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Aprendizaje instintivo

Considerados habitualmente noczones contrapuestas, aprendizaje e

instinto actúan a la par: el proceso de aprendizaje, en animales de todos

los niveles de complejidad nerviosa, suele instar/o y controlarlo el instinto

James L. Gould y Peter Marler

uele considerarse el aprendizaje guía de campo de todas las flores que Frisch, fundaron la etología. Los gan­

S un proceso alternativo al instinto,


entendiendo por este último la
información que se transmite genéti­
en su día visite.
El aprendizaje guiado de forma in­
nata (el aprendizaje instintivo) se da en
sos incuban sus huevos en nidos en
forma de montículos construidos sobre
el suelo; a veces, sin advertirlo, el
camente de una generación a la si­ todos los niveles de complejidad men­ ganso que incuba empuja un huevo
guiente. La mayoría creemos que la ca­ tal del reino animal. En este artículo, fuera del nido. Se desencadena enton­
pacidad de aprender constituye una nuestros ejemplos se tomarán sobre ces un curioso comportamiento. Al
propiedad de la inteligencia. Se dice todo del comportamiento de abejas y aposentarse de nuevo sobre el nido, el
que la diferencia entre el aprendizaje y aves, en las que se ha centrado nuestra ganso descubre el huevo descarriado.
el instinto separa a los seres humanos experiencia respectiva, pero los resul­ El animal extiende entonces el cuello y
de los animales "inferiores", como los tados pueden generalizarse a los pri­ fija la mirada en él, lo levanta y lo hace
insectos. La introspección, esa autori­ mates, e incluso al hombre. Hay prue­ rodar suavemente con el pico de vuelta
dad engañosamente convincente, le bas sólidas de que el proceso de apren­ al nido. A primera vista, parece una so­
lleva a uno a concluir que el aprendi­ dizaje del lenguaje está guiado en gran lución muy meditada de un problema.
zaje, a diferencia del instinto, se apoya medida por capacidades y tendencias En realidad se trata de un comporta­
en la toma consciente de decisiones que innatas. miento estereotipado e innato. Cual­
conciernen a cuándo y qué hay que quier objeto convexo, sea cual fuere su
aprender. color y casi con independencia del ta­
Dos marcos teóricos
Estudios realizados en las últimas dé­ maño, desencadena idéntica respuesta;
cadas demuestran que no ha lugar a Dos planteamientos del estudio del sirven, sobre todo, las botellas de cer­
una distinción tan tajante entre instinto comportamiento ejemplifican la distin­ veza.
y aprendizaje (y entre las fuerzas con­ ción frecuente entre aprendizaje e ins­ En este ejemplo, los perfiles conve­
ductoras que subyacen a los compor­ tinto: la etología y la psicología del xos que desencadenan el comporta­
tamientos humano y animal). Se ha ob­ comportamiento. Por etología suele miento son lo que el etólogo considera
servado, por ejemplo, que muchos in­ entenderse el estudio del instinto. En la estímulos provocados por los signos.
sectos aprenden de manera prodigiosa. visión etológica del mundo, la mayor La respuesta de rodar el huevo es el
Y a la inversa, sabemos ahora que, a parte del comportamiento animal está programa motor. El comportamiento
menudo, el proceso de aprendizaje en gobernada por cuatro factores funda­ entero está controlado por un impulso
los animales superiores, y en los insec­ mentales: estímulos provocados por los que aparece unas dos semanas antes de
tos también, se ajusta a directrices in­ signos (señales que se reconocen de que el ganso ponga los huevos y per­
natas, es decir, lo dirige información forma instintiva), programas motores siste hasta unas dos semanas después
contenida en la dotación genética del (respuestas innatas a señales), impulsos de que hayan eclosionado. Los gansos
animal. En otras palabras, el propio (impulsos motivacionales de control) e dan muestra también de la impronta
proceso de aprendizaje suele estar con­ improntas (una forma de aprendizaje sufrida: durante el período de sensibi­
trolado por el instinto. restringida y aparentemente abe­ lización inmediata a la eclosión, los an­
Según parece, muchos animales, si rrante). sarones seguirán a cualquier objeto que
no todos, están "preprogramados" Tres de esos factores coinciden en el les preceda con tal de que emita la voz
para aprender determinadas cosas y comportamiento de los gansos al hacer de reclamo "com-com", que reconocen
aprenderlas de determinada manera. rodar los huevos. De esa conducta se de modo innato; a partir de entonces
En términos evolutivos tiene sentido ocuparon Konrad Z. Lorenz y Nikolaas tratarán al objeto como a un progeni­
hablar del aprendizaje guiado de modo Tinbergen, quienes, junto a Karl von tor.
innato: a menudo resulta fácil especi­
ficar con antelación las características
generales de lo que un animal debe ser l. APRENDIZAJE GUIADO POR EL INSTINTO que permite al cuco, o cuclillo (pájaro grande, a la iz­
quierda) parasitar otras especies de aves (en este caso un acentor común). Los cuclillos ponen sus huevos en
capaz de aprender, aun cuando no pue­ los nidos de otras aves. Cuando el cuco sale del huevo, su aspecto y la llamada de solicitación que emite
dan especificarse los detalles. Pense­ engañan a esas aves, que lo aceptan como si de su propia cría se tratara. Como muestra la fotografía, los
mos en las abejas; éstas se hallan, de padres adoptivos siguen cebando al cuco aunque éste haya alcanzado un tamaño muy superior al suyo propio.
Mientras se halla todavía en el nido, el cuclillo (si es hembra) deberá aprender a reconocer la especie de sus
suyo, adaptadas a aprender la forma de
padres adoptivos, de modo que algún día ponga, también él, sus propios huevos en los nidos de esa especie.
diversas flores, pero sería imposible En ese proceso de aprendizaje el cuclillo se guía por el instinto, que le hace ignorar un entorno repleto de
equipar a cada abeja, al nacer, con una información que puede distraerle, para concentrarse en los detalles que le conviene memorizar.

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Los psicólogos conductistas de es­ signos de los etólogos, que en este caso la rata por la realización incluso parcial
tricta observancia (behavioristas) inter­ es la comida), la respuesta incondicio­ de la respuesta deseada. Por ejemplo,
pretan el mundo de manera muy dis­ nada (el acto de comportamiento de­ en un principio se la recompensará por
tinta de los etólogos. Se interesan ante sencadenado de forma innata, equiva­ ponerse de cara al extremo de la jaula
todo por el estudio del aprendizaje lente al programa motor etológico, que donde se encuentra la palanca. Más
bajo condiciones rigurosamente con­ en este caso es la salivación) y el estí­ tarde, el experimentador requerirá un
troladas y tradicionalmente han des­ mulo condicionado (aquel al que el ani­ comportamiento progresivamente más
preciado cualquier influencia del ins­ mal está condicionado a responder, en preciso, hasta perfeccionar la res­
tinto sobre el aprendizaje. Los beha­ este caso la campana). Los pioneros del puesta. Los primeros conductistas
vioristas defienden que la inmensa ma­ conductismo creían que cualquier estí­ creían que, en respuesta a cualquier se­
yoría de las respuestas de los animales mulo que pudiera percibir el animal po­ ñal o situación y mediante reflejos ope­
superiores pueden dividirse en dos ti­ día relacionarse, como estímulo con­ rativos, podía enseñarse cualquier
pos de aprendizaje: el reflejo condicio­ dicionado, con cualquier respuesta in­ comportamiento permitido por las ca­
nado y el reflejo operativo. condicionada. pacidades físicas del animal.
El reflejo condicionado (llamado En los reflejos operativos, la otra ca­
también condicionamiento clásico) lo tegoría principal de aprendizaje reco­
El conductismo en cuestión
descubrió, en los perros, el fisiólogo nocida por la mayoría de behavioristas,
ruso lvan P. Pavlov. En su conocido los animales aprenden una pauta de Hacia 1970, habíanse multiplicado
experimento demostró que si tocaba comportamiento tras la experimenta­ las objeciones contra la interpretación
una campana antes de ofrecer comida ción de ensayo y error a que son so­ de los behavioristas. La idea de que po­
a un perro, éste acababa salivando sin metidos para obtener una recompensa día enseñarse, a través de reflejos con­
más que oír sus tintineos. Los princi­ o evitar un castigo. Es el ejemplo clá­ dicionados, como estímulo condicio­
pales factores del reflejo condicionado sico de la rata entrenada para que pre­ nado cualquier señal perceptible, reci­
son el estímulo incondicionado (la se­ sione una palanca y recibir, en premio, bió un serio revés por parte de J ohn
ñal reconocida de manera innata; equi­ comida. El psicólogo conforma el com­ García, ahora en la Universidad de Ca­
valente al estímulo provocado por los portamiento recompens�wdo primero a lifornia en Los Angeles. Demostró que
las ratas no podían asociar señales vi­ ñales visuales (colores). Estudios pos­ obvia era que esos animales estaban
suales y auditivas con comida que las teriores de otros investigadores amplia­ predispuestos para establecer ciertas
enfermaba, aun cuando pudieron ha­ ron esos resultados y demostraron, por asociaciones en determinadas situacio­
cerlo con señales olfativas. Observó, ejemplo, que las palomas aprendían fá­ nes mejor que en otras.
asimismo, que las codornices no podían cilmente a asociar sonidos (pero no co­ Ese mismo tipo de pauta se descu­
asociar señales auditivas ni olfativas lores) con el peligro y colores (pero no brió en experimentos sobre reflejos
con alimentos peligrosos, pero sí se- sonidos) con la comida. La conclusión operativos. Las ratas aprenden a pre­
sionar una barra para obtener comida,
pero no a presionarla para evitar una
descarga eléctrica. Y a la inversa,
aprenden a saltar para evitar una des­
carga, pero no para obtener comida.
Análogamente, las palomas aprenden
fácilmente a picotear en un punto pre­
miado con comida, pero les cuesta mu­
cho aprender a saltar sobre un pedal
para obtenerla; consiguen, por adies­
tramiento, evitar una descarga brin­
cando sobre el pedal, pero no pico­
teando. De nuevo parece que, en de­
terminadas situaciones conductuales,
los animales están preparados de ma­

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nera innata para aprender ciertas cosas
mejor que otras.
Las asociaciones que se aprenden

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con mayor facilidad poseen su lógica
adaptativa. En el entorno natural, para
BLANCO
GIRATORIO las ratas (que son notoriamente noc­
turnas) el olor constituye un indicador
más fiable que el color, a la hora de
identificar el alimento peligroso. A las
a
CON COMIDA palomas les resulta más útil recordar el
color de una semilla que los sonidos
ENTRENAMIENTO que produzca. De forma similar, es
más probable que una paloma aprenda
cómo comer semillas nuevas si toca el
alimento con el pico que si lo tienta con
los pies. Los animales que exhiben pre­
ferencias innatas por confiar en ciertas
b señales y ensayar determinados proce­
SIN COMIDA dimientos tienen más probabilidades
de ignorar señales espúreas y aprenden
ENTRENAMIENTO
antes que los animales carentes de tales
tendencias. La idea según la cual los
animales están programados de modo
innato para prestar atención a señales
específicas en contextos conductuales
específicos y para experimentar de de­
e terminada manera en otros contextos
presume que existe una relación, mu­
tuamente reforzadora, entre aprendi­
zaje e instinto. Relación que ayuda a
ENSAYO
explicar el fenómeno antaño descon­
certante de la impronta y a reconciliar
los enfoques adoptados por conductis­
tas y etólogos.

2. APARATO DE ENTRENAMIENTO Y ENSAYO que enseña a las abejas a posarse sobre blancos deter­ Aprendizaje instintivo
minados y comprueba su capacidad para recordar dichos blancos. A cada lado de una caja giratoria se
disponen parejas de blancos (arriba). Se cubre la caja de modo que sólo quede a la vista una pareja. Todos
de las abejas
los blancos disponen de un comedero en el centro, que puede llenarse con una solución azucarada. Para
La convergencia de ambas perspec­
adiestrar a la abeja, el investigador aporta comida a un blanco, pero no al otro; deja entonces que la abeja
se alimente de él (abajo, a). A fin de impedir que la abeja se limite a memorizar la localización del blanco que tivas nos la ilustran los procedimientos
tiene comida, se gira la caja y se la entrena para que tome el alimento de otra pareja de blancos, imagen de que se sirven las abejas melíferas en
especular de la primera (b). Cuando se ha dado de comer a la abeja unas 10 veces, se la somete a ensayo: se
su aprendizaje de las flores. Las abejas
gira la caja para que aparezca una pareja de blancos, en ninguno de los cuales hay comida (e), y se observa
sobre cuál de ellos va a posarse el animal en primera instancia. En ese aparato puede estudiarse la capacidad aprenden de suyo ciertas características
de la abeja para recordar rasgos tales como el color, el modelo, la forma y el olor de un blanco. florales antes que otras. Y lo que quizá

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resulte más significativo, cuando han aprenden el color de las flores. Menzel abejas les proporcionan intensas seña­
adquirido información acerca de una ha demostrado que, para que las abejas les químicas), pero no aprenderán en
flor, su modo de organizarse y referirse seleccionen un color frente a otro al­ qué dirección se encara una flor en la
a ese conocimiento es enteramente ins­ ternativo, en el 90 por ciento de los ca­ naturaleza.
tintivo. sos se requieren unas tres visitas de en­
Las abejas viven de recolectar néctar trenamiento a flores de ese color. Tras
Organización del conocimiento
y polen; esos alimentos esenciales se una decena de viajes de adiestra­
de las abejas
encuentran en las flores, que los ofre­ miento, escogen el color correcto en
cen para atraer a los insectos poliniza­ más del 95 por ciento de los intentos. Las señales que recuerdan acerca de
dores. Las abejas reconocen de manera Como ocurría con los olores, las abejas las flores -olor, color y modelo--, no
instintiva los objetos con forma de flor: no aprenden con igual rapidez todos los se fijan con la misma intensidad. Por
se posan espontáneamente sobre ob­ colores, y se conoce suficientemente la ejemplo, si a una abeja adiestrada para
jetos pequeños y de colores vistosos visión de las abejas para descartar la comer en un blanco triangular azul de
que presenten una elevada frecuencia posibilidad de que esa preferencia re­ olor a menta se le plantea la opción de
espacial, es decir, una elevada relación sulte de un sesgo en su capacidad de escoger entre un blanco triangular azul
de bordes a zonas no fragmentadas (la percibir los colores. de olor a naranja y otro circular ama­
frecuencia espacial de un objeto es alta Las abejas melíferas se hacen tam­ rillo de olor a menta, elegirá inevita­
si, por ejemplo, posee pétalos), y cen­ bién con las formas y las pautas de co­ blemente el blanco de olor a menta,
tros que (como el de una flor) absorban lor de las flores. Ahora bien, deben re­ aunque carezca del color y de la forma
la radiación ultravioleta y aparezcan petir las visitas de entrenamiento para con los que el animal se entrenó. Sólo
oscuros a los ojos de las abejas. alcanzar el nivel del 90 por ciento de si dos blancos tienen el mismo olor
Las abejas reconocen de manera in­ precisión a la hora de recordar la prestará especial atención al color o la
nata los objetos que guardan similitud forma; cinco o seis viajes les basta para forma; en esas condiciones el color
con las flores, pero deben aprender distinguir una "flor" cuadrada (un cua­ toma precedencia sobre la forma. Tal
cuáles de ellos es probable que conten­ drado de plástico con un comedero) de jerarquía corresponde a la fiabilidad
gan alimento. Las características flori­ otra triangular. relativa de las señales en la naturaleza.
formes iniciales constituyen un estí­ Como ocurre con el olor y el color, Por lo general, el olor de una flor es
mulo incondicionado: un conjunto de las abejas prefieren de suyo unas for­ constante, mientras que el color puede
estímulos producidos por la señal. Dis­ mas más que otras. En particular, pre­ palidecer o parecer distinto bajo dife­
paran las respuestas reflejas de posarse fieren los modelos recargados a los sen­ rentes condiciones de luz; la forma
y sondear con la trompa, comporta­ cillos. Hasta hace poco, la mayoría de puede alterarse por acción del viento y
mientos que corresponden a dos pro­ investigadores creía que las abejas no los herbívoros, e incluso cambiará se­
gramas motores innatos. Si un objeto recordaban "fotográficamente" los mo­ gún el ángulo de visión.
floriforme recompensa a la abeja con delos (a diferencia de los seres huma­ La jerarquía constituye un factor im­
comida, los rasgos específicos de la flor nos y de los vertebrados en general), portante en la organización de la me­
quizá se aprendan (dejen su impronta) sino como una lista de características moria, pero existe un elemento orga­
como estímulos condicionados. definitorias, como aquellos anuncios nizativo que la supera: la hora del día
sobre inmuebles que, en vez de foto­ a la que las flores proporcionan el néc­
grafías, presentan una relación verbal: tar. Las abejas tardan más en aprender
Olor y color
"Apartamento Costa Brava, tres habi­ a qué hora cada flor ofrecerá alimento
Lo primero que de una flor retienen taciones, dos baños, garaje indepen­ que el olor, el color o la forma. Mas en
las abejas melíferas es su olor. Von diente". Esas listas les permitirían dis­ cuanto la hayan retenido, esa infor­
Frisch demostró en los inicios de su ca­ tinguir entre especies de flores sin ne­ mación les permitirá organizar el uso
rrera que, cuando se ha entrenado a cesidad de un sistema nervioso central del resto de los recuerdos.
una abeja alimentándola en un come­ del tamaño y complejidad como el que Franz Josef Bogdany, de la Univer­
dero que despide un olor determinado, exige la memoria fotográfica. Sin em­ sidad de Würzburg, demostró con ni­
selecciona flores del mismo olor entre bargo, experimentos recientes realiza­ tidez el papel organizativo de la hora.
centenares de opciones. Randolf Men­ dos por uno de los autores (Gould) in­ Durante varios días entrenó un con­
zel, de la Universidad Libre de Berlín, dican que las abejas almacenan imá­ junto de recolectoras para que acudie­
demostró que una sola visita de entre­ genes de baja resolución de las flores. ran a alimentarse de dos comederos di­
namiento bastaba para enseñarle a es­ Retienen muchos datos sobre las flo­ ferentes y a distintas horas del día. Así,
coger el mismo olor el 90 por ciento de res, pero algunas señales no pueden al­ desde las 10 hasta las 11 de la mañana
las veces en visitas posteriores; con sólo macenarlas como parte de la memoria se les ofrecía alimento en un comedero
tres visitas de adiestramiento la tasa de floral por mucho que puedan enten­ triangular, azul, de olor a menta; desde
éxitos supera el 98 por ciento [véase derlas en otros contextos conductuales. las 11 hasta el mediodía se les presen­
"Aprendizaje y memoria de las abe­ Es notoria, por ejemplo, la exquisita taba otro circular, amarillo y de olor a
jas", por Randolf Menzel y Jochen Er­ sensibilidad de las abejas melíferas a la naranja, colocado en el mismo sitio que
ber; INVESTIGACIÓN Y CIENCIA, septiem­ luz polarizada (guiadas por la cual na­ ocupaba antes el azul. Cierto día pre­
bre de 1978]. Las abejas no aprenden vegan); a pesar de ello son incapaces de paró ambos comederos a las 9 de la ma­
todos los olores con igual facilidad; les aprender las pautas de polarización de ñana y observó una interesante pauta.
cuesta más los olores no florales, aun­ las flores. También son expertas en re­ Las recolectoras entrenadas empeza­
que se ignora si esa propensión se debe tener hacia qué dirección se encuentra ron a frecuentar el comedero azul hacia
a insensibilidad ante los olores inapro­ encarada una colmena (hasta el punto las 9:45. Durante una hora sólo toma­
piados o a que el recordarlos suponga de que si se gira la colmena 90 grados, ron alimento de ese comedero. Apro­
algún problema. la mayoría de recolectoras no atina a ximadamente a las 10:45 algunas se
Tras el olor, las abejas melíferas encontrar la entrada hasta que otras acercaron al amarillo y, hacia las 10:15,

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BLANCO CORRECTO BLANCO INCORRECTO
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3. BLANCOS que proporcionaron las pruebas de cómo las abejas recuerdan guir los blancos de una pareja sólo en el caso de que recuerden fotográficamente
las flores en instantáneas fotográficas y no como relaciones de características. ese blanco. Los animales retuvieron el blanco con el que se habían entrenado
Los blancos de cada pareja difieren entre sí sólo por la disposición de sus com­ salvo cuando era muy intrincado; puede que su memoria no tenga una resolución
ponentes (con frecuencia uno es la rotación de otro); por consiguiente, estarían suficientemente fina para distinguir tales blancos. Los que se muestran aquí
representados por listas idénticas de características. Las abejas podrán distin- constituyen tan sólo un ejemplo de los muchos utilizados en los experimentos.

en el comedero azul (todavía lleno de gulo, azul y de olor a menta, aprendie­ niobras evasivas en cuanto perciben los
alimento) no quedaba ni una sola ron el nuevo olor sin olvidar el color ni sonidos de alta frecuencia característi­
abeja. la forma. Según parece, la agenda re­ cos de los murciélagos cazadores.
Las abejas se comportan como si dis­ serva una casilla para cada señal; las ca­ Otros animales deben ser capaces de
pusieran de una agenda donde progra­ sillas se estructuran de tal manera que afinar más en su reconocimiento de los
man las visitas; a una misma hora no siempre pueden llenarse los espacios amigos y de los potenciales enemigos.
puede fijarse más de una cita. La re­ vacíos, pero basta cambiar una sola Las aves que anidan constituyen un
solución de la agenda es de unos 20 mi­ para que se borre el registro entero. buen ejemplo. Deben distinguir las
nutos; es decir, no pueden recordar dos Sugieren esos resultados que las abe­ aves inofensivas, como los petirrojos,
citas separadas por menos de 20 mi­ jas melíferas, guiadas hacia ciertos de las que, como los cuervos o arren­
nutos. Las abejas han logrado recordar blancos por señales reconocidas de dajos, van en busca de huevos y volan­
tantas citas cuantas los experimenta­ forma instintiva, memorizan rasgos es­ tones. La estrategia de "llenar los es­
dores han intentado enseñarles. R. pecíficos de los blancos y almacenan pacios vacíos" que adoptan las abejas
Koltermann, de la Universidad de ese recuerdo en un dispositivo de me­ en su trato con las flores resulta tam­
Frankfurt, ostenta la mejor marca: moria "preconfigurado" de índole je­ bién aplicable a ese tipo de aprendi­
nueve citas en ocho horas. rárquica. Las señales recordadas, la ra­ zaje.
Otro experimento de Bogdany re­ pidez con que se retiene cada señal y el Cuando las aves que anidan detectan
vela detalles más finos de la estructura modo de almacenar los datos memori­ la presencia de depredadores de nidos,
de la memoria de la abeja melífera. zados son, todas ellas, características atacan en masa, fenómeno que suele
Tras entrenarlas varios días a alimen­ innatas de la abeja. denominarse "ataque en tropel".
tarse de un comedero triangular, azul y ¿Cómo saben las aves a quién atacar en
de olor a menta se les presentó un co­ tropel y a quién ignorar? Eberhard Cu­
Identificación de los enemigos
medero triangular, azul y de olor a na­ rio, de la Universidad del Ruhr, ha de­
ranja. Las recolectoras tomaron nota A los animales no les basta con mostrado que el proceso de aprender a
del nuevo olor en una sola visita, pero aprender la localización del alimento. qué especies debe atacarse en tropel
olvidaron rápidamente el color y la Deben saber reconocer diversos tipos está guiado de manera innata.
forma, y ello pese a que estas dos úl­ de depredadores y enemigos, así como En los experimentos de Curio se
timas características no habían cam­ responder ante su presencia. Algunos mantenían grupos de aves (casi siempre
biado. Empero, cuando se les entrenó pueden limitarse a identificar una clase mirlos comunes europeos) en jaulas se­
para comer de un triángulo azul e ino­ muy general de depredadores. Las po­ paradas. Entre las jaulas se colocaba
doro y luego se les ofreció otro trián- lillas y los grillos en vuelo inician ma- una caja giratoria con cuatro compar-

50
timentos. Las aves de una jaula podían bre los cuartos traseros e inspeccionan puede desencadenarlo una cigüeña o la
ver el interior de uno de los comparti­ el terreno que les rodea. caída de una hoja. Las crías van apren­
mentos de la caja, mientras que las de Los totas jóvenes emiten instintiva­ diendo así qué especies provocan las
la otra veían un compartimento distinto mente llamadas de alarma en respuesta llamadas de los adultos. De ahí que los
[véase la ilustración 5]. Ambos grupos a una amplia, aunque específica, gama totas que crecen en una región apren­
quedaban uno a la vista del otro. de estímulos. En este sentido, cual­ dan a emitir gritos de alarma ante la
Curio empezó girando la caja central quier objeto de tamaño comprendido presencia amenazadora de papiones,
para presentar un ejemplar disecado de entre ciertos límites, y que se mueva en leopardos y cierta especie de águila,
melífago australiano (una especie ino­ un espacio libre con una velocidad an­ mientras que los de otra región quizá
fensiva) a cada jaula. Las aves no mos­ gular dada, provoca que los jóvenes lo hagan ante seres humanos, lobos
traron reacción alguna. Luego puso emitan la llamada del águila; grito que pintados y determinada especie de hal-
una lechuza disecada en uno de los
compartimentos y un melífago en el
OLOR A MENTA
otro. Al girar la caja para que los mo­
delos quedaran, respectivamente, a la
vista de uno de los conjuntos de aves, ENTRENAMIENTO
las de la jaula expuesta a la lechuza em­
pezaron a emitir el grito de ataque en
OLOR A
tropel innato de la especie y dieron . NARANJA
muestras de querer agredir al modelo.
OLOR
El otro grupo observó durante un mo­
A MENTA
mento el ataque en masa y luego, res­
pondiendo a ese potente conjunto de
estímulos provocados por la señal, in­
tentó también atacar al melífago dise­
cado, al tiempo que emitía el grito de
ENSAYO
o OLOR
ataque en tropel. A partir de entonces, A MENTA

ese grupo de aves siempre intentó ata­


OLOR A
car a los melífagos, una especie a la que NARANJA
nunca habían visto saquear ningún
nido. Curio comprobó que la aversión
infundada a los melífagos se transmitía ENSAYO
de una generación a otra. Las aves jó­
venes aprendían de sus padres a atacar OLOR
A MENTA
en masa a los melífagos. En experi­
mentos posteriores Curio llegó a ense­ OLOR
ñarles a esas aves a acudir en tropel A MENTA
contra botellas de detergente.

o
Existen fundadas razones para creer
ENSAYO
que, igual que en las aves, en muchas
especies de mamíferos actúan variacio­
OLOR
nes de esa estrategia de identificación A MENTA
de los enemigos. Quizá la versión más
compleja sea la de los monos tota, o OLOR
vervet. Como demostraron Robert M. A MENTA
Seyfarth, Dorothy L. Cheney (ambos
hoy en la Universidad de Pennsylvania)
ENSAYO

o
y uno de los autores (Marler), los totas
emiten gritos de alarma específicos OLOR
para cuatro tipos distintos de depre­ A MENTA
dadores: depredadores aéreos (águilas,
por ejemplo), depredadores cuadrú­ OLOR
A MENTA
pedos (por ejemplo, leopardos), pri­
mates depredadores (así babuinos) y
serpientes. Cada grito de alarma desen­ ENSAYO
cadena una respuesta distinta. Por
ejemplo, una alarma de águila insta a
los totas que se encuentren en el suelo
a correr hacia un refugio, y a que los
4. ESTRUCTURA JERARQUICA de la memoria de las abejas, según se reveló en una serie de ensayos. Se
que se encuentran en las copas expues­
las adiestró para que se posaran sobre triángulos azules, de olor a menta. Se confirmó el entrenamiento en
tas de los árboles se dejen caer como una prueba en la que prefirieron un triángulo azul y de olor a menta frente a un círculo amarillo y de olor a
piedras en el interior protector de las naranja, aunque ambos tenían pocillos llenos de comida. Luego se les ofreció un triángulo azul de olor a
naranja y un círculo amarillo de olor a menta. Eligieron este último, lo que evidenciaba que era más probable
ramas; los totas de los árboles ignoran
que las guiara el recuerdo de un olor que el de una forma o un color. Pruebas posteriores mostraron que las
el grito de serpiente, pero los que se abejas eran más propensas a fiarse del recuerdo de un color que del de una forma. Tal estructura de la
encuentran en el suelo se levantan so- memoria revela que el instinto guía el uso del conocimiento que la abeja adquiere mediante el aprendizaje.

51
eón. Como el que emplean las abejas
para memorizar rasgos florales, este
sistema innato resulta eficaz para re­

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f--
f--
'
1
tener información esencial de situacio­
nes predeciblemente impredecibles: ti­
pos de amenazas predecibles presen­
tadas por animales cuya especie exacta

no puede predecirse.

Aprendizaje del canto en las aves


2
El reconocimiento de los miembros
" de su propia especie, tarea obligada
\
\ para todo animal, requiere a menudo
1
1 un aprendizaje. Tal vez, el aspecto más

-- �1---
,1
--
1..11
!""
sugestivo y mejor comprendido
aprendizaje del reconocimiento espe­
cífico sea el relativo al canto de las
del

1-
aves. Todas poseen un repertorio de
l' una o dos docenas de llamadas, emiti­
1 1
das y reconocidas de manera innata.
Las llamadas no precisan ningún adies­
3
tramiento y pueden producirlas incluso
las que acaban de eclosionar y se han
"
\ criado en aislamiento. Hay especies
\
1
1
que disponen, asimismo, de pautas vo­
cales más complejas (cantos para atraer
•!1111
t--
t-- a la pareja y para defender el territo­
rio), que hasta cierto punto deben
aprender de los adultos de la misma es­
pecie.
El chingolo cejiblanco, estudiado
por uno de los autores (Marler), cons­
4 tituye un buen ejemplo al caso. Los
adultos emiten un canto de cortejo de
tres o de cuatro partes muy rico en de­
talle melódico. Cada individuo produce
un canto propio, pero la organización
del canto es común a la especie. El
canto que emiten los machos de chin­
golo cejiblanco se parecen (sin ser
idénticos) a los que se escuchan cerca
del lugar donde se criaron. (Existen
realmente dialectos locales.)
5 Los experimentos que contemplaban
una manipulación de la experiencia
sensorial de jóvenes chingolos han re­
velado importantes datos acerca de la
organización del proceso de aprendi-

•�
-
·� r--
1
1 5. COMPORTAMIENTO DE ATAQUE en tropel
\
\ del mirlo común europeo. Nos demuestra el modo
""
instintivo en que la especie aprende a distinguir los
depredadores. Entre las jaulas en que se hallaban
las aves se instaló una caja giratoria de cuatro cá­
maras (1). Cada mirlo veía sólo una cámara de la
caja, así como el interior de la jaula del otro indivi­
duo. Se empezó mostrando a cada sujeto un melífago
australiano disecado, especie esta inofensiva (2); los
pájaros no evidenciaron interés alguno. Seguida­
mente, a uno de los mirlos se le mostró una lechuza
disecada (ave depredadora) y al otro un melífago. El
mirlo al que se le presentó la lechuza intentó ahu­
yentarla y emitió el "grito de ataque en tropel" ca­
racterístico (3). El otro mirlo observó, primero (4),
y se sumó luego al comportamiento de ataque en tro­
pel. Había aprendido a atacar a los melífagos.
Cuando se les presentó melífagos a ambos mirlos (5),
uno enseñó al otro a atacar a los melífagos (6).

52
zaje del canto. Los pájaros mantenidos imitaciones reconocibles, que aparecen der a partir de grabaciones de su propia
en aislamiento auditivo, por ejemplo, al final del subcanto. Masakazu Ko­ especie o de grabaciones de la otra es­
empiezan a producir notas de canto y a nishi, hoy en el Instituto de Tecnología pecie. Como se esperaba, se adiestra­
experimentar con ellas cuando alcan­ de California, ha demostrado que, ron casi exclusivamente en las graba­
zan aproximadamente el mes de edad. cuando un macho joven de chingolo ce­ ciones de su propia especie. Sin em­
Ese período de experimentación, co­ jiblanco que ha presenciado los cantos bargo, no carecían de importancia
nocido como subcanto, sufre altibajos de la misma especie se ensordece antes aquellos c'asos en los que el canto
durante unos dos meses. Cuando el ave de la cristalización, no llega jamás a in­ aprendido era el de la otra especie: de­
cuenta unos 100 días, "cristaliza" su terpretar sonidos melódicos, ni siquiera mostraban que las aves estaban dota­
canto en una forma que no cambiará ya el canto innato. Por lo que parece, el das para cantar la tonada ajena, y que
de modo significativo; el canto es muy ave debe experimentar con el pico, si­ la tendencia normal a no aprender el
esquemático, pero posee muchos de los ringe y músculos pulmonares, oír los canto de otra especie era fruto de la es­
rasgos fundamentales de los del ceji­ sonidos que resultan de diversas ma­ casa atención que los pájaros le pres­
blanco adulto normal. Demuestran los nipulaciones e intentar que se ajusten taban, y no de su incapacidad de re­
experimentos que el polluelo nace con a su registro mental. Durante el pro­ producirlos.
un canto básico innato, que aprende a greso desde el subcanto hasta la cris­ Para proseguir la investigación del
desarrollar durante su crianza en la na­ talización, el ave moldea el canto para papel que correspondía a los diversos
turaleza. que se acomode al registro almacenado aspectos de la estructura del canto en
En otro experimento reproducía­ en su cerebro; y ello, tanto si el registro las preferencias de aprendizaje, mez­
mos, ante pájaros jóvenes aislados, es el canto innato y tosco como si se clamos cantos sintéticos de entrena­
cantos de otras especies registrados en trata de un canto memorizado durante miento de estructuras distintas y los re­
cinta magnetofónica. Su efecto sobre el el período de sensibilidad. Konishi en­ produjimos ante individuos jóvenes de
canto final, cristalizado, era escaso contró que, por la época en que el ave ambas especies. En ese contexto, fa­
(aunque Luis Baptista, de la Academia ha cristalizado su tonada, el cantar le bricamos un canto a partir de la repe­
de Ciencias de California, ha demos­ resulta un proceso tan rutinario que en­ tición lenta y uniforme de sílabas de
trado que un preceptor puede a veces sordecerlo no sirve para nada. chingolito melodio y otro a partir de la
adoctrinar con éxito a los jóvenes chin­ repetición lenta y uniforme de sílabas
golos cejiblancos). En cambio, cuando de chingolito de pantano. El ritmo de
Las señales del canto del ave
reproducíamos un popurrí de grabacio­ las tonadas correspondía al del canto
adulta
nes magnetofónicas, intercalando entre del chingolito de pantano. Los chin­
ellas una del canto genuino de ceji­ ¿Cómo distinguen las jóvenes cano­ golitos de pantano aprendieron pronto
blanco, los jóvenes machos lograban ras el canto de su propia especie en el el canto uniforme con sílabas de chin­
entresacar la melodía de chingolo ce­ mundo de sonidos que las rodea? ¿En golito de pantano, pero no el otro; los
jiblanco y aprendían a entonar una imi­ qué señales específicas se basan los melodios retuvieron sólo el canto con
tación tolerable. Para que la imitación chingolos para escoger la tonada que sílabas de chingolito melodio. Resul­
fuera perfecta, los pájaros debían es­ deben aprender? Uno de los autores tados que venían a indicar que las se­
cuchar el canto antes de alcanzar las (Marler) y sus colegas han investigado ñales clave se encontraban en las síla­
siete semanas de edad, aproximada­ esa cuestión en experimentos con chin­ bas.
mente. (El período real depende de las golitos de pantano y chingolitos melo­ Del experimento no se podía inferir
condiciones experimentales.) La "ven­ dios, dos especies que anidan lo sufi­ la importancia del ritmo y de la estruc­
tana" de aprendizaje (es decir, el pe­ cientemente cerca una de otra para oír tura de la frase. Y por eso sintetizamos
ríodo en el que el impulso a aprender sus cantos respectivos. varios cantos más. Las nuevas tonadas
es alto) se denomina período de sensi­ De las dos, los chingolitos de pan­ se crearon a partir de sílabas de ambas
bilidad. tano tienen el canto más sencillo. especies, pero organizándolas según di­
En su conjunto, esos experimentos Consta de una serie única de sílabas re­ versas pautas. Algunas pautas corres­
prueban que el aprendizaje del dialecto petidas de manera regular; los tipos de pondían a las del chingolito de pantano
canoro local en el chingolo cejiblanco sílabas varían según los temas, entre in­ y otras a las del melodio.
está controlado de manera innata, es dividuos y entre regiones. El canto del Por ejemplo, uno de los cantos cons­
irreversible y se halla restringido a un chingolito melodio es más complejo; taba de sílabas de chingolito de pan­
período de sensibilidad: y tales son consta de cuatro tipos de sílabas, por lo tano y presentaba el ritmo acelerado de
exactamente las características de la menos, que a menudo comienzan con ejecución característico de los melo­
impronta clásica. A partir de la forma un gorjeo acelerado. Aunque los can­ dios. ¿Rechazarían el canto los jóvenes
innata, el macho joven se apoya en se­ tos innatos de ambas especies reflejan chingolitos de pantano a causa del
ñales reconocidas, también congénita­ algunas de esas diferencias estructura­ ritmo extraño, o lo aceptarían porque
mente, para comenzar el proceso de les, las sílabas a partir de las cuales se sus estímulos provocados por la señal
aprendizaje, y aprende luego a imitar construyen los cantos innatos son mu­ (las sílabas) eran los correctos? ¿Emi­
el canto que ha memorizado, más com­ cho más simples. tirían un canto de ritmo anormal?
plejo. Las señales auditivas que guían el Aprendieron las sílabas del canto, pero
El proceso real de desarrollo de la aprendizaje pueden ser los elementos en su trino cambiaron el ritmo, de tal
variante del dialecto local que elabore de las propias sílabas, los elementos de manera que las sílabas retenidas co­
el ave parece seguir un curso de ensayo la estructura del ritmo y de la frase o rrespondían al ritmo constante, típico
y error. En el caso del chingolo ceji­ bien ambos. Nuestro primer paso para de su especie.
blanco, pueden pasar semanas o meses determinar la importancia relativa de En otra variante elaboramos cantos
entre el final del período de sensibili­ dichos elementos consistió en ofrecer a de estructura más afín todavía a los de
dad (durante el cual el ave memoriza el chingolos de ambas especies, criados los chingolitos melodios. Las tonadas
canto) y sus primeros escarceos con en cautividad, la oportunidad de apren- tenían dos segmentos; cada uno cons-

53
B
ADQUISICION DE LA ENSAYO Y

2 ------� ·---
MEMORIA DEL CANTO ALMACENAMIENTO ESTABILIZACION
---� ----�·
¡j
w
PERIODO SENSIBLE
50 DIAS 100 DIAS 150 DIAS

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, \ \ r-
1
CANTO DEL \ t/.'0

" n \ \ \-\-\ _
'_

CHINGOLO CEJIBLANCO
- - - - - L_�----___ _ \ .___,
. ! ��!!l�f,'l SUBCANTO CANTO CRISTALIZADO
•.

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CANTO DEL

b
CHINGOLITO MELODIO

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CANTO DEL
. � f---1---->� !'-_--- -·,_ -_ _""'_· -----�-' - -----1'-:--- ::-� _ ,._ ·_·_·_-____J
SUBCANTO
-
CANTO CRISTALIZADO
CHINGOLITO MELODIO

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'---- -· -
_ _

SIN CANTO SUBCANTO CANTO CRISTALIZADO

d
MACHO JOVEN ENSORDECIDO
,
.... - - - - - - �L-·-' '_ _. _,_
· '_· :_:,_. ·_4_·� --� ,� •_;.'_ ---'
'

CANTO DEL SUBCANTO CANTO CRISTALIZADO


CHINGOLO CEJIBLANCO

6. APRENDIZAJE DEL CANTO en el chingolo cejiblanco, objeto de detenida emite un canto cristalizado muy similar al del chingolo cejiblanco que haya oído.
investigación por parte de uno de los autores (Marler). Ese adiestramiento mues­ Si se le reproduce sólo una cinta de canto de chingolito melodio (b), no aprenderá
tra una gran especificidad: los jóvenes chingolos macho pueden identificar ins­ el canto: logra superar el subcanto, pero su tonada final cristalizada no se parece
tintivamente y aprender de forma preferente el canto de su propia especie. Si a ni al canto del chingolito melodio ni al del cejiblanco. Tampoco aprenden me­
un joven macho de chingolo cejiblanco se le reproducen grabaciones en cinta lodía alguna las aves a las que se priva de oír los cantos (e). Si el joven chingolo
magnética de cantos de cejiblancos adultos y de cantos de adultos de chingolitos oye un canto de chingolo cejiblanco pero se le ensordece antes de que empiece
melodios (a), tras un período de experimentación conocido como de subcanto, el subcanto (d), es incapaz de aprender cómo reproducir el canto que oyó.

taba de un tipo distinto de sílaba y en Se demostró en esos experimentos ter D. Eimas; INVESTIGACIÓN Y CIENCIA,
uno de esos segmentos las sílabas se que aunque el chingolito melodio y el marzo de 1985]; es decir, un par largo
emitían a ritmo acelerado. Cuando los de pantano están estrechamente em­ de docenas de emisiones. La capacidad
cantos se formaron a partir de diferen­ parentados, difieren los mecanismos innata de identificar estímulos produ­
tes tipos de sílabas de chingolito de innatos que controlan el aprendizaje en cidos por señales, presentes en las con­
pantano, los jóvenes chingolitos de las dos especies. No cabe duda de que, sonantes, confiere varias ventajas: per­
pantano aprendieron a emitir una re­ a su manera, el chingolo cejiblanco mite que el niño ignore un mundo lleno
petición uniforme de uno de los dos ti­ también es un caso único. de estímulos auditivos irrelevantes para
pos de sílabas, independientemente de concentrarse en los sonidos del habla;
la pauta temporal en la que se habían
Aprendizaje del habla en los hace arrancar al niño en la ruta co­
presentado esas sílabas. Por consi­
humanos rrecta del aprendizaje de la decodifi­
guiente, en su búsqueda de señales los cación de las múltiples capas de signi­
chingolitos de pantano parecían con­ El aprendizaje del canto en las aves ficado enterradas en los sonidos del ha­
centrarse por entero en la estructura si­ presenta numerosos paralelismos con bla, inmensamente complejos y varia­
lábica; prestaban muy poca atención a el aprendizaje del habla en los huma­ bles, y aporta una norma interna que el
la organización global del canto. nos. En los chingolitos de pantano, el niño utilizará a la hora de juzgar y mol­
Distinto era el caso de los chingolitos aprendizaje del canto presupone el re­ dear los sonidos del habla.
melodios. Aceptaban con más facilidad conocimiento innato de determinados Otro aspecto del aprendizaje del ha­
las sílabas ajenas del chingolito de pan­ elementos de las sílabas específicas de bla humana se asemeja a la fase de sub­
tano si se presentaban en pautas de la especie. Se dispone hoy de pruebas canto, período este en el que las aves
canto con estructuras de frase comple­ suficientes de que los infantes humanos de especies que aprenden a cantar em­
jas (pero rechazaban las sílabas del reconocen, de forma innata, la mayoría piezan a ensayar con la producción de
chingolito de pantano cuando éstas se de los sonidos consonantes caracterís­ sonidos. La fase de subcanto comienza
emitían a ritmo uniforme). Los dos ticos del habla humana, si no todos, in­ a su debido tiempo, aun cuando se
atributos (tipo de sílaba y estructura cluidas consonantes ajenas al lenguaje haya ensordecido al ave. (No importa
sintáctica) parecían ejercer efectos adi­ de su entorno [véase "Percepción del que esas aves saquen provecho alguno
tivos. habla en la primera infancia", por Pe- de su experimentación vocal.) Los ni-

54
ños atraviesan también una fase de bal­ CANTOS NATURALES
buceo, en la que desarrollan, por en­ CHINGOLITOS DE PANTANO CHINGOLITOS MELODIOS
<(­ 10.-------� <(-
-N 10
sayo y error, la capacidad de producir -N
Üf­ Üf-
za: za:
el conjunto de consonantes de su len­ ww
:iJII\ilnilllili\1111111111ili\¡ij
ww • ' """11 1

..
s :::>I 5 -
guaje. Al igual que en.las aves, el bal­
:::>I
üO � 1 d' 1 \))l\1\l
üO W....J
W....J
buceo empieza y termina a su debido
8:� QL-�--�--L-�--� 8:� o
tiempo, también en los niños sordos. o 2 o 2
Las aves poseen una estructura in­ TIEMPO (SEGUNDOS) TIEMPO (SEGUNDOS)
nata, como si de un molde se tratara, <(­ 1 0.-------, <(-
-N 10
-N
Üf­ Üf-
que especifica las reglas de producción za: za:
• . . .
ww ww ��... ,1,1 ·' ,1
de sílabas en el canto. En una escala
enormemente distinta, existen buenas
:::>I
üO
W....J
:::>I
üO
W....J
5
.1 1 1 1
· · ·' \111 -

razones para creer que los ritmos en los 8:� QL--.JL---L--.JL..--.JL----' 8:� o
o 2 o 1 2
que se agrupan las palabras y las frases
TIEMPO (SEGUNDOS) TIEMPO (SEGUNDOS)
del habla y el conjunto de reglas co­
nocido como gramática (en particular
CANTOS SINTETICOS
la división de los términos en las cate­ DE ENTRENAMIENTO
gorías de nombres, verbos, adjetivos y
GENERADO A PARTIR DE
adverbios) son, en algún nivel pro­
SILABAS DE CHINGOLITO
fundo, también innatos. Esa noción, DE PANTANO
sostenida de modo especialmente per- a
suasivo por Noam Chomsky, del Insti­ CANTOS APRENDIDOS POR
JOVENES CHINGOLITOS
tuto de Tecnología de Massachusetts, DE PANTANO
quizás explique por qué el aprendizaje
GENERADO A PARTIR DE
, \' \' \1 \L 11 \'
del habla se desarrolla de manera tan
SILABAS DE CHINGOLITO
sencilla en comparación con el apren­ MELODIO �� X � \ � � �
dizaje de tareas más simples, como son
la adición y la sustracción.

Aprendizaje complejo
Aunque gran parte del aprendizaje
animal (y probablemente una parte del b
humano mayor de lo que se sospecha)
está guiada de modo innato por pro­ ')\ 'J\ 'J\ 'J\ 'J\ 'J) 'J\ 'J\
gramas de aprendizaje, resulta evi­
dente que una fracción extensa del
'¡\'¡\'}., j\ '¡\ ¡\'¡\ '¡\ '¡\
1 1

comportamiento del humano se resiste


a explicaciones tan simples. Por ejem­
plo, imaginar una solución antes de ex­
J .1 .1 .1 .1 .1 .1
plorarla físicamente constituye un com­
portamiento que escapa a las dos for­
mas tradicionales de aprendizaje que
e
estudiaron los conductistas de primera
hora. Ese tipo de aprendizaje, de en­ tl·.lttl:r.\:\:h' '·' '·' '.'
sayo y error cognitivos, por decirlo con
su tecnicismo al uso, se acerca mucho
más que el aprendizaje programado a
lo que intuitivamente se entiende por
inteligencia. Requiere la capacidad de
rememorar y combinar fragmentos se­
parados de información aprendida y, a
partir de esa recombinación mental, 7. CANTOS SINTETICOS utilizados para identificar las señales en las que se basan los jóvenes chingolitos
formular nuevas soluciones de compor­ de pantano para determinar el canto de su propia especie. El canto natural del chingolito de pantano (a"iba,
tamiento. a la izquierda; se muestran dos cantos porque cada ejemplar lo tiene distinto) consta de una sílaba repetida a
ritmo uniforme. El canto del chingolito melodio (a"iba, a la derecha) consta de varias sílabas, que empiezan
El primer indicio de que los animales
con un gorjeo acelerado. En una pareja de cantos sintéticos (a), ambas tonadas poseían el ritmo uniforme
poseían esa capacidad se recabó en de los cantos del chingolito de pantano, pero uno se había elaborado a partir de sílabas de ese chingolito y el
1948, en una serie de experimentos rea­ otro a partir de sílabas del chingolito melodio. Como era de esperar, los chingolitos de pantano aprendieron

lizados por Edward C. Tolman, de la el canto formado a partir de sílabas del chingolito de pantano. En otra pareja (b), los cantos constaban de
nuevo de una sola sílaba, pero ésta se repetía a ritmo acelerado; en un canto la sílaba era del chingolito de
Universidad de California en Berkeley.
pantano y, en el otro, del canto del chingolito melodio. Los chingolitos de pantano aprendieron la sílaba del
En un ensayo Tolman introdujo ratas chingolito de pantano y reestructuraron el compás para que se ajustara al canto natural de esa especie. En
en un laberinto con dos metas, una caja otra pareja (e), los cantos constaban de dos sílabas, dispuestas como lo estarían en un canto de chingolito
melodio; también aquí una tonada constaba de sílabas de chingolito de pantano y la otra de sílabas de chin­
blanca y otra negra, ambas con comida;
golito melodio. Los jóvenes chingolitos de pantano aprendieron una de las sílabas del canto generado a par­
explorado el laberinto, las ratas apren­ tir de sílabas de chingolito de pantano y la emitieron a su ritmo característico. Los jóvenes chingolitos de pan­
dieron las rutas hacia ambas cajas y las tano fían en señales de las sílabas a la hora de determinar el canto que les corresponde aprender.

55
escogían con igual frecuencia. Segui­ recordaban que una ruta conducía a Universidad estatal de Nueva York en
damente Tolman llevó a las ratas a otra una de ellas. Descubrió también que Stony Brook, la ha encontrado también
habitación, donde había puesto una las ratas eran capaces de trazar mapas en chimpancés cautivos; John R.
caja negra y otra blanca, una aliado de mentales de zonas familiares y, a partir Krebs, de la Universidad de Oxford, y
otra; las ratas que entraban en la caja de ellos, planear nuevas rutas. El ha­ Sara J. Shettleworth, de la Universidad
negra recibían descargas eléctricas. Al llazgo de Tolman lo confirmó luego de Toronto, han demostrado que las
día siguiente, al soltar de nuevo las ra­ David S. Olton, de la Universidad aves que ocultan semillas pueden trazar
tas en el laberinto, sólo entraron en la Johns Hopkins [véase "Memoria espa­ mapas cognitivos que registran las lo­
caja blanca. Tolman concluyó que las cial", por David S. Olton; INVESTIGA­ calizaciones de centenares de semillas
ratas habían combinado información CIÓN Y CIENCIA, agosto de 1977]. escondidas [véase "La memoria de las
de dos experimentos enteramente di­ La capacidad de trazar mapas no se aves que acaparan alimento", por Sara
ferentes; habían efectuado una gene­ restringe en absoluto a las ratas y a los J. Shettleworth; INVESTIGACIÓN Y CIEN­
ralización acerca de las cajas negras y seres humanos. Emil W. Menzel, de la CIA, mayo de 1983].

Mapas y categorías mentales



\ Empeñado en determinar hasta qué
\
punto es común esa compleja capaci­
\
\ dad cognitiva, uno de los autores
\ (Gould) investigó si las abejas melífe­
\ ras se servían también de mapas men­
\ tales. Cuando las abejas viajan si­
guiendo una ruta familiar, se orientan
por hitos prominentes. La explicación
usual de la utüización de los hitos por
parte de las abejas apela al recuerdo de
los mismos: memorizan la serie de ellos
que han encontrado a lo largo de la
BOSQUE
/ ruta que les lleva hasta cierto lugar y
CAMPO ABIERTO /
/ establecen, respecto de esos hitos, una
/ referencia comparable a la de Pulgar­
/
/ cito respecto del rastro de migas de
BOSQUE
/ pan. En ese caso, las abejas ignorarían
/
por completo la relación espacial que
/ pudieran guardar el conjunto de hitos
/
/ que conduce a un lugar y el conjunto
/ que lleva a cualquier otro sitio.
/
/ Sometimos a ensayo ese modo de na­
/
/ vegación para comprobar si era el se­
/ guido o, por el contrario, si las abejas
/
inscribían los hitos en un mapa mental
de su territorio. Adiestramos varias
o 25 50
abejas para que comieran en una zona;
METROS al cabo de unos días, las capturamos
cuando volaban de la colmena a aque­
8. CAPACIDAD DE LAS ABEJAS para trazar ma­
lla zona, trasladándolas (a oscuras) a
pas mentales, en vez de limitarse a recordar las rutas otro lugar.
como sucesiones de hitos; se demostró en experi­ Entendíamos que, al soltarlas en el
mentos en los que se las adiestró para que comieran
nuevo entorno, podían adoptar varios
en un lugar específico (arriba). Pasado el período de
entrenamiento se capturó cierto número de ellas procederes. Quizá se sintieran deso­
cuando abandonaban la colmena camino del sus­ rientadas y volaran al azar. O tal vez no
·tento. Se las llevó, a oscuras, a otro lugar (derecha), advirtieran que se las había despla­
RUMBOS •
donde fueron soltadas. Si las abejas no hubieran ad­
SEGUIDOS zado, en cuyo caso volarían siguiendo
vertido su nuevo entorno, habrían volado siguiendo

\ MEDIA PONDERADA el rumbo que en circunstancias normales las hubiera el rumbo habitual que las llevaba al lu­
• •
.• . DE LOS RUMBOS llevado desde la colmena hasta el lugar de alimen­ gar de alimentación desde la colmena.
• . .
•• • • SEGUIDOS tación (jlecha a trazos de color claro). Si las abejas re­
• • Si sólo podían navegar siguiendo hitos
cordaran las rutas sólo rememorando series de hitos,
- ::

habrían seguido esos hitos de vuelta a la colmena y específicos, reconocerían los que ro­
habrían volado de ella al lugar de alimentación (jle­ deaban la nueva localización como

• cha a trazos de color oscuro). Por el contrario, las parte de una ruta distinta de la que se­
• abejas se valieron de su conocimiento del conjunto
de la zona para diseñar una nueva ruta, que iba di­
guían cuando se las capturó; entonces
DIRECCION DEL rectamente del lugar de suelta al de alimentación tomarían esa ruta de vuelta a la col­
LUGAR DE SUELTA (jlecha continua de color).

La capacidad que mues­ mena y desde ella volarían hasta el lu­
AL DE ALIMENTACION tran las abejas para trazar mapas revela que incluso
gar de alimentación. Finalmente, si las
los animales con facultades mentales limitadas están
equipados instintivamente para manipular y rela­ abejas poseían mapas cognitivos, de­
cionar fragmentos de información aprendida. berían ser capaces de determinar

56
dónde se hallaban en relación al lugar sistema: sus víctimas a veces pierden
de alimentación y seleccionar el rumbo una categoría entera de términos, por
adecuado para alcanzar la comida, aun­ ejemplo los nombres de flores.
que no hubieran volado antes desde la Parece, asimismo, razonable propo­
colmena hasta el lugar de alimentación ner que el impulso para categorizar sea
dando ese rodeo. innato, cuando menos en algunas es­
¿Qué descubrimos? Las abejas si­ pecies. Quizás esa capacidad de cons­
guieron, en su gran mayoría, la última truir y manipular categorías subyaga a
de esas opciones: cuando la zona a la la capacidad de los animales para rea­
que se las había transportado se encon­ lizar ensayos y errores cognitivos, es
traba dentro de su área de distribución decir, para evaluar opciones y formular
local (los cuatro kilómetros cuadrados planes simples.
que rodeaban la colmena), volaban di­
rectamente hacia el lugar de alimenta­
Una nueva síntesis
ción. Parece, por tanto, que para las
abejas la elaboración de un mapa cog­ La imagen que se desprende hoy del
nitivo forma parte innata del aprendi­ aprendizaje en los animales se aparta
zaje de la ruta. en cuestiones fundamentales de la que
Otra capacidad compleja implícita se tenía en los primeros tiempos del
en el proceso de aprendizaje es la for­ conductismo, cuando se suponía que
mación de conceptos y categorías abs­ los animales estaban limitados a apren­
tractos. ¿La poseen los animales? Un der por reflejos condicionados y refle­
sugerente atisbo se desprende del tra­ jos operativos y se esperaba que fueran
bajo de Richard J. Herrnstein, de la capaces de adquirir cualquier asocia­
Universidad de Harvard. Mostró miles ción o comportamiento a través de esos
de diapositivas a palomas criadas en el procesos. Se entiende hoy que buena
laboratorio, a las que recompensaba parte del aprendizaje, aun cuando se
cuando picoteaban las diapositivas funde en los reflejos, está especializado
donde aparecía algún tipo específico de en el dominio de tareas que el animal
objeto, por ejemplo un árbol; por su­ se halla pronto a acometer. Los ani­
puesto, las palomas no habían visto males están equipados congénitamente
nunca un árbol verdadero. Las aves para reconocer cuándo deben apren­
aprendieron la tarea bastante pronto, der, a qué señales prestar atención,
lo que induce a pensar que poseían una cómo almacenar la nueva información
fuerte disposición innata a establecer y qué referencias deben establecer con
categorías conceptuales generales. ella en el futuro. La propia capacidad
Cuando, posteriormente, se les mostró de categorizar y realizar ensayos y erro­
diapositivas que presentaban nuevas res cognitivos, procesos que pueden ser
especies de árboles, picoteaban con de­ de utilidad a los invertebrados superio­
cisión las diapositivas con árboles; en­ res, quizá dependa de una guía y es­
tre estas últimas había algunas que los pecialización innatas (especialización
experimentadores creyeron antes des­ que permite al carbonero, con su mi­
provistas de ellos. Los errores ocasio­ núsculo cerebro, recordar la localiza­
nales de las aves también resultaron re­ ción de cientos de semillas escondidas,
veladores: a veces identificaban postes mientras que los seres humanos empie­
de teléfonos y antenas de televisión con zan a olvidarlas en cuanto han ocultado
árboles. una docena escasa).
Los estudiosos de la adquisición del Esa perspectiva nos permite obser­
lenguaje humano saben desde hace var que los animales son listos en aque­
tiempo que los niños establecen auto­ llos aspectos que la selección natural ha
máticamente categorías conceptuales favorecido y necios cuando su estilo de
para las palabras que van aprendiendo. vida no requiere un programa de
Sillas, mesas y lámparas se organizan aprendizaje a la medida. La especie hu­
en la categoría de "muebles", y la ca­ mana se muestra diligente en los hábi­
tegoría de "sillas" se subdivide en ca­ tos adaptativos que le son propios y
tegorías subordinadas, como mecedo­ embarazosamente estúpida en otros.
ras y sillones. Tal categorización es La idea de que el aprendizaje humano
esencial para la rápida adquisición de evolucionó a partir de unos pocos pro­
términos; y resulta probable que el al­ cesos, bien ilustrados en otros anima­
macenamiento de las palabras en el ce­ les, para adaptarse a las necesidades es­
rebro se organice como un sistema de pecíficas de la especie humana, con­
archivo por categorías. Los efectos de fiere una nueva unidad al estudio del
ataques apopléjicos leves, que pueden comportamiento animal y aporta una
dañar irreversiblemente pequeñas re­ nueva esperanza para desentrañar los
giones del cerebro, parecen reflejar ese orígenes del hombre.

57

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