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Estimados compañeros y Licenciada, a continuacion mi aporte principal al foro.

¿Cuál es el tipo de política fiscal y política monetaria que se está implementando en la economía
hondureña? 
La Política Fiscal y la Política Monetaria son dos instrumentos que el gobierno usa para influir en la
economía hondureña, la política monetaria usa las tasas de interés y el suministro de dinero, y la política
fiscal se refiere a los impuestos y gastos que usa el gobierno para estimular la economía.
a. La política fiscal En 2020: los ingresos totales del gobierno central sufrieron una disminución real del
18,5% (−2,8 en 2019). La caída se explica por la significativa reducción de los ingresos tributarios
(−20,4%) como consecuencia de la contracción de la actividad económica y la puesta en marcha de
distintas medidas de alivio fiscal: la prórroga hasta el 31 de agosto de la declaración y el pago del impuesto
sobre la renta correspondiente al año fiscal 2019, el descuento del 8,5% para los contribuyentes que
pagaron el 30 de abril de 2020 y la prórroga de los pagos a cuenta del impuesto sobre la renta
correspondientes al año fiscal 2020. 
 
En el primer trimestre de 2021, los ingresos totales del gobierno central registraron un
crecimiento interanual real del 10,9%, ante el incremento de los ingresos tributarios (13,5% real
interanual). Esto se debió, en parte, a la recaudación de la cuota de pagos a cuenta del impuesto
sobre la renta correspondiente a diciembre de 2020, que se pospuso para enero de 2021. 
 
a. La política monetaria y cambiaria: La política monetaria de Honduras tuvo una orientación expansiva en
2020. El banco central redujo la tasa de interés de política monetaria en cuatro ocasiones (10 de febrero, 24
de marzo, 3 de agosto y 27 de noviembre) por un total acumulado de 250 puntos básicos, ubicándola en el
3,0%. Además, disminuyó el costo de fondeo para el sistema bancario, redujo las inversiones obligatorias
en moneda nacional a un 0,0% y recortó la tasa de encaje legal del 12,0% al 9,0%. 
b. Por otra parte, se crearon fondos de garantías para otorgar préstamos a los sectores agrícola y empresarial,
en los que el Gobierno garantizó entre el 65% y el 90% del monto del crédito que otorgaban las
instituciones financieras. La rebaja de la tasa de referencia tuvo una transmisión limitada al resto del
sistema financiero. La tasa de interés activa anualizada al cuarto trimestre de 2020 fue del 16,79% (12,48%
real), frente a un 17,34% (12,82% real) en el mismo trimestre de 2019. La tasa de interés pasiva fue del
4,35% (0,50% real), frente a un 5,0% (0,96% real) en 2019. 
 
Durante el primer semestre de 2021, la tasa de interés de política monetaria se mantuvo en el 3%.
El tipo de cambio nominal promedio mensual en mayo mostró una apreciación del 0,6% respecto
de diciembre de 2020, ubicándose en 24,16 lempiras por dólar. En el primer trimestre de 2021, la
tasa de interés activa fue del 16,46% (11,98% real) y la tasa de interés pasiva se ubicó en el
3,93% (−0,07% real). El crédito durante los primeros cuatro meses del año aumentó a una tasa
interanual del 3,5% (frente a un 8,6% en el mismo período de 2020).
 
¿Cuáles han sido algunas medidas de política monetaria y fiscal para solventar la crisis por el
COVID-19?
Con el objetivo de velar por el mantenimiento del valor interno y externo de la moneda nacional y
propiciar el buen funcionamiento de los sistemas de pagos y financiero del país, el Directorio del BCH
aprobó el 19 de marzo de 2020 el Programa Monetario (PM) 2020-2021, en el que se determinaron las
principales medidas adoptadas como ser: reducción paulatina de la Tasa de Política Monetaria (TPM), en
un total acumulado de 250 puntos básicos (pb) en el año, propiciando la reducción del costo de
financiamiento y flexibilizando las condiciones financieras, desde 5.50% en enero hasta ubicarla en
3.00%, a partir del 27 de noviembre de 2020; disminución de 3.0 pp en el encaje legal en moneda
nacional (MN), pasándolo de 12.0% a 9.0% y establecer en 0.00% la tasa de interés aplicable a las
Facilidades Permanentes de Inversión (FPI). Por su parte, para las ventanillas de fondeo del sistema
financiero, para las Facilidades Permanentes de Crédito (FPC) se redujo el diferencial con respecto a la
TPM en 50 pb, para los reportos el diferencial se disminuyó en 25 pb con respecto a las FPC, ubicándose
en 3.50% y 4.0%, respectivamente. 
En el diseño de la política fiscal para el período de duración de la pandemia, hay que tener presente que
gran parte de la recesión no es una consecuencia indeseada de la pandemia, sino que es una respuesta
provocada de política pública de disminuir la presencia laboral y que fue diseñada para salvar vidas. Es
decir, los ciudadanos y sus gobiernos deciden pagar el costo de aislarse y sacrificar ingresos para salvar
sus propias vidas y las del resto de la población. Desde el punto de vista económico, esta decisión es
plenamente racional, ya que es altamente rentable socialmente y justifica un intervalo -limitado- de
aislamiento y medidas fiscales que lo acompañan.
En esta etapa, la política fiscal se enfoca en dos objetivos principales:
1. Asignar recursos suficientes al sector salud para que se pueda atender la emergencia sanitaria.
2. Proveer “alivio” a los hogares, principalmente a aquellos más vulnerables, incluyendo además medidas
para proteger a las firmas que los emplean, para evitar despidos masivos. En el diseño de estas políticas de
apoyos a hogares y firmas es importante asegurar que los apoyos que se introducen sean temporales, ya que
las políticas fiscales de apoyo a hogares suelen presentar dificultades para ser revertidas.
Al cierre del año, el gasto para atender la pandemia de COVID-19 sumó 10.528 millones de lempiras
(425,3 millones de dólares): un 61,9% se destinó a la adquisición de insumos y equipos médicos, y a la
habilitación de espacios para la atención de pacientes con COVID-19; un 37,7% se orientó a la asistencia
social, mediante programas de transferencia de alimentos y seguros de desempleo, y un 0,3% se destinó a
programas de reactivación económica. A diciembre de 2020, el gasto para hacer frente a los daños
ocasionados por las tormentas tropicales ascendía a 964,3 millones de lempiras (38,9 millones de
dólares), lo que equivale a un 60% del presupuesto autorizado para dicho fin.

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