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Paradigmas Pedagógicos WG
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PARADIGMAS PEDAGOGICOS
HIPÓTESIS:
En este sentido, se puede afirmar que no existen las pedagogías neutras, ya que
el quehacer educativo necesariamente presupone una determinada concepción
del hombre y de la sociedad. Concepción que, a su vez, exige comprenderlo en su
multidimensionalidad y en su integridad.
OBJETIVO:
El vínculo con el currículo nos permite tomar una posición que delimita, en sus
aspectos más esenciales: los propósitos, los contenidos y sus secuencias, y
brinda las herramientas necesarias para que éstos puedan ser llevados a la
práctica educativa.
El papel que tienen los propósitos, los contenidos, la secuenciación, el método, los
recursos y la evaluación en el currículo, desde la perspectiva de algunos
pedagogos, sería:
Las tendencias pedagógicas que lo caracterizan son propias del siglo XIX. Su
concepción descansa en el criterio de que es la escuela la institución social
encargada de la educación pública masiva y fuente fundamental de la información,
la cual tiene la misión de la preparación intelectual y moral.
Características de la clase:
Vistas las cosas de esta manera, las ciencias pierden su carácter de estructuras
generales y abstractas que explican lo real; por el contrario, son equiparadas a un
“montón” de informaciones particulares y desligadas entre sí. Hechos, nombres,
definiciones y operaciones específicas, constituyen el arsenal de los
conocimientos que serán aprendidos.
Los recursos didácticos propiamente dichos fueron creados a fines del siglo
pasado. Salvo experiencias aisladas, entre las cuales se destacan las de Itard y
Frobel, todo indica que las escuelas no le asignaron importancia a las ayudas
educativas sino hasta iniciando el presente siglo. En la Escuela Tradicional de los
siglos pasados, el niño recibía y recordaba los aprendizajes gracias a su
percepción, su memoria y su reiteración; pero para ello no contaban ni el maestro
ni el alumno con un material auxiliar. Fue la revolución de la
Postulado cuarto (el método): La exposición oral y visual del maestro, hecha de
una manera reiterada y severa, garantiza el aprendizaje.
Postulado quinto (los recursos didácticos): Las ayudas educativas deben ser lo
más parecidas a lo real para facilitar la percepción, de manera que su
presentación reiterada conduzca a la formación de imágenes mentales que
garanticen el aprendizaje.
LA ESCUELA NUEVA:
La Escuela Nueva tiene su origen entre fines del XIX y principios del XX como
crítica a la Escuela Tradicional, y gracias a profundos cambios socio - económicos
y la aparición de nuevas ideas filosóficas y psicológicas, tales como las corrientes
empiristas, positivistas, pragmatistas, que se concretan en las ciencias.
Esta concepción pedagógica, cuyo progenitor fue Dewey (1859 - 1952) en EUA,
centra el interés en el niño y en el desarrollo de sus capacidades; lo reconoce
como sujeto activo de la enseñanza y, por lo tanto, el alumno posee el papel
principal en el aprendizaje. El otro elemento que identifica esta tendencia
pedagógica es que la educación se considera como un proceso social y para
asegurar su propio desarrollo. La escuela prepara para que el niño viva en su
sociedad, y ella misma se concibe como una comunidad en miniatura, en la que se
"aprende haciendo".
En esta corriente se inscribe Decroly, médico belga, quien aboga por la educación
individualizada y el currículum globalizado; Cousinet, francés, impulsa el trabajo en
grupo, el método libre y el espíritu investigativo.
Con estos conceptos surge una renovación metodológica que consiste en:
Rol del estudiante: Papel activo. Se prepara para vivir en su medio social. Vive
experiencias directas. Trabaja en grupo de forma cooperada. Participa en la
elaboración del programa según intereses. Moviliza y facilita la actividad intelectual
y natural del niño. Se mueve libremente por el aula, realiza actividades de
descubrir conocimiento.
PARADIGMA SOCIO-HISTÓRICO-CULTURAL
Los elementos que han permitido el desarrollo del ser humano como tal, se
formaron y fueron adquiridos por los hombres en contextos sociales concretos; es
decir, que el sólo puede humanizarse por medio de la interacción con otras
personas y mediante el uso de instrumentos en el contexto de prácticas sociales.
En el desarrollo síquico del niño toda función aparece en escena dos veces, dos
planos: primero entre las personas como una categoría intersíquica y luego dentro
del niño como una categoría intrasíquica.
• La escuela debe enseñar ante todo a pensar. A pensar para saber actuar. Y para
ello es preciso organizar las asignaturas escolares de tal manera que su
asimilación sea a la vez la formación de la capacidad para pensar en forma
creadora.
Algunos puntos sobre el papel del profesor como mediador del proceso
significativo del aprendizaje, pueden ser:
2. La tarea más importante de la didáctica actual: determinar cuáles deben ser los
contenidos a trabajar en la escuela, coherentes con el propósito de desarrollar
valores, instrumentos de conocimiento, operaciones intelectuales y habilidades y
destrezas (competencias básicas).
Drucker (1994) y Reich (1193) concuerdan en la tesis de que hoy en día no existe
la escuela para afrontar los retos necesarios de cara al mañana. Reich (1193)
considera que en unas pocas escuelas de Estados Unidos se ha iniciado el
tránsito en esta dirección sustituyendo la ingestión de información por el desarrollo
de la capacidad de análisis, el pensamiento sistemático y la creatividad. Drucker
(1994) es al respecto más pesimista y radical: “Hasta ahora –dice- ningún país
tiene el sistema educativo que la sociedad del conocimiento necesita. Ningún país
hasta ahora ha afrontado las demandas importantes. Ninguno sabe las
respuestas. Ninguno puede hacer lo que necesita. Pero, por lo menos podemos
hacer las preguntas. Podemos definir, aun cuando sólo sea en forma esquemática,
las especificaciones de la escolaridad y las escuelas, que podrían responder a las
necesidades de la sociedad post-capitalista, la sociedad del conocimiento” .Los
siguientes son los retos principales y las preguntas a las que nos tendremos que
enfrentar, para lo cual se utilizaran como referencia los textos de Miguel y Julián
de Zubíria Samper (2004).
“Mientras que durante épocas pasadas fue suficiente con ser obediente y respetar
unos cuantos preceptos religiosos y disciplinarios, la complejidad y la
heterogeneidad cultural y valorativa del mundo postmoderno, en el cual se cruzan
contradictoriamente valores, formas de valorar, formas de actuar, hoy se requiere
de individuos autónomos, sujetos de su propia existencia, experimentados en
valorar y en resolver por sí mismos los dilemas, “trilemas” y los conflictos de
opciones en los cuales está inserta su vida en cada momento”.
En la Grecia de Aquiles sólo uno de cada cien griegos sabía leer y escribir y no
deberíamos estar muy lejos hacia el siglo V de nuestra era, a juzgar por la
anécdota que nos relata Toffler (1994): “San Agustín, que escribió en el siglo V, se
refería a su mentor, San Ambrosio, obispo de Milán, ponderando que era tan culto
que podía leer sin mover los labios. Por esta asombrosa hazaña se le consideró la
persona más inteligente del mundo”.
Durante todo el siglo XX para los países industrializados y durante las últimas tres
décadas en el caso de los países de desarrollo humano medio, se ha presentado
un sensible incremento en la cobertura del sistema educativo, que ha permitido a
los primeros llegar a un nivel de alfabetismo adulto de prácticamente la totalidad
de la población y a los siguientes, del 65%. Aún así, persisten enormes
debilidades en los países de mayor pobreza. En los albores del siglo XXI, mil
millones de adultos aún no saben leer ni escribir. En América Latina cada año 18
millones de niños pierden su año escolar y se estima que el 40% de los
matriculados son repitentes. Altísima mortalidad que con seguridad está asociada
al alto porcentaje de debilidades en el proceso de comprensión lectora (De
Zubiría, M. 1994).
La herencia es una especie que ya lleva dos millones de años sobre la tierra no
puede ser enseñada en su totalidad a los alumnos. No lo permitirían ni el tiempo,
ni la pereza que ello despertaría en los estudiantes. La pregunta en torno a cuáles
contenidos enseñar es, en esta medida, fundamental, ya que solo así se puede
determinar cuáles son los aspectos esenciales de toda la herencia cultural que
deben hacer parte de un currículo. Así parezca absurdo, esta pregunta
prácticamente no ha sido abordada de manera fundamental por las corrientes
pedagógicas de nuestro tiempo. Ni la escuela tradicional, ni el activismo, ni la
mayor parte de las corrientes constructivistas actuales han abordado de manera
clara y definida ésta, que puede ser una de las principales preguntas pedagógicas
por resolver. Al abandonar la pregunta sobre los contenidos fundamentales por
enseñar en la escuela, la escuela tradicional se perdió en la maraña de las
informaciones específicas y dejó el problema de la selección de contenidos al azar
y al tiempo.
EL CURRICULO Y LOS MODELOS PEDAGOGICOS
Los modelos pedagógicos resuelven las mismas preguntas de los currículos, sólo
que a un mayor nivel de generalidad y abstracción. En un modelo pedagógico se
establecen los lineamientos sobre cuya base se derivan posteriormente los
propósitos y los objetivos; su reflexión en torno a la selección, el nivel de
generalidad, jerarquización y continuidad de los temas, establecerá pautas para
determinar los contenidos y sus secuencias.
BIBLIOGRAFIA
DE ZUBIRÍA SAMPER, Julián. Los Modelos Pedagógicos. Tratado de Pedagogía
Conceptual 4. Santafé de Bogotá: Fundación Alberto Merani para el Desarrollo de
la Inteligencia, 1994.
DIAZ, Mario. Una Caracterización a los Modelos Pedagógicos. El Modelo
Pedagógico Integrado. En: Educación y Cultura No 7. Bogotá: CEID- FECODE.
Abril de 1986
DÍAZ, Mario. Los Modelos Pedagógicos. En: Educación y Cultura No 8. Bogotá:
CEID- FECODE. Julio de 1986.
FLÓREZ OCHOA, Rafael. Hacia una Pedagogía del Conocimiento. Santafé de
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PERKINS, David N. Dentro de los Modelos. En: El Conocimiento como Diseño.
Bogotá: Facultad de Psicología. Pontificia Universidad Javeriana, 1985. pp.131-
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