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MENSAJE
CRISTIANO
*esquema-resumen ad usum privatum*
TEMA 0
INTRODUCCIÓN
1. ESTRUCTURA GENERAL
Estructura del Título DECA
1. Religión, cultura y valores
• La paradoja del ser humano: lleno de deseos y preguntas, necesitado de convicciones y creencias últimas.
• El hecho religioso: las religiones como intentos de respuesta al problema del ser humano.
• Revelación de Dios: Dios sale al encuentro del ser humano en el catolicismo.
• Fe: respuesta del ser humano a la revelación de Dios.
• Contenido de la revelación: Dios revela al ser humano quién es (antropología), etc…
• Resumen: “consideramos primeramente esta búsqueda del hombre (capítulo primero), a continuación la
Revelación divina, por la cual Dios viene al encuentro del hombre (capítulo segundo), y finalmente la
respuesta de la fe (capítulo tercero)” (CEC 26). Si analizamos la dinámica es como un diálogo con Dios.
Primero el ser humano, en su problemática, clama al cielo. Dios le responde entonces revelándose. El ser
humano puede ahora aceptar o no la revelación. Si la acepta entonces Dios le dice al ser humano quién es.
2. Mensaje cristiano
3. Iglesia, sacramentos y moral.
• Iglesia: Jesús quiere continuar su presencia en el mundo a través del misterio de la Iglesia.
• Sacramentos: el modo que Cristo instituye para celebrar nuestra fe.
• Moral: la vida nueva que Cristo nos trae y que nos invita a vivir para seguirle e imitarle.
4. Teología católica, su pedagogía y didáctica. Aprender a enseñar todo lo aprendido de teología católica.
Estructura del Catecismo de la Iglesia Católica (cf. CEC números 13-25):
1. Lo que creemos – sintetizado en el Credo → Lo vemos en DECA 1 y en Mensaje cristiano
2. Lo que celebramos – sintetizado en los sacramentos → Lo vemos en DECA 2
3. Lo que vivimos – sintetizado en los mandamientos → Lo vemos en DECA 2
4. Lo que rezamos – sintetizado en el Padrenuestro
Estructura de “Mensaje cristiano”
◊ Jesucristo: ¿quién es? ¿qué dijo? ¿por qué murió? ¿resucitó?
◊ Trinidad: Padre, Hijo, Espíritu Santo
◊ Escatología: muerte, juicio, cielo e infierno.
Nota. En aplicación de la Ley 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, así
como la Ley 12/2007, de 26 de noviembre, para la promoción de la igualdad de género en Andalucía, toda
referencia a personas o colectivos incluidos en estos apuntes, estará haciendo referencia al género gramatical
neutro, incluyendo, por lo tanto, la posibilidad de referirse tanto a mujeres como a hombres. En concreto se usará
la palabra ‘hombre’ en sentido genérico y genuino (homo: humanidad), haciendo referencia a la persona humana
e incluyendo tanto al varón como a la mujer, al niño y a la niña: https://www.babab.com/no12/hombre.htm
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TEMA 1
¿QUIÉN ES ÉSTE?
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2. LA RESPUESTA
De los conocidos de Jesús
◊ Juan el Bautista: Y Juan dio testimonio diciendo: «He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como
una paloma, y se posó sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: “Aquel
sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ese es el que bautiza con Espíritu Santo”. Y yo lo he visto
y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios» (Jn 1, 32-34)
◊ De Natanael: Felipe encuentra a Natanael y le dice: «Aquel de quien escribieron Moisés en la ley y los
profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret». Natanael le replicó: «¿De Nazaret puede salir
algo bueno?». Felipe le contestó: «Ven y verás». Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis
a un israelita de verdad, en quien no hay engaño». Natanael le contesta: «¿De qué me conoces?». Jesús le
responde: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi». Natanael respondió:
«Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel». Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo
de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores». Y le añadió: «En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo
abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre» (Jn 1, 45-51).
◊ De Marta: Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedó en
casa. Y dijo Marta a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé
que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá». Jesús le dijo: «Tu hermano resucitará». Marta respondió:
«Sé que resucitará en la resurrección en el último día». Jesús le dijo: «Yo soy la resurrección y la vida: el que
cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees
esto?». Ella le contestó: «Sí, Señor: yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al
mundo» (Jn 11, 20-27).
◊ De Simón Pedro: Enseguida Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a
la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Y después de despedir a la gente subió al monte a solas para
orar. Llegada la noche estaba allí solo. Mientras tanto la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las
olas, porque el viento era contrario. A la cuarta vela de la noche se les acercó Jesús andando sobre el mar.
Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, diciendo que era un fantasma.
Jesús les dijo enseguida: «¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!». Pedro le contestó: «Señor, si eres tú, mándame
ir a ti sobre el agua». Él le dijo: «Ven». Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua acercándose a
Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: «Señor, sálvame».
Enseguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo: «¡Hombre de poca fe! ¿Por qué has dudado?». En
cuanto subieron a la barca amainó el viento. Los de la barca se postraron ante él diciendo: «Realmente eres
Hijo de Dios» (Mt 14, 22-33).
◊ De Simón Pedro: Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: “¿Quién dice
la gente que es el Hijo del hombre?”. Ellos contestaron: “Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros
que Jeremías o uno de los profetas”. Él les preguntó: “Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?”. Simón Pedro
tomó la palabra y dijo: “Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo”. Jesús le respondió: “¡Bienaventurado tú,
Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los
cielos (Mt 16, 13-17).
De los judíos: Pilato salió otra vez afuera y les dijo: “Mirad, os lo saco afuera para que sepáis que no
encuentro en él ninguna culpa”. Y salió Jesús afuera, llevando la corona de espinas y el manto color púrpura.
Pilato les dijo: “He aquí al hombre”. Cuando lo vieron los sumos sacerdotes y los guardias, gritaron:
“¡Crucifícalo, crucifícalo!”. Pilato les dijo: “Lleváoslo vosotros y crucificadlo, porque yo no encuentro culpa
en él”. Los judíos le contestaron: “Nosotros tenemos una ley, y según esa ley tiene que morir, porque se ha
hecho Hijo de Dios”. Cuando Pilato oyó estas palabras, se asustó aún más (Jn 19, 4-8).
Del centurión: Jesús, gritando de nuevo con voz potente, exhaló el espíritu. Entonces el velo del templo se rasgó
en dos de arriba abajo; la tierra tembló, las rocas se resquebrajaron, las tumbas se abrieron y muchos cuerpos
de santos que habían muerto resucitaron y, saliendo de las tumbas después que él resucitó, entraron en la ciudad
santa y se aparecieron a muchos. El centurión y sus hombres, que custodiaban a Jesús, al ver el terremoto y lo
que pasaba, dijeron aterrorizados: “Verdaderamente este era Hijo de Dios” (Mt 27, 50-54; // Mc 15, 39).
Del diablo
◊ Exorcismos: De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban y decían: «Tú eres el Hijo de Dios».
Los increpaba y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Mesías (Lc 4, 41; cf. paralelo Mc 3, 11-12)
◊ Dos endemoniados: Llegó Jesús a la otra orilla, a la región de los gadarenos. Desde los sepulcros dos
endemoniados salieron a su encuentro; eran tan furiosos que nadie se atrevía a transitar por aquel camino. Y
le dijeron a gritos: «¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Hijo de Dios? (Mt 8, 28-29)
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◊ El endemoniado de Gerasa: Y llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los gerasenos. Apenas
desembarcó, le salió al encuentro, de entre los sepulcros, un hombre poseído de espíritu inmundo. Y es que
vivía entre los sepulcros; ni con cadenas podía ya nadie sujetarlo; muchas veces lo habían sujetado con cepos
y cadenas, pero él rompía las cadenas y destrozaba los cepos, y nadie tenía fuerza para dominarlo. Se pasaba
el día y la noche en los sepulcros y en los montes, gritando e hiriéndose con piedras. Viendo de lejos a Jesús,
echó a correr, se postró ante él y gritó con voz potente: «¿Qué tienes que ver conmigo, Jesús, Hijo de Dios
altísimo? Por Dios te lo pido, no me atormentes» (Mc 5, 1-7).
◊ Tentaciones: Entonces Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después
de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre. El tentador se le acercó y le dijo: «Si
eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes». Pero él le contestó: «Está escrito: “No solo
de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”». Entonces el diablo lo llevó a la
ciudad santa, lo puso en el alero del templo 6 y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito:
“Ha dado órdenes a sus ángeles acerca de ti y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las
piedras”». Jesús le dijo: «También está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”» (Mt 4, 1-7; // Lc 4, 1-13)
De Jesús mismo
◊ El sumo sacerdote se puso en pie y le dijo: “¿No tienes nada que responder? ¿Qué son estos cargos que
presentan contra ti?”. Pero Jesús callaba. Y el sumo sacerdote le dijo: “Te conjuro por el Dios vivo a que nos
digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios”. Jesús le respondió: “Tú lo has dicho. Más aún, yo os digo: desde ahora
veréis al Hijo del hombre sentado a la derecha del Poder y que viene sobre las nubes del cielo” (Mt 26, 62-64)
◊ Cuando se hizo de día, se reunieron los ancianos del pueblo, con los jefes de los sacerdotes y los escribas; lo
condujeron ante su Sanedrín, y le dijeron: «Si tú eres el Mesías, dínoslo». Él les dijo: «Si os lo digo, no lo vais
a creer; y si os pregunto, no me vais a responder. Pero, desde ahora, el Hijo del hombre estará sentado a la
derecha del poder de Dios». Dijeron todos: «Entonces, ¿tú eres el Hijo de Dios?». Él les dijo: «Vosotros lo
decís, yo lo soy». Ellos dijeron: «¿Qué necesidad tenemos ya de testimonios? Nosotros mismos lo hemos oído
de su boca» (Lc 22, 66-71).
3. CONCLUSIÓN
Una triple afirmación aparece claramente en los evangelios:
◊ Ante la persona de Jesús, sus palabras, y sus hechos, todos los que le conocieron, tanto sus seguidores
(discípulos, apóstoles), como sus enemigos (escribas y fariseos), incluso los que no trataron más que
puntualmente con él (algunos soldados romanos), todos experimentan un asombro, una admiración, que a
veces llegaba incluso al miedo, y muchos se preguntaban insistentemente: “¿Quién es este?”
◊ La respuesta a esta pregunta es unánime: Jesús de Nazaret mismo se tuvo por el Hijo de Dios, y así quiso
que sus discípulos y sus apóstoles lo creyeran y lo afirmaran.
◊ De hecho, esta fue la razón por la que le mataron.
Tarea: por tanto ante la pretensión de Jesús de ser el Dios hecho hombre debemos estudiar
◊ ¿es histórica? ¿Él dijo y creyó lo que los escritos que nos llegan de Él afirman que dijo? Porque si Jesús de
Nazaret no tuvo esa pretensión, si esa pretensión sólo es nuestra y Él no la asumió, entonces todo es insostenible,
pura alegoría humana → temas 2 y 3.
◊ ¿es razonable? ¿La pretensión de Jesús está avalada por sus palabras y acciones, de modo que Él haya podido
dar indicios o demostraciones que hagan razonable creer? → temas 4 y 5
◊ ¿cuál es su contenido? Si lo que Jesús dijo es histórico y razonable, entonces ¿qué ha dicho exactamente
acerca de Él, de Dios y de la vida?
− ¿Quién es Él?: → tema 6
− ¿Quién es Dios?: → temas 7 y 8
− ¿Qué pasa al final de la vida?: → tema 9
Vídeo-resumen: Catolicismo: ¿la religión verdadera?, El sentido busca al hombre: exordio
Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos han sido
escritos para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su
nombre (Jn 20- 30-31)
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TEMA 2
HISTORICIDAD Y FUENTES NO CRISTIANAS
Presentación Genial.ly
1. UN ACONTECIMIENTO SINGULAR
La pretensión de Jesús de ser Dios hecho hombre es un “acontecimiento singular”. En el tema 1 vimos que Jesús
reivindica ser el Hijo de Dios. Veamos ahora que esta pretensión es un hecho único en la historia en dos sentidos:
1.2 NUNCA NADIE HA DICHO DE SÍ MISMO QUE SEA DIOS EXCEPTO JESÚS DE NAZARETH
Hay grandes fundadores de religiones existentes o desaparecidas cuyas vidas pueden situarse en el tiempo, y
cuyas palabras, incluso escritos, pueden recogerse y estudiarse en la historia de las religiones. Algunos son:
◊ Moisés, organizador (con Abraham) de la religión del pueblo hebreo, que vivió en el siglo XIII a.C.
◊ Lao-Tsé y Kung-Fu-Tsé (Confucio), que vivieron en China en el siglo VI a.C. y dieron origen a la religión
filosófica del Tao el primero, y a la organización de la religión del Estado en forma moral y familiar el segundo;
◊ Buda, Siddharta Gautama o Sakyamuni, el creador del budismo que vivió en la India en el siglo VI-V a.C.
◊ Zoroastro (o Zarathustra) en Persia fue el organizador religioso de la antigua religión de los persas.
◊ Mahoma, organizador de la religión del Islam en el siglo VII d.C. o Maní en Persia en el siglo II d.C.
Pero ninguno de ellos ha pretendido que se le considerase un dios. Otra cosa diferente es que, posteriormente
a su vida y muerte, sus seguidores le hayan divinizado o dado culto como imágenes (p.ej. Buda).
Nunca, nadie, jamás, salvo Jesús, dijo de sí mismo que sea Dios y por eso es un caso singular en la historia
de la humanidad. Jesús de Nazaret es el único hombre conocido en la historia que ha reclamado ser considerado
Dios en sentido definitivo, pleno y total de la palabra. Reprendía incluso a los discípulos que dudaban de ello:
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las
puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros». Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos;
trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente». Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios
mío!» (Jn 20,26-28).
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2. UNA PREGUNTA, SEIS HIPÓTESIS Y UNA TAREA
Pregunta: ¿es HISTÓRICA la persona y la pretensión de Jesús?
◊ ¿Realmente Jesús existió como personaje histórico y afirmó de sí mismo que era el Hijo de Dios? Ante
esta inaudita pretensión de Jesús de decir ser “Dios hecho hombre”, primero hay que estudiar si es histórica.
◊ La Ilustración empezó a sospechar que no era histórica, y afirmó a priori que el ‘Jesús histórico’ (el que
realmente existió) es diferente del ‘Cristo de la fe’ (en el que hoy creemos).
◊ Realizó la búsqueda del Jesús histórico, “the Quest” on the historical Jesús, desde 1776 con largas y
sesudas discusiones, pasando por 4 etapas que no estudiaremos (old quest, no quest, new quest, third quest).
◊ Concluyó advirtiendo que los “retratos” del supuesto ‘Jesús de la historia’ que esas búsquedas han
elaborado no pocas veces son, en el fondo, mucho más “proyecciones” de las ideas de los investigadores
que “descubrimientos” reales. O sea que “lo que Pedro dice de Juan, dice más de Pedro que de Juan”.
− Sabemos más de Jesús y de su contexto histórico que al principio.
− Pero, tras 250 años de discusión, las hipótesis siguen siendo muy parecidas a las que había al inicio.
Respuesta: seis hipótesis posibles para afrontar el acontecimiento singular de Jesús de Nazaret:
1. Es un mito: Jesús no existió realmente → la desmentiremos en este tema 2
2. Es una leyenda: Jesús existió, pero su identificación con Dios es posterior → desmentida tema 3
3. Es un poeta: Jesús existió y se identificó con Dios, pero en sentido simbólico → desmentida tema 3
4. Es un loco: Jesús existió y se identificó con Dios, pero no lo es y no lo sabe → desmentida temas 4 y 5
5. Es un mentiroso: Jesús existió y se identificó con Dios, pero no lo es y lo sabe → desmentida temas 4 y 5
6. Es Dios: Jesús existió y se identificó con Dios en sentido estricto y propio, y lo es. Esta última opción es
la que ha admitido siempre la tradición cristiana y en esta convicción consiste precisamente la fe.
Tarea: hay que realizar un estudio histórico y con los métodos de la historia, puesto que la cuestión que se
plantea es que Dios entró en la historia. Hay que estudiar:
◊ El contexto histórico y cultural del siglo primero en el Oriente Próximo para contrastar y encuadrar en él el
acontecimiento de Jesús de Nazaret → anexo 1.
◊ Las fuentes no cristianas que nos hablan de ese contexto, valorarlas y analizarlas críticamente para poder
determinar algo de su existencia y de su actividad → continuación de este tema 2.
◊ Las fuentes cristianas para calibrar de modo adecuado su posible objetividad y el tipo de relación que pueden
mantener con otras fuentes → tema 3.
Nota importante: introducción acerca de la ciencia histórica
◊ La historia es una dimensión de la persona, antes de ser una ciencia/saber/relato.
− Ante todo es el desarrollo de su vida a lo largo del tiempo.
− Además es una ciencia en cuanto el ser humano es consciente, se da cuenta de ese desarrollo de la vida de
las distintas sociedades y culturas, tiene conocimiento del ser humano.
◊ Es además una ciencia humana porque el ser humano es imprevisible en sus actos al ser inteligente y libre.
◊ No es una ciencia exacta porque el hombre no es un autómata predefinido y exacto.
◊ Es una interpretación coherente de unos hechos que no pueden ser reproducidos, y que se analizan e
interpretan no a partir de ellos mismos, sino de forma indirecta, a partir de los testimonios de tales hechos.
◊ Esta interpretación depende de las “precomprensiones” del historiador, pues ni los testimonios ni las
interpretaciones son asépticos
3. HIPÓTESIS DE JESÚS-MITO
Según la hipótesis del mito
◊ Jesús sería un personaje de ficción síntesis de mitos helenistas, religiones mistéricas y la idea mesiánica judía
◊ El NT sería a lo sumo una simple obra literaria, el mejor best-seller de la historia.
◊ Los creadores serían fanáticos judío-mesiánicos en un contexto religioso pagano.
◊ En consecuencia, el cristianismo sería tan falso como la mitología, así lo vino a decir algún ilustrado:
La verdad sobre Jesús no hay que buscarla ni en la historia ni en la religión, sino en la literatura, en la
mitología (David STRAUSS)
TAREA: investigación histórica ¿fue Jesús de Nazaret de verdad un personaje relevante en su época? ¿Lo
conoció alguien además de sus seguidores? ¿Hay testimonios de ese tiempo capaces de reflejar esa importancia?
◊ A primera vista podría pensarse que no, puesto que las fuentes latinas y griegas nos hablan de los grandes
emperadores y generales, pero no parecen interesarse demasiado en la figura de un artesano judío.
◊ Sin embargo, veamos cómo hay testimonios muy importantes acerca de Él.
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4. HISTORICIDAD Y FUENTES NO CRISTIANAS
4.1 FUENTES GRECOLATINAS
4.1.1 Cornelio Tácito (54-119)
Historiador romano más importante de final del siglo I e inicios del siglo II. Conoció de primera mano la
corte imperial de Roma y consultó los archivos de la Curia para componer, al final de su vida (entre el 115 y el
117) su extensa obra: “Anales de la historia de Roma”.
Alude de pasada a Cristo y a los cristianos: al dar cuenta del reinado de Nerón (54-68), menciona el incendio
que el emperador ordenó en uno de los barrios de la ciudad. Por lo visto el pueblo se enteró de quién era el
causante del desastre, el propio emperador, y comenzó a acusarlo. Y entonces relata Tácito:
Así, pues, para acallar este rumor, Nerón acusó como reos y torturó con penas refinadas a los que el pueblo
denominaba cristianos, odiados por sus crímenes. Su fundador, llamado Cristo, fue condenado a muerte por
el procurador Poncio Pilato, imperando Tiberio. Esta superstición destructora, apenas reprimida, brotaba de
nuevo no sólo por Judea, donde nació dicho mal, sino en la misma ciudad de Roma, adonde confluye de todas
partes, y se exalta cuanto hay de atroz y vergonzoso (TÁCITO, Annales Historiae Romae, XV, 44)
Esta alusión es muy significativa
◊ Es una fuente nada sospechosa de favorecer el cristianismo, pues se muestra claramente hostil a los
cristianos, a los que califica de “superstición destructora” y cuyos “crímenes” da por supuesto en función del
odio que el pueblo les tenía y que Tácito parece compartir.
◊ Transmite unos hechos del todo ciertos del año 65, momento de la persecución decretada por Nerón.
◊ En el año 65 d.C. el cristianismo contaba ya con una presencia significativa en Roma, no tan pequeña
como para que pudiera pasar desapercibida, y no tan grande como para que a Nerón le resultara
contraproducente cargarles con su culpa; lo bastante numerosa como para que el pueblo la conociera, pero no
tan inmensa como para que el castigo resultara interminable.
◊ Ya entonces se sabía en Roma quién era el fundador de ese grupo, las circunstancias de su muerte y la
consideración que tenía entre sus fieles. El texto da a entender que murió crucificado, pues era ésta una condena
habitual para los reos que no tenían la ciudadanía romana; implica igualmente que fue ejecutado en Judea, pues
de allí era procurador Poncio Pilato, y que ocurrió entre el año 26 y el 36, que fueron los de su gobierno.
◊ El hecho de que hable de “Cristo” y no de “Jesús” refleja que el pueblo lo conocía por ese nombre, que
era el que le daban sus seguidores al considerarlo “ungido” o “mesías” enviado por Dios.
◊ Además es un testimonio relativamente próximo al tiempo de Jesús, porque cuando Tácito escribe no han
pasado todavía cien años de la muerte de Jesús (que tuvo lugar entre el 30 y el 35)
Resumen: Tácito, que no guarda simpatía alguna por los cristianos o por su fundador, a quien implícitamente
considera un criminal, nos dice que los romanos del año 65 sabían que Cristo había muerto crucificado en Judea
apenas unos 30 años atrás y que, a pesar de tan infamante muerte, sus seguidores lo adoraban como ungido de Dios.
4.1.2 Suetonio (75-160)
Archivero, bibliotecario y secretario de Adriano (117-138). Conoció asimismo la corte imperial. Su obra
más notable es la “Vida de los doce Césares”, que comienza con Julio César y termina con Domiciano (81-96).
Alude a un tal Chrestos en la siguiente noticia, al hablar del imperio de Claudio (41-54), el cual
expulsó de Roma a los judíos, que provocaban continuos alborotos por causa de un tal Chrestos (Vita Claudii 25,4)
Esta alusión es también muy importante
◊ Confirma el pasaje del NT: “Claudio había decretado que todos los judíos abandonasen Roma” (Hch 18, 2).
◊ Nos informa de la existencia de cristianos en Roma ya en el año 41 d.C.
− Sabemos que en Roma existía una numerosa colonia judía ya en el siglo I a. C., y que en otras ciudades
habían causado disturbios: Flavio Josefo nos dice que en Alejandría, donde los judíos eran la cuarta parte de
la población, se amotinaron como respuesta a las provocaciones del emperador y sus procuradores.
− Pero aquí que el origen de los alborotos era interno a la comunidad judía: “por causa de un tal Chrestos”:
• no se conoce a ningún personaje relevante en Roma en ese período con tal nombre,
• ni se ha encontrado ese nombre en las inscripciones funerarias a pesar de ser un nombre griego común,
• y sin embargo en algunos códices antiguos el nombre de Cristo aparece escrito conforme a esta grafía,
◊ Certifica la rápida difusión de la fe cristiana que estaría en Roma apenas 10 años después de morir Jesús.
◊ Y constata el carácter revulsivo del cristianismo en el seno del judaísmo, que daba lugar a altercados.
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4.1.4 Plinio el joven (62-113)
Político humanista latino, abogado, militar y amigo de Trajano que le nombra gobernador de Bitinia. Escribió
muchas cartas que reflejan las vicisitudes de su época y su espíritu humanista inculcado por su tío Plinio el Viejo.
Alude a Cristo en una carta del 110, de la cual se infiere que existía una legislación contra los cristianos, de
cuyos crímenes al parecer todos hablaban, pero nadie había comprobado. Plinio, antes de condenar a varios reos
denunciados como cristianos, abre una investigación para clarificar sus delitos, e informa al emperador Trajano
de su resultado, consultándole cómo debe proceder para actuar con justicia:
... su error [el de los cristianos] había consistido en la costumbre de reunirse determinado día antes de salir
el sol, y cantar entre ellos sucesivamente un himno a Cristo, como si fuese un dios, y en obligarse bajo
juramento, no a perpetrar cualquier delito, sino a no cometer robo o adulterio, a no faltar a lo prometido, a
no negarse a dar lo recibido en depósito. Concluidos estos ritos, tenían la costumbre de separarse y reunirse
de nuevo para tomar el alimento, por lo demás ordinario e inocente… (PLINIO EL JOVEN, Epistulae, x, 96, ad
Traianum Caesarem. Tomada de F. VARO, Rabí Jesús de Nazaret, I, p. 108)
Alusión menor, pero también muy significativa
◊ Constata la gran difusión del cristianismo. 80 años tras la muerte de Jesús, sus seguidores se extendían por
buena parte del mundo y habían crecido en número hasta resultar significativos para la autoridad romana, pues
Plinio consta que en Bitinia, por los cristianos, había descendido el consumo de carne inmolada a los ídolos.
◊ Confirma la veneración de los cristianos por su fundador, no sólo con la mención del nombre de Cristo,
sino de modo explícito diciendo que lo adoran como a un dios.
◊ Testimonia la práctica de liturgias cristianas: la oración y una comida que hace pensar en la Eucaristía.
◊ Sorprende el código moral que siguen, que es contraria a la práctica habitual de su época.
◊ Sorprende la fidelidad de los cristianos a su Dios, aunque Plinio lo considera obstinación.
4.1.5 Otros
Existen también otros textos: del filósofo sirio Mara Bar Serapión (ca. 100), del orador romano Marco
Cornelio Frontón (100-168) o del dramaturgo griego Luciano de Samosata (120-180), que en su obra “La
muerte de Peregrino” ridiculiza a los cristianos y se burla de “su fundador crucificado”, así como brevísimas
referencias en Epícteto (55- 135) y en Marco Aurelio (121-180; emperador del 161-180).
Es común a todos estos autores que
◊ Ninguno es sospechoso de mentir. Todos sienten reservas y animadversión contra los cristianos e incluso odio.
◊ Ninguno de ellos niega la existencia de Jesús de Nazaret, ni su juicio por parte de la autoridad romana, ni
su muerte en cruz, ni la estela cada vez más numerosa de discípulos que le siguen, y que de modo sorprendente
y hasta escandaloso han llegado a creer que aquel crucificado era Dios.
◊ Todos entienden como verdadera la existencia de Jesús, como un hecho necesario para explicar posteriores
acontecimientos: el incendio de Roma, las revueltas judías, la crisis cárnica, la justificación de una sátira.
Resumen: los historiadores no cristianos, aunque sus referencias sean muy breves y nebulosas, resultan capitales:
certifican, desde fuera de la fe cristiana, que el origen de esa fe es un judío crucificado en tiempos de Poncio Pilato.
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4.3 FUENTES ARQUEOLÓGICAS
Vamos algunos documentos arqueológicos que parecen confirmar la autenticidad histórica de Jesús de Nazaret.
La basílica del Santo Sepulcro en Jerusalén
◊ Iglesia que se alza sobre el lugar de la tumba de Jesús de Nazaret según la tradición cristiana milenaria.
◊ Los arqueólogos constatan una admirable coincidencia con el NT. Tras estudio de partes bajo la construcción
cruzada han descubierto, además de vestigios de los estratos anteriores, restos de una peña, el espacio vacío de
una cantera, convenientemente rellenado de tierra para hacer un huerto, y tumbas tipo kokhin propias del s. I.
Diversas excavaciones
◊ Han sacado a la luz datos del NT: poblaciones judeocristianas de Nazaret y Cafarnaúm; lápidas que confirman
la existencia de Pilato.
◊ Han descubierto trazos de culto cristiano primitivo en la cueva de Belén, en el Cenáculo o en Dura Europos,
Pompeya y Roma, lo cual confirma la pronta extensión de la fe cristiana.
Cuadrado mágico de Dura Europos
◊ Palíndromo: palabra o frase con letras dispuestas de modo que resulta
la misma leída de izquierda a derecha que de derecha a izquierda: “sator
arepo tenet opera rotas”, “el sembrador Arepo guía con destreza las
ruedas” [de su carro]. No dice nada.
◊ Del s. III d. C., en Siria, donde había una guarnición romana.
◊ Con un significado oculto descifrado en 1925 por unos arqueólogos: las
25 letras forman, en cruz, la palabra latina paternóster. Los cristianos escondieron un acto
de fe en Cristo crucificado, alfa y omega de la creación, y maestro de oración que enseñó el padrenuestro.
◊ Vincula la oración del padrenuestro con la divinidad de Jesucristo y una teología de la cruz.
Cuadrado mágico de Pompeya
◊ Idéntico grabado que el anterior; en una columna de la palestra que se halla frente al anfiteatro de Pompeya.
◊ Trae la clave para su desciframiento: justo al lado del jeroglífico se ven tres letras seguidas: la N (centro
de la cruz), flanqueada de la A y la O, que son las que deben situarse fuera. Además tiene encima un triángulo
(símbolo inequívoco de la Santísima Trinidad)
◊ Conclusión: antes del 79, en Pompeya, los cristianos veneran al Crucificado como hombre y como Dios
− existía ya una traducción latina del padrenuestro antes del 79 (o 63) que Pompeya fue sepultada por la lava;
− el culto a la Cruz y la simbología de Alfa y Omega (del Apocalipsis) se remontan a antes del 79, puesto que
la palestra fue abandonada tras el terremoto del año 63;
− había ya un culto al Padre y al Hijo en la península Itálica.
11
TEMA 3
HISTORICIDAD Y FUENTES CRISTIANAS
Presentación Genial.ly
Aún quedan otras 5 hipótesis acerca de Jesús y su pretensión de divinidad, después de haber probado que
la hipótesis de Jesús-mito es falsa, pues las fuentes no cristianas han confirmado la realidad histórica de Jesús.
Desmintamos en este tema la hipótesis de Jesús-leyenda y la de Jesús-poeta.
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2. HISTORICIDAD Y FUENTES CRISTIANAS
Pregunta: ¿es HISTÓRICA la pretensión de Jesús de ser el Hijo de Dios? ¿Quién divinizó a Jesús? ¿Fue
realmente Él quién lo dijo? Según estas dos hipótesis no fue Jesús quién dijo de sí mismo que fuese Dios, sino
que fue la Iglesia posterior a Jesús quien diría de él, algo que él supuestamente no dijo. Posibilidades:
a. La Iglesia de la Edad Media (VI-XIII), a medida que la Iglesia necesitaba de tal idea para justificar su poder.
b. La Iglesia de la Edad Antigua (s. IV), cuando la Iglesia habría apoyado con esta doctrina la teología imperial
de Constantino, de modo que el único emperador en la tierra se correspondería con el único Dios del cielo.
c. La Iglesia de la 2ª y 3ª generación (s. I-II) para evitar la influencia de las religiones paganas y gnósticas.
d. Los autores del NT: primeros discípulos, sobre todo San Pablo, culpables de haber helenizado el
cristianismo, es decir de haber falsificado el mensaje original de Jesús añadiéndole categorías griegas ajenas a él.
Respuesta: las posibilidades a, b y c son falsas según lo visto en el tema q sobre la historicidad y fuentes no
cristianas. Si, a inicios del s. II, Plinio dice que los cristianos adoraban a Cristo como a un Dios, es absurdo pensar
que su divinidad la inventó la Edad Media, Constantino o los cristianos del propio s. II, más aún cuando contamos
con fragmentos y testimonios que muestran que ya se le consideraba divino en el s. I.
PREGUNTA: ¿los cristianos de la 1ª generación, los autores del NT, falsearon la historia de Jesús?
TAREA: analizar la veracidad del NT. ¿Es una madeja de fábulas sobre un remoto fondo histórico, o por el
contrario tiene una fundamental intencionalidad histórica y un valor también histórico respecto de su protagonista?
1
Puesto que el material es mucho más frágil que el pergamino de los manuscritos, la conservación es también más difícil, de modo que
si los folios están deteriorados, a veces hay lagunas en los textos. Aun así, con ellos tenemos una extensa porción del NT.
2
Una de sus primeras copias del evangelio de Juan, ya que el original debió de completarse — según la mayoría de los expertos— hacia
el año 95. La distancia que lo separa de los hechos a los que se refiere no llega ni siquiera a cien años. Hallado en Egipto.
3
Parece que se trata de uno de los cincuenta ejemplares de la Biblia copiados “por escribas diestros en su arte, en pergamino fino, con
nítida escritura” que Constantino encargó a Eusebio de Cesárea el año 333 (Eusebio, Vita Constantini 4, 36).
4
400 años median entre Homero y sus versos más antiguos; 1.200 separan a Platón de las páginas más antiguas que de él conservamos,
compuestas entre los s. IX y XIV a partir probablemente de un arquetipo perdido del s. VI d. C.; sólo 95 de la muerte de Jesús al P52.
14
15
2.3 CRÍTICA LITERARIA: LA FIABILIDAD DEL CONTENIDO DEL NT
Criterio científico: el tiempo técnico reconocido para confiar en la historicidad de un documento antiguo
es de 2 generaciones (70-80 años). Un hombre que hoy tiene 60 años recuerda bien lo que escuchó cuando tenía
15 a su abuelo de 70: cuando éste tenía 15 sucedió un acontecimiento que marcó su tiempo; no fue inventado,
aunque hubo diversas interpretaciones sobre su significado. (70-15) + (60-15) = 100 → 70-80 años. En ese lapso
no puede inventarse un gran hecho de ningún tipo, y conseguir que la mentira triunfe. Razones:
◊ habría testigos vivos que lo desmentirían, haciendo imposible que la fábula se instalase en la memoria colectiva
◊ quedarían rastros de la controversia entre los fabricantes de la leyenda y los muchos (puesto que se trataría de
creer en un acontecimiento de primera magnitud) que no vieron lo que aquéllos pretenden hacer creer.
2.3.1 Las fuentes
Las fuentes del NT son tradiciones que las 1as comunidades cristianas han transmitido al menos oralmente
◊ Son relatos, fórmulas de fe, himnos litúrgicos, recensiones de las “palabras del Señor”, esquemas rituales…
◊ Las comunidades usaban estas tradiciones en sus asambleas antes de que existiesen los evangelios y cartas.
◊ Recogen tanto la enseñanza y acciones de Jesús, como una primera reflexión teológica.
Hay evidencias de que san Pablo y los evangelistas usaban fuentes
◊ Los mismos autores afirman que su intención es contar algo que ha sucedido en un tiempo y lugar determinados.
No tienen una intención meramente sapiencial, espiritual o moral como enseñar algo con moraleja: cf. Lc 3,1-2
◊ Para ello han consultado escritos que ya circulan por las comunidades cristianas, y que ellos mismos se sitúan
en esa corriente de transmisión sobre la vida de Jesús: cf. Lc 1, 1-5.
◊ Hay conceptos y expresiones que Pablo no explica porque supone comunidades capaces de entenderlos: que
Jesús es el Cristo, el Señor de la historia y el que murió y resucitó por nosotros…)
◊ “Porque no os escribimos sino acerca de las cosas que leéis” sería el sustrato arameo que daría origen al
griego que san Pablo escribe a los corintios “Pues no os escribimos sino lo que leéis o entendéis” (2 Cor 1, 13).
2.3.2 Cartas de san Pablo
Datación de las cartas: 50-68
◊ Son los documentos más antiguos del cristianismo, más antiguos aún que los Evangelios.
◊ San Pablo tuvo que escribir entre la muerte de Jesús y la suya propia, es decir, entre el 30 y el 68.
◊ Los expertos reconocen 7 de sus cartas como auténticamente paulinas y escritas entre el año 50 y 60.
Datación de las fuentes
◊ Flp 2, 6-11: cita un himno litúrgico al menos unos 10 años anterior a la propia carta y conocido por la
comunidad de Filipos. Como la carta es de inicios del 54, la fuente de este texto prepaulino dista apenas unos
15 años de la muerte de Jesús. Las expresiones del himno sugieren un origen judeocristiano distante del helenismo.
◊ 1 Cor 11, 23-26 5: es el relato más antiguo de la Última Cena, del año 35 aprox. (antes de que los corintios y
Pablo fueran cristianos). El vocabulario que usa san Pablo es el lenguaje técnico que usaban los rabinos para
transmitir con total fidelidad las tradiciones: “he entregado” (paredoka) lo que “he recibido” (parelabon), por
eso afirma que esta tradición “se remonta hasta el Señor” y pone las palabras del propio Jesús en estilo directo,
y dentro de ellas el mandato de realizar con esa celebración su memorial: “haced esto en memoria mía”.
◊ 1 Cor 15, 3-8 6 contiene la misma fórmula de transmisión, y por los giros lingüísticos no paulinos la tradición
se formó en arameo, antes de la fundación de la comunidad de Corinto (49 d. C.; la carta es del 52). Además,
la referencia a los 500 hermanos, “la mayoría de los cuales vive todavía”, reafirma su valor histórico. La
datación de este credo (por su sustrato arameo) está en los diez años posteriores a la crucifixión de Jesús. David
Flusser, profesor judío en la Universidad Hebrea de Jerusalén, afirma: “No tenemos ningún motivo para dudar
de que el Crucificado se apareciera a Pedro, luego a los doce, después a más de quinientos hermanos a la vez
[…] luego a Santiago; más tarde a todos los apóstoles, y finalmente a Pablo en el camino de Damasco” 7.
5
1 Cor 11, 23-26: “Porque yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido: Que el Señor Jesús,
en la noche en que iba a ser entregado, tomó pan y, pronunciando la Acción de Gracias, lo partió y dijo: “Esto es mi cuerpo, que se
entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía”. Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo: “Este cáliz es la nueva
alianza en mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía”. Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz,
proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.”
6
1 Cor 15, 3-8: “Porque yo os transmití, en primer lugar, lo que también yo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las
Escrituras; y que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; y que se apareció a Cefas y más tarde a los Doce;
después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales vive todavía, otros han muerto; después se apareció
a Santiago, más tarde a todos los apóstoles; por último, como a un aborto, se me apareció también a mí”.
7
D. FLUSSER, Jesús, en sus palabras y en su tiempo, p. 138.
16
2.3.3 Evangelios Canónicos
Datación de los evangelios: hay que encuadrarla dentro del siglo I. La fecha exacta dependerá de las diversas
teorías que existen sobre la composición de los Evangelios:
◊ Teoría de las 2 fuentes: las principales son Mc y Q, por ser el primero próximo a la predicación de Pedro y el
segundo una fuente de dichos (logia) de Jesús. De ellos se servirían Mt y Lc que usan también fuentes propias.
◊ Teoría del Proto-Marcos: sostiene la existencia de un evangelio anterior al evangelio de Marcos actual y del
que seguirían dependiendo Mateo y Lucas.
Datación de las fuentes: los Evangelios usan fuentes anteriores a ellos principalmente en los relatos de la
Pasión, que se remontan a los primeros diez años de cristianismo. De Mc y la fuente Q, circularon ya algunos
textos compuestos en arameo dentro de los primeros años treinta, esto es, poco después de la muerte de Jesús.
2.3.4 Evangelios apócrifos
Los evangelios apócrifos son aquellos que la Iglesia primitiva rechazó
◊ Títulos: evangelios judeocristianos (evangelio de los hebreos, evangelio de los
nazarenos, evangelio de los ebionitas y evangelio de los doce apóstoles); el evangelio de
Pedro; el protoevangelio de Santiago; el evangelio de Tomás, etc…
◊ Datan desde el s. II (los más antiguos), hasta mediados del s. IV (los más tardíos).
No hay fragmentos ni manuscritos de ellos anteriores al año 150.
◊ El contexto en el que están escritos y que suponen para Jesús es anacrónico y se
corresponde con épocas posteriores al tiempo de Jesús y al propio siglo I.
◊ Contienen algunos rasgos positivos sacados normalmente de los evangelios canónicos.
◊ Pero incluyen elementos fantásticos: ceden al gusto popular por lo maravilloso y lo
legendario, se dejan llevar por la tentación de “completar” los Evangelios, bien para
colmar lagunas de la vida de Jesús (especialmente la previa al ministerio público), bien
para enriquecer el relato de la resurrección con algunos detalles adecuados para
establecer su realidad de forma irrefutable frente a la incredulidad.
◊ No son neutros, sino interesados: quieren transmitir una doctrina, normalmente hereje
(los evangelios de María Magdalena, de Tomás y de Judas son gnósticos, muy machistas).
◊ Es la tentación de escribir una vida de Jesús que responda a la curiosidad popular
o a una cierta apologética que desea explicar la discordancia o el silencio de nuestros
relatos, o fundamentar más la realidad de los sucesos principales de la vida de Jesús.
◊ Son públicos, no secretos (cf. Google), ni “escondidos por el Vaticano” como dicen algunos para vender.
Comparativa: escena de la sepultura de Jesús
Evangelio de Pedro Mc 16, 2-6
[Pilato, los sumos sacerdotes, el sanedrín y [las mujeres] muy temprano, el primer día de la semana, al salir el sol,
toda Jerusalén] vieron a tres hombres salir del fueron al sepulcro. Y se decían unas a otras: “¿Quién nos correrá la
sepulcro y los seguía una cruz. Las cabezas de piedra de la entrada del sepulcro?”. Al mirar, vieron que la piedra
aquellos dos llegaban al cielo, mientras la del estaba corrida y eso que era muy grande. Entraron en el sepulcro y
hombre que llevaban sobrepasaba los cielos. vieron a un joven sentado a la derecha, vestido de blanco. Y quedaron
Oyeron una voz que decía: “¿Has predicado a aterradas. Él les dijo: “No tengáis miedo. ¿Buscáis a Jesús el Nazareno,
los que duermen?”. Desde la cruz se escuchó el crucificado? Ha resucitado. No está aquí. Mirad el sitio donde lo
esta respuesta: “Sí”. pusieron.
◊ El evangelio canónico es mucho más sobrio. No da una descripción de la resurrección, que tuvo que darse
entre ese momento y la llegada de las mujeres a la tumba. Hay testigos del Resucitado, pero no hay testigos de
la resurrección. Marcos no dice nada porque no lo vio. Los Evangelios sólo pueden hablar de lo que los testigos
han visto, a Jesús resucitado, mas no pueden describir el hecho mismo de la resurrección. Y en sus relatos del
Resucitado mantienen también un estilo sobrio y casi distante, en nada parecido a la imaginación, desbordada
y simbólica, de los apócrifos. Se puede constatar el cuidado por conservar los hechos reales tal como fueron.
En conclusión, los evangelios apócrifos
◊ Son verdaderas leyendas sin fiabilidad histórica, de una mediocridad lastimosa.
◊ Demuestran que las comunidades cristianas primitivas no eran fáciles de engañar, pues se quedaron con
solo 4 de los casi 150 relatos que hubo de Jesús. No los aceptó por muy solemnes que fueran sus títulos, rechazó
la mayoría de los que se llaman evangelios y obras de los apóstoles y discutió sobre la autenticidad de los relatos.
◊ Demuestran que nadie pudo imponer su propia historia sobre Jesús, ni siquiera la Iglesia primitiva,
pues se hubiese generado una controversia tal que hubiese dejado huella en un ambiente tan poco crédulo.
◊ Reafirman la historicidad de los evangelios canónicos por su dependencia literaria. Es decir, los
evangelios apócrifos se redactan usando como fuentes los evangelios canónicos.
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2.3.5 Conclusión: historicidad del NT
Las cartas de san Pablo tienen un gran valor como fuente histórica
◊ San Pablo es muy próximo a Jesús, que murió en el año 30 y Pablo escribe en los 50. Luego mucho menos
de las dos generaciones necesarias para confiar en la historicidad de un documento.
◊ Las cartas de Pablo y sus fuentes afirman la divinidad de Jesús apenas 10-20 años tras su muerte. Luego
es falsa la acusación de que Pablo presenta un Cristo espiritualizado, sin conexión real con el Jesús de la historia.
◊ Las fuentes prueban que la fe en la divinidad de Jesús se desarrolló en la 1ª generación de los que lo
conocieron, fruto del contacto con Él, de los que tuvieron contacto directo e inmediato con estos testigos
oculares (los mismos testigos que David Strauss reclamaba para que la historia evangélica fuese “inatacable”).
◊ Luego, lejos de “helenizar” el cristianismo, san Pablo comenzó la cristianización del helenismo
Esta tesis no es del todo falsa, pero sí rudimentaria e imprecisa. En efecto, el NT fue escrito en griego e implica
el contacto con el espíritu griego, un contacto que había madurado en el desarrollo precedente del AT.
Ciertamente, en el proceso de formación de la Iglesia antigua hay elementos que no deben integrarse en todas
las culturas. Sin embargo, las opciones fundamentales que atañen precisamente a la relación entre la fe y la
búsqueda de la razón humana forman parte de la fe misma, y son un desarrollo acorde con su propia
naturaleza (Benedicto XVI, discurso en Ratisbona el 12.IX.2006, link).
Los evangelios canónicos
◊ Ciertamente los Evangelios no son biografías ni crónicas, ‘historia’ en el sentido moderno ya que:
− muestran considerables lagunas o contradicciones entre sí.
− no son descripciones meticulosas: aspecto físico de Jesús, lo que Jesús dijo e hizo, su etiología, etc.
◊ Pero los evangelios canónicos y sus fuentes fueron escritos 10-50 años después de los hechos narrados.
Luego también menos que el tiempo técnico reconocido para considerarlo fiable históricamente.
◊ Esta historicidad viene avalada por la existencia de los evangelios apócrifos, escritos después de dos
generaciones, los cuales tienen añadidos fantásticos y copias de otras religiones.
◊ Los mismos autores del NT se sitúan dentro de la corriente de transmisión sobre la vida de Jesús y
además consultan otras fuentes históricas:
Puesto que muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han cumplido entre
nosotros, como nos lo transmitieron los que fueron desde el principio testigos oculares y servidores de la
palabra, también yo he resuelto escribírtelos por su orden, ilustre Teófilo, después de investigarlo todo
diligentemente desde el principio, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido. En los
días de Herodes, rey de Judea, había […] En el año decimoquinto del Imperio del emperador Tiberio, siendo
Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes tetrarca de Galilea, y su hermano Filipo tetrarca de Iturea y
Traconítide, y Lisiano tetrarca de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás (Lc 1, 1-5; 3, 1-3)
Historicidad del NT
◊ Se afirma con rotundidad que Jesús no es de ficción sino perfectamente histórico: se insiste en
encuadrarlo en un espacio y un tiempo; se ocupan de su caso las autoridades históricas del momento; se habla
de sus parientes, conocidos y discípulos, muchos de los cuales se presentan como vivos todavía en el momento
de escribir los textos... San Pablo apela a los testigos de la resurrección, pero aunque no apelara, muchos que
conocieron los hechos de la vida de Jesús están por ahí para hacer imposible que una leyenda basada en
invenciones se instale: unos la conocieron con admiración, otros con odio, pero ninguno de ellos habría estado
dispuesto a que se desvirtuase la realidad de manera tan clamorosa.
◊ Con todo, es una literatura especial, por su contenido y finalidad: dar a conocer la excepcionalidad del
personaje y ayudar a la liturgia y la predicación en las comunidades nacientes, como dice Lucas en su prólogo.
◊ Esto condiciona la forma del relato, pero no se oponen a su validez histórica. La veracidad de la noticia
no se deduce de la forma, sino de la comprobación. Hay que distinguir forma literaria e historicidad; la primera
no prejuzga la segunda.
◊ Es ‘literatura popular’, no ‘fantástica’, porque aquellos a quienes iban dirigidos jamás los habrían admitido
como válidos (como pasó con los evangelios apócrifos). Quiere conservar la memoria y propiciar el anuncio.
◊ Luego el NT es historia porque custodia y recoge una historicidad palpable. Afirma un enemigo de la Iglesia:
¿Diremos que la historia del Evangelio ha sido inventada a capricho? Amigo mío, no es así como se inventa,
y los hechos de Sócrates, de los que nadie duda, están menos atestiguados que los de Jesucristo. En el fondo
es dejar de lado la dificultad sin destruirla; que varios hombres concertados hubieran fabricado ese libro
sería más inconcebible que el que uno solo haya proporcionado material para él. Jamás hubieran encontrado
unos autores judíos ni ese tono ni esa moral, y el Evangelio posee caracteres de verdad tan grandes, tan
sorprendentes, tan perfectamente inimitables, que el inventor sería más digno de admiración que el héroe (J.
J. ROUSSEAU, Emilio o De la educación, p. 418.)
18
3. CONCLUSIÓN: ES FALSA LA HIPÓTESIS DE JESÚS-LEYENDA/POETA
Evidencias HISTÓRICAS
◊ El NT viene a afirmar en síntesis que unos años atrás (5, 10, 20, 30 ó 60 según el texto), un artesano judío
que realizaba cosas maravillosas se hacía pasar por Dios mismo (no por un dios); que su pueblo juzgó como
blasfema esa pretensión y por ello lo condenó a muerte; pero que esta muerte, ejecutada por la autoridad romana,
no fue en realidad sino el principio de una nueva vida, pues aquel artesano volvió a estar con sus seguidores
hasta que regresó al cielo, lo cuales fueron por todo el mundo proclamando su resurrección y su divinidad.
◊ En los primeros 70 años tras su muerte, no hay rastro de un Jesús que no se tuviese en un modo u otro
por Mesías o Hijo de Dios. El himno cristiano más antiguo (Flp 2), el sermón cristiano más antiguo (Hch 1 y
2), la más antigua inscripción cristiana, el más antiguo grafiti anticristiano, todos se refieren a Cristo como
Señor y Dios (o por lo menos a uno que pretendió ser venerado como tal).
◊ Los cristianos prefirieron la propia muerte antes que negar a su Señor y Salvador, ya desde Esteban,
cuatro años tras la muerte de Jesús. Y nadie muere normalmente por algo que sabe que es un invento de su grupo.
◊ Jesús tenía expresiones en las que se identifica con Dios según muestra con suficiente claridad el estudio
detallado de todas las fuentes, cristianas y no cristianas. Se puede ver su conciencia de divinidad en que:
− se presentaba como el Mesías esperado,
− se consideraba a sí mismo superior a la ley, al sábado y al templo, las tres grandes ‘encarnaciones’ de Dios
− tenía una relación especial y paritaria con Dios: lo llamaba “abba”, “papaíto”, lo cual escandalizaba.
◊ Los relatos de la Pasión son unánimes sobre la causa del proceso por blasfemia y la necesidad de
presentarlo ante la autoridad romana como una causa política, dado que la cuestión teológica interesaba poco o
nada a los romanos. Y estos son los textos más antiguos según los especialistas. Así lo confirma el Talmud.
◊ La crítica del texto no permite suponer una yuxtaposición legendaria sobre un hipotético fondo histórico.
◊ La proximidad del texto a los hechos tampoco permite una deformación en el núcleo sustancial de la
historia. Más bien ocurre al revés: esa proximidad hace que los pasajes que son “interpretaciones” de los
“hechos” arranquen propiamente de los mismos hechos para explicarlos, no para deformarlos.
◊ La divinización del Mesías está ya presente en el AT, por lo tanto, antes que Jesús y la Iglesia primitiva,
era Israel mismo quien esperaba que la salvación viniese de un Mesías-Dios, según la tradición judía del AT.
◊ San Pablo incluye en esa salvación a todos los pueblos, según se podía interpretar del mismo AT: cf. Is 60.
Evidencias LÓGICAS
◊ Hay que tener más fe para negar que Jesús tuvo la pretensión de ser Dios y venir a salvar a los hombres,
y afirmar que tras pocos años alguien la puso en sus labios y consiguió engañar a todos. Sostener que no
sucedió cuanto narra el NT y que, sin embargo, eso que “no ocurrió” dio paso a un movimiento religioso que
cambió el mundo sería admitir un verdadero “milagro histórico”, como admitir un incendio sin chispa inicial.
◊ Los propios autores del NT son conscientes de la radicalidad y del peligro de la pretensión cristiana,
una afirmación extrema y chocante: Dios es un judío de carne y hueso crucificado desnudo y humillado como
un criminal. Una afirmación de este tipo contrasta demasiado con el contexto de la época (la época de Jesús, la
de la primera comunidad cristiana y la de la composición del NT).
◊ Es más irracional pensar que esos autores inventaron al personaje y se salieron con la suya, que afirmar
que transmiten algo que sucedió y que no puede desmentirse. Aunque no se crea en la pretensión divina de
Jesús y en la posibilidad de que Él sea Dios y por tanto de respuesta a nuestra vida
CONCLUSIÓN:
◊ Nadie divinizó a Jesús, fue Él mismo el que afirmó que era el Hijo de Dios.
◊ Quedan demostradas como falsas las hipótesis de Jesús mito, leyenda o poeta. Jesús de Nazaret existió
realmente y pretendió ser Dios hecho hombre. Este es el único origen razonable de la pretensión divina.
◊ Vídeo-resumen temas 2 y 3: Jesús de Nazaret Hombre y Dios: una pretensión histórica
TAREA
◊ Quedan aún tres hipótesis por investigar (recordar):
4. Es un loco: Jesús existió y se identificó con Dios, pero no lo es y no lo sabe.
5. Es un mentiroso: Jesús existió y se identificó con Dios, pero no lo es y lo sabe.
6. Es Dios: Jesús existió y se identificó con Dios en sentido estricto y propio, y lo es.
◊ Si en el tema 4 consiguiésemos ‘probar’ que Jesús realmente resucitó, entonces
− Jesús sería Dios, ni un loco ni un mentiroso: “Si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra fe” (1Cor 15, 14).
− la fe cristiana es un encuentro con alguien vivo y presente en la Iglesia: Cristo. Los datos históricos del
NT, leído con cabeza y corazón, nos abre al misterio de una presencia que supera la razón sin anularla.
19
TEMA 4
EL MISTERIO PASCUAL
Presentación Genial.ly
8
“Canto(s) del Siervo de Yahvéh” son un conjunto de textos de la profecía de Isaías que hablan de un ‘siervo’ que padece sufrimientos
con valor redentor: Is 42, 1-4; 49, 1-6;1 50, 4-9; 52, 13-15; 53,12. Las interpretaciones sobre a quién se refiere son muchas y discutidas,
dado el carácter polifacético: siervo, profeta, mártir, sacerdote y rey. En el cristianismo se ha aplicado a Jesús de Nazaret.
9
Primer anuncio de la pasión y resurrección: Mc 8, 31-33; Mt 16, 21-23; Lc 9, 22. Segundo anuncio: Mc 9, 30-32, Mt 17, 22-23; Lc
9, 43-45. Tercer anuncio: Mc 9, 32-34; Mt 20, 17-19; Lc 18, 31-33.
21
1.3 EL QUE SUFRE Y MUERE PRETENDE SER EL HIJO DE DIOS
Es escandaloso y necio que Jesús, si realmente es Dios, muera trágicamente en la cruz
◊ Escandaliza que pretende ser el Hijo de Dios en medio del horror del sufrimiento de su misma muerte,
cuando está hundido en el desolado infierno del abandono divino. No escandaliza tanto el que lo pretenda ser
antes de la Pasión o que a partir de la Resurrección sus seguidores empiecen a considerarlo así.
◊ Escandalizó a los judíos y griegos de entonces: “nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para
los judíos, necedad para los gentiles” (1 Cor 1,23). Fue insoportablemente escandaloso y necio ya entonces.
◊ Escandaliza a los cristianos tibios y los ateos de hoy: si Jesús es Dios, entonces, ¿por qué murió en la cruz
y por qué permite que nosotros suframos y muramos?
¿En qué se diferenciaría la muerte de Jesús de tantas otras? Absolutamente en nada. La historia humana es la historia
de la muerte de los hombres y todas son en el fondo parecidas. Podríamos pensar que la suya fue una muerte injusta,
mas la historia está llena de muertes injustas —¿no lo son en cierto modo todas?—. Al margen de su pretensión de
divinidad, ¿por qué iba a ser más injusta la muerte de Jesús que la de Sócrates? ¿Por qué iba a ser más injusta que la
de tantas víctimas inocentes y anónimas que, a diferencia de Él, nunca han tenido siquiera el reconocimiento del
recuerdo? Podemos admirar en ella tal vez un cierto heroísmo, pero también hay en la historia ejércitos de héroes cuyo
sacrificio no sólo parece —si olvidamos la pretensión de Jesús— más esplendoroso, sino también más eficaz: ¿por qué
iba a ser la muerte de Jesús más noble que la de Leónidas y sus trescientos en el desfiladero de las Termopilas? La de
éstos, al menos, salvó a Occidente de la esclavitud del Persa. Tampoco parece que se singularice por la “cantidad” de
sufrimiento soportado. Medir el sufrimiento es empresa harto complicada, pues su conciencia se da en la subjetividad de
la persona. Si de una forma muy simplista tomáramos como referencia sólo la duración temporal del sufrimiento, hay
agonías que se prolongan mucho más tiempo del que Jesús soporta en su Pasión. Ni siquiera su mansedumbre serviría
para singularizar su muerte: para entonces los estoicos y los budistas llevaban siglos afrontando la muerte con serenidad
magnánima... Si la pretensión de divinidad de Jesús no estuviera presente en su muerte, no habría absolutamente nada
en ella digno de ser recordado, nada que en realidad la destacara del resto de muertes humanas. Sin embargo, su
pretensión está allí, llenando cada segundo de su agonía […] Los escribas y fariseos, Pilato, los soldados romanos,
Herodes, las mujeres, todos los testigos de la crucifixión, se dan cuenta de que Jesús afronta su Pasión y su muerte
convencido de la verdad de su mensaje, y es precisamente la desproporción que hay entre esta pretensión y las
circunstancias del momento la que hace aquéllas chocantes y llamativas (INSTITUTO J.H.NEWMAN El sentido busca al hombre 252)
Sin embargo, Jesús mismo mantiene su pretensión de ser el Hijo de Dios hecho hombre
◊ Jesús mantiene su pretensión de divinidad, de ser Dios en persona, como se ve en los relatos de la Pasión:
− En Getsemaní Jesús afirma “Yo soy”, la expresión que resume en la vida pública su pretensión divina.
− En el proceso judío Jesús afirma ser el Hijo de Dios a Caifás y por esta razón lo condenan a muerte.
− En el proceso romano es esta pretensión la que desconcierta a Pilato, dicha por los fariseos y por Jesús
− En la cruz, Jesús mantiene su pretensión intercediendo a su Padre por sus enemigos, entregándole su Madre
al discípulo amado (Juan), y en la misma queja desolada y desgarradora del salmo 22.
◊ Jesús mantiene también su pretensión de humanidad: Jesús sufre y muere como todo ser humano. Aunque
sea Dios, no es ajeno al sufrimiento. Parece como que “su divinidad se esconde” para poder sufrir como nosotros.
CONCLUSIÓN: Jesús, hombre y Dios, da un sentido nuevo al sufrimiento y a la muerte
◊ El sufrimiento y la muerte son consecuencia del egoísmo del pecado del ser humano que lo separa de
Dios, tanto en el principio (pecado original) como cada vez que pecamos (pecados personales).
◊ ¿Y qué debía hacer Dios con el sufrimiento y la muerte?
− Podría castigarnos como responsables del mal: pero entonces Dios no sería misericordioso.
− Podría eliminar sin más el mal: pero entonces Dios no sería justo ni nos dejaría verdaderamente libres.
◊ Pues Dios eligió sufrir Él mismo la justicia del pecado: el Hijo de Dios abandona los cielos y desciende a
las mismas simas de sufrimiento y muerte en que los hombres yacen. Es la víctima inocente, el cordero
degollado, que quita el pecado del mundo. Suspendido entre el cielo y la tierra, como rechazado por ambos, abre
los brazos de un amor más fuerte que el odio, para abrazar al cielo y a la tierra y unirlos en ese amor.
Quiso reconciliar todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz (Col 1,20)
◊ Ahora bien, según la “sabiduría del mundo”, esto es absurdo. Según nuestra pobre inteligencia Dios no
podía mancharse con la violencia sobre la sangre inocente, ni tenía necesidad de ello, ni convenía a su santidad.
El Hijo de Dios fue crucificado, no hay vergüenza, porque es vergonzoso;
Y el Hijo de Dios murió, es por eso por lo que se cree, porque es absurdo;
Y sepultado y resucitado, es cierto porque es imposible (Tertuliano)
◊ Pero para los cristianos, esta “sabiduría de la cruz”, transforma totalmente el sentido del sufrimiento
y de la muerte. Jesús se convierte en el modelo perfecto del ser humano al afrontar su muerte con amor y
confianza. No elimina el mal, sino que lo llena de la presencia de Dios. Este es el kerygma cristiano.
El misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado (Gaudium et spes 22)
22
1.4 HIPÓTESIS CONTRARIAS
1. Hipótesis musulmana: muerte aparente. La tradición musulmana opina que la muerte de Jesús en la
cruz fue sólo aparente, o incluso que otro lo sustituyó en ese patíbulo.
◊ Esta afirmación islámica carece de todo fundamento histórico:
− Mahoma escribe en el siglo VII, luego con 600 años de distancia respecto de los acontecimientos.
− Mahoma depende literariamente del NT que es su única fuente de información.
− Si se asume que se conduce a Jesús ante la autoridad judía y romana porque lo dicen los Evangelios, no
podemos desecharlos cuando esos mismos Evangelios nos dicen que Jesús murió. Si lo hacemos, nuestra
afirmación es totalmente gratuita: nos negamos a admitir la muerte de Jesús, sólo porque queremos.
◊ Mahoma inventa esta hipótesis porque la realidad no cuadra con su teología islámica según la cual...
− ... es inaceptable que un profeta santo muera como un pecador, pues eso comprometería la justicia divina
− ... Jesús sólo es un hombre, pero no Dios. Y por tanto no hay resurrección, sino un mero reencuentro.
Y [los judíos] dijeron: “Hemos dado muerte al Ungido, Jesús, hijo de María, el enviado de Dios”. Pero no le
mataron ni le crucificaron, sino que les pareció así. Los que discrepan acerca de él dudan. No tienen
conocimiento de él, no siguen más que conjeturas. Pero ciertamente no le mataron (sura4, 157)
2. Hipótesis del desvanecimiento. Afirma que Jesús sí habría sido crucificado, pero antes de morir lo habrían
bajado de la cruz y, tras curarle sus heridas, habría podido volver a encontrarse con sus discípulos. Pero esta
hipótesis tampoco cuenta con los datos de la historia:
◊ Cuesta creer que pueda sobrevivir sin la menor secuela una persona que se ha desangrado del modo que
puede intuirse a través de la narración evangélica, no sólo con la flagelación, sino también con las arterias de los
brazos rotas por los clavos de la cruz, en las precarias condiciones médicas propias del siglo I.
◊ Además uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza para certificar la muerte de Jesús, tal y
como san Juan dice de forma explícita como testigo. Si a la sangre perdida hasta entonces añadimos ahora una
perforación pulmonar y seguramente también del corazón, supone todo un acto de fe -de otro tipo de fe- admitir
que Jesús no muriera en la cruz.
◊ Por último, Juan testifica que al clavarle la lanza salió sangre y agua, desconociendo lo que hoy sabemos:
que eso es una descripción de un derrame pericárdico debido a la muerte por asfixia, algo que no se puede fingir.
Al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con
la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua (Jn 19, 33-34)
3. Hipótesis de la manipulación de los textos. Niega la historicidad de alguna circunstancia con que la
tradición evangélica nos presenta la muerte de Jesús. Argumenta: puesto que la narración evangélica se encuadra
en un contexto teológico y pastoral, los evangelistas acomodan los hechos a sus intereses catequéticos, de modo
que la muerte de Jesús se presenta en relación con las antiguas profecías y ritos de Israel para mostrar que Él es el
Mesías. Para tratar de probarlo, se subrayan los contrastes existentes en los diversos relatos entre sí y con lo que los
críticos entendían que eran el contexto y las costumbres de Israel en el siglo I: la datación de la muerte, el proceso
judío nocturno, etc… Uno tras otro, muchos, si no todos, los elementos de los relatos fueron cuestionados y
“desmitologizados”.
◊ Pero el estudio detallado avala la consistencia histórica de los hechos con la suficiente solidez en sus
elementos esenciales y en no pocos detalles. El estudio a fondo de los textos, su comparación con otros y con
el contexto de su tiempo, el análisis de las redacciones y de su trasfondo semítico, los descubrimientos
arqueológicos, etcétera, han arrojado nueva luz y con su claridad la historicidad del relato queda afirmada
◊ Además, no es la interpretación la que ‘genera’ los hechos, sino los hechos los que motivan las
interpretaciones. Lo que habrá que analizar es la relación entre el hecho y su significación teológica, sin
necesidad de negar el hecho sino tomándolo como la base real para esa significación. Al final, lo más razonable
es creer que fueron los hechos originales y verdaderos los que dieron pie a la interpretación teológica.
Crítica de las hipótesis
◊ Las hipótesis vistas son gratuitas al partir de una toma de postura previa: no admiten la resurrección de Cristo.
◊ Y para negar la realidad de la resurrección, han de negar la muerte de Jesús, pues esta es la condición necesaria
para que pudiera “levantarse de entre los muertos”: si Jesús no murió, tampoco podría haber resucitado.
◊ Pero este modo de proceder no es científico sino irracional porque va en contra de los datos históricos.
CONCLUSIÓN: sólo una lectura interesada y tergiversada de las fuentes puede negar la muerte de Jesús.
23
2. LA RESURRECCIÓN
2.1 HIPÓTESIS CONTRARIAS
Tres son las hipótesis que niegan la Resurrección de Jesús
A. Hipótesis del engaño: los discípulos engañaron al inventarlo todo → serían unos mentirosos.
B. Hipótesis del autoengaño: los discípulos se autoengañaron a sí mismos → serían unos pobres alucinados.
C. Hipótesis de la leyenda: los discípulos forjaron una leyenda → serían unos manipuladores.
A. Hipótesis del engaño: los discípulos engañaron a todo el mundo
Supone que los discípulos mintieron, creando una leyenda para sobreponerse al fracaso de la muerte de Jesús.
Veamos 7 argumentos que desmienten la hipótesis desde la razonabilidad y la crítica de los propios hechos.
1. Carecían de testigos fiables
− Los evangelistas presentan a mujeres como testigos que dan testimonio frente a unos hombres asustados y
escondidos que no las creyeron: “ellos lo tomaron por un delirio y no las creyeron” (Lc 24, 11)
− Ni romanos ni judíos aceptaban en un juicio el testimonio de mujeres que “no son válidos y no se les da crédito
entre nosotros, por causa de la frivolidad y la desfachatez que caracterizan a este sexo” (Flavio Josefo)
− De hecho para los primeros cristianos esto dificultaba la credibilidad de la resurrección, en el mundo
patriarcal en que vivían. Incluso San Pablo omite a las mujeres en la lista de testigos en 1 Cor 15, 3.
− Si los evangelistas querían que su historia fuese creíble, no la habrían fundamentado sobre mujeres. Pero si
lo hicieron, a pesar de sus inconvenientes sociales o legales, ¿no sería simplemente porque fue lo que pasó?
2. El modo como se da la resurrección no encaja ni con el contexto judío ni con el pagano
− Para los griegos era impensable una resurrección real, no simbólica, y de serlo únicamente del alma pero
jamás del cuerpo que creían que se disolvía tras la muerte. Jesús sin embargo resucita con una carne gloriosa.
− Los judíos que creían en la resurrección, no todos, pensaban que sería universal, al final de la historia, y no
muy distinta de un retorno a esta vida. Jesús sin embargo resucita en solitario y antes del final de los tiempos.
− Puestos a mentir, los primeros cristianos habrían inventado algo que su entorno se hallase en disposición de
aceptar como creíble, verosímil, algo que encajara con la mentalidad ambiente.
3. Afirman “haber visto a Jesús”, y no el “haber tenido una visión de Cristo”, que hubiese sido lo más lógico
− Debían haber dicho lo que entra en los esquemas de aquella época: que habían tenido una visión de Cristo.
− Sin embargo Pedro dice “no nos fundábamos en fábulas fantasiosas cuando os dimos a conocer el poder y la
venida de nuestro Señor Jesucristo, sino en que habíamos sido testigos oculares de su grandeza” (2Pe 1, 16),
en “lo que contemplamos y palparon nuestras manos” (1 Jn 1, 1) dice Juan. De hecho santo Tomás no quiere
visiones (Jn 20, 25) y Cristo resucitado quiere ser palpado para que reconozcan esa diferencia (Lc 24, 39).
4. Afirman un cuerpo glorioso, no un retorno a la vida que es a lo que estaban acostumbrados
− La única idea de cuerpo resucitado que podían tener era la de un cuerpo que retorna a la misma vida que
llevaba antes, como Lázaro o el hijo de la viuda de Naín o la hija de Jairo (o la que hizo el profeta Eliseo).
− Pero un cuerpo humano que aparece y desaparece, que entra y sale de habitaciones cerradas, que come y
puede tocarse con el dedo... algo así jamás se les habría ocurrido.
5. Los enemigos no refutan la proclama de los discípulos. El hecho de que lo proclamaran por todo Jerusalén
sólo unos días después de los hechos, y que esos testimonios prevalecieran, indica que el anuncio no pudo ser
refutado por enemigos tan fuertes e interesados en hacerlo como los que mataron a Cristo. Que no lo hicieran
sólo tiene una explicación: no había cuerpo que presentar, no había cadáver, el sepulcro estaba vacío. Y el
sepulcro vacío sólo ofrece dos posibilidades: o alguien ha robado el cuerpo, o realmente Cristo ha resucitado.
6. La hipótesis del robo del cadáver es insostenible. Si el cadáver de Cristo fue robado, ¿quién lo hizo?
− Una tumba cerrada por una piedra de un peso ingente, sellada (una cuerda que pasa de un lado a otro de la
entrada, clausurada con la arcilla del Templo) y custodiada por una guardia puesta ex profeso para evitar el robo.
− No fueron los discípulos, que atenazados por el miedo a judíos y romanos estaban encerrados como cobardes.
¿Iban estos hombres aterrados a enfrentarse a los soldados de la guardia que custodiaba la tumba? Y en el
supuesto improbable de que lo hicieran, ¿no lo impidieron los soldados? ¿Acaso unos rudos aldeanos habrían
ganado en la pelea a unos soldados profesionales? ¿La lucha no hizo ruido en la silenciosa madrugada de
Jerusalén llena de peregrinos que dormían dentro y fuera de la ciudad? ¿Qué hay del escándalo que hubiera
causado que unos judíos se hubieran enfrentado a soldados romanos y los hubieran vencido? ¿Dónde están
los guardias heridos o los muertos en la lucha? ¡No hay más que presentarlos ante el pueblo para probar el robo!
− Menos aún fueron los enemigos de Jesús. Eso daría pie a la fama del Crucificado que ellos querían eliminar,
y entraría en contradicción con el hecho de que fueron ellos los que pidieron al procurador una guardia ante
el sepulcro, precisamente para evitar el robo del cadáver y la consiguiente mentira sobre la resurrección.
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7. Los discípulos, ante la muerte, no se desdijeron, sino que la afrontaron con alegría y esperanza
− Si realmente, y pese a la guardia, los discípulos hubiesen robado el cadáver, ¿qué podían ganar? Con ello
probaban la acusación a los judíos de ser los asesinos de Dios mismo y les hacía a ellos culpables de romper
el sello sagrado del Templo, y de profanar una tumba y robar un cadáver (crimen sepulcri).
− Lo único que conseguirían, y de hecho consiguieron, fueron persecuciones, cárceles, destierros y muertes,
una muerte que asumieron con el mismo ánimo y entereza de Jesús, con la esperanza en la Resurrección.
− Por eso su muerte es martyrion, testimonio de la Resurrección: porque han visto al Maestro resucitado y
están convencidos de ello, no dudan en querer, como Él, atravesar la muerte para llegar a la verdadera Vida.
CONCLUSIÓN: es inconsistente suponer que los discípulos, si tenían alguna intención de engañar a alguien,
diseñaran un mensaje tan inverosímil y extraño no ya para nuestra época sino en primer lugar para la suya, y que
además mantuviesen el testimonio de ese encuentro con juramento y arriesgando hasta la propia vida. Quizá son
las intenciones de un loco; nunca las de un mentiroso. ¿Estaban locos entonces, se autoengañaron?
B. Hipótesis del autoengaño: los discípulos se engañaron a sí mismos
Esta hipótesis afirma una especie de reacción inconsciente frente al fracaso de la muerte del Maestro. Emocional
y psíquicamente destrozados y sugestionados por las palabras de Jesús, se habrían engañado a sí mismos con la
locura de que Jesús estaba vivo, y se encontrarían tan obsesionados con ello, que habrían llegado incluso a tener
alucinaciones y visiones.
Veamos otros 7 argumentos que refutan esta hipótesis
1. Los discípulos eran los más reacios a admitir que Jesús estaba vivo. Tan hondo habían asumido el fracaso
de su muerte, que comienzan a desbandarse y ante el testimonio de otros se resisten con gran escepticismo.
2. No pudo ser una alucinación colectiva. Pues son muchos los que dicen haberlo visto (María Magdalena, los
Once, los dos de Emaús, los 500, Pedro, Santiago, etc.), y una alucinación colectiva no es posible sin el uso de
determinadas sustancias. De hecho, y en caso de no tratarse de la manera adecuada, las patologías alucinatorias
son progresivas hasta la ruptura total de la personalidad, pero ésta empezó y terminó en cuarenta días.
3. Testimonio de san Pablo. Tres años después de la desaparición de Jesús, Pablo perseguía a los cristianos
con odio. No es posible que estuviera sugestionado por la supuesta locura de aquellos a quienes perseguía
precisamente por considerarlos una especie de desequilibrados peligrosos. Y sin embargo, con todo en contra,
también él afirma haber visto a Jesús de Nazaret.
4. El visionario/alucinado no duda nunca. Los estudios psiquiátricos revelan que jamás una alucinación de
este tipo va acompañada de la duda sobre lo que se cree haber visto o percibido. Sin embargo los protagonistas
de las supuestas alucinaciones dudan, y hay ocasiones en que no reconocen a Jesús en un primer momento.
5. Si hubieran alucinado, sus visiones les harían percibir a Jesús de la misma forma en que lo veían antes
de su muerte, o como un fantasma, un espectro. Sin embargo, lo que ven no es comparable a ninguna
experiencia previa ni a nada que ellos pudieran proyectar mentalmente, y de ahí sus dudas: Jesús no sólo
aparecía y desaparecía, sino que también hablaba y comía.
6. La supuesta “psicosis transitoria” se habría desvanecido ante el cadáver, que habría probado que lo que
imaginaban era un fantasma o un simple recuerdo “pre-pascual”.
7. Ni las autoridades judías ni las romanas los trataron como dementes, cosa que no les hubiera supuesto
dificultad de haber mostrado otros rasgos de su delirio alucinatorio que se manifestarían a la vista de todos. No
había modo de hacerlo: por un lado no había cadáver; por otro, las palabras de los discípulos y su comportamiento,
aunque inusuales, resultaban coherentes y sensatos, como si en verdad les hubiera sucedido lo que afirmaban.
C. Hipótesis de la leyenda: los cristianos forjaron una leyenda incluyendo el mito de la Resurrección
◊ Nadie pudo inventar algo que no pasó, sin que haya quedado rastro de la controversia:
− Ni los cristianos del s. II o después: la hipótesis Jesús-mito es falsa (tema 2: historicidad fuentes no cristianas).
− Ni los primeros cristianos del s. I: la hipótesis Jesús-leyenda es falsa (tema 3: historicidad fuentes cristianas).
◊ Luego debemos abrirnos a otra hipótesis que sea más racional.
CONCLUSIÓN: es irracional asumir que los discípulos están locos, o que intentaban engañar con fraude,
o que los relatos de la resurrección signifiquen en realidad una idea espiritualista de la inmortalidad.
◊ Si todo hubiera acabado en la muerte, los hechos habrían desmentido la pretensión de Jesús, el cual sería un
muerto más, un iluso que se creyó capaz de dotar a la muerte de sentido y fue engullido por ella como todos.
◊ Sin embargo, los relatos de la Pasión no finalizan en la muerte, hay apariciones, el sepulcro está vacío y se da
un cambio radical en los discípulos. Estos son 4 de los testigos de la Resurrección que ahora vamos a ver.
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2.2 LOS TESTIMONIOS DE LA RESURRECCIÓN
Son 4, por lo menos, los testimonios o “testigos” de la Resurrección.
1. Los relatos de la Resurrección
◊ Hay matices diferentes en los relatos que narran la resurrección de Jesús:
− Mateo (Mt 28) subraya el dato apologético al dirigirse al ámbito judío que negaba la resurrección de un cuerpo.
− Marcos (Mc 16) pone el acento en el misterio y Lucas (Lc 24) insiste en la importancia de los testigos.
− Juan (Jn 20-21) se apoya en el ‘ver’ de los discípulos y Pablo (1Cor 15, 3-4) da el testimonio más arcaico
◊ Pero todos tienen en común:
− La intención de expresar un hecho real y concreto en lenguaje humano con la dificultad de ser algo sobrehumano
− La insistencia en decir que “de verdad” el Señor ha resucitado.
− El testimonio del sepulcro vacío donde fue depositado el cuerpo de Jesús → punto 2
− El testimonio de que Jesús se hizo ver y fue visto realmente por sus discípulos y otros testigos → punto 3
− Los efectos concretos de la pascua → punto 4
Porque yo os transmití en primer lugar, lo que también yo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados
según las Escrituras; y que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; y que se apareció
a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los
cuales vive todavía, otros han muerto; después se apareció a Santiago, más tarde a todos los apóstoles; por
último, como a un aborto, se me apareció también a mí (1 Cor 15, 3-8)
2. El sepulcro vacío
◊ Los relatos bíblicos certifican la sepultura de Jesús: José de Arimatea, pidió y obtuvo de Pilato la autorización
de enterrar el cadáver (Mc 15,43-46); otro senador, Nicodemo, trajo mirra y aloe para cumplir los ritos
funerarios (Jn 19, 39-42); los sacerdotes sellaron el sepulcro y pusieron una guardia (Mt 27, 62-66); todo ocurrió
al atardecer del viernes; el sábado los discípulos guardaron reposo, según la costumbre judía (Lc 23, 55-56).
◊ La misma tumba vacía era “prueba” de la resurrección. Pedro y Juan corrieron hacia la tumba ya vacía y
Juan confiesa que, al ver la mortaja, creyó que su Maestro había resucitado (Jn 20, 3-10).
◊ El hurto del cadáver es inconcebible tal y como hemos visto, tanto por los judíos, como por los discípulos.
Además, la ley romana era muy severa con los profanadores de tumbas con hasta penas de muerte (crimen sepulcri)
3. Las apariciones
◊ Se encontraron con Jesús resucitado: las mujeres el primer día de la semana encuentran la tumba vacía y a
unos hombres extraños que les dijeron que Jesús estaba vivo (Mt 28, 1-10; Mc 16, 1-8; Lc 24,1-12; Jn 20, 1-2);
María Magdalena vio a Jesús vivo de nuevo y habló con Él (Jn 20, 11-18; Mc 16, 9-11); algunos discípulos esa
misma tarde de camino (Lc 24, 13-35; Mc 16, 12-13); los apóstoles esa noche (Jn 20, 19-23; Lc 24, 36-49; Mc
16, 14-18), a la semana siguiente (Jn 20, 24-29) y varias veces más (Mt 28, 16-20; Lc 24, 50-53; Jn 21).
◊ Características de las apariciones. Todos indican que:
− la acción e iniciativa es de Dios, como lo expresa el término “se apareció”, en pasiva
− el resucitado es libre: es Él quien se hace ver, a quien quiere y donde quiere, no sujeto a las leyes físicas.
− la aparición es histórica y objetiva, en un espacio y tiempo determinados, no es una experiencia subjetiva.
− el ver al Señor resucitado es la legitimación de ser testigos: “¿Acaso no he visto yo a Jesús, nuestro Señor?”
(1 Cor 9, 1); Matías sustituye a Judas tras su muerte porque es testigo de su resurrección (Hch 1, 15-26).
4. El cambio radical e imprevisto en la vida de los discípulos
◊ Antes: huyen (Mc 14,50) por miedo a los judíos (Jn 20,19) escépticos ante el anuncio de las mujeres (Lc 24,11)
◊ Después: dan testimonio valiente y creyente. Este es el kerygma, el anuncio: el que murió, ahora vive.
¿De dónde les vino a aquellos doce hombres, ignorantes, que vivían junto a lagos, ríos y desiertos, el acometer
una obra de tan grandes proporciones y el enfrentarse con todo el mundo, ellos, que seguramente no habían
ido nunca a la ciudad ni se habían presentado en público? Y más, si tenemos en cuenta que eran miedosos y
apocados, como sabemos por la descripción que de ellos nos hace el evangelista que no quiso disimular sus
defectos, lo cual constituye la mayor garantía de su veracidad. ¿Qué nos dice de ellos? Que, cuando Cristo
fue apresado, unos huyeron y otro el primero entre ellos, lo negó, a pesar de todos los milagros que habían
presenciado. ¿Cómo se explica, pues, que aquellos que, mientras Cristo vivía, sucumbieron al ataque de los
judíos, después una vez muerto y sepultado, se enfrentaran contra el mundo entero, si no es por el hecho de
su resurrección, que algunos niegan, y porque les habló y les infundió ánimos? De lo contrario, se hubieran
dicho: “¿Qué es esto? No pudo salvarse a sí mismo, y ¿nos va a proteger a nosotros? Cuando estaba vivo, no
se ayudó a sí mismo, y ¿ahora, que está muerto, nos tenderá una mano? El, mientras vivía, no convenció a
nadie, y ¿nosotros, con sólo pronunciar su nombre, persuadiremos a todo el mundo? No sólo hacer, sino
pensar algo semejante sería una cosa irracional”. Todo lo cual es prueba evidente de que, si no lo hubieran
visto resucitado y no hubieran tenido pruebas bien claras de su poder, no se hubieran lanzado a una
aventura tan arriesgada (san Juan Crisóstomo, obispo, homilía sobre la primera carta a los Corintios).
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3. CONCLUSIÓN
Sólo la hipótesis de que Jesús verdaderamente resucitó explica todos los datos de la Resurrección
◊ No hay ninguna explicación lo bastante coherente y sensata alternativa a la de la propia Resurrección,
aunque desde los días de Caifás hasta los actuales de Dawkins, muchos hayan intentado negarla.
◊ Una que explique de manera satisfactoria TODOS los datos: la existencia de los relatos de las apariciones
del Resucitado en los Evangelios, el origen de la fe cristiana, el fracaso de los enemigos de Cristo para detener la
mentira aportando el cadáver, la existencia de la tumba vacía, la piedra rodada, etc...
Con todo, no podemos “demostrar” la resurrección de Jesús, pero sí confiar en ella
◊ Excede el análisis racional, no es ni puede ser la conclusión de un silogismo ni mucho menos el resultado
de un experimento o la construcción de un modelo. Ni en parámetros físicos, matemáticos o filosóficos.
◊ Pero esta imposibilidad es una ventaja: al no poder demostrarla con evidencias, sólo podemos apuntar con
“indicios” que nos permite el juego de la libertad, la confianza y la relación personal. Es un reclamo a la cabeza
y al corazón que se sienten interpelados. Si la resurrección de Jesús fuera evidente a todos, no seríamos libres
frente a ella (como no son libres nuestros ojos para no ver la luz del sol cuando están abiertos a mediodía).
◊ Es una invitación a confiar con amor y con razón, no de forma gratuita e irracional (porque hay indicios).
Pero sí que hay un modo de averiguar su realidad
◊ Es el modo en que se verifican las realidades importantes. Por ejemplo: ¿cómo pueden unos novios estar
absolutamente seguros de que van a ser fieles y felices el uno con el otro?
◊ Es el ‘método de verificación’ que compromete la propia existencia. En el ejemplo: la única forma de
alcanzar esa certeza absoluta es que los cónyuges vivan en fidelidad y felicidad uno con otro la vida entera.
◊ Es una ‘prueba’ arriesgada y el margen de rectificación puede llegar a ser muy corto o incluso nulo. En
el ejemplo: ciertamente el matrimonio es una “prueba” que empeña totalmente la vida.
◊ Pero es también la única manera de alcanzar la plenitud que promete, que compensa con creces todo
riesgo y todo esfuerzo. En el ejemplo: la felicidad de amarse el uno al otro durante todos los días de la vida.
Los textos de las apariciones no son un mero “aquí estoy, ya os lo decía, yo tenía razón, iba a resucitar”, sino
una revelación. Quienes lo encontraron conocen algo nuevo del Maestro que hasta ahora no conocían. Cristo
obra en ellos un cambio. Y esa transformación realizada por Cristo es la que les lleva a comunicar lo que han
visto y oído, hasta dar la vida. El encuentro con Cristo resucitado explica este cambio; sin Él, es un enigma.
Si alguien nos dijera que el amor de nuestra vida está ahí fuera, y que el signo para reconocerle es que tiene
un ramo de flores, lógicamente iríamos a buscarlo inmediatamente. Si uno cogiera las flores y volviera para
decir “es cierto, está ahí, aquí están las flores”, se habría perdido lo mejor. Lo lógico es coger las flores y al
amor de la vida y disfrutar de él. Constatando la historicidad de la resurrección de Jesús se puede, quizá,
coger las flores, pero no se acaba el camino. Hay que experimentar personalmente lo que significa para mi
vida, para la historia, que este hombre está vivo. Tenemos que poner ante este hombre nuestro deseo de
eternidad, nuestro deseo de un amor más fuerte que la muerte, nuestras enfermedades... y comprobar si su luz
da luz al enigma de nuestra vida (Sara Rosalía de Jesús Gómez)
CONCLUSIÓN: ¿RESUCITÓ JESÚS?
◊ Las hipótesis que dicen que no, no se sostienen.
◊ La que afirma que sí da indicios, pero no demuestra la resurrección.
◊ Sin embargo, hoy como al principio, algunos afirman haberse
“encontrado con Jesús”.
◊ Sólo existe un modo de “probarlo” con absoluta certeza:
experimentar el encuentro con Jesús.
◊ Vídeos: el sepulcro vacío (UFV 4/5), Credo 7 (padeció bajo el poder de
Poncio Pilato), Credo 8 (fue crucificado, muerto y sepultado).
TAREA
◊ Hemos demostrado la inconsistencia de todas las hipótesis alternativas a
que Jesús sea el Hijo de Dios (recordar)
◊ Realmente Jesús existió, se identificó con Dios y probó su divinidad
con la Resurrección.
◊ Y sólo hay un modo existencial de ‘probar’ que está vivo: creer en su
persona y en su mensaje.
◊ Nos queda conocer su mensaje de salvación, para ver si realmente
Cristo da luz al enigma de nuestra vida.
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TEMA 5
EL MENSAJE DE JESUCRISTO
Presentación Genial.ly
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Características de las parábolas
◊ Es una comparación, un ejemplo (viene del griego parabolé)
◊ Género literario caracterizado por el elemento narrativo: son narraciones breves.
◊ No son fábulas, pues en estas no intervienen personajes animales con características humanas, ni alegorías.
Comprensión
◊ De fácil comprensión en su origen: pues se basan en hechos u observaciones creíbles de la naturaleza y de
la vida cotidiana con detalles concretos que ayudan a imaginar la escena y a identificarse con ella.
◊ Pero requieren un esfuerzo para nosotros debido al desfase temporal, vital y cultural. Por ello nosotros
debemos hacer un esfuerzo por recuperar su significado original. Ejemplo: parábola del sembrador.
◊ Desconcertantes: frecuentemente la narración incorpora sorpresas y contrastes que rompen la normalidad y
que llevan a concepciones nuevas de lo religioso, sorprendentes y hasta escandalosas para sus oyentes. No hay
que caer en la tentación de eludir o suavizarlas porque ahí está la novedad del mensaje de Jesús. Por ejemplo:
− Dios comparado a una mujer que pierde una moneda y hace una gran fiesta al encontrarla (dracma perdida)
− El padre de los hijos que se comporta de forma tan poco usual con el hijo derrochador (hijo pródigo).
− El dueño de la viña que paga igual a todos los obreros (obreros de la viña).
− El comerciante que vende todo para comprar tan solo una perla de gran valor (perla fina).
Interpretación
◊ Mensaje concreto: hay que interpretarlas buscando su significado concreto: un mensaje que se deriva de la
parábola entera, resultado de toda la narración.
◊ Mensaje global: el anuncio del Reino de los Cielos, un nuevo modo de vivir la relación con Dios. Aunque
cada parábola tiene un mensaje específico, éste es una parte del mensaje global que Jesucristo trajo al mundo.
Finalidad: su ‘moraleja’
◊ Mensaje abierto: su final abierto son invitaciones a cambiar de valores y actitudes de aplicación directa y
evidente: “ve y haz tu lo mismo”, “el que tenga oídos para oír, que oiga” (→“ahora, piénsatelo”). Son temas
para reflexionar, para sentirse aludido, increpado, obligado a responder, cada uno desde su situación espiritual
y vital. Admiten una nueva encarnación, una nueva concreción, una aplicación a una nueva situación.
◊ No son contenidos meramente teóricos para satisfacer nuestra erudición, pero sin que cambie nuestra vida.
Muy inspiradoras y educativas: Valiván.
Cada educador, cada maestro que quiera transmitir nuevos conocimientos a sus oyentes, recurrirá alguna vez
al ejemplo, a la parábola. Mediante el ejemplo, acerca al pensamiento de aquellos a los que se dirige una
realidad que hasta entonces estaba fuera de su alcance. Mostrará cómo, en una realidad que forma parte de
su ámbito de experiencias, hay algo que antes no habían percibido. Mediante la comparación, acerca lo que
se encuentra lejos, de forma que a través del puente de la parábola lleguen a lo que hasta entonces les era
desconocido (Benedicto XVI, Jesús de Nazaret I, pág. 232).
¿Son elitistas?
◊ Hay un momento de los evangelios en que se da otra explicación que ha generado muchas veces desconcierto:
Cuando se quedó a solas, los que lo rodeaban y los Doce le preguntaban el sentido de las parábolas. Él les
dijo: “A vosotros se os ha dado el misterio del reino de Dios; en cambio a los de fuera todo se les presenta en
parábolas, para que “por más que miren, no vean, por más que oigan, no entiendan, no sea que se conviertan
y sean perdonados” (Mc 4, 10-12)
◊ ¿Qué significa esto? ¿Sirven las parábolas del Señor para hacer su mensaje inaccesible y reservado solo a un
pequeño grupo de elegidos, a los que Él mismo se las explica? ¿Es Dios partidista, ama sólo a una élite?
◊ Para entender estas misteriosas palabras del Señor hay que leerlas a partir del profeta Isaías, en perspectiva
de su vida personal, la cual Jesús conoce y hace referencia en la cita evangélica antes mencionada:
Él me dijo: “Ve y di a esta gente: “Por más que escuchéis no entenderéis, por más que miréis, no
comprenderéis”. Embota el corazón de esta gente, endurece su oído, ciega sus ojos: que sus ojos no vean, que
sus oídos no oigan, que su corazón no entienda, que no se convierta y sane” (Is 6, 9-10)
◊ Jesús cita a Isaías con sentido irónico porque se percata ya desde los inicios de su predicación de la dureza
del corazón del pueblo y comprende que su misión fracasará como la de Isaías. Dios manda a Isaías para que
“endurezca” el corazón del pueblo porque sabe que la predicación del profeta va a tener el efecto contrario al
querido por Dios: el pueblo tiene el corazón duro y cuanto más oye la palabra de Dios, más se endurece.
◊ Conclusión: para comprender las parábolas hay que estar dispuesto a dejarse interpelar, se requiere
cierta fe en Jesús, sino entenderemos lo obvio, pero no lo evangélico (viendo no vemos y oyendo no oímos).
29
Nº PARÁBOLAS MATEO MARCOS LUCAS
1 El sembrador 13, 3-18 4, 13-20 8, 4-8; 11-15
2 La cizaña en el trigo 13,24-30 . .
3 El grano de mostaza 13, 31-32 4, 30-32 13, 18-19
4 Levadura en la masa 13, 33 . 13, 20-21
5 Ciego que guía a otro ciego 15, 14 . 6, 39
6 Viñadores homicidas 21, 33-46 12, 1-12 20, 9-19
7 Invitados que no van a cenar 22, 1-10 . 14, 16-24
8 Invitados sin vestido de fiesta 22, 11-14 . .
9 Higuera que no da fruto 24, 32-33 13, 28-29 21, 29-31
10 Médico ¡cúrate a ti mismo! . . 4, 23
11 Remiendo nuevo 9, 16 2, 21 5, 36
12 Vino nuevo 9, 17 2, 22 5, 37-39
13 Rico tonto . . 12, 16-21
14 Dueño casa y llega ladrón 24, 42-14 . 12, 39-40
15 Higuera estéril . . 13,6-9
16 Los invitados eligen puesto . . 14, 7-11
17 Oveja perdida (superlibro) 18, 12-14 . 15, 4-7
18 El hijo pródigo (superlibro) 15, 11-32
19 El juez y la viuda . . 18, 1-8
20 El fariseo y el publicano . . 18, 9-14
21 Talentos 25, 14-30 . 19, 11-27
22 Tesoro escondido 13, 44 . .
23 Perla preciosa 13, 45-46 . .
24 Red echada en el mar 13, 47-50 . .
25 Dueño que saca lo nuevo y viejo 13, 52 . .
26 Lámpara bajo el celemín 4, 21-23 . 8, 16-17; 11, 33
27 Como juzguéis, así seréis juzgados 7, 2; 13, 22 4, 24-25 8, 18
28 Grano que crece solo . 4, 26-29 .
29 Los dos hijos envidos a la viña 21, 28-32 . .
30 Reino dividido 12, 25a 3, 24 11, 27
31 Casa dividida 12, 25b 3, 25 .
32 Fuerte vencido por otro más fuerte 12, 29 3, 27 11, 21-22
33 Dracma perdida . . 15, 8-10
34 Padre que da cosas buenas a sus hijos 7, 9-11 . 11, 11-13
35 Hombre que edifica su casa 7,24-27 . 6, 47-49
36 Niños que juegan en la plaza 11,16-19 . 7, 31-35
37 Oveja que cae al pozo 12,11-12 . 14, 5-6
38 Impuesto que cobran los reyes 17, 25b-26 . .
39 Siervo cruel 18, 23-35 .
40 Trabajadores de la viña 20, 1-16 . .
41 Siervo en ausencia del amo 24,45-51 . .
42 Diez vírgenes 25, 1-13 . .
43 Pastor que separa ovejas y cabritos 25,32-33 . .
44 Hombre que se va de casa . 13, 33-37 ..
45 Acreedor que perdona a sus deudores . . 7, 41-43
46 Buen samaritano . . 10, 30-37
47 Amigo inoportuno . . 11, 5-10
48 Añadir un codo a su estatura 6, 27 . 12, 25-26
49 Siervos que esperan el regreso del amo . . 12, 35-38
51 Hombre que construye una torre . . 14, 28-30
51 Rey que se enfrenta a otro . . 14, 31-32
52 Administrador infiel . . 16, 1-9
53 Lázaro y el rico . . 16, 19-31
30
3. LO QUE HIZO: LOS MILAGROS
Jesús acompaña sus palabras con numerosos “milagros, prodigios y signos”
Israelitas, escuchad estas palabras: a Jesús el Nazareno, varón acreditado por Dios ante vosotros con los
milagros, prodigios y signos que Dios realizó por medio de él, como vosotros mismos sabéis (Hch 2, 22)
Finalidad
◊ Invitan a creer en Él, pues atestiguan que es el Mesías anunciado que libraría a algunos de los males
terrenos del hambre (cf. Jn 6, 5-15), de la injusticia (cf. Lc 19, 8), de la enfermedad y de la muerte (cf. Mt 11,5)
Los hombres se presentaron ante él y le dijeron: “Juan el Bautista nos ha mandado a ti para decirte: «¿Eres
tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?»”. En aquella hora curó a muchos de enfermedades,
achaques y malos espíritus, y a muchos ciegos les otorgó la vista. Y respondiendo, les dijo: “Id y anunciad a
Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen,
los muertos resucitan, los pobres son evangelizados” (Lc 7, 20-22)
◊ Testimonian que el Padre le ha enviado, que es el Hijo de Dios
A quien el Padre consagró y envió al mundo, ¿decís vosotros: “¡blasfemas!” Porque he dicho: “soy Hijo de Dios”?
Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis, pero si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras,
para que comprendáis y sepáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre (Jn 10, 36-38; cf. Jn 5, 36; 10, 25)
◊ Manifiestan que el Reino está presente en Él, lo cual es la derrota del Reino de Satanás. Los exorcismos
de Jesús liberan a los hombres del dominio de los demonios (cf. Lc 8, 26-39). Anticipan la gran victoria de
Jesús sobre “el príncipe de este mundo” (Jn 12, 31). En la cruz será definitivamente establecido el Reino de Dios.
Si por el Espíritu de Dios expulso yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios (Mt 12, 28)
◊ Fortalecen la fe de aquellos que acuden a él con fe, concediéndoles lo que le piden. Jesús dice la expresión
“Tu fe te ha salvado” en numerosas curaciones (cf. Mc 5, 34; 10, 52; Lc 7, 50; 17, 19; etc.):
[Jesús] le preguntó: “¿Qué quieres que haga por ti?”. Él dijo: “Señor, que recobre la vista”. Jesús le dijo:
“Recobra la vista, tu fe te ha salvado”. Y enseguida recobró la vista y lo seguía, glorificando a Dios. Y todo
el pueblo, al ver esto, alabó a Dios (Lc 18, 40-43)
Fue a su ciudad y se puso a enseñar en su sinagoga. La gente decía admirada: “¿De dónde saca este esa
sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos Santiago,
José, Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?”. Y se
escandalizaban a causa de él. Jesús les dijo: “Solo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta”. Y no
hizo allí muchos milagros, por su falta de fe (Mc 13, 54-58)
◊ No pretenden satisfacer la curiosidad ni los deseos mágicos.
Herodes, al ver a Jesús, se puso muy contento, pues hacía bastante tiempo que deseaba verlo, porque oía
hablar de él y esperaba verle hacer algún milagro. Le hacía muchas preguntas con abundante verborrea; pero
él no le contestó nada (Lc 23, 8-9)
Ocasión de escándalo. A pesar de tan evidentes signos, los milagros son ocasión de escándalo (Mt 11, 6; Lc
7, 22) para los que no creen en Jesús, para los que no tienen fe en Él, acusándole de obrar movido por los demonios
(Mc 3, 22), hasta el punto de que al presenciarlos, como decía Isaías, su corazón se endurecía más:
Los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron el Sanedrín y dijeron: “¿Qué hacemos? Este hombre hace
muchos signos. Si lo dejamos seguir, todos creerán en él, y vendrán los romanos y nos destruirán el lugar
santo y la nación” […] Y aquel día decidieron darle muerte (Jn 11, 47-48.53)
¿Por qué Jesús no curó a todos? Porque Jesús vino a liberar a los hombres de la esclavitud más grave, la
del pecado, que es el obstáculo en su vocación de hijos de Dios y causa de todas sus servidumbres humanas. No
vino a abolir todos los males aquí abajo (cf. Lc 12, 13. 14; Jn 18, 36)
Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de
sus pecados (Mt 1, 21)
Jesús les contestó: “En verdad, en verdad os digo: todo el que comete pecado es
esclavo. El esclavo no se queda en la casa para siempre, el hijo se queda para
siempre. Y si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres” (Jn 8, 34-36)
Vídeos: 3MC: ¿qué son los milagros? / Superlibro (Milagros para niños).
31
4. EL RESUMEN: LAS BIENAVENTURANZAS
Son 8 sentencias de Jesús recogidas en Mateo en forma positiva y en Lucas de forma positiva y negativa (vídeo):
Bienaventuranzas (Mt 5, 3-12) Bienaventuranzas (Lc 6, 20-23) Maldiciones (Lc 6, 24-26)
Bienaventurados los pobres de espíritu porque de Bienaventurados los pobres, porque ¡Ay de vosotros los ricos!, porque
1
ellos es el Reino de los Cielos vuestro es el Reino de Dios habéis recibido vuestro consuelo
Bienaventurados los mansos, porque ellos
2 -- --
poseerán en herencia la tierra
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán Bienaventurados los que lloráis ahora, ¡Ay de los que reís ahora!, porque
3
consolados porque reiréis tendréis aflicción y llanto
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de Bienaventurados los que tenéis hambre ¡Ay de vosotros, los que ahora
4
justicia, porque ellos serán saciados ahora, porque seréis saciados estáis hartos!, porque tendréis hambre
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos
5 --- --
alcanzarán misericordia
Bienaventurados los limpios de corazón, porque
6 -- --
ellos verán a Dios
Bienaventurados los que trabajan por la paz,
7 -- --
porque ellos serán llamados hijos de Dios
Bienaventurados los perseguidos por causa de la
-- --
justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos
Bienaventurados seréis cuando os injurien y os Bienaventurados seréis cuando los ¡Ay cuando todos los hombres
persigan y digan con mentira toda clase de mal hombres os odien, os expulsen, os injurien hablen bien de vosotros! [...]
contra vosotros por mi causa y proscriban vuestro nombre como malo
8
por causa del Hijo del hombre
Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa Alegraos ese día y saltad de gozo, que [...] pues de ese modo trataban sus
será grande en los cielos; pues de la misma manera vuestra esperanza será grande en el cielo. padres a los falsos profetas.
persiguieron a los profetas anteriores a vosotros Pues de ese modo trataban sus padres a los
profetas
Bienaventurados = felices
◊ Responden al deseo natural de felicidad que Dios ha puesto en el corazón de todo hombre descubriendo así
la meta de la existencia humana, el fin último de los actos humanos, que seamos felices.
Ciertamente todos nosotros queremos vivir felices, y en el género humano no hay nadie que no dé su
asentimiento a esta proposición incluso antes de que sea plenamente enunciada (San Agustín)
◊ Pero nos enseñan que Dios el único que puede satisfacer nuestra felicidad. El fin último al que Dios nos
llama es Él mismo. Dios nos ha puesto en el mundo para conocerle, servirle y amarle, y así ir al cielo.
¿Cómo es, Señor, que yo te busco? Porque al buscarte, Dios mío, busco la vida feliz, haz que te busque para
que viva mi alma, porque mi cuerpo vive de mi alma y mi alma vive de ti (San Agustín)
◊ Y nos alertan de dónde no está la felicidad. Ni en la riqueza o el bienestar, ni en la gloria humana o el poder,
ni en ninguna obra humana, por útil que sea, como las ciencias, las técnicas y las artes, ni en ninguna criatura,
sino sólo en Dios, fuente de todo bien y de todo amor. Vídeo
Son promesas sobrenaturales y paradójicas, inquietantes y esperanzadoras
◊ Promesas: llegada del Reino de Dios (cf Mt 4, 17); la visión de Dios (Mt 5,8; cf 1Jn 3, 2; 1Co 13, 12); la
entrada en el gozo del Señor (cf Mt 25, 21.23); la entrada en el descanso de Dios (Hb 4, 7-11), la participación
en la vida divina (2 P 1, 4), la vida eterna (cf Jn 17, 3), entrar en la gloria de Cristo (cf Rm 8, 18).
◊ Sobrenaturales. Supera la inteligencia y las solas fuerzas humanas. Es fruto del don gratuito de Dios.
◊ Paradójicas. Porque prometen futura felicidad al que ahora sufre, y futuro sufrimiento al que ahora goza.
◊ Esperanzadoras. Sostienen la esperanza en las dificultades de todo aquel que sigue a Cristo de verdad
◊ Inquietantes, subversivas. Nos colocan ante opciones morales decisivas con respecto a los bienes terrenos:
− Nos invitan a purificar nuestro corazón de sus malvados instintos y a buscar el amor de Dios por encima de todo.
− Determinan los criterios de discernimiento en el uso de los bienes terrenos en conformidad a la Ley de Dios.
Allí descansaremos y veremos; veremos y nos amaremos; amaremos y alabaremos. He aquí lo que acontecerá
al fin sin fin. ¿Y qué otro fin tenemos, sino llegar al Reino que no tendrá fin? (San Agustín)
Conclusión: las bienaventuranzas resumen la predicación de Jesús, pues:
◊ dibujan la persona y caridad de Jesucristo: Él es el que muere, pero luego resucita.
◊ quedan inauguradas en la vida de la Virgen María y de todos los santos que ya gozan de la gloria tras sufrir.
◊ expresan la vocación de los fieles: asociarse a la pasión de Jesús, para luego resucitar con Él.
◊ anuncian a los discípulos las bendiciones y las recompensas ya iniciadas.
◊ iluminan las acciones y las actitudes características de la vida cristiana.
32
5. EL CULMEN: EL MANDAMIENTO DEL AMOR
En el AT ya está el doble mandamiento del amor, a Dios y al prójimo (cf. Dt 6, 5 y Lv 19, 18):
Un escriba […] se acercó [a Jesús] y le preguntó: “¿Qué mandamiento es el primero de todos?”. Respondió
Jesús: “El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios,
con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. El segundo es este: “Amarás a tu
prójimo como a ti mismo”. No hay mandamiento mayor que estos” (Mc 12, 28-31)
En el NT Jesús nos da un ‘mandamiento nuevo’: amar como Él mismo nos amó, “hasta el fin” (Jn 13, 1),
como el Padre y Él se aman. Esta es la ley “nueva” del Espíritu Santo (Rom 8,2; Ga 5, 25).
Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también unos a otros
[…] Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor […] Este es mi
mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado (Jn 13, 34; 15, 9.12; cf. Mt 22,40; Rom 13,8-10)
¿Se puede mandar el amor?
◊ Parece que no, porque si el amor fuese un sentimiento, éste puede tenerse o no, pero no se podría forzar.
◊ Sin embargo el amor depende de la voluntad, no del sentimiento porque es querer el bien del otro.
◊ Luego el amor puede ser mandado porque Dios nos amó y ama primero: “En esto consiste el amor: no
en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de
propiciación por nuestros pecados […] Nosotros amemos a Dios, porque él nos amó primero” (1 Jn 4, 10.19)
◊ Por eso el amor ya no es sólo un ‘mandamiento’, sino la respuesta al don del amor, es corresponder al
“amor de Dios que nos primerea” (papa Francisco). Dios nos ama y nos hace ver y experimentar su amor, y de
este ‘antes’ de Dios puede nacer también en nosotros ‘después’ el amor como respuesta.
Acepto, no en mis sentimientos sino con mi voluntad, la voluntad de Dios. En mi alma, no tengo palabras, qué
oscura está, qué dolor, qué terrible. Mis sentimientos son tan traicioneros (TERESA DE CALCUTA, Ven sé mi luz)
“Caridad” es el amor cristiano, una virtud teologal, la virtud más importante de todas
◊ Virtud porque es un hábito operativo bueno que nosotros debemos fomentar.
◊ Teologal porque es una gracia, un don que solo Dios puede concedernos amar así, con el amor mismo de Dios
◊ Caridad es amar con el amor de Dios, con su intensidad y características. La caridad es más que el amor.
El amor es natural. La caridad es sobrenatural, algo divino.
Si hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, pero no tengo amor, no sería más que un metal que
resuena o un címbalo que aturde. Si tuviera el don de profecía y conociera todos los secretos y todo el saber;
si tuviera fe como para mover montañas, pero no tengo amor, no sería nada. Si repartiera todos mis bienes
entre los necesitados; si entregara mi cuerpo a las llamas, pero no tengo amor, de nada me serviría. La
caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe; es decorosa; no
busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad.
Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta […] Ahora subsisten la fe, la esperanza y la
caridad, estas tres. Pero la mayor de todas ellas es la caridad (1 Cor 13, 1-7.13)
La caridad anima e inspira el ejercicio de todas las virtudes. Quien ama con caridad cristiana asegura que
el amor es verdadero como el de Dios, lo purifica de los egoísmos que escondemos debajo de la omnipresente
palabra ‘amor’. Porque la caridad guarda los mandamientos de Dios. Es fruto del Espíritu, plenitud de la ley.
Ama y haz lo que quierEs (San Agustín; la traducción “quieras” es errónea)
La caridad es el identificativo de los cristianos. Amándose unos a otros, los discípulos imitan el amor de Jesús
En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros (Jn 13, 35)
Los frutos de la caridad son la libertad, el gozo, la paz y la misericordia. Asumir el mandamiento del amor
nos da la libertad espiritual de amar como hijos, no como esclavos (por temor), ni mercenarios (por una recompensa)
O nos apartamos del mal por temor del castigo y estamos en la disposición del esclavo, o buscamos el incentivo
de la recompensa y nos parecemos a mercenarios, o finalmente obedecemos por el bien mismo del amor del
que manda... y entonces estamos en la disposición de hijos (S. Basilio)
La caridad exige el perdón de las ofensas y el amor a los enemigos. La caridad es incompatible con el odio.
Cristo murió por amor a nosotros “cuando éramos todavía enemigos” (Rom 5, 10), perdonándonos y excusándonos.
Por eso nos pide que amemos como Él haciéndonos prójimos de todos (cf. Lc 10, 27-37). Vídeo: pena de muerte
Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo” y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros
enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su
sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué
premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué
hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro
Padre celestial es perfecto (Mt 5, 38-48)
33
6. SU TESTAMENTO: EL EVANGELIO DEL REINO DE DIOS
Hemos visto el mensaje de Jesús. Ahora bien, ¿cuál es su “testamento”? ¿Qué nos ha dejado el paso de Jesucristo
por la tierra? ¿Un mensaje más o menos bonito? ¿Una historia más o menos heroica? ¿Un libro más?
Evangelio: la verdadera buena noticia salvadora
◊ Evangelio = eu+angelion = buena noticia. “Evangelios” eran las proclamas que precedían a los emperadores
romanos, que se consideraban señores del mundo, sus salvadores y libertadores. Era un mensaje salvador
simplemente porque procedía del emperador, independientemente de que su contenido fuera alegre o no.
◊ Los evangelistas toman esta palabra para indicar que Jesús es el verdadero salvador del mundo, no los
emperadores que se tenían por dioses pero no lo eran. Jesús, muerto y resucitado, puede verdaderamente salvar.
◊ Por eso los evangelistas resumen el anuncio de Jesús como “evangelio”.
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: “Se ha
cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios; convertíos y creed la Buena Noticia” (Mc 1, 14)
El contenido central del Evangelio es que “el Reino de Dios está cerca”
◊ El Reino de Dios ha sido inaugurado en la tierra por Cristo. “Reino de Dios” aparece 122 veces en el NT;
de ellas, 99 en los tres evangelios sinópticos y 90 están en boca de Jesús, luego en el centro de su predicación.
◊ “Reino de Dios” es el ejercicio de la soberanía de Dios sobre el mundo. No es un reino futuro o todavía
por instaurar, sino algo actual, presente. Sería mejor hablar del “ser soberano de Dios” o del “reinado de Dios”.
◊ El Reino de Dios es un concepto teocéntrico, no político: Jesús en su mensaje anuncia a Dios, a un reino
“que no es de este mundo”, no es campaña electoral que anuncie un reino terreno.
◊ La Iglesia es el germen y el comienzo del Reino de Dios. Sus llaves son confiadas a Pedro.
Jesús le respondió: «Ahora yo te digo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del
infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en
los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos» (Mt 16, 18-19)
Este mensaje de Jesús es performativo, no meramente informativo
◊ El Evangelio no es mera comunicación de contenidos desconocidos hasta aquel momento, una mera noticia.
◊ El Reino de Dios es operativo, acción, fuerza eficaz que penetra en el mundo salvándolo y transformándolo.
◊ Porque Dios actúa ahora: no solo existe, sino que está “vivo”, es realmente Dios, es decir, es capaz de actuar
en el mundo y en la historia de un modo concreto, tiene en sus manos los hilos del mundo, su mensaje tiene la
autoridad de que no es sólo palabra como la de los políticos romanos, sino también realidad.
◊ Porque cambia la vida de quien lo recibe, comporta hechos, transforma el mundo hacia el bien, convierte
el rumbo de una vida dándole sentido a toda la vida, a la muerte e incluso al sufrimiento.
Recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del reino, curando las
enfermedades y las dolencias del pueblo» (Mt 4, 23; cf. 9, 35)
“Kerygma” es el primer anuncio del Evangelio a aquellas personas que aún no conocen a Jesucristo
◊ “Kerygma” es “anuncio” en griego, proclamación pública y en voz alta de un mensaje importante, como
los emperadores de la antigüedad a veces ordenaban en las grandes plazas de las ciudades.
◊ El contenido del mensaje es este: “Jesús de Nazaret murió,
resucitó y está sentado a la derecha de Dios, su Padre” o dicho en
lenguaje bíblico: “Jesucristo es Señor” (2 Cor 4, 5). O dicho en
palabras actuales: “Jesucristo te ama, dio su vida para salvarte, y
ahora está vivo a tu lado cada día, para iluminarte, para fortalecerte,
para liberarte” (Papa Francisco, Evangelii Gaudium 164)
¿Qué ha traído Jesús realmente, si no ha traído la paz al mundo, el
bienestar para todos, un mundo mejor? ¿Qué ha traído? La respuesta
es muy sencilla: a Dios. Ha traído a Dios: ahora conocemos su rostro,
ahora podemos invocarlo. Ahora conocemos el camino que debemos
seguir como hombres en este mundo. Jesús ha traído a Dios y, con Él,
la verdad sobre nuestro origen y nuestro destino; la fe, la esperanza y
el amor. Sólo nuestra dureza de corazón nos hace pensar que esto es
poco (BENEDICTO XVI, Jesús de Nazaret)
Conclusión: el mensaje de Jesucristo es salvador porque es capaz de cambiar cada corazón y toda cultura,
es la buena noticia del Reino de Dios, confiada a la Iglesia que es la encargada de proclamar el Evangelio.
Jesús dio comienzo a la Iglesia predicando la buena nueva, es decir, la llegada del reino de Dios prometido
desde siglos en la Escritura (Lumen Gentium 5)
34
TEMA 6
“CREO EN JESUCRISTO, HIJO ÚNICO DE DIOS”
(CRISTOLOGÍA)
Presentación Genial.ly
“¿Quién es este?” nos preguntábamos ante Jesús (tema 1). Para responder, hemos demostrado la historicidad
de Jesús (temas 2 y 3), hemos visto cómo su pretensión de ser Dios hecho hombre se prueba a sí misma porque
Él resucitó tras su dolorosa pasión (t. 4), y hemos analizado su mensaje completamente novedoso (t. 5).
Respondamos ahora según la fe de la Iglesia católica: de los 12 artículos del Credo, 6 se refieren a Jesús.
Para ello, adelantemos los dos grandes misterios sobrenaturales de la fe cristiana
◊ Santísima Trinidad: en Dios hay 3 Personas (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y 1 única naturaleza (divina).
◊ Encarnación: en Jesús hay 1 única Persona y 2 naturalezas (humana y divina).
Dios es amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Unigénito,
para que vivamos por medio de Él (1 Jn 4, 8-9)
35
Vídeo-resumen: GoyaProd / 3MC: ¿Quién era Jesús?
¿Por qué el Hijo de Dios se hizo hombre? Por dos razones que hay que distinguir:
◊ Para salvarnos: es decir hacernos a “imagen y semejanza” (Gn 1,26) de la humanidad gloriosa de Jesucristo,
hacernos “como dioses” (Gn 3, 5), “partícipes de la naturaleza divina” (2Pe 1, 4).
◊ Para redimirnos: es decir reconciliarnos a nosotros pecadores con Dios, librarnos de nuestros pecados,
darnos a conocer a Dios y su amor infinito, ser nuestro modelo humano de santidad. 3MC
◊ Jesús se encarna “por nosotros los hombres y por nuestra salvación” que requiere antes nuestra redención.
Jesús tomó una carne humana para que todo ser humano quedase divinizado en la naturaleza humana de Jesús,
pero dada la condición pecadora del hombre tuvo que sufrir él también las consecuencias del pecado, como la
enfermedad y el cansancio, pero especialmente la muerte, que las aceptó para el perdón de nuestros pecados.
¿Por qué se encarnó en ese tiempo? Cur tam sero? ¿por qué tan tarde? decían los antiguos. Respuesta: 3MC
37
4. “JESUCRISTO DESCENDIÓ A LOS INFIERNOS, AL 3ER DÍA RESUCITÓ
DE ENTRE LOS MUERTOS” (ART. 5, CEC 631-637)
“Descendió a los infiernos”
◊ Los infiernos: es el estado de todos los muertos antes de Cristo, justos e injustos,
pues tras el pecado original estaban cerradas las puertas del cielo. No es el infierno
de la condenación.
◊ Significado: Jesús liberó a los justos y les abrió las puertas del cielo. Jesús con
su obediencia hasta la muerte venció al diablo “que tenía el poder de la muerte” (Hb
2, 14), y al ser hombre y merecedor del cielo, tomó en los infiernos a los justos que
le aguardaban como Redentor, y les llevó consigo al encuentro con Dios.
Resurrección: acontecimiento histórico y transcendente
◊ Histórico: porque fue un evento histórico, verificado y atestiguado mediante signos y testimonios. Recordar
◊ Trascendente: porque transciende y sobrepasa la historia como misterio de la fe. Es obra de la Trinidad que
actúa conjuntamente: el Padre manifiesta su poder, el Hijo “recobra la vida, porque la ha dado libremente” (Jn
10, 17), reuniendo su alma y su cuerpo, que el Espíritu Santo vivifica y glorifica.
¿Cómo es el cuerpo resucitado de Jesús?
◊ Es un cuerpo verdadero: el mismo que fue crucificado, y por eso lleva las huellas de su pasión.
◊ Pero glorioso: no es un retorno a la vida terrena, participa ya de la vida divina, luego es sobre-humano. No
necesita comer, pero puede hacerlo. Puede aparecer y desaparecer libremente. Implica la entrada de la
humanidad de Cristo en la gloria de Dios. Por este motivo, Cristo resucitado no se manifestó al mundo, sino a
sus discípulos, haciendo de ellos sus testigos ante el pueblo.
La Resurrección de Jesús es
◊ una prueba de la divinidad de Jesús: confirma que Él realmente es el Hijo de Dios.
◊ la victoria sobre el pecado y la muerte: que nos da esperanza más allá de todo sufrimiento.
◊ el comienzo de nuestra salvación
− desde ya nos concede la gracia de la adopción filial: participar de su vida de Hijo de Dios;
− más tarde resucitará nuestro cuerpo, al final de los tiempos.
◊ la verdad culminante de nuestra fe en Cristo, después de la Encarnación. Vídeo-resumen (GoyaProd)
Si se anuncia que Cristo ha resucitado de entre los muertos, ¿cómo dicen algunos de entre vosotros que no
hay resurrección de muertos? Pues bien: si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo ha resucitado.
Pero si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra predicación y vana también vuestra fe […] Pero Cristo ha
resucitado de entre los muertos y es primicia de los que han muerto (1 Cor 15, 12-14.20)
38
TEMA 7
“CREO EN UN SOLO DIOS”
Partimos de una pregunta (“¿quién es este?”) ante un hombre controvertido que pretendió ser Dios (tema 1).
En los temas 2 y 3 vimos que la persona y los dichos y hechos de Jesús son no sólo históricos, sino los más
históricos de la antigüedad. Y además de históricos, razonables, pues su pretensión de divinidad fue avalada
por testigos de su resurrección (tema 4) y su mensaje revolucionario (tema 5). Presentación Genial.ly
Sólo entonces dimos el salto de fe en el tema 6 y respondimos a la pregunta: Él es Jesucristo, el Hijo de Dios.
Ahora la pregunta es evidente: “¿y quién es Dios?”. Veámoslo en el tema 7 (Dios uno) y el 8 (Dios trino).
40
3. ¿QUÉ SABEMOS DE DIOS?
Dios es la Verdad
◊ Dios es la Verdad misma, el único que puede dar el conocimiento verdadero de la Creación (cf. Sb 7,17-21).
Es verdad el principio de tu palabra, por siempre, todos tus justos juicios (Sal 119, 160)
Ahora, mi Señor Dios, tú eres Dios, tus palabras son verdad (2 Sam 7, 28)
Dios es Luz, en él no hay tiniebla alguna (1 Jn 1,5)
◊ Dios es verdadero cuando revela: Jesús ha venido a “dar testimonio de la Verdad” (Jn 18,37)
El Hijo de Dios ha venido y nos ha dado inteligencia para que conozcamos al Verdadero (1 Jn 5,20)
Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo (Jn 17,3)
◊ Por ello el hombre se puede entregar a Dios con toda confianza, porque las promesas de Dios se realizan
siempre (cf. Dt 7,9), por la verdad y la fidelidad de la palabra de Dios en todas las cosas. Tener fe, obedecer a
Dios, significa fiarnos de su autoridad, porque Él nos garantiza la verdad, no puede ni engañarse ni engañarnos:
La fe es una virtud sobrenatural, por la cual, por inspiración y ayuda de la gracia de Dios creemos ser
verdadero lo que por él ha sido revelado, no por la intrínseca verdad de las cosas, percibida a la luz natural
de la razón, sino por la autoridad del mismo Dios que se revela
◊ Pero es una “sabiduría de la cruz”, no es la sabiduría del mundo: marketing, persuasión, oratoria…
Mientras los judíos piden señales y los griegos buscan sabiduría, nosotros predicamos a un Cristo crucificado:
escándalo para los judíos, necedad para los gentiles (1 Cor 1,18-23)
◊ Al revés, el diablo es el padre de la mentira. El comienzo del pecado y de la caída del hombre fue una
mentira del tentador que indujo a dudar de la palabra de Dios, de su benevolencia y de su fidelidad.
Jesús les contestó: […] el diablo […] era homicida desde el principio y no se mantuvo en la verdad porque
no hay verdad en él. Cuando dice la mentira, habla de lo suyo porque es mentiroso y padre de la mentira. En
cambio, a mí, porque os digo la verdad, no me creéis (Jn 8, 44-45)
Dios es Amor
◊ “Dios es Amor” afirmará san Juan (1 Jn 4,8.16). Este es su secreto más íntimo (cf. 1 Cor 2,7-16; Ef 3,9-12):
− El ser mismo de Dios es Amor.
− Él mismo es una ‘familia’ de amor: Padre, Hijo y Espíritu Santo, la Trinidad, eterna comunicación de amor.
− El fin del ser humano es participar de ese amor de Dios.
Mi corazón está perturbado, se conmueven mis entrañas (Os 11, 8)
◊ Es un amor gratuito, no pide nada a cambio, como es el amor verdadero. Esta es la única razón de Dios para
escogernos, revelarnos (cf. Dt 4,37; 7,8; 10,15), y perdonar nuestros pecados (cf. Os 2).
Si el Señor se enamoró de vosotros y os eligió, no fue por ser vosotros más numerosos que los demás, pues
sois el pueblo más pequeño, sino que, por puro amor a vosotros […] os sacó el Señor de Egipto con mano
fuerte y os rescató de la casa de esclavitud (Dt 7, 8)
◊ Es un amor infinito. La Biblia usa metáforas humanas para expresar la fuerza de este amor: el de un padre a
su hijo (cf. Os 11,1), el de una madre a sus hijos (cf. Is 49,14-15), el de un esposo a su amada (Is 62,4-5)
Con amor eterno te he amado: por eso he reservado gracia para ti (Jr 31, 3)
◊ Es un amor fiel (Is 54,8), vence incluso las peores infidelidades (cf. Ez 16; Os 11)
Aunque los montes cambiasen y vacilaran las colinas, no cambiaría mi amor (Is 54, 10)
◊ Es un amor misericordioso
− ‘Misericordia’ es el nombre del amor cuando perdona:
• Dios es “rico en misericordia” (Ef 2,4), “mantiene su amor por mil generaciones” (Ex 34, 7). El Señor es
un Dios que perdona (cf. Ex 34, 9). “Señor, Señor, Dios misericordioso y clemente, tardo a la cólera y rico
en amor y fidelidad” (Ex 34, 5-6).
• P. ej. cuando tu cónyuge te ama, le amas con amor; cuando tu cónyuge te es infiel, le amas con misericordia
− Dios perdona la infidelidad del pecado de los hombres y el castigo que merece:
• Perdonó a Adán y Eva en el pecado original y les dio a cambio el Protoevangelio (Gn 3, 14)
• Perdonó a Israel al idolatrar el becerro de oro (cf. Ex 32) y les acompañó por el desierto (cf. Ex 33, 12-17).
• Perdonó a toda la humanidad al entregar a su propio Hijo a la muerte para librarnos del pecado.
• Sigue perdonando a todo aquel que humildemente se acerca al sacramento de la confesión.
Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único (Jn 3,16)
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Dios es fiel, “el que es”, desde y para siempre, y por eso permanece siempre fiel a sí mismo y a sus promesas.
◊ siempre ha estado: valedera para el pasado (“Yo soy el Dios de tus padres”, Ex 3,6)
◊ está siempre allí: Dios presente junto a su pueblo para salvarlo. “Yo soy” = “Yo estoy”, expresa su fidelidad
◊ estará siempre con nosotros: valedera para el porvenir (“Yo estaré contigo”, Ex 3,12).
Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos (Mt 28, 20; últimas palabras de Jesús)
Sólo Dios ES
◊ Dios es el Ser mismo, “Yo soy el que soy”, la plenitud del Ser y de toda perfección. A diferencia de las
criaturas que somos contingentes porque hemos recibido de Él todo su ser y su poseer.
◊ Dios es eterno, sin origen y sin fin. Las criaturas sin embargo tenemos comienzo. Y si el ser humano no tiene
fin es por un regalo de Dios, que le diviniza, le salva dándole atributos divinos.
Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce
porque no lo conoció a él. Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos (1Jn 3, 1-2)
◊ Dios transciende el mundo y la historia. Él es quien ha hecho el cielo y la tierra: “Ellos perecen, mas Tú
quedas, todos ellos como la ropa se desgastan [...] pero Tú siempre el mismo, no tienen fin tus años” (Sal
102,27-28). En Él “no hay cambios ni sombras de rotaciones” (St 1,17).
◊ Es el Dios vivo, el Dios de “nuestros padres”, el que llamó a Abraham, libró al pueblo de Israel, envió a
Jesús, guía a su Iglesia, y nos espera en el Cielo para amarnos toda la eternidad
Jesús les respondió: […] Y a propósito de que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés,
en el episodio de la zarza, lo que le dijo Dios: “Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de
Jacob”? No es Dios de muertos, sino de vivos (Mc 12, 26-27)
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TEMA 8
“CREO EN DIOS PADRE, EN DIOS HIJO,
EN DIOS ESPÍRITU SANTO”
(TRINIDAD)
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1.2 CONSECUENCIAS DEL DOGMA
El Magisterio de la Iglesia es quien formula el dogma
◊ Normalmente solemos preguntarnos: “pero, ¿esto lo dice Jesús en la Biblia o lo dice la Iglesia?”. Porque
entendemos que lo que dice la Iglesia no es tan importante como lo que dijo Jesús. Sin embargo esto es falso.
◊ Jesús no formuló el dogma de la Trinidad, sino que nos habló del Padre y del Espíritu.
◊ Jesús encomendó a la Iglesia completar la Revelación:
− “Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el
Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena” (Jn 16, 12-13)
− La Iglesia recibe la luz del Espíritu Santo para conducir la fe “hasta la verdad completa” tras Pentecostés.
− El dogma de la Trinidad fue proclamado en el 381, tras muchas dificultades para conocer la verdad de Dios.
◊ Por eso el Magisterio de la Iglesia, ha formulado “dogmas”
− Entre estas doctrinas se encuentran: los artículos del Credo y los dogmas proclamados por el papa o los
Concilios Ecuménicos, como los dogmas marianos o la infalibilidad del Romano Pontífice.
− Son tanto afirmaciones tanto de fe como de moral (aborto por ejemplo).
◊ Los fieles deben aceptar con fe irrevocable a los dogmas.
− No cabe elegir lo que creo o no. Esto es lo que distingue la Iglesia católica de la protestante: no hay ‘buffet libre’.
El Magisterio de la Iglesia nos enseña, nos ilumina el camino de la fe, no asegura qué es verdadero y qué falso.
− Pero, hay que distinguir aceptar de vivir/entender. Yo puedo por ejemplo aceptar el dogma de la Trinidad,
pero me puede ser difícil entenderlo. Yo puedo aceptar que el adulterio es un pecado, pero me puede resultar
difícil vivirlo. Yo puedo cometer el pecado de aborto, pero no por eso estoy fuera de la Iglesia.
◊ Quien no acepta el Magisterio de la Iglesia, está fuera de la fe católica.
− Bien por “herejía”: rechazar las doctrinas de la Iglesia.
− Bien por “cisma”: no aceptar la autoridad que Cristo dio a la Iglesia en su Magisterio.
Se ha de creer con fe divina y católica todo aquello que se contiene en la palabra de Dios escrita o transmitida
por tradición, es decir, en el único depósito de la fe encomendado a la Iglesia, y que además es propuesto
como revelado por Dios, ya sea por el magisterio solemne de la Iglesia, ya por su magisterio ordinario y
universal, que se manifiesta en la común adhesión de los fieles bajo la guía del sagrado magisterio; por tanto,
todos están obligados a evitar cualquier doctrina contraria (C. 750 §1)
La liturgia de la Iglesia explicita la fe en la Trinidad
◊ Quien se bautiza en la Iglesia, lo hace “en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt 28,19)
− Antes responde “Creo” a la triple pregunta que les pide confesar su fe en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu.
− Es bautizado en “el nombre” del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo y no en “los nombres” de estos.
◊ La Eucaristía invoca a Dios, tanto a Dios Único, como a Dios Trinidad. Quien está atento en la misa, se da
cuenta de cómo a veces nos dirigimos al Padre, otras al Hijo y otras al Espíritu Santo: “La gracia de nuestro
Señor Jesucristo, el amor de Dios Padre y la comunión del Espíritu Santo estén con todos vosotros” (2 Co 13,
13; cf. 1 Cor 12, 4-6; Ef 4, 4-6; saludo inicial de la misa).
◊ Quien no afirma la Trinidad no es cristiano. Aunque diga que lo sea, como es el caso de “la Iglesia de
Jesucristo de los Santos del Ultimo Día” (conocida como “Mormones”) donde el Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo no son las tres personas en las que subsiste la única divinidad sino tres dioses que forman una divinidad.
Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado (Mt 28, 19-20)
La Trinidad es un misterio sobrenatural de fe en sentido estricto
◊ Es un misterio de fe en sentido estricto porque no puede ser conocido si no hubiese sido revelado. Es
inaccesible a la sola razón humana (filosofía) e incluso a la sola fe del AT (judaísmo).
◊ Hizo falta que fuese revelado por Dios mediante:
− la Encarnación del Hijo de Dios: las palabras y obras de Jesús.
− y el envío del Espíritu Santo: el Magisterio de la Iglesia.
◊ Con todo, Dios ha dejado huellas de su ser trinitario tanto en la Creación como en la Revelación del AT.
La fe y la razón (Fides et ratio) son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la
contemplación de la verdad (Juan Pablo II, encíclica Fides et Ratio 1).
El dogma de la Trinidad es el misterio centro y fuente. Porque es el misterio de Dios en sí mismo.
◊ el misterio central de la fe y de la vida cristiana: la enseñanza más fundamental y esencial en la jerarquía
de las verdades de fe. “La fe de todos los cristianos se cimenta en la Santísima Trinidad” (S. Cesáreo de Arlés)
◊ la fuente de todos los otros misterios de la fe. Saber que Dios es Trinidad, ilumina el resto de misterios de fe
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2. “CREO EN DIOS PADRE” (ART. 1, CEC. 199-421)
En el AT, en Israel, Dios es llamado Padre:
◊ en cuanto Creador del mundo (cf. Dt 32,6; Ml 2,10).
◊ en razón de la alianza y del don de la Ley a Israel, su “primogénito” (Ex 4,22).
◊ del rey de Israel (cf. 2 S 7,14).
◊ “el Padre de los pobres”, del huérfano y de la viuda, que están bajo su protección amorosa (cf. Sal 68,6).
En el NT
◊ Jesús ha revelado que Dios es “Padre” en un sentido nuevo: Él es eternamente Padre en relación a su Hijo
único, el cual eternamente es Hijo sólo en relación a su Padre: “Nadie conoce al Hijo sino el Padre, ni al Padre
le conoce nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar” (Mt 11,27).
◊ Y por eso los Apóstoles confiesan a Jesús como “el Mesías, el Hijo de Dios” (Jn 20, 31), “el Verbo que en
el principio estaba junto a Dios y que era Dios” (Jn 1,1), como “la imagen del Dios invisible” (Col 1,15),
como “el resplandor de su gloria y la impronta de su esencia” (Hb 1,3).
La Iglesia, siguiendo la tradición apostólica, confiesa que:
◊ el Hijo es un solo Dios con el Padre, “consubstancial” al Padre (concilio de Nicea, 325).
◊ el Hijo es engendrado del Padre, no creado “al Hijo Único de Dios, engendrado del Padre antes de todos
los siglos, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado no creado, consubstancial al Padre”
(concilio de Constantinopla, 381).
◊ Artículo 1º del Credo: “Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo
lo visible y lo invisible”.
En muchas religiones, es conocida la invocación de Dios como “Padre”. La divinidad es con frecuencia
considerada como “padre de los dioses y de los hombres”.
“Padre” indica dos aspectos:
◊ que Dios es origen primero de todo y autoridad transcendente
◊ que es al mismo tiempo bondad y solicitud amorosa para todos sus hijos.
¿Dios Madre?
◊ Es cierto que la Biblia representa a Dios a menudo con imágenes femeninas: al menos 60 adjetivos de
Dios en la Biblia están en femenino y en más de 260 ocasiones se habla de las “entrañas maternas” de Dios.
◊ Es un término que indica más expresivamente la inmanencia de Dios, la intimidad entre Dios y su criatura,
signo de su amor tierno, espontáneo, instintivo y absoluto. (cf. Sal 131,2).
¿Se olvida una madre de su criatura, no se compadece del hijo de sus entrañas? ¡Pero aunque ella se olvide,
yo no te olvidaré! […] Como uno a quien su madre consuela, así yo os consolaré (Is 49,15; 66,13).
◊ “Madre” es una imagen, pero no un título para Dios: nunca en la Biblia se invoca a Dios como madre.
¿Por qué? ¿Por machismo? No. Dos razones por lo menos:
− En las culturas que rodeaban al pueblo de Israel y a la Iglesia del NT, las deidades femeninas contenían
siempre concepciones panteístas, en las que desaparecían la diferencia entre Creador y criatura. Dios Madre
evocaba que los seres humanos aparecían necesariamente como una emanación del seno materno del Ser que,
al entrar en contacto con la dimensión del tiempo, se concreta en la multiplicidad de lo existente. Por el
contrario, la imagen del padre era y es más adecuada para expresar la alteridad entre Creador y criatura, la
soberanía de su acto creativo. Sólo dejando aparte las deidades femeninas podía el AT llegar a madurar su
imagen de Dios, es decir, la pura trascendencia de Dios.
− En las religiones circundantes a Israel se conocían parejas de divinidades, una divinidad masculina y una
divinidad femenina. Por el contrario el judeo-cristianismo ha asimilado como esposa de Dios a la humanidad
elegida, como metáfora del misterio del amor que Dios siente por su pueblo. La imagen femenina es de alguna
forma proyectada sobre Israel y sobre la Iglesia, y finalmente personalizada de manera particular en María.
Límites de este lenguaje
◊ El lenguaje de la fe se sirve de la experiencia humana de los padres, que son en cierta manera los primeros
representantes de Dios para el hombre.
◊ Pero los padres humanos son falibles y que pueden desfigurar la imagen de la paternidad y de la maternidad.
◊ Dios transciende la distinción humana de los sexos. No es hombre ni mujer, es Dios. Transciende también
la paternidad y la maternidad humanas (cf. Sal 27,10), aunque sea su origen y medida (cf. Ef 3,14; Is 49,15).
Nadie es padre como lo es Dios.
◊ El mismo hecho de que la Biblia no llame a Dios Madre, nos recuerda que ‘Padre’ sigue siendo una metáfora
para expresar el tipo de amor divino, que es a la vez paterno y materno.
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3. “CREO EN DIOS HIJO” (ART. 2-7)
Artículos 2-7 del Credo: cf. Tema 6.
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TEMA 9
“CREO EN LA RESURRECCIÓN DE LA CARNE
Y EN LA VIDA ETERNA”
(ESCATOLOGÍA)
Presentación Genial.ly
Escatología
◊ Es el estudio (λογία) de las cosas finales (ἔσχατος) que le ocurren al ser humano.
◊ Son las “cosas últimas”, también llamadas novísimos: muerte, juicio, cielo e infierno.
Comprende dos artículos del Credo, que culmina proclamando la resurrección de la carne y la vida eterna:
◊ Artículo 11: “Creo en la resurrección de la carne” (CEC 988-1019).
◊ Artículo 12: “Creo en la vida eterna” (CEC 1020-1065).
| cielo | | cielo
Muerte → Juicio particular de cada ser humano →| purgatorio | → Juicio final/universal → |
(tras la muerte de cada uno) | infierno | (parusía; 2ª venida) | infierno
1. LA MUERTE
1.1 VISIÓN NATURAL
Naturalmente hablando, la muerte corporal es algo físico, biológico,
el final de la vida terrena como criaturas. Nuestras vidas están medidas por
el tiempo, en el curso del cual cambiamos, envejecemos y como todos los
seres vivos de la tierra, morimos como terminación normal de la vida.
Es una verdad universal. Quizá la única que no puede negar la cultura relativista para la cual “todo depende”.
Julián Marías, en una “reunión de obispos y teólogos”, al llegar el turno de preguntas, uno de los asistentes
levantó la mano y dijo: “Don Julián, yo creo que usted nunca habrá tenido delante a tanto obispo y a tanto
sacerdote juntos. Pues bien, si tuviera usted que predicarles, ¿de qué les hablaría?”. Esta fue la pregunta. Y
Julián Marías primero le miró un poco raro, pero al cabo de unos segundos le dijo: “¡Les hablaría de la
muerte!”. Y empezó a hablar de la muerte, afirmando: “Ustedes se van a morir. ¿Es obvio, no?”. Los
asistentes se reían un poco al principio, pero él dijo: “No se rían, no se rían. ¡Es que nadie se lo cree! Todo
el mundo vive como si no se fuese a morir. ¡Pues se van a morir!”.
Pero siempre “inesperada”, no sólo los jóvenes y adultos, sino incluso los ancianos (como esa esquela que
decía: “le sorprendió la muerte a los 93 años”). Vídeo: mi vida sin mí
Y por eso es vivida con rechazo
◊ Rabia: ante la realidad inexorable de tener que morir. Vídeo: do not go gentle into that night (Dylan Thomas)
◊ Miedo: que surge como una negación hacia la existencia de la muerte.
◊ Negación: se oculta la realidad de la muerte (tanatorios, funerales…), incluso se disfraza (Halloween).
◊ Sin esperanza: tras vivir sin creer ni rezar, la muerte no tiene sentido para el no creyente. Mi vida sin mí
Da urgencia a nuestras vidas: el recuerdo de nuestra mortalidad sirve también para hacernos pensar que no
contamos más que con un tiempo limitado para llevar a término nuestra vida. Vídeo: Dead Poets Society
Carpe diem, quam minimum credula postero (Horacio; aprovecha el día, no confíes en el mañana)
Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, que mañana moriremos (1 Cor 15, 32)
Es un misterio, como lo es la vida de todo ser humano. Podemos vivir la vida inconscientemente, sin percibir
que somos un misterio inexplicable, no reducible a materia, con un ansia de infinito que late en nuestro corazón.
Pero cuando morimos, este misterio, si antes no ha sacudido nuestra vida, se hace más palpable que nunca.
Frente a la muerte, el enigma de la condición humana alcanza su cumbre (GS 18)
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1.2 VISIÓN SOBRENATURAL
Por la fe tenemos un conocimiento revelado de la muerte. El Magisterio de la Iglesia, intérprete auténtico
de las afirmaciones de la Sagrada Escritura y de la Tradición, de la Revelación de Dios, nos da un conocimiento
nuevo sobre la realidad misteriosa de la muerte.
La muerte corporal es consecuencia del pecado original. Aunque el hombre poseyera una naturaleza mortal,
Dios lo destinaba a no morir. La muerte fue contraria a los designios de Dios Creador, y entró en el mundo como
consecuencia del pecado (cf. Gn 2, 17; 3, 3; 3, 19; Sb 1, 13; 2, 23-24; Rm 5, 12; 6, 23)
La paga del pecado es la muerte, mientras que el don de Dios es la vida eterna en Cristo Jesús (Rom 6, 23)
Por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte (Rom 5, 12)
No hay “reencarnación” después de la muerte. “Está establecido que los hombres mueran una sola vez”
(Hb 9, 27). Tras “el único curso de nuestra vida terrena” (LG 48), ya no volveremos a otras vidas terrenas.
La vida de los que en ti creemos, Señor, no termina, se transforma; y, al deshacerse nuestra morada terrenal,
adquirimos una mansión eterna en el cielo (Misal Romano, prefacio de difuntos)
La muerte fue transformada y vencida por Cristo por
◊ Su obediencia, que transformó la maldición de la muerte en bendición (cf. Rm 5, 19-21). Jesús, el Hijo de
Dios, sufrió también la muerte, propia de la condición humana. Pero, a pesar de su angustia frente a ella (cf.
Mc 14, 33-34; Hb 5, 7-8), la asumió en un acto de sometimiento total y libre a la voluntad del Padre.
◊ Su resurrección, no sólo fue un triunfo sobre su muerte, sino que fue la victoria sobre nuestra muerte.
Cristo ha resucitado de entre los muertos y es primicia de los que han muerto. El último enemigo en ser
destruido será la muerte (1 Cor 15, 20.26)
El cristiano “muere en Cristo”. Morir en Cristo Jesús significa morir en gracia de Dios, sin pecado mortal.
Para los que mueren en la gracia de Cristo, la muerte es una participación en la muerte del Señor para poder
participar también en su Resurrección. Por el Bautismo, el cristiano está ya sacramentalmente “muerto con
Cristo”, para vivir una vida nueva donde da muerte al pecado; y si morimos en la gracia de Cristo, la muerte
física consuma este “morir con Cristo” y perfecciona así nuestra incorporación a Él en su acto redentor.
Es cierta esta afirmación: si hemos muerto con él, también viviremos con él (2 Tm 2, 11).
¿Es que no sabéis que cuantos fuimos bautizados en Cristo Jesús fuimos bautizados en su muerte? Por el
bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que, lo mismo que Cristo resucitó de entre los muertos
por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva. Pues si hemos sido incorporados a
él en una muerte como la suya, lo seremos también en una resurrección como la suya (Rom 6, 3-9)
Todo lo considero pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él
lo perdí todo, y todo lo considero basura con tal de ganar a Cristo […] Todo para conocerlo a él, y la fuerza
de su resurrección, y la comunión con sus padecimientos, muriendo su misma muerte, con la esperanza de
llegar a la resurrección de entre los muertos (Flp 3, 8.10.11)
Orar la muerte. La Iglesia nos anima, ante la muerte, a rezar
◊ Acudir a los sacramentos: la Penitencia, la Unción de los enfermos y la Eucaristía (en cuanto viático)
constituyen, cuando la vida cristiana toca a su fin, “los sacramentos que preparan para entrar en la Patria” o los
sacramentos que cierran la peregrinación
◊ Rezar por nosotros: “De la muerte repentina e imprevista, líbranos Señor” (letanías de los santos). Justo lo
contrario de lo que el mundo pide, el cual, por miedo al sufrimiento, prefiere morir sin enterarse y sin sentirlo.
◊ Invocar a la Virgen: que interceda por nosotros “en la hora de nuestra muerte” (Avemaría).
◊ Confiarnos a san José: patrono de la buena muerte.
◊ Rezar por los difuntos: es una obra de misericordia, así como el enterrar el cadáver (caro data vermibus).
◊ Celebrar la Eucaristía (funeral): desde los primeros tiempos, la Iglesia ha honrado la memoria de los
difuntos y ha ofrecido sufragios en su favor, en particular el sacrificio eucarístico, para que, una vez purificados,
puedan llegar a la visión beatífica de Dios. La Iglesia también recomienda las limosnas, las indulgencias y las
obras de penitencia en favor de los difuntos (Fr. Mike Schmitz).
Hermanos, no queremos que ignoréis la suerte de los difuntos para que no os aflijáis como los que no tienen
esperanza. Pues si creemos que Jesús murió y resucitó, de igual modo Dios llevará con él, por medio de Jesús,
a los que han muerto (1 Ts 4, 13-14)
48
Gracias a Cristo, el cristiano puede experimentar la muerte:
◊ como algo positivo: la llamada de Dios “Dejar este cuerpo para ir a morar cerca del Señor” (2 Cor 5,8)
◊ con amor, transformando la propia muerte en un acto de obediencia y amor hacia el Padre, a ejemplo de
Cristo “Jesús, clamando con voz potente, dijo: “Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu”” (Lc 23, 46)
◊ incluso “deseándola”, no en sí misma, sino por encontrarse con el Amor, con el abrazo eterno de Dios Padre.
◊ San Pablo: ya encarcelado, escribe a sus hermanos diciéndoles:
Para mí la vida es Cristo y el morir una ganancia. Pero, si el vivir esta vida mortal me supone trabajo
fructífero, no sé qué escoger. Me encuentro en esta alternativa: por un lado, deseo partir para estar con Cristo,
que es con mucho lo mejor; pero, por otro, quedarme en esta vida veo que es más necesario para vosotros
(Flp 1, 21-24)
◊ Santa Teresa de Jesús: monja carmelita, llevada de su ansia de ver a Dios hace este juego de palabras:
Vivo sin vivir en mí, y de tal manera espero, que muero porque no muero Vídeo del poema
◊ Santa Teresita del niño Jesús y santa Maravillas de Jesús: también carmelitas, escriben respectivamente:
Yo no muero, entro en la vida / ¿Miedo a la muerte? Si la muerte no es más que echarse en las manos de Dios
◊ San Juan Pablo II: tras 26 años como papa, no abandonó su cargo ni tras el atentado que sufrió, ni en su dolorosa
enfermedad final; y ante los allegados que le atendían en su lecho de muerte, dijo como últimas palabras:
Dejadme ir a la casa del Padre
◊ San Ignacio de Antioquía: obispo de Antioquía, es hecho prisionero por los romanos en la persecución
cristiana. De camino a Roma para ser martirizado, escribe a los cristianos de esa ciudad que estaban intentando
salvarle la vida con negociaciones, y les reprende su actitud diciéndoles en otro juego de palabras:
De nada me aprovecharán los confines del mundo ni los reinos de este siglo. Para mí es más bello morir y
pasar a Cristo, que reinar sobre los confines de la tierra. Voy en pos de aquel que murió por nosotros: voy en
pos de aquel que resucitó por nosotros. Mi parto está ya inminente. Perdonad lo que digo, hermanos: no me
impidáis vivir, no os empeñéis en que no muera; no me entreguéis al mundo, cuando yo quiero ser de Dios, ni
me engañéis con las cosas materiales. Dejadme llegar a la luz pura, que una vez llegado allí seré
verdaderamente hombre. Dejadme que sea imitador de la pasión de mi Dios. Si alguno le tiene dentro de sí,
entenderá mi actitud, y tendrá los mismos sentimientos que yo, pues sabrá qué es lo que me apremia.
◊ San Francisco de Asís: llama “hermana” a la muerte, alabando a Dios por ella en el cántico de las Criaturas:
Y por la hermana muerte, ¡loado mi Señor! Ningún viviente escapa de su persecución;
¡ay si en pecado grave sorprende al pecador! ¡Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios!
◊ Joven universitario que escribió en un blog:
…entre tanto y tanto, entre este tormento de vanidades y riquezas pasajeras, entre tantas incoherencias y
egoísmos, en ese peregrinar, entre tales y otros males, entre esas y otras miserias…. …y entre llanto y lágrima,
felicidad que ni satisface ni sacia, placer efímero y perecedero, entre estas y otras calamidades: eterna
búsqueda…sequedad del alma… … …y entre tanto y tanto, que el hombre busca la semilla que en su interior
descansa, la inquietud que ni nombrada ni provocada, de lo más profundo brota… … …y entre tanto intento
de ahogamiento, tanto esfuerzo y luchas en vano, entre tanto ignorar y despreciar: aquella semilla florece,
porque nunca pudo ni podrá lo pasajero saciar a lo eterno.. … Y entre este y otros pensamientos se consume
alma mía, se desvive en este remanente vacío, y en eso se consume porque con ello convive… … …y entre
tiniebla y piedra, continúa mi alma su peregrinaje, y no parece acabarse el sendero, pero en Ti Señor mi alma
se regocija, porque a Ti Dios mío levanto mis ojos, y me consuela tu misericordia, y no pierdo la paz ni la
esperanza, porque hoy sé que por mucho que se alargue mi camino…estarás siempre conmigo… … …Y
MENOS MAL QUE ALGÚN DÍA MORIRÉ, y abandonaré esta tierra para partir a tu encuentro Señor.
¿Inhumación o incineración?
◊ La Iglesia recomienda la inhumación insistentemente, que los cuerpos de los difuntos sean sepultados, porque
− es la forma más adecuada para expresar la fe y la esperanza en la resurrección corporal.
− favorece tanto el recuerdo y la oración por los difuntos por parte de los familiares, como el proceso de duelo.
◊ La cremación/incineración
− No está prohibida, por razones higiénicas, económicas o sociales.
− Sí está prohibida por razones contrarias a la fe: no creer en la resurrección, creer en la reencarnación, etc…
− Las cenizas del difunto, por regla general, deben mantenerse en un lugar sagrado. No es cristiano ni la
conservación en el hogar, ni la dispersión en el aire/tierra/agua o en cualquier otra forma, ni la conversión en
recuerdos conmemorativos.
49
2. “CREO EN LA RESURRECCIÓN DE LA CARNE” (ART. 11, CEC 988-1019)
“Creo en la resurrección de la carne”
◊ La “resurrección de la carne” significa que, después de la muerte, no habrá solamente vida del alma
inmortal, sino que también nuestros “cuerpos mortales” (Rom 8, 11) volverán a tener vida. El término “carne”
designa al hombre en su condición de debilidad y de mortalidad (cf. Gn 6, 3; Sal 56, 5; Is 40, 6).
¿Cómo andan diciendo algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? Si no hay resurrección
de muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si no resucitó Cristo, […] vana es nuestra fe [...] ¡Pero no! Cristo
resucitó de entre los muertos como primicias de los que durmieron (1 Cor 15, 12-14. 20).
◊ Verdad difícil. Es fácil aceptar que, tras la muerte, la vida del ser humano continúa de una forma espiritual.
Pero cuesta creer que este cuerpo tan manifiestamente mortal pueda resucitar a la vida eterna (cf. Hch 17, 32).
En ningún punto la fe cristiana encuentra más contradicción que en la resurrección de la carne (San Agustín)
◊ Verdad clave de la fe cristiana el creer en la resurrección de los muertos al final de los tiempos. Creemos
firmemente, y así lo esperamos, que del mismo modo que Cristo ha resucitado verdaderamente de entre los
muertos, así tras la muerte vivamos para siempre con Cristo resucitado, y que Él nos resucite en el último día.
Si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, Aquel que resucitó a Jesús
de entre los muertos dará también la vida a vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que habita en vosotros
(Rm 8, 11; cf. 1 Ts 4, 14; 1 Co 6, 14; 2 Co 4, 14; Flp 3, 10-11; Jn 6, 39-40).
Revelación progresiva de la Resurrección
◊ En el AT la esperanza en la resurrección corporal de los muertos se impuso como consecuencia
intrínseca de la fe en Dios creador del hombre todo entero, alma y cuerpo. Especialmente conmovedor es la
madre de 7 hijos que les anima al martirio con la esperanza de recobrarlos (2 Mac 7; cf. también Dn 12, 1-13):
Cuando hayamos muerto por su ley, el Rey del universo nos resucitará para una vida eterna […] Vale la pena
morir a manos de los hombres, cuando se tiene la esperanza de que Dios mismo nos resucitará (2 Mac 7, 9.14)
◊ Jesús reprende a los que no creen en la Resurrección: “Vosotros no conocéis ni las Escrituras ni el poder
de Dios, vosotros estáis en el error […] No es un Dios de muertos sino de vivos” (Mc 12, 24.27)
◊ Jesús une la fe en la resurrección a la fe en él mismo: “Yo soy la resurrección y la vida” (Jn 11, 25).
− A quienes hayan creído en Él y hayan comido su cuerpo y bebido su sangre, Jesús mismo los resucitará en
el último día: cf. Jn 5, 24-25; 6, 40.54.
− En su vida pública ofrece ya un signo y una prenda de la resurrección devolviendo la vida a algunos muertos
(cf. Mc 5, 21-42; Lc 7, 11-17; Jn 11), anunciando así su propia Resurrección al tercer día después de su muerte
(cf. Mc 10, 34) como el “signo de Jonás” (Mt 12, 39), el signo del Templo (cf. Jn 2, 19-22).
◊ Ser testigo de Cristo es ser “testigo de su Resurrección” (Hch 1, 22; cf. 4, 33), “haber comido y bebido con
él después de su Resurrección de entre los muertos” (Hch 10, 41).
¿Cómo resucitan los muertos?
◊ ¿Qué es resucitar? En la muerte, separación del alma y el cuerpo, el cuerpo cae en la corrupción, mientras
que su alma va al encuentro con Dios, en espera de reunirse con su cuerpo glorificado al final de los tiempos.
◊ ¿Quién resucitará? Todos los seres humanos, tanto los ‘buenos’ como los ‘malos’: “los que hayan hecho el
bien resucitarán para la vida, y los que hayan hecho el mal, para la condenación” (Jn 5, 29; cf. Dn 12, 2).
◊ ¿Cuándo? El “último día” (Jn 6, 39-40. 44. 54; 11, 24); “al fin del mundo”, en la Parusía de Cristo.
El Señor mismo, a la orden dada por la voz de un arcángel y por la trompeta de Dios, bajará del cielo, y los
que murieron en Cristo resucitarán en primer lugar (1 Ts 4, 16).
◊ ¿Cómo? Cristo resucitó con su propio cuerpo: “Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo” (Lc 24, 39); pero
Él no volvió a una vida terrenal. Del mismo modo, resucitaremos con nuestro propio cuerpo, pero
“transfigurado en cuerpo de gloria” (Flp 3, 21), en “cuerpo espiritual” (1 Cor 15, 44). Con todo, este “cómo”
sobrepasa nuestra imaginación y nuestro entendimiento; no es accesible más que en la fe.
¿Cómo resucitan los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán? Insensato, lo que tú siembras no recibe vida si (antes)
no muere. Y al sembrar, no siembras el cuerpo que llegará a ser, sino un simple grano […] Lo mismo es la
resurrección de los muertos: se siembra un cuerpo corruptible, resucita incorruptible (1 Cor 15,35-37.42)
◊ Nosotros resucitaremos como Él, con Él, por Él y en Él. La esperanza cristiana en la resurrección está
totalmente marcada por los encuentros con Cristo resucitado.
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Abrir nuestra mente a una verdad más grande
◊ Parábola: En el vientre de una mujer embarazada se encontraban dos bebés. Uno pregunta al otro:
− ¿Tú crees en la vida después del parto?
− Claro que sí. Algo debe existir después del parto. Tal vez estemos aquí porque necesitamos prepararnos para
lo que seremos más tarde.
− ¡Tonterías! No hay vida después del parto. ¿Cómo sería esa vida?
− No lo sé pero seguramente... habrá más luz que aquí. Tal vez caminemos con nuestros propios pies y nos
alimentemos por la boca.
− ¡Eso es absurdo! Caminar es imposible. ¿Y comer por la boca? ¡Eso es ridículo! El cordón umbilical es por
donde nos alimentamos. Mira: la vida después del parto está excluida. El cordón umbilical es demasiado corto.
− Pues yo creo que debe haber algo. Y tal vez sea sólo un poco distinto a lo que estamos acostumbrados aquí.
− Pero nadie ha vuelto nunca del más allá, después del parto. El parto es el final de la vida. Y a fin de cuentas,
la vida no es más que una angustiosa existencia en la oscuridad que no lleva a nada.
− Yo no sé exactamente cómo será después del parto, pero seguro que veremos a mamá y ella nos cuidará.
− ¿Mamá? ¿Tú crees en mamá? ¿Y dónde crees tú que está ella?
− ¿Dónde? ¡En todo nuestro alrededor! Vivimos en ella y a través de ella. Sin ella todo este mundo no existiría.
− ¡Pues yo no me lo creo! Nunca he visto a mamá, por lo tanto, es lógico que no exista.
− Pero a veces, cuando estamos en silencio, tú puedes oírla cantar o sentir cómo acaricia nuestro mundo.
¿Sabes? Pienso que hay una vida real que nos espera y que ahora solamente estamos preparándonos para ella.
◊ Moraleja: lo que a priori parece inverosímil dentro del seno materno (vida después del parto, caminar con
nuestros propios pies, alimentarnos con nuestra propia boca, que exista mamá, etc…), sin embargo es real. De
igual modo pasa con la resurrección de la carne: ahora parece imposible, pero… ¿y si luego es igual de real?
◊ Hemos de abrir nuestra razón a una verdad más grande que la que captan nuestros limitados sentidos:
Nuestra intención [es] ampliar nuestro concepto de razón y de su uso. Porque, mientras nos alegramos por
las nuevas posibilidades abiertas a la humanidad, también vemos los peligros que emergen de estas
posibilidades y debemos preguntarnos cómo podemos evitarlos. Sólo lo lograremos si la razón y la fe se
vuelven a encontrar unidas de un modo nuevo, si superamos la limitación, autodecretada, de la razón a lo que
se puede verificar con la experimentación, y le abrimos nuevamente toda su amplitud. En este sentido, la
teología, no sólo como disciplina histórica y ciencia humana, sino como teología auténtica, es decir, como
ciencia que se interroga sobre la razón de la fe, debe encontrar espacio en la universidad y en el amplio
diálogo de las ciencias (Benedicto XVI, discurso de Ratisbona 12.IX.2006)
“Ya hemos resucitado con Cristo” (Col 3, 1)
◊ Vivir cristianamente es morir y resucitar con Cristo aquí y ahora:
− “Morir” es no pecar, ‘matar’ el propio egoísmo, olvidarse de uno mismo en favor de Dios y los demás.
− “Resucitar” es vivir amando como Cristo, obedeciendo a Dios, perdonando, sacrificándose por los demás.
− Así, el cristiano vence al mal y convierte este mundo en un cielo en la tierra con la ayuda de Dios, porque
ha “muerto y resucitado con Cristo”, ha experimentado ya en este mundo el poder de creer en Él.
Esta casa es un cielo, si le puede haber en la tierra, para quien se contenta sólo de contentar a Dios y no hace
caso de contento suyo (santa Teresa de Jesús)
◊ Consecuencias. Desde el Bautismo, gracias a la fuerza del Espíritu Santo, debemos:
− Cuidar el cuerpo como templo de Dios: “El cuerpo es para el Señor y el Señor para el cuerpo. Y Dios, que
resucitó al Señor, nos resucitará también a nosotros mediante su poder. ¿No sabéis que vuestros cuerpos son
miembros de Cristo? No os pertenecéis. Glorificad, por tanto, a Dios en vuestro cuerpo” (1Cor 6,13-15.19-20)
− No ser mundanos, sino espirituales: “Sepultados con él en el Bautismo, con él también habéis resucitado
por la fe en la acción de Dios, que le resucitó de entre los muertos [...] Así pues, si habéis resucitado con
Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios” (Col 2, 12; 3, 1).
− Vivir la moral cristiana, que ciertamente es difícil y superior a nuestras fuerzas y a nuestras apetencias, por
eso hablamos de “morir” con Cristo, porque nos cuesta, pero lo hacemos para “resucitar” con Él, es decir,
para vivir una vida más plena y feliz, aunque nos cueste también creerlo (como la resurrección).
− Alimentarnos en la Eucaristía del Cuerpo de Cristo, anticipo de la transfiguración de nuestro cuerpo por Cristo:
Así como el pan que viene de la tierra, después de haber recibido la invocación de Dios, ya no es pan ordinario,
sino Eucaristía, constituida por dos cosas, una terrena y otra celestial, así nuestros cuerpos que participan en
la Eucaristía ya no son corruptibles, ya que tienen la esperanza de la resurrección (Ireneo, Adv Haer. 4,18,4-5)
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3. EL JUICIO PARTICULAR
Juicio particular. Cada uno, después de morir, recibe en su alma inmortal su retribución eterna en un juicio
particular que refiere su vida a Cristo, como consecuencia de sus obras y de su fe:
◊ bien a través de una purificación: purgatorio.
◊ bien para entrar inmediatamente en la bienaventuranza eterna: cielo
◊ bien para condenarse inmediatamente para siempre: infierno
Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso ahora él es aquí consolado,
mientras que tú eres atormentado. Y, además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que
los que quieran cruzar desde aquí hacia vosotros no puedan hacerlo, ni tampoco pasar de ahí hasta nosotros
(Lc 16, 25-26)
La Sagrada Escritura habla de un último destino del alma diferente para unos y para otros: la parábola
del pobre Lázaro (cf. Lc 16, 22), la palabra de Cristo en la Cruz al buen ladrón (cf. Lc 23, 43), así como otros
textos del NT (cf. 2 Co 5,8; Flp 1, 23; Hb 9, 27; 12, 23; Mt 16, 26)
Los que hayan hecho el bien resucitarán para la vida, y los que hayan hecho el mal, para la condenación (Jn
5, 29)
A la tarde te examinarán en el amor (San Juan de la Cruz)
Carácter irrevocable de la muerte. La muerte cierra el tiempo para decidir nuestro último destino, el
tiempo de gracia y de misericordia que Dios nos ofrece para realizar su vida terrena según el designio divino. No
hay arrepentimiento para los hombres después de la muerte, así como no lo hubo para los demonios después
de la caída. Tal y como muramos, así seremos juzgados por Dios.
El “carpe diem” cristiano. Ante esta realidad definitiva, el cristiano entiende el “carpe diem” no como un
darse a los placeres terrenos, sino como un prepararse para la vida eterna, porque esta vida no es la Vida.
◊ Literatura cristiana: Jorge Manrique, coplas a la muerte de su padre Vídeo
◊ Sagrada Escritura: “Acuérdate de tu Creador en tus días mozos [...], mientras no vuelva el polvo a la tierra,
a lo que era, y el espíritu vuelva a Dios que es quien lo dio” (Qo 12, 1.7) Vídeo: 3MC
Objeciones y respuestas
◊ ¿Injusticia de Dios? Al revés, respuesta al deseo humano de justicia: “lo que hacemos en esta vida tiene
su eco en la eternidad”. Vídeo: gladiator
Estoy convencido de que la cuestión de la justicia es el argumento más fuerte en favor de la fe en la vida
eterna. Dios existe, y Dios sabe crear la justicia de un modo que nosotros no somos capaces de concebir y
que, sin embargo, podemos intuir en la fe. Sí, existe la resurrección de la carne. Existe una justicia. Existe la
“revocación” del sufrimiento pasado, la reparación que restablece el derecho. Por eso la fe en el Juicio final
es ante todo y sobre todo esperanza, esa esperanza cuya necesidad se ha hecho evidente precisamente en las
convulsiones de los últimos siglos (Benedicto XVI, Spe Salvi 43).
◊ ¿Por qué Dios no da “otra oportunidad”? ¡Porque ya te la está dando!
Él [el rico] dijo: “Te ruego, entonces, padre, que le mandes a casa de mi padre, pues tengo cinco hermanos:
que les dé testimonio de estas cosas, no sea que también ellos vengan a este lugar de tormento”. Abrahán le
dice: “Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen”. Pero él le dijo: “No, padre Abrahán. Pero si un
muerto va a ellos, se arrepentirán”. Abrahán le dijo: “Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se
convencerán ni aunque resucite un muerto” (Lc 16, 27-31)
◊ Dado lo difícil que es vivir cristianamente, ¿por qué no retrasar mejor la conversión hasta el final?
− Porque no sabes cuándo morirás: “el día del Señor vendrá como un ladrón en la noche” (1Tes 5,2)
− Porque ningún condenado pensó que algún día lo estaría. Al igual que el drogadicto, que al principio
veía como imposible el engancharse a la droga, así sucede con el pecado: tampoco el condenado creyó
que llegaría a traspasar ciertos límites. Y es que el pecado esclaviza. Y al final impide pedir perdón.
− Porque amar por obligación no es amar. Imagínate un enamorado que se siente obligado a amar, que
ama pero lo mínimo, lo justo. ¿Acaso eso es amor? (escena peli). Pues de igual modo con Dios.
Tendrías que vivir en toda obra y pensamiento como si hoy hubieses de morir. Si tuvieses buena conciencia
no temerías mucho la muerte. Mejor sería huir de los pecados que de la muerte. Si hoy no estás preparado,
¿cómo lo estarás mañana? (La imitación de Cristo I, 23, 1).
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4. EL PURGATORIO O PURIFICACIÓN FINAL
¿Qué es el purgatorio?
◊ Es un estado transitorio: ni un lugar, ni definitivo. Es un estado de purificación “temporal”.
◊ De aquellos que están seguros de su eterna salvación: han muerto en la gracia y en la amistad de Dios.
◊ Pero que están imperfectamente purificados: y por eso sufren después de su muerte una purificación, a fin
de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo.
◊ Dicho coloquialmente es como la “lavadora del alma” antes de entrar en la presencia de Dios y sólo tiene una
salida: salir limpito y con buen olor.
¿Cómo sabemos que existe?
◊ Biblia: 1 Co 3, 15; 1 P 1, 7; Mt 5,8; 12, 32; Lc 12, 59; 2 Mac 12, 44-46; Ap 21, 27.
Mire cada cual cómo construye. Pues nadie puede poner otro cimiento fuera del ya puesto, que es Jesucristo.
Y si uno construye sobre el cimiento con oro, plata, piedras preciosas, madera, hierba, paja, la obra de cada
cual quedará patente, la mostrará el día, porque se revelará con fuego. Y el fuego comprobará la calidad de
la obra de cada cual. Si la obra que uno ha construido resiste, recibirá el salario. Pero si la obra de uno se
quema, sufrirá el castigo; mas él se salvará, aunque como quien escapa del fuego (1 Cor 3, 10-15)
◊ Magisterio de la Iglesia: concilios de Florencia y Trento.
Respecto a ciertas faltas ligeras, es necesario creer que, antes del juicio, existe un fuego purificador, según lo
que afirma Aquel que es la Verdad, al decir que si alguno ha pronunciado una blasfemia contra el Espíritu
Santo, esto no le será perdonado ni en este siglo, ni en el futuro (Mt 12, 31). En esta frase podemos entender
que algunas faltas pueden ser perdonadas en este siglo, pero otras en el siglo futuro (San Gregorio Magno,
Dialogi 4, 41, 3).
◊ Liturgia: práctica de la oración por los difuntos. Es una obra de misericordia.
Por eso mandó [Judas Macabeo] hacer este sacrificio expiatorio en favor de los muertos, para que quedaran
liberados del pecado (2 Mac 12, 46).
◊ Revelaciones privadas: que, aunque no tienen valor probatorio, sí ayudan a la fe en su existencia.
Una noche su Ángel de la Guarda le pidió que lo siguiera y de repente se vio en un lugar lleno de fuego y de
almas sufrientes. Ellas estaban orando fervientemente por sí mismas, “pero no era válido, solamente nosotras
podemos ayudarlas”. Ella preguntó a las almas lo que más las hacía sufrir y le contestaron que era el sentirse
abandonadas por Dios. Luego, vio a la Virgen María que visitaba a las almas del purgatorio, quienes la
llamaban “Estrella del Mar”. Finalmente, su Ángel Guardián le pidió que regresaran, y al salir de aquella
prisión de sufrimiento, escuchó la voz del Señor que le dijo: “Mi Misericordia no quiere esto, pero lo pide mi
Justicia” (De las apariciones a Sor Faustina Kowalska)
¿Cómo es la purificación?
◊ Es un “fuego” interior:
− Pena de daño: el hecho de estar alejados de Dios, nuestra felicidad. Es el mayor sufrimiento.
− Pena de sentido: el dolor y humillación de nuestros pecados nos producirán sufrimientos.
◊ Las penas son proporcionales al grado de pecado de cada persona.
◊ Es completamente distinta del castigo del infierno porque hay esperanza de ver a Dios algún día cara a cara.
Rezar por las almas del purgatorio
◊ La Iglesia reza por los difuntos ofreciendo “sufragios” en su favor para que, una vez purificados, puedan
llegar a la visión beatífica de Dios. Lo ha hecho así desde su comienzo.
◊ Ofrece oraciones y sacrificios, especialmente la misa, el sacrificio eucarístico, de ahí la costumbre del funeral.
◊ Esto es una concreción de “la comunión de los santos”: en la Iglesia unos podemos rezar por los otros.
Vídeos: Rome Reports / Aciprensa / Father Mike Schmitz (inglés) / 3 Minute Catechism
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5. EL JUICIO FINAL
¿Qué es el juicio final?
◊ Es un juicio: sentencia de vida bienaventurada o de condena eterna “de acuerdo con sus obras” (Ap 20, 13).
◊ Universal, a toda la humanidad: reunida delante de Dios “de los justos y de los pecadores” (Hch 24, 15).
◊ Realizado por el Señor Jesús: “Dios lo ha constituido juez de vivos y muertos” (Hch 10,42).
◊ Que tendrá lugar al fin del mundo: en la Parusía, y sólo el Padre conoce el día y la hora, sólo Él decidirá el
momento de la segunda venida de Cristo, esta vez en gloria (a diferencia de la primera en humildad).
[Cristo vendrá] en su gloria acompañado de todos sus ángeles [...] Serán congregadas delante de él todas
las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de las cabras. Pondrá las
ovejas a su derecha, y las cabras a su izquierda [...] E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida
eterna (Mt 25, 31. 32. 46).
La resurrección de la carne precederá al Juicio final. De modo que durante toda la eternidad el cuerpo
resucitado participará de la retribución que el alma ha recibido en el juicio
La hora en que todos los que estén en los sepulcros oirán su voz [...] y los que hayan hecho el bien resucitarán
para la vida, y los que hayan hecho el mal, para la condenación (Jn 5, 28-29)
Será el momento de la Verdad, que es Cristo. Él pondrá al desnudo definitivamente la verdad…
◊ La verdad de la Creación entera. El Padre pronunciará por medio de su Hijo Jesucristo, su palabra definitiva
sobre toda la historia, que nos revelará:
− El sentido último de toda la obra de la creación y de toda la economía de la salvación, y comprenderemos
los caminos admirables por los que su Providencia habrá conducido todas las cosas a su fin último.
− Que la justicia de Dios triunfa de todas las injusticias cometidas por sus criaturas.
− Que su amor es más fuerte que la muerte (cf. Ct 8, 6).
Ignoramos el momento de la consumación de la tierra y de la humanidad, y no sabemos cómo se transformará
el universo. Ciertamente, la figura de este mundo, deformada por el pecado, pasa, pero se nos enseña que
Dios ha preparado una nueva morada y una nueva tierra en la que habita la justicia y cuya bienaventuranza
llenará y superará todos los deseos de paz que se levantan en los corazones de los hombres (GS 39)
◊ La verdad de cada ser humano, de la relación de cada hombre con Dios (cf. Jn 12, 49), lo que cada uno
haya hecho de bien o haya omitido durante su vida terrena:
La monja carmelita Madre Dolores se encontraba acompañando a una hermana enferma en el hospital,
cuando le avisaron de que, en la habitación de al laso, acababan de ingresar por urgencias a una seora
conocida suya de los tiempos de su juventud. Era muy mundana, y nunca había entendido su entrada en el
convento. Estaba gravísima y moriría pocas horas después. Inmediatamente, la Madre Dolores pasó a verla,
para ponerle el escapulario del Carmen. Mientras le decía palabras de consuelo, con gran cariño le
acariciaba la mano; ¡qué contraste! La una extremadamente cuidada, perfumada y llena de joyas. La otra
encallecida, desgastada y envejecida por los trabajos. Y en aquel momento, donde todo se ve a la luz de la
verdad, la pobre enferma, agarrándose a su escapulario, le dijo, con gran esfuerzo: “Lola, ¡tú sí que lo has
entendido!” (Mis recuerdos de la Madre Maravillas, Madre Dolores de Jesús, pág. 109-110)
El mensaje del Juicio final
◊ Llama a la conversión: Dios da a los hombres todavía “el tiempo favorable, el tiempo de salvación” (2Co 6,2).
◊ Inspira el santo temor de Dios, que no es miedo, sino respeto sagrado.
◊ Anuncia la “bienaventurada esperanza” (Tt 2, 13) de la vuelta del Señor que “vendrá para ser glorificado
en sus santos y admirado en todos los que hayan creído” (2 Ts 1, 10).
◊ Compromete para la justicia del Reino de Dios:
La espera de una tierra nueva no debe debilitar, sino más bien avivar la preocupación de cultivar esta tierra,
donde crece aquel cuerpo de la nueva familia humana, que puede ofrecer ya un cierto esbozo del siglo nuevo.
Por ello, aunque hay que distinguir cuidadosamente el progreso terreno del crecimiento del Reino de Cristo,
sin embargo, el primero, en la medida en que puede contribuir a ordenar mejor la sociedad humana, interesa
mucho al Reino de Dios (GS 39)
Vídeo: Father Mike Schmitz (inglés)
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6. EL INFIERNO
¿Qué es el infierno?
◊ Es un estado definitivo y eterno: a diferencia del purgatorio que era temporal.
◊ De autoexclusión de la comunión con Dios: no es un castigo de Dios, sino una libre y personal elección.
◊ Y de sufrimiento: las almas sufren las penas del infierno, “el fuego eterno”.
¿Quién se autoexcluye?
◊ Quien muere en pecado mortal sin estar arrepentido ni acoger el amor misericordioso de Dios.
◊ Quien no ama al omitir el socorrer las necesidades graves del prójimo (cf. Mt 25, 31-46).
Quien no ama permanece en la muerte. Todo el que aborrece a su hermano es un asesino; y sabéis que ningún
asesino tiene vida eterna permanente en él (1 Jn 3, 14-15)
¿Cómo sabemos que existe?
◊ Biblia: que usa un lenguaje simbólico.
− Jesús habla con frecuencia de la “gehenna” y del “fuego que nunca se apaga” (cf. Mt 5,22.29; 13,42.50;
Mc 9,43-48) reservado a los que, hasta el fin de su vida rehúsan creer y convertirse, y donde se puede perder
a la vez el alma y el cuerpo (cf. Mt 10, 28).
− Jesús anuncia en términos graves que “enviará a sus ángeles [...] que recogerán a todos los autores de
iniquidad, y los arrojarán al horno ardiendo” (Mt 13, 41-42), y que pronunciará la condenación: “¡Alejaos
de mí malditos al fuego eterno!” (Mt 25, 41).
◊ Magisterio:
− concilio IV Letrán (1215): se define la existencia del infierno y la eternidad de las penas.
− concilios Lyon II (1274) y Florencia (1439): la condenación eterna comienza inmediatamente tras la muerte.
− papa Benedicto XII (1336): “las almas de los que mueren en pecado mortal actual descienden, después de
su muerte, al infierno, donde son atormentados con penas infernales”
◊ Liturgia: en la liturgia eucarística y en las plegarias diarias de los fieles, la Iglesia implora la misericordia de
Dios, que “quiere que nadie perezca, sino que todos lleguen a la conversión” (2 Pe 3, 9):
Acepta, Señor, en tu bondad, esta ofrenda de tus siervos y de toda tu familia santa, ordena en tu paz nuestros
días, líbranos de la condenación eterna y cuéntanos entre tus elegidos (Plegaria eucarística I)
◊ Revelaciones privadas: de muchos santos, con valor no probatorio, pero sí de ayuda. Tres ejemplos.
¿Qué sufrimiento?
◊ Pena de daño: separación eterna de Dios, que es nuestra única felicidad posible para la que fuimos creados,
“una ruina eterna, alejados de la presencia del Señor y de la gloria de su poder” (2 Ts 1, 9). Es la más dolorosa.
◊ Pena de sentido: todo tormento sensible, el remordimiento de la conciencia, las acusaciones de los demonios,
las tinieblas, la inmovilidad, el fuego, el hedor, la turbación interior, etc…
◊ Son consecuencia del pecado mismo, que se vuelve contra quien lo comete: la “segunda muerte” (Ap 20, 13)
¿Cómo se concilia la existencia del infierno con la infinita bondad de Dios?
◊ Dios quiere que todos los hombres “se salven” (1 Tim 2,4) y “lleguen a la conversión” (2 Pe 3, 9). Dios por
tanto nos predestina al cielo, y no predestina a nadie al infierno.
◊ La “condenación” consiste precisamente en que el hombre se aleja definitivamente de Dios, por elección libre
y confirmada con la muerte, que sella para siempre esa opción.
◊ Dios respeta la decisión del hombre, que es libre y responsable. La sentencia de Dios ratifica ese estado.
Su existencia es un llamamiento a
◊ La responsabilidad: el hombre debe usar de su libertad en relación con su destino eterno.
Como no sabemos ni el día ni la hora, es necesario, según el consejo del Señor, estar continuamente en vela.
Para que así, terminada la única carrera que es nuestra vida en la tierra mereceremos entrar con Él en la
boda y ser contados entre los santos y no nos manden ir, como siervos malos y perezosos, al fuego eterno, a
las tinieblas exteriores, donde “habrá llanto y rechinar de dientes (LG 48)
◊ La conversión:
Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y
son muchos los que entran por ella; mas ¡qué estrecha la puerta y qué angosto el camino que lleva a la Vida!;
y pocos son los que la encuentran (Mt 7, 13-14)
Vídeos: película “Ghost, más allá del amor” / Father Mike Schmitz / 3 Minute Catechism
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7. EL CIELO
¿Qué se entiende por cielo?
◊ Es un estado definitivo y eterno: sin fin y definitivo. No un lugar.
◊ De los bienaventurados: aquellos que mueren en gracia de Dios y están perfectamente purificados.
◊ De felicidad: de realización de las aspiraciones más profundas del hombre. Tráiler “el cielo es real”
Definimos con la autoridad apostólica: que, según la disposición general de Dios, las almas de todos los
santos [...] y de todos los demás fieles muertos después de recibir el Bautismo de Cristo en los que no había
nada que purificar cuando murieron [...]; o en caso de que tuvieran o tengan algo que purificar, una vez que
estén purificadas después de la muerte [...] aun antes de la reasunción de sus cuerpos y del juicio final, después
de la Ascensión al cielo del Salvador, Jesucristo Nuestro Señor, estuvieron, están y estarán en el cielo, en el
Reino de los cielos y paraíso celestial con Cristo, admitidos en la compañía de los ángeles. Y después de la
muerte y pasión de nuestro Señor Jesucristo vieron y ven la divina esencia con una visión intuitiva y cara a
cara, sin mediación de ninguna criatura (Benedicto XII)
¿En qué consistirá la felicidad?
◊ En ver a Dios “cara a cara” (1Cor 13,12; cf. Ap 22,4), viviendo en comunión de amor con la Santísima
Trinidad. Tal será la felicidad que “seremos semejantes a Él, porque lo veremos tal cual es” (1 Jn 3,2) / 3MC
◊ En gozar de la compañía de María, los ángeles y los santos, de la Iglesia del cielo en general.
◊ En estar con nuestros seres queridos. ¿Estará mi animal de compañía en el cielo?
◊ En último término es un misterio: sobrepasa toda comprensión y toda representación. La Biblia nos habla
de ella en imágenes: vida, luz, paz, banquete de bodas, vino del reino, casa del Padre, Jerusalén celeste, paraíso:
Ni ojo vio, ni oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que lo aman (1Cor 2,9)
Vivir en el cielo es “estar con Cristo”
◊ Jesús nos ha “abierto” el cielo por su muerte y su Resurrección, y dará la plena posesión de los frutos de
su redención a los bienaventurados, a aquellos que han creído en Él y que han permanecido fieles a su voluntad.
◊ Los bienaventurados viven ‘en Él’ (cf. Jn 14, 3; Flp 1, 23; 1 Ts 4,17), con Él “reinarán por los siglos de los
siglos” (Ap 22, 5; cf. Mt 25, 21.23) y encuentran allí su verdadera identidad, su propio nombre (cf. Ap 2, 17).
◊ Tienen la visión beatífica, la contemplación de Dios en su gloria celestial. A causa de su transcendencia, Dios
no puede ser visto tal cual es más que cuando Él mismo abre su Misterio al hombre y le da la capacidad para ello.
¡Cuál no será tu gloria y tu dicha!: Ser admitido a ver a Dios, tener el honor de participar en las alegrías de
la salvación y de la luz eterna en compañía de Cristo, el Señor tu Dios [...], gozar en el Reino de los cielos en
compañía de los justos y de los amigos de Dios, las alegrías de la inmortalidad alcanzada (San Cipriano)
“Cielos nuevos y tierra nueva” (2 Pe 3, 13)
◊ Es la realización definitiva del plan salvífico de Dios de “hacer que todo tenga a Cristo por Cabeza, lo que
está en los cielos y lo que está en la tierra” (Ef 1,10). Dios será “todo en todos” (1 Co 15, 28), en la vida eterna
◊ Es la plenitud del Reino de Dios que se alcanzará tras el juicio final transformando humanidad y mundo.
◊ La humanidad nueva, comunidad de los rescatados, Ciudad Santa de Dios, Esposa del Cordero (Ap 21, 2.9):
− es la unidad de todo el género humano querida por Dios desde la creación y cuyo anticipo es la Iglesia.
− ya no será herida por el pecado que destruye o hiere la comunidad terrena de los hombres (cf. Ap 21, 27).
− la visión beatífica será la fuente inmensa de comunión, de felicidad y de paz.
− los justos reinarán para siempre con Cristo, glorificados en cuerpo y alma, participarán de su gloria.
◊ El “universo nuevo”, la Jerusalén celestial (Ap 21, 5):
− es el universo actual que ahora está sometido a la esclavitud de la corrupción (Rom 8, 19-23).
− no destruido sino renovado, transformado, donde Dios tendrá su morada entre los hombres.
Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, pues el primer cielo y la primera tierra desaparecieron […] Y oí una
gran voz desde el trono que decía: «He aquí la morada de Dios entre los hombres, y morará entre ellos, y
ellos serán su pueblo, y el “Dios con ellos” será su Dios». Y enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá
muerte, ni duelo, ni llanto ni dolor, porque lo primero ha desaparecido (Ap 21, 1.3-4)
¿Qué te da la fe? La vida eterna
◊ La fe es el comienzo de la vida eterna. “Padre, esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios
verdadero y a tu enviado Jesucristo” (Jn 17,3).
◊ La fe nos hace gustar de antemano el gozo y la luz de la visión beatífica. Ahora “caminamos en la fe y no
en la visión” (2 Cor 5,7). Entonces veremos a Dios “cara a cara” (1 Cor 13,12), “tal cual es” (1 Jn 3,2).
En el Ritual Romanum, el ministro del bautismo pregunta al catecúmeno: "¿Qué pides a la Iglesia de Dios?"
Y la respuesta es: "La fe". Y entonces pregunta el ministro: "¿Qué te da la fe?". Y responde: "La vida eterna".
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“Dios es amor.
En esto consiste el amor:
no en que nosotros hayamos amado a Dios,
sino en que Él nos amó y envió a su Hijo
para que fuera ofrecido como sacrificio
por el perdón de nuestros pecados.
Queridos hermanos,
si Dios nos amó de esta manera, también
nosotros debemos amarnos unos a otros”