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PAIDÓSESPOSDELABER
ISBN 978-950-12-6592-7
8074092
www.planetadelibros.com
www.paidosargentina.com.ar 9789 1265927
Marc Augéé
PAIDÓS
Buenos Aires - Barcelona - México
Titulo original: Les nouvelles peurs
Publicado en francés por
Editions Payot & Rivages
Augé, Marc
Buenos Aires:
Los nuevos miedos -1 ed.- Ciudad Autónoma de
Paidós, 2014.
72 pp.; 20x13 cms
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Los nuevos miedos
Marc Aug
confusión
en peligro. Se contentan obsesión que despierta el otro, en una
con socorrer a
algunos el miedo
náufragos y depiorar que haya habido muertos; de todas las categorías de alteridad, y por
temor tienen
ademas, os sobrevivientes
molestan, siluetas fan- al futuro. Pero esa obsesión y ese
múltiples. De modo tal que la histo-
tasmagóricas vetiidas de otras partes que elios no componentes
enfrenta a una
saben cómo sacarse de Cncima. ria del mnundo contemporáneo nos
es la que
Digamos que un inventario rápido de ios nue- verdadera madeja de miedo. Esa madeja
vos miedos humanos tiene eviúentemente ia tratar de desenredar a fin de poder
tenemos que
las posi-
obligación de registrar ei ascenso de formas de analizar las causas, las consecuencias y
violencia relativamente inéditas y tanto más bles continuaciones del malestar generalizado que
signi- de las sociedades huma-
ficativas por cuanto los países más favorecidos de parece haberse apoderado
Occidente también están expuestos a elias. Esas nas y amenazar su equilibrio.
violencias pueden repartirse en tres categorias, a
su vez
compuestas por subcategorias: las violen-
Cias económicas y sociales, particularmente en el
marco de la empresa; las violencias políticas (entre
las que se incluyen el
racismo y el terrorismo), y,
por último, las violencias tecnológicas y las vio-
lencias de la naturaleza, estas últimas a menudo
desencadenadas por aquellas. Estas tres formas de
violencia engendran miedos específicos: el estrés,
el pánico o la angustia; pero los temores, como
las violencias, se agregan unos a otros, se combi-
nan entre sí y se destiñen unos sobre otros, con
mayor razón en una época de difusión acelerada
de las imágenes y de los mensajes por la totalidad
del planeta. En conjunto, se manifiestan por la
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Abro el diario, lo recorro rápidamente y pron-
to comprendo que me expongo al contagio, puesto
según dicen, el miedo es contagioso.
que,
He aquí que el desorden y la inseguridad se
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Marc Auge
Los nuevos miedos
los
einmediatos en ia vida de bién, y ante todo consumidores, y el crédito los
trabajadores. Mientras las polémicas sobre la
ayuda o, más exactamente, los incita a cumplir esa
edad de retiro no cesan, ilos
empieados cargos
intermedios de las empresas saben
de función. Se los ha alentado a ser "propietarios",
muy nen uue a pero propietarios "a crédito". Qué hacer
con una
partir de los cincuenta años los amenaza e! retiro casa no hemos terminado de pagar cuando se
que
anticipado: cuestan demasiado. Cuandes se usca nos invita a trasladarnos lugar de
a nuestro nuevo
la mayor
ganancia, la organización del trabaj es
la variable de trabajo a solo unos cientos de kilómetros de allí?
ajuste más fácil de retocar. Desem- El hombre y la mujer que habían tenido la suer
pleo técnico, horarios desfasados,
empieo tem- te de conseguir cada uno su trabajo se encuentran
poral, contratos de duración determinada: todo de pronto ante espantosos problemas de gestión
lo que tiene
que ver con la "elasticidad" o la "fle- escuela irán los niños?, ¢a qué guardería
xibilidad", para emplear el lenguaje deliberada- (a qué
los más pequeños?) y de logística (icómo finan-
mente metafórico de los
dirigentes de las empre- ciar un segundo automóvilP). A veces se les permi-
sas, corresponde a una serie de medidas exigentes te expresar durante unos segundos por televisión,
impuestas a cada individuo, que desde entonces con voz tímida, la situación imposible en que se
experimenta temor acerca de su futuro inmedia- encuentran y, de inmediato, se pasa a la cobertu-
to, por no mencionar la
angustia que le inspira el ra del Tour de France o de los Juegos Olímpicos.
futuro más lejano.
La movilidad -ideal del capitalismo cuyo elogio
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Mart Auge In nurvva miudn
renuevan todos los días en la misnma Tomo otro. Con referencia al cierre de la
fii-
la misma pantalla de
televisión los periodistas ien de Aulnay programado por Peugern
5.A. e
de derecha- choca con las pensantes ca
trabajo tendría, pues, ios mismos efectos de deses- estancos; a quienes han sido atrapa-
tructuración que el desempico. Hace tiemp solía partimentos
el sentimiento irreversible de.
denominarse a ciertas granjas aisiadas de nuestras dos para siempre en
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Mar Aug
un
tienmpo los asesores en
conunicon
ca llaman "elementos de politi- sa que debe suscitar. Pues esos
especialastas en el
enguajc,
siemprc con un tono quienes
dicen las recitan las el cliente
ta convicción. Al final de la
de atbsolu- contacto con
deben
superar una tensun
doble: tanto su propia fatiga como el nerviKsme
conversación, la
mc
agradece la llamada, me
pregunta si he
voz
de sus interlocutores cuando estos, exasperaden
do satisfecho con las queda- por la espera y el anonimato de los mensajes gTa
otra respucstas y alguna si tengo bados, tienen súbitamente la sensación de. por fin,
prcgunta quc hacer. No, no
Nos saludamos tengo ninguna. poder hacerse escuchar y se entregan a lox repro
y colgamos. Como
lenta, a veces, soy de reaccion ches y la cólera.
cuenta de
después de un momento
caigo en la
quc se me ha olvidado hacer la Luego, insensiblemente. me invade la somhra
ta más
importante. Vuclvo pregun- de una duda. Y n e pregunto si esa duda,su esa
las
a
telefoncar. Obedez-
co
instrucciones que me da una voz
pecha de duda, no constituye, paradoncamente.
gentil, pero esta vez igualmente el fondo de las inquietudes de todas las victimas
2, marque 3"). Estimagrabada ("Marque 1, marque deesta gestión a través del estrés
y, más amplia-
que el tiempo de espera
llegará a los tres minutos. Escucho sin
no
mente, del malestar de todos aquellos que se pre
impaciencia la retahíla difundida por el demasiada
disco guntan:";Haciadónde vamos?". Y si todos eson
bado
previamente, hasta que finalmente una gra- trastornos de la comunicación, esa brutalidad
voz ostentada de los modos de dirección, esos cam-
me
responde, otra voz, pero tan amable y solíci- bios incesantes de estrategia estuvieran retlejando
ta como la primera. A cuántos
clientes sucesivos sencillamente la incompetencia de los empleado-
atiende pacientemente cada una de
voces de esas
res? No solo en el nivel de tal o cual empresa par-
inflexiones estudiadas? Cuántas demandas
únicas ticular, sino en el nivel del sistema capitalista en
y a
impacientes angustiadas? Los clientes
veces o
general. Nos hemos acostumbrado de tal imanera a
constituyen los eslabones y el engranaje de ese las evidencias inducidas por el lenguaje de la eco-
nuevo
trabajo en cadena; de pronto, me pongo a nomia y a sus metaforas, a esta especie de nueva
imaginar el esfuerzo que demanda esta disponibili- naturaleza constituida por la ley de la oferta y la
dad indefinidamente renovada y la tensión nervio- demanda, el nerviosismo de los mercados y el des-
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Marc Aug Los nuevos miedos
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Mar iuge Los nuevos niiedos
comenzar a reducirse si el
mundial tuviera aparato productive acaudalados, los consunidores y los excluidos del
necesariamente qie ampliar Su Consumo.
mercado. Ahora bien, esa necesidad
no es de nin- La misma está compuesta de per-nrRiuA
gún modo evidente. No es oligarquía
económico tenga necesidadseguro que el sistema
de nucvos consumi-
sonalidades muy diversas (responsables de los u
dores. Sabemos, grandes grupos internacionales, presidentes deI'avwia
ciertamente, que ia idieología que
domina el mundo es una empresas, políticos, especuladores, deportistas
ideología consumista y
que, ya nos lo han repetido lo profesionales, artistas...) que, entre todas, aun-
mo suficiente, el consu-
es el motor del crecimiento; los
que en proporciones desiguales, tienen el mono0
sistema se inclinan sobre ese mecánicos del polio del conocimiento y del capital financicro.
motor, lo escrutan El desahogo material (que para algunos va hasta
atentamente, se inquietan ante sus menores
Pero el "empujón fallas. una insolente y ostentosa riqueza) es el único
inicial" que pone en marcha el rasgo que tienen en común. Los consumidores, e
mundo del consumo, actualmente es la
de la oferta, no
la de renovación por su parte, están en situaciones muy diversas; a
la demanda: la innovación menudo se los agrupa bajo la denominación "cla-
tecnológica nodeja de crear nuevos productos ni ses medias" (expresión que, significativamente,
de suscitar nuevos
deseos, pronto transformados en francés suele utilizarse en plural), conjunto en
en nuevas
necesidades. Teléfonos celulares y com- el cual se incluyen los más débiles de entre ellos
putadoras pasan de moda y se
velocidad. El surgimiento de losreemplazan toda para evitar caer en la categoría de los excluidos.
a
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Marc Aug
Los nuevos miedos .
nGosT
So t
para garantizar ei dinamisT!o del sector del ha dejado perplejo. Por supuesto, el pro
mo, fueranecesario exciuir de éi
consu- tal,me
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Mare Aug Los nuevos miedos
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"Tengan miedo!", fue la advertencia lanzada y
reiterada por Bin Laden. Distamos mucho de olvi-
dar los atentados del 11 de septiembre de 2001, que
marcaron simbólicamente nuestra entrada en el
nuevo siglo. Ciertamente, no fueron los
primeros
de la larga lista de actos terroristas que, particular-
mente en Francia, habían creado, a lo largo de los
úlümos treinta años del siglo xx, un clima de inse-
guridad sumamente ansiógeno. Tampoco cerraron
los acontecimientos del 11S la larga lista de atenta-
dos suicidas que se perpetúan por todos los rinco-
nes del planeta. Pero, si hubo un antes y un después
del 11 de septiembre, como hubo un antes y un
después de Hiroshima, ello se debió no solamente
a que esos atentados representaron espectacular-
mente -por el número y el origen de las víctimas
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Mar Aage Los nuev0s miedos
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Ias nuevos miedos
mente, no estoy tan seguro. Continúa haciendo de la mentira de los otros. El drama que tenemos hoy
las suyas e interpretando los papeles principales en en Occidente es estar condenados a preterir los
el escenario del mundo. mentirosos a los locos, sin perder la íntima certeza
-
Lo que más aterra del espectáculo de las ten- de que ninguna de esas categorías es excluyente de
siones internacionales es el sentimiento de regre- la otra.
sión absoluta que puede inspirar. Unó tiene la sen- Las apreciaciones contradictorias de que pue-
sación de que los fanáticos de Dios más arcaicos den ser objeto las intervenciones occidenta-
han impuesto su lenguaje a la política mundial; es les desde el momento en que la sombra de una
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Marc Augé Los nuevos miedos
duda (jtodavía la sombra de ana dudal) conflicto, el detonante de una explosión generali-
a extenderse sobre sus
empicza
pormenOres sun sente de zada del Medio Oriente cuyas esquirlas llegarian
una
angustia difusa. Qué va a psur? i i sil see a Europa? En Francia, indudablemente la mayo-
ción dedicada a Africa, un
periódica nabla cde las ría de los individuos estádemasiado preocupada
consecuencias de la caída de Kadhati gars la ran-
por sus problemas económicos inmediatos para
ja saheliana de los Estados del Africa
me
negia y yo prestar toda su atención a los hechos relaciona-
pregunto: "Sí o no? Había que apoyar a ios do[ con la "actualidad internacional". Esta cons-
iberales libios o no había que ceder a la tituye, antes bien, el fondo de la escena en la que
naturale-
za de los islámicos
radicales?". Ere ese sí ese y se mueven los personajes más visibles de nuestra
no, hay lugar para un etecto de consternación, vida cotidiana. Pero, como bien sabemos aunque
de incertidumbre
inquieta o angustiada de quie- lo disimulemos y prefiramos no pensar en eso,
nes saben que, de todas maneras, la historia está otros actores sueñan con desempeñar a su_vez
más allá de ellos, un sentimiento de no respon-
sabilidad que en
esos roles protagónicos y están esperando entre
sí mismo es también
ambiguo, bambalinas.
puesto que al alivio se suma la impotencia. Otro Si se piensa bien, la metáfora teatral es muy
diario,
de varios días atrás, ha
permanecido entre- pertinente. A pesar de todo lo que se nos repi-
mezclado en la pila que exploro esta mañana. El te sobre los efectos de uniformización propios
atentado cometido en Bulgaria por un kamikaze del mundo global, basta leer la prensa nacional o
contra turistas israelíes, que había costado la vida
de seis de ellos, ocupaba la
regional, en cualquier parte del mundo, para notar
primera plana. Se sos- diferencias evidentes en la jerarquización de las
pecha de Irán y todo recuerda los momentos más noticias. No hay dos lugares en el mundo donde
negros del terrorismo en las tres últimas décadas se aborde la actualidad desde el mismo punto de
del siglo xx. Doble miedo, una vez más: pavor vista. Por supuesto, no estoy hablando de las apre-
ante esta salvajada (donde, efecto, mezclan
en se ciaciones y las opiniones; estas pueden también
la locura y el cinismo), temor de sus consecuen- variar y oponerse en cada lugar; me refiero fun-
cias. Será este atentado el disparador de un vasto damentalmente a la disposición espacial y crono-
sT 1AS
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SMAA NOTiCAA
P
CATT/ C
Marr Áug
Tosnuevos miedos
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Los nuevos miedos
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Aiart Ang Los nuevos miedos
de contenido muy personai puede ranstorinarse migrantes saben ya adónde ya no hay nue-
van:
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A slAmeNTO. 43
Retorno a la metáfora teatral: como fondo de
decorado, en el último panel que descubre fugiti-
vamente el ir y venir de los cortinados del escena
rio, se perfila por instantes la imagen de un pla-
neta maltratado que los seres humanos casi han
terminado de explorar (todavía quedan los gran
des fondos de algunas fosas marinas), pero no de
explotar. Han agotado numerosos yacinmientos,
secado algunos mares interiores, enterrado dese-
chos radioactivos, arrasado bosques, agujereado la
capa de ozono, contaminado el cielo, los mares y
la atmósfera. Se nos habla de calentamiento global
tener próxima-
y de las consecuencias que podría
mente en nuestro medio: desertificación, derre-
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Marc Augé Los nuevos miedos
SOspecha y truncinos ei ceño ante cada bolctín corriente de estos datos sumarios, datos que, por
meteorologico. lo demás, son con todo rigor
inimaginables, pero,
Sabemos, además, que hasta el fin de este siglo por impregnación, por capilaridad, de alguna
la población mundial será de aproximadainen- manera, se dan a conocer, más o menos progre-
te diez mil millones de individuos. En Francia, sivamente, a las conciencias humanas. Podremos
los más aprensivos se aterran de ver el exceso de dentro de poco hablar de una democratización
población mundial verterse en París, en el subie de la angustia pascaliana ("El silencio eterno de
Iráneo, en los trenes suburbanos y en la periferia. esos espacios intinitos me aterra")? Ia
Los alcanzará el síndrome de la India sin que
sobrecarga
demográfica y el infinito del cosmos someten a la
hayan siquiera corrido el riesgo de viajar? iDesde imaginación a una dura prueba y algunos, como
ya se sienten apretados, les cuesta respirar, sín el filósofo que imaginaba Pascal ante el desafío
tomas físicos de la angustia. Hay que decir que, de andar sobre una plancha entre las dos torres de
desde hace algún tiempo, las fotografías toma- Notre-Dame, "No podrían mantener ese pensa-
das por los satélites nos han habituado a los seres
humanos a cobrar conciencia de la pequeñez del
miento sin palidecer ni sudar". Estamos condena-
dos alternativamente o simultáneamente a la asfi-
planeta en que vivimos; algunos turistas afortuna- xia y al vértigo?
dos pueden evadirse de él por un momento y rega- No lo creo.
larse estadía en una estación espacial; el pri-
una Hay, en efecto, dos tipos de miedos: los induci-
mer vuelo turístico suborbital estaba dos por la ignorancia y los deducidos del conoci-
previsto para
2013. Pero no hay necesidad de embarcarse en un miento, o, más exactamente, los inducidos por el
cohete para tratar de hacerse una idea de cuál es hecho de creer que uno cree, es decir, por la fe,
la del
situación dentro del Univer-
planeta Tierra
so. Centenares de miles de millones de estrellas
y los deducidos del hecho de saber que uno no
sabe, vale decir, deducidos del espíritu crítico y
en nuestra
galaxia (un disco de ochenta mil años cientúfico.
luz de diámetro), cientos de miles de millones de
galaxias en el Universo: no todo el mundo está al
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Marc Augé
Los nuevos miedos
La ignorancia es
compieja y ei micdo
frecuencia de un exceso de racionalidad nace con se juega en todo el planeta, y hacemos bien en
de establecer relaciones aparente y temer sus efectos.
abusivamente: en ia bús- Sin embargo, temer los efectos no es necesa-
queda de las causas, la razón y la sinrazón se con-
jugan y se confunden. Este es el fenómeno riamente lo mis1mno que tener miedo. Las amena-
conocido de la caza de brujas muy zas hoy sobre la libertad de
que parte de cons-
que pesan expresión,
tataciones la instrumentalización de los jóvenes sin empleo
objetivas (una muerte, una enfermedad, y sin educación librados ciegamente en las calles
un desorden
climático) y de observaciones preci- para masacrar a los impíos, los llamamientos a
sas (la buena salud de
otro, su mala relación con la
persona entermao que ha muerto, resucitar los procedimientos jurídicos más anti-
su humor extraño y sus eventualmente guos y más reacCionarios, a volver a poner a las
palabras immprudentemente mujeres en el lugar de donde nunca debieron ale-
sibilinas) para llegar a la conclusión de que hay allí
una relación de causa y efecto: cortocircuito jarse, deberían suscitar indignación y no miedo.
del Para los
- -
pensamiento del que proceden todos los oscuran- espíritus verdaderamente libres, no es
tolerable que la idea arcaica del Dios único de
tismosy todos los movimientos de pánico. Hoy, y
muchos de los fenómenos de la sociedad se su
hijo o sus profetas pueda pretender tener fuer-
a la
deben za de
ley. No me interesa el "blasfemo" porque se
ignorancia y a sus temores, y por eso mismo
dan miedo. Nada hay más temible sitúa en el terreno de los
el que creen saber en qué
nacido de la ignorancia. Es razonableque miedo "creen", pero ciertos combates deben librarse y,
tratar de inquietarse y antes que temblar ante la cólera eventual de aque-
prevenirlo. Pero es igualmente temible el llos que se sentirán ofendidos
hecho de que a su vez por tal o cual insul
del mismo tipo, por
puede desencadenar miedos to a la
religión o a Dios, sería mejor apoyar sin
ejemplo, cuando una acción sambages la lucha de las mujeres tunecinas que, con
terrorista despierta reacciones
ciegamente racistas. la cabeza descubierta, desfilan
por la calle como
Además, hay quienes saben jugar con el miedo y una manera de
graduar sus provocaciones para inducir a error al negarse que
a unos machos barbu-
enemigo. Tenemos conciencia de ese juego, que dos, de armas tomar, las arrastren cien años atrás.
GAe o
) . 48
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Marr ArgE Los nuevos miedos
escapa y lo provoca. En ci dominic: de ias cien- que nunca se parte de cero y donde la voluntad de
cias de la naturaleza, las hipótesis y su veriicac:ón ensayar, de reformar y de refundar corre el riesgo
permiten progresar desplazando las fronteras de de debilitarse en contacto con la realidad existen-
lo desconocido. En ei terreno de ia cconor7ia en te. Y, sin embargo, sería la única política capaz de
general y de la gestión de los hombres en part:cu- ayudarnos a disipar nuestros miedos y a afrontar
lar, la ignorancia y sus certezas sor, tentadcras y los males que los inspiran: las locuras de la igno-
fáciles; el conocimiento y sus duas lo son muciho rancia y del fanatismo, pero también las de la codi-
menos. Cuando se habla de una poiítica pasada cia y de la arrogancia.
como de una "experiencia", la experiencia comu- Contra los temores nacidos de la ignorancia, no
nista, por ejemplo, se está empleando un lenguaje hay otros remedios diferentes del ideal de la Ilus-
tración: el conocimiento. El jardín que Voltaire «
engañosamente metatórico; el comunismo nunca nos invitaba a cultivar es hoy coextensivo con el
fue vivido ni concebido por sus responsables como
una experiencia en el sentido cientifico del térmi- planeta, que no es nada, pero que lo es todo. Loir
no, es decir, como el proceso de poner a prueba hemos recorrido, pero no estamos definitivamen-
una hipótesis provisoria y revisable (la acusación te encerrados en él. Voltaire es el correctivo que
de revisionismo"', por el contrario, era inape- siempre debe acompañar la lectura de Pascal. El
lable). El término "experiencia" tampoco puede silencio y el infinito también pueden despertar el
aplicarse a las "lecciones de la historia" que per- deseo y la curiosidad. Siempre estamos al borde
mitirían hacer un balance y establecer un orden de la aventura. Nuestro jardín se ha agrandado.
entre lo positivo y lo negativo. La historia pasa No renunciemos a cultivarlo. El "nosotros" que
y derriba todo a su paso. Los historiadores estu- empleo aquí hace.referencia a la especie humana
dian la historia, pero no la hacen. A veces uno se genérica de la que todo individuo humano partici-
pone a soñar con una política verdaderamente, es pa y sin cuya conciencia no sería nada.
decir, modestamente, científica: orientada hacia el
UMNTAR EL
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GNORANC