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ISBN 950-15-1998-8
-a:
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o
o
o-
o
Javier Vergara Editor -o
GRIA'O ZETA -s.
9 789501 519983
Martín Ernesto Lafforgue
nació en Buenos Aires en 1970.
Obtuvo su título de licenciado en
Sociología y Ciencia Política en la
Universidad de Buenos Aires.
También realizó estudios
en la Universidad de Perugia (Italia).
Participó en diversas investigaciones
y congresos sobre temas sociopolíticos
en la Argentina y otros países.
Director de la colección
Rogelio Carda Lupa
Diseño de tapa
Raque! Cané
Diseño de interior
Verónica Lemas
ISBN 950-15-1998-8
J. L. Borges, Inquisiciones
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO UNO
Se abre la discusión 15
CAPÍTULO Dos
Contorno: la crítica de la nueva generación 47
CAPÍTULO TRES
CAPíTULO CINCO
CAPíTULO SEIS
Se abre la discusión
En 1926 el joven Borges había publicado dos libros de
poesía: Feroor de Buenos Aires (1923) YLuna de enfrente (1925), y
otros tantos volúmenes de ensayos: Inquisiciones (1925) YEl ta-
maño de mi esperanza (1926). Era el poeta todavía ultraísta, vaga-
mente yrigoyenista, frecuentador de tertulias de café, el de las
revistas Prisma, Proav Martín Fierro; el poeta que le cantaba a los
evanescentes, difusos, arrabales porteños de patios con aljibes
y rasgueo de guitarras, portones, almacenes y puestas de sol en
Villa Ortúzar. En el artículo, hasta ahora inédito, con el que
comenzamos esta antología, Raúl Scalabrini Ortiz, en ese en-
tonces él también fervoroso habitué de las veladas literario-
filosóficas que animaba el extravagante metafísico Macedonio
Fernández, traza una emotiva semblanza de su, creemos leer,
amigo, en la que con certera premonición descubre la tensión
vital -"espíritu andariego y avidez de erudición", dice- que
lo recorre y la potencia renovadora de su prosa.
PUBLICADO EN MEGÁFONO,
I
Enrique Anderson Imbert
o UNA ENCUESTA
o
e Leo y releo la encuesta sobre Borges publicada en
'O
E la revista cometa, llamada Megáfono (encuesta mal hecha
ro porque sus directores no hicieron lo que yo les dije), leo
a:
-repito- esas opiniones y comprendo cómo es de agó-
nico, de mortal, de decadente este momento intelectual
argentino. Todos sudan, hacen esfuerzos para decir algo
y parece muerte sobre muerte, hedor sobre lo que hiede.
Sí. Yo creo que hoy la Argentina atraviesa una épo-
ca de decadencia y de agonía, y a los llamados intelectua-
les, escritores o artistas no nos queda otro remedio, otro
recurso que prepararnos para morir dignamente ... Será
el fin perfecto, de una vida imperfecta, diría la Marlene
Dietrich en "Fatalidad".
Leída esta encuesta letal, largas letanías a la salud
del alma de Jorge Luis Borges, el movimiento instintivo
de todos nosotros, escritores o artistas, es el de estirar el
pescuezo sobre el suelo, como hace el pato cuando está
perdido y facilita así la acción del cuchillo. Y es que atra-
vesamos una época de crisis de la inteligencia argentina,
y comprendemos que para el proceso dialéctico de una
crisis intelectual, lo más sano, lo más eficaz, es contribuir
a precipitarla, convertimos todos, lo más pronto que se
32 antiboTges
pueda, en hojarasca para servir de abono, por lo menos, a lo
que vendrá.
Antes de yo conocer esta encuesta, como lo verá el que
leyere mi opinión sobre Borges, advertí o presentí esta pro-
cesión de ensabanados, con vela, que Megáfono organiza al-
rededor de un ánima en pena. Y es que en la Argentina hoy,
intelectualmente, no cabe sino heder y heder y seguir he-
diendo.
Algunos dirán que estas revistas juveniles son el sím-
bolo de la hora intelectual. Mentira. La revista Nosotros, así
hepática, reumática, amarilla, representa más bien que Me-
gáfono la vida espiritual argentina, aburrida y vacua. La vieja
generación a la que hay que alcanzarle los remedios con una
cafia, juega su verdadero rol histórico, muriéndose comple-
tamente en los catres de La Prensa o La Nación. En cambio,
nada más ficticio que estos homenajes para hacer creer que
viven y viven los otros, cuando en realidad todos nos esta-
mos yendo en sangre.
DISCUSIONES
Ramón 0011
CI)
Los premios nacionales de Literatura en el con-
~ curso de obras de imaginación en prosa para el trienio
o
CI) 1939-1941 han sido acordados por la Comisión Nacional
o
<:: de Cultura: el primero, de 20.000 pesos, a Eduardo
Acevedo Díaz por su novela Cancha larga; el segundo, de
12.000 pesos, a César Carrizo, por Un lancero de Facundo,
crónica novelada; el tercero, de 8.000 pesos, a Pablo Rojas
Paz, por la colección de cuentos El patio de la noche.
El dictamen de la comisión asesora, formada por
los escritores Enrique Banchs, Roberto F. Giusti, Álvaro
Melián Lafinur, Horacio Rega Molina y José A. Oría,
fue diferente; por mayoría votaron en el orden siguien-
te: para el primer premio, Cancha larga, que obtuvo cua-
tro votos; para el segundo, El patio de la noche, que ob-
tuvo tres votos y uno para el primero; para el tercero,
Un lancero de Facundo, que obtuvo tres votos y uno para
el segundo. Lo más extraordinario es que la Comisión
Nacional de Cultura por poco no llega a invertir total-
mente este dictamen, suscrito por cinco escritores co-
nocidos, entre los que había cuatro críticos, cuando
votó para el primer premio a Un lancero de Facundo, libro
sin duda vigoroso y de mérito, pero aconsejado, por quie-
nes tenían autoridad para hacerla, solamente en ter-
cer término. Afortunadamente el voto de desempate
44 antiborges
del presidente, Dr. Carlos Ibarguren, en favor de Cancha lar-
ga, impidió que dos senadores, cuyas luces literarias son
ignoradas por el público, y otros vocales no menos inexper-
tos en estas discriminaciones, introdujeran en el ya discuti-
do fallo de la comisión asesora, más graves alteraciones (...).
Los premios de Literatura por supuesto han originado
disidencias polémicas, protestas airadas y actos de desagravio,
como no podía ser de otro modo, que-éste es, ha sido y será el
desenlace de todos los concursos, así alumbrara a los jurados
el mismo Espíritu Santo.
En descargo del que ha actuado en esta ocasión, en cuyo
seno no había ningún fósil y sí un poeta ilustre, admirable por
la finura de su juicio, y cuatro prestigiosos escritores, pertene-
cientes a diferentes generaciones y tendencias, podemos ase-
gurar, porque lo sabemos de fuente veracísima, que sus miem-
bros leyeron los libros premiados y los demás, y los juzgaron
en lentas y severas conversaciones, cosa que ignoramos si han
hecho todos los que discuten el fallo. Los libros premiados de
César Carrizo y Pablo Rojas Paz han sido ya muy favorablemen-
te juzgados en las páginas de Nosotros. En cuanto a Cancha lar-
ga, es una amplia evocación de la evolución de la campaña ar-
gentina en tres cuartos de siglo, obra de construcción sólida,
virtud tan rara en nuestra literatura novelesca, no carente de
defectos, entre ellos cierta propensión del autor al didactismo,
pero rica de pinceladas diestras y coloridas que "hacen ver"
a tipos, escenas y ambientes. Cuando se lajuzgue con la mayor
severidad no podrá negársele que es un documento valioso
sobre cosas nuestras, escrito por un observador de talento,
ya acreditado por otros libros de enjundia, una obra indiscu-
tiblemente argentina. Pero consideraciones extraestéticas,
meramente políticas, que de ser justificadas tocarían al au-
tor y no a la novela, han descendido a enturbiar eljuicio de
los opinantes y a envenenar el debate. ¡Ayde la literatura si la
demagogia vocinglera de la plaza pública, negra o roja, en-
tra a mandar en ella! Ya los jurados de sacristía nos habían
acostumbrado a saber de antemano cuáles versos y ensayos se-
rían premiados: un jurado responsable e independiente no
Los Premios Nacionales de Literatura 45
favor de Cancha lar- podía ponerse al mismo nivel de aquéllos para complacer a los
uces literarias son frailes de la vereda de enfrente.
Iroca:ks- no menos inexper- Se ha hecho particular hincapié en la exclusión del libro de
-eran en el ya discuti- Jorge Luis Borges, El jardín de senderos que se bifurcan. Alguna expli-
-e alteraciones (... ). cación tendrá el hecho que siendo indudablemente conocida y
esto han originado respetada la personalidad literaria de Borges por los miembros
actos de desagravio, del jurado, su último libro de cuentos, con ser muy ingenioso y
z : e es, ha sido y será el estar escrito con admirable pericia artística en una prosa de nota-
brara a los jurados ble precisión y elegancia, no haya obtenido más de un voto, y para
el segundo premio, sobre quince que se emitieron. Se nos ocurre
sta ocasión, en cuyo que quizá quienes se decidan a leer el libro hallen esa explicación
- srre, admirable por en su carácter de literatura deshumanizada, de alambique; más
critores, pertene- aún de oscuro y arbitrario juego cerebral, que ni siquiera puede
~idencias, podemos ase- compararse con las combinaciones de ajedrez, porque éstas res-
1'U~cisIIDa, que sus miem- ponden a un riguroso encadenamiento y no al capricho que a
denu-~,y los juzgaron veces confina con la [umisterie. Si eljurado entendió que no podía
..-..:-'que iznoramos si han ofrecer al pueblo argentino, en esta hora del mundo, con el galar-
ibros premiados de dón de la mayor recompensa nacional, a una obra exótica y de
k-...••...•.r-> muy favorablernen- decadencia que oscila, respondiendo a ciertas desviadas tenden-
cuan to a Cancha lar- cias de la literatura inglesa contemporánea, entre el cuento fan-
1'-'- ..•• de la campaña ar-
- •..•.
- •.• tástico, la jactanciosa erudición recóndita y la narración policial;
trucción sólida, oscura hasta resultar a veces tenebrosa para cualquier lector, aun
esca. no carente de para el más culto (excluimos a posibles iniciados en la nueva ma-
or al didactismo, gia) juzgamos que hizo bien. Más agraviados se habrían sentido
1:c:::nlrId:as- que "hacen ver" sus admiradores incondicionales, si le hubiera sido adjudicado a
uzzue con la mayor Borges el tercer premio. Lo más curioso, como índice de la confu-
documento valioso sión de ideas en que se vive actualmente, es la adhesión a este
","">cp''''''-adorde talento, libro de algunos paladines de la literatura proletaria. Están luci-
1it::::;~1Ja una obra indiscu- dos si pretenden que el pueblo se sienta interpretado en esta mis-
IkTa:C14Cne extraestéticas, teriosa alquimia literaria de cenáculo y guste de ella.
l5:!!:JlGlLruLS tocarían al au-
rbiar eljuicio de
de la literatura si la PUBLICADO EN NOSOTROS, AÑo VII,
p:::3~¡ca. negra o roja, en- SEGUNDA ÉPOCA, NÚMERO 76-78, BUENOS AIRES, 1942.
- cristía nos habían
s .·ersos y ensayos se-
e independiente no
46 antibarges
Nosotros
Contorno: la crítica
de la nueva generación
En abril de 1946 un ahora mítico decreto transfiere a
Jorge Luis Borges de su modesto puesto de bibliotecario muni-
cipal, auxiliar de tercera según la aséptica terminología oficial,
al de Inspector Municipal de Ferias: El escritor indignado re-
nuncia. El suceso es procesado por los círculos intelectuales
como una enorme afrenta, un ataque directo a la cultura, como
el anuncio de un futuro demasiado cercano y brutal. A los po-
cos días la Sociedad Argentina de Escritores (S.A.D.E.), que pre- .
'" Horacio Salas, Borges. Una biografía, Planeta, Buenos Aires, 1994.
52 antibmges
la decadencia progresiva del proyecto cultural liberal que en-
contraba en Sursu más paradigmática expresión; y por el otro,
la re definición radical del intelectual y su función social. Se
proponían gestar "un nuevo tipo de escritor y lector" a partir
de una literatura "en la que el escritor debiera tomar partido
por la praxis como acción en la historia y sobre la historia".
Irrumpe entonces en la escena el intelectual comprometido.
La obra de Jean Paul Sartre y el grupo existencialista
nucleado en torno a Les tempes modernes, junto al redescubri-
miento de un Marx de linaje hegeliano, brindaban el vital ali-
mento teórico-ideológico a estas nuevas búsquedas. Se conju-
gaban "dialécticamente" existencialismo y marxismo; del
primero, se hacía hincapié en el amplio espacio para el accio-
nar humano libre, esquivando la tentación de los mecanicismos,
y del segundo se incorporaban las tesis sobre el papel de las
relaciones materiales en el devenir sociohistórico.
Dentro de estas coordenadas Contorno construye una nue-
va crítica de lo literario; ahora lo específicamente literario in-
corpora (esjuzgado) por categorías y criterios de impronta so-
ciológica, filosófica o política. Contorno, así, organiza una nueva
matriz crítica literaria y elabora una nueva historia de la litera-
tura argentina: una historia social y política. Lo literario estu-
diado "más como un fenómeno revelador de la realidad que
como realidad autónoma", como apuntó Rodríguez Monegal.
Toman distancia, se proponen desmitificar y revisar el
legado cultural de las generaciones precedentes; y así releen
con sus nuevas herramientas a Martínez Estrada; reivindi-
can a Leopoldo Marechal, redescubren a Roberto Arlt; re-
chazan a Eduardo Mallea; y, por supuesto, no se puede ob-
viar, está Borges.
En 1954 la editora del Centro de Estudiantes publica
Borges y la nueva generación de Adolfo Prieto donde éste fija po-
sición: la de los que desde entonces serán denominados "los
parricidas". Prieto reconoce en Borges a "un notable escritor",
incluso como "el más importante de los escritores argentinos
actuales". Sin embargo, se siente ajeno, extraño a todo su (ana-
crónico) mundo de valores y temáticas, a su literatura, volcada
Contorno: la crítica de la nueva generación 53
o
+-' PRESENTACIÓN
<l>
•....
CL
-«
Si la fuerza de las convicciones no necesita ser gritada
o para manifestarse, pensamos que este ensayo sobre Borges tie-
o ne el valor de su fuerza y la decisiva garantía de su honestidad.
"'O
El tema, Borges, y las palabras que a continuación lo especifi-
can, la nueva generación, sugieren los peligros de la parciali-
dad, admirativa o enconada, ante los que fácilmente podría
sucumbir cualquiera que sintiéndose integrante de una gene-
ración sucesora de la de aquél, lo abordara. Adolfo Prieto esca-
pa a esta disyuntiva. Porque si hay una palabra clave para nom-
brar su obra, honestidad es la que nosotros diríamos.
Ubicar a un autor y a una generación en la atmósfera vivaa
la que pertenece y juzgar luego el cumplimiento de su misión
literaria implica necesariamente la propia ubicación, la perspecti-
va exacta del propio destino en la vocación elegida. Prieto no nos
defrauda. La elección del tema Borges, la elección de todos los
otros temas que ha ensayado en sus escritos, es una definición de
su postura frente a la literatura y consecuentemente de su respon-
sabilidad total en la situación que reconoce como propia. Borges,
ante quien la nueva generación no puede permanecer indiferen-
te, es estudiado aquí, en tanto se dan en él en su forma más logra-
da aquellos elementos característicos de una generación cuyo en-
juiciamiento intenta el autor. k/ en la medida en que la obra no
56 antibmges
es exclusivamente un estudio sobre Borges, las posibles discre-
pancias con sus juicios particulares no inciden fundamental-
mente en la totalidad. Explicariase por esto, en parte, la radical
distancia que separa a ésta de otras críticas sobre el mismo es-
critor. Acercándose a ella con peculiar mirada, la obra de Borges
solicita el énfasis en dispares méritos o fallas.
De tal modo, en Prieto la crítica es sólo punto de partida,
compromiso asumido en su responsabilidad futura de escritor de
una nueva generación, cuya tarea define como una carga ineludi-
ble, porque "este tiempo en que nos ha sido dada azarosamente la
existencia, ni mejor ni peor que otros, es tiempo de seriedad".
Pero si está ya definido su sentido del quehacer literario y la res-
ponsabilidad frente al contorno viviente en que se instala -para
ello lo vemos en algún modo acercarse a Sartre y hablar de com-
promiso--, su juicio no se encierra en su personal visión y es ca-
paz de captar otras posibles actitudes. El reconocimiento de la
distancia temporal y espiritual que separa a su generación de la
situación que rodeó a la anterior, de lo que a ella -concretamen-
te a la labor de Borges- se le debe, de la autenticidad que supone
la personalidad y la obra de éste lo obligan a deslindar de sus
exigencias aquello que, siendo para él mismo imperativo, no lo
fue para otros. Intenta la objetividad: penetrar por la poesía, el
ensayo o el cuento en el mismo mundo en que surgieron y luego
buscar su génesis y su sentido, y valorarlas. Pero si su juicio es
duro, y aun si fuera errado, visible queda su deseo de no escamo-
tear ningún posible argumento en contra suyo.
Así, fácil es decir que la obra de Prieto es, quizás, una de
las voces que lajoven generación reconoce, o reconocerá, como
propias. Su vehemencia no oculta en la justeza y precisión de su
lenguaje o la serenidad de sus conclusiones, puede reconocerse
en otras vehemencias; su amor por ciertas cosas y sus búsquedas,
en otras búsquedas. El sentimiento concreto de la realidad, el
impulso de verdad y la honestidad en el hacer, como definición
de una generación, no bastan, indudablemente, para confiar
en su capacidad creadora, que sólo el tiempo confirmará, pero
intuirlos como elementos tangenciales en quienes la integran
descubre la existencia de un común fundamento generador,
Borges y la nueva generación 57
PRÓLOGO
APROXIMACIÓN AL HOMBRE
Adolfo Prieto
C/)
co ¿Quién es Prieto? ¿Quién es éste que habla de uno
IC de los más representativos de la generación vigente en
> nombre de la que se inicia? Un hombre nuevo que in-
"'O
'>CO gresa en una realidad dada con sus valores distribuidos y
sus jerarquías tendidas, con sus ceremonias previstas y
o
ID
acatadas. Un hombre nuevo como otros que se van in-
"'O sertando trágicamente, poco a poco, con una lenta in-
O comodidad de saurios, en una realidad que exhibe una
'C
CO rigidez natural por prestigio y perdurabilidad: allí al-
+-'
C
ID . guien tiende la mano y otro la estrecha, unos hablan
E pausadamente o vociferan y otros asienten con la ca-
o
O beza, algunos se reproducen y otros llevan sus cuentas
o los hacen marchar por la derecha. Pero donde to-
dos, de una forma u otra, han beatificado sus deseos:
esa realidad es el mundo realizado que no presenta
objeciones y al que no hay nada que agregarle, compac-
to, perfecto en sí mismo: "este grande país" del fin de
siglo, "la patria grande" de Lugones, "el imperio del sur"
de Aunós, "la Nueva Argentina" de ahora. Algo que se
supone irreprochable y macizo. Y para que esos hombres
nuevos puedan vivir o sobrevivir de alguna forma, tienen
que asumir todo eso, esa situación dada. No hay posibili-
dad de escamoteo. Es su situación y allí dentro harán
palotes o se reirán de Chaplin o presentarán exámenes
78 antibmges
prenupciales. Son y serán ahí, anegados en esa realidad y
teñidos por ella. No tienen otra alternativa. Sin márgenes ni
datos exteriores; constreñidos y condicionados porque esa
situación no tolera ni el aeróstato ni la Tebaida. De ser, ahí;
condición no añadida porque lo otro es aniquilación, no
ser. No cabe por lo tanto sustraerse ni sobrevolar ni rehusarse
a ella que es la única vida. I
David Viñas
* Ángel Rama citado en Mabel Moraña (ed.) Ángel Rama y los estu-
dios latinoamericanos, Serie Críticas, Pittsburgh, 1997.
Desde la otra orilla del Plata 91
o.!- Citado en Volodia Teitelboim Los dos Borges: vida, sueños, enigmas,
Sudamericana, Santiago de Chile, 1996.
94 antibarges
y no hay lugar en su obra que no denuncie este malévolo esca-
moteo. Los personajes de Borges carecen de alma y cuerpo:
son puro nombre entrelazados con otros nombres. La aventu-
ra creadora se detiene-en los límites del proceso inventiva, y
no depara sino, de nuevo su árido mecanismo. Lo fantástico
degenera en apócrifo y acaba por desvancerse en yermas ruti-
nas dislocadas. Eljuego vano amordaza a la sabiduría. La poe-
sía, en fin, se agota en el congelado brillo de la frase.'"
Evasión y arraigo
de Borges y Neruda
Ángel Rama
El nacionalismo popular:
la crítica del intelectual
nacional y popular
El nacionalismo popular como corriente de pensa-
miento comienza a gestarse en la década de los veinte a
partir de las ideas de un conjunto de políticos, periodistas e
intelectuales: el socialista antiimperialista Manuel Ugarte;
el general ingeniero Alonso Baldrich, del grupo fundador
de Yacimientos Petrolíferos Fiscales; el precursor de las co-
rrientes económico-desarrollistas en el radicalismo Manuel
Ortiz Pereyra y periodistas como José Luis Torres, a quien le
debemos la acertada expresión de "d.écada infame".
En 1935 tras fracasar en su intento de desplazar a la
dirección alvearista (moderada) del viejo partido de
Yrigoyen, un grupo de jóvenes militantes decide escin-
dirse, recoger las preocupaciones de los arriba citados,
con ellas renovar y profundizar el "credo yrigoyenista" y
construir una nueva organización: nace la Fuerza de
Orientación Radical de la Joven Argentina (F.O.Rj.A.). En
su primer manifiesto atacan a las "oligarquías" e "imperia-
lismos", exigen la restauración de la "soberanía del pue-
blo" y se proclaman los únicos verdaderos continuadores
del yrigoyenismo. El ideólogo del grupo es el ya recono-
cido ensayista de temas nacionales Raúl Scalabrini Ortiz
y forman su núcleo dirigente, entre los más conocidos, el
escritor Arturo Jauretche, Luis Dellepiane, hijo de un ex
ministro de Yrigoye n , y el poeta y músico Hornero Manzi.
122 antiborges
Aún cuando F.O.RJ.A. no logra un caudal significativo de
adherentes ni una organización sólida, sus innumerables vo-
lantes y conferencias y sus vehementes pero bien documenta-
das publicaciones logran penetrar e influir en vastos sectores
de la opinión pública. Para los forjistas la "oligarquía" conser-
vadora era responsable de la crisis que se vivía; se consideraba
que para sostener sus privilegios había traicionado al país en-
tregándolo al "imperialismo británico"; se denunciaba a la "dic-
tadura política" al servicio de minorías, impuesta mediante la
corrupción más escandalosa y el fraude generalizado y a una
"tiranía económica" al servicio del capital extranjero. "El pro-
ceso histórico argentino -dice uno de sus documentos- re-
vela una lucha permanente del pueblo en procurar su sobera-
nía popular". De a1canzarse este cometido, sería el fin de la
dependencia y el sometimiento.
La influencia de F.O.R.J.A. sobre el pensamiento de Perón
y sus más estrechos colaboradores está bien documentada. Tan-
to el Grupo de Oficiales Unidos (c.o.u.) -logia militar de
decisiva influencia en la primera mitad de los arios cuarenta-
como Perón leyeron y estudiaron el material forjista y los li-
bros de Scalabrini Ortiz y de Torres, por lo menos desde 1936,
y años más tarde se sucedieron encuentros personales. Las prin-
cipales ideas, temas y categorías del nacionalismo popular fue-
ron incorporados al peronismo: la postura antioligárquica y
antiimperialista, los objetivos de autonomía económica yjusti-
cia social, la fe en el pueblo instalado como sujeto privilegiado del
cambio, un cierto menosprecio hacia la forma(lidad) legal-
institucional. En 1945 el forjismo se disuelve y la mayoría de
sus miembros se incorpora al naciente peronismo. Muchos de
ellos pasan a ocupar cargos oficiales en el gobierno nacional y
en el de la Provincia de Buenos Aires.
EL EUROPEO BORGES
y SU CONDENACIÓN DE LAS TURBAS
Leonardo Castellani
Arturo Jauretche
Borges visto
desde la nueva izquierda
Es un lugar común el repetir que durante los agita-
dos años sesenta la izquierda cultural habría atacado
profusamente a Borges". Sin embargo una investigación
más exhaustiva relativiza esta visión tan extendida.
La obra de Borges fue tratada de muy diversas mane-
ras por lo que se ha dado en denominar la nueva izquierda
intelectual, cuyo origen se remonta a los primeros años se-
senta y que habría de ser hegemónica dentro del campo
cultural argentino por un considerable período.
Buena parte de la nueva crítica y de los escritores del
boom latinoamericano pusieron especial énfasis en diferen-
ciar muy claramente al Borges productor de literatura del
Borges ideológico o político, de autonomizar lo estético de
lo político", y en señalar su admiración por el primero en
o
lo..... "Este ensayo utiliza categorías psicológicas porque
o han llegado a ser categorías políticas. En estas cir-
E
<ú cunstancias, aplicar la psicología al análisis de los su-
+-'
<ú cesos políticos y sociales significa utilizar un método
~ que ha sido invalidado por estos mismos sucesos. La
rJ)
<ú tarea debe ser más bien la opuesta: desarrollar la sus-
co tancia política y sociológica, partiendo de las nocio-
nes psicológicas". (Herbert Marcuse: Eros y civiliza-
ción,]oaquín Mortiz, México, 1968, p. 15.)
"No son las buenas intenciones las que cuentan, sino las ea .
secuencias, y, en este sentido, todo pensador, aun el más abs-
tracto, es responsable del contenido objetivo de su pensamien-
to. Nadie es inocente." (Juan José Sebreli: Martinez Estrado:
una rebelión inútiUorge Álvarez, Buenos Aires, 1967, p. 39.)
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Detrás de la penumbra está Inglaterra 215
:;: Véase revista Adán del mes de marzo de 1968; número 20.
Detrás de la penumbra está Inglaterra 225
* Véase Juan José Sebreli: Borges y el otro, inédito; David Viii.as (bajo
el seudónimo de Diego Sánchez Cortés): Arlt, un escolio, en revista
Contorno, número 2, mayo de 1954.
228 antiborges
acto mágico que respeta realmente el orden de las cosas existen-
tes. Todo nihilista, es, sustancialmente, por esto, un hombre de
orden, como todo hombre serio. Que el estilo se trueque de grave
en leve no cambia su eficacia existencial. Y ésta es la diferencia
entre los escritores liberales dellVIartín Fierro y los anteriores: una
diferencia de estilo, completamente insustancial y, para colmo.
por ser de estilo metafórico, inspirada por los mismos antecesore
que pretendía combatir. La boutadeirónica es el arma de combate.
Las revistas murales se burlan de los viejos escribiéndoles amables
epitafios en verso, en tanto que, a cada nuevo libro que aparece,
se los llevan para recibir la palmada al hombro que corresponde.
Con los años, el nihilismo de Borges, iniciado con un poema.
escrito en Suiza, en elogio de la Rusia Leninista, se transforma en
feroz conservatismo. Cumple con la parábola iniciada por su pa-
dre: éste era a la vez un individualista liberal, discípulo de Spencer.
y anarquista, abominador del Estado, el ejército y la iglesia. Razo-
naba que, defendiendo al individuo y a la iniciativa individual,
algún día desaparecerían todas las instituciones. Pensaba que al-
guien, en el futuro, vería, en el imperio inglés, el paraíso ácrata ...
hombres que nada podían decir del Estado y del régimen, por-
que vivían, justamente, de los puestos oficiales y los premio:
que les pagaba ese Estado del régimen. El único izquierdismo
que se les permitía era el elogio de las revoluciones en las antí-
podas. Aquí había que defender el librecambio que permitiera
el juego al comercio monopolista inglés, la conquista del de-
sierto, la escuela pública que formara ciudadanos obedientes a
la constitución; combatir a la chusma yrigoyenista y a la canalla
de las urnas que no sabe votar. Cumplido con esto, podían
desfogarse en discursos sobre la invasión a Guatemala, la revo-
lución rusa o la república española. La literatura ligada a esta
mentalidad, naturalmente que podía recaer en la defensa del
hombre y su lucha por la libertad, la igualdad, etcétera, pero
siempre que el hombre a liberar estuviera bien lejos del paí ,
junto con sus tiranos y explotadores. Cortázar es el último ex-
ponente de esta cultura del izquierdismo filisteo y oficialista. Es
un patotero intelectual que juega a la izquierda en París y sobre
Cuba o Vietnam, como sus antepasados jugaban al surrealismo
francés, al anarquismo ruso o al republicanismo español. Es la
nueva manera de tirar manteca al techo, cambiando el escena-
rio del cabaret libertino por el del café literario.
Una clara y no casual identidad de posturas hermana a toda
la izquierda filistea alrededor del coro proborgiano. Hay que sal-
var al mandarín, para salvar al mandarinato. Borges es viejo y se
puede morir en cualquier momento, pero el imperio de los cletcs
debe ser eterno. Como Cortázar, Borges se ha acercado a la vil
política por generosidad de espíritu. Su lucha contra Perón no
era política, sino ética (Y.Irby, etcétera, p. 111). No importaba la
consecuencia real general de las ideas y posturas defendida.
sino la justificación del individuo ante sí mismo. Así como se
escinde al pensador de su obra, en Cortázar, la lucha revoluciona-
ria, para Carlos Peralta, redactor del semanario Marchase escinde
en varios planos: "... la revolución debe llegar a muchos objeti-
vos -hambre, atraso, ignorancia, todos sabemos- antes que a
Borges" (ídem, p. 103). Como si la revolución pudiera hacer cier-
tas cosas y otras no, a piacere; como si Borges no estuviera in-
tegrado al régimen que debe destruirse para que la revolución se
Detrás de la penumbra está Inglaterra 245
Enero de 1969.
250 antibmges
CLAVES PARA LAS CITAS DE OBRAS DE BORGES
TRANSCRIPTAS EN EL TEXTO:
En general, se utiliza la edición Emecé de Obras completas:
Citadas además:
B: Crónicas de Bustos Domecq por Jorge Luis Borges y Adol-
fo Bioy Casares, Losada, Buenos Aires, 1968.
IP: Seis problemas para don Isidro Paro di por H. Bustos
Domecq, Sur, Buenos Aires, 1942.
Bias Matamoro
Un balance
•
necesario
Aparentemente Borges estuvo dos veces muy cer-
ca de obtener el Premio Nobel de Literatura. La pri-
mera de ellas, en 1971; éste fue finalmente para Pablo
Neruda. Se comentó que el fallo había favorecido al
chileno por un solo voto. Borges le envió un telegra-
ma felicitándolo y ante la prensa reiteró la estima que
le merecía su poesía.
La segunda sucedió unos años más tarde. Su ad-
hesión entusiasta y elegante al gobierno de Pinochet
'en Chile y al "gobierno de los caballeros", el del Pro-
ceso, en Argentina, lo volvió a alejar entonces ya defi-
nitivamente del premio. "Sabía que estabajugándome
el Premio Nobel -le dirá a María Esther Vázquez-,
pero pensé: qué absurdo juzgar a un escritor por sus
ideas." El escritor Arthur Lundkvist, uno de los miem-
bros más influyentes de la Academia Sueca, habría de
confirmarle en privado al escritor y político chileno
Volodia Teitelboim esta sospecha: "Soy y seré un tenaz
opositor a la concesión del Premio Nobel de Literatura a
Borges por su apoyo a la dictadura de Pinochet, que
IRREALIDAD Y COSTUMBRISMO
LA CRISIS DE 1930
EL POSPERONISMO
CULTURA Y REPRESIÓN
No haber caído,
Como otros de mi sangre,
En la batalla.
Ser en la vana noche
El que cuenta las sílabas
del GAN. Cada uno decía su "verso", cada uno era un posib -
conductor de esas masas descarriadas que, sin la experien -
de los políticos profesionales, podían llegar a cualquier exc
El general Lanusse, el gran anfitrión, parecía oír complacid
esa retórica. En cuanto a Perón, bueno, el asunto no era tar;
sencillo ... claro que no podía presentarse como candidato
Presidente, ya que vivía fuera del país ... ¿Ysi volvía? .. "No le da
el cuero", dijo Lanusse y luego reconoció su error.
Sus camaradas de entonces no se lo perdonaron. No
lo perdonan. Fue Lanusse, dicen, el que abrió las puertas a,
peronismo después de casi veinte años de proscripción.
El17 de noviembre de 1972, Perón regresa a la Argentina.
Las fuerzas de seguridad bloquean los caminos de acceso al aero-
puerto con tanques, bazucas, ametralladoras y otros argumentos
contundentes. El pueblo, tan pertinaz (o tan bárbaro, según
Borges) abandona las civilizadas carreteras y marcha a campo tra-
viesa por los lodazal es, bajo la lluvia, eludiendo la vigilancia, me--
tiéndose en el barro, cruzando un río, los hombres gritando s
consignas, las mujeres con los chicos en los brazos. Naturalmente.
estas imágenes no son gratas al escritor que manifiesta una vez
más su fe en la continuación de los ideales de la Revolución
Libertadora. Su convicción sólo es comparable a la de un viejo
delgado y nervioso, que en su departamento del elegante Barrio
Norte escribe una carta de condena: el almirante Rojas.
Los días de Perón en Buenos Aires fueron los de un prisio-
nero de lujo. Protegido o temido hasta el exceso, pudo, no obs-
tante, hablar con los políticos, escuchar los argumentos de quie-
nes habían sido sus opositores veinte años atrás, ver un atardecer
en Palermo (el Palermo de Borges), vislumbrar el porvenir mien-
tras el automóvil recorría una ciudad que ya no era la suya. Lo
habrá regocijado ver que llegaban hasta su casa algunos hombres
de ese pueblo que un día llenaba la Plaza de Mayo, cuando hasta
Dios, según se dijo, era peronista. Ahora había que dialogar con
los viejos adversarios y también con gente nueva, desconocida,
que, según le informaban, eran figuras de una nueva realidad. El
viejo criollo, acostumbrado al cabildeo, a la pausada conversación
que tanto gusta a Borges, habló poco, oyó a todos y se fue.
Borges y su pensamiento político 301
Se van, se van
y nunca volverán.
Se van, se van
y nunca volverán.
EZEIZA y DESPUÉS
EL DEFENSOR DE LA DICTADURA
Pedro Orgambide
28 de octubre de 1993
Juan Gelman
LOS ARQUETIPOS
IRRACIONALISMO y RACIONALISMO
LA FILOSOFÍA BORGEANA
NOTAS