y normas acerca
linidades? ¿Es 
¿Es  que entonces existen tantas masculinidades como hombres de lo que los hombres son o deben ser.
hay?  ¿O 
hay?  ¿O  es que sólo hay un cierto número de masculinidades,  discernibles problemas   episte
Ambas definiciones se encuentran llenas de problemas 
entre sí, que reflejan la existencia de grupos compactos y tipos homogé mológicos y metodológicos. La primera definición se basa en un
neos de hombres? criterio estadístico y conductual que, para mi gusto, tiene dos dos   pro
De hecho, la formulación teórica sobre la existencia de masculinida blemas:
des hegemónicas y subalternas (Connell, 1995) parece sostener esta vi • — Ignora la importancia de la constru cción de  de  significados 
significados  sociales
sión de la masculinidad como un conjunto de atributos organizados en del género pues se basa exclusivamente en conductas.
patrones simbólicos y conductuales, aunque Connell se esfuerce por aco — Confunde sexo con género al unir en   la
la   misma definición la 
la  m a s 
tar el contenido de tales definiciones a momentos históricos y culturas culinidad y los hombres.
específicas.

Clatterbaugh
ratura especializada(1998) 
(1998)  afirma
de habla que es
inglesa el secreto mejor guardado
que en realidad tenemosenunala idea
lite A pesar de que esta definición merece una discusión profunda, qui
siera
siera   centrarme en la segunda por la densidad teórica que implica. La
muy vaga de lo que estamos hablando. Para este autor, el uso del término investigación ha demostrado una y otra vez no sólo que los estereotipos y
"masculinidad" es errático y diverso, lo cual refleja imprecisión y confu las normas de género son inconsistentes en sí mismas, sino que las las   p r á c t i 
sión que tienen necesarias consecuencias en la investigación y la produc cas de las personas rara vez se ajustan a ellas, de modo que si pretendemos
ción teórica. Por ello, sugiere tener cuidado al utilizar los conceptos de investigar bajo esta concepción, corremos el riesgo de negar las diferen
masculinidad o masculinidades como fundadores del campo. cias y las inconsistencias de la experiencia de ser hombre. Por ello, según
masculinidad(es)  implicaría 
Siguiendo a este autor, el concepto de masculinidad(es)  implicaría  la Gutmann (2000) hay que: "Tomar en cuenta, por un lado, las perspectivas
existencia de una o más entidades discretas que agrupan una serie de ca de los hombres en un movimiento procesal y no como una cosa que ha
racterísticas (sean éstas actitudes, comportamientos o ideas) observables sido permanentemente configurada en una forma en particular y, por
en ciertas personas o grupos. Sin embargo, para identificar tal entidad es otro, los puntos de vista de los hombres durante un periodo específico"
necesario abstraería de un grupo de individuos que presenten tales ideas, (Gutmann, 2000: 48).
comportamientos o actitudes, lo cual nos lleva a un callejón sin salida. Si no siguiéramos esta línea de análisis, podríamos construir un con
A partir de ciertos grupos, podemos formarnos una idea de una mas  ju nto de atr ibu tos , lo qu e d e o tra ma ner a e sta ría dis per so, def ini end o co mo
culinidad particular, pero, como hemos visto, no podemos identificar a un "masculinidad" todo aquello que concuerde con las normas.
grupo antes de tener una idea de la masculinidad apropiada. Así, estamos Me parece que éste es el caso de muchos estudios que acaban descri
atrapados en un círculo en el cual necesitam os una idea A para determi nar biendo como una entidad discreta una serie de atributos de los hombres o
grupo  B  y necesitamos un grupo B para determinar una idea A. ¿Cómo
un grupo  particulares.   Comwall 
de la definición de ser hombres en grupos particulares.  Comwall  y Lindis-
podemos empezar entonces? ¿Cómo podemos romper este círculo? Si no farne (1994) 
(1994)  ofrecen una colección de etnografías sobre masculinidad, a
lo hacemos, es factible que terminemos diciendo lo obvio, que una mas pesar de que parecen compartir la imposibilidad de asirla como objeto de
culinidad particular es ese conjunto de comportamientos, actitudes y ha estudio:
bilidades exhibidas por los grupos de individuos que poseen esa masculi
1998:   2 9 ) . *
nidad (Clatterbaugh, 1998:  La masculinidad nunca es tangible ni tampoco es una abstracción cuyo signi
de   defi
Para Clatterbaugh la literatura ofrece, en general, dos tipos de  el mismo   en todas partes. En la práctica, las personas operan de
ficado es el mismo
niciones: acuerdo con diferentes nociones de masculinidad; una inspección cercana
revela
revela   un conjunto de nociones con cierto "parecido familiar" 
familiar"   (Cornwall 
(Cornwall  y
• La masculinidad está constituida por las conductas y actitudes que Lindisfarne,   1994: 12).
diferencian a los hombres de las mujeres.
Para Connell (1998) el saldo positivo de estos estudios ha sido mos
*A partir
*A partir de esta línea, el asterisco indica mi  traducción
 traducción   del inglés. la(s)   m a s c u l i n i d a d ( e s ) ,
trar la contradicción, jerarquía y pluralidad   de   la(s)
 

174 SOBRE  MASCUTJNIOADES


DEBATES SOBRE  ¿MASCUUNIDAD(ES)? IOS   RIESCOS  DE   U N A C A TEGO R ÍA EN C O N STR U C O C 17 Í

aunque mantiene,  junto  con muchos otros autores, que la categoría  " mas- Por todo lo anterior, lo que someto a discusión   es   la necesidad   d(<
cuíinidad" puede reflejar una organización más o menos coherente de sig señalar elproblema y la complejidad de un concepto tan equívoco como el
nificados, prácticas y normas. De hecho, en su artículo de   1 9 9 8 ,  Connell de masculinidad, y la posibilidad de trabajar sobre el concepto de género,
se lanza en busca de lo que llama "masculinidades globalizadas", entre haciendo referencia a los hombres, o a lo masculino como   construcción
las cuales se encuentra la   masculinidad  transnacional de los negocios", cultural.
marcada por "un
"un gran egocentrismo, lealtades condicionadas y un sen tido La salida que he encontrado para este dilema teórico, epistemológico
decreciente de la responsabilidad hacia otros" (Connell, 1998:   1 6 ) . *  Lla y metodológico (el cual no pretendo generalizar sino poner a discusión)   e¡t
ma la atención, sin embargo, la advertencia que hace en el uso de este insistir en el análisis del género como una categoría   relacional,  dado que
hallazgo: su función, cuando menos en la cultura occidental, es   la  construcción   á f
diferencias  —incluyendo  jerarquías—  entre dos términos (lo masculino y
Debemos, sin embargo, recordar dos  conclusiones   importantes del momento
dos conclusiones lo femenino, las mujeres y los hombres, la masculinidad y la feminidad)
etnográfico en la investigación sobre masculinidad: que diferentes formas ( H a s t e ,  1 993).   Construir "masculinidad
"masculinidades"
es" múltiples (indígena, negra, blan
de masculinidad coexisten y que la hegemonía es susceptible de ser desa ca, transnacional, judía, etcétera) como si fueran una lista organizada de
fiada. Estas posibilidades también se presentan en la escena global. La atributos, características o conductas me parece un camino que corre el
masculinidad transnacional de los negocios no es completamente homogé
riesgo de homogeneizar, no sólo entre los grupos, sino también dentro de
nea; variaciones de ésta están imbuidas en diferentes partes del sistema
los mismos "grupos", lo que la evidencia ofrece como una riqueza infinita
mundial, las cuales pueden no ser completamente compatibles (Connell,
de significados y prácticas que no se agrupan "natural" ni  necesariamente
1998:  1 7).*
1998: 
bajo una identidad unitaria de género.
¿Para  qué, entonces, insistir en que el concepto es preciso y en que En términos metodoló gicos, podría utilizarse e l  término "construcción
debe ser fundador del campo? ¿Có mo resolver el dilema presentado por la social de la masculinidad" para designar una serie   de   discursos y prácti
necesidad de una categoría suficientemente flexible como para nombrar cas sociales que pretenden definir al término masculino del género dentro
el aspecto masculino del género sin cosificarlo y reconociendo su carácter de configuraciones históricas particulares, diferenciándolo de  las  propias
fluido y procesal? Quizá hemos dedicado nuestros esfuerzos a construir el experiencias de los hombres, que no están reducidos a someterse a tal
concepto de masculinidad por una necesaria, pero equívoca reacción a la construcción y que manifiestan innumerables formas de resistencia.
identificación que se ha hecho del término género con estudios y trabajo En otra ocasión construí un método basado en el análisis de voces
sobre mujeres. Es decir, si nuestros títulos fueran "género y trabajo", "gé (Amuchástegui,   2001)  con el fin de comprender esa difícil relación entre
lo micro y lo   m a c r o s o c i a l ,  entendido como la experiencia individual   —e n
nero y sexualidad"
se trata o similares,
de investigaciones sobreprobablemente
la condición deloslas
lectores asumirían
mujeres. que
Pero, dese este caso la experiencia de ser   h o m b r e —  constituida  en   interacción con
char simplemente el concepto tampoco es una solución, pues equivaldría procesos sociales más amplios. Aunque esta propuesta nació de mi interés
estructuras sociales, prácticas e   i d e n 
a negarla existencia de significados, estructuras por comprender la  construcción de la sexualidad, me parece que los pro
tidades de género, incluyendo lo masculino. cesos que señalo ahí son útiles también para pensar en subjetividades de
En breve, a pesar de los esfuerzos por diversificar y hacer plural la género. 18

masculinidad y hablar de "masculinidades", en los textos aquí citados es Siguiendo el concepto de experiencia, según lo construye   Voloshinov
tamos más bien presenciando la construcción de una gran contradicción, (1929/1973), y el de polifonía acuñado por   Bakhtin  (1981),  diseñé una
en el sentido de que la masculinidad parece ser un concepto compacto metodología de interpretación de textos de material d e campo que   m o s t r a 
que se vacía una y otra vez, pues aunque su contenido sea siempre cues ra la compleja interacción entre los diversos discursos sociales y la   e x p e 
tionado por las contingencias históricas y culturales propi
propias
as de  lo s  grupos riencia de las personas, especialmente en   Cuanto  Cuanto  a  sus posibilidades de
estudiados, lo seguimos sosteniendo. resistencia y autonomía frente  a  ellos.

Uso este concepto como lo define Foucault (1988), en el   sentido 


sentido  de construirse a uno
*A partir
*A partir de esta línea, el asterisco indica mi   traducción del
traducción del inglés. mismo
mismo como
 como sujeto de alguna distinción social o  identidad, en   este caso d
caso  d e  género.
 

176 DEBATES  SOBRE MASCUUNIDADES


¡M A S C U ÍM D A D ÍE S ; ': LOS RIESGOS NA C A T E G O R Í A  E N CONSTRUCCIÓN 177

Si lo que nos interesa es precisamente la relación entre la construc repente   ne


Y entonces de repente  ne dice
 dice uno de ellos "no, pus  qué bien que nos viniste
el  pa rrru 
a  reforzar"  [en el  rrru  de
de   fútbol], 
fútbol],  dice, "es más, escoge la chica que tú
ción social de la masculinidad en contextos específicos (estereotipos, nor
quieras, te la vamos a ; a ;   agar".  Entonces yo [risa] me Heno
me Heno de de pánico, me da
mas, ideales u otros) y la   experiencia 
experiencia  de los sujetos frente a ella, el análisis
a aparentar ser
pánico y es empezar a aparentar  ser hombre, ¿no?, empezar a aparentar. En
de la construcción de significados por parte de las personas es una aproxi tonces ya así con la mirada decidida y castigadora empiezo a buscar buscar   [risa]. Yo
[risa]. Yo
mación pertinente. así me sentía, ¿no?, o era lo que quería aparentar a lo mejor. Entonces ya, la
En mi caso, considero el significado siempre como producto de un ¿no?  [risa],
más chiquita, ¿no?  [risa], la
 la más cercana a mi edad. Y sí, ya digo; "con ella,
diálogo (aunque se trate del "habla interior"), pues sólo puede existir en el dice,  ''nosotros te
me gusta ella", dice,  ''nosotros te pagamos, tú ve. Trátalo bien [a la chica]".
la chica]". Ya
 Ya
encuentro de al menos dos voces, en un proceso de respuesta mediante subimos a unos cuartos horribles, con unos catres ahí  tiradosahí  tirados   y pegados unos
el cual un oyente responde a un hablante, aunque éste sea solamente una la   verdad 
con otros y   "pus  la verdad  no se me erecta ¿no? Y la chica me empieza a
representación social de otro u otros. No se trata aquí de identificar presionar,   'ándale'". 
presionar, 'ándale'".  Ya comencé  a...  se me  me  [canaspea]... 
[canaspea]...  acabé, eyaculé y
hablantes concretos (el padre, la madre, el sacerdote o algún amigo), sino experiencia muy   dolorosa, muy fea, la
todo [risa] muy horrible. Pero fue una experiencia muy

voces que indican la presencia de lenguajes sociales en la construcción de experiencia


esa puertita con la chica
de los cuartosesta,
otra¿no?, muy presionado
vez como que ponte ylatodo. Pero¿no?
máscara al salir de
o sea,
proceso   Bakhtin 
significado. A este proceso  Bakhtin  lo denomina 
denomina  " h e t e r o g l o s i / ' .
"¿qué
"¿qué   pasó? [le preguntaban]",
[le preguntaban]", "no,
 "no, pus   a todo dar" [risa ].  Así como tener que
La "heteroglosia" es una expresión del carácter ideológico del lenguaje demás  h o m b r e s . . . "¿quieres
quedar bien con los demás h . "¿quieres otra?", "no, pus  sí, espéren
y de la estratificación social en términos de que refleja los conceptos que me  tantito, ahorita"
me  tantito, ahorita" [risa], pero por dentro así como que yo me quedé muy
tienen del mundo las diversas clases sociales. De   h e c h o , el
, el lenguaje no es traumado [risa] porque de ahí no volví a tener experiencias con prostitutas
unitario, sino que expresa una coexistencia de ideologías, grupos y hasta hasta la fecha ¿no?
épocas contradictorios en una sola expresión. Sí el lenguaje es un indica
establecer la legitimidad
dor del cambio social, a través de él se puede establecer la  legitimidad de En esta narración se puede identificar la lucha entre los niveles sim
ciertos discursos en situaciones históricas y culturales específicas. En el bólicos enunciados más arriba. Por un lado, Fabián describe un escenario
caso de la investigación que aquí describo, el análisis de voces permite en el que se expresa una cierta construcción de la masculinidad: se trata
analizar la autoridad que los participantes otorgan a los discursos sobre de un evento  evento   homosocial 
homosocial  en el que el sexo con una mujer evidencia una
equidad de género para describir su experiencia. relación entre hombres, en este caso de solidaridad o reconocimiento ha
Según Bakhtin, esta población de discursos se refleja en el lenguaje cia el joven por su buen desempeño deportivo. En este contexto, las voces
cotidiano a través de lo que (1963/1984) llama "polifonía"; término que de los hombres mayores expresan que el uso de mujeres  —e n este caso de
define la presencia de una multiplicidad de voces en nuestras propias ex p r o s t i t u t a s —   parece ser una vía socorrida para reafirmar sus vínculos. En
presiones, con las cuales nos relacionamos de acuerdo con la autoridad particular, el "regalo" que  que  los
los   mayores hacen a Fabián es un premio a su
otorgamos   ( A m u c h á s t e g u i , 2 0 0 1 : 1 6 6 ) .
que les otorgamos  iniciación y aceptación dentro de ese círculo social.   E s t a ,, me  me parece, es la
voz de la construcción social de la masculinidad, pues los   hombies  hombies  mayo
Esto significa que la construcción de los significados sobre ser hom
res suponen, sin siquiera consultarlo, que Fabián desea ese acontecimien
bre podría ser analizada mediante el análisis de la interacción jerárquica
to sexual. Este supuesto nace de la naturalización de cierta forma de deseo
de las diversas voces que citamos en nuestra habla y que remiten necesa
sexual masculino como si fuera parte intrínseca de todo hombre.
riamente a discursos sociales o locales sobre género. De este modo, po
dríamos diferenciar metodológicamente entre los estereotipos de la mas Pero Fabián se diferencia tajantemente de estas voces al distinguir sus
culinidad y las formas en que los sujetos se relacionan con ellos, permitiendo acciones (aceptar el "regalo") de su experiencia (el pánico). Desde este
así una complejidad mayor en el objeto de estudio. Por ejemplo, en el punto de vista, la iniciación al coito de Fabián tiene muy poco que ver con
relato de Fabián sobre su primer coito heterosexual podemos ver la el deseo, o siquiera la curiosidad, y mucho con la obligatoriedad y el deseo
interacción entre estos niveles de la construcción del género. En este frag del  entrevistadOj   de una simula
de pertenencia. Se trata aquí, en palabras del entrevistadOj
mento Fabián narra su experiencia en un cabaret en Acapulco, donde su ción en la que él se ve ve   a m p e l i d o 
o  a fingir lo contrario de lo que siente:  es
de  fútbol 
equipo de  fútbol  festeja un triunfo: a  aparentar ser 
empezar a  aparentar ser   .'ore.  Según esta afirmación, ser hombre no es
una   ac~
una esencia sino una  ac~   ,^ción 
,^ción  frente a otros que ya merecen 
merecen  tal
tal   denomi
 Al   diferenciarse 
nación. Al
nación. diferenciarse  ie ie   sus acciones, Fabián describe su resistencia a
 

178 DEBATES SOBRE V.ASCUUNIDADES ¿ MA SC U U N ID A D (ES)?: L O S R IESGO S   DE   UNA CATEGORÍA EN CONSTRUCCIÓN 179

cumplir  con  la exigencia de los hombres, aunque también   su  fracaso en _  .1999.  "La negociación de los derechos reproductivos en México", en
hacerla valer. La violencia de esta práctica se manifiesta en  su  necesidad Adriana Ortiz Ortega  (coord.),  Derechos reproductivos de las mujeres: un de
de recurrir a estrategias de resistencia, como fue buscar una prostituta de bate sobre justicia social en México.  México, Universidad Autónoma Metro-
su misma edad, tal vez con la esperanza de ejercer poder sobre ella o, más politana/EDAMEX.
aún,  d e n o ser humillado por ella. No sólo eso, Fabián vive otra situación de BAKHTIN,   Mijail. 1963/1984.  Problems of Dostoievsky's Poetics,   trad,  de Caryl
violencia durante el coito cuando la prostituta le exige la erección, a lo cual Emerson. Mineápolis, The University of Minnesota Press.
su pene, ese desobediente, se resiste:   pus la verdad   no se me erecta. Este es BARTRA, Eli (comp.). 1998. Debates en torno a una metodología feminista. México,
un encuentro de objetos, no de   sujetos,  en el sentido de que el deseo y el Universidad Autónoma  Metropolitana-Xochimilco.
BERGER, Peter y Th omas L UC KMAN.  1968.  La construcción social de la realidad.
erotismo dejan paso por completo a la simulación y el mandato de otros.
Buenos Aires, Amorrortu.
Fabián se violenta a sí mismo una vez más
más al mentir sobre su sup uesto BERTAUX,  Daniel.  1 9 9 3 . "Los relatos de vida en el análisis social", en Jorge Aceves
placer, según la voz de sus compañeros:   Pero al salir de esa  puertita  de los Lozano  (comp.),  Historia oral.  México, Instituto Mora/Universidad Autóno
 cuartos como que ponte la  máscara  ¿no?, o sea, "¿qu é pasó?" [le pregunta- ma Metropolitana.
 ban], "no, pus a todo dar". Así como tener que quedar bien con los demás BUTLER, Judith. 1998. "Actos performativos  y/onstitución del género: un ensayo
 performativos y/onstitución
 hombres.  Al  final,
sin embargo, "el triunfo" hace que Fabián se apropie de sobre fenomenología y teoría feminista",  Debate Feminista,  vol. 18.
las supuestas ganancias derivadas de esta prueba y minimice el daño que CAZÉS, Daniel. 1998. "Metodología de género en los estudios de hombres", La
le produjo, en lugar de haber luchado por la validación que le permitiera Ventana. Revista de Estudios de Género  8.
negarse desde un principio a una práctica que violentaba su deseo y sus CLATTERBAUGH,  Kenneth. 1998. "What Is Problematic about   Masculinities?",
emociones . Parece ser que, a través de esta simulación, Fabián no sólo es  Men and Masculinities  1  vol.  1
reconocido como un miembro del grupo de hombres, sino que vive una CONNELL,  Robert W.  1987. Gender and Power.   Cambridge, Polity Press.
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  G L O B A L IZ
IZ A C iÓ
iÓ N
YDESARROLLO,
  M A S C U L IN I D A D E S

R.W.  Connell

LA INVESTIGACIÓN SOBRE LA MASCULINIDAD


Y LA CUESTIÓN DEL DESARROLLO

E n  los
lo s  últimos quince años, han   proliferado  las investigaciones sobre la

construcción
dientes del género   la hombres.
social ded elos mas/ulinidad  y las
Como prácticas
resultado   y  posiciones
  délos   debates e depen
inves
tigaciones feministas, en todas las ciencias humanas y las regiones del
mundo han aparecido estudios sobre la masculinidad.
El tema de estas investigaciones es muy diverso, pero, en general,
presenta un carácter local . Su foco de atención  h a sido  la construcción (

de la masculinidad en un ambiente y en un   m o m e n r o d e t e r m i n a d o s :  una


carrera profesional deportiva en Estados Unidos (Messner,   1 9 9 2 ) ,  un gru
po de escuelas coloniales en Sudáfrica  ( M or r e l l ,  2001a), los grupos de
bebedores de los bares australianos  ( T o m s e n ,  1 9 9 7 ) ,  la  clase obrera de un
suburbio en Brasil (Fonseca, 2001) o los planes de boda de los hombres
(Tag a,  2 0 0 1 ) .  El estilo
 jó ve ne s de l a c la se m e d i a e n las c i u d a d e s j a p o n e s a s (Taga,
característico de estas investigaciones es etnográfico y se basa en la obser
vación de quienes participan, en entrevistas abiertas  y  análisis del discur
so. La principal tarea  d e  la investigación ha sido proporcionar descripcio
ne s  detalladas de procesos y resultados en el ámbito focal.
Este "momento etnográfico" ha sido muy importante para cambiar los
viejos puntos de vista  d e  los hombres acerca de la masculinidad (para una
documentación detallada al respecto, véase  C o n n e l l ,  2000). Una de las
principales conclusiones de la nueva investigación  e s  l a  diversidad   de las
m a s c u l i n i d a d e s :  no hay sólo un modelo de masculinidad que funciona
para todos los momentos y los lugares; existen diferentes culturas (algunas
son bastante más pacíficas que otras) y los modelos   d e masculinidad ca m
bian con el tiempo. En una misma sociedad, incluso   e n  una comunidad o
institución específica, existirán diferentes modelos   d e  masculinidad, dis
tintas formas reconocibles de "ser un hombre". Así como ahora recono
cemos la diversidad  d e  las formas familiares, también reconocemos dife
rentes const ruccio nes de la masculinidad en regiones, comun idade s étnic as
y contextos sociales de clase distintos. Las masculinidades varían según la
[185]

186 SOBRE  MASCULINIDADES


DEBATES SOBRE  D ESA R R O L L O , C L O SA U ZA C IÓ N Y
N  Y   MASCULINIDADES IhV

sexualidad   —masculinidades  gay,  masculinidades 


sexualidad masculinidades  heterosexuales y otras tras que se burlan de otros. La investigación en torno a los medios  medios   de
más, y pueden variar dependiendo de las generaciones; incluso la cons comunicación nos ha mostrado que estas instituciones no sólo imprimen
trucción de la masculinidad para los hombres con discapacidades físicas sus opiniones en la conciencia de las personas  — el el   público no está forma
puede recorrer trayectorias distintivas. por  r o b o t s — , ,  sino también son importantes como fuentes de imágenes
do por 
Sin embargo, las diferentes masculinidades no se encuentran unas y narrativas con las cuales construimos un sentido de lo que somos y del
 jun to a o tra s com o p lati llos en un a mes a, com o est ilos de vida alt erna tiv os repertorio de conductas posibles y apropiadas.
entre los cuales los hombres escogen libremente: existen relaciones defi En la actualidad, las evidencias demuestran que las masculinidades
masculinidades — p r i n c i p a lm
nidas entre las diversas masculinidades — lm e n t e ,  relaciones que cambian históricamente: los modelos de conducta de los hombres y la
dependen de la jerarquía y la  la  e x c l u s i ó n — .  Por ejemplo, en la sociedad forma de entender las cuestiones relacionadas con el género no se transfor
australiana contemporánea existe un modelo de masculinidad (autorita vertiginosas   —d e  ahí la dificultad para solucionar los
man a velocidades vertiginosas 
ria, agresiva, heterosexual, con cuerpos capaces, valiente) a la cual se res problemas sociales relacionados con las m las m a s c u l i n i d a d e s — ; ;  no obstante, la
peta más que a las otras. Este modelo de masculinidad se relaciona con la investigación ha señalado cambios generacionales muy significativos, por
identidad   nacional 
identidad nacional  (la llamada tradición ANZAC, derivada de la Primera ejemplo, en el comportamiento sexual y en las formas de entender el papel
Guerra mundial), se celebra en las películas y los deportes más populares, de los hombres y las mujeres en la sociedad.
se presenta como un ideal para los jóvenes y se utiliza constantemente en Estas conclusiones generales, producto de la investigación internacio
la publicidad. Existen otros modelos de masculinidad, pero no se les res nal reciente acerca de las masculinidades, son relevantes para los temas
peta de la misma manera; es más, algunos de ellos son estigmatizados. del desarrollo. En estudios como el de  de  G u t m a n n  n  ( 1 9 9 6 ) , ,  podemos ver
En la realidad no todos los hombres ejemplifican el modelo   h e g e m ó - cómo una aproximación etnográfica ilumina la forma en la cual se cons
nico, podríamos decir que sólo una minoría lo hace. La jerarquía relacio truye la masculinidad en una comunidad urbana resultado de un asenta
nada con esta versión de la masculinidad es una fuente importante de miento obrero reciente. En este sentido, si queremos ocuparnos
conflictos y violencia entre los hombres: cualquier  cualquier   cuestionamiento 
cuestionamiento  a la sistemáticamente de las cuestiones relacionadas con el desarrollo y consi
masculinidad de alguien ocasiona, con frecuencia, peleas y lesiones. El derar el proceso del cambio económico y social como un todo, es esencial
dominio sobre los hombres homosexuales o afeminados suele ejercerse alcanzar un plano superior al local; en las discusiones sociales y científicas
con violencia, golpes, e incluso mediante asesinatos. La dominación pue de la masculinidad siempre se ha reconocido que algunas cuestiones reba
de también ser simbólica: las demandas de los hombres jóvenes que se san este nivel local. Estudios históricos de imágenes y debates públicos de
refugian en la violencia a menudo incluyen este tipo de acusaciones. La Phillips  (1987) —un 
la masculinidad, como el de Phillips  —un  trabajo de investigación
violencia racista muchas veces se mezcla con la exigencia de una virilidad Nueva   Z e l a n d a — ,  han podido rastrear estos procesos cultura
pionero en Nueva 
superior y con la percepción de amena zas a la dignidad masculina surgi les a lo largo del tiempo y han mostrado la importancia de un contexto
problemas   e c o n ó m i c o s , ,  del desempleo y de una mayor comple
dos de los problemas  histórico más amplio para las construcciones locales de la masculinidad.
 jid ad soc ial . Como 
Como  argumenté en otro libro (Connell,  (Connell,   1 9 9 8 ) , ,  necesitamos aplicar esta
En cierto sentido, la "masculinidad" es un modelo que determina la lógica a una escala mundial; la historia mundial y la y  la globalización
 globalización contem
vida y la conducta personales, pero es importante que las masculinidades de nuest ra 
poránea deben ser parte de nuest ra  forma de comprender las masculinida
existan también en otro terreno, en aquel que no es personal, en las comu des, en la medida en que las vidas individuales reciben fuertes influencias
nidades, en las instituciones y en la cultura. Las definiciones colectivas de de las luchas geopolíticas, del imperialismo y colonialismo, de los merca
la masculinidad se generan en la vida de la comunidad y se cuestionan y dos globales, las corporaciones multinacionales, la migración laboral y de
cambian ante las modificaciones en la situación de la propia comunidad. los medios trasnacionales de comunicación.
Algunas organizaciones, como las de los ejércitos y las corporaciones, su y   Coleman (1998) 
De manera similar, Ouzgane y  (1998)  argumentan acerca de
ponen en su cultura organizativa modelos de género particulares y pueden la importancia de los estudios poscoloniales en la   c ompre nsi ón 
ón  de la diná
producirlos deliberadamente en sus programas de preparación de perso mica cultural de las masculinidades contemporáneas. Aunque en general
nal. Los medios de comunicación de masas hacen que ciertos iconos de la investigación sobre las masculinidades se ha realizado en las ciudades,
masculinidad circulen y aplauden modelos específicos de conducta,   m i e n - una gran parte de la población mundial vive en el campo; por ello, Campb ell

188 SOBRE   MA SO JL IN ID A DES


DESATES SOBRE DES DESARROLLO GLOBALIZACIÓN Y MASCULINIDADES 189

y Bell (2000) sostienen que también es importante prestar atención a las económicas ha estado acompañado del cambio político, dominio del "neo-
masculinidades rurales. De ahí que, para comprender las masculinidades liberalismo" o ideología de mercado y el declive del Estado benefactor en
locales, debamos pensar en el contexto de la sociedad global. Occidente y el centralismo comunista del Este. Desde  l os  ochenta, el Sur
global ya no tiene la opción de elegir entre estrategias de desarrollo rivales.
Su posición depende exclusivamente del capitalismo global.
LA SOCIEDAD GLOBAL COMO EL CONTEXTO También se presenta un poderoso proceso de cambio cultural: al mis
DE LAS VIDAS DE LOS HOMBRES mo tiempo que las formas e ideologías culturales circulan, las culturas   l o c a 
les cambian y la  misma cultura dominante cambia en lo que se establece
Las comunidades no existen primero y luego se relacionan con las femini como una dialéctica inmensa. El resultado es cierta homogeneización, ya
dades; ambas se producen juntas en el proceso que crea el orden del géne que las culturas locales se destruyen o debilitan, aunque constantemente
ro. De la misma manera, para comprender las masculinidades en una es surgen otras formas nuevas, como siempre ha ocurrido en la historia del
cala mundial primero debemos considerar la globalización del género. imperialismo — se trata de expresiones culturales e identidades híbridas o
Esto resulta difícil porque estamos acostumbrados a pensar en el gé "criollas".
nero como atributo de un individuo. De acuerdo con   Smith  ( 1 9 9 8 ) ,   en Desde el principio, los procesos históricos que dieron lugar a la socie
relación con la política internacional, la clave reside en desplazar nues dad global dependieron del género; la conquista y los asentamientos colo
tra atención de las diferencias derivadas del género del nivel individual a "los niales se formaron a partir de fuerzas segregadas con base en éste. Al
modelos de las relaciones derivadas del género que se construyen socialmen- estabilizarse las sociedades coloniales, en las economías de las plantacio
te". Si reconocemos que las grandes instituciones — c o m o  el Estado o las nes y las ciudades, se produjeron nuevas divisiones del trabajo dependien
c o r p o r a c i o n e s —   se estructuran con base en el género, y las relaciones tes del género. Las ideologías dependientes del género de los conquistado
internacionales —e  comercio  l comercio internacional y los mercados   g l o b a l e s — son res se unieron a las jerarquías raciales y a la defensa cultural del imperio.
intrínsecamente un ámbito de la política de género, entonces podremos re Durante la segunda mitad del siglo  XX , el crecimiento de la economía mun
conocer la existencia de un orden de género mundial (Connell, 2002). dial poscolonial presenció cómo en  la  "fábrica global" se instalaron divisio
Dicho orden de género mundial puede definirse como la estructura nes del trabajo dependientes del género (Fuentes y   Ehrenreích,  1983).
de relaciones que, a escala mundial, conecta a los regímenes de género de También atestiguó la manera en que la violencia dependiente del género
las instituciones con los órdenes de género de las sociedades locales. El se extendió junto a la tecnología militar occidental (Breines,   Gierycz  y
orden de género es un asp ecto de una realidad mayor: mayor: la so ciedad global, Reardon,   1 9 9 9 ) .
cuya creación es en sí misma un espacio de debate complejo, difícil de
entender. El discurso actual de los medios de comunicación sobre la Las relaciones
cipalmente que constituyen
de dos tipos. el orden
La conquista de género
imperial, mundial son prin
el neocolonialismo y los
"globalización", especialmente en los medios de los países ricos, presenta un sistemas de poder mundiales actuales — la  inversión, el comercio y la co
proceso homogeneizador que incluye a todo el mundo, dirigido por las m u n i c a c i ó n —  han puesto a diversas sociedades en contacto unas con otras.
nuevas tecnologías, productor de enormes mercados libres y globales, mú En consecuencia, los órdenes de género en estas sociedades también se
sica, publicidad y noticias globales en las qu e todos participan en igualdad han relacionado. En el caso de América Latina, región donde la conquista
de términos. y ocupación europeas se dieron por primera vez a gran escala, la interacción
Sin embargo, en realidad, la economía global es muy desigual y el ocurrió
ocurrió a lo largo de cinco siglos, y los resultados han sido sí ntesis cultura
grado de  homogeneización  económica generalmente se exagera (Hirst y les profundas.
Thompson, 1996). De manera habitual, la globalización provoca la divi Con frecuencia, tal interacción se ha manifestado como un proceso
sión cultural y social, además de la homogeneidad (Bauman, 1998). Los violento y desgarrador. Los arreglos locales del género se han reconformado
principales actores de la economía mundial son corporaciones multinacio debido a la conquista y explotación sexual, a las epidemias importadas, la
nales con base en las tres grandes potencias económicas (Estados Unidos, intervención de los misioneros, la esclavitud, el trabajo por contrato, la mi
la Unión Europea y Japón), junto con los mercados financieros, los cuales gración y la la formación de nuevos a sentamientos.   El proceso
  proceso del desarrollo
 jamá s hab ían alca nza do tant o pod er y tam año . El as cen so de esta s f uerzas económico y las instituciones que ayudan a su avance siguen   haciendo

190 DEBATES   SOSRE 


SOSRE  MASCULINIDADES DESARROLLO,  O O BA L IZA C IÓ N 
N  Y MASCULINIDADES 191

que la política de género de los países ricos entre en contacto con la de los consejos  v  agencias internacionales se han constituido para sobrepasar
consejos 
países menos desarrollados. Así, surgen problemas muy complejos depen estos viejos y dudosos acuerdos. Regulan las cuestiones de género en todo
dientes de la igualdad de género, especialmente alrededor de los intentos el mundo, por ejemplo, a través de la a yuda al desarrollo, la educación, los
recientes de extender el alcance de los programas de "mujeres y desarro convenciones  l a b o r a l e s . .  Asimismo, se estructuran
derechos humanos y las convenciones l
llo" y de hacer que los hombres participen de modo más explícito en las con base en el género y, principalmente, están gobernadas por hombres;
cuestiones de género (White, 2000). sin embargo, su complejidad cultural es mayor que la de las corporaciones
Los modelos de género que resultan de estas interacciones pueden multinacionales   (Gierycz, 
(Gierycz,  1999).
considerarse como el primer nivel del orden de género global. Se trata de • Los medios  internacionales. 
internacionales.  Las corporaciones 
corporaciones  multinacionales 
multinacionales  de
modelos locales, aunque en ellos puede verse el sello de las fuerzas que medios de comunicación propagan películas, videos, música y noticias a
forman a la sociedad global. Un ejemplo muy impresionante aparece en gran escala; también existen medios menos centralizados, como periódicos,
que  Morrell (2001b) 
el análisis que  (2001b)  hizo de la situación de los hombres en la telégrafos, teléfonos, fax, Internet, la Red, y las industrias que los sostienen.
S udáfrica contemporánea. La transición desde el  apartheid  — q u e  e  es en Todos ellos se ordenan de acuerdo con el género y ponen en circulación
sí mismo un intento violento, predestinado al fracaso, para perpetuar las significados dependientes del género. Cunneen y Stubbs  (20C'J),
 (20C'J), por
 por ejem
raciales c o l o n i a l e s — 
relaciones raciales c —  creó un paisaje social extraordinario. En un plo, documentan el uso de los sitios de Internet para colocar mujeres filipi
contexto de reintegración a la economía y política globales, de desempleo nas en un comercio internacional de esposas y compañeras sexuales para
creciente, violencia sostenida y de una epidemia de VIH sida que avanza, hombres del primer mundo.
se ven intentos por volver a constituir patriarcados rivales en los diferentes • Los mercados globales.   Es importante distinguir a los propios merca
grupos étnicos. Dichos intentos se enfrentan a agendas que incluyen a la dos de las corporaciones individuales que los operan. Los mercados inter
modernización de la masculinidad, al feminismo sudafricano y al discurso nacionales   —el —el   capital, las mercancías, los servicios y mercados labora
sobre "derechos humanos" del nuevo gobierno. A su vez, algunas de estas l e s —   cada vez tienen un "alcance" mayor en las economías locales. A
ideas son cuestionadas por argumentos sobre la "filosofía   africana"  africana"  y por menudo se articulan a partir del género; por ejemplo, el mercado interna
políticas basadas en las tradiciones comunales indígenas, que supuesta cional en el trabajo doméstico  doméstico   (Chang 
(Chang  y Ling, 2000). Los mercados labo
mente diluirían el énfasis puesto en las divisiones de género. rales internacionales están ahora —sobre ahora  —sobre   todo por 
por   el
el   triunfo político del
El segundo tipo de relaciones que constituyen el orden de género mun n e o l i b e r a l i s m o —   regulados débilmente, sin considerar los controles fron
dial es la creación de otros ámbitos que trasciendan los países y las regio terizos reforzados por el pánico político de los países  d el el   primer mundo
nes individuales. Al parecer, los nuevos ámbitos más importantes son respecto de los "emigrantes ilegales".
El resultado neto de estos dos tipos de relaciones es un orden de géne
• Las corporaciones transnacionales y multinacionales.  Las corporacio ro global que se construye a  a  partir 
partir  de una serie de relaciones de género
nes que operan en los mercados globales son ahora las   mayores 
mayores  organiza turbulentas, muy inequitativas y parcialmente integradas; sin embargo, el
ciones de negocios del planeta. Las más grandes, en industrias como la del alcance global de las mismas tiene efectos muy diversos en las distintas
petróleo, la manufactura de autos, las computadoras y las  las   t e l e c o m u n i c a  regiones. Éste es el contexto general en el cual debemos considerar las
ciones, cuentan con recursos de cientos de billones de dólares y emplean vidas de los hombres, así como la construcción y puesta en práctica de
a cientos de miles de personas. Su división del trabajo depende, en gran las masculinidades.
medida, del género y, como indica el estudio de  Wajcman
 Wajcman   (1999), las mul
tinacionales que tienen base en Gran Bretaña poseen una cultura de di
rección altamente masculinizada. LA   P R O D U C C I Ó N DE MASCULINIDADES

• El Estado internacional.   Las instituciones de la diplomacia y la gue EN EL COLONIALISMO Y EL DESARROLLO

que  s o n l a s s  principales formas en las cuales los Estados soberanos se


rra, que 
han relacionado entre sí, también están claramente masculinizadas. Za- La creación de imperios ultramarinos, como el español, el portugués, el
lewski y
lewski  y   Parpart  ( 1 9 9 8 )  llaman a esto "la cuestión del   ' h o m b r e '  en las rela francés y el inglés, estableció condiciones muy   peculiares 
peculiares  para las prácti
ciones internacionales". Las agencias de la ONU, la Unión Europea y otros cas dependientes del género de los hombres. La conquista colonial estuvo

192 DEBATESSOBRE MA SO /U N ID A D ES DESARROLLO, CLOBALIZACIÓN   Y MASCULINIDADES 193

en ias manos de grupos segregados de hombres: soldados, marinos, co rivalidad entre facciones de hombres de la clase   gobernante se desató casi en
merciantes, administradores y muchos que ejercieron todas estas activida todo el mundo capitalista  —por  un lado, estaban los de línea dura (que
des sucesivamente. Provenían de ocupaciones y contextos en las metrópo suelen ser muy violentos) y, por otro, grupos más liberales y   conciliatorios—.
lis que también estaban segregados respecto al género. Es muy posible Con el colapso del comunismo soviético, el declive del socialismo   poscolo-
que los hombres que realizaron la colonización hayan sido los más desa nial y el ascenso de la nueva derecha en Europa y Norteamérica, la política
rraigados. Con seguridad, el proceso de conquista produjo masculinidades mundial se organiza cada vez más según las necesidades  de l capital trasna
fronterizas que mezclaron la cultura de ocupación de estos grupos con un cional y la creación de mercados globales. Conforme se establece la identi
nivel inusual de violencia y un individualismo egocéntrico  —como  Las ficación de los hombres con el mundo laboral, la economía capitalista global
Casas argumentó en el siglo X V I — ..   La historia política del  Imperio  está se vuelve un ámbito determinante para la formación de masculinidades.
llena de evidencias de los tenues controles que el Estado ejerció sobre las La agenda neoliberal tiene muy poco que decir específicamente sobre
fronteras, desde los monarcas españoles incapaces de reinar sobre los con el género. La nueva derecha utiliza un lenguaje neutro respecto del géne
quistadores, hasta los gobernantes británicos de Ciudad del Cabo, que no ro, habla de "mercado", "individuos", "elección"; no obstante, el mundo
pudieron controlar a los  boers.  De la  misma/nanera,  otras formas de con donde el neoliberalismo crece sigue estando estructurado con base en el
trol social también se debilitaron. La intensa explotación sexual de las género y el neoliberalismo tiene una política de género implícita: el "indi
mujeres indígenas fue una característica común de la conquista. viduo" de la teoría de mercados posee   los  atributos e intereses de un
Por lo tanto, el colonialismo propició las condiciones en las que emer empresario masculino. Además, el ataque que la nueva derecha hace al
gieron los modelos distintivos de masculinidad. Sugiero que éste es el punto Estado benefactor debilita la posición de las mujeres, quienes dependen en
de partida histórico de modelos de masculinidad  integrados 
integrados  a  las institucio mayor medida de ingresos que  ei mercado no considera. La desregulación de
nes  y  culturas del imperialismo y el capitalismo   global;  yo los he llamado la economía en un mundo corporativo coloca las estrategias de poder en
"masculinidades  globalizantes". manos de grupos específicos de hombres   —administradores  y empresa
En ciertas circunstancias, las masculinidades de las fronteras pudie rios—, portadores de la forma dominante de la masculinidad en la economía
ron reproducirse como una tradición cultural local, aun después de que la global contemporánea, a la cual denomino "masculinidad trasnacional de ne
frontera había sido sobrepasada. Los gauchos de América
América del Sur, los vaque gocios". Los lugares institucionales en ios  cuales se desarrolla son los "ám
ros del oeste americano y los trabajadores de las zonas rurales de Australia bitos" trasnacionales enumerados en la sección anterior.
son buenos ejemplos. Sin embargo, a la conquista y la explotación casi El estudio realizado por  Wajcman  (1999)  en las corporaciones británi
siempre siguió la formación de asentamientos. La construcción de una cas muestra que las mujeres que han ocupado puestos gerenciales lo hacen
masculinidad característica de los pioneros pudiera incluso haber sido un en términos de hombres y se acoplan a la cultura y prácticas masculiniza-
Cain y Hopkins  (1993) mostraron
objetivo de la política de Estado. Como Cain das de la  élite  administrativa, es decir, como Wajcman apunta, tienen que
en el caso del Imperio británico, el grupo dominante en el mundo colonial "comportarse como hombres". Estudios desarrollados en el mundo corpo
era una extensión de la   clase  dominante en la metrópolis: la aristocracia rativo de Estados Unidos  (Glass  Ceiling Commission, 19 95) exhib en pa
terrateniente. El Estado imperial se convirtió entonces en un ámbito noramas muy similares. No debe sorprendernos, entonces, que la restau
trasnacional para la producción y circulación de masculinidades, basadas ración del capitalismo en la Europa Oriental y  la antigua Unión Soviética
en las  costumbres e ideología de la aristocracia, aunque modificadas cada haya estado acompañada de la reafirmación de las masculinidades domi
vez más por las necesidades militares y burocráticas. nantes y de que, en ciertas   situaciones,  la posición social de  las  mujeres
Con el declive de los viejos imperios aristocráticos, proceso que se haya empeorado mucho  (Novikova,  2000).
experimentó primero en América Latina, la sociedad mundial quedó bajo Aun cuando los hombres de negocios internacionales no se prestan
el dominio de las instituciones del capitalismo comercial, industrial y fi fácilmente a los estudios etnográficos, poseemos ciertas fuentes de infor
nanciero. Las masculinidades más calculadoras y profesionalizadas, aso mación: bibliografía administrativa, periodismo sobre negocios, autopro-
ciadas al capitalismo internacional, poco a poco ocuparon una posición moción corporativa y estudios de las élites de negocios locales.  Estas fuen
dominadora que suele estar en tensión con las masculinidades militares y tes apuntan a conclusiones muy sugerentes, aunque contradictorias. El
aristocráticas de las clases gobernantes locales. Durante la Guerra Fría, la estudio que Donaldson  (1998)  realizó sobre "la masculinidad de  lo  h e ge -

194 SOBRE  MASCUIINIDADES


DEBATES SOBRE  OESARROLLO C L O BA L IZA C IÓ N Y   MASCULINIDADES 195

m ó n i c o " , basado
, basado en ias referencias biográficas de los muy ricos, enfatiza el culinidad.   La conquista y los asentamientos fracturaron todas las estruc
aislamiento emocional y el endurecimiento deliberado de los niños duran turas de la sociedad indígena, incluyendo los órdenes del género y, así, a
te su crecimiento; se trata de una forma de  de   distanciamiento social
distanciamiento social y abun los
los   hombr es indígenas les resultó fácil adoptar las prácticas y jerarquías
dancia material que se combinan con un sentimiento de superioridad y fnasculinizantes  de la sociedad colonial. Desde el punto de vista de los
acreditación. Por su parte, la investigación de Hooper (2000) sobre el len colonizadores (y, últimamente, desde el punto de vista de la historia de la
guaje y las imágenes de la masculinidad, llevada a cabo en los noventa por economía mundial), el uso más importante dado a los hombres coloniza
The  Economist  —el  —el   periódico británico que se ocupa de los negocios de dos fue el de una nueva forma laboral. Los hombres indígenas, y en algu
los alineados al  al  n e o l i b e r a l i s m o — 
—  plantea una ruptura clara con el viejo nas partes los hombres esclavos, se convirtieron en la fuerza laboral que
estilo de la masculinidad patriarcal en los negocios y muestra,  muestra,  además, - del  imperio, en
generó las ganancias del  imperio, en la minería, la agricultura (que incluyó
muchos   residuos de actitudes colonialistas hacia el mundo en desarrollo.
muchos cada vez más los cultivos que fácilmente podían colocarse en  el  el mercado,
 mercado,
The Economist  asocia a las imágenes globales otras de características como el azúcar, el café, el té y el algodón) y el pastoreo.
tecnócratas vinculadas con cierta nueva frontera; en el contexto de la rees Todas estas industrias se caracterizan, especialmente en su uso de los
tructura, el periódico enfatiza un estilo de administración más cooperativo hombres indígenas, por  r/o  requerir ningún tipo de conocimiento específi
y basado en el trabajo en equipo. co (aunque, por ejemplo, en la agricultura es necesario poseer cierto cono
Un análisis de la bibliografía en administración, realizado por Gee, cimiento local empírico) y, en consecuencia, no tener presión alguna en
Hull 
Hull   y Lankshear 
Lankshear   ( 1 9 9 6 ) , ,  expone un panorama más individualista. El eje cuanto a la educación. Al mismo tiempo, cuando   las las   masculinidades de
cutivo del "capitalismo chatarra" se presenta como una persona con lealta los grupos dominantes se fueron profesionalizando más, el analfabetismo
des muy limitadas, aun para su corporación. El mundo ocupacional que o nivel muy bajo de alfabetismo, se consideró suficiente para la fuerza
lo
lo   caracteriza tiene una racionalidad técnica limitada, jerarquías de  de  gratifi laboral, en la medida en que sólo se requería de estos hombres fuerza y
caciones muy marcadas y cambios súbitos de carrera o transferencia de resistencia físicas. La cultura dominante de las sociedades coloniales (y en
corporaciones. La investigación de Wajcman  Wajcman   (1999) 
(1999)  menciona un mundo buena part ee   todavía en las 
buena part las   poscoloniaies).identific
poscoloniaies).identificóó  entonces a los hom
administrativo más estable, más apegado a la masculinidad burguesa tra bres colonizados con con  el
el   cuerpo y los definió como violentos y estúpidos,
dicional, caracterizado por largas horas de trabajo y dependencia del (y mientras que a los hombres de las  élites élites los
 los consideró inteligentes y moral-
marginación   de) trabajo doméstico, realizado por las esposas.
marginación mente virtuosos. En la ideología imperial británica (MaDonald,   1 9 9 4 ) , ,  el
Dicha masculinidad toma cuerpo a través de una sexualidad cada vez conquistador era viril y el conquistado sucio, cargado de sexualidad y afe
más liberal que tiende a transformar las relaciones con las mujeres en minado, incluso infantil. En muchas colonias, como en   Z i m b a b w e , ,  los
mercancías. En la actualidad, los hoteles que se ocupan de los hombres indígenas  (S hire, 1 994).
colonizadores llamaron "muchachos" a los hombres indígenas 
de negocios, en la mayor parte del mundo, normalmente ofrecen videos de masculinidad se
Así, las imágenes y estereotipos de masculinidad  se entretejieron con la crea
pornográficos y, en ciertos lugares, se ha desarrollado una industria de ción de jerarquías raciales y de clase que aún ahora persisten. En los últimos
prostitución especialmente dirigida a los hombres de negocios internacio años, los conflictos étnicos y raciales han cobrado relevancia. Como Klein
n a l e s . .   La masculinidad actual de dichos hombres no supone ninguna fuer y Tillner (2000)
(2000) argumenta en el caso de Israel, y Tillner  (2000) en el de Australia,
za corporal, por lo menos no más que la que suponía la vieja masculinidad se trata de un contexto fructífero para la producción de masculinidades
burguesa. Sin embargo, el cuidado deliberado del cuerpo se ha convertido orientadas a la dominación y la violencia.
en un práctica significativa de dicho grupo social, y las publicaciones diri Asimismo, es importante subrayar la relación tensa y difícil que se ha
gidas a estos hombres (como las que se ofrecen en las aerolíneas interna establecido entre las masculinidades de la clase obrera y la educación for
cionales) parecen darle cada vez más atención a la buena condición física, mal, como puede apreciarse en la educación contemporánea de masas: los
al deporte y a la apariencia. rechazo   al
problemas de disciplina y rechazo  al   aprendizaje formal que se presentan
La historia de las masculinidades de los grupos e instituciones domi entre los muchachos son más severos en las escuelas de la clase trabajado
nantes de la economía mundial no es la historia de las masculinidades de ra que en las de clase media o de las   élites
élites   (Connell, 2000). Junto a una
los grupos subordinados . El proces o de colonización y desarrollo poscolonial economía contemporánea, que cada vez enfatiza más el conocimiento y la
ha producido, de diversas formas, una  divergencia  en los modelos de de  mas- preparación formal, ha aparecido un nuevo modelo de exclusión social.

196 DEBATES SOSRE MASCULINIDADE


p„,„.r.0U0,  C L O BA IIZA C IÓ N Y
N Y MASCULINIDADES 197

La migración laboral que aportó fuerzas de trabajo para el capitalismo de la masculinidad. Las exigencias, cada vez más fuertes,   de   que los hom
global también es un proceso dependiente del género. Los trabajadores de bres se involucren activamente en la crianza infantil   se   oponen a la cre
las minas y las plantaciones eran casi todos hombres, aunque  a  las mujeres ciente autonomía de las mujeres y pueden detenerse debido  a la  disloca
se les asignó un papel económico específico. El estudio que realizó Moodie ción económica que resulta de las presiones   de la  economía global. En
(1994) sobre el trabajo de los emigrantes en las minas de oro de   Sudáfrica estos casos, las contradicciones pueden ser muy  doíorosas  a  nivel indivi
proporciona un análisis clásico que rastrea la reconstrucci ón de las prácticas dual y suelen resolverse de diversas formas:  afirmando los "derechos de los
dependientes del género que los hombres adquirieron en el espacio exis padres", enfatizando el carácter dependiente del género en la relación de
tente entre la minería capitalista y la economía doméstica basada en el pareja o luchando por igualdad económica.
pastoreo. La migración se llevó  a  cabo dentro del mundo colonizado,   pero, Sin embargo, existe otra dimensión del orden colonial y poscolonial
además, entre el mundo colonizado y la metrópoli. Los estudios sobre hom que es importante. Desde el inicio, el poder imperial  s e  enfrentó a cierta
bres "chicanos", en la población de  origen mexicano de Estados Unidos, son resistencia. Las luchas anticoloniales siguen presentes;  se   trata de lo
de los primeros en explorar las consecuencias de la migración en la mascu que, generalmente, los poderes coloniales y neocoloniales clasifican come
linidad  (Baca Zinn,  1982) y en referirse a una nueva y activa negociación de "terrorismo". La discusión teórica sobre la relación entre las masculinida-
las relaciones dependientes del género. En este contexto, se reprodujo un des y la resistencia es aún escasa, aunque, en cierto sentido, la discusión
modelo tradicional de  masculinídad  que presentaba variaciones debidas a siempre ha estado sobre la mesa. Veamos, por   ejemplo,  la   exigencia de
la situación de clase y al grado de  exclusión  étnica experimentado. Poyriting, cambio que  Fanón  hace en  The  Wretched ofthe Earth:
Noble y Taylor  (1998),  al entrevistar a hombres jóvenes de las comunida
des de inmigrantes libaneses  en   Australia, detectaron que la conciencia La descolonización nunca se lleva a cabo de forma inadvertida porque su
dependiente del género era contradictoria y que frente al racismo se utili influencia  se ejerce sobre los individuos y los modifica fundamentalmente.
zaban estereotipos de manera estratégica. La discriminación racista por Transforma a espectadores que están aplastados por su carácter no esencial,
parte de  la  sociedad anglosajona se enfrenta a cierta afirmación de digni en  actores  privilegiados: los magníficos reflectores de la historia se dirigen
hacia ellos. Ocasiona un nuevo ritmo en la existencia, ritmo que se debe a
dad que, e n el caso de ios jóvenes libaneses, se trata de una dignidad espe
hombres nuevos que poseen un nuevo lenguaje y una nueva humanidad . La
cíficamente masculina, en un contexto que supone la subordinación  de  las
descolonización es la creación real de hombres nuevos (Fanón,  1 9 6 8 : 3 6 ) .
mujeres. Así se crea una dialéctica dependiente del género que surge de
la dinámica entre la migración laboral y el conflicto racial. En el texto de  Fanón  queda claro que los "hombres" dependen del
La explotación presente  en  el proceso de desarrollo económico tiene género: por ejemplo, tienen esposas (p. 92). La famosa defensa que   Fanón
consecuencias directas en la corporalidad de los hombres y en su autoesti hace de la violencia como el crisol de la sociedad poscolonial es, entonces,
ma. Por ejemplo, ahora reconocemos fácilmente que la forma y la intensi una agenda para construir un tipo particular de masculinidad. Esto puede
dad de la   epidemia de  VIH/SIDA  son afectadas por la pobreza, las comuni verse concretamente en los casos en que la lucha ha funcionado como un
caciones y el  modelo de las relaciones dependientes del género. Un estudio ámbito en  el  cual se da forma al género, por ejemplo, en la resistencia
reciente de Campbell  (2001)  muestra cómo los altos índices de  la  infec palestina a la ocupación israelí del banco occidental (Peteet,   1994). Ahí, la
ción de VIH entre los hombres que trabajan en las minas de oro de Sudáfrica violencia de la   ocupación y de la resistencia cambió las condiciones en las
se relacionan con el desarrollo de sus vidas en una industria peligrosa y cuales la masculinidad se construye. Los hombres viejos no tienen ya au
enajenante. Se vuelve común la necesidad de afirmar la   masculinídad, l o toridad en el  proceso; es más, los jóvenes son los dirigentes. Los niños y los
que a su vez se entiende como "ir detrás de las mujeres" y como el desear  jóvenes establec en sus identi dades y ex igen dirigir   a la  colectividad; las
tener contacto íntimo directo, "tocar la carne". "El mismo concepto de palizas y el encarcelamiento por parte de las fuerzas  de  ocupación se con
masculinidad que ayuda a que los hombres sobrevivan en su cotidianidad vierten en ritos de paso para los palestinos jóvenes. En Sudáfrica, la lucha
sirve para aumentar su exposición a los riesgos de la infección de   VIH" armada emprendida por los  "camaradas"  a  nombre del ANC (Congreso
(Campbell, 2001: 282). Nacional Africano, por sus siglas en inglés) produjo una generación de
hombres jóvenes acostumbrados a la violencia y la acción independiente,
Un ejemplo significativo  de   cómo cambian las definiciones de pater hombres jóvenes acostumbrados a la violencia y la acción independiente,
nidad lo ofrece el estudio de  Vigoya  sobre la investigación latinoamericana sin ningún tipo de educación formal ni experiencia laboral regular (Xaba,

198 SOBRE  MA SC U L IN O OES


DEBATES SOBRE  O OES D E S A R R O U O ,  GLOBALIZACIÓN Y
GLOBALIZACIÓN  Y MASCULINIDADES 199

2 0 0 1 ) ;  incluso, tras la guerra, muchos jóvenes fueron incapaces de   inte Si bien las mujeres trabajan tanto   como  los hombres, para el género,
grarse a la sociedad posterior al   ctpcnheid.  No   debemos entonces  m e n o s  lo importante es el tipo de trabajo que se hace y el contexto  en el cual se
preciar e
preciar  e l  trauma personal implícito  las  luchas anticoloniales  —con
implícito   en las  desarrolla. De acuerdo con Holter  ( 1 9 9 7 ) ,   la   distinción  estructural entre
flictos armados de escala menor, internos, con dimensión racial, rodeados el trabajo doméstico, que no se paga, y la economía basada en el salario,
por las comunidades civiles que,   a d e m á s ,  tienen armas a su alcance. determina el sistema de género moderno. En consecuencia, las configu
raciones del trabajo asalariado son los fundamentos económicos de las
masculinidades en la economía capitalista. El ejemplo más famoso es la
L A  R E C O N F O R M A C I Ó N DE LA
AS
S MASCULINIDADES constitución del "hombre asalariado"
asalariado" en el desarrollo económico japonés
LOCALES EN LA GLOBALIZACIÓN de principios del siglo  X X  (Kinmonth,  1 9 8 1 ) .  Se trataba de un modelo de
masculinidad de cl ase media adaptado a la estructura de poder corporati
Debido a la presión ejercida por  l os  mercados globales y los medios, así va, que exigía adaptación y lealtad a cambio de seguridad y retribuciones

como por el deseo activo de participar en la economía y la cultura globales, posteriores muy alaltas.
masculinidades Sin embargo,
vincular si eldependiente
la identidad proceso de  del
desarrollo
 género cambió las
con  e  l tra
las exigencias para el cambio se   inscriben  en el espacio de los órdenes de
género locales. El resultado suele ser la reconstrucción de las   masculinida- bajo asalariado,
asalariado, el mismo proceso hizo que las nuevas masculinidades fue
des, tema que exploraré a continuación. ran vulnerables. La economía mundial es turbulenta y está marcada por
La reconstrucción no sólo está en manos de los hombres. Como Fon- giros económicos que incluyen ascensos y depresiones, declives y creci
seca  ( 2001)  yy  otros han enfatizado, l
enfatizado,  l as tienen  u n papel
as   mujeres también tienen u mientos regionales. El desempleo de las masas debilita paulatinamente a
activo 
activo  en la
la conformación
 conformación de También  e s m uy  proba-
 de   las masculinidades. También e las masculinidades que se identifican con el   "trabajo".  En la actualidad,
ble que la reconstrucción sea desigual. Los estudios de cas o de Taga (2001) esta situación es muy común, tanto el resultado del  declive  de viejas áreas
en hombres jóvenes japoneses de clase media lo muestran muy claramen industriales, por ejemplo, en el norte de Inglaterra, como la migración
te. No todos los  hombres reaccionan de la misma forma frente a la presión rural y urbana que resulta en el aumento explosivo de  las  fuerzas laborales
cultural ejercida por las mujeres para que se aparten de la   masculinidad subempleadas en ciudades como Nueva  D e l h i ,  Sao   Patio  o la ciudad de
patriarcal japonesa "tradicional". Es más, Taga identifica cuatro modelos México.   El gran
  gran número de mujeres que ahora están empleadas también
contrastantes de respuesta, que  v an  desde el rechazo al cambio hasta   la debilita a las masculinidades que dependen del   "trabajo".  Este movimien
transformación de la identidad. to se desarrolla en todo el mundo y resulta de la  emancipación  de las
mujeres, de su educación y de la necesidad económica de familias que no
Una razón importante por la cual el cambio es desigual es la comple
pueden depender sólo del salario de un hombre.
 jida d int ern a de las rel ac ion es de gén ero . Es po sib le ide nti fic ar por   lo
menos cuatro subestructuras   ( C o n n e l l ,  2002). Examinaré la   r e c o n s  Investigaciones realizadas en varios varios países han  docmnentado  los cues-
trucción de las masculinidades en relación con cada una de estas sub tionamientos a las mas culinidades de la clase laboral que result resultanan de esta
estructuras. situación:  Corman  et al.  (1993) en Canadá,  G u t man n f l996)  en México,
 La división del   trabajo.  La modernidad se caracteriza por considerar ODonnell  y   Sharpe  (2000) en Gran Bretaña. Podemos considerar que se
que el mundo "laboral" se define  culturalmente  como un espacio de hom trata de una de  l as  dinámicas principales del cambio  en  las masculinida
bres. En la mayor parte del mundo, el porcentaje de participación de los des   c o n t e m p o r á n e a s : hasta el "hombre asalariado" es  v ulnerable
ulnerable..  Debido a
hombres en la fuerza laboral es mucho mayor que  el  de las mujeres  (las que la seguridad que el mundo corporativo japonés  proporcionaba  dismi
principales excepciones son África occidental y los países que antes eran nuyó en los noventa, este modelo de masculinidad  se lia visto rodeado de
repúblicas soviéticas). Fuller   ( 2 0 0 1 ) ,   al entrevistar a hombres peruanos sáti
sátira
ra y ansiedad. En las discusiones de los medios  d e comunicación japo
de tres ciudades, encontró que la reputación y la autoestima masculinas d e neses ha a parecido una nueva imagen del "hombre asal asalaria
ariado
do que escapa"
los   adultos  dependen principalmente del trabajo. Se considera que un hom (Dasgupta,  2 0 0 0 ) .
bre incapaz de mantener un trabajo regular no ha conseguido la   m a s c u l i -  Relaciones de  yoder.  El mundo colonial y  poseolonial,  con el pretexto
nidad adulta plena. En este sentido,   las  ideas articuladas por los   e n t r e l i s  de la  modernización y los derechos de las  mujeres,  tiende a acabar con los
tados peruanos pueden percibirse   en  muchas partes del mundo. sistemas de patriarcado puriah,  basados en la  subordinación y aislamiento

200 SOBRE   MASCULINIDADES


DEBATES SOBRE n  iROLLO GLOBALIZACIÓN Y MASCULINIDADES 201

extremos de las mujeres (Kandiyoti, 1994). Los hombres, con algunas ex En el mundo poscolonial, el  el   crecimiento 
crecimiento  del individualismo y la frac-
(por  ejemplo, 
cepciones (por  ejemplo,  Arabia Saudita y Afganistán bajo el régimen   tali- iLin  de las comunidades causada por la migración han modificado los
bán), se han ajustado al cambio y la mayoría de ellos acepta la presencia modelos tradicionales de formación de parejas heterosexuales. El proceso
de las mujeres en el espacio público (el voto, el derecho a trabajar, la auto ,e
,e   ha desplazado d
desplazado  d el
el   ámbito de la familia extendida ("bodas arregladas")
 Volz   ( 1 9 9 88jj
nomía legal). U na amplia investigación realizada por Zulehner yy Volz [ ile
ile   la competencia individual en un mercado dependiente del género.
muestra que el rechazo a los modelos  patriarcales
 patriarcales   de las relaciones depen Las nociones del "amor romántico" no sólo influyen a las mujeres jóvenes,
dientes del género es particularmente fuerte entre las generaciones jóvenes también a los hombres jóvenes. Según un estudio de   Valdés  Valdés  y  Olavarría
de hombres alemanes, situación que también se da en otros países. (1998), los cambios en este espacio parecen apuntalar la masculinidad
En casi todas las sociedades poscoloniales, el proceso de desarrollo actual de los jóvenes de las ciudades en Chile. Su malestar no incluye
dio forma a un espacio público ocupado por grandes organizaciones. Los una crítica fundamental al modelo hegemónico de masculinidad, sino que
hombres siguen teniendo puestos más importantes en organizaciones como se manifiesta en un sentimiento de aprisionamiento en roles familiares
los gobiernos, corporaciones, juzgados, ejércitos, iglesias, partidos políticos invariables.
y asociaciones profesionales (Connell, 2002). En las instituciones estata La   sexualid/.d 
La sexualid/.d  y las
 las   relaciones emocionales pueden también ser espa
les, los movimientos de mujeres que exigen igualdad de oportunidades de cios en los que se registran mayores tensiones sociales. Ghoussoub (2000)
empleo, mayores servicios para el cuidado infantil, leyes que eviten la dis subraya este proceso en Egipto, donde los rumores sobre la impotencia
criminación, entre otros, han expuesto cuestionamientos importantes a causada por ciertos productos químicos y la gran popularidad que han
este dominio, aunque en el neoliberalismo, las instituciones del Estado adquirido los manuales sexuales medievales, parecen ser  lo s  signos de una
tienden a disminuir, y el poder se desplaza hacia el mercado y las corpora gran perturbación cultural en la masculinidad. Ghoussoub apunta que el
ciones. En este ultimo ámbito, el poder de los hombres permanece, lo que estatus mayor de las mujeres en las sociedades árabes presenta serios pro
sí cambia (como mostramos anteriormente) es la configuración de la   m a s - blemas para los hombres cuyas identidades siguen basándose en nociones
culinidad   gerencial.
culinidad tradicionales del género. No parece posible que ocurra una ruptura radical
El colonialismo, la descolonización y la   globalización 
globalización  propiciaron mu en el modelo de las relaciones emocionales provocada por el impacto de
chas situaciones en las cuales el poder no se establece con firmeza, e im los modelos metropolitanos y urbanos dependientes del género. Por otra
peran el conflicto y el desorden. Por ejemplo, las luchas relacionadas con parte, la investigación entre los mazatecos de México se refiere más bien a
elapartheid  en Sudáfrica produjeron una sociedad militarizada y armada, coexistencia  (Pearlman, 
cierta coexistencia  (Pearlman,  1 9 8 4 ) ; ;  los hombres jóvenes que emigran a las
en   la 
en  la  cual la posesión de armas y la violencia ligada a éstas se relacionan ciudades para trabajar, al regresar traen consigo modelos urbanos de do
con la  masculinidad   (Cock, 
la masculinidad (Cock,  2 0 0 1 ) . .  Waetjeny Maré (2001) muestran
(2001) muestran cómo minación masculina que se oponen a las relaciones dependientes del gé
movimiento  ne oconserva
el movimiento  oconservador
dor  Inhatha  utiliza la violencia real (el asesi nero, relativamente más equitativas, de esta comunidad, en donde las
nato y los golpes a los contrarios) y el simbolismo de la violencia (atracción mujeres buscan su propio prestigio y construyen sus propias redes. Los
hacia las tradiciones guerreras) para crear una identidad étnica y nacional hombres jóvenes no abandonan ninguno de los modelos; más bien, desa
para los hombres zulúes. rrollan la capacidad de cambiar de código frente a diferentes públicos, por
 Relaciones emocionales.  Los modelos de vínculos emocionales, que a ejemplo, cuando tratan a mujeres mayores en vez de a otros hombres jóve
menudo se consideran como los más íntimos de todas las relaciones socia nes. La investigación reciente en los países metropolitanos que identifica
les,
les,   también se reconstruyen debido a las fuerzas sociales de gran escala. a la masculinidad hegemónica como una práctica discursiva (Wetherell y
Bajo el colonialismo, los misioneros cristianos solían intervenir en contra Edley,
Edley,   1999) muestra un proceso muy similar: los hombres adoptan o se
de las costumbres sexuales indígenas que se oponían a su religión, espe distancian estratégicamente del modelo hegemónico, dependiendo de lo
cialmente contra las prácticas homosexuales y de cambio de género, y a las que quieren en ese momento.
relaciones heterosexuales premaritales, indígenas. Por ejemplo, los misio También las identidades homosexuales se han vuelto más complejas.
neros, con el apoyo de las autoridades coloniales españolas, intentaron La investigación en Brasil (Parker, 1985) ha identificado múltiples mode
terminar con la tradición del bardaje, un tercer género, en América del
los de prácticas sexuales e identidades sociales. Con el tiempo, la noción
Norte (Williams, 1986). de la identidad centrada en la práctica sexual se ha visto desplazada por un

202 DE8ATES S O B R E M A S C U L I N I D A D E S DE S A R R O U - O ,  G L O B A L I Z A C I Ó N   Y MASCULINIDADES 203

modelo médico y legal que se centra en el género de la pareja; a su vez, culinidad   se   reconstruyó de una forma tal que la   vinculó  con la   cultura de
esta noción ha sido cuestionada por una identidad   gay  conscientemente sociedad angloaustraliana   dominante.
la sociedad angloaustraliana
equitativa.  El
más equitativa.  El   estilo gay norteamericano circula globalmente como la
principal alternativa a la masculinidad heterosexual. Este proceso suele
criticarse como una forma de imperialismo cultural, sin embargo, como LA POLÍTICA DE LA MASCULINIDAD EN DESARROLLO
Altman   (2001) 
Altman (2001)  observa, basándos e en su experiencia en Asia Sudoriental,
Ja "globalización de las identidades sexuales" no sólo desplaza los modelos El 
El  orden de género mundial privilegia mucho más a los hombres que a las
autóctonos, ya que éstos interactúan de manera compleja y generan nue mujeres. Aunque podemos mencionar numerosas excepciones locales, es
vas identidades y muchas oportunidades en el desplazamiento de códigos. fácil identificar el "dividendo patriarcal" que los hombres obtienen de ma
Simbolización.  En casi todo el mundo, los medios de comunicación nera colectiva y que proviene de percibir ingresos más elevados, tener ma
masiva siguen modelos norteamericanos y europeos, y las imágenes de yor participación en la fuerza laboral, poseer más propiedades y acceso al
pendientes del género constituyen una parte muy importante de lo que poder institucional, sin incluir los privilegios culturales y sexuales. La in
z  circula. Por el contrario, imágenes "exóticas" que dependen del género se vestigación internacional sobre la situación de las mujeres (Valdés y Go-
utilizan como productos de mercado para los países no metropolitanos. máriz,
máriz,   1995) 
1995)  lo documenta ampliamente, aunque 
aunque   las
las   consecuencias que
Por ejemplo, los anuncios de  de   las
las   aerolíneas de Singapur y Malasia presen todo esto tiene en los hombres han sido ignoradas.
tan a sus aeromozas como mujeres exóticas y sumisas. En el comercio Tales dividendos no son equitativos para todos los hombres: algunos
sexual internacional, se utilizan estos mismos estereotipos, dependientes obtienen mucho y otros poco o nada. La dinámica del desarrollo constan
del género y de la raza, para ofrecer mujeres asiáticas a hombres norte la escaía   de los beneficios dependientes del género, los
temente modifica la escaía
americanos y  y  austraíoasiát
austraíoasiáticos
icos   (Cunneen y Stubbs, 2000). Es difícil pen costos que deben pagar (por ejemplo, ser blanco de la violencia) y  las  agru
sar que se trata de una fantasía inofensiva, ya que el porcentaje de muer paciones dependientes del género de los   h o m b r e s . .  Ellos se ven tan afecta
Australia —nor mal ment e
tes por homicidio entre las mujeres filipinas en Australia —nor distintas)  p or 
dos como las   mujeres (aunque de maneras distintas) p or  la turbulencia del
a manos de hombres no filipinos con los que se han casado o  c o h a b i t a n — orden de género global. Las desigualdades de las relaciones dependientes
es casi seis veces mayor que el porcentaje "normal" de homicidios en el del género producen resistencia y la principal presión para introducir cam
mismo país. bios en este tipo de relaciones proviene de un movimiento feminista inter
Sería un error comparar una "modernidad" cambiante con una "tradi (Bulbeck,  1998) que
nacional (Bulbeck,  1998) que ha influid
influidoo en los hombres de todo el mund o.
ción"; ambas se reconforman continuamente, como lo demuestra una in Los hombres responden mediante distintos mecanismos, uno de ellos
vestigación realizada en las empobrecidas comunidades de las Islas de es la reafirmación de las jerarquías locales dependientes del género, por
Australia   ( D a v i s , ,  1997). El co
Torres Strait, en la parte septentrional de Australia  ejemplo, en  la   política dependiente del género es común encontrar un
lapso de la industria marítima local durante los sesenta ocasionó el regreso modelo de "fundamentalismo" masculino, como en Sudáfrica en  Sudáfrica   (Swart, 
(Swart,  2001)
de los hombres a la comunidad, lo cual favoreció, a su vez, que los rituales de (Gibson,   1 9 9 4 ) . .  Otro mecanismo de respuesta está dado
o Estados Unidos (Gibson, 
iniciación de los muchachos, interrumpidos años antes, se recuperaran por un cambio en las actitudes populares frente a la  igualdad igualdad   de género, lo
ciertas  modificaciones: 
con ciertas  modificaciones:  si antes estas ceremonias eran exclusivas, ahora cual puede verse en la creciente aceptación de los hombres de   la   clase
se hacían públicas; no ocurría lo mismo con las ceremonias de las niñas. trabajadora respecto de las mujeres en el lugar de trabajo; también se ob
Entonces, resultó que la recuperación de la  " t r a d i c i ó n " "  construyó un mo serva en la aceptación expresa que la gente joven da a la idea de la igual
delo de masculinidad "moderna" localizada en el espacio público, mientras dad de derechos para las mujeres.
que la feminidad se identificó con el espacio privado. Al mismo tiempo, Aun así, el cambio de actitudes no necesariamente conlleva un cam
la exaltación de los héroes locales de las confrontaciones fronterizas en bio de prácticas. Fuller subraya que, a pesar de los cambios de opinión
Torres Strait se relacionó con el culto nacionalista australiano a los solda entre  los  hombres peruanos, los espacios   en   los
los   qu e las
 las   redes de solidari
dos de la Primera Guerra Mundial. El significado de las "historias de hé dad masculina se construyen y que garantizan el acceso   a   las redes de
roes" se trasladó de la enseñanza de resolución de conflictos al énfasis de
influencia, alianzas y apoyo, se reproducen a través de la cultura ma sculi
la identidad nacional. En ambos casos, la dimensión simbólica de la   m a s - na de  los deportes,  el consumo de alcohol, la  visita a burdeies
a burdeies o
 o los relatos

204 DEBATES SOBRE MASCULINIDADES DESARROLLO,  GLOBALIZACIÓN Y


GLOBALIZACIÓN Y MASCULINIDADES 205I

de conquistas sexuales. Estos mecanismos aseguran el monopolio de los la clase trabajadora. Parte  del  problema radica en que los debates  acerqi
hombres en la esfera pública (o por lo menos, el distinto acceso que tienen de la política de masculinidad se han centrado principalmente en lo qu«i
a la misma) y constituyen una parte fundamental del sistema de poder en el diferencia  a los hombres de las mujeres. Hasta un crítico tan   inteligente
cual se fragua la masculinidad  (Fuller,  2 0 0 1 :  325). como White (2000), en una discusión reciente sobre la inclusión de   loín
Esta recuperación práctica del cambio de género parece ser una res hombres y las masculinidades en ios programas de "género y desarrollo",
puesta más difundida que el fundamentalismo masculino y, además, tiene se preocupa por la amenaza de la política de igualdad de género feminista
el apoyo del neoliberalismo. Al aplastar a las instituciones del "bienestar" y del peligro de hacer que la energía de otras luchas se enfoque en el
que transfieren el ingreso a las mujeres, y al desplazar el ingreso y el poder desarrollo capitalista. De esta manera, el debate tiende a ignorar los inte
al mercado y a las corporaciones, las políticas económicas neoliberales reses que  comparten  los hombres y las mujeres de una comunidad deter
restauran los dividendos patriarcales sin seguir ninguna política de mascu minada. Los intereses de la clase trabajadora en los procesos de desarrollo
linidad  explícita  que movilice a los hombres. Las estrategias de desarrollo son básicamente intereses colectivos: por ejemplo, lograr al máximo la re
neoliberales son entonces una suerte de rutas reaccionarias de las relaciones partición del trabajo en los ingresos nacionales, invertir en la industria
dependientes del género, a  pe s a r/ l e  su aparente "modernidad". laboral intensiva (en lugar de la que reemplaza el trabajo), promover que la
La alternativa más importante que dan los hombres a la política de educación y la salud públicas atiendan a más personas e invertir en infra
pendiente del género fundamentalista y a la neoliberal es el movimiento estructura urbana (habitación, agua y otros). Es difícil formular una   agen-^
por la igualdad de género. El ejemplo más conocido es el de los hombres da como ésta en un lenguaje que sólo alude a la diferencia entre los hom
"profeministas" e n  Estados Unidos, como los del grupo   NOMAS  (Organi bres y las mujeres. Por su parte, para la investigación sobre la masculinidad
zación Nacional de Hombres en contra del Sexismo, por sus siglas en y para los movimientos de reforma de la masculinidad ha resultado com
inglés), existente desde principios de los ochenta. Originada en Canadá, plicado centrarse en cuestiones de desarrollo.
la exitosa campaña del "listón blanco" es un movimiento de oposición a la El problema sólo puede resolverse con una aproximación a las relacio
violencia de los hombres en contra de las mujeres, que ahora ha trascendi nes dependientes del género (Connell,  2000) que muestre cómo las muje
do al plano internacional (Kaufman,   1999).  Movimientos,  grupos'y  agen res y los hombres participan de maneras distintas (y como consecuencia
das como ésta existen en muchos países, desde Australia (Pease, 1997) y de las estructuras de género) en los procesos sociales, que de todas formas
México (Zingoni, 1998) hasta Rusia  (Sinelnikov,  2000). Las cuestiones a redundan en intereses comunes. Estos procesos incluyen la reproducción
las que se refieren pueden verse claramente en la conferencia del movi y el cuidado infantil, el trabajo social, la administración de la vida comu
miento de ios hombres japoneses, en Kyoto, en   1996, que incluyó sesiones nitaria y la interacción entre las comunidades y su medio ambiente. El
sobre juventud, cuestiones gay, laborales, cuidado infantil, corporales y de activismo en estas cuestiones debe considerar las diferentes posiciones
comunicación con las mujeres, además de  la globalización del movimiento que ocupan los hombres y las mujeres en el trabajo, en la crianza infantil,
de los hombres (Nakamura, 1 997). Estos grupos suelen ser pequeños y  cor. en la vida de la comunidad; asimismo debe reconocer los ámbitos donde
una existencia muy corta, sin embargo, han mantenido una presencia cons se producen los conflictos enraizados profundamente en el género, por
tante en la política dependiente del género desde los setenta y han construi ejemplo, la violencia doméstica, el acceso a la propiedad, la homofobia y el
do s  i j 3 . . p u e r D p„d
p „d e _ p x n ^ r i e D/:
D /: i a s„e Jde a s„. R e c i fi nt e ro£
ro £ D J : e - , a j_syna
j _syna s _ a B g n . c i a s- ^OTtol/Wa^sxx'ali/AafiL.
internacíonales,   incluidos el Consejo de Europa, la  UNESCO  (Breines  et
Detectar las cuestiones de los hombres y la masculinidad no resolverá
al.,  2000) y  FLACSO  (Valdés y  Olavarría,  199 8), patrocinaron las primeras
por arte de magia los problemas del desarrollo. A corto plazo, hará que
conferencias para discutir acerca de lo que implican las nuevas perspecti
estos problemas parezcan más complejos. Sin embargo, ya que las cuestio
vas para la masculinidad e incorporarlas a las políticas públicas. En 2 0 0 1 ,
nes de desarrollo se relacionan con la estructura de la sociedad global, lo
la agencia de desarrollo de la igualdad de género,   UNINSTRAW, realizó el
que discutimos en este trabajo no podrá evitarse. Cua ndo reconozca mos
primer seminario internacional, basado en la Red, que discutía la mascu
el significado que tienen las relaciones de género en la formación de
linidad y la violencia.
identidades sociales y la conformación de las comunidades, las cuestio
Una limitación de estos movimientos de hombres que buscan la igual nes relacionadas con las masculinidades se volverán relevantes para las
dad de género es su desconexión de las comunidades y los movimientos de fuerzas involucradas en la política de desarrollo regional y local,   incluyen-

206 DEBATESSOBRE MASCULINIDADES DESARROLLO, GLOBALIZACIÓN Y MASCULINIDADES 207

do la comprensión de las estructuras de poder. Por lo tanto, la investiga D'VSGUPTA,   Romit.  20 00 . "Per forming Masculinities? The  'Salaryman'  at Work
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culina. La mayoría de los hombres de las clases sociales altas, medias y
bajas, se prepara para disfrutar  de su deporte favorito, ya sea participando de
manera activa en algún partido, viéndolo por televisión o escuchándolo
por alguna frecuencia del radio. Los sábados y domingos, estos hombres
alistan sus cuerpos de actores y espectadores para escenificar sus propias
hazañas deportivas, las cuales preparan a lo largo de la semana, efectuando
entrenamientos físicos e intelectuales. Mediante la consulta cotidiana
de lo acontecido en el mundo del deporte actualizan sus conocimientos e
información deportivos, negocian y ajustan los tiempos, ritmos y movi
mientos del ámbito laboral que les permita estar presentes   just in time  en
el  campus  del  juego.
Su efectividad radica en una serie de negociaciones, acuerdos y orga
nización amplia: incluye y hace partícipes en diferentes actividades vincu
ladas a esta práctica deportiva, de manera impuesta y consensuada, a las
mujeres y a la familia en general. Se dest ina un monto salarial para gasto s
de operación de   convivencia  (antes, durante y después de los   partidos),  que
por lo regular termina siendo rebasado, comprometiendo y sacrificando el
presupuesto de subsistencia familiar.
El deporte es una de las instituciones sociales y una de las prácticas
culturales que han modelado, marcado y significado el cuerpo humano, a

"Profesor  de la Universidad Iberoamericana de Puebla y de la Benemérita Universidad


Autónoma de Puebla. Candidato a doctor en Antropología por la Facultad de   Filosofía y
Letras y el Instituto de Investigaciones Antropológicas, UNAM.   Es autor del  del   libro
libro   E¡
juego   ¿el hombre. Deporte y  masculinidad  entre  obreros (México, Plaza y  V aid és/B en emé-
rita Universidad Autónoma de Puebla). Actualmente investiga el proceso de socializa
ción y aculturación genéricas masculinas de adolescentes y jóvenes que acuden a las
salas públicas de   «d eo ju eg o s.

[2111

212 DEBATES SOBRE MASCULINIDA VRTMZACIÓN   DEL CUERPO 213

rituales   e» 
través de una serie de rituales  e»  Sos que hombres y mujeres de distintas i  s o n a ss   y los grupos sociales han establecido y establecen diferentes
re r

edades, y pertenecientes a  a  difesemtes 


difesemtes  grupos socioculturales, interactúan tipos de relaciones y desempeñan distintos tipos de   trabajo..
y simbolizan genéricamen te una serie de actos, en tiemp os y espacios espacios   asig Existe una relación dialéctica entre los términos deporte e industria;
nados ex profeso para el proceso de   deportivización  de los cuerpos. el primero se usa con mucha soltura para designar una variedad de even
presento   aJgpnas 
En este trabajo presento  aJgpnas  consideraciones teóricas acerca  acerca  di tos deportivos de competición, mientras que el segundo es empleado en
los mecanismos mediante los  los  cuales 
cuales  el deporte se ha convertido en una sentido lato y estricto, para identificar y significar el proceso de industria
institución y en un ordenador social de los cuerpos masculino y femenino. lización de los siglos XIX y XX, las distintas formas de producción y trabajo
Éstos, a través de una serie de  de  piácticas 
piácticas  culturales de carácter deportivo, desarrolladas y expandidas a nivel local, nacional y mundial, así como sus
las  identidades 
configuran y constituyen las  identidades  genéricas y los cuerpos de hom efectos y consecuencias en el proceso de civilización de la sociedad mo
bres y mujeres. Asimismo, ubico el deporte como una de las instituciones derna, en su forma capitalista.
parte  deí 
modernas que forman parte  deí  proceso de globalización sociocultural,
genérica, económica y política del mundo, de los grupos sociales, de las Al
Al   igual
pecíficas que el capitalismo
de producción y lasustentadas
y trabajo, industrialización generaron formas
en la competencia es
del mer
hombres.   I n t e n t o , ,  también, describir cómo todo lo relacio
mujeres y los hombres.  cado y su expansión, la jerarquización y  y   explotaciór/de 
explotaciór/de  calidad del trabajo
organización,   f u n c i o n a m i e n t o , ,  infraestructura, capacitación,
nado con la organización,  humano, de la producción, de los recursos materiales y naturales, el con
técnicas, ejercicios, formas y  y  contenidos 
contenidos  del deporte forman parte de los regulación   del
trol y la regulación  del   tiempo y el espacio social, fueron organizando la
mecanismos transnacional
transnacionaleses   que
que   mueven al mundo. mayoría de las actividades sociales, entre las que se encuentran las recrea
Ésta es una propuesta de aproximación metodológica de estudio e tivas.   Estas
tivas. Estas   fueron adquiriendo características deportivas, regidas por las
investigación que, considero, puede contribuir al conocimiento, compren reglas económicas de  de  producción 
producción  y competencia. El deporte, como insti
sión y análisis de algunos aspectos de la condición y situación genérica de tución social, y basado en una explotación de las capacidades, habilidades
los hombres, de sus formas de  de   v i d a ,,   de la manera como introyectan, asu v destrezas humanas, fue desarrollando una organización compleja, cuyas
men, experimentan y  y   simbolizan 
simbolizan  los mandatos sociales hegemónicos del características   distintivas lo
distintivas lo colocaron como uno de los ordenadores socia
deber y ser hombres. Del mismo modo, veremos los contenidos de las les y de género primordiales en todas las culturas del mundo.
relaciones sociales que establecen con las mujeres, entre ellos mismos y En Inglaterra, algunos de los juegos, debido a su carácter competitivo
con la naturaleza, las cuales se basan en el poder de dominio, la subordi y a que los practica un número cada vez más amplio de personas, constitu
expresan  la   inequidad, la injusticia y la desigualdad
nación, la opresión, y expresan la yen deportes masivos que han empezado a rebasar los marcos local y na
social. cional, para adquirir dimensiones mundiales. Este hecho ha llevado a la
creación de instituciones deportivas con complejas estructuras organizati
vas, encargadas de establecer relaciones diplomáticas con diferentes paí
L A   DEPORTIVIZ CIÓN G L O B A L I Z A D A DE LA 
LA SOCIEDAD ses, así como de diseñar políticas deportivas, reglamentos y tipos de com
petencia. También se encargan de la capacitación y preparación de las y
La   deportivización'  de la sociedad forma parle del proceso complejo y los
los   deportistas y entrenadores, así como de su 
su   especialización, 
especialización,  de la cons
contradictorio de consolidación del capitalismo, en tanto organización trucción de instalaciones adecuadas para las competencias y de facilitar la
hegemónica productiva del mundo, generadora de nuevas formas de or movilización permanente y ágil de deportistas y directivos. Estos últimos,
ganización social y construcción cultural. Junto con el proceso de indus con el desarrollo y consolidación del deporte como institución social y
trialización, se crearon diferentes formas y condiciones de vida en las que cultural y corno ordenador genérico del proceso de civilización, confor
maron una casta poderosa con gran presencia e influencia económica,
política y social a nivel   m u n d i a l .
1
  Norbert Elias y Eric  Dunning,  Deporte y  ocio en el proceso de civilización.   Madrid,
Fondo de Cultura  Económica, 1992.  Retomo los planteamientos de estos autores acer
El proceso de industrialización y  deportivización  de la sociedad tiene
ca de la  deportivización e industrialización, en tanto procesos   socioculturales
socioculturales de confor un paralelismo sorprendente:
mación de  la  sociedad capitalista moderna, con los cuales retorno el análisis de la
deportivización genérica de los géneros  y los cuerpos.

214 SOBRE   MASCULINIDAOES


DEBATES SOBRE LA  Dífonwo aóHD EL C U ER PO 215

desde  Inglaterra, de
el de la difusión, desde  Inglaterra, de modelos industriales de producción de la cultura de la disciplina y supervisión de la salud corporal, en la práctica
organización y del trabajo, así como el de la difusión de actividades de tiempo por excelencia y puesta en escena de los atributos de la ma la ma sc ul i ni da d 
d  he -
como 'deporte', y
libre, conocidas como 'deporte',  y de las formas de organización relacionadas gemónica.
con él. Como hipótesis inicial, parece razonable suponer que la transforma
La   deportivización  de la sociedad expresa el grado de desarrollo y nivel
ción de la manera en que las personas empleaban su tiempo libre fuese de la
competitivo de una sociedad; muestra la capacidad económica, política y
mano con la transformación de la forma en que esas personas trabajaban.
Hablar de procesos de  deportivización  puede sonar mal a nuestros oídos. El social del Estado y sus instituciones para organizar y participar en eventos
concepto nos parece extraño y, no obstante, se ajusta bien a los hechos que deportivos locales, nacionales, internacionales; y pone de manifiesto el
observar.  .El 
se pueden observar.  .El  código de normas, incluidas las que procuraban la interés de los gobiernos estatales y municipales en la promoción y difusión
y  la   igualdad de oportunidades de triunfo para todos los
limpieza del juego y la deportiva. Este proceso permite conocer la forma como la sociedad políti
contendientes, se hizo más rígido; las reglas más precisas, más explícitas y ca y civil se incorpora y participa en los proyectos y las actividades de esta

diferenciadas;
así, se hizo másladifícil
supervisión
escapardeldelcumplimiento de las reglas, Dicho
castigo por quebrantarlas. más eficiente;
de otro práctica
una nación; sociocultural.
la relaciónEsto, a su vez, muestra
y participación la organización
de funcionarios deportivalos
y deportistas, de
modo, bajo la forma de   "deportes", 
"deportes",  los juegos de competición que implican nexos de intereses económicos y políticos de las instituciones de cada país,
un ejercicio físico llegaron a un nivel de ordenamiento y de autodisciplina tejidos por amplias y complicadas redes sociales que, en la mayoría de los
nunca antes alcanzados. Además, esos mismos juegos concebidos como de
casos, presentan prácticas de corrupción. Ello influye en el nivel y rendi
portes llegaron a asumir un código de reglas que garantizaba el equilibrio
miento competitivo deportivo de una nación, ya sea alto, mediano o mo
una alta tensión
entre una alta  tensión en la lucha y una protección razonable contra los da
ños físicos (Elias y Dunning, pp. 185-186). desto (reconocimiento por el número de deportes en los que participa una
n a c i ó n ) ; ;   en la calidad de la preparación, capacitación e instrucción de las
y los deportistas y de las y los instructores (reconocimiento por el lugar
El proceso de   deportivización  de la sociedad, ligado al de industrializa
ocupado en el marcador deportivo, de acuerdo con el   número obtenido
número obtenido de
ción, forma parte del   proceso de producción   deportiva,   lo que significa que
2

medallas); en la preparación física y representación simbólica de la sexua


el sistema deportivo es parte del propio desarrollo de la organización capi
lidad de sus cuerpos; en el tipo de torneos en los que participa, su calidad,
talista de producción, la cual produce   mercancías  muy particulares: cam su periodicidad; en el tipo de instalaciones deportivas disponibles; en las
peones, espectáculos, récords y competencias. Este hecho se enmarca en campañas, programas, promoción y difusión que emprenden para incor
el análisis del deporte como una institución social original de la vida mo porar a la mayoría de las personas que practican algún deporte o realizan
derna, que enfoca su atención en el análisis de las capas, estratos, niveles ejercicios, en diferentes eventos y espacios públicos. Este proceso ha lle
e instancias que lo determinan, así como en todas las realidades políticas,
económicas, culturales, ideológicas, pedagógicas, simbólicas y mitológicas vado a que una parte de la sociedad sea concebida y construida desde una
estructura, organización, funcionalidad y valores de club deportivo.
del deporte mismo.
La   deportivización  de la sociedad abarca todas las sociedades   y  las
El análisis del deporte y la sociedad, estudiado desde la antropología
dimensiones   políticas. 
culturas en sus dimensiones  políticas.  Por las características de desarrollo
de género feminista, permite conocer y comprender por qué  e siglo XX se
del   procese 
procese  de producción deportiva,  éste adquirió una importancia equiva
convirtió en el siglo de la  deportivización  globalizada de la sociedad, del
lente   a   los sucesos pasados, presentes y futuros que han marcado  y  mar
proceso ordenador e impulsor de la sexualidad de los cuerpos masculinos
can la historia de  la   humanidad. Se ha convertido en el bálsamo político y
y femeninos; permite ver por qué se volvió un mecanismo controlador de
social construido  ad   hoc  para  aliviar   los 
los   conflictos mundiales: después de
sus emociones, sentimientos, deseos, fantasías, imaginarios, manifesta
del   11 
los actos terroristas del  11  de septiembre del   2 0 0 1 ,  en la ciudad de Nueva
ciones y simbolizaciones de las identidades y subjetividades genéricas; en
York, la serie mundial de  de   béisbol 
béisbol  de las grandes ligas alivió el dolor de la
muerte de miles de personas y congregó a  la   sociedad estadounidense en
un estadio para exigir un desagravio al honor de su identidad nacional. A
2
 Jean-Marie Brohm,  Sociología  política del deporte.  México. Fond o de Cultura Económi
partir de ese momento, la furia y poderío estadounidense arrasaron y ani
ca,  1982.  Retomo esta  categoría que desarrolla el autor a lo largo de su libro, y que me
permite comprender y analizar el proceso de  deportivización  social de los géneros y los quilaron a la sociedad afgana, cuyos campos de batalla  fia
 fia   utilizado como
cuerpos. campos futboleros para la distensión de  la   guerra.

216 DEBATES SOBRE M A SC U U MD A D ES


SOBRE M LA DEPOKWIZACIOK   DEL CUERPO 217

En Colombia, las fuerzas revolucionarias se pronunciaron por un cese cual implica una rentabilidad y exigencia cada vez mayor del   proceso de
al fuego para la realización de la Copa América, la cual, sin embargo, no  producción deportivo,  una sofisticada articulación de   lo  micro y lo  lo  macro,
se realizó a causa del secuestro de uno de los dirigentes. Europa, con la de lo local y lo global, que agudiza los niveles de pobreza, explotación,
-T^éífoiT-etTjfiTO'iT/^ r r e g u c r H C f o r í f e s  y   c r r t i n n ' u i  ué ios
- 1
' m s c n m i r á c r o í r   u¿- ras  j  "ros  treptíi ttsvas   d-ros"p%
1 - 1 -
d-ros"p% ivts"ftíce"gra1a%
ivts"ftíce"gra1a% s ^^'e's\'o=
1

mercados financieros y comerciales, tuvo, en el mundial de   fútbol,  cele organismos.


brado en Corea y Japón, una muestra del poderío neoliberal de los países Las políticas económicas y deportivas de las instituciones internacio
europeos, asiáticos y estadounidense, cuyos equipos se convirtieron en nales (FIFA y COI, entre otras), se inscriben en la organización del mundo
protagonistas de los partidos de cuartos de final, semifinalistas y finalistas. neoliberal y globalizador de las finanzas. Los hombres que dirigen estas
En Argentina, la Copa Libertadores, aunque pospuesta, representó institucioness encaman las  masculinidades transnacionales''  de los  negocios,
institucione
una pequeña sanación  a los estragos sociales ocasionados por las depreda las empresas, la administración y los consorcios que forman parte de la
doras políticas económicas del   FM I.  En México, las reformas política, eco configuración de las identidades genéricas de los  deportistas  y de su con
nómica,  hacendaría,  educativa y social propuestas por el gobierno de la cepción del deporte: hombres de plenitud y pulcritud corpóreas, con men
monarquía foxista,  se vieron aligeradas por un instante por la esperanzadora, talidad  produfíiva  de éxito y triunfo.
aunque fugaz, negociada y decepcionante actuación de la selección mexi Muchos hombres deportistas de clases altas, medias y bajas han asu
cana en el mundial de   fútbol  de Corea y Japón. En este contexto, el depor mido e incorporado el modelo de las   masculinidades tmnsnacionales  en su
te ha contribuido a la actualización de las mentalidades guerreras mascu forma de  vida y en la práctica del deporte, expresado en su vestimenta y en
linas, cuya preparación y capacitación física e intelectual enfocadas al su gusto por ciertos lugares a los que acuden a   socializar sus conocimien
deporte, exaltan  lo s  valores nacionales patriarcales de aquellos hombres tos sobre el juego. Esto es, si el  neoliberalismo h a  debilitado  el Estado de
dispuestos a defender su derecho, su patria y su honor en los campos de bienestar, también ha contribuido a una individualización del sujeto, en
batalla. cuyos atributos de hombre de finanzas encarna el bienestar de una empre
Éste es un escenario en el que la  deportivización  de la sociedad ha sa que trabaja en equipo (como en el deporte).
contribuido al proceso de  globalización,   en el que la organización econó
3
El proceso globalizador de  deportivización  de la sociedad ha tenido en
mica y financiera en la que se sustenta, ha implicado, entre otras cosas, los medios de comunicación uno de los puntales para su modernización y
una   transnacionalización  de los mercados y de la actividad productiva, así expansión en el mundo. Este fenómeno ha llevado a una interdependen
como una rápida internacionalización de los procesos de trabajo y tecnoló los  p a í s e s ,   en cuanto a organización del deporte, cuyos capitales
cia de los  6

gicos. Asimismo, la globalización, es un proceso modernizador   compiejo, han sido invertidos en comunicación y tecnología telemática y multimedia

contradictorio,
contradictori
de o, dinámico,
manera desigual y diferenciada, eo y tecnologizado
heterogén mujeres y hombres  enpertenecientes
el que participan,
a la (Internet, simultáneas
misiones televisión abierta
a todasy partes
por cable  r a d i o ) , , desde
del y r
yplaneta las cuales permiten
el lugar trans
del evento.
diversidad cultural, en el que configuran sus identidades y subjetividades Así, la gente presencia las proezas de las y los actores deportivos sociales,
genéricas. cuyas biografías compactadas puede conocer en cuestión de   segundes,  en
En este sentido, la  dcporiivización  de la sociedad representa una  xxans- el mismo contexto social en el que efectúan las actividades. La revolución
nacionalización  
económica, financiera y política del deporte. Los organis telemática concreta la tendencia a la instantaneidad, multiplicidad,  multiplicidad,   pro-
mos internacionales deportivos participan de manera activa en la interna
cionalización del capital, en la  mercantilización opulenta"   del deporte, lo 1

Robert   Connefl, 
  Robert
5
Connefl,  "Desarrollo, globalización y m y  m ascu lin id ad es",
es",  conferencia presentada
en la Reunión Internacional de
Internacional de Desarrollo
Desarrollo y
 y Masculinidad,  organizada por el
Masculinidad, organizada por el P U E G -
Virginia Maqueira y María de Jesús Vara, "Introducción", en Virginia Maqueira y María U N A M ,  O ax t ep ec, 
ec,  Morelos, 
Morelos,  17-19 
17-19  de junio de 2002. Retomo  la planteamientos de este
Vara  (coords.),  Género, clase y etnia,   Madrid, Instituto Universitario de la Mu
de Jesús Vara  autor sobre su análisis de la condición genérica de los   hombresy 
hombresy  sus masculinidades en
 jer,   1997 , p p.   IX-XXI
 jer, proceso d e desarrollo y globalización,
el proceso d y globalización,
Luis Enrique Alonso, "Globalización y vulnerabilidad social", en Maqueira y Vara Alicia   Fr aer man ,  "La globalización de las comunicaciones: realidad y desafío para las
  Alicia
6

(coords.),   Género, clase y etnia,  pp. 3-27.  Vara  (coords.),  Género, clase y etnia,  pp. 59-66.
relaciones de género", en Maqueira  y  Vara 

218 DEBATES SOBRE MASCULINIDADS LA  D E P O R T I V I Z C I Ó N  DEL CUER?O 219

ducción   e interacción de una abundancia de información desbordada que,


ducción que los cuerpos no son productos biológicos en la medida en que cada
en su circulación de ida y vuelta, garantiza la efectividad de la   deportiviza- sociedad pone en ellos grandes esfuerzos para convertirlos en cuerpos efi
ción,  mediante la saturación de imágenes. caces para sus objetivos. De acuerdo con el significado del dimorfismo
sexual proyectado en la sociedad, se reconocen dos tipos de cuerpos dife
renciados: el masculino y el femenino, sobre los cuales se construyen dos
LA   DEPORTIVIZACIÓN GLOBALIZADORA DE GÉNER O O DE CÓ MO modos de vida, dos tipos de género (hombre y  y   m u j e r ) , ,  dos modos de ser y
LOS H O M B R E S S E I N T E R N AC
AC I O N A L I Z AN
AN C O N L A S M E D A L L A S existir.
D EL ÉX ITO , Y LA S MU JERE S LA S CO LECCI O N A N De esta manera, el cuerpo masculino contiene la subjetividad de un
ser poderoso y no anclado, que demuestra no ser lo que es la mujer; esto le
En la reflexión y debate  feministas
 feministas   hay que  desencializar  la idea de mujer y permite contar con un amplio espectro de quehaceres que realiza libre
hombre, con todas las consecuencias epistemológicas que ello implica,  para mente. "El hombre genérico sintetiza un conjunto de atributos como para
lo cual hay que ir más allá en la   crítica social
crítica social de la definición de las perso digma de de  lo
lo   humano, dueño del mundo, de los bienes reales y simbólicos
cuerpo.   Este 
nas a partir de su cuerpo.  Este  es uno de los problemas intelectuales más creados en él, de las mujeres y su prole. Ser que hace, crea y destruye en el
importantes en la construcción del  del   s u j e t o .7
mundo. Ser hombre es ser quien piensa, signific
significaa y nombra el mundo, el que
Las coordenadas de los procesos de identificación que  que  establecen sabe, el poseedor de la razón y de la voluntad. Ser hombre es ser poderoso"
hombres y mujeres, tienen como referente, en primer lugar, al  al  cuerpo, (Lagarde, p. 404).
diferencia sexual evidente en los humanos y hecho biológico básico de la Entre las actividades que validan y dan prestigio, más a los hombres
cultura. En segundo lugar, desde el nacimiento se despliega la lógica de que a las mujeres, están el trabajo y el deporte, actividades que expresan
género: dependiendo de la apariencia externa de los genitales. A la criatu las desigualdades social y genérica. Mientras que los primeros tienden a
ra se le trata, habla y alimenta de manera diferente; se depositan en   ella gozar de los mejores puestos de trabajo y salarios, las segundas están ubi
y  d e s e o s . De
determinadas expectativas y d . De esta manera, se inicia el proceso de cadas en puestos menos calificados y con bajos   salarios. 
salarios.  Por su parte, los
atribución de características femeninas y masculinas a cada sexo, a sus hombres practican los deportes considerados más importantes, de mayor
actividades, conductas y ámbitos de vida. rendimiento y éxito, que les permiten captar el reconocimiento público de
En cada cultura, la diferencia sexual es la constante alrededor de la sus proezas corporales. Las mujeres practican los deportes considerados
cual se organiza la sociedad, por lo que la oposición binaria hombre/mujer como femeninos, y si bien logran destacar, su rendimiento, técnicas y es
(justificadora de la desigualdad social e  e   inequidad 
inequidad  genéricas) es clave en fuerzo corporal son medidos en relación con el desempeño, rendimiento y
los procesos de significación y simbolización de todos los aspectos vitales éxito masculinos.
de la construcción de los géneros. De esta manera, se fabrican las ideas de La sexualidad de los cuerpos masculinos y femeninos es simbolizada
lo que deben ser los hombres y las mujeres, lo cual implica un doble movi y ritualizada de manera diferente y en lugares distintos. A los hombres
miento: como "filtro" cultural a partir del cual interpretamos el mundo, y les son asignados los espacios públicos (fábricas, oficinas, escuelas, clu
como especie de armadura con la que constreñimos nuestra vida. bes deportivos, estadios, cantinas, calles, medios de comunicación y el
En este sentido, la organización genérica es una construcción social En  ellos
arte, entre otros). En  ellos   pactan su condición genérica, reafirmando la
basada en marcas semejantes a los órdenes raciales y erarios, que clasifi superioridad
superior idad de lo masculino sobre lo femenino, co nsumiendo , gastando
can a los sujetos por su valor, poder y   catacterísti
catacterísticas
cas   c o r p o r a l e s .   Se dice
8
y desgastando los bienes materiales, económicos, culturales, naturales,
simbólicos propios y de las mujeres. Así, los hombres se reconocen y
son reconocidos como la representación única y universal del género
  Retomo  lo planteado por Marta Lamas sobre el cuerpo en "Cuerpo e identidad", en   Luz
7
humano.
Gabriela Arango,  Magdalena León y  Mará  Viveros  (comps.),  Género e identidad. Ensayas
sobre lo femenino y lo masculino,   Santa Fe de Bogotá, Tercer Mundo   Ediciones/Ediciones
Humanas,   1 9 9 5.
Unidas/Facultad de Ciencias Humanas, 
8
 Todo lo referente a la organización   genérica de la sociedad, el significado de los  cuerpes regulación  social  del género: el género como filtro de poder",   en  Antología de la sexuali
y el poderío de los hombres, está basado en los planteamientos de Marcela Lagarde,   'La dad humana,  México, Consejo Nacional de Población, t.   1 1 9 9 5 .

220 DEBATES  '•OBRE MASCULIM

A   ias mujeres les son asignados los espacios privados, y aunque desa
rrollen las mismas actividades que los varones (en los mismos lugares que
los hombres), por su condición de género  son so n  devaluadas, descalificadas
invisibilizadas  y reducidas a los dos papeles genéricos considerados funda
mentales en su vida: los de madre y esposa. Esto implica que pasan a
formar parte de los pactos masculinos, en tanto que su reconocimiento es
dado por ellos  como  representantes de lo humano.
práctico-simbólico masculino eess den omi nado   como  el   es
Este ámbito práctico-simbólico es
 pacio de los iguales y los pares,  mientras que el ámbito que cubre lo femeni
no se define  como  el espacio de las  idénticas. 9

El discurso patriarcal genérico ha hecho de la identidad   una un a  forma


clasificatoria  de los grupos sociales y de las personas que los integran, dilu
yendo la complejidad de la diversidad sociocultural e histórica  e n   la/¿ue
viven. De esta manera, las mujeres son consideradas  como  las idénticas,
seres impares que habitan espacios no diferenciados entre sí ni respecto
del de los  v a r o n e s :  los pactos de ellas no   atentan  contra el de los hombres,
sino que los refuerzan y brindan las condiciones para su libre acción.
El discurso de la igualdad ubica a los hombres en una relación de ho
mologación, en un mismo rango de cualidades de sujetos, que   so n diferen
tes y perfectamente  d i s c e r n i b l e s ,  c o n  lo que la igualdad patriarcal adquiere
dimensiones de  equipotencia,  equivalencia y  equifonía  para los hombres.
El dep ort e, en tan to instit ución social y práctica cultural, es el espacio espacio
público de los iguales y los pares, donde se simbolizan y ritualizan los
cuerpos masculinos, se firman y reafirman los pactos varoniles, expropian
do y señalando  como  inferiores a los femeninos. Esta filosofía política del
deporte lo convierte  e n   expresión  d e : " 1

a) la desigualdad y lucha social, de  la  exalt


exaltación
ación del antintel ectualism o;
b)   la oposición de lo masculino-femenino,   v i r i l i d a d - a f e m i n a m i e n t o;
c)  la lucha del monopolio de la legitimación  profesionaltswo -amateuris-
m o ,  deporte-práctica en oposición a deporte-espectáculo, deporte distin
guido  (elite)-deporte  popular  (masas);
d)   la legitimación del cuerpo y   su   u s o  c o n  prácticas orientadas hacia el
ascetismo o el hedonismo, según  se a  la relación de fuerzas entre fraccio
n e s  de la clase dominante;

  Las categorías de espacios de los iguales  y  el de  las  idénticas, así como su argumenta
9

Amorós,  "Igualdad  e  Identidad",  en Amelia  Valcárcel 


ción, lo retomo de Celia  Amorós,  Valcárcel  (comp.J,
El   concepto 
concepto  de igualdad,  Madrid, Pablo Iglesias,   1 9 9 4 ,  pp. 29-48.
  Consideración hecha de acuerdo a Pierre  Bourdieu,  en Sociología  y cultura,  México.
10
G r i j a l b o - C N C A ,  1990.

222 SOBRE   MASCUUNIDADES


DEBATES SOBRE LA  DEPORTIVIZ CIÓN  D EL CUE
ER
R PO 223

manera de recreación; la difusión de prácticas deportivas; el uso racional les asignó características deportivas, cuya identidad competitiva sustenta
la  hombría  (virilidad,
del cuerpo, individual y colectivo; y la exaltación de la  la oposición binaria de la superioridad de lo masculino sobre lo femenino,
valor, coraje, erudición mostrados en los rituales deportivos de producción de la virilidad en en   oposición 
oposición  al afeminamiento.
de los jugadores). Las recreaciones populares fueron intervenidas y purifi El proceso de la   deportivización de género   convierte en "natural" toda
cadas concibiéndolas como negativas. actividad deportiva para preservar, estimular y cohesionar las relaciones
En este sentido, la  deportivización  de la sociedad y la organización sociales  inter   e  intragemricas,  asignando días, tiempos y espacios para su
social genérica significan los campos deportivos como espacios de repre realización. Al deporte también se le considera una forma pacífica y cor
sentación de la ritualidad deportiva masculina   (casa de los  hombres),   en n
dial para solucionar los conflictos sociales, raciales, étnicos, sexuales, los
los que se congregan todos los actores para intercambiar, festejar y recrear, cuales tienen una base en la   inequidad 
inequidad  y desigualdad políticas.
en la competencia y la rivalidad, sus conocimientos y secretos del saber Este proceso implica que los hombres tengan en el deporte, una de las

del
ciónjugar.
ción   g e n é rSon
i c a : :  los espacios
atributos de la simulación
masculinos y personificación
del hombre verdadero, lo de la signifi
cual asigna  jus tif icasobre
fuerte cio nesel ideo lógi que
débil; cas de la sup uesesta
conviertan ta sup eri ori dad
práctica biol ógic
cultural en aforma
del sexo
de
confirma  los
ca y confirma  los   acuerdos genéricos y el pactos de los iguales. vida, incorporando de manera subordinada a las   m u j e r e s , ,  la descendencia,
De esta manera, hay que entender que la difusión del modelo depor las familias, las amistades, el trabajo y todas las actividades relacionadas
tivo no fue ni es algo acabado: en la medida en que actúa y construye a los con este sistema institucionalizado de competencia. Se trata de que las con
sujetos, expone sus contradicciones, las cuales van cambiando de acuerdo versaciones giren en torno al desempeño y características de los jugadores,
el desarrolle   de la cultura y la sociedad. Esto ha contribuido a la con
con el desarrolle partidos,  t o r n e o s , ,  estadísticas (información contenida en los
equipos, partidos, 
solidación   hegemónica de las clases las  clases   económica, política y socialmente do medios de comunicación impresos y electrónicos) y de que su vestimenta
minantes; de la identidad masculina sobre la femenina y de la dominación deportiva los identifique como grandes jugadores.
por género y raza; de la explotación de países y zonas geográficas; de los El proceso de  deportivización de género  es el de modernización de los
estudios de salud que controlan los efectos del ejercicio en el aparato re la  globalización 
sujetos en la  globalización  del deporte; comprende nuevas interacciones y
productor masculino y femenino, y que justifican científicamente   la  la  supe socializaciones en las que están presentes el sincretismo de género, me
rioridad del primero sobre el segundo. diante el cual, mujeres y   hombres adquieren conocimientos, saberes y se
La mayor intervención del Estado en el deporte ha contribuido a la cretos del juego que combinan lo local y lo global del deporte. Las múlti
deportivización   de la sociedad, a presentar las prácticas deportivas como de  aculturación 
ples formas de  aculturación  han dado como resultado órdenes de género
indepe ndiente s de los poderes públicos y a manten er el espíritu  amateur sincréticos de hegemonía patriarcal, por lo que las diferencias, semejanzas
sobre el profesional. y especificidades mezcladas en las relaciones sociales, económicas y cos
Parte de esta  deportivización  es la competencia comercial, tecnológi tumbres, experimentan ritmos y enormes transformaciones de género.
ca, científica e industrial que el capital garantiza a los deportistas y al
público, en general, con la creación de la necesidad del consumo de servi La aldea global abarca la relación entre el orden, el ámbito institucional y los
cios, objetos y espectáculos deportivos. ámbitos regionales y locales. En ella el mundo está cone ctado por el mercado
Toda esta estructura y organización social, económica, política y cul y por las comunicaciones a tal punto que forma una unidad una unidad compleja
 compleja y diver
tura] moderna del deporte conforma el   proceso de la  la   deportivización 
deportivización  de quien  comparte 
sa. Cada quien  comparte  sustratos culturales con el resto y conoce más a
través del imaginario producido más por  las  las sociedades
 sociedades poderosas que por su
género,  proceso mediante el cual, hombres y mujeres pertenecientes a di
propia experiencia. Comparte también los esfuerzos sociales, culturales y po
ferentes sociedades y culturas, clases sociales, grupos de edad, etnias,
designios   h e g e m ó n i c o ss.. '
líticos por superar los designios 4

escolaridades, religiones, sexualidades y territorios introyectan y convier


ten en forma de vida las prácticas recreativas que adoptaron. Este proceso
Todo lo referente a la caracterización de los hombres en aldea global, el proceso de enaje
nación de sus identidades masculinas, sus formas de  expresión   y simbolización de poderío,
de expresión de  poderío,
13
  Femando 
Femando  Huerta Rojas,  El juego del hombre. Deporte y 
y   masculinidad 
masculinidad  entre hombres, como representantes de! paradigma del mundo, lo retomo de Marcela   Lagarde,  Género
Benemérita  Universidad Autónoma 
México, Benemérita  Autónoma  de Puebla/Plaza y Valdés, 1999. feminismo.  Desarrollo humano y
 y feminismo.  humano y democracia,   Madrid, Horas y Horas, 
Horas,   1996, p
1996, p .  5 1 .

224 DESATES
DESATES   SOBRE MASCUUNIDADES U D E P O R T I V I Z C I Ó N   DE L CUE RP O
225

Dice   Lagarde que
Dice Lagarde que la vida de ¡os hombres se encami na a aprovechar los condiciona la participación política en la búsqueda de la democratiza
recursos que le ayudan a dirigir sus vidas, identificando con él la construc ción social y genérica de las instituciones sociales, empobrece los niveles
ción del mundo, sus acciones, hechos, subjetividad, capacidad de generar de
de   vida y degrada la autoestima de las   p e r s o n a s .
y apropiarse de la ganancia, gratificación, el éxito personal y social. Ello el neoliberalismo   ha incrementado la pobreza del
En la globalización, el neoliberalismo
implica que la conformación del ser de los hombres sea la de actuar, accio mundo, la sofisticación tecnológica del colonialismo, la intolerancia cul
nar, hacer y transformar el mundo, lo que conlleva su poderío genérico y religiosa,  lingüística y
tural étnica, religiosa,  lingüística y sexual; ha propiciado la destrucción, la
legitimidad histórica como poseedores de bienes y seres. sustitución y la modificación de unas formas de vida por otras; y ha contri
La condición masculina se sustenta en el dominio, lo cual constituye buido a la devastación, explotación y apropiación de los recursos natura
la masculinidad: genera opresión sobre otras personas, grupos y otras cate les, materiales y simbólicos. Todos estos son factores que han propiciado
gorías sociales y culturales, marca sus relaciones, íntimas y públicas, ten la   deportivización 
la deportivización  genérica, en la que los hombres deportistas rivalizan
dencia que se complementa con el daño, la expropiación y sufrimiento de entre sí, en condiciones contradictorias de calidad de vida, marcadas por
las mujeres y los hombres implicados. la desigualdad social, intelectual, material, física y emocional.

La condición masculina también es enajenante por la pérdida de límites que


produce entre cada hombre, su Yo, su identidad y su mundo. Los hombres
LA   DEPORTIVIZACIÓN  D E L C U E R P O  O DE CÓMO LOS SENTI DOS
concretos confunden sus atributos simbólicos con sus posibilidades reales y
C O M P I T EN
EN Y S E E S P
PE
E C IA
IA L I Z
ZA
AN EN LATRANSMISIÓNTELEMÁTIC
CA
A
se confunden con las necesidades y las exigencias del mundo, y lo hacen
obsesionados por la realidad y alucinación de ser dueños materiales del mun D E L A I N FO
FO R M AC
AC I ÓN
ÓN

do. Los hombres concretos se proyectan y continúan y en su ¡limitación, son


el 
el  Estado, nación, la la  clase,
clase, el
 el pueblo, la  sociedad, las instituciones, la histo A través del deporte, hombres y mujeres representan sus cuerpos con esti
ria, el ser   (idem, p. 62). los propios y compartidos del saber jugar; con ellos modelan y maquillan
las   tallas, 
las tallas,  formas y tamaños de sus cuerpos, los preparan para los comba
El proceso enajenante de  de   la  deportivización de género   está
está   lleno de tes, donde los sentidos se especializan y jerarquizan en la competencia.
concepciones, creencias y prácticas misóginas, sexistas y violentas que se En el deporte, los cuerpos femeninos y masculinos son representados
expresan de manera diversa, en tiempos y espacios de toda la vida social. como formas de conocimiento de las cosas, como un eco del grupo social
Con base en estos ejes, los hombres miserables construyen y resuelven al que pertenecen, como una reconstrucción mental de lo real, como una
sus situaciones vitales, conforman el mundo, tienen acceso a la riqueza y manifestación del estatus, como un todo estilizado de integración social de
al poder de dominio a partir de prácticas opresoras que subordinan, explo e  i n d i v i d u o s .
los grupos e  13

tan y dañan a las mujeres, los niños, las niñas y a los hombres de las esca
El desarrollo, expansión y consolidación del deporte capitalista mo
las inferiores de la jerarquía masculina. Establecen con éstas y éstos diver
entenderse  c o m o :
derno deben entenderse  16

sos tipos de relaciones, gobiernan y legislan desde la desigualdad, inequidad


e injusticia, en y para las instituciones sociales, se atribuyen como propias
a)   una practica que expresa las contradicciones de clase;
las expresiones simbólicas de la humanidad y de los géneros al imponer su
b)   la creación de instituciones universales deportivas ligadas al capital;
imagen como la única verdad objetiva que representa y nombra a todo lo
c) la transformación del cuerpo en instrumento del complejo sistema
existente en el mundo.
fuerzas  p r o d u c t i v a s ;
de las fuerzas 
Esta forma de ser hombre, determinada por la organización social d)   la consolidación del profesionalismo sobre el   amateurismo;
genérica dominante, norma y regula las relaciones afectivas, eróticas,
intelectual,  lú -
familiares, ecológicas, de creación artística, tecnológica, intelectual, 
dica, festiva; endurece y estrecha la vida cotidiana, la subjetividad y las
15
  Andrea Rodó,  "El  cuerpo ausente",   Debate Feminista,   año 5,   vol.  10,  septiembre:  de
identidades; niega la semejanza, la diferencia y la especificidad genéricas de 1994, pp. 81-94.
las culturas humanas; homogeneiza los significados y simbolización de los 16
  Retomo lo planteado por Jean-Marie Brohm,  "20 tesis sobre el deporte", en   Materiales
y  e s p a c i o s , ,  destacando lo masculino sobre lo femenino; obstruye
cuerpos y  de sociología del  deporte, Madrid, La Piqueta, 1 9 9 3.

226 SOBRE   MASCUUNÍDADES


DEBATES SOBRE I  i oEPOZnVIZ CIÓN   DEL CUERPO 227

e) la creación del deportista de alto rendimiento como generador de •dación


•dación   de los individuos y la sociedad, relación mediada por el Estado y
plusvalía; i_   i n s t i t u c i o n e s , ,  en la configuración cultural de las mentalidades.
us

f)  la creación de la industria del espectá culo productor a de bienes Los hombres, al  danzar   en el deporte y festejarse, contraponen los
19

y  objetos 
servicios y  objetos  d e p o r t i v o s , ,  (pp. 547-549) mundos de lo permitido y lo prohibido para sus cuerpos, utilizan tres m tres m i e m -
I  ros para herir los corazones: las manos, la lengua y los ojos; y tres armas
Con base en esto, se señala que el deporte cumple funciones ideológi nara
nara   matar a otros hombres en los campos de batalla, que en su equivalen-
cas que justifican: i  ia con los miembros del cuerpo corresponden a la lanza, el cuchillo y la
ballesta.   En estos mundos aparecen como antagónicos, separados, polari
ballesta.
a)   la legitimación del orden establecido, presentando las contradic zados y jerarquizados los sentidos : los ojos, que perm iten el ver, se convier
ciones de clases como la metáfora inofensiva   del  fairplay  (el juego ten en el sentido por excelencia mundano, de apropiación del horizonte
manifestación   búdica);
limpio, ausente de toda manifestación 
la  competitividad   económica, que adquiere 
b)   la competitividad adquiere   un 
un  sentido lúdico; visual; el oído, en el sentido devoto de escucha de los saberes del mundo.
El gusto, el olfato y el tacto son considerados como inferiores, porque son
c) las jerarquías y desigualdades sociales a través de la cohesión que los sentidos de/la proximidad, en contraste con los otros que son los de la
da el deporte; distancia.
d)   la preparación de la fuerza de trabajo para el trabajo industrial Proximidad y distancia, son formas genéricas como los hombres habi
capitalista; tan deportivamente sus cuerpos en el tiempo y el espacio, transitan de lo
e)   la represión sexual, la   deserotización 
deserotización  y  desexualización  del aparato visual a lo auditivo, de lo exterior a la imaginación, a la condensación de
sensorial y muscular ai negar el placer; la pantalla del juego, empobreciendo sus cuerpos, porque para "éstos, el
la   institucionalización 
f )   la  institucionalización  de las diferencias entre géneros, a los que mundo está a mi alrededor, no delante de mí"   ( A n d r e e l l a , ,  p. 67). La espe-
se distingue según los deportes masculinos y femeninos   (Brohm, cialización deportiva del cuerpo impone  impone   un a  jerarquía a los sentidos, los
pp. 52-55). coloca en un estado de sensibilidad confrontada.
 La deportivización genérica de los cuerpos  es el campo de las represen
deportivización genérica   de los cuerpos
Por lo anterior, considero que la  deportivización genérica taciones   s o c i a l e s   en el que se define el conjunto de actitudes, opiniones,
taciones 20

es el conjunto de actividades físicas, intelectuales y culturales derivadas imágenes, lenguajes y vestimentas que los sujetos sociales introducen en
directamente del deporte y contenidas en cada una de sus acciones, me sus cuerpos, en tanto realidad social y subjetiva. En este sentido, el cuerpo
diante las cuales se adquieren los conocimientos para interpretar y pensar de los hombres es el objeto privado y público en el que escriben y repre
el deporte como una actividad de competencia, rendimiento, éxito, triun sentan ios textos de regulación social, del control de las instituciones, de
fo, resistencia y disciplina en las que se jerarquizan y especializan cada las concepciones, tradiciones costumbres y hábitos relacionados con la
parte del cuerpo, así como sus sentidos. higiene, la sexualidad y la alimentación; es el instrumento simbólico de
La  deportivización genérica de los cuerpos   comprende la identidad y la la configuración binaria del cuerpo masculino, entre io puro y lo impuro,
subjetividad genérica de las personas, en tanto  tanto  c o n j u n t o s '   de dimensiones
7
entre lo sagrado y lo profano del proceso de  deportivización;  es el objeto
dinámicas y dialécticas, de significaciones y referencias simbólicas con privado que a través   de\  fairplay  logra la asepsia como individuo-cuerpo de
tenidas en la experiencia de vida del cuerpo; comprende las identidades lo universal.
s o c i a l e s   que se constituyen como un conjunto de demarcaciones, reales y
18
 La deportivización genérica de los cuerpos  está contenida y sustenta
simbólicas, basadas en la semejanza, la diferencia y la especificidad; en la da por las redes de la organización del parentesco, mediante las cuales
se transmiten los conocimientos, secretos y saberes relativos a la repre-
17
  Marcela Lagarde,   Identidad genérica y feminismo,   Costa Rica, Instituto de Estudios de
la Mujer, 1997.
18
  Martha 
Martha  Patricia Castañeda Salgado, "Modernización e identidad femenina. El caso de 19
  Fabrizio
Fabrizio Andreella, "Movimientos peligr
peligrosos.
osos. Danza y cuerpo al principio de la moderni 
San Francisco Tepeyanco, Tlaxcala", México, Universidad Iberoamericana Santa Fe, Universidad   I b er o amer iccan
dad",  Historia y Grafía,  México, Universidad  an a,
a,   n ú m.
m.   9,
9,   1997 ,,   pp. 59-90.
de   maestría en
tesis de maestría en Antropología,  2 001 . 20
  Andrea Rodó, "El cuerpo   ausente".

228 DEBATES SOBRE  MASCULINIDAC L A « . « . W I W C K W DEL CUERPO 229

s e n t a c i ó n ,   habitación v 
v  configuración de los cuerpos de generación a Parte de este proceso es la configuración y el modelo del cuerpo, que
generación. a través de sus representaciones en la tecnología telemática adquiere di
De esta manera, el cuerpo masculino se convierte en el espacio de las mensiones transnacionales,  trasfronterizas,  que circulan y forman parte
significaciones sociales, el escenario de las representaciones rituales y sim de la  deportivización  de los cuerpos, que se introyecta de manera cons
bólicas, el centro de asignaciones de funciones y atributos sociales de la ciente e inconsciente por parte de los deportistas, quienes tienden a imi
geografía corporal, la entidad reguladora de comportamientos, actos y mo tar esas formas de los cuerpos, esas formas de jugar, a incorporar algunas
vimientos políticamente permitidos y prohibidos, la síntesis histórica de o todas las técnicas y estilos de juego de los grandes jugadores del mundo,
las expresiones genérico-sexuales de cada sociedad y su cultura. por lo que la globalización de la deportivización de los cuerpos también es tele
Por ello, "en esos cuerpos sexuados se construyen habilidades físicas y mática, está contenida en la red de lo instantáneo de la   acción 
acción  deportiva
subjetivas, destrezas, maneras de hacer las cosas, deseos, deberes, prohi de los hombres, y la configuración de la identidad de sus cuerpos y sexua
lidades, reales e imaginarias.
biciones, manerasPor
ciones políticas. de eso,
pensar, de sentir
el cuerpo es yeldemás
diversas maneras
preciado objetodedeser a posi
poder en Los hombres deportistas pueden apreciar, admirar la  la  sexualidad 
sexualidad  de
el orden de los géneros. Las instituciones controlan y reproducen los cuer sus cuerpos y la de sus pares en las imágenes de la televisión, de Internet,
pos a través de procesos pedagógicos en ios que se   e n s e ñ a , ,  se aprende, se en los videos, los periódicos y las revistas, como formas repetitivas de in
internaliza, se rehusa y se cumple o no se cumple con los deberes corpora formación que saturan y especializan los sentidos: cuerpos capturados
(pp.  3 9 9 - 4 0 0 ) .
les genéricos" (pp.  21
en el momento justo de la proeza, que son proyectados por estos medios en
El orden genérico se completa en el otro género con la creación del cámara lenta, que dan cuenta de un cuerpo modelado mediante   elfisico-
cuerpo masculino, cuyo contenido subjetivo es de un ser no anclado ni culturismo,  de sus partes y sus sentidos, mediante el gesto, el ademán, el
limitado a una sola mujer. Como hombre genérico sintetiza un conjunto de   su
rictus de una sexualidad potenciada en el detalle de  su   simbolización.
de atributos que lo sitúan como el paradigma de lo humano y representa
ción universal simbólica de las mujeres y los hombres, lo cual lo legitima
para crear, pensar, significar y destruir el mundo. "De esta manera se con   SÍ  HACEN AL DEPORTISTA
 LOS PANTS 
figura uno de los mayores poderes políticos patriarcales: la   sobrerrepresen- O  DE CÓMO EL  FIS1COCULTUR1SMO  DISC IPLIN A
tación".
22
LOS CUERPOS DESDE EL PODER
Este proceso es la forma como el poder del Estado se extiende de la
misma manera como se da la dispersión de los cuerpos; el Estado se con La globalización y   deportivización  de la sociedad han implicado, entre
vierte en el nuevo cuerpo de la sociedad civil, )o   t a t ú a ,,   lo enmascara, le otras, cosas el control diferenciado y desigual de los cuerpos femenino y
pone o le cambia cara, según los interlocutores y las circunstancias; es el m a s c u l i n o , ,   la incorporación de tecnologías en busca de modelos de efíme
cuerpo garante de las certezas deportivas que le faltan al   s u j e t o . 21
ra perfectibilidad. Para el cuerpo de las  las  m u j e r e s , ,  la sociedad ha asignado
El deporte, en tanto institución social y práctica cultural, encarna la ejercicios, movimientos, rutinas, uniformes, tiempos y espacios, los cuales
modernidad de lo de lo s  cuerpos de ios hombres, los giobaliza en la acción de han sido definidos y caracterizados según los deportes considerados como
la práctica deportiva de la danza, en la  la  especialización 
especialización  y jerarquización femeninos. Éstos, a su vez, modelan la figura, desarrollan las partes social-
de los sentidos, en la institucionalización y validación de la violencia me nt ee   permitidas y sexualmente
y sexualmente   deseadas para obtener la forma ideal. Para
masculina, contenida en los estatutos y reglamentos deportivos de las ins el cuerpo de los hombres, los ejercicios, movimientos, rutinas, unifor
tituciones   i n t e r n a c i o n a l e s , ,  nacionales y locales.
tituciones m e s ,,   tiempos y espacios han sido concebidos para lograr la máxima figura,
sea esbelta o no, y para exhibir todas sus partes en una amplia gama de
deportes.
21
  Lagarde, "La regulación social del   género...".
lo  q ue
Una de las prácticas que han contribuido a ello es lo q ue   en deporte se
22
  Lagarde,  Géner o y feminismo...,  p. 73. denomina  fisicoculturismo,  la construcción cultural y muscular del cuer
23
  Michel  de   Certeau,  "Historia de cuerpos",   Historia y Grafía,   México, Universidad Ibero condiciones  s o c i o e c o n o 
po, en el que hombres y mujeres, de diferentes condiciones 
americana,   núm.  9, 1997. pp. 11-18. mics, rinden cuito a sus cuerpos mediante ejercicios y  y   e nt re nami ent os

230 D EBA TES SOBRE  MASCULINIDADES L A D f P O R T M Z A O Ó N   DEL CUERPO 231

que realizan en sus casas, los gimnasios, las calles y los parques; mante suplicio,  lo
lo someten a suplicio,  lo   fuerzan a unos trabajos, lo obligan a unas cere
niendo una serie de dietas, flexibles o rigurosas, que permiten la construc monias, exigen de él unos signos. Este cerco político del cuerpo va unido,
ción, real y simbólica, de un cuerpo resistente. de acuerdo con unas relaciones complejas y recíprocas, a la utilización
El diseño, el el  modelaje 
modelaje  y la escultura de los cuerpos femenino y mas económica del cuerpo, en buena parte, está imbuido   de  relaciones  de  p o
culino se apoyan en el deporte y la disciplina para reforzar las diferencias der y de dominio como fuerza de producción" (Foucault, p.   3 2 ) . 24

sociales, clasistas, genéricas, etarias, étnicas, sexuales, escolares que ubi Este campo político de relaciones de poder y dominio se expresa en
can a las mujeres y los hombres en la riqueza y la pobreza, según las las dietas estrictas, las rutinas intensas y especializadas de ejercicios a los
condiciones y situaciones económicas particulares y colectivas de cada que se someten algunas mujeres y algunos hombres para lograr mante
quien. Esta preparación del cuerpo es parte del proceso de   producción ner o medianamente acercarse a las tallas sociales ideales; en el consumo
deportiva,   en la que las acciones y actividades de las mujeres y los hom de sustancias químicas para la conservación de la salud y salud  y firmeza
 firmeza del cuerpo;
bres funcionan en la lógica económica de la producción, y en donde el en el uso de c remas para re dondear y fijar fijar la piel. Es decir, en la diversidad
trabajo es una de las principales razones de ser de la mayoría de las per disciplinado,  el fisicoculturismo  configura cuerpos
constructiva del cuerpo disciplinado, 
sonas, las sociedades y las culturas. La organización capitalista de/pro cóncavos y convexos, siendo el de los hombres la representación genérica
ducción basa su concepción del trabajo en el rendimiento, el esfuerzo, la del modelo dominante y de la certeza de vivir en el cuerpo correcto. La
resistencia y el éxito. recreativa  d el
ritualización   deportiva del cuerpo es la representación recreativa d el   poder
Bajo estos principios, mujeres y hombres preparan sus cuerpos para masculino, la celebración de la diferencia en su forma de dominación, la
vivir las intensas jornadas laborales, resistir la adversidad de las presiones significación
significaci ón del cuerpo exitoso, el tejido simbólico de la cultura de la resis
y condiciones de trabajo, el agobio de la  i ncert i dumbre 
dumbre  social, de la pro tencia del músculo.
longada austeridad económica que se traduce en pobreza social y cultural; proceso  del   fisicoculturismo de género de los cuerpos,   en el marco de
El proceso 
así como el acoso y destrucción de la violencia de género cotidiana. A esto la globalización, comprende la  transnacionalización  y la la   transfronteriza-
lo he denominado  el proceso de de   fisicoculturismo genérico 
genérico  de los cuerpos,   el ción de modelos corporales del nuevo orden mundial, la  desterritorialización
cual se caracteriza por la forma como mujeres y hombres son instruidos, y  reterritorializacióti  del   marketing  del cuerpo, la modernización eficiente
adiestrados, capacitados, preparados y disciplinados para vivir desde el resistencia  del  fisicoculturismo.
de la productividad neoliberal de la resistencia 
rendimiento, el esfuerzo, la resistencia y el éxito la  deportivización  de la La dimensión simbólica de la sexualidad de los hombres, tiene en la
sociedad. deportivización   genérica y el   flsicocuturalismo  de los cuerpos, la creación
El proceso de  fisicoculturismo genérico de los cuerpos  es la demostra masculinos   hegemónicos 
del desarrollo globalizador de los rituales masculinos  hegemónicos  del
desigualdades  g e n é r i c a s : cómo
ción de las desigualdades g : cómo hombres y mujeres experimentan modelo neoliberal del hombre: el éxito y la administración financiera
la 
la  configuración y simbolización muscular de sus cuerpos. El fisicocultu del mundo son pruebas y constancias permanentes de mantenerse en
rismo es vivido por hombres y mujeres de forma consciente e inconsciente, la jerarquía masculina, de la potencia de la sexualidad, del triunfo que
aceptada y rechazada, es parte de su imaginario social; es el mantenimiento hombres sobrerrepresentados en
ubica a los hombres sobrerrepresentados en la cultura y la sociedad, que han
del cuerpo en las mejores condiciones para que resista el paso de los años marcado el desarrollo humano en todos sus ámbitos.
y se conserve en la eterna juventud;  confirma  confirma   la construcción genérica de
la   masculinidad 
la  masculinidad  h e g e m ó n i c a , ,  en la que se resaltan los atributos de poder,
fortaleza, virilidad, sexualidad, valentía, inteligencia, habilidad, capacidad, HACIA EL FINAL DE LA PRIMERA E
ET
T A P A DE
DE L A C O M P E T E N C I A
vigor y potencia que caracterizan al hombre verdadero.
Elfisicocultuismo   genérico de los cuerpos   es la práctica social que ase
Elfisicocultuismo El  proceso de deportivización de la sociedad, de género y de los cuerpos   sinte
gura el control del desbordamiento de las   e m o c i o n e s ; la
; la exhibición y o
y  o c u l - tiza la historia del juego y del saber jugar de mujeres y hombres, de  de  los
tamient o de sus miembros , la especialización y jerarquización de sus par g r u p o s , las
, las sociedades y las culturas; es el sincretismo moderno de las acti-
tes. Es la codificación muscular que vigila y castiga al cuerpo, el cual "está
íntimamente inmerso en un campo político; las relaciones de poder ope
ran sobre él lo hacen una presa inmediata; lo cercan, lo marcan, lo doman, 24
Siglo   XXI   1984.
  Michel Foucault,  Vigilar y castigar,  México, Siglo

232 DEBATES SOBRE MASCULINIDADES LA   DÍPORT MZ CIÓN  D EL C U E RPO 233

vidades  recreativas convertidas en deportes; es 


vidades  es   la institucionalización 
institucionalización  del Las corporaciones económicas neoliberales restauran los dividendos
deporte como práctica reguladora del orden genérico, de las emociones, la patriarcales sin que los hombres tengan que realizar una gran moviliza
sexualidad, la higiene y la salud corporal. c i ó n .   El proceso de   deportivización  contiene en sus instituciones los divi
27

Este proceso coloca, en la esfera de la globalización, al cuerpo mascu dendos que la globalización garantiza para que los hombres, en las mejo
lino como el objeto e instrumento de modernización y actualización de las res condiciones sociales, realicen uno de sus mejores movimientos: la
identidades genéricas, valores, normas, creencias e instituciones ligadas a simbolización del cuerpo ejecutivo y competitivo del éxito, de una sexuali
la estructura, organización y funcionamiento del deporte.  La deportiviza dad potenciada y una configuración de identidad y de una subjetividad
ción de la sociedad, de género y de los cuerpos  tiene en el cuerpo de los transnacional.
hombres a los únicos productores de plusvalía, en tanto actores principa Las contradicciones de la globalización reflejan la tendencia a la   ho-
les del proceso de producción deportiva; es el cuerpo que trasciende y mogeneizacíón   deportiva y la diversidad local de prácticas deportivas. El
mogeneizacíón
transita, de manera real, virtual y simbólica, por los mercados financieros
del mundo; en tanto sujeto de consumo. saber jugar,
cambia y se como prácticaestá
transforma, cultural, circula con proceso
en un permanente la globalidad, se adap ta,
de actualización.
El
El   Estado tiene en el deporte una de las instituciones políticas de representación   especializada 
Existe una tendencia a la representación  especializada  y precisa de los
de  la   sociedad civil. De este modo,
ejercicio del poder sobre los cuerpos de la cuerpos deportivos que adoptan miles de hombres, quienes, en su afán
el Estado se ha convertido en el cuerpo de la sociedad y le ha dado con por lograr ese ideal, encarnan las   masculinidades  transnacionales "  de los
2

tenido deportivo a todas sus instituciones políticas, así como a la sociedad negocios, de la administración de la empresa deportiva que integran como
en general, a través de programas, proyectos, torneos y una serie de activi forma de vida e identidad genérica. De esta manera, es posible observar a
dades que forman parte de la voluntad popular nacional, de las mentalida hombres de clases altas, medias y bajas compitiendo para que su condi
des de las personas, los grupos, las sociedades y las culturas. La   deportivi- ción social y la sexualidad de sus cuerpos figure en los   récords  de la  depor
 zación   de la sociedad, de género y de los cuerpos, es el   Moque  histórico" tivización   globalizada de la sociedad.
moderno de las actividades recreativas en forma de deportes. Estudiar e investigar el proceso de construcción social genérico de los
El proceso de  deportivización  social y genérico, como consenso y he hombres, en condiciones y situaciones socioculturales específicas, requiere
gemonía de Estado, forma parte de las concepciones, las mentalidades, las de un pensamiento globalizador,  complejo, dialogístico, que construya teo
creencias, el imaginario, las sexualidades, los géneros, las identidades y rías y descubra las distintas formas de vida, relaciones, concepciones, creen
las subjetividades de hombres y mujeres de todas las edades, culturas, cias y prácticas de los hombres. Considero que las actividades recreativas
clases sociales, etnias y religiones. Así también, es pa rte de la conformación y lúdicas son una posibilidad de conocer y comprender lo que hacemos,
de las relaciones de género, de la configuración de las identidades genéri pensamos, hablamos, simbolizamos en las diferentes dimensiones de la
cas masculinas, en el que el deporte de Estado ha querido darle un conte sociedad, en nuestras individuales y colectivas realidades sociales. Es el
nido lúdico institucional. Surge de la organización social  social   g e n é r i c a , ,  de la  jue go un ord ena dor gen éri co, una de las prá cti cas so cio cul tur al es y u na de
práctica de los hombres simbolizando la representación, de las particulari las instituciones políticas desde las cuales he decidido incursionar, a partir
dades y las las  característica
característicass  de la masculinidad 
masculinidad   h e g e m ó n i c a , ,  en la doble di de la antropología de género feminista, como una propuesta metodológica
mensión de su cuerpo: de lo público y lo privado, de lo objetivo y s y  s u b j e t i v o .
26
que contribuya a la creación de relaciones sociales entre hombres y muje
El proceso de  deportivización  de la sociedad, de género y del cuerpo sinte res, y entre nosotros mismos, basadas en la equidad, la igualdad, la demo
tiza   la 
tiza la  virilidad deportiva de la dominación masculina, es un componente cracia y  libertad.
de las estructuras de prestigio masculino. La   deportivización  del cuerpo
masculino, es la sobrerrepresentación del hombre, considerado como el
sujeto único y capaz de la creación de la escena deportiva.
Brohm, "20
Brohm,  "20 tesis sobre el deporte". Véase Robert Connell,  Desarrollo, globalización y  masculinidades,  2002.
Rodó, "El cuerpo ausente". y   definida 
Categoría elaborada y  definida  por Connell,  ibid.
 

¿ENN  QU É CONSI


¿E STEE LA  M A S C U L IN
CONSIST IN ID A D ? :
D E L O  PRIV A DO  A L O P Ú B L I C O , D E L O P E R S O N A L
A   L O   RELACIONAL,  D E L O P S ÍÍQQ U IICC O A L O S O C IIAA L

 María Jesús  /¿ I/II/CK/O

Quienes nos movemos en el terreno de la reflexión critica sobre el  s e x i s m o ,


tendemos a  temar a las mujeres y a   los  hombres, en sí mismos, como punto
de partida de nuestras reflexiones. Nuestra tarea suele centrarse en criti
car las posiciones sociales que ocupan los unos respecto de las otras, o las
relaciones que se establecen entre ambos.
Lo que desearía someter a consideración es que pretender que la
"mujer" o el "hombre" existen antes y al margen de las relaciones socia
les, tiene implicaciones. Respecto de la perspectiva histórica, puede lle
var a que se pretenda que ella o él son siempre iguales  — " h o m b r e s '  y
"mujeres"—,  mientras que lo único cambiante son las circunstancias que les
rodean. Es fácil acabar olvidando que éstas hacen de las mujeres y de
los hombres lo que son. No vivimos en una sociedad sexista, como po

dríamos vivir en cualquier otro tipo de sociedad, sino que somos el primer
y principal producto del sexismo, somos sexismo corporeizado. Por ello,
combatir el sexismo es trabajar en la destrucción de las categorías hom
bre o mujer, al conseguir que sean insignificantes desde el punto de vista
social.
Sólo hay que recurrir a la historia de los movimientos de mujeres, y a
los debates teóricos que los mismos han originado para ver que no pode
mos tomar ambas entidades, especialmente la "mujer" como estables, pues
han estado sometidas a constante definición y con ello ha cambiado la
orientación de las luchas.
En las siguientes páginas haré un recorrido que se inicia revisando
las implicaciones de concebir a las mujeres y a   los
lo s  hombres como  e n t i d a 
des previas al sexismo y no como sus productos. Ta! orientación se   pone du
manifiesto, y tiene consecuencias, cuando abordamos el sexismo en   Iir-
minos de justicia. A continuación señalaré el peso de las   condiciones  e s 
tructurales, lo que advierte de la necesidad de considerar la acción no   sólo
en términos de políticas sociales, sino de acción política. Dado  q u e  l a
acción política requiere sujetos e intenciones, propondré una  C O H M I I K
[237]

238 SOBRE   MA SC U IIN ID A DES


DEBATES SOBRE DES IEN QUÉ CONSISTE LA MASCULINIDAO? 239

ción
ción   conceptual del género como herramienta de una estrategia política que las mujeres y los hombres sean tratados igual en cuanto a las oportu
en la lucha contra el sexismo. A continuación revisaré lo que considero nidades, sino que la igualdad se manifi este en los resultados. La justicia
aspectos fundamentales de las subjetividades de género, y su precaria de tiene un papel corrector de las desigualdades que se producen en la esfera
finición. Finalmente, abriré unas consideraciones sobre el fundamento de privada, sea la familiar o la mercantil. El debate sobre qué es lo que se
se   prefiere, 
la solidaridad social, o si se  prefiere,  de la cohesión social, señalando las concibe como "buena vida" se desplaza al ámbito privado, cada persona
características de una solidaridad de base económica fundamentada en la decide a qué quiere dedicar su vida, como cada empresario decide a qué
división sexual del trabajo y sugiriendo una solidaridad cuyo fundamento quiere dedicar sus activos.
sea de carácter ético, donde el compromiso sea acudir al encuentro con el Ahora bien, ninguna de las dos conce pciones anteriores de la justicia
otro y asumir que el cambio en ese encuentro no es sólo de las estructuras pone en cuestión las entidades "mujer" y "hombre", sino el tratamiento
sociales sino de la misma subjetividad. que ambos reciben. En la práctica, la desigualdad puede quedar definida
en términos de pobreza relativa.
Por el contrario, cuando tomamos a las mujeres y a los   h o m b r e s , ,  no
DE LA DESIGUALDAD A LA JUSTICIA: DEFINICIÓN como entidades a priori sino como productos del sexismo, la lucha contra
DEL PROBLEMA COMO UNA CUESTIÓN DE DISTRIBUCIÓN éste no es meramente una cuestión de justicia distributiva, en cualquiera
de las dos versiones que acabo de mencionar. Se orienta a la transforma
Un primer eje de las luchas de las mujeres ha sido, y continúa siendo, la ción del sistema de relaciones que hace de la mujer y del hombre catego
exigencia de igualdad entre las mujeres y los hombres, poniendo el rías significativas, que construye a ambos y hace de ellos lo que son. Des
acento en la necesidad de definir reglas de justicia que contemplen a la de esta perspectiva, la condición de existencia de la categoría mujer es la
mujer como sujeto con derechos. Cuando se adopta esta posición, no existencia de la categoría hombre, Por tanto, resulta una imposibilidad
se toma en cuenta que la mujer y el hombre son, ellos mismos, el pro lógica que los derechos y condiciones materiales de que disfrutan los hom
ducto de las relaciones sociales. Desde esta perspectiva, el objeto en bres sean a su vez disfrutados por las mujeres, porque la posición de los
discusión es el reparto de los bienes (sean materiales o inmateriales) y lo hombres es d ependie nte de la posición de las mujeres, y viceversa.
viceversa. Lo que
del  reparto 
que se debate son las reglas del  reparto  El riesgo de definir la situación de hace posible que los hombres disfruten ciertos derechos es que las muje
las mujeres respecto de los hombres, y de estos últimos respecto de las res accedan a ellos.
términos  c o m p a r a t i v o s ,   como una cuestión de justicia,
primeras en términos  1

En el caso europeo, lo que permite a los hombres tener acceso a em


como un problema de reparto de bienes y servicios o compromiso con la pleos e ingresos como los que disfrutan, se debe a que el hombre aporta al
satisfacción de necesidades, es que deje intacta la organización y el ejercicio de su profesión la disponibilidad de una infraestructura logística
funcionamiento de la sociedad; o que, como mucho, nos limitemos a que le descarga de las tareas de atención y cuidado de la propia persona, y
introducir cambios que no afecten a sus características estructurales, a su de atención y cuidado de las personas dependientes, sean niños, viejos o
fundamento mismo. enfermos. Junto a esas dotaciones logísticas, que redundan positivamente
El rango de posibilidades se mueve entre dos concepciones de la jus añade  e l tipo de disposición ante el trabajo
en su desarrollo profesional, se añade e
ticia. En un extremo el derecho a la igualdad, entendido como la elimina remunerado que realiza aquella persona, cabeza de  de  familia, 
familia,  cuya función
ción de obstáculos legales; en el otro, las acciones afirmativas, cuyo com es financiar las necesidades de las personas que forman parte de su fami
promiso no es la garantía de que las mujeres sean tratadas igual que los lia, a las cuales considera su patrimonio. En ei caso del varón adulto, pa
hombres, sino la compensación de las desigualdades a las que han estado triarca,  su   familia,  su   patrimonio, es   a)  fuente de recursos que le sitúan
sometida s. Esta segunda conce pción de la justicia no tiene como objetivo ventajosamente para obtener un empleo remunerado, o para participar en
la vida política, científica y cultural; en tanto que representante del con
 ju nto en la esfe ra púb lic a;   b)   móvil para sus acciones, ya que el poder
patriarcal incorpora no sólo derechos sobre el patrimonio, sino también
La propuesta que se desarrolla en estas páginas no es tomarlos en términos   comparati
de  miembros   de la fami
deberes: ha de financiarlas necesidades del resto de miembros
nales,  lo que implica que las meras normas de justicia distributiva no
vos,  sino   relació nales,
resuelven el problema, sino que se requiere forzar cambios de carácter estructural.
lia, totalmente o, cuando menos, en su mayor parte.

240 SOBRE   MASCULINIDADES


DEBATES SOBRE N QUÉ
jE CONSISTE LA MASCULINIDAD?  241

Hay que tener presente que para el caso español, los salarios de las Población ocupada por sexo y posición en la familia
mujeres que tienen un empleo remunerado son 30 por ciento inferiores a (en zonas urbanas)
los de los hombres, y únicamente 33 por ciento de las mujeres mayores de México 1987-1993 (porcentajes por columna)
16 
16  años tiene un empleo remunerado. En cuanto a los jóvenes  jóvenes   —hombres
y m u j e r e s — , sólo
  sólo 20 por ciento de los que se e ncuent ran entre los 16 y llos
os
 Mujeres Hombres
19 años,
19 años, y 37 por ciento de los jóvenes entre entre   16 y
16 y 24 años, tiene un empleo
 Madres Solteras
remunerado. 2

Situación lahoral Total  Esposas solteras sin  hijos


sin hijos Total  Maridos Solteros

Desempleados/as 2.9 2.9 2.9 2.9 1.7 1.6 2.5


Población ocupada por sexo y posición en la familia No pagados 9.2 13 0.6 0.7 0.3 0.2 0.5
Cataluña   1998 
Cataluña 1998  (en miles y porcentajes por columna) Informal 35.7 31.5 48.6 29.4 37 36.5 40.6

Contracto/pieza 4.8 4.9 4.4 3.5 7.5 7.5 6


Salario formal 46.9 47.1 42.7 62.8 51.6 51.7 48.7
 Mujeres Hombres Total/
Propietario empresa 0.5 0.5 0.6 0.5 2 2.1 1.4
Posición 
Posición   familiar N % col N SS col N % col
Total 26 386 18 766
18 766 7 066 1 383 74 627 72 496 3 497
Persona princi pal 139 15.5 957.4 67 1 096. 4 47.1 Nótese la diferencia numérica entre las mujeres y los hombres, particularmente en el caso de
las esposas y los esposos. Interpretamos que indica el número de mujeres que son amas de casa
Cónyuge 482.9 53.7 57.6 4 540.5 23.2 y, por tanto, carecen de ingresos propios. Datos de la   ENEU   (Encuesta nacional de empleo
Otios 
Otios  (hijos) 276. 8 30.8 413.7 29 690.5 29.7 periodo  1987-1993. 
urbano del  IN EG1)  para el periodo  1987-1993.  Las cifras absolutas se refieren al total de entre
vistados, considerando todas las cohortes sometidas a la entrevista por Cunningham (elabora
ción propia).
Total 898.7 100 1 428.7 100 2 327.4 100

Fuente: elaboración propia, con datos tomados de   la


la   página web del Institut d'Esta-
dística de Catalunya. Estructura familiar en México

Tipo de estructura familiar ÍV % columna


Banco  M u n d i a l '  que estudia el impacto que
Según un informe del Banco 
tiene en México la posición en la familia sobre las decisiones laborales, los Pareja 77 192 79.6
patrones laborales de las mujeres y hombres son parecidos cuando ocupan Madre sola con hijos 13 787 14.2
una posición similar. Por lo tanto, el problema de la desigualdad social de Mujer   sola
Mujer  1 997 2.1
las mujeres, no es pura discriminación de las unas respecto de los otros, Hombre solo 4 021 4.1
sino que tiene un importante componente estructural social. Un aspecto
fundamental de la división social del trabajo es la división sexual, la cual Total 96 997 100
genera limitaciones tanto en el hombre como en la mujer, sólo que de
Fuente: elaboración propia con datos de la ENEU para el periodo 1987-1993.
distinta índole en cada caso.

el  sexismo 
Formular el  sexismo  en términos de justicia nos lleva a denunciar las
leyes discriminatorias, la falta de oportunidades para que las mujeres estu
dien una carrera universitaria, o que no tengan acceso a los estudios de
  Según datos de la Encuesta de la Población Activa para el tercer trimestre de   2 0 0 1 .
2

  Wendy V. Cunningham,   How Household   Role 


3
Role  Affects Labor Choices in Mexico,   Policy ingeniería; la discriminación salarial, la escasa presencia de mujeres en la
The  World
Research Working Paper 2743. The  World   Bank, Latin America and the Caribbean Re Cámara de Diputados. Del lado de los hombres, la denuncia del sexismo
gion, Gender Sector Unit H, diciembre de   2 001 . implica cuestionar la tendencia a asignar la custodia de los hijos a la mujer

242 SOBRE   MASCULINIDADES


DEBATES SOBRE
¡EN QUÉ CONSISTE LA MASCULINIDAD? 243

cuando se produce la separación de la pareja, o los obstáculos que deben otros) y qué formas adoptará la riqueza. La decisión sobre los fundamen
enfrentar los hombres en el caso de que deseen acogerse a la legislación tos de la justicia y los criterios del reparto sólo es uno de los aspectos que
que permite cuidar de los hijos en los primeros   años 
años  de vida. Si entendié se ponen en juego. Este modo de abordar la situación social de la mujer y
ramos la justicia como acciones compensadoras de injusticias pasadas, del hombre conduce a que la determinación de lo que es la "buena vida" se
cabría introducir estímulos a la contratación de mujeres, política de cuotas sitúe en el ámbito político, sacándola del territorio privado-parasocial en
democrática,   e t c . ,,   o a la posibilidad de
en los órganos de representación democrática,  que queda recluida cuando el sexismo sólo se analiza en términos de justi
que las mujeres y los hombres puedan acceder, sin menoscabo de su futu cia. Los cambios estructurales conducentes a eliminar el sexismo llevan
ro profesional, a las excedencias laborales motivadas por el cuidado de aparejada la desaparición de los géneros, categorías que dejan de tener
hijos, viejos o enfermos. Y en el caso de los hombres, que tuvieran prio relevancia cuando se examina la vida en común para cobrar un valor cen
ridad, respecto de las mujeres, en las excedencias tomadas con la finalidad tral el estatuto social, no ya de mujer ni de hombre, sino de   c i u d a d a n o .
4

de cuidar a los hijos o a personas físicamente dependientes, por citar algu


Si saltamos del territorio de la justicia al de la política, que es el ámbito
nos ejemplos. Una política fiscal consecuente con la lucha contra la divi del poder, las cuestiones pertinentes son del tipo de las que se enumeran
sión sexual del trabajo, gravaría impositivamente a las familias en las que
transporte púbXco   respecto del priva
a continuación. ¿Qué peso tiene el transporte púbXco
hay un ama de casa. Esta política actuaría como una advertencia de que el
do, el cultivo de las relaciones personales y el cuidado de los que no se
trabajo remunerado no sólo es un derecho, sino también un deber; por
pueden valer por sí mismos, respecto del crecimiento en cantidad y va
ello, cuando una pareja se organiza de tal modo que la mujer no cumple
riedad de bienes materiales? ¿Qué participación se tendrá en la toma
este deber de ciudadanía, se encuentra sometida a un incentivo negativo,
de decisiones sobre el uso de los recursos naturales, de las fuerzas vita
que la refuerza ante su compañero, puesto que sí tiene que trabajar, aunque
les, de los conocimientos, de los medios de producción? ¿El desarrollo de
los ingresos de él permitan m anten er la familia.
familia. Asimismo, fuerza a la mujer
esferas d el
qué esferas d el conocimiento
 conocimiento   científico se
científico se estimulará en relación con otras?
a no acomodarse a la división sexual del trabajo.
¿Los recursos científico-técnicos en áreas próximas a la producción de
bienes de equipo, de armamento, continuarán siendo prioritarios respecto
de los destinados al tratamiento de las enfermedades mentales, del acom
DE LA JUSTICIA A LA POLÍTICA: DEFINICIÓN DEL PROBLEMA pañamiento en los procesos de salud-enfermedad-envejecimiento, del cui
COMO EXPLOTACIÓN
EXPLOTACIÓN Y DOMINACIÓN organizarán   ias
dado y desarrollo de las criaturas? ¿En qué condiciones se organizarán 
de  producción? 
actividades de  producción?  ¿Qué espacio ocupa la atención a las personas
Otro eje, y a la vez orientación de la lucha de las mujeres, no necesaria dependientes cuando organizamos la vida social y económica? ¿A quién se

mente excluyeme
poder, de donde losrespecto del anterior,
planteamientos son define el problema políticos.
fundamentalmente en términos
Cuande le atribuirá 
ción atribuirá  ia
ia   responsabilidad
y experiencia deben tenery quienes
atenciónsedeocupan
esas personas? ¿Qué
del cuidado de forma
perso
do se tiene esta orientación, la definición de los criterios de reparto de nas, particularmente de las criaturas? ¿Cómo se toman las decisiones so
derechos y deberes deja de ser la cuestión fundamental, para poner en bre la inversión, la exportación, los servicios públicos, etcétera? ¿Quién
primer pla no la definición de lo q ue es una vida que valga la p ena vivir
vivir.. Tal puede participar en la toma de tales decisiones? Al definir los problemas
acción de oposición lleva aparejado un cierto imaginario de organización en 
en   términos de poder y de intereses en conflicto, se define también cuál es
de la vida social y de la subjetividad individual. En este caso, no se lucha el territorio de las oposiciones, luchas, alianzas políticas, y los instrumen
por espacios en la vida económica, política y científica, en los términos en tos y recursos que se pondrán en juego en la lucha por el poder. Como
que tienen acceso los hombres; espacios cuya ocupación hace de ellos puede observarse, en la lista de ejemplos anteriores no se concede espacio
lo que son. Se lucha por estar en posición de definir qué es lo que se a políticas sobre la masculinidad o sobre la feminidad, porque el plantea-
considera necesario y qué superfluo, cómo se construyen y jerarquizan las
considera necesario y qué superfluo, cómo se construyen y jerarquizan las
necesidades y de qué medios cabe dotarse para su satisfacción.   O  lo que
es lo mismo, se lucha por el poder de decisión sobre las actividades en  Sabemos  que en la actualidad el estatuto de ciudadano no es universal de la democra
 Sabemos 
4

cia, sino que excluye a las mujeres, cuestión sobre la que hay un   amplísimo 
amplísimo  acuerdo
que se va a consumir la propia vida, qué es lo que se va a poner en primer
Benhabib,  Mack in o n , P at eman , ,  Fraser, Young, 
(véanse Benhabib,  Young,  Amorós, Beltrán, 
Beltrán,  Valcárcel 
Valcárcel  y un
lugar ante un horizonte de recursos limitados (en unos países), escasos (en largo etcétera).

CONSISTE  LA MASCULINIDAD?
¡EN  QUÉ CONSISTE  245
244 SOBRE   MASCULINIDADES
DEBATES SOBRE

mente marcaban la frontera entre los ciudadanos y los no ciudadanos,


miento que defiendo en estas páginas es que uno u otra son epifenoméni-
dejan de ser relevantes, la "mujer" y el "hombre" dejan de ser entidades
cos. Sin embargo, el resultado de medidas políticas, como las que señalo,
significativas. Para efectos prácticos, desaparecen, para emerger en su lu
tendría
tendría   como impacto en la subjetividad la disolución de la 
la  masculinidady
gar la comunidad de los ciudadanos. "Hombre" o "mujer" dejan de ser
la feminidad, favoreciendo que cada persona desarrollara de un modo pro
entidades socioeconómicas y pasan a ser rasgos cuya significación perte
pio las distintas potencialidades.
 l a  esfera, no ya privada, sino 
nece aa l sino   í n t i m a . 9

Si el camino que se emprende es el de la transformación política, con


 E l p es o de la s co n di ci on es   est ruct ur l es
cambios en la distribución del poder que permitan poner en práctica los
imaginarios sociales alternativos, desaparece la división sexual del trabajo,
Cuando se privilegia el camino de la justicia, la desigualdad social de las
se invalida el supuesto de que el cuidado de las personas dependientes es
mujeres se desplaza a otros colectivos a los que se les da entrada en el
una actividad privada que no compromete a la sociedad, sino una activi
terreno de juego, para excluirlas al mismo tiempo de los derechos de ciu
sin po r ello descargarlas de buena parte de los deberes propios del
dadanía, sin po dad desde la que se ordena y estructura la vida en común. Sin división
sexual del trabajo, convertidas las tareas de producción y administración de
colectivos,  fc/mados 
ciudadano. Estos colectivos,  fc/mados  en su mayoría por inmigrantes, en
la riqueza y las del cuidado de las personas, en esfuerzos comunes y com
el caso de Europa, no acceden a los derechos de ciudadanía al crear nue
partidos por todos los miembros hábiles de la sociedad, desaparece el so
vas jerarquías y exclusiones, pero sí adquieren muchos de sus  sus   d e b e r e s .
5

socioeconómico  para
porte socioeconómico  diferencias  " m u j e r V h o m b r e " "  y, como en el
para   las diferencias 
Y lo que para los incluidos se concibe como derechos de ciudadanía, para
caso anterior, su significado queda circunscrito al ámbito íntimo. Cuando
los excluidos no son sino privilegios de clase o fracción de clase, de géne
se pone el acento en la política, entra en juego la identidad de la mujer y
ro, de edad, étnicos y otros. El lugar que previamente ocupaba  ocupaba   la 
la  mujer,
del hombre, ya que los procesos de transformación han de tener necesa
antes de que se produjera su  su   " i n c l u s i ó n " , ,  ha quedado vacío, por más que
sobre la s  personas en el sentido de que las diferencias
riamente impacto sobre la
continúa siendo imprescindible. El ascenso de la  mujer   en el escalafón 6

hombre mujer dejen de ser relevantes.


de   la 
de  la  ciudadanía deja espacios vacantes en la organización del trabajo que
alguien debe desempeñar; de esos trabajos  trabajos   se  se  encargan otras mujeres, e
otros  h o m b r e s .   Para efectos económicos, esos colectivos vienen a
incluso otros  7  E l   i m p o s i b l e e  r e c o n o c i m i e n t o de ¡a diferencia
"hacer de mujer", y se convierten en excluidos de los derechos, pese a que
se hallan incluidos en las en las   actividades 
actividades  p r o d u c t i v a s . .  Por tanto, no es propia Además de la orientación a la justicia o a la política, hay una tercera línea
mente la participación en el trabajo remunerado la puerta de acceso al que se caracteriza por su orientación hacia el reconocimiento de la dife
rencia de la mujer, y persigue la puesta en práctica de una política de
estatuto de ciudadano. visibilización,  valoración y ulterior inclusión de "lo femenino". Si bien pone
La lógica de la división sexual del trabajo y de los derechos se mantie
el acento cada vez más en el reconocimiento de la masculinidad, la para
ne. Si las mujeres pasan a ser tratadas como los   h o m b r e s ,   a alguien le 8

doja que se produce es que el discurso de reconocimiento del hombre,


tocará ser tratada o tratado como mujer; las fichas se desplazan de una
casilla a otra, pero las casillas siguen siendo las mismas. Otros colectivos que de entrada favorecería un compromiso de los hombres contra el
vienen a ocupar los espacios abandonados por las mujeres. Si la "mujer" evidenciar  el   sufrimiento que el sexismo
patriarcado y el sexismo, por evidenciar el el sexismo   pro
adquiere los derechos del "hombre", y el "hombre" es un ciudadano, la voca también en los hombres, se convierte en un abuso renovado de las
"mujer" se convierte en ciudadana; las diferencias sexuales que  que   previa- mujeres. Esto, dado que se trata de un discurso que no va acompañado
de una crítica de la división del trabajo y de los privilegios de género de los
que disfrutan los hombres. Se trata de una posición que me recuerda
  Pagan impuestos, por ejemplo.
5

Léase  mujer-occidental-adulta-con-posición-económico-cultural-privilegiada.
  Léase 
6
9
  No tiene por qué participar del mismo significado para toda persona el hecho de tener
 Hay que tener en cuenta que el sector de servicios en que han estado  tradicionalmente
7

testículos u ovarios. La vivencia de la diferencia anatómica es un hecho íntimo, siempre


presentes las mujeres, en la actualidad acoge la proporción más más  alta 
alta  de inmigrados,
y cuando no se tome como base para dividir la sociedad y el trabajo.
una   minoría privilegiada.
  Nunca son todas, sólo lo consigue una 
8
minoría privilegiada.

246 DEBATES  SOBRE MASCUUNIDADES 247


LA   MASCULINIDAD?
•EN QUÉ CONSISTE LA

de  los
las reacciones de  los   empresarios cuando se encuentran en dificultades de factores como la clase, la edad, la etnia, el color de la piel, la proceden
económicas: buscan la comprensión y   solidaridad   de sus empleados, sin cia geo
geográfica,
gráfica, las
las disminuciones físicas o psíquicas, y la orientaci ón sexual.
que ello se traduzca en una disposición a ceder sus privilegios de clase. La crítica de una visión unitaria del género justifica el esfuerzo de aquellas
Pasados los periodos de "vacas flacas", no están dispuestos a hacer públi teóricas  —ejemplo 
perspectivas teóricas  —ejemplo  de las cuales son autoras   Judi t h  h  Butler,
cos los beneficios que obtienen, por más que antes se lamentaran pública Chantal   M o u f f e , ,  Rosi Braidotti o Dona 
Chantal Dona   H a r a w a y — 
—  orientadas a plantear
mente de las pérdidas, ni tampoco están dispuestos a compartirlos con sus el problema del concepto de identidad y a evidenciar que las mujeres no
empleados. son  entidades-sometidas   al sexismo, sino su efecto, como lo son los hom
son entidades-sometidas
diferencias   m u j e r / h o m b r e , ,  mien
Esta vía afirma la existencia de las diferencias  bres. De donde se desprende que la lucha contra el sexismo es la lucha
tras que las dos vías anteriores insisten en la desigualdad y la explotación. contra la eliminación de los procesos dé sujeción llamados "mujer" y "hom
De hecho, en un espacio en que la producción de las subjetividades tiene bre". El sexismo no se contempla como el contexto en que tiene lugar la
lugar en condiciones de desigualdad (lo que a ojos de un observador se vida de las mujeres y de los   h o m b r e s , ,  sino que ser hombre o ser mujer es
tomaría como diferencias), no es sino la expresión de la desigualdad y su ontológicamente sexista. Combatir el sexismo incluye la lucha encarniza
resultado. No discutiré sobre la existencia o inexistencia de diferencias contra su/ orpori z aci ón 
da contra su/ ón  en forma de "mujeres" y de "hombres", contra
entre la "mujer" y el "hombre"; me limito a afirmar que si estamos interesa los resultados del sexismo en cada uno de nosotros y   n o s o t r a s . .  Es luchar
dos en saber en qué consisten, tendremos que acabar con la desigualdad contra el extrañamiento, la imposibilidad de lo social que produc e el sexismo
que nos fabrica como lo que hoy somos con nuestra colaboración: no dife al hacer imposible el encuentro con "el otro" por convertir la relación en
rentes, sino desiguales, inferiores. A mi entender, esta vía aspira a otorgar una comunidad de interés, jerárquica o de poder, pero no social, de amor
a lo social la relevancia que tiene. La vía de la justicia persigue el mismo y, por tanto, de aceptación y reconocimiento. El sexismo priva a lo social
propósito, sólo que siguiendo otro camino. La vía del reconocimiento co del amor para entregárselo a lo privado, la familia.
incide con la vía de la justicia en dar entrada a lo social por una puerta que
El sexismo es productivo, y su principal producto son las entidades
también es falsa. El componente emocional de lo social es la aceptación
"mujer"
"mujer" y "hombre"; considerarlo así implica una tarea de d estrucció n de las
da.   Pedir 
del otro, pero el amor no se pide, se da.  Pedir  reconocimiento es formular
condiciones de posibilidad del sexismo, formando parte de la misma la   des
una demanda de amor y, como bien sabemos, no puede ser satisfecha,
construcción   de lo que tomamos como "mujer" y como "hombre", la cual es
porque al pedir reconocimiento se pretende merecer el amor que se de
fundamentalmente práctica: eliminación de la división sexual del trabajo.
la meritocracia   se lleva mal con las  e m o c i o n e s , el
manda. Pero la meritocracia , el amor no se
Tomo la supuesta diferencia mujer/hombre como un dispositivo de con
merece,  sino que se   produce,  por tanto, la demanda de reconocimiento no
trol que permite oprimir y explotar a las mujeres en la familia por su orien
puede quedar satisfecha. Ahora bien, la demanda de reconocimiento social,
que reclama el compromiso emocional del otro con nosotros, es una queja tación
de las al cuidado.es Consecuencia
personas, de esa respecto
que se las bloquea orientación al cuidado
de las inmediato
responsabilidades
ante el desamor y la falta de reciprocidad ante el compromiso emocional
públicas. Y esa supuesta diferencia es un dispositivo que orienta a los hom
de las mujeres. ¿Qué es lo que impide a los hombres adquirir este compro
bres hacia la explotación de las mujeres y hacia el sometimiento a la explo
miso y, en la misma medida, qué es lo que impide a las mujeres participar
tación de los empresarios. Circunstancias éstas que les bloquean su parti
en las luchas de poder?
cipación en el cuidado inmediato de las personas.
del  sexismo 
La visión que tenemos del  sexismo  se abre cuando el colectivo "las
mujeres" es interrogado por las que ocupan las posiciones subordinadas. Una propuesta de construcción conceptual del género
Estas últimas interpelan a las que se abrogan la representación de la tota
lidad de mujeres, denunciando la existencia de desigualdades entre muje Sumándome a los planteamientos de Judith Butler, no concibo que el gé
res, y denunciando que la lucha contra la discriminación de la mujer ha nero sea la interpretación cultural del sexo, ni que se construya cultural-
dado como resultado la inclusión de algunas mujeres en el estatuto de me nt e sobre  el cuerpo, porque implicaría tomar al sexo y al cuerpo como lo
la  gran 
ciudadanas, a expensas de la exclusión de la  gran  mayoría. La denuncia dado, lo existente previamente a las relaciones sociales: el género siempre
de la desigualdad entre mujeres cuestiona la validez de un concepto de es un hacer, aunque no un hacer por parte de un sujeto que se pueda
género de alcance universal. El género se construye en la intersección considerar preexistente a la acción   ( 2 0 0 1 :  56).

248 DBATES  SOBRE   MASCUUNIDADES ¡EN  QUÉ CONSISTE  LA   MASCULINIDAD? 249

Nos hace mujeres, o bien, hombres, someternos a las reglamentacio No hay "mujeres" ni "hombres", sino posiciones de género. Las sub
nes de género. Nuestra interpretación de esas reglamentaciones, nuestra  jeti vida des se con st ruy en de un mod o qu e sólo adq uie ren con sis ten cia en
obediencia parcial, o desobediencia de éstas, deshace el género, lo vuelve la división sexual de la sociedad, en la   especializa
especialización
ción   de las unas y los
problemático, manifiesta su carácter contingente. Las principales caracte otros en actividades distintas y complementarias. Cada individuo queda
rísticas que atribuyo al género son las siguientes: sujeto a la especialización de género, y halla problemática su posición so
cial o reconocimiento cuando transgrede las normas de género.
• El géne ro es social y lo social es relacion al. Ahora bien, el género no es una categoría que se pueda aislar del resto
• La relación es antagónica. de condiciones y relaciones social es. No hay "mujeres" y además "trabaja
• La relación involucra la producción de la propia existencia física y dores" y, por otro lado, "viejos"
"viejos" y adiciona lmente "inmigrados". Por lo tan to,
psíquica. la desigualdad de las mujeres es distinta cuando coexiste con una cierta
posición social, edad, origen étnico u otros as pectos, porque no hay género
Por tanto, mi análisis del género no partirá del reconocimiento de su sino géneros. Lo que tiene de "mujer" una trabajadora es distinto de lo que
entidad, suponiéndole una existencia autónoma, sino que adopto una po tiene una jubilada o una indígena peruana. Lo que tiene de "hombre" un
sición  constructiva.  Propongo que su construcción conceptu al forme parte  joven es dis tin to de l o q ue ti ene un vi ejo o u n e mpr esa rio . Un a n o e s muj er
de una estrategia política. Su puesta en práctica presiona en dirección y además negra y además obrera y además joven y además en paro, o   b i e n ,
a la desaparición de las categorías de género, la explotación, dominación y hombre y además negro y además obrero y además joven y además en
opresión de unos respecto de los otros. paro. Son mujer-negra-obrera-joven-en paro, o bien,  bien,   h o m b r e - n e g r o - o b r e -
ro-joven-en paro.
El género es social y lo social es relacional C u a n d o  o  hablamos 
hablamos  del género es fundamental destacar los aspectos
r e l a c i ó n a l e s , ,   lo cual comporta tomar en consideración a los géneros
La   '  mujer y el
La el   h o m b r e " 
"  no tienen existencia anterior a las relaciones como resultado de la acción, dado que tienen un importante componente
sociales. La mujer es "hacer de mujer" y "hacerse mujer", y el hombre relacionado con su actuación. En segundo lugar, es fundamental tener
y  "hacerse   hombre", pero uno y otro hacer se requieren
"hacer de hombre" y "hacerse presente la manera como los actores sociales definen las situaciones en las
mutuamente. La existencia de la mujer es condición de necesidad de la que se hallan inmersos, porque del modo como las definan se deriva una
existencia del hombre, y viceversa. No podemos hablar de los derechos de manera u otra de actuar. En tercer lugar, al margen de cómo se actúe o
las mujeres, o de las responsabilidades de las mujeres. Ambos, derechos y del modo en que haya sido definida la situación, el género depende del
responsabilidades, se construyen y colman en relación. Por eso no tiene contexto social en el que existe, y para el cual hay posiciones preestablecidas,
sentido reclamar para las mujeres iguales derechos que los que disfrutan resultado de la acumulación de acciones anteriores, que marca fuertes
los hombres, porque los derechos se definen y construyen en régimen de limitaciones a la capacidad de actuación de las personas y, por tanto,  tanto,  al
exclusión. Y viceversa, tampoco tiene sentido reclamar para los hombres ejercicio de la libertad.
los derechos de las mujeres. Ser cabeza de familia es un derecho social
que implica la existencia de un patrimonio (el ama de casa y los hijos La relación es antagónica
dependientes). Ser madre es una función social que supone la división
sexual del trabajo. Los derechos y deberes de los hombres se construyen Defino el carácter de la relación entre los géneros   como  como  antagónico. Ca
desposeyendo a las mujeres de derechos y deberes: el derecho y deber ai racteriza a las relaciones antagónicas el hecho de que el resultado de la
trabajo de los ganadores de pan se construye suponiendo que el trabajo no cero.   E s t a s , ,  que conducen a mejorar las con
suma de las interacciones es cero. 
es un derecho y un deber de ciudadanía de las   m u j e r e s . 10
diciones de vida, el sentido de control de las circunstancias que lleva a
experimentarse en posesión de la propia vida, el valor que uno se otorga a
sí mismo, se producen de manera que, para cada mejora en la vida de
10
  De lo contrario se consideraría que las mujeres adultas que carecen de un empleo re de  otras. 
unos, habrá un empeoramiento en la vida de  otras.  El  sexismo   implica que
El sexismo
munerado se consideran desempleadas, en lugar de clasificarlas como amas  de 
 de   casa. el control que los hombres soportan sobre sus propias  vidas, por
 vidas, por ocupar el

250 SOBRE  MASCUUNIOA ÍES


DEBATES SOBRE  ¡EN  QU É C O N SISTE L A MA SC U L IN ID A D Í
¡EN  '251

de   familia, 
espacio de cabezas de  familia,  ocurre a costa de la pérdida de control   "i. deberes como el patrimonio principal de sus miembros; y posiciones
las mujeres sobre las suyas, en función de amas de casa/cuidadoras. societarias, que conciben la sociedad como un agregado de   individuos individuos  li
Cuando la relación entre los géneros se define, e incluso vive, como  como   si bres e iguales en derechos y, por tanto, no dependientes de la familia, sino
fuera un juego de fuerzas de suma suma  positiva, 
positiva,  es porque se maneja una uni de lo que representa la totalidad: el Estado.
dad a la que se le atribuye un rango superior al correspondiente a la subje Por más que se nos presente lo social, lo económico, lo  libidinal,  lo
tividad individual: esa unidad es la familia. Se supone que hay un todo, la político, como ámbitos diferenciados de  de  nue st t a 
a  vida, lo cierto es que en
familia, superior a las partes que la componen: los hombres, las mujeres toda actividad humana cada una de esas dimensiones se manifiesta en for
supone,   a d i c i o n a l m e n t e , ,  que uno no tiene otra existencia
o sus hijos. Y se supone,  ma de síntesis; no son   ámbitos  de la vida, sino   modos en que la vida humana
que como miembro del colectivo, o que el resto de aspectos de su existen  se  manifiesta.  Eso se hace particularmente claro cuando abordamos la di
 se 
cia están subordinados al hecho de pertenecer a una  una   f a m i l i a . " "  Desde esta visión sexual del trabajo.
perspectiva, se vive o concibe que el bienestar y   realización de realización de cada perso La división propiamente sexual del trabajo, tiene como origen el he
na depende de la fuerza que mantenga unida la familia, y exige la renuncia cho de que somos una especie sexuada. Hasta ahora se requiere la inter
a fines individuales a favor de los fines que definen la unidad familiar/como vención de dos individuos, portadores de órganos genitales distintos para
puede ser la educación de los hijos, disponer de una casa confortable, o que que tenga lugar la la  p r o c r e a c i ó n .   Pero no hay una fuerza en el ser huma
12

la familia sea respetada en la comunidad. Esta segunda posibilidad con no que le impulse espontáneamente a la procreación. Sin embargo, es
templa que si la familia va bien, el hombre y la mujer van bien, pero se evidente que los miembros de la especie han procreado y lo han hecho a lo
construye a expensas de la subjetividad y de la autonomía personal, posibi largo de toda nuestra trayectoria histórica, incluso en momentos en que se
lidad que choca frontalmente con una sociedad que se concibe como   el cree que ignoraban la relación existente entre sexualidad y procreación.
espacio de relación entre individuos libres e iguales. El principal daño Así pues, podemos afirmar que la procreación ha sido, en buena medida,
del sexismo es que las personas pierden su entidad autónoma y se convier el resultado no buscado del afán de placer. Se ha requerido, por tanto,   una
ten en encarnadura de la división sexual y emocional del trabajo. La con  política sexual  encaminada a conseguir que tuviéramos hijos, aunque no
cepción de la relación como antagónica, no persigue la aniquilación ni el fueran el resultado buscado de nuestras   a c c i o n e s .   La asociación entre la
13

daño emocional de nadie, sino el desarrollo de mayores niveles de autono sexualidad y el placer se ha adaptado a ese fin.
mía individual, que la vida en común no se vuelva un pretexto para anular De este modo, la división sexual del trabajo procreativo, no es sino
las subjetividades individuales, sino una condición que las haga posibles. la primera división del trabajo, apoyándonos en el deseo del otro, que jun
"otros"   —la
to con el narcisismo de las diferencias entre "nosotros" y los "otros" 
superioridad de nosotros frente a ellos como objeto de   am o r —  han sido
La relaciónpsíquica
existencia involucra la producción de la propia
  y  física los dos dispositivos mediante los cuales hemos construido relaciones
sociales. Es cierto que no tenemos alternativa distinta a vivir socialmen-
De entre la totalidad de ámbitos donde ocurren las relaciones de género, te, de donde se podría seguir que somos sociales por necesidad. Pero, ha
hay dos que destacan, llegando a condicionar los restantes ámbitos:   1) e1) e l bida cuenta de que no experimentamos la vida como una necesidad, sino
modo en que las personas se relacionan en la producción de su existencia
física y 2) el modo en que tiene lugar la orientación del deseo y la pauta
predomi na nt e 
e  que guía las acciones. Me resisto a utilizar ei término   reproducción,  porque este acto de producción es especí
En la actualidad, se produce una fuerte tensión entre posiciones ficamente procreativo. Con el término pro-creación se señalan dos cuestiones:   ¡J)  S e
comunitaristas, que sitúan a la familia en el centro de la escena social y los trata del acto en que un sujeto contribuye a la creación, pero lo creado no es enteramen
te resultado propio, interviene otro sujeto de distinto sexo, y el sujeto que es obra de los
dos anteriores también interviene en el   resultado, V)   La criatura es nueva y distinta a
todas las demás, por tanto no puede decirse que ha tenido lugar la reproducción de
Algo parecido ocurre cuando se utiliza la   expresión 
expresión  "España va bien", se supone una caso, lo   que se ha hecho es contribuir   parcialmente 
alguien. En todo caso, lo parcialmente  a su creación.
unidad de destino, y se define las subjetividades por su relación con la misma, españo Especialmente a partir del momento en que los hijos comportan un saldo económico
les, de donde a los españoles sólo les puede ir bien si España va bien. negativo, cosa que ocurre con la industrialización.

252
DEBATES E 
S O B R E  MASCULINIOAI 253
,U É   C O N S I S T E A  M A S C U L I N I D A D Í
L A 

que vivir, permane cer con vida, esta r en condicione s de poder vvivirivir
Los sujetos se configuran en el reparto de  de   responsabilidades. 
responsabilidades.  Y las
un deseo, lo que nos mueve a la vida sociai no es la necesidad, sino   <•
..u' jetividades
..u' jetividades   que se construyen en sociedades 
sociedades   como
como   la nuestra (y se
deseo de amar y ser amados, es el amor amor   lo 
lo  que nos lleva a 
a  permanec
, mistituyen 
mistituyen  en el acto constitucional) remiten a un hambre   provisor- pro-
con vida, a darnos una buena vida a nosotros mismos y a quienes son
tector, guerrero, y   a  una mujer cuidadora. Ni el   una n
una  n i  la   otra son ellos
objeto de nuestro  am o r .   El amor se vuelve mandato cuando entramos
14

mismos, sino las responsabilidades que se les adjudican en ese acto cons
en el terreno de lo social, no porque nos sea exigido, sino porque nos lo
imponemos, y el amor a los demás no es sino tomar a los otros como un fin tituyente; el reconocimiento del hombre es dependiente de su función
en sí   m i s m o . '
1 social, y el de la mujer queda difuminado en la familia  o en
 o en la maternidad.
corresponde  ca n  la división sexual
Esa configuración de los géneros se corresponde ca
Vengo insistiendo en la idea de que la "mujer" y el "hombre" no son
del trabajo. El espacio que se tiene está asociado al   hqgar 
hqgar  que se ocupa en
sujetos sometidos a relaciones desiguales, sino efectos del poder. Añadiré
la
la   división sexual del trabajo.
ahora que, de entre las múltiples relaciones de poder, las económicas son
fundamentales. Por el impacto de lo económico sobre otros ámbitos y di El "pacto"
cuidado constituyente
  no es supone
los   débiles 
de los  débiles un modelo
directamente de ciudadanía
responsabilidad en que
pública, el
como
mensiones de la vida es que afirmo que la división sexual del trabajo tiene
las actividades   económicas. Es/cierto que se reserva a
la   intervención en las actividades
Judith   Butler 
un efecto constituyente de subjetividades. Sigo a Judith  Butler  en la idea
los poderes públicos esa potestad y responsabilidad   úfeima, 
úfeima,  pero en condi
de que:
ciones "normales", cada cabeza de familia ha de dotarse de   la  estructura
familiar que le permita cubrir/asumir su parte en la continuidad del orden
El sometimiento sería el efecto paradójico de un régimen de poder por el social, haciéndose cargo de la protección de los   d e p e n d i e n t e s . .  Queda im
cual las mismas "condiciones de existencia" y la posibilidad de persistir como plícito que corresponde a la mujer dotar de   infraestruct
infraestructuraura   al hombre para
ser social reconocible, exigen la formación y el mantenimiento del sujeto
que éste pueda ejercer sus funciones de ciudadano.
en subordinación. Si aceptamos la idea de   Spinoza de
Spinoza de que el deseo es siem
pre deseo de persistir en el propio ser   [...] el deseo de persistir en el propio Cuando el ciudadano se incorpora al trabajo, forman parten de sus
ser exige someterse a un mundo de otros que en lo esencial no es de uno/a derechos ¡as bajas remuneradas en caso de   enfermedad,  como forma
[...].  Sólo persistiendo en la otredad se puede persistir en el "propio" ser parte de sus derechos cesar de trabajar en la edad ea que legalmente se
( 2 0 0 1 :  39). establece que una persona no debe continuar  h a c i é n d o l o . .  Y su acceso al
trabajo es dependiente de la capacidad que tenga de producir plusvalor, y
El sometimiento de las mujeres a los hombres es el efecto de la volun que éste se realice en el mercado mediante la venta   délos
délos productos
 productos en los
tad de "las mujeres" de persistir como seres sociales reconocibles, el deseo condición  implícita 
cuales ha quedado incorporado. La condición  implícita  de acceso al traba
de ser lo que se es, y de ser reconocida por ello, exige someterse a un de   m e r c a n c í a s , y   que las reglas de
 jo es que pro duz ca riq uez a en form a de
mundo en que la organización de las actividades productivas se rige por distribución del product o de su trabajo garanticen el beneficio empresa
criterios sexistas, se deja de ser mujer u hombre si se deja de hacer de mujer rial. La vida de ciudadano/trabajador es dependien te de  lo s  giros del mer
de lo
o de hombre. Sólo es posible ser sujeto de sí si se soporta no ser, extrañarse cado. En cuanto a la mujer, su vida es dependiente  del   ciudadano trabaja
el reconocimiento del
de lo que permite el reconocimiento  del otro. Persistir en el "propio ser" contra dor. Le presta soporte para que pueda ejercer la  la  Ciudadanía 
Ciudadanía  y depende de
la  i dent i dad 
el ser ajeno de la i dad  social atribuida es instalar la incertidumbre que la pueda continuar ejerciendo. Las condiciones en que se desarrolla
en el mundo. su vida no dependen directamente de lo que ella hace, sino indirectamen
te, a través del cabeza de familia.
El pacto fundacional no supone una comunidad de individuos libres
que  establecen 
e iguales, en deberes y derechos. Ciudadanos que  establecen  las condicio
La noción de la importancia del amor como condición de posibilidad de la vida en co
mún, está presente en el mandato cristiano del amor a Dios por encima de todas las nes de producción y reproducción del orden social, asumiendo la tarea de
cosas, donde Dios se puede tomar como imaginario del todo: seres humanos y naturale producir sus vidas, y asumiendo en común las  las  ca-gas 
ca-gas  de los no ciudada
za incluidos para todo lugar y todo momento de la historia, y derivado inevitable de este nos porque todavía no lo son (los niños), han dejado de serlo definitiva
mandato primero, el amor al prójimo incluso cuando éste sea nuestro enemigo. mente (los viejos y disminuidos psíquicos,   físico; 
físico;  y enfermos crónicos) o
que  Kant 
Concepción a la que  Kant  se refiere con  el
 el   término  amor práctico.
no   lo
no  lo   son   transitoriamente 
transitoriamente  (los enfermos ocasionales).

254 •E
EN É  
N QUÉ C O N S I S T EE   LA MASCULIN IDAD?
255
DEBATES E 
S O B R E  MASCULIMDADES

Lo que supone el pacto fundacional es una ciudadanía fundamentada Destacaremos varias cuestiones del trabajo de García Mina que nos
en familias, las cuales tienen al cabeza de familia como su representante en han parecido relevantes. En primer lugar, los estereotipos de mujer y de
el mundo exterior. Pero como el pacto no está exento de contradicciones, hombre no están perfectamente delimitados. El factor estereotípico más
la externalización  a las familias  —léase mujeres—  de los costes de produc claro es el "liderazgo en el espacio", el cual se compone de un conjunto de
ción de la vida humana, es coercitiva en el sentido en que uno no puede rasgos que socialmente se tipifican como "masculinos"; a una cierta dis
abandonar a su familia, pero no lo es en la medida en que casarse y tancia siguen otros factores como la "actividad instrumental", tipificada de
tener hijos es una decisión libre. La tensión entre la obligación de hacer "masculina" y dos rasgos, la "expresión afectiva" y la "orientación expresi
se cargo de los dependientes de la familia y la libertad de constituirla, se va", calificados de "femeninos", por más que la atribución de género es
traduce en un reparto de cargas desigual y en un estímulo a que la familia más débil que en los factores masculinos.
desaparezca. Comporta una carga no reconocida, puesto que no se reparte Además de que los propios estereotipos de género no se hallan perfec
igualitariamente entre los miembros de la familia y mucho menos entre tamente delimitados, cuando se pide a la gente que señale su grado de
todos los ciudadanos, tengan o no tengan familia. Implica una  externaliza- identificación con los distintos rasgos de personalidad, se pone en eviden
 ción de costes hacia las  mujere/.,  que sigue la lógica conducente a la degra cia que no hay una asociación fuerte entre el sexo y el género.
dación del medio ambiente, al haberlo usado "libremente" sin cubrir los
costes de su recuperación, como se ha venido haciendo.
El género según el sexo (porcentajes por fila)
L a s  ¡imitaciones del acento en la subjetividad:
l g u n ss   e v i d e n c i a s empíricas Género

Sexo  Masculino Femenino Indiferenciado* Andrógino   *


Puesto que el creciente interés por la masculinidad se centra en aspectos
Mujeres 30 31 19
psíquicos, puede ser interesante presentar un par de evidencias respecto 20

de las diferencias entre las mujeres y los hombres. Varones 32 20 25 33

Tomaré en primer lugar el trabajo de Ana  García-Mina   y los resulta 16

*  La diferencia entre el género  indiferenciado y el   andrógino  es que el primero corres


dos de una investigación propia para ilustrar la dificultad de reconoci
ponde a rasgos de personalidad que no han recibido calificación de masculinos ni
miento de características propias de las mujeres y de los hombres. de femeninos, mientras que el   andrógino  corresponde a los casos en que coexisten
Lo primero que cabe tener en cuenta es que el requisito mínimo de rasgos femeninos y masculinos.
una clasificación, en nuestro caso de una clasificación por género, es que las
categorías de las que se compone sean mutuamente excluyentes. Se re
quiere, por tanto, que  "lo   femenino" sea una característica que sólo pueda resultados que se muestr an en el cu adro  anterior,  pue
A partir de los resultados
aplicarse a un cierto colectivo, las mujeres, y "lo masculino" a otro colecti de verse que hay más hombres que se reconocen en rasgos correspondien
vo, los hombres. Si lo femenino y lo masculino son tipos de una clasifica tes al tipo  andrógino  que al tipo  masculino,  habiendo una proporción de
ción bajo los que caben   tanto  hombres como mujeres, la clasificación por hombres que se corresponden con el   tipo  fem en i n o  digna  de mención. En
género carece de valor clasificatorio,  porque no permite formar dos grupos el caso de las mujeres, la proporción de las que se ajustan al estereotipo de
claramente diferenciados. De lo cual se infiere que reconocer a alguien la feminidad es únicamente de un tercio, y son más las que se definen con
"como mujer", por tener los rasgos propios del género femenino, se con rasgos que no forman parte del estereotipo de género. En cons ecuencia, si
vierte en un ejercicio imposible, dado que hay un número considerable de entendemos que un aspecto del reconocimiento tiene que ver con el reco
hombres cuyas características psíquicas son las atribuidas a la "mujer". nocimiento de género de la "mujer" y del "hombre", el acto de reconoci
miento está condenado al fracaso, al menos en lo que se refiere a rasgos de
personalidad.
16
 "Análisis de los estereotipos de rol de género. Validación t r an scu lt u r al del inventario del Pero hay algo más: no se manifiesta que la concordancia entre sexo y
rol sexual", Universidad Pontificia de Comillas, tesis doctoral, 1997. género contribuya positivamente a la autoestima. Los hombres, indepen-

256 DEBATES   S O B R E E  MASCULINIDAOES ; E N   Q U É   CONSSTE LA MASCULINIDAD? 257

di ent e ment e 
e  de su género, en cuanto a  a   los
los   rasgos de personalidad, tienen Por una parte, la construcción de estereotipos de agresor y de víctima
una autoestima más alta que las mujeres. Asimismo, y desde la perspecti que se realizó en grupos de discusión, dio como resultado tres tipos de
va de los estereotipos de género, la autoestima más alta se da en las   perso rasgos: los de agresor, los de víctima y los que se consideraron neutros
nas   —mujeres 
—mujeres  u  h o m b r e s — 
—  que se corresponden al estereotipo masculi desde este punto de vista. Cuando buscamos la concordancia entre los
no o que se hallan fuera de los estereotipos de género. la autodefinición
estereotipos construidos en los grupos de discusión con la autodefinición
de los chicos y chicas en relación con los mismos rasgos del listado, apare
cieron seis posibilidades (véase el cuadro anterior). Adicionalmente, son
Nivel de autoestima según el sexo y el género
evidentes las diferencias entre chicas y chicos, la más notable se refiere a
(porcentajes por columna)
la proporción de chicos que se identifican con los rasgos de agresor: es
claramente superior a la de chicas. Pero el resultado más notable es que
Género/sexo
las respuestas se hallan considerablemente dispersas, particularmente en
 Masculino Femenino  Indiferenciado  Andrógino el caso de las chicas. Hay que decir que los rasgos tomados en los grupos
 Autoestima  Mujer   Varón  Mujer Varón  Mujer Varón  Mujer
discusión  como 
de discusión  como  definitorios de un agresor en potencia fueron: actúa como
Varón
un líder, con fuerte personalidad, ambicioso/a, impulsivo/a, audaz, com
Baja 18 14 36 33 12  0 64 34 petitivo/a, mantiene la sangre fría en los momentos difíciles. En cuanto a
Media 45 42 45  45 57 47 24  
24 .  43 los rasgos que atribuyeron a una víctima en potencia fueron los siguientes:
Alta 37 44 19 22 31 53 12 23 inocente, sumíso/a, dócil, bondadoso/a.
En conjunto, podemos confirmar que es  es  problemático 
problemático  realizar actos
de reconocimiento del otro, como colectivo social diferenciado, ya que la
Según datos propios, en un estudio sobre las nociones de   c u i d a d o /
diversidad humana se resiste a quedar atrapada en lo que, llamándose tal
maltrato y los estereotipos de agresor/víctima, realizado entre estudiantes
vez "reconocimiento", no son sino construcciones estereotipadas que no
del tercer curso de enseñanza secundaria (2001-2002), cuando se cruza
permiten por  sí   mismas construir colectividades diferenciadas a las que
ban los rasgos que los estudiantes, hombres y mujeres, se autoatribuían,
reconocimiento.  Este
rendir reconocimiento.  Este y
 y la política del reconocimiento son dos cosas
con ios estereotipos de agresor y víctima construidos en grupos de discu
distintas. La primera tiende a reducir la diversidad, mientras que el resul
sión, se comprobaba que, como ya hemos visto en el caso del género, la
tado de una política de reconocimiento tiende a que los colectivos que
correspondencia dista mucho de ser completa, por más que efectivamente
diferenciamos políticamente, como las mujeres, dejen de ser significativos
existe una correlación.
desde para
bases el punto
luchardecontra
vista la
social. Y eso
división debido
sexual a que tai
del trabajo política
y contra el sienta las
concepto
Posición en la escala de estereotipo agresor/víctima según el sexo mismo de ciudadanía, cuyo contenido, en la actualidad, es de género.

Chicas Chicos
 Número  Número D E  L A S O L I D A R I D A D C O N F U N D A M E N T O E C O N Ó M I C O
Perfil de personalidad de casos Porcentaje de casos Porcentaje A L A S O L I D A R I D A D CO N F U N D A ME N T O É T I CO

Rasgos de víctima 23 13.8 18 9.5 La división social del trabajo sujeta, crea, una solidaridad forzada, basada
Víctima y agresor ¡2 7.2 18 9.5
en una organización en cascada de la dependencia y  d e  la subordinación:
Neutro 36 21.6 29 15.3
de los niños, viejos y enfermos respecto de la mujer;   de   ella respecto del
Rasgos de agresor 42 25.1 76 40.2
hombre, del hombre ganador de pan respecto del empresario. Se trata de una
Ni víctima ni agresor 53 31.7 46 24.3
N/c
solidaridad forzada, porque no se dispone de vías   alternativas 
alternativas  para la 
la  c o o 
1 0.6 2 1.1
peración o, si se prefiere, los costes en los que se incurre  cuando
 cuando   se toman
Total 167 i 00 189 100 acaba   disciplinándola 
vías alternativas son tan altos que se acaba  disciplinándola  conducta.

258 DEBATES E 
S O B R E  MASCULINIDAO-. EN   Q U É CON SISTE A 
L A  MASCULINIDAD?
259

Ahora bien, el sujeto   emergeem  su sujeción a unas formas de vivir  y de iritijer,  contando con su propia colaboración. La orientación de   la  mujer
hacer en cuya creación no ha  parfknpado.  ¿Cómo emerge la subjetividad en hacia el otro, como persona,  como  fin de su vida, la desposee de la capacidad
este  contexto?  Podemos  señalar  dos formas: los factores psíquicos   qu e de defender su propio espacio, y de la capacidad de concebir uno propio.
intervienen en la orientación del  afeseo y en el modo de hacer, y los procesos Y esto llega a tal extremo que le pueden llegar a quitar la   vida.
reflexivos que orientan   moralmeattenuestras  c o n d u c t a s .  Siguiendo a  Axel
17
En cuanto al  "hombre",  y en la medida en que lo social forma una
Honneth, relacionamos las  actiíaiies  morales con el reconocimiento, en -obertura  que separa y protege   la   comunidad del nosotros, dejando fuera
tendiendo que cada tipo de  daña» mora  l se corresponde a un tipo de reco la   otredad,  su imperativo moral es el de proveer para que la vida sea posi
nocimiento, siendo la moral  la qeaimtaesencia de las actitudes que estamos ble, pero se trata
trata de una provisión excluyente. Mantener, co ntinuar y repa
mutuamente obligados a   adopta^,  con el fin de garantizar conjuntamente rar "nuestro mundo", supone   la existencia de "otros" "otros" mundos que para el
las condiciones de nuestra  integrMad  personal (Honneth,  1997:  28). nuestro pueden ser un obstáculo o una amenaza. La subjetividad del hom
Si contemplamos la  divisiórs s*xual s*xual  del trabajo desde la perspectiva de bre se construye en términos de acción, de capacidad de tomar, empren
"lo social", cuyo motor es el  amoi;,y  no de "lo económico", cuyo motor es el der, hacer, poseer, conseguir, concebirse como sujeto deseante. De ahí se
interés, entendemos el modo en «gue  la división sexual del trabajo orienta sigue la percepción del otro/rival, del otro amenazador, competidor, obs-
las interacciones sociales   coraeej^iresión de amor al otro. La división sexual láculo  a la realización de sus objetivos. El hombre protege, cuida, provee
del trabajo genera formas  especializadas  de expresar ese amor, de expresar por la familia en una relación de competencia con otros. En rivalidad
lo que venimos  denominando ef sentimiento  social. Habremos de encon inmediata por un puesto de trabajo, o con afán   territorialista.  La orienta
trar dos expresiones del amor en lk actividad económica: la femenina y la ción moral del hombre favorece que tome a los otros, no como fines, sino
masculina. Y habremos de   mos aar  un común denominador   para  ambas; como medios para sus  f i n e s ..   La familia le permite ser ciudadano y la fami
para mí es el cuidado tal como es entendido en la definición de Fisher y lia le obliga a la provisión, la defensa, la protección, hasta el punto de
Tronto: el tipo de actividades  qu e abarca todo lo que hacemos para mante perder su propia vida en el intento, y poner en riesgo la vida de quienes
ner, continuar y reparar   nuestro "knundo",  de modo que podamos vivir en debe proteger.
él lo mejor  p o s i b l e  (citado en   Bkibeck,  1995: 128).
18
La división sexual del trabajo va acompañada de un extrañamiento
En el caso de la "mujer", se produce una tendencia a la conexión con entre la mujer y el hombre que favorece fantasías omnipotentes. Por
el otro, un estar abierta a sus  op in ion e s  y necesidades. Cuando esa co- parte de la mujer, la pretensión de que la vida de los demás depende por
nectividad   se expresa  m o r a l m e n t e ,  conduce al cuidado de los otros. Ese entero de ella, y que puede anticipar y satisfacer cualquier   n e c e s i d a d .  Esa
imperativo moral conlleva que  b rmujer  anteponga a los demás y sus nece fantasía alimenta la receptividad respecto de las necesidades ajenas y
sidades respecto del cuidado áe   SÍÍ  misma. Ese compromiso con el cuida la falta de atención, incluso de conciencia, a las propias necesidades. El
do, esa responsabilidad, esa   w t an t ad  de dar respuesta a las necesidades sustrato emocional de esa fantasía es una actitud en parte amorosa, en
de los demás es   la  que hace de   ella  un ser humano susceptible de entrar parte resentida, en parte despreciativa ante la precariedad humana de los
en relaciones jerárquicas. Se   soramete  a la obediencia como consecuencia demás, no de ella. En cuanto al hombre, la suposición de que los otros no
del imperativo moral que le   imp e le  a cuidar de quien la necesita y de son capaces de conseguir los medios para cubrir sus necesidades ni de
quien se define como  necesitada  de ella, en un marco en que ella misma defender sus vidas, alimenta también sentimientos de omnipotencia que,
ha sido construida como la capaz de hacerse cargo de los demás. Éstas son como en el caso de la mujer, se traducen en una explosiva mezcla de amor,
las condiciones subjeti
subjetivas
vas que hacen posible el expolio y extenuación de !a resentimiento y desprecio. La mezcla, en ei caso de la mujer, puede con
ducir a adoptar actitudes manipuladoras y de chantaje emocional, y en el
hombre, a diri
dirigir
gir su agresividad
agresividad contra las personas cuyas vidas d ependen
17
 Sobre   el
 Sobre el   particular es 
es  especialmente -valiosa 
-valiosa  la aportación de 
de   Elisabet 
Elisabet  Bubeck 
Bubeck  (Core, de él.
Gender  andjustice),  la cual hace a
hace  a na ¡reflexión  sobre los   factores internos a la mujer  que
permiten  su  opresión y  y  ex p lo t ad o s,  mientras  que, lamentablemente, no realiza un tra
La niña que fantasea ser  la e n f e r m e r a - d e - g u er
er r a - c u i d a d o r a - d q ll-- s o l d a -
bajo equivalente en el en  el caso del  hiBttkire.
 caso del  do-gravemente-herido-en-
do-gravemente-herido-en-medio-del-fuego-enemigo  es
medio-del-fuego-enemigo el imaginario social
18
T r o n t o 
o  ampliaría en 1993 esta  esta  definición 
definición  incluyendo nuestros cuerpos y nosotros de la división social de   las  actividades de cuidado, donde la sociedad y la
mismos. familia se construyen mediante la proyección de los propios miedos en

260 D I B A T E S  S O B R E M A S C U I I N I D A D E S jKj   QUÉ CONSISTE LA MASCUUN IOAO? 261

forma cíe enemigo exterior. El chico que fantasea ser   soldado-a-modo-de- HE L D, Virginia. 1990. "Motheri ng versus Contraer.", en Jane J. Mansbridge (ed.),
San-Jorge-matando-al-dragón-con-riesgo-
San-Jorge-matando- al-dragón-con-riesgo-de-su-propia-v
de-su-propia-vida,
ida,  anticipa este Beyond Self ¡nterest.  Chicago,  University of Chicago Press.
mismo imaginario, sólo que desde la posición complementaria. El uno HONNETH, Axel. 1997. 'Recognition and Moral Obligation",  Social Research  1
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leza.  Madrid, Cátedra. Magnánim.

262
DEBATES S O B R E  M A S C U L I N I D A O E S

1 9 9 6 . "Vida política y diferencia


diferencia de grupo: una cr ític a del ideal de ciuda
danía universal", en Carme Castells (coord .) , Perspectivas
 Perspectivas   feministas en teoría
en teoría
 política.   Barcelona, Paidós. EL GÉN ER O EN LA POL ÍT ÍTIC
IC A PÚB LIC A
2000.
2000. "Las
 "Las cinco caras de la opresión", en   La justicia y la política de la Y SU V ÍN
ÍN C U L O C ON EL PR ESU
ESUPU
PU ESTO
ESTO
diferencia.   Madrid, Cátedra.

 Flérida 
 Flérida   Guzmán  Gallangos
 Jennifer Ann Cooper

LA NOCIÓN DE LA POLÍTICA PÚBLICA

Las definiciones de  de  política 


política  pública son diversas y vinculadas estrecha
mente con el punto de partida de la disciplina en   el'que
el'que están
 están insertas. Van
desde: "aquello que el gobierno escoge hacer o no hacer" (Dye 1984), has
ta la definición formulada en la compilación del Plan Nacional de Desa
rrollo 2000-2006 de México: "las políticas públicas son el conjunto de
concepciones, criterios, principios, estrategias y líneas fundamentales
de acción a partir de las cuales la comunidad organizada como Estado,
decide hacer frente a desafíos y problemas que se consideran de naturale
za pública  [...].  Estas
Estas   se expresan en decisiones adoptadas en forma de
instituciones, programas concretos, criterios, lineamientos y normas"  (DGAJ,
Departamento de Compilación). En su definición, se incluyen elementos
que aluden al diseño, formulación, aplicación y evaluación de la política
pública.
A pesar de la diversidad de ideas y definiciones sobre lo que es la
política pública, consideramos que el punto esencial en su definición es
la relación gobierno-sociedad. El gobierno intenta satisfacer y conciliar las
demandas de las diversas fuerzas de la sociedad a través de las políticas pú
blicas. No todas son cumplidas; la inacción del gobierno también es en sí
una política pública. Se podría decir que ésta es discriminatoria respecto a
ciertos grupos sociales que no resultan beneficiados por las acciones que
se derivan de aquélla; que se cumplan o no las demandas depende de la
correlación de fuerzas entre los grupos sociales y el gobierno.

EL PRESUPUESTO Y LA POLÍTICA PÚBLICA


La relación entre el presupuesto y la política pública se revela en la si
guiente cita: "El presupuesto refleja los valores de un país: á quién
aprecia, de quién valora el trabajo y a quién recompensa   [...].  El proceso
es el instrumento político más importante de un gobierno y, como tal,

[263]

264 DEBATES SOBRE MASCUUNIDADES Et   G É N E R O E N LA POLÍTICA PÚBLICA Y SU VÍN CU LO CON EL PRESUPU ESTO 265

puede ser una herramienta poderosa para  para  la 


la  transformación de nuestro En las últimas décadas se han generado otros problemas, que han
país." 1
dado lugar a que nuevos rubros se incorporen al presupuesto: se ha habla
Aunque el presupuesto público es un instrumento poderoso, es sólo do del desarrollo económico y del medio ambiente, asuntos que pueden
uno de los dos que el gobierno dispone para cumplir las necesidades pri incluirse en uno o más de los objetivos económicos mencionados. Sin em
la   p o b l a c i ó n ; ;  el otro lo constituyen las institucio
marias y secundarias de la  bargo, hay complicaciones cuando se incorporan cuestiones que no son
nes públicas y las leyes, que son los medios indirectos aplicados por el esencialmente económicas, como la democracia y la justicia, temas que
gobierno para fijar las "reglas del juego"   (Ayala,  (Ayala,  2000, p. 
p.  5 5 ) . .  Ambos re 1997:   15 
suelen englobarse en el rubro de calidad de vida (Petrei, 1997:  15  y 16).
quieren una coordinación para que el gobierno cumpla con las funciones En síntesis, si bien los presupuestos son un instrumento importante
económicas, políticas y sociales en forma eficiente y equitativa que pro de la política macroeconómica, ellos representan el más alto nivel de com
muevan un ambiente de cooperación económica y estabilidad política y promiso político con las políticas sociales y económicas de un gobierno
social. (Sharp,   2 0 0 1 : 4 6 ) .
(Sharp,
Desde una perspectiva político-económica, el presupuesto es un pun
to de reunión de fuerzas de la  / o ci ed ad .  A través del cual se satisfacen
necesidades de distinto tipo, fundamentalmente colectivas. Estas necesi EL PROCESO DE PRESUPUESTACIÓN
la mayoría de
dades pueden experimentarlas todos o la mayoría  de la población. Parte de
esas necesi dades son las tradicionales, como defensa y justicia; otra parte Los pronunciamientos y planes gubernamentales que no son respaldados
corresponde a las que permiten el bienestar de la sociedad, el funciona
con montos monetarios son meras "promesas de papel". En ese sentido,
miento del Estado y a la viabilidad del sistema económico; pertenecen a
el presupuesto concreta en forma monetaria la planeación estratégica del
una categoría identificada con los fines de la política económica (Petrei,
gobierno y sus compromisos económicos, políticos y sociales. En términos
1997, 13).
teóricos, la planeación es anterior a la estimación presupuestal; sin embar
go, en México se ha comentado que, con frecuencia, en la práctica, no es
sino hasta que se conoce el techo presupuestal se planea: "se hace lo que
E L P R E S U P U E S T O   Y  L O S F I N E S D E L A P O L Í T I C A P Ú B L I C A
se puede con el dinero disponible". Podría decirse que esta situación ocu
rre por las restricciones e incertidumbre existentes en torno a la   d i s p o n i b i 
Petrei   ( 1 9 9 7 ) , ,  una sociedad busca mejorar el grado de
De acuerdo con Petrei  lidad de recursos públicos.
bienestar de sus individuos, la mayoría de los cuales comparten ciertos idea
asignaciones  presupuéstales 
Las asignaciones  presupuéstales  y su ejercicio en las acciones com
les como libertad, justicia e igualdad de oportunidades, es decir, los fines prometidas constituyen el punto nodal de la participación del gobierno
primarios de la sociedad. Pero hay otros objetivos que podríamos llamar
como impulsor del mejoramiento de la situación de subordinación de las
secundarios —que   son los que corresponden a la política
instrumentales o secundarios —que
e c o n ó m i c a — . .  Existe un amplio consenso en los siguientes: mujeres y para impulsar la equidad de género.

1.   Mejorar la asignación de recursos.


2. Mejorar la distribución de los ingresos. LA SUPUESTA NEUTRALIDAD DEL PRESUPUESTO

3. Mantener la estabilidad de precios.


4. Mantener estable el empleo. análisis  presupuéstales 
Los análisis  presupuéstales  con perspectiva de género parten de la idea de
5.   Promover el crecimiento. que el presupuesto no es neutral en relación con el género, sino que tiene
un efecto diferenciado en hombres y mujeres, "las circunstancias econó
micas y sociales de las mujeres y de los hombres son conformadas por sus
son  const ruc ci ones 
relaciones de género. Esas relaciones de género son const ones  socia
1
  Preámbulo al Primer  presupuesto
 presupuesto para mujeres,  Sudafrica, 1996, citado por Rhonda Sharp, les (no determinantes biológicas) que asignan papeles sociales y económi
 Investigación Económica,   voi.  LX1: 236, abril-junio de 2001, pp. 45-76. hombres   ya
cos diferentes a los hombres  ya   las mujeres" (Sharp,   2 0 0 1 :  48). Las 
Las  r e í a -

266 DEBATES   S O B R E MASCULINIDADES CÉN ERO EN LA POLÍTICA PÚBLICA Y SU VÍNCUL O CON EL PRESUP UESTO 267

ciones de género   también están conformadas por sus circunstancias, como na  p r o m e d i o ' " (Pregs
na p " (Pregs Govender, Foreword to the First South
First  South African Women's
raza,  etnia y
la raza,  etnia y clase social, entre otras, que influyen en la exclusión de los Budget,  1996: 7, citado por Sharp,   2 0 0 1 :  45).
beneficios del presupuesto. Hasta ahora, en la mayoría de las dependencias del gobierno, "la per
En este sentido, no sólo las mujeres, como grupo social, son excluidas sona promedio" a la que se dirigen las acciones y el gasto ha sido el hombre
de los beneficios potenciales que ofrece el presupuesto, sino también otros pobre que vive en un ambiente urbano o rural.
grupos vulnerables, como los indígenas, los campesinos, los negros, los  los  po 
bres, por mencionar algunos. Sin embargo:
LA RELEVANCIA DE GÉNERO EN LAS POLÍTICAS PÚBLICAS
entendemos que la opresión de   las  mujeres deriva de un sistema de relacio
nes sociales de género que determina la posición de ellas (y de los hombres) El concepto de género es un asunto económico y no solamente radica en
en la sociedad. Sabemos que esas mismas relaciones sociales a veces discri las esferas ideológicas, culturale s y sociales. El g énero (lo que significa ser
minan a los hombres o los ponen en desventaja, y también sabemos que la hombre o mujer en una sociedad específica), en un momento determina
opresión de género no puede ser enfrentada con éxito a menos que nos diri do, eses   reproducido 
reproducido  y reformulado en el campo de lo material, donde la
 jamos tan to a los h ombres c omo a las mujer es. Sin emba rgo, quer emos desta 
gente se gana vida, y en la práctica del gasto del dinero público. La crea
car que son las mujeres las que más sufren como consecuencia de las relacio
ción de la riqueza de un país depende de la producción, de la economía
nes de género asimétricas (Budlender, 1996: 25).
del mercado y de la economía del hogar. El cuidado de esta última es
resultado del trabajo no pagado que realizan   mayoritariamente 
mayoritariamente  las mu
rasgos   diferenciadores 
A todos los rasgos  diferenciadores  y excluyentes los cruza el género: ca   ma -
 jer es. Por est as raz ones , la eco nom ía fem ini sta afir ma que la pol íti ca
entre los indígenas, pobres, campesinos y demás, hay hombres y mujeres. croeconómica no es neutral respecto del género. Los presupuestos públi
Las relaciones de género se constituyen no sólo en los terrenos cultu cos, como política económica, tienen un impact o diferenciado para para hombres
ral, social e ideológico, sino también son reproducidas y conformadas en
y mujeres.
el campo de lo material, donde hay que ganarse la vida. La  La   clase,
clase,   la etnia,
Existe una resistencia a ver y descubrir la relevancia de género en
la preferencia sexual, la capacidad diversa (discapacidad), el espacio
muchos aspectos del gasto público. A menudo, las necesidades de hom
geográfico y otras características diferenciadoras "subyacen a la forma y
bres y mujeres son consideradas iguales en el momento del diseñar las
estructura de sus relaciones de género reales"   (Bakker,  1 9 9 4 : :  3). Por ello,
"una auditoría presupuestal con sensibilidad al género debe incluir tanto metas y los objetivos de los programas y proyectos. En la práctica, las ne
cesidades de los hombres y las mujeres no son los mismos. Se utilizan
a los hombres
género abren  kcomo
abren  a las   m ude
  posibilidad j e r econtemplar
s " "  (Sharp,  2a0 0otros
1 :  49).grupos
Las auditorías por
sociales que argumentos como, "un poste de luz es un poste de luz para hombres y
se encuentran en desventaja, por ejemplo, los pobres. Este grupo, cada mujeres por igual". Una reflexión con lentes de género refuta esta argu
vez más numeroso en México, ha sido objeto de una auditoría para eva mentación. Todo depende de dónde se instale el poste: su impacto en una
luar el gasto público dirigido a mujeres en la pobreza (FUNDAR y el equi carretera es distinto al que puede tener si se instala en la calle, afuera de
po federal de Equidad de Género 2000); y en Sudáfrica se han realiza una fábrica en la cual las obreras trabajan en horarios nocturnos, por ejem
do monitoreos considerando el sexo, la clase y la raza (Budlender, 1996 plo, en Ciudad Juárez, México.
1 9 9 7 ,,   1998). El estableci miento de la relevancia específica de género requiere del
La   ceguera'al 
La ceguera'al  género y a otras características diferenciadoras, como la de  la
análisis de  la   condición de los hombres y las mujeres, en términos de las
diferencias específicas en el mercado laboral, en sus roles sociales y en la
y la   clase, impiden darse cuenta de que el presupuesto público tiene
etnia y la
un impacto diferenciado para hombres y mujeres, así como para otros gru economía, en relación con sus niveles de riqueza e ingreso. Si el programa
pos sociales en desventaja. El papel del presupuesto es satisfacer deman (o proyecto) puede tener un impacto diferente para hombres y mujeres,
das primarias y secundarias del ciudadano común, "con frecuencia se  se   su  entonces éste tiene relevancia de género y, por lo tanto, las acciones implí
pone que los presupuestos y las políticas de gobierno afectan a todos más citas y sus resultados deberían incluir la equidad de género como un pro
o menos por igual;   sirven al 'interés
al 'interés p
 p ú b l i c o ' y
  y a las necesidades de la perso- blema que debe tomarse en cuenta.

268 DEBATES SOBRE MASCULI NIDADES EL   G É N E R O E N LA POLÍTIC A P Ú B L I C A   Y  SU   V Í N C U L O CON EL PRESUPUE STO


269

Al gunas áreas donde un enfoque de equidad de género es relevante objetivo de combatir la pobreza, pero no analizan las diferencias y desi
las  s i g u i e n t e s :
pero ignorado son las s 2
gualdades por sexo dentro de la pobreza y extrema pobreza. Se da por
supuesto que la política es neutral respecto al género y que va a beneficiar
Vivienda:   las mujeres, en promedio, tienen menores ingresos que los por igual a hombres y mujeres, sin tomar en cuenta que ésta afecta de
la mayoría   de las familias 
hombres; también son jefas de familia en la mayoría familias  m o n o - manera diferente a los diversos grupos sociales de la población. Aunque se
parentales. Entonces, los programas o proyectos de vivienda pública debe puede argumentar que en términos de niveles de ingreso hay mayor igual
rían tomar en cuenta sus necesidades de cercanía a transporte público dad entre mujeres y hombres pobres que en otros grupos sociales, siguen
mercados, escuelas y necesidades de mayor seguridad. existiendo diferencias respecto de sus necesidades, principalmente a cau
Transporte: las
Transporte:  las mujeres utilizan el transporte públi co con más frecuencia sa de que las mujeres cumplen el papel de reproductoras.
que los hombres (llevando niños a la escuela, realizando compras, visitan El problema de fondo que presentan las políticas gubernamentales
do clínicas, haciendo trámites, etcétera);  lo s hombres viajan al trabajo una con una pretendida perspectiva de género, es que no nacen con ese propó
vez por día. sito. A las políticas económicas, sociales y demográficas, entre otras, se les
Menos mujeres son dueñas de carros, y el número de mujeres que incorpora el concepto de género de forma forzada, sólo en aquellos objeti
poseen una licencia de manejo es menor al de los   h o m b r e s . vos, metas y líneas de acción donde se pueda incluir a las mujeres, respon
Turismo:   un alto porcentaje de mujeres trabaja en el sector de turismo,
Turismo: diendo generalmente a los roles tradicionales que cumple la mujer. Por
aunque no están en los puestos de gerencia, y la mayoría de los(las) em ejemplo, en la política de población se tiene como meta reducir el creci
pleados (as) del sector tienen las prestaciones mínimas o ninguna presta miento demográfico; en estas políticas se incorporan acciones dirigidas a
ción extra. ¿Qué actividad institucional podría revertir esta situación? Los las mujeres porque ellas son consideradas las principales responsables de
programas o proyectos que promueven el turismo familiar benefician eco la reproducción, y se plantean acciones de planificación familiar dirigidas,
nómicamente más a las mujeres. en su mayoría, a la población femenina.
Si las políticas de planificación familiar nacieran con enfoque de gé
Aun cuando se localizan programas donde existen gastos dirigidos a nero, las metas, objetivos y líneas de acción serían diferentes: en primer
las mujeres (etiquetados para mujeres), quedan muchas tareas pendientes lugar, se mostrarían las diferencias entre hombres y mujeres en el control
por  realizar en la inclusión de la perspectiva de géner o. En lo que se refiere de la reproducción de la pareja; y, en segundo, se propondrían objetivos,
a los programas de Progresa, en México, existe un vacío conceptual y ope metas y acciones que impulsaran la responsabilidad de ambos en la repro
rativo en el enfoque de género en la política de combate a la pobreza extre ducción, y no solamente de las mujeres; con ello se impulsaría la equidad
ma, por lo menos en las reglas de operación. Pocos son los que reconocen
las necesidades e intereses de las mujeres, la mayoría se apoya en los roles de género y la reducción del crecimiento demográfico.
La ceguera al género en las políticas públicas se concreta en el proceso
tradicionales de éstas dentro de la división sexual del trabajo, otros más no presupuestario, pues la mayoría de las acciones no hace visible el impacto por
reconocen ni valoran su trabajo en la economía (para mayor detalle ver género. En parte, esta ceguera al género surge debido a que los indicadores,
Vinay,   2 0 0 1 ,  y Martínez, 
Martínez,  2 0 0 1 ) . aun para programas sujetos a reglas de operación (que, de acuerdo con el
categorías   presupuéstales 
Incluso cuando en algunos programas o categorías  presupuéstales  pue Decreto Aprobatorio del Presupuesto de Egresos de la Federación para
den existir algunas variables de género, como la leyenda de mujeres o nú 2003), tienen que reportar este año sus datos desagregados por sexo; no
de  beneficiarías, 
mero de  beneficiarías,  estos programas no han sido creados para responder especifican cuántos hombres y cuántas mujeres se benefician del gasto.
a las necesidades prácticas y a los intereses estratégicos de las mujeres, ni Por ejemplo, en la actividad institucional "proporcionar servicios educati
para impulsar la equidad de género. De entrada, no existe un diagnóstico vos", la meta es dar acceso a la educación básica, media, media superior y
vos , la meta es dar acceso a la educación básica, media, media superior y
que muestre las diferencias y desigualdades entre hombres y mujeres; en el superior para niños y jóvenes; el indicador de esta meta es el porcentaje de
la diferencia   de clase, es decir,
mejor de los casos, existen diagnósticos de la diferencia la población en el rango de edad entre 4 y 24 años, en relación con el núm ero
de la población pobre y en extrema pobreza, lo cual es relevante dado su de alumnos registrados en el sistema educativo nacional. Si este indicador
se desglosara por sexo, permitiría conocer el impacto por género de este
2
Traducido   del  National Development 
Traducido Development  Plan,  Irlanda.
gasto.

270 EN LA POLÍTICA PÚBLICA Y SU VÍN CULO CON EL PRES UPUES TO


271
DEBATES S O B R E  M A S C U L I N I D A D E S

DE INVESTIGACIÓN   EN LOS ANÁLISIS DEL PRESUPUESTO


LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN •El proyecto
•El proyecto parte de un diagnóstico general o  i n t e g r a , de
, de manera explí
PÚBLICO EN MÉXICO, DESDE UNA PERSPECTIVA DE GÉNERO c i t a ,,   las necesidades específicas de las mujeres?
íTipo
íTipo   de involucramiento de  de  las
las   mujeres:
Las experiencias desarrolladas en otras naciones, especialmente en Aus-  i a) Individual
tralia 
tralia   y Sudáfrica, han representado el punto de apoyo metodológico para   I .- 
.-  b) Colectivo
la realización de análisis en  en   nuestro, raís.... 
raís....  ' c J " i ^ ü ^ 6 ' V M J 3, u

En   2 0 0 1 ,  varias autoras de dos organizaciones de la sociedad civil 6. Tipo


Tipo de participación de las mujeres
FUNDAR, Centro de Análisis e Investigación y Equidad de Género y   Cíu a) Instrumental. Utiliza los roles tradicionales de la mujer dentro de la
dadanía, Trabajo y Familia, A. C, dieron a conocer dos trabajos sobre eva ^  alimentación, salud y reproducci ón de la familia.
luaciones de la política pública desde una perspectiva de género:   Mujeres  b)  Invisibilizada.
 Invisibilizada.   La mujer no es convocada, no participa y no recibe
 y  pobreza. El presupuesto de l gasto social focalizado, visto desde la perspecti- beneficios.
va de género   (Vinay et  al. ,  2001) 
2001)  y  Programa de ampliación de cobertura y el
•  c) Trabajado
Trabajadora.
ra. Generadora de ingresos
ingresos mediante proyectos productivos.
 presupuesto federal: un acercamiento al paquete básico de los
los   servichs  de
d) Gestoras comunales. Extensión de su rol femenino como proveedora
 salud desde la perspectiva de
de   género  (Martínez, 2001).
de   servicios 
de servicios  comunales.
El primer estudio constituye, básicamente, un análisis más detallado
e) Sujeta de cambios. Confrontan la subordinación  y  redistribución de
del realizado por FUNDAR y Equipo Federal de Equidad de Género  ( 2 0 0 1 ) ,
los roles de género.
sobre los programas de combate a la pobreza extrema (ver FUNDAR, y
para l as
7. Efectos positivos para l as   mujeres:
Género,  2 0 0 1 ) , ,  sobre los cuales se menciona los siguientes
Equidad de Género, 
a) Mejora sus niveles de vida.
aspectos para proporcionar un panorama completo de la metodología
b) Fortalece su posición dentro de la familia.
desarrollada:
c) Fortalece su posición dentro de la comunidad.
d) Promueve la organización.
analizaron   úni ca ment e 
• Se analizaron e  aquellos programas que llegan directa e) Fomenta el aumento de la autoestima.
mente a beneficiarios directos, como personas, familias o grupos f) Se les reconoce como personas con derechos.
organizados, mas no como comunidad en general, porque su nor- g) Promueve la igualdad de oportunidades.
matividad   no permite ver diferencias por sexo (Vinay  et al, 
matividad al,  2 0 0 1 :  18). h) Genera empleo femenino.
• Se diseñó un inst rumen to de análisis que permitiera evaluar, con
su  normativídad (lincamientos 
base en su  (lincamientos  de
de   o p e r a c i ó n ) , ,  cada uno de 8. a)
Efectos negativos
Aumenta paradelastrabajo.
su carga mujeres:
los programas dirigidos a beneficiarios directos e identificables. Por b) Deteriora sus condiciones de vida.
su importancia en la metodología de las evaluaciones de las políti c) Refuerza los roles tradicionales.
cas públicas con enfoque de género se reproduce a continuación: d) No reconoce su aportación económica.
e) No reconoce el trabajo en la comunidad.
Instrumento utilizado por FUNDAR y Equidad de Género para evaluar 9. ¿Contiene indicadores de género?
los programas de combate a la pobreza:
El uso de esta herramienta permitió identificar cómo los programas
de combate a la pobreza, su estructura, los montos asignados, las reglas de
1.   Tipo de proyecto: operación, sus indicadores de gestión y su componente de género, pueden
a) Productivo o no mejorar las condiciones de vida de las mujeres y, por lo tanto, si   los
b) Desarrollo de la comunidad programas pueden ser considerados de éxito, en el sentido más amplio de
capacidades hu manas _
c) Desarrollo de capacidades hu '"ioítaiecer  ta: posición" sociai a e h a ^ r t c J j e r e /
1 J

2. ¿El programa contiene un enunciado respecto del "enfoque de género"? Esta herramienta también se utilizó para el análisis del paquete básico
3.   ¿Se estipula  el 
estipula  el  porcentaje mujeres   beneficiarías?
de mujeres  de los servicios de salud, el cual cuenta con todas las   características de
características de un

272 DEBATES S O B R E  MASCULINIDADES EL GÉNERO EN L A P O L Í T I C A P Ú B L I C A   Y   SU   V Í N C U L O CO N EL PRESUPUES TO


273

programa de combate a  a   la 


la  pobreza. El diseño de este instrumento repre • Mujer(es)  
Mujer(es) •  Femenil 
Femenil  •  Adolescentes
senta un avance de suma importancia en la construcción de la metodolo • Niña(s) 
Niña(s)  •  Femenina 
Femenina  •  Ellas
gía para evaluar las políticas públicas desde el enfoque de género. La pro • Madres 
Madres  •  Campesinas 
Campesinas  •  Las aceptantes
puesta general de la aplicación de este método de análisis se   enriquece • Embarazada 
Embarazada  • P roductoras 
roductoras  •  Viudas
con un instrumento que  que   ayuda 
ayuda  a responder la principal pregunta de este • Enfermeras 
Enfermeras  •  Género 
Género  •  Divorciadas
método:   ¿las 
método: ¿las  políticas tienden a reducir, incrementar o mantener la ine- • Trabajadoras 
Trabajadoras  •  Usuarias
quidad por sexo?
Los datos y los hallazgos reportados en las experiencias realizadas en Asimismo, se incluyó la palabra género que, aunque no se refiere es
nuestro país representan un avance en materia de gasto gubernamental y pecíficamente a las mujeres, sí denota un gasto dirigido a ellas o para im
política pública desde una perspectiva de género, así como en la genera pulsar la equidad entre hombres y mujeres.
ción dehaestrategias
mente sucedido.para No mejorar
obstante,la todavía de   las 
situaciónquedan lasmuchas
  mujeres,tareas
comopendien
segura La localización de palabras clave se hizo en las categorías prog ramáticas
cuadro  1) 
(ver cuadro  1)  y en los indicadores estratégicos de los documentos de la
tes, por ejemplo, evaluar la metodología propuesta por Budlender y Sharp cuenta pública elegidos para la revisión. Todo esto/:on la finalidad de ubi
Alien  (1998) 
con Alien  (1998)  para clasificar el presupuesto en las tres categorías gene car los gastos y clasificarlos en las tres categorías propuestas por Budlender
rales; aplicar los otros cinco métodos de análisis más finos propuestos por y Sharp (1998):
Elson
Elson   ( 1 9 9 8 ) ; y
; y realizar evaluaciones de otras políticas públicas, entre ellas,
la política de empleo y el combate a la violencia   intrafamiliar,  las cuales son • Gastos destinados a mujeres y hombres, grupos de mujeres y varo
igualmente importantes para mejorar la situación de las mujeres en condi nes, y niñas y niños (etiquetado para mujeres).
ciones desfavorables, y para  para   impulsar 
impulsar  la equidad de género.
promover   oportunidades 
• Gastos dirigidos a promover  oportunidades  equitativas de empleo
en el sector público.
• Resto del gasto o gastos generales.
L  A N Á L I S I S 
I N F O R M E D E L  S  P R E S U P U E S T A R I O
CON UN ENFOQUE DE GÉNERO
CU A D R O 1
En este apartado se proporcionan algunos resultados de la investigación
periodo  2 0 0 0 - 2 0 0 2 ,   relativa al análisis con enfoque de
realizada en el periodo  3
Categorías programáticas usadas en los dos ejercicios
género de la cuenta pública 2000. de la Cuenta Pública de 2000

Clave Denominación
METODOLOGÍA
F Función
En primer lugar, se revisaron los siguientes documentos contables: Ejerci SF Subfusión
cio Económico Programático del Gasto Devengado, Ejercicio Programático PS Programa sectorial
del Gasto Devengado y el Análisis Programático de las Instituciones del
PE Programa especial
Gobierno Federal y de las del sector Paraestatal de Control Presupuestario
Directo, utilizando como palabras clave todos los sustantivos, pronombres AI Actividad  institucional

o artículos unidos a sustantivos, que hicieran referencia a las mujeres y PY Proyecto


tales  como:
niñas, tales  UR Unidad responsable

Fuente:  SHCP.  Cuenta Pública, Ejercicio programático económico del gasto devenga
do del gobierno federal y Ejercicio programático del gasto devengado   del  gobierno
3
 Proyecto  Conacyt,  número 34960-D de 2000 a 2002. federal, 2000.

274 DEBATES E 
S O B R E  MASCUUNIDADES 275
EL   G É N E R O E N LA POLÍTIC A PÚBLICA
A   Y  S U VÍNCULO CON EL PRESUPUESTO

Los gastos localizados mediante dichas palabras clave se clasifica Para la localización de los gastos dirigidos   al   desarrollo de acciones
ron en la primera categoría, etiquetados para mujeres. Conforme se positivas, se realizó una revisión más detallada, se leyeron los objetivos e
fueron localizando estos gastos etiquetados para mujeres, se observó que había indicadores estratégicos que presenta el Ejercicio programático del gasto
otros que también estaban dirigidos a las mujeres y niñas, y que no eran devengado del gobierno federal y de organismos y empresas paraestales de
propuestas  i n i c i a l m e n t e , ,  pero que sí
identificables con las palabras clave propuestas  control presupuestario directo, para ver si algunos de éstos contenían gas
estaban destinados a beneficiarlas individualmente, en su persona. Por lo tos para impulsar la equidad de género.
que se decidió incorporar nuevas palabras clave que estuvieran vinculadas Con las modificaciones anteriormente señaladas, el gasto con pers
con las mujeres, en su persona y en algunas tareas asignadas socialmente pectiva de género se clasificó en las siguientes cuatro categorías:
a ellas; éstas se mencionan a continuación:

• Leche materna • Métodos anticonceptivos 1.   Gasto dirigido directamente a mujeres, niñas y grupos de mujeres y niñas.
• Lactancia materna • Violencia   intrafamiliar
Violencia 2. Gasto dirigido indirectamente a mujeres, niñas y grupos de mujeres y
Cáncer  cérvico 
• Cáncer  cérvico  uterino • Violencia familiar niñas.
mamario 
• Cáncer mamario  ' • Gestante 3. Gasto destinado a acciones positivas que impulsan la equidad de género.
• Materno-infantil • Maternidad saludable 4. Gastos generales o resto del gasto.
• Posparto • Mortalidad materna
• Perinatal • Mortalidad perinatal Esta clasificación se realizó en tres niveles de análisis: gasto total, gas
• Métodos anticonceptivos Neoplasias • Papanicolau to no programable y gasto  gasto   p r o g r a m a b l e .
•  Colposcopia 
Colposcopia  y  mastografia • Obstetricia Una vez clasificado el gasto del presupuesto público desde una pers
• Prenatal • Ginecología pectiva de género, se procedió a responder a las preguntas: ¿quién gasta?,
• Salud reproductiva • Albergues  matemos
Albergues  ¿en qué se gasta? y ¿para qué se gasta? Las respuestas se buscaron sólo en
• Tamiz neonatal • Planificación familiar los gastos clasificados dentro de los dirigidos (directa o indirectamente) a
• Partos • Guarderías las mujeres; y en acciones positivas para la equidad de género. No se con
• Abortos • Estancias para el bienestar sideraron los gastos generales porque no se podía identificar a los benefi
• Embarazo por  sexo.
ciarios por 
y desarrollo infantil
• Puerperio La primera pregunta ¿quiénes gastan?, se respondió revisando todos
de  la
los ramos de  la   dimensión administrativa mencionados en el cuadro   1.
Los gastos ubicados mediante estas palabras se clasificaron como gas Para responder a la pregunta ¿en qué se gasta?, se   revisó
revisó   el Ejercicio
tos indirectos. Así, la clasificación del gasto en las tres categorías propues Económico Programático del Gasto Devengado, donde se presenta infor
Sharp   (1998) 
ta por Budlender y Sharp  (1998)  fue modificada, se incluyó un nuevo gru mación relativa a los montos gastados por capítulo del gasto corriente y
po de gastos, denominado gastos indirectos. Cabe señalar que dentro de gasto de capital. Los gastos que se tomaron en cuenta fueron los clasificados
este grupo se incluyó el destinado a Progresa, no porque esté dirigido a por capítulo, se omitió el gasto corriente y de capital, porque   el el   nivel de
beneficiar directamente a las mujeres, sino porque en las reglas de opera agregación de está información no permite relacionar el gasto con el bene
ción se específica que las mujeres son las únicas que podrían recibir la ficio para las mujeres.
cantidad de dinero otorgada por el programa. Para contestar a la pregunta ¿para qué se gasta?, no se consideró el
En relación con los gastos dirigidos a promover oportunidades equita criterio   del gasto; es decir, las cuatro funciones: gobierno, pro
sector  p ú b l i c o , ,  en las tres fuentes consultadas no se
tivas de empleo en el sector  ductiva, desarrollo social y gasto no programable; en su lugar, se revisó la
registró ningún gasto con este propósito. Se consultó el informe  d e   gobier categoría programática denominada actividad institucional, porque en ésta
no, ahí se presenta información sobre empleo en el gobierno federal y se especifica la acción desarrollada con el ejercicio del gasto público que
capacitación en el sector público, pero no se especifica por sexo. En este permite mostrar el objetivo del gasto.
contexto, se decidió que en esta categoría se incluyeran gastos destinados Como ya se mencionó, también se revisó el Análisis Programático en
a  realizar   acciones positivas tendientes a impulsar la  equidad  de   género. todos los ramos de la clasificación administrativa, para conocer los   m o t i -

276 EL 
EL  G É N E R O EN L A   P O L Í T I C A P Ú B L I C A 
A  ¥ SU VÍN CU LO CON EL PRESUPUE STO
277
DEBATES E 
S O B R E  MASCUUNIDADES

vos por los cuales variaron los gastos  gastos  destinados 


destinados  directa e indirectamente a mortalidad   h o s p i t a l a 
centaje de ocupación hospitalaria y tasa ajustada de mortalidad 
las   m u j e r e s . .  Durante esta revisión, se encontró que en los análisis progra ria, sin que se desglose la información por sexo, lo que imposibilita un
máticos de algunos ramos administrativos se mencionaban acciones diri análisis de qué tanto aprovechan este servicio hombres y mujeres.
gidas directa e indirectamente a las m las m u j e r e s , ,  que no aparecían en las cate Además de la falta de información por sexo, la carencia de datos sobre
programáticos  c o n s u l t a d o s ; ;  en la mayoría
gorías referentes a los ejercicios programáticos  el
el   universo de hombres y mujeres, objeto del beneficio del programa o
de éstas no se especificaba el monto, muy pocas presentaban este dato, así proyecto, no permite usar indicadores para mostrar si estos gastos tienden
como el número de beneficiarias, por lo que no se pudo analizar el monto a cerrar o abrir las brechas por género. Se ilustra esto con un ejemplo
por cada una. concreto: los indicadores de la Secretaría de Educación Pública mencio
No obstante estas limitaciones, s e consideró que la sistematización de nados en la primera sección.
la información por género era importante porque expresaba, de alguna

manera, cómo el gasto público se concretaba en acciones tendientes a


mejorar la situación de las mujeres o a impulsar la equidad entre hombres E L   V O T O 
O  Y   LO S  P R O G R A M A S D I R I G I D O S 
S  A   L A S M U J E R E S
y mujeres; este último propósito mediante acciones positivas. Para alcan /
zar tal fin, las acciones se clasificaron en tres categorías: José  Ayala   señala que "el político enfrenta disyuntivas en sus elecciones y
José Ayala
decisiones y sabe que no todos los electores votaron por un único proyecto
1.   Acciones dirigidas directamente a mujeres, niñas y grupos de mujeres y de presupuesto público  [...]  sino que en el mejor de los casos ganó por
niñas. mayoría, y a veces muy divida. Así que políticos y burócratas deberán to
2. Acciones dirigidas indirectamente a mujeres, niñas y grupos de muje mar decisiones que consideren la situación económica y política general,
res y niñas. más allá de las relacionadas con el presupuesto público" (Ayala, 2000:
3. Acciones destinadas a acciones positivas que impulsan la equidad de 297). Hoy en día, los partidos políticos no pueden ignorar el voto femeni
género. no, y es de suponer que en números crecientes, las mujeres mexicanas
ya no votan automáticamente siguiendo la decisión de sus maridos; esta
situación los lleva a considerar la satisfacción de las "necesidades especí
L I MI T A CI O N E S E N L O S A L CA N CE S D E L A I N V E S T I G A CI Ó N ficas" de las mujeres, si desean contar con su voto.
Una "femócrata" australiana proporciona el ejemplo concreto de una
Uno de los grandes obstáculos en los análisis del presupuesto público iniciativa para la obtención de votos. Con base en una encuesta sobre la
con perspectiva de género es que no se presentan, en forma generaliza fuerza de trabajo en su estado, observó un incremento grande de mujeres
da, los probables beneficiarios y su sexo. En varias dependencias se infor que trabajan tiempo parcial y una severa escasez de apoyos para el cuidado
ma sobre el número de mujeres beneficiadas, pero no el de los hombres; de los niños. Se diseñó un programa de horarios prolongados para las es
por ejemplo, en la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, cuelas, que beneficiaría a 4 100 niños y niñas, con un costo de menos de
Pesca y Alimentación (SAGARPA), se señala que en el Programa de mujeres un millón de dólares.
en desarrollo rural, 22 119 mujeres se beneficiaron del gasto dirigido a "Cuando traducimos esto en votos, cosa que hago a menudo con el
proyectos productivos, en tanto que en el resto de programas no se especi digo:  'Tenemos 
secretario, le digo:  'Tenemos  4 000 niños, entonces, 
entonces,  pot enci al ment e 
e  son
fica el número de hombres favorecidos. En algunos casos, se señala el 12 
12  000 votantes si consideramos al padre, a la madre y a otta persona de
número de "beneficiados", pero éstos pueden ser hombres y mujeres. la familia que vea el beneficio de la medida, y gastando sólo un millón
la familia que vea el beneficio de la medida, y gastando sólo un millón
P or ejemplo, el proyecto Equipamiento Rural fue aprovechado por de   d ó l a r e s . '  Ningún otro programa les puede rendir el beneficio de vo
de
915   000 "productores", pero no se especifica cuántos son hombres y cuán con  S herry, 
tos dólar que éste logra" (entrevista con  herry,  citado por Eisenstein,
tas mujeres.
1996: 49).
Una limitación más de la falta de información por sexo es que impide
impacto   diferenciado 
mostrar el impacto  diferenciado  entre hombres y mujeres; por ejemplo, se
reportan indicadores como el índice de concentración de consultas, por-

278 DEBATES S O B R E  M A S C U L I N I D A D E S F GÉNERO  EN   LA POLÍTICA PÚBLICA Y   SU   VÍNCULO CON EL  PR E SU PU E ST O 279

CONCLUSIONES mental. Asimismo, contribuyen a la transparencia en los procesos conven


cionales de revisión del gasto público.
Los esfuerzos por realizar ejercicios de presupuesto con perspectiva de
género representan un avance en la gran tarea de impulsar acciones que
hagan visibles los impactos del gasto público destinado al beneficio de la BIBLIOGRAFÍA
población de hombres y ala población de mujeres. Una consecuencia po
sitiva es que estas acciones conduzcan al diseño de políticas y gasto públi AYALA,  José.
2000. Mercado,  elección pública
 Mercado, elección  pública e instituciones. U na  revisión de l as   teorías
co de acuerdo con las necesidades e intereses de las mujeres, y que fo modernas del de Economía-ÜNAM/Porrúa/AEFE.
modernas del Estado.  México, Facultad de Economía-ÜNAM/Porrúa/AEFE.
mente n la equidad de género. Los resul tados de las investigaciones y la  Isabella   (ed.). 1994.
BARKER  Isabella (ed.). 1994.  The Strategic Silence: Gender and Economic   Policy.
lista de acciones, como los que se presentan en este trabajo, por sí solos no Londres, Zed Books/North-South Institute.
van a conducir a cambios en los montos de dinero asignados a las mujeres, BUDLENDER, Debbie  Debbie  (ed.). 
(ed.).  1997.  The Women's Budget.  Ciudad de El Cabo,
los cuales logren disminuir la diferencia con los montos asignados a los Africa  (IDASA).
Institute for Democracy in South Africa (IDASA).
hombres, porque en la mayoría de las políticas públicas, en la planeación, .  (ed.).  1998.  The Women's Budget.  Ciudad de El Cabo, IDASA.
(ed.). 
pero sobre todo en el proceso de presupuestación, aún existe una ceguera (ed.).   1996.  The Women's Budget.  Ciudad de El Cabo, IDASA.
BUDLENDER, Debbie, Rhonda SHARP y Allen KERRI Allen  KERRI   1 998. How to Do a  Gender-
respecto de la perspectiva de género.
Sensituve Budget Analysis: Contemporary Research and Practice.   Londres,
En la política pública se expresan acciones específicas dirigidas a las Commonwealth Secretariat y AusAid.
m u j e r e s , ,  muchas de las 
las   c u a l e s , ,  en lugar de impulsar la equidad de género, Compilación.  1 984. "Plan
DGAJ. Departamento de Compilación.  984. "Plan Nacional de Desarrollo 2000-
reproducen la subordinación o el papel tradicional de las mujeres. En el México [mimeo].
2006". México [mimeo].
documento rector de la política pública en México,  México,   el 
el  Plan Nacional de DYE, Thomas. Understanding
 Understanding   Public Policy. Nueva Jersey, Englewood Cliffs.
Desarrollo 2000-2006, existe un solo objetivo relacionado explícitamente Diane.  1 998.  Integrating 
ELSON, Diane.  Integrating  Gender Concerns into 
into  Macroeconomic 
Macroeconomic  Policies.
con las mujeres, pero no cruza todas las acciones del gobierno. into National Budgetary
 Integrating Gender Issues into National  Budgetary Policies and Procedures within
Esto mismo se observa en el presupuest el  presupuest o 
o  de egresos, donde se regis the Context of Economic Reform: Some Policy Options. G ender  Mainstreaming
tran datos sobre el gasto únicamente en los programas y proyectos explíci Commonwealth Strategies on Politics, Macroeconomics and Human Rights. Lon   Lon
tamente dirigidos a las mujeres; en el resto de la información sobre el dres, Commonwealth Secretariat.
éste   beneficia  ElSENSTEIN,   Hestor. 1996.  Inside Agitators, Australian Femocrats and the State.
ElSENSTEIN,
gasto se omite si éste  beneficia  por igual a mujeres y a hombres.
Estados Unidos, Temple University Press.
La política pública y la presupuestación están estrechamente relacio
FUNDA
DAR R y Equipo Federal de Equidad de Género. 200 i. "Resultados preliminares
nadas: si en la política pública no existe una visión con perspectiva de de la investigación a nivel federal sobre presupuesto para combate a la pobre
género, tampoco existirá en la elaboración de presupuestos. za bajo una perspectiva de género", presentación en Power Point, disponible
La estructura programática tiene candados preestablecidos que, en la en   < http://www.fundar.org.mx > .
en
situación actual, hacen poco probable visualizar el impacto del gasto en MARTÍNEZ, María Concepción.   2 0 0 1 . "El Programa de Ampliación de Cobert ura y
parte,   y, 
hombres y mujeres, por una parte,  y,  por otra, dificultan la inclusión de un  acercamiento al
el presupuesto federal: un acercamiento los  senarios de
 al paquete básico de los senarios  de
recursos orientados a satisfacer las necesidades de las mujeres, con la fi salud desde la perspectiva de género". México, Fundar/Centro de Análisis e
plazo,   sólo 
nalidad de cerrar las brechas entre géneros. En el corto plazo,  sólo  podría Investigación y Equidad de Género: C iudadanía, Trabajo y Familia,  Familia,  A.C.
informarse cuántos hombres y cuántas mujeres se están beneficiando del PETREI,   H u m b e r t oo..  1997.  Presupuesto y control. Pautas de reforma para América
PETREI,
gasto público, si las acciones emprendidas indican específicamente la po  Latina.  Banco Interamericano de Desarrollo.
blación beneficiada; sólo así existe la posibilidad de mostrar el impacto SHARP, Rhonda.  2 0 0 1 . Economía y política de la auditoría de presupuestos guber
por género. namentales según sus efectos de género",   Investigación Económica  236, vol.
LXI  México, abril-marzo, pp. 45-75.
No obstante estas limitaciones, los ejercicios de presupuesto público
Vi  NAY, Claudia
 Claudia et
 et al. 2 0 0 1 . Mujeres y pobreza: el presupuesto del gasto social focalizado
con enfoque de género promueven una variedad de reformas en el sector visto desde la perspectiva de género.   México, Fundar/Centro de Análisis e In
público tendientes a fortalecer el vínculo entre políticas públicas y presu vestigación y Equidad de Género: Ciudadanía, Trabajo y Familia,  A . C , ,  no
puestos, así como entre los efectos de las políticas y del gasto guberna- viembre.

ML AA SI NCVUELSI TNI IGDAACDI Ó,  NI NSTOI MCIIDAAL D: SYU SP OALPÍ OT IRCTAESS , PLÚÍ BMLI TI CE AS S .
Y DESAFÍOS

Elsa   Guevara  Ruiseñor' '


Elsa 1

INTRODUCCIÓN

Para especialistas y legos es un hecho que  la  información generada por  la


investigación social debe ser un insumo de primer orden en el diseño de
políticas públicas y, según la información vertida por los medios, cabe ad
mitir que nuestro país marcha con paso firme en esa dirección. Por una
parte, se anunció que el Centro Nacional para la Prevención y Control del
Sida (Censida) emprenderá una nueva campaña de información para pro
1 2

mover
de el uso  d e   de
la  Secretaría c o nSalud
d ó n ,  donde
y además se publicó
se señala un comunicado
la firma de un conveniode  pcon
r e n slaa
Universida d Na cion al A ut ón om a de México para reali realizar
zar,, por primera vezvez
en el país, la Encuesta Nacional de Salud Reproductiva. En el primer
caso, se habla de utilizar el conocimiento generado por la investigación
social para diseñar una campaña que rompa las resistencias de los hom
bres para prote gers e y pro teg er a su pareja y, en el se gun do caso, se trata de
generar información que permita orientar las políticas públicas y las estra
tegias de los programas de atención.
Hasta aquí, parecería que  sólo  necesitamos generar investigación de
calidad para apoyar el diseño de políticas públicas y darlas a conocer a

quienes toman decisiones, a fin de encauzar las  acciones  en cierta direc


ción, pero el panorama es bastante más complicado. Por esos mismos
días se publicaron otras  n o t i c i a s   que mueven a desánimo y muestran  la
3

verdadera dimensión del problema. En una de ellas se indicó que la Secre


taría de Educación Pública y el Instituto Municipal de la Mujer de León,
Guanajuato, imparten una serie de talleres a adolescentes de todas las

*Maestra  en psicología social, profesora de carrera en la FES-Zaragoza,   UNAM.


1
  En esta campaña se resalta que, "efectivamente, con el preservativo  'no  se siente lo
mismo   [...] No
mismo [...] No se siente angusti
 angustiaa ni inseguridad y tampoco  incertidumbre', debido a que
usaste  condón,  estás  relajado, te protegiste"  (La Jornada,  21  de octubre de 2002).
2
  Comunicado de prensa, núm.  191, Secretaría de Salud, 30 de octubre de  2002.
3
  La Jornada, 23, 29 y 30 de octubre; 8 de noviembre del 2002.

[281]

282 -ULIMDAD,   INTIMIDAD y  POLÍTICAS 


POLÍTICAS  PÚBLICAS  LA   INVESTIGACIÓN  SOCIAL 283
Di BATES 
BATES  SOBRE  MASCULINOj[
NOj[

escuelas públicas y privadas, para promover la abstinencia sexual  sexual  entre contramos con una gama muy variada de enfoques y distintos niveles de
en el argumento
los y las adolescentes, basados en el  argumento de que el sexo es un  evasor • análisis,  de maner a que resulta difícil
difícil obtener una perspectiva general so-
de la realidad y de que el sexo impide que la energía se vaya al  c e r e b r o .  En 4
í bre
bre   qué es lo que hasta ahora ha aportado la investigación y lo que aún nos
otra información, se reprodujeron las declaraciones de la directora general ¿falta
¿falta conocer.
 conocer. En segundo lugar, no queda muy claro cómo podemo s utili
del Sistema Integral de la Familia  ( D i F ) ,  donde afirmó que realizaría, junto za r ese conocimiento para legitimar propuestas derivadas de la equi dad de
con la fundación Vamos México, un diagnóstico sobre la familia, pues, g é n e r o ,  pues en la investigación
5
investigación sobre los hombres y las masculinidades,
argumentó, las investigaciones emprendidas por el Consejo Nacional  d e el género, como categoría de  de  análisis, 
análisis,  está todavía e
todavía e n  un proceso de cons
Población y el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática trucción y redefinición
redefinición teórica, de manera que la masculinidad se usa tan
no revelaban la dinámica familiar y, por ello, se requerían estudios más to en sentido descriptivo como analítico. Así, Así, vemos que la masculi nidad
cualitativos. es utilizada como sinónimo de   hombres,  también se usa para referirse a un
Como bien sabemos, en el diseño de una la política pública convergen conjunto de atributos o rasgos de personalidad (fuerte, violento,
violento, insen si
un conjunto de fuerzas e intereses, donde el peso de cada sector deriva de ble), para destacar ciertos roles sociales (proveedor, mujeriego) y para ha
la voz que las estructuras de poder conceden a determinados actores socia cer referencia a una categoría sobre el lugar y la   /osición 
/osición  social que ocu
les; así, la investigación funciona como un mecanismo que permite a   las pan los hombres en el marco del orden de género. En tercer lugar, nos
distintas fuerzas sociales dar mayor peso a sus propuestas y legitimarse encontramos ante un escenario marcado por el ascenso político de la dere
ante sus oponentes. Hasta ahora, el relativo éxito en la incorporación de la cha que hace muy difícil dar un paso adelante e, incluso, sostener los
perspectiva de género en las políticas públicas se ha apoyado en cuatro avances conseguidos en El Cairo y Beijing, pues muchos de los compro
actores clave para impulsar sus propuestas: los organismos internaciona misos adquiridos son ahora omitidos o cuestionados por los grupos en el
de  las Naciones
les dependientes de las  Naciones Unidas, las fundaciones internacionales, las poder, Ante este panorama, es importante identificar cuál es el estado qu e
organizaciones feministas nacionales e internacionales y las comunida guarda el conocimiento sobre los hombres y las masculinidades, pues ahí
des epistémicas integradas por centros académicos o de investigación. Estos pueden estar, en principio, algunos de los obstáculos que pudieran limitar
últimos son considerados de la mayor relevancia para definir el curso de las posibilidades de avance. Dada la amplitud del tema, me voy a permitir
estos procesos, pues de acuerdo con especialistas (Incháustegui, 2002), el hacer un breve recuento sobre los estudios realizados en el ámbito de la
conocimiento o el saber profesional es la variable independiente más signi intimidad,  a fin de tener un diagnóstico preliminar y, desde ahí, proc eder
6

ficativa en el proceso de  de   i n n o v a c i ó n , ,  elección y elaboración de políticas; a identificar algunas posibles vías de avance. La investigación empírica
por   ello, 
ello,  las comunidades profesionales pueden jugar un papel preponde podemos   agruparen cinco
realizada en México en los últimos años ¡a podemos  agruparen cinco rubros:
rante en estos procesos, tanto por su capacidad de generar conocimiento habla   1) sobre
aquella que nos habla  1) sobre las prácticas y discursos de los homb res en
como por sus posibilidades de legitimar sus   p r o p u e s t a s . .  Esto significa que el ámbito de la sexualidad erótica; 2) sobre el amor y las relaciones de
necesitamos, por una parte, desarrollar un conocimiento y una informa pareja en los
los varones; 3) sobre su vida reproductiva (anticoncepción, abor 
ción que muestre como problema una cuestión una  cuestión   determinada y, por la otra, to); 4) sobre su lugar en la familia y su experiencia de la paternidad; 5) so
investigación  qu e  permita 
requerimos generar investigación  permita  ¡a 
¡a  creación de un discurso bre el papel de los hombres en la violencia de género.
que legitime y difunda las propuestas derivadas de ese conocimiento.
En el caso de los estudios sobre la  masculinidad, nos enfr entamos con 5
  Como  existe una abundante  bibliografía que aborda el tema de la masculinidad o de los
dificultades adicionales para cumplir estos objetivos. Por una parte, nos
dificultades adicionales para cumplir estos objetivos. Por una parte, nos
hombres sin el compromiso político derivado de la equidad de género, sólo me refiero a
encontramos con escasa investigación al respecto, pero, sobre todo, nos en- los estudios orientados a este objetivo.
6
  Vale la pena anotar que  Alatorre, Minello  y Romero (2000) realizan también una revi
sión de investigaciones, programas y acciones sobre la incorporación de los hombres en
4
  Se les dice a los y las adolescentes,  "el  sexo  sólo sirve para tres cosas, para tener hijos, las acciones de salud sexual y reproductiva, que incluye tanto las acciones estatales,
para quitar el estrés y para alcanzar la sublimación. Ustedes no van a tener hijos, no como las de las organizaciones civiles.
civiles. De hecho, este escrito se ha nutrido de ese traba
están estresados y tampoco saben qué es la sublimación, así que nada de sexo, eso es  jo, sin embargo , se consid eró necesari o hacer una síntesi s propia a fin de inco rpora r
algo grotesco. ¡Aprendan a usar su energía sexual que se va al cerebro, en lugar de rubros e investigaciones no contempladas y  tomando como eje no la salud, sino la esfera
tirarla!" (La Jornada, 23 de octubre de 2002, p. 49 ) . de  la intimidad.

284   ifjDAD INTIMIDAD


D   Y  P O L Í T I C A S P U S U C A S . L V  E S T I G A C 1 Ó N S O C I A L 285
D E B A T E S  S O B R E  MASCUUNIDAOES l L

LA S  P R Á C T I C A S 
S  Y   D I S C U R S O S 
S  EN EL 
EL  Á M B I T O ' ¡j] esdo 
 0 esdo  a conseguir y proveer los recursos para establecer el matrimonio
DE LA SEXUALIDAD ERÓTICA
|Aguilar,  1994).
í El inicio de la vida sexual es uno de los rituales de iniciación más
Los estudios realizados en este rubro muestran que, en su mayoría, los importantes en la experiencia de la intimidad en los hombres, porque re
varones sostienen un discurso bastante liberal al considerar las relaciones presenta un indicador de su ingreso a la comunidad de varones adultos, un
premaritalesy   extramaritales como prácticas que debieran permitirse; con referente muy importante de su ident idad masculi na y el inicio formal de
sideran el sexo, principalmente, como un medio para el goce y aceptan  el la experiencia compartida del  del  c u e r p o , ,  en torno a los vínculos amorosos y
derecho de las personas a decidir sobre su sexualidad; estas posturas se eróticos. Las investigaciones sobre la edad en que ocurre el primer contac
encuentran principalmente en la población urbana, joven y de mayor es to sexual coinciden en que la mayoría de los hombres en México empieza
Rodríguez,  2 0 0 0 ) . .  Sin embargo,
colaridad (De la Peña,   2 0 0 1 ;  Coronel y Rodríguez,  su   vida
su  vida   sexual más temprano que las mujeres, entre los 15 y los 17 años,
respecto de las mujeres, el discurso de los varones no es tan liberal: la con parejas que tienen en promedio tres años más que ellos. Sólo una
virginidad de las mujeres todavía es importante para muchos hombres, mínima parte utilizó condón en el primer coito  coito   (Alatorre, 
(Alatorre,  Minello y Rome
urbanas   c o m o / á r a l e s , ,  aunque la clase social marca algunas
tanto de zonas urbanas  ro, 2000; de la Peña,  Peña,  2 0 0 1 ) . .  Para algunos, la primera relación sexual se
diferencias entre unos y otros, y en la práctica muchos aceptan establecer encuentra asociada a la impaciencia y se vive como una prueba de virili
relaciones conyugales y se enamoran de mujeres que ya han tenido vida (Amuchástegui,  2 0 0 1 ) ; ;  otros
dad (Amuchástegui,  otros   la viven con un sentimiento de alegría;
sexual. Al mismo tiempo, persiste el reconocimiento de los varones como otros hablan de un sentimiento de confusión, y otros más la han vivido
sujetos de derecho en los espacios del placer y el erotismo, no así en el acompañada de violencia (Bronfman y Minello, 1995; Zavala y Lozano,
caso de las mujeres, quienes son valoradas principalmente en el ámbito de 1999). Pero, en su mayoría (92.2 por ciento), los jóvenes consideran que
la sexualidad reproductiva. Estas ideas son más acentuadas en sectores su primera experiencia sexual fue agradable o muy agradable (Encuesta
rurales, pues en las zonas urbanas es más frecuente que los varones reco Nacional de la Juventud, 2000).
nozcan el derecho de las mujeres al deseo sexual, mientras que en las Los varones en las áreas urbanas se inician más bien con amigas o
zonas rurales se considera como una prerrogativauna prerrogativa   masculina aceptar o re novias, mientras que en áreas rurales es más frecuente la iniciación sexual
pudiar a una mujer sospechosa de no ser virgen (Mesa, Muñoz y   Reyes, con trabajadoras sexuales (Rodríguez.  2 0 0 1 ;  Encuesta Nacional de la Ju
1 9 9 5 ; 
;   Rojas, 1998;
1998;   A m u c h á s t e g u i,i,  2001). ventud, 2000), aunque algunas investigaciones, como la de Amuchástegui
Todavía, el cortejo, la seducción y la inducción de encuentros sexua ( 2 0 0 1 ) , ,  señalan que los significados de la iniciación sexual están experi
les son prácticas consideradas propiamente masculinas, que otorgan po mentando una transformación: hay una menor demanda del desempeño
der y prestigio a los hombres, no así   a  las mujeres. De acuerdo con un sexual del hombre y una mayor demanda de relaciones emocionales entre
estudio realizado en una zona rural, siguen siendo los varones quienes las parejas. Sin embargo, ya iniciados en su vida sexual sexual,, las relaciones con
en su mayoría realizan el cortejo; son ellos quienes persuaden y seducen a prostitutas son más o menos frecuentes en varones de iodos los sectores y
las mujeres para acceder   a  contactos más íntimos y son ellos quienes clases sociales, si bien los hombres con mayor poder adquisitivo acuden a
deben iniciar las prácticas eróticas. Además, los varones conservan los bares,   centros 
bares, centros  nocturnos o   c a l i g i r l s   para obtener estos servicios; los   alba-
privilegios de la masculinidad como tener varias novias de manera simul ñiles
ñiles   o empleados las contactan en la calle. Se ha encontrado, además,
tánea, proponer matrimonio o presionar a las mujeres para que realicen que la mayoría (56.2 por ciento) de quienes acuden con prostitutas son
prácticas transgresoras. Aun cuando en las generaciones más jóvenes hombres casados, desde profesionistas hasta campesinos e, incluso, estu
una  actitud 
existe una  actitud  más activa de las mujeres ante el cortejo y una mayor diantes universitarios (Uribe, Hernández de Caso y Aguirre,   1 9 9 6 ; Guevara,
; Guevara,
permisividad para separar las prácticas sexuales de la reproducción, se 2002). También existen hombres que ofrecen servicios sexuales a otros
mantiene una moral social que penaliza las prácticas sexuales de las muje hombres o a mujeres, y la mayoría de quienes recurren a los servicios de
res fuera de los fines y espacios  institucionales institucionales   (Rodríguez y de Keijzer, prostitución masculina (60 por ciento) son hombres casados y casi la mi
2002). Este patrón es válido también en poblaciones urbanas, adoles años   ( U r i b e , ,  1994).
tad tiene entre 21 a 40 años 
y  e s c o l a r i z a d a s , ,  para las cuales el hombre es quien debe tomar
centes y  La   bisexualidad 
La bisexualidad  o el sexo entre varones que además tienen contacto
la iniciativa en la relación, el que debe cuidar a la mujer y quien está una   práctica 
sexual con mujeres es una  práctica  más frecuente de 
de  io
io   que abiertamente

286 ¡ U NIDA D,   INTIMIDAD V POLÍTICAS PÚBLICAS.   LA   INVESTIGACIÓN SOCIAL 287


D E B A T E S  S O B R E M A S C U U N I D A I

se reconoce; sale a la luz cuando la epidemia del sida se extiende entre Existen estudios basados en entrevistas individuales y grupales en zo-
mujeres casadas contagiadas por contacto sexual, lo que obligó a rastrear   urbanas, que permiten conoce r sobre la semántic a social del amor. En
 t ¡2S

las vías de la infección. En  En   1 9 7 6 , Carrier


, Carrier realizó una investigación en Gua uno de ellos (Guevara   R-,  1996), los hombres entrevistados se refieren al
dalajara con hombres que tenían prácticas homosexuales y detectó que   88 amor como un sentimiento más profundo, más intenso y más selectivo
por ciento de ellos había tenido relaciones sexuales en algún momento de que el cariño, pero fuertemente asociado con la vida erótica. Para sentirse
su vida con una mujer. En otra investigación efectuada en   1988  1988  (Izazola, amados, los hombres señalan que requieren de expresiones físicas y verba
Valdespino y y  S e p ú l v e d a ) , ,  encontraron una conducta similar en 56.7 por sentirse  a p r o b a d o s , ,  comprendidos y necesi
les de afecto que les permitan sentirse 
ciento de los casos. Más recientemente, los estudios de  N ú ñ e z ( 1 9 9 9 ) )  dan importante para ellos
tados por su pareja; además, es muy importante para  ellos que se les acep
cuenta de lo frecuente que resulta para los hombres (casados o con hijos), varones  expiesan 
te sexualmente. Estos varones  expiesan  amor procurando el bienestar de
que cotidianamente tienen contacto sexual con mujeres, tener sexo con su pareja, pero también se preocupan del bienestar de sus compañeras

otros hombres sin que esto se considere una práctica homosexual o bi como unalesforma
siempre de adecuada 
parece evitar conflictos
adecuada la   formay en
  la de que
generar eventoslesplacenteros.
su pareja No
expresa amor,
sexual que desmerezca su identidad masculina.
Estas prácticas, aunadas a la frecuencia de relaciones extraconyugales, les  resuda 
pues les  resuda  demasiado absorbente en algunos casos ("todo el tiempo
al hecho de que los hombres, en general, tienen más parejas sexuales a lo quiere que esté con ella"), y demasiado tibia en otros ("rara vez me busca
su  vida y
largo de su vida  y realizan más prácticas riesgosas (de la Peña,  2 0 0 1 ;  Alatorre, sexualmente"), aunque en todos los casos mencionan que la relación amo
Minello y Romero, 2000), hacen que las enfermedades de transmisión sexual rosa es una de las experiencias más trascendentes de su vida.
sean uno de los principales problemas de salud y que se   agudice la agudice la vulnera En estudios con varones jóvenes, se encuentra que las relaciones
bilidad de las mujeres, al aumentar sus probabilidades de contagio de en amorosas son parte de su presente y su futuro; casi todos señalan que se
fermedades como el cáncer ccáncer  c é r v i c o - u t e r i n o , ,  las enfermedades de transmi han enamorado una o varias veces, y algunos viven procesos de enamo
sión sexual y la infección por VIH. Con todo, la intimidad la  intimidad de
 de los hombres no ramiento aun después de la unión conyugal. Es frecuente que señalen
sólo   gira 
sólo  gira  en torno a la vida erótica y al placer, ni alrededor de l de l os 
os  riesgos y como razón de su unión el amor y, entre los solteros, el m atri moni o es
consecuencias que tienen para su salud sus prácticas sexuales, sino tam considerado como uno de sus proyectos de vida más importantes (Aguilar,
bién se construye a partir de los vínculos afectivos, afectivos, de los am ores y desamo 1994; Encuesta Nacional de la Juventud, 2000; Guevara, 2002). Cuando
res con que tejen cotidianamente sus relaciones, así como a partir de la se interrogó a jóvenes de bachillerato sobre la manera en que se verían
intensa vida emocional que supone la convivencia erótica y afectiva. dentro de algunos años, todos los varones respondieron que se veían con
una persona a la que ellos amaran y que los amara; muc hos resp ondieron qu e
no sabían si estarían casados o no, pero estaban seguros de que estarían
EL AMOR Y LAS RELACIONES DE PAREJA EN LOS VARONES "emparejados". Algunos más respondieron que lo mejor de vivir en pareja
seria una vida sexual con amor (Torres y Camargo ,  2 0 0 1 ) . Ante. Ante la pregunta
Los ámbitos del amor, la intimidad y los afectos han sido considerados de si preferirían un amor para toda la vida o muchos amores, jóvenes uni
como espacios propios de las mujeres, por ello, la vida emocional de los versitarios muestran mucha dificultad para elegir y señalan las dos opcio
hombres es uno de los terrenos menos explorados desde las ciencias socia nes. En cuanto a los valores que consideran centrales para la vida en pare
les. No obstante, sería falso afirmar que no contamos con información  ja, est os jóv ene s me nci ona n l a com uni ca ci ón, la con fia nza , el re sp et o y la
sobre el tema; cierta parte de la producción filosófica, sociológica y litera reciprocidad en los sentimientos, así como el rechazo a cualquier tipo de
ria ha abordado el tema del amor, pero presuponiendo siempre que se violencia; cuestionan las relaciones tradicionales de género y destacan
trata de un terreno neutral, vivido por igual por hombres y mujeres. Así, la importancia de compartir responsabilidades,
responsabilidades, especialmente el cui dado
encontramos importantes lagunas en estudios que utilizan como prisma y la crianza de los/as niños/as (Guevara, 2002).
los modelos culturales de la masculinidad y las identidades genéricas en el La forma en que se vive la ruptura del vínculo amoroso muestra otra
análisis de la experiencia amorosa de los varones. Con todo, en los últimos de  la
de las dimensiones de  la   experiencia del amor en los hombres. En un estu
años algo se ha avanzado, y desde diversas vertientes ya se empiezan a dio realizado con varones y mujeres adultos, con estudios universitarios,
explorar la forma en que los hombres experimentan su vida afectiva. que habían vivido un proceso de separación conyugal (Guevara y Montero,

288 vSCUUNDAD I N T I M I D A D  V P O L Í T I C A S P Ú B L I C A S .  LAI N V E S T I G A C I Ó N  S O C I A L 289


DEBATES S O B R E  MASOJLINIDA

1 9 9 4 ) ,,   se encontró que ante la ruptura de la relación, los hombres se   h a - J Í U  mayor preocupación por el bienestar y salud de sus   compañeras.  compañeras.  Patricia
bían sentido muy solos, habían experimentado daños en su salud y habían Castro   ( 1 9 9 8 ) , ,  en una encuesta realizada con varones   msectomizados  del
Castro
enfrentado el hecho con estrategias más bien evasivas, aun cuando ellos D  E, encuentra que en la mayoría de los casos la decisión la tomó de co
habían recibido un importante apoyo social y emocional por parte de ami mún acuerdo con su compañera, y  y   qu e  las razones que los los motivaron a
gas/os y familiares durante el proceso. En la mayoría de los casos, la deci practicarse esta cirugía son evitar los riesgos a la salud de su pareja, no
sión de la separación la tomó la mujer; sin embargo, dos terceras partes de desear más hijos y la búsqueda de una vida sexual más placentera.
los varones sentía que en el momento de la ruptura su pareja todavía los El uso del condón obedece a otros  otros   m o t i v o s . .  En primer lugar, son dife
amaba, y en los siguientes dos años después de la separación, la mayoría de rentes las razones para usarlo porque las motivaciones de quienes utilizan
ellos ya tenía otra pareja formal, algunos incluso se habían distanciado este método son distintas de las de quienes recurren a la vasectomía. Mien
de los hijos e hijas, pero otros consideraban que dejar de vivir con sus tras que los hombres que se la practican son varones adultos, unidos y con
vastagos   resultó la parte más dolorosa de la separación. La mayoría mani
vastagos hijos, los que emplean el condón son tanto jóvenes solteros como adultos
festaba que, aun cuando este proceso fue doloroso y difícil, había logrado que consideran mejor este método preventivo para relaciones ocasionales
recomenzar su vida amorosa sin problemas, aunque ahora se encontraba a o relaciones cotidianas que pueden ser extramaritales. Además, el hecho
la defensiva para evitar volver a vivir una situación semejante. de que se utilice preferentemente en relaciones de noviazgo o en encuen
tros ocasionales, marca una jerarquía entre las mujeres con las cuales tie
ne vida sexual, así como la división genérica entre sexualidad erótica y
LOS VARONES Y SU VIDA REPRODUCTIVA reproductiva. Según parece, el uso del condón aún se rige por la lógica de
que la sexualidad es un asunto de los hombres y la reproducción un asunto
de las mujeres. En una investigación sobre el uso deí condón, dice un
La vida reproductiva de los hombres se empieza a modificar a partir de los
e n t r e v i s t a d o : :  "en los dos tiene igual importancia,   para para   ellas no quedar
cambios sociales producidos por las políticas de población implantadas en
embarazadas y para nosotros evitar una infección o alguna enfermedad"
las últimas décadas, cambios que han alterado sustancialmente su posi
(jove
(jovenn del grupo de 17-18 a ños, Arias Arias   y R o d r í g u e z , 1 9 9 8 : 3 2 6 ) ..   Las autoras
ción social  respecto.de   las
social  respecto.de las   mujeres, la familia y la identidad masculina.
señalan que los motivos para el uso del condón son distintos según el
Así, el uso de métodos anticonceptivos modernos entró a formar parte de
grado de compromiso asumido con la pareja; así, a menor compromiso
la educación sexual de los varones y los obligó cada vez más a participar
mayor interés en protegerse contra la infección y, por el contrario, a mayor
activamente en la planeación de su descendencia. Esto no significa que
comprom iso mayor interés en utilizarlo como método de planificación
los varones hayan estado ausentes en estos procesos; ellos siempre han
participado en las decisiones reproductivas, pero esta responsabilidad era familiar.
más bien circunstancial y se apoyaba en métodos anticonceptivos tradi En el caso del aborto, observamos que la participación de los varones,
cionales, como el coito interrumpido o el ritmo, mientras que en otros tanto en la toma de decisiones como en la responsabilidad que asumen en
casos, su participación consistió en supervisar a su pareja en el uso de este proceso es mucho más amplia de lo que se supone. Por una parte,
alguna medida anticonceptiva. Es hasta las últimas décadas que los varo los estudios indican que la participación de los  hombres
 hombres   es determinante
nes se empiezan a comprometer con el uso de métodos modernos de con en la decisión de interrumpir o continuar un embarazo nodeseado (Tolbert,
trol natal, como la vasectomía o el condón. Aquí encontramos precisa Lamas,   1996) 
Ehrenfeld y Lamas,  1996)  y, por la
por  la   otra, se encuentra que la forma en que
asumen responsabilidades en este proceso aumenta o  o  disminuye los 
los  ries
mente un rostro de la transición, pues su uso es todavía muy limitado
(según el Consejo Nacional de Población sólo 7.3 por ciento de los varo gos en la salud y la vida de sus compañeras (Guevara,   1 9 9 9 ) . .  Cuando los
método  a n t i c o n c e p t i v o ) . .  Las razones de los hombres para
nes utiliza algún método  deseos   délas
varones participan apoyando las necesidades y deseos  délas   mujeres, ellas
enfrentan el aborto en mejores condiciones médicas, económicas y emo
usarlos muestra una concepción distinta de sus relaciones amorosas y
cionales, pero cuando los varones participan imponiéndose o no asumen
reproductivas, en las cuales se presentan importantes polaridades.
la responsabilidad de participar en el proceso de interrupción del   e m b a a- r

En el caso de la vasectomía hay datos más alentadores, pues a un cuando


zo, las mujeres se ven sometidas a condiciones más difíciles en el plano
sólo  1.4 por ciento de los usuarios recurre a este método, sus razones refle
emocional, económico y, en ocasiones, también en el plano médico, lo que
 ja n una dis tri buc ión equ ita tiv a en las res pon sa bil ida des rep rod uct iva s y d e

290 D E B A T E S  S O B R E   M AS C U L I N I OAI I M D A D , ,  INTIMIDAD Y POLÍTICAS PÚBLICAS.  LA >


 LA >  •:  STGACÓN SOCIAL 291

supone un mayor riesgo para sm vida y su salud. Además, los estudios mues /ada  puede ver al médico, y son ellos   quienes  reciben la información del
tran el importante papel que  ¡desempeña  el cuerpo de las mujeres   para personal de salud. Sin embargo, en   jóvenes  universitarios y solteros de la
ampliar o restringir los márgenes de negociación ante la decisión del abor ciudad de México, se encuentra que ellos tienen una perspectiva más go
to. También se detectó  que  el tipo de apoyo que brindan los hombres zosa de su futura paternidad y consideran q ue participar en el proceso de
depende de si mantienen  una  relación formal u ocasional y del grado de embarazo y parto de sus compañeras sería una experiencia agradable y una
compromiso emocional establecido con su compañera. Aunque son los forma de compartir un proceso que vislumbran con expectativas muy ven
varones quienes deciden qué se negocia y qué no entra en la negociación turosas  (Guevara, 2002).
son ellos quienes deciden en qué apoyan y en qué no (Guevara,   1 9 9 8 ) .
Estas contradicciones  son  muy evidentes cuando se analiza la expe
riencia emocional de los   varones  ante el aborto, pues contra la idea gene  El  LUGAR DE LOS HOMBRES EN LA   FAMILIA
ralizada de que ellos viven este proceso como una experiencia ajena, en Y SU EXPERIENCIA DE LA PATERNIDAD
este estudio se reveló que la mayoría de ellos lo viven con una profunda
carga emocional (de  incertidumbre,  impotencia, miedo, angustia  O/cor a- Sobre la forma en que los hombres viven y ejercen la paternidad ha surgi
 je) , per o sus sen tim ien tos no facil itan nec esa ria men te la solid arid ad ni do un amplio interés por parte de quienes comparten la perspectiva de
implican mayor cercanía con su compañera, sino que forman parte de un género, y se habla de un nuevo paradigma de paternidad que sustituye al
proceso emocional. Este proceso es el que les permite orientar   moralmen- modelo tradicional basado en la concepción del padre como proveedor,
te su acción; en él cumple  u n  papel determinante el tipo de vínculo que autoritario, de emociones reprimidas y conducta racional. En este nuevo
establecen con las mujeres con quienes tienen vida sexual, y los impulsa a paradigma, se dice, los hombres comparten el papel de proveedor de la
brindar apoyo o a eludir las responsabilidades que tienen con sus compa nareja,  apoyan las necesidades de sus hijos y son más emotivos   (IPPF  y
ñeras (Guevara, 2001b). iVSC, 1998). 
1998).   Alatorre y Luna (citado por Alatorre, Minello y Romero, 2000)
Finalmente, otro  estudio  con adolescentes escolarizados en la ciudad cuestionan estas generalizaciones y señalan que en el estudio realizado
de México muestra las   enormes  contradicciones que supone  pafa  las nue por ellos con varones de sectores populares y capas medias de la ciudad de
vas generaciones conciliar el discurso de los derechos reproductivos con la México, encuentran que tanto hombres como mujeres   comparten  una vi
moral católica que condena ¡a práctica del aborto. De los 148 varones sión "naturalizada" de sus papeles: los unos proveedores, las otras cuidadoras
entrevistados, en su mayoría católicos, más de la mitad   afirmó  no conocer de sus hijos/as. No obstante, los hombres cumplen con ese papel con al
sus derechos reproductivos (53 por ciento) ni los de su pareja (55 por gunos de sus   hijos  pero no con todos, eso depende del vínculo que tienen
ciento), pero el 93 por ciento señaló que las mujeres tienen derecho a con ellos y de la relación que los une a las diferentes mujeres con las que
decidir sobre su propio cuerpo; sin embargo, el aborto no es considerado tienen hijos/as. Además, señalan que la autoridad del padre es una catego
dentro de estas prerrogativas, ya que sólo 5 por ciento piensa que las mu ría importan te para definir sus relaciones con las mujeres e hijos. Sólo
 jer es qu e abor tan ejer cen un der ech o. Con todo , 92 por cien to con side ró unos cuantos señalan su participación
participación en las tareas domésticas y el cuid a
que la decisión ante un embarazo no deseado la   d ebe  tomar la pareja o la do de sus hijos como una actividad que también les corresponde a ellos.
mujer, y 38 por ciento practicaría  un aborto si su compañera lo deseara o si Otras investigaci ones (Guevara Ruiseñor, 1998 y Ruiz y Eroza,   1999)  se
no tuvieran otro remedio (Guevara, 2001a). ñalan que la actitud y el deseo de paternidad están vinculados al tipo de
Los estudios sobre la participación del varón en el proceso de embarazo relación con la pareja, pues cuando se trata de una relación estable los
Los estudios sobre la participación del varón en el proceso de embarazo
y parto apuntan algunos cambios en las zonas urbanas, pero muy pocos en varones tienen una respuesta más favorable al embarazo y a la   paternidad;
Flores   ( 1 9 9 9 ) ,
las zonas rurales. Castro y Miranda   (1998)  y Vázquez y Flores  cuando  la relación es menos firme o francamente ocasional, el rechazo al
en estudios realizados en población rural, muestran que la capacidad de embarazo y a la paternidad es muy grande.
decidir de los hombres en el proceso de embarazo y parto es determinante. En cuanto a la importancia de la paternidad en la identidad masculina
Son los hombres quienes deciden si se recurre a los métodos tradicionales y en  ei  proyecto de vida, De Keijzer  (1998)  plantea que en los talleres
de control de fecundidad, son ellos quienes deciden tener  o   no relacio realizados con hombres adultos en   Veracruzy Querétaro,  la paternidad no
nes en los días fértiles, ellos deciden en qué momento una mujer  embara- aparece entre las características  esenciales  que definen a un hombre. Sin

292 SOBRE   MASCULINIDA


DEBATES SOBRE (VtASCULINIDAO  INTIMIDAD Y POLÍTICAS PÚBLICAS. LA INVESTIGACIÓN SOCIAL 293

embargo, en un estudio realizado con varones   ent re  re  14 y 21


 21   años en Zaca lar que el principal causan te de la violencia contra las mujeres es el espo
tecas (Zavala y Lozano, 1999) revelan que 30 por ciento de los jóvenes s o / c o m p a ñ e r o , ,  que ejerce principalmente violencia psicológica, seguida
entrevistados consideran que ser padre hace a un hombre más masculino los  esposos/compañeros   ejerce
de la violencia física; una tercera parte de los esposos/compañeros
y 72 por ciento desea tener hijos. Así   lo  lo   muestra también la mayoría de violencia sexual (Valdez (Valdez y Santiago, 1996). Sin embargo, lo más común es
y  Camargo (2001) 
 jóv ene s ent rev ist ado s por Rojas   ( 1 9 9 8 ) , ,  Torres y  (2001)  y la En que se ejerzan distintos tipos de violencia al mismo tiempo, pues la violen
cuesta Nacional de la Juventud (2000), es decir, para los jóvenes varones cia sexual casi siempre va ac ompaña da de agresión física y psicológica; y la
tener hijos es una parte importante de su proyecto de vida. Además, en violencia física supone siempre presión y tortura emocional. Se sabe tam
(Guevara,   2001) 
otro estudio, 148 adolescentes (Guevara,  2001)  ante la pregunta de qué bién que este problema aparece en todas las clases sociales y que la violen
harían si la mujer con quien decidieran casarse no deseara tener hijos, 20 cia la ejercen hombres de todos los niveles de  escolaridad,  aunque algunos
por ciento afirmó que apoyarían esa decisión,  decisión,   27  27  por ciento tratarían de bajos (Ram&ez   S olórzano, 
datos señalan mayor frecuencia en estratos bajos (Ram&ez olórzano,  2000).
convencerla y 40 por ciento mencionó que la dejaba o se casaba con otra. No obstante, es necesario tomar con cautela estos datos, pues con fre
Sobre el lugar que ocupan los hombres en la familia, se ha encontrado cuencia estas apreciaciones obedecen a la dificultad  ¡íara   ¡íara  estudiar la inci
que en 90 por ciento de los hogares nucleares y en 70 por ciento de las dencia de violencia en los sectores más   a d i n e r a d a s . .  También es frecuente
familias   extensas,-el 
familias extensas,-el  jefe de familia es un hombre, mientras que 83 por que las mujeres embarazadas sean blanco   fácü fácü   dede   agresiones 
agresiones  físicas; así,
hogares   monoparentales tiene
ciento de los hogares  monoparentales tiene jefatura femenina  (1N EGI, 2000), de 110 mujeres asistentes a los servicios de   pospaito 
pospaito  y posaborto en el
lo que significa que las mujeres siguen ocupando una posición subordina 1  ¡ospital 
¡ospital  Civil de Cuernavaca, 
Cuernavaca,  33.5 
33.5  por ciento de ellas reportó algún tipo
da en los hogares con presencia de ambos cónyuges, pero mantienen la de  violencia   durante el periodo de embarazo (Valdez  j   Sanin, 1996).
de violencia
responsabilidad de los hijos en las familias con presencia de uno solo de La violencia sexual comprende una amplia  amplia   gama
gama   de prácticas que
los cónyuges. Todavía son las mujeres quienes, en abrumadora mayoría, atentan   contra el bienestar físico y emocional de 
atentan de  quienes 
quienes  la padecen, en
realizan las labores domésticas, así como el cuidado de los niños y ancia su mayoría niños, n iñas y mujeres a dultas, y donde los agresores son en su
nos. De acuerdo con la Encuesta Nacional de la juventud, 2000, en  en   72.5 mayoría hombres adultos. Puede ocurrir que, principalmente en el ámbito
por ciento de los casos son las mujeres quienes realizan las tareas domés doméstico se produzca el incesto, el abuso sexual contra menores o la
ciento   el 
ticas y 69.5 por ciento  el  cuidado de los niños y ancianos. Pero aun en violencia sexual contra la pareja, o bien puede suceder en espacios extra-
sectores universitarios, donde los hombres contribuyen al trabajo domés d o m é s t i c o s , ,   donde por lo general se da el hostigamiento sexual y la viola
tico, lo hacen en menor cantidad que las mujeres y en las tareas menos ción. Hay muchas dificultades para estudiar la violencia la  violencia   sexual en todas sus
la mayoría   de ellos menciona que realiza estas tareas por
pesadas; además la mayoría modalidades debido a la negativa a denunciarla o a hablar del asunto, por
la presión que ejercen sus compañeras para que participen (Saucedo, Or miedo, vergüenza o falta de información de parte de quienes la padecen, y
tega y   Yo
tega y Yoseff
seff,, 1995). Finalm ente, ta mbién se ha detect ado que la violencia por la impunidad de que gozan los agresores   (Alatorre,  (Alatorre,  Minello y Romero,
es mayor en hogares cuyo jefe  jefe  de .  familia
familia es un hombre; así, la Encue sta 2000). Existe, por tanto, un bajo registro de los casos de violencia sexual,
sobre 
sobre  Violencia 
Violencia  Intrafamiliar  (IN EGI,  2002) muestra que 85.3 por ciento la cual se mantiene aún más oculta en el caso de los  Isombres  Isombres   que han sido
de los hogares que reportan algún tipo de violencia  violencia  intrafamiliar tiene
intrafamiliar tiene como objeto de este tipo de violencia; sin embargo, los  los  pocos
pocos   datos con que se
 jef e de fami lia a un ho mb re y 14. 7 por cie nto a un a muje r. cuenta señalan que la mayoría de los hombres víctimas de violencia sexual
han sido violentados por otros hombres.
El hostigamiento sexual es otra forma de violencia que sufren cotidia
EL PELO EN LA SOPA: VIOLENCIA DE GÉNERO namente muchos hombres y mujeres; por lo general, son hombres quienes
ejercen este tipo de acoso, ya sea contra las mujeres o contra otros hom
La violencia contra las mujeres es un fenómeno de grandes proporciones bres. El hostigamiento sexual se caracteriza por una forma de ejercicio del
en México; se calcula que 60 por ciento de las   mujeres  mujeres  ha vivido un episo poder consisten te en imponer actos de naturaleza sexual que degradan,
dio de violencia física, sexual o emocional en   algún algún   momento de su 
su   vida. humillan y ofenden a quien lo sufre. En los ambientes laborales se consi
En el Distrito Federal, uno de cada tres hogares reporta violencia intrafa dera un atentado a! bienestar físico y emocional de las personas, pues crea
miliar   ( P r o n a v i , ,  1999-2000). Diversas investigaciones coinciden en seña-
miliar un ambiente laboral hostil y envenenado (Cooper, 2001). Pese a que se

294 IvASCULINIDAD, INTIMIDAD POLÍTICAS  PUSUCAS  LA INVESTIGACIÓN SOCIAL


 INTIMIDAD Y POLÍTICAS PUSUCAS 295
DEBATES S O B R E  M A S C U L I N I D ^

sabe que este problema adquiere grandes proporciones, apenas se han vestigación   avance en la legitimación de sus propuestas: un enfoque más
vestigación 
realizado investigaciones al respecto. En un estudio realizado por   Riquer bien descriptivo de la masculinidad, una perspectiva de la sexualidad y la
Bedolla (1996)   entre la comunidad de la Facultad de Psicología de
Saucedo y Bedolla (1996) procreación centrada en la salud y una concepción de las políticas públicas
que  5 4  por ciento de las estudiantes y 40 por ciento
la   U N A M ,  se encontró que 5 que ha perdido de vista la estrecha relación entre la esfera de la intimidad
de las trabajadoras afirman haber sido objeto de hostigamiento sexual. y los cambios sociales generados por el nuevo orden mundial.
Hasta ahora, en la investigación social ha prevalecido un enfoque pre
dominantemente orientado a la salud sexual y a la procreación. Si bien la
LA   MASCULINIDAD 
LA MASCULINIDAD  COMO POSICIÓN SOCIAL, salud sexual y reproductiva fue parte de las duras batallas que debieron
INTIMIDAD Y POLÍTICAS PÚBLICAS. librar los grupos feministas en contra del enfoque  medicalista  y  demográfi
A MANERA DE CONCLUSIÓN co que guiaron las políticas públicas dirigidas a las mujeres, en la actuali
dad estos mismos conceptos se han vuelto en contra de sus objetivos pri
Partiendo de la premisa de que la institucionalización de una política re marios y se usan con criterios totalmente distintos a los que guiaron las
quiere del desarrollo de un un   conocimiento 
conocimiento  y de información que muestre propuestas originales. Hoy, el tema el  tema de dice  Carol Vanee (2002),
 de salud sexual, dice Carol Vanee (2002),
investigaciones  revisadas
como problema una cuestión determinada, las investigaciones  es una retórica usada por los grupos conservadores para legitimar su dis
nos permiten rebatir la idea de que los hombres, como sector social, han curso en una lógica que elimina de la discusión el placer o ¡o disfraza de
perdido su condición de privilegio. Por el contrario, encontramos que sólo valores sociales; la salud se discute, entonces, en un lenguaje normativo y
en ciertos sectores, y en aspectos muy acotados, se han reducido las asi p r e s c r i p t i v o ,  al grado que los grupos de derecha ya han desarrollado sus
metrías; pero también apreciamos que empiezan a emerger nuevos discur propios métodos de "educación sexual" basados en la abstinencia e impo
sos y prácticas que cuestionan este orden de inequidad. Además, el hecho niendo sus propias prioridades en el tema de la familia. Ai mismo tiempo , el
de que los hombres no constituyan una población homogénea resulta alen tema de la masculinidad y los hombres se ha convertido, con frecuencia,
tador, pues muestra que se han debilitado algunos de los pilares que sus en un recurso discursivo que borra de la agenda a las mujeres y que ha
tentaban su hegemonía, y facilita la instrumentación de políticas públicas hecho olvidar el objetivo de la equidad de género.
con objetivos muy específicos de acuerdo con la clase, la edad o la zona de Por ello, es necesario que replanteemos nuestros marcos y formas de
residencia. De esto han tomado nota los/as encargados/as de las políticas investigación sobre esté tema; necesitamos utilizar categorías, conceptos y
públicas, pues las pocas acciones dirigidas a los hombres tienen muy bien metodologías que pongan en evidencia las contradicciones y que permitan
definida su población meta. Sin embargo, al parecer, estas acciones no
un  lugar prioritario
ocupan todavía un  lugar prioritario en los planes y p
y  p r o g r a m a s , ,  y menos aún un análisis
orden más fino
de género. Por sobre
una   p las
una  nuevas prácticas y formas de relación en el
a r t e , ,  sugiero utilizar un concepto de masculini
tienen como principal propósito lograr relaciones más   e q u i t a t i v a s . .  Tampo dad que funcione como categoría analítica centrada en el concepto socio
co parece que la información proporcionada por la investigación social sea lógico de posición social; en segundo lugar, propongo utilizar el análisis de
central para el diseño de estas políticas. los vínculos como eje de la reflexión en el tema de la sexualidad, la pro
En gran medida, ello tiene su base en dos importantes factores: por creación y la familia; finalmente, propongo analizar los cambios en la esfe
una parte, es consecuencia de las dinámicas de poder que operan en los ra de la intimidad, a la luz de las transformaciones estructurales generadas
mueven  a l  inte
equipos institucionales, así como de los intereses que se mueven a por el nuevo orden mundial.
rior de los grupos encargados de diseñar e instrumentar las políticas públi Para las instancias académicas, civiles y gubernamentales interesadas
cas. Esto se traduce en resistencias o en obstáculos abiertos o soterrados en incorporar el género en las políticas públicas, el análisis de la masculi
que impiden incorporar el enfoque de género. Pero, por otra  otra   p a r t e , ,  los nidad y los hombres es fundamental para lograr los objetivos de equidad y
mismos encuadres teóricos y metodológicos que han guiado la investiga  jus tic ia,   pero 
pero  es difícil caminar en esa dirección mientras se utilice la mas
ción
ción   social se han convertido en verdaderos impedimentos para el cumpli culinidad como un concepto descriptivo y no analítico. La masculinidad
miento de los objetivos que se persiguen. Puesto que la finalidad de este es una dimensión de! orden genérico que remite a la posición social de
texto se centra en el papel de la investigación social, a esos impedimentos poder y prestigio que ocupan ciertos individuos, con base en la diferencia
me referiré. Son tres las limitaciones que identifico para lograr que la in- sexual, y que amplía su campo de acción, su ámbito de decisión individual

296 «DAD, I N T I M I D A D 
D  Y S   P Ú B L I C A S . 
P O L Í T I C A S  LA IN VESTIG ACIÓN SOCIAL 297
DEBATES S O B R E  MASCULIMDADES

y sus oportunidades de  poder.'  No se trata de una posición fija, sino  sino  una cial
cial lo
 lo s  \ i ncul os 
os  sociales, en la comprensión de la vida erótica y reproduc
posición siempre en disputa, derivada de una forma específica de organi tiva. Así, un factor que debiera ser base para explicar las relaciones en el
zación social que otorga privilegios a los hombres en distintos campos (re orden de género se ha vuelto prácticamente inexistente en el análisis. Esto
ligiosos, políticos, legales, científicos), y que permite la acumulación con ha llevado a que sea difícil construir indicadores sobre la forma en que las
 ju nt a de dis tin tos tip os cap ita l si mbó li co. Es ta pos ic ión se enc ue ntr a prácticas o discursos de los hombres se orientan hacia la equidad de géne
estrechamente articulada con otras posiciones sociales derivadas de la cia ro, de manera que aun cuando encontramos que se han vuelto más libera
se, la etnia, la orientación sexual o la edad, que aumentan o disminuyen les su discurso y sus prácticas sexuales, no podemos saber en qué medida
sus oportunidades de poder, pero que también les permite desarrollar in estos hechos se constituyen en sí mismos en un criterio para hablar de
tereses compartidos y les impone límites que van más allá de su voluntad. relaciones más equitativas. No sabemos, por ejemplo, si formas de pater
Es decir, este orden social les ofrece a las personas un abanico más o nidad más cercanas a los hijos o las hijas representan un indicador de
8

menos limitado de posibles modos de comportamiento, pues sus   posibili relaciones más  más  a r m o n i o s a s   con la cónyuge, o si el mayor uso del condón
dades dependen en gran medida de la posición que guarda cada uno den expresa un interés por protegerse y proteger a su pareja. En síntesis, es
tro del tejido humano del que forma parte, pues desde ahí establecen sus difícil   e v a l u é 
difícil é  el grado en que ios hombres pueden establecer pactos de
marcos de referencia y definen su lugar en el mundo. Son estos intereses mutuo cuidado con las mujeres o con otros hombres   si no no   se analiza cuáles
a los que se habría que prestar más atención, porque no se trata de una son los vínculos que se encuentran en  l a  base de sus prácticas sexuales y
imposición de la sociedad sobre los individuos, sino, como señala Bourdieu reproductivas. Tampoco es posible discernir si una política pública, como
(1999), de una fusión entre posición y disposición, que se expresa me la promoción de la vasectomía, puede ser un indicador de mayor equidad
diante formas de percepción, de acción y de sentimiento derivadas de la si
si   no se consideran las formas de relación que sirven de soporte a este tipo
misma posición que ocupan. La  masculinidad, por tanto, no se refiere sólo de prácticas, pues una misma conducta, como la prevención de un emba
al mundo de los hombres, sino a todo el mundo social organizado en un razo, puede utilizarse como un recurso de dominación o como una forma
conjunto de relaciones, del que participan también las mujeres desde su de cuidado y protección a la persona con quien se comparte la actividad
propia posición social, y que se reproduce mediante las instituciones so sexual. Además, es importante considerar que cada relación es única y que
ciales, las doctrinas religiosas, jurídicas y científicas. Son estas doctrinas un mismo hombre construirá distintos tipos de vínculos a lo largo de su
las que han dado lugar a las concepciones naturalizadas sobre la sexuali vida, ya sea con una misma persona (no son lo mismo los mismo los   vínculos que han
dad y la procreación que, desde la biología o la teología, legitiman las des construido quienes tienen un año de relación que los que han establecido
igualdades y eluden las determinaciones políticas e históricas presentes quienes tienen 15 o 2 o 2 0) 
0)  o con distintos tipos de personas a lo largo de su
en estos procesos. La ciencia, al disputar el poder a la Iglesia en estos quienes   se
vida. Esto debiera ser considerado por quienes  se   proponen incorporar el
en   el 
terrenos, las colocó en  el  marco de la salud y con ello   medicalizó  el discur las   masculinidades 
tema de las  masculinidades  en las políticas públicas, a fin de evaluar de
so, estigmatizó todas las conductas y formas de relación consideradas fue qué manera impacta en las relaciones de género cualquier política dirigida
ra de la norma y facilitó su interpretación desde un lenguaje normativo y a los hombres.
prescriptivo.
El análisis de los vínculos permitiría también acercarse a la compren
Así, el encuadre de la procreación y la sexualidad en el marco de la sión de los sentimientos, desde una concepción de la masculinidad que
salud se nos presenta ahora como una camisa de fuerza que limita el reco de  las
vaya más allá de  las   conductas (no en función de si un hombre llora o si
nocimiento de la libre elección, la diversidad sexual y las distintas formas expresa su enojo), a los sentimientos que son vinculantes y que permiten
de organización familiar. Y en todo este proceso, se ha perdido de vista el
importante papel que juega la intimidad como un todo, y de manera espe-
8
Pozas   H. , hacía
 Un científico social, como Ricardo Pozas  hacía notar (en el "Coloquio de doctorantes"
de la Facultad de Ciencias Políticas  y  Sociales de la   U I M A M .  2002) que había una ten
dencia reciente por parte de los ho mbres a colocar a sus hijas en el lugar de la esposa en
7
como   posición 
 En otro texto ("La masculinidad como  posición  social. Un análisis desde la perspectiva espacios públicos, y señalaba que, por ejemplo, es cada vez es más frecuente ver a las
Revista  OMNI
de género",  Revista  OMNI A núm.   41:103-109) 
 A ,  2001-2002, año 17-18, núm.  41:103-109)  desarrollo más hijas jóvenes viajar en el auto junto al padre, en el asiento del copiloto, mientras que la
ampliamente esta tesis. madre viaja en al asiento de atrás.   i\

298 IvASCUUNIDAD, INTIMIDAD
IvASCUUNIDAD,  INTIMIDAD Y   P O L Í T I C A S  PÚBLICAS. LA INVESTIGACIÓN  SOCIAL 299
D E B A TE S S O B R E MASCUEINIDADES

reconocer  al   'otro" como parte de la propia vida, de manera que sea posi comunidades  de pe nde n,  en mucho, de sus posibilidades para contar con
ble distinguir las relaciones en que los hombres viven la solidaridad, el un Estado que garantice sus condiciones de existencia.
amor o la compasión, a diferencia de las relaciones que se sustentan en
sentimientos asociados al prestigio, como el honor o el respeto. Además,
permitiría hacer un análisis más fino sobre la forma en que funcionan los
BIBLIOGRAFÍA
sentimientos para legitimar distintas formas de dominación encubiertas
o legitimadas, bajo el discurso del amor o la protección, y no sólo en el caso
AGUILAR JVI,  Dania. 1 994 . "Representaci ón social de la relación de pareja en
de los hombres sobre las mujeres o a la inversa, sino de los padres res adolescentes", en ÍV Coloquio de Investigación  en Estudios de Género. Méxi
pecto de los hijos/as, e incluso de las instituciones respecto de los indivi co,  P U EG - U N A M.
duos. Finalmente,  permitiría  acceder al análisis político de los factores ALATORRE,   Javier, Nelson  MlNE L L O y   Axela  ROMERO. 2000. "Incorporación de
que fortalecen o fragmentan las redes sociales, y debatir sobre la forma los hombres a las acciones de salud sexual y reproductiva. Revisión de las inves
en que la lógica del mercado está debilitando instituciones como la familia y tigaciones, programas y acciones". México, PUEG-UNAM  [mecanograma],
socavando los principios de solidaridad social. AMUCHÁSTEGUI,  Ana. 2 0 0 1 .  Virginidad e iniciación sexual en México.   México,
Uno de los mayores obstáculos que enfrentan quienes están interesa Population  Council/Edamex.
dos/as en promover una política pública con enfoque de género, es la opo ARIAS, Rosario y Marisela  RODRÍGUEZ.  1998. "A puro  valor mexicano. Connota
sición de los grupos más  conservadores  que señalan como única alternati ciones del uso del condón en hombres de clase media de la ciudad de Méxi
va el regreso a las posturas más tradicionales, pues, se dice, las demandas co", en Susana  Lerner,  Varones, sexualidad y reproducción.   México, El Cole
de equidad sólo han contribuido a la disolución familiar. En realidad, como gio de  México.
muestran distintos análisis sociológicos y desde la economía política, son BOUR DIE ü,  Pierre. 1999.   Meditaciones  pascalianas.  Barcelona, Anagrama.
los cambios estructurales generados por el nuevo orden económico mun BRONFMAN   Mario y Nelson MlNELLO. 1995 (citado por  Aiatorre, Minello y Ro
mero, "Incorporación de los hombres a las acciones de salud sexual y repro
dial los que han propiciado una creciente fragmentación social y se han
ductiva. Revisión de las investig aciones, programas y acciones". México, PUEG-
convertido en una amenaza para  la  familia. Es precisamente el triunfo
UNAM  [mecanograma]).
del capitalismo, y no su fracaso, lo que ha llevado a quebrantar las insti
CARRIER,  Joseph M. 19 76 . "Participant s in Urbán Mexican Male Homosexual
tuciones al romper los núcleos que sostienen el tejido social y al volver
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incompatibles las actividades remuneradas con el tiempo dedicado a la CASTRO, Patricia.  1998.  "¿Qué razones exponen los hombres que están recurrien
familia. Las nuevas formas de organización social que ceden al mercado do a la  vasectomía  sin bisturí para limitar su fecundidad?", en Susana Lerner,
los poderes que antes detentó el Estado, han creado condiciones tan Varones, sexualidad y reproducción. México, El Colegio de México.
adversas para las relaciones entre hombres y mujeres, que hacen cada vez POBLACIÓN. 2000 . Cuadernos de salud reproductiva. Méxi
CONSEJO NACIONAL DE POBLACIÓN.
más  inviable  la familia, la convivencia en   pareja,  y vuelven cada vez más co, Conapo.
complicad o el ejercicio de la maternidad y la paternidad. En países como Jennifer.   2 0 0 1 .  Hostigamiento sexual y discriminación.  México, PUEG-
COOPER, Jennifer.
el  nuestro, incluso derechos fundamentales de los niños y las niñas, como el UNAM.
derecho a la salud, a la alimentación o a la educación, han sido trastocados  Encuesta Nacional  de Juventud  2000,  Resultados preliminares, 2000. México, Se
por el desempleo, la dcsregulación laboral, la eliminación de subsidios y la cretaría de Educación Pública/Inst ituto Mexicano de la Juventud/Centro de
reducción progresiva del gasto social, de manera que se han convertido en investigaciones  y Estudios sobre Juventud.
importa ntes factores de disolución social. Un Estad o que renuncia a sus GARCÍA, Brígida y Orlandina de OLIVEIRA. 1 9 9 4 . Trabajo y vida familiar en Méxi
responsabilidades sociales, deja a las familias en la más absoluta despro co. México, El Colegio de  México.
tección y despoja a poblaciones enteras de sus posibilidades de un futuro GUEVARA R.  E l s a .  1996.  "Saberse amado/a: un estudio exploratorio con hombres
digno. Por ello, sería importante señalar a quienes se preocupan por la y mujeres", en Amor  y  y  trabajo, dos espacios de la experiencia vital.   México,
"crisis de la familia", que la equidad de género es un enorme dique para FES-Zaragoza-ÜNAM.
detener los procesos de fragmentación social que se gestan en todo el 1 9 9 8 .  "Amor y pareja en  la  responsabilidad de los hombres ante el  abor
mundo, y que las posibilidades de  s upe m v e nc i a de individuos, familias y to", en  Avances en la investigación social en salud reproductiva  y  sexualidad.
Buenos Aires, AEPA/'CEDES/CENEP.

301
AD   .  POÜBCAS F Ú B U C A S .
^ C U U N I D A D , I N T I M I D AD L A I N V E S T I G A C I Ó N   SOCAL
300 D E B AT E S S O B R E M A S C U L I N I D A ^

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MASCULINIDAD Y LAS POLÍTICAS PÚBLICAS

Javier   Alatone Rico 


Javier Rico  '

La reflexión sobre masculinidad y políticas públicas requiere esclarecer


lo que se entiende por masculinidad, pues la adopción de un enfoque u

otro tiene
mo, en esteimplicaciones en ladel
trabajo se parte concepción
estudio dedeladicha's políticas.desde
masculinidad Por eso mis
la pers
pectiva de género y se hace énfasis en la dimensión de poder que define
las relaciones de género.
Cuando se piensa en las políticas de género desde los sujetos subordi
nados, resulta, en cierta forma, más fácil o "natural" identificar posibles
líneas, pues, en general, han llevado a definir necesidades prácticas y estra
tégicas; por ejemplo, se requiere mayor acceso a la educación, capacitación
para el trabajo y otros, es decir, se piensa en generar oportunidades, liberar
de prohibiciones; se piensa en las mujeres como agentes del cambio. Sin
embargo, cuando se piensa en la masculinidad, y con ello en los individuos
que dominan, ejercen la violencia, con privilegios y que estructuralmente
controlan la sociedad, ¿cómo podemos pensar en las políticas, en el cam
bio, en su papel como agentes? Sobre todo cuando se piensa en las políti
cas para lograr la equidad, el desarrollo social y para el establecimiento de
relaciones más justas y de respeto a los derechos humanos. Uno se pre
gunta a quién le puede interesar diseñar políticas sobre  masculinidad:  desde
el género, políticas por la justicia y equidad de género.

ÍNEQUIDAD  E  INJUSTICIA  SOCIAL FUNDADA


EN LAS DISTANCIAS DE GÉNERO

El género se entiende como una categoría analítica que permite indagar


básicamente sobre una dimensión constitutiva de las relaciones sociales,

Seminario La masculinidad  y  ias políticas públicas, México,  POEG, UNAM,  25 y 26 de


noviembre de 2002.
[303]

304
DEBATO S O B R E  MASCUUNIDADE' jvUSCUUNIOAD Y   LAS POLTCAS PÚBLCAS
305

dimensión en la que se articulan desigualdade s y jerarquías en torno de  ía<


de ía<
MASCULINIDAD
características biológicas de la especie humana, ligadas al sexo, con   su<
mecanismos de construcción y reproducción. Las características biológi Entender la masculinidad desde el género presupone, para este trabajo, el
cas ligadas al sexo se elaboran simbólicamente desde su categorización en rechazo a las posiciones esencialistas, y sostiene que el significado de las
derivar   posteriormente 
hembra y macho, para derivar  posteriormente  en las categorías de   mascu categorías de género será histórico, respondiendo al momento de desarro
lino y femenino. El género, como un espacio de organización de las rela
llo de cada sociedad. Hablar de género significa mantener una perspectiva
y actividades   humanas, establece distancias sociales a partir de la
ciones y actividades
relacional,   es decir, es necesario referirse a las mujeres cuando se analiza a
diferenciación jerárquica de los cuerpos sexuados en todos los espacios y
¡os hombres y, al mismo tiempo, se  se   requiere contemplar
requiere contemplar otros sistemas de
estructuras sociales. Es decir, se construye en la sociedad como un todo,
diferenciación social. Además, esta perspectiva relacional aborda la rela
en las instituciones, normas, valores, creencias, representaciones colecti
ción entre hombres y mujeres, hombres y hombres, mujeres y mujeres,
vas, Barbieri,
De en los medios
1998, semióticos y en la experiencia subjetiva (Scott, 1996;
Connell, 2000a). tanto en el plano individual como estructural.
La masculinidad, como parte del género en   el el   sentido heurístico, se
De acuerdo con Connell (2000a; 2000b), propondremos que el géne refiere a una parte de la estructuración social e individual que puede estu
la   relacic'íi 
ro es el resultado de la  relacic'íi  entre la producción y la reproducción. En diarse desde diversas disciplinas, las cuales podrán analizar, como objeto
el proceso de institucionalización de esta relación se conforman los suje de estudio, aspectos particulares de la dominación masculina. Como he
la  _amra»k,« - -
tos sociales, uno de ellos tendrá un papel preponderante en la _amra»k,«
analítica, c ompre nderá Ja formulación dé 
rramienta analítica, c dé  i n t e r r o g a n t e s , p h l o i e -
cióri 
cióri  dé la riqueza y, con ello, tendrá mayor control sobre los recursos
mas
mas   de investigación, conceptos, explicaciones tentativas de procesos y
reproducción, < 1
materiales y sus beneficios. O tro sujeto se encargará de la reproducción, <  1
mecanismos a través de los cuales se produce y reproduce la dominación
cuidado y la crianza infantil, el trabajo doméstico que no recibe pago   r,
del sujeto masculino en contextos históricos y socioculturales específicos.
como resultado, tiene menos control sobre los recursos.
Además, la masculinidad, entendida como parte de un enfoque analítico,
El establecimiento de la simbolización (colectiva y subjetiva) de la permitirá el diseño de políticas públicas.
implantar  las   diferen
relación entre producción y reproducción ocurre al implantar las
del  si st ema 
Lo masculino se define como   tina  categoría del  ema  de género, y
cias y categorías de sujetos dentro de las actividades sociales, ubicando a
constituye un sujeto social que se ubica en una posición de control, auto
los individuos jerárquicamente en diferentes actividades y posiciones. El
ridad y con privilegios en las relaciones y actividades organizadas so-
rasgo fundamental de la relaciones entre los géneros es las inequidad en
cialmente. El sujeto masculino alude al cuerpo del macho de la especie
todos los ámbitos de la vida humana.
El género, dimensión de la diferenciación social, se interrelaciona con humana, pero como
masculinidad no está determinado
parte del géneropor el cuerpo
se refiere biológico.
al cuerpo Es decir,pero
del macho, la
otras categorías que también establecen distancias sociales y ordenan la
es la institucionalización, la codificación cultural y la reconstrucción
realidad sociocultural e individual, categorías como la naciona lidad, la raza,
subjetiva de esa posición de dominio en las relaciones sociales la que con
la clase o cualquier otra dimensión relevante para el ordenamiento de cada
forma al sujeto masculino. Aunque frecuentemente se asocia con los indi
particular  ( H a w k e s w o r tthh , ,  1999; Foster, 1999; De Barbieri, 1998;
sociedad particular 
sexo   del
viduos reconocidos con el sexo  del   macho de la especie humana, no se
Esta  dimensión 
Connell, 2000a). Esta  dimensión  de organización jerárquica de la socie
limita a esos individuos, pues dentro de las relaciones entre mujeres, así
dad se transforma históricamente y, por lo menos en el plano teórico, pue
dad se transforma históricamente y, por lo menos en el plano teórico, pue
como en las relaciones entre hombres, uno de los miembros se ubica como
de dejar de existir en algún momento del desarrollo sociohistórico.
sujeto masculino. De igual forma, pero con menos frecuencia, en las rela
plantea Hawke swort h 
Como lo plantea Hawke h  (1999), aquí el género se considera
ciones heterosexuales algunos hombres pueden tener una posición de
una categoría heurística que permite identificar problemas y proponer con
subordinación.
ceptos, definiciones e hipótesis. De acuerdo con Foster   ( 1 9 9 9 ) , ,  la conver
Este lugar o posición de dominación, desde el cual se intenta subordi
sión en una categoría analítica guía la investigación en las intrincadas rela
nar a otros individuos (quienes pueden ejercer resistencia), considerado
ciones entre los procesos sociales, culturales y subjetivos que participan
como una categoría analítica, se articula en tres dimensiones distinguibles,
en el ordenamiento social dentro de los diferentes planos, desde los pla
pero que interactúan como un todo: lo social, lo cultural y lo subjetivo.
el microsocial   y e l i n d i v i d u a l .
nos macrosocial hasta el microsocial

306   mascvunid'VDES
D E B A T E S  S O B R E
M A S C Ü Ü M I M D  Y   LA S   POÜTCAS P Ú B L I C A S 307

Dimensión  social.  Esta dimensión se refiere a la organización social de las


Dimensión  ca, responde a la organización social y cultural de las relaciones entre
i
prácticas institucionalizadas, de acuerdo con la clasificación de los los géneros y, a la vez, influye en ést a. La configuración sociocultural
características   atribuidas 
individuos, tomando en cuenta las características  atribuidas  social- de   la 
de la  masculinidad se cristaliza en la experiencia individual cuando,
ment e 
e  a unos y otros cuerpos 
cuerpos   s e x u a d o s . .  La valoración y división de las por ejemplo, un individuo asume que tiene el derecho sobre el cuerpo
prácticas puede ser diferente para cada grupo sociocultural. Por ejem y erotismo del otro porque lleva "dinero al hogar", o da por hecho que
plo, a quién se le permite tener relaciones sexuales fuera del matrimo a él no le corresponde faltar al trabajo para cuidar aun hijo enfermo; o
nio, quién debe cuidar a los hijos e hijas cuando están enfermos, quién que él tiene el derecho de golpear al que le desobedece en la familia.
se responsabiliza de la anticonce pción, qu ién ejerce la violencia sexual. En esta dimensión, los individuos pueden pueden   reproducir 
reproducir  la posición de
En esta dimensión, también se encuentran ¡as normas formales e in dominio, o bien, reaccionar a ellaella (Shore, 1999).
formales que regulan las relaciones entre los individuos sexuados.
La institucionalización se formaliza en los códigos y leyes, que V Desde la perspectiva antes esbozada, al estudiar  ios
 ios   mecanismos de
establecen la jerarquía y distinguen las responsabilidades de los indi producción y reproducción de la   dominación 
dominación  masculina, se abre la posibi
viduos, aludiendo a las categorías biológicas ligadas al sexo. Asimis 3* de  des/aturalizar 
lidad de  des/aturalizar  las formas de dominación del sujeto masculino,
mo, se formaliza la posición masculina a través del establecimiento de hacerlas visibles y así emprender el desarrollo de políticas y acciones que
normas y criterios que se obedecen en las organizaciones de trabajo. borren las fronteras simbólicas y estructurales que separan a los indivi
Los puestos de toma de decisiones generalmente requieren a  u n  indi duos en razón de su sexo. Desde aquí se vislumbra que las políticas y
viduo que pueda controlar a otros, o que, con frecuencia, reproduzca estrategias de acción necesitan ser diversas, y se reconoce la complejidad
las relaciones jerárquicas. de su construcc ión social, cultural e individual. De este modo, se dirigirán
 Dimensión cultural.  Engloba las codificaciones o representaciones com hacia la transformación de leyes, códigos, reglas de distribución y tránsito
partidas colectivamente, las cuales establecen, a nivel simbólico, las por los espacios sociales que impi den a los h ombres y mujeres desarrollar
diferencias construidas socialmente entre los individuos a partir de sus potencialidades y ejercer sus derechos. También, es necesario trans
sus características corporales y sus potencialidades reproductivas. Se formar las producciones culturales que ofrecen los marcos de interpreta
pueden observar representaciones que adjudican a lo masculino la ción de la realidad. Asimismo, los individuos debe rán revisar y transformar
(Seidler,  1 9 9 4 9 ) . .  La pornografía producida en
fuerza y la inteligencia (Seidler,  sus patrones de interacción con sus compañeras, sus hijas e hijos y con
cine o prensa ofrece representaciones en donde la mujer es pasiva y otros hombres, para establecer relaciones más equitativas y respetuosas
puede ser sometida a todas las vejaciones   i m a g i n a b l e s . .  Las relaciones de los derechos de los demás.
entre los sexos en cualquier ámbito se codifican;   c omo  omo  sucede en los
medios masivos de comunicación, en el arte, la ciencia y la religión,
las mujeres se presentan como subordinadas a los sujetos y a las reglas
L O S H O M B R E S  Y  N O L O S H O MBR E S
masculinos. La elaboración simbólica en el espacio colectivo puede
contribuir a la naturalización de las relaciones de dominación, de tal
Cuando la masculinidad se entiende como una posición de dominación, a
modo que resulten naturales e invisibles.
partir de la elaboración sociocultural y subjetiva de las diferencias ligadas
la  rodifírsririn nJtnral_v_define„9J s u i e J :a . m A £ C J ¿ lú ? / i .  er>  jrxja
F.n  la  no'se  reaucd  a'ios  n o m D r e s , ,  se   ardae
i   sexd,  no'se  ardae   a su cuerpo, se 
se   eiaoora,
posición de control, que puede dominar a los otros y que tiene privile institucionalizan las relaciones y se codifican a pa rtir de él; pero las re
gios de los que carecen los subordinados, por ejemplo, disponer libre experiencia  individual 
ciones sociales y la experiencia  individual  no se rigen por mecanism
mente de los recursos materiales y regular el tiempo y tránsito en los biológicos. Esto implica que las políticas públicas y  las  las   estrategias de ¿
espacios, así como el libre acceso a la sexualidad. ;#ft 
;#ft  ción no se pueden diridirigir individuales,   pues
gir a hombres individuales, pues   la masculinid
 Dimensión subjetiva.  Es la que se refiere a la construcción interna que trasciende al hombre individual. Generalmente, los  los   hombres 
hombres  son los  los   q
cada individuo mantiene y negocia dentro de su contexto social. Esta i¡¡é   ejercen la violencia sobre lalass mujeres, tienen más pri
privilegi
vilegios el   teme
os en el
construcción individual determina las formas en que sienten, pien el  ámbito 
sexual, en el  ámbito  laboral, etcétera, pero la masculinidad no reside
san, actúan y se relacionan los individuos. La subjetividad es   d i n á m i - elusivamente   en el individuo ni en los hombres, sino q
elusivamente sino  q ueue   se construye

i j y ^ c U L I M D A D  309
308 DEBATES S O B R E MASCULINK
V LA5 POLÍTICAS PÚBLICAS

el plano estructural, cultural, y se reproduce en lo subjetivo. Por eso es les. 


les.   Tal vez habrá más resistencia, pues no sólo se busca el cambio en las
la   masculinidad 
la  masculinidad  hace referencia a los hombres, pero la  la  trr.nsformaciói ' oportunidades de las mujeres, sino el cambio en las relaciones de muchos
esa posición de dominación y control, así como los privilegios asociados, hombres.
requiere de la transformación de las reglas, normas, prácticas y de las co En este artículo examino y reflexiono sobre las políticas y la masculi
dificaciones c
dificaciones  c o l e c t i v a s , ,  así como de la revisión personal. nidad desde el enfoque de equidad de género. Las políticas públicas en
relación con el género han evolucionado desde el enfoque asistencialista
Las políticas públicas deben poner atención a los mecanismos que
en los años cincuenta, dand o prioridad al papel reprod uctivo de las muje
producen y reproducen la jerarquización entre los individuos por su sexo,
res; entre los años sesenta y setenta se reconoció el rezago social de las
que los colocan en espacios sociales diferentes o en posiciones diferentes
mujeres y se comenzaron a revisar las relaciones dentro del hogar y el
dentro de cada espacio; deben liberar a los individuos de las barreras que
aporte de las mujeres al desarrollo; en los años ochenta, se partió de la
los separan y que los llevan a relacionarse desde posiciones desiguales. No
"reformar   la 
se busca "reformar  la  masculinidad", se intenta hacer irrelevante el sexo eficiencia, del  empoderamiento  y de la autonomía (Silveira, 2000); en los
noventa se abordó la perspectiva de género y la noción de  de  d e r e c h o s . .  En
para la organización de las relaciones  relaciones  sociales.
el siglo XXI se reflexiona sobre la pertinencia de incluir el análisis de la
masculinidad para lograr la equidad de género, profundizando la visión
de derechos humanos y contemplando la posibilidad de la colaboración de
DISEÑ O DE POLÍTICAS DIRECTAS Y GLOBALES
GLOBALES
mujeres y hombres en el impulso de acciones por la equidad y desarrollo
humanos.
Las políticas públicas son los criterios que guían las acciones de las ins
El diseño de políticas que reconozcan los mecanismos de construc
tituciones públicas para dar cumplimiento a la misión que tiene cada
ción de la masculinidad tendría por lo menos dos vertientes: la primera se
Sin  e m b a í g o , ,  la política pública no es solamente un hecho
institución. Sin 
refiere
refiere   a las políticas que socavan las normas, las prácticas, las codificacio
administrativo establecido por el  el  E s t a d o , ,  sino el resultado cié
resultado  cié diversos
 diversos pro
nes culturales que elaboran simbólica y  y   est ruct ural me nt e las
e las característi
cesos cuyo origen se halla en las demandas  s o c i a l e s , ,  dentro de un contexto
cas biológicas del macho de la especie, y facilita que ciertos individuos se
específico   (S ilveira, 
cultural, económico y político específico  ilveira,  2000). Por lo cual, el
coloquen en una posición de control, dominio y privilegio sobre otras(os).
diseño de políticas cuyo eje estratégico es la transformación de la posición
Por ejemplo, las políticas que buscan eliminar la discriminación laboral,
de dominación, control y privilegios derivados de la construcción del suje
pago igual a trabajo igual, erradicación del hostigamiento sexual en el tra
to masculino, deben responder a las demandas de equidad y justicia que
bajo, entre otros.
permitan el desarrollo y bienestar social. La segunda se refiere a las políticas que contribuyan a la incorpo
¿A quién le interesan las políticas que tomen en cuenta la masculini
ración de los hombres en prácticas de las que han sido excluidos, como
dad? A las mujeres que enfrentan obstáculos para acceder al mercado de
el cuidado y crianza infantiles; a las políticas que transformen las repre
trabajo, que experimentan el acoso sexual en el ámbito laboral, que reci
sentaciones culturales que legitiman y modelan la posición masculina
ben menor paga por trabajo de igual valor. También, a   las niñas 
niñas  y mujeres
desde la autoridad, la violencia, el control y los privilegios sobre otras/os,
que sufren violencia doméstica, a las mujeres que tienen que ceder ante la
y ofrezcan nuevas formas de relación democrática y bajo un enfoque de
imposición de los deseos del compañero en  e terreno sexual, a las mujeres
derechos.
que tienen que responsabilizarse del cuidado reproductivo si no quieren
más embarazos o infecciones de transmisión sexual, a las mujeres que Al reflexionar sobre el diseño de políticas públicas con una orienta
tienen que hacerse cargo de los cuidados y manutención de los hijos e ción crítica a la dominación masculina, es importante contemplar diferen
las  niñas y
hijas cuando el hombre no colabora, a las  niñas y   adolescentes 
adolescentes  que enfren tes ámbitos de la vida social, pues es necesario que en todos se diseñen
tan restricciones del padre para continuar su educación. Es decir, a todas políticas pertinentes. Por ejemplo, los ámbitos laboral, educativo, de la
y todos los que están fuera de la lógica masculina. la  participación 
salud, de la sexualidad, de la paternidad, de la  participación  política, entre
otros, ya que se corre el riesgo de mantener la mirada exclusivamente so
políticas  críticas 
Las políticas  críticas  de la masculinidad enfrentarán, como las otras
bre la salud reproductiva y la violencia, muy importantes y en los que se
políticas de equidad de género, resistencias al  al   cuestionamiento 
cuestionamiento  de las es
puso gran énfasis en las conferencias internacionales de los años noventa,
tructuras de poder y a la organización tradicional de las  relaciones
 relaciones   socia-

310 DEBATES S O B R E  M A S C U L I N I D A D E S M A S C U U N O A D Y  LA S  PO I  T I C A S PÚBLICAS 311

que s on 
pero que s on  insuficientes si se busca la transformación estructural de las Por otro lado, se requieren políticas dirigidas a propiciar los cambios
relaciones de género. culturales que den nuevo significado a las relaciones, ofreciendo inter
pretaciones alternativas para que los individuos den sentido a su experien
cia. Por ejemplo, al analizar los medios masivos de comunicación, se han
T O MA D O R E S D E D E CI S I O N E S Y P O L Í T I CA S D E G É N E R O encontrado modelos culturales alternativos en relación con la paternidad,
la sexualidad y el trabajo. Se requiere una revisión de los programas educa
tivos que eviten los estereotipos y más bien ofrezcan formas democráticas
Una paradoja en el diseño de políticas con enfoque crítico en la masculini-
para establecer relaciones entre hombres y mujeres.
dad, es que, generalmente, quienes toman las decisiones son quienes se
Por último, las políticas d eben contribu ir a sensibiliz
sensibilizar,
ar, capacitar y edu
ubican en una posición masculina: son ellos y ellas los que deciden esos
car a los funcionarios y prestadores de servicios, pues las políticas de géne
cambios. Es decir, el diseño de políticas no es neutral, y si los que están en
los puestos de decisión no comparten la visión de género, representarán ro han enfrentado obstáculos para su implantación, debido, en gran parte,
a la incomprensión por parte del personal encargado de poner en marcha
un obstáculo para lograr mayor equidad entre hombres y  y   mujeres. 
mujeres.  Como
las
las   políticas. De igual forma, se deben ofrecer 
ofrecer   servicios en
servicios en todos
todos los ám bi
lo señala Silveira (2000), refiriéndose a las políticas de equidad de   gé/ero engé/ero en
tos para educar, sensibilizar y abrir espacios de reflexión para hombres y
de   S u d a m é r i c a , ,  la participación de las mujeres
el trabajo en los países de 
mujeres, acerca de la construcción de la posición jerárquica masculina.
en la toma de decisiones y en los liderazgos a nivel nacional no correspon
de a los avances logrados en educación, a su aporte laboral y económico,
ni a su participación en la organización local y comunal.
DIVERSIDAD
Otro problema en el diseño de políticas públicas, considerando el cam
bio de la posición masculina en las relaciones sociales, es el contexto ac Además de considerar la complejidad en el diseño de políticas públicas,
tual de la globalización, que ha implicado la apertura de la economía na desde la perspectiva analítica de la   masculinidad,  es necesario que aqué
cional y el retiro del Estado. Con ello, la desregulación y privatización de sean  diversas. 
llas sean  diversas.  En primer lugar, en relación con los niveles de acción, pues
los servicios del Estado ha generado desempleo, falta de apoyos al campo, se requieren cambios entre los tomadores de decisiones, en el personal
pobreza y reducción al gasto social. Estos cambios han impactado en   dife operativo, en las comunidades, en la sociedad civil organizada.
rente grado a las diversas clases y sexos. Las políticas que buscaban el En segundo lugar, la transformación de  de   las
las   relaciones de género re
desarrollo humano, incluyendo la equidad de género, enfrentan serias li quiere de políticas regional, nacional y locales, pues  pues   frecuentemente 
frecuentemente  las
mitaciones, pues el Estado, aunque lo asume en el discurso, no siempre propuestas son insuficientes y demasiado generales.
destina los recursos ni pone en práctica acciones requeridas (Cardero, En tercer lugar, se requiere la participación de diferentes actores, tan
s/f). Sin embargo, ahora es más importante que hombres y mujeres cola to de hombres que estén de acuerdo con los cambios, como mujeres y
boren para construir una sociedad más equitativa y justa.  jóv ene s. Las acc ion es que han inc orp ora do a los hom bre s com o  p r o m o t o -
resjdfiJas.nplíLicasdesgnero   han   logrado 
logrado  convocar a muchos participan
tes, como la campaña del lazo blanco en Canadá.
Por otro lado, se requiere que las políticas abarquen diversos ámbitos:
CO MP L E JI D A D D E L A S P O L Í T I CA S
el sector salud, la educación, la familia, los adolescentes, la infancia, el
sector justicia, el ámbito legislativo y el laboral.
Las políticas públicas deben responder también a la complejidad que
implica la construcción de la posición masculina. Por un lado, es im
portante revisar las leyes, los códigos, las normas formales e informales,
CONCLUSIONES
los reglamentos y los criterios que definen el tipo de sujeto que debe partici
par, hacerse responsable, y al encargado, al beneficiario en fin, de cualquier Es necesaria una crítica a las políticas que han contribuido a la reproduc
función, así como al usuario de servicios, ya que desde ese nivel se institu ción de la distancia y jerarquización de los individuos, a las práctica s y
cionalizan los privilegios y las jerarquías. significados que reproducen la distinción.

313
C U U N   0 A D  Y L A S P O L Í T I C A S P Ú B L I C A S
312 D E B A T E S SO BRE M A S C U U N I D A D E
M A S

.2000b.  The Man and the Boys.  Australia, Alien and  Unwin.
Se debe promover que los hombres participen activamente en las
FOSTER,  Johanna. 1999.  "An Invilation  lo Dialogue: Clarifying the Position  on
acciones dirigidas a la equidad de género, por ejemplo, en la   erradicación
:"  Feminist  Gender Theory in Relation to Sexual Difference Theory",  Gender
de la violencia contra las mujeres, la vigilancia y promoción de la salud
and  Society  13 , pp.  431-456.
etcétera. HAWKESWORTH,   Mary.  1999.  "Confundir el  género",  Debate Feminista  10,  vol.
Las políticas laborales deben dirigirse a la creación de una cultura que
20, pp. 3-48.
considere el trabajo doméstico, el cuidado y la atención como una respon
Sc OTT, Joan.  1996. "El género: una categoría útil para el análisis histórico", en
sabilidad compartida socialmente, que tanto el trabajo remunerado de las
Marta Lamas (comp.), El género: la construcción cultural de la diferencia sexual.
mujeres como el de los hombres contribuya a la satisfacción de necesida
México, P U E G - U N A M / M i g u e Ángel Porrúa.
des de reproducción social. Las políticas públicas deben estimular estra
SEIDLER, Víctor. 2000.  La sinrazón masculina.   Masculinidad y teoría  social. Méxi
tegias que
co,   PUEG-UNAM/Paidós.
co,
SiLVEIRA, S. 2000.  'Políticas públicas de equidad de género en el trabajo en los
—  Sensibilicen a los tomadores de decisiones en cuanto a la impor países del Cono  Sur".  Seminario Internacional:  Trabajo, Género y Ciudadanía
tancia de favorecer la participación de los hombres en el cuidado y en los países del Cono Sur. Montevideo, 6, 7 y 8  de^eptiembre de 2000.
crianza infantiles, en el cuidado de la salud, en el trato respetuoso
y democrático en las relaciones de parentesco. En la importancia de
la participación de los hombres para la digna inclusión de  los  niños
y las niñas en la sociedad.
—  Revisen el  pa pe l . de   la educación y ios medios masivos en la re
producción de los estereotipos y representaciones colectivas
que propicien y legitimen la violencia, la autoridad y los privilegios
masculinos.
— Promuevan en las instituciones públicas y entre empresarios y or
ganizaciones civiles, el diseño de políticas que desarticulen los me
canismos que favorecen la dominación y el control masculinos.
— Revisen y transformen las leyes y códigos que favorezcan y permi

tan los privilegios masculinos.


—  Supervisen la implantación de políticas que socaven el control mascu
lino, y que evalúen su impacto en el desarrollo y bienestar social.

B IB LIOGR AF ÍA
BARBlERl,   Teresita de. 19 98. "Acerca de las propuestas metodológicas feminis
tas", en Eli Bartra  (comp.),  Debates en torno a una metodología feminista.
México,  PUEG-UNAM.
CARDERO, Mana Elena. 2002.  "Macroeconomía,
"Macroeconomía, políticas públicas y género", en
 Documentos de trabajo en análisiseconómico, http://eawp.economistascoruna.org
http://eawp.economistascoruna.org//
archives2/vol 1
archives2/vol  /index.asp
 1 n 11 /index.asp
CONNELL, Robert W. 200 0a. "Underst anding Men: Gender Sociology and the New
International Research on Masculinities", conferencia dictada en el Departa
mento de Sociología de la Universidad de Kansas, 19 de septiembre de 2000.

[ Q U I D A D   D E  G ÉN
AVANCES RESIÉSTENCI
Y RESIST Y  POLÍTICAS
N EENCIAS
R O AS   E N USR COMPLEJ
EN CO NTEXTO U G U A Y . OS
 COMPLEJOS

  Güida
Carlos 
Carlos

INTRODUCCIÓN

1 n este trabajo revisamos, en un prime r mo me nt o, el estado de las


las polític as

públicas
v n t i n u a  en
c i ó Uruguay, críticamente
n ,   realizamos un brevedescritas
análisis desde el enfoque
del proceso de género. A
de institucionali-
ción  de género en Uru guay y, para finalizar, nos de tene mos en la inte rsec
an  entrepolíticas públicas y la masculinidad. Si bien analizamos el con
texto  de un país en particular, algunos procesos y aprendizajes podrían
considerarse un aporte a la reflexión conjunta con experiencias de otros
países de la región.
Nuestro énfasis en la salud sexual y reproductiva se debe a que éste
ha sido el campo en el cual se ha producido una mayor movilidad política,
académica y social en el contexto uruguayo, con avances y resistencias
dignas de ser problematizadas desde la dimensión de género y las   m a s c u -

linidades, y también
tra trayectoria porqueenesdicho
profesional el aporte que podemos realizar dada nues
campo.

GÉNERO EN LAS POLÍTICAS PÚBLICAS.


EL ESTADO DE LA CUESTIÓN EN URUGUAY

Hablar de  políticas  públicas en el actual contexto invita al debate. Una de


las críticas más frecuentes al gobierno nacional   —crítica  proveniente
de un amplio espectro de actores políticos y   s oc i a l e s —  es justamente el
hecho de no contar con políticas gubernamentales claras en relación con

el empleo ,  e sector productivo, las políticas económicas y con las políticas


sociales.
Entendemos por políticas públicas la compleja relación entre las polí
ticas económicas y las sociales. En ese sentido, estas últimas, en países
donde se aplican modelos económicos neoliberales, se nos presentan como
"correctivos**   de las profundas desigualdades que tiende a generar el mo
delo socioeconómico vigente.

[315]

316
DEBATES S O B R E  M A S C U U N I I
VD   DE   G É N E R O V P O L Í T I C A S EN U R U G U A Y  31 7

contexto crítico   por el que atraviesa nuestra nación, no se puede


En el contexto crítico entre  15 
familia tiene entre  15  y 49 años, la jefatura femenina es  es   15 
15  veces superior
pensar en en  políticas 
políticas  públicas en su dimensión económica ni en su   dimensión
a la masculina. Los últimos informes del Instituto Nacional de Estadísti
social, sin considerar la subordinación y el escaso margen de   maniobra
cas
cas   señalan que de los hogares con jefatura femenina, más de la tercera
respecto de los dictados de  de  los
los   organismos crediticios internacionales, y
parte (33 por ciento) están ubicados dentro del 20 por ciento de los hoga
a la vez, no intenta agotar la responsabilidad por la grave crisis social.
res más pobres.
Las políticas sociales en Uruguay se han caracterizado por su   sectora-
democrática  ( 1 9 8 5 ) , ,  ha habido diversas acciones
Desde la reapertura democrática 
lización   y su tránsito paulatino desde la   universalización  hacia  \a   focaliza-
ción,  tanto en sus estrategias como en sus objetivos. Tal como se plantea
en   la
en la   sociedad civil para impulsar planes y programas nacionales en   el
en un estudio reciente, "el actual sistema  sistema  institucional 
institucional  está construido campo de la prevención y atención de la violencia doméstica, de la aten
sobre la base de una perspectiva sectorial que pretende responder a los ción integral a la infancia, la adolescencia y la salud reproductiva; de la
diversos problemas sociales como si fueran independientes unos de otros. erradicación   del trabajo infantil, etc., que nos permiten una relectura des
erradicación
No alcanza con coordinar, no se trata de yuxtaponer acciones, se requiere de la perspectiva de género.
de una estrategia integral" (Kaztman y  y   F i l g u e i r a , ,  2 0 0 1 ) . En las últimas dos décadas, se han aplicado diversas iniciativas en rela
Martorelli   ( 1 9 9 4 ) , ,  analizando las políticas sociales en Uruguay, afirma
Martorelli ción con  / i   articulación de estrategias y acciones entre el Estado, la socie
que "se han construido organismos con competencias y actividades con dad civil organizada y los organismos de cooperación internacional, a tra
centradas y  y  c e n t r a l i z a d a s , ,  pero a la vez de fuerte tendencia centrífuga, en vés de la elaboración de pla nes y programas y de la inte rvención de servicios
virtud de la inexistencia de sistemas de seguimiento   útiles".' estatales a través de las organizaciones no gubernamentales (ONG).
Es así que, en un país que se ha caracterizado por mantener el menor Un aspecto que cabe señalar es la pérdida del discurso crítico o la
nivel de inequidad en América L atina, diversos estudio s alertan sobre el reorientación del discurso de muchas ONG; en la medida  medida  en
en   que se en
grave deterioro de las condiciones de vida y la profundízación la  profundízación de  de la brecha cuentran condicionadas por el presupuesto estatal y de los organismos de
entre los sectores socioeconómicos en los últimos años. La inestabilidad cooperación, sus acciones son  son   autocondicionadas perla 
perla  agenda de dichas
de la región hace aún más grave la posible recuperación socioeconómica recuperación  socioeconómica instituciones.
en el corto plazo. De tal forma que un a tasa de desemp leo a nivel nacional, Revisaremos algunos ámbitos desde los cuales se han producido y pro
muy próxima a 20 por ciento en el tercer trimestre de 2002 y 50 por ciento cesan avances y resistencias, tanto en la dimensión política, como en las
de niñas y niños que viven en situación de pobreza, resultan datos novedo prácticas cotidianas.

sos en la otrora denominada "Suiza de América".


Entendemos que el análisis del contexto uruguayo reviste particulari
C UAN DO LAS R ESISTEN C IAS DESN UDAN LA C ON F IGUR AC IÓN
dades, en la medida en que, luego de haber liderado desde principios del
DE LAS PRACTICAS DE GÉNERO
siglo XIX una serie de reformas sociales enmarcadas en la estabilidad eco
nómica del "país modelo", comienza a perderse paulatinamente dicha es
Desde hace una década, en el ámbito legislativo ha tomado impulso una
tabilidad y a afectarse crecientemente los logros sociales obtenidos.
serie de proyectos parlamentarios que han abordado problemáticas socia
Así, en las últimas tres décadas, las mujeres jefas de familia pasaron
les inherentes al campo de la salud reproductiva y la violencia doméstica.
de 18 a 29 por ciento del total de jefaturas de hogar; destaca que en los
Analizando los fundamentos que sustentan dichas iniciativas legislativas,
hogares monoparentales en los que hay niños y adolescentes y el jefe de
es posible visualizar que se basan   mayoritariamente 
mayoritariamente  en el Modelo Mujer
(Moser,   1 9 8 8 ) .
en el Desarrollo (Moser, 
1
  Martorelli  define como políticas sociales el "conjunto de decisiones, objetivos, activi
Las dificultades para integrar al género como dimensión, tanto en el
dades y recursos operados por el Estado democrático (ya sea que los órganos estatales diseño como en el desarrollo de proyectos que quieran quieran   mejorarlas 
mejorarlas  oportu
los operen directamente o bien !o hagan los particulares   —sector  privado y sociedad de l as
nidades de l as   mujeres, pueden examinarse a través de algunos temas.
civil   organizada—  bajo la regulación, el estímulo o los recursos estatales) para incre En la  Le y  de Acompa ñamient o en el Parto (agosto, 2001)
la Le (agosto,  2001)   se promulga
mentar la igualdad de oportunidades y atenuar  la  desigualdad de condiciones". Las po que "toda mujer durante el tiempo que dura el trabajo de parto, incluyendo
líticas sociales en el Cono Sur, Uruguay,   CLAEH-UNICISF
CLAEH-UNICISF,,   1994.
el momento mismo del nacimiento, tendrá derecho a estar acompañada de

318 •  ; ~  irj-D DE   GÉNERO  Y   POLTCAS EN UR UGUAY  31 9


DEBATES S O B R E  M A S C U L I N I D A D E S

una persona de su confianza" (artículo  1 ).   Si bien constituye  constituye  un 


un  avance •i.   varones   son 
mientras que en los servicios públicos los varones son  expulsados de los
en los derechos reproductivos de las mujeres usuarias de los servicios  servicios  del de   embarazo, el
i .   espacios vinculados a la anticoncepción, el control de embarazo, el parto y el
subsector público, la ley no explica la posibilidad de que dicha figura privados  —de
puerperio, en los servicios privados  —de   algunos años a esta 
esta  p a r t e — 
—  se
encuentra cada vez más validado el hecho que el padre participe. Sin embar
omisión  —present e 
pueda ser el padre. Esta omisión —present e  desde la argumentación de la
go, el malestar se encuentra presente aún en el sector privado: en entrevistas
l e y — 
—   ha contribuido a que 
que  ia 
ia  prohibición de la presencia masculina du
realizadas a padres que han vivido la experiencia, y previamente han partici
rante el trabajo de parto, y del parto propiamente dicho, continúe vigente pado en los cursos de preparación de parto, ellos señalan que el personal de
hasta la fecha en la mayoría de los servicios. salud   —fundamentalmente 
salud —fundamentalmente  mujeres— 
mujeres—  les hace sentir ya en la sala, que ese
En el marco de las indagaciones curriculares de pregrado que realizan "no es su lugar" o "que intenten no entorpecer durante las maniobras".
de   P s i c o l o g í a ,   se realizaron entrevistas a profe
estudiantes universitarios de  2

sionales de la salud del Centro Hospitalario Pereira —Rossell  —e de


l  centro de Desde la Ley de Prevención de Violencia Doméstica (julio, 2002)
atención materno infantil más importante del  del  p a í s —   a efectos percibir —fruto 
—fruto  de años de movilización de  de   la
la   sociedad civil, fundamentalmente
las 
las  resistencias a la incorporación paterna en los servicios. Los discursos de las ONG que conforman la Red Uruguay contra la Violencia Doméstica
de la prohibición se basan, por una parte, en la carencia de indumentaria y  S e x u a l — 
—   se promueven acciones tendientes a la prevención de la vio
para entrar a la sala de partos y, por la otra, a la "trasgresión" a la privacidad lencia en el ámbito doméstico y a la promoción de la atención integral a la
de las otras mujeres, argume ntos por demás débiles , pero justificados ante víctima. Se genera la posibilidad de trabajar con los varones en dos aspec
los varones de sectores populares. Observemos que las y los usuarios tos: e l  primero atiende a "la rehabilitación y la reinserción social  d el
tos: e el   agre
de los servicios públicos se refieren al carné de salud estatal como "carné de sor" definiéndola como parte de "una política que procure proteger a todas
pobre" y entienden que tener acceso a los servicios es un favor que se les las personas relacionadas". El segundo aspecto que   deseamos destacar
deseamos destacar es
otorga. Esta idea también está presente en el imaginario colectivo y, el hecho de que se crea el Consejo Nacional Consultivo de Lucha contra
específicamente, en los trabajadores de la salud. la Violencia Doméstica, en la órbita del Ministerio de Educación y Cultu
Ya con la ley vigente, los estudiantes entrevistaron a mujeres que ra, integrado por representantes de diversas instituciones estatales y de
habían parido recientemente, y que podrían haberse beneficiado de este ONG especializadas. La interrelación entre ambos aspectos  aspectos  — r e h a b i l i ttaa 
derecho . Sin embargo, las ma dres des conocía n la existencia de la ley y ción y reinserción social del agresor e involucramiento de varias institucio
—lo  m ás  s o r p r e n d e n t e — , ,  interpretaban que se trataba en realidad de una políticas   s o c i a l e s — 
nes que ponen en práctica políticas  —  constituye una oportuni
prohibición, pues ese derecho sólo les correspondía a las usuarias de los dad para incorporar la dimensión de género. En este momento, la aplicación
servicios de salud privados. la le y  tropieza con dificultades, dada la escasa capacitación de los fun
de la le
Otras  i n d a g a c i o n e s   han mostrado que la prohibición abarca también
Otras  3
cionarios del Poder Judicial para abordar una demanda que superó todas
la posibilidad de que los varones cuiden de sus hijos en las salas pediátri las   expectativas.
las
cas durante horas de la noche, con los efectos negativos en la condición El proyecto de Ley de Defensa de la Salud Reproductiva promueve
de salud y laboral de las madres. la despenalización del aborto en determinadas condiciones. Es el cuarto
Se observa la acción disciplinaria de género y de clase desde la prácti proyecto presentado desde 1985, y el primero que ha ingresado al pleno
ca profesional en los servicios sanitarios públicos. Tal como lo afirmamos de la Cámara de Diputados desde 1938. Su reciente aprobación constitu
en otro trabajo, los servicios de salud consolidan las prácticas  hegemónieas
ye un importante avance en relación con los derechos reproductivos de las
de género (Güida, 2000):
mujeres.
Un frente novedoso lo ha constituido la irrupción de un grupo de mé
dicos que promueve Iniciativas Sanitarias contra el aborto provocado en
2
 En el marco del Curso Niveles de Atención en Salud. Área de Salud, Facultad de Psico
condiciones de riesgo, grupo constituido en su mayoría por varones gine-
logía de la Universidad de la República,   2 0 0 1 . cotocólogos, quienes han desarrollado una propuesta debidamente funda
3
 En el marco del Seminario "Adolescentes y sector salud" y del Seminario "Género, salud mentada que expone el problema del papel de los profesionales de la sa
y participación comunitaria", Carlos Güida (coord), Área de Salud. Facultad  de
 de   Psico lud, en lo que hace a la condena ética y a la denuncia obligatoria de las
logía de la Universidad de la República.
Han   e n v i a -
mujeres que han interrumpido voluntariamente su embarazo. Han

320 : UIDAD DE  GÉNERO  V  POLTCAS EN   URUGUAY


321
D E B A T E S  S O B R E  MASCUUNIDADES Q

documento  técnico 
do al Ministerio de Salud Pública un documento  técnico  que intenta jad
jad   de atención, y menos aun en la incorporación de  de   los
los   varones a los
modificar las actuales prácticas profesionales, enmarcadas en la actual •ervicios.   A pesar de ello, el Área de   Educac i ón 
•ervicios. ón  para la Salud Sexual y
legislación, y que promueve la consejería antes y después del aborto. Lo Reproductiva de dicho proyecto generó instancias de formación y sensibi-
destacable es que estos médicos adopten un enfoque desde los derechos ización   de distintas poblaciones desde un enfoque de género, que   i n c l u -
ización
reproductivos de las mujeres. Sus acciones han sido apoyadas por el Sindi reron
reron   la sensibilización en la salud reproductiva de varones: médicos de
cato Médico del Uruguay   ( S M ü )  y la Sociedad de Ginecología del Uru maestros  ( 1 9 9 8 - 2 0 0 0 ) .
familia, soldados, estudiantes de secundaria, maestros 
guay  (S GU ) . Dicho proyecto fue sucedido por el Programa de Salud Integral de la
Detengámonos un poco en la atención a la salud reproductiva. Ésta Vlujer   (PSIM).  NO sólo desaparece la alusión a la paternidad, sino que se
ha sido considerada por varios actores sociales y académicos como un lu ;ustitu
;ustituye
ye la denominación des de la salud reproductiva. Cabe destacar cómo

gar privilegiado desde el cual se fortalece la capacidad de las mujeres en e denomina "proyectos" o "servicios de salud  salud   reproductiva" a
reproductiva" a los que sólo se
relación con el autocuidado, con la negociación sexual y con la genera ¡entran
¡entran en  en la "planificación familiar", familiar", así como a   determinados programas
determinados programas
ción de proyectos de vida no condicionados por la maternidad. Uno de   los le "regulación de la fecund idad" se les identifica co mo de   salud integral de
obstáculos más frecuentes en nuestro país para la implantación   deqbrogra- a mujer.
mas   de salud reproductiva de calidad es la precariedad de recursos en la En el reporte final de la investigación  Factores vinculados a la   incorpo-
que se enmarca. Es lo que hemos denominado un "encuentro de pobres": ación 
ación  de un programa de atención integral a la  la   mujer 
mujer  en el marco de un
las mujeres en situación de pobreza consultan en servicios públicos con nodelo 
nodelo  de atención materno   infantil''  (López Gómez y  y   col., 2002), 
2002),  se
se   explo-
carencias críticas. ó —ent re  re  otros 
otros  a s p e c t o s — , ,  la influencia de los varones en las decisiones
En un contexto de crisis paradigmática y económico-financiera del «productivas   de sus parejas. A partir de diversas técnicas se indagaron
«productivas
sector salud no puede hablarse de una reforma del sector: aspectos concernientes a la negociación sexual, al inicio de las relaciones
sexuales y a las decisiones referidas a la maternidad.
[Los  cambios] han
[Los cambios]  han respondido más bien a un patrón de reestructuración pa La percepción de las mujeres  mujeres   —la —la   mayoría de ellas en situación de
siva del sector que a una política activa. Distintas propuestas de reforma p o b r e z a —   respecto 
respecto  deídeí   lugar de los varones en las decisiones sexuales y
desde la transición
fueron ensayadas desde la  transición democrática, orientadas tanto a superar reproductivas, se hizo evidente en diferentes campos. En cuanto al uso de
los déficits crecientes del seguro social de salud  (mutualismo)
 (mutualismo) como
 como los pro preservativos, 70 por ciento de las usuarias afirmó no utilizarlo nunca,
blemas de ineficiente y mala calidad de atención a nivel del sector público.
aduciendo, 58 por ciento, que esto se debía al uso de otro método anticon
Sin embargo, diversos bloqueos políticos han inhabilitado no sólo  la   reforma,
sólo la
sino también un debate público más compartido por los uruguayos sobre el ceptivo; sólo 3 por ciento lo atribuyó al rechazo de la pareja. En entrevistas
tema (Moreira y Fernández,   Í997) . más detalladas, sin embargo, algunas mujeres afirmaron que "a mi compa
ñero no le gustaba, se lo sacaba [el preservativo] yo nunca hablé, me doy
de  1 9 9 6 ,,   y contando con apoyo del UNFPA, comienzan a
Hacia fines de  ese   tema
cuenta de que ese  tema   nunca lo tocamos. Por ejemplo, yo 
yo  quería 
quería  tener
implantarse en Uruguay dos proyectos de salud reproductiva, ubicados en hijos y no le pregunto al hombre si lo quiere". El 90 por ciento de las
mujeres que declaró usar siempre preservativo, explicó hacerlo para evitar
el ámbito del Ministerio de Salud Pública (MSP) y de la Intendencia Mu mujeres que declaró usar siempre preservativo, explicó hacerlo para evitar
nicipal de Montevideo   (ltVlM).  En el caso del MSP, la denominación del embarazos, y 64 por ciento lo relacionó con la protección de las infeccio
Según  15 
nes de transmisión sexual. Según  15  por ciento de las encuestadas, el uso
primer proyecto fue auspiciosa: Proyecto de Salud Reproductiva Materni
estricto del preservativo se explica por el temor de los varones al sida. Ante
dad-Paternidad Elegida (PMPE). Sin embargo, en el plano de los servicios
una imaginaria situación de tener que   resolver el conflicto   en que la mujer
de salud, no fue posible avanzar más allá de la consulta ginecológica como
desea usar preservativos y el varón los rechaza, 54 por ciento de las usua
ámbito para el acceso a los métodos anticonceptivos, tarea prioritaria y
rias afirmó que la situación se resolvería evitando las relaciones, y   15 
15  por
relativamente integrada a otras prácticas profesionales del campo de la
salud reproductiva. El número de consultas de varones en orientación y
asistencia anticonceptiva fue menor a 1 por ciento del total de consultas 4
López  G ó mez,
 A. López  mez,   W. Baria, M
Baria,  M .  Contera, C. Güida, "Proyecto ejecutado por  la
 la   Cátedra
efectuadas. Las resistencias múltiples que atravesó el PMPE   — b u r o c r á t i  Salud   Rep r o d u ct iv a,
Libre en Salud  a, Sexualidad
 Sexualidad y Género de la Facultad de Psicología", con

gremiales,  i d e o l ó g i c a s — 
cas, gremiales,  —  no permitieron siquiera avanzar en la 
la  cali- apoyo de  F U N S A L U D ,
  2002.

322 ,  DE GÉNERO  Y   POÜriCA S  u»URU 323


DEBATES SOBRE MASOJEINIDADES
E c J D A D

ciento
ciento   admitió la 
la  imposicióiB 
imposicióiB  de de   los
los   criterios del varón. Los varones son sis ha estado en la consulta de las   m u j e r e s , ,  si bien el enfoque ha sido, y
identificados por las mujeres como los  los  principales 
principales  partícipes en la elec continúa siendo, integral y y  p a n í e i p a t i v o . .  Son mujeres de las diversas co
ción del método (48 por  por  d e n t ó . .  Sin embargo, sólo 32 por ciento de las quienes  autogestionan 
munidades quienes  autogestionan  un banco de anticonceptivos; los y las
encuestadas identificó a sa s u  pareja como la persona con quien habla sobre profesionales son capacitados en salud integral y salud sexual y reproductiva,
asuntos relacionados con so sexualidad. asimismo han mantenido la estabilidad laboral, en una política municipal
Esto parece confirmar que las situaciones de dominio/subordina coherente y continua durante doce años. En cierta medida, la ausencia de
ción de género son más  más  complejas 
complejas  de lo que algunos profesionales de la espacios específicos para la consulta de los varones, relativa a la anticon
salud definen como una interacción entre el   varón  pobre-ausenie-borra- mensaje:  el
cepción, constituye un claro mensaje:  el   cuidado en tomo a la regulación
cho-golpeador   y la  mujer   pAre-nunca 
pAre-nunca  suficientemente buena madre. de la fecundidad es un tema de mujeres.
En esta investigación, las entrevistas a directores y técnicos permitie Tanto en los programas del gobierno central, como de los gobiernos
ron aproximarse a las ideas  y  y percepc iones s obre los varones en calidad de municipales, a las dificultades del acceso masculino a los servicios, se le
parejas de las mujeres usuarias, así como a las acciones dirigidas a la salud suma la escasa oferta de métodos confiables para varones: los preservati
reproductiva de los varones. El análisis de las entrevistas permite afirmar que vos y la vasectomía. La accesibilidad a la  la   vasectomía 
vasectomía  es prácticamente
este campo no ha sido considerado por los servicios de atención primaria. nula para los varones de sectores populares, más aun que la ligadura tubaria
Esta   invisibilidad 
Esta invisibilidad  del papel de los servicios en relación con la salud y los para las mujeres. A pesar de su escaso riesgo y costo, la posibilidad de
derechos reproductivos de los varones, se contrasta con una visión de la ni   siquiera 
acceder a la vasectomía ni  siquiera  se la plantean los responsables de pro
salud reproductiva y la anticoncepción como campos asociados exclusiva gramas y servicios. Un urólogo, entrevistado recientemente, afirmaba que
mente a la salud de la  mujer.  Esto se hace evidente en las entrevistas, a practican vasectomías   porque "está prohibido por la Constitución". In
no practican vasectomías
través de los testimonios de directores de centros de salud: "En cuanto al terpretan los métodos irreversibles como productores del cese de una fun
varón, es una población que no existe para nosotros. No sabemos dónde ción orgánica. Sin embargo, en el ámbito privado, al igual que sucede con
está. Es todo un tema", afirma uno de ellos, mientras otro sostiene: "la la ligadura tubaria, el olvido de la norma constitucional se relaciona con el
mujer tiene más conciencia de su salud reproductiva, el hombre no le da lucro financiero.
importancia. Adolescente, joven o adulto   [...]  Acá vos ves que la mujer Pensar en la posibilidad de consulta masculina en el campo de la
tiene el ganch o de lo obstétrico, del hijo, de la pediatría. El varón creo que salud reproductiva implicaría un verdadero desafío a la hora de planearla;
no tiene gancho, ¿no?". Un ginecólogo plantea: "son muy pocos los hom desafío que requeriría un cambio de actitud y la capacitación de los

bres que   [...]  y menos aún los que entran a la con


sulta. No acompañan
habráa   la
sé si habrá  mujer
mucha
mucha 
  timidez en eso, porque hay hombres que equipos de salud, más que un cambio administrativo-financiero-tecnoló
gico. Pero ello conllevaría, sin duda, al cuestionamiento del actual mode
acompañan a las mujeres pero no entran jamás. No se los invita   [...]  no sé lo de atención, centrado en la atención materno infantil y en las prácticas
muy bien, porque yo estoy sentado detrás de un escritorio y es la partera la (Güida,  2 0 0 0 ) . .  Cabe agregar que son excepciona
de disciplina sanitaria (Güida, 
que sale a llamar, ¿no? Hay hombres que piden para entrar, pero son los salud   reproductiva 
les los servicios de salud  reproductiva  orientados a hombres en  en  los
los   países
menos". Algunos técnicos y directores describen las relaciones de dominio latinoamericanos.
de los varones sobre sus parejas, evidentes tanto en la imposición de tener La Intendencia Municipal de Montevideo es la institución que más
hijos propios, como en la prohibición del uso de métodos anticonceptivos. ha avanzado en la última década en cuanto a las políticas sociales orienta
Como lo afirma una partera de Centro de Salud: "incluso tengo pacien das a la equidad de género. La administración del Encuentro Progresista
tes que me dicen:  dicen:   'yo no
'yo no voy a tomar anticonceptivos, porque mi marido no del municipio montevideano se ha  ha   caracterizado, 
caracterizado,  por promover niveles de
q u i e r e ' . .   Y con el  DIU   también pasa muchísimo". participación creciente en la población: la la   d e s c e n t r a l i z a c i ó n , ,  las eleccio
De aquí se desprende la necesidad de profundizar en el imaginario de los nes de consejos vecinales y la elaboración de convenios con ONG de muje
varones en cuanto a los significados de la paternidad, la constitución del nú res han contribuido en ello.
su  autoimagen   en la vida pública y en la vida privada.
cleo afectivo familiar y su autoimagen A través de la Comisión de la Mujer, la Comisión de  la  la   Juventud y la
En otro programa al que hacíamos referencia, Maternidad Voluntaria División Salud, se incorporó paulatinamente el enfoque de género como
Atención   Integral 
e Informada, del Programa de Atención  Integral  a la Mujer   (PAIM),  el
el   énfa- un eje de las acciones. A partir de las iniciativas de   la Comisión  Comisión  de la

324 325
D E B A T E S S O B R E  M A S C U L I N I D A D E « EQUIDAD DE GÉNERO Y  P O L Í T I C A S  E N URUGUAY

Mujer y del apoyo recibido por organismos de cooperación internacional ticamente nulos. Actualmente está dedicado a realizar un diagnóstico de
se desarrollan continuamente múltiples estrategias de género. Si bien el la situación de la mujer en Uruguay, con apoyo de la Comisión Económica
enfoque ha sido prioritariamente Mujer en el Desarrollo (MED), se vislum América  Latina  (CEP A L)  y a la creación 
para América  creación  —en   un 
un   futuro-— 
futuro-—  de un Plan
bran acciones tendientes a transitar hacia Género en el Desarrollo (GED) bien   los
Nacional de Equidad. Si bien  los   discursos se han centrado en el enfoque
Algunas iniciativas parecen mostrar su disposición para ello: la creación MED, ni siquiera ha logrado acciones desde ese   paradigma, llegando
paradigma, llegando inclu
del Espacio Varón Adolescente en los Centros Juveniles, articulado con el so a plantearse estrategias antifeministas.
Espacio Mujer Adolescente, implicó revisar las prácticas de los educado En el campo de las políticas juveniles, ¡a creación  del  del I I nstituto Nacio
res varones y sistematizar los resultados de las nuevas modalidades nal de la Juventud ha incidido en el establecimiento de algunas líneas
socioeducativas. La capacitación a técnicos de los servicios sanitarios mu estratégicas comunes, aunque su dependencia de  de   diversos m
diversos m i n i s t e r i o s , ,  en
nicipales en salud integral y en derechos sexuales y reproductivos de ado
las  m a s c u l i n i d a d e s .
lescentes ha incluido el problema de las  un periodo menorAquí
gubernamentales. a cinco años, habla
el género está ausente. de la inconsistencia de políticas
Asimismo, la puesta en marcha del Plan de   Igualdad 
Igualdad  de Oportunida Desde  1 9 2 1 ,  ingresó el primer proyecto de ley al Parlamento para in
la  Ci udad' de 
des y Derechos para la  de  Montevideo merece especial atención. troducir la educación sexual sexual  en en   elel   sistema 
sistema  e d u c a t i v o , ,  pero aún no se ha
El Plan, elaborado por la Comisión de Género y Equidad del Parlamento aprobado ningún programa al respecto. Si bien han existido múltiples in
Nacional (2001/02), se propone articular las diversas estrategias y accio tentos pedagógicos, la educación sexual ha sido transformada en debate
nes municipales, invitando a diversas instituciones para su puesta en mar político, con argumentos y fundamentos con un alto  alto   grado 
grado  de prejuicio e
tensión MED- GED, 
cha. Aún persiste la tensión MED- GED,  situada la primera en lo metodológico ignorancia por parte de las  las   a u t o r i d a d e s , ,  y con la oposición sistemática de
y la segunda en lo declarativo. Es decir, la incorporación del enfoque de las autoridades de la Iglesia católica. Hoy existen programas piloto, inten
género no se agota en el empoderamiento de las mujeres, sino que debería tando,  una vez 
tando,  vez  más, superarlas barreras ideológicas d ideológicas  d el
el s  s i s t e m a . .  La forma
repensar estrategias y acciones para disminuir las resistencias masculinas e ción de docentes de educación primaria y secundaria no contempla el tema
incorporar activamente a los varones en el cambio. En ese sentido, el Plan de  la   sexualidad humana; igualmente, el enfoque de género es inexistente.
de la
de Igualdad de Oportunidades y Derechos propone en algunos párrafos la En el marco de la educación terciaria, la Universidad de la República,
necesidad de incorporar a los varones en los empleos no tradicionales y en institución que reúne 90 por ciento de la matrícula universitaria, ha avan
los espacios Varón Adolescente, pero en la misma medida, no se los consi de   la
zado en los últimos años en lo relativo a la incorporación de  la dimensión
 dimensión
dera más allá de su carácter de adolescente/joven o técnico municipal. No destaca  la
de género. Se destaca  la   creación de la Red Temática sobre Estudios de
se visualiza aún al varón ciudadano como sujeto protagónico de  de  c a m b i o . Género. En junio de  2 0 0 1 ,  la coordinadora de la enseñanza recibió una
El Programa de Fortalecimiento de Estrategias Educativas en Sexuali delegación de parlamentarias, quienes expresaron su preocupación e inte
dad y Género, a partir del cual se propone contribuir al desarrollo de iden rés acerca del desarrollo e integración de   loslos   estudios de género en los
tidades independientes de los condicionamientos de género, es una iniciati programas de los diferentes niveles educativos. A instancias del rectorado,
va municipal que apunta a la educación no sexista. No obstante, a nivel del todos  l os
se convocó a todos l os   servicios de la 
la  UDELAR 
UDELAR  a participar en una reunión
sector educación, los avances han sido mínimos en las ultimas décadas. de  géneio 
de intercambio sobre el estado y desarrollo de los estudios de  géneio  en
En la órbita del Ministerio de Educación   y  Cultura se encuentra el nuestra Universidad. Los servicios reunidos generaron un documento que
Instituto de la Familia y la Mujer. Le antecede a su creación el   Instituto dInstituto d e contiene la propuesta de creación de la Red Temática sobre Estudios de
la Mujer, el cual fue abolido en   1 9 9 0 , ,  sin haber logrado avances. En Género, en la que se explicita:
1 9 9 2 ,,   se creó el actual instituto, cuyo cambio de nominación es por de
más significativo. En la fecha en la que se realiza la sustitución, y tal como
En nuestro país, el desarrollo de los estudios de género constituye una mate
lo señala su actual directora en una   e n t r e v i s t a , '  los avances han sido prác- ria pendiente de la Universidad de la República. A iniciativa de   algunos/as
integrado  —en algunos
docentes, se han integrado —en  algunos   servicios—aport
servicios—aportes
es   conceptuales y
metodológicos en instancias curriculares, en otros se han desarrollado ins
5
  Publicada el 16 de noviembre de   20 0 2,  La   República 
2,  en  La República  de las Mujeres,  diario  La tancias académicas específicas que focalizan este campo, y en otros se
República. constatan vacíos. Se observan iniciativas que llevan adelante proyectos o

326 IOAO
O   DE G É N E R O Y
Y   P O LÍ T I C AS
AS E N U R U G U AY
AY
32 7

BA T ES S O B R E M A S C U L I N I D A D E S
D E BA

programas sobre gén.ero   en algunos departamentos de las Facultades de género.  Es decir, si bien no existen estudios específicos que rescaten el
Ciencias Sociales  (Sociología y Ciencias Políticas), Psicología y Humanida ¿ocurso de mujeres y varones, desde una mirada de género, tampoco ocu
des y Ciencias de la Educación. En el Instituto de Enfermería se ha incorpo pan un lugar relevante en los estudios académicos en torno a los sectores
rado el sesgo de género a los planes de estudio. Existen núcleos con diverso salud, educación, productivo y al análisis de políticas sociales.
grado de desarrollo en las Facultades de Arquitectura y Derecho. Los estudios específicos de monitoreo se basan, en su enorme mayo
ría, en información cuantitativa, en informes de personal calificado o en
Los objetivos trazados en ese entonces, guían actualmente las accio ¿  :os de fuente secundarias. La revisión de numeros os reportes de inves-
nes de la Red Temática,  la  cual fue aprobada por el Consejo Directivo i _ación nos permite afirmar que, lejos de considerar el género como cate
Central, hacia fines de 2 0 0 1 .  Estos objetivos son fortalecer el desarrollo de goría d s análisis  relacíonal, los   informes rescatan la condición de las  muje-
los estudios de género en la Universidad de la República; realizar un relevo pobres, de manera recortada y haciendo énfasis en su condición
y diagnóstico del est ado y desarrollo alcanzado por los estudios de género en productora". Es decir, se percibe, aun en estudios desarrollados por es
los distintos servicios universitarios, identificando sus grados de institucio- pecialistas  en el campo, que a la hora de operar variables, desarrollar indi
nalización y de reconocimiento e incidencia en las políticas institucionales;
cadores y  fonj/ular recomendaciones lo que predomina es el enfoque MED.
incidir en las políticas y prioridades  universitarias  en docencia, investiga La Intendencia Municipal de Montevideo ha generado, a través de
ción y extensión; fomentar la relación con otros centros universitarios,
diversas instancias participativas, diagnósticos de la situación de las muje
especialmente de la región, e incidir en la definición de políticas públicas
res —fundamentalmente de los sectores popul a re s — ,  recogiendo en foros
a nivel nacional y local, mediante el aporte de conocimientos y asistencia
y encuentros zonales su opinión para la construcción de una ciudadanía
técnica a distintas instancias de toma de decisión.
activa.
Otra iniciativa novedosa ha sido la creación de la Cátedra Libre en
Salud Reproductiva, Sexualidad y Género de la Facultad de Psicología  Presión de  la  sociedad civil   organizada
(1999),  desde donde se desarrollan actividades de investigación, docencia
y extensión para dar visibilidad a las producciones sobre masculinidades. La presión por parte de la sociedad civil en nuestro país, en torno a  la
incorporación del enfoque de género, ha sido prácticamente exclusiva del
movimiento de mujeres. La Comisión Nacional de Seguimiento de los Com
EL PROCESO DE I N S T I T U C I O N A L I Z A C I Ó N  DE GÉN
GÉNERO
ERO promisos de  Beijing  realiza desde hace varios años diversas modalidades
de  cidvocacy, a partir de acciones diversas, como la elaboración y difusión de
En este segundo eje de nuestro análisis, tomaremos como base el modelo estudios, la formación y sensibilización de actores públicos, así como
denominado "Telaraña de la institucionalización", propuesto por Caren de encuentros de carácter nacional. Una de dichas accion es es el Encuen
Levy  (1996), donde cada uno de los nodos es un lugar de poder en el que tro Nacional de  Edilas,  que se desarrolló por tercera vez, en el marco de
se  conjugan prácticas y productos visibles de las organizaciones, valoracio acciones estratégicas para el fortalecimiento de la gestión de las mujeres
nes y motivaciones invisibles. Desarrollamos brevemente algunos temas,
en políticas de género.
teniendo presente que la única institución que ha avanzado en el proceso Asimismo, la Red Mujer y Salud desarrolla acciones a nivel nacional
de institucionalización del género ha sido la Intendencia Municipal de
en el campo de los derechos sexuales y reproductivos, con influencia en el
Montevideo.
campo universitario, en las políticas ministeriales y programas orientados
a Ja atención de la salud reproductiva en el subsector público.
 D ia g n ós ti co de   si t u ci ón 
ón   q u e c o n s i d e r a   ¡  o pi n ió n Las acciones desde los movimientos de varones han sido limitadas y
 de ci u da da n as y   c i u d d n o s con escasa repercusión en el colectivo masculino. En   1990,  se conformó
el Grupo de Reflexión sobre la Condición Masculina, integrado por varo
En cada uno de los sectores en los cuales podrían diseñarse e implantarse nes profesionales de diversas disciplinas (psicología, medicina, filosofía),
políticas públicas, los diagnósticos nacionales o regionales, desde los cua el cual participó en la denuncia de la violencia contra la mujer, y cuestio
les se parte, no cuentan con información relevante sobre las relaciones de nó el papel de los varones en las decisiones   reproductivas.  Hacia  1994, el

328 D E B A T E S SO BRE MASCUUN IDADES E Q U I D A D o G E N E R O   Y P O L Í T I C A SS   EN U R U G L : 329

Grupo se  disolvió y surgió, con  algunos de sus integrantes, el Grupo ETHOS los consejos vecinales y otras modalidades de empcwkT-.I  miento ent re la
que desarrolló en Uruguay la   primera  investigación sobre derechos repro institución y  las/los  ciudadanas/os.
ductivos desde la mirada  masculina,   así como proyectos con estrategias
6
Resulta un hecho inédito en la historia de nuestro país, la voluntad
de formación y sensibilización de varones e instituciones educativas. En política de los varones que ocupan cargos de alta responsabilidad en el
2 0 0 1 ,  se reunió otro grupo de profesionales, denominado Varones por gobierno   municipal de Montevideo, para apoyar   las  diferentes iniciativas
la Equidad de Género, en el  que,  además de la reflexión interna, se llevó provenientes de la Comisión de la Mujer.
adelante una campaña de recolección de firmas entre varones con moti
vo del Día  Internacional  de No Violencia contra la Mujer. Todos estos  P ol ít ic a y   pl ni f i c ci ón
grupos han tenido una existencia acotada.

Las acciones articuladas entre la sociedad civil, con académicas y re Como es sabido, la creación de planes o programas dirigidos a la mujer se
presentantes políticas, pueden ser útiles para el análisis. Un documento encuentra aislada desde varios puntos de vista. Estos planes y programas
de coyuntura (octubre de 2002), expresa una modalidad de trabajo en son susceptibles de ser modificados/descartados de acuerdo con las auto
nuestra sociedad. ridades en turno. Un ejemplo de ello es el Plan Nacional de Infancia,
Adolescencia y Salud Reproductiva (1999), que contó, para su elabora
 E st ru ct u ra s   pot t i c s repres ent t i v s ción, con la participación de 27 instituciones, pero que fue "olvidado" por
las autoridades de la institución convocante (MSP), al iniciarse el nuevo
En el Poder Ejecutivo del Gobierno Nacional, ninguna mujer ocupa mandato.
actualmente carteras  ministeriales.  A nivel parlamentario la representa Se podría citar el Plan de  Igualdad  de Oportunidades y  Derechos como
ción de mujeres es de  12  por  ciento,  cuando ellas representan el 52 por un ejemplo positivo, en la  medida  en que propone  influir  en la institución
ciento del electorado. Un avance lo constituye la creación de la Comisión municipal —l a  cual concentra a la mitad de la población  nacional—,  más
de Género y Equidad del Parlamento Nacional, la cual ha impulsado allá de los programas dirigidos a  los/las ciudadanos/as.
iniciativas en el nivel legislativo y se ha caracterizado por su articulación
con el movimiento de mujeres. En el gobierno municipal de Montevideo,  R ec u rs o s a si gn ad os
y en el marco de  la  descentralización, las mujeres ocupan cada vez más
espacios de decisión a nivel local. Tal como lo afirma  Levy  (1996),  "la  asignación de recursos y la organiza
ción de la política para la integración de género dependen básicamente
C o m p r o m i s o o   pol í t i co de la ubicación de la responsabilidad por temas de género en las estructu
ras principales". En ese sentido,  los  institutos y programas  ministeriales
En los sectores gubernamental y parlamentario, durante la actual admi orientados a "la mujer", han carecido históricamente de recursos genui-
nistración, no se han propuesto iniciativas para generar compromisos polí nos como para realizar avances sustantivos. Un claro ejemplo: el cargo de
ticos tendientes a ta equidad de género y a introducir esta dimensión en directora del Instituto de la Familia y la Mujer es honorario.
las instituciones estatales. En la mayoría de las situaciones, las iniciativas dependen del apoyo
En la Intendencia Municipal de Montevideo ha existido un creciente económico y técnico de los organismos de cooperación,  y en algunos ca
compromiso político para generar acciones tendientes a institucionalizar sos, del  empresariado.  Por ejemplo, se ha ejecutado, en carácter de plan
la dimensión de   género, tanto en lo que hace a la formación de los funcio piloto, el Programa de Promoción de la Igualdad de Oportunidades para
narios municipales, como en la generación de instancias participativas en la Mujer en el Empleo y la Formación Profesional  (Proimujer),  depen
diente del Programa de Reconversión Laboral del   Minisrerio de Trabajo y
Seguridad Social, el cual cuenta con apoyo del Centro  i ¡leramericano de
6
G o men so r o , G ü í d a, Co r sin o , Lu iz,   "La nueva condición del varón ¿renacimiento o
reciclaje?". Fin de  Siglo,  1995 (reeditado en 1998 como  Ser   varón en el 2000: La crisis Investigación y Documentación sobre Formación  Profesional  de la Orga
del modelo  tradicional  de  masculinidad y sus  repercusiones,  edición de los autores con nización Internacional del Trabajo ( C i n t e r f o r / O I T ) ,  ríe  empresarios uru
a p o y o d e   FNÜAP).
guayos y de la central de  trabajadores.  Tal como lo afirma un varón repre-

330
D E B A T E S  S O B R E  M A S C U L Í N I D A D E S
;,:,;/> D F   O Í V R O P O L Í T I CCAA S   tN U R U G U A Y 
Y  331

sentante sindical  en  acto   de   clausura  piloto, "hubo que patear mu


 el  de l La modificación de las normas, las rutinas y otros   componentes  que
que el   programa se  desarrollara",  apuntando luego que
chas piedras para que el integran  las prácticas institucionales, será una de las garantías de la inte
"si el programa existe es a pesar de que
de  que   no se lo   ayudó". 7

gración   real y efectiva del enfoque de género. En mi carácter de consultor


de proyectos  del  Fondo de Población para las Naciones Unidas   ( F N U A P ) /
Ubicación  de r e s p o n s a b i li d a d
jVihiisterio  de Salud Pública   ( 1 9 9 6 - 2 0 0 0 ) ,  pude observar  l as  dificultades
de generar cambios en lo instituido, aun de quienes sostienen un discurso
La asignación de recursos depende del grado de compromiso político, del
ir egra dor  del enfoque de género. La brecha entre el discurso de lo políti-
r

grado de presión que
presión que ejercen
 ejercen las instituciones que abogan por la dimensión
c mente correcto y sus implicaciones constituyen un nudo que hay que
de género y también del hecho de  de   que  personas comprometidas se en
cuentren ubicadas estratégicamente en
estratégicamente en  niveles de responsabilidad elevados
elevados.. desatar.

Sin embargo, es destacable la importancia de diferenciar entre las acciones


comprometidas y acciones implantadas desde marcos burocráticos. Esto C a p a c i t a c i ó n  d el   personal
implica que profesionales con niveles de responsabilidad   intenten integrar
Algunas   instituciones en nuestro medio han intentado capacitar a sus equi
esta perspectiva "como si" fuese algo trascendente. Con   frecuencia,  he
mos observado a las autoridades responsables del diseño e implantación pos técnicos. Sin embargo, muy frecuentemente, algunas instituciones
de políticas sociales y programas ministeriales, solicitar a profesionales y depositan en algunas profesionales la responsabilidad de ser las expertas
activistas "una lectura de género" a los
a los   proyectos, con el  fin  de lograr su en género. La Intendencia Municipal de   Montevideo  se ha destacado en
su  esfuerzo por generar cambios a través de la   capacitación  del personal.
aprobación por parte de los
de los   organismos de cooperación.
Hay que reconocer que, desde el Ministerio de Salud Pública, se desarro
Esto nos ubica en el piano de un nuevo "deber ser", donde es política
ll o instancias de capacitación en diversos puntos del país. El problema
mente correcto mencionar que se incorpora el enfoque   de.género.  A su
vez, nos demuestra la sutileza con 
con   que se 
se  elude la posibilidad de generar
aquí   es que mientras un programa sensibiliza al   personal acerca del enfo
qu
quee  de género, otros   —ca si simu ltánea mente—  refuerzan los papeles tra
cambios auténticos, asumiendo que existe cierta presión desde los orga
dicionales a partir de las actividades de promoción y prevención.
nismos de  coopeía ción  y desde el movimiento de mujeres. Denominamos
"maquillaje de género" a las actitudes personales e institucionales que pro La participación de profesionales en programas de capacitación no
mueven un discurso liviano, adecuado al contexto actual, donde, desde garantiza por sí misma la adhesión al enfoque de género: muchas y mu
hace unos años, se debe trabajar con
trabajar  con  "enfoque  de género". Esto debería chos profesionales que han concurrido a cursos y  semina rios,  adoptan una
conducir a la reflexión y la condena ética de quienes   trivializan,  desgastan posición estratégica de supuesta tolerancia, pero en realidad no introyectan
y abusan de esta conducta. ni  reelaboran  aspectos concernientes a su posición como profesionales y a
la dimensión de inequidad que parte desde sus prácticas. Los programas
Recuerdo mi participación en una actividad convocada por un orga
de  capacitación muchas veces menosprecian el componente axiológico de
nismo de cooperación internacional, donde 
donde   se
se   expresó lo antedicho en
las y  los  participantes, que pasan de resistentes a   multirresistentes.
toda su magnitud. El
magnitud.  El  enfoque de género brilló por su ausencia en los plan
Es posible  visualizar  diversos niveles de resistencia: los argumen
teamientos y en las propuestas de los expertos internacionales y naciona
les, sea en el campo del desarrollo  como
  en el de la participación ciudada to.-, oscilandesde la imposición (algo que viene desde arriba), al temor a los
cambios y su repercusión en los resultados (vividos hasta entonces como
na. Llegó el momento 
momento   de
de   "la foto" y, entonces, un alto ejecutivo del
organismo me reubicó en ¡a primera   fila,  junto a las mujeres que espera un logro), pasando por la  ridiculización  más o menos explícita (un tema de
e-eres,  las feministas de siempre). Trabajar estando implicado es central
ban ser retratadas. A sus espaldas se ubicaban, de   pie,  los restantes varo
nes. Asombrado, le escuché decir, mientras me trasladaba de la última fila en cualquier propuesta que intente   modificar valores, actitudes y prácti
cas   profesionales.
a la primera: "Género, pa ra Washington".
Más allá de que los técnicos estén capacitados, la implantación es
un verdadero reto, entre otros factores, porque  l a lógica masculina desde
7
"Primeras   egresadas del
  Testimonio recogido de la nota "Primeras egresadas del   Proimujer", La República de las Ja  cual fue diseñado un programa que intenta ser atravesado, se consti
Mujeres,  diciembre de 2002. tuye  en una amenaza o lo  vu elve  poco  operativo.  Pero el desafío metodoló-

332 EQUIDAD DE GÉNERO Y  P O L A C A S  EN   U R U G U A Y 333


D E B A T E S  SOBRE MASCULINE-:;^

gíco   ¡mplica 
gíco ¡mplica  un verdadero esfuerzo, pues muchas veces   las/los 
las/los  encarga de   ios
El discurso de la mayoría de  ios   economistas nacionales o de organis
dos/as de avanzar al respecto padecen de una "euforia anticipada" por el masculino   —el  falo-
mos de asistencia financiera, se sustenta en el "logo" masculino 
hecho de haber llegado hasta este punto, descuidando este verdadero cue Luce  Irigaray- . .  La lógica económica
gocentrismo  al que hace referencia Luce 
llo de botella. neoliberal es una que opera desde valores equiparables a los de la   m a s c u -
linidad hegemónica en nuestra cultura. El sentido común al que apelan
 In ve st ig ac ió n a pa rt ir de la s pr á ct ic as naturalizar  las   diferencias
los tecnócratas en su discurso, no hace más que naturalizar las
i n s t i tu c i o n a l e s y c o n s t r u c c i ó n de teoría y   etnia,
de género, clase y 
Las mujeres en condición de pobreza, a la vez que soportan el mayor
La investigación cualitativa nos permitiría recuperar la evaluación desde peso de la crisis, son apresadas por un discurso aparentemente protector:

los/las 
los/las   beneficiarios/as, e identificar cuáles son   los
los   impactos en la vida los programasy sus
deramiento, sí, tentados en —con 
el paradigma
en cambio —con
cambio MED
  el apoyo de lnoos
de l os  contribuirán su  edem co
a su e
medios masivos po-
cotidiana. Indudablemente, las contradicciones, a partir de las necesida
des prácticas y estratégicas de mujeres y varones, estarán presentes. La m u n i c a c i ó n — ,   a una actitud de resignación ante su pobreza, pero con
consideración de las opiniones masculinas y el análisis de sus resistencias algunos servicios básicos cubiertos. He mos observado cómo cómo   —e n  otras
o cambios positivos pueden generar nuevas hipótesis. Pero la evaluación l a t i t u d e s — 
—  determinada producción académica utiliza el enfoque de gé
de las prácticas institucionales y las relaciones de poder, en lo interno, nero de un modo funcional a las "políticas de gobernabilidad" para países
pueden develar aspectos hasta ahora poco explorados, y generadores de s u b d e s a r r o l l a d o s .   Podríamos afirmar que es utópico pensar en políticas
8

malestar, ruptura o conflicto, justamente desde donde se pretende generar sociales tendientes a la justicia social, en el marco de las políticas neolibe
cambios hacia afuera. rales, de permanente ajuste y deserción estatal de los compromisos en el
campo de la educación y la salud.
De la misma manera, parece una ilusión pensar que el Estado pro
M A S C U L I N I D A D E S   Y  P O L Í T I C A S P Ú B L I C A S mueva políticas tendientes a la equidad de género, cuando  cuando   —tal 
—tal  como lo
afirma   Conneí l l  ( 1 9 9 5 ) — 
afirma —  el Estado es una institución masculina. Enten
Lo que hemos descrito y analizado sucintamente en las páginas anteriores demos que el Estado piensa y actúa con base en una política de masculini-
las  dificultades   en lo que se refiere a la incorpora
demuestra los avances y las dificultades dad hegemónica, y configura proyectos de género a través de sus múltiples
ción de la dimensión de género, tanto en su aplicación en las políticas instit uciones : desde el poder judicial a los serv servicios
icios de salud, desde las
sociales, como en los procesos por los que atraviesan las instituciones,   las políticas de empleo a las políticas de educación pública.
cuales   —en 
cuales  —en   ocasiones y 
y  p a r a d ó j i c a m e n t e — 
—  intentan generar cambios al ¿Hasta dónde puede ser maleable el aparato estatal en lo que hace a la
respecto. esencia patriarcal?   ¿Cómo conjugar entonces el di
transformación de su esencia patriarcal?
Es evidente que no existe voluntad y compromiso político por parte seño y la implantación de las políticas públicas orientadas a la equidad de
del Estado para generar igualdad de oportunidades. Las acciones em aplican   vetdaderas
género, cuando las instituciones que lo constituyen aplican 
los  organismos 
prendidas desde los  organismos  estatales se enmarcan en actividades ca políticas centradas en la  la   masculinidad 
masculinidad  hegemónica?
talogadas como "piloto" o con recursos limitados y limitantes de verdade Estas y otras interrogantes deberían hacernos pensar en  en   las
las   limitacio
ras transformaciones. Por otra parte, los estudios que analizan y proponen nes del enfoque de género cuando éste se transforma de un dispositivo
cambios en las políticas sociales minimizan las inequidades de género o funcional a un sistema socioeconómico y político que genera inequidad y
enmarcan sus recomendaciones desde el paradigma MED. desigualdad.   A s i m i s m o , ,  pensar en el papel de quienes se desempeñan en
desigualdad.
Estamos profundamente convencidos que dicho paradigma actúa de
apoyándose  en 
forma tal que, apoyándose  en  un discurso proequidad, promueve situacio s
T he r a Van   Osch  cita a Jan   Michiel (1997),  quien afirma que para una buena gobernabi
modifican  s u s t a n e i a l m eenn t e ,, a
nes que no modifican   a mediano y largo plazo, la calidad lidad es necesario un manejo eficaz, responsable y transparente por parte   del  gobierno,
de vida y la emancipación de las mujeres, de la misma manera que las una política  macroeconómica  orientada al mercado libre y un Estado democrático que
sociales  asistencialistas 
políticas sociales  asistencialistas  no compensan la vulnerabilidad que respete los  derechos  humanos. Citado en  Género y gohernabilidad.  Un  acercamiento  a la
realidad cenímamencana,  Guatemala,  COD ERS A / Em b a j aadd a  de los Países Bajos, 1998.
generan las políticas económicas neoliberales.

334 DEBATES SOBRE MASCULINIDADES fi U ' D AD DE GÉNERO V POLÍTICASEN URUGUAY 335

el ámbito de la  cooperacióa, y se   autoconvencen de las bondades de pro CON.VEI.L, Robert W.   1997. " La   organización social de la   m a s c u l i n i d a d "",, en Tere
gramas y proyectos que — a nuestro  e nt e nde r— no parecen generar cam sa Valdés y José  Olavarrfa  (ed s .i .  Masculinidad/es.  Santiago de Chile,  lsis
bios sustanciales en la  vida de varones y  mujeres. Inter nacionai/FLACSO-Chil e, pp.  pp. 31-48.
Es necesario que, a it hora de establecer alianzas entre las ONG, los  Memoria de actividades 2001. Co mi s i ó n   de la Mujer.  Intendencia  Municipal de
organismos estatales, las agencias de cooperación y las universidades,   se Montevideo.
tenga presente cuáles  son los  intereses específicos en juego. Tal   como P ro g ra ma    de   Salud  S e x tta l   y R e p ro d u c ti v a ,  Maternidad y Paternidad Elegida. I n f o r -
hemos observado en varios documentos, el interés de algunas agencias me   F i n a l   de     2000. Montevideo,  Ministerio  de Salud
de   Resultados y P e rs p e c ti v a s . 2000.

continúa enfocado a la  regulación  demográfica, siendo el término salud Pública.


del SSA£.   Líneas programáticas en
Propuesta Salud   integral de las mu j e re s u s u a ri a s   del
sexual y reproductiva un m e ro maquillaje o una muy buena estrategia para
construcción.   2000. Montevideo, Dpto. Técnico-Unidad de Epidemiología,
alcanzar dichos fines.  Asimismo,  el creciente interés sanitario en la salud
sexual y reproductiva adopta estratégicamente una mirada de género en su SSAE-Ministerio de Salud Pública.
 Diagnóstico de los servicios de salud reproductiva en el subsector público.  1997.
afán de regular el cuerpo y  los procesos de las mujeres pobres.
Consultor: Dr. Carlos Güida. Montevideo, Ministerio de Salud Pública/Fon
Más allá de las  voluntades  institucionales y de los procesos persona do de Población de las Naciones Unidas.
les de cambio hacia la  equidad, presentes en quienes toman las decisiones C HE JTE R ,  Silvia ( c o m p . ) .  1992. El s e x o   natural
  natural del Estado.   Montevideo, Altamira/
políticas, sabemos que las relaciones de dominio y subordinación, de he Nordan Comunidad.
gemonía de clase y género, superan ampliamente el voluntarismo, y son GÜIDA, Carlos. 20 00. " El papel de los servicios de salud en la consolidación de las
muy necesarias nuevas herramientas teóricas y metodológicas para develar masculinidades   hegemónicas", ponencia presentada en las Primeras Jornadas
la cada vez más sutil reproducción de las relaciones de poder, acompaña interdisciplimtrias  en masculinidad, Asociación Uruguaya de Psicoterapia Psi-
das de creciente desigualdad. coanalítica  (AUDEPP).  (Publicado en Revista  A U D E P P   3, tomo 6, Masculini
Allí radica el desafío de quienes nos de s e m pe ñ a m os  en el campo de dad. Montevideo, 2003).
las políticas públicas. GC'IDA, Carlos y A. LÓPEZ. 2000. "Los aportes de los estudios de género en la
conceptualización sobre masculinidad" , en A. Muñiz (comp.),  Masculino-fe
menino. Aportes  teórico-clfnicos.  Montevideo, Facultad de Psicología de la
BI BL I O G R A F Í A UDELAR/Psicolibros.
Plan de ¡gualdadde Oportunidades y Derechos para la Ciudad de Montevideo.   2002.
Intendencia Municipal de Montevideo.
AGUIRRE, Rosario. 1998.
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ra: claves estratégicas  para el desarrollo.  Buenos Aires,  BID/Fundación  Felipe
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Herrera/Universidad de M ary l an d / Fon d o   de Cultura Económica.
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CENTRO LATINOAMERICANO  DE E C O N O M Í A  HüMANA/UNicEF-Uruguay.  1994.
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MOSER, C.   1991. "La planificación de género en el Tercer Mundo: enfrentando
COMISIÓN NACIONAL DE  S E G U I M I E N T O A LOS COMPROMISOS DE   B E I J I N G . 1 9 9 9 .
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"El Estado uruguayo y las mujeres". Uruguay,  Monitoreo de políticas públicas.
  Un a
carrero y V. Vargas ( c o m p s . ) ,   nueva lectura: género en   el  desarrollo.  Perú,
Flora Tristán.

336 DEBATES S O B R E  M A S C U L I N I D A I

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servicios  de  salud.  Montevideo.
Chile, Ministerio de Salud.   2 0 0 1 ..   Transversalización de
O P S / O M S / G o b i e r n o   de Transversalización de  h
las políticas de
 perspectiva de géne ro en las políticas  de reforma de salud en Chile.
P N U D / C E P A L  . 2001.   Informe 
Informe  de Desarrollo Humano Uruguay 2001.  Montevideo DE LA EDUCACIÓN A LA POLÍTICA PÚBLICA
V A L D É S   José  Olavarría. 
, Teresa y José  Olavarría.  1 998.  Masculinidades y  equidad de género  en
 América Latina.  Santiago de Chile,   F L A C S O - C h i l e / U N F P A .
Gerardo  Ayala
Gerardo 

INTRODUCCIÓN

esta exposición   explicando cómo nuestro trabajo educativo


Quiero iniciar esta exposición
en Salud y   G/¿nen>,  A . C . ,   ha sido una estrategia de acción colectiva
1

intencional, capaz de movilizar diversas fuerzas sociales para conseguir las


metas y los objetivos que apuntan a la construcción de la equidad de
género. De manera que, en el presente texto desarrollaré la articulación
entre los procesos educativos que impulsamos y su incidencia en lo social
y lo político, como uno de los aspectos de la experiencia acumulada y
desarrollada durante varios años. Como organización ciudadana, nuestra
misión ha sido contribuir a la transformación del sistema social y político
de nuestro país, enfocándonos a la compleja red de desigualdades existen
de   g é n e r o ,   que se expresan también en las diferentes for
tes por razones de  2

mas de enfermar y morir de mujeres y hombres. M enciona ré algunos re


sultados y las ideas centrales que nutren y dan fuerza a nuestra propuesta
educativa, que se enriquece permanentemente con aportes de diversas
disciplinas,  como 
como  la antropología, las ciencias sociales, la psicología social
y Gestalt, la pedagogía, entre otras.
Es importante señalar los alcances reales y los fracasos en el logro de
objetivos, así  como 
  como  reconocer la participación de diversos actores sociales
e institucionales que han contribuido con esfuerzos y recursos para alcan
zar objetivos comunes.

' Salud y Género, A.C.,
Género,  A.C., es
 es una institución de la sociedad civil con más de diez años de
experiencia en el campo de la salud; ha centrado su trabajo en promover procesos edu
cativos amplios tendentes a construir la equidad entre los géneros, trabajando con gru
pos de mujeres, de hombres y grupos mixtos de diversos sectores sociales  del
 del país.
 país.
2
 "El núcleo esencial de la definición se basa en la conexión integral de dos proposicio
nes:  1)  el género es un elemento constitutivo de las relaciones sociales basado en las
diferencias percibidas
diferencias  percibidas entre los sexos; 2) el género es una forma primera de significar
las  relaciones de poder" (Joan  Scott,  Género.  Una categoría útil para el análisis históri
co.  1988),

[337]

338 DtS-l:s SOBRE MA SCU U NIDA OE Í r> LA EDUCACIÓN A LA POLÍTICA PÚBLICA 339

Por otra parte, cabe reconocer la influencia directa de la   teoría  teoría  y torno a un tema determ inado , es fundam ental para lograr lograr la reflexión
metodología   f e m i n i s t a   y, dentro del feminismo, la perspectiva de género
metodología 3
y  posibles 
profunda y  posibles  cambios que cada persona, 
persona,  según 
según  su propio ritmo y
que reconoce los procesos de socialización masculina y femenina   como" necesidades, buscará realizar en su vida.
diferenciales e inequitativos. Dichos procesos son la base para compren Plantear preguntas con un encuadre educativo y no adelantar explica
der y analizar los problemas en  en   la 
la  salud de hombres y mujeres, desde ciones ayuda a profundizar y a ampliar la comprensi ón, dando paso a apren
una dimensión que visualiza la existencia de otras desigualdades sociales, como dizajes significativos y produciendo algunos efectos terapéuticos. Por tal
la clase social, la etnia, la edad y la orientación sexual, que se entrelazan motivo, es muy importante desarrollar la sensibilidad, la capacidad de es
entre sí de maneras muy complejas. cuchar, así como el respeto por parte de la persona responsable del grupo,
Quienes trabajamos en procesos educativos amplios reconocemos que a la cual damos el nombre de "facilitador o o   facilitadora".

la educación
cial. formaunparte
Así, presento delanálisis
breve contextodecultural, ideológico,
coyuntura político ydeso
y un diagnóstico la Nuestro scampo
reconocemo que esdeenacción es   la
es  la   salud
la interacción de las
social mujeres
donde y de los hombres;
se construyen los sig
sig
situación de salud de mujeres y hombres jóvenes en México, el cual toma nificados y las relaciones y, en consecuencia, las  las  nociones 
nociones  de salud-enfer
situación   c o n t e x t ú a es la brújula que orienta nuestro
en cuenta que la situación  medad, así como las de "mujer" y "hombre". Es precisamente en el mundo
trabajo, sin perder de vista la compleja y cambiante realidad social. Por de los significados donde se generan las pautas que orientan los distintos
último, expongo los presupuestos básicos del trabajo con hombres jóve comportamientos de las personas y, por tanto, es ahí donde intentamos inci
nes, como ejemplo de un proceso educativo que se  se   dimensiona 
dimensiona  para con dir cuando hablamos de procesos educativos. La intención de tocar la sub
vertirse en política pública.  jet ivid ad de las pe rso nas re qui er e de un a met odo log ía y téc nic as esp ecí fi
cas, no basta sólo con proporcionar información. "El desarrollo de un trabajo
educativo no se puede quedar en la sola presentación de conceptos para
IDEAS C EN TR ALES DE UN   PR OC ESO EDUC ATIVO lograr su comprensión, se hace necesario poner en marcha otros mecanis
COMO ESTRATEGLV POLÍTICA mos de participación e interacci ón entre el educ ando y el educador, es
fundamental problematizar, discutir y reflexionar partiendo de la experien
A continuación examinaré los principales elementos teóricos y metodoló cia vivida y de la experiencia sensorial para lograr una comprensión más amplia
las   dificultades, 
gicos de nuestra propuesta y mencionaré las  dificultades,  contradicciones y objeto"  ( F r e i r é , ,  1994). Se trata de una metodología que cuestiona lo
del objeto" 
retos que significa, en el contexto de México, el trabajo con hombres desde obvio, que no da respuestas sino que plantea preguntas.

esta perspectiva. Es fundamental que el grupo funcione como regulador del proce
preguntas:   ¿a 
En principio, surgen las siguientes preguntas:  ¿a  qué me refiero cuando de  cont enci ón 
so, desempeñe la función de  ón  y ofrezca un espacio de escucha
amplios?  ¿Cómo   hacer política que trascien
hablo de procesos educativos amplios? ¿Cómo encuadre  previo 
y diálogo; por tanto, se requiere de un encuadre  previo  y del estableci
da el pacto existente entre los hombres? Respecto de la primera: un proce miento de reglas claras, de manera colectiva y consensuada desde el ini
so educativo amplio es aquel en el cual, de manera intencional y planea cio del trabajo. Nuestra intención no es plantear una metodología que
da, se quiere incidir en lo personal, en io social y en lo político. incida en la política, sino que a través de la   s e n s i b i l i z a ccii ó n , ,  la reflexión y
pequeños,   partimos 
Trabajamos en grupos pequeños,  partimos  de la experiencia vivida, el diálogo se produzcan pautas para el cambio y la acción. En este senti
escuchamos los diferentes discursos producidos y observamos el lenguaje do,  conc ordamos 
ordamos  con que: "Los asuntos relacionados con la educación no
también   aparecen 
del cuerpo, pues ahí también  aparecen  elementos de los significados de son solamente problemas pedagógicos. Son problemas políticos y éticos
las cosas. Todas las personas tenemos una historia emocional que se en como cualquier otro problema financiero o de economía. Así la tarea
cuentra en el cuerpo y en la memoria; provocar con técnicas, ejercicios y un educadores   rehacer el mundo, 
central de un educadores mundo,   r e d i b u j a r b , repintarlo"
, repintarlo"   (Freiré,
preguntas que cada persona revise y trabaje su propio material subjetivo en 1994).
En relación con la segunda pregunta: me refiero a una política que
incluya a las mujeres, a las niñas y los niños, y a otros grupos sociales
3
  La metodología educativa feminista  desarrollada en los grupos de  autoconciencia, parte específicos. Hasta hoy, la tradición histórica en el diseño, realización e
ie  la experiencia vivida de  las  participantes y la comunicación horizontal entre ellas. implantación de políticas públicas en el país ha sido condición   privilegia-

"• DEBATES S O B R E  M A S C U L I N Í D A D E S DE LA   E D U C A C I Ó N  \  LA POLÍTICA PÚBLICA 341

c i  de los hombres, y lo cierto es que éstas han sido  sido   promulgadas 
promulgadas  desde A L G U N O S   R ESULTADOS
una   posición de "poder", donde los hombres no se ven a sí mismos y
(Seidler,   1 9 9 7 ) . .  El desarrollo, la modernidad
hablan y legislan para "otros" (Seidler,  En los últimos años hemos incursionado en la evaluación de los cam
y la política han sido proyectos fundamentalmente de los hombres, moti bios en las prácticas a diferentes niveles. Por ahora hablaré de algunos
vados por la necesidad de control y dominio, y orientados por la raciona cambios personales e institucionales.
lidad, utilizando el lenguaje verbal como recurso único de la expresión, Ha sido hasta fechas recientes que percibimos una cierta apertura en
donde si se habla mucho se cree que se comunica mejor, sin poner atención el sector salud, pues históricamente ha sido una de las instituciones con
a la importancia de escuchar y contactar con el sentir del "otro". mayor resistencia y dificultad para incorporar la perspectiva de género en
Creer que exista una reflexión profunda de la   masculinidad 
masculinidad  y su rela sus planes y programas. Algunos indicadores que nos muestran la persis
con  la 
la
conocer que  elaboración
ción con 
los ritmos ydediseño de políticas sonpúblicas,
distintoshace necesario re tencia de incongruencias en algunos de los programas de salud son
la racionalidad a los emociona
les, que hoy en día va ganando terreno la visión  visión   di cot ómi ca 
ca  que a) Todavía no se reconoce a las mujeres como sujetos de sus políticas
fra  gment a 
fra  a  la integración de lo humano en razón y   emoción/obje/ivo 
emoción/obje/ivo  y y programas, se les sigue tratando como objetos.
subjetivo, tanto en el campo del conocimiento, como en el de la política, b)   No hay claridad en los mecanismos ni instancias donde las mujeres
incluida la pública. Es decir, la racionalidad ha sido el recurso fundamen puedan opinar o participar sobre las políticas y los programas que
tal en la producción de políticas públicas, así que hablar de una elabora les afectan; mucho menos pueden tomar parte en las decisiones (al
ción propia masculina en este campo es muy complejo y polémico; al mis menos hay una falta de difusión y promoción de esas instancias
mo tiempo, se corre el riesgo de repetir la misma historia: h acer política política locales y nacionales, si es que  que  e x i s t e n ) .
4

ae sde 
sde  una visión masculina hegemónica. En ese sentido, parece que las c) Hemos comprobado una falta de información en temas que forman
leyes  y  programas de las instituciones de gobierno que preten
políticas, leyes  parte del programa de salud reproductiva: sexualidad, salud de las y
dan la construcción de equidad entre  entre   los
los   géneros, necesitan transitar por los adolescentes, ETS y VIH sida, climaterio, menopausia, cáncer de
un   proceso largo y complejo de cuestionamiento a las relaciones de poder mama y y  c é r v i c o - u t e rrii n o ,,   y la ausencia de una perspectiva integral
prevalecientes, y de cambios de carácter estructural que todavía no vemos que incluya la salud mental y la salud sexual, por  por  e j e m p l o . '
con claridad.
De igual manera, vemos cómo en nuestro país muchos legisladores, Por otra parte, y en relación directa con el trabajo educativo que reali
servidores públicos y funcionarios de gobierno se tropiezan hasta con el z a m o s ,,   hemos encontrado que la mayoría de los participantes en nuestros
uso del lenguaje para tratar de ofrecer discursos políticamente correctos, talleres (mil personas por año), o en el diplomado (25 por generación),
pero que en el fondo lo único que dejan ver es la ausencia de una reflexión reporta cambios en lo personal; otros tantos aplican o multiplican lo apren
profunda y un limitado trabajo personal. dido diseñando y desarrollando programas en las instituciones u organiza
Alcanzar un nivel más amplio de comprensión del problema no signi ciones donde trabajan, además de actuar socialmente. Por tanto, requerimos
ciones donde trabajan, además de actuar socialmente. Por tanto, requerimos
los  cambios 
fica que los  cambios  en la práctica ocurran inmediatamente, se requiere la evaluar ahora con más precisión los procesos de cambio y resistencia que
transformación de las prácticas, y esta transformación también es social, se   d a n .
se 6

es decir, el género es   relacional,  se   deconstruye  y construye en las relacio Otro nivel de incidencia se presenta cuando trabajamos en la capaci
nes sociales. tación de funcionarios y y   funcionarías 
funcionarías  de diferentes instituciones de go-
En la práctica educativa existe la posibilidad de reproducir, cuestio
nar, intercambiar, imaginar, ensayar,  deconstruir 
deconstruir  y  construir las relaciones
de género prevalecientes y las deseadas (agradezco a Gisela Sánchez la 4
  G. Sánchez, E. Flores y T. Sánchez, "Participación social" en G.  Sayavedra  y E. Flores,
discusión sobre esta idea). Ser   mujer: ¿Un riesgo para la salud?,   México, Red de Mujeres,   A.C., 1997.
 Salud y Género,  A.O,  "Aportes para el documento analítico", documento interno, México,
5

2000.
6
  Documentos de  evaluación  de impacto de Salud y Género, A.C., proyectos de tesis
doctoral de  Benno de  Keijzei,  Gisela Sánch ez y de maestría de Gerardo Ayala.

342 DE   L A E D U C A C I Ó N   A   L A POLÍTICA PÚBLICA 343


DEBATES E 
S O B R E  MASCULINIDAOÍS

bierno   ( I n m u j e r e s , ,  DiF, SSA y  S EP ) . Aunque no participamos en la toma de


bierno Se  irabajó 
y el Distrito Federal. Se  irabajó  con niñas y 
y   niños
niños   a quienes, des
decisiones, sí influimos de manera indirecta. pedía responder   realizando un
pués de la pregunta planteada, se les pedía responder
Hoy en día, las iniciativas más importantes que convocan a los hom dibujo y/o escribiendo un texto breve.
bres en México tienen una fuerte influencia del movimiento feminista y • Algunos años después , en colaboración con el Colect Colectivo
ivo de Hom
responden a nec esidades que las mujeres han expresado en foro foross internacio bres por Relaciones Igualitarias (CORIAC) , y en alianza con el Fon
nales y reuniones cumbre; éstas se concretan en dos aspectos fundamen do de las Naciones Unidas para la Infancia   (U N ICEF) ,  logramos
tales:  1.   participación de los hombres en la crianza de hijas e hijos y en el
tales:  involucrar a varias instituciones del gobierno mexicano (Comisión
trabajo doméstico; 2. intención de poner un alto a la violencia. Nacional de la Mujer, Secretaría de Educación Pública y el Siste
En ese contexto, surgen en México organizaciones ciudadanas que se ma Nacional para el Desarrollo Integral de la  la  Famiiia), 
Famiiia),  así como a
proponen realizar un trabajo de intervención, como   C O R I A C ,  un colectivo la Comisión de Equidad y Género de la  la  LVII 
LVII  Legislatura de la Cá
de hombres que lleva a cabo un importantísimo trabajo de intervención con mara de Diputados del Congreso de la Unión, para extender la
hombres, cuestionando y reflexionando todas las formas de violencia iniciativa a través de una campaña nacional a  lo  lo   largo y ancho de
contra las mujeres. Otr a es Salud y Género A.C., que ha generado una todo el país. Se generaron cerca de 250 250   mí{ 
mí{  dibujos   y varios pro
7

diversidad de procesos educativos con poblaciones distintas para identifi ductos adicionales.
hacer posible la
car necesidades, hacer posible  la sensibil ización de género y abrir espacios • Se organizaron varvarias
ias decena s de exposiciones en diversas partes
de reflexión y diálogo entre mujeres y hombres. Durante el desarrollo de del país: en centros de salud, municipios, casas de la cultura, mu
los procesos educativos en Salud y Género A.  C .  hemos diseñado una meto seos, y en las propias escuelas.
dología que contribuye a que  que   los
los   hombres reflexionen acerca de cómo • Se ofrecieron conferencias, me sas redondas, programas de radio y
relacionarse e involucrarse de maneras distintas en los procesos de salud sexual televisión.
y reproductiva, cuestionen la violencia contra  contra  las
las   mujeres y, en general, • Se presentaron  lo s  principales logros y resultados de esta campaña
sobre la utilización de métodos de fuerza como formas para resolver con
en la Cámara de de  D i p u t a d o s . 8

flictos entre mujeres y hombres, incluso entre los propios  propios  h o m b r e s .


Nuestro campo de trabajo ha sido el de la salud; en el que se integra lo  Productos
mental, sexual y emocional desde un enfoque  e d u c a t i v o - p r e v e n t i v o . .  Con
dibujoss seleccionados, editado por  U N i CEF,
• Un calendario con 12 dibujo
sideramos
mos que sequehaceaunnecesario
cuando seampliar
observan
las cambios
accionesenconcretas
la sociedad,
que reconoce
sirvan de Salud y Género, A.C., y   CO RIA C.
para  los
base para  los   procesos de democratización y de equidad de género. Es en • Investigaciones y tesis sobre el tema, elaboradas en algunas univer
el contexto de las necesidades y demandas feministas donde descubrimos sidades del país.
cuánto tenemos por ganar también los hombres si buscamos, colectiva • Edición de una memoria que contie ne una selección de más de
mente, formas alternativas de relacionarnos con las mujeres y   entre 
entre  los 30 0  d i b u j o s . 9

hombres. Dos ejemplos de lo que podrían ser las estrategias concretas


capaces de producir gran impacto a nivel social y comunitario son las si 2.   La segunda iniciativa tuvo su origen en marzo del 2000, en la ciu
guientes experiencias educativas: donde  Salud
dad de Querétaro, donde  Salud   y Género, A.C., y la Fundación Mexicana
1.   Una campaña nacional que colocó públicamente el tema de la pa para la Planeación Familiar   ( M Í Z K F A M ) ,  en colaboración con tres organis
ternidad desde la experiencia masculina, con el  lema 
 lema  de: "¿Cómo veo a mi mos brasileños (Instituto Promundo, ECCOS y  PAPAl)  se dio a la tarea de
papá? Por una paternidad más padre". seminario  internacional   llamado: "Trabajando con 
organizar el primer seminario internacional con   h o m -

 Actividades 7
  ¿Cómo veo a mi  papá? Poruña paternidad  más padre, Memoria  de  la campaña,  Instituto
Nacional  de las Mujeres, México,  I n m u j e r e s / U N I C E F ,   agosto de 2001.
• La campaña nacional de la paternidad comenzó en ocho escuelas 8
  "Quehacer parlamentario", suplemento de La Jornada,  27 de junio de 2000.
país:   Q u e r é t a r o , Xalapa
, Xalapa ¿Cómo  veo a mi   papá?...
9

de educación primaria en tres ciudades del país:

D E B A T E S  S O B R E M A S C U U N I D A 3 L A ED U CA CI Ó N  A LA POLÍTICA PÚBLICA
345

ores  /.venes; g - r . e r o ,, sexualidad


 sexualidad y prevención de la violencia", el cual  fue El proceso de democratización en el país se da en un contexto de debili
producto de u n tejido de relaciones y alianzas diversas para la consecución tamiento del Estado, y las instituciones no han podido revertir la cultura
de fondos con  organismos internacionales, como Internacional  Planned política autoritaria. La alternancia política, tanto en los niveles nacional y
Parenthood Federation, Summit Foundation, Moriah Fund, Gates Founda local, no se ha traducido, hasta ahora, en una mayor participación social
tion y  USAID
USAID   ( I P P F/RH O )  y auspicios de la Organización Mundial de la Salud y política; por el contrario, hay evidencias de mayor intolerancia y   de s m a n-
y la Organización Panamericana de la Salud. telamiento de las redes sociales y c om uni t a ri a s . 14

Para este seminario logramos convocar a cerca de 60 participantes de La sociedad civil, a pesar de su debilitamiento, igual   al  del Estado
12 países de América Latina. Las recomendaciones y conclusiones se reto mexicano, sigue impulsando la participación social en los cambios a las
maron para inspirar la edición de la serie 'Trabajando con hombres jóvenes". 10
políticas públicas, aun en contra de la  inercia y resistencia estatales. Co mo
ejemplo, desde hace por lo menos una década, se vienen impulsando pro
 Actividades yectos educativos en torno a la salud sexual y reproductiva. En el pasado
inmediato, una instancia estatal que en el anterior sexenio apoyó estas
• Un seminario internacional efectuado en Querétaro, México, con políticas (Instituto Mexicano de la Juventud), ah ora apoya a  grupos iden
la participación de más de 60 especialistas en el trabajo con jóve tificados con posiciones conservadoras y de derecha.
nes de diversos países de América  Latina." Las desigualdades sociales se expresan en  la  manera de enfermar y
• Una  conferencia  internacional efectuada en Río de Janeiro, con la morir, en la manera de ser considerada persona con derechos humanos o
participación   de 50 especialistas de! continente americano, y otros sin ellos, con derecho o no a expresarse y a participar en la toma de deci
más de  ¿ígunos países de Europa y Asia. siones. La ciudadanía es un estatuto no alcanzado para la  gran mayoría de
las personas en México y, a pesar de todo, la sociedad civil se mueve,
Productos busca, cambia, transforma identidades, resistiendo   a la  anomia.  Para las
mujeres y hombres jóvenes de  este país (29 millones de personas, la terce 
•  La edición de la serie "Trabajando con hombre s jóvenes". 52
ra parte de la  población),  esta situación repercute en menores oportuni
15

dades laborales y económicas, sobre todo para las mujeres: en 1999, de


51.2  por ciento de jóvenes económicamente activos, 69.5 por ciento era
C O N T E X T O   S O C I A L 
L  E N MÉ XI CO Y S I T U A CI Ó N D E S A L U D   mujeres. 16

D E L A S MU JE R E S Y L O S H O MBR E S   J Ó V E N E S 1 3 hombres y 35.1de morbimortalidad, para el caso de las mujeres, siguen los
Los datos
mismos patrones y está documentado que no han aumentado los presu
En el contexto de  globalización y ajuste estructural por el que pasa el  país, puestos a las acciones y programas de salud  reproductiva, '  aun cuando 1

las personas vivimos en constantes cambios económicos, políticos, cultu hay evidencias y datos que nos muesiran las ventajas de la educación sexual.
rales. La reestructuración del Estado ha profundizado las desigualdades Esto repercute de la siguiente manera: se mejora la comunicación
sociales,   étnicas,  de género y etarias. Los servicios educativos, de salud, familiar sobre sexualidad, principalmente con la madre de familia, se acla
así como las oportunidades laborales, han disminuido. ra la idea sobre el tipo de pareja que se desea, se mantienen las creencias

10
 insiituto Promundo,  ECCOS, Salud y Género A.C y PAPAI, serie
PAPAI,  serie de cinco manuales y un 14
  Martha Gloria Morales, "La participación ciudadana en las nuevas  administraciones
video; "Trabajando con hombres jóvenes: salud, sexua lidad, género y prevenció n de la municipales" (Análisis  de caso de gestiones panistas y príístas de Querétaro, Guanajuato
violencia",   memí na del Seminario Latinoamericano,
Latinoamericano, Querétaro, 2000. y Aguascalientes)
Aguascalientes) Serie Sociales. Universidad Autónoma de Querét aro, julio de 2000 .
11
  Rodríguez Yuriri,  "Trabajando con hombres jóvenes: salud, sexualidad, género y  pre 15
  Estudios y  diagnósticos sociodemográficos  sobre  los  jóvenes en México, IV Informe
vención  de la  viiiLncia",  en Memoria del Seminario Latinoamericano,   Querétaro, 2000. Avances del Programa Nacional de Población 1995- 2000 , México,  Conapo,  1999.
¡bid. 16
  ídem.
•-   Gisela  Sánchez, Olivia Dorantes y Gerardo Ayala,  "Documento interno para proyecto de ''   Tanto el Foro  nacional de políticas de población y desarrollo, como Mileni o Feminista,
Sal id y   Género,. VC",  Querétaro y Xalapa, octubre de 2002. han documentado bien esto.

346 fjE LA EDUCACIÓN A LA POLÍTICA PÚBLICA


347
DEBATES E 
S O B R E  MASCULINO;

Las muw
religiosas y las distinguen de sus actitudes hacia la sexualidad. Las muw tud, 2000). En cuanto al abuso sexual, 90 por ciento  ¡de  ¡de l l as  victimas   son
as victimas
decisiones  sexualas,
res mejoran la comunicación en torno a su cuerpo y sus decisiones  mujeres y 87 por ciento de los agresores son   h o m b r e s , ,  50.12 50.12   por ciento
mejoran la autoestima y el respeto a su propio cuerpo, y los hombres  tornan son menores de  de  17 
17  años (Saucedo, 1995). Estudios comparativos sobre
conciencia sobre el cuidado de su cuerpo y su responsabilidad en la   vid .i la violencia sexual y la violencia de género muestran que éstas son más
sexual. Tanto hombres como mujeres inician sus prácticas sexuales a ma comunes donde las mujeres son vistas como propiedad masculina, donde
yor edad y reducen el número de parejas sexuales, incrementan la posibi el
el   control de recursos está en manos de los homb res y donde el ser hom
lidad del uso de anticonceptivos, negocian el uso de condón y otros  otros   mélo bre se relaciona con la dominación y necesidad de proteger el honor. Así,
dos, y hay más comunicación en la   r e l a c i ó n .   Estudios cualitativos  d.m
18

percepción  masculina 
la violencia se desencadena ante la percepción  masculina  de pérdida de
cuenta también de que el cambio social es lento, que si las políticas y los
poder.
programas no cambian, las mujeres y los hombres como individuos   difú il A pesar de que las Infecciones de Transmisión Sexual   (ITS )  ocupan
mente cambiarán.
uno de los cinco primeros lugares de demanda de coassulta en el primer
recientes   investigación 
Hallazgos de recientes  investigación  es nos muestran la subordina nivel de atención médica y se ubican entre  entre  las
las   diez primeras causas de
ción de las mujeres jóvenes en la toma de decisiones sexuales y reproductivas morbilidad   g^ieral  en el grupo de  de   15 
15  a 44 años de edad   (Norma técnica
de  Keijzer 
Rodríguez y de  Keijzer  estudiaron a tres generaciones en una comunidad  de ITS, prevención y control de las  ÍTS, mayo de  de  2 0 0 1 ) , ,  la incidencia de
rural y describen los cambios en las concepciones en tomo al noviazgo \   i virus de papiloma humano tiene una tasa de  de  10.44 
10.44  por cada cien mil
las prácticas sexuales y reproductivas; sin embargo, notan que la  la   estigm  i habitantes. La forma de transmisión de VIH sida para las mujeres es la
de  decisiones
tización a las mujeres prevalece, y la iniciativa para la toma de  relación heterosexual (SSA, Conasida, 2000).
hombres.  '
sexuales y reproductivas sigue siendo asunto principal de los hombres.  En un estudio sobre las percepciones de las mujeres, la experiencia de
Esto habla de los efectos de la presión social y cultural para que las muje todas es haber sido usuaria, en algún momento, de los programas de plani
res sigan siendo objetos y no sujetos que toman decisiones para cuidar su ficación familiar y poco o nunca de los programas de prevención de ITS o
salud, su cuerpo, su sexualidad, y que ejercen su ciudadanía. Por otra par
VIH   sida. En este estudio se encontró que la vulnerabilidad de las mujeres
te, Ana Amuchástegui también encuentra que la virginidad sigue siendo
cáncer  cérvico- uterino, a
al cáncer  uterino, a  las
 las ÍTS
 ÍTS y al VIH sida es consecuencia del entre -
un valor importante para las y los  j ó v e n e s . 20

cruzamiento de comportamientos y vivencias individuales y subjetivas (que


se expresan en las percepciones que tienen de su  su   cuerpo, 
cuerpo,  su salud, su

LA SALUD DE LAS MUJERES JÓVENES sexualidad) y de la ausencia de condiciones sociales más favorables, como
el acceso a los servicios y a recursos que reduzcan su   srulnerabilidad. 21

Las estrategias de promoción de la salud sexual para las mujeres jóve


Las mujeres jóvenes en México se enfrentan a graves problemas de salud nes, que viven en una situación de marcada opresión sexual, deben tener
sexual y reproductiva. Aunque el embarazo en la adolescencia ha dismi en cuenta este hecho, para que, tomando en cuenta sus necesidades y su
cada  1000 
nuido, 70 de cada  1000  mujeres jóvenes están embarazadas, tasa mucho contexto social y cultural, se puedan encontrar medios más efectivos para
mayor a la de otros países. Sólo 8.2 por ciento de mujeres jóvenes admite la negociación de las prácticas sexuales y reproductivas.
las relaciones sexuales en el noviazgo, sin embargo 76 por ciento ha tenido
su primera relación antes de los 19 años; 55.1 por ciento se embaraza
antes de los 19 años de edad y sólo 54.9 por ciento de mujeres de 15 a 19 LA SALUD DE LOS HOMBRES JÓVENES
años ha usado un método anticonceptivo (Encuesta Nacional de Juven-
Los hombres jóvenes en México se enfrentan a graves problemas de salud
En   1 9 9 5 , ,  Keijzer
asociados de manera directa con la socialización de género. En
  Gabriela Rodríguez, "Beneficios de la educación sexual en México",   Afluentes,  2000.
18

" Gabriela Rodríguez y B .  de Keijzer, "La noche se hizo para los hombres. Sexualidad en
los procesos de cortejo entre jóvenes campesinos y campesinas",   México,  Population
Council y  Edamex,  2002. 21 Milenio   Feminista, "La salud sexual y reproductiva desde   ía  mirada de las mujeres",

  Ana Amuchástegui,  La  virginidad en México,  México, Edamex, 2000.


2 0
México, 1999.

348 PLA   EDUCACIÓN A   LA   P O L Í T I C A PÚBLICA


349
D E B A T E S  S O B R E M A S C U U N I D W E S

que  las 
reportó que  las  tasas de mortalidad para hombres y mujeres 
mujeres   son 
son   más   o y los derechos sexuales y reproductivos. Así, el diseño de políticas públicas
los  14 
menos iguales hasta los  14  años. A partir de ese momento, la mortalidad debería tomar en cuenta:
masculina empieza a aumentar y es el doble para los varones jóvenes de  15
a 24 años de edad. Las tres causas principales de mortalidad entre los • El increment o de acciones positivas para fortalecer las relacio nes
muchachos en México son accidentes, homicidio y cirrosis, y se relacio entre mujeres, mujeres y hombres, así como entre hombres.
nan con las normas sociales sobre la masculinidad (asociadas a atributos • El desarrollo de una mirada positiva para el recon ocimi ento de los
como temeridad, fuerza que deriva en violencia, resistencia extrema, entre poderes y habilidades, así como las experiencias creativas en las
otras). y  h o m b r e s .
historias de vida de mujeres y 
En el caso de la salud sexual, relacionada con la prevención de las • Los costos y beneficios de lala   trasgresión 
trasgresión  al modelo hegemónico
ITS, sabemos que los jóvenes tienden a usar cada vez más el condón. Sin femenino y masculino.
embargo, la edad de contagio de VIH sida se desplaza también hacia los • La profundización sobre las concepciones y significados del amor,
 jóv ene s, es pec ial me nte los var one s, pu es och o de ca da die z per son as in desarrollando nociones de homofilia, solidaridad y  vincules
 vincules   afectivos
fectadas con el virus son hombres. entre mujeres y entre mujeres y hombres, más allá de los conven
La salud mental da la posibilidad a los seres humanos de realizar sus cionalismos sociales establecidos.
proyectos de vida. Los suicidios son el punto de quiebre para   la 
la  vida y se de  multiplicadoras 
• Invertir en entre namien to y capacitac ión de  multiplicadoras  en tra
relacionan, entre otros factores, con un proceso gradual en detrimento de bajo de campo.
la salud mental. En Querétaro, la mayor parte de los suicidios fueron
•  El fortalecimiento del trabajo en redes locales, nacion ales e inter
entre hombres jóvenes.
nacionales.
La experiencia de trabajo de Salud y Género muestra que la paterni
muchas  f o r m a s . .  Sin embargo, hay por lo menos dos caracte
dad se vive de muchas  Las mujeres necesitan acceso a métodos de prevención que estén bajo
rísticas negativas asociadas a la paternidad: ausencia emocional   —ligada su total control, porque constituyen un grupo de riesgo. Aunque se supone
principalmente al atributo del hombre de proveedor y al atributo de cuida que debe autoprotegerse, no cuenta con herramientas para ello (Lori Heise).
la   m a d r e — 
do exclusivo de la  —  y violencia verbal y física 
física  —asociada al
—asociada al atribu La promoción del uso del condón femenino también implicaría profundi
del  v a r ó n — . .  Estos atributos tienen altos costos para el
to de autoridad del  zar en estrategias de negociación.
desarrollo emocional y colectivo de las personas. En el caso de la violen
cia, sabemos que una de cada cinco personas padece o fue testigo de un
acto de violencia dentro de la familia. Las mujeres s on las más agredidas y, E L P R O Y E CT O H : U N A   I N I CI A T I V A 
A  EDUCATIVA
en los varones, en ocho de cada diez casos, son quienes violentan. C O N M I R A S 
S  A   C O N V E R T I R S E E N P O L Í T I C A P Ú B L I C A
Investigaciones   d i v e r s a s  señalan que es necesario tener presente y anali
22

CONCLUSIONES zar las formas en que se socializa a los niños y cómo repercuten en su
salud. Asimismo, muchas feministas y defensores de los derechos de las
La información aquí expuesta refuerza la importancia de seguir afinando mujeres reconocen que para mejorar la calidad de vida de las mujeres
nuestro modelo educativo, para que se consideren los retos diferenciales (adultas y jóvenes) es necesario involucrar a los hombres (adultos y jóve
que enfrentan como género las mujeres y los hombres para su salud sexual nes) en todas las relaciones que se establecen entre sí y, más específica
y reproductiva. Contamos con evidencias de que sigue siendo prioritario mente, en las que se asocian con los procesos de la salud sexual y repro
fortalecer y ampliar las acciones positivas para que las mujeres participen ductiva. Por lo tanto, es pertinente desarrollar acciones que impulsen un
de   d e c i s i o n e s ; ;  de que los temas de identidad cultural y autoes
en la toma de 
tima del individuo, así como la apropiación corporal y de recursos, redes
de  c o n v i v e n c i a , ,  globalización de los derechos humanos de las
y grupos de  22
  ¿Que  ocurre con los muchachos? Una revisión  bibliográfica  sobre la salud   y
y  el desarrollo

mujeres, son muy importantes y deben vincularse con los   t e mas 


mas  de salud de ¡ os  muchachos adolescentes,  Lausana, Organización Mundial de la Salud, 2000.

350 DEBATES S O B R E  MASCULINIDAD


Q E  L A E D U C A C I Ó N A LA POLÍTICA PÚBLICA 351

trabajo con los hombres jóvenes, pues  pues   esto


esto   repercute positivamente en sa Save  the   C h i l d r e n ; ;  en Brasil con las 
ción Save  las   organizaciones  B EN FA M  y  PAPAI;
salud y en la de las mujeres jóvenes.   Perú con la organización IMPARES; en Colombia con la organización
e n

Las creencias acerca de cómo son los "hombres" influyen en los com PROFAMILIA; en México con la organización   M E X F A M ;  en Jamaica con la
portamientos de los varones jóvenes. Estudios recientes han documenta organización Youth Now.
do que los hombres jóvenes identificados con una noción tradicional de
masculinidad son más vulnerables al uso de drogas, a comportamientos
violentos, a la delincuencia y a prácticas de sexo inseguro (OMS,  (OMS,   2 0 0 0 ) . BIBLIOGRAFÍA
Esta iniciativa nace de un proyecto binacional generado por el Insti
tuto Promundo (Río de de  J a n e i r o . .  Brasil), ECCOS (Sao Paulo, Brasil), Pro AMUCHÁSTEGUI,   Ana. 2000.  La virginidad en México.   Mélico, Edamex.
CASTRO, Roberto y Mario   B R O N F M A N .  1993. "Teoría feminista y sociología   médi
grama PAPA1 (Recife, Brasil) y Salud y Género, A.C. (México) y busca ca bases para una discusión",  Cuadernos de Salud  PéMica
  PéMica  3,  vol.  9, Río de
promover la salud y la equidad de género a través de un trabajo dirigido a
Janeiro.
masculinidad   h e g e m ó n i c a ,   prevale
la   deconstrucción  de la noción de. masculinidad  23

Documentos de evaluación de impacto de Salud y   G é n e r o , A . C ,  y proyectos de


ciente en nuestra sociedad; sus acciones fomentan la creación  de/grupos
tesis doctoral de Benno de Keijzer, Gisela Sánchez y  <fc  maestría de Gerardo
de amigos y/o pares con nociones alternativas de masculinidad, favore
Ayala, México,  2002.
ciendo la reflexión sobre los costos de la masculi nidad  hegemónka (Barker
nidad hegemónka diagnósticos  sociodemográjicos 
Estudios y diagnósticos  sociodemográjicos  sobre los jóvenes
los jóvenes m 
m  México, 
México,  IV 
IV  Informe
2001).  Avances del Programa Nacional de Población   ¡995-2000.  1999. México,
Con estos presupuestos básicos nos dimos a la tarea de   diseñar  diseñar  la C o n ap o .
serie de manuales titulada "Trabajando con hombres jóvenes" y un video FREIRÉ,  Paulo.  1 9 9 4 . .  Cartas a quien pretende enseñar. 
enseñar.  M éxi co,  Siglo XXI.
que articula todos los temas al mostrarnos la vida de un niño en su proceso 1 9 9 6 . Pedagogía
.  Pedagogía de la  esperanza.  México, Siglo X X J
de formación en "hombre", los conflictos y decisiones que tiene que afron ROD RÍ G U EZ ,   Gabriela. 2000.  Beneficios de la educación sexual en México.   México,
tar y de qué maneras lo hace. El video  La vida de  de   Juan  se elaboró con Afluentes, A.C.
"lenguaje   u n i v e r s a l " "  (sin palabras) nos muestra dife
dibujos animados. En "lenguaje  RODRÍGUEZ, Gabriela y Benn o de KEIJZER. 200 2. La noche «hizo para los hombres.
RODRÍGUEZ,
Sexualidad en los procesos de cortejo entre jóvenes campesinos  y 
 y  campesinas.
rentes etapas de la vida de un niño que se va convirtiendo en hombre
México, Population Council/Edamex.
 jov en. Ap are ce n el ma ch is mo , la vio len cia , la  la   h o m o f o b i a , ,  la primera rela
. ¿CÓMO veo  a  mi  papá?  Por
I N S T I T U T O N A C I O N A L DE   LAS   M U J E R E S / U N I C E F .  2 0 0 1 . ¿CÓMO
ción sexual, el embarazo, las ITS y la paternidad. El material fomenta la
una paternidad más padre,   memoria de la campaña. México.
discusión y reflexión de las creencias, las opiniones y actitudes en relación INSTITUTO PROMUNDO, ECCOS, SALUD Y GÉNERO, PAPAL 2000. "Trabajando con
con lo que es ser hombre. hombres jóvenes" (serie de cinco manuales y un   video).  Río de Janeiro,  OP S /
los  t e m a s : :  sexualidad y salud reproductiva, pa
Los manuales abordan los  OMS/lPPF.
ternidad y cuidado, de la violencia a la convivencia, razones y emociones, REGIÓN CENTRO.   1999.  La salud  sexml
MILENIO FEMINISTA, REGIÓN   sexml y reproductiva desde
previniendo y viviendo con VIH sida. La estructura de los manuales se la mirada de las mujeres.  México.
basa en tres capítulos: el primero presenta el marco teórico sobre el tema, MORALES, Martha Gloria. 2000. "La participación ciudadana en las nuevas admi
con una revisión bibliográfica y datos de América Latina y el mundo; el nistraciones   municipales" (Análisis de caso de gestiones panistas y  priistas
segundo brinda un conjunto de técnicas participativas para trabajos con de Querétaro,  GuanajuatoyAguascalientes),  Serie Sociales. Universidad Autó
grupos de hombres jóvenes; y el tercero ofrece más recursos e informa noma de Querétaro.
ción adicional (centros de referencia, sitios   web  y  bibliografía 
bibliografía  ampliada). ¿Qué ocurre con los muchachos? Una revisión bibliográfica  sobre la
 sobre la salud y el desa
con  271 
Los materiales han sido probados con  271   hombres jóvenes 
jóvenes   (15-24 
(15-24  años) rrollo de los muchachos adolescentes.   2000. Lausana, Organización Mundial
de seis países de América Latina y el Caribe: en  en  Bolivia 
Bolivia  con la organiza- de  la  Salud.
2000.  Trabajando con hombres jóvenes: Salud, sexualidad, gé
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cumento   interno].
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una categoría útil
 útil para el análisis histórico"   e n

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las   mascuiinidades", notas
mascuiinidades", notas de seminario to
Gerardo  Ayata.
madas por Gerardo  Ayata.   México,  PUEG-UNAM.

En los foros sobre asuntos de género, y en particular sobre los temas de


"cambiar   el
masculinidad, se escucha cada vez más un   llamad/  a "cambiar  el   imagi
nario social", convocatoria que resuena en el discurso público, pero que
alcanza para dar cabida a la formulación de políticas. Este artículo intenta
dar antecedentes para tal tarea, empezando por definir el concepto de
imaginario.
A mi modo de ver, la formulación del concepto de imaginario social es
una de las respuestas más radicales que se pueda dar a las preguntas fun
damentales de todo razonamiento explicativo acerca del origen de la socie
dad o de la significación. Si la pregunta sobre el origen de la sociedad
el  nacimiento 
marca el  nacimiento  de la sociología como ciencia, y orienta los esfuerzos
analíticos subsecuentes, dirigidos a la búsqueda del factor de cohesión
que explica la generación de la sociedad a partir de  u n  agregado de indivi

duos, la cuestión
transcurso acerca
de! siglo XX,deluna
origen de la significación
interesante producción ha impulsado,
teórica en el
relacionada
con la función imaginaria en diversas disciplinas de las humanidades, des
de la antropología hasta los estudios mitológicos o psicológicos. Es a un
antropólogo francés, Gilbert Durand, a quien se debe la recopilación de
los aportes de filósofos e investigadores tales como Bachelard, Bergson,
Eliade,  j u n g , Levi-Strauss
Sartre,   Ricoeur,  Chomsky, Eliade,  , Levi-Strauss y
 y   Piaget,  para corro
borar sus propios trabajos sobre la imaginación simbólica y las estructuras
del  i m a g i n a r i o .   Esta labor le llevó a definir el imaginario
antropológicas del  1

como el "gran denominador fundamental" en el cual se pueden encontrar


todos los procesos del pensamiento humano, la matriz original a partir de
la cual se despliega todo pensamiento racionalizado y su bagaje semántico.
Al reflexionar sobre preocupaciones más bien sociológicas (la primera
de  clasi-
pregunta), interesa que, luego de revisar los esfuerzos anteriores de 

1   Ver Gilbert Durand  (1968  y 1992).

[353]

354 P O L Í T I C A S  P U S U C A SS   P A R A R  R E P R E S E N T A C I O N E S
I M P U L S A R  EQUITATIVAS 355
DEBATES S O B R E  M A S C U L I N I D A D S

ficación,  Durand rechazó la existencia


la existencia de una o
una  o n t o l o g í a , ,  ya sea psicológica cosas sobre la base del   significado  que las cosas tienen para ellos. La se
o cultural, por ubicarse en lo que denomina la "trayectoria antropológica" gunda premisa es que el significado de tales cosas se deriva, o surge, de la
es decir, el incesante intercambio que existe en el imaginario entre las interacción social  que cada individuo tiene con sus semejantes. La tercera
pulsiones subjetivas y asimiladoras del sujeto y los estímulos objetivos premisa es que los significados son adquiridos y modificados a través de
del entorno. Se trata, entonces, de una génesis recíproca que oscila entre un proceso de  interpretación  que es empleado por la persona cuando tiene
el gesto pulsional y el entorno material y social, en un ir y venir perpetuo. que habérselas con ¡as cosas que ella encuentra"   (Blumer,  1 9 6 9 , ,  en Atria,
Esta intuición de un dinamismo   organizador   tiene grandes afinidades con
2
1998). Así, el significado emerge del proceso de acción e interacción des
otros conceptos desarrollados en ciencias sociales, desde   la  la  formulación por  Duricheim, 
crito por  Duricheim,  volviéndose producto social, creación colectiva.
de la idea de conciencia colectiva, concebida por Durkheim   (1912)  (1912)  como Por su parte, la sociología del conocimiento aporta a la construcción

la totalidad de sentimientos comunes al promedio de los ciudadanos de la teórica del concepto de imaginario social su interés en la influencia que
con  vida   propia.
misma sociedad, que forma un sistema determinado con vida los valores e intereses culturales presentes en el inconsciente colectivo
A la aclaración inicial de Durkheim sobre el concepto de conciencia ejercen sobre los movimientos históricos, considerando que "en último
colectiva, se debe añadir la  la  sistematización 
sistematización  de la interacción humana como análisis una sociedad es posible porque los individuos que la integran se
proceso social, desarrollada por George Mead  Mead  ( 1 9 3 4 ) ,   que llevó a la ges
3
han formado determinada imagen mental de esa   sociedad".   Al respecto, 4

tación del  interaccionismo  simbólico, preocupado por la  la   intrincada 


intrincada  rela Luckmann  (1968) 
Berger y Luckmann  (1968)  plantean la pregunta, "¿cómo es posible que
ción entre cultura, sociedad y personalidad de los individuos. Para captar los significados subjetivos se vuelvan hechos objetivos?", haciendo de este
las
las   características estructurales de l de l as 
as  interacciones simbólicamente me cuestionamiento el punto central de la teoría sociológica, la cual incluye
diadas, Mead estudió la evolución de las formas de comunicación desde en el mundo de las cosas a los universos simbólicos, es decir, los procesos
las   conversaciones de gestos  de los animales vertebrados hasta el discurso de significación que se refieren a realidades que no son las de la experien
diferenciado de los humanos, con el fin de observar cómo en la relación cia cotidiana. Para ellos, el universo simbólico se concibe como la matriz
intersubjetiva los participantes se ajustan el uno al otro y asumen nuevas objetivados   socialmente y
de   todos  los significados objetivados  socialmente y subjetivamente reales,
posiciones a partir de las declaraciones de cada uno. De esta manera, la toda  la
mientras toda  la   sociedad histórica y la biografía de un individuo se ven
intersubjetividad   es generada comunicativamente, consolidada por medio
intersubjetividad como hechos que ocurren  dentro  de ese universo. Tiene particular impor
de los símbolos lingüísticos y, finalmente, respaldada por la tradición cul tancia que las situaciones marginales de la vida del individuo (marginales
tural   ( H a b e r m a s , 1 9 8 7 : 1 0 ) .
tural porque no se incluyen en la realidad de la existencia cotidiana de la   s o c i e 
S obre estos fundamentos del conductismo social, el   interaccionis dad) también entran en el universo simbólico. Son productos sociales que
mo   simbólico establece un paradigma analítico constituido por tres premi tienen una historia, y para entender su significado "es preciso entender la
básicas:  'La   primera es que los seres humanos actúan respecto de las
sas básicas:  historia de su producción".
Asimismo, los universos simbólicos hacen aportaciones al orden insti
tucional porque las experiencias que corresponden a las diferentes esferas
2
 En gran medida, Durand funda su concepción d el simbolismo imaginario sobre dos realidad  —desde   la experiencia biográfica hasta las instituciones so
de la realidad —desde
intuiciones de  Bachelard: l a imaginación
 imaginación es  es un dinamismo organizador, y este dinamis c i a l e s — 
—   se integran al mismo universo de 
de   significados 
significados  que se extiende
de  homogeneidad en
mo organizador es un factor de homogeneidad  en la representación. Así, lejos de ser una
sobre ellas. En este marco, el problema de la transmisión de toda tradición
facultad de "formar" imágenes, la  la   imaginación sería
imaginación sería una potencia dinámica que "defor
ma" las copias pragmáticas de la realidad que entrega la percepción, mientras este dina se acentúa si algunos grupos sociales llegan a compartir versiones diver
mismo reformador se vuelve el  fundamento
 fundamento de  de la vida psíquica en su  co n ju n t o . Aceptan
  Aceptan gentes del universo simbólico, como es el caso, hoy en día, de las mascu-
do  el   postulado que "las leyes de la representación son homogéneas", y sobre la base
do el masculinidad h e g e m ó n i c a . .  En esta
linidades alternativas en relación con la masculinidad h
de que la representación es metafórica, se entiende que "a nivel de la representación, situación, "la versión que se desvía queda estereotipada en una realidad
todas las metáforas se igualan", pero esta coherencia entre sentido y símbolo no signifi
por derecho propio, la cual, por existir en la sociedad, desafía el estatus de
ca confusión por el hecho de nacer de ana  dialéctica. La unidad del pensamiento y de
sus expresiones simbólicas se presenta como una constante corrección, un perpetuo
afinamiento.
¡  Ver Habermas (1987). 4

Louis   Wir t h ,,   en Karl Mannheim 


 Prefacio de Louis  Mannheim   198 7 ).

356 p
~ CA S   P Ú B L I C A S PARA IMPULSAR REPRESEN T ACION ES EQUITATIVAS 357
DEBATES S O B R E  M A S C U U N I D A I

la realidad 
realidad  del universo simbólico tal como se constituyó  constituyó   originariamente J   rivadas 
rivadas  de aquéllas; esto es, las instituciones como ¡as conocemos en la
t

El grupo que ha objetivado esta realidad divergente se convierte en porta [a   diaria.


Ul

dor de una definición de la realidad que constituye una alternativa",   v La observación de la evolución de estas instituciones derivadas ha
plantea "no sólo una amenaza teórica para el universo simbólico, sino tam dado cuenta, en las últimas décadas, tanto de los cambios en la experiencia
bién una amenaza práctica para el orden  orden   institucional 
institucional  legitimado por el de las mujeres, como de la manera en que éstos afectan las representacio
universo simbólico en cuestión" (Berger y Luckmann, 1968: 137). de l o  femenino. Este proceso culminó en una institución
nes imaginarias de l
La cohesión interna de esta "red inmensamente compleja de significa de segundo orden: el feminismo, cuya expansión en todas las sociedades del
que  p e r m e a , orienta
dos que  , orienta y dirige la vida de la sociedad, tanto como aquella mundo representa la emergencia de un nuevo conjunto de significaciones
de los individuos que la integren" lleva luego a  a  Cornelius 
Cornelius  Castoriadis (1998)
Castoriadis (1998) en el imaginario social de la humanidad: la igualdad de género. De aquí
parte el desarrollo de los estudios de la  masculinidad,   la cual se define
5
a hablar de la "institución imaginaria de la sociedad", por el hecho de que
este magma de significados sociales  sociales  i m a g i n a r i o s , ,  además de ser producto los  hombres   en las relaciones de género, las prácticas
como la posición de los hombres
de la sociedad, están encarnados en sus instituciones y le dan vida. Expli en que los hombres y la y  la s  mujeres se comprometen con esa posición, y los
ca que, a causa de  la   la   creación de significados sociales imaginarios, que no de es/as   prácticas en la experiencia corporal, en la personalidad y
efectos de es/as
pueden ser deducidos de procesos racionales o naturales, la sociedad se en  la   cultura, donde se organiza en prácticas simbólicas que transcienden
en la
instituye a sí misma, aunque de manera inconsciente y sin poder recono (Connell,   1 9 9 7 : :  35-36; ver también Gutmann, 1997
las vidas individuales (Connell, 
cerlo. Ejemplos de estos significados son las iglesias, el Estado, el capital, y 1998; Marqués, 1998; Pérez,  Pérez,  1 9 9 8 ) . 6

ciudadanía  —y
la ciudadanía  —y   sus diferencias, según se trate de la ciudadanía de las A pesar de que la situación concreta de un mayor número de hombres
mujeres o de los  los   h o m b r e s — , ,  los tabúes, etc. También son significados no corresponde a los mitos masculinos, existe un consenso en los estudios
sociales imaginarios los conceptos de hombre y mujer, por el hecho de ser género —t a nt o del
de género —t o del lado feminista como del de los teóricos de la de  la   m a s c u -
específicos a cada sociedad, más allá de su anatomía y de sus definiciones linidad—   acerca de que la masculinidad estereotipada en el imaginario
biológicas. social se relaciona con el poder, la jerarquía, el sexismo el  sexismo y  y l a  h o m o f o n í a , ,  los
El imaginario social, tal como es concebido por Castoriadis, no es la cuales actualizan permanentemente el principio de su dominio. Asimis
representación de ningún objeto o sujeto. Es la incesante y esencialmente mo, coinciden en que la revisión de los roles de los hombres y de las muje
indeterminada creación sociohistórica y psíquica de figuras, formas e imá res  involucra
 involucra   a las relaciones personales, la familia, la economía, el Estado
genes que proveen contenidos significativos y los entretejen en las estructu y las relaciones globales (Connell, 1997 y  y   1 9 9 8 ; ;  Lagarde, 1997; Abarca,
las  i n s t i t u c i o n e s , el
ras simbólicas de la sociedad. Así, las  , el lenguaje, los valores,-
los valores,- 2002). Según los teóricos, es un panorama aterrador para quienes quieren
las necesidades y el trabajo de cada sociedad participan en la organización analizar el fenómeno en toda su profundidad y complejidad. Si bien los
del mundo y del mundo social, la cual se relaciona con los significados estudios sobre la masculinidad empiezan a articular las relaciones entre
sociales imaginarios institucionalizados por esta misma sociedad. La reali los significados que estructuran las representaciones de lo masculino en
dad de una sociedad dada se constituye por medio de la sinergia entre lo el imaginario social, los estudios de género, desarrollados desde el punto
que tiene valor y lo que no tiene, entre lo que es posible y lo que no lo es,
incluyendo lo falso y lo ficticio.
  En una imagen digna de la separación del feminismo del magma de significados del
5

Las variaciones en la articulación de las imágenes presentes en el ima


imaginario social de  de  origen,  Parrini (2002) afirma que los estudios de masculinidad se
ginario lleva a la formación de un segundo orden de instituciones y de réplicas   del 
"pueden metaforizar como réplicas  del  terremoto cultural que  que   significó 
significó  y significa el
significaciones, las que, a su vez, sostienen la la  i n s t i t u c i o n a l i z a d o de un feminismo en los ordenamientos genéricos de nuestras sociedades".
conjunto central de significaciones de la sociedad, sin el cual no podrían  Cabe señalar también que, quizá aún más que en el caso de las mujeres, las interseccio
h

existir (Castoriadis, 1998: 371). Así, la división sexual del trabajo es una nes con las situaciones de clase, etnia y raza son fundamentales para enfocar la comple
 jidad de lo s i maginari os vincul ados con la  masculinidad.  donde se enfrentan distintos
institución de segundo orden, relacionada con el imaginario patriarcal, sin
patrones de dominación social y se encuentran los miedos de los unos a la violencia de
la cual no habría patriarcado. El funcionamiento y la continuidad de la otros  ( H o ch , 197 9: 
los otros  9:  Connell, 
Connell,  1 9 9 7 ) . .  Asimismo, estudios de campo han demostrado
sociedad como sociedad instituida están asegurados por estas   i n s t i t u c i o  que ciertas ideas y prácticas relacionadas con los roles masculinos pueden estar más
y   significaciones
nes de segundo orden, las cuales generan instituciones y  asociadas con ciertas clases que con otras   Í G u t man n , 1997 , ,  1998).

P OLÍ TI CAS   P Ú B L I C A S PARA R   R U V Í S E N T A C I O N E S 


I M P U L S A R  S  E Q U I T A T I V A S 359
3 5
 
8
¿'TES S O B R E 
E  MASCUUNDADES

de   vista 
de  vista  feminista, han construido un cuerpo de 
de   ce lucimientos 
lucimientos  de gran una 
una   de las consignas básxas en la construcción social del varón. Esto
utilidad para la comprensión del orden masculino-femenino vigente. trae como consecuencia la atribución de importancia a todas las activida
masculino.  El 
des humanas que pertenecen simbólicamente al orden masculino.  El  co 
rolario de esta consigna es que todo lo que pertenece al orden simbólico
LA DIVISIÓN SEXUAL DEL TRABAJO de lo femenino  no es   importante y pone en peligro la construcción de   la
masculinidad.
De las instituciones de segundo orden relacionadas con el imaginario pa Así, por la separación de lo masculino (importante) y de lo femenino
triarcal, ¿cuál elegir para elaborar una estrategia de transformación de sus (no importante) en la sociedad que los rodea, los niños varones deben
imágenes constitutivas en representaciones más equitativas de las relacio constantemente comprobar su independencia, suprimir las emociones y

nes entre lo femenino y lo masculino? La división sexual del trabajo apare los comportamientos
conducta masculina. Enfemeninos
todas lasaprendidos
sociedadesdedel
su mundo,
madre y este
demostrar
procesounase
ce como la más adecuada, es quizá la institución imaginaria cuya lógica se
ha estructurado de manera más pareja en el transcurso de la mayoría de formaliza a través de distintos tipos de iniciación y rituales de transición a
los procesos sociohistóricos de los grupos humanos. Además, se relaciona un mundo desconocido, los cuales incluyen el   enfrentamiento 
enfrentamiento  del dolor y
estrechamente con los significados de otras instituciones de segundo  or la demostración de fuerza ñ'sica. El niño de mamá debe morir para trans
den del mism o imaginario, como la p aternidad y la violencia contra la mujer. formarse en un hombre. El ejemplo más cercano en nuestras sociedades
En su más reciente trabajo sobre la disolución de la jerarquía entre lo es el servicio militar obligatorio, que en la mayoría de los países está reser
masculino y lo femenino, Françoise Héritier (2002) recuerda que la cate- vado a los hombres en lugar de abrirse a las mujeres y transformarse en un
de  la 
gorización binaria se remonta a los orígenes de  la  humanidad, cuando el servicio más amplio, donde los dos sexos puedan colaborar en las tareas de
sus   sentidos para
ser humano no tenía otro instrumento que sus  sentidos para dar significa defensa y de servicio comunitario.
ción al mundo, al cual empezó a clasificar con base en las distinciones Sin entrar de lleno en el tema de las políticas públicas, cabe destacar
observadas tanto a nivel cósmico como biológico:   d í a / n o c h e , f e m e n i n o / proceso  de
que este brutal proceso  de   formación de la identidad masculina se suavi
masculino, frío/caliente, entre otros. Luego, los nombres descubrieron zaría
zaría   si los hombres participaran más en la educación de sus hijas e hijos.
que sin relaciones sexuales las mujeres no podían engendrar, mientras S u presencia en la la  forma ci ón 
ón  psicológica inicial de los niños evitaría
ellos no podían reproducirse sin ellas. La necesidad de crear una descen que crecieran en "un mundo de mujeres", aislado, poco importante, y no
dencia, de hijos que fueran idénticos a ellos, les llevo a considerar a las necesitarían separarse y rechazarlo de manera tan violenta para volverse
mujeres como un recurso propio, necesario para reproducirse. Esta apro plenamente hombres. Éste es solamente un aspecto del tema de las res
piación   de las mujeres y los sistemas familiares que se constituyeron, tu
piación ponsabilidades familiares, el cual se ha convertido en el centro de las
vieron a su vez, como consecuencia, su inhibición como sujetos, historia demandas de autonomía personal y de participación social de las mujeres,
conocida. ¿Qué pasó en el imaginario masculino después de que nacen y de su reflexión acerca de los procesos de construcción de la identidad
estos hijos varones "idénticos" a los demás hombres? masculina.
Nancy  Chodorovv   ha demostrado que el proceso de transformación de
Nancy Chodorovv Enfrentar la dinámica cultural que sostiene la   división 
división  sexual implica
los niños varones en "hombres" implica la separación de sus madres y la el análisis de los valores culturales atribuidos a las mujeres y a los hombres
negación de su dependencia de ellas, lo cual lleva al rechazo a las mujeres en las sociedades, más que el estudio de los papeles específicos que des
y a la supresión de sus propias emociones "femeninas". Este proceso de empeñan, pues el estatus social de ambos géneros no es producto de sus
separación es en general doloroso y violento. Así   io io   muestran también las prácticas, sino del significado y valor que éstas adquieren a través de la
burlas entre niños varones y el miedo a ser acusado de "maricones", que 1993).  O  sea, más que los
interacción social, política y cultural (Rico, 1993). 
sirven para instaurar jerarquías de poder en los patios de los colegios. contenidos intrínsecos de la división sexual de los roles, es su valoración la
A s i m i s m o , ,   Marqués y Osborne 
Osborne  ( 1 9 9 1 )   destacan  c'  ser  importante  como
T que se integra al proceso de identidad de las personas, en términos de los
han   sido-
significados que han  sido-   aceptados como propios en su esfera subjetiva.
Si consideramos que la atribución de la esfera doméstica a las mujeres
7

 Citado  en Godoy  (1995). es la principal expresión cíe la división sexual del trabajo (la que norma no

360 P O LÍ TI C A S  P Ú B L I C A S PARA R  R E P R E S E N T A C I O N E SS   E Q U I T A T I V A S


I M P U L S A R  361
DESATES E  M A S C U L I N I D A P
S O B R E 

sólo
sólo   la organización de nuestras vidas diarias, sino la red de significaciones • Perce pciones masculi nas nas   v femeninas de género en  en  tomo 
tomo  al trabajo:
del imaginario de la mayoría de los grupos humanos), encontramos que "si una mujer no necesita dinero, ¿es correcto o  no  no que
 que trabaje?" (Res
esta modalidad de organización es el principal obstáculo para que las   mu  pondieron "no" 43.6 por ciento de los hombres y 33.8 de las mujeres).
la   teoría
 je res se co ns tit uya n co mo suj eto s au tó nom os . Re cor de mos qu e la  • Percepcion es masculi nas y femeninas de género en torno al traba
define a l  sujeto como la capacidad de una persona para
de la modernidad define a  jo : "si la muj er gan a má s din ero , ¿le pi erd e el res pet o a l hom bre ?"
identificar su libertad y su capacidad de reflexionar sobre sí misma y de (39.4 por ciento de los hombres y 30.9 de las mujeres respondieron
controlar su vida y sus acciones. Basta mirar las más recientes estadísticas que sí).
sociales para entender que estos atributos no están al alcance de la mayo • Percepcion es mascul inas inas   v  femeninas de género en torno al traba
ría de mujeres, quienes no tienen elección ni posibilidad de compartir las  jo: "se gún ust ed, ¿el hom br e deb e gan ar más din ero , men os din ero
responsabilidades
del deldecuidado
padre por o falta de su que
apoyo social familia, ya sea por
le permitiera falta de alvoluntad
integrarse merca o igual que la mujer?" (38.0 por ciento de los hombres y 37.8 de las
mujeres respondieron que debía ganar "más", contra 36.6 y 44.4
do de trabajo, participar en el desarrollo de la sociedad y contribuir tanto por ciento, respe ctivament e que declararon que debía ganar "igual").
"igual").
como   person?..
al bienestar de su familia como a su propio desarrollo como  • Percepcione s masculin as y femeninas de género en tomo al traba
En México, por ejemplo, los datos de la Encuesta de Hogar 1998  jo: "¿es tarí a dis pu es to a ace pta r que en una pare ja el ho mbr e se
en   1998 
muestran que en  1998  solamente 43 por  ciento de  las mujeres de las zonas dedique al cuidado de la casa y la mujer a trabajar?" (24.7 por cien
actividad   e c o n ó m i c a . .  Ésta es una de las tasas
urbanas participaba en la actividad  to de los hombres y 32.3 de las mujeres dividieron sus respuestas
más baja de la región, con la marcada excepción de las mujeres con   13 entre "sí estaría dispuesto" y "sí, en parte").
años (o más) de instrucción (63 por ciento). Mientras, 65 por ciento de las
mujeres "inactivas", de 20 a 24 años de edad, afirmaba no buscar trabaje Está de más insistir en que la división sexual del trabajo se mantiene
por tener que dedicarse al trabajo doméstico. El ingreso medio laboral dei gracias a un sistema de dominación, anclado  anclado  t a n t e e n 
n  nuestros modos
mismo grupo de mujeres representaba 57 por ciento del de los hombres, de vida, como en las representaciones del imaginario social. Ahora, si se
aumentando la disparidad con los años de instrucción (47 por   Ciento para piensa que la violencia es la expresión más esencial de dominación, los
las mujeres de 13 años y más)   (CEPAL,  2002). El año siguiente, el análisis hombres identificados con los tradicionales estereotipos de superioridad
de los datos recogidos por el Observatorio de la Condición de la Mujer de de lo masculino pueden llegar a usar la violencia física para mantener su
México, relativos a las maneras en que el   género  incide en el mundo del poder en sus hogares y sobre sus mujeres.   Esta  Esta  una de las principales
trabajo, a través de la medición de las creencias y valores compartidos, observaciones de los nuevos colectivos de hombres contra la violencia de
demostraba que el sistema de género contaba c on  "el respaldo de la mayo género  (CANTERA,  1 9 9 8 ; ;  Z i n g o n i , ,  1 9 9 8 ; ;  Ayuntamiento de Jerez, 
Jerez,  1 9 9 9 ;
ría de la población mexicana residente en localidades urbanas, reconoci Bonino, 1999). Para dar visibilidad al amplio abanico de prácticas cotidia
ble en el enorme grado de consenso entre hombres y mujeres en los pun nas entre los hombres, para dominar a las mujeres, sin necesariamente
tos nodales de este sistema", con posiciones de disenso o inconformidad, recurrir a actos abiertamente violentos, un  un   psicoterapeuta 
psicoterapeuta  español, Luis
sobre todo en los jóvenes   (18
(18   a 24 años) y en las personas de mayor esco Bonino, director del Centro de la Condición Masculina en Madrid, ha
laridad   (con  avances diferenciados en las categorías "primaria y más" y
ideado el concepto de  microinachismos,  inspirándose en el concepto de
más":  Inmujer/ U N I F E M ,   2002). Las respuestas para los pun
"secundaria y más": 
microuoder  de Michel  Foucault.  Con base en su experiencia de trabajo
tos considerados como "nodales" eran los  los  s i g u i e n t e s :
8

con hombres violentos, él considera que los actos d actos  d emicroviolencia  son la
manifestación más frecuente de violencia contra las mujeres, no menos
•  Población
Población   que está de acuerdo con que e l  hombre debe ser el único importante ni menos dañina por no causar lesiones o incapacidades evi
responsable de mantener el hogar, según diversas características dentes. Incluye en esta categoría actitudes tan diversas como estrategias
los   h o m b r e s , ,  22.9 de las mujeres).
por sexo (41.7 por ciento de los  para no participar en las tareas domésticas y tomar ventaja de la capacidad
de las mujeres para cuidar, así como el   p a t e r n a l i s m o , el
, el control del dinero,
las mentiras, el silencio, el uso arrogante de la lógica "masculina" y la
J den

se   cumpl en 


formulación de promesas que no se en  (Bonino, 
(Bonino,  1 9 9 6 ) .

362 D E B AT E S S O B R E M->SCUUNID.ADES PO LÍ TI C A S P Ú B L I C A S   P A RA I M P U L S A R R E P R E S E N T A C I O N E S EQ U  , , ::\A S 363

En cuanto al proceso de integración de los varones en nuevas moda El concepto de imaginario social  elaborado  por Castoriadis conlleva
lidades de organización familiar, la revisión de varios estudios sobre su una interesante lectura de la evolución de los comportamientos de género
participación en las tareas domésticas y cuidado de los niños, destaca la a través de las imágenes de género, tanto tradicionales como emergentes.
resistencia de los hombres a participar  principalmente en   éstas,  mientras Explica que la preexistencia del imaginario es una condición inicial para
que parece ampliarse el concepto de paternidad y los hombres tienden a que pueda haber pensamiento, porque el acto de pensar es imposible sin
darle un lugar más importante en su vida  (Szinovacz.,1984;  Bruschini,  1990; figuras, esquemas e imágenes, lo cual indica que el imaginario social radi
Gysling y Benavente, 1996; Page, 3996; Alméras,  1997). Otros estudios ca en el lenguaje y en las representaciones sociales. Sin embargo, la fun
llevados a cabo en Estados Unidos demuestran que en la adaptación a los ción del  lagos  nos permite entender sólo parcialmente cómo opera el ima
nuevos roles familiares, los hombres que apoyan la integración laboral de ginario social, porque éste debe también congregarse, estructurarse y

su esposa
que mejor yviven
aumentan su colaboración
el cambio; en los
mientras que las hombres
labores domésticas son me
que participan los construirse como sociedad, de la manera más apropiada a cada grupo so
cial: este hacer social cumple la función de  techné  de la imaginación. La
nos en las  tareas del hogar y mantienen su apego a actitudes más tradicio interconexión entre el  logos y la   techné es esencial para entender el imagi
nales están más expuestos a experimentar depresión; asimismo, a causa de nario, porque se refieren el uno a la otra y se  implican mutuamente en un
la incorporación al mercado laboral de las mujeres experimentan proble constante movimiento circular (Castoriadis,  1 9 9 8 :  260).
mas con su autoestima (Stein, 1984;  Hoch'schild y Machung, 1990). En este marco, el discurso emergente  {logos)  de las masculinidades
Según una investigación llevada a cabo en Santiago de Chile en   1997, alternativas, que repudia los estereotipos de género tradicionales funda
sobre la base de 20 entrevistas en profundidad, las variables que presen dos sobre la dominación masculina, se completa en el imaginario por la
tan un claro vínculo con el desarrollo de actitudes equitativas por parte de acumulación de prácticas sociales  equitativas  y por la generación de un
los hombres son la edad  — t en er menos de 45 a ñ o s — , ,  ingresos mayores o nuevo  saber hacer   doméstico  (techné)  en la vida individual de un cierto
iguales a los de la mujer, y la adquisición de conocimientos acerca del grupo de varones. Es la interacción entre el  logos emergente y la  techné  en
 en
quehacer doméstico en el periodo anterior al inicio de la   convivencia en construcción que afectará en algún momento el núcleo de significaciones
pareja. Se entiende el impacto de la edad sobre el proceso de transición del patriarcado, dando lugar a la reorganización y la alteración de los signi
masculina como la expresión de una adecuación a los cambios culturales ficados anteriores e impulsando la constitución de otros nuevos. Según
colectivos, generado en gran parte, como lo hemos  visto, gracias a la evolu Castoriadis, este proceso puede provocar efectos colaterales a través de la
ción de las mujeres y a la adaptación de su comportamiento (si no de sus totalidad de las significaciones sociales del sistema involucrado (1998: 363).
valores) a las prácticas sociales aceptadas por sus pares. La pregunta, entonces, es ¿cómo alentar el potencial de los hombres
Además, cobra importancia la acumulación de prácticas equitativas para el cambio? Las prácticas equitativas de los individuos están estrecha
en la historia de los hombres, ya sea por las condiciones de la organización mente relacionadas con sus experiencias personales, lo cual hace difícil
familiar en la familia de origen o por la convivencia que les ha permitido reproducirlas a voluntad. Si la creación de nuevas formas, a partir de la
adquirir un  saber hacer   suficiente para desarrollarse con autonomía en el imaginación de sujetos individuales, es esencial para iniciar el cambio,
ámbito reproductivo, y con dignidad frente a la mirada femenina (no hay sólo se puede hablar de contribución al imaginario social cuando los con
que olvidar que en las relaciones de poder que establece la jerarquía de tenidos del nuevo discurso se han integrado al discurso social por medio
género, muchas mujeres se resisten a la entrada de los hombres en el de la modificación de una institución o de la creación de una nueva. Por
mundo reproductivo, su único espacio de dominio reconocido socialmen- esta razón es necesario pensar en legislaciones y políticas públicas que
te). Un indicador del papel que juega la formación de conocimientos que fortalezcan el discurso social sobre la equidad de género y desarrollen
alienta el desarrollo del  hacer   masculino, se obtiene del comentario de un mecanismos   de obstrucción y  desconstrucción  de las instituciones de se-
participante en la investigación. Cuando se le preguntó si quisiera tener
otro hijo a pesar de que su esposa trabajaba   en  r umo de noche, y que le
había sido difícil aprender a cuidar de su hija, contestó:  "Sí... yo creo que
9
  Castoriadis habla más bien de las instituciones del   legein y del leukh ein,  pero he tratado
igual... Sí, porque siendo un hijo, igual haría lo mismo. Ya aprendí, ya lo sé
aquí de usar los conceptos para insistir en su ' u n ció n ,  que es !a que nos interesa en el
y yo creo que no me  costaría tanto".
contexto de este trabajo.

364 D E BA T E
ES
S SOBRE M A S C U L M D A D E S P O L Í T I C A S P Ú B L I C A S   P A RA I M P U L S A R R E P R E S E N T A CI O N E S E Q U I T A T I V A S 365

gundo  orden del  patrió.\  .do, e


.do, e s  decir, capaces de influir en la  constitu humanos actúan sobre la base del   significado  que las cosas tienen para
ción del imaginario soc  . J   en  ambas funciones del  logos y de la  techné. ellos; 2) el significado de tales cosas surge de la  interacción social  que cada
Sobre este punto, R e   :>crt Connell  (1997 y  1998) manifiesta que el acti individuo tiene con sus semejantes y 3) los significados son adquiridos y
vismo en torno a los  temas de la masculinidad no puede seguir el modelo modificados a través de los procesos de   interpretación  de las personas.
del feminismo y buscar  la  organización de un "movimiento de hombres" Obviamente, no se trata aquí de diseñar un programa exhaustivo, sino de
para lograr las reformas  de  género. Destaca que un sistema de género apuntar algunas acciones en los ámbitos de la vida social donde las actua
donde los hombres  dominan  a las mujeres no puede dejar de constituir a les representaciones de género son reconocidas como las más influyentes
aquéllos como un grupo interesado en su conservación, pues entran en en el actual orden masculino-femenino: la identidad masculina, la salud
 juego tant o sus interese s materiales, como su posición domina nte en la sexual y reproductiva, la paternidad, la división sexual del trabajo, las rela
 jerarquí a social. A esto le   llama el "dividendo del patriarcado"  (1997: 4 3- ciones íntimas entre hombres y mujeres, y la violencia de gé ne ro.
10

44), del cual se benefician todos los hombres, aun cuando lo denuncien. Es importante destacar también que las categorizaciones que se ha
Por lo mismo, afirma que  "es más probable que la reconstrucción demo cen aquí tienen un propósito estrictamente  conceptual, y que en la prácti
crática del orden de género/divida a los hombres en lugar de unirlos" ca cada una de las políticas sugeridas afectan al conjunto de la red de
(1998:  87 ). A pesar de  ello,   reconoce que es posible introducir con éxito significaciones del imaginario.
reformas en las prácticas ee género de los hombres.
Políticas   p a r a   m o d i f í c a r  el 
el    significado de las cosas

POLÍTIC AS PÚB LIC AS E IMAGIN AR IO SOC IAL En esta primera forma de interacción con el imaginario, las  políticas'apun-
tan a modificar los contenidos del  logos, de manera que permitan apoyar la
Se requiere, entonces,  e l a b o r a r   políticas públicas que impulsen represen disolución de la jerarquía entre lo masculino y lo femenino en medio del
taciones equitativas de  io  masculino en el imaginario social, con vistas a magma de  los  significados imaginarios, cuya raíz se encuentra en el len
desbaratar un modelo  •• .  mónieo  que, aunque no todos los varones se guaje y en las representaciones  sociales.
apeguen a él, sigue siendo la fuente de la red de significaciones que Frente al papel preponderante que se da a los medios de comunica
alimenta a las  identidades  de los hombres. En las palabras de Joseph- ción en este primer conjunto de propuestas, quisiera recordar que éstos
Vincent Marqués, se trata de "facilitar la  desidentificación  de género y de participan en la modificación tanto del yo como del espacio público. En la
combatir, no de corregir, ia atribución de determinados cometidos a hom transformación del ámbito público cumplen una función mediatizadora
bres o a mujeres" (1998: 70). Preguntándose acerca de posibles acciones de la política, ya que no influyen necesariamente sobre qué pensar, pero sí
para alentar cambios en las identidades de género, Matthew Gutmann en las preocupaciones públicas (Habermas,   1987) y, por ende, en las redes
rememora que el análisis de Bourdieu del capital simbólico constituye un de significaciones.
punto clave de referencia en relación con la hegemonía, el dominio y las
restricciones que las  élites  ejercen sobre la sociedad"; nota, sin embargo, • Ide ntidad masculina
que el sociólogo francés excluía la acción consciente que viene de abajo Apoyar en los colegios la formación de grupos de discusión con adoles
(Gut mann, 1997: 163). La idea aquí es más bien apoyar los procesos de centes, que les ofrezca la oportunidad de pensar críticamente y com
actualización del imaginario que provengan tanto "desde arriba" (las políti partir sus ideas sobre los temas de género e identidad masculina hege-
cas  públicas)  como "desde abajo" (las iniciativas de los individuos y colec
tivos de hombres).
Recordando que el imaginario social es el resultado de una incesante
10
 Además de la  bibliografía citada y del propio proceso de reflexión de la autora, se quiere
destacar en los aportes considerados para la  formulación de fas siguientes propues
creación sociohistórica  ,  -síquica de figuras, formas e imágenes, quisiera
tas, los debates y las  conclusiones de las mesas de trabajo de k  Conferencia Regional
ahora retomar las premisas básicas del interaccionismo  simbólico, como "Varones adolescentes: construcción de identidades de  género  en América Latina.
guía para pensar en un  marco  de políticas públicas efectivas para transfor Subjetividades,  prácticas, derechos y contextos  socioculturafes",  Santiago de Chile,

mar el orden de género  \  Je los significados de lo masculino: 1)   los seres FLACSO,  6 al 8 de noviembre de 2002.

366 DEBATES SOBRE MASCU LIN IDADES POLÍTICAS PÚBLICA S PARA IMPULS AR REPRES EN TACION ES EQUITATIVAS 367

m ó n i c a ,   para ayudarlos a procesar 


procesar   lo
lo   que ellos mismos piensan, ven y mujer, y se rescate el derecho del/a hijo/a a tener padre, y el de éste a
viven." ejercer su paternidad (Cervantes, 2002; Héritier, 2002; Palma, 2002).
Impulsar en centros culturales municipales la formación de grupos Organizar campañas de educación para fomentar la responsabili
de reflexión sobre los costos de las masculinidades tradicionales. Según dad en los padres adolescentes.
las  investigaciones  de  campo realizadas  por P R O M U N D O  (Baker, 2002)
ser parte de un grupo de pares con ideas alternativas sobre la  m a s c u l i n i ' • División sexual del trabajo
dad es uno de los factores que fomentan masculinidades más equitativas Desarrollar campañas educativas sobre la importancia de la participa
Efectuar una revisión de los contenidos de género de los programas y ción equitativa de las mujeres y de los hombres en las instancias públi
manuales de enseñanza, desde la escuela básica hasta la superior, pues cas de toma de decisiones.
se trata de un espacio de producción y reproducción cultural. Organizar programas de orientación vocacional dirigidos a los estu
Organizar campañas educativas para difundir mensajes elaborados diantes egresados de los niveles de enseñanza primaria y secundaria,
por colectivos de hombres para la igualdad de género (tales como Coriac con vistas a eliminar la discriminación de género en la elección de acti
y Salud y Género en México o Puntos de Encuentros en Nicaragua). vidades   e n / a ss   cuales los hombres y las mujeres se especializarán.
vidades
Crear talleres y programas mixtos en la escuela, que fomenten la
Salud sexual y reproductiva constitución de un  saber hacer   doméstico suficiente para generar un
Organizar campañas educativas dirigidas a los hombres, para que  tomen sentido de capacidad y autonomía en los varones.
conciencia de que la falta de equidad en la toma de decisiones sobre
sexualidad y reproducción pone en peligro   la 
la  salud sexual y reproducti • Relaciones íntimas entre hombres y mujeres y violencia de género
va de hombres y mujeres (De Schutter, 2000). Desarrollar campañas educativas que legitimen la expresión de afecti
Alentar la creación de programas de servicios de salud y de planifi vidad por parte de los varones, generalmente rechazada por los conteni
cación familiar destinados específicamente a los hombres, para lograr dos tradicionales del imaginario social.
su sensibilización frente al tema, aun cuando ello signifique compartir Organizar en los colegios talleres dirigidos a las   y  los adolescentes
recursos financieros con los servicios de salud destinados a las mujeres para que reflexionen sobre las relaciones de poder que establecen en
(De Schutter, 2000). Esta medida debería generar, a mediano plazo, un sus relaciones íntimas. En este ámbito del cambio de los significados,

impacto
de positivo
los hombres 
hombres   p sobre
a r t i c i plas
a n t eimágenes
s , ,  lo cualque se formarán
redundará en el imaginario
en beneficios sobre la se sugiere que los participantes en los talleres se dividan por sexo, para
favorecer la expresión y la reflexión.
salud sexual y reproductiva de ambos sexos. Desarrollar campañas de sensibilización sobre violencia doméstica,
Desarrollar actividades en los servicios de salud para ayudar a los dirigida a hombres y a mujeres por separado, de manera que se pueda
a  percatarse 
hombres a  percatarse  de la manera en que su identidad masculina, y su especificar la diferente cada   u n o .
diferente significación que tiene la violencia para cada
percepción en torno a ésta influyen en la conducta relacionada con la
sexualidad, la violencia, la prevención de las ITS y la paternidad.  P o lí ti ca s or ie n ta da s ha ci a   interacc iones sociales   má s equitativas
Paternidad Este conjunto de políticas apunta principalmente a la función de   techné
Organizar campañas en los medios de comunicación para construir en del imaginario, que es la dimensión instrumental de las significaciones
los hombres el deseo de ser padres, en lugar de que la   paternidad 
paternidad  sea imaginarias de una sociedad (Castoriadis, 1998: 361). Se trata de generar
vivida como una respuesta a un hecho de la naturaleza, ajeno a ellos. Es interacciones sociales más equitativas, las que, a su vez, influirán en las
importante que la paternidad se viva como una decisión propia, como luego   al
significaciones que se integrarán luego  al   imaginario, antes de materiali
un acto de libertad, de igual modo que la contracepción   lo 
lo  es para la en  e l  hacer social.
zarse nuevamente en e
Se requiere, en primer lugar, completar la revisión y renovación de la
legislación, integrando el concepto de equidad de género en los distintos
Según comentario de Robert W   Connell 
Connell  en la  misma   conferencia.
la misma cuerpos de leyes nacionales. La igualdad de oportunidades para las   m u j e -

368 POLÍTICAS PÚBLICAS PARA IMPULS AR R E P R E S E N T A C I O N E S  EOUITATIVAS 369


DEBATES E 
S O B R E  MASCULINIDAOES

res es la base del proceso de cambio, y cada avance en el ámbito legal es una Organizar debates a nivel local sobre la cultura laboral vigente y la
contribución al fomento de relaciones sociales equitativas, esenciales para escasa importancia que se da al cuidado de los hijos, en relación con
la emergencia de significados más equitativos en el imaginario. Se   reco la valorización social del papel masculino de proveedor.
mienda plantear acciones más específicas en el ámbito local, para llegar a Propiciar en la sociedad la discusión ética sobre paternidad, e in
la comunidad a través de los programas de las municipalidades, los con cluir la apertura del debate sobre la conciliación de los derechos de los
sultorios de salud y las escuelas primarias y secundarias. hombres y de las mujeres a elegir si desean ser padres y madres.

• Identidad masculina • División sexual del trabajo


Organizar programas de de  capacitación 
capacitación  para maestros, con el fin de sen
sibilizarlos en los problemas particulares que enfrentan los niños y ado Revisar las leyes de seguridad social y los sistemas de imposición de
los matrimonios que institucionalizan la división sexual del trabajo en los
lescentes varones en la definición de su identidad de género. ámbitos público y privado. Estas acciones conllevan un fuerte cambio,
Desarrollar programas que fortalezcan las capacidades de los niños tanto de las interacciones económicas entre hombres y mujeres en la
y los hombres para evitar las acciones violentas y formarlos en técnicas vida doméstica como de los significados relacionados con la importan
de paz (UNESCO, 1997). cia de una participación equitativa de las mujeres y de los hombres en
las actividades productivas.
• Salud sexual y reproductiva
Transformar los programas sectoriales del Estado en función de la
Reformular las
Reformular  las legislaciones nacionales para garantizar que las elecciones planificación de iguales oportunidades para hombres y mujeres,   la la   cual
de las mujeres sean libres, y para asegurar el ejercicio de los derechos debe ser coordinada con los ministerios responsables. Para la realiza
instrumentos   i n t e r n a c i o n a l e s , ,  tales como el Progra
consagrados por los instrumentos  ción de los objetivos del servicio público, los organismos estatales debe
ma de Acción de El Cairo y la Plataforma para la Acción de   B e i j i n g . 12

rán también estimular la acción conjunta con las instituciones privadas


Universalizar la planificación familiar y las leyes que institucionali involucradas.
zan la contracepción, con el convencimiento de que   ésta  ésta  libera a las
Fomentar la participación laboral de las mujeres inactivas, lo que
mujeres de la pérdida de su condición de sujetos (Héritier,  (Héritier,   2 0 0 2 )   y 13

significa atender a las mujeres con baja escolaridad de los estratos infe
su   identidad 
anula en su  identidad  de género la idea de ser sólo un medio para la
riores.
riores.   Asegurar expectativas de ingresos que superan el costo de opor
reproducción de la especie. tunidad asociado a "dejar la casa sola" y enfrentar la carencia de recur
,  Capacitar profesionales varones para que traten con los hombres
sos para que las mujeres trabajen y simultáneamente atiendan las
que se presentan a los servicios de salud el tema del deseo sexual, del
necesidades de su hogar.
contagio del VIH y de las otras ITS, y les hagan tomar conciencia de las
Organizar foros y debates públicos abiertos a la participación de
relaciones de poder que están en juego.
todos, sobre la repartición de los papeles entre hombres y mujeres en el
• Paternidad ámbito público y privado.
Ampliar el número de países que ofrecen una licencia paterna posparto
y licencias médicas para que los padres cuiden de los niños enfermos, • Relaciones íntimas en tre hombres y mujeres y violencia de género
así como desarrollar campañas públicas que inciten a su uso. Completar el cuerpo de leyes ya existente, para adoptar las medidas
requeridas por los instrumentos internacionales con la finalidad de eli
minar todas las formas de explotación, abuso, acoso y violencia contra
12
 Agradezco las reflexiones compartidas por  Flavia 
 Flavia  Marco de la Unidad Mujer y Desarro mujeres,  las
las mujeres,  las   adolescentes y las niñas.
llo de   la C E P A L .
Organizar en los colegios un segundo ciclo de talleres dirigidos a
13
  Así, por ejemplo, a pesar de la importante baja en la fecundidad, muchos países aún
muestran una tasa de fecundidad no deseada que oscila entre 20 y 50 por ciento. Vale
las y los adolescentes, para que intercambien reflexiones acerca de las
fecundidad  no deseada
subrayar que la tasa de fecundidad no  deseada puede ser vista como indicador sintético relaciones de poder que establecen en su vida íntima y busquen en
de la falta de autonomía de las mujeres para decidir libremente de su cuerpo y de su vida. conjunto alternativas  má s  democráticas.

370 DE BA TE S SOBRE MASCUUNIDADE POLÍTICAS PÚBLIC AS PARA IMPUL SAR REPRESE N TACION E S EQUITATIVAS 371

Formar profesores  pa t a qu e  interactúen en la escuela con los jóve IÎAKER,  Gary. 2002. "La formación de niños no violentos y con equidad de género:
nes de ambos sexos,  para  fomentar conductas de respeto mutuo entre reflexiones de la investigación y desarrollo de programas en Río de Janeiro,
hombres y mujeres. Brasil", ponencia presentada en la Conferencia Regional  Varones adolescen
tes: construcción de identidades de género en América Latina. Subjetividades,
 P o lí ti ca s p ar a al im en ta r   los   procesos  de   interpretación  prácticas, derechosy contextos socioculturales. Santiago de Chile, FLACSO-Chile,
6-8 de noviembre de 2002.
BONINO, Luis.  1999. "Violencia de género y prevención: el problema de la violencia
Este tercer ámbito de interacción con el imaginario social implica la rela
masculina", en Actuaciones contra la  violencia de género.   Madrid, UNAF. Dis
logos y la techné,  ya que se busca mirar reflexivamen
ción circular entre el  logos y
ponible en  <http://www.nodo50.org/mujeresred/violencia-lbonino.html >.
te al uno y a la otra a  la luz de sus mutuas  significaciones. Se necesita, para _  .1996.  "Micromachismos,  la violencia invisible en la pareja". Madrid,
.1996. 
ello, en cada área estratégica identificada, la creación de espacios de re Excmo. Ayuntamiento de Jerez. Disponible en http://www.hombresigualdad.com/ 
flexión e investigación que faciliten posteriormente la producción de ma micromachismos.htm
terial educativo, así   c om o  su divulgación entre un público amplio. El liLUMER,  Herbert. 1969.  Symbolic  Interactionism, Perspective and  Method. 
  Method.  Ber-
material producido podría  l ue go  servir en los grupos de   expresiór/y dis kely, University of California Press.
cusión propuestos  a nt e ri orm e nt e .  La definición de los temas en cada BRUSCHINI, Cristina. 1990. Mulher, Casa e Familia: Cotidiano ñas c arnadas medias
área es ya en sí un principio de interpretación, razón por la cual no se paulistanas. Sao Paulo, Fundación Carlos  Chagas.
definen aquí. En términos d e  políticas públicas, se solicita  al Estado que CASTORIADIS,  Cornélius. 1998 [ 1975].
[ 1975]. The imaginary Institution of Society. Cam
otorgue suficiente importancia a este proceso, para facilitar fondos y becas bridge, The MIT Press.
destinados a la investigación, de la cual se encargarían la academia y las CENTRO DE EDUCACIÓN  Y   COMUNICACIÓN POPULAR.   1 9 9 8 . El significado de ser
hombre: propuesta metodológica para el trabajo de género con y entre hombres.
organizaciones de la sociedad civil. También se   le  solicitaría financiar en
cuestas de mayor envergadura, por ejemplo, sobre el uso del tiempo, que Managua, CANTERA.
CERVANTES ISLAS, Francisco. 2002. "El embarazo pone a prueba los hombres",
son determinantes para obtener mayor información acerca de la evolución
Parte I y Parte II. Asociación de Hombres para la Igualdad de Género (Ahige),
de las funciones de los hombres y de las mujeres en los ámbitos público y
<http://www
http://www.ahige.org/text
.ahige.org/texto_arti.php?
o_arti.php?wcodigo=50020
wcodigo=50020 y   50O21>.
privado. CEPAL.2002. Estadísticas de género:  Indicadores regionales: Trabajo e ingresos. Unidad
Mujer y Desarrollo,  http://www.eclac.cI/mujer/proyectos/perfiles/default.htm  
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373
P O L Í TI
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i "

 
 V f

CIUDADANÍA Y MASCULINIDAD
 

LOS ESTUDIOS DE LAS MASCULINIDADES


Y LA CULTURA POLÍTICA EN MÉXICO

Guillermo Núñez Noriega

¡n  memoriam,
Daniel  Nugent,  mi profesor.

INTRODUCCIÓN
El presente ensayo es una reflexión exploratoria en torno a la pregunta
¿cómo puede contribuir el interés por el análisis de las  masculinidades  a
una comprensión histórica y antropológica de la cultura política en Méxi

co?
bles, En tanto temáticas
sugerir que reflexión exploratoria,
  y cuestiones mea interesa
relativas plantear
un fenómeno muyrutas posia
amplio,
partir de los estudios ya existentes sobre los varones, desde una perspecti
va de género y de una particular teorización sobre el poder, la cultura y la
política.

UN CONCEPTO DE CULTURA POLÍTICA

Para iniciar, planteo una definición de "cultura política" con el fin de


organizar mejor esta reflexión. Esta definición no intenta ser exhaustiva,

tampocoteórica
puesta creo que sea la  Búnica
de Pierre o u r d iposible. Por el que
e u ,  considero contrario, siguiendo
cualquier la pro
definición de
"cultura política" pasa a formar parte de las luchas por la representación
legítima del mundo social, una de las dimensiones de la lucha política. Así,
paradójicamente, nuestra concepción de la cultura  poh'tica  en el campo de
la investigación social participa, al mismo tiempo, de las políticas de sen
tido que constituyen el sentido de la política (Bourdieu,   1990  y  1 9 9 8 ) .
Por cultura política entiendo el conjunto de prácticas sociales y signi
ficados a través de los cuales la gente, o mejor dicho, los sujetos, los grupos
y clases sociales, se relacionan, producen y dan significado a los procesos de
formación del Estado (Carrigan  y Sayer, 1993; Joseph  y Nugent, 1994); un

proceso a través
Estado-idea (para del cual aquí
retomar los rituales y rutinas de
las aportaciones della Estado-sistema y del
sociología  británica

[377]

378 DEBATES S O B R E  M A S C U L I N I D A D E S
379

del 
del   Estado [Abrams, 
[Abrams,  1988]) 
1988])  toman parte en la organización de la domina coherencia, legitimidad y moralidad a las acciones del Estado-sistema, esto
ción social (y, por ello, en la organización misma de la sociedad). La domi es, los discursos nacionalistas, regionalistas y  y   m o d e r n i z a d o r e s , ,  han sido
nación social, por su parte, tiene al mismo tiempo dos caras: las tecnolo articulados con tropos de  de   géne ro 
ro  (Alonso, 
(Alonso,  1 9 8 8 , ,  1994; Núñez, 1995;
gías de  la   coerción y las tecnologías del consenso 
de la consenso  ( G r a m s c i , 1 9 9 2 ) ; ;  ambas O'Malley,  1986).
involucran un proceso complejo de subjetividad-sujeción como lo llama Los procesos de formación del Estado en México se remontan a la
Michel 
Michel  Foucault (Foucault, 1982; Alonso, 1994, 1988). Estam os frente a conquista española y a la colonialización. Sabemos que los sujetos que
una compleja tecnología de dominación que tiene como elemento central estuvieron involucrados en estos procesos tenían   yos  masculinos", esto
el proceso de construcción de las subjetividades y, por ese conducto, de la es, subjetividades creadas en un particular orden de género, que incluía,
sujeción. El concepto de "sujeto" resumiría ese proceso de subjetivación como elementos centrales de la concepción dominante de la hombría, cier
y sujeción antes mencionado. tos valores y capacidades diferenciadas y diferenciadoras: búsqueda de
En nuestra definición de "cultura política" hacemos uso de varios con honor, riqueza, estatus, capacidad para ejercer violencia, para dominar,
ceptos: Estado-sistema, Estado-idea, dominación, rituales y rutinas, coer violar, matar (valores que no se entendían como "femeninos", es decir, que
ción, consenso, subjetividad-sujeción. Teniendo en cuenta lo anterior, re no formaban parte del dominio simbólico de lo femenino). Aunque la di
planteamos la pregunta que motiva este escrito: ¿cómo pueden contribuir mensión masculina ha sido un  un   tanto
tanto   desdibujada por las explicaciones
los estudios de las masculinidades a una historia y antropología de las históricas y universalizadoras, el estudioso Robert Connell apunta que un
prácticas a través de las cuales los grupos y clases sociales han participado análisis de género evidenciaría cómo un cierto tipo de masculinidad estu
en el proceso de formación del Estado? La pregunta nos señala un campo vo implicado en los procesos de conquista y colonización, y cómo aun los
muy complejo y amplio de investigación, de manera que aquí sólo intento escritos de Bartolomé de Las Casas pueden ser leídos como una crítica
sugerir algunos temas, preocupaciones y derroteros. contra un tipo de masculinidad: una "masculinidad imperialista o colonia
Empecemos por analizar algunos apartados del concepto de cultura (Connell,  1 9 9 5 ::   187). Si bien es verdad que los y las intelectuales
lista" (Connell, 
política propuesto a la luz de los estudios de las masculinidades. chicanos   y mexicanos contemporáneos han escrito acerca del carácter
chicanos
"sexual" de la conquista, lo han hecho más bien en términos ensayísticos y
a partir de nociones arquetípicas que, supuestamente, dominan las "diná
LA PRODUCCIÓN DE LA FORMACIÓN DEL ESTADO micas psíquicas, espirituales o culturales" de los mexicanos (Paz,   1 9 7 2 ;
Ramos, 1 938; Alarcón,   1 9 8 1 ;  Soto, 1986), y no a través de una investiga
Y LAS MASCULINIDADES ción   historiográfica 
ción  historiográfica  que recupere la perspectiva de género, particularmen
te el tema de las masculinidades.
Una   primera forma de abordar el tema es reflexionando, ¿en qué sentido
los estudios de las masculinidades pueden auxiliar a la antropología y a la El trabajo de Ana Alonso (1995) va en esta última dirección, en la
historia a dilucidar la manera en que los grupos y las clases participan en medida en que explora cómo el cómo  el   Estado colonial mantuvo, y trató de expan
los procesos de formación del Estado en México? Éste es un proceso que dir, su espacio de gobierno mediante la promoción de cierto tipo de mas
implica, según los estudiosos, la construcción del Estado-sistema y del sus   s u b d i t o s , ,  a través de sus rituales y sus rutinas. Este tipo
culinidad en sus 
Estado-idea. Esto es, las instituciones del Estado y los discursos que le dan de masculinidad se encontraba presente en las ideologías sobre el honor de
coherencia, moralidad y legitimidad a sus acciones: fundamentalmente género, étnico y comunitario. El Estado movilizó a la gente para luchar
nacionalistas,  regionalistas, pero
los discursos nacionalistas,  regionalistas, pero también los discursos de pro contra sus enemigos (los indios "bárbaros"), protegió y expandió su or
(Abrams,  1 9 8 8 ; ;  Núñez, 1995). Me parece que el
greso y modernización (Abrams,  den colonial regulando ideologías de honor de clase, étnicas y de género, y
interés por el estudio de las masculinidades puede enriquecer nuestro regulando también el acceso a ellas. El análisis de la masculinidad que
entendimiento de estos procesos al mostrar su carácter de género, mascu hace Alonso enriquece nuestro entendimiento histórico y antropológico
dimensiones:   1) los
lino, en sus diversas dimensiones:  1) los involucrados en estos procesos de de la "cultura política" en México, en tanto que permite una mejor com
producción de la formación del Estado fueron "hombres"; 2) las ideologías de  la
prensión de  la   manera en que el proceso de formación del Estado colonial
masculinas fueron fundamentales para los procesos de invención, crea se sostuvo a un nivel muy personal, muy íntimo. Me refiero a  a   la
la   forma
ción y expansión de las instituciones del Estado; 3) los discursos que dan como la gente negocia su sentido de dignidad, de coherencia, de valía. Los

380 DEBATES E  M A S C U I N I D A D I
S O B R E 
 osESTU DIOS S   M A S C U L I N I D A D E S 
D E L A S  S  Y LA CULTURA POLÍTIC A E N  M É X I C O 381

estudiosos de las  las  masculinidades 


masculinidades  revelan que el poder institucional se en ración
ración   de las relaciones de género en este mismo periodo (Muñiz, 2002).
carna en determinadas identidades, que el poder del Estado se   corporeiza En mis propios estudios sobre  sobre  los
los   procesos de formación d
formación  d el
el   estado sono
en determinadas subjetividades masculinas. rense, he intentado mostrar cómo en Sonora, Abelardo L. Rodríguez usó el
Otra dimensión importante de la formación del Estado está constitui mismo tipo de significados masculinos para legitimar su liderazgo (Núñez,
da por las ideologías nacionalistas (y regionalistas). Como algunos espe 1 9 9 4 ) .   En este caso, el ex presidente y gobernador criticó un tipo de  de   m a s -
cialistas han explorado, las ideologías nacionalistas han desempeñado un culinidad:  el de nuestros ancestros ("rural, feudal, buenos trabajadores
papel muy importante en la construcción de la hegemonía en los Estados e s p a ñ o l e s , ,   austeros") y propuso otro: un  y o  masculino racional, autónomo
(Alonso,  1 9 9 4 ; ;  Anderson, 1991; 
poscoloniales (Alonso,  1991;  C h a r t a j e e , ,  1993;
1993;   Carrigan y empresarial.
ySayer,  1985; Alexander,  1 9 9 1 ; Josephy Nugent,  1994). Algunos estudios
sobre la producción del nacionalismo y del regionalismo, que han integra Cabe
titucio nes mencionar,
del Estado en esta alínea
llegan de pensamiento,
ser justificadas quedioasídecomo
por me las ins
discursos de
el  estudio 
do el  estudio  de las masculinidades, muestran que la "comunidad política género, masculinos, el Estado promueve otros tipos de masculinidad por
imaginaria" (como Anderson llama a la nación) es posible y efectiva como Philips  (1984)   mostró cómo el Estado de Nue
otros medios. Por ejemplo, Philips (1984)
ficción cultural, porque su configuración implica un amplio   abanico  abanico  de va Zelanda estuvo implicado en la promoción del   rugby  como un espacio
tropos de género, que reflejan una ideología masculina. La nación es ima agonístico donde los veteranos podían reproducir yos   militares, en forma
ginada con metáforas de familia y parentesco y con tropos de cuerpo   y segura. En otras partes del mundo, algunas estudiosas han expuesto que
sustancias corporales: "tropos de parentesco sustancializan las relaciones las políticas organizacionales son genéricas, que la organización vertical y
sociales y las imbuyen de sentimentalismo y moralidad. Los tropos de pa horizontal de la administración pública es genérica también (Connell,
rentesco también suelen ser utilizados para sacralizar al Estado y las rela 1990), que el mismo concepto de ciudadano posee atributos idénticos
ciones   imaginarias entre Estado, nación y pueblo" (Alonso. 1994: 385). asignados al "hombre ideal" de la cultura predominante (Seidler, 1989), y
Estos descubrimientos también son válidos cuando estudiamos   la  la  forma que las políticas económicas son una serie de supuestos de género, algu
ción del Estado a nivel regional (como lo he mostrado en mi investigación nos de los cuales también son considerados masculinos (Connell, 1995).
sobre Sonora). Mi interés en los estudios de las masculinidades me hizo Éste es un tema de investigación poco estudiado en México, aunque algu
comprender que en el debate sobre la creación del estado de Sonora (Se nos de nosotros empezamos a manifestar la necesidad de esta clase de
quero, A r r e ó l a , Vega,
quero, A , Vega,   1827; Al madayEspi noz ade ade  los Monteros, 1829, por Gonzalbo,   un o  de los más distinguidos estudiosos de la
análisis. Escalante Gonzalbo, 
ejemplo) se usó un imaginario patriarcal para dar cuenta de la fundación
de los poderes regionales, como parte de las luchas regionales por la espe- cultura política en México, dijo: "toda moral pública supone, aunque sea
de vida   intima. El tema no ha sido muy explorado,
tácitamente, un modelo de vida
cialización del Estado-sistema. Asimismo, que la distribución de roles en
pero vale la pena anotarlo. Donde al ciudadano se le exige en lo público
ese orden patriarcal fue muy relevante para la distribución jerárquica del responsabilidad, moderación, patriotismo, se le supone en lo íntimo fru
poder y la mitología de su origen, en el México   poscolonial 
poscolonial  del siglo  XIX gal, austero, ordenado" (Escalante, 1992: 41). Creo que podemos ganar
(Núñez , 1 995). Las metáfo ras del cuerpo y la familia (tanto como la mucho si analizamos cómo estos valores tienen diferentes connotaciones
metonimización de la comunidad en un "yo masculino": "el mexicano" o de género para varones y mujeres, y cómo moldean sus identidades e
"el sonorense") son usadas porque mueven emociones, porque interpelan interacciones   cotidianas.
interacciones
a los sujetos a un nivel íntimo, al nivel de su identificación primaria,
enraizando y volviendo más "reales" los procesos de imaginación y legiti En este sentido, mucho se puede aprender de una comprensión an
mación de las comunidades políticas. tropológica (interesada en los estudios de las masculinidades) de institu
ciones del Estado como la policía, tanto a nivel municipal como estatal y
Estos procesos de construcción de hegemonía a través de la imagina federal.   Si la policía municipal ha fungido como vigilante de los reglamen
ría masculina no son característicos solam ente del siglo XK.  O'Malley  (1986) tos de "policía y buen gobierno", regulando e induciendo un cierto régi
muestra  en   su estudio sobre la iconografía mexicana, que las representa men moral y, por lo tanto, de subjetividades (Alexander,   1 9 9 1 ;  Fielding,
ciones masculinas promovidas por el nacionalismo mexicano tuvieron un 1 9 9 4 ;;   Núñez, 
Núñez,  1 9 9 4 ) , ,  el policía judicial llegó a ser en las décadas pasadas
papel muy importante en la construcción de la hegemonía   p o s r e v o l u c io
io - en México un modelo por excelencia de la identidad  identidad   hiperviril. 
hiperviril.  La Policía
naria.   Elsa
naria.  Elsa   Muñiz encuentra este mismo papel del Estado  e n  la 
la   reconfigu- Federal Preventiva vino a agregar (a decir de la propaganda) a esta   d i m e n -

382 D F B A T E S  S O B R E MASCULINIDADES
oE
L STUDIOS DE L A S M A S C U L I N I D A D E S   Y   LA   C U L T U R A P O L Í T I C A E N M É X I C O 383

sión 
sión  masculina una característica que incrementa su poder simbólico: la una relación a través de la cual los sujetos son  construidos
 construidos   e interpelados
inteligencia. Durante mi trabajo como educador sexual y consejero de los a un nivel íntimo, al nivel de sus subjetividades, una dimensión de la vida
adolescentes, en 1990, realicé un sondeo que mostró que entre los adoles donde toman residencia las definiciones de género, incluidas las defini
centes pobres urbanos, el "policía judicial" y el "traficante de drogas" eran ciones de la hombría o la masculinidad adecuada.   Sin Sin embargo,
 embargo, es impor
las
las   figuras más populares para los jóvenes, al grado de que encarnaban sus tante no olvidar que los sujetos también disputan, se acomodan, retan e
ideales  ocupacionales 
ideales  ocupacionales  futuros. Los judiciales y los narcotraficantes repre inciden en los proces os de formación del Es tado, y esto es parte de la
sentan, para estos jóvenes y para amplios sectores de la población, valores transformación misma de la "cultura política". El interés por los estudios
de fuerza, potencia sexual, agresión, capacidad para matar, fuerza emocio nuestro  conscimiento   histórico y
de las masculinidades puede enriquecer nuestro conscimiento
antropológico de estas relaciones en la medida en  en   que nos  nos  puede mostrar
nal y otros
conocer, rasgos
durante mi considerados "masculinos".
trabajo de campo en la sierraAsimismo,
de Sonora,fue donde interesante
realicé por qué los sujetos resisten, cómo perciben la  la   dominación 
dominación  social, cómo es
un estudio sobre los procesos de construcción de las subjetividades e iden que los rituales y las rutinas son asumidos como  como   agresiones 
agresiones  en un nivel
tidades masculinas, la dimensión de género de  de   las 
las  experiencias agonísti rechazadas  también 
"personal" y, por lo tanto, son resistidas, rechazadas  también  a este mismo
cas de encuentro entre los varones de la comunidad y las políticas del nivel. Alonso (1995) demuestra que detrás de la/decisión de los hombres
Estado. Esto, en relación con el   tráfico 
tráfico  de drogas, a través de la presencia Nami qui pa s s  para tomar parte en la revolución, había una serie de conside
de agentes militares y de policías judiciales. En este sentido, podemos raciones políticas, económicas y sociales del régimen  porfirista,  porfirista,   que eran
decir que, si las instituciones militares o policiacas, como  como   p a r t e '  de los "obstáculos" para la reproducción honorable de su sentido de "hombría":
aparatos a través de los cuales el Estado participa de  l a organización de la de su sentido de dignidad, de respeto, de  de   a u t o n o m í a , ,  de valía (Alonso,
dominación social (Althusser, 1971), son instituciones masculinas, esto 1995: 200-204). A decir de Ana Alonso, estas políticas alienaron a la gente
es, están definidas por ideologías de la   masculinidad 
masculinidad  y son promotoras de de la tierra y de la organización política de la  comunidad,  produciendo con
particulares formas de subjetividad e identidad masculinas, sus interac ello lo que la gente vivió como un "desorden moral" que impedía la repro
ciones y relaciones con los grupos sociales son codificadas a menudo como ducción "honorable" de sus  yos  (un sentido de  de   honorabilidad 
honorabilidad  masculina
agonísticos  de yos 
encuentros agonísticos  yos  masculinos. Es el caso, ciertamente, de los construida pre viamente en e l proceso de formación del Estado colonial)
varones serranos a los que me refiero y de muchos varones en la experien 181).  Siguiendo esta línea de 
(Alonso, 1995: 181).  de  reflexión trazada
reflexión trazada por Ana AlonAna Alon
1985;   Taylory 
cia cotidiana con la policía  (Herzefeld,  1985; Taylory  M e r i g h i , ,  1994;
1994;   M e s - so, podríamos suponer, pa ra el caso de México, que los procesos económi

preguntarse,   ¿cómo 
serschmidt,  1994). Resulta, entonces, relevante preguntarse,  ¿cómo  este cos ysido
han sociales desatados por
aprehendidos por las
laspolíticas
distintasneoliberales délos últimos
comunidades o  últimos
neoliberales délos grupos sexenios
sociales
carácter masculino de las distintas tecnologías de coerción del Estado ha
condicionado y ha dado forma a la "cultura política" en México? Pienso en términos de género; que de la misma manera   que  que   los pobladores de
incluso en acciones extremas, como las políticas de terror, de tortura (en Namiq uipas , algunos sujetos pueda n sentir un efecto desordenador sobre
donde no debemos olvidar incluso que el principal punto de violencia las posibilidades de reproducción de sus identidades masculinas en condi
son los órganos sexuales) y, a la vez, en los efectos de este terror en la experiencia   íntima del
ciones de honorabilidad; que esta experiencia  íntima del poder, íntima en
represión política y en el escaso desarrollo de una  cul t ura 
ura  cívica y de par la medida en que atraviesa sus concepciones del yo  m a s c u l i n o , ,  esté pre
ticipación política. sente entre las razones de la resistencia, la movilización y organización.

El estudio sobre las ma sculinidades permitió a investigador


investigadores
es de la mas 
culinidad, como Alonso, entende r una fenomenologí
fenomenologíaa del ppoder,
oder, de la domi
LOS SUJETOS Y SUS RELACIONES CON EL ESTADO nación y de la resistencia, como un proceso íntimo   (Lancaster.  1992), un
proceso mediado por valores de honor, dignidad,   « l í a , ,  ya inmersos en
Otra pregunta que me parece sugerente es: ¿cómo el interés por el estudio un orden de género y percibidos como como   "características 
"características  masculinas". Esta
una  comprensión 
de las masculinidades puede contribuir a una  comprensión  antropológica de aproximación la ayudó para un entendimiento histórico y antropológico de
las relaciones de los sujetos con los procesos de formación del Estado? Un un evento aparentemente absurdo o desmesurado, aparentemente, como
fue la decisión de un hombre de Namiquipas de  de   tomar parte
tomar parte en la revolu
planteamiento
relación entre teórico interesante
los procesos en este del
de formación sentido,
Estadoes yellosquesujetos
entiende
comola ción despu és de q ue un caciqu e local pisó las flores de su jardín.

384 DEBATES E  M A S C U U N I D A U .
S O B R E 
ESTUDOS DE LAS   MASCULNDADES V   LA   CULTURA   POLÍTICA EN MÉXICO   385

Otra línea de investigación que haría aportaciones interesantes sobre salvaje, rico y pobre, poderoso y dominado, así como entre  los
 los   cuerpos, yos,
el tema sería la exploración de cómo la Revolución mexicana (y las revo espacios, categorías y dominios que son aprehendidos como penetrados y
luciones en general) fue en sí misma un espacio para la experimentación penetrantes. La masculinidad es un signo de poder, independencia, autono
mía, cierre, control sobre los límites corporales, así como de la capacidad de
construcción, cam bio, transformación de los valores
valores de género, ma sculinos y
penetrar cuerpos, yos y espacios de los otros (Alonso, 1995: 74).
femeninos (algo que fue explorado por Lancaster en Nicaragua), y cómo
esto se reflejó en la cultura popular posrevolucionaria: no sólo un "nacio
formación  del
Luego, si los procesos de formación  del   Estado son experimentados
nalismo masculino", sino también un influjo de romanticismo, de discursos
muchos  sujetoscomo 
por muchos  sujetoscomo  un ataque a su virilidad, resulta interesante pre
acerca del amor y la violencia, como lo sugieren los estudios de Bartra (ver
guntarse si las respuestas de resistencia cívica y la participación ciudada
Bartra, 1994).
Me referiré ahora a otra dimensión de la "cultura política": la forma na están condicionadas por esa política personal sobre su identidad mas
culina. Est oy convencido de que mucho pode mos ganar para una
en que los grupos y clases significan su relación con los procesos de
antropología e historia de la cultura política mexicana si introducimos   la
formación del Estado. Para ello me remito a la pregunta eje de la exposi
dimensión de la masculinidad en los análisis de la resistencia   popujar o 
o  de
ción: ¿cómo pueden los  los  estudias 
estudias  de la 
la  masculinidad 
masculinidad  contribuir a una an
la cultura cívica y la  participación ciudadana. Una cultura cívica caracteri
tropología   e historia de este aspecto de la "cultura política"? En este senti
tropología
zada, desde mi particular percepción, hasta mediados de la década de los
do, considero que los estudios de la masculinidad tienen mucho qué decir.
ochenta, por un sentido de "impotencia" y "apatía", "complicidad" o "falta
Sucede que en México las relaciones de poder son   usual ment e  e  codifica
de confianza" en los efectos de las acciones personales.
das con metáforas sexuales: imágenes de penetración fálica, violación y
Desgraciadamente, muy poco se ha investigado en este sentido. En
preferidas.  Este 
abuso son las preferidas.  Este  es uno de los temas más largamente estu
una exposición que alguna vez escribí para un foro de un partido político,
diados y conocidos sobre la cultura mexicana (el ensayo de Paz es induda
desarrollé el planteamiento (basado tan sólo en mi percepción y reflexión
blemente clásico). El verbo   chingar  tiene una relevancia particular, como
condicionada siempre por la perspectiva de género) que presento aquí
sabemos. Resulta interesante darse cuenta de que el poder del Estado
sólo con el ánimo de contribuir a la reflexión que nos ocupa en este   v o l u 
es codificado   en este lenguaje, de tal manera que es común escu
también es codificado
men. En aquel momento (principios de los años noventa) me parecía que
char a mucha gente decir cosas como: "me la dejaron ir, me pegaron una
la ausencia en Sonora de una cultura de participación ciudadana, esto es,
ensartada, me abrocharon, nos la metieron doblada, o no me dejé que me
de una cultura de resistencia, vigilancia y demanda de acciones guberna
chingaran", para
(electricidad, referirse
agua), al incremento
la devaluación del del costo
peso, de los servicios
la solicitud públicos
de mordida por mentales, tenía que ver con la ausencia de ciertos discursos masculinos, y
la presencia de otros, que permitieran el posicionamiento de los sujetos
parte de algún servidor público, la imposición de una multa por un agente
para resistir y enfrentar cotidianamente sus interacciones con las institu
de tránsito o la anulación de una huelga. Estas expresiones revelan que la
ciones de Estado. Por el contrario, los discursos masculinos existentes y
persona es impotente para dar una respuesta apropiada y efectiva, o que
dominantes en el campo político, producto a su vez de una particular histo
fue capaz de resistir lo que se entiende como intrusión "arbitraria", "po
ria política de corrupción, represión y antidemocracia, favorecían cierto
derosa", "incontrolable", que amenazaba con disminuir en el sujeto su
tipo de acciones personales; por ejemplo, ante  la   demanda de mordida de
sentido de autonomía, autocontrol y, por lo tanto (en la medida en que
un agente de policía, fincada incluso sobre una razón ilegítima, se movili
estos valores son masculinos), su sentido de "hombría" o "virilidad". El
zaban preferentemente códigos de  homosocialidad,  tales como "lo podemos
patriarcal,   señalan
poder es una cualidad masculina en el orden simbólico patriarcal, 
arreglar como hombres". De la misma manera, quien se aprovechaba de
los psicoanalistas franceses Lacan y Luce   írigaray 
írigaray  (Lacan, 1977; Irigaray,
un cargo público, codificaba
codificaba su acción con modism os que h acen referencia a
1991). Para el caso de México, Alonso dice:
la masculinidad, como "tener güevos" o "ser cabrón". La ausencia de otras
posiciones subjetivas de masculinidad, de alguna manera tienen que ver
En el norte de México, las imágenes de género   p e r me an 
an  los 
los   contextos 
contextos  de con la incredulidad (incluso lo risible que puede resultar), en que ciertas
poder e informan la construcción de otras formas de dominación. Los tropos actitudes y acciones personales, relativas a las instituciones del Estado,
de género no sólo configuran las relaciones entre los hombres o entre los hom puedan ser efectivas, tales como, la demanda de respeto a la ley o la de-
bres y las mujeres, también dan sentido a las   relaciones 
relaciones  entre civilizado y

386 DEBATES E 
S O B R E  MASCULINIDADES Los  E S T U D I O S E   LA S  M A S C U L I N I D A D E S
DE Y LA CULTUR A POLÍTICA E N  MÉXICO 387

manda del cumplimiento de la  la  responsabilidad 


responsabilidad  pública. Actitudes y res de los campesinos de  de  Ateneo 
Ateneo  con machetes en mano que blandían en el
puestas que para los propios varones, al menos en aquella época, parecían pavimento de las avenidas de   la   ciudad de México, trazando rayas imagi
incluso   " m a r i c o n a d a s " .
impotentes, palabrería que no servía para nada o incluso  narias que delimitaban su espacio y dibujaban su reto, no son acaso poéticas
Me parece que las transformaciones de la "cultura política" en México perfectamente insertas en las tradiciones locales de la violencia masculina
en los años noventa y posteriores han conllevado, al mismo tiempo, la y en las formas locales de dirimir masculinamente la honorabilidad de los
aparición de esas nuevas posiciones de masculinidad configuradas a partir varones? Estaríamos aquí frente a recursos estilísticos de género, masculi
de la acción cívica. Creo que no se trata de una invención, sino de una nos, a través de los cuales se articula una resistencia cívica a un proyecto
transformación y elaboración a partir de una herencia histórica (pienso, de expropiación de su suelo y de modernidad. Los varones (y a veces las
mujeres de  de  Ateneo) 
Ateneo)  configuraban, a través de su presencia y comporta
yporprincipio
ejemplo,de en los
las setenta).
masculinidades
No sólo heroicas revolucionarias
el subcomandante de loscomo
Marcos sesenta
el miento, la lucha política, con modismos familiares de pleito callejero mas
representante de una "nueva masculinidad", humana, visionaria, poética, culino. Éstas son, hipotéticamente, las formas locales de comprensión y
 jus ta, qu e d a s u c uer po por la co mu ni da d, sin o t am bi én la prol ifer aci ón de ejercicio de l a resistencia al poder invasivo (formas arraigadas en imágenes
nuevos personajes en las telenovelas, que acompañan el proceso de transi y si gni fi cados/ e 
e  género), que llegan también a movilizarse en las confron
ción democrática y que promueven y valoran los comportamientos cívicos taciones con el Estado, dando un sentido personal y comunitario (incluso
de los varones. Recuerdo, por ejemplo, la telenovela de  de   1 9 9 6 ,  Nada verso- tradicional)   a  una acción de poder con efectos personales y comunitarios,
 nal,  proyectada por televisión Azteca, que mostraba personajes novedosos pero que suele revestirse con un lenguaje abstracto e impersonal.
en ese género televisivo: hombres que vigilaban, denunciaban y resistían Por mi parte, me he interesado en el análisis de la dimensión de la
la corrupción del Estado, que  que   al 
al  mismo tiempo compartían el trabajo en "cultura política" en Sonora, particularmente en   la   sierra. Me interesa in
casa, así como las emociones y problemas con sus parejas mujeres. Hom vestigar cómo una "poética" (esto es, un conjunto de recursos estilísticos
bres que, ciertamente, se alejaban profundamente de los mexicanos que que hacen una práctica significativa) de masculinidad connota una "poéti
describió Paz. ca de regionalismo", de "orgullo comunitario", y cómo esas poéticas son
Finalmente, abordaré otro tipo de contribución que los estudios de la utilizadas para negociar con las políticas públicas, con los funcionarios y
masculinidad pueden hacer a una antropología e historia de la "cultura las ideologías (Núñez, 1996b). Lo "personal" viene a ser el sitio de la resis
política". Me refiero a los análisis de las "poéticas masculinas", como las tencia personal y comunitaria, una resistencia articulada en términos de
llama  Herzfeld 
llama  Herzfeld  (1985). Pienso en estas poéticas no sólo como reproducto género, en imágenes masculinas de fuerza, autonomía, cohesión, confian
ras de una cierta propuesta ideológica de la masculinidad, sino también za, pragmatismo y coherencia. Es verdad que esas imágenes no sólo son
como recursos estilísticos para significar una postura política. Herzfeld usadas para resistir, también están siendo usadas para enmarcar y legiti
demostró en su estudio sobre los glendiots de Creta, que los hombres, en mar políticas públicas.
una comunidad rural, a través de un conjunto de modismos, esto es, sig A manera de conclusión, pienso que los estudios de la masculinidad
nos verbales y no verbales, configuraban una resistencia a   las las   ideologías pueden contribuir a un conocimiento antropológico e histórico de la "cul
nacionalistas oficiales griegas. Sus formas de vestir, cantar, cocinar, hablar, tura política" en México (y en cualquier parte), al mostrar el carácter ínti
participar, disfrutar de ellos mismos, e incluso prácticas como el robo de poder;  al
mo de las relaciones de poder;  al   mostrar la forma como las estructuras
cabras, servían para articular y construir una poética de "masculinidad sociales viven en las subjetividades y en los cuerpos de   la   gente como ca
glendiotense" que, a su vez, alimentaba un sentido de comunidad, de tra racterísticas de género; al mostrar la forma en que los mismos jos  (el senti
dición, de historia nacional, utilizados para resistir las políticas e ideolo do y tipo de masculinidad y feminidad) y, por lo tanto, las interacciones
gías del Estado nacional griego. El estudio de los glendiots por Herzfeld, cotidianas, privadas o públicas, son configuradas por las diversas prácticas
estudios   ( C o h é n , ,  1996), ha demostrado el carácter político de
como otros estudios  políticas, y cómo las prácticas políticas son siempre cuestiones personales,
poéticas masculinas aparentemente insignificantes y personales, como asuntos de género; asimismo, para mostrar cómo la "dominación" o la "he
portar un  sarici  (especie de turbante) o un bigote abundante. Se trata de gemonía" viven dentro de nosotros, y cómo nosotros mismos,   a  través de
formas estilísticas y corporales que asume la resistencia masculina frente nuestras propias subjetividades y acciones, somos cómplices de este am
al Estado. Para el caso mexicano, podríamos preguntarnos:   ¿las  ¿las  imágenes plio y complejo proceso de organización cotidiana de la dominación social.

388 D E B A T E S  SOBRE MASCULINIDAOES


os ESTUDI OS D
DEE L AS
AS M A S C U U N I D A D E S   V  LA   C U L T U R A P O L Í T I C A EN MÉXICO 389

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EL EJERCI
EJERCICI
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COSTARRICENSE. PO LÍ
COSTARRICENSE. LÍTI
TICA
CA TRA D I C I O NA L
Y MASCULINIDAD

Epsy Camp-beH 
Camp-beH  Han

INTRODUCCIÓN
Realizar un análisis del poder político en un órgano de poder formal,   como
el Parlamento costarricense, es una manera de  anal/zar  una de las formas a
través de las cuales se ha estructurado el ejercicio de la  masculinidad.
A pesar de la inserción de las mujeres en el Parlamento de la Repúbli
ca, desde hace cincuenta años (en  1 9 5 3 ) ,  las formas del ejercicio del po
der, en cuanto a toma de   d e c i s i o n e s ,  participación en los diferentes órga
n o s  — c o m i s i o n e s ,  jefaturas de fracción, directorios  legislativos—  y en las
carreras políticas en general, siguen bajo el predominio masculino, no sólo
cuantitativo, sino en las modalidades del ejercicio de ese poder.
En el periodo constitucional 2000-2004, se ha dado un paso cuantita
tivo como resultado de las elecciones de febrero de 2002, ya que   3 5  por
ciento del total de los puestos del Parlamento está compuesto por muje
res, lo cual es producto de una importante reforma electoral que, a través
de las cuotas, obliga a los partidos políticos a colocar 40 por   detrito  de
mujeres en puestos de elección popular. Un partido nuevo, el   Partido
Acción Ciudadana, llegó con una propuesta novedosa de representación
en el Parlamento: 50 por ciento de los puestos son ocupados por mujeres,
lo cual ha hecho que alcance 25 por ciento del total de los  v o t o s .  Los
partidos tradicionales. Liberación Nacional y Unidad Social Cristiana, no
cumplen a cabalidad la cifra de 40 por ciento; el primero tiene   3 5  por
ciento de mujeres y el segundo escasamente 26 por ciento. El Movimiento
Libertario, partido conservador de derecha, pese a ser su segundo periodo

y a que alcanza  10  por ciento de los escaños, no tiene ninguna represen
tante mujer. Sin embargo, el aporte sustantivo del Partido Acción Ciuda
dana, con su propuesta de paridad, hace que, finalmente, Costa Rica se
coloque a la vanguardia mundial de los países que   tienen  más mujeres en
sus parlamentos.
Esta diferencia sustantiva en el número de mujeres en la Asamblea
Legislativa,   que pasó de  11  a 57 en 1998, a 20 de 57 en 2002, si bien es
parte de un largo proceso de  t r a n s f o r m a c i ó n ,  no ha modificado  s u s t a n t i v a -

[393]

394 EL   E J E R C I C I O
O   D E L P O D E R EN EL PARL AMEN T O COSTARR ICEN SE 395
DEBATES S O B R E  MASCUUNIDADES

mente el ejercic
ejercicio tradicional   del poder y el acceso de las mujeres en  los   dife
io tradicional afirman el poder de los hombres. Es, a veces, demostrar el poder masculi
puestos  tradicionalmente 
rentes puestos  tradicionalmente  ocupados por los hombres. no en esta esfera, porque la concepción de lo masculino es intrínseco a esa
Hay que subrayar, sin embargo, que en los inicios del siglo XXI se mar forma de poder.
ca una nueva era, en la que se cuestionan las formas tradicionales de El Estado costarricense, diseñado a mediados del siglo pasado, dio
hacer política y, por lo  lo   t a n t o ,,   de ejercer el poder. Este 
Este  cuestionamiento importan tes resultados para las mayorías costarri censes, al crear institu
debe interpretarse también como una forma de ver la   masculinidad  masculinidad  tradi ciones estatales sólidas que fueron capaces, por casi tres décadas conse
cional en la la  política. problemas   sociales y
cutivas, de dar respuestas efectivas a los problemas  sociales y económicos
Las   elecciones  de   2002  en   Costa Rica tuvieron resultados sorpre del país. Los partidos políticos entendieron la política como "el arte de
dentes debido al cansancio ciudadano de la tradicional manera de ejerc hacer el bien", por lo que buscaban como norte el bien común. Durante
la   política, que beneficia a unos pocos, que inmoviliza al Estado y sus ese periodo, muchos hombres, y las pocas mujeres que pasaron por pues
acciones por una baja productividad; y por una falta de ética y de compro tos públicos, hicieron importantes esfuerzos por realizar aportaciones al
miso con evidentes manifestaciones en la corrupción creciente, por lo que país, sin necesariamente buscar beneficios económicos para sí  sí   m i s m o s ( a s ) .
gran expectativa/le   cambio, la cual generó una composición
se   generó una gran expectativa/le La política costarricense estaba prácticamente dominada por hombres,   y
del Parlamento totalmente atípica. las mujeres tenían que hacer esfuerzos extraordinarios para lograr algún
Este ensayo es una una  crítica 
crítica  a esa forma tradicional de ejercer el poder puesto de notoriedad pública. Las mujeres iniciaron sus carreras formales
en la política, de las tradiciones que generan beneficios injustificados, en la política costarricense en 1953, año en el que fueron electas las pri
de los premios y castigos en las fracciones políticas y en los partidos, de meras tres diputadas de  la   Asamblea Legislativa. De allí en adelante, han
la  separación arbitraria entre lo que es "público" y lo que es "privado" en la participado de manera activa en todos los poderes de   la   República, aun
política y en los políticos (el masculino es internacional), y de cómo se que, por supuesto, en proporciones significativamente menores a 50 por
ejercen los poderes formales e informales. Es importante destacar que ciento de la población que representan.
este ensayo no pretende ser totalmente "objetivo", pues parte del análisis, Sin embargo, la clase política costarricense en los partidos se transfor
las  participantes   políticas que boy están
la reflexión y el estudio de una de las participantes mó paulatinamente, hasta llegar a cambios sustantivos que degeneraron
activas en la  Asamblea Legislativa costarricense. Por lo tanto, implica tam en ese objetivo de la política de "servicio a los demás", para convertirlo en
bién una toma de posición y una visión particular de ver, asumir y actuar
en la política. el "servicio personal". Poco a poco, las intenciones de llegar, tanto  a   p u e s 
tos de elección popular como a puestos en el Poder Ejecutivo, estaban
motivadas por el interés en obtener una posición no sólo política sino tam
bién económica. Se empezó a ver la política como negocio, y los dirigentes
LAS FORMAS TRADICIONALES DEL EJERCICIO DEL PODER   POLÍTICO: políticos,  mayorítariamente 
de los partidos políticos,  mayorítariamente  hombres, fueron convirtiendo
EJERCICIO DE LA MASCULINIDAD estas estructuras imprescindibles de la democracia en meras plataformas
electoreras para llegar  al   poder, sin mayores propuestas pragmáticas que
Hablar de poder, en la mayoría de los casos, se refiere a una concepción de beneficiaran   al país, sino más bien que les beneficiaran a ellos mismos.
beneficiaran
poder masculino. Construir una noción de poder que no se circunscriba a Las instituciones del Estado fueron decayendo porque el interés del
esta visión masculina es todavía un desafio; así que, cuando hablamos bien común había quedado perdido en el pasado. Algunas instituciones
de poder sin apellido, necesariamente se habla del poder construido desde que han sido estratégicas empezaron a usarse paulatinamente en el bene
tradicional, o   sea, la perspectiva androcéntrica.
la perspectiva tradicional, o ficio directo de quienes las dirigían y, en algunos casos, repartidas desca
Los espacios de poder formal son, son,  por  l o  tanto, espacios masculinos, radamente entre quienes se llamaban dirigentes gremiales, lo que fue
en donde la inserción femenina no sólo es reciente, de hace poco más de generando una corrupción solapada y, en algunos casos, abierta.
medio siglo, sino que, además, muchas veces no ha cambiado las formas convirtió   preponderant e ment e 
La Asamblea Legislativa se convirtió  e  en un es
en que ese poder se asume, se ejerce y se continúa construyendo. pacio de poder ejercido, fundamentalmente, por los dirigentes hombres,
El poder político es, quizá, la forma de ejercicio del poder más eviden pero del cual no se puede excluir a algunas pocas mujeres. D esd e la Asa m
te, ya que está marcado por unas relaciones   intra  y entre géneros que re- blea Legislativa se montaba una estrategia de clientelismo político que

396 DEBATES E 
S O B R E  MASCUEINIDADES EL E J E R C I C I O  DE I  P O D E R EN EL PARLAME N TO COSTARRICEN S E 397

por  encima 
colocaba a los diputados y diputadas por  encima  de las instituciones mis na con capacidades ni necesariamente con liderazgos reales y constructi
mas, repartiendo arbitrariamente, y con criterios meramente politiqueros vos, sino con acuerdos y concesiones de quienes se busca apoyo.
y clientelares, los recursos de los presupuestos públicos, no sólo a través Sin embargo, la fuerza y la determinación con que se había construido
de las llamadas "partidas específicas", sino también a través de decisiones el Estado costarricense, pese a los golpes que ha sufrido, todavía se en
que ellos imponían a los jerarcas de las instituciones. cuentra, en sus bases estructurales, con un sistema de salud decente, un
La representación que tenían quienes habían sido elegidos(as) dipu- sistema   educativo 
sistema educativo  en crisis, pero que llega a la mayoría; un sistema de
tados(as) en el primer poder de la República se convirtió, principalmente, electricidad y telecomunicaciones prácticamente universal, y una cober
en un esfuerzo por usar irresponsablemente los recursos públicos para tura de agua potable de las mejores de América. Todo lo anterior porque el
resolver de manera coyuntural algunos problemas comunales y crear pla concepto de solidaridad aún subsiste.
taformas políticas para saltar de una diputación a algún otro puest o público, De ahí que los resultados de las elecciones de febrero de 2002 no
sin contar con mérito alguno. Ese uso abusivo de los dineros del pueblo fueron otra cosa que un castigo de las y los electores a esos partidos
costarric ense se observaba en la propia Asamb lea Legislativa, donde se políticos   t r a d i c i o n a l eess , ,  y un veto a esa forma tradicional de hacer política.
políticos
malgastaban recursos en alimentación, transporte, viajes y contratación
de personal, sólo para satisfacer los apetitos de algunos diputados.
En muchas oportunidades, las jefaturas de fracción fueron utilizadas EL POD ER MASCULINO EN EL ÁMBITO LEGISLATIVO
como 
como  mecanismos de repartición de poder y de recursos, y los votos en
las comisiones y en el pleno eran canjeados por prebendas, regalías y favo La Asamblea Legislativa costarricense, como institución social, no está
res. En esta forma tradicional del ejercicio del poder se advierten fácil exenta de las estructuras patriarcales que se han impuesto a lo largo de los
mente las constantes contradicciones ideológicas entre los diputados y años, como la represión contra las mujeres.
entre las fracciones. Los hombres en el Parlamento utilizan todos los mecanismos a su
Debido a que en los últimos 20 años, hasta el 2002, sólo dos partidos en  relación   con otros hombres y, por su
alcance para reafirmar su poder en relación
políticos se alternaban el poder en el Ejecutivo y dominaban mayoritaria- puesto, también las ventajas culturales de la organización patriarcal para
ment e 
e  la Asamblea Legislativa, la falta de transpar encia, c on negociacio colocarse en ese espacio por encima de las mujeres.
nes a puerta cerrada y a espaldas de la gente, estaba a la orden del día. En la dinámica legislativa costarricense se presentan manifestaciones
Quien estaba en el poder se dedicaba a gastar recursos públicos a manos de estas estructuras que intentan mantener el poder masculino. En esta
llenas, y quien estaba en la oposición, a oponerse férreamente a todo lo dinámica, la discusión y el intercambio de argumentos es esencial, ya que
que propusiera el partido en el gobierno, aunque fuera algo positivo para  el representa una de las funciones vitales del Poder Legislativo, pero es aquí
p a í s . .  Sin embargo, en un momento determinado, empezaron a llegar acuer donde radica una de las manifestaciones   más más   claras del poder masculino:
pero   sí 
dos políticos a través de pactos que no beneficiaban al país, pero  sí  a las la descalificación, la devaluación de argumentos mediante calificativos de
cúpulas de los partidos. sentimentalismo, idealismo, afectividad, emotividad, por el simple hecho
Estos pactos entre la más alta dirigencia de los partidos eran los típi de ser mujer. En este mismo sentido, hay manifestaciones mucho más
cos acuerdos "entre caballeros", en los cuales quien pactaba estaba sacan agresivas y evidentes, donde ya no importan los argumentos, sino que hay
do un benefìcio y, por lo tanto, asumía el compromiso de cumplirle al otro, que descalificar por descalificar, por el simple hecho de ser una mujer que
lo que no era otra cosa que cumplirse a sí mismo. Muy atrás quedaban los tiene   r a z ó n ; ;  no se puede permitir que la tenga porque es perder poder.
tiene
objetivos de la patria, que cada vez quedaba más desdibujada, y de la cual Otra de las manifestaciones es la concentración de la información y
los dirigentes políticos sólo se acordaban en las elecciones, en las cuales de su manipulación, pues en este espacio político se tiene como premisa
engañaban a las y los electores con promesas de cambio y de transforma que la información es poder, por lo que se hará lo posible para mantenerlo.
ción que, una vez que ganaban, rápidamente olvidaban y quedaban   como Su uso es cerrado y puede darse cierta flexibilidad, compartiendo una par
historia escrita en los documentos de campaña. te, siempre y cuando ello no signifique una amenaza a su propio poder.

Otra forma manifiesta de la política tradicional costarricense es el cau Esta concentración


ocupe; es mucho másde   la
la   información
deconcentrado si es varía
el jefedependiendo
de grupo de del
  d i plugar
u t a d oque ,se
s / a s , s
 s í
dillismo, aspecto absolutamente masculino. El caudillismo no se relacio-

398 E   M A S C U U N I D A D E S
DESATES S O B R E
 EIERCIC10 DEL PODER EN El PARLAMENTO COSTARRICENSE
EL
399

se es coordinador de una comisión legislativa: así se reafirma y mantiene El Parlamento, o los poderes que de allí se derivan, se convierte, en
el poder. tonces, en una herramient a de gran influencia eco nómic a y política que
las   manifestaciones 
Como parte de las  manifestaciones  del poder masculino en el ámbito ha sido históricamente utilizada por los hombres desde sus intereses indi
de   que ttodavía 
legislativo, está el hecho de  ttodavía  no puede reconocerse que la mu viduales, con el fin de reafirmar el poder masculino.
 jer es cap az de pens ar. Sin   embaffgo, 
embaffgo,  en la práctica no se manifiesta
se manifiesta   y, por El periodo constitucional 2002-2006 se inició con una modificación
delegan   respomsabili
el contrario, se le delegan  respomsabilidades
dades   sin ninguna importancia sig estructural en su composición: primero, un rompimiento de la lógica bi
nificativa para la dinámica legislativa. Para citar un ejemplo, desde desde  1 949, partidista, de los últimos 20 años. Ninguno de los dos partidos tradiciona
voto  feme ni no 
cuando se aprobó el voto feme no  en la Constitución de Costa Rica, y las les, Liberación Nacional y Unidad Social Cristiana, tiene mayoría y, ade
tener   acceso 
mujeres empezaron a tener  acceso  al poder, sólo ha habido dos mujeres más, sufren una reducción significativa. En este contexto, irrumpe el Partido
la Asamblea   Legislativa.
que han presidido la Asamblea Acción Ciudadana como tercera fuerza política con 25 por ciento, muy
Una de las circunstancias que permiten, o más bien pueden contri cerca del Partido Liberación Nacional con 29 por ciento, y el Partido Uni
buir a que el poder siga siendo  i m a s c u l i n o , ,  es que muchas de las mismas dad Socialista Cristiana con 33 por ciento. Desaparece en este contexto el
mujeres que llegan a puestos de poder, en particular a este espacio legisla único partido de izquierda que sobrevivía en el país, Fuerza Democrática,
tivo, se asumen desde este poder y asimilan las diferentes reglas de éste, y tiene un crecimiento importante el partido de la extrema derecha costa
por lo que actúan con la mis ma lógica
lógica del del   poder masculino, sin cuestionarse rricense, Movimiento Libertario que pasa de uno (2 por ciento) a 6 dipu
ni tratar de transformarlo. Es  ptceciso
 ptceciso   profundizar al respecto y ver cómo tados (10 por ciento), todos hombres. Segundo, se incorpora   35 
35  por ciento
políticos,   c ómo 
están los partidos políticos,  ómo  llegan estas mujeres a ser diputadas, de mujeres al Parlamento, con un aumento importante del periodo consti
cuáles son los mecanismos de elección interna. Tan sólo los dos partidos representaban   19 
tucional pasado, en donde las mujeres representaban  19  por ciento. Las
más tradicionales, el PLN y el  P U S C ,  cuentan con cuotas para las mujeres, mujeres de los partidos tradicionales, sin embargo, siguen sin tener acceso
serían   e l e c t a s , ,  hasta que el máximo órgano en
pero sin garantizar que serían  a los puestos de poder más evidentes, como las jefaturas de fracción, y
exigió,  lo   cual fue un logro importante. El PAC, por
materia electoral así lo exigió, lo han tenido, en el caso de Liberación Nacional, que conformarse con la
otro lado, como uno de los nuevos partidos, es el único que tiene entre sus subjefatura.
mecanismos de elección la  la   paridad 
paridad  50 y 50 en todos los puestos. Son me Un número tan importante de mujeres ha dado como resultado que
canismos que hacen posible el acceso de las mujeres, pero no garantizan
que ellas lleguen con la facultad de cuestionar el poder masculino y hacer ellas sean parte de las comisiones históricamente dominadas por los hom
bres políticos, ya que se trata de los temas que se consideran relevantes y
transformaciones   necesarias 
las transformaciones necesarias  para empezar la construcción de otro tipo Asuntos   Hac endarl os 
estratégicos, tales como la Comisión de Asuntos  os  y P resu
de poder. puesto, la Comisión de Control de Ingreso y Gasto Público y la Comisión
de Reforma Fiscal Estructural. Aunque en el pasado, por excepción parti
cipaban las mujeres en estas comisiones, su función y protagonismo era
P O D E R F O R MA L : U N P A R L A ME N T O CO N 3 5 P O R CI E N T O realmente limitado; en la actualidad son parte integral de los debates y sus
DE   M U J E R E S propuestas se encuentran muchas veces en niveles superiores que las de
sus compañeros diputados.
La Asamblea Legislativa o Parlamento es el espacio de poder político por Debe destacarse, no obstante, que en toda la historia de la Asamblea
excelencia, en donde los intereses personales y de partidos por cuotas de fracción   han
Legislativa, sólo tres jefaturas de fracción  han   estado en manos de muje
poder relativo y absoluto son el móvil de todas las relaciones. Aunque teó res, dos de las cuales han sido del Partido Acción Ciudadana, en una tra
ricamente se supone que quienes son elegidos como representantes yectoria política de menos de dos años. Mireya Guevara, del Partido Libe
(mayoritariamente   hombres) tienen el objetivo de garantizar los intereses
(mayoritariamente ración Nacional, en el periodo de 1987 a 1988, Martha Zamora, de febrero
y expectativas de quienes representan, así como los intereses del país como a mayo de 2003, y quien suscribe este documento, Epsy Campbell Barr de
un todo, en la práctica lo que se vive es una lucha permanente por figurar 2003 al 2004, reelecta para el periodo de 2004 a 2005.
y ganar espacios individualmente, con los cuales se defienden los intere Estos espacios siguen siendo "techo de vidrio" para  la s  mujeres de los
ses de pequeños grupos económicos y gremiales. partidos tradicionales. Sólo muy recientemente se ha producido una aper-

400 DEBATES S O B R E  MASCULINIDADES


EL EJERCICIO DEL PODER EN EL PARLAM EN TO COSTARRIC EN SE 401

tura mayor en el Partido Liberación Nacional para que las mujeres puedan Como mujer afrocostarricense, feminista, desde un partido político
asumir "subjefaturas de fracción"; apertura considerada como la "gran opor cuestionado  la
nuevo que ha cuestionado  la   forma misma de hacer las cosas y de tomar
tunidad" para las mujeres. las decisiones, la experiencia en el Parlamento ha servido para impulsar
Es evidente que no basta con leyes de cuotas ni con una participación una nueva forma de hacer la política, que no es otra  cosa
 cosa sino
 sino cuestionar el
cada vez mayor de las mujeres. Deben garantizarse los puestos de poder modo fundamentalmente masculino en que ha transcurrido   la la   historia
formal para las mujeres en las fracciones políticas, como las jefaturas. política nacional.
Es una lucha necesaria que las mujeres deben seguir dando dentro de Esta nueva forma de hacer política pasa por el manejo transparente
sus partidos políticos y en sus fracciones, como lo han hecho en diversos de todos los asuntos y de cara a la gente, totalmente diferente de como

temas. ha   entendido 


se ha
mento entendido   ahoraal latratar
fundamental, política. También
a todas incorpora
las personas el respeto
  como
como    igualescomo ele
y como
También ha estado, y seguirá estando, prácticamente prohibida la pre
sidencia para las mujeres en la Asamblea  Asamblea   Legislativa, 
Legislativa,  pues en la historia interlocutoras válidas en el debate político. Reivindica la palabra, en el
sólo dos han llegado a ese puesto:  puesto:  Rosmary 
Rosmary  Karpinsky en 
en   1986
1986   y  Riña sentido de decir y hacer lo que se predica y hablar   permanentemente 
permanentemente  con
Contreras   2 0 0 2 - 2 0 0 1 . .  La Primera Secretaría del Directorio 
Contreras Directorio   únicamente la verdad. Incorpora la crítica constructiva y frontal en  el  el   quehacer políti
en dos oportunidades ha sido ocupada por mujeres: Vanesa Castro y Glo co. Coloca como centro del debate político a las personas, sin utilizar la
ria   Valerín; 
ria Valerín;  justamente porque desde ese puesto se toma la mayoría de las política como herramienta para fines personales. Reconoce que se vive en
decisiones administrativas de la Asamblea Legislativa. sociedades discriminatorias y que se deben abrir los espacios suficientes
El manejo de los puestos formales de poder sigue siendo una lucha para ir eliminando paulatinamente esas desventajas. Adquieren un valor
permanente para las mujeres que se encuentran en los espacios políticos, fundamental el diálogo transparente y  y  la
la   propuesta constructiva en fun
porque desde la perspectiva de la masculinidad imperante en nuestras ción del país, entendiendo al país como la gente de carne y hueso que
sociedades, para los hombres "no basta con tener el poder, sino que es quiere ser feliz.
necesario aparentarlo". Para las mujeres es imprescindible también parti La nueva forma de hacer política coloca a las mujeres y a los hombres
cipar en los espacios de toma de decisiones y romper obstáculos que les en condiciones de igualdad, porque su práctica y su discurso se funda
impiden llegar a los puestos formales. mentan en los derechos humanos de todas las   p e r s o n a s .
La participació n activa en la Asamblea Legislativa de Costa Rica no La nueva política contribuye a construir nuevas sociedades.
solamente representa un esfuerzo personal y político, también es una ta
rea histórica, todavía hoy, construir un camino que permita equidad e igual
dad en el futuro.

A MODO   DE  CONCLUSIÓN

La experiencia como mujer en espacios de poder formal sigue siendo un


desafío. Interpretar los códigos evidentes y los ocultos que se utilizan en
este tipo de espacios se convierte en una tarea cotidiana y necesaria no
sólo para sobrevivir sino también para reconstruirlos si reproducen patro
nes discriminatorios de los hombres contra las mujeres.
La Asambl ea Legislativa de Costa Rica es una representación impor
tante de la sociedad costarricense y, por lo tanto, Jos cambios sustantivos y
misma  permearán 
estructurales que se realicen en la sociedad misma  permearán  este espa

cio.
aquí Pero también
pueden incidircambios y actitudes
en la sociedad que se vayan
costarricense comotransformando
un todo. desde

¿ Y   SI
SI H A B L A M O S D E D E R E C H O S H U M A N O S
E N L A R E P R O D U C C I Ó N , P O D R ÍA M O S IN C L U I R
A LOS  V A R O N E S ? 1

fuan Guillermo Figueroa  Perecí2

INTRODUCCIÓN
Este trabajo incluye una revisión de diferentes aproximaciones al concep
to de derechos reproductivos, tratando de   enfatizar/sl  lugar que en él se les
d a a  los
lo s  varones, y repensando el papel de la reproducción dentro de la
construcción de la identidad de género en diferentes grupos de varones.
El origen del término derechos reproductivos está asociado al movimiento
feminista y a su búsqueda de autodeterminación reproductiva para las
mujeres. Sin embargo, paralelamente se ha demandado el reconocimiento
de tales derechos como parte de los derechos humanos. En este caso, son
capacidades reconocidas a toda persona al margen de cualquier caracte
rística individual, como el sexo, nacionalidad, etnia o alguna otra. Sin em
bargo, el significado del término derechos reproductivos no es claro para el
caso de los varones (ni si hace falta esta distinción), ya que, por una parte,
diferentes disciplinas y discursos han legitimado   la feminización  de la re
producción, complicando con ello la identificación de derechos en perso
nas a quienes no se les predica la reproducción de la misma forma que a
las mujeres; por otra, porque hay una larga historia de responsabilidades
reproductivas asumidas de manera diferente entre varones y mujeres.
Es importante acotar que no abordaremos el tema desde la dimensión
d e  l a  patria  potestad;  no obstante, comentamos el caso de un estudio reali
zado en México (Brachet,  1 9 9 6 ) ,  en el  cual  se caracterizan algunas de las
complicaciones legales y prácticas para el cumplimiento de las responsabi
lidades con los hijos, por parte de los padres, una vez que éstos se separan.
Tenemos claro que  p o r  las complicaciones de estos procedimientos existe
1
  Texto integrado para discutir en la reunión de trabajo sobre  "Masculinidad,  participación
y acción ciudadana", organizada por el   P U E G. U NAM .  Tapalehui, Morelos,  febrero de 2003.
Este material fue publicado previamente en la revista de estudios de género   La Ventana
(Universidad de  Guadalajara), núm.  12,  México, 2000,  pp.  43-72, y en la Revista  Desaca
tos  (Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social), núm. 6,
México,   2 0 0 1 ,  pp .  149-164.
  Centro de Estudios Demográficos Urbano, El Colegio de   México <jfigue@colmex.rnx
2
<jfigue@colmex.rnx> >.

[403]

404 DEBATES E 
S O B R E  MASCULINIDADES
¡
Y SI   HA BLAMOS DE DERECHOS HUMAN OS EN LA REPRODUCCIÓN? 405

una gran resistencia en diferentes lecturas feministas respecto al discurso Derechos humanos en la reproducción es lo que interpretamos como de
de los derechos reproductivos para los varones. A pesar de entender la rechos reproductivos, más allá de otras definiciones. Es  Es  importante 
importante  destacar
lógica de esta demanda, ello no puede sustituir la necesidad de un desarro esto, ya que son varios los derechos humanos vinculados con la reproduc
llo conceptual y analítico mucho más riguroso, a propósito de esta te mática, Fuentes  1 9 9 9 ) , cuya
ción (ver Figueroa y Fuentes  , cuya importancia, a veces, se minimiza
como el que se empezamos a esbozar en este texto, muy ligado a relaciones o se ignora por el énfasis puesto en la fecundidad.   Dütting 
Dütting  (1993) llega a
heterosexuales. afirmar que "es difícil imaginar una decisión en abstracto, es difícil ejercer
el derecho a la decisión cuando no existen las condiciones culturales y es
tructurales para decidir al respecto, por lo que luchar por estos derechos
LOS DERECHOS REPRODUCTIVOS  O  LOS DERECHOS HUMANOS es parte de una lucha más amplia por el poder político" (citada por Figueroa,
EN EL ÁMBITO DE LA REPRODUCCIÓN 1995, p. 12). Petchesky (1990 a y b) lo sintetiza en términos de la necesi
dad de qu e las mujeres adqu ieran personalidad moral y jurídica, con el fin
En un texto previo (Figueroa, 1995) integramos   una   revisión del debate que  le s  corresponden como seres hu
de poder apropiarse de los derechos que le
sobre  ej/tema 
nacional e internacional sobre  ej/tema  de
de   los
los   derechos reproductivos y, a manos. Esto tiene importantes implicaciones para la revisión de los mode
partir de la misma, identificamos múltiples temáticas a las que se quiere los de ejercicio de la masculinidad.
aludir con esta expresión: desde el número de hijos hasta el respeto a las Una vertiente más en el trabajo analítico   para l a 
a  revisión del concepto
decisiones de las personas, tanto en las relaciones de pareja,   c omo  omo  en de derechos reproductivos en la experiencia de los varones, varones,  consiste, 
consiste,  en
las relaciones institucionales y sociales. Además, reconocíamos la nece y   relacional) 
documentar-  su vivencia (individual y  relacional)  de los distintos aspectos
sidad de explicitar, tanto las temáticas asociadas a la conceptuación de los incorporados en la noción de derechos reproductivos.   La  revisión de múlti
derechos reproductivos como la forma en que  actores sociales específicos ples documentos sobre el tema nos permite identificar centralmente la di
le dan contenido a a  los
los   mismos, más 
más   allá 
allá  de  lo   plasmado en discursos, en
de lo intervención  (pla-
mensión del ejercicio de la sexualidad, el entorno de  la  intervención 
documentos y en las leyes que los incluyen. neación) sobre la posibilidad de un embarazo, la posibilidad de interrumpir
temáticos,   los
En los contenidos temáticos,  los   derechos reproductivos, además de el proceso de un embarazo y el entorno de la crianza, en tanto proceso de
referirse al número de hijos, aluden al ejercicio de la sexualidad, a las res socialización de los hijos e hijas. En otro nivel están los recursos que re
ponsabilidades en el cuidado de los hijos, a la posibilidad de interrumpir quieren las personas para poder decidir y negociar en cada uno de estos
po sab dades e e cu dado de os jos, a a pos b dad de te u p
un embarazo cuando así se desea, o bien, cuando no se desea el producto ámbitos,  así
ámbitos,  así   como en los componentes de sus identidades  g e n é r i c a s .
del mismo. Paralelamente, se habla del acceso a los medios de comunica En otro texto (Figueroa, 1998a) revisamos algunos elemen tos de la
ción para influir en la toma de decisiones relativas a la sexualidad y la experiencia sexual reproductiva y de salud de los varones, los cuales pre
reproducción, a los medios para regular la propia fecundidad, a las fuentes sentan un panorama muy contradictorio al   c omparados 
omparados  con los de las
de donde se obtenga la información sobre opciones para controlar la pro mujeres, en especial cuando se intenta interpretarlos desde una lectura de
pia  fecundidad,  pero sobre todo, al respeto a las decisiones de las personas equidad y de corresponsabilidad en el ejercicio de los mutuos derechos.
(y a sus derechos humanos en general) en cuanto a las relaciones de pare No obstante, es todavía limitado el proceso de generación de conocimien
 ja, a las rel aci one s ins ti tuc ion ale s y a las rel aci one s soc ial es. (ver  Greene 
to sobre los procesos reproductivos de los varones (ver  Greene  y Biddlecom,
Vale la pena señalar que en dicho texto revisamos el concepto de dere 1998) 
1998)  y, más aún, sobre el posible significado de los derechos en estos
chos reproductivos como parte de un proceso de reflexión colectiva y, al ámbitos del quehacer humano.
final, destacamos algunos puntos que requieren mayor precisión, entre
otros, la titularidad de los derechos reproductivos, su contenido específico
y el tipo de referencia específica a varones y a mujeres u otros (ver Figue LOS DERECHOS REPRODUCTIVOS DESDE EL FEMINISMO:
roa,  1 9 9 6 a ) . .  Otro aspecto relevante fue también la distinción entre tener y
roa,  CONCIENCIA CORPORAL Y EJERCICIO CIUDADANO
ejercer un derecho, lo cual alude a las condiciones para su puesta en
práctica; entre estas condiciones ocupan un papel relevante el replantea Gouveia  (1996) 
Ávila y Gouveia  (1996)  enfatizan que la noción de ciudadanía es el marco
de  género 
miento de las relaciones de  género  y el acceso a otros derechos humanos. para la discusión de los derechos sexuales y reproductivos y, por lo mismo,

406 D E B A T ES S O B R E MASCULINIDADE S ¿
Y SI HABL AMOS DE DERECH OS HUMA NOS EN LLA
A REPR ODUCC IÓN?
407

no puede olvidarse que dicha ciudadanía ha sido construida a partir de Para ello cuestiona la propuesta original de la lucha de las mujeres por
conflictos históricos de exclusión en diferentes ámbitos de la vida so una igualdad, tomando a los varones como referencia, y destaca el paso
cial, política y económica. De ahí la existencia de tres tipos de derechos: los que se da posteriormente para deconstruir  las relaciones jerárquicas entre
civiles, los políticos y los sociales, cuya discusión se ha privilegiado, duran los sexos, con el fin de buscar la reconstrucción histórica de la vida priva
te mucho tiempo, en el ámbito de  lo público. Esto tiene importantes  im da, como un proyecto colectivo de liberación.   Avila ( 1999)  habla de un
plicaciones para los derechos reproductivos en cuestión, ya que se suele proyecto de transformación social que pretende superar la condición de
considerar la producción como parte de lo público y de lo cercano a la víctima de las mujeres para transformarse en individuos autónomos; para
experiencia masculina, mientras que la reproducción es parte de lo priva ello reconoce (recuperando a Giddens,  1998) la necesidad de un proyecto
do, se la ubica dentro de los espacios de desarrollo que, se supone, son de de democracia de la vida privada, dentro del cual se cuestione la vulnera
las mujeres y, por ende, se hace menor referencia a los derechos en este bilidad que se genera en los espacios de la intimidad. Reconoce que esto
ámbito. no pueden hacerlo solamente las mujeres, sino que los hombres tienen
Sin embargo, poco a poco ha ido emergiendo lo cotidiano y se ha reco que estar involucrados, pues se requiere, como condición,   deconstruir y
nocido este ámbito como  un referente para nuevos derechos, en particular transformar  ¡A modelo dominante de sujeto y, a de m á s , que la influencia de
a  partir de un replanteamiento del   significado del cuerpo  como objeto de
4 la igualdad se extienda a todas las instancias de la vida social (nuevamente
atención, de dignificación y de autodeterminación en la vivencia de la sexua aludiendo a Giddens).
lidad y de la reproducción. Si bien ello le ha dado entrada, de una manera Otro componente muy interesante que recupera Ávila ( 1999) es el plan
más clara, a la discusión sobre derechos sexuales y  reproductivos, las auto teamiento de la filósofa Françoise Collin, según la cual el surgimiento de
ras identifican cuatro puntos de tensión que vale la pena  considerar,  ya nuevos actores sociales implica  redéfinir  las prácticas ciudadanas y los
que en  nuestra  opinión tienen implicaciones importantes para la interpre espacios políticos sociales, y no únicamente añadirlos a los espacios pre
tación de los derechos en la experiencia de los varones. Se trata de la viamente existentes. Esto, a su vez, implica una redefinición de  los derechos
relación entre lo público y lo privado; las tensiones entre   sexualidad y re en función de las necesidades de los nuevos sujetos políticos. Esta postura es
producción; la percepción del derecho como acción normativa y reguladora, muy interesante, ya que identifica a las mujeres como las creadoras de los
confrontado con una práctica de las libertades y, por último, la relación derechos reproductivos a partir del "cuestionamiento de los discursos y
entre universalización y fragmentación entre Estado e individuo. En opi prácticas disciplinadoras de los cuerpos de las mujeres"; de ahí que la
nión de las autoras: búsqueda de apropiación del cuerpo sea un enunciado que pretende cons
tituirse en el punto de partida para el surgimiento de nuevos individuos
el concepto de derechos reproductivos nace justamente de la acción de las sociales.
mujeres como sujetos políticos y del conocimiento y la  reflexión sobre las En opinión de la autora, la universalidad de los derechos no puede ser
condiciones   queja  sociedad les  h A asi< B i a r i ^ j w a ^ J . e i e n q i f j ^
un principio, sino  q u e' d ebe  constituirse en  un'meVoao;  è m a ' d i é û i Q a  cu
y reproductiva. Este concepto rompe con el determinismo biológico, inser
que cada grupo o población haga su propia contribución a su definición;
tando la libertad de elección reproductiva dentro de un contexto más amplio
de ejercicio de ciudadanía, que no se reduce a  las garantías legales y a   los por ello, sólo pueden ser universales en la medida en que garanticen la
beneficios frente al poder del Estado, sino que incorpora también la idea de diversidad de los sujetos políticos presentes en su formulación, en lugar de
participación en las decisiones públicas, generando con ello nuevos signifi pretender  homogeneizar  a los sujetos desde un principio, ignorando sus
cados para la vida cotidiana   (Avila y Gouveia,  1996, p.  164). diferencias. Es decir, más que suponer un sujeto homogéneo, se debe re
cuperar la heterogenei dad de los múltiples sujetos. Por la complejidad que
Esto tiene importantes implicaciones para la vivencia sexual y repro esto supone, la autora reconoce que los derechos reproductivos todavía
ductiva en el caso de los varones, pues replantea los intercambios cotidia tienen problemas como concepto, y algunas debilidades en su elaboración
nos con las mujeres. (ver  Gysling,  1994;  Matamala,  1998; León 1999). En la búsqueda por
En otro texto,  Avila (1999)  hace una revisión de la vinculación entre avanzar en su definición, recupera nuevamente a Giddens, según el cual
el surgimiento de los derechos reproductivos como concepto y las deman "los derechos no únicamente deben especificar los privilegios en la partici
das feministas, en el marco de la emergencia de nuevos actores políticos. pación de la organización de las comunidades, sino también reflejar los

408 DEBATES E 
S O B R E  MASCULINIDADES ¡
Y SI HABL AMOS DE DERECH OS HUMAN OS EN LA REPR ODUCC IÓN? 409

deberes que los individuos tienen frente a frente, uno con el otro y con el ñas
ñas   gana más calidad y, a la vez, inspira nuevas prácticas de ciudadanía y
(Ávila,  1 9 9 9 ::   66).
propio orden político" (Ávila,  propicia una mejor distribución de la riqueza material. Tratando de avan
Otro aspecto importante que distingue Ávila, hace referencia, por una zar en esta vertiente, recuperamos el trabajo de teóricas feministas que han
parte, a los componentes de los derechos reproductivos y, por otra, a las estudiado el tema de los derechos reproductivos desde la ética y los acuer
condiciones vinculadas con dichos componentes. Es importante subrayar dos de derechos humanos.
esta diferencia, para evitar que el concepto como tal abarque todos los
eventos de la esfera reproductiva y de sus posibles conexiones, así como
para evitar fragmentaciones en las prácticas sociales vinculadas a la repro LOS DERECHOS REPRODUCTIVOS DESDE ALGUNAS
ducción y a la sexualidad. LECTURAS ÉTICAS Y JURÍDICAS FEMINISTAS
El significado de los derechos, anclado en el concepto de   ciudadanía
tiene un sentido sociológico en cuanto código, normas,  normas,  beneficios 
beneficios  y acción Dentro de las diferentes propuestas de justificación ética de los dere
política que ganan sentido en  en   la 
la  relación con el Estado,  Estado,   p e r o ,,   al 
al  mismo Petchesky   ( 1 9 9 4 ) ,
chos reproductivos, destaca la integrada por Correa y Petchesky 
/  tiempo, cuando se refiere o se fundamen ta en el concepto de  derechos ya que en lugar de recurrir a los principios éticos que tradicionalmente
humanos  gana una densidad filosófica que corresponde a una forma de ser se han utilizado en la filosofía occidental y en  en   múltiples 
múltiples  códigos y co
y estar en el mundo con seguridad y libertad; asimismo, adquiere un sen mités de ética a nivel internacional, recurren a cuatro parámetros de eva
tido moral y ético. En opinión de Ávila (1999), el concepto medular de los luación moral con un importante sustento en la ética feminista. Además,
derechos reproductivos es el derecho individual a la elección, pero es tratan de recuperar la especificidad de algunas demandas de los movi
necesario, además, que las personas estén dotadas de los medios y las mientos de mujeres en la búsqueda de la autodeterminación sexual y
garantías para llevarlas a la práctica. Por lo mismo, se requieren modifica reproductiva, privilegiando la integridad corporal y el reconocimiento de
ciones en las formas de organizar la existencia de las personas, lo cual la diversidad.
afecta las relaciones entre hombres y  y  m u j e r e s , ,  cuestionando, especial Petchesky   (1994) 
Correa y Petchesky  (1994)  le dan especificidad a la vivencia de la
mente, el orden impuesto por los mismos hombres, o bien por un sistema sexualidad y la reproducción a través de la propuesta de principios como
patriarcal.   Ot ra
patriarcal. ra   condición necesaria es la dimensión de la justicia social el 
el   respeto a la capacidad de ejercer, como persona, el respeto a la integri
como garantía de los derechos sociales por parte del Estado; esto cuestiona
los modelos del Estado y de desarrollo, y evita caer en una libertad como dad corporal,
sidad. Ademásladebúsqueda
recuperardecon
la equidad y eldereconocimiento
ello alguno los desarrollosdeteóricos
la diver
y
mera selección entre varias opciones para pasar a la capacidad de autode analíticos de la teoría feminista, permiten otra reflexión sobre los compo
terminación para pensar, querer, sentir y actuar (ver Bussel, 1973). nentes temáticos que le pueden dar contenido al ejercicio de los derechos
En este sentido, vale la pena destacar nuestra coincidencia con Ávila reproductivos en la experiencia de los varones.
(99), en términos de que los derechos reproductivos deben ser compren Con el fin de asegurar que toda persona viva como tal, sería necesario
didos en una dinámica histórica del feminismo y no al margen de estos repensar los modelos de autoridad moral que sustentan los diferentes in
planteamientos. Esta autora reconoce la importancia de los derechos tercambios sociales y, en particular, las relaciones de género; ello facilita
reproductivos en lo cotidiano, al al   garantizarlas 
garantizarlas  condiciones legales y mate ría construir un entorno para el intercambio equitativo, tanto en el ámbito
riales para las mujeres y para los hombres en sus elecciones reproductivas, de lo sexual y lo reproductivo (como sugieren las autoras), como en las
cual  enfariza 
para lo cual  enfariza  que se requiere una reestructuración de las relaciones múltiples dimensiones de ejercicio del poder al que aluden estas auto
sociales y de cambios simbólicos importantes en las mismas. En  opinión ras para definir la noción de derechos.
de esta autora, las personas deben tener responsabilidades iguales y divi El   principio de integridad corporal  permitiría cuestionar, por una par
dir entre sí las tareas reproductivas y productivas de una manera solidaria. te, cualquier intromisión y ejercicio violento de los varones con respecto a
Para ello reconoce que se requieren nuevas referencias éticas y morales los cuerpos de las mujeres; pero, por otra, los usos y abusos del cuerpo
para abordar los conflictos que permanentemente se producen a partir del masculino como objeto, como herramienta y como víctima de riesgos por
ejercicio ciudadano, tanto de varones como de mujeres. Por ello, señala parte de los varones, cuando tratan de legitimar su identidad genérica.
que, una vez asegurados los derechos reproductivos, la vida de las perso- Este mismo principio facilitaría la creación de las condiciones para que los

410 DEBATES SOBRE MASCUII NIDADES ¿


Y SI HABLA MOS DE DERE CHOS HUMA NOS EN LA REPR ODUCC IÓN? 411

varones conocieran más de su cuerpo, así como del de sus posibles parejas des de los varones, en tanto seres que se reproducen en sus intercambios
sexuales (varones o mujeres), además de la legitimación del cuidado del con las mujeres.
cuerpo, no como una debilidad, sino como una responsabilidad básica de Cook   (1995) 
Con estos elementos, Cook  (1995)  hace una 
una  aplicación 
aplicación  de los dere
la persona, en la medida en que dicho cuerpo no es   algo  algo  que simplemente chos humanos a la autodeterminación reproductiva, distinguiendo, por una
se posee y que se puede usar, sino que es una parte integral de lo que se es parte, los derechos que se relacionan con la seguridad o integridad repro
como persona, con múltiples posibilidades en el ámbito   de  de  lo sexual y lo ductiva, y con la sexualidad y, por otra, los que tienen que ver con la salud
reproductivo. en la reproducción; reconoce otros dos espacios: uno, los derechos rela
En cuanto al  principio de respeto a la diversidad,   una de sus principales relacionados co n la toma
cionados con la igualdad reproductiva, y dos, los relacionados co
posibilidades de aplicación en el ámbito de los derechos, es el reconoci de decisiones en la reproducción. A partir de estos cuatro componentes
miento de que no existe una única interpretación moral de la vivencia de específicos construye una propuesta sobre las responsabilidades y las obli
los procesos sexuales y reproductivos de las personas, y mucho menos que gaciones para respetar los derechos humanos en este campo.
esta interpretación se origina o se legitima en mayor medida por la posi Los   derechos a la seguridad   (o a la integridad de la que hablan Correa
ción jerárquica que se ocupa en la sociedad o por la pertenencia a   al^ún Petchesky,  1994) 
y Petchesky,  1994)  los justifica Cook  Cook   (1995) 
(1995)  a partir del derecho a la vida
grupo determinado. Al contrario, es obligado negociarla con otras perso y a la sobrevivencia; del derecho a la libertad y a la seguridad como perso
nas a quienes se les reconoce como tales, por ser autoridades morales en la na; del derecho a la libertad (y a no estar expuesto a torturas o a tratamien
vivencia de la realidad, por tener capacidad de defender su integridad cor otra  p e r s o n a ) ; del
tos que dañen a otra  ; del d erecho a unirse y a formar familias,
familias, así
poral y, a final de cuentas (como lo propone De Keijzer [en prensa], porque como del derecho a disfrutar de la privacidad y de la vida familiar.
se negocia entre iguales, reconociendo a la otra persona desde el mismo En el caso de los   derechos vinculados con la  la  salud 
salud  en la  reproducciáti,
parámetro con el que uno se reconoce a sí mismo. los justifica a través del derecho a obtener el nivel más alto de salud, a
En esta vertiente de la ética feminista es muy interesante, también, beneficiarse de los progresos de los avances científicos, y a la educación. La
recuperar la justificación jurídica que Cook (1995) hace de los derechos igualdad reproductiva  la
la   justifica a través del derecho a la no discrimina
reproductivos, interpretados como derechos humanos a la autodetermina ción sexual, por motivos de estatus marital, la no discriminación racial,
ción reproductiva. Si bien ella lo presenta explícitamente con una reflexión la no discriminación por razones de edad y por orientación sexual. De
 jur ídi ca y u til iza ndo la exp res ión de rec hos hum ano s , llega a imp ort ant es alguna manera, esto se vincula con la definición original de la Red Mun
coincidencias con lo señalado por Correa y Petcheslcy, cuando hablan de dial por la Defensa de los Derechos Reproductivos de las Mujeres, la cual,
derechos sexuales y reproductivos desde la ética feminista. Cook  Cook   (1995) además de explicar algunas de esas características sociales como razones
también alude a derechos humanos básicos, como la dignidad, la integri insuficientes para diferenciar el ejercicio de los derechos en la reproduc
dad personal, la tolerancia y, en particular, la libertad de las personas y el ción, hablaban de una no discriminación o diferenciación por razones del
acceso a las condiciones para desarrollarse humanamente. sexo de la persona. Si bien ello le da entrada a los varones, como titulares
Esta autora trata de darle especificidad a lo que a veces se identifica de derechos, los obliga, al mismo tiempo, al reconocimiento de los dere
como "el discurso abstracto de los derechos humanos". Para ello distingue chos de las mujeres y a asumir obligaciones y responsabilidades respecto al
las metodologías feministas con perspectiva de género, con el fin de re ejercicio de éstos.
pensar las diferencias sexuales y de documentar lo que interpreta como "la En el caso del cuarto grupo de derechos, el de los   relacionados con la
de  l a s . m u j e r e s " . .  Así, hace evidente algunos abusos contra los
pregunta de  toma de decisiones  reproductivas,  éste incluye el derecho a recibir infor
derechos humanos, que al ser documentados pueden darles mayor especi mación, el derecho a la libertad de pensamiento y de religión, el derecho a
ficidad; no únicamente se trata de intromisiones o de violentar ciertos la participación política y el derecho a la libertad de reunirse y asociarse
espacios, sino de omisión, término muy interesante, que se refiere a la para establecer propuestas y prácticas de organización social en diferentes
inexistencia de condiciones para el ejercicio de los derechos humanos, o ámbitos de lo cotidiano. Nuevamente, la mayor parte de los derechos (que
bien a la negligencia respecto de las responsabilidades q ue le corresponden a es una justificación para los componentes de los derechos humanos en el
actores  sociales. 
los diferentes actores  sociales.  En esta vertiente puede haber interesantes ámbito de la autodeterminación reproductiva), se le ha reconocido a los
analogías entre los significados de los derechos y de las responsabilida- varones y a las mujeres y, por ende, se reconoce su potencial puesta en

412 DEBATES E 
S O B R E  MASCULINIDADES ¿Y SI HABLAMOS DE DERECHOS HUMAN OS EN LA REPRODUCCIÓN? 413

práctica. Lo que  sí   se requiere es una aceptación de los derechos de las (1999)


(1999)   consideran cinco procesos que intervienen en la construcción de
otras personas con las que se interactúa, con el propósito de negociar la noción de derecho: la apropiación de derechos en diferentes ámbitos
conflictos, pero no desde posiciones de desigualdad, ya que más que nego de lo cotidiano; la manera en que las personas toman decisiones a lo
la  i ne qui dad 
ciación, se trataría de una transacción desde la i dad  y desde la des largo de su vida; las formas de resistencia y adaptación en relación con su
Keijzer,   2 0 0 1 ) .
igualdad (de Keijzer,  salud, reproducción y bienestar; las condiciones sociales que afectan
Cuando se combinan las lecturas de Correa y Petchesky con la de sus derechos reproductivos; y las circunstancias en que expresan un   senti
Cook, uno de los resultados obtenidos es el cuestionamiento del menos acerca  de-su 
de   autoridad  para tomar decisiones acerca 
do de de-su  reproducción y su
precio a la naturaleza como origen de la subordinación de las mujeres; sexualidad.
otro, es la exaltación de la razón o de la racionalidad como supuesto motivo Destacan estos puntos de análisis para documentar la forma en que
privilegio  d e  los varones. Sin embargo, como lo reproduc
de la posición de privilegio d las mujeres "han construido una voz que las personalice y represente"  {op.
tivo está muy vinculado a lo corporal y a lo natural, se   necesitaría 
necesitaría  una cit.,  p. 2). Además de las categorías analíticas originalmente propuestas en
revisión profunda del papel de los procesos reproductivos dentro de la su investigación (autonomía, apropiación, resistencia, adecuación y toma
identidad masculina, con el fin de  desesencializar  estos atributos asigna temáticas  del / .omport ami e nt o 
de decisiones respecto a diferentes temáticas  o  repro
dos de manera diferencial a varones y mujeres. Así, podrían abrirse otras ductivo: sexualidad, anticoncepción e interrupción del embarazo, embara
posibilidades al contenido de los derechos reproductivos, no únicamente zo y parto, y crianza), las autoras reconocen como supuestos varios niveles
del hombre, como un nuevo titular de este proceso discursivo y de esta de expresión de los derechos de las mujeres, a la vez que etapas o momen
garantía umversalmente reconocida, sino de la mujer (quien lo ha asumi tos en el ejercicio de los mismos, identificados a partir de los resultados de
do en muchos contextos), como una reivindicación de una larga  larga  historia su trabajo de campo.
de desigualdades, discriminaciones y responsabilidades diferencialmente En el primer grupo incluyen las legislaciones locales en la medida
asumidas por las personas de uno y otro sexo. en que son conocidas y reconocidas por las mujeres; las costumbres y
valores de los sujetos en su comportamiento cotidiano; las prácticas
cotidianas en relación con los derechos y, finalmente, lo que las muje
LOS DERECHOS REPRODUCTIVOS EN LA EXPERIENCIA res consideran sus derechos. En el segundo grupo reconstruyen la expe
DE LOS VARONES DENTRO DE UN CONTEXTO HISTÓRICO riencia de las mujeres a partir de la emergencia de una necesidad; la
autorización personal de dicha necesidad; la decisión frente a la necesi
En este contexto es pertinente retomar los resultados de un proyecto de dad;  l as
dad; l as   estrategias de solución o satisfacción de sus necesidades; la eleva
a nivel   internacional, en el que se buscaba identificar de qué
investigación a nivel ción de la necesidad a estatus de derecho (vía el discurso racional); la
forma las mujeres construyen y se apoderan de la noción de derechos re identificación   de normas que le atañen y la identificación de facilidades y
identificación
productivos (Petchesky y Judd, Judd,   1 9 9 8 ) . .  A través de la utilización de las obstáculos para ejercer los derechos.
categorías de resistencia, adaptación, acomodación y trasgresión, se en Los resultados de esta investigación muestran la importancia de la
que  muchas 
contró que  muchas  mujeres desarrollan dicha noción a través de la viven participación de las mujeres en diferentes grupos, en tanto redes de apoyo
cia de situaciones injustas, tristes, desagradables o violentas en el ámbito y de solidaridad. A ello se añade la percepción de que, si bien la reproduc
de la reproducción; pero también a partir de la socialización de dichas ción somete a las mujeres a sufrimientos y riesgos para su salud, también
de  la 
experiencias, de  la  identificación con otras personas que también las han parece devolverles, cuando menos en algunos casos, la titularidad de su
y —d e  alguna 
vivido y —d alguna  m a n e r a — 
—  de la experiencia de sentirse acompañadas, cuerpo. Incluso, señalan las autoras, en ocasiones los hijos intervienen
formando parte de algún grupo en donde pueden hablar, dialogar y donde como legitimadores de los derechos y de la autoridad materna; es decir,
encuentran maneras de contrarrestar las situaciones negativas (ver Ortiz les permi t e 
obtienen finalmente un estatus de sujeto, lo que les permi e  "reclamar la
Ortega, 1999). satisfacción de sus necesidades largamente silenciadas" (op.  cit.,  p. 17).
Por su riqueza analítica, retomamos algunos conceptos y categorías Para las autoras del estudio, los ejes fundamentales del proceso de
reelaboradas a partir del mismo trabajo de campo con las mujeres, en un constituirse en sujetos incluye la apropiación del cuerpo como territorio
 e s p e c í ü c o , ,  como el del Distrito Federal. 
contexto e
contexto Federal.  Rivas 
Rivas  y Amuchástegui soberanía individual   (ver Reyes, 1999) y la construcción de la voz como
de soberanía individual

414 i SI HAB LAMO S D


DEE DERECHOS HUMA NOS EN LLA
A REPRODUC CIÓN? 415
DEBATES SOBRE MASCULINIDADES

expresión de tal autogestión, si bien esto es casi imposible sin condiciones reproductivos posibilitan el empoderamiento de las mujeres en la vivencia
políticas, culturales y sociales que lo legitimen. Por ello, no es de extrañar de su sexualidad y de su reproducción, al demandar directamente una
que más que una lectura afirmativa de los derechos por parte de las posición más responsable por parte de los varones en estos ámbitos, no
mujeres, se observa una formulación defensiva de los mismos, además de gran indefinición   respecto a si ellos pueden ser titula
obstante, existe una gran indefinición
que la construcción del derecho tiene un carácter colectivo y no a título res de un derecho como éste.
individual. En el caso de la interpretación propuesta por Shepard (1996), se asu
tiene  i m p l i c a c i o n e s , similitudes
Lo anterior tiene  , similitudes y analogías con el caso de me que los varones también son objeto de múltiples condicionamientos
los varones. Una línea de interpretación de los derechos reproductivos sociales que los llevan a reproducir ciertos atributos asociados al estereoti
de los varones sería identificar los diferentes momentos en el proceso de po masculino y, por ello, se les dificulta establecer intercambios más equi
(por  e j e m p l o , el
la reproducción (por  , el entorno de la sexualidad,  e l embarazo y el tativos, no únicamente con las mujeres, sino con otros varones. Desde
parto, así como el proceso de la socialización y crianza de los hijos) y   a esta postura, lo que propone Shepard es hacer evidentes los estereotipos y
partir de ellos revisar la experiencia de los varones y   las mujeres, las situa formular derechos en términos de la capacidad de cuestionar dichos atri
ciones equitativas (pensando en ambos como seres que se reproducen en butos. Por ejemplo, el derecho a controlar los impulsos de la sexualidad, el
interacción)   y  reconstruir los procesos de intercambio social como con derecho a confiar en el amor de su pareja, el no considerar su honor o su
flictos que deben resolverse, en lugar de partir de principios generales que masculinidad mancillados si su pareja tuvo relaciones con otros varones;
deben ser asumidos teóricamente, como el derecho a   decidir, el derecho a el derecho a expresar sus emociones, a no alcoholizarse si no se desea, a
la libertad  y  el derecho a la integridad, los cuales   a  veces dificultan una demostrar ansiedad o incomodidad durante una relación sexual, a no sen
instrumentación directa del ejercicio de los derechos, pero que sí sirven tirse presionados y no presionar a otras personas (varones y mujeres) en
como parámetro de referencia de lo que quiere evitarse. sus experiencias sexuales, a sentir y expresar afecto a otros hombres, etc.
La idea es documentar diferentes formas en las que los varones cons Según esta autora, si los hombres son capaces de cuestionar los atributos
de las   influencias sociales, pero
truyen su identidad de género, en función de las asociados a la práctica de su sexualidad, seguramente la vivencia de su
también de sus decisiones personales. reproducción y de la misma sexualidad será más equitativa. Sin embargo,
Galdós   (1996) 
Galdós (1996)  opina que más que un derecho, lo propuesto por Shepard
es una obligación de los varones; es decir, precisam ente por su capacidad de
A L G U N O S  I N T E N T O S D E D E F I N I CI Ó N D E L O S D E R E CH O S
ejercer como persona pueden no aferrarse a dichos atributos; su postura
R E P R O D U C T I V O S 
S  D E L O S 
no coincide con la de Shepard.
S  V A R O N E S
Benno de Keijzer (1999) propone que, antes de elaborar documentos
Los acercamientos a la discusión sobre derechos reproductivos de los va que incluyan los derechos sexuales y reproductivos de los varones, es
rones han sido muy heterogéneos: desde aquellos que niegan que los necesario mencionar sus obligaciones y, además, cuestionar los modelos
derechos reproductivos sean una característica o posible prerrogativa de de masculinidad, en particular por las prácticas de riesgo que se asocian al
los varones (Azeredo y y  S t o l c k e , ,  1991), hasta quienes proponen que los estereotipo   varonil, 
estereotipo varonil,  ya que no 
no   sólo
sólo   generan consecuencias negativas para
hombres tienen tantos derechos como las mujeres, pasando por los que su salud, sino para las personas con quienes conviven. Esto les dificulta
consideran que el principal derecho de los hombres es cuestionar los asumir corresponsabilidades en la vida sexual y reproductiva que compar
estereotipos masculinos que dificultan un intercambio equitativo con las ten con otros actores sociales.
mujeres (Shepard, 1996), e incluso enfatizan el derecho a la ternura (Res- Desde esta posición, que apoya el cuestionamiento de las identidades,
trepo, 1994), entre otras modalidades. lo que Keijzer propone como un primer derecho de los varones es el acce
El Programa Latinoamericano de Derechos Reproductivos, con sede so a una educación sexual no sexista. Tomando esta idea como punto de
en   1991 
en Brasil, definió en  1991  los derechos reproductivos como los derechos partida, y como condición para sus siguientes propuestas, sugiere que esa
de las mujeres a disfrutar de su capacidad reproductiva y de su ejercicio educación debe estimular una reflexión sobre las dimensiones de género y
sexual, y a exigirles a los hombres que asuman sus responsabilidades en un conocimiento sobre el cuerpo. Esto les aseguraría el acceso al cuidado
dichos ámbitos (Azeredo y Stolcke, 1991). En esta lectura, los derechos del cuerpo, no únicamente como una responsabilidad, sino como un dere-

416 DEBATES S O B R E MASCULINIDADES i  Y SI HABLAMOS DE DERECHOS HUMANOS   EN L A REPRODUCCIÓN? 417

cho   que les permita 


permita   vincularse 
vincularse  de otra manera con el espacio de la repro así como a disponer de la   i r d o r m a c i ó n , ,  la educación y los medios para
ducción. Asimismo, estimularía su capacidad de reflexión para cuestionar ello. Además, abarcan el derecho a alcanzar el nivel más elevado de salud
la violencia sexual, para rehusarse a probar su hombría (como criterio de sexual y reproductiva, y el derecho a decidir sobre la reproducción sin
 jus tif ica ció n de su ma scu li nid ad) y para rec haz ar la hom ofo bia co mo act i sufrir discriminación, coerción ni violencia.
tud ante las relaciones entre personas homosexuales. Por otra parte, los derechos sexuales incluyen el derecho humano a
En un grupo de trabajo sobre varones y salud reproductiva, dentro del controlar la sexualidad y la salud sexual y reproductiva, así como a de
marco del IV Congreso de Ciencias Sociales y Medicina, celebrado en cidir libre y responsablemente respecto de estas cuestiones, sin estar suje
Brasil en en  1 9 9 5 , ,  se propuso otro tipo de referentes analíticos para construir to a coerción, discriminación o violencia (retomado de la plataforma de la
la noción de derechos reproductivos de l de  l os 
os  varones: el acceso a un apren Conferencia de Beijing, 1995). El concepto de dignidad humana es el que
dizaje social que les permitiera identificar sus necesidades en términos de sirve de base para ambos tipos de derechos, y si bien incluye tanto a hom
y r e p r o d u c c i ó n ; así
salud, sexualidad y r ; así como conocer, descubrir y cuidar de su bres como a mujeres, en la práctica dichos derechos han sido pensados y
propio cuerpo, no como un instrumento que se usa, sino como parte de construidos teniendo como destinatarias a las mujeres; por ello los autores
la propia persona. Otro referente analítico   sería  sería  el desarrollo de nuevos preguntan:  /cuál
se preguntan:  /cuál   es el sentido de enfocar la atención a los varones en un
lenguajes que legitimen las experiencias reproductivas de los varones. Para proceso inacabado de empoderamiento jurídico de las mujeres?,   ¿es ¿es   n e c e 
ello es necesario legitimar socialmente la referencia a los varones como seres sario construir nuevos derechos sexuales y reproductivos partiendo de las
que se reproducen, y no únicamente como acompañantes de las histo necesidades de los varones?
rias reproductivas de sus parejas (Figueroa,  (Figueroa,   1 9 9 6 c ) . recuperan   a  experiencia colombiana y comentan que al
Los autores recuperan 
En un texto preparado por Díaz y Gómez   (1998) 
(1998)  se propone identifi reconocer a las mujeres como sector vulnerable de la sociedad, se les iden
car y visualizar las necesidades específicas de los varones en el ámbito tifica como acreedoras de algunas prerrogativas jurídicas en aras de la con
sexual y reproductivo y, posteriormente, a partir de   la inferencia 
inferencia  de los igualdad  real
secución de una igualdad  real   (p. 30). Si bien reconocen la necesidad de
principios éticos de los derechos sexuales y reproductivos, plantear los de imaginar a los varones como actores con sexualidad, salud y capacidad
rechos y responsabilidades de los varones en estos ámbitos. Es interesante de regular su reproducción, así como con requerimientos individuales y en
señalar que, a pesar de haber planteado el propósito, una de las conclusio Figueroa  1 9 9 8 a ) , ,  enfatizan
su interacción con las mujeres (recuperando a Figueroa 

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