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Bernini y Borromini fueron dos artistas rivales en el siglo XVII que ayudaron a embellecer Roma con su escultura y arquitectura. Mientras que Bernini era un hombre exitoso y protegido por el papado, Borromini era más solitario y técnico. Aunque competían por proyectos, Borromini finalmente ganó el encargo papal más importante de diseñar la cúpula de una iglesia.
Bernini y Borromini fueron dos artistas rivales en el siglo XVII que ayudaron a embellecer Roma con su escultura y arquitectura. Mientras que Bernini era un hombre exitoso y protegido por el papado, Borromini era más solitario y técnico. Aunque competían por proyectos, Borromini finalmente ganó el encargo papal más importante de diseñar la cúpula de una iglesia.
Bernini y Borromini fueron dos artistas rivales en el siglo XVII que ayudaron a embellecer Roma con su escultura y arquitectura. Mientras que Bernini era un hombre exitoso y protegido por el papado, Borromini era más solitario y técnico. Aunque competían por proyectos, Borromini finalmente ganó el encargo papal más importante de diseñar la cúpula de una iglesia.
Ambos crearon un nuevo estilo escultórico que embelleció Roma en el siglo XVII. Pero los dos luchaban por conseguir los mejores proyectos arquitectónicos. La clave era ganarse al Vaticano. Y uno lo hizo mejor que otro. Bernini es un artista polifacético -arquitecto, escultor, pintor, comediógrafo y compositor-. Es también un hombre de mundo, brillante, simpático, rico, que goza de gran fama y éxito, protegido por el papa Urbano VIII y más tarde por Alejandro VII, para los que trabaja. Usa elementos constructivos clásicos: columnas y pilastras de órdenes clásicos, prefiriendo el orden gigante, entablamentos, frontones y artesonados clásicos, pero tratados de forma poco ortodoxa. Los elementos decorativos que emplea son abundantes y de gran riqueza (mármoles veteados, bronces, estucos pintados), buscando el colorido y los juegos de luz y sombra. Borromini, por el contrario, es un hombre tímido, profundamente religioso, mentalmente desequilibrado, de carácter difícil, solitario y con poco éxito, que se acaba suicidando. Tras una breve colaboración, se convierte en rival de Bernini. Se dedica en exclusiva a la arquitectura y vigila personalmente la ejecución de sus obras, con gran dominio técnico. Trabaja para las órdenes religiosas, que no tienen muchos recursos; suele construir iglesias de pequeñas proporciones y materiales pobres (ladrillo, estuco) pero que destacan por sus innovaciones técnicas, originalidad, movimiento y libertad de formas. Evita la inclusión de otros géneros artísticos en la creación del ambiente espacial. La decoración interior es geométrica, menos recargada que la de Bernini. Ejerce gran influencia posterior en toda Europa. Los pobladores de la bella Roma los conocían también por el fuerte carácter que tenían ambos: temperamentales y sensibles. Bernini nació en Nápoles, la mayor parte de su vida la vivió en Roma. Es considerado el mejor escultor de su tiempo realizó pinturas y fuentes. Era extremadamente simpático y amigable, pero cuando se enojaba era capaz de cualquier cosa. Por parte del Papa Urban VIII recibió diversos encargos. Borromini nació en Bissone suiza, era un hombre solitario, compulsivo, melancólico y con un carácter irritable. Estableció un nuevo lenguaje figurativo en el estilo Barroco, utilizó geometría, rectángulos, óvalos repetitivamente en secuencias alternativas obteniendo resultados innovadores, en contraste con Bernini inspirado por los conceptos religiosos ya establecidos. La popularidad de Borromini constantemente estuvo opacada por la fama de Bernini. El Papa estaba indeciso a quién encargarle la cúpula. Bernini estaba seguro de que él sería el elegido, pero cuál fue su sorpresa que el Papa eligió a su rival Borromini, en consolación el Papa le asignó a Bernini que hiciera una fuente enfrente de la iglesia en la Plaza Novona de Roma, aceptó el encargo. Borromini realizó un gran trabajo diseñó una cúpula que sobresale de los edificios y casas romanas, se sintió orgulloso de que el Papa lo eligiera para el gran trabajo burlándose de que a Bernini solo se le encargó la fuente de la plaza.