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CONDUCTISMO
¿No parece absurdo que una escuela psicológica prescinda de la conciencia y del pensamiento?
Para los conductistas, la “caja negra” del cerebro es inexplorable
Klaus-Jürgen Bruder
walter w. boyd
martillo un tubo de hierro que estaba te, sino también el modo de interpretar
situado justo detrás de la cabeza del pe- la conducta ajena. Mas para Watson y
queño. Las secuelas fueron dramáticas: sus colegas era claro que, así como nadie
si al cabo de unos días se ponía la rata puede observar un pensamiento, sobra
frente al niño, a éste le entraba pánico y especular acerca de la naturaleza del in- 4. IVAN PETROVICH PAVLOV (1849-1936)
se alejaba de la rata. Tras ulteriores fases consciente. recibió en 1904 el premio Nobel de medici-
de condicionamiento bastaba enseñar- En cuanto defensores de una ética de na “en reconocimiento a su trabajo sobre la
le el roedor desde lejos para que el crío investigación propia de las ciencias fisiología de la digestión”.
rompiera a llorar. de la naturaleza, a los conductistas les
Por supuesto que hoy sería impensable importaba sobre todo la previsión de la Burrhus Frederic Skinner (1904-1990),
maltratar de esta forma a un niño en un conducta; con la intención declarada de de la Universidad de Harvard, caracterizó
laboratorio. Watson y sus colegas se pro- controlarla y encauzarla por vías social- el desarrollo de la psicología del apren-
ponían con su experimento, controverti- mente saludables. Watson consideraba dizaje hasta bien entrados los años se-
do ya en su época, explicar el origen de que la psique y el carácter de una per- senta. Esbozó en su novela Walden Dos
los miedos. Concibieron su relato sobre el sona eran moldeables, como un “trozo (1948) una especie de utopía social be-
“pequeño Albert” como contraproyecto de arcilla”. haviorista. Según Skinner, sólo se puede
alcanzar una comunidad que funcione y
el máximo de felicidad individual, si se
“Denme una docena de niños y, con independencia de siguen las leyes del condicionamiento.
Sería determinante reforzar la conducta
sus talentos y procedencias, los convertiré en artistas y
correcta con una recompensa y, en caso
científicos o, por el contrario, en mendigos y ladrones.” necesario, borrar la equivocada con una
John B. Watson sanción.
Para ello se requería algo más que
el condicionamiento clásico estudiado
al clásico estudio de Freud “El pequeño El behaviorista afirmaba que bastaba por Pavlov y Watson. Skinner amplió
Hans”, en el que el iniciador del psicoa- que le dieran una docena de niños sanos el concepto con una variante impor-
nálisis describía la historia de un niño y que él haría de ellos, con independen- tante: en su dispositivo experimental
de seis años, que sentía un pánico an- cia de sus talentos, inclinaciones y proce- más celebrado, la “caja de Skinner”, se
gustioso a los caballos. Según se sabe, el dencia, o bien unos artistas y científicos premiaba con comida a un animal de
psicoanalista dedujo que Hans sufría un o, por el contrario, unos pordioseros y laboratorio por realizar un comporta-
complejo de Edipo (la fobia a los caballos ladrones. Para lograrlo sólo se requería miento determinado; por ejemplo, ac-
era un mero síntoma de un miedo escon- criar a los niños en un ambiente y en- cionar una palanca. Si el resultado regis-
dido al padre, a quien el chico hubiera torno adecuados. En este supuesto se en- trado se hallaba estrechamente ligado
querido quitar de en medio para poseer cierra una auténtica bomba política, pues a ulteriores condiciones, tales como la
él solo a la madre). hace responsable del destino del indivi- parada en un lugar concreto de la jaula
Watson rehusaba especular acerca duo al medio. Numerosos conductistas se o un diseño temporal del presionar la
de pensamientos reprimidos o deseos de empeñaron en configurar ese entorno de palanca, entonces el director del expe-
incesto. Se puede explicar el desajuste manera que se manifestaran las mejores rimento lograba poco a poco entrenar
mucho más fácilmente por experiencias disposiciones de la persona. al animal en nuevas acciones, que antes
Críticas a la “psicología de ratas” al mero pasar el tiempo y, en una terce- Bibliografia complementaria
A partir de los años sesenta esos con- ra, como acicate motivador para otros.
ceptos fueron cayendo en desgracia y No es, pues, decisiva per se la conducta, P sychology as the Behaviorist Views it.
denostados con expresiones del tipo sino cómo la valora la persona y qué J. B. Watson en Psychological Review,
“psicología de ratas”. Según numerosos conclusiones extrae. Eso desempeña en vol 20, págs. 158-177; 1913.
críticos, en el mejor de los casos, ayu- el aprendizaje por observación una fun-
darían a la estabilización de relaciones ción mucho mayor que el mero patrón C on di t i oned E mot i on al R e act ions .
sociales insatisfactorias. Skinner res- estímulo-respuesta. J. B. Watson, R. Rayner en Journal of
pondía en su libro Más allá de la libertad A lo largo de los años setenta volvie- Experimental Psychology, vol. 3, pág.
y la dignidad (1971): en último término ron a entrar en la psicología el pensa- 114; 1920.
la conducta será controlada siempre, y miento y la conciencia. Aconteció en la