Está en la página 1de 4

1.

En su versión actual, Solow (1979) ofrece una primera aproximación al


salario de eficiencia. Para su obtención, define la función de producción
de la empresa como q= q (n, L), denominando “q” al volumen de
producción de la empresa, “L” al número de trabajadores y “n’ a la
productividad. Esta, a su vez, depende del salario real “w”, con lo que se
introduce la relación salario productividad en la función de producción. El
beneficio de la empresa se determina mediante la expresión: B = Pq Q
(W>L) – wL
2. Además de afirmar que la productividad del trabajo se basa en la
capacidad de los trabajadores y en el capital invertido de las empresas.
Esta vez la teoría de los salarios de eficiencia tratan de explicar porque
en algunos países existe el desempleo a pesar de encontrarse a muchas
personas tratando de encontrar un trabajo, esto desde un punto de vista
del salario, siendo así este ultimo de quien además dependería la
productividad del trabajo. Esta teoría enfatiza en que los salarios más
altos por encina del salario de equilibrio incrementan la productividad del
trabajador. Es por esta razón algunas empresas ofrecen un salario por
encima del nivel de equilibrio del mercado con el fin de elevar esta
productividad en los trabajadores. (incentivo para que se esfuercen más)

U
TP
C
V
E
IN
O
S
R
M
A
D
L
Y
IN V
MA
TIL ID
U
NU
S N
ER
OR
Y
O

A ES
AS
EV
EI S
ES
AUEV
MN TO
N
S D
A E EL EV
A
OC
R
P N
M EN
U
SA

IO
U
D
C P
A
LA ED
N
TLA

IO
R O
C
A
EIS
D
M ID
N SU
O
C
A
OD
Y
MO
ER

La información asimétrica en los mercados de trabajo: La teoría de los


salarios de eficiencia.

La determinación de las causas y posibles soluciones a las altas y persistentes


tasas de desempleo de las economías occidentales se ha convertido en uno de
los principales objetivos de la Política Económica. La complejidad de la
situación actual no puede analizarse considerando una única causa. Se analiza
el papel del empresario en la formación de los salarios en base al enfoque de
los salarios de eficiencia. Según la teoría de los salarios de eficiencia, son los
empresarios los que empujan al alza los salarios, conducta que se justifica en
base a la relación salario-productividad: las empresas no desean reducir el
salario que pagan a sus trabajadores porque esto implica un descenso de la
productividad que conlleva un coste superior al ahorro generado por el recorte
salarial. Aparece así el fenómeno del desempleo involuntario ya que los
trabajadores desempleados no son capaces de encontrar un trabajo, aunque
estén dispuestos a aceptar un salario menor al vigente en el mercado. En este
modelo nunca se alcanza pleno empleo en equilibrio, y por lo tanto, ofrecen
una explicación a la existencia de desempleo involuntario

La teoría de salarios de eficiencia afirma que la productividad de los


trabajadores en la empresa está correlacionada positivamente con el salario. Si
los trabajadores reciben un salario relativamente más alto, pueden ser más
leales, laboriosos y trabajarán más duro para mantener su puesto de trabajo.
Las empresas fijan los salarios de forma unilateral y deciden no reducir los
salarios hasta el nivel de equilibrio del mercado debido al efecto perjudicial que
esto tendría sobre el esfuerzo del trabajador, su productividad y, en última
instancia, sobre los beneficios de la empresa. Los salarios de eficiencia son un
concepto adoptado por el nuevo keynesianismo, para explicar el desempleo
involuntario a partir de la formación de salarios, por encima del salario que
vacía el mercado. Además, ya que con el salario de eficiencia hay mayor
probabilidad de que el pago cubra el salario de reserva, aumenta el número de
personas en búsqueda de trabajo. Este modelo supone una relación directa
entre el salario que recibe el trabajador y su productividad.

Aunque no constituye una “teoría general” del funcionamiento del mercado de


trabajo, ayuda a explicar satisfactoriamente diversos rasgos del desempleo
actual, contribuye a clarificar la incidencia de las características peculiares de
cada empresa en el proceso de formación de los salarios y consigue justificar
las diferencias salariales interindustriales.

En la teoría sobre salarios de eficiencia existe un caso paradigmático utilizado


para explicar la racionalidad de esta teoría. Henry Ford, en 1914, tomó la
decisión de elevar el salario mínimo de los trabajadores de sus plantas
automotrices en un 100%, llevándolo a 5 dólares por día. A pesar de que estos
niveles salariales estaban claramente por encima de los salarios de
competencia (o de los pagados por su competencia), Ford logró incrementar el
esfuerzo y la productividad laboral de sus trabajadores, generando un aumento
en los beneficios de su empresa. Raff y Summers (1987) sostienen que el caso
de Ford ofrece evidencia empírica sobre la existencia del modelo de los
salarios de eficiencia, en donde salarios más altos fomentan el esfuerzo, la
productividad, y finalmente incrementan las ganancias de las empresas.

Este modelo aplicándolo al análisis de la situación de desempleo en los países


en vías de desarrollo. En estos países la productividad del trabajador depende
de su salud y vitalidad; en último término, de la renta que percibe. Concluyendo
que hay una relación entre el salario y la productividad. Cuando el salario es
bajo, la falta de una buena nutrición debido a sus bajos salarios que limita el
poder comprar más y mejores alimentos se ve reflejado en su modo de
trabajar, y aparece el subempleo porque la escasa productividad supone una
mayor demanda de trabajadores; sin embargo, el desempleo aparece cuando
sube el salario porque el mismo trabajo se puede hacer con menos
trabajadores. Debido a que están mejor remunerados y pueden tener una
buena nutrición y estar más sanos y así tienen una mejor productividad.

En el caso de los países desarrollados, el modelo de los trabajadores que no


se esfuerzan explica mejor este caso.

También podría gustarte