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Christel Petitcollin

C u a d e r n o
e r c i c i o s
de ej
para salir del juego de
víctima, verdugo y
salvador
Ilustraciones de Jean Augagneur
Para aligerar el texto, se utiliza el género masculino
en ciertos casos, aunque como es lógico, el cuaderno
implica por igual a mujeres y hombres. (N. del E.)

Título original
Petit cahier d’exercices pour sortir du jeu victime,
bourreau, sauveur)
© Éditions Jouvence, 2014
Éditions Jouvence S.A.
Francia: BP 90107 - 74161 Saint-Julien-en-Genevois Cedex
Suiza: CP 89 - 1226 Thônex (Genève)

Primera edición: marzo de 2017

© de esta edición: Ediciones Urano, S.A.U.


Aribau, 142, pral. – 08036 Barcelona

www.terapiasverdes.com

© de la traducción: Susana Peralta

Cubierta: Éditions Jouvence


Compaginación: Stéphanie Roze
Dibujos de cubierta e interior: Jean Augagneur

Fotocomposición: Ediciones Urano, S.A.U.

Impresión: UNIGRAF, S.L.


Avda. Cámara de la Industria 38 – 28938 Móstoles (Madrid)

Depósito legal: B-2.640-2017

ISBN: 978-84-16972-06-7

Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización


escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones
establecidas por las leyes, la reproducción total
o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento,
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y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler
o préstamo públicos.
s
Los juegos psicológico

La noción de «juego psicológico» ha sido elaborada por


Éric Berne, el psiquiatra que fundó el Análisis transaccional.
Observando las relaciones humanas, o más precisamente lo que
ha denominado «transacciones» entre humanos, Éric Berne
tuvo la intuición de que ciertos intercambios, sobre todo los
intercambios negativos, están sujetos a códigos, son repetitivos
y nos encierran en juegos de rol. Observando diversas situa-
ciones, como las del alcohólico y su entorno, Éric Berne ha
tratado de identificar los distintos actores y sus papeles: el
ingenuo, el proveedor, etc. Pero es a Stephen Karpman a quien
debemos el concepto de «triángulo dramático». Karpman per-
feccionó el modelo pergeñado por Éric Berne sintetizando los
intercambios entre participantes de juegos psicológicos en tres
grandes roles: la víctima, el verdugo y el salvador.

La denominación «juegos psicológicos» se utiliza por


diversos motivos:
QQEl primer motivo es que se trata precisamente de
los roles que los participantes se distribuyen entre 3
sí e interpretan con énfasis.
QQEl segundo es el aspecto codificado y repe-
titivo de los intercambios: si grabásemos nues-
tras peleas recurrentes, nos daríamos cuenta de que sus
diálogos (¡o monólogos!) son prácticamente idénticos en
cada ocasión, desde el comienzo de la pelea hasta el final.
El dictáfono podría terminar la disputa en nuestro lugar.

QQFinalmente, el análisis transaccional ha diseccionado el


desarrollo de estos intercambios negativos identificando un
comienzo de la pelea, como un lanzamiento de dados, una pro-
gresión de los intercambios verbales, como un desplazamiento
de fichas en el juego de la oca, y una conclusión en forma de
golpe de efecto que concluye el juego.

Las relaciones basadas en juegos psicológicos son negativas:


consumen nuestras energías, nos desgastan y nos intoxican.
4 Este cuaderno de ejercicios te permitirá conocer, comprender,
desactivar y neutralizar estos juegos; sobre todo, te enseñará a
no recaer en ellos y a conseguir así unas relaciones más sanas.
El triángulo dramático

Es un juego psicológico que combina:

QQun juego de rol;


QQun juego de las sillas musicales;
QQun juego de tiros a portería;
QQy ensayos transformados, como en el rugby.

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El juego de rol
La primera característica de los juegos psicológicos es la
distribución de estos tres roles complementarios:

El triángulo dramático de S. Karpman

Todos tenemos nuestro rol preferido para entrar en el juego;


no obstante, podemos jugar los tres roles.

QQEl rol de víctima: la víctima es quejica, incluso llorona,


desgraciada y pasiva. Pretende ser pura, inocente e impotente.
6 A menudo se siente perseguida por catástrofes; por aña-
didura, tiende a meter la pata y es tan exasperante que no
podemos evitar ponerla en su sitio.
N.B.: observaréis que «la víctima» no existe en masculino. Sin
embargo, ¡los hombres saben hacerse la víctima tan bien como las
mujeres!

QQEl rol del verdugo: el verdugo es severo, crítico,


hiriente y desdeñoso. Sus juicios son definitivos e ina-
pelables. Inspira miedo y cuesta llevarle la contraria.
En ciertos casos, puede llegar a ser malvado, cruel o
amenazante; puede gritar e incluso pegar.

QQEl perseguidor: versión «light» del verdugo, el perse-


guidor es un acosador más cotidiano y más taimado. Denigra,
se niega a dar su aprobación, exporta su insatisfacción cró-
nica... En pocas palabras, en lugar de golpear con un martillo,
practica la tortura de la gota de agua.

N.B.: observaréis que «el verdugo» no existe en femenino. Sin


embargo, ¡las mujeres saben hostigar tan bien como los hombres!

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QQEl rol del salvador: el salvador es un adicto al tra-
bajo. Siempre está dispuesto a salir en defensa de los
oprimidos y de las causas perdidas. Dice ser una per-
sona fuerte, equilibrada y altruista.
Su lado protector infantiliza a su
entorno. Su ayuda resulta a menudo
inadecuada. Crea deudas morales
para retener a las personas.

Conviene recalcar que estos


roles fueron en su momento
¡El salvador es el tipo
de persona que sacaría una respuesta adaptada a una
a los peces del agua situación real. El persegui-
para permitirles respirar! dor se ha sentido realmente
frustrado por su entorno, el
salvador se ha visto obligado a hacer grandes esfuerzos para
cosechar escasos signos de atención, y la víctima ha vivido
realmente situaciones dramáticas y dolorosas.

Sin embargo, a menudo el uso exagerado que hacen de estos


comportamientos acaba derivando en una conducta inade-
cuada y manipuladora.
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El juego de las sillas musicales se
combina con el juego de rol
Podréis observar que el funcionamiento de nues-
tra sociedad se basa en este triángulo
dramático.

He aquí algunos ejemplos:


QQReconoceréis en el rol de víctima
al ciudadano que paga sus impuestos,
en el rol de verdugo, al policía y a los
inspectores de Hacienda, y en el rol de salva-
dor, a la enfermera o al bombero.
QQEl pobre desempleado (víctima) que ha sido despedido
por la malvada empresa (verdugo) se dirigirá a la Oficina de
Empleo (salvador) para encontrar trabajo.
QQLa bondadosa ONU (salvador) debe defender al país ata-
cado (víctima) del país agresor (verdugo).

Pero para defender al país víctima, la ONU salvadora


debe convertirse en el verdugo del país verdugo que se 9
convierte a su vez en la víctima del salvador.
Cuando el pobre desempleado víctima se dirige a la Oficina
de Empleo, se tiene que enfrentar a un verdugo que le
exige que busque activamente trabajo, so pena de perder
sus subsidios. Paralelamente, la Oficina de Empleo tendrá la
sensación de lidiar con un parado torpe y exasperante, que
no se esfuerza por encontrar trabajo. En tanto que Salvador
abocado al fracaso, la Oficina de Empleo tendrá asimismo el
derecho de sentirse perseguido.
De esta forma, el juego de rol se complica hasta conver-
tirse en un juego de sillas musicales: cuando entramos en
el triángulo, no hacemos más que dar vueltas en su interior
para acabar perdiendo nuestra silla.

Entonces, ¿por qué jugamos?


QQCada rol conlleva beneficios secundarios:
El rol de víctima depara la impunidad, es decir la posibilidad de
no responder de nuestros actos.
Cuando se es víctima, se es al 100% puro e inocente. Jacques
Salomé añade un beneficio adicional: el placer erótico que
obtendríamos al quejarnos, al gimotear y a creernos conde-
nados a la impotencia.
10 El papel de verdugo crea una ilusión de poder y permite eva-
cuar nuestras frustraciones hacia los más débiles que
nosotros. En mi consulta, un joven me explicó la siguiente
anécdota: creía ser un verdugo de corazones y se permitió
decirle a su nueva conquista: «¡No te encariñes conmigo,
muñeca, vas a sufrir!». Para su gran sorpresa, su nueva
amiga se echó a reír y replicó: «¡Pero qué pretencioso eres
al creer que tienes el poder de hacerme sufrir!».

que consiente,
Así es: sin una víctima
¡ya no hay verdugo!

El rol de salvador alimenta el ego y permite que nos creamos


más fuertes y más equilibrados de lo que somos realmente al
rodearnos de víctimas débiles. Este rol permite asimismo huir
de los propios problemas ocupándonos de los de los demás.
Los salvadores han sido a menudo tratados como personas
adultas durante su infancia y han tenido que cargar demasiado
pronto con responsabilidades excesivamente pesadas.

QQEl triángulo dramático es también, y sobre todo, el trián-


gulo de la inmadurez.
Estos roles son los roles exagerados y pervertidos de las
situaciones de la infancia.
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El rol de víctima reproduce todos lo aspectos negativos
de un niño sumiso y adaptado a su entorno parental, que
trata de satisfacer al adulto para obtener su protección.
El rol de verdugo representa los aspectos negativos de
unos padres autoritarios que critican, riñen y persiguen.
El rol de salvador es una síntesis de todos los aspec-
tos negativos de unos padres sobreprotectores. Infantiliza,
asfixia y crea dependencia.

o, no hay
En el juego del triángulo dramátic
lugar para una actitud adulta:
s que se
sólo están implicadas las persona
niños.
comportan como padres o como

Un juego de tiro a portería


y de transformación de ensayos,
¡como en el rugby!
A la víctima, la palabra «responsabilidad» le viene muy grande.
La posibilidad de que esta noción se aplique a su caso queda
descartada. ¡Una víctima no puede tener ninguna responsa-
bilidad en su desgracia! Por este motivo, ante toda persona
que insinúe que no es tan inocente como parece, la víctima
12 indignada negará vehementemente cualquier responsabilidad.

<< ¡No es mi culpa!>>


El principal desafío
o
del triángulo dramátic
es un gran balón:
LA RESPONSABILIDAD

De esta forma, la víctima se transforma en portero. Si inten-


tas enviarle el balón «responsabilidad», lo chutará enérgica-
mente para lanzarlo lo más lejos posible de su portería. El
objetivo es asimismo devolverle ese maldito balón a quien lo
ha lanzado. ¡Te comportas como un gran verdugo al atreverte
a acusarlo de tener algo que ver! ¿Acaso no tienes corazón?
O, alternativamente, eres un pésimo salvador. ¡Todo es culpa
tuya!
El verdugo y el salvador, en su ilusión de responsabilidad,
recogen el balón «responsabilidad». Pero olvidan un elemento
esencial:

La responsabilidad es indisociable
del poder de actuar. 13
¡Solo puedo ser responsable de aquello sobre
lo cual ejerzo un poder de acción directo!
El ensayo se transforma en el instante en que la víctima ha
conseguido pasarle el balón a otro. La responsabilidad se
transforma en culpabilidad tan pronto como se encuentra en
manos del salvador o del verdugo. Culpabilidad por ser un sal-
vador tan pésimo en el primer caso, culpabilidad por perseguir
a un inocente en el segundo. En ambos casos, el salvador y
el verdugo olvidan un elemento esencial: ¡no tienen el poder!
La culpabilidad es una transferencia de responsabilidad sin el
poder de actuar.

Única solución:
cortar el balón en pedazos
y redistribuir las responsabilidades.
¿Qué parte le corresponde a cada cual?

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