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EL SANADOR

Había nacido como todas las aves, con la sangre caliente pero la de él casi hervía,
se tranquilizaba así mismo mascullando, soy pura energía. De vez en cuando se
preguntaba, por qué no tenía alas como las demás aves y se ponía muy triste, al
sentirse un ave discapacitada e impresentable, pero al rato se recuperaba porque
era muy positivo y audaz, se consolaba diciendo, sentirme derrotado, sería el inicio
de mi muerte, y yo amo la vida.

De tanto mirar el horizonte y también el cielo, había aprendido, para sobrevivir a


interpretar el mensaje que traen las nubes, se llenaba de gozo su corazón al
escuchar la voz de las nubes.

De vez en cuando la lluvia lo despertaba de sus cavilaciones y sueños, más al no


tener alas no podía acariciar sus lágrimas, que caían cual torrentera por su rostro,
a extremo de no diferenciar, si eran las gotas de lluvia o sus lágrimas, las que
mojaban sus pálidas mejillas, lo cual activo su cándido cerebro, cuando vio que el
bosque se inundaba de fertilidad y dijo:

Ya tengo la solución para la escasez de agua en las épocas de sequía, le pediré a


todos los habitantes del bosque llorar, de verdad y no de mentira para pedir con
gran sentimiento, la lluvia sanadora, esta invocación llegará hasta los oídos de las
nubes, las cuales por ser tan sentimentales, lloraran de alegría en un tierno dueto
junto al bosque.

Tenía por vecino de árbol a un joven ruiseñor, el cual le enseño, los secretos del
canto e impostación de sus cuerdas vocales, que en un inicio fueron vacilantes y
temblorosas hasta que su diafragma, tuvo cada vez más fuerza y seguridad para
emitir canticos tiernos dotados de un color onomatopéyico y melodioso, que
cautivaba a quienes le escuchaban, se dijo así mismo, ahora mi canto y mis ideas
al graznar, serán mis alas…

Su apariencia, era tan clamorosa y patética, que no daba ganas de verlo por
segunda vez, parecía un demonio en el cuerpo de un ángel, era una rara especie
en extinción, un cuervo albino sin alas, sin origen ni parientes que apareció una

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noche en el bosque, haciéndose conocido gracias a la paciencia suficiente que
había desarrollado, comenzó a escuchar las quejas y quebrantos de las aves y otras
especies de su entorno, las oía hablar todo el día, ya que en el bosque la prisa no
existía.

En sus inicios buscaba clientes acongojados, ya que gracias a su intuición


desarrollada, podía captar con su mirada auscultadora y escudriñadora, el momento
difícil que atravesaba un ente preocupado, pero gracias a la fama que ganaba poco
a poco, la demanda de sus servicios de consultoría sentimental creció grandemente,
al extremo que había que atenderlos previa cita.

Su única contraparte era su penosa apariencia, albina, que contrastaba con la


herencia de generación en generación de los cuervos negros, cuya inteligencia está
reconocida entre todas las aves.

La presencia de Bardo el cuervo, atraía y a la vez confundía, él sabía que esos dos
sentimientos generaban el puente hacia el amor, y los escuchaba horas de horas,
ya que la paciencia era su mayor virtud.

Sus consejos, eran escuchados con los ojos cerrados, para que no se rompa el
encanto de la solución, lo escuchaban suspendidos en el aire, levitando ante su
dulce y aterciopelado graznido, este encantamiento se rompía algunas veces
cuando el cliente habría los ojos y lo reconocía, la magia sucumbía ante la cruda
realidad de la apariencia del consejero, y caían, por lo que optaron y escucharlo
protegidas con máscaras, que las aves artesanas tejían, con hojas de luto, otros
más audaces optaron por mirarlo sin verlo.

Uno de sus pacientes era el loro Paco, quién traía su rostro apesadumbrado, su
preocupación emergía por sus plumas azules de Guacamayo maduro. Adquirió un
vuelo inseguro, chocando con todo obstáculo que se le atravesaba en el aire, sufría
a su manera, con mucha altura. ¿Cuál es tu problema y en que te puedo servir?
pregunto Bardo, Laura mi novia, no me quiere hablar respondió Paco, Bah ya se le
pasará, es normal en todas las hembras inquirió Bardo. Ella no es como todas
balbuceo Paco, es cantante de ópera, locutora e imitadora y tenemos contratos

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pendientes que cumplir y la muy tozuda no me habla hace más de una semana,
encima no asiste a los ensayos, desapareció es como si a ella y su lengua se la
hubieran tragado la tierra; toda acción trae una reacción; que le hiciste pregunto
Bardo.

Resulta maestro que hace una semana atrás, sorprendí a Laura, junto al tucán Luis,
dizque enseñándole a imitar y hablar al tucán Luis, lo cual me lleno de indignación,
le reproche su actitud y le dije: desde cuando hablan e imitan los tucanes?, desde
hoy me respondió, comprenderá mi desconfianza y mis celos maestro, ahora que
evoluciono el amor. Tengo miedo, ya no tengo la seguridad de antes continuo Paco,
además el tucán es más alto y fornido, tengo todo en contra maestro, la voy a perder
ahora que está aprendiendo a hablar e imitar encima para mis males, tiene un pico
más grande grueso y colorido, esas son grandes inseguridades tuyas grazno
Bardo, sacudiéndose las lágrimas de tanto reír, ven mañana temprano, le dijo, te
mostrare el camino a seguir, porque el tuyo es un caso de amores contrariados, que
ofenden a la madre naturaleza, y bien difíciles, pero no imposibles de resolver,
porque los imposibles desaparecieron.

Lo despertó el resplandor del bosque, pronto empezaría el bullicio, y el aún no tenía


la solución para el problema del loro Paco, que sufría de indignación y falta de amor,
se le cruzo en el camino Mito; un pajarillo con fama de sabelotodo; le quiso
preguntar, pero rápido cambio de idea al recordar su canto, que era de un falso
ruiseñor, es de cuidado se dijo este falso pequeñín.

Bardo, levanto su cabeza observó el cielo y el nacimiento de las nubes en


primavera, precisamente en ese lapso, Bardo encontró la solución, al problema de
Paco, les pidió que vengan los tres, Paco, Laura y Luis el tucán, apenas los tuvo
juntos, les pidió que entrelacen sus alas, y observen el arco iris, que reflejaba el
cielo, les dijo a Laura y Luis el tucán, que la atracción que ambos sentían, era solo
una fascinación momentánea parecida a la de la una mariposa que da vueltas a una
llama encendida, que terminaría quemándose. Y que su falso amor era prohibido,
además que ponía en peligro la subsistencia del bosque, que es la casa de las aves
y otra especies, y que por su irresponsabilidad y fiebre pasional pasajera, que no

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se parece en nada al amor, podrían causar la indignación de la madre Naturaleza,
y desaparecer el arco iris, que es el símbolo del pacto y la alianza que hicieron Dios
y los seres vivos, para que nunca más haya inundación en el bosque, como si lo
hubo en épocas pasadas…

Al escuchar estas sentencias, Luis tucán y Laura se asustaron, y comprendieron,


que su incipiente atracción, no tenía sentido y menos futuro, así que se dieron un
pico de despedida, ante la mirada inquisidora de Paco, además para reforzar su
posible falta de voluntad, les pidió tomar primero a Paco el agua del perdón, a Laura
el agua de la resignación, y a Luis tucán el agua del olvido. Y así los tres volaron
contentos a cumplir la orden, para evitar cualquier peligro y salvar el bosque, solo
quedo Bardo medio cariacontecido, por el olvido de no haberles pedido unas
semillas de mostaza, para su hambriento estómago.

Todos los habitantes del bosque hacían los preparativos, para el aniversario del
bosque, motivo por el cual las diferentes especies, llegaban con sus diferentes
atuendos y parejas nuevas, de lugares desconocidos…

Su fama de haber salvado al bosque de una inundación inminente, con pérdida de


nidos, madrigueras y otros hogares, se extendió como reguero de pólvora, ahora lo
miraban de otra forma, no hay caso que la fama te hace ver distinto.

Todos sus beneficiarios lo buscaban por falta de amor o abundancia de amor, pues
el cuy Romeo lo busco por demasiada enormidad de sentimiento hacia él, a pesar
que era una piltrafa, escuálida ,vergüenza de cuy, pero amado y respetado por sus
ocho hembras, quienes convulsionadas e histéricas y al borde de la locura, le
instaban a expulsar a Cobaya, una hembra cuy, de pelo bien largo y platinado, muy
bien cuidado, que tenía los ojos rojos como brazas de fuego encendidas, que
cautivaron a Romeo cuy, desde el primer momento que la vio, sintió la llama del
amor en su interior, además le atrajo su carácter dócil y cariñoso, su tierna y
temblorosa mirada, lo que inspiró en el experimentado Romeo, un ansia de
protección automática, nunca antes sentida, quién internamente se dijo; estas viejas
histéricas son capaces de atentar contra la vida de mi amada niña; total que saben

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del amor… pero estaba totalmente equivocado ya que sus ocho hembras lo amaban
a morir.

Todo sucedió aquella tarde de abril, en que los días del bosque, transcurrían con
una resignación casi normal, de sus días carentes de magia y fantasía, hasta que
la vio entrar en la casa Cuy a Cobaya; saludo a todos con refinados modales, con
la gracilidad, sutilidad y delicadeza de una hembra cuy, nacida para mascota, y no
para comida como las demás…

Romeo quedó prendado apenas la vio, aprendió y comprendió que existe el amor a
primera vista, lo malo era que ese sentimiento tan noble no era compartido por
Cobaya, en fin quién podría enamorarse de una sombra de cuy chusco…

Transcurrieron varios días, donde los cuidados atenciones, y regalos, fueron


surtiendo su trabajo de demolición sentimental, en Cobaya, quién comenzó a mirar
con otros ojos a Romeo enamorado…

En un inicio pidió a María la mayor de sus hembras, que se dedicara al cuidado


personal de Cobaya, le ordenó que le lave el pelo largo y alborotado, con agua de
lluvia de viernes. Lo que más le fascinaba a Romeo, era su andar controlado,
arrastrando su largo pelo por el suelo, en su andar voluptuoso de pasarela cuy
fashion.

Todas esas desigualdades, y discriminaciones, trajeron como consecuencia, la


rebelión de las hembras heridas casi hasta el olvido.

No fue necesario traer ante Bardo, el tropel de hembras perjudicadas, bastaban los
hechos para emitir una sentencia condenatoria, regida por una Ley natural del
bosque, que consistía en diferenciar, que estaba bien y que estaba mal, y a toda luz
el comportamiento discriminatorio, en contra de sus hembras antiguas, atentaban el
espíritu gregario del bosque.

Bardo invito a Romeo a mirar el cielo, tú mismo encontraras tu propia respuesta, le


dijo: Acaso no ves ese corazón en esa nube a punto de esfumarse pregunto, si lo
veo respondió Romeo, ese corazón eres tú, también te pido agudizar tu vista más
rápido, porque el viento no tiene paciencia, y distorsiona la imagen, esta bien
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respondió Romeo, ves esa multitud de nubes embarazadas, si respondió Romeo,
pues esas son tus hembras, que gracias a su fertilidad actual y futura, harán que
caiga en el bosque una lluvia de amor, placida y romántica, donde todos nos
mojaremos, para recibir y recargar nuestra abundancia fecunda, Romeo estaba
absorto y convencido de todas las imágenes que vio en el cielo, sin pestañear ni un
momento.

No hemos terminado aún concluyo Bardo, ves esa otra pequeña nube, media
embarazada, pregunto Bardo, si asintió Romeo, significa que se está gestando,
subrepticiamente la vanidad y el egoísmo, en tu corazón y no queremos que se
geste y caiga una lluvia, perjudicial y cómplice en nuestra casa que es el bosque o
¿Tú lo prefieres así? Pregunto Bardo, no maestro por supuesto que no, mañana
mismo cambiaran las cosas en la casa cuy y gracias por quitarme la venda que
tenía en los ojos maestro, le prometo que corregiré mi mal proceder, infinitas gracias
maestro dijo y se marchó.

Estando solo Bardo pensó ¿Habrá alguien que me ame y sienta celos por mí? Y un
extraño y aterciopelado graznido le respondía telepáticamente, resiste, resiste ya
falta poco mi amor, primero pensó que estaba enloqueciendo escuchando voces,
Mito le comento que existía un mal llamado esquizofrenia que era el inicio de la
locura, Bardo se asustó un poco, y no le creyó nada al falso imitador del canto del
ruiseñor.

Al día siguiente se levantó muy temprano y fue a tomar agua al arroyo, bebió
abundante agua para no deshidratarse, a la vez que contemplo su precaria figura,
en el reflejo del agua, bah la pinta es lo de menos, mi corazón es más hermoso que
yo, se fue cantando feliz y agradecido por un día más que le daba la vida.

Para no morir de inanición, ahora que tenía la esperanza, de saberse amado,


invento varias formas para subsistir, una de ellas era alimentarse atreves de una
mirada tierna, y dulce, de esas que se dan los seres que se aman, cuando se
despiden para siempre. La necesidad y el positivismo que vivía en él le enseño a
valorar, más el alimento espiritual que el alimento físico, sabía que alimentarse de

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amor, le daba más alegría, y buen humor, alimentar su alma era mejor que nutrirse
con frutas y semillas, que de tanta ingesta, podrías convertirte en un árbol.

Al día siguiente, se levantó muy temprano y salió de cacería, tenía que encontrar
una mirada, llenadora de su hambre, y que evitara su muerte prematura. Quería
encontrar una mirada limpia, sin rastro de maquillaje, se cruzó con Tilza lechuza, la
observo y se le paso el hambre, luego con Diana la Rana, le asusto pensar que
podría convertirse en atleta de circo, y ser la burla por su falta de alas, continuó
caminando, y escuchó un maullido por saludo, era Agatha una gata persa, soltera
de mirada verde como la uva Italia, que gusto me da verlo Bardo, que lo trajo por mi
guarida, nada en especial Agatha; disimuló; sintiéndose descubierto, ante la falta
que estaba a punto de cometer, y cerrando los ojos le preguntó, ¿Eres feliz Agatha?
Por qué me lo preguntas?; maulló; es que no se te conoce pareja, menos un novio;
grazno Bardo; bah estoy como tú, sola y al cabo no necesito pareja para ser feliz,
además nadie sabe lo de nadie, sufrí demasiado, nos parecemos Bardo, tampoco
a ti te vemos acompañado, pero a mi parecer, no eres infeliz y lo miro fijamente a
los ojos, capto rápido esa tierna mirada, y con la poca fuerza que le quedaba, se
perdió en la mirada de los ojos verdes de Agatha.

Al cabo de unos segundos que le parecieron una eternidad, parpadeo ya


restablecido, y energizado y le dijo, Agatha, estas yendo en contra de la continuidad
de tu especie, el mandato del bosque dice, creced y multiplicaos, y se te ve sola
nada fecundizada, te has preguntado ¿Quién cazará y perseguirá a las ratas de la
colonia? Tú eres como el sheriff del bosque, tu apetito nos da la seguridad colateral
a todos los integrantes del bosque… Tienes razón Bardo, maulló, me encerré mucho
tiempo en mi guarida, no quiero que nadie me vea llorar, me enamore de un gato
con pedigree, de raza Maine Coon, era casi un león de lo grande que es, paraba
más en el espejo que en nuestra cama, es muy lindo el condenado, pero un día lo
enloqueció su belleza y se marchó. Caía vino blanco de sus pupilas turquesas,
convertidas en lágrimas, Ayúdame a encontrarlo Bardo, así sea lo último que haga
en la vida, lo amo como nunca ame, y solo con el perpetuaré mi especie, que dices
Bardo.

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Muy conmovido ante aquella verdad declarada, Bardo grazno y le dijo, te voy a
ayudar a localizar al Maine Coon, te debo mi vida, aunque tú no te hayas dado
cuenta, y porque favor se paga con favor, se despidió no sin antes prometerle que
le ayudaría a encontrar a su amado en menos de tres días.

El primer día juntos miraron las nubes, y lograron ver solamente una cabeza y una
cola de gato, mas no su cuerpo, está vivo en algún lugar, exclamo Bardo, aunque
parece estar dividido, Agatha enamorada y agradecida lo abrazo tiernamente, él se
sintió muy triste de no poder ser reciproco ante tan cálido abrazo.

Con la ayuda del cóndor Julio Cesar, lograron recorrer, vastos y extensos territorios
nuevos, que nunca vieron en el bosque... Los tres viajeros buscadores,
conformaban las mezcla perfecta, para encontrar los amores perdidos, Agatha
representaba el amor apasionado que lo perdona todo, Bardo encarnaba la gratitud
y la solidaridad entre la especie, Julio Cesar la brújula y las alas que te harán hallar
el camino…

Solo al segundo día lograron avistar algo que llamo la atención a Agatha, solo el
amor hace que se reconozca fácilmente al ser amado, así este disfrazado, Agatha
lo distinguió desde el aire a kilómetros de distancia, el Maine Coon había cambiado
mucho, no era ni la sombra del Narciso que tuvo en casa, tenía la mirada triste y
arrepentida, sin una sombra de su antigua vanidad, era el lacayo de unos pumas
que tenían previsto devorarlo al día siguiente. Por esa razón era que su cuerpo no
aparecía, en el mensaje de las nubes, exclamo Bardo, claro el cuerpo sería
devorado por los pumas, la cabeza por los zorros y buitres, y la cola llevada en
procesión por las hormigas y ciempiés.

Julio Cesar, cóndor, luego de dejarlos a Bardo y Agatha, en un lugar muy alto pero
seguro, descendió al rescate de Narciso, lo cogió con sus garras de cazador nato,
y lo elevo del suelo, al cielo, a los aires de libertad, frente a la mirada sorprendida
de los pumas, que nada atinaron a hacer. Ya de retorno y en pleno vuelo Bardo,
escucho nuevamente el mensaje telepático. Resiste falta poco mi amor, llenándose
de una inusitada alegría y esperanza, y se abrazó con sus patas al cuello de Julio
Cesar, para no caer.

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Ya de regreso en el bosque, en su rama porque nido no tenía, se puso a pensar en
la aterciopelada voz, que le pedía resistir, ahora estaba completamente seguro que
no tenía el mal de la esquizofrenia. Era un mensaje por telepatía, y se preguntaba,
quién era ese ser que lo amaba, al que no inspiraba amor ni a una madre amorosa.

Lo despertó un leve murmullo de los habitantes del bosque, su fama había crecido
tanto, dando origen a historias grandilocuentes y heroicas, sobre los favores, que
hacía a los habitantes, y que su habitad, mantuviera el equilibrio, de respeto, alegría
y mucho amor.

Era que los habitantes del bosque, desde muy temprano esperaban pacientemente,
y en orden de llegada a Bardo, cedieron poco a poco su turno, a alguien que tenía
mucha prisa y poco tiempo, se trataba de Efímera, una ninfa eterna e inmortal que
mora en aguas cristalinas, y que abandono su inmortalidad, por un día de amor,
porque su naturaleza le permite amar una sola vez, en su corta vida, porque el amor
que siente es, inmarcesible y para siempre.

La comunicación con Efímera fue telepática, le pidió extender su vida de un solo


día, a muchas vidas más, ya que el sentimiento que la embargaba, no se podría
acabar en 30 minutos, su amor daba para más afirmo Efímera.

Resulta que conoció a Ian volando hacia un baile llamado danza nupcial, desde que
lo vio no le quito la vista, puesto que era distinto a los demás, delgado y estilizado,
su cola y antenas eran largas, además estaba adornado de una mirada tierna y
sensual, formaban la pareja perfecta, durante la danza nupcial, bailaron y bailaron
lo que duro la danza nupcial. Al caer la tarde se amaron incondicionalmente,
rompieron toda tradición, que ordena, AMARSE y DESPEDIRSE. Mas al contrario
vieron a las demás parejas, copular en un segundo, luego precipitarse en picada,
estrellarse contra el suelo y morir… Como lo ordena el protocolo…

Ese es nuestro gran problema maestro, no haber hecho caso a la ley, le comento
telepáticamente la atribulada Efímera, que por cierto no podía hablar porque sus
partes bucales no eran funcionales. Dios mío grazno Bardo, la falta que cometieron,
es un pecado por amor y si tiene justificación, porque no hay un sentimiento más

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bello que el amor. Pero ahora que dejaron de ser ninfas acuáticas, ya se
transformaron, copularon y Efímera desovo, y ustedes se resisten a morir, como
manda vuestra ley, que podría hacer yo, dijo Bardo. Efímera le leyó el pensamiento
y hablo, algo que no es muy normal en las ninfas, le dijo, sálvenos maestro, no es
justo que Ian y yo tengamos tanto amor, capaz de durar siglos, por los siglos, y nos
den segundos de auténtica dicha, acaso no es verdad que los demás, desperdician
su tiempo, en peleas e infidelidades, y falta de amor?, y viven muchos años de falta
de amor. No es justo, por esa injusticia nos revelamos Ian y yo, dijo Efímera. todos
saben que cuando vivimos en el agua, podemos vivir 4 años y si queremos podemos
ser inmortales, pero en esa etapa de confinamiento espiritual, el amor descansa y
duerme no lo conocemos, hasta que nos transformamos, y ahora que conocemos
el amor, y sabemos que es el sentimiento más sublime que nos da Dios, y que más
que el amor, no hay nada, porque el amor es Dios. Hasta nos arrepentimos de
haberlo conocido, y sentido, sus glándulas lacrimales hablaron por única vez, y una
lagrima sanadora de todo mal cayo, y limpio hasta el mismo aire, en su caída libre.

Al otro lado y cerca al rio Ian empezaba a desfallecer, y se consoló diciendo, siempre
las hembras aguantan más. Bardo quedo sumamente sorprendido y pico abierto
ante semejante verdad, sobre el amor que se profesaban Efímera e Ian, y
recurriendo a su gran conocimiento, recordó que las ninfas, cumplen un papel
trascendental, para el equilibrio natural de la madre naturaleza, que nunca se
equivoca, ya que ayudan a que se genere, la producción orgánica primaria, que
realizan los organismos autótrofos, a través de la fotosíntesis y quimiosíntesis, como
no ayudarles a estos tiernos seres, que silenciosamente ayudan a que el bosque,
marche bien. Usaremos con ellos el amorsíntesis.

Cerró los ojos, y clamo en silencio, ante el dios llamado todo es posible…

Tenían que actuar a toda velocidad, estaban contra el tiempo, pidió la ayuda del
cóndor Julio Cesar, Bardo le pidió calma y mucha fe a la desconsolada Efímera, la
tranquilizó diciendo, la madre naturaleza, prevee vacíos, que se pueden completar,
en estas raras situaciones sentimentales, a flor de piel.

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Efímera para ahorrar energía se dejó llevar por Julio Cesar, y mientras volaban
Bardo le pregunto, a Efímera, por qué ella e Ian tenían cuatro alas, y no solo dos
como Julio Cesar, le respondió telepáticamente que no sabía, pero que un día su
madre le dijo que las usaría, pues el momento de usar tus nuevas alas a llegado,
grito telepáticamente Bardo…

Bardo en su afán de solucionar, el difícil pero no imposible petitorio, intento detener


el tiempo, pero no lo consiguió, pero en el momento preciso y a tiempo, recibieron
un mensaje telepático, de la madre naturaleza, quien les dijo: Vuestro amor puro,
incontaminado e incorruptible, me ha conmovido, como ustedes saben, yo vivo a
diario ese amor, por estar eternamente enamorada del sol, quien con ayuda de la
lluvia, me fecunda en la primavera, como verán todos estamos hechos con amor, y
somos hijos del amor, y les dijo, por orden mía, ustedes, volverán al arroyo, y serán
ninfas nuevamente, y vuestro amor será para siempre, dicho esto se marchó la
madre naturaleza.

Bardo y julio Cesar, se despidieron y los depositaron suavemente en el arroyo


cristalino, Ian y Efímera volverían a nacer todos los días.

Se te ve preocupado musito Julio Cesar, ¿por qué? Deberías estar feliz como yo,
Bardo le respondió, no les dije sobre sus otras dos alas auxiliares, que son las alas
de la fidelidad, y que además se accionan, automáticamente, para huir dentro del
agua, cuando alguna tentación se aproxima.

Las urracas parlanchinas se encargaron de difundir las buenas noticias dentro la


colonia.

Decían: Todos los problemas se solucionan y desaparecen, gracias a ese ser que
se quedó en la mitad de una metamorfosis, y se convirtió en la máxima autoridad
del Bosque. Todos lo saludaban y daban muestras de respeto a su paso, Bardo les
inclinaba la cabeza en señal de respuesta, evitaba mirarles a los ojos, para no
asustarlos y extraerles energía. Como en toda colonia, existían diferentes tipos de
personalidades, y caracteres, había fatuos y presumidos, como el pavo real, que lo
miraba desde muy arriba, por su esmirriada presencia, le saludo con su más fingida

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cordialidad, deseo pedirte un gran favor, de que se trata inquirió Bardo, y el pavo
real se explayo, sin perder su orgullosa postura, estoy enamorado grazno, y tengo
mucho miedo que mi amor no sea correspondido, lo cual me causaría mucho dolor
y mi muerte subsecuente ¡No podría soportarlo! comprende Bardo, mi vanidad no
me permite un no por respuesta, moriría, de la pena ayúdame, sé que mi apariencia
es hermosa, pero mi cerebro es feo y me avergüenza, no está a la altura de mi
majestuosidad, por favor te pido le escribas por mí, ayúdame, sé que eres capaz de
conmover hasta a las piedras, en cambio yo no puedo conmoverme ni a mí mismo,
te das cuenta lo grave de mi situación? continuo pavo real con su queja de sí mismo,
soy hijo único de un hogar real, mis padres son reyes, soy el único príncipe, mis
padres me exigen casarme y tener hijos, pero la insensata guacalote, sin origen ni
pedigree, encima silvestre, no me mira ni hace caso al despliegue de mi hermosa
cola, que cautiva a todos menos a ella, su indiferencia me mata. Bardo que sabía
escuchar y era muy tolerante, grazno y dijo: Te pido que dejes de hablar mal de la
pava guacalote Mexicana, encima que tu graznido, no es agradable a los oídos de
nadie, porque ahuyenta, disculpa que sea crítico, pero no da ganas de escucharte,
y pienso que lo mismo debe sentir la Guacalote Mexicana, acostumbrada a
escuchar serenatas con decibeles moderados y de hermosos compases, propios de
su cultura mexicana, El loro Paco y su esposa Laura, te darán clases, para modular
tu graznido acotó y después de aprender a graznar cautivadoramente, memorizaras
y le declamaras la carta de amor que escribiré para ti, Estás de acuerdo?; pregunto
Bardo; al suntuoso pavo real que ahora estaba con la cola entre las piernas, ni modo
respondió, por no contradecir a mis padres y no perder mi herencia, soy capaz de
un extremo sacrificio, horas más tarde era patético ver y aun peor oír, a un pavo
real, tratando de imitar de la mejor forma posible, a un loro profesor de oratoria.

Como todo lo pueden la indignación y la lucha por un amor, bastaron unas cuantas
clases de oratoria, para que el príncipe pavo real, aprenda a graznar,
melodiosamente. La guacalote mexicana, nacida con buen oído musical, quedo
cautivada con el nuevo tono del graznido aterciopelado del pavo real, la Guacalote,
como toda hembra pensante, quería entregar su pureza guardada tenazmente, a un
macho audaz, divertido e inteligente además con recursos, para no pasar hambre,

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Guacalote estaba contenta con el graznido del pavo real, Paco el loro profesor de
oratoria, había hecho un muy buen trabajo, pues había enseñado al pavo real a ser
más humilde, y menos orgulloso de su origen real, y le entrego una carta en una
hoja de caucho, escrita por Bardo, que tenía que memorizar el no muy inteligente
pavo real, al momento de declarar su amor a la Guacalote mexicana. El pavo real
se aprendió de memoria el mensaje y cuando la vio, ya no desplego su hermosa
cola, y le susurró al oído con su nuevo graznido, el verso que dice: Sabes que
siempre te quise, y que ahora te amo más, nunca te marches de mi lado, no me
vayas a dejar hermosa musa de inspiración. Lágrimas de emoción brotaron de los
ojos de la guacalote, quién conmovida hasta las plumas, aceptó ser su compañera
para toda la vida.

Con más frecuencia Bardo escuchaba el tierno, mensaje telepático, que le pedía
resistir un poco más, su corazón generoso, se llenaba de gozo, ya que todo lo hacía
desinteresadamente, y se energizaba día a día, con las bendiciones de toda la
colonia.

Se acercaba la fecha de la fiesta en el bosque, para lo cual la agradecida Guacalote


Mexicana, traería a sus parientes músicos, y las palabras centrales estarían a cargo
de del príncipe pavo real, lo que desconocía Bardo era que, la fiesta era en
homenaje a él, por haber traído al bosque la felicidad y la alegría por vivir. A su paso
ya a nadie le extrañaba su peculiar apariencia, pues ya se habían acostumbrado a
convivir con Bardo, y más bien el respeto y el agradecimiento crecían. Así y todo no
faltaban las peticiones superfluas e inútiles, como de la cerdita Yolanda, que le
pedía cambiar su apariencia, y ser como Thalía garza, Bardo después de escucharla
y para tranquilizarla le conto una historia de la vida real, de los humanos… Donde
había una diosa llamada Venus, quién era la más hermosa entre las diosas del
olimpo, también se le conoce como la diosa del amor y la perfección, era gordita
como tu Yolanda y no era flacucha ni esquelética como Thalía garza.

Sin menospreciar claro sus huesos largos, pero entre nosotros te digo un secreto,
cual dijo Yolanda cerdita, Bardo hablo claramente, sabes en el bosque, prefieren la

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carne más que el hueso mí querida amiga. Te das cuenta que naciste privilegiada?
Yolanda lo entendió rápidamente, asintió con el ceño, y se fue a seguir comiendo.

Y el día del aniversario del bosque llegó, y con él la lluvia, toda la colonia aprovecho
para bañarse y acicalarse, apareció un gran arco iris que no se vio en mucho tiempo,
se notaba el jolgorio en el ir y venir de los habitantes, todos con sus parejas, menos
Bardo, que saludaba a todos, y se nutría de su alegría y felicidad, pero se sentía
solo y sin pareja, para este magno evento, se habían congregado todos los
habitantes en el parque de la esperanza, que era muy extenso, y todos podían estar
cómodos, cantaban los ruiseñores, volaban las golondrinas en acrobático vuelo, y
todos bailaban, y cantaban al unísono, se escuchaban trinos, gorjeos, zumbidos,
graznidos, maullidos, mugidos, ladridos, balidos, gruñidos, rebuznos, bramidos, en
fin, era una onomatopeya muy divertida e inenarrable. De un momento a otro, todos
los cantos cesaron interrumpidos, por el batido de alas colosales, que surcaban el
aire, con vuelos de jerarquía y majestuosidad, a extremo de hacer hablar a sus alas.
Hubo un momento de confusión en el bosque, todos se preguntaban que hacían en
la fiesta visitantes extranjero venidos de muy lejos, encabezados por el rey de las
águilas, el águila real, quién llego con toda su comitiva, que se posó en la rama más
gruesa del árbol más alto, y saludando a la colonia dijo: Buenas tardes, he venido a
rescatar a mi hijo sobre quien pesaba una maldición, todos los habitantes de la
colonia se miraron perplejos, pues no sabían a qué hijo se refería, el águila real,
adivinaron que se había equivocado de lugar, continuó el águila real ,la maldición
provino de Mandrágora, una una bruja que vive escondida, dentro de la tierra en
forma de raíz, de una hermosa flor, y que se enamoró de mi hijo, aquí presente,
quién al darse cuenta que la flor era un camuflaje, de la bruja, la desprecio, y ella
en venganza lo maldijo, y lo convirtió en un cuervo albino y sin alas, Todos los ojos
de la colonia se posaron en Bardo, quien estaba muy confundido.

El Águila real continúo; luego de interrogar a la bruja, esta nos confesó que la
maldición terminaría cuando mi hijo aprendiera el significado del verdadero amor, a
anteponer las necesidades de otros antes que las suyas, y cuando logre ser
aceptado por su corazón y no su apariencia.

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Bardo no pudo controlar sus lágrimas y lloro sin cesar, a medida que su llanto
aumentaba, comenzó a transformarse, poco a poco en un joven águila real, los
habitantes del bosque no lo podía creer al verlo tan hermoso y majestuoso, tan
distinto al cuervo amado Bardo, Ustedes linda comunidad, continuó el papá águila
real, rompieron esta maldición, desde el momento que aceptaron y amaron a mi
hijo, un ser en apariencia repugnante, pero de un corazón tierno y puro y fruto de
este vuestro amor, es el milagro de volverlo a su normalidad.

Después de terminar de agradecer y graznar, sus padres abrazaron a Bardo águila


real, y este escucho por última vez el mensaje telepático, muy cerca de él, esta vez
convertido en susurro, que le decía, tuviste mucho valor mi amor, y al fin Bardo pudo
verla; era joven, hermosa y grácil águila real, su mensajera telepática en persona;
Chiwa; en un tierno beso juntaron sus picos, desplegaron sus alas y se fundieron
en un abrazo que parecía eterno, Bardo y Chiwa se elevaron en un majestuoso
vuelo, no sin antes prometer a sus amigos del bosque volver algún día.

Todos lloraban de la emoción y gratitud, ya lo extrañaban pero tenían la esperanza


en su interior, que pronto, lo volverían a ver. El bosque empezó a cubrirse de agua
fértil, todos sabían en sus corazones, que nunca faltaría el agua, ni el alimento,
porque habían aprendido de Bardo el significado del amor.

Fin.

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