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Isaías 33:13-17
Isa 33:13 Oíd, los que estáis lejos, lo que he hecho; y vosotros los que estáis
cerca, conoced mi poder.
Las personas que se encuentran lejos solo pueden oír de los hechos que
acontecen. (El Pueblo Gentil).
Las personas que se encuentran cerca pueden ver, oír pero aún más conocer a
plenitud no solo el suceso sino su protagonista. (El Pueblo de Israel).
Y esto es lo que pide el Señor al decir por boca de Jeremías: Jer 9:23 Así dijo
Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el
valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se
hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago
misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice
Jehová.
Sin embargo la realidad del asunto es: Mat 13:14 De manera que se cumple
en ellos la profecía de Isaías, que dijo: De oído oiréis, y no entenderéis; Y
viendo veréis, y no percibiréis. Porque el corazón de este pueblo se ha
engrosado, Y con los oídos oyen pesadamente, Y han cerrado sus ojos; Para
que no vean con los ojos, Y oigan con los oídos, Y con el corazón entiendan, Y
se conviertan, Y yo los sane.
Jn 1:10 En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero (el mundo no
le conoció.)
Ese sentir lo llevo a manifestarse en carne, y el mismo venir a este mundo para
ser nuestro pariente redentor participando de carne y sangre para destruir por
medio de la muerte al maligno y darnos libertad y eterna salvación.
Efe 2:11 Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en
cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión
hecha con mano en la carne.
Efe 2:12 En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de
Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el
mundo.
Efe 2:13 Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais
lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.
Por lo tanto Jn 1:12 Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su
nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.
Is 33:15
El que camina en justicia y habla lo recto…
el que aborrece la ganancia de violencias…
el que sacude sus manos para no recibir cohecho…
el que tapa sus oídos para no oír propuestas sanguinarias…
el que cierra sus ojos para no ver cosa mala…
Estas características las posee un cristiano que es Justo Salmos 1, 15 y 24.
Podemos decir que quien puede ver a Dios es el que tiene un corazón limpio
Mt 5:8.
Lo es importante estar cerca de Jesús, pero indispensable y vital habitar con él.
El Alto y Sublime busca que el que se acerca a el también habite con el…
Is 57:15 Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo
nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y
humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar
el corazón de los quebrantados.
Dios busca que habitando en su presencia podamos expresar tal como lo dijo
el profeta:
VIVE JEHOVÁ EN CUYA PRESENCIA ESTOY
El salmista tuvo que reconocer que es Dios quien siempre nos esta buscando
para estar cerca, porque quiere habitar en nuestras vidas…
Sal 65:4 Bienaventurado el que tú escogieres y atrajeres a ti, Para que habite
en tus atrios; Seremos saciados del bien de tu casa,
De tu santo templo.
Sal 65:5 Con tremendas cosas nos responder ás tú en justicia, Oh Dios de
nuestra salvación, Esperanza de todos los términos de la tierra, Y de los más
remotos confines del mar.
Conclusiones
Rom 8:35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o
persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
Rom 8:36 Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;
Somos contados como ovejas de matadero.
Rom 8:37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio
de aquel que nos amó.
Rom 8:38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni
principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,
Rom 8:39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá
separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.