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INTRODUCCIÓN

El hombro es una estructura compleja conformada por la parte proximal del húmero,
clavícula, escápula y sus uniones con el esternón, caja torácica y tejidos blandos. Está
constituida por varias articulaciones, entre ellas esternoclavicular, acromioclavicular,
glenohumeral, escapulotorácica y subdeltoidea (siendo estas dos últimas articulaciones
falsas), cuales trabajan juntas a un ritmo sincrónico para permitir movimiento considerase
la articulación más móvil y menos estable del cuerpo humano. Por un lado, la articulación
esternoclavicular pone en contacto al esternón y al primer cartílago costal, por una parte,
con la clavícula, por otra. Estas superficies no se corresponden entre sí por su extensión y
configuración desiguales. Entre ellas se interpone un disco articular, que se amolda a las
superficies. Se trata de una articulación sinovial, en silla de montar (selar), de movilidad
reducida.

Asimismo, la articulación acromiclavicular une extremidad lateral de la clavícula al borde


medial del acromion, perteneciendo a las articulaciones sinoviales planas. Además, está
compuesta por dos superficies articulares, una clavicular ovalada y plana, alargada de
adelante hacia atrás, orientada lateralmente hacia abajo y otra superficie acromial situada
más anterior del borde medial del acromion. Por último, la articulación glenohumeral
enartrodia sinovial que tiene como superficies articulares a la cavidad glenoidea (del lado
de la escápula) y cabeza humeral regularmente esférica, soportada por un cuello anatómico
en contacto, se detiene cartílago hialino de revestimiento y orientada medialmente, arriba y
atrás.
FALTA DESCRIBIR SUBDELTOIDEA Y ESCAPULOTORACICA
Cabe destacar, este complejo articular posee tres grados de libertad, permitiendo orientar al
miembro superior con relación a tres planos del espacio, en disposición a los tres ejes. El
eje transversal incluye un plano frontal, lo cual permite al hombro movimientos de flexo-
extensión realizados a nivel sagital; en el eje anteroposterior, incluye al plano sagital, que
permite abducción y aducción, cuales se realizan en el plano frontal; finalmente, en el eje
vertical, determinado por la intersección del plano sagital y del plano frontal, se producen
los movimientos de flexión y extensión realizados en el plano horizontal, con el brazo en
abducción de 90°. Ahora bien, al eje longitudinal del húmero permite rotación externa e
interna del brazo en dos formas diferentes a través de rotación voluntaria y automática. La
voluntaria utiliza el tercer grado de libertad y la rotación automática, que se realiza sin
ninguna acción voluntaria en las articulaciones de dos o tres ejes, se explica por la paradoja
de Codman.

De igual manera, el miembro superior pende en forma vertical a lo largo del cuerpo, de tal
forma que el eje longitudinal del humero coincide con el eje vertical. En la posición de
abducción a 90°, el eje longitudinal coincide con el eje transversal, y en la posición de
flexión de 90° coincide con el eje anteroposterior; por lo anterior se concluye, que el
hombro es una articulación que consta de tres ejes principales y tres grados de libertad
permitiendo movimientos de rotación interna y externa. Al hablar de estabilidad es
adecuado tener en cuenta que articulación glenohumeral es incongruente, ya que sus
superficies articulares son asimétricas, existiendo un contacto limitado entre ellas. La gran
superficie convexa de la cabeza humeral tiene un contacto reducido con la pequeña y poco
profunda cavidad glenoidea, presentando poca estabilidad intrínseca. Por otra parte, la
capsula articular y sus refuerzos, en particular el complejo ligamentoso glenohumeral
inferior, junto con el rodete glenoideo, son los mecanismos estabilizadores primarios o
estáticos. Los estabilizadores secundarios o dinámicos son los músculos del manguito
rotador: supraespinoso, infraespinoso, redondo menor y subescapular. La contracción de
sus fibras musculares crea fuerzas compresivas que estabilizan la cabeza glenohumeral en
la cavidad glenoidea.

De igual manera, la rotación escapular, al producirse la elevación del brazo gracias al par
de fuerzas generadas por acción combinada del serrato anterior y trapecio, permite orientar
glenoide hacia cabeza humeral, ampliando área de contacto entre ambas superficies
articulares, y de esta forma mejorando estabilidad articular. Un factor importante que le
añade firmeza a la articulación del hombro es el mecanismo amortiguador o de retroceso
escapulo torácica que absorbe impactos directos e indirectos sobre el hombro. No obstante.
el ritmo escapulo-humeral consiste en el movimiento coordinado y simultaneo de la
escápula con relación al húmero, permitiendo elevación hasta 180°. Por otra parte, la
elevación del brazo en pronación pone al tubérculo mayor y al tendón del supraespinoso
bajo el arco acromial, provocando de esta forma un pinzamiento acromial. A la inversa, la
elevación del brazo en supinación aleja al tubérculo mayor y al supraespinoso del arco
acromial, disminuyendo así el fenómeno de pinzamiento subacromial.

Seguidamente, la movilidad glenohumeral se produce por acción sinérgica de dos grupos


musculares, deltoides y manguito rotador. De forma que, el deltoides genera palanca del
movimiento, elevando cabeza humeral hacia arriba, ocasionado pinzamiento de tendones
rotadores a nivel subacromial. Mientras que, el manguito rotador deprime y estabiliza
cabeza humeral, comprimiéndola hacia la glenoides, mejorando así la acción del deltoides.
Por ello, una de las patologías más comúnes es el síndrome del hombro congelado o
también conocido como capsulitis adhesiva que afecta y se caracteriza por dolor y rigidez,
provocando limitación funcional de movimientos activos y pasivos del hombro. En la
mayoría de los casos es una enfermedad auto limitada, pero puede persistir años e incluso
no solventarse completamente. DESCRIBE UN POCO MAS DE LA CAPSULITIS Y SU
CUADRO CLINICO

Por otro lado, también existen desgarros o lesiones del manguito rotador que pueden ocurrir
como resultado de una sola lesión siendo común en personas que realizan movimientos
repetitivos o por encima de la cabeza en sus trabajos o deportes. Sin embargo, la causa más
frecuente de lesión es la mezcla del desgaste normal por edad, debido a que después de los
40 años los tendones suele perder propiedades, o se desgarran con mayor facilidad. Otras
causas son algunas enfermedades muscoloesqueléticas que debilitan al manguito rotador y
predisponen a lesiones. Además, el cuadro clínico de la patología del manguito rotador va
asociada, fundamentalmente, a tres síntomas dolor, debilidad y limitación de la movilidad.
Los síntomas iniciales pueden ser leves, pero puede evolucionar conforme cronicidad de la
lesión. Comúnmente, se encontrará inflamación local a la presión en la parte frontal del
hombro, dolor localizado, profundo y en ocasiones sordo a nivel antero lateral y superior
del hombro, con tendencia a irradiarse a la región superior y externa del brazo, es
típicamente nocturno y despierta al paciente. Durante el día es más tolerable, se
desencadena con las actividades que requieren el uso del brazo por encima del nivel del
hombro.

Estadísticamente, existe prevalencia del 7 al 20% en adultos, y su incidencia en población


general se encuentra entre el 2 y el 5%, siendo más frecuente en mujeres entre 40 y 60 años.
Incluso, entre el 20 y el 30% de pacientes con capsulitis de hombro acaban desarrollando el
mismo proceso en el hombro contralateral, siendo más raro que ocurra en el mismo hombro
dos veces. Por otro lado, la incidencia estimada de lesiones del mango rotador es de 3.7 por
100,000 por año con ocurrencia mayor durante quinta década de vida entre hombres y en la
sexta entre mujeres. De manera que, personas mayores de 40 años, especialmente mujeres,
son más propensas a tener hombro congelado.

Asimismo, las personas que han tenido inmovilidad prolongada o movilidad reducida del
hombro tienen riesgo mayor de desarrollar hombro congelado. La inmovilidad puede ser el
resultado de varios factores, entre ellos lesión del manguito rotatorio, fractura de brazo,
accidente cerebrovascular y recuperación de una cirugía (post operatorio).

Maniobras de exploración del espacio subacromial:

 Arco doloroso
 Maniobra del impingement de Neer
 Maniobra de Hawkins-Kennedy
 Maniobra de Yocum
 Maniobras de exploración del tendón del supraespinoso
 Maniobra de Jobe (Empty can test)
 Signo del brazo caído (Drop arm test)

Maniobras de exploración de la inestabilidad gleno-humeral:

 Prueba de aprensión (Crank test)


 Maniobra del cajón anterior
 Hiperlaxitud inferior o (test del surco) de Neer
 Prueba de inestabilidad posterior
 Cajón posterior de Rodineau y Rockwoo
 Maniobra de Jerk
 Maniobras de exploración del labrum glenoideo
 Maniobras de exploración de la articulación acromioclavicular (AAC)
 El test de O’Brien

En este mismo orden de ideas, para síndrome del hombro congelado existe tratamiento
actual que incluye uso antiinflamatorios no esteroideos, infiltración interarticular con
antiinflamatorios esteroideos, terapia física, manipulación bajo anestesia, hidrodilatación
o distensión hidráulica, incluso recomiendan tratamiento artroscópico de esta afección. Sin
embargo, a pesar de la cantidad de estudios, resultados todavía no parecen ser concluyentes
respecto a la eficacia de las diferentes modalidades de tratamiento. Por otra parte, en
rehabilitación tratamientos más extendidos y eficaces reportados son la aplicación de
calor, ultrasonido, electro estimulación neuromuscular, ejercicios de movimiento pasivo
continuo, movilización articular, facilitación neuromuscular propioceptiva (FNP) y
ejercicios de movilidad. Durante el tratamiento para lesión del manguito rotador dependerá
de varios factores como mecanismo, grado de lesión y compromiso de otras estructuras.
Hay dos tipos de tratamientos principales: quirúrgico y conservador, cuales pueden ir
acompañados o no de apoyo farmacológico.

De manera que, tratamiento quirúrgico es indicado cuando la lesión de tejidos blandos es


masiva e implica desgarro total del músculo o del tendón o está asociada a algún proceso en
el cual esté afectada la circulación adyacente al hombro . Mientras que, el tratamiento
conservador está indicado en procesos con poca lesión de tejidos blandos como
pinzamiento o inestabilidad de hombro, o bien, en rupturas crónicas no traumáticas.
Este tratamiento puede estar basado en ejercicios de fisioterapia que pueden ayudar a
restaurar flexibilidad y fuerza del hombro después de una lesión en el manguito de los
rotadores. Algunas veces es posible eliminar el dolor y restablecer el funcionamiento sin
cirugía, siendo la FNP uno de los tratamientos conservadores más prometedores.

Ahora bien, se define a la FNP como un método que busca mejorar una respuesta muscular
por medio de la vía neuromuscular, conformada de estímulos específicos por medio de
activación de propioceptores. La FNP tiene como objetivo enfocarse en aquello que
paciente puede hacer dentro de limitaciones. Es un concepto holístico que integra aspectos
sensoriales, motores y psicológicos de programa de rehabilitación. Además, incorpora
actividades reflejas de niveles vertebrales y superiores, inhibiendo o facilitando según sea
apropiado. De forma que, Kabat destacó que la facilitación neuromuscular propioceptiva
establece que todos humanos, incluidas personas con discapacidades, tienen un potencial
oculto. Su funcionalidad se encuentra basada en conocimientos de anatomía,
neurofisiología y, sobre todo, de movimientos normales del cuerpo humano. Este método
está basado en los principios neurofisiológicos de Sherrington los cuales son, postdescarga:
sumación temporal y espacial, irradiación, inducción sucesiva e inervación recíproca.

Seguidamente, existen diferentes técnicas de FNP que tienen como objetivo promover el
movimiento funcional a través de facilitación, inhibición, fortalecimiento y relajación de
grupos musculares. Además, estas técnicas utilizan contracciones musculares concéntricas,
excéntricas y estáticas, destacando entre ellas, iniciación rítmica, combinación de
isotónicos, inversión de antagonista, estiramiento repetido, contracción- relajación:
mantener- relajar (tratamiento directo e indirecto) y repetición, las cuales facilitan
aprendizaje motor de las actividades funcionales.

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