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Su hermano Abel.

El nombre Abel significa "vanidad" o "nada". Indica que las esperanzas maternas ya habían sido defraudadas con su
hijo mayor, o que Abel personificaba para ella las calamidades de la vida humana. En este capítulo, siete veces Abel es
llamado el hermano de Caín, aparentemente para hacer realzar la atrocidad del pecado de Caín.
Pastor de ovejas.
No hay razón para encontrar en las ocupaciones elegidas por los dos hombres una indicación de diferencia en carácter
moral, aunque esas elecciones probablemente fueron determinadas por sus talentos e inclinaciones.
3.
Andando el tiempo.
Literalmente, "al fin de días". Esto denota el transcurso de un período de
tiempo considerable, indefinido, y que puede indicar la estación de la cosecha.
Suponer que esto significa el fin de una semana o un año, como lo han sugerido
algunos comentadores, no tiene mucho asidero, pues no hay una razón particular
para que ninguno de estos períodos sea aquí mencionado. Sin embargo, la
palabra yamim, "días", se usa en numerosos casos donde el contexto aclara que
quiere decir un año. En tales casos se ha traducido "año" (ver Exo. 13: 10;
Núm. 9: 22; 1 Sam. 2: 19; 27: 7; 2 Crón. 21: 19; etc.).
Una ofrenda a Jehová.
"Ofrenda", minjah. Se usa minjah en las leyes levíticas para la ofrenda
incruenta de agradecimiento, que constaba de harina y de aceite, o harina
preparada con incienso (Lev. 2: 1, 4, 14, 15). Sin embargo, aquí la palabra
tiene un significado más amplio e incluye tanto una ofrenda comestible como el
sacrificio de animales, porque se usa para designar no sólo la ofrenda
incruenta de Caín sino también el sacrificio de Abel (vers. 4). No se indica
si Caín o Abel construyeron un altar para sus ofrendas, pero obviamente deben
haberlo hecho (PP 58). La siguiente vez en que se habla en la Biblia de un
sacrificio, se menciona el altar (Gén. 8: 20). El sistema de ofrendas de
sacrificios había sido introducido por Dios cuando el hombre fue expulsado del
huerto (PP 54, 58). Los siguientes versículos aclaran que Caín sabía que
estaba haciendo mal al presentar la clase de ofrenda que ofreció a Dios. Se le
251 había enseñado que la sangre del Hijo de Dios haría expiación de sus
pecados. Al seguir la regla instituida divinamente de sacrificar un cordero
por sus pecados, él hubiera mostrado lealtad a Dios, quien había ordenado el
sistema de sacrificios, y habría expresado fe en el plan de la redención (Heb.
11: 4). El predominio universal de los sacrificios en los pueblos antiguos
indica que existía un precepto divino más bien que una invención humana en lo
que atañe a su origen (DTG 20).
¿Qué hizo que la ofrenda de Caín no fuera aceptable para Dios? El reconoció
parcialmente, a regañadientes, los derechos de Dios sobre él. Pero un espíritu
secreto de resentimiento y rebelión lo movió a responder a las órdenes de Dios
según su propia elección, antes que seguir el plan establecido por Dios.
Obedeció en apariencia, pero su forma de proceder revelaba un espíritu
desafiante. Caín se propuso justificarse a sí mismo por sus propias obras,
ganar la salvación por sus méritos personales. Rehusando reconocerse como
pecador que necesitaba un salvador, ofreció una ofrenda que no expresaba
penitencia por el pecado: una ofrenda incruenta. Y "sin derramamiento de
sangre no se hace remisión" pues "la misma sangre hará expiación de la persona"
(Heb. 9: 22; Lev. 17: 11; PP 581 59).
Caín reconocía la existencia de Dios y su poder para dar o para retener las
bendiciones terrenales. Sintiendo que era ventajoso vivir en buenos términos
con la Deidad, Caín consideró que era conveniente apaciguar y eludir la ira
divina mediante una ofrenda, aunque la ofreciera de mala gana. Dejó de
comprender que el cumplimiento parcial y formal de los requisitos explícitos de
Dios no podía ganar el favor divino como sustituto de la verdadera obediencia y
contrición del corazón. Procedemos bien hoy día cuando examinamos nuestro
corazón para que no seamos hallados, como Caín, ofreciendo a Dios ofrendas sin
valor e inaceptables.
4.
Los primogénitos de sus ovejas.
El ritual de los sacrificios como fue presentado por Moisés requería derramar
la sangre de los animales primogénitos sobre el altar y quemar su grasa sobre
el fuego (Núm. 18: 17). La ofrenda de Abel fue una demostración de fe (Heb.
11: 4). Por contraste, la ofrenda de Caín fue un intento de ganar la salvación
por las obras. En el caso de Abel, la fe en el plan de la salvación y en el
sacrificio expiatorio de Cristo se reveló en una obediencia sin reservas.
Con agrado.
Sha´já, "considerar con benevolencia". Aunque no se revela aquí la forma en
que Dios aceptó la ofrenda de Abel, esa aceptación resulta evidente, porque el
sacrificio fue consumido por fuego divino, tal como sucedió frecuentemente en
tiempos posteriores (ver Lev. 9: 24; Juec. 6: 2 1; 1 Rey. 18: 38; 1 Crón. 21:
26; 2 Crón. 7: 1; PP 58). Es digno de notarse que al aceptar Dios el
sacrificio de Abel lo estaba aceptando a él personalmente. En realidad, en la
narración se menciona primero la aceptación de Abel mismo antes de la
aceptación de su ofrenda. Esto es una indicación de que Dios no estaba tan
interesado en el sacrificio como en el que lo ofrecía.
5.
A Caín y a la ofrenda suya.
Caín notó la ausencia de una señal visible del agrado de Dios y de la
aceptación de su ofrenda. Como resultado, se llenó de una ira reconcentrada y
temeraria. La frase hebrea que aquí se usa puede traducirse literalmente: "Le
ardió mucho a Caín". Sintió un fiero resentimiento contra su hermano y hacia
Dios. Indudablemente no experimentó dolor por el pecado, ni sintió necesidad
de autoexaminarse ni de orar pidiendo luz o perdón. La conducta de Caín
ejemplifica la de un pecador contumaz e impenitente cuyo corazón no es
quebrantado por la corrección ni el reproche, sino que se hace más duro y
rebelde aún. Caín no ocultó sus sentimientos de frustración, desagrado e ira.
Su rostro demostraba su resentimiento.
6.
¿Por qué te has ensañado?
El que habla aquí es Dios. En este pasaje, y además en los vers. 14 y 16, se
advierte que Dios no había dejado de acercarse personalmente a los hombres
después de haberlos expulsado del huerto. El rechazo de la ofrenda de Caín no
significó necesariamente el rechazo de Caín mismo. Dios, con misericordia y
paciencia, estaba listo para darle otra oportunidad. Aunque Dios manifestó
claramente su desagrado al rechazar la ofrenda, se presentó al pecador y razonó
con él para persuadirlo del error de su proceder y de lo irrazonable de su ira.
Dios habló a Caín como a un niño caprichoso, para ayudarle a comprender
claramente cuál era la verdadera motivación que asechaba como bestia salvaje,
en su fuero interior. La pregunta "por qué" tenía el propósito de inducir a
Caín a reconocer que su ira 252 era ilógica. Debía comprender que Dios tenía
una razón válida para rechazar su ofrenda. El mismo debía descubrir la causa
del desagrado divino para eliminarla.
7.
Si bien hicieres.
Este versículo presenta ciertas dificultades lingüísticas que han inducido a
algunos comentadores modernos a pensar que el error de un copista cambió el
texto hebreo. Que aun en sus días los traductores de la LXX encontraron oscuro
su significado es evidente por su traducción mutilada del pasaje. Los rabinos
trataron de explicarlo arguyendo que la ofrenda de Caín fue rechazada porque no
había seguido con exactitud las normas que regulaban los sacrificios y que con
el tiempo constituirían el ritual levítico. Pero el contraste obvio entre los
resultados de "hacer bien" y de "no hacer bien" eliminan la necesidad de una
explicación tal. La primera cláusula dice literalmente: "¿No hay acaso un
alivio si tú haces bien?" ¿Qué se aliviaría? ¿La carga de la culpa o el
semblante? La expresión "levantar el rostro" como equivalente de "estar gozoso
o ser inocente" es común en hebreo (Job 11: 15; 22: 26; 2 Sam. 2: 22), y
probablemente aparece aquí en una forma abreviada como un complemento de la
declaración precedente de que había decaído el rostro de Caín (vers. 6). Dios
quería que Caín entendiera que si enmendaba su conducta y vivía de acuerdo con
los preceptos divinos, ya no habría razón para que Dios mostrara su desagrado,
y por lo tanto el rostro de Caín no tendría necesidad de manifestar ira y
desengaño. Sin embargo, si Caín no cambiaba, si continuaba en la senda del
mal, el pecado lo abrumaría. La expresión "el pecado está a la puerta"
(asechando como una fiera) es probablemente un dicho proverbial (1 Ped. 5: 8).
Pecado.
Algunos han sugerido que la palabra hebrea traducida aquí "pecado",jatta'th,
debiera traducirse "ofrenda por el pecado" tal como se lo hace casi en la mitad
de los pasajes donde aparece en el AT (ver por ejemplo Exo. 30: 10; Lev. 4: 32;
Núm. 7: 16, 22; etc.; cf. Ose. 4: 8; Heb. g: 28; 2 Cor. 5: 21). Si así fuera,
Dios habría dicho a Caín: "Si tú fueras inocente, tu [incruenta] ofrenda sería
aceptable como una ofrenda de gratitud, ¿acaso no lo sería? Y cuando tú pecas,
¿no hay acaso una ofrenda para el pecado siempre a mano?" Debe hacerse resaltar
una dificultad que surge si se quiere traducir jatta'th como "ofrenda por el
pecado". Jatta'th es en hebreo una palabra del género femenino, al paso que el
vocablo robets, "está", es masculino. Este debiera ser femenino para concordar
con jatta'th, que es su sujeto. Esta diferencia sugiere que Moisés estaba
personificando el "pecado" como un animal feroz agazapado a la puerta y por eso
eligió deliberadamente que robets concordara con el animal feroz masculino de
su figura literaria más bien que con el sujeto en su sentido literal: "pecado"
u "ofrenda", que en hebreo es femenino.
A ti será su deseo.
Esto no se puede referir a que Abel tuviera un "deseo" hacia su hermano mayor
en el mismo sentido en que Eva lo tuvo hacia su esposo (ver cap. 3: 16), es
decir, aceptar su supremacía. Una explicación tal parecería discordar con el
contexto y con los principios divinos. Si se personifica al pecado como un
animal feroz que está asechando a Caín, sería apropiado continuar la
comparación traduciéndola tal como está en la BJ: "A la puerta está el pecado,
como fiera que te codicia, y a quien tienes que dominar".
8.
Dijo Caín a su hermano Abel.
En la versión Reina-Valera anterior a la revisión de 1960 no estaba indicado
qué dijo Caín a su hermano Abel. Después de la revisión se lee: "Salgamos al
campo". Estas palabras están en la versión Samaritana y en la LXX. Esta
cláusula parece ser una adición de un copista, aunque el contexto da lugar a
aceptar como enteramente posible que haya estado en el original. No es
probable que Caín le contara a Abel lo que Dios le acababa de decir, pero puede
haber tratado de argumentar con su hermano acusando a Dios de injusticia en su
trato con él.
Estando ellos en el campo.
Las obras de Caín "eran malas y las de su hermano justas" (1 Juan 3: 12). Por
esto Caín mató a su hermano. La enemistad entre el bien y el mal, predicha por
Dios antes de la expulsión del huerto, se vio ahora por primera vez en su forma
más horrible. En este versículo, se añaden dos veces las palabras "su hermano"
al nombre de Abel para presentar claramente el horror del pecado de Caín. En
él, la simiente de la mujer ya se había convertido en la simiente de la
serpiente. El crimen de Caín revelaba la verdadera naturaleza de Satanás como
"homicida desde el principio" (Juan 8: 44). Ya había surgido el contraste
entre las dos "simientes" dentro de la raza humana, 253contraste que continúa a
través de toda la historia de la humanidad.
9.
¿Dónde está Abel tu hermano?
Como en el caso de Adán y Eva, ahora Dios buscó a Caín para mostrarle su
transgresión en su enfoque debido, para despertar su conciencia culpable al
arrepentimiento, y para crear en él un nuevo corazón. Así como Dios se había
presentado a los padres de Caín con una pregunta, así también ahora se presentó
a Caín. Sin embargo, los resultados fueron muy diferentes. Caín osadamente
negó su culpa. La desobediencia lo había llevado al asesinato; al asesinato
añadió ahora la mentira y la oposición obstinada, pensando ciegamente que iba a
ocultar su crimen de Dios.
10.
¿Qué has hecho?
No habiendo dado resultados el trato indirecto y suave, Dios procedió a acusar
a Caín de su crimen. La pregunta "¿Qué has hecho?" implicaba un conocimiento
perfecto de los hechos.
La voz de la sangre de tu hermano.
El espantado asesino encontró que un Dios que todo lo ve y que todo lo sabe
leía su alma desnuda. ¿Cómo podía Aquel que advierte la caída de un gorrión,
Aquel que es el autor de la vida, quedar sordo ante el silencioso clamor del
primer mártir (ver Sal. 116: 15)? La sangre es la vida, y como tal es preciosa
para el gran Dador de la vida (Gén. g: 4). Contra todas las crueldades del
hombre hacia sus prójimos, a lo largo de todos los siglos, el clamor de Abel
asciende a Dios (Heb. 11: 4). Abel fue muerto por un pariente cercano.
También Cristo, al venir al mundo como "pariente" de la humanidad, fue
rechazado y muerto por sus hermanos.
11.
Ahora, pues, maldito seas tú.
Una maldición divina ya había caído sobre la serpiente y sobre la tierra (cap.
3: 14, 17); ahora, por primera vez, cae sobre un hombre. La frase traducida en
la VVR, "maldito seas tú de la tierra", con igual exactitud puede ser traducida
como un comparativo: "Tú eres más maldito que la tierra". Algunos comentadores
han entendido que este texto quiere decir que Caín fue desterrado a una región
menos fértil. El contexto (vers. 12, 14) parece estar a favor de esta
explicación, o quizá la idea de que debido a que Caín había usado mal los
frutos de la tierra, Dios no le permitiría más ganar su sustento trabajando la
tierra. Una persona errante en la tierra (vers. 14, 16), ya sea pastor o
nómada, no puede ser un agricultor de éxito.
12.
No te volverá a dar su fuerza.
Caín fue condenado a una vida perpetuamente errante a fin de conseguir alimento
para sí mismo, para su familia y sus animales. Habiendo estado obligada a
beber sangre inocente, la tierra se rebeló, por así decirlo, contra el asesino;
y cuando él la labrara, retendría su fuerza. Caín había de obtener poca
recompensa de su trabajo. De una manera similar, en una ocasión posterior se
dice que la tierra de Canaán "vomitó" a los cananeos debido a sus abominaciones
(Lev. 18: 28) .
13.
Grande es mi castigo para ser soportado.
La sentencia divina convirtió la crueldad de Caín en desesperación. Aunque
Caín merecía la pena de muerte, un Dios misericordioso y paciente le dio una
oportunidad más de arrepentirse y convertirse. Pero en vez de arrepentirse,
Caín se quejó de su castigo como que era más severo de lo que él merecía. Ni
una palabra de dolor salió de sus labios, ni aun un reconocimiento de culpa o
de vergüenza; nada sino la triste resignación de un criminal que comprende que
es impotente para escapar del castigo que merece tan justamente.
14.
Me echas hoy de la tierra.
Caín sabía que había de quedar desligado no sólo de las bendiciones de la
tierra, sino, por su propia elección, también de toda relación con Dios.
Cualquiera que me hallare.
Caín se desesperó por su propia vida, temiendo que la maldición de Dios
significaría el retiro de la restricción divina que impedía que vengaran la
sangre de Abel los que quisieran hacerlo. Su conciencia culpable le advertía
que merecía morir y que de allí en adelante su propia vida estaba en peligro.
Pero la pena de muerte que merecía fue conmutada por un destierro perpetuo. En
vez de estar en prisión, quedaría apartado de toda asociación feliz y normal
con sus prójimos y, por su propia elección, también con Dios. El que había
quitado la vida de su hermano veía en sus semejantes sus posibles verdugos.
15.
Ciertamente.
No es enteramente clara la idea precedente que se sugiere con esta palabra. La
BJ, siguiendo a la LXX, la Siríaca y la Vulgata, traduce: "al contrario". En
otras palabras, a la declaración de Caín: "Cualquiera que hallare me
matará", Dios contestó: "al contrario". 254
Siete veces.
Esto implica un severísimo castigo sobre cualquiera que matara a Caín (ver Lev.
26: 18, 21, 24, 28; Sal. 79: 12; Prov. 6: 31). Se le concedió una protección
especial en armonía con el principio: "Mía es la venganza, yo pagaré, dice el
Señor" (Rom. 12: 19). La cizaña debe crecer junto con el trigo; debe
permitirse que los frutos del pecado alcancen su madurez a fin de que se
manifieste el carácter de su semilla. La vida de Caín y de sus descendientes
había de ser la manifestación de la obra completa del pecado en los seres
racionales (PP 64).
Señal.
Algunos comentadores han visto en esta señal un signo externo añadido a la
persona de Caín, al paso que otros creen que recibió una señal de Dios, como
una promesa divina de que nada pondría en peligro su vida. De cualquier manera
que fuera, no era una señal del perdón de Dios sino tan sólo de una protección
temporal.
16.
Salió Caín.
No sintió ni remordimiento ni arrepentimiento sino tan sólo la pesada carga del
desagrado de Dios. Dejó la presencia divina probablemente para no volver
nunca, y comenzó su vida de errante en la tierra de Nod, al este del Edén.
Esta tierra antediluviano, cuyo nombre significa "errante", "huida", o
"exilio", llegó a ser el hogar de los impíos descendientes de Caín.
17.
Conoció Caín a su mujer.
La súbita mención de la mujer de Caín no crea problema. En el pasaje del cap.
5: 4 se dice que Adán "engendró hijos e hijas" además de los tres hijos cuyos
nombres se dan. Los primeros habitantes de la tierra no tuvieron otra elección
sino casarse con sus hermanos y hermanas a fin de cumplir la orden divina:
"Fructificad y multiplicaos" (ver Hech. 17: 26). Que esa costumbre continuó
practicándose durante mucho tiempo se ve por el casamiento de Abrahán con su
media hermana Sara. Posteriormente se prohibieron tales casamientos (ver Lev.
18: 6-17).
Concibió y dio a luz a Enoc.
El hecho de que Dios no rehusara descendientes al desobediente y réprobo Caín
es otra evidencia de su carácter misericordioso (Sal. 145: 9; Mat. 5: 45). El
nombre "Enoc" puede significar "dedicación" o "consagración"; también puede
significar "iniciación". Quizá el nombre que Caín dio a su hijo indicaba su
intención de comenzar a vivir su vida como le placiera. Lutero pensaba que la
madre puede haber elegido el nombre Enoc, para expresar así la esperanza de que
su hijo pudiera ser un augurio de bendición para su hogar entristecido.
Edificó una ciudad.
Literalmente, "comenzó a edificar". Esto probablemente no fue más que un
intento de erigir un campamento fortificado para su familia como lugar de
vivienda más o menos permanente. Esto sugiere que Caín quizá no tuviera mucha
confianza en la protección que Dios le aseguraba. También es posible que su
intento de fundar una ciudad puede haber sido dictado por un deseo de desafiar
la maldición que lo condenaba a una vida errante.
Es digno de notarse que la primera "ciudad" del mundo fue fundada por el primer
asesino del mundo, un individuo perversamente impenitente cuya vida, plenamente
dedicada al mal y sin ninguna esperanza, transcurrió desafiando a Dios. Así se
torció el plan de Dios de que el hombre viviera en medio de la naturaleza y
contemplara en ella el poder y la majestad del Creador. Muchos males de hoy en
día son el resultado directo de un amontonamiento antinatural de seres humanos
en las grandes ciudades, donde predominan los peores instintos del hombre y
donde florecen vicios de toda clase.
El nombre de la ciudad.
Al dar a la ciudad el nombre de su hijo Enoc, "dedicación" o "iniciación",
evidentemente Caín la consagró a la realización de sus ambiciones pecaminosas.
18.
A Enoc le nació Irad.
Sólo se mencionan los nombres de las generaciones siguientes. Ellos se parecen
a los de algunos de los descendientes de Set, como por ejemplo Irad y Jared,
Mehujael y Mabalaleel, Metusael y Matusalén, Caín y Cainán, pero los nombres de
Enoc y Lamec aparecen en ambas familias. Algunos eruditos han considerado que
esto es una prueba de que las dos genealogías son sencillamente formas
diferentes de una leyenda original. Sin embargo, la similitud en los nombres
en ninguna forma implica identidad en las personas. Por ejemplo, el nombre
Coré aparece en las familias de Leví (Exo. 6: 24) y Esaú (Gén. 36: 5), y Enoc
no sólo es el nombre del hijo de Caín y de uno de los piadosos descendientes de
Set sino también el nombre del hijo mayor de Rubén (cap. 46: 9) y de un hijo de
Madián (cap. 25: 4). El carácter de Enoc, el hijo de Caín, está en contraste
255 tan claro con el de Enoc del linaje de Set como para excluir la
identificación de ambos como un solo individuo.
En cuanto a los otros pares de nombres, el parecido es tan sólo superficial.
Los nombres en hebreo, al igual que en castellano, no son idénticos ni en su
forma de escribirlos ni en su significado. Por ejemplo, Irad ha sido traducido
como "ciudadano" u "ornamento de una ciudad", Jared como "descendiente".
Mehujael, puede significar "herido por Dios" o "destruido por Dios";
Mahalaleel, "alabanza de Dios". Metusael significa "varón de Dios" o "varón de
oración"; Matusalén, "varón de crecimiento". No se conoce el significado de
Lamec.
19.
Lamec tomó para sí dos mujeres.
Lamec fue el primero en pervertir el matrimonio tal como fue establecido por
Dios convirtiéndolo en la concupiscencia de los ojos y la concupiscencia de la
carne, sin tener siquiera el pretexto de que la primera esposa no le daba
hijos. La poligamia fue un mal nuevo que se arraigó durante largos siglos.
Los nombres de las mujeres de Lamec sugieren atracción sensual. Ada significa
"adorno" y Zila quiere decir "sombra" o "tintineo".
20.
Ada dio a luz a Jabal.
Los nombres de los dos hijos de Ada no aparecen en ningún otro lugar en la
Biblia. Su significado no es claro. Jabal puede significar "brote",
"dirigente", o "corriente"; Jubal, un "sonido alegre" o un "canal". Estos
nombres quizá indiquen sus habilidades peculiares. El primero era un típico
pastor nómada. Al significar literalmente "posesión", la palabra "ganado"
significa la riqueza de los nómadas, que consistía en ovejas y otros animales
domesticados.
21.
Todos los que tocan arpa y flauta.
"Arpa", kinnor. El primer instrumento musical del mundo, el "arpa", se
menciona 42 veces en el AT (ver Sal. 33: 2; etc.). La palabra kinnor siempre se
traduce como "arpa" aunque es en realidad una lira. Muchos dibujos antiguos de
este instrumento procedentes de Egipto, Palestina y Mesopotamia nos dan una
idea clara de cómo era la kinnor. Esos dibujos muestran que el instrumento
consistía en una madera de resonancia a través de la cual se tendían cuerdas.
En los instrumentos más antiguos las cuerdas corren paralelamente, pero en los
modelos posteriores divergen extendiéndose hacia afuera.
El origen de la palabra traducida "flauta" en la VVR, e identificada por
algunos con la gaita, no es tan seguro como el de la lira. Cualquiera sea la
explicación correcta del nombre, todos los eruditos modernos concuerdan con que
el instrumento era una flauta. Este instrumento todavía es tocado por los
pastores en todo el Cercano Oriente.
22.
Tubal-caín.
Aunque "Tubal" aparece frecuentemente como un nombre personal en el AT (Gén.
10: 2; Isa. 66: 1 Eze. 27: 13; etc.), su significado es oscuro. La palabra
"caín" puede haber sido añadida posteriormente, quizá para identificarlo como
uno de los cainitas.
Artífice de toda obra de bronce.
La palabra hebrea traducida "artífice" en la VVR, significa literalmente
"martillador", "afilador", "forjador" y se refiere a la obra que se hacía
antiguamente en bronce y hierro, lo que era más un proceso de martillar que de
fundir. Se han expresado dudas en cuanto a que se conociera el hierro en
tiempos tan remotos como los que indica el Génesis, Sin embargo,
descubrimientos efectuados en Egipto y Mesopotamia han demostrado que se
producían objetos de hierro en los períodos históricos más remotos de que haya
registro. Los primeros objetos de hierro fueron de origen meteórico. Su
elevado porcentaje de níquel excluye su origen terrestre. Los objetos hechos
de hierro meteórico deben haber sido producidos martillándolos más bien que
fundiéndolos, lo que otra vez confirma el relato bíblico. Aunque los hombres
primitivos ni tenían bronce ni hierro en grandes cantidades, no hay razón para
dudar de la exactitud de la declaración de la Biblia de que el hombre
antediluviano supiera cómo usar esos metales. Objetos de cobre, bronce y
hierro (adornos, herramientas, armas, vasijas, etc.) de muy antiguos niveles de
la civilización están siendo encontrados en cantidades crecientes.
Naama.
No sabemos por qué específicamente se menciona a la hermana de Tubal- caín.
Según la tradición judía fue la esposa de Noé. Su nombre significa "la bella"
o "la agradable", lo que refleja la mentalidad mundana de los cainitas que
buscaban la belleza antes que el carácter como la principal atracción en las
mujeres.
23.
Un varón mataré.
Las palabras de Lamec, en forma poética hebrea, con justicia han sido llamadas
el "Canto de Lamec". Hasta donde se sepa, este "canto" constituye la primera
256 composición poética del mundo. Es difícil asegurar el significado exacto
de sus palabras que son algo crípticas. Orígenes escribió dos libros acerca
del "canto" y luego declaró que estaba más allá de toda explicación. Las
palabras hebreas empleadas permiten la explicación de que Lamec había muerto a
uno o dos hombres por heridas que ellos le habían infligido, con la inferencia
de que estaba dispuesto a cometer tales actos otra vez si se presentaba la
necesidad. Sin embargo, la amenaza de su venganza es ambigua y da lugar para
más de una interpretación. La BJ traduce así el pasaje: "Maté a un hombre por
una herida que me hizo".
25.
Set.
Después de haber informado acerca de la evolución de la impía familia de Caín,
el autor vuelve a Adán y a Eva y repasa brevemente la historia de los que
fueron leales a Dios. Poco después de la muerte de Abel, nació un tercer hijo
a quien su madre dio el nombre de Set, Sheth, el "nombrado", la "compensación"
o "sustituto" por Abel. Viendo Eva que su piadoso hijo estaba muerto y
reconociendo que las palabras de Dios acerca de la simiente prometida no podían
encontrar su cumplimiento en el maldito Caín, expresó su fe en que el
Libertador prometido vendría mediante Set. Su fe fue recompensada pues los
descendientes de Set obedecieron al Señor.
26.
Enós.
En su tiempo comenzó un culto más formal. Por supuesto, los hombres habían
invocado al Señor antes de que naciera Enós, pero a medida que transcurrió el
tiempo surgió una distinción más pronunciada entre los que adoraban al Señor y
los que lo desafiaban. La expresión "invocar el nombre de Jehová" se usa
frecuentemente en el AT para indicar, como lo hace aquí, un culto público (Sal.
79: 6; 116: 17; Jer. 10: 25; Sof. 3: 9).

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