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Cada día oímos y leemos noticias inquietantes que nos pueden robar la paz.
No solo eso, en nuestra vida personal y familiar pasamos por enfermedades,
problemas económicos y muchas situaciones que alteran nuestro vivir. Pero
en medio de todo eso, Dios nos quiere dar su paz.
Oremos hoy para que nos llenemos de la paz del Señor, la que sobrepasa todo
entendimiento. Pidamos a nuestro Padre celestial que guarde nuestros
pensamientos y corazones, que quite toda ansiedad y que nos llene desde
este momento con su presencia pacificadora. Él obrará en cada situación,
podemos creerlo con confianza.
Pidamos a Dios que nos ayude a fijar nuestra mirada en él y en lo que él desea
que hagamos en medio de este mundo corrupto. Que Dios llene nuestros
corazones de confianza, sabiendo que su justicia llegará. Oremos para que
Dios nos dé valentía. Que siempre hagamos lo que es correcto y justo, sin
dejarnos llevar por las corrientes del mundo. Que su justicia fluya a través de
nosotros, sus hijos.
25. Por la segunda venida de Jesús
¡Miren! ¡Ya pronto vengo! Y traigo conmigo mi galardón, para recompensar a cada uno
conforme a sus acciones. 13 Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el
último.
El que da testimonio de estas cosas dice: «Ciertamente, vengo pronto.» Amén. ¡Ven, Señor
Jesús!
Apocalipsis 22:12-13 y 20
El Señor Jesús prometió que regresará y esa es la gran esperanza de cada uno
de sus hijos. Este mundo es duro e incierto, pero tenemos la certeza de que
estaremos toda la eternidad con Jesús.
Oremos a Dios para que nos ayude a estar preparados para la segunda venida
de Jesús. Que seamos hijos fieles a Dios y que nos aferremos a la esperanza de
la vida eterna que disfrutaremos con él.
Oremos también por los que todavía no han oído las buenas nuevas del
Evangelio. Que muy pronto ellos puedan saber que Cristo volverá, que
necesitan recibir la salvación mientras todavía hay tiempo.
Seguro que, si no estás enfermo, por lo menos conoces a alguien que lo está.
¡Qué bueno saber que Dios tiene poder para sanar cualquier enfermedad!
Oremos por los enfermos que conocemos, para que Dios obre en sus cuerpos y
en sus corazones. Que puedan sentir el poder de Dios obrando y sanando toda
enfermedad.
Oremos por los enfermos que todavía no conocen al Señor, que puedan, sobre
todas las cosas, oír su mensaje de amor y rendirse a él. Que Dios obre en sus
cuerpos de forma poderosa y que él sea glorificado.
Hoy día hay muchas personas con conflictos de identidad, no saben quiénes
son, por qué Dios las hizo como son ni para qué han sido creadas. Gloria a Dios
que en él nos sabemos hijos amados, preciosos y valiosos. En Dios nuestra
vida tiene sentido. ¡Nadie nos puede quitar nuestra posición en Cristo!
Demos gracias a Dios por la forma en que nos hizo, a su imagen y semejanza.
Él tiene un propósito precioso para cada uno de nosotros.
Oremos para que Dios nos dé osadía, valor para hablar sobre él y para orar por
otras personas. Que su reino se extienda a cada rincón del planeta durante
nuestra generación y que su voluntad se cumpla en todo momento.
29. Que sea Dios quien nos guíe y dirija en cada decisión
y en cada situación que enfrentemos
Señor, dame a conocer tus caminos;
¡Enséñame a seguir tus sendas!
5
Todo el día espero en ti;
¡enséñame a caminar en tu verdad,
pues tú eres mi Dios y salvador!
(Salmo 25:4-5)
Son muchas las decisiones que debemos tomar cada día que repercutirán
firmemente en nuestro futuro. Queremos ser guiados por Dios, queremos
hacer su voluntad en todo momento para que él sea glorificado.
Son muchos los hermanos en Cristo que viven en países donde prohíben creer
en Jesús como Señor y Salvador. ¡Intercedamos cada día por nuestra familia
en Cristo! Pidamos la protección de Dios sobre sus vidas, que él los fortalezca
y les dé valor para perseverar en medio de la oposición a la que se enfrentan.
Oremos por la unción del Espíritu Santo sobre cada uno de nuestros
hermanos. Que ellos puedan sentir la presencia de Dios en todo momento y
que vean cómo Dios los cuida y los ayuda a seguir adelante, fieles en él.
Oremos también por cambios en las leyes de los países para que permitan la
adoración a Dios con libertad.
Oremos que cada gobernante busque la paz, para que todos podamos vivir
tranquilos y con estabilidad. Que los líderes políticos busquen el bienestar del
pueblo y rechacen la corrupción. Que lideren conforme al modelo de liderazgo
que agrada a Dios. Que guíen a las naciones al progreso con rectitud, que
valoren lo que Dios valora y rechacen lo que Dios rechaza.
Como hijos de Dios, queremos obedecerle en todo, andar en sus fuerzas y con
su poder. Para eso necesitamos estar llenos del Espíritu Santo en todo
momento. Oremos para que, como iglesia, tengamos sed de Dios, que
busquemos la presencia de su Espíritu y su dirección cada día.
Aun siendo cristianos, a veces pasan los días sin que demos gracias a Dios por
sus bendiciones. ¡Y son tantas las bendiciones que Dios nos concede! Oremos
por corazones llenos de agradecimiento ante las constantes bendiciones de
Dios.
Demos gracias a Dios por cada cosa buena que nos ha concedido en esta
semana: salud, familia, su cuidado, su presencia, el gozo de ser sus hijos, la
paz eterna que tenemos en él, nuestros hijos, el techo sobre nuestra cabeza, la
salvación en Jesús... nombremos y agradezcamos por todo lo que venga a
nuestra mente. ¡Dios es bueno y muy generoso!
Hay muchas personas que no tienen buenos modelos para seguir. Oremos
para que Dios nos ayude a tener una conducta ejemplar que inspire a los
demás. Oremos para que Dios nos ayude a ser ejemplos de integridad, que
siempre cumplamos lo que prometemos, y digamos la verdad en amor. Que
nuestra profunda fe inspire a otros a servir a Dios de todo corazón.
37. Que los hijos de Dios nos mantengamos firmes y no
cedamos ante la tentación
Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero Dios
es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más
bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan
resistir.
(1 Corintios 10:13)
Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero
la carne es débil.
(Mateo 26:41)
Una vida fuerte en el Señor nos ayudará a resistir la tentación. Pidamos a Dios
que nos dé hambre y sed de él, un deseo inmenso de hacer su voluntad en
todo momento. Que Dios nos dé sabiduría para no meternos en situaciones de
tentación, que sepamos escoger las amistades, los lugares que visitamos, las
películas que vemos. Oremos para permanecer siempre firmes y fuertes en el
Señor.
Oremos también para que Dios nos libre de la hipocresía o dualidad. Que no
busquemos impresionar a las personas con nuestras acciones mientras
nuestros corazones permanecen rebeldes ante Dios. Que Dios nos ayude a
estar firmes en él y a ser íntegros en todo momento, viviendo conforme a su
voluntad y obedeciendo sus mandatos de todo corazón.
Muchos de los que nos rodean están ciegos espiritualmente. No consiguen ver
la grandeza de la gloria de Dios, revelada en la naturaleza. Oremos para que se
abran los ojos espirituales de los que nos rodean. Que ellos despierten y se
den cuenta de la grandeza, el poder y la gloria de Dios antes de que sea
demasiado tarde.
Demos gracias a Dios por la esperanza de la vida eterna que tenemos en él.
Allá no habrá más sufrimientos, despedidas, incertidumbre, enfermedad,
muerte. En Cristo tenemos la esperanza de una eternidad con él, sin dolor ni
separación.
Hoy día hay muchos países que se encuentran en guerra, sea guerra civil o con
otros países. La guerra trae mucho sufrimiento, destrucción, inestabilidad,
muertes. Oremos porque pueda volver la paz a esos países. Oremos por
sabiduría para los gobernantes, que se humillen ante Dios y busquen su
voluntad.
Oremos por los desplazados por la guerra, los que han perdido familiares,
amigos y casas y no saben a dónde ir. Oremos por lugares de acogida donde
puedan recuperarse del gran trauma que han pasado. Oremos por la sanidad
de sus almas, que tengan un encuentro con Jesús y sientan su paz, su cuidado
y su amor.
Todos somos diferentes, a veces no es tan fácil mantener la paz con los
hermanos en la fe. Oremos que el amor de Dios llene nuestros corazones y nos
ayude a amarnos y perdonarnos los unos a los otros. Que podamos ser
ejemplo de unidad para los que nos rodean y que, con nuestra buena actitud,
inspiremos a otros a buscar a Dios.
Que como iglesia, permitamos que el Espíritu Santo nos llene y nos dirija en
todo momento. Que no nos aferremos a nuestras ideas, sino que
obedezcamos a Dios quien nos manda a amarnos y perdonarnos. Que nuestro
testimonio de unidad inspire a los que nos rodean, que la luz de Cristo brille
bien fuerte a través de su iglesia unida.
Mostremos nuestro amor a Dios con nuestra manera de vivir. Vivamos de una
forma que le glorifiquemos en todo lo que hacemos. Que nuestro
comportamiento sea un cántico de amor ante Dios, vivamos para él.
Que sea la voluntad de Dios la que se cumpla siempre. Que Dios nos ayude a
someternos a su voluntad y a confiar en su bondad en medio de cualquier
situación. Demos gracias a Dios por su compañía en todo momento y oremos
para que estemos siempre conscientes de su presencia y cuidado.
Los seres humanos podemos ser infieles, pero Dios permanece fiel siempre.
Demos gracias a Dios por su fidelidad en todo momento, porque aun cuando
todos nos abandonan, él permanece fiel.
Pidamos a Dios que nos ayude a ser fieles a él en medio de cualquier situación.
Que nos mantengamos firmes en medio de la tormentas de la vida, aferrados a
él. También, que confiemos en su fidelidad y nos amparemos en sus brazos de
amor, sabiendo que él cuida de nosotros y nos ayuda siempre.
Es triste ver la condición de algunas familias hoy día, llenas de tensión y enojo.
Oremos por la protección de las familias cristianas, que cada miembro esté
lleno de la presencia del Señor y sea transformado por su amor y su presencia.
Que los padres enseñemos a los hijos las palabras de la Biblia y que seamos
ejemplo de amor y respeto para ellos.
Todos anhelamos que nuestros familiares y amigos sean salvos, que disfruten
del amor y del perdón del Señor. Oremos por los que amamos, que sus
corazones se ablanden ante el Señor y que reciban a Jesús como Señor y
Salvador. Que se den cuenta del vacío que hay en sus corazones y que sepan
sin ninguna duda, que solo Dios puede llenar ese vacío.
Pidamos a Dios que nos ayude a dar buen testimonio y a orar constantemente
por aquellos que aún no le conocen. Que Dios nos use para bendecir y amar a
nuestros familiares y que a través de ese amor, ellos se rindan al amor de Dios.
51. Que podamos multiplicarnos y crecer como iglesia.
Que impactemos la comunidad en la que estamos con el
amor de Dios y su mensaje de salvación
Ustedes son la sal de la tierra. Pero, si la sal se vuelve insípida, ¿cómo recobrará su sabor?
Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche y la pisotee.
14
Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede
esconderse. 15 Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se
pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa. 16 Hagan brillar su luz
delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre
que está en el cielo.
(Mateo 5:13-16)
Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. 2 De repente,
vino del cielo un ruido como el de una violenta ráfaga de viento y llenó toda la casa donde
estaban reunidos. 3 Se les aparecieron entonces unas lenguas como de fuego que se
repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos. 4 Todos fueron llenos del Espíritu Santo y
comenzaron a hablar en diferentes lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse.
5
Estaban de visita en Jerusalén judíos piadosos, procedentes de todas las naciones de la
tierra. 6 Al oír aquel bullicio, se agolparon y quedaron todos pasmados porque cada uno los
escuchaba hablar en su propio idioma. 7 Desconcertados y maravillados, decían: «¿No son
galileos todos estos que están hablando? 8 ¿Cómo es que cada uno de nosotros los oye
hablar en su lengua materna?»
Hechos 2:1-8
Que nuestras vidas reflejen el amor de Dios de tal forma que nuestros vecinos
deseen saber más del Señor. Que seamos una iglesia viva que se interesa por
la comunidad y que ayuda de forma práctica a los demás. Que sea el Espíritu
Santo el que nos guíe siempre y que nos ayude a multiplicarnos para su gloria.
Son muchas las bendiciones que recibimos de Dios cada día, nuestra propia
vida es un regalo de Dios. Demos gracias a Dios por todas sus bondades físicas
y espirituales. Pensemos en todas las maneras en las que él nos ha bendecido
en esta última semana y demos las gracias al Señor.
Dios sabe lo que necesita cada persona, él conoce el corazón de cada uno. Y es
él quien nos mostrará cómo acercarnos a cada persona para compartir su
evangelio. Pidamos a Dios sensibilidad a su voz, humildad para someternos a
él y osadía para llevar su mensaje de salvación. Que la luz de Cristo brille a
través de nuestras buenas obras y que los que nos rodean glorifiquen al Rey
de reyes.
Oremos para que Dios nos muestre a quién debemos perdonar y que nos
revele los pasos que debemos tomar para deshacernos del rencor. Que
nuestros corazones sean más como el corazón perdonador de Dios.
54. Que tengamos más hambre y sed de Dios. Que busquemos su presencia cada día
Busquen al Señor mientras se deje encontrar,
llámenlo mientras esté cercano.
7
Que abandone el malvado su camino,
y el perverso sus pensamientos.
Que se vuelva al Señor, a nuestro Dios,
que es generoso para perdonar,
y de él recibirá misericordia.
(Isaías 55:6-7)
El corazón me dice: «¡Busca su rostro!»
Y yo, Señor, tu rostro busco.
(Salmo 27:8)
Dios nunca nos deja, somos nosotros los que nos alejamos de él. Nos dejamos
llevar por el trajín diario, pero la verdad es que, mientras más cerca estamos
del Señor, mejor nos sentimos. ¡Necesitamos sentir la presencia de Dios!
Oremos que tengamos el deseo de buscar la presencia de Dios cada día. Que
sintamos la urgencia de sentir al Señor a nuestro lado en todo momento.
Oremos por una nueva unción de Dios sobre nosotros. Que tengamos hambre
y sed del Señor, que anhelemos sentir su presencia cada día y buscar su rostro
en todo momento.
55. Que seamos más comprensivos y generosos ante las
necesidades de los que nos rodean. Que amemos a los
demás como a nosotros mismos
En efecto, toda la ley se resume en un solo mandamiento: «Ama a tu prójimo como a ti
mismo».
(Gálatas 5:14)
En esto conocemos lo que es el amor: en que Jesucristo entregó su vida por nosotros. Así
también nosotros debemos entregar la vida por nuestros hermanos. 17 Si alguien que posee
bienes materiales ve que su hermano está pasando necesidad, y no tiene compasión de él,
¿cómo se puede decir que el amor de Dios habita en él? 18 Queridos hijos, no amemos de
palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad.
(1 Juan 3:16-18)