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Evaluación recuperatorio de Introducción al conocimiento del campo

específico

Leer antes de iniciar: Este trabajo es evaluativo, debe ser presentado antes del
día 07/04.

Para los que no presentaron uno de los dos trabajos anteriores, esta es una instancia
de RECUPERACIÓN.

La presentación tiene dos opciones:

 Una es por Word al email del cursillo: albinocursillohistoria@gmail.com


 Otra es por el blog del cursillo, en comentarios
http://historiaalbinosanchezbarros.blogspot.com/

Enviar por mensaje wsp, pero transcripto. Sería el último recurso.

POR ÚLTIMO, este práctico es INTEGRADOR. Son una serie de actividades, las
cuales deben ser realizadas en su TOTALIDAD y recién enviar.

No envíen primero una parte, después la segunda y la tercera. Porque no corregiré al


menos que sean en su totalidad.

El no realizar el práctico de evaluación, sería la NO finalización del cursillo. El mismo


hecho tendría consecuencias respecto al inicio de la carrera.

Leer atentamente y reflexionar

Nuevos objetos históricos: pasado reciente, trauma y memoria. El


pasado reciente en disputa: tensiones entre historia y memoria (1er
texto)

En el marco de los debates actuales de la filosofía de la historia se ha destacado la


tensión entre historia y memoria en tanto formas que pretenden dar cuenta del pasado
reciente. La disputa por el pasado muestra que ninguna tiene una legítima prioridad
sobre la otra. Ambas son formas de acceso a la realidad pasada. Pero mientras una
tiene una vocación de conocimiento del pasado, la otra se suele caracterizar por la
fidelidad hacia éste. Claramente esto aparece por ejemplo, cuando pensamos en el
alcance epistemológico de la memoria individual o colectiva, cuando pensamos en las
implicancias ético-políticas de la reconstrucción historiográfica del pasado
-especialmente al hablar del pasado reciente-, o cuando se advierte sobre las
dificultades de la escritura histórica para representar de modo adecuado este tipo de
acontecimientos. Así, por un lado, esto ha dado lugar a distintos posicionamientos
teóricos que van desde el modelo de investigación cientificista o positivista sobre el
pasado, hasta los posiciones posmodernas que entienden la práctica historiográfica
como productora de relatos que no difiere esencialmente de una narración ficcional.
Por otro lado, desde el campo práctico de la memoria, de las conmemoraciones
sociales del pasado en la voz de los sobrevivientes, se advierte cierta polarización
entre quienes asumen el lugar de privilegio epistémico y moral hasta los que optan por
el silencio.

Historia y memoria enfrentadas por contar, transmitir y legar el pasado


Las disputas entre memoria e historia se presentan con fuerza en el campo intelectual
durante la última década del siglo XX, como consecuencia de ciertos debates teóricos
en historia sobre el modo de narrar o representar los genocidios contemporáneos,
especialmente el perpetrado por Alemania bajo el régimen nazi. Las dificultades tienen
lugar que ver con encontrar el modo adecuado para dar cabida a la voz de los
sobrevivientes, quienes han “estado allí” y han sido víctimas sobrevivientes de
experiencias límites. Se trata de situaciones que las víctimas nunca hubiesen podido
imaginar o anticipar por la dimensión del horror que les esperaba. No se contaba con
experiencias previas, disponibles, que hubieran servido para resistir o evitar el horror
que finalmente sucedió.

Frente a esta situación la ciencia histórica comenzó a debatir de qué modo se debían
articular esos testimonios con el resto de los datos investigados, pues ya no era
posible tomar esos testimonios como una fuente más en la reconstrucción del pasado.
Así surgirá el problema sobre los alcances de la memoria y la historia en tanto formas
de acceso a un pasado complejo que obliga a pensar en cuáles son las formas más
adecuadas para su representación y para su transmisión. La pregunta por si la
memoria puede reemplazar a la historia, o si la historia debe subordinar los
testimonios a los objetivos de su investigación es uno de los núcleos del debate. Así
surgirá el problema sobre los alcances de la memoria y la historia en tanto formas de
acceso a un pasado complejo que obliga a pensar en cuáles son las formas más
adecuadas para su representación y para su transmisión. La pregunta por si la
memoria puede reemplazar a la historia, o si la historia debe subordinar los
testimonios a los objetivos de su investigación es uno de los núcleos del debate.

Un posible punto de partida puede ser ubicado en el modo en que se decide contar el
pasado reciente signado por el horror. Nos encontramos aquí con el problema de los
modos de representación y sus implicancias epistemológicas y ético-políticas. La
cuestión central es si los acontecimientos límite son susceptibles de ser reconstruidos
históricamente con los conceptos, as herramientas y métodos tradicionales del
historiador o acaso sea necesario una reformulación drástica del modo de investigar,
dada la singularidad del objeto.

Según D. LaCapra, el acontecimiento límite es “aquel que supera la capacidad


imaginativa de concebirlo o anticiparlo”. En virtud de ello, el querer narrarlo para
transmitirlo obliga a pensar de qué modo ha de hacerse esto, ya que compararlo con
otros acontecimientos históricos es insuficiente, sino, sería un mero reduccionismo. Si
tomamos como ejemplo el genocidio judío, también llamado Shoá u Holocausto, lo
cual ya es un problema, pues al nombrarlo de un modo u otro se enfatizan formas de
comprensión de esa singularidad, a riesgo de opacar o invisibilizar otras formas. Sin
duda los intentos mono-causales son inviables. La multiplicidad de causas es más
pertinente, pero no por ello se allana el camino fácilmente. Resulta necesario para la
historiografía articular esa multiplicidad causal en un relato que haga comprensible
estos hechos sin consentir con ello en alguna responsabilidad o culpabilidad de las
víctimas como promotoras de lo que les sucedió, o sugerir que las víctimas fueron
meros medios, individuos pasivos de una teodicea.

La memoria no se presenta como objetiva, sino como fidedigna. Si bien el pasado es


verdadero en tanto alguien testimonia lo ocurrido, no por ello se puede omitir que, en
principio, se trata de una verdad subjetiva que reconstruye el haber estado allí. Así, ni
la ciencia histórica ni la memoria colectiva o individual de los sobrevivientes
individualmente constituye a priori un acceso claro al pasado reciente cuando se trata
de este tipo de acontecimientos.

Ante esta consecuencia, la dificultad de contar el pasado reciente se presenta en la


posibilidad de manipular el relato, y con ello validar cualquier modo de narrar, o
empezar a discutir qué criterio puede postularse para no convalidar, por ejemplo,
formas negacionistas o abiertamente falsas sobre el pasado. El peligro de borrar la
frontera entre verdad y ficción es dar lugar o posibilidad a la aceptación de relatos
negacionistas o relatos abiertamente inexactos construidos para satisfacer intereses
ajenos al estudio del pasado. En resumen, podríamos decir que ambas posiciones son
insatisfactorias frente a la investigación en el campo de la historia reciente. Por
distintas razones, ninguna logra siquiera dimensionar de modo adecuado los desafíos
que presenta el trabajo con el testimonio vivo de las víctimas.

Frente a esta tensión epistemológica, en el campo actual de la filosofía de la historia


tiene lugar el intento de vincular historiografía y psicoanálisis con el propósito de dar
una respuesta al tratamiento del pasado reciente. Un referente en esta línea es
Dominick LaCapra, quien sostiene que la historia no ha de renunciar a la pretensión
de verdad, y por tanto de su diferencia con la ficción, pero también le interesa mostrar
que la objetividad es un momento en la investigación y no la finalidad única del
discurso historiográfico. Por un lado, sostiene la necesidad de contar con datos
fechables, con una base empírica que permita constatar que un determinado
acontecimiento ha tenido lugar, pues de lo contrario se confunde en la representación
del pasado lo real con lo imaginario. No obstante, la interpretación de los
acontecimientos nunca es definitiva y siempre está sometida al debate. Esto supone el
diálogo con la sociedad y sobre todo muy especialmente cuando se tenga trato directo
con víctimas y sobrevivientes de acontecimientos límites recientes.

Acerca del problema de la representación histórica es diferenciar entre historia y


trauma, LaCapra observa que si tomamos al trauma como la imposibilidad de
representar el pasado, de tomar distancia para recordarlo, conocerlo, estudiarlo y
proyectar a partir de ello un futuro más deseable, entonces debemos estar atentos a
que los relatos de las memorias de los sobrevivientes no sean un impedimento para el
historiador. Lo importante es no confundir o identificar la historia con lo relatado por los
sobrevivientes, pues esta disciplina al aspirar a la verdad cuenta con otras
herramientas, además de los testimonios, en la reconstrucción que hacen posible una
representación adecuada del pasado. De este modo, articular el trauma a nivel
individual y social es el trabajo a realizar por los historiadores cuando afronten el
testimonio directo de los sobrevivientes.
Por tanto, el recurso al psicoanálisis le permite a la historia identificar el
comportamiento patológico de la memoria, y a partir de allí diferenciar los problemas
propios de la representación historiográfica de los problemas de representación de la
memoria individual o colectiva, especialmente en lo atinente al trauma.

La memoria frente a la historia: la fidelidad al pasado compartido


Se trata al revisar la tensión entre memoria e historia es aquello que genera la
condición reciente del pasado, por su cercanía a nuestro presente.

La palabra ‘testigo’ puede ser entendida de dos maneras. Por un lado, podemos hablar
de testigo como aquel que como ‘tercero’ da cuenta de una situación entre dos. En
este sentido se destaca la condición de espectador del testigo, y su neutralidad. Por
otro lado la palabra testigo significa también ‘superviviente’ siendo éste el caso de
quien ha vivido de modo directo un acontecimiento sobre el que brinda información. El
testigo como sobreviviente, no es un espectador ajeno a lo sucedido, sino alguien que
lleva consigo la posibilidad de transmitir y dar fe de que un acontecimiento tuvo lugar.

A partir de la segunda caracterización del testigo, la disputa con la historiografía


acerca de la representación del pasado reciente. La dificultad extrema de narrar lo
vivido determina la reconstrucción y la transmisión de la memoria y radica tanto en la
falta de categorías disponibles para conceptualizar lo vivido, como por lo terrible de
revivir la inhumanidad de esas experiencias.

Quien estuvo allí, conoce de modo directo y personal lo que sucedió, y así se pretende
que ninguna otra forma de acceso a ese hecho pueda ser superior o más satisfactoria.
Esta manera de entender el valor de la memoria aparta o desplaza a la historiografía a
un segundo plano, convirtiéndola en una fuente secundaria que debería confirmar lo
testimoniado. La memoria individual pasa así a un estatuto plural, a memoria colectiva,
cuya función principal es la transmisión de lo vivido. La memoria colectiva fundada en
los grupos de sobrevivientes, amplía luego su alcance al resto de la sociedad. Esto da
lugar a diferentes memorias colectivas que pugnan porque las sociedades se
comprometan a no olvidar distintos acontecimientos, pero también pugnan entre sí en
ocasiones tratando de dirimir qué y cómo recordar del pasado reciente.

A estas dificultades políticas de la memoria debemos sumarle las limitaciones que


tiene la propia facultad de la memoria. Para la memoria individual o colectiva existe
siempre el problema de que recordar no es un acto automático, libre de engaños, que
garantiza de por sí la verdad sobre el pasado. Recordar implica el esfuerzo de traer al
presente aquello vivido, y en este esfuerzo aparece la memoria como reconstrucción
del pasado. No hay un pasado puro, objetivo, que la memoria trae al presente, los
problemas del pasado reciente se ven constituidos y atravesados por la posibilidad de
una memoria que podría no ser fiel a los hechos, no solo en los casos que
intencionalmente podría falsearse un dato, sino en los casos en que la memoria no
puede dar cuenta por sí misma de los olvidos o inexactitudes.
Formas de hacer Historia (2do texto)

¿Qué es la Nueva Historia?

La nueva historia es una historia escrita como reacción deliberada contra el


«paradigma» tradicional, según el término útil, aunque impreciso, puesto en circulación
por Thomas Kuhn, el historiador americano de la ciencia. Convendría describir ese
paradigma tradicional como «historia rankeana», por el gran historiador alemán
Leopold von Ranke (1795-1886), si bien él mismo estuvo menos constreñido por ella
que sus sucesores.

Según el paradigma tradicional, el objeto esencial de la historia es la política. De


acuerdo con la concluyente frase victoriana de Sir John Seeley, Catecrático Regio de
historia en Cambridge, da historia es la política del pasado; la política es la historia del
presente.» Se suponía que la política se interesaba fundamentalmente por el Estado;
en otras palabras, era nacional e internacional, más que local.

La nueva historia, por su parte, ha acabado interesándose por casi cualquier actividad
humana. «Todo tiene una historia», escribía en cierta ocasión el científico J. B. S.
Haldane; es decir, todo tiene un pasado que, en principio, puede reconstruirse y
relacionarse con el resto del pasado. De ahí la consigna de «historia total», tan cara a
los historiadores de los Annales. La primera mitad de este siglo fue testigo de la
aparición de la historia de las ideas.

En segundo lugar, los historiadores tradicionales piensan fundamentalmente la historia


como una narración de acontecimientos, mientras que la nueva historia se dedica más
al análisis de estructuras. Una de las obras históricas más famosas de nuestro tiempo,
El Mediterráneo, de Fernand Braudel, se desinteresa por la historia de los
acontecimientos, considerándola simplemente la espuma sobre las olas del mar de la
historia. Según Braudel, lo que verdaderamente importa son los cambios económicos
y sociales a largo plazo, y los cambios geo históricos a muy largo plazo.

En tercer lugar, la historia tradicional presenta una vista des· de arriba, en el sentido
de que siempre se ha centrado en las grandes hazañas de los grandes hombres,
estadistas, generales y, ocasionalmente, eclesiásticos. Al testo de la humanidad se le
asignaba un papel menor en el drama de la historia.

Los problemas de la Nueva Historia

El nuevo paradigma también tiene sus problemas: problemas de definición, de fuentes,


de método y de exposición.

Los problemas de definición: porque los historiadores se están introduciendo a un


terreno desconocido, comienzan con una especie de imagen en negativo de lo que
buscan. Por ejemplo, la historia universal que ha sido vista por los occidentales como
las interacciones de Occidente y el resto del mundo, ignorando las interacciones de
África con Asia, Asia y América, etc. Así como la cultura popular es la cultura “del
pueblo” ¿Quién es el pueblo? ¿Los pobres, los iletrados o las personas sin educación?
La gente corriente ¿carece de educación o, simplemente tiene una educación diferente
a las elites?
Un problema de definir a la cultura popular es la noción de “cultura” e incluso la más
difícil definir la de “popular”

Otro ejemplo de problema de definición es la historia de la vida cotidiana las formas de


abordar su interés por el mundo de la experiencia ordinaria, junto con un empeño por
considerar problemáticas de la vida diaria, en el sentido de mostrar que
comportamientos o valores dados por supuestos en una sociedad se descartan en
otras como evidentemente absurdos. Existen ocho significados en este término desde
la vida privada hasta el mundo de la gente corriente. En lo cotidiano entran acciones y
también actitudes mentales, la vida de los individuos y comunidades.

Los problemas de Fuentes y Métodos: Los historiadores intentan complementar los


nuevos tipos de fuentes con los documentos oficiales. Sin embargo todas estas
fuentes suscitan problemas. Por ejemplo: Los testimonios orales son poco fiables que
no han alcanzado la complejidad de la crítica documental practicada por los
historiadores desde hace siglos. El caso de las fotografías y cine realizadas haciendo
hincapié no solo en la selección realizada por el fotógrafo de acuerdo a sus intereses,
creencias, valores, prejuicios, etc., sino también su deuda, consciente o inconsciente,
con las convenciones pictóricas, como también la iconografía y las pinturas. Las
culturas materiales de los arqueólogos que son el estudio de las épocas carentes de
documentos que fueron cuestionadas y calificadas de innecesarias.

Problemas de exposición: Esto implica repensar la explicación, es decir, las tendencias


culturales y sociales no pueden analizarse de la misma manera que los
acontecimientos políticos. Para ilustrar las controversias se podría tomar de ejemplo a
Hitler, el modelo tradicional da una explicación histórica en función de la intención
consciente. Sin embargo el debate se ha ampliado en las interpretaciones de Hitler en
función de las interacciones inconscientes e incluso de la psicopatológica subrayando
su sexualidad anormal, el trauma de la muerte de su madre atendida por un médico
judío.

Otros historiadores dejan de lado el “intencionalismo” y dar más atención al entorno


que rodeo a Hitler, en la maquinaria de gobierno y en el nazismo como movimiento
social.

Actividades

En el 1er texto:

1) ¿En qué momento y debido a que consecuencia surge la disputa entre historia y
memoria?

2) ¿Qué dificultades presenta esta disputa?

3) Frente a esta situación ¿Qué comenzó a debatir la ciencia histórica?

4) ¿Qué quiere decir D. LaCapra respecto que el acontecimiento límite es “aquel que
supera la capacidad imaginativa de concebirlo o anticiparlo”?
5) ¿Cómo sería considerada la memoria si no se presenta como objetiva?

6) ¿Qué dificultades presenta contar el pasado reciente?

7) ¿Cuáles son los principios que sostiene D. LaCapra para vincular la historia con la
memoria?

8) ¿De qué manera puede ser entendida la palabra “testigo”?

9) ¿Qué dificultades presenta el testigo?

10) ¿Qué limitaciones tiene la propia memoria?

2do texto:

1) Marcar diferencias entre el paradigma tradicional y la nueva historia. (Por ejemplo:


cuadro comparativo)

2) Responder brevemente: ¿Cuáles son los problemas de la nueva historia?

Video de Felipe Pigna “Ver la historia” (Capitulo 11) y el video de Enseñanza de


Daniel Feldman

Realizar un informe de análisis respecto al video.

Video de Mingo Polémica del Bar y la carta del soldado Ricardo a sus padres

1) ¿Por qué estos chicos deben aprender a sobrevivir antes que a vivir? Reflexione.

2) Leer la carta del soldado Ricardo a su padre y el final del video de Mingo. ¿Los
soldados son recordados?

Finalmente y no menos importante

Se abrirá una publicación en el foro para comentar. Como final del cursillo, se
agradecería comentar, diciendo sobre algunas recomendaciones.

¿Qué les pareció nuestra materia? Algunas recomendaciones, para tener en cuenta.

¿Se sintieron cómodos con la atención y sobretodo la modalidad a distancia?


Bibliografía

 Peter Burke, Robert Darnton, Ivan Gaskell, Giovanni Levi, Roy Porter, Gwyn Prins, Joan
Scott, Jim Sharpe, Richard Tuck y Henk Wesselings. “Formas de hacer Historia”: Alianza
Editorial.
 Belvedresi, R, coordinadora (2016). Introducción a la filosofía de la historia : Conceptos
y teorías de la historia. La Plata : Edulp. (Libros de Cátedra. Sociales). En Memoria

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