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I. ARRENDAMIENTOS URBANOS
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En este caso, se hará constar la identidad de los contratantes, la identificación
de la finca arrendada, la duración pactada, la renta inicial del contrato y las
demás cláusulas que las partes hubieran libremente acordado.
2. Fianza
Durante los cinco primeros años de duración del contrato, o durante los siete
primeros años si el arrendador fuese persona jurídica, la fianza no estará sujeta
a actualización. Pero cada vez que el arrendamiento se prorrogue, el arrendador
podrá exigir que la fianza sea incrementada, o el arrendatario que disminuya,
hasta hacerse igual a una o dos mensualidades de la renta vigente, según
proceda, al tiempo de la prórroga.
Las partes podrán pactar cualquier tipo de garantía del cumplimiento por el
arrendatario de sus obligaciones arrendaticias adicional a la fianza en metálico.
3. Procesos arrendaticios
Conforme al artículo 250 LEC se decidirán en juicio verbal, cualquiera que sea
su cuantía, las demandas que con fundamento en el impago de la renta o
cantidades debidas por el arrendatario, o en la expiración del plazo fijado
contractualmente, pretendan que el dueño, usufructuario o cualquier otra
persona con derecho a poseer una finca rústica o urbana, dada en
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arrendamiento, ordinario o financiero, o en aparcería, recuperen la posesión de
dicha finca.
a) Concepto
a) Régimen jurídico
Así el artículo 6 LAU 94 dispone que serán nulas, y se tendrán por no puestas,
las estipulaciones que modifiquen en perjuicio del arrendatario o
subarrendatario las normas del presente Título, salvo los casos en que la propia
norma de manera expresa lo autorice. Las normas que regulan los
arrendamientos de vivienda configuran un régimen jurídico garantista, tuitivo,
protector, de ahí su indisponibilidad para las partes como regla general.
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Pese a su similitud con el arrendamiento de vivienda, quedan excluidos del
ámbito de aplicación de la Ley de Arrendamientos Urbanos el uso de
determinadas viviendas, a las que se refiere el artículo 5 LAU 94:
La duración del arrendamiento será libremente pactada por las partes (meses o
años, aunque lo habitual y recomendable es pactar un año).
Si esta duración fuera inferior a CINCO AÑOS (5), o inferior a SIETE AÑOS (7)
si el arrendador fuese persona jurídica, llegado el día del vencimiento del
contrato, este SE PRORROGARÁ OBLIGATORIAMENTE por plazos anuales
hasta que el arrendamiento alcance una duración mínima de cinco años, o de
siete años si el arrendador fuese persona jurídica, salvo que el arrendatario
manifieste al arrendador, con treinta días de antelación como mínimo a la fecha
de terminación del contrato o de cualquiera de las prórrogas, su voluntad de no
renovarlo.
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PRORROGARÁ OBLIGATORIAMENTE por plazos anuales hasta un MÁXIMO
DE TRES AÑOS más, salvo que el arrendatario manifieste al arrendador con un
mes de antelación a la fecha de terminación de cualquiera de las anualidades, su
voluntad de no renovar el contrato (artículo 10 LAU). Recuerden que a esta
renovación se la conoce como “tácita reconducción” del contrato, como vimos en
el tema anterior.
Aunque en el Derecho civil rige la regla de que los contratos están para
cumplirlos (arts. 12561 y 12582 CC), hay casos en los que, a la vista de las
circunstancias especiales que concurren en la relación contractual, la ley
establece excepciones, permitiendo a una de las partes (generalmente la más
débil) romper el contrato a su libre voluntad sin quedar obligado a reparar el
perjuicio que provoca no cumplir el plazo marcado (indemnizar la renta
correspondiente al periodo diferencial). En este sentido, la LAU permite el
desistimiento del contrato por el arrendatario, una vez transcurridos seis meses
de duración, pero podrá llevar aparejado el pago de una indemnización al
arrendador con unas limitaciones: tiempo y notificación.
“El arrendatario podrá desistir del contrato de arrendamiento, una vez que
hayan transcurrido al menos seis meses (es decir, a partir del primer día del 7º
mes), siempre que se lo comunique al arrendador con una antelación mínima de
treinta días (notificación).
Las partes podrán pactar en el contrato que, para el caso de desistimiento, deba
el arrendatario indemnizar al arrendador con una cantidad equivalente a una
mensualidad de la renta en vigor por cada año del contrato que reste por
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“La validez y el cumplimiento de los contratos no pueden dejarse al arbitrio de uno de los contratantes”.
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“Los contratos se perfeccionan por el mero consentimiento, y desde entonces obligan, no sólo al
cumplimiento de lo expresamente pactado, sino también a todas las consecuencias que, según su
naturaleza, sean conformes a la buena fe, al uso y a la ley”.
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cumplir. Los períodos de tiempo inferiores al año darán lugar a la parte
proporcional de la indemnización.
Si durante los cinco primeros años de duración del contrato, o siete años si el
arrendador fuese persona jurídica, el derecho del arrendador quedara resuelto
por el ejercicio de un retracto convencional, la apertura de una sustitución
fideicomisaria, la enajenación forzosa derivada de una ejecución
hipotecaria o de sentencia judicial o el ejercicio de un derecho de
opción de compra, el arrendatario tendrá derecho, en todo caso, a continuar
en el arrendamiento hasta que se cumplan cinco años o siete años
respectivamente, sin perjuicio de la facultad de no renovación prevista en el
artículo 9.1.
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En contratos de duración pactada superior a cinco años, o siete años si el
arrendador fuese persona jurídica, si, transcurridos los cinco primeros años del
mismo, o los primeros siete años si el arrendador fuese persona jurídica, el
derecho del arrendador quedará resuelto por cualquiera de las circunstancias
mencionadas en el párrafo anterior, quedará extinguido el arrendamiento. Se
exceptúa el supuesto en que el contrato de arrendamiento haya
accedido al Registro de la Propiedad con anterioridad a los derechos
determinantes de la resolución del derecho del arrendador. En este caso,
continuará el arrendamiento por la duración pactada.
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el tiempo que reste para el transcurso del plazo de cinco años, o siete años si el
arrendador anterior fuese persona jurídica.
j) Renta y actualización
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La renta es el precio que el arrendatario paga por el uso de la vivienda. Ahora
bien, para evitar la depreciación del valor de la cantidad estipulada (valor de
cambio) y que esta se quede congelada y de deprecie se establecen en el
contratos índices de actualización (cláusula de estabilización). El art. 17 LAU de
1994 señala que la renta libre sin perjuicio del sistema de índices de referencia
del precio del alquiler de vivienda que pueda estipularse en el contrato.
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deberá hacer el adquirente al arrendatario de las condiciones esenciales en que
se efectuó la compraventa, mediante entrega de copia de la escritura o
documento en que fuere formalizada.
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en metálico y en la vivienda arrendada. El arrendador queda obligado a
entregar al arrendatario recibo del pago, salvo que se hubiera pactado
que éste se realice mediante procedimientos que acrediten el efectivo
cumplimiento de la obligación de pago por el arrendatario (transferencia
bancaria). El recibo o documento acreditativo que lo sustituya deberá
contener separadamente las cantidades abonadas por los distintos
conceptos de los que se componga la totalidad del pago, y
específicamente, la renta en vigor (renta + cantidades asimiladas a la
renta).
2. Pacto de pago de gastos generales: Las partes podrán pactar que los
gastos generales para el adecuado sostenimiento del inmueble, sus
servicios, tributos, cargas y responsabilidades que no sean susceptibles
de individualización (agua, luz, teléfono) y que correspondan a la
vivienda arrendada o a sus accesorios, sean a cargo del arrendatario. En
edificios en régimen de propiedad horizontal tales gastos serán los que
correspondan a la finca arrendada en función de su cuota de
participación.
De otra parte, el artículo 27.2 LAU 94 enumera las causas específicas por las que
el arrendador podrá resolver de pleno derecho el contrato por haber incumplido
el arrendatario sus obligaciones, y entre las que destaca, la falta de pago de la
renta que permitirá al arrendatario acudir al juicio de desahucio.
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El contrato no se podrá ceder por el arrendatario sin el consentimiento escrito
del arrendador. En caso de cesión, el cesionario se subrogará en la posición del
cedente frente al arrendador.
Nos estamos refiriendo a los contratos que popularmente se han conocido como
arrendamiento de locales de negocio, término que utilizaba la legislación
anterior, pero que encierra un concepto mucho amplio que el simple local, de
ahí que la actual normativa prefiera la expresión uso distinto de vivienda.
Como dice el artículo 3 LAU los arrendamientos para uso distinto del de
vivienda serán todos aquellos que no se encuentran incluidos dentro del
concepto viviendas.
El hecho de que el objeto del contrato no sea un bien jurídico esencial como la
vivienda que garantiza la satisfacción de una necesidad básicas de los
individuos, hace que a la hora de redactar el contrato prime ante todo la
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voluntad de las parte, por lo que el margen de configuración del contrato es muy
amplio, y no se contengan normas de carácter imperativo o necesario sino de
Derecho dispositivo. Por tanto, renta, actualización, tiempo, prórrogas, gastos,
obras, etc., se regirá por lo que dispongan las partes en el contrato.
En efecto, como hemos señalado al principio del tema, los arrendamientos para
uso distinto del de vivienda se rigen por la voluntad de las partes. Ahora bien, en
su defecto, es decir, cuando las partes no han previsto nada en el contrato, este
se regirá por lo dispuesto en el Título III, artículos 29 y siguientes de la LAU
1994 (que son las normas propias, y dispositivas, de arrendamientos para uso
distinto de vivienda). Como cualquier norma de Derecho dispositivo, para que
no se apliquen estos preceptos es necesaria su exclusión (la renuncia a su
aplicación), lo que requiere la voluntad manifestada de forma expresa respecto a
cada una de los preceptos en concreto de la LAU.
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II. ARRENDAMIENTOS RÚSTICOS
1. Concepto
a) La finca rústica
b) El precio o renta
Es la principal obligación del arrendatario, como precio por el uso y disfrute de la finca
arrendada. La renta se fijará en dinero y será la que libremente estipulen las partes. No
obstante, si la fijaran en especie o parte en dinero y parte en especie, llevarán a cabo su
conversión a dinero (artículo 13.1 LAR 2003).
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c) Forma
Los gastos correspondientes a las obras de conservación serán a cargo del arrendador,
sin derecho a elevar por ello la renta, cuando tengan por finalidad conservar la finca en
estado de servir para el aprovechamiento o explotación a que fue destinada al concertar
el contrato (artículo 18.1 LAR 2003).
De no realizar las obras que a cada uno le corresponde, conforme a los preceptos
reseñados (artículos 18 a20 LAR 2003), tanto el arrendador como el arrendatario podrán
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rescindir el contrato por el incumplimiento de la otra parte de la obligación de satisfacer
gastos de conservación y mejoras (artículo 26 LAR 2003).
Se establece en primer lugar una duración mínima de cinco años. Será nula y se tendrá
por no puesta toda cláusula del contrato por la que las partes estipulen una duración
menor (artículo 12.1 LAR 2003). No se establece prórroga legal por lo que, cumplido el
tiempo, a no ser que las partes hayan dispuesto otra cosa el arrendatario de fincas
pondrá a disposición del arrendador la posesión de las fincas arrendadas (artículo 12.2
LAR 2003).
Ahora bien, el arrendador, para recuperar la posesión de las finca al término del plazo
contractual, deberá notificárselo fehacientemente al arrendatario con un año de
antelación. De lo contrario, si el arrendatario no pone la posesión de las fincas
arrendadas a disposición del arrendador al término del plazo, el contrato se entenderá
prorrogado por un período de cinco años. Tales prórrogas se sucederán de manera
indefinida en tanto no se produzca la denuncia del contrato (artículo 12.3 LAR 2003).
Es lo que conocemos como tácita reconducción (tácita reconducción: 5 + 5 + 5…).
a) Transmisión
Respecto de la figura del arrendador, la titularidad del contrato puede cambiar por actos
"inter vivos" (como un contrato de compraventa o una donación) como "mortis causa"
(por sucesión para el caso de fallecimiento del anterior propietario). Así, el arrendador
puede cambiar y el contrato permanece como tal.
b) Subarriendo
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Respecto al subarriendo ha de estarse a lo pactado entre las partes (principio de
autonomía de la voluntad del artículo 1255 del Código Civil), si bien, el artículo 23
LAR 2003 exige varios requisitos que no entraremos a analizar.
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