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sector público
en la economía
Finanzas
Públicas
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Principales funciones del
Estado: asignación,
distribución y estabilización.
Como se señalara previamente, esta materia se centra principalmente en
la actividad presupuestaria del Estado. La política presupuestaria, en su
concepción moderna, ha dejado de ser un mero instrumento financiero,
para ser un vehículo que conduce a la materialización de determinados
objetivos políticos, el cumplimiento de los cuales implica la realización de
las principales funciones que tiene el Estado:
1. Función de asignación: implica la provisión eficiente de
determinados bienes, conocidos como bienes sociales o públicos
(distintos de los bienes privados), los que no pueden ser
provistos por el sistema de mercado, ya sea por la existencia de
fallas o porque al hacerlo lo hace de manera ineficaz. Además de
proveer directamente estos bienes, el sector público puede
también afectar el proceso mediante el cual los recursos se
asignan a la provisión de bienes privados.
Función de distribución
Al igual que en el caso del mercado, en el proceso de provisión eficiente de
bienes sociales, el sector público se enfrenta al problema de utilizar
eficientemente esos recursos dada una determinada distribución de la
renta y de las preferencias de los consumidores.
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La discusión se plantea a partir de la pregunta ¿es la distribución de la renta
y la riqueza actuales la adecuada para maximizar el bienestar de la
sociedad? Y a partir de esta pregunta pueden surgir muchas otras: ¿la
distribución actual promueve la desigualdad o no de los individuos? ¿Es
adecuada una medida que promueve la mejora del bienestar de un grupo,
en detrimento de otro? En una situación Pareto óptima, una medida
económica es eficiente si mejora la situación de al menos un individuo, sin
empeorar la de otros. Algo que es difícil de conseguir si se aplica una
medida redistributiva, que por definición mejora la situación de unos en
detrimento de otros.
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Fuente: Elaboración propia.
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Los gastos públicos y en particular las transferencias son los otros
instrumentos que utiliza el sector público para hacer frente a esta función.
El gasto público puede utilizarse para redistribuir la renta, por ejemplo,
haciendo inversiones públicas en regiones de menor nivel de renta.
Alternativamente, pueden usarse los pagos de transferencias canalizando
recursos hacia sectores especialmente necesitados, como los jóvenes
desempleados o la tercera edad.
Cabe señalar que estas medidas no están exentas de los problemas de
exceso de gravamen (en el caso de los impuestos) o costes de eficiencia (a
los que se hará referencia más adelante). No obstante, la magnitud de
estos problemas depende del tipo de instrumento utilizado y de los
criterios distributivos que se tuvieron en cuenta a la hora de diseñar cada
política. Es posible disminuir estos efectos y equilibrar los objetivos de
eficiencia y equidad, una tarea permanente de quienes diseñan las políticas
públicas.
Se recomienda ampliar este tema con el inciso C del Capítulo 1 del libro de
Musgrave.
Función de estabilización
La realidad ha demostrado que los objetivos de estabilidad de precios, altos
niveles de empleo, crecimiento económico adecuado y solidez de las
cuentas corriente y fiscales, no dependen solamente de las fuerzas
económicas y de los mercados, sino que es preciso la intervención del
sector público también en esta área, para orientar el comportamiento de
las variables valiéndose de distintos instrumentos de política económica.
Las políticas estabilizadoras tienen como principal objetivo suavizar los
ciclos económicos, que consisten en fluctuaciones de la producción total,
acompañados de fluctuaciones en el nivel de la tasa de inflación. Para
combatir las fluctuaciones cíclicas, las autoridades económicas suelen
controlar los impuestos, el gasto público y la cantidad de dinero.
Figura 2
5
Fuente: Elaboración propia.
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apropiada de política pública que les corresponde. Entonces una pregunta
básica que surge cuando se considera cualquier falla de mercado es ¿por
qué el sistema de mercado no puede proveer de manera eficiente este tipo
de bienes en particular? La manera más simple para responder esta
pregunta es mediante el contraste de las características de los bienes
públicos con los privados.
Por otro lado, los bienes públicos se caracterizan porque -en distintos
grados- los beneficios derivados de su consumo no se limitan a quién lo
adquiere (no rivalidad), sino que pueden disfrutarlos otros consumidores.
Además, una vez que el bien es producido no es posible la exclusión (no
exclusión), o por lo menos no es aplicable a un costo razonable de algunos
de los consumidores. Por ejemplo, un nivel dado de defensa nacional es no
rival en el consumo debido a que todos los ciudadanos se benefician de
ella, sin que se vean reducidos los beneficios para otros ciudadanos, un
nuevo ciudadano disfruta de sus beneficios sin que se reduzcan los
beneficios para aquellos que ya están siendo defendidos, en este caso la
exclusión es imposible y además ineficiente. La no rivalidad y ausencia de
exclusión caracterizan el bien público puro, para los cuales la solución del
mercado no es eficiente. El bien no se produce o se lo hace en cantidades
insuficientes. Este resultado se debe a que los consumidores no tienen
incentivos para revelar sus preferencias.
En este punto es preciso hacer una aclaración, además de las categorías de
bienes puros, existe un conjunto de bienes cuyas características combinan
los distintos aspectos de las categorías puras. La manera más clara de
explicar esto es mediante un ejemplo. Se puede mencionar el caso de una
calle no congestionada: el hecho de que la utilice un automovilista no
imposibilita que la usen otros automovilistas, sin embargo, en situaciones
podría ser deseable la exclusión, y la misma sería factible técnicamente,
por ejemplo a través de cobrar un peaje. Este es el caso en que el consumo
del bien es no rival, pero es posible la exclusión.
Otra situación se presenta en aquellos bienes cuyo consumo es rival pero
la exclusión, aun siendo deseable no es factible, y este es el caso por
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ejemplo de la calle mencionada anteriormente, pero en una situación de
congestionamiento, donde el uso de la misma por un nuevo automovilista
reduce el beneficio de los otros usuarios que ya están circulando por la
misma, con lo cual significa que el consumo es rival, pero aun siendo
deseable la exclusión, la misma sería muy costosa.
Los casos mencionados resumen los distintos fallos de mercado que
pueden afectar la provisión de bienes públicos, fallas que justifican la
intervención del Estado. En el cuadro siguiente se muestra la clasificación
más usual de bienes:
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los consumidores quieren a un coste mínimo que se refleja en los precios,
los que a su vez determinan los niveles de producción eficientes (en una
situación de competencia perfecta). En este caso se suponen derechos de
propiedad bien definidos, por lo cual puede darse el intercambio de los
bienes o servicios (Ver Musgrave, páginas 7 y 8).
Por su parte, cuando el gobierno establece una medida para reducir la
contaminación del agua (un bien público), no es posible o resulta ineficaz
excluir a un consumidor de los beneficios que resultan de esta política,
dado que se trata de un bien no rival, es decir una medida como esa
beneficiaría a toda la población afectada por la contaminación del agua y
el hecho que un ciudadano disfrute de esta medida no reduce el beneficio
para los otros. En este caso, aún si fuera posible, la exclusión no sería
deseable. Es aquí cuando se produce lo que se denominó falla de mercado.
Una distinción crucial que se deriva de las características de ambos bienes,
es que en el caso de los bienes no rivales, la valuación de los consumidores
individuales no puede establecer directamente cuánto del bien debe ser
producido. Una vez que el nivel de producción ha sido elegido, cualquier
persona puede consumirlo, por lo tanto no son reveladas las preferencias
o la valoración que cada uno de los consumidores hace de ese bien, a través
de sus compras como en el caso del mercado para los bienes rivales. Los
consumidores no están dispuestos a pagar un precio voluntariamente
puesto que de todas maneras se van a ver beneficiados por el bien público,
por lo que resulta difícil establecer una señal para el mercado que vincule
a los consumidores con los productores, como lo son los precios en el
mecanismo de mercado. Al no existir esta vinculación, es que se requiere
la intervención pública para su provisión.
Si bien el problema aparente para que las empresas del mercado puedan
proveer los bienes públicos es la falta de voluntad de los consumidores
para revelar sus preferencias y cuánto estarían dispuestos a pagar por esos
bienes, el problema podría resolverse mediante un cobro compulsivo de
impuestos a todos los beneficiados. Sin embargo, este no es el problema
principal que enfrenta el sector público para proveerlos, sino más bien la
dificultad reside en determinar la cantidad y la clase de bienes públicos a
proveer y cuánto debe cobrarse por ellos, ya que no todos los
consumidores valoran de la misma manera los bienes (en el mecanismo de
mercado la valoración se muestra a través de los precios que están
dispuestos a pagar), o lo que es lo mismo, los beneficios que recibe por
ellos.
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provisión del bien. Por ello, los consumidores no tienen motivación para
pagar y revelar la valoración por el bien público.
Por lo que puede deducirse, la naturaleza no rival de los bienes públicos,
lleva a dos consideraciones respecto a la provisión de estos bienes:
1. Cómo hacerlo de manera eficiente.
2. Cómo determinar la cantidad adecuada del bien público, o dicho de
otra forma, cuál será el procedimiento adecuado para determinar
su provisión.
La primera de estas consideraciones fue respondida por el profesor
Samuelson, quien simuló una situación hipotética de mercado para los
bienes públicos o sociales, para tratar de determinar, en forma análoga al
caso de los bienes privados, cómo se resolvería la situación de la provisión
del bien en condiciones de mercado.
En el caso del bien privado, las reglas de mercado obligan a que el beneficio
marginal del consumo (BMg, dado por la curva de Demanda) se iguale al
costo marginal (CMg) de producir el bien. Cuando se trata de más de un
consumidor que demanda el bien, el nivel de producción eficiente se
obtiene cuando la suma horizontal de las demandas individuales (DA)
intersecta a la curva de oferta de mercado (S), llegando a una producción
de equilibrio. En ese punto, cada consumidor está dispuesto a demandar
una cantidad dada al precio de equilibrio.
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Fuente: Elaboración propia
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Fuente: Elaboración propia
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Al presupuesto público para financiar los bienes (mediante las
decisiones relativas a impuestos y gastos).
Presencia de Externalidades
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- Externalidades negativas: el hecho que la actividad productiva genere
costos que no se “internalizan” hace que dicha actividad tienda a
sobreexpansionarse. Este concepto se puede clarificar mejor con el
ejemplo de una empresa situada a la orilla de un río y que vierte sus
residuos en el mismo. Dicha empresa está generando contaminación y
perjudicando, por ejemplo, de manera directa a los productores
agrícolas que están aguas abajo y que deben regar con las aguas
contaminadas. Estos efectos secundarios que genera esta empresa
representan costos para la sociedad, que deberían reflejarse en los
precios de mercado, pero que no lo hacen. A no ser que se cobre a la
empresa por la contaminación, el precio de mercado de la producción
de ese bien subestimará el verdadero costo de producción que implica
para la sociedad.
La presencia de externalidades negativas puede justificar una serie de
actividades del sector público tendientes a que las empresas
internalicen los costos de los efectos externos que generan, en este
caso, podría ser mediante un impuesto.
E1
Ps Impuesto
Pp E0
Demanda
Qs Qp Cantidad
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provisión directa, sino que puede tomar la forma de una (ej.subsidios
a la educación).
Precio
Oferta
E1
s
P
E0
Pp Subsidio
Qp Qs Cantidad
Otro caso de bienes mixtos puede darse cuando el consumo del bien se
convierte en rival debido a la congestión, aunque sean consumidos en
cantidades iguales por todos. Este es el caso, por ejemplo, cuando hay
muchos usuarios en un servicio con lo cual se reduce la calidad del servicio
recibido y, en este caso, el agregar un usuario más tiene un costo. En estos
casos la solución puede darse aplicando una tasa.
Bienes preferentes
Finalmente, es importante mencionar otro grupo de bienes que tienen
características mixtas, se trata de los bienes preferentes. Si bien puede
decirse que los beneficios del consumo de los bienes son disfrutados en
forma individual y valorados de esta manera, más allá del hecho que todos
consuman el mismo bien, en el caso de los bienes preferentes, también
es cierto que existen necesidades que se generan dentro de un grupo, que
ya sea por cuestiones culturales, geográficas o históricas o simplemente
por simpatía mutua, reflejan intereses comunes. Es decir, estos intereses
originan necesidades comunes que todos los miembros del grupo se
sienten obligados a compartir.
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por ende son provistos por el Estado (Ej:, hospitales públicos). Para
ampliar este tema puede verse el inciso E del capítulo 4 de Musgrave.
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