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DIFERENTES TEMAS PARA ORAR

1-CONFIANZA EN EL SEÑOR

1 Corintios 13: 4-5 El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es


envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no
es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor.

Jeremías 17:7-8 Bendito el hombre que confía en el Señor y pone su


confianza en él. Será como un árbol plantado junto al agua, que
extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor, y
sus hojas están siempre verdes. En época de sequía no se angustia, y
nunca deja de dar fruto-

Confiar en Dios ciertamente sería más fácil si pudiéramos verlo a Él y


a Su ejército de ángeles cara a cara. Pero a pesar de que no podemos
verlos en el reino físico, podemos confiar en que están en el reino
espiritual, un reino más poderoso que cualquier cosa que podamos
imaginar. Incluso cuando no vemos a Dios trabajando, podemos estar
seguros de que lo está, como nos dice en su Palabra, lo que tenemos
que decirle a Dios, es gracias por el don de la vida y por estar siempre
dispuesto a escucharnos. OREMOS

Oh amado Señor, me despierto dándote gracias por el don de la vida y


del amor. Quiero pedirte que me des hoy la capacidad de saber
escucharte con el alma siempre dispuesta y con el corazón
agradecido y paciente, sin enojarnos fácilmente, abierto a tus
enseñanzas, a lo que nos quieres mostrar hoy. Necesitamos en todo
momento de tu fuerza y de tu poder para poder sentir con humildad
cada una de las manifestaciones de amor con la que a diario pones a
nuestro alrededor. A no comportarnos con rudeza, sin orgullo, sin
vanidad.

Quiero decirte Señor Jesús con toda confianza y con libertad, que te
amamos, pero luego me acuerdo de Pedro, que luego de haberte
jurado que por Ti lo daría todo, sufrió de una terrible debilidad que
hizo que hasta negara conocerte. No queremos dejarnos llevar, ni
confiar en las intenciones del corazón, sino que seas Tú siempre
nuestra guía y nuestro estandarte, no queremos vernos como Judas,
que aún, siguiendo el proyecto de su salvación, que realizó también
curaciones y expulsó demonios en tu nombre, se dejó llevar por sus
malas pasiones y terminó por venderte por unas monedas de plata.
Dios Mío, por eso cada día pedimos tu dirección y la confianza para
siempre presentarnos ante tu estrado, radiantes y dignos de
confianza-

Isaías 41:10 Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te


angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te
sostendré con mi diestra victoriosa.

Padre Celestial, muchas veces nos arrepentimos de los pecados, de


las cosas malas que hacemos, los malos deseos a veces atormentan
y angustian nuestra alma, somos débiles, pero tu Santo Espíritu nos
anima a levantarnos y a seguir adelante. Eres el amigo fiel que no
nos defrauda. Queremos ser fieles a tu amor, a tu Iglesia. Queremos
confiar plenamente en la satisfacción que da tu amor, que todo lo
llena. Sabemos que seguirte exige una entrega total y sacrificio de
muchas cosas, pero aun así nos acercamos a Ti para que nos limpies
de nuestros egoísmos, del orgullo y de todo aquello que no nos
permitan entregarnos por completo. Te amamos, eres el dueño de
nuestra vida, confiamos en que nos bendices en estos momentos,
llenas de felicidad nuestra vida y aumentas nuestra confianza en Tí.
Amén” 2-. FORTALECER NUESTRA FE

Marcos 11:24 Por eso les digo: Crean que ya han recibido todo lo que
estén pidiendo en oración, y lo obtendrán.

Romanos 15:13 Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y


paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el
poder del Espíritu Santo.

Señor mío, que viviste y moriste por nosotros, cuya gloria de


resurrección es nuestra fuerza, nuestro ejemplo,
te pido que nos des fuerza, fortaleza para cada situación, para cada
vivencia difícil, para resistir cada día, para no dejarnos caer, ni que la
desesperación haga mella en nosotros, ayúdanos te lo pedimos, oro
por mis hermanos que en estos momentos tiene una petición de
trabajo para que mejoren sus finanzas, oramos por aquellos
afectados en alguna aflicción de salud, llénanos de tu amor
constante, de tus infinitas promesas, que son vida y todas se
cumplirán en Cristo Jesús. Amen.

Salmo 143:8 Por la mañana hazme saber de tu gran amor, porque en ti


he puesto mi confianza. Señálame el camino que debo seguir, porque
a ti elevo mi alma.

Hechos 10:34-35 34 Pedro tomó la palabra, y dijo: Ahora comprendo


que en realidad para Dios no hay favoritismos, 35 sino que en toda
nación él ve con agrado a los que le temen y actúan con justicia.

Oración
Dios bueno y eterno, Altísimo Señor, solo tú eres digno de toda
suprema alabanza y adoración. En el nombre de Jesús vengo a ti
Padre amado, tú eres el dueño de la tierra y cuanto la llena, el mundo
y quienes lo habitan, tú eres soberano sobre todo y todos. Oramos en
este día por el país en el que me encuentro, oro por la paz,
prosperidad y seguridad. Ayúdanos Señor a ser un país obediente a
tus estatutos, conviértenos en un pueblo que se goce en tu Palabra,
en tu presencia y declare tus promesas. Líbranos de la maldad, del
odio y de la corrupción, Dios mío haz resplandecer tu sol de justicia
sobre este pueblo, danos la victoria como país que nos unimos a
clamarte. Inclina tu oído Señor y escucha el clamor de cada
ciudadano que reside en este país bendecido y ungido por tu Espíritu
Santo, declaro que la compuerta de los cielos se abre a favor de este
país, declaro que tienes control absoluto de las autoridades y los
llenas de tu temor y sabiduría, pues tu palabra dice: «Ahora, pues, oh
reyes, sed prudentes; Admitid amonestación, jueces de la tierra.
Servid a Jehová con temor, Y alegraos con temblor».
Salmo 121:7-8 El Señor te protegerá; de todo mal protegerá tu vida. El
Señor te cuidará en el hogar y en el camino, desde ahora y para
siempre.

Proverbios 3:5-6 Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia


inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus
sendas.

Extiende tu mano fuerte y victoriosa sobre nosotros para que seamos


librados de sufrir los efectos que producen las catástrofes humanas y
naturales. Bendice a mi país, toca los corazones de quienes
actualmente llevan las riendas del gobierno, que puedan reconocerte
como nuestro Padre Celestial, que los conduzcas a erradicar la
corrupción, el hambre, la miseria, la crisis y cualquier otra condición
que haga imposible el desarrollo de esta tierra amada. Renueva las
fuerzas de todos los trabajadores, empresarios y emprendedores que
con esmero se dedican a levantar este país, concédenos tu gracia y
favor en el nombre de Jesús el enemigo no tiene poder, ni influencia
sobre mi país. Reconocemos que tú protegerás nuestra vida en el
hogar en el camino, ahora y para siempre.¡Amén!
3- LA ORACIÓN
Romanos 12:12 Alégrense en la esperanza, muestren paciencia en el
sufrimiento, perseveren en la oración.
1 Juan 5:15 Y, si sabemos que Dios oye todas nuestras oraciones,
podemos estar seguros de que ya tenemos lo que le hemos pedido. 
Señor, sé que puedo confiar en ti, descansar en tus promesas y
esperar atentamente tu ayuda. Quita toda desconfianza de mi
corazón, porque será mi firmeza y mi triunfo el confiar plenamente en
ti, aun en tiempos de sequía. Cuando pasamos tiempo con Dios y
hablamos con él cada día, recibimos descanso y paz en nuestra alma.
Acércate a él y llévale tus cargas. Pero decide también ir ante su
presencia para escuchar su voz y recibir su abrazo amoroso y
consolador. Deléitate en el Señor, no permitas que los problemas
opaquen tu visión espiritual.
Esa relación diaria con Dios en medio de cualquier situación te
ayudará a seguir adelante y fortalecerá tu confianza en el Señor. No
le des la espalda a Dios. Ve ante él, siente su presencia y su cuidado
y verás cómo crece tu confianza. Mientras mejor conozcas a Dios,
más fuerte será tu confianza en él.

Con la práctica de la confianza y el respeto por Dios es posible


contemplar Sus actos y conocer Su omnipotencia y sabiduría, con lo
que poco a poco se consigue venerarlo y someterse a Él.

Romanos 15:30 Les ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y


por el amor del Espíritu, que se unan conmigo en esta lucha y que
oren a Dios por mí.

Es preciso enaltecer la grandeza de Cristo. Solo Cristo puede


expresar la verdad. Con fe en que las palabras de Dios todo lo
alcanzan, es posible seguir a Cristo y dar testimonio de Él con
naturalidad.

2 Corintios 1:11 Mientras tanto, ustedes nos ayudan orando por


nosotros. Así muchos darán gracias a Dios por nosotros a causa del
don que se nos ha concedido en respuesta a tantas oraciones.

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La confianza en Dios
2019-11-14
Confiando en Dios en tiempos de prueba

Señor, sé que puedo confiar en ti, descansar en tus


promesas y esperar atentamente tu ayuda. Quita toda
desconfianza de mi corazón, porque será mi firmeza y mi
triunfo el confiar plenamente en ti, aun en tiempos de sequía.
Amén. 2 Reyes 6:16 (NVI)—No tengas miedo —respondió
Eliseo—. Los que están con nosotros son más que ellos.
Confiar en Dios ciertamente sería más fácil si pudiéramos
verlo a Él y a Su ejército de ángeles cara a cara. Pero a pesar
de que no podemos verlos en el reino físico, podemos confiar
en que están en el reino espiritual, un reino más poderoso
que cualquier cosa que podamos imaginar. Incluso cuando
no vemos a Dios trabajando, podemos estar seguras de que
lo está.

Dios nos muestra una visión poderosa de ese reino espiritual


en El antiguo Aram (Siria moderna) estaba luchando contra
los israelitas, y Dios usó a Su profeta Eliseo para predecir
cómo atacarían los arameos, para advertir al ejército
israelita. La Biblia explica que esto enfureció al rey de Aram,
entonces comenzó a planear un ataque a la ciudad e impidió
que Eliseo ayudara a Israel.

Pero Dios intervino y protegió a Eliseo y a su criado e incluso


cambió lo que les era permitido ver. Lemos la historia en:

2 Reyes 6:15-17, NVI Por la mañana, cuando el criado del


hombre de Dios se levantó para salir, vio que un ejército con
caballos y carros de combate rodeaba la ciudad. —¡Ay, mi
señor! —exclamó el criado—. ¿Qué vamos a hacer? 16—No
tengas miedo —respondió Eliseo—. Los que están con
nosotros son más que ellos. 17 Entonces Eliseo oró:
«SEÑOR, ábrele a Guiezi los ojos para que vea». El SEÑOR
así lo hizo, y el criado vio que la colina estaba llena de
caballos y de carros de fuego alrededor de Eliseo.   Yo me he
sentido así antes. ¿Y tú? Circunstancias difíciles que
presionan por todos los lados. «¡Esto es demasiado para mí!»
decimos, Dios, «Ya no puedo hacer esto. Ni siquiera quiero
salir de mi casa. ¿Dónde estás Dios? Prometiste que nunca
me dejarías ni me abandonarías, pero no siento Tu
presencia. ¿Por qué no estás haciendo algo?  ¡Quiero salirme
de esta historia!» Honesto. Crudo. Algo vergonzoso para
admitir. Estar rodeadas de problemas que no podemos
resolver y personas que no podemos controlar nos puede
hacer sentir que tenemos enemigos a nuestro alrededor. El
criado de Eliseo probablemente sintió lo mismo.

Su fe era tan endeble como las puertas de las tiendas de


campaña detrás de las cuales estaba parado. Eliseo era tan
fuerte como la clavija que anclaba el lienzo de la tienda en
su lugar. Volvamos a leer, 2 Reyes 6:16-17 16 ”No tengas
miedo —respondió Eliseo—. Los que están con nosotros son
más que ellos.” 17 Entonces Eliseo oró: «SEÑOR, ábrele a
Guiezi los ojos para que vea». El SEÑOR así lo hizo, y el criado
vio que la colina estaba llena de caballos y de carros de
fuego alrededor de Eliseo.

¿Lo captaste? Ahí dice, No tengas miedo. Dios es más


poderoso. ¿Cómo podemos confiar mejor en Dios durante los
tiempos de prueba? Recordando, Los que están con nosotros
son más que ellos (v. 16b). Eliseo sabía que había más poder
y fuerza en la realidad invisible de la hueste celestial que en
la realidad visible del ejército enemigo.

Eliseo no oró para que Dios enviara un ejército, porque los


ángeles guerreros en carros de fuego ya estaban allí. Eliseo
simplemente oró para que su criado pudiera verlos
trabajando. Siempre imaginé al ejército de ángeles y a los
arameos en laderas opuestas, mirando hacia abajo y
cuadrándose. Pero eso no es lo que dice la Biblia. En
realidad, los enemigos rodearon a Eliseo en un círculo. Al
mismo tiempo, los ángeles de guerra rodeaban a los
enemigos: un círculo alrededor de otro círculo.

Queridos hermanos, Dios está rodeando cualquier situación


difícil que te rodee. Jesús pintó esta misma imagen en Juan
14:20 cuando Él dijo, En aquel día ustedes se darán cuenta
de que yo estoy en mi Padre, y ustedes en mí, y yo en
ustedes. ORACIÓN

Señor, abre nuestros ojos para que poda mos ver lo que ya
está allí. Abre nuestro corazón para que podamos creer lo
que ya está allí. Fortalece la fe para que pueda confiar que
Tú estás rodeando lo que me rodea. Lo más probable es que
Tú no retires la cortina que separa el reino físico del
espiritual para que podamos ver, pero podemos estar
seguros que estamos rodeados por una hueste celestial de
ángeles, lista para protegernos en nuestras luchas más
profundas. Gracias Señor. En el Nombre de Jesús, Amén.

¿Cuál es la verdad de hoy? Que Dios siempre está


trabajando para nosotros. En Juan 5:17, 17 Pero Jesús les
respondía: —Mi Padre aún hoy está trabajando, y yo también
trabajo. 1. Oración diaria. 2. Leer todos los días la Palabra
de Dios. Salmos 143:8“Hazme oír por la mañana tu
misericordia, porque en ti he confiado; hazme saber el
camino por donde ande, porque a ti he elevado mi alma.”, 

3. Reflexionar la porción bíblica que hemos leído. Todos


hemos tenido momentos de angustia o duda, en donde no
vemos el camino a seguir y desconfiamos del porvenir, pero
es en este instante que debemos recordar que podemos
confiar plenamente en Dios. Confiar en Él nos trae
nuevamente a la verdad, a la realidad del reino de Dios, nos
coloca en un piso firme, donde podemos decir:

Salmo 91:2 “Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien


confiaré.” .
Se trata entonces, de recordar y de poner en acción la
confianza en Dios, no como un método de autoayuda, pues
Dios es fiel, sino que en varias ocasiones se nos olvida que
Él está con nosotros siempre, somos nosotros los que nos
alejamos y tomamos decisiones sin contar con su ayuda y
tratamos de “resolver” con nuestra fuerza. Podemos creerle
a Dios y confiar cuando Él dice en Hebreos 13:5 “No te
desampararé, ni te dejaré”, Dios bendice a quienes confían
en Él y están atentos a su Palabra lo dice en Proverbios
16:20. “20 El que atiende a la palabra prospera.    ¡Dichoso el
que confía en el SEÑOR!”
La escritura dice en 1 Juan 5:14 “Y esta es la confianza que
tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su
voluntad, él nos oye” y si nos oye, podemos confiar en que
tenemos lo que le pedimos” pero también nos instruye a
pedir con fe, sin dudar Santiago 1:6, 6 Pero que pida con fe,
sin dudar, porque quien duda es como las olas del mar,
agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento.
Esta duda denota falta de confianza en Dios. Si hay alguna
necesidad, Dios suplirá todo lo que necesitemos, conforme a
las gloriosas riquezas que nos ha dado por medio de Cristo
Jesús, lo dice en Filipenses 4:19. 19 Así que mi Dios les
proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas
riquezas que tiene en Cristo Jesús.
Por lo tanto, mantengámonos confiados en Él, haciendo lo
que agrada a Dios, demostrando con acciones que
verdaderamente confiamos en sus promesas. Esto hará
prosperar nuestro camino, será nuestro deleite y en
consecuencia: Él nos concederá los deseos de nuestro
corazón conforme a su voluntad. Salmos 37:3-4 3 Confía en
el SEÑOR y haz el bien; establécete en la tierra y mantente
fiel. 4 Deléitate en el SEÑOR, y él te concederá los deseos de
tu corazón.

En conclusión sobre la confianza en Dios

Confiar en Dios es tener la seguridad de que él no nos fallará.


A todos nos llegan tiempos difíciles e inciertos. ¡Es parte de
la vida! ¿Cuál es nuestra respuesta ante ellos? ¿Seguimos
confiando en nuestro Padre Dios o nos dejamos llevar por la
tristeza, la ansiedad y la desesperación?

Puede que pensemos que una vez tomada la decisión de


seguir a Jesús, ya está todo resuelto. Y sí, hasta cierto
punto, así es. Ya está resuelto lo más importante: nuestro
destino eterno. ¡Sabemos que pasaremos la eternidad con
Jesús! Pero mientras tanto, seguimos aquí en la Tierra y la
vida aquí está llena de retos. Es en medio de ellos que
nuestra fe es probada. Nos corresponde decidir si
mantenemos nuestra fe firme, apoyada en Dios o si nos
damos por vencidos.

¿Cómo podemos seguir confiando en Dios en medio de


nuestras luchas? 1-Piensa en los beneficios de confiar en Dios
Jeremías 17:7-8 Bendito el hombre que confía en el Señor y pone su
confianza en él. Será como un árbol plantado junto al agua, que
extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor, y
sus hojas están siempre verdes. En época de sequía no se angustia, y
nunca deja de dar fruto. 2-Acércate a Dios y mantente firme

Cuando pasamos tiempo con Dios y hablamos con él cada día,


recibimos descanso y paz en nuestra alma. Acércate a él y llévale tus
cargas. Pero decide también ir ante su presencia para escuchar su
voz y recibir su abrazo amoroso y consolador. Deleitate en el Señor,
no permitas que los problemas opaquen tu visión espiritual.

Esa relación diaria con Dios en medio de cualquier situación te


ayudará a seguir adelante y fortalecerá tu confianza en el Señor. No
le des la espalda a Dios. Ve ante él, siente su presencia y su cuidado
y verás cómo crece tu confianza. Mientras mejor conozcas a Dios,
más fuerte será tu confianza en él.

3-Lee y memoriza la Palabra

En la Palabra de Dios encontraremos ánimo, paz y fortaleza. No


menospreciemos el poder de la Palabra de Dios.

Hebreos 4:12 dice lo siguiente: «Ciertamente, la palabra de Dios es


viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos.
Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la
médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del
corazón».

Tomemos tiempo para leer y para memorizar la Biblia.


Permitamos que penetre en nuestro corazón, que nos ayude
a ver la perspectiva de Dios en medio de la situación que
estemos pasando. La Palabra te dará claridad y calmará tus
temores. Sobre todas las cosas, recibirás ánimo y te ayudará
a recordar que, aunque a veces no lo veamos, Dios está
siempre obrando. ¡Él no se olvida de ti!

(Salmo 27:3) Aun cuando un ejército me asedie, no temerá mi


corazón; aun cuando una guerra estalle contra mí, yo
mantendré la confianza.
Salmo 27: 27 El SEÑOR es mi luz y mi salvación ¿a quién
temeré? El SEÑOR es el baluarte de mi vida; ¿quién podrá
amedrentarme? 2 Cuando los malvados avanzan contra mí
para devorar mis carnes, cuando mis enemigos y adversarios
me atacan,  son ellos los que tropiezan y caen. 3 Aun cuando
un ejército me asedie, no temerá mi corazón; aun cuando una
guerra estalle contra mí, yo mantendré la confianza. Esto es
solo una parte del Salmo.Todo habla de la protección de Dios
OREMOS

Recuerda lo que el Señor ya ha hecho. Con seguridad


recuerdas otros momentos difíciles de tu vida en los que
viste a Dios obrar. Recuerda esos momentos y agradece a
Dios por su intervención en medio de esas situaciones.
Confía en que él volverá a obrar y a intervenir en tu situación
presente. Muchas veces, con el tiempo podemos ver y
entender mejor por qué Dios actuó de la forma en la que lo
hizo y en el momento en que lo hizo. Recordar esos detalles
nos ayuda a esperar con mayor confianza y fortaleza. Lo que
puede parecer lento desde nuestra perspectiva humana, para
Dios es el tiempo perfecto. Isaías 55:8-9 dice: 8”Porque mis
pensamientos no son los de ustedes, ni sus caminos son los
míos —afirma el Señor—.9- Mis caminos y mis pensamientos
son más altos que los de ustedes; ¡más altos que los cielos
sobre la tierra!” ¡Aprendamos a esperar en el Señor! Y
mientras esperamos, recordemos su fidelidad y su cuidado
para nosotros y tu familia a través de los años.

¡Confía! Versículos para fortalecer tu confianza en Dios

Piensa en los beneficios de confiar en Dios (Jeremías 17:7-8)

Bendito el hombre que confía en el Señor y pone su confianza en él.


Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces
hacia la corriente; no teme que llegue el calor, y sus hojas están
siempre verdes. En época de sequía no se angustia, y nunca deja de
dar fruto.
Hay bendiciones para los que confían en el Señor. Cuando confiamos
en Dios somos como ese árbol bien plantado que tiene sus raíces
firmes junto a la corriente del agua, su fuente de vida. Sin agua, el
árbol morirá, no podrá soportar el calor y se secará. De la misma
manera, nosotros estamos muertos espiritualmente si no tenemos
nuestras raíces espirituales plantadas en Dios. ¡Dios es nuestra
fuente de vida!

Estando firme en Dios podrás hacer frente a las pruebas de la vida. Su


agua -el fluir de su Espíritu Santo en ti- traerá el alivio necesario en el
momento preciso, puedes estar seguro de eso. Dios no abandona a
sus hijos. Él te sostiene de la mano, te aconseja y te guiará en su
voluntad hasta el fin de tus días aquí en la Tierra (Salmo 73:23-24).
¿Cómo no vas a confiar en él?

Algún día, cuando mires atrás y recuerdes las dificultades de este


momento, te darás cuenta de que mantenerte firme confiando en Dios
te hizo más fuerte. Reconocerás que escuchar a Dios y hacer lo que él
te indicó te llevó por el camino correcto. Tu fe saldrá fortalecida.

Conclusión

1-Confiar en Dios implica valentía. Se ha de tener valor para dejar las


cosas en las manos de Dios sabiendo que él obrará y que nos
mostrará lo que es correcto.

2-Al confiar en Dios, no nos precipitamos sino que esperamos su


dirección. Tomamos tiempo para escuchar su voz, para leer su
Palabra, nos acercamos a él y recordamos lo que ha hecho por
nosotros.

3-Elijamos confiar en Dios cada día y en medio de cualquier situación.


Él ha sido fiel y seguirá siendo fiel, no lo dudemos.++++++++

18. Principios de la confianza y el respeto por Dios

(1) Es preciso saber que Dios lo creó todo y es el soberano de todo, y tener fe en que
todos los acontecimientos y cosas están en Sus manos. Solo así es posible confiar en Él y
respetarlo.
(2) Con la práctica de la confianza y el respeto por Dios es posible contemplar Sus actos y
conocer Su omnipotencia y sabiduría, con lo que poco a poco se consigue venerarlo y
someterse a Él.

(3) Es preciso enaltecer la grandeza de Cristo. Solo Cristo puede expresar la verdad. Con fe
en que las palabras de Dios todo lo alcanzan, es posible seguir a Cristo y dar testimonio de
Él con naturalidad.

(4) Ante las pruebas y tribulaciones, es preciso buscar la verdad y orar a Dios de acuerdo
con Sus palabras con la finalidad de comprender Su voluntad. Solo es posible mantenerse
firme en el testimonio poniendo en práctica la verdad.

Las palabras relevantes de Dios:


La mayor sabiduría es recurrir a Dios y depender de Dios en todas las cosas. Esto es algo
que la mayoría de las personas no han captado. ¿Qué creen en cambio? “Leo muchas de
las palabras de Dios, escucho muchos sermones y asisto a muchas reuniones, aprendo
muchas habilidades y muchas canciones. Después oro aún más, hablo con los hermanos y
hermanas aún más, hago más mis deberes, sufro más, pago un precio mayor, abandono
incluso más cosas y esto es tal vez la mayor sabiduría.” Pero habéis pasado por alto el
objetivo final de hacer todo esto. Por mucha que sea la verdad que entienda una persona,
por más deberes que haya cumplido, por más cosas que haya experimentado en su
cumplimiento y sean cuales sean su estatura o su entorno, lo que no puede faltarle es que,
en todo cuanto haga, debe recurrir a Dios y ampararse en Él. Esta es la mayor sabiduría.
¿Por qué lo digo? Aunque uno haya llegado a comprender muchas verdades, ¿servirá eso
de algo si no se ampara en Dios? Algunos, tras haber creído en Dios un poco más de
tiempo, han llegado a entender algunas verdades y pasado por algunas pruebas. Puede
que hayan ganado un poco de experiencia práctica, pero no saben ampararse en Dios, ni
saben cómo contar con Él y ampararse en Él. ¿Son poseedoras de sabiduría esas personas?
Son las más necias, las que se creen más listas; no temen a Dios ni se apartan del mal.
Algunas personas dicen: “Entiendo muchas verdades y poseo la realidad-verdad. Está bien
sólo hacer las cosas de una manera con principios. Soy leal a Dios, y sé cómo acercarme a
Él. ¿No es suficiente que confíe en la verdad?”. “Depender de la verdad” funciona bien,
doctrinalmente hablando. Pero hay muchas veces y muchas situaciones en las que las
personas no saben cuál es la verdad ni cuáles son los principios-verdad. Todas aquellas
con experiencia práctica saben esto. Por ejemplo, cuando te encuentres con algún
problema, tal vez no sepas de qué manera hay que practicar o aplicar la verdad relevante a
él. ¿Qué debes hacer en momentos como estos? No importa cuánta experiencia práctica
tengas, no puedes estar en posesión de la verdad en todas las situaciones. No importa
cuántos años hayas creído en Dios, cuántas cosas hayas experimentado, y cuánta poda,
trato, o disciplina hayas experimentado, ¿eres tú el origen de la verdad? Algunas personas
dicen: “Me sé de memoria todas esas declaraciones y pasajes bien conocidos en el libro ‘La
Palabra manifestada en carne’. No necesito depender de Dios ni recurrir a Él. Cuando
llegue el momento, estaré bien dependiendo solo de esas palabras de Dios.” Las palabras
que has memorizado son estáticas; sin embargo, los ambientes que encuentras y tus
estados son dinámicos. Tener una comprensión de las palabras literales y hablar sobre
muchas doctrinas espirituales no equivale a una comprensión de la verdad y, mucho
menos, a que comprendas la voluntad de Dios en cada situación. Así pues, aquí hay una
lección muy importante para aprender. Es que las personas necesitan recurrir a Dios en
todas las cosas y que, al hacerlo, pueden lograr una dependencia de Dios. Solamente
dependiendo de Dios las personas tendrán una senda que seguir. De otra manera, puedes
hacer algo correctamente y de conformidad con los principios-verdad, pero si no
dependes de Dios, entonces tus actos no son más que las acciones del hombre y eso no
necesariamente satisfará a Dios. Debido a que las personas tienen una manera tan
superficial de entender la verdad es probable que sigan reglas y obstinadamente se
aferren a letras y doctrinas usando esa misma verdad al enfrentar varias situaciones. Es
posible que completen muchos asuntos que estén en conformidad con los principios-
verdad en general, pero la guía de Dios no se puede ver en esto y tampoco la obra del
Espíritu Santo. Aquí hay un serio problema, que es que las personas hacen muchas cosas
en dependencia de su experiencia y las reglas que han entendido y en ciertas fantasías
humanas. Apenas pueden lograr el mejor resultado, que viene al entender claramente la
voluntad de Dios al recurrir a Él y orarle, y entonces ampararse en Su obra y guía. Por esta
razón digo que la mayor sabiduría es recurrir a Dios y depender de Él en todas las cosas.

¿Cómo debes practicar la admiración a Dios y depender de Él? Algunas personas dicen:
“Tengo poca edad, mi estatura es pequeña y llevo poco tiempo creyendo en Dios. No sé
cómo admirar a Dios, así que recurrir a Él es difícil para mí. Tampoco sé cómo depender de
Dios.” ¿Es este un problema? ¿Admirar a Dios es una doctrina vacía? ¿Es una formalidad?
No. Algunas personas dicen: “La mayoría de las cosas por las que recurrimos a Dios son
nuestros deberes. No necesitamos recurrir a Dios con relación a nuestras propias
pequeñeces personales. Dios no se preocupa por ellas.” ¿Es correcta esta interpretación?
(No, es equivocada.) Entonces, ¿en qué cosas las personas deben admirar a Dios? (En
todas las cosas.) ¿Qué quiere decir “todas las cosas”? (Independientemente de si un asunto
es grande o pequeño, debemos recurrir a Dios y depender de Dios.) Algunos implican las
cosas de la humanidad normal, tales como cepillarte los dientes, lavarte la cara y comer.
Está bien que manejes estas cosas tú mismo, pero debes orar y admirar a Dios cuando te
topes con situaciones excepcionales. Supón que tu estómago te está causando malestar
hoy y está afectando tus deberes. Para esto debes orar, diciendo: “Oh, Dios, mi estómago
me está causando malestar hoy. ¿Comí algo equivocado, pesqué un enfriamiento o me
estás disciplinando por no estar dedicado a mis deberes? Oro a Ti por iluminación y guía.”
Debes clamar a Dios de esta manera; esto es lo que es “recurrir a Dios.” Pero no debes
permitir que el que recurras a Dios influencie todas tus actividades de la humanidad
normal. Después de orar y recurrir a Dios, debes ir y tener tu comida como siempre. No
puedes comer tu comida, entonces encuentra algo más adecuado para comer. Si te duele
mucho el estómago, entonces toma alguna medicina y también debes orar y buscar.
Debes trabajar con las cosas con las que deberías trabajar en la humanidad normal y no
buscar sentimientos. Pero aun así debes buscar y recurrir a Dios en este asunto. Después,
es posible que Dios te alumbrará por medio de algún asunto, y te darás cuenta
inconscientemente de que has mostrado algún comportamiento durante tus deberes que
no es tan bueno. Después de que te has dado cuenta de esto, debes entonces reflexionar
de inmediato. Debes confesar tus pecados y arrepentirte delante de Dios: “Oh, Dios, mi
propósito está mezclado cuando hago mis deberes, confío en mi propia voluntad. Soy
muy caprichoso y he afectado al progreso de mis deberes. Doy gracias por Tu disciplina y
por Tu reproche. No haré esto otra vez. Oro a Ti para que me perdones esta vez.” Después
de que oras, tu corazón está en paz. Y, sin darte cuenta, tu enfermedad mejora poco a
poco. El hombre debe hacer lo que debe hacer, pero mientras lo está haciendo, no debe
olvidar depender de Dios; esta es una manera de práctica. Cuando recurres a Dios, es
posible que Él no te dé ningún sentimiento ni ninguna idea clara, mucho menos ninguna
dirección clara, pero Él te permite algo de entendimiento. O tal vez esta vez no has
entendido nada, sin embargo ¿está bien que recurras a Dios? El que las personas
practiquen de esta manera no se hace para seguir reglas sino más bien es la necesidad en
sus corazones y es como el hombre debería practicar. No es que puedas obtener
iluminación y guía cada vez que recurres a Dios y apelas a Dios. Este estado espiritual en la
vida del hombre es normal y natural, y recurrir a Dios es la interacción normal con Dios en
los corazones de las personas.

Algunas veces, esperar en Dios no significa pedirle que haga algo utilizando palabras
específicas o solicitarle una guía o protección específica. Más bien, es cuando las personas
se encuentran con algún problema que pueden clamar a Él de una manera sincera. Así
pues, ¿qué hace Dios cuando las personas claman a Él? Cuando el corazón de alguien se
conmueve y esa persona piensa “Oh, Dios. Yo no puedo hacer esto por mí mismo; no sé
cómo hacerlo y me siento débil y negativo…”, cuando surgen estos pensamientos en ella
¿acaso Dios no lo sabe? Cuando claman a Dios de esta manera, con sinceridad, ¿Dios
accede a ayudarles? A pesar del hecho de que tal vez no hayan pronunciado una sola
palabra, muestran sinceridad y, así, Dios accede a ayudarles. Cuando alguien se encuentra
con una dificultad especialmente espinosa, cuando no tiene a nadie a quien acudir y
cuando se siente particularmente indefenso, pone toda su esperanza en Dios. ¿Cómo son
sus oraciones? ¿Cuál es su estado mental? ¿Es esa persona sincera? ¿Existe alguna
adulteración en ese momento? Es sólo cuando confías en Dios como si Él fuera lo último a
lo que puedes aferrarte para salvar tu vida, esperando que Él te ayude, que tu corazón es
sincero. Aunque tal vez no hayas dicho mucho, tu corazón ya se ha conmovido. Esto es,
que le das tu corazón sincero a Dios y Dios escucha. Cuando Dios escucha, ve tus
dificultades, y te esclarecerá, te guiará y te ayudará.

Por muy débil y pasivo que seas, por muy agraviado y negativo que te sientas, díselo a
Dios. No trates a Dios como a un extraño, puedes ocultárselo a cualquiera, pero no se lo
ocultes a Él, porque Dios es el único del que puedes depender, el único que puede
salvarte. Estas cosas solo se resuelven si la gente se presenta ante Dios. Depender de otros
no sirve de nada. Por eso, cuando la gente se topa con aquello que más puede debilitarla
y volverla pasiva, los más sabios son los que pueden presentarse ante Dios y confiar en Él.
Solo los insensatos se alejan y se ocultan más de Dios cuando surgen acontecimientos
importantes y cruciales, cuando su necesidad de confiar en Él es mayor, mientras rumian
estas cosas en su corazón. ¿Y qué ocurre cuando siguen dándole vueltas? Estos agravios
se convierten en oposición, y la oposición se convierte en resistencia y en un clamor
contra Dios. Estas personas se vuelven incompatibles con Él, y su relación con Dios se
rompe completamente. Pero cuando te encuentras con esa debilidad y pasividad, eliges
seguir presentándote ante Dios, aceptas Su soberanía sobre ti, aceptas Sus orquestaciones
y arreglos, tienes una actitud de obediencia, y cuando Dios ve tu sinceridad y tu debilidad,
Él sabe cómo guiarte, cómo sacarte de la debilidad y la pasividad. Y así, bajo la guía de
Dios, estas cosas se vuelven insignificantes. Sin que te des cuenta, Dios te ayuda a
disiparlas, hallas inconscientemente una salida, te fortaleces y ya no eres débil. Al
recordarlo, te preguntas cómo fuiste tan infantil en tu debilidad de entonces. Pero así de
infantiles son las personas. Sin el apoyo de Dios, nunca podrán pasar de ser infantiles y
estúpidos a ser maduros. La gente se vuelve cada vez más madura y adulta solo cuando,
mientras experimentan estas cosas infantiles, aceptan y se someten poco a poco a la
soberanía de Dios, y se enfrentan activamente a estos asuntos, buscando el principio y la
voluntad de Dios. Se da el caso contrario de los que cuanto más se encuentran con estas
cosas, más se alejan de Dios, más se esconden, se resisten y se oponen a Él. No le
comunican nada ni leen Sus palabras, nada de eso forma parte de su estado.

¡Dios Todopoderoso domina todas las cosas e incidentes! Mientras lo admiremos de


corazón en todo momento y entremos en el espíritu y nos comuniquemos con Él,
entonces nos mostrará todas las cosas que buscamos, y de seguro Su voluntad nos será
revelada. Nuestros corazones entonces estarán alegres y en paz, firmes con perfecta
claridad. Es crucial poder actuar según Sus palabras; sólo ser capaz de captar Su voluntad
y vivir en dependencia de Sus palabras cuenta como experiencia verdadera.

Debes lograr la entrada desde el lado de la positividad. Si esperas pasivamente, entonces,


sigues siendo negativo. Debes ser proactivo al cooperar conmigo; sé diligente y nunca
seas perezoso. Comunícate siempre conmigo y ten una intimidad aun más profunda
conmigo. Si no entiendes, no seas impaciente por los resultados rápidos. No es que no te
diré; es que quiero ver si confías en Mí cuando estás en Mi presencia y si tienes confianza
en tu dependencia de Mí. Siempre debes permanecer cerca de Mí y poner todos los
asuntos en Mis manos. No regreses en vano. Después de haber estado cerca de Mí sin
saberlo por un período de tiempo, Mis intenciones te serán reveladas. Si las captas,
entonces estarás realmente cara a cara conmigo y verdaderamente habrás encontrado Mi
rostro. Tendrás mucha claridad y estabilidad en tu interior y tendrás algo en qué confiar.
También tendrás poder además de confianza y tendrás una senda hacia adelante. Todo te
resultará fácil.

Las personas pasan la mayor parte de su tiempo viviendo en un estado inconsciente. No


saben si deben depender de Dios o de ellas mismas. Entonces tienden a escoger depender
de ellas mismas y de las condiciones y los ambientes ventajosos a su alrededor, así como
las personas, eventos y cosas que son ventajosos para ellas. Esto es en lo que las personas
destacan más. En lo que las personas son peores es en depender de Dios y recurrir a Dios
porque sienten que hacerlo es demasiada molestia. Sienten que recurrir a Dios es invisible
e intocable; que hacerlo es vago y no realista. Así, en este aspecto de sus lecciones
algunas personas tienen el peor desempeño y su entrada en ello es lo más superficial. Si
no aprendes cómo recurrir a Dios y depender de Él, nunca verás a Dios obrar en ti, guiarte
o esclarecerte. Si no puedes entender estas cosas, entonces las cuestiones como si Dios
existe o no, de si Él guía o no todo en la vida de la humanidad, terminará, en las
profundidades de tu corazón, con un signo de interrogación y no con un punto o un signo
de exclamación. “¿Guía todo Dios en la vida de la humanidad?”. “¿Observa Dios las
profundidades del corazón del hombre?”. ¿Por qué razón lo conviertes en preguntas? Si
verdaderamente no dependes de Dios ni recurres a Él, no serás capaz de generar una fe
verdadera en Dios. Si no puedes generar una fe verdadera en Dios, entonces los signos de
interrogación siempre estarán ahí para ti, acompañando a todo lo que Dios hace, y no
habrá puntos.

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