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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para Educación Universitaria Ciencia y


Tecnología

Universidad Bolivariana de Venezuela

P.F.G. en Estudios Jurídicos

U.C Pueblos indígenas y sistemas jurídicos

Prof. Tania Eliaz

El peritaje antropológico, su coexistencia con la administración de


justicia estatal y el caso del comunero Vitemo Velazco Campo.

Alexander Natera V- 15404055

Eleazar Sulbarán V-17117236

Janeth Polanco V-6072902

Sección 31-01 N
DESARROLLO

Desde el punto de vista técnico, la labor del perito antropólogo es


fundamental para determinar lo que ha originado un hecho en particular, así
como los efectos que este suceso ha generado y esclarecer si este evento
en realidad pasó o pudo pasar. Por ende, tiene que concretar los puntos
sobre los que debe enfatizar en su trabajo, para lo que debe contar con la
pericia suficiente para ello, empleando conocimientos en distintas materias.
En este sentido, puede hacer referencia a hechos ante los que se
desenvuelve como un especialista en la materia, pudiendo evaluar los daños
y perjuicios a los que haya lugar, si estos ocurrieron.

Es necesario destacar, que esta labor se puede reflejar a lo interno de las


etnias indígenas o de los grupos étnicos, cuyas comunidades tienen
costumbres o modus viviendi distintos a los de la sociedad actual, pero con
su conocimiento cultural pueden realizar interpretaciones sobre cualquier
evento o hecho, motivo por el que han sido tomado en cuenta como peritos
por un juez.

En este sentido, una prueba judicial antropológica es vista como una


intermediación admitida de manera formal por la jurisdicción ordinaria, que es
llevada a cabo por un antropólogo, de acuerdo al caso y la situación que se
presente, laborando dentro de este proceso ya sea como un como perito
perceptor, perito evaluador, e incluso, realizando ambas funciones en un solo
caso, ya que el antropólogo está preparado para tomar en cuenta a una
diversidad de criterios que ha aprendido para consolidar un conjunto de
conocimientos, gracias a una variedad de afirmaciones a aplicar en un
momento dado.

Esta prueba de carácter antropológico, puede ser usada mediante una


exposición en la que se muestran los elementos culturales inherentes a los
hechos ocurridos, que son una manifestación real y legal del pluralismo
jurídico, oponiendo resistencia a una forma única de vivir dentro de una
sociedad y de apuntalar lo que puede ser antijurídico. De ahí la importancia
vital de la prueba antropológica, porque ayuda a crear espacios para
salvaguardar otras formas de administrar la justicia, mediante la valoración y
el reconocimiento de otra clase de derechos incorporados en formas de
convivencia social distintas a la que habitualmente conocemos.

En fin, el trabajo del perito antropológico puede aludir a otros discursos


desde una perspectiva cultural, para abordar los marcos de carácter
conceptual y teórico que describen al derecho y que determinan su
entendimiento, ya que no se trata exclusivamente de enseñar, exhibir,
conseguir alguna equivalencia con la forma en que una cultura funciona, para
comprender un hecho, sino procurar la contraposición de un par de saberes,
tanto el del juez como el del perito, quienes de manera antagónica buscan
discurrir los pasos para encontrar un conocimiento sobre algo en particular.

Ejemplo de lo que puede ser el trabajo de un perito

Partiendo que el perito trata de explicar a la autoridad judicial y administrativa


lo que significa un hecho dentro de una cultura que en realidad es ajena a
cualquier sociedad actual o moderna, podemos tomar como ejemplo el caso
de los Nasa, quienes conocieron a través de los españoles en el siglo XIX al
fuete. Se trata de un implemento que sirve para que quien haya infringido las
normas, perciba la recepción e imposición de una sanción social ocasionada
por su conducta, aparte que es algo que persuadirá a terceros para que
estos no cometan otras faltas.

Cuando los españoles impusieron al fuete, este fue pensado como un


concepto dentro del modo de vida de este pueblo, enmarcado precisamente
en la visión de la cultura que tienen, motivo por el que su forma se parece a
la de un rayo, mostrándose como un serpenteo, ondulación o zigzag, de
manera que cuando este fuete toca el cuerpo, la persona debe experimentar
un paso de la oscuridad hacia la claridad.

Entonces, el perito antropológico debe demostrar el por qué del empleo o de


la eliminación de una norma previamente establecida para un caso,
buscando el establecimiento de responsabilidades y para zanjar cualquier
controversia, motivo por el que se implementa la prueba, cuyo objeto
principal implica la comprensión del contexto cultural, siendo este la más
apropiada, ya que nada se puede justificar o explicar fuera de tal contexto, en
cuanto a que no se hace referencia a los hechos sino a la realidad de la
cultura de, en este caso, el pueblo nasa, y así describir la forma en que sus
integrantes conviven.

Esto es algo muy distinto a la forma en que actúan los órganos de


administración de justicia de cualquier país, quienes al momento de realizar
algún seguimiento a una norma jurídica, emplean un esquema que consiste
en lo siguiente: Todo se inicia con un hecho en particular, considerado como
delito, por lo que se generarán una serie de consecuencias estipuladas en la
ley como sanciones o condenas.

Es aquí cuando se comprende que la aplicación del derecho implica en la


determinación de las consecuencias de carácter jurídico para unos hechos
determinados, a través de una decisión judicial, solo que la existencia de
estos hechos se ha controvertido por las partes que se enfrentan dentro de
un proceso judicial, lo que induce al juez a tomar una decisión probatoria
para afirmar que un hecho en particular sucedió en determinado momento.

Caso del comunero Vitelmo Velazco

Sucedió el gobernador y representante del Cabildo Indígena de la Laguna de


Siberia, decidió interponer una acción de tutela, por considerar que a la
comunidad que representa se le vulneraron sus derechos al debido proceso,
así como a la integridad étnica y cultural y social, al igual que a la autonomía
indígena y al derecho de participación de las comunidades indígenas en las
decisiones que las afecten.

Es necesario destacar, que Vitelmo Velasco Campo (quien se desenvuelve


como comunero dentro del cabildo del cual es gobernador el demandante),
laboró como conductor de un camión entre el 1 de agosto de 1998 y el 22 de
diciembre de 2001. Como trabajador, instauró una demanda contra el
Cabildo para que le pagaran sus acreencias laborales. Por ende, el tesorero
del Cabildo indígena (quien actuó en nombre de Velasco), propuso un
conflicto de jurisdicciones para que el asunto fuera remitido a la jurisdicción
especial indígena.

Pero esta petición fue negada por el juez de instancia y se ordenó continuar
con el trámite del proceso, dictando sentencia el 16 de junio de 2005 con la
que se condenó al Cabildo indígena de la Laguna al pago de sumas de
dinero por acreencias laborales, tales como cesantías, primas, indemnización
por despido injusto e indemnización moratoria. Además, el Tribunal Superior
del Distrito de Popayán conoció del recurso de apelación contra la sentencia
mencionada y confirmó la decisión.

Entonces, el demandante consideró que los jueces de instancia dentro del


proceso ordinario en el ámbito laboral, no poseían la competencia para
pronunciarse en este caso, usurpando asi la competencia del Consejo
Superior de la Judicatura para decidir sobre el conflicto de jurisdicciones
planteado en el proceso, porque el Juzgado Primero Laboral del Circuito de
Santander de Quilichao incurrió en una vía de hecho al decretar la nulidad de
lo actuado por falta de jurisdicción y enviar el proceso a la autoridad
tradicional, dado que usurpó la jurisdicción y actuó sin ella, lo cual implicó
una serie de afectaciones a los derechos fundamentales al debido proceso,
al respeto a la autonomía indígena y al ámbito territorial indígena. La decisión
del juez afectó a la comunidad entera y dentro del ella a su cabildo
comprometido con la comunidad.

Ante esto, surge una interrogante planteada por el magistrado que hizo la
ponencia en este caso, sobre la forma en que los indígenas Páez entienden,
perciben, abordan y definen los servicios o colaboraciones de un miembro de
la omunidad para la misma y el sentido que tienen.

Para ello, el peritaje antropológico puede darnos una buena explicación, ya


que al igual en toda sociedad, estos indígenas comparten sistemas de
clasificación que abarcan categorías diferentes de tiempo, espacio, colores,
ubicación de seres vivos y muertos, de seres espirituales, de formas, texturas
dentro de una gran diversidad de realidades que forman parte de su forma de
vida. También, disponen de conocimientos sociales plenamente reconocidos
y que orientan algunas acciones a sus miembros, las cuales hacen parte del
acervo cultural, puesto que permiten comunicarse y generar algún sentido.

Los pueblos indígenas, mestizos y afrodescendientes que están en la zona,


no son partidarios de los servicios y colaboraciones que se han
institucionalizado.

Más bien, emplean la expresión Nyus cha peica’cha puehia nen yu, que
significa “por estima a lo más grande ven a darme una ayuda”, forma en que
los paeces piden servicios o colaboraciones, como una forma de aludir a
sentimientos, fomentar la intercomunicación entre las personas, y sobre todo,
pedir una ayuda para lo que se espera una respuesta muy positiva que
favorezca el bien común, dentro de una especie de institución cultural de los
paeces que se resume en el dar y el recibir, invocando a la solidaridad entre
las personas.
Todo converge hacia lo colectivo”, en el sentido de pueblo, de sujeto
colectivo, ya que en el caso de Pueblo Páez, lo importante es la unidad de
grupo como representación cultural, que supera a las decisiones individuales,
abarcando el apoyo, respaldo y la ayuda y protección necesaria propia de
una convivencia grupal y comunitaria. En fin, es una forma de vida que
implica un cambio de paradigmas en el que la solidaridad se erige como un
principio rector.

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