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EL SISTEMA DEL PAJARO, COLOMBIA, PARAMILITARISMO Y CONFLICTO SOCIAL.

DESDE LA TEORIA DE LA DOMINACION DE MAX WEBER

Nataly Rojas.

Guido Picolli es un periodista y filosofo italiano, profesional desde 1984. Ha sido enviado
por varios medios a Palestina, Israel, Líbano, Marruecos, Turquía, Irlanda, País Vasco,
Irak, Sri Lanka, Panamá, , Méjico, Colombia, Perú y Venezuela. En 1989 organizó la
primera agencia periodística alternativa en Jerusalén. Ha escrito decenas de seriados
radiales para la emisora italiana Rai y la suiza RSI como “Don Pablo” o “Mapiripán non é
una canzoncina” sobre la vida de Pablo Escobar o la famosa masacre en el Meta y ha
trabajado como dialoguista en algunos seriados de televisión italiana. Además de algunos
libros colectivos, ha escrito “Pablo e gli altri” (1994), biografía de Pablo Escobar publicada
por Ega; “Colombia” (1996), publicada por Clup-Utet, y “Colombia, il paese dell’eccesso”
(2003), publicado por Feltrinelli, traducido al castellano y publicado en el 2004 con el título
“El sistema del pájaro. Colombia, paramilitarismo y Conflicto Social” en el 2005.

En este libro Guido Picolli analiza el surgimiento y el proceso del surgimiento el desarrollo
y la consolidación de la violencia en Colombia, muestra detalladamente los procesos
para comprender el fenómeno del conflicto armado. La condición del fenómeno del
paramilitarismo, que en sus inicios tenia como finalidad vigilar y proteger las tierras de
los grandes hacendados y ganaderos en regiones donde no hacia presencia el
Estado, devino en una organización político-militar que subordino a la clase política
nacional y es en lo que se enfoca Picolli, en el surgimiento del paramilitarismo, por eso
hace referencia a los “pájaros” conservadores, los cuales son la punta de lanza de este
sistema de represión y privatización, y son quienes dan nombre al libro. El autor hace una
analogía en uno de sus capítulos sobre el momento espeluznante del 9 de abril con una
corrida de toros. El surgimiento de las FARC, enmarcando el proceso de la guerra fría en
Europa, mostrando a si la lucha de los gobiernos y los estados contra el comunismo y la
contrainsurgencia, así es como se empieza a vivir en Colombia un sistema de represión
estatal escudado en un sistema democrático, donde el Estado calla cualquier voz de
oposición que intente “deslegitimizar” sus intereses privados. luego de describir el
sistema paraestatal de Colombia, Picolli habla del “Robín Hood “ que surgía, y en el cual
la mayoría del pueblo empezaría depositar su confianza, el M-19, que se mostraba como
la única salida a la represión estatal y a la desigualdad social del país. Así Picolli
concluye haciendo un balance pesimista de la situación en Colombia, la violencia
arraigada al colombiano, inherente a Él.

Para Max Weber el Estado es “aquella comunidad humana que dentro de un determinado
territorio, reclama para sí el monopolio de la violencia física legitima”, y luego precisa que:
“el Estado es una relación de dominación entre hombres, que se sostiene luego de la
violencia legítima”. La fuerza coercitiva del estado nace de su propio poder, de allí su
capacidad para monopolizar legalmente la fuerza. En las sociedades, tanto
contemporáneas como modernas, han existido y existen conflictos armados, como el
colombiano, causados por la pérdida del monopolio de la violencia física legítima por parte
del Estado y por el surgimiento de nuevos proyectos de sociedad. Por lo tanto según
Weber el Estado no solo definiría el monopolio de la fuerza física, sino que además de
eso integra la sociedad y el territorio nacional, y media los conflictos sociales y asegura la
coordinación sistemática de la sociedad, se puede afirmar que la crisis política y social
Colombiana que Guido Picolli expone en su libro, El Sistema del Pájaro, Colombia,
paramilitarismo y Conflicto Social, es consecuencia de la debilidad del Estado, debido a
su incapacidad histórica para integrar el territorio nacional, y establecer el monopolio
legitimo de la fuerza. Pero no se habla de fuerza militar, sino una fuerza de acción que no
traspase los límites de la acción legal y legitima de un país, es decir su ley, su
constitución, allí es cuando hablamos de la anomia en el Estado colombiano. Ignorando ó
desconociendo los canales institucionales, lo que lleva a una profunda
desinstitucionalización y a la paraestatalización en la resolución de los conflictos
ciudadanos. como bien lo decía el procurador Jiménez Gómez en el año 86’ Cuando
salieron a flote las polémicas por la vinculación de paramilitares con miembros del
gobierno y las Fuerzas Militares: “ no rigen en Colombia sino, dos constituciones: la que
venden en librerías y farmacias, edición en rustica para uso de la generalidad de los
colombianos, y otra vendida sutilmente a pasos inaudibles y sigilosamente entronizada en
el corazón de la sociedad y del Estado, no se sabe cuándo, ni como, ni por quien, de uso
privado de las Fuerzas Armadas” (Procurador, 1986), no era necesario profundas
investigaciones para saber que cada vez que se presentaba un proyecto encaminado a
introducir en el código penal el delito de la desaparición forzada, era rechazado por que el
ministerio de defensa lo estimaba “no conveniente”, y la cúpula de las fuerzas armadas lo
juzgaban “una limitación de la posibilidad de iniciativa militar “, era evidente el Estado no
podía ajustarse a la lucha legítima y legal para combatir a los movimientos subversivos
que estaban en auge. El ministro Cesar Gaviria presidente de la Republica, admitió en
septiembre de 1987 la existencia a lo largo del país de más de 128 grupos de “justicia
privada” que definió como: “respuesta errónea a la presión de la guerrilla”. El problema del
conflicto armado, es atravesado por la práctica del narcotráfico, todos los factores de la
guerra están tocados directa o indirectamente por el, ya sea por el financiamiento de
grupos al margen de la ley, o para sobornar agentes del Estado. “Los chulavitas, los
pájaros y demás grupos fueron organizados por directorios políticos, por hacendados y
por comerciantes para defender sus intereses y una identidad política determinada. Las
características en ese período debemos tenerlas muy presentes, porque son claves para
entender el problema del paramilitarismo actual. La lealtad partidista y la actividad criminal
de estos grupos tenía como contraprestación la tierra, que se le quitaba a las víctimas; así
se alimentó todo ese holocausto

Los vacíos éticos y culturales que completan la anomia social han generado una crisis
profunda de credibilidad social, de desinstitucionalización política y de informalidad
económica.1

La privatización del uso de la fuerza, la utilización de grupos privados en la guerra es la


muestra de la degradación de la “legimitimidad” del Estado y de su credibilidad, la
muestra del ciudadano colombiano que no siente protección ni para él ni para su
propiedad, que es una de las funciones principales del Estado, por no decir que la razón
de ser como lo afirman en sus textos algunos de los autores contractualitas como Jean-
Jacques Rousseau, aun este autor ya pronosticaba la paradoja del Estado, como

1
HABERMAS, Jurguen, (2002): Ensayos políticos, Madrid: Península.
inicialmente se explicaba, su funcionalidad, en pro del bienestar común, dando protección
a cada uno de los ciudadanos, pero bajo esa imagen se refugian interés particulares
que nada tienen que ver con el bienestar de la comunidad, afirma Rousseau : “En fin,
cuando el Estado, arcano a su ruina, sólo subsiste bajo una forma ilusoria y vana, y el
lazo social se ha roto en todos los corazones; cuando el vil interés se viste
descaradamente con el manto sagrado del bien público, entonces la voluntad general
enmudece y todos, guiados por motivos secretos, opinan como ciudadanos de un Estado
que jamás hubiese existido, haciendo pasar subrepticiamente bajo la designación de
leyes, decretos inicuos que sólo tienen como objeto un interés particular2 Que podemos
esperar de un estado que dice ser democrático y traspasa los límites acordados bajo su
misma legislación, quebrantando sus leyes, es un estado déspota.

Así que el tema del conflicto armado y el paramilitarismo en Colombia es un problema de


fondo, que no se debe netamente a la represión estatal, ni como lo señala Guido Picolli al
final de su obra enfatizando que es el reflejo de la naturaleza violenta que caracteriza al
colombiano desde épocas aborígenes, pero si concuerdo con lo que dice, expresando que
la metodología pragmática del gobierno de un exterminio sin límites no conlleva sino a
fragmentar el problema y no a eliminar el problema de raíz. “el narcotráfico terminara por
arte de magia, y fuera derrotada la guerrilla por un milagro, todo continuaría como antes.
La guerra utilizaría otros recursos para seguir adelante, y la miseria y el despotismo
producirían otras guerrillas. El sistema no hace milagros, por muy eficaz y moderno que
sea. Solamente llena cementerios y fosas comunes"3

Si el Estado tiene el monopolio de la fuerza, a la sociedad solo le queda acogerse al


monopolio o hacerle resistencia, tratando de combatirlo.

2
Jean Jacques Rousseau; El Contrato Social;(2011) Editorial Gredos Libro Tercero,
Capitulo I; Pg. 98
3
Guido Picolli; El Sistema del Pájaro, Colombia, paramilitarismo y conflicto social; Capitulo
XXV; Pg. 228

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