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Günter Grass (Danzing, 1927) es

uno de esos escritores


extraordinarios de los que sólo
nacen uno o dos en cada
generación. Pero si su obra
narrativa (baste recordar El tambor
de Hojalata o El rodaballo) forma
ya parte sin remedio de los clásicos
indiscutidos del siglo XX, su poesía
sigue siendo, en gran parte, una
desconocida.
Y, sin embargo, la poesía es
esencial en Günter Grass, una
compañera fiel que, como el dibujo
o la escultura, lo ha acompañado
toda su vida, y resulta realmente
imposible comprenderlo sin haber
leído sus poemas. «Lo que para
Beethoven era el piano —dice
Joachim Kaiser— es para Grass la
poesía». En ella, «parece hablar
más directamente que en su prosa
y, con frecuencia, se piensa estar
leyendo un diario. La poesía de
Grass es serena, alegre, nada
pretenciosa».
Esta selección de poemas tiene en
cambio una pretensión: la de dar a
conocer no sólo al poeta, sino al
hombre.
Günter Grass

Poemas
ePub r1.0
Titivillus 02.03.16
Günter Grass, 1994
Traducción y prólogo: Miguel Sáenz

Editor digital: Titivillus


ePub base r1.2
GALLINAS,
TRIÁNGULOS,
PREGUNTAS

¿Poemas de Grass? Debiera ser


innecesario presentarlos y, sin
embargo, tal vez no haya otro escritor
contemporáneo cuya fuerza
desmesurada como narrador haya
hecho olvidar tan completamente su
aliento pausado de poeta. La mayoría
de los lectores españoles piensan que
Günter Grass es, básicamente, el autor
de esos dos monumentos épicos que son
El tambor de hojalata y El rodaballo, y
sólo vagamente recuerdan los poemas
insertos en sus novelas,
considerándolos sólo, probablemente,
como un recurso narrativo más.
Sin embargo, la poesía ha
acompañado a Günter Grass toda su
vida, y sigue acompañándolo. Ya en su
juventud, cuando soñaba con ser un
gran escultor en la estela de Hartung o
emprendía sus primeros vagabundeos
en autoestop por Francia o Italia, sus
experiencias se reflejaron en versos,
unos versos en gran parte todavía
inéditos. Y su entrada en la literatura
fue realmente como poeta: un concurso
de la Süddeutsche Rundfunk, una
broma al enviar otros por él un poema
(«Entre las azucenas del sueño…») y
un tercer premio inesperado que tuvo
como consecuencia poner a Grass en
contacto con el Grupo 47 y, casi
enseguida, con su primer editor. Su
primer libro se llamó Las ventajas de
las gallinas de viento y en él, entre
guiños vanguardistas y arbitrariedades
juveniles, aparecía ya el mejor Grass,
un Grass poeta que se apartaba por
igual de las dos grandes influencias del
momento: Gottfried Benn y Bertolt
Brecht.
La poesía sigue siendo para él, dice
Grass, «el instrumento más exacto para
conocerme de nuevo, para tomarme
nuevamente el pulso». Y en su obra
total, dibujos, esculturas, poemas y
novelas se inspiran en los mismos
temas, mezclándose y fecundándose
recíprocamente. Hay poemas que —en
ocasiones, años después— reaparecen
transformados en motivos narrativos;
grabados que explican versos y versos
que se convierten en grabados; poemas
surgidos en torno a, o con ocasión de
una gran novela (El rodaballo) y
poemas que se integran plenamente en
una obra narrativa, desarrollándola y
contrapunteándola (La ratesa). Todo
indica que, en caso de Grass, no hay un
novelista y un poeta y un artista
plástico, sino simplemente un creador
que derrocha su talento de mil
maneras… El mismo lo ha explicado a
veces: para él, dibujar y escribir son
«dos disciplinas que se corrigen entre
sí, que se cortan mutuamente la
palabra, se completan y rechazan»;
versos y dibujos «se alimentan de una
misma tinta».

Sabido es que toda antología es


arbitraria. Lo que se suele olvidar es
que es también un acto de humildad y
de realismo. Reconozco haberme
basado en mi gusto personal (que no
siempre sabría razonar), tanto en las
inclusiones como en las (mucho más
difíciles) exclusiones. Grass, el autor
más comprensivo del mundo para sus
traductores, resulta ser también el
antologizado ideal, al no haber
intervenido para nada en el proceso,
limitándose graciosamente a
sancionarlo.
Desde el principio me pareció claro
que no tendría mucho sentido recoger
poemas pertenecientes a obras
narrativas y, por lo tanto, ya
traducidos al español. Con lógica algo
más discutible decidí prescindir
también de los que forman el volumen
«Ay rodaballo, tu cuento acaba mal…»,
por considerar que exigían
inevitablemente haber leído El
rodaballo que los motivó. En cuanto al
largo poema Con flores a María (la
traducción es libre), no parecía tener
vida propia sin las fotografías de
María Rama, a la que está dedicado.
Y quedaba el reciente libro de
sonetos de Grass, El país de noviembre.
Aquí la eliminación resultaba mucho
más dolorosa, porque esos trece
poemas figuran entre lo mejor que ha
escrito nunca Grass, pero había una
razón de peso, y el propio Grass vino
en mi ayuda: ese libro, muy breve, tiene
una unidad rigurosa y habría que
publicarlo entero… o no publicarlo.
Quedaron pues como candidatos,
exclusivamente, tres clásicos (los tres
clásicos) de la poesía de Grass: Las
ventajas de las gallinas de viento
(1956), Gleisdreieck (1960) e
Interrogado (1967).

Sería absurdo intentar «explicar»


ahora esas colecciones de poemas,
aunque quizá no esté de más que el
lector tenga siempre en cuenta el año
(el año político) en que,
respectivamente, surgieron. Es
indiscutible, por otra parte, que hay en
esos poemas toda una serie de
alusiones y referencias que sólo podrá
entender quien conozca bien la
Alemania de esos años y no menos bien
la obra de Grass… Pero me he
resistido a manchar las páginas con
notas. Así, por ejemplo, no ya para un
lector español sino incluso para
cualquier muchacho alemán de
veintitantos años, la palabra que da
título al segundo de sus libros
(Gleisdreieck) no significará nada.
Una nota podría explicar que era el
punto de confluencia de los sectores
aliados en Berlín, es decir, todo un
símbolo de una época, pero ese simple
lugar geográfico, anterior a la
construcción del Muro de Berlín, ¿qué
podría decir a quienes apenas
recuerdan ya su caída?
Por ello quizá sea más interesante
decir algo, en general, de la poesía de
Grass, de su concepto de la poesía y de
lo que pretende con sus poemas…
Al principio, dice Grass, «hay
siempre una vivencia, que no tiene por
qué ser muy importante». Grass se
define pues como «poeta de
circunstancias» (a diferencia del poeta
experimental, de «laboratorio») y
rechaza (como rechaza en el dibujo o la
escultura) la abstracción. Sin embargo,
sus vivencias personales se insertan en
un contexto mucho más amplio —el
contexto político y social de su época
—, haciéndose así universales. Grass
no habla sólo de Günter Grass, sino
también de su tiempo, y se sumerge en
él plenamente, viviéndolo con pasión
aun a riesgo de equivocarse
(equivocarse, ¿ante quién?).
En una antología ya famosa de
Felipe Bosso (Veintiún poetas alemanes
(1945 a 1975), Visor, Madrid 1980),
Grass aparecía bajo la rúbrica de
«poesía civil», y se decía allí: «El
objetivismo, el prosaísmo y una sutil
simplicidad definen una poesía que,
por su temario, hay que calificar de
civil, aunque no de social ni de
abiertamente política. La anécdota
cotidiana y el propio destino del poeta
son las fuentes de su inspiración».
Atentamente releída ahora, nada hay
que objetar a esa definición concisa.

Las ventajas de las gallinas de


viento es el libro del Grass más juvenil,
surrealista y expresionista a un tiempo
pero plenamente dueño ya de sus
recursos. «Estadio de noche» delimita
su posición ante el mundo: el poeta es
alguien que se acerca peligrosamente a
la meta pero está siempre fuera de
juego… (Hay que lamentar, por cierto,
no poder acompañar los poemas
extraídos de ese volumen con los
dibujos que ilustraban la edición,
porque, con sus angulares trazos a
pluma resultaban su complemento
ideal. Algo que ocurre también con las
gruesas tizas de Gleisdreieck o los
bocetos a lápiz de Interrogado). No
hace falta decir, por otra parte, que el
lector avisado encontrará en «Bandera
polaca» o «El undécimo dedo» sendos
anticipos de El tambor de hojalata.
Gleisdreieck es un paso más hacia
la maduración. Grass, casi
desconcertado por el éxito descomunal
de su primera novela, no renuncia —
muy al contrario— a ser Günter Grass.
Quizá se manifieste más en este libro el
moralista, pero es que el «moralismo»
(y es difícil devolver a la palabra el
respeto que merece) es también una
característica de Günter Grass. Entre
los poemas destaca «Diana o los
objetos», como profesión de fe del
autor en la objetividad. «En el huevo»,
sin embargo, quizá sea más definitorio,
no sólo de este libro sino de toda la
poesía del Grass. Nos están
empollando… ¿Y qué ocurriría si…?
En cuanto al poema que da título al
libro, ese «triángulo de vías», del que
ya se ha hablado aquí, era el punto de
tránsito entre dos mundos y, en
retrospectiva, resulta definidor del
Berlín de 1960.
Interrogado, por último, es el libro
más político de los tres y, lógicamente,
debiera haber sido el que peor
envejeciera. No obstante, descubro con
sorpresa al hacer balance que es el
libro del que he extraído más poemas,
aunque sólo haya sido —insisto— por
capricho personal. Es cierto que hay
algunos poemas que en su día se
leyeron simplemente como ataques
frontales a una izquierda desmadrada,
pero son poemas clarividentes y hoy
casi proféticos. La sátira de «Cabeza
de jabalí» (además de ser también un
anticipo de El rodaballo) resulta
demoledora… pero al mismo tiempo
curiosamente positiva. Y «Hacer lo que
sea» es todo un programa político —
para Grass y los demás— que hoy
suscribiría casi cualquiera (realmente,
¿qué fue de tanta guitarra?).
Por último, «Castillo de arena
mojada», merece especial mención por
ser una autobiografía completa. La
referencia inevitable es una vez más El
rodaballo, pero bastaría un análisis
exhaustivo de este poema para saber
quién es —y sigue siendo— Günter
Grass.

Antología es sinónimo de
insatisfacción, insatisfacción del
antólogo. En cuanto al traductor,
después de haber afirmado siempre,
petulantemente, que todo se podía
traducir, confieso haber llegado,
ahora, en algunos casos a confines sin
roturar. Por ello, ruego al lector con
insistencia que aprenda alemán. Vale
ampliamente la pena, aunque sólo sea
para leer a autores/poetas/creadores
tan intraducibles como Günter Grass.

Miguel Sáenz
LAS VENTAJAS DE
LAS GALLINAS DE
VIENTO
LAS VENTAJAS DE LAS
GALLINAS DE VIENTO

que apenas ocupan sitio


us perchas de corrientes de aire
picotean mis domésticas sillas.
que no desprecian las duras mondas de
los sueños,
orren tras las letras
el cartero pierde cada mañana ante mi
puerta.
que se quedan quietas
a pechuga al penacho,
iente superficie, escrita en letra pequeña,
olvidar plumas ni apóstrofos…
que dejan la puerta abierta
clave sigue siendo la alegoría
canta de vez en cuando.
que sus huevos son tan ligeros
geribles, traslúcidos.
én vio ese instante
ue el amarillo se harta, agacha las orejas
y calla.
que su silencio es tan suave,
arne del mentón de una Venus,
alimento…

menudo con viento del Este,


ndo pasan las hojas de tabiques
intermedios,
bre un nuevo capítulo
e apoyo feliz en la valla,
tener que contar las gallinas…
que son innumerables y se multiplican sin
pausa.
INUNDACIÓN

eramos que cese la lluvia,


que nos hemos acostumbrado
rmanecer invisibles, tras la cortina.
cuchara es colador ahora y nadie se atreve
ya
tender la mano.
chas cosas flotan por las calles,
as bien escondidas en tiempo seco.
é penoso ver las sábanas usadas del
vecino!
mos a menudo al indicador de nivel
mparamos, como relojes, nuestras cuitas.
unas cosas pueden regularse.
o cuando los aljibes se desborden y se
colme la medida que heredamos
remos que ponernos a rezar.
ótano está sumergido, hemos subido las
cajas
mprobamos con la lista el contenido.
avía no se ha perdido nada…
mo es seguro que las aguas bajarán pronto
mos empezado a coser sombrillitas.
á muy duro volver a cruzar la plaza,
amente, con sombra de plomo.
principio echaremos de menos la cortina
jaremos al sótano a menudo
a contemplar la marca
las aguas nos legaron.
LA ESCUELA DE LOS
TENORES

e el trapo, borra la luna,


ibe el sol, la otra moneda
cielo, pizarra escolar.
ntate luego.
notas serán buenas,
arás al curso siguiente,
arás una gorra nueva y más flamante.
que la tiza tiene razón
tiene el tenor que la canta.
hojará el terciopelo,
yentará la hiedra, medida de la noche,
musgo, su murmullo,
os los mirlos.
que toca el bajo, emparédalo
u bóveda.
ién cree aún en barricas
ue el nivel del vino disminuye?
pájaro o metralla
lo un zumbido hasta que cruje,
que el éter está repleto
ines de semana y veraneos.
ras que, en la sastrería,
ean la canción de la primavera y la
costura…,
igas su ejemplo.

ando el pecho, hasta que el viento dé un


rodeo.
y otra vez trompetas,
uruchos de papel llenos de cebollas de
plata.
go paciencia.
era hasta que los ojos de la señora se
aparten,
criadas descontentas.
o entonces esa nota que las copas temen
polvo
persigue a las molduras hasta que cojean.

pas de pescado, ¿quién cantará esos


intersticios
mediodía ensartado en un junco?
é bien cantaba Else Fenske cuando,
us vacaciones de verano,
ezó a gran altura
endo por una silenciosa grieta del glaciar
jándonos únicamente su sombrilla
do de pecho!
o de pecho, los muchos afluentes del
Mississippi,
spléndido aliento
inventó las cúpulas y el aplauso.
ón, telón, telón.
risa, antes de que el candelabro se niegue
a seguir tintineando,
s de que las galerías se inclinen
seda se abarate.
ón, antes de que entiendas ese aplauso.
BANDERA POLACA

chas cerezas que, de esta sangre,


a protesta se hacen claras
rsuaden al lecho, convirtiéndolo en funda
roja.

primera helada cuenta nabos, estanques


ciegos,
gos de plantas de patata en el horizonte
mbién hombres semienvueltos en humo.

días se encogen, las manzanas sobre el


armario,
bertad se heló, ahora arde en los hornos,
ce la papilla de los niños y pinta los
nudillos de rojo.
a nieve de los pañuelos de cabeza en la
fiesta,
orazón de Pilsudski, el quinto casco del
caballo,
peó en el granero, hasta que llegó el
starost.

bandera sangra sin dibujo,


í vino el invierno, su paso
ontrará Varsovia tras los lobos.
EL UNDÉCIMO DEDO

nde estará mi undécimo dedo?


dedo undécimo y especial
ca se reía,
ca se ponía el guante, de noche,
el color.
eñaba la cabra.
eñaba la cabra,
aba la cabra al reloj
cabra bajaba la cabeza.
ía bajar la cabeza, sabía leer el reloj,
ía al reloj la planta de los pies,
a que el reloj se reía, se reía,
día todos sus minutos
confesaba todo, hasta sus detenciones.
ra se veía ya a lo lejos el oro,
edo veía muy lejos ya el oro,
ucía a joyeros,
vias ante el altar.
ve era, sello, silencio…
menudo yo me chupaba el undécimo dedo,
que él nunca dormía,
que él nunca dormía.

é puedo señalar ahora?


é puedo señalar ahora,
si mis dos manos acortadas
o sirven ya para tocar
ro como carne, carne, un yunque…
acuclillan de noche como cuervos
abrumados,
re una piedra del campo,
ocho, nueve, diez, nunca once?
ca son once.
PROTECTORA DE
ANIMALES

iano al zoo.
ido, llevad la zebra al salón.
amables con ella,
ne de Bechstein.
alimenta de partituras
nuestras dulces orejas.
ESTADIO DE NOCHE

tamente ascendió el balón en el cielo.


onces se vio que estaba lleno el graderío.
a portería estaba el poeta solitario,
o el árbitro pitó fuera de juego.
ATRACO FRUSTRADO

miércoles.
os sabían cuántos escalones subir,
timbre apretar,
egunda puerta de la izquierda.
entaron la caja.
o era domingo
dinero estaba en la iglesia.
SUSTENTO DE
PROFETAS

ndo la langosta invadió nuestra ciudad,


raían ya la leche a casa y el periódico se
asfixiaba,
eron las cárceles y soltaron a los
profetas.
onces recorrieron las calles los 3800
profetas.
ían hablar impunemente y alimentarse a
placer
quel fiambre saltarín y gris que
llamábamos plaga.

otra cosa se hubiera podido esperar…


nto volvieron a traernos la leche, el
periódico respiró
s profetas llenaron las cárceles.
ASUNTOS DE FAMILIA

nuestro museo —vamos todos los


domingos—,
inaugurado una sección nueva.
stros hijos abortados, embriones pálidos
y serios,
currucan en simples tarros de cristal,
ocupados por el futuro de sus padres.
CHARANGA

aquel tiempo dormíamos en una trompeta.


naba allí un gran silencio,
oñábamos con ninguna señal
omo para probarlo,
amos en aquella garganta con la boca
abierta…
aquel tiempo, antes de que nos expulsaran.

e algún niño, con un gorro en la cabeza de


papel de periódico leído?
e algún húsar extraviado
salió del cuadro al recibir la orden?
e, ya en aquel tiempo, la muerte
echaba así el aliento en su sello?
y no sé quién nos ha despertado,
razados de flores en jarrones
ucareros,
nazados por todo el que toma café
egunta a su conciencia:
terrón, dos, tres quizá?

ra huimos y con nosotros nuestro


equipaje.
namos por corto plazo
as las bolsas semivacías, todos los
embudos de la cerveza, abrigos recién
dejados, relojes detenidos,
bas que otros pagaron
ujeres con muy poco tiempo.

cajones llenos de amor y ropa blanca,


na estufa que dice que no
lo calienta su punto de vista,
n teléfono se quedaron nuestros oídos
cuchan, ya conciliadores,
uevo sonido de comunicando.

aquel tiempo dormíamos en una trompeta,


ando, de ida y vuelta,
avenidas plantadas simétricamente.
íamos contra aquella bóveda
re nuestras espaldas tranquilas e infinitas,
soñar con ninguna señal.
TRIÁNGULO DE
VÍAS
CANCIÓN INFANTIL

ién ríe, se ha reído?


s sí que se ha lucido.
íe y han creído
su razón ha habido.

ién llora o ha llorado?


rar se ha terminado.
lora, por sentado,
hay algo que ha ocultado.

ién habla o se ha callado?


alla es denunciado.
habla, ha silenciado
qué al final ha hablado.
ién juega tan temprano?
uega será en vano,
se quemó la mano
ese juego insano.

ién muere, quién se ha muerto?


en muere, llega a puerto.
muere, ten por cierto,
el caso queda abierto.
GLEISDREIECK
(TRIÁNGULO DE VÍAS)

asistentas van del Este al Oeste.


hombre, quédate aquí, qué se te ha
perdido allá;
allá, hombre, qué se te ha perdido aquí.

isdreieck, donde con glándulas ardientes


raña que tiende las vías
e su guarida y las vías tiende.

el puente va hasta el otro lado sin costura


vándose a sí misma los remaches,
ndo los que caen en su red aflojan los
remaches.
mos a menudo y se lo enseñamos a los
amigos,
es Gleisdreieck, nos bajamos
ntamos las vías con los dedos.

agujas atraen, las asistentas pasan,


uz de cola me mira, pero la araña
a moscas y deja pasar a las asistentas.

amos devotos la glándula


emos lo que la glándula escribe:
isdreieck, Está usted dejando

isdreieck y el Sector Occidental.


CAMBIO

pronto estaban aquí las cerezas,


que se me había olvidado
había cerezas,
ce proclamar que nunca hubo cerezas…
ban aquí, de pronto y caras.

eron ciruelas y me dieron a mí.


o si alguien cree
yo cambio
que algo me caiga encima,
ue nunca le han caído cerezas.

o cuando me pusieron avellanas en los


zapatos
ve que correr,
que los niños querían lo de dentro
é pidiendo cerezas, quise que me cayeran
ma ciruelas… y cambié un poquito.
SILLAS PLEGABLES

tristes son esos cambios.


gente desatornilla las placas con su
nombre,
e la cacerola con la lombarda
recalienta en otro lugar.

é clase de muebles son ésos


hacen propaganda de la partida?
gente coge sus sillas plegables
migra.

cos cargados de nostalgia y ganas de


vomitar
an de un lado a otro
ntos patentados
sus dueños sin patentar.

mbos lados del inmenso océano


sillas plegables ahora;
tristes son esos cambios.
BOTADURA

a gaviota lo exige,
struiré un barco,
feliz
a botadura,
aré una camisa deslumbrante,
zá llore también champaña
gregue jabón lubricante,
resultan indispensables.

ién pronunciará el discurso?


ién puede leer a primera vista
quedarse ciego?
Presidente?
n qué nombre te bautizaré?
amaré a tu naufragio ANNA
OLUMBUS?
EN EL HUEVO

imos en un huevo.
mos cubierto su interior
dibujos obscenos
rrapateado los nombres de nuestros
enemigos.
están incubando.

enquiera que nos incube


uba también nuestro lápiz.
ndo rompamos la cáscara un día
haremos una idea
eguida de quien nos incuba.

onemos que nos incuban.


imaginamos un ave bonachona
cribimos trabajos escolares
re colores y raza
a gallina que nos incuba.

ándo romperemos la cáscara?


stros profetas del interior del huevo
uten, por un sueldo medianejo,
re el período de incubación.
onen un día X.

aburrimiento y necesidad auténtica


mos inventado las incubadoras.
preocupa mucho nuestra descendencia en
el huevo.
gusto recomendaríamos nuestra patente
uien nos guarda.

emos un techo sobre nuestras cabezas.


itos seniles,
riones que saben idiomas,
lan el día entero
davía discuten sus sueños.
si no nos incubaran?
nunca se hiciera un agujero en esta
cáscara?
nuestro horizonte fuera sólo el horizonte
nuestros garabatos y no dejara de serlo?
fiamos en que nos incuban.

que si hablamos sólo de incubaciones


que temer también que alguien,
a de nuestra cáscara, sienta hambre
s eche a la sartén, sazonándonos con
sal…
é haremos entonces, mis hermanos de
dentro del huevo?
NORMANDÍA

búnkeres de la playa
pueden deshacerse de su hormigón.
eces llega un general semidifunto
aricia las troneras.
ien los pueblan turistas
cinco atormentados minutos.
nto, arena, papel y orina:
nvasión no cesa.
LA BATALLA NAVAL

portaaviones americano
a catedral gótica
unden
uamente
medio del Pacífico.
ta el final
urita joven tocaba el órgano…
ra el aire está lleno de ángeles y aviones
no pueden aterrizar.
PAN KIEHOT

digo siempre, qué talento tienen los


polacos.
masiado talento, talento para qué,
nto manual, para besar con la boca,
nto también para la nostalgia y la
caballería;
o Don Quijote, polaco de gran talento,
en Kutno, sobre la colina,
tuvo el crepúsculo a sus espaldas
ndió con talento su lanza al rojo blanco
algando animales sin talento,
dependen de motores,
ctamente hacia el gris campaña, hacia los
flancos…
onces irrumpió con talento, los sin talento
besaron
o sé si ovejas molinos tanques—,
aron las manos a Pan Kiehot,
se avergonzó y enrojeció con talento;
mo diría yo… qué talento tienen los
polacos.
ASCETISMO

la el gato.
qué dice el gato?
mbrearás con lápiz afilado
novias y la nieve,
rás las tonalidades grises
virás bajo cielos nublados.

la el gato.
qué dice el gato?
vestirás, como las patatas, de arpillera
el periódico de la tarde
arás el traje una y otra vez
tener nunca un traje nuevo.

la el gato.
qué dice el gato?
rarás la Marina,
cerezos, adormideras y hemorragias
nasales
rarás también esa bandera
parcirás sobre los geranios cenizas.

irás, sigue el gato diciendo,


iñones sólo, bazo e hígado,
grios pulmones sin aliento,
a orina de riñones mal lavados,
bazo rancio e hígado correoso,
un puchero gris: vivirás así.

n la pared, donde antes, sin pausa,


uadro verde rumiaba lo verde,
ibirás con tu lápiz afilado
etismo; escribe: ascetismo.
habla el gato: escribe ascetismo.
DIANA O LOS OBJETOS

ndo alarga la mano derecha


re el hombro derecho buscando la aljaba,
lanta la pierna izquierda.

ndo me hirió,
bjeto me hirió en el alma
es para ella un objeto.

su mayoría son objetos en reposo


tra los que, los lunes,
golpeo la rodilla.

en cambio, con su permiso de caza,


o se deja fotografiar corriendo
deada de perros.
ndo dice que sí y acierta,
rta a los objetos de la Naturaleza,
o también a los disecados.

mpre me he negado
jar que una idea sin sombra
era mi cuerpo que arroja su sombra.

sin embargo, Diana,


tu arco,
para mí objetiva y responsable.
PEQUEÑA
EXHORTACIÓN A ABRIR
MUCHO LA BOCA O
HABLA LA GÁRGOLA

en quiera
rar, exhalar la podredumbre
vivió largo tiempo tras la pasta de
dientes
rá que abrir la boca.

mos a abrir la boca


entregar a las autoridades
horribles dientes de oro
rompimos y quitamos a los muertos.
a derrocar y escupir
res gordos
hora que somos padres y estamos cada
vez más gordos—, habrá que abrir la
boca;

mismo que nuestros hijos, a veces,


en la boca y escupen, derrocando
ran podredumbre, los horribles dientes de
oro
s padres gordos.
FELICIDAD

autobús vacío
recipita en la noche cuajada de estrellas.
vez cante su conductor
iéndose feliz.
CUCHARAS Y
COCINEROS

án algunos que un chef es un chef.


vos, relavados y almidonados,
o la nieve y contra la pared,
cocineros son siempre olvidados
lo la cuchara en su mano
revuelve y fuerza a reconocer:
cocineros nos dan de comer.

o debiéramos hablar de sopas


a culpa no es de la sopa de berza—;
ambre es pretexto para cerveza,
astío lame cuchara y copas
enta pasos hasta la puerta.
muñecas se sobreviven,
allo muere antes que el cocinero
nta en otro lado, pero en la ciudad
an a veces los cristales.
muñecas se sobreviven,
allo muere antes que el cocinero.

culpa es de la carne, un chef sólo es alma.


iempo pasa y la carne no se ablanda,
a muy tarde, hasta el sueño durará
etida entre tus dientes acechará;
ulpa es de la carne, un chef sólo es alma.

dos se echaron, cada uno,


charon juntos en la cuchara,
sólo por ser hueca simulaba el sueño
ambién lo hueco era pretexto y
contradicción tan solo—,
ueño fue breve y, antes de que rebosara,
s dos —cada uno ya solo—
espumó la misma cuchara.

hay muerte que no lleve a la cuchara,


mor que, vaciado,
ufra por cucharas o tiemble en la cuchara,
re, en torno a qué, porque todo
e cucharas gira siempre en torno a
cucharas.

date cuchara, vete.


uien, cuchara, adónde la cuchara lleva.
én me revuelve, me revuelve adónde.
y otra vez a quién rasura.
date cuchara, vete… y no me digas
adónde.
endes cucharas a separar,
puedes evitar ya los cajones,
s la cuchara y te haces ilusiones,
es ser metal, pones buena cara
yes al vecino sin escuchar,
o cuchara yace contra cuchara.
ANNABEL LEE

Hommage à E. A. Poe

lé, cogiendo cerezas,


nnabel Lee.
cogía con torpezas
or vacas husmeada,
avispas picoteada,
estaba Annabel Lee.
quiero ya, decidí,
lar la rodilla así,
oger nunca cerezas
ecogerlas con torpezas—,
ampoco a Annabel Lee.
iendo libros, abriendo,
abel Lee.
s gallinas hendiendo,
e granos y cristales,
etrato había allí,
erido, Annabel Lee.
quiero ya, decidí,
libros o aves así:
ros abrir,
inas hendir,
cando retratos de Annabel Lee.
SATURNO

esta gran casa


esde las ratas,
conocen los desagües,
a las palomas,
no conocen nada—
o y sospecho muchas cosas.

ví tarde a casa,
con la llave
iso
e di cuenta, al buscar la llave,
que necesitaba una llave
a entrar en mi casa.

ía bastante hambre
e comí un pollo
las manos,
dome cuenta, al comerme el pollo,
que me comía un pollo
y muerto.

incliné entonces,
quité ambos zapatos
e di cuenta, al quitarme los zapatos,
que tenemos que agacharnos
ueremos
arnos los zapatos.

ía horizontal,
ándome un cigarrillo
pe en la oscuridad
alguien extendía la mano
ndo sacudí la ceniza
cigarrillo.

noche viene Saturno


tiende su mano.
mi ceniza
ava Saturno los dientes.
agarraremos
garganta.
INTERROGADO
INTERROGADO

s la cólera acuñada en moneda grande o


pequeña
jemplo favorito al que se daba azúcar—,
pués de tantos entonces y de dar la
voltereta
na cuerda floja que, a ratos,
ensaba —trabajo sin red—,
ero ahora, quiero sin falta…
Cómo van las cosas? —Han ido peor a
veces.
uviste suerte? —Sí, gracias al señuelo.
Y qué has hecho desde entonces?
s libros dicen cómo se hubiera podido
hacer mejor.
uiero decir, ¿qué hiciste tú?
tuve en contra. Siempre estuve en contra.
Y fuiste culpable? —No. Porque no hice
nada.
Has aprendido lo que se podía aprender?
. Con el puño aprendí qué era la goma.

Y tu esperanza? —Mintió al llamar verde


al desierto.
Y tu rabia? —Tintinea como el hielo en el
vaso.
a vergüenza? —Nos saludamos de lejos.
u gran plan? —Sólo la mitad compensa.
e has olvidado ya? —Recientemente, de
la cabeza.
Y la Naturaleza? —A menudo paso en
coche por delante.
os hombres? —Me gustan en el cine.
tán muriendo otra vez. —Sí, lo he
leído…
ién me enjabona? Mi espalda
resulta tan lejana como… ¡No!…
quiero usar más metáforas,
umiar, ni contar sílabas
perar a que la bilis escriba.
e sientes mejor ahora? —Las cosas tienen
mejor aspecto.
Más preguntas? —Pregunta lo que quieras.
ENTRE ANCIANOS

mo, a los noventa, mienten todavía


aplazan su fallecimiento
asta que se convierte en leyenda.

as manos moteadas
ancianos madrugadores
ue depositado el mundo.

Poder, muchas veces plegado,


os pliegues de una piel vieja
esprecian lo terso.

otros, entre ancianos,


s mordemos las uñas a ras
no sabemos crecer.
os, sabios y bondadosos,
os perduran, ascéticos,
pronto nos sobrevivirán.
MI GRAN SÍ
CONSTRUYE
FRASES CON UN
PEQUEÑO NO

Matrimonio

emos niños, eso hace dos.


i siempre vamos a cines distintos.
que nos vamos separando hablan nuestros
amigos.
ro tus intereses y mis intereses
inciden aún
los mismos puntos.
o es sólo preguntar por los gemelos de
puño.
mbién pequeñas atenciones como:
nme el espejo.
ambiar bombillas.
ecoger algo.
conversaciones hasta que todo ha sido
conversado.
emisoras que, a veces,
ben al mismo tiempo.
bería apagarme yo?
agotamiento simula armonía.
Qué nos debemos? Eso.
o me gustan: tus pelos en el retrete.
o después de once años nos lo pasamos
bien todavía.
una misma carne a pesar de estos precios
fluctuantes. Pensamos ahorrativamente
en calderilla.
a oscuridad me lo crees todo.
hacer y tejer de nuevo.
caución dilatada.
las gracias.
omínate.
césped ante nuestra casa.
hora estás siendo otra vez irónico.
es ríete.
rgate si puedes.
uestro odio es incombustible.
o a veces, distraídos, somos cariñosos.
que firmar
notas de colegio de los niños.
os deducimos mutuamente de los
impuestos.
asta pasado mañana hay tiempo.
ú. Sí, tú. No fumes tanto.

Adviento

ndo el Tío Gilito vuelve a cambiar de


trompetas,
gamos a su Jericó catalítico con bloques
de madera,
que el empate de nuestros padres
mutua retirada en caso de crisis
quieren superar
uerra limitada,
ecir, el umbral que va del dormitorio a la
escalada,
ue la Navidad está a la puerta,
ando el Tío Gilito lanza al mercado algo
nuevo,
máquina de estrujar y triturar
otras armas polivalentes. ¡Pum!
asta que una hora más tarde, ¡Tatatá!…
¡Paf! ¡Plop!
guerra convencional, localizada en el
cuarto de los niños
cala de una forma poco ortodoxa
os padres,
rque las compras de Navidad
lo permiten una distensión limitada,
Juanito, Jorgito y Jaimito
los sobrinos del pato Donald—
n cambiado por nada sus espadas y
escudos,
nunciando a su segunda y gradual,
ampliada disuasión mutua,
urmurando sólo mínimamente y dando las
gracias,
ndo el Tío Gilito juega otra vez con
petardos antiblindaje,
n nosotros, si somos buenos, a la
hecatombe,
que tenemos que comernos todo lo que
hay en el plato,
ue los niños tienen hambre en la India
enos juguetes y armas ABC
llevan nuestra diaria defensa anticipada
salón al bar de la casa, en el que nuestros
padres
astan el dinero que el Estado les da por
sus hijos,
a que se ríen de chistes sucios
plotan controladamente
or su propia mano,
mismo que nosotros sabemos montar
stras sirenas de alarma desmontables,
ando sea mayor un día y la mitad de rico
e el tío Gilito,
nzaré una auténtica guerra espasmódica
ntra todos los padres que por todas partes
se reúnen,
blando de tener o suprimir niños,
con Juanito, Jorgito y Jaimito
los sobrinos del pato Donald—
anificaré una familia
la que lo malo será bueno y lo bueno
malo
podamos ir al colegio
un Land-Rover de tracción a las cuatro
ruedas
no de misiles tremendamente absolutos,
ra que podamos lanzar el primer ataque;
que el tío Gilito dice siempre:
disuasión mínima, hasta hoy
la Nochebuena se acerca cada vez más—
nos ha hecho avanzar ni un paso de pato.
MIEDO SÚBITO

ndo en verano, con viento del Este,


agita el polvo de septiembre y, en un
periódico tardío,
os editoriales rozan la mística,

ndo las Potencias quieren cambiar de


cama
para controlarlos, pueden fabricar
biertamente nuevos artefactos,

ndo los excursionistas acampan en torno


al fútbol
a mirada juguetona de las naciones
efleja decisiones importantes,
ndo columnas de cifras obligan al sueño
un enemigo camuflado resopla,
través del sueño, arrastrándose sobre los
codos,

ndo en las conversaciones siempre la


misma palabra
rmanece ambiguamente en reserva
una cerillita se convierte en medio para
un Fin,

ndo al nadar de espaldas


alza hacia el cielo el cielo sólo,
a gente asustada busca la orilla,

miedo súbito flota en el aire.


EL REY LEAR

el vestíbulo,
odos los vestíbulos de hotel,
n sillón hundido,
lub o de cuero, pero de mimbre nunca,
e participantes prematuros de congresos
llones vacíos que desempeñan su papel,
vez saludado y en cualquier caso con
reserva,
e sienta, isla que los camareros
circunnavegan,
olvida nada.

duelo se complace en sí mismo


ríe con doce músculos de un lado.
oye mucho pero sí todo
ntradice a la alfombra.
ta mentalmente los estucos,
rtándolos con las cejas.
ta que pierden su revestimiento dorado
rgen ángeles barrocos.
glesia envía soplones;
ecesita comparsas.
ilmente lo imitan demasiados espejos.
hijas son anécdotas.

el Hotel Sacher llaman al señor Kortner.


eñor Kortner hace saber que está
ensayando.
el vestíbulo, en su sillón, alguien se hace
el muerto
reúne con Kent en el brezal.
DE LOS RESIDUOS BAJO
LAS UÑAS

qué hablar, del botón aún


s posos que quedaron,
eniceros, Luz y Sonido,
o que se dejó, sobró;
interés de las cuentas pequeñas
l tiempo que nos queda?

qué hablar, del amor?


qué? ¿Del amor otra vez?
qué? Como si sólo el amor contara
da uno no estuviera solo con sus heces,
o en el retrete
sus uñas: totalmente solo.
se abre al rascar, no se cura
umula residuos bajo las uñas:
me separaré, no me las limpiaré
ejaré todo instrumento
o: porque el amor va con avaricia
cama y la mesa, pero no se lava.

qué, si no del amor?


laré de las reservas, cuando somos
diligentes,
residuos grasos, negros y duramente
ganados,
uando estamos exhaustos
estras uñas, dos por diez,
n sucias de intercambiar miradas.
LLAMA ABIERTA

casa vacía a mis espaldas


a certeza de calcetines puestos a secar;
uera se esfuerzan tormentas de antiguo
conocidas.

pensamientos amiantados,
rgar en brasas ajenas, luego en cenizas;
orque el lado caliente tiene razón.

ceres y bonitas conversaciones


n la madera excitada y temerosa;
ácilmente me dejo convencer.

vegeta hasta que. Cierra,


erra de una vez la puerta.
Dentro todo se hace real.

chimeneas antes habitadas


eron ya abandonadas ayer.
Mañana, cabeza abajo, flotará el humo
frío.
INSOMNE

aliento erró el ojo de la aguja.


hora tengo que contar
shojar, bajando, las escaleras hacia casa.

o los corredores por los que me arrastro


embocan en fosos de agua,
os que renacuajos…
nta otra vez.

cinta parlotea al rebobinar su tercer


decenio.
cama sale de viaje. Y en todas partes
duana interviene: ¿qué lleva usted ahí?

s calcetines, cinco zapatos, un chisme


para la niebla…
cuentan en varios idiomas:
estrellas, las ovejas, los tanques, las
voces…
hace una suma provisional.
AMOR

esto:
nsacciones sin efectivo.
manta siempre un poco corta.
ontacto flojo.

car más allá del horizonte.


ar con cuatro zapatos las hojas muertas
otar mentalmente pies desnudos.
endar y tomar en arriendo corazones;
n la habitación con ducha y espejo,
n coche alquilado, con el capó hacia la
luna,
dequiera que la inocencia se baja
uema su programa,
na la palabra en falsete,
a vez diferente y nueva.

y, ante la taquilla aún cerrada,


urran, de la mano,
vergonzado viejo y la vieja delicada.
película prometía amor.
NO OS VOLVÁIS

vayas al bosque,
en el bosque está el bosque.
uien va al bosque
uscar árboles
o buscan ya en el bosque.

tengas miedo,
el miedo huele a miedo.
en huele a miedo
lido
héroes que huelen a héroes.

bebas del mar,


el mar sabe a más.
en bebe del mar
go tiene sólo
de océanos.

te construyas una casa,


que si lo haces, estarás en casa.
en está en casa
era
tas tardías y abre la puerta.

escribas cartas,
las cartas acaban en el archivo.
en escribe cartas
cribe
ue de él quedará un día.
CLAUSTROFOBIA

má. Vienen hacia mí


endo crujir los nudillos,
s niños de familias demasiado bien.

violencia toma la salida


educada, simpática y estudiantil,
preguntas inocentes: ¿Tiene fe?
dedo apunta: ¿Tiene esperanza?
amenaza anudada en corbata,
mo pregunta suplementaria: ¿Tiene
caridad?

ra se aflojan los nudos, ahora:


nillas de tamaño mayor que el natural.
s niños de familias demasiado bien.
está bien aquí, incluso aunque llueva.
o creyendo aún en los cigarrillos.
cebolletas son verdes, mi esperanza
también.
veces, cuando me distraigo,
mor me barre pacientemente con el
recogedor.

má. La alegría se fue


ando y hace tiempo que debía estar aquí.
man los ideólogos
os hijos de familias demasiado bien.
acercan. Quiero salir.
ORFEO

mo entonces me contaba entre el público,


senté en la fila diecisiete.
con las manos sobre el programa,
anté hasta poco antes del descanso:

ré al director de un trazo,
nté a la dentadura del piano, saqué un ojo
a la flauta
ené los cobres —¿de qué?— de plomo.
ía que depilar a la mitad de los
instrumentos.

ién me cortó entonces la película?


acomodadores recibieron poderes,
arrojaron violines, pecheras,
o lo que, pautado, vive de notas en blanco
y negro.

arpista, a pesar de ello mujer,


nclinó sobre mí, con un vestido caritativo.
sí penetré en sus cuerdas
lo entiendo ahora de dedos.

na bien, me hago el desentendido y me


guardo
pedirle a ella el programa.
CÓLERA,
DISGUSTO, RABIA

Impotencia

mos napalm y nos imaginamos el napalm.


mo no podemos imaginarnos el napalm,
mos sobre el napalm hasta que
emos imaginarnos más cosas al leer
napalm.
onces protestamos contra el napalm.
espués de desayunar, silenciosos,
mos en fotos lo que el napalm puede
hacer.
os mostramos tramas burdas
nos decimos: mira, napalm.
o hacen con el napalm.
nto habrá libros ilustrados a buen precio,
mejores fotografías
as que se verá con más claridad
ue puede hacer el napalm.
mordemos las uñas y escribimos
protestas.
ro, según leemos,
y cosas peores que el napalm.
ápidamente protestamos contra cosas
peores.
uestras justificadas protestas, que en todo
momento se nos permite
dactar plegar franquear, quedan
registradas.
mpotencia, ensayada contra fachadas de
caucho.
mpotencia en discos: canciones
impotentes.
Poder y con guitarra…
o, bien entramado y tranquilo,
oder se sale con la suya.

Hacer lo que sea

podemos mirar sólo.


que no podamos evitar nada,
mos que pronunciarnos.
z algo. Haz algo.
que sea. Haz algo).
era, disgusto y rabia buscan sus objetivos.
cólera se llama justa.
nto se habló de disgusto diario.
abia cayó en la impotencia: rabia
impotente.
lo del poema de protesta
ntra el poema de protesta.
a vez vi reclutas jurando bandera
los dedos cruzados para que no valiera).
otente protesto contra las protestas
impotentes.
rata de marchas de Pascua, del Silencio y
de la Paz.
rata de cien nombres buenos
o siete frases ciertas.
rata de guitarras y demás
rumentos de protesta que fomentan el
negocio del disco. Hablo de la espada
de madera y del colmillo que falta
oema de protesta.

mismo que el acero, la poesía tiene su


coyuntura.
earme abre mercados para los poemas
antibélicos.
costos de producción son bajos.
mese un octavo de cólera justa,
octavos de disgusto diario
nco octavos, para que predomine, de
rabia impotente.
que sentimientos medios contra la guerra
onsiguen baratos
desde Troya son invendibles.
z algo. Haz algo.
que sea. Haz algo).
desahoga uno: evaporada ya la justa
cólera.
equeño disgusto diario hace silbar la
válvula.
cólera impotente se descarga, llena un
globo
sube y sube, se hace más y más pequeño,
y desaparece.
n los poemas ejercicios respiratorios?
umplen esa función —y, prosaico como
mi abuelo,
pregunto qué función cumplen—
nces la poesía es terapia.
un arma el poema?
unos, sobrearmados, apenas pueden
andar.
nen que usar como vehículo
malestar por las circunstancias:
an a su destino, llegan a su destino:
mero al suplemento literario y luego a la
antología:
metáfora del napalm y sus variaciones
l poema de protesta de los años sesenta.
rata de poemas panfletarios.
usta cólera enumera la miseria y el terror.
isgusto diario encuentra una rima para el
pan que falta.
abia impotente consigue que se hable de
ella sin pausa.
z algo. Haz algo…).
embargo, hay leyes de la palanca.
o ellos reprochan a la piedra
no quiera moverse.
día siguiente, el desvalido estilo de la
protesta justificada provoca el estilo
eficaz del desmentido escurridizo.
que en cuanto al fondo suelen tener razón
o yerran demasiado en los detalles
s firmantes se distancian en voz baja
os autores y sus protestas.
sólo ladrones compran guantes).
que queda: malentendidos persistentes
mutuamente se citan. Rectificaciones
erróneas
aprenden de los conejillos de Indias
multiplican desaforadamente.
onces la piedra se apiada y hace
mo si la hubieran movido:
ntras que la cólera, el disgusto y la rabia
se interrumpen mutuamente,
especialistas del Poder
recen en público sonrientes. Pronuncian
conferencias bien documentadas
re el precio que la libertad exige:
re el napalm y sus efectos disuasivos;
re protestas justificadas y rabia
comprensible.
o está permitido.
mo el Poder sólo respeta el Poder,
uede protestar impotentemente
a que ya no se puede más
que el estrépito molesta.
otros, sin embargo, despreciamos el
Poder.
somos poderosos, nos aseguramos
mutuamente.
Poder, nos complace la impotencia.
queremos el Poder; pero él nos tiene…
ra la justa cólera se siente
incomprendida.
isgusto diario desemboca en marchas del
Silencio,
viamente anunciadas y autorizadas.
abia impotente da vueltas en círculo.
o provoca la cólera, igualmente justa,
ndignados policías:
abia impotente se vuelve agresiva.
uño se convierte en cabeza
ensa en golpes bajos y ganchos al hígado
con dureza de nudillos.
z algo. Haz algo…).
o ello hace escuela y es acariciado
peado subvencionado por el Poder.
piedra que había que desplazar
a, inmóvil, moho.
a seguir así? —Sí, aunque en círculo.
é podemos hacer? —No cualquier cosa.
qué hacer con la rabia? —Conozco una
receta:
vad clavos en la barrera del sonido.
apitad dientes de león y velas.
oned vuestra voluntad desde el sofá.
guimos teniendo rabia.
dos estamos ya roncos.
guimos estando inútilmente contra todo.
Qué nos queda por hacer?
Qué hacer con la rabia?
algo. Haz algo.
emos que hacer —haz algo—
que sea.
mos, protestamos rápidamente.
e no quiere protestar.
mos, firma, y rápido.
empre estuviste en contra.
uien no firma, está a favor.
la es la rabia en el cercado
s de que le den de comer.
ante mucho tiempo la impotencia corrió
bajo la lluvia,
ra se está secando las medias.
ia y válvula, y por encima una canción;
otencia, tu ojo de aguja es la canción:
rque no puedo hacer nada,
rque no puedo hacer nada,
ngo rabia, tengo rabia.
az algo, haz algo.
que sea. Haz algo.
nemos que, lo que sea,
sirve de na, no sirve de na,
nemos que hacer —haz algo—
o que sea.
cha silenciosamente en protesta.
o he hecho. Ya lo he hecho.
ribe un poema.
o he escrito. Ya lo he escrito.
ina una gelatina. Cabeza de jabalí:
la impotencia se haga gelatina y la rabia
tiemble con ella.
ozco una receta: ¿quién la quiere hacer
conmigo?

Cabeza de jabalí

coge media cabeza de cerdo


a y carrillo incluidos,
hace picar el partido hocico, el arranque
de la oreja,
ráneo y la mandíbula,
iéndolo todo con dos patas hendidas,
s que hay que quitar antes el sello azul
a inspección del matadero,
cebolla mechada de clavo, una gran hoja
de laurel,
manita de niño de granos de mostaza
a cucharada rasa de rabia media,
gua hirviendo con sal,
dando de que,
na cacerola grande, todos los
ingredientes
den cubiertos apenas por el agua,
que el lóbulo de la oreja, porque si no,
se pegará,
e aplaste contra el fondo del cacharro.
deja cocer una hora y cuarto,
endo aconsejable que, después del primer
hervor,
quiten con la espumadera
s secreciones parduzcas y espesas
l interior del hocico, así como del
pabellón de la oreja
del cráneo partido,
in de obtener una gelatina limpia
nque menos sabrosa,
bre todo porque la rabia, pronto cuajada
en protesta
mo toda pasión impotente, o sea
albuminosa,
nde a comunicarse en blancas partículas
con la espuma
desde el principio no se revuelve
continuamente.
etanto se pican cuatro cebollas
os manzanas
adas y sin corazón,
más finamente posible,
ortan dos pepinillos en salmuera
unca pepinillos con eneldo, mostaza o
vinagre—
aquitos diminutos,
ritura con el pensamiento y el mortero
ueco de clavícula de pimienta negra
deja que la rabia sobrante,
diéndole raíz de jengibre
poco de corteza de limón rallada,
iga haciendo impotente a fuego lento.
n cuanto —tras un pinchazo de prueba en
el carrillo—
té blanda la carne de la cabeza,
hayan aflojado ya las muelas en las
encías,
nque todavía se agarren,
os trozos de piel más generosos en
gelatina
la oreja y de los bordes partidos
las añadidas patas comiencen a
desprenderse,
cogen todos los ingredientes,
mismo que la cebolla mechada de clavo
a hoja de laurel de la cacerola,
buscan en el fondo con la espumadera
s astillas de hueso
os incisivos que fácilmente se
desprenden,
í como la arena crujiente y guijarrosa
l pabellón de la oreja y, mientras el caldo
gue haciéndose a fuego lento,
deja enfriar todo en una fuente,
ser posible ante la abierta ventana de la
cocina
entornando los ojos.
onces hay que desprender de los huesos
partes blandas del hocico,
arrillo con su ojo incrustado
carne de debajo.
e recomienda no renunciar a las blandas
firmes partes cartilaginosas,
i al gelatinoso revestimiento de la oreja,
ue puede rasparse fácilmente con el lomo
del cuchillo
e la oreja en sí,
orque precisamente esas partes,
o mismo que las encías laminosas
el arranque córneo de la lengua
ue conduce al esófago y la tráquea,
an a nuestra gelatina
l sabor especial y apasionado de la
gelatina.
mpoco hay que tener miedo de dejar que
las manos,
durante el trabajo se cubren enseguida
una película de gelatina,
rreen una y otra vez sobre el humeante
caldo,
que el proceso de gelatinización natural
e así reforzado;
ue nuestra cabeza de jabalí
e endurecerse por sí sola y por la
comunicada rabia
a, sin Poder ni cola de pescado añadidos.
ego se corta en tacos la grasa y la carne
sprendidas de los huesos,
ambién los cartílagos y partes blandas,
se echan al caldo con la cebollas y las
manzanas picadas,
s pepinillos en taquitos diminutos,
pimienta negra machacada
un buen puñado de alcaparras.
vinagre de estragón —al gusto—
orporado a cucharadas
e recomienda echar mucho vinagre,
que se debilita en frío—,
eja cocer todo otra vez,
diendo sólo entonces,
una breve vacilación,
abia que, entretanto,
abrá espesado
ego lento,
la ya insípida raíz de jengibre,
llena entonces una fuente de loza
viamente enjuagada en agua fría.
coloca todo en un lugar fresco,
ser posible aireado
se invita para la noche siguiente
huéspedes amables
e sepan apreciar
a cabeza de jabalí de fabricación casera.
data ahorrativa: Quien no guste de que las
cosas se echen a perder,
haga cocer de nuevo
grandes cartílagos y huesos,
como las patas partidas,
sazone todo con mejorana, zanahorias,
apio y,
ueda algo de rabia en casa,
punta de cuchillo de esa rabia,
que de esa forma se consigue una sabrosa
sopa
con nabos, cebada y otros pesares
on guisantes pelados,
de servir en las familias numerosas
omida simple pero nutritiva.

Epílogo

usta cólera ha encontrado ya su sastre.


omingo plancha el enojo cotidiano,
, con la sopa se recoció, impotente, la
cólera.
xhaustos y domados nos sentamos
apaciblemente en torno a la mesa.
s pequeñas ganancias alegran al padre; la
preocupación exige recortes,
rque en nuestra casa, punto por punto,
todo se vota.
la epilepsia nos hace caer en la
impotencia.
avía se tienen en cuenta las protestas
—si se insiste—, se recogen en acta.
ay una propuesta de abstención:
e nunca más pueda protestarse sin tener
Poder.
voz, porque no tenemos quorum,
pendemos la sesión hasta mañana.
NEUE MYSTIK

o pequeño panorama de las


condiciones utópicas
después de la, por ahora, última
revolución cultural

ndo nuestros cuestionarios mostraron


espacios en blanco
s poderes establecidos se acercaron
perplejos,
menzó la fusión de todos los sistemas con
la telepatía.

ntras los escépticos se mantenían aún


apartados,
olcaron ya mesas nacionalizadas,
nvocaron espíritus, alimentándolos
Hegel y otros místicos,
a que se oyeron golpes y hubo una
respuesta legible.

aquella asamblea de espiritistas leninistas


en Lourdes
os grupos de trabajo se ocuparon del
Tibet progresista
los logros de Therese von Konnersreuth
ayuda del método de Schrenck-Notzing,
lamó al orden a los representantes de la
decadencia ilustrada:
delante, Pentecostés cayó siempre en el
primero de mayo.

año siguiente,
ante la Semana Santa telepática,
neros zen,
dos por socialjesuitas
cuatridimensionales,
uidos por vacas indias
or el gran Sensible de sociedades hindúes
astrales,
aron el céreo cadáver de Stalin a Roma,
por etapas.
ndo, siguiendo instrucciones paladinas
sapia Paladino, nacida en 1854 en
Nápoles,
ium y precursora de la Nueva Mística)
abía encontrado en la ventosa isla de
Gotland
médium de cabello rubio,
proclamada heroína del misticismo
socialista
oco después de aquel trágico accidente de
automóvil
ocialdemócratas dispersos
visionistas marxistas
fesaron luego el atentado—,
onizada.

contrarrevolucionarios concentrados
Texas y la Mongolia exterior,
a ser reeducados en las mesas de campos
de protección
disminuyendo en adelante
eunión en reunión.

stro círculo plenario de psicocinesis


dialéctica está en sesión permanente.
que todavía responde la Santa.
mundo se sienta en torno a una mesa y le
pide consejo.
, la irracional, nos desarma,
, la telecinética, nos ayuda a cumplir la
norma,
, la oculta, nos alimenta y administra,
o ella, la partidista e infalible,
, la bienaventurada y dolorosa,
, la sensible encantadora,
a nuestros cuestionarios,
nombres a nuestras calles,
limpia a fondo,
libra de nuestras dudas
s quita el dolor de cabeza.
adelante no debemos ya pensar
limitarnos a escuchar
terpretar sus señales.
CASTILLO DE ARENA
MOJADA

punto de mira bajo y preguntas certeras


girá siempre el horizonte:
ndo dejé el estrado de los testigos,
tra la pared, frente al tribunal,
onde fronteras contradicen ríos,
is mil metros sobre la contaminación,
asa, el peluquero echó el aliento
spejo y escribió con el dedo:
cido cuándo? Vamos, dilo, ¿dónde?
tá al nordeste, al oeste de
sigue alimentando a los fotógrafos.
llamó antes así y ahora se llama asá.
lí vivieron hasta que, desde entonces,
vivieron.
deletreo: Wrzeszcz se llamaba antes.
casa quedó en pie, sólo el revoque.
cementerio al que yo, no existe ya.
onde entonces vallas, hoy puede entrar
cualquiera.
n góticamente imagina Dios las cosas.
rque se pueden tener otra vez por mucho
dinero.
onté gabletes, ninguno faltaba:
Edad Media se recupera.
lo ese monumento de la cola de caballo
ha ido hacia el oeste huyendo.
das las sintonías de radio preguntan;
que cuando yo, entre conchas, jugaba con
la arena,
ndo encontré una lápida sepulcral junto a
Brentau,
ndo removí papeles en los archivos
el hotel, a la pregunta en cinco idiomas:
cido cuándo y dónde, por qué?,
upe qué responder, confesó mi lápiz:
e en la época del marco-renta.
quí, cerca del Motlava, un afluente,
nde Forster bramó y Hirsch Fajngold
guardó silencio,
uí, en donde gasté mis primeros zapatos
cuando pude hablar,
rendí el tartamudeo: arena, empapada,
ra hacer castillos, hasta que mi Grial
infantil
alzó góticamente, derrumbándose.
e apenas veinte años después de Verdún;
uve treinta años de plazo, hasta que mis
hijos
e hicieron padre; olor de establo
ne ese idioma, instinto de coleccionista,
ando pinchaba historias, mariposas,
pescaba palabras que temblaban como
gatos
bre madera flotante y, al llegar a tierra,
rieron doce pequeños: grises y ciegos.
cido cuándo? ¿Y dónde? ¿Por qué?
lo he arrastrado de un lado a otro,
dido en el Rin, enterrado junto a
Hildesheim:
o unos buceadores lo encontraron y, con
jaulas,
eron a la luz los antojos despojos.
ayas de hayuco, ámbar, polvos
efervescentes,
ta navaja y la calcomanía,
a pieza de la pieza, cifras de tonelaje,
nuteros, botones, monedas,
ra cada lugar una bolsita de viento.
i oficina de objetos perdidos me enseña a
embaucar:
ores, umbrales desgastados,
udas prescritas, pilas
ntentas sólo en las linternas
nombres que son sólo nombres:
friede Broschke, Siemoneit,
uschnerus, Lusch y Heinz Stanowski;
mbién Chodowiecki y Schopenhauer
cieron allí. ¿Cuándo? ¿Por qué?
en Historia siempre fui bueno.
guntadme sobre pestes y carestías.
o de carrerilla tratados de paz,
stres de órdenes, la miseria sueca,
nozca a todos los Jaguellones
das las iglesias, desde la de San Juan
a la, de ladrillo rojo, Santísima Trinidad.
Quién pregunta dónde aún? Mi acento
báltico malicioso hogareño.
Cómo hace el Mar Báltico? Blubb, pifff,
pshsh…
n alemán, en polaco: blubb, pifff, pshsh…
ro cuando pregunté a los funcionarios
el encuentro de refugiados en Hannover
nsino de fiestas populares,
mentado por autobuses especiales y por
trenes,
habían olvidado de cómo hace el Báltico
hicieron rugir al Atlántico;
insistí: blubb, pifff, pshsh…
entonces todos gritaron: ¡Muera!
a renunciado a derechos humanos y
pensiones,
ndemnizaciones, a su ciudad natal,
cuchad su acento:
o no es el Báltico, eso es alta traición.
errogadlo bajo tormento, traed la Torre
de los Condenados,
tiradlo, a la rueda, cegadlo, quebradlo y
quemadlo,
nedle tornillos en la memoria.
ueremos saber dónde y cuándo.
en el Dique de la Paja ni en el Prado
Vecinal,
n el Barrio del Pebre —¡ay, si yo hubiera
nacido
e los graneros del Holm!—
rrió junto al riachuelo Striess, cerca del
to del Ejército, y hoy la calle se llama
olaco Lelewela… sólo quedó, quedó
úmero a la izquierda de la puerta.
rena, empapada, para hacer castillos:
Grial…
ido en el castillo de arena, al oeste de.
queda al nordeste y al sur de.
la luz cambia mucho más aprisa que en.
gaviotas no son gaviotas, sino.
mbién el río de la Leche, tributario del
Vístula,
a con miel bajo multitud de puentes.
autizado vacunado confirmado
escolarizado.
o he jugado con fragmentos de bombas.
me crié entre el Espíritu Santo
el retrato de Hitler.
e quedaron en los oídos sirenas de
barcos,
ases truncadas, gritos contra el viento,
gunas campanas intactas, fogonazos
algo de ese Mar Báltico: blubb, pifff,
pshsh…
VERMONT

ejemplo, verde. Un verde en


contradicción consigo mismo.
erde se arrastra montaña arriba y
conquista su mercado;
de baratas pueden conseguirse aquí las
casas blanqueadas.

uien se haya imaginado esto, se le


ocurrirá,
ejemplo, siempre un verde nuevo
azos y que nunca se repite.

herramientas descansan, vencidas por el


verde,
que el óxido era la decisión más roja
a ese hierro que hoy es chatarra.

imos cortafuegos, pero el verde nuevo


ció mucho más aprisa que
ás verde, por ejemplo, que el rojo.

ndo se vomita ese verde.


ejemplo en otoño: los bosques se ponen
ocado y emigran.

estuve una vez en Vermont, todo es verde


allí…
FALSA BELLEZA

e silencio,
decir, el tráfico que allá lejos se ensaña
consigo mismo,
me gusta,
ta chuleta de cordero,
nque entretanto esté fría y sebosa,
me gusta,
vida.
iero decir el espacio entre ayer y la
mañana del lunes,
me vuelve a divertir:
me río de las chirirvías,
estro conejillo de Indias me recuerda el
rosa.
alegría quiere inundar mi mesa,
pensamiento,
fin y al cabo un pensamiento,
ube sin levadura;
y yo me alegro,
porque es falso y es bello.
MARZO

a vez están mezclando cemento.


las oxidadas armaduras del hormigón se
deshielan
últimas inhibiciones y las piezas
prefabricadas
frecen en posición de firmes:
. Adáptate. Ven. Adáptate.
uando mi rabia dobló el horizonte,
ando no quise tragarme la basura,
ando, con pequeños verbos agudos,
rté los neumáticos —¿por qué estaciona
aquí?—,
ando obligué a pasar el budín por el
cedazo fino
e aporté la prueba de su rosada parte
contraria
ando, cazando sombras, cobraba
mo cazador de sombras y pagaba
impuestos como tal,
ando, hacia el cielo,
avé las uñas en bancos recién pintados,
ando plegué papel garrapateado con odio
hice barquitos que dejé flotar,
ando el amor me arrojó un hueso
mi lengua se imaginó un sabor,
ando decidí cuidar el herpes zoster con
ensalmos,
lo porque al marchitarse da tres gramos
de placer,
ando, lloviznaba, lamí el bronce
temeroso de los umbrales, declaré santos
los coños,
ando mis dedos entraron en celo
a lo largo de la barraca, cubrieron todos
los nudos,
ando enseñé a las máquinas de
marcianitos, a empujones,
sonar hasta el game over,
ando toda cuenta por debajo de la raya
rojaba menos sesenta y nueve,
ando yací con palomas y tuve que jurar:
unca volveré a hacerlo con gaviotas!…
uando cubrí una oreja y pedí indulgencia:
os ángeles son demasiado secos y
estrechos!…
uando sólo haciendo el pino era capaz de
decir:
quiero. Te quiero…
ndo se desabotonó y protegió de la
polilla
orro de invierno de los abrigos,
ndo el invernadero vomitó en colores…
usieron los altavoces en marzo…
ndo se pelearon cosquillas arañazos peces
y puerros,
lló la primavera:
oy harto. Ven. Desnúdate.
Günter Grass, nacido en 1927 en la
ciudad báltica de Danzig (actualmente
Gdańsk, en Polonia), se hizo escritor
después de haber recibido una sólida
formación como escultor y dibujante. Su
obra comprende poemas, dramas y,
sobre todo, novelas. El tambor de
hojalata (Alfaguara, 1978) es una de las
obras maestras de la literatura europea
y, como arquetipo de la generación que
sobrevivió a la guerra, la mejor novela
alemana de este siglo. Con El gato y el
ratón y Años de perro compone la
famosa «Trilogía de Danzig», que dio
renombre universal a Grass. Otra de las
grandes novelas que cimentaron su fama
es El rodaballo (Alfaguara, 1980), en
donde el mito se hace realidad. Es
cuento largo (Alfaguara, 1997) es un
demoledor libro sobre la unificación
alemana por cuya traducción Miguel
Sáenz obtuvo el Premio Aristeion de
Traducción 1998. Pero la obra literaria
de Grass, en prosa y verso, es ya
inmensa. Hombre político y siempre
comprometido con cualquier causa justa,
Grass ha sido objeto de muchos ataques.
Lo que nadie discute es su talla de
escritor, muchas veces propuesto y —
por razones inexplicables— pospuesto
para el Nobel. Günter Grass ha obtenido
el Premio Príncipe de Asturias de las
Letras 1999.

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