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La ruta que ha tenido mas aceptación y difusión entre las teorías del poblamiento de
América es la “Ruta de Bering”, sin embargo, estudios recientes han demostrado la
existencia de otras rutas que sirvieron para las migraciones de sociedades nómadas que
poblaron América y terminaron asentándose, luego, como sociedades sedentarias.
En algún momento la teoría de que el hombre había ingresado al continente hace 12.000
años había logrado un consenso importante. Sin embargo, la aparición de muchos sitios con
antigüedad mayor a 14.000 años en América del Sur, incluso con 17.000 años en
Norteamérica hizo temblar esta hipótesis.
La teoría del Origen Autóctono, sostenida por el científico argentino Florentino Ameghino
aseguraba que el hombre tuvo su origen en América, más precisamente en la zona
pampeana y luego migró a los otros continentes.
Ameghino, basado en sus estudios, trataba de probar que el pueblo americano es propio de
esa tierra y no el producto de un movimiento de pueblos que ingresaron por el Norte o por
el Sur. Los descubrimientos arqueológicos realizados en la zona de la llanura pampeana en
algún momento alentaron esta hipótesis, pero pronto muchos otros hallazgos sobre la
antigüedad de los pobladores del planeta fueron quitándole fuerza.
Hoy en día, se conoce que América se pobló aproximadamente 10,000 años a.C de la
siguiente manera: Desde Asia, los nómadas aprovecharon el congelamiento de las aguas
que existía en ese momento (período geológico del pleistoceno), cuando el casquete polar
se extendía hasta varias zonas de Norteamérica. Y se cree también que a través de las islas
Aleutianas se iniciaron las primeras aproximaciones hacia el continente. Y ésta, es conocida
como la teoría de origen alóctono.
También, vía marítima, hubieron inmigraciones desde Oceanía. Por esta ruta, procedieron a
poblar Suramérica los grupos melanesios y polinesios y por una ruta separada a la de ellos,
pero también marítima, llegaron los grupos australianos.
Posteriormente, Centroamérica (que fue la última parte del continente en poblarse), debido
a que era una región rica y oportuna para el desplazamiento y por estas razones era de
confluencia cultural, fue poblada por los indígenas de Norte y Sur América.
Cada diferente horda, clan, tribu, cacicazgo y civilización tuvo su propio desarrollo por
medio de propios procesos históricos, aunque cabe mencionar que tenían algunas cosas en
común lo cual es lógico dado que si hubo contacto de tipo comercial entre dichas
sociedades cuya forma mas común era el trueque.
El sitio arqueológico conocido más antiguo de Honduras es la Cueva de Gigante en el
departamento de La Paz. Fue descubierto por George Hasemann. La cueva tiene una larga
secuencia de ocupación, desde 11.500 años antes de la era común y tiene buena
preservación. Los arqueólogos han encontrado mazorcas de maíz domesticado en contextos
pre cerámico. Aunque hay indicios por presencia de polen de maíz en columnas de los
sedimentos en el lago de Yojoa cerca del 2400 a.C. que debe indicar que la gente ya vivían
en pueblos, los primeros pueblos en Honduras con cerámica empiezan alrededor del 1600 a.
C., en el valle de Copán (en Sepulturas), y cerca de San Pedro Sula en el sitio de Puerto
Escondido, en Los Naranjos en el lago de Yojoa, y probablemente en Yarumela también.
Un poco más tarde, la gente de la Cueva de Talgua, que se habitó alrededor del 1000 a. C.
La parte occidental de Honduras era parte de la civilización maya. En particular, las ruinas
de Copán, cerca de la frontera con Guatemala, son muy impresionantes. Alrededor de
Copán, por unas decenas de kilómetros, había otros sitios mayas, como El Paraíso y Río
Amarillo, con inscripciones y esculturas mayas.
La mayor parte de Honduras fue poblada por gente civilizada no maya. Es bien difícil saber
quiénes fueron porque sus idiomas no fueron preservados en escritura como los Mayas pero
deberían incluir a los antecedentes de los Lencas, los Tolupanes, los Toqueguas, los
Miskitos, los Payas, los Sumos, los Matagalpeños, los Pech etc.
Se encuentra ruinas precolombinas por todo el país. Algunos sitios arqueológicos se
cambiaron en parques y monumentos nacionales, como Currusté, Los Naranjos, Copán,
Cerro Palenque, Cuevas de Talgua, pero la mayor parte de los sitios precolombinos están en
terrenos privados. Todos pertenecen al patrimonio nacional y es prohibido dañarlos.
Además de los museos en Copán, hay museos con artefactos precolombinos en el Museo
Nacional (de Tegucigalpa), en el Museo de Comayagua, y en el Museo de Antropología e
Historia (de San Pedro Sula).
A pesar de que estas sociedades habitaron terreno que ahora es conocido como hondureño,
no decimos que dichas sociedades indígenas fueron los primeros hondureños ya que
Honduras se constituyó como tal a partir de 1821 con la Independencia de nuestro país.
Se han encontrado varios tipos de evidencias de la existencia de estas sociedades en nuestro
continente como ser: jeroglíficos, petroglifos, puntas de lanza hechas de diferentes
materiales y en diferentes formas para varios propósitos, arcos y flechas, cerbatanas, vasijas
de barro y cerámica las cuales decoraban con pinturas que ellos mismos hacían con
pigmentos de flores, grasa y sangre animal etc.