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Revista cultural

#004 / Noviembre 2020

MEUI

ir juntos
EDITORIAL
Hablar de Brujas nos remite a la noche, al poder y
culturalmente al miedo. Sin embargo, hay un lado oculto,
uno más íntimo, personal y familiar, uno que nos remite a
nuestro origen y a la magia y poder nacido en la tierra que
nos vio nacer. Hay mucho que decir sobre ellas, las viejas
encorvadas. Sobre las jóvenes de mirada profunda y
también sobre esas niñas misteriosas cuyo poder apenas
podemos imaginar y sin embargo, en esta edición de
MEUI trataremos de lograr que todas aquellas palabras
que no se han pronunciado aún sobre Brujas, salgan como
hechizos en uno de los ejemplares más místicos que
hemos tenido en este caminar... La noche es joven, los
peligros son muchos... ¿Nos acompañas?
Paola Klug

´INDICE
1........ Si lo lees, te va a chupar la bruja/ Khatia García
4...........Canela/ Silvia Pantoja// Brujas/ Eulalia Ramos
5.................................Artemio y Melesio/ Andrés Díaz
8.......................Por tres/ Belén C. Hermosillo Jaramillo
11.....................................El trato/ Kalton Harold Bruhl
12..........................La cacería / Trinidad Jiménez Chino
13............Danzas infernales/Miguel A. Ramírez-López
15.......................Don Porfirio/ Berónica Palacios Rojas
16......Mujer, polvo de canela/ Berónica Palacios Rojas
17.................................. ¿Duendecillo?/ Ale Montero//
**Meui es una publicación trimestral
autónoma virtual (en pdf) e impresa, impulsada
Llanto/ Juan Martínez Reyes
por Sueño Colectivo, la Ciudad de los Violines 18............................Susurros/ Ana Saavedra Villanueva
y Espacio Libre. 19.........................................................Sing Wan Chong
**Registro ISSSN en trámite. 23...................................................Bruja/ Pilar Cáceres
**Cualquier reproducción total o parcial de los 25.......................El camino hacia la magia/ Rossy Ruiz
textos e imágenes aquí publicadas, requiere 27.........Las brujas de mi pueblo/ Monserrat Rodríguez
autorización de su autor: Rivera
29.......................La Bruja y El Miedo/ Carla Tochijara
33.......................Pachita/Rafael Eduardo Herrera Ortiz
Maquetación y diseño 36.........................Algunos de nuestros artistas visuales
Jesús Baldovinos Romero 37.....La vampira del Centro Histórico/ Miguel Á. Sosa
La Nopalera Ediciones 39...................Viene por ti/ Jesús Ramón Abréu López
Si lo lees, te va a chupar la bruja
´
Khatia Garcia
A lo largo de la historia las brujas
han sido pintadas como mujeres
autoritarias con poderes ilimitados
y sobrenaturales que se dedican
desde hacer el mal, hasta realizar
algunas travesuras, convirtiéndose
en protagonistas de cuentos,
canciones, películas, mitos y
leyendas.

© Cristina Massieu/ Stellae


Lo cierto es que personajes como
Calypso − bruja en películas de la
saga Piratas del caribe− y la
'Reina malvada' de Blanca Nieves
han distorsionado a la 'bruja' en la
actualidad, así mismo, deja que la
figura de brujas verdaderas como
Alice Kyteler y Ellie Kedward se
conviertan en imágenes ficticias
transformando a la leyenda en
mito. procedencia exacta, ni un significado original, de tal modo que su forma más
La bruja mexicana no es, con primitiva es 'bruixa' en catalán. De igual manera, se cree que su origen es
exactitud, famosa, al menos no ibérico o celta, pues la raíz también puede porvenir de la palabra protocelta
fuera de su comunidad, pero no por 'brixta' la cual quiere decir 'hechizo' pues se creía que las brujas hechizaban a
ello es menos relevante o ficticia. la gente.
El siguiente trabajo pretende Se le llamaba 'bruja' a aquellas mujeres que poseían conocimiento sobre la
informar sobre la bruja mexicana y naturaleza, a las parteras o que, con utensilios naturales, curaban a la gente, a
su origen, para ello le pido al lector decir verdad, se les acusó por abusar el manejo de plantas.
discreción y mente abierta, pue Con el paso de los años se les llamó de esta forma a quienes se dedicaban a
como decía el locutor de radio Juan maldecir, dañar, o afectar a las personas y animales con maleficios,
Ramón Sáenz: “no hay una razón comúnmente de enfermedades (estómago, perdida de movimiento en algún
absoluta, pero yo he escuchado miembro o el miembro mismo) mediante algún objeto introducido en la
cinco mil historias de brujas y comida, bebida, incluso a distancia.
dudo que esas cinco mil personas En México se le llamó bruja a las mometzcopinqui con la llegada del
sean mentirosas. Igual puede ser cristianismo en la época de la conquista y finalmente las bautizaron como tal
una posibilidad.” en la época colonial hasta nuestros días, aunque las brujas prehispánicas no
fuesen iguales a las brujas europeas.
El indicio desde su palabra Usualmente asocian a la bruja con el término 'chaman', pero la única relación
La definición de la palabra 'bruja' que tiene es la práctica de poderes sobrenaturales, puesto que el chamán es
que nos brinda el Diccionario de la más un curandero que un malicioso. Su divergencia no está relacionada con
lengua española se refiere a una temas misóginos o machistas, sino que el chamán es místico, delegado de un
persona que se le atribuyen poder divino y superior, a diferencia de la bruja que está, lo que se dice,
poderes sobrenaturales obtenidos maldita.
por aquel a quien llaman 'Diablo'. También utilizan la palabra como sinónimo de hechicera, pero no es lo
En cuanto a los cuentos o relatos mismo, puesto a que la bruja tiene poderes propios y la hechicera los obtiene a
folclóricos es una mujer fea y base de rituales.
malvada que posee poderes
mágicos y puede volar montada en La bruja prehispánica
una escoba. Antes de la llegada de los españoles ya existían las llamadas 'brujas', su
Dicha palabra no tiene una nombre era Mometzcopinqui apelativo que se les daba a aquellas que se

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Estas criaturas vivían en su
tlecuilli, que significa 'hogar
de brujas', en donde
enterraban sus piernas y
manos−las cuales eran
remplazadas por alas y
piernas de guajolote− y
ocultaban la sangre de bebé
para comer los días
posteriores; durante la
colonización, la sangre de los
bebés sólo sería de aquellos
que no hubiesen sido
bautizados.
Dicho hogar se le atribuye a
Huchuetéotl (dios del fuego)
puesto a que se creía que las
brujas se consagraban a él, ya
© Cristina Massieu/ Stellae que obtenían su poder del
quitaban las piernas para transformarse y poder fuego por su relación con la creación y destrucción, o
alimentarse de la sangre de bebés, ya que los escogían bien a Xiuhtecuhtli (señor precioso o señor del año)
por ser seres indefensos, aunque después lo por su innata vanidad.
relacionaron con la vitalidad y la juventud, pues de esa En cuanto a las piernas de guajolote, se relaciona con
forma ellas se conservarían bellas y saludables. Tezcatlipoca (dios del cielo y la Tierra), ya que estos le
En comparación con la cultura europea, la mujer no pertenecían y era su figura animal.
hacía ningún trato, ya que bastaba con nacer el día Ce La bruja prehispánica por excelencia era
quíahut (día lluvia) y Ce hécatl (uno ciento) pues se Malinalxóchitl (flor de la enredadera) −hermana de
dictaminaba que serían brujos, hechiceros, Huitzilopochtli− diosa de serpientes, escorpiones y de
engañadores y nahuales. La mujer era llamada los insectos del desierto.
mometzcopinqui y el hombre temacpalitotique, cuyo Malinalxóchitl era una hechicera y bruja cruel que
fin era proteger y curar, así como el perjurio y el daño. provocaba el temor entre su población para ser
Otra forma de ser bruja era por medio del aprendizaje venerada.
riguroso y estricto, al igual que cumplir con la Ella era una teotlaxioni (que hace errar a la gente) y
siguiente ley: haber sobrevivido al peligro o a la tletachihuani (quien embruja), mejor conocida como
muerte misma. “la devoradora de hombres”, puesto a que provocaba
estragos entre los hombres y
devoraba el corazón de los migrantes
para que pudiese proseguir su marcha
al cielo, ya que el corazón era
potencial de vida y a falta de él, ella
quedaba inmóvil. Sin embargo, los
migrantes no conseguían caminar,
pues su hermana Tecotzonani les
comía las pantorrillas.
También era conocida por ser una
nahualli malvado, es decir, brujas
que se transforman en animales por
medio de encantamientos.
Existían brujas con distintos
nombres, pero había tres principales:
© Cristina Massieu/ Stellae Tlecochmamai. 'La que lleva a

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© Cristina Massieu/ Stellae

cuestas a la gente dormida' se apoderaban de sus Robleda, Roland. “¿Cuál es el origen de la palabra
víctimas mientras estas dormían, Tecoloquatlioni. 'bruja' en inglés y español?”, National Geographic en
'Hace comer búhos y piojos', es decir, provocaba e s p a ñ o l . S i t i o w e b :
plagas y Tecohuaqualtioni. 'La que hace comer https://www.ngenespanol.com/travel/cual-es-el-
culebras', las culebras y las arañas eran relacionadas origen-de-la-palabra-bruja-en-ingles-y-espanol/,
con enfermedades. consultado el 1junio del 2019.

Bibliografía
Esquivel, Beatriz 2018. “La bruja prehispánica que
aterrorizó a los aztecas y aparece como bolas de fuego
en la noche”, Cultura Colectiva. Sitio web:
https://culturacolectiva.com/historia/mometzcopinq
u i - b r u j a - a z t e c a - b o l a - d e -
fuego?fbclid=IwAR21OPBNZd_SMw97rwG0f25J
K_0XnxgkLRJmxehLR34m8UmK6tC9kYTzN4k
consultado el 3 de junio del 2019.
Graulich, Michel 1992. “Las brujas de las
peregrinaciones aztecas”, Estudios de la cultura
Náhuatl, 22, pp. 87-98.
*Khatia García nació en mayo del 2000. Se dedica a
Real Academia Española 2018. “Bruja”, En
la literatura, escribe en sus tiempos libres y
Diccionario de la lengua española, edición 30.
actualmente estudia la Licenciatura de Lengua y
Recuperado de: https://dle.rae.es/?id=6B6n5sS,
Letras Hispánicas en la UNAM.
consultado el 1 de junio del 2019.

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Canela
Silvia Pantoja
Nos dicen canela, quizá
por la piel cobriza que cubre nuestro cuerpo,
por lo chispeante que solemos ser al contacto con el fuego,
o tal vez, por la estela liberada con olor a magia.

Nos dicen canela,


por la mezcla de lo claro y lo oscuro,
por la luz y la oscuridad que alberga en nuestro ser,
por fundirnos con los cuatro elementos,
por el conjuro del linaje heredado.
© Silvia Pantoja
Nos dicen canela,
*Silvia Pantoja
por el grito de libertad que emana de la mirada,
Mujer de edad perfecta, con los sueños latentes,
por el aullido ancestral que gime en nuestro corazón,
letras en su esencia, viajera, poeta, fotógrafa,
por danzar en noches de luna llena sin tapujos,
perseverante e impredecible.
por gozar sin pudor nuestra existencia.

Nos dicen canela,


por sanar, incitar, despertar, creer y crear,
nos dicen canela, somos canela…
brujas canela.
Brujas
© Silvia Pantoja Eulalia Ramos
Entre ungüentos y ritos conjuras
Poder nocturno, pacto, invocación
Es la bruja del pantano impura
Maleficios, muertos; macabra poción.

Umbría e infame criatura


De los niños cruel perturbación
Tinieblas rodean la espesura
Donde entregan su abominación.

Servidora fiel del maligno señor


Que enajenada por los céfiros
El cielo surcas a tu alrededor.

Buscas el lugar donde reuniros


Señora eres del corrompedor

*Eulalia Ramos
Ha publicado en diversas Antologías y revistas
literarias en Argentina, México, España, Chile y
participado de variados eventos poéticos: World
Poetry Movement. Festival Internacional FIP
palabra en el mundo 2020 México. Certamen
internacional de poesía 2019 y 2020, Mendoza.

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Artemio y Melesio
´
´ Diaz
Andres
Dedicada a las leyendas de Atarjea, Guanajuato
y al rico folclor mexicano

Hace unos días acompañé a mi


abuela Matilda a un mercado local
para comprar hojas de elote y masa
de maíz para preparar tamales.
Estábamos en vísperas del Día de la
Candelaria. Por ahí, entre el
jolgorio del tumulto, entre el
bullicio de las pláticas y regateos y
el gentío que iba y venía con bolsas
llenas de mandado, paseamos las
dos curioseando entre los coloridos
puestos llenos de chácharas,
imágenes de santos, frutas,
verdura, guisos e incluso otros
donde se vendían también
animalitos. Ya cuando nos íbamos,
ambas cruzamos frente a un
montón de jaulas donde se exhibían © Cristina Massieu/ Stellae
pollitos, gallinas, gallos, patos y que le pasó a tu difunto abuelo Artemio. Dios lo haya perdonado. Fue lo peor
guajolotes. que le sucedió en vida, algo que lo amargó para siempre y le causó un
Mi abuela se detuvo en seco, remordimiento que se llevó con él hasta la tumba.
choqué con ella y casi se le cayeron “Sucedió hace casi cuarenta años, poco antes de que nos mudáramos aquí a
las bolsas que cargaba cuando vio, la capital. Él y yo nacimos y vivimos hasta ese entonces en Atarjea, un
entre todas las aves, a un guajolote pueblito rural, donde todos los hombres se dedicaban a la crianza de
azabache que graznaba animales y a la siembra de las milpas en los montes que rodeaban el valle; las
roncamente, haciendo callar al mujeres nos dedicábamos a la casa y a cuidar a los hijos. Yo tendría casi
resto de las aves. Cuando la miré, veintidós años y Artemio, treinta. Estábamos en flor, pero él bebía mucho. Se
noté en su rostro una mueca de pasaba los días enteros con su compadre, un fulano llamado Melesio Gaitán.
terror que nunca antes había visto Ambos eran muy unidos, casi siempre se embriagaban juntos.
en sus tiernas facciones. Ella Si algo había en el pueblo que uniera a los hombres, esos hombres de campo
recobró la compostura tras pocos curtidos y cerrados como el caparazón de los armadillos, ese “algo” era la
segundos y seguimos andando. bebida. Artemio y Melesio se emborrachaban juntos porque solo así se
Luego de unos minutos llegamos a abrían el uno al otro para contarse sus pesares. Porque, allá, en los cerros
casa y nos apuramos a preparar los donde vivíamos, las carencias y las tristezas sobraban, pero los hombres no
tamales. No pude evitar sabían cómo desahogar sus dolores sino bebiendo. Ese ejemplo les habían
preguntarle qué había ocurrido. heredado sus padres y abuelos desde siempre.
—Ay, hija… Me da mucha pena En ese entonces, Artemio era un canijo —indicó mi abuela sin levantar la
contigo —dijo mi abuela mientras vista de las hojas de elote remojadas con las que envolvíamos los tamales—;
comenzábamos con nuestra ya llevábamos varios años de casados, pero a él se le hacía fácil irse a bailar
labor—. Es solo que recordé algo con muchachas de otros pueblos… Yo no le decía nada. No podía. A las
hace rato cuando vi a ese animal… mujeres nos prohibían quejarnos, así nos educaban… Era “nuestra cruz”.
Te quiero contar una historia, pero Pero como te decía: una tarde venían los dos ya muy ebrios desde un pueblo
te pido que sea nuestro secreto bastante retirado. En el camino se encontraron con una muchacha muy
porque nadie más debe saber de bonita, flaquita y de trazas muy finas que llevaba un huipil blanco como las
esto. —Asentí con la cabeza y me nubes y tenía los ojos claritos. Eso me lo explicó Artemio —aclaró—, pero
dispuse a oírla—. Se trata de algo no fue por cinismo. ¡Ay, hija! ¡Te juro que me hubiera hervido la sangre de

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© Cristina Massieu/ Stellae

celos y del coraje cuando él me lo contó aquella vez al Ay. hija… —suspiró entonces, sentada a la mesa
volver a la casa...! De no ser porque me lo dijo conmigo; se limpió las manos en su mandil para darse
llorando de miedo. un descanso, puso una cara muy seria y prosiguió—.
Cuando ellos la encontraron, la extraña les pidió que Artemio me contó que cuando estuvieron muy arriba
la acompañaran de vuelta a su casa que, según ella, del cerro, donde dizque ella vivía, no había allí ni casa,
quedaba atrás de unas lomas, no muy lejos de ahí, ni jacal, ni cabaña, ni nada. La muchacha se empezó a
pero le daba miedo porque ya casi oscurecía y había reír como loca, parecía que se burlaba de ellos… Y
que caminar casi una hora para llegar, cruzando por estos se quedaron casi que muertos de miedo porque la
varios senderos entre los cerros, y le daba miedo que mujer ya no hablaba, sino que gritaba cosas que no
alguien le fuera a hacer algo. Melesio, que era mañoso estaban dichas en lengua cristiana. De repente la
con las mujeres, enseguida dijo que sí, y Artemio, vieron más vieja, mucho más fea. “¡Su voz, Matilda!
aunque según él “tuvo sus reservas”, se dejó ¡Había algo en su voz!” repetía Artemio llorando
convencer porque la muchacha se le empezó a cuando me explicó todo…
insinuar, a abrazarlo, disque se le arrimaba, casi que Y luego de eso, la mujer, según ellos tan guapa, ¡se les
restregándosele en la piel para tentarlo… ¡Ay, si no encueró ahí, en medio del monte! Pero no le vieron ni
sabré yo cómo era mi marido cuando bebía! Él no era piernas, ni panza, ni nalgas, ni chiches, ni nada, ¡era
ningún santo, hija. Pero no se merecía lo que le pasó a toda plumas! ¡Estaba hecha de manojos y manojos de
él y a su compadre. plumas! De la mujer no quedaban sino las prendas
Los dos siguieron a la mujer, aún caminando chueco porque frente a ellos revoloteaba un guajolote negro,
por el pulque que traían en la sangre, entre risas y grandísimo, que les brincaba encima para lanzarles
besos que ella les robaba, primero a uno y luego al picotazos y rasguñarlos con sus garras, sacudiendo sus
otro. Se enfilaron rumbo a la loma donde ella les había alas y graznando furioso…
indicado, en esas sendas silenciosas, rodeadas de Artemio y Melesio estaban que se los llevaba el miedo,
pencas de maguey, de huizaches, de arbustos sacaron sus herramientas de la milpa para intentar
espinudos y de nopales. defenderse: el animal ese volaba y volaba, se les

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aventaba encima, con coraje, casi que con odio,
y mientras el compadre trataba en vano de
cortarle la cabeza al pajarraco con su guadaña,
fue tu abuelo quien logró asestarle varios
chicotazos al guajolote con su machete. Mi
pobre Artemio me dijo, “Por Dios, Matilda ¡te
juro que nomás vi volar las plumas negras y la
sangre salpicando…! Pero esa bestia no se
moría. Estaba ya sin alas ni cabeza ¡pero aún
pataleaba!”
Y así le siguió dando golpes con el machete, tan
fuerte como pudo, desesperado porque pensaba
que aquello era cosa del diablo… Y así le dio,
recio, hasta que se cansó y vio que el demonio ya
no se movió más. Me dijo que los ojos negros del
guajolote voltearon a verlo, esa cabeza sin
cuerpo, y le encajaron una mirada rabiosa.
Entonces él se desmayó del susto”.
En ese momento ya me sentía bastante nerviosa
al escuchar a mi abuela, aunque ya conocía
varias de sus historias de aparecidos, brujas y
fantasmas. Iba a preguntarle algo cuando me
dijo:
“—Ahí no acaba la historia, hija. Eso no fue lo
© Cristina Massieu/ Stellae

peor. Artemio se despertó varias horas después,


cuando el nuevo sol le caló en los ojos. Se
levantó y miró alrededor: no vio más que
montañas extrañas y valles raros, todo estaba en
silencio, como si allá no hubiera más vida que la
suya. Supo entonces que estaba entre un montón
de cerros que no conocía… ¡Anduvo caminando
por horas, sin darse cuenta de que se había
encontrado con una bruja disfrazada de mujer
que los perdió a él y a Melesio! bruja había extraviado a Melesio. Los buscaron harto
Entonces se acordó de su compadre, no lo veía por tiempo, pero jamás hallaron sus restos porque él los
ningún lado. Empezó a buscarlo por todas partes, condujo por otros caminos y nadie nunca llegó tan
todavía con el machete en la mano. Y lo encontró… a lejos. Después de eso, nos vinimos a la capital.
varios metros de donde estaba. Lo vio tendido: ahí Tu abuelo nunca volvió a ser el mismo después de
estaba su compadre, lo que quedaba de él, en medio de eso… ni yo tampoco. Nadie de mis muchachos lo
esas hierbas batidas de sangre. No había ningún sabe, ni siquiera tu mamá, hija. Y desde entonces
guajolote negro destazado. ¡Era Melesio, Artemio lo traigo este miedo, este horror… bien pegado bajo la
había matado! piel, guardado, envenenando mi sangre”, —dijo mi
¡Ay, mi pobre Artemio…! —comentó afligida, abuela Matilda, casi temblando del miedo, al concluir
mientras a mí se me hacía un hueco en el estómago por su macabro relato.
el temor—. Al pobre lo engatusó esa bruja y eso le
costó muy caro. Le costó su mejor amigo. Del pobre *Andrés Díaz. Psicólogo clínico y escritor
Melesio nomás quedaron los retazos. queretano. Ha sido publicado en diversas revistas
Después de mucho andar, Artemio supo volver a casa, digitales independientes como Mundo de Escritores,
de puritito milagro podría decirse. Cuando llegó a la La Testadura y Zompantle, así como también forma
casa me contó todo y me pidió que no dijera nada. parte de la antología El cuento en cuarentena de
Después fue al pueblo y allá le dijo a la gente que una Editorial Palabrerías (2020).

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Por tres
´ C. Hermosillo Jaramillo
Belen
Se va el estío forzado por los vientos fríos que arriban
cuando el día y la noche hacen su segunda tregua
anual. Sol y Luna comparten el imperio y las brujas
sabemos que, aunque las fuerzas de la luz y la
oscuridad se equilibran por un breve período, aunque
el Dios y la Diosa se dan un segundo primer beso, la
Reina Oscura comienza a alzarse por encima del

© Laura Casoli. Apariciones/ Modelo: Tiresias/ Styling: roalrro


moribundo Astro Rey y el poder del crepúsculo
aumenta conforme se alargan las sombras.
Yo lo sé. Hoy fui besada por las primeras ráfagas
otoñales que perfumaron mi cabello con olor a tierra
vieja. Al amanecer, cuando el insomnio me obligó
abandonar la cama, miré los aún verdes árboles desde
la ventana y supe que también sabían de la muerte
próxima del sol. Asentimos al unísono: es hora de
dejar ir. Para ellos, tiempo de soltar las hojas; para mí,
momento de quemar el dolor de su cruel abandono en
el caldero.
Las brujas de hoy nos reunimos en escenarios
variados, desde la sala de estar de un departamento
hasta la playa con sus olas rumorosas. Esta vez elegí el
bosque que, desde el ombligo de la urbe, resiste su
voraz afán de despojo y destrucción.
Cargué con las herramientas indispensables para el
llamado de los Dioses y la invocación de las cuatro
Atalayas, moradas de los reyes y reinas de los
elementos que otorgan su sagrada presencia desde
cada punto de la Rosa de los Vientos.
Fui la primera en arribar. Como alta sacerdotisa mi
deber es preparar el terreno, limpiar el espacio, montar bienvenida! —fue el turno de Thelma
el altar y trazar el círculo con flores y agua salada. -¡Que los espíritus del fuego se hagan presentes en
Mientras rodeaba la circunferencia mágica con este ritual! ¡Rey de las llamas, general de las
crisantemos de color naranja, mis hermanas salamandras y los genios, danos tu protección y guía
finalmente llegaron. Las trece brujas del aquelarre desde tu atalaya del sur! —vociferó Sabina
dedicado a la Diosa de la encrucijada se encontraron -¡Elementales del agua, guardianes de la emoción y las
juntas una vez más, listas para emprender el ritual corrientes furiosas! ¡Mírennos y acompáñennos en
dedicado al descenso del dios al inframundo. esta celebración de la llegada del otoño! —continuó
El frío se siente, si bien los huesos todavía no calan. La Amelia
luna en su cenit alumbra con plata y da la orden de Mi turno de llamar a los dioses llega y después de
iniciar con nuestra celebración. Un último detalle es darles la bienvenida con las palabras secretas
atendido por Sabina, quien da vida a los fuegos que se enciendo las velas votivas. A lo lejos, posado en una
contienen en la sagrada matriz del caldero. colina desde donde observa toda la arboleda, el
-¡Oh, salve atalaya del norte! ¡Elementales de la tierra, maestro Astado ruge con potencia; su negra imagen
la madre y soberana, dadora de vida y devoradora desaparece tras los frondosos troncos de eucalipto
implacable! ¡Sean bienvenidos a este sabbat de después de lanzar su encomienda en un lenguaje que
equinoccio! —gritó Edwina todas entendemos: es hora de ofrecer nuestro cuerpo y
-¡Oh, salve elementales del aire! ¡Guardianes del danzar alrededor del caldero ardiente.
atalaya del este! ¡Llamamos su presencia en esta La música surge del bosque, de las montañas y sus más
noche de luna llena! ¡Reina de los vientos, Paralda, se profundas simas; sonidos graves resuenan en nuestros

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pechos y con cada vuelta a los fuegos nos
hundimos más y más en el trance. Después de
despojarme de la negra capa, me arrojo hacia el
caldero que salto no sin que mis pies sean lamidos
por las llamas que surgen de su útero. Sabina me
sigue y luego, de una en una, cada bruja se va
entregando al ardor sagrado.
Las trece hechiceras cruzan el umbral flamígero:
dejamos atrás el Reino Mortal para adentrarnos en
el mundo de los moradores pálidos del bosque, un
lugar donde el tiempo y el espacio no existen.
-¿Quiénes osan cruzar el velo entre los mundos?-
susurra la voz del sauco.
Me adelanto a mis hermanas y como su líder
contesto:
-Las trece hijas de Diana, aquellas que siguen su
encargo en esta noche de equinoccio que se
corona con la luna llena
-¿Y qué desean las hijas de la Gran Reina de las
Brujas?
-Desprendernos del follaje seco que nos pesa en el
alma y obtener vida nueva para continuar nuestro
camino interminable por la Rueda
-Y para lograr esto ¿qué sacrificarán a la Madre?
¿Qué morirá junto al Astado?
-Ofrecemos los frutos de esta segunda cosecha,
nuestra obediencia, devoción y yo, Abigail
Williams, otorgo a los dioses las mieles amargas
de un gran amor que consume la mitad de mi ser -
respondo
-Quema en el caldero aquello que debe perecer
para dar vida nueva, pues un saludo no es posible
sin el adiós. Así es el ciclo, así siempre será. No
omitan la ley: todo lo que su corazón desee © Rubén Guarneros/ Brujas
pueden hacer, pero la consecuencia siempre vendrá engorros, pero yo fui la única que lanzó a las llamas su
multiplicada por tres. dolor mezclado con odio. Después de que las llamas
Me acerco a la hoguera y arrojo la fotografía que redujeran a cenizas las fotos, contratos, muñecos,
Thomas y yo nos tomamos a escondidas de su esposa cartas y diarios, nos despedimos del guardián del
esa noche de brindis que tuvo lugar en su casa. sauco cuya advertencia volvió a resonar en mi cabeza:
Recuerdo los roces de manos debajo de la mesa, las “malo o bueno, tres veces devuelto será”.
caricias en mi entrepierna mientras su mujer partía el La celebración terminó con un festín, con charlas
pastel y el sexo rápido en la cochera cuando ella se casuales y risas femeninas. Pronto la noche dio paso al
encontraba tirada en el sillón de la sala de tan ebria. día y cada una de las hijas de Diana abandonó el
Vinieron a mi memoria las escapadas a los baños de la bosque urbano para dirigirse a casa.
oficina, las falsas promesas de huida y sus palabras Mi hogar me recibió como siempre; sus paredes
llenas de desprecio cuando me desechó para dejarse encerrando soledad. Descansé ese domingo como no
caer en los brazos de una más tierna presa. Su cara se hacía desde semanas atrás: «La magia puede traer la
incinera despacio, la fotografía se hincha con más ansiada paz», me dije.
ampollas y se calcina soltando un humo viscoso que se Y así, el domingo murió para dar vida al lunes. Una
pierde en las alturas del oscuro cielo. nueva semana que pintaba en colores pastel. Mientras
Mis hermanas quemaron sus miedos, tristezas y conduzco a la oficina me percato de la calma que me

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horrorizaba a todos. Y ahí, sobre la silla ejecutiva, un
bulto negro, cubierto de ampollas supurantes se
deshacía a la vista de todos. El olor vomitivo
impregnaba cada rincón de la oficina y arrancaba
gritos de pesadilla. Era Thomas… o lo que quedaba de
él. Busqué sus manos con la mirada y cuando los hallé
me di cuenta de lo repugnantes que ahora eran:
muñones calcinados cuyos dedos no volverían a clavar
sus uñas traicioneras ni en mi cuerpo ni en el de otra
mujer. En un principio no pude ahogar la risa; salí
corriendo al baño de mujeres para soltar la carcajada.
“Un buen sacrificio para una nueva vida, ¡mi nueva
vida!”, pensé mientras me miraba al espejo. De pronto
las luces del baño se apagaron y me quedé rodeada de
tinieblas, una voz profunda susurró a mis oídos desde
mis espaldas:
— …pero la consecuencia siempre vendrá
© Rubén Guarneros/ Brujas
multiplicada por tres.

© Rubén Guarneros/ Brujas


rodea, como un halo de éxtasis divino. La brisa que se
cuela por la ventanilla huele a incienso. Llego al
trabajo drogada de tranquilidad, mi gesto relajado y el
corazón vacío de preocupación: «Hoy lo veré sin
sentir la punzada que antes atravesaba mi pecho. Hoy
le haré frente sin sentir algo por él, pues lo he
desterrado de mi mente».
Pero cuando cruzo el umbral del elevador me topo con
ojos desorbitados, escucho sollozos y gritos, observo
que alguien vomita en un cubo de basura que se
encuentra en la esquina y veo personas que tratan de
reanimar a una de las secretarias que se encuentra *Belén Citlalli Hermosillo Jaramillo
desmayada en el suelo. Desde pequeña he sentido fascinación por el universo
-¿Qué sucede?-pregunto a Magaly, una colega que se mágico de las brujas. La pasión por el tema me ha
encuentra sentada en su cubículo con las manos sobre llevado a dedicar mi vida profesional a hacer
las sienes. investigación sobre las formas contemporáneas de
-No lo sabemos, no lo sabemos- dijo conteniendo el practicar y vivir la brujería en México,
dique que retenía una presa de lágrimas—solo particularmente la de matriz neopagana. Pero mi
llegamos y lo vimos así, así… lo vimos… interés por la brujería no termina en la Academia; el
- ¿Qué vieron! - pregunté desesperada enfrentarme a un mundo re-encantado moviliza un
-Así, negro… deshecho… es horrible bello impulso de expresión artística: la narración de
Sin entender lo que pasaba me abrí paso a tropezones, historias donde las brujas son las principales
empujando gente para observar aquello que protagonistas.

10
El trato
Kalton Harold Bruhl
La madre observa, desde hace un buen rato, la
segundera del reloj en la pared del hospital. La aguja
cae unos centímetros antes o después del número que
marca la hora. Nunca en el lugar exacto. Esa falta de
precisión la exaspera. Su hija tararea una canción y
mueve acompasadamente sus pies que todavía no
llegan al suelo. Ya es bastante tarde. La niña debería
estar dormida en casa, pero no encontró a nadie que la
cuidara. No sabe si su hija comprende lo que está
sucediendo. Carlos, su esposo, sufrió un infarto. El
segundo. Los médicos hablaron de un trasplante como
la única forma de salvarle la vida. Ella los escuchó en
silencio. No solo era cuestión de encontrar un
donante: su seguro no cubriría la operación. Mientras
los médicos hablaban, ella se imaginaba ya vestida de
negro. Ahora espera. Los milagros ocurren, piensa. De
pronto, las enfermeras y los doctores corren hacia la
habitación de su esposo. Alguien empuja un
voluminoso desfibrilador. Vio uno igual durante la
última estadía de su esposo en el hospital y sabe que su
presencia no augura buenas noticias. Se levanta y
sigue al personal médico. Está tan asustada que se
olvida de su pequeña hija. La niña ha dejado de cantar
y de agitar sus pies. Sus labios tiemblan preludiando el © César Villalobos. Corvux corax/ Rubus lustración digital.
llanto. «¿Qué haces aquí sola?», le pregunta una
amable anciana. La niña sorbe por la nariz. «Mi papito prometí ayudarle voy a dejarlo enterito, sin un solo
está enfermo», responde, «y mi mamita se ha ido a mordisco».
cuidarlo». La anciana le acaricia el cabello. «¿Lo Los médicos no pueden creerlo. El hombre está
quieres mucho?», pregunta ahora la anciana. sentado en la camilla, completamente recuperado. Es
«Muchísimo», dice la niña antes de hacer un puchero. como si tuviera un corazón nuevo. La mujer abraza a
La anciana la toma de la mano. «Te propongo un su esposo que la mira desconcertado. «Voy por
trato», le dice a la niña, «si vienes conmigo, puedo Lucía», dice ella y sale hacia el pasillo vacío.
hacer que tu padre se cure». La niña duda. Sabe que no
debe confiar en extraños; sin embargo, la anciana le
inspira confianza. Se parece mucho a la mamá de su
papito. Solo la ha visto en fotografías porque ahora
vive en el cielo. Ella no quiere que su papito también
se vaya al cielo. Lo quiere aquí, junto a ella. La niña se
desliza de su asiento hasta caer al suelo. Kalton Harold Bruhl (Honduras, 1976) ha publicado
Avanzan por el pasillo. La niña abre los ojos, los libros de relatos El último vagón (2013), Un
asombrada. A cada paso, las paredes se transforman en nombre para el olvido (2014), La dama en el café y
los linderos de un bosque y el suelo de baldosas otros misterios (2014), Donde le dije adiós (2014), Sin
blancas en un sendero de tierra. Mira a la anciana y vuelta atrás (2015), La intimidad de los Recuerdos
lanza un grito de terror. Ya no se parece a su abuelita (2017), El visitante y otros cuentos de terror (2018),
que vive en el cielo, ahora es igual a las brujas que La llamada (2019); Novela: La mente dividida
ilustran los cuentos que a veces le lee su papá. «Tu (2014). Es premio Nacional de Literatura “Ramón
padre necesita un corazón», grazna la vieja, mientras Rosa” y miembro de número de la Academia
aguijonea el pecho de la niña con una de sus largas Hondureña de la Lengua, Correspondiente de la Real
uñas, «y yo tengo un hambre espantosa; pero como te Academia de la Lengua.

11
´
La caceria
´
Trinidad Jimenez Chino
Cuenta mi tío, que a mi abuelo le gustaba cazar tres partes, tomando cada uno su ración
venado. Un día salió de cacería con otros dos amigos correspondiente.
del mismo pueblo. Pasaron por el río, buscando, Al poco tiempo, mi abuelo cayó en fuerte calentura, y
viendo si había huellas de venados. Escucharon el al día siguiente murió. Como a los cuatro días de su
ruido de unas ramas rotas y los tres vieron un venado fallecimiento, otro de sus amigos que lo acompañó a
grande. Ni tardos ni perezosos, le dispararon. Sus dos esa cacería, enfermó, se le vino una fuerte calentura y
amigos erraron el tiro. Solo el de mi abuelo dio en el al día siguiente, murió.
blanco. Al ver esto, el amigo que quedaba se acordó de la
Pero, casi al mismo tiempo se escuchó otro disparo, y amenaza de los otros cazadores y salió en busca de
voces del lado contrario. Cuando se disponían a ayuda. Fue a otro pueblo y le platicó al curandero la
recoger el venado, aparecieron tres hombres de otro historia del venado y que los habían amenazado los
pueblo, a los que no conocían. Uno de ellos reclamó el otros cazadores. Pero ellos no hicieron caso.
venado, diciendo que su disparo lo había matado. Mi “¡Sálvame!”, le imploró al curandero. “¡No me quiero
abuelo, con toda la calma, le mostró el lugar en donde morir! Yo sabré recompensarte si me salvas”.
estaba el disparo y la posición en que estaba el animal; El curandero lo mantuvo tres días en su casa. Nadie
si él hubiera acertado, el venado estaría del lado supo qué fue lo que le dio a aquel hombre, pero a él ya
contrario de donde entró la bala que lo mató. Los otros no le pasó nada. Sin embargo, ya cerca de los noventa
contestaron: “Mejor, hay que compartirlo, mitad para años, pasó algo curioso. Quedó ciego. Pero no era una
ustedes y mitad para nosotros”. ceguera natural. Afirmó que un toro lo había corneado
Mi abuelo y sus amigos no estuvieron de acuerdo. en el patio de su casa, que le había dado una fuerte
Ante la negativa, los otros dijeron: “Pues se lo van a diarrea y así había quedado.
comer ustedes, pero se van a acordar de nosotros. Hubo quienes dijeron que vieron cuando salió volando
¡Que les haga buen provecho!” por los aires para caer en el patio, pero que no vieron
Mi abuelo y sus compañeros cargaron el venado, se lo ningún toro.
llevaron al pueblo. Tasajeó el venado, lo repartió en
© César Villalobos/ Serie Wendigo/ Fotografía digital y naturaleza muerta

12
Danzas infernales
´ ´
Miguel A. Ramirez-Lopez

Una mixtura gaseiforme de huevo podrido, azufre y Procedí a cantar un galdr para invocar la protección de
moho penetró mis fosas nasales. Acompañado de los dioses, cuando el efecto apotropaico fue
dicho miasma, un sinfín de voces con tesituras que interrumpido súbitamente. Emergido de las sombras,
comprendían desde registros sopranos hasta bajos un león antropomorfo con melena de fuego montado
entonaban el siguiente cántico: sobre un caballo negro, se acercó a mí y de su mano
Salve Satanas, Salve Satanas, Salve Satanas izquierda saltó una víbora a mi pecho. Energúmena,
In nomine Dei nostri Satanas Luciferi Excelsi clavó sus colmillos cual si fueran agujas hipodérmicas
Potemtum tuo mondi de Inferno, et non potest Lucifer en el talismán, desfigurándolo en la inmediatez. Con
Imperor eso, pude confirmar el desentendimiento de los Æsir y
Rex maximus, dudponticius glorificamus et in modos los Vanir.
copulum adoramus te En mi desesperación, recordé las enseñanzas de la
Satan omnipotens in nostri mondi... misa tridentina que mi padre me había heredado.
Al unísono, incesantes aleteos provenían debajo de mi Invoqué, por lo tanto, al Arcángel Miguel -haciendo
cama, como si cuervos y torcazas disputaran el referencia al Pequeño exorcismo de León XIII-
usufructo de mi alma. Mi desasosiego iba in diciendo:
crescendo, a pesar de ser iniciado en el ásatrú y otras -Glorioso príncipe de la corte celestial, San Miguel
artes ocultas, sentía una sensación de vacuidad Arcángel, defiéndenos en el conflicto que tenemos
espiritual y la apatía ante mi situación, por parte del que sostener contra los principados y potestades,
panteón nórdico, era irremediable. contra los gobernantes del mundo de esta oscuridad,
De mi cuello pendía un talismán de cuero con la runa contra los espíritus de maldad en los lugares altos…
Algiz, en la parte delantera; de lado posterior tenía -¡Vaya fariseísmo! ¿Prescindir de tus dioses en
plasmada la sauvástica dextrógira y la palabra “alu” - momentos cruciales? -interrumpió el ente
escrita en alfabeto rúnico- trazadas con mi sangre. regocijándose.
© César Villalobos/ Serie Wendigo/ Fotografía digital y naturaleza muerta

13
© César Villalobos/ Serie Wendigo/ Fotografía digital y naturaleza muerta

Suplicando, dirigí mi fervor hacia los demás coros El espacio-tiempo se suspendió en dicho instante de
angélicos, con la esperanza de encontrar compasión relatividad, giré a la izquierda y vi cómo Viné abría sus
por mi felonía herética. fauces lentamente conduciéndose a mí.
De igual manera, fui desdeñado por la doctrina El león luciferino dentelleó mi cráneo de manera
judeocristiana y sus divinidades. La verborrea que la flemática mientras mi raciocinio se volvía brumoso.
desesperación me hacía generar era placentera para Una sensación de escalofríos transitaba por todo mi
aquella entidad que concebía mi sufrimiento como un cuerpo y, al parecer, la absorción de mi alma se
jolgorio dantesco. deslizaba por el hocico de Viné.
-Ahórrate esas palabrerías inanes, solo alimentas a Momentos antes de mi agonía pude dilucidar los
mis 36 legiones demoniacas. Mi función es romper aspectos más intrínsecos de la existencia, como si en
hechizos y contrahechizos. Soy constructor de torres, un susurro los Registros Akáshicos se me hubieran
destructor de paredes, creador de aguas, turbulencias confesado. Entretanto ocurría dicho obsequio
y tempestades. Conozco tus más recónditos secretos, cognoscitivo, incliné lo que quedaba de mi cabeza y
así como lo ocurrido, el ahora y el porvenir. ¡Soy el observé que un microcosmos de entidades diabólicas
Rey y Conde Viné! -acalló, nuevamente, mi súplica el danzaba a mi alrededor, formando triángulos inversos
demonio. en mi cama.
-Mi interés por la vida va disminuyendo Con mi último suspiro grité hasta desgañitarme:
progresivamente. ¿Qué ansías de mí? Únicamente soy -¡SEMPER FIDELIS!
un arqueólogo menesteroso, diletante y practicante de Mi congoja culminó y desperté en otro cuerpo. Es lo
la curiosidad. No poseo grandes dotes ni soy el Fausto único que recuerdo de mi vida pasada.
del Sempiterno.
-Me amamanto de tus miedos y constantes coqueteos Escritor, amante de los idiomas y crítico social.
con diferentes panteones. Del arraigo que tienes hacia Pasante en Arqueología por la Escuela de
tus egrégores ancestrales. Además, has pedido Antropología e Historia del Norte de México. Es
asiduamente que la sabiduría absoluta te sea revelada coautor del libro Cuando los adolescentes… Voces
sin importar el desenlace. chihuahuenses sobre violencia, valores y esperanza.
Cogí mi daga ceremonial e hice un corte horizontal Articulista en el periódico El Heraldo de Chihuahua.
siguiendo el camino de la arteria radial de mi Actualmente trabaja temas de mito, magia y religión
antebrazo para conjurar la custodia de mi ser. desde distintas disciplinas humanísticas y sociales.

14
Don Porfirio
´
Beronica Palacios Rojas
Con permiso de los Uleles, patrones del
pueblo, Porfirio sale de casa con paso
lento. Con tegual al hombro y bastón. Sus
pasos transitan por largas jornadas
topando a ponzoñas, bolas de fuego y
lechuzas. Entonces, esos huaraches
tocan el inframundo. Los Uleles no
duermen, no descansan, se bañan en el
río de penas ante la mirada complaciente
de la Luna. Porfirio canta toda la noche
para lograr favores de los ancestros.
Mientras, las estrellas tendidas en
campamento vigilan las estrellas.
Porfirio de la Cruz trae dos monedas de
plata en su tegual para el pago de su viaje,
Río arriba está el tigre custodiado el
cauce, donde es más profundo y nadie
sale con respiro. La aurora recoge al
anciano en su lomo de ruidos. El tigre lo
carga hasta la iglesia enlutada. Mientras
los cantos de los Uleles retumbarán
voces lejanas en lo profundo del espejo
cuando los sonidos amasen el alba. Las
voces retumban “Males de mal-males de
bien, caigan a quien haga maldades”. A
las once los peregrinos buscan una
muerte lúcida. Toman del garrafón de
sueños para no temer a los ojos ámbar del
tigre, no teme al Caronte, o al estallido de
la risa adentro del estómago.
Te temen, muerte porque amansas el
miedo de los desahuciados y de los
emblemáticos que se aferran a la vida.

© Ithan Fuentes (itthy jom). La bruja que se


aparecía en las notas de pago de la droguería.

15
Mujer, polvo de canela
´ Palacios Rojas
Beronica
I

© Silvia Pantoja
Mujer-roble y lluvia de montaña le decían
porque salvaje le crecían hijos en salones /
en basureros y en bares
/ ahí adoptó historias y voces.

Su corazón se deshojaba:
al descubrir el hambre que custodiaba iglesias
y los secretos de infancia
A ella le enternecían las oleadas de paz
que dejaban las palomas
y el halito de los boleros jugando a ser poetas.

Cuando la tristeza la envolvía


recordaba el río de cantos transparentes
abrazando a las lavanderas.
Mientras la orgásmica cascada fluyó intensamente:
Esperó por décadas la fugaz estrella /
para deslumbrarse ante la luna que como uña cortada Cura del mal de ojo con rezo de zapato o huevo
sostenía una burbuja de sueños. Y con saliva bendita de Juana o Juan /
para ahuyenta a las brujas
Todo se confabuló porque desde antes ya era sílaba amarra a la muñeca del niño, el listón rojo ensalivado.
y la efervescente palabra en ella germinó. Mientras, el ojo de venado protege su pecho
y el atrapa sueños custodia su cabecera.
Zurcir versos en lágrimas de huérfanos fue su sueño. Sincroniza la dosis del amor
Con sonrisa mesurada hizo conjuros de amor y muerte. / a quien desesperadamente lo pide.
Y entonces, descubrió su virtud atropellaba
entre versos de horas muertas. *Berónica Palacios Rojas (Chapala, Jalisco, 1973)
Lic. En Letras Hispánicas y Maestra en Educación.
II Diplomada en Cultura Jalisciense. Autora de:
Nostalgias (2002), Herencias (2003), Corazón por
La madre curandera alimenta su intuición fuera (2006), Chapala y el beso soñado (2009),
y da la dosis precisa en cada consejo / Memoria Incendiada (2011), y coautora del CD
recolecta oraciones / hierbas / amaneceres y versos. poético Bosque de silencios (2013), Remanso de mil
Disfruta del maguey: su florecer y muerte. aguas (2015 y 2017), Hombre mar (2015), El vuelo del
ángel (2016), Roja Rutina (2019), y Fundadora y
Y descubre que el nopal de raíz ausente directora de la revista Papalotzi desde 2004.
es antídoto de esperanza. Ganadora del concurso organizado por STAUdG,
La curandera se sumerge en mundo de remedios / 2014; del primer Lugar en el slam poético organizado
amuletos / aleja las envidias de su puerta por el SEMS y Verso destierro (2014); del Premio
y regala sonrisas a los ausentes. Nacional de poesía Rogelio Treviño 2016; de los
Su cocina contiene toda magia / higiene / juegos Florales Nacionales LXVII, Sahuayo
curativos ungüentos y cremas que rejuvenecen su andar. Michoacán, 2017; Becaria del CECA Jalisco 2018.
Mujer nativa / Reconocimiento por su trayectoria como promotora
sabe dónde y cuándo encontrar lo que necesita / de lectura, SEMS, 2018. Cofundadora del Encuentro
sabe conservar y almacenar -palabras, historias- de poetas Francisco González León desde 2011,
sentimientos en pequeños frascos junto a la ventana Lagos de Moreno, Jalisco.
para que la Luna los nutran.
La curandera prepara sustancias y las usa en condiciones inocuas.

16
¿ Duendecillo ? Llanto
Ale Montero ´ Reyes
Juan Martinez
—Oye, se escuchó un niño en el zacate. – ¿Has escuchado, está llorando el bebé en la
—Ya viene mi papá, ahorita le decimos. habitación? –preguntó ella.
—¡Viene para acá! – Pero si está aquí en el cochecito –señaló, replicando
—Cálmate mano. confundido, el marido.
—Ya quiero que regrese mi papá. La mujer se acercó al carrito y observó, aterrada a un
—Ya tranquilo carnal, no pasa nada; sólo es un niño extraño ser deforme que le sonreía macabramente.
perdido.
El pastizal se sacudía cada vez más cerca. En ese
momento llegó el padre de los niños.
—¡Papá, se oyó la voz de un niño en el zacate!
Entonces la voz enmudeció y el herbazal quedó
inmóvil. El padre comenzó a reír.
—Era un duendecillo, quería jugar con ustedes —dijo
el padre mientras acomodaba bules llenos de agua en
medio de unas rocas.
Los hermanos y el padre emprendieron el viaje de
regreso a casa. En ese instante, unos diminutos ojos se
vislumbraron entre la hierba y una tenue risa pícara se
escuchó.
—¡Papá, atrás de ti!

© Ithan Fuentes (itthy jom).

Juan Martínez Reyes (Chimbote – Perú). Es coautor


en las antologías de cuentos “Desde el silencio”
Ale Montero. Acapulco, México. 1995. Lic. en (2016) y “Navío al viento” (2017). Participó en la
Psicología, psicoterapeuta y cuentista que también revista poética Marea N° 23 (2017), Marea N° 24
escribe poesía. Publicó el poemario La Locura del (2018) y Marea N° 25 (2019). Ha publicado en
Poeta. Ha publicado en la revista La Testadura, una diversos países como: Argentina, México, Colombia,
literatura de paso, revista Zompantle, revista Perú, Chile, Venezuela, España, Guatemala y Costa
Almicidio, revista Tabaquería, revista Elipsis y en Rica. Además, fue finalista en el II Concurso de
Cuadernos de taller, medio de difusión del taller Microrrelatos Bibliotecuentos, organizado por la
literario Desierto, Mar y Letras. Casa de la Literatura Peruana (2017).

17
Susurros
Ana Saavedra Villanueva
Me sucedió todas las noches desde que tengo
memoria. Después del beso de buenas noches, del
cuento, de la bendición para que los ángeles guiaran
mi sueño. Después de apagar la luz de la lámparita
junto a mi cama y ver cómo mi mamá entrecerraba la
puerta de mi cuarto para que me llegara la luz del
pasillo. Después de unas horas de sueño profundo, de
olvidarme de todo y vagar en el mundo de Morfeo.
Justo después.
Ese murmullo en mis oídos me despertaba de un
sobresalto para encontrarme hecha un ovillo en mi
cama; con la respiración agitada, el corazón
palpitando en mi garganta y un sudor en mi frente
cuando mi cuerpo solo sentía frío. Cuando era niña, lo
que seguía era mi grito desgarrado y los pasos
apresurados de mi madre para consolarme y decirme
que solo era un mal sueño, que a los niños pequeños
les pasa, que conforme creciera todo eso cambiaría.
Y así fue. Al crecer mis gritos se ahogaron en mis
entrañas, los cuentos de hadas perecieron empolvados
en una caja olvidada, y la puerta de mi cuarto
permaneció toda la noche abierta de par en par. Pues

© Ithan Fuentes (itthy jom).


sabía que vendría, no hacía falta querer evitarlo;
llevaba años ya, transcribiendo su historia. Esa que
me contaba a pequeñas frases cada noche, esa en
que me susurraba sus secretos, sus hechizos, su
poder.
Y que yo he guardado celosa entre una carpeta
amarrada con un lazo de soga. Cientos de hojas
garabateadas que al leerlas forman una guía contra
ellos. Los débiles, los que en su ignorancia las
atacan y se alimentan de su miedo infantil.
Como el mío propio hace años. Antes de enterarme
que era una de ellas, que mi espíritu no nació para
doblegarse ante nadie y que mi alma era libre para
amar y serlo. Ahora solo aguardo que me revele su
nombre para yo adoptar el mío. Para volar por las
noches en bolas de fuego y susurrar a mi vez a los
oídos de alguna pequeña. Que se entere que no está
sola, que es fuerte, que los miedos que queremos
desaparecer con la luz de una lamparita son miedos
impuestos y que verlos a la cara es la respuesta para
desterrarlos.

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Sing Wan ChongTécnica:Collage sobre papel.


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Sing Wan ChongTécnica:Collage sobre papel.


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Sing Wan ChongTécnica:Collage sobre papel.


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Sing Wan ChongTécnica:Collage sobre papel.


Bruja
´
Pilar Caceres
Fui bruja
cuando estaba en mi tierra
con toda mi gente.
Fui bruja
cuando utilizaba las plantas
para curar a mi gente.
Fui bruja
cuando preparaba brebajes
pa´ abrir los portales.
Fui bruja
cuando hacia mi ritual a la luna
y salvaba a alguna.

Fui bruja
y no de las q utilizaban escoba pa volar.
Fui bruja
y me tuve que rebelar.
Fui bruja
cuando ellos llegaron,
cuando quisieron marcarme.
Fui bruja
cuando me azotaron,
cuando quisieron esclavizarme.

Fui bruja
cuando venía a esta tierra
y me lance al mar
Fui bruja
porque prefería el suicidio
que el bautizo. © Ithan Fuentes (itthy jom).
Fui bruja
por no seguir a un dios blanco.
Fui bruja
porque rechace el españo´.
Fui bruja
por seguir hablando mi idioma
por a escondidas seguir con las hierbas.
Fui bruja
porque aún marcada con la carimba,
no era de nadie, era solo mía.
Fui bruja
porque a pesar de la violación correctiva,
seguía amando a una mujer.
Fui bruja
y no de las q hacían magia negra.
Fui bruja
Y defendía a mis hermanas negras.
Fui bruja
por gritar, por escapar.

23
Fui bruja
por irme a un palenque pa´ re-empezar.
En una tierra ajena, lejana de casa
lejos de África,
seguía siendo bruja.
Fui bruja
y no de las que quemaron en la hoguera.
Fui bruja
como si el color de la piel fuera mi condena
Fui bruja
porque luego de la independencia
a nosotras, las brujas,
no nos dieron la libertad.

Las brujas negras no podían opinar


ni que decir de votar.
Solo te debías callar
pero fui bruja,
y volví a luchar.
No sé por qué defendí un estado nación © Silvia Pantoja
que seguía en esclavización,
que seguía con discriminación. Soy bruja, como mi madre.
¿Por qué por el país debía luchar? Soy bruja, como mi abuela.
Pero por bruja, fui y lo defendí Pero las brujas, no olvidamos
con la ilusión de q este fuera mi hogar, aún el dolor lo cargamos
aunque soñaba con a África regresar. pero el dolor lo transformamos.
Fui bruja, cuando las mujeres empezaron a reclamar Soy bruja, porque no me conformo.
vamos a votar, decían. Soy bruja, y por eso me tildan de loca
nos vamos divorciar, decían ellas por gritar cuando las cosas están mal
las mujeres blancas, por no aceptar una falsa realidad
mientras yo a sus hijos tenía q cuidar. donde muchos las pasan mal
¿Libertad? Decían… Y aún hay muchos hombres que me quisieran quemar
¿Pero a quienes iban a liberar? los que opinan, los que vulneran y no nos dejan abortar
Si yo pa´ ellas tenía que trabajar. Pero soy bruja, y sobre una escoba no voy a volar
Si por cuidar a sus hijos, no me pude educar. yo voy a gritar
Pero seguía siendo bruja
les cantaba a mis hijas yo voy a luchar,
les enseñaba a gritar Por las brujas que vienen
y la brujería practicar. Por las brujas q construyeron
Quizás yo me moría sin ver la libertad Por las brujas que resistieron
pero a las brujas nadie las puede borrar Y por mí, la bruja
porque aun si mi cuerpo lo quemaron
en mis hijas las ideas se quedaro.n
Y ellas siguieron siendo… *María Del Pilar Cáceres Cartagena
las brujas Nació el 01 de junio de 1996, en Lima, Perú, donde
y ograron la libertad radica. Estudió sociología y lleva un poco más de 3
Dicen que ahora pueden votar, años como activista afrofeminista independiente. Le
ahora pueden a otras mujeres amar, gusta la poesía y el rap, una forma de arte ancestral de
ahora pueden volar, y no sobre la escoba, como los afrodescendientes han utilizado el arte y la
ahora pueden la brujería practicar poesía para contar su historia, para resistir y re-
Y soy bruja, como mis ancestras. existir.

24
El camino hacia la magia
Rossy Ruiz
En el mundo de la magia la conciencia aparece un árbol. La magia se olía en una serie de imágenes
como el despertar, que en el esplendor de la transparencia rodeaban y
el despertar de los recuerdos olvidados. luego atravesaban la habitación. La energía se
Un pueblo de brujas. concentró en el pecho de María. Fue tal vibración que
el niño en su vientre se movió con mucha fuerza, el
En Brasil una mujer fue perseguida y luego expulsada hombre de barba larga fijó su mirada en los ojos
de su comunidad, acusada de adulterio. María, con 27 negros de ella, sus mentes se unieron y la danza, la
años y un hijo en su vientre, huyó hacia el sur de la emoción y el sentimiento estuvieron en la misma
Amazonia deseando que su hijo viviera. Caminó por frecuencia. Cuando ella intentó hablar, todo
la selva durante cuatro meses hasta que llegó a un desapareció y nuevamente se encontró sola en la
lugar donde la vegetación se convirtió en su habitación.
protección. El lugar perdido en medio de la selva se María recibió el secreto de su magia, aunque ella aún
convirtió en su hogar. Tomó de la tierra solo lo que no lo sabía.
necesitaba. María descubrió la magia en todas sus Tres semanas después su hijo nació, aun ligado a su
acciones, en la soledad de aquel lugar encontró la madre por el cordón umbilical el niño abrió los ojos y
fuerza que la naturaleza le ofreció. la boca para luego lanzar un alarido que se oyó en toda
Pocos días antes de nacer se hijo, un hombre de la selva. La madre muy débil logró cortar el ombligo
estatura baja, cabello largo hasta los hombros, barba, antes de perder el sentido. Los awa nómadas de la
ojos muy claros y sinceros, lleg hasta la puerta de la región, escucharon al niño y el chamán acompañado
pequeña casa donde María vivía. Por unos instantes el de cuatro hombres se acercaron a la pequeña cabaña,
tiempo se detuvo, el hombre en la puerta y María ya dentro tomaron al bebe y se lo entregaron al
sentada en una silla hecha con un trozo del tronco de chamán. Danzaron alrededor de la madre, hicieron

© Nancy C Núñez

25
una hoguera para ofrecer el espíritu del © Nancy C Núñez
recién nacido al fuego. El niño parecía
disfrutar la experiencia, los sonidos que
salían de su garganta entonaron un canto.
Cuando María despertó, su hijo estaba junto
a ella envuelto en pieles de animal
durmiendo plácidamente; el fuego, aun
encendido, calentaba una olla de barro que
contenía una mezcla de aspecto pegajoso que
expedía un agradable olor, un olor que le
recordó al hombre de barba larga. Se acercó
al fuego y sirvió un poco en una hoja de
tabaco, lo comió y se durmió al lado del niño.
Pasaron quince años desde aquel día.
Joao recogía algunas hortalizas, se acercó
hasta la orilla del rio para limpiarlas, en el
reflejo del agua vio el rostro de un hombre de
barba. Se levantó rápidamente para ver
dónde estaba, pero por ningún lado lo
encontró, entonces salió corriendo y le relató
a su madre lo sucedido. María recordó la
visita del hombre de barba y también recordó
sus palabras.
-Joao, hijo… el hombre que viste es…
- ¿Quién es madre?
-Él es quien me salvó de morir. Respondió
María casi susurrando y con voz temblorosa.
-Te contare la historia el día que celebremos
con los awa tu paso hacia la sabiduría y te
conviertas en hombre, prometió María.
Desde que se hizo la celebración, Joao y
María aceptaron la magia en sus vidas.
Después de tanto tiempo ella comprendió
que solo esta sabiduría los protegería y
dedicó todo su tiempo a enseñarle a su hijo lo
que aquel día en que el tiempo se detuvo, el hombre de leyenda, pero sin encontrar nada, regresan para contar
barba predijo para ellos. Los awa siguieron historias de espíritus, espíritus de mujeres que danzan
protegiéndolos de los intrusos, pues supieron desde el alrededor de una laguna que tiene fuego en el centro.
principio que María y su hijo fueron los enviados de El manicomio estatal de Brasilia tiene un pabellón
los dioses para preservar la magia de sus ancestros; donde viven estos hombres que se atrevieron a buscar
ellos cumplieron con la profecía y las naves en el cielo las brujas de los awa.
con los seres del espacio satisfechos volvieron donde
los dioses viven.
Las mujeres fueron llegando de todas partes, para ser
aceptadas en la aldea debían estar embarazadas, todas Nací en Bogotá un 23 de julio, el arte se convirtió en lo
fueron acogidas por María y su hijo y todas recibieron que soy escribir, pintar, crear es lo que hago desde que
la sabiduría como único legado. Desde entonces esta me conozco, madre de cuatro hijos, mujer que ha
aldea en las selvas Amazónicas de Brasil es llamada el vivido violencia de género. Expresarme a través del
bosque de las brujas. Dicen que solo habitan mujeres y arte me dio el amor como reflejo de mi existencia y
sus hijos son cazadores protegidos por los awa. promover la escritura y el arte a las mujeres hace
Muchos hombres han llegado hasta el lugar según la parte de mi vida.

26
Las brujas de mi pueblo
´ Rivera
Alma Montserrat Rodriguez
- “¿Ya escucharon? dicen que a Panchito se lo llevó la vez se perdió todo un día entre la milpa, todo el pueblo
bruja” se puso a buscarlo y lo encontraron llorando, abrazado
- “Mi mamá dijo que los perros se escucharon muy a un palo de espantapájaros.
noche allá, por el río”. Panchito les tiene mucho miedo a las brujas, una vez le
Era lo que mis amigos cuchicheaban cuando llegué a platiqué que vi una en la noche por mi ventana, se enojó
la escuela, todo el pueblo sabía que a veces unas un montón conmigo por andar hablando de esas cosas.
brujas brincaban en los techos para llevarse a los niños Dice que le asusta que vengan por él y que por eso se
y chuparlos, es por eso que nosotros tenemos esfuerza por ser un buen niño, según su mamá, la Sra.
prohibido salir cuando el sol se tapa en las montañas. Rosita, dice que no se llevan a los niños buenos que
Panchito es un niño ni muy alto ni muy chaparro, de obedecen a sus papás y que no reniegan de ir a misa los
ojos grandes y cabello negro y es mi amigo; él y yo domingos, por eso creo que a Panchito no se lo llevaron
siempre vamos al río a buscar piedritas de colores y a las brujas, porque obedece y va a misa. Yo no voy a
jugar a las espadas con ramas, también voy mucho a misa, pero no tengo miedo de que me lleven las brujas,
su casa a jugar con sus carritos y ver televisión, ya que tampoco José ni Carlos, ellos dicen que si la bruja va a
en la mía no hay. “Creo que Panchito solo se escondió su casa, la atraparán entre los dos y que su papá, con su
entre la milpa como esa vez que su papá lo regañó” machete, la matara para que nadie más desaparezca.
dije cuando me preguntaron lo que creía. Panchito una Espero que la bruja nunca los visite.
© Nancy C Núñez En la entrada de la escuela estaba la Sra. Rosita,
se le veían los ojos hinchados y aguados, tenía
en su sus manos el muñeco favorito de
Panchito y, a su lado, estaba su papá. Un señor
alto y de sombrero, de cara enojada pero muy
amable que cada vez que salía del pueblo
llegaba con juguetes para Panchito y con
dulces de tamarindo y paletas de cereza, vi
como la maestra se les acercó negando con la
cabeza. Quisiera acercarme a ellos y decirles
que Panchito debe estar en la milpa, pero mi
mamá me dijo que nunca debía hablar con los
padres de los niños desaparecidos, que era muy
peligroso y que era de muy mala educación
mencionarlos. Cada vez que esto pasa, muchas
mamás van por ellos y sigue así por algunos
días, hasta que todo se calma y traten de olvidar
que un niño volvió a desaparecer. Recuerdo
cuando desapareció Martha, una bebé, muchas
señoras decían que los perros ladraban de
manera muy fea esa noche y que se había visto
por los techos un gato negro grande, como un
perro y de ojos rojos como el fuego, pero no lo
creo. La bruja que yo vi desde mi ventana no
era así, tenía alas que parecían de petate y tenía
los pies muy raros, muy flacos y delgados, lo
único que tenían de gato eran los ojos, bien que
me acuerdo.
Sé que mi mamá me va a preguntar por
Panchito, que dijeron, si saben algo de él… sé
que le preocupo y le preocupa lo que yo sienta
cuando un amigo mío desaparece, pero

27
entiendo y, aunque ella no sepa, mi abuela ya me dicen que les da dolor de cabeza y que hay cosas que
explicó todo. Al inicio no entendía por qué y me yo no debo de ver como, por ejemplo, ese zapato que
asusté muchísimo, pero ahora sé que las se alcanza a distinguir entre la tenue luz del fogón. Un
desapariciones no van a parar hasta que atrapen a las zapato que es de Panchito y lo sé porque me los enseñó
brujas, esas que desaparecen en el cerro y que nadie ha cuando su papá había vuelto al pueblo después de
podido encontrar su guarida. Mi abuela dijo que las vender el cempasúchil el año pasado.
brujas comían para vivir, que era lo mismo como si Miré mi plato un poco triste y hablé: “Todos dicen que
matara a un pollo para comer, aunque no estoy muy fue la bruja, aunque yo dije que quizás estaba en la
seguro. Mi mamá nunca dice nada cuando le milpa como la otra vez, pero ahora veo que no está
pregunto, dice que soy muy chico y que yo estoy a ahí…él era un niño bueno.” El sonido de las cazuelas
salvo, que ninguna bruja me va a llevar, a mí no y le me hizo mirar al rincón oscuro. Lo sospeché desde un
creo. principio pero me negaba a aceptarlo, Panchito ya no
Al llegar a mi casa, lo primero que huelo es a comida. iba a regresar a su casa y ya tampoco va a jugar
Mi mamá siempre hace una comida muy sabrosa y conmigo en el río, a buscar piedritas de colores pues
Panchito siempre me dice que lo invite a comer. En la desde ese rincón oscuro, unos ojos de gato me miraban
cocina estaba un plato de carne con chile y frijoles y pidiéndome disculpas, pero lo entiendo. Panchito era
arroz, esperando por mí. Mi mamá siempre me sirve mi amigo, siempre me daba de sus dulces y no se reía
cuando estoy a punto de llegar para irme con Panchito de mí, él era mi mejor amigo pero entiendo. Es como lo
al río. “Ya llegué, mamá” dije mientras me sentaba y dijo mi abuela, es como matar a un pollo.
tomaba la cuchara para comer. Sabía que mi mamá
estaba por ahí, en un rincón esperando a que le contara *Alma Montserrat Rodríguez Rivera, estudiante de la
lo de mi amigo. A veces mi casa estaba algo oscura, Universidad de Guanajuato en la carrera de letras
solo la cocina y mi cuarto se encontraban iluminados, españolas.
pues tanto mi abuela y mi mamá les molesta la luz,

© Nancy C Núñez

28
La bruja y El miedo
Carla Tochijara
Contaba mi abuela que en lo profundo del bosque campo de girasoles, muy cerca del gran sauce que
donde los caminos se borran y la naturaleza rompe el crecía a la orilla del río. Melquiades era un gato
silencio, allá donde sólo algunos ojos pueden ver a curioso que no la dejaba nunca y que pasaba algunas
través de la niebla, habitan seres fantásticos que los noches sentado en el tejado y otras, acurrucado en la
hombres no se atreven a nombrar. En algún lugar del cesta junto a la ventana desde donde contemplaba las
tiempo vivieron entre nosotros y compartieron sus luces del caserío que a lo lejos mostraba sus angostas
dones y talentos con todo aquel que abría el corazón callejuelas empedradas, adornadas con banderitas de
buscando en el alba o el ocaso la esencia de los nardos papel picado que contrastaban con el azul profundo de
y los jazmines. Nadie sabía contar mejor sus andanzas las noches estrelladas. Bañado por la magia de los
que la tía Lolita, todos hablaban de sus historias rayos de la Luna, el gatito negro de mirar esmeralda
fantásticas relatadas con una taza de chocolate espeso caminaba entre sueños y pociones al compás de
entre las manos, mientras susurros de lavanda hechizos y presagios, desafiando la gravedad entre los
llenaban el aire cuando el viento del crepúsculo estantes repletos de frascos con plantas y aromáticas
ondeaba sus cabellos durante los largos minutos del especias, recipientes de cerámica con esencias de
bordado, en que la tarde transcurría mecida por el flores y veladoras de cacao y cera de abeja.
vaivén de la vieja mecedora de cedro, allá frente al Todos los días, por la mañana, llegaba la pequeña
zaguán de la casa grande. Mi abuela decía que su Matilda con sus hermosas trenzas negras y sus ojos de
historia favorita era la de una joven menudita de tez capulín trayendo un tarro de miel y un costal de frutas
morena y ojos profundos a la que todos conocía como que dejaba sobre la mesita junto al jarrón que siempre
“la bruja”. tenía flores de temporada. Entraba por la puerta de la
Había llegado a vivir a Santiago cuando sus primeros cocina de donde salía feliz, cantando y llevando
pobladores construyeron las casas que hoy se ven en la consigo manzanilla y flores de tila que tanto gustaban
ladera del río junto al peñasco donde afirmaban los a Don Emiliano, no sin antes haber escuchado los
ancianos que el mismo Diablo había postrado una consejos que las estrellas dejaban para ella la noche
rodilla al detenerse a contemplar, conmovido, uno de anterior - cuídate de los malos aires atando un cordón
tantos amaneceres con los que esta tierra deleita al que de lana roja en tu cintura, lleva contigo una ramita de
madruga entre aromas de café tostado y mañanitas romero. Escucha mi niña, si haz de hablar con alguien
frescas que obligan a las
mujeres a ajustarse los © Nancy C Núñez
rebozos. Nunca nadie supo
su nombre, tal vez porque
no tenía uno o quizá
porque lo entregó algún
día al viento del
acantilado. Ella creía que
los nombres eran ataduras,
lealtades, herencias que
nos constriñen a vivir
historias que no nos
pertenecen. A pesar de eso,
todos la conocían en el
pueblo, en las montañas,
incluso en las aldeas de la
costa a varias leguas de
distancia.
Vivía con Melquiades en la
casita blanca al final del
sendero que lleva hasta los
nogales, un poco antes del

29
para arreglar un asunto no dejes de echarte tres clavos Santiago, un tipo al que apodaban "el miedo". Había
de olor a la bolsa del delantal-. La niña aprendía y desembarcado de uno de los navíos atracado en el
apreciaba todos los consejos de la bruja pues ya fuera puerto de La Esperanza, tenía un acento extranjero
por la confianza que le inspiraba o porque en verdad que mezclaba con palabras extrañas y quizá por eso no
esa mujer conocía las antiguas artes, nunca fallaba. hablaba mucho, no le gustaba dar explicaciones y se
Matilda parecía haber sido la única en advertir que sin movía imperceptible entre la gente, casi como una
importar el paso de los años la bruja parecía tener sombra. Era alto y muy delgado con manos finas que
siempre la misma apariencia lozana y jovial que tan atestiguaban su afición por la música. De cómo llegó a
cautivadora resultaba para todo el que se topaba con Santiago o cuáles fueron las razones que lo habían
ella y es que el tiempo se detenía entre sus manos, el llevado hasta allí, hubo cientos de suposiciones, lo
reloj volvía la vuelta atrás y todo ante ella reconocía su cierto es que desde su llegada comenzó a rondar la
modo y lugar. Podía dar con el paradero de cualquier casa de Don Emiliano donde, como todos, fue bien
cosa perdida, devolvía la salud y hacía recapacitar al recibido por el anciano de estirpe, delicados modales y
destino. andar sereno. A Matilda no le desagradaba, porque le
Dicen que una mañana, después del vendaval, como lo gustaba ver cómo su abuelo se distraía por las tardes
había anunciado el cuervo tres noches antes, llegó a entre charlas amables y partidas de ajedrez, sentados
en el patio central de la casa a la sombra de las
jacarandas, siempre acompañados por aromas
de turrones, mazapanes, arroz con leche,
capirotada, y cuanto deleite prometían las
creaciones que Doña Elenita preparaba con las
recetas de antaño en su cocina de talavera y
barro recocido. Sin embargo, había algo en la
mirada melancólica y ausente del famoso
miedo que hacía sentir a la niña un profundo
vacío en la boca del estómago, una zozobra
inexplicable, tal vez porque al final, todos
acabamos convirtiéndonos en eso que creemos
ser.
No pasó mucho tiempo antes de que El miedo
conociera a la bruja, de quien tanto había oído
hablar desde el instante mismo de su llegada.
La mañana del domingo, Matilda llevó junto
con la miel y las frutas, una nota escrita con
impecable caligrafía solicitando la
oportunidad de concertar una cita el viernes a
las tres de la tarde para tratarse de asuntos de
salud. La bruja aceptó y envió de vuelta su
respuesta, después de almorzar pan recién
horneado, zarzamoras y zumo de toronja con
miel y buganvilias. Sentadas bajo el ciruelo,
ella y la niña platicaron sobre aquel hombre
misterioso que en poco tiempo se había ganado
la confianza de todos. Matilda se sentía
inquieta porque a pesar de que comenzaba a
apreciarlo pensaba que una vez conociendo a
la bruja y entrando también en su corazón, El
miedo se quedaría para siempre en Santiago y
le disgustaba la forma en que todos, no hacían
más que hablar de él y dedicarle su tiempo. Un
© Nancy C Núñez
tiempo que se alargaba tanto que terminó por

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llevarse los animados bailes de la plaza, quizá no eran de sus platillos picositos, a los olores de sus fiestas y a
importantes o tal vez lo importante había dejado de la calidez de su gente y en todo ese tiempo no había
serlo. Lo que la niña, no sabían era que ese hombre se tenido motivos para cuestionarse partir. En punto de
encontraba de paso, que había llegado hasta ahí con un las tres vio llegar por el sendero al hombre del que
único propósito y que partiría sin demora al día Matilda y los otros le habían hablado, le pareció
siguiente de haberlo cumplido. conocerlo de siempre como se conoce a los niños con
La mañana del viernes llegó y la bruja se preparó que se juega en la infancia, descubrió esos gestos que
como siempre, sahumó el espacio con savia y romero, no se olvidan, las reacciones que se intuyen y las
colocó flores blancas en el jarrón, despabiló un palabras que se anticipan. Su sorpresa fue tanta que no
poquito la ruda de la maceta, rodeó con un listón pudo escuchar el saludo con el que el hombre se
carmesí la sábila, preparó infusión de siete flores e presentó, haciendo que por un instante el silencio se
invocó la asistencia de los vientos y sus guardianes. tornara eterno, mientras ella hurgaba entre sus
Pasado el mediodía, decidió suspender sus labores recuerdos buscando respuestas. Él notó su vacilación
para sentarse sosiega a esperar, se descubrió cantando e hizo lo posible para no incomodarla, quería
bajito con Melquiades acurrucado sobre sus piernas y acercarse con cuidado, sigiloso, pasar inadvertido
la mirada perdida entre las cumbres de las montañas, como lo había hecho tantas veces, pero su familiaridad
ya no recordaba cuánto tiempo hacía que vivía en alertó el instituto de la bruja que sólo dejaba entrar en
Santiago se había acostumbrado a sus colores, al sabor su corazón a quien sabía ganarse su venia. Cuando
estuvo cerca, la fragancia de aquel hombre la
© Nancy C Núñez sumió en un sueño de siluetas inciertas y sin decir
más, con dulce cortesía le invitó a pasar. Mientras
le ofrecía la infusión de flores le preguntó sobre el
mal que le aquejaba, no deseaba adelantar
vísperas, debía ser cautelosa y esperar la
respuesta a pesar de intuirla. El hombre, sin
reparo, comenzó a contarle su historia, una
historia tan vieja que se perdía en la memoria del
tiempo. Habló de lugares, de momentos, de gente
y de anhelos, quiso contextualizar esa dolencia de
siempre que nadie antes había podido aliviar. Se
trataba de una opresión en el pecho que apenas
disminuía algunas veces durante el día, había
aprendido a vivir con ella, la hizo tan suya que ni
siquiera se imaginaba lo que podría ser de él si no
la tuviera, toda su vida era una estrategia para
acomodarse a un dolor que no mata, pero se va
llevando la vida de a sorbos, despacito. Mientras
él hablaba, a ella le sorprendió descubrir que el
tiempo por primera vez se le iba de las manos,
pero no opuso resistencia y vio por la ventana
como el viento deshojaba en una nube de pétalos
las dalias y los girasoles y supo que el campo
entendía de la pena que guardaba el miedo, una de
esas penas que se llevan en el alma más allá de la
vida y más allá de la muerte. Lo escuchó sin
interrupción hasta bien entrada la noche. En más
de una ocasión advirtió el asomo de una lágrima
en los ojos atemporales de aquel hombre que
entre más se develaba más extrañamente familiar
le parecía. De pronto su penetrante mirar se
hundió sin reserva en los ojos de la bruja tocando

31
con certera estocada el centro de su corazón y en que se mezclaban con la hierba mojada para adornar
desenfrenada cascada todos los recuerdos se un paisaje de cumbres de enebro, cielos añil y nubes
agolparon en tropel en su memoria, sin apenas darle que rebosan de rosa y de blanco. Al entrar por la
tiempo para nada más que un profundo suspiro, eran cocina, Melquiades no salió a su encuentro y supo que
los mismos ojos, la misma historia y ella fue presente aquella sensación que la acompañó por todo el camino
y pasado y compartió sin resistencia porque sintió el era la ausencia de su amiga. Cerró los ojos, recordó
anhelo y la ausencia inadvertida que hace tantos años todo lo compartido y sonriendo colmó con ello su
experimentara frente de la capilla de La Inmaculada corazón.
Concepción en el pueblo de Carvoeiro, cuando de la No busquen finales, decía la tía Lolita, no hay
boca de un joven marinero escuchó una frase que necesidad. Cada final viene hilado con un comienzo,
marcó para siempre sus sueños - No me sueltes y mejor díganme por donde les gustaría empezar la
atrevámonos juntos. Por qué ahora, tal vez porque siguiente historia.
coincidir y reconocerse sucede sólo en ciertos
momentos perfectos, porque los amores de siempre se *Carla Tochijara Vargas
guardan en el pecho y podrían pasar cientos de años o Nací y resido actualmente en la ciudad de México,
miles de vidas que nunca es bastante para que se inicié mi carrera profesional como abogada
vayan del todo. Él contó su historia y sanó con ello su especializándome en el área de comercio exterior.
dolor, ella escuchó y los recuerdos fueron risas y Actualmente soy socia de la firma especializada
canciones, fueron tardes estivales frente al Mexican Trade Board, S.C. Desde hace más de 20
Mediterráneo y poemas y flores y bailes y llanto. años me introduje en el ámbito del desarrollo
Cuando terminó, sin más palabras que un - hasta humano, preparándome como instructora de
siempre - El miedo salió y ella lo vio partir como ashtanga yoga y asesora especializada en Ayurveda,
entonces al despuntar el alba rumbo al puerto. Unos realicé estudios de Energía Universal, Reiki y
minutos más tarde, la bruja tomó sus cosas y en Magnified Healing. Durante mi experiencia como
compañía de Melquiades salió para andar un nuevo consultora, cursé la especialidad en
camino bajo sus pies, buscaría un cielo distinto, otra Bioneuroemoción en el Instituto de Bioneuroemoción
tierra, otra vida, encontraría un lienzo en blanco para de Barcelona liderado por Enric Corbera y la
llenarlo de colores, seguiría el sendero trazado por las Universidad Iberoamericana de Torreón, estudios
estrellas, no sin antes dejar colgada la espera y las que complementé obteniendo además la especialidad
promesas en el dintel de la puerta de aquella casita en Hipnosis y Programación Neurolinguística en la
blanca en Santiago. Asociación Española de Hipnosis Clásica y
Matilda salió como siempre muy temprano en busca Ericksoniana. Recientemente estudié la especialidad
de la bruja, llevando consigo el tarrito de miel y las en Autismo y Ciencias del Comportamiento en el
frutas recién cortadas, era una mañana limpia, Mohawk College en Ontario, Canadá.
radiante, llenita de sol, de rocío y de aromas de flores

© Nancy C Núñez

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Pachita
Rafael Eduardo Herrera Ortiz
Las esquinas de la ciudad se vestían con los colores
patrios de nuestra bandera tricolor, en cada puesto
los rebosos y bigotes anunciaban la llegada de la
fiesta nacional y en las fachadas de los edificios del
centro, las caras de los héroes que le dieron patria a
México, se erguían como atlantes protectores de
esta nación tan diversa como su propia tierra.
En el aire se ponía sentir la leve brisa que venía
desde el norte y el viento helado se colaba entre los
pulmones de los peatones quienes apresuraban el
paso al mirar los nubarrones negros y grises que se
aproximaban rápidamente.
A los pocos minutos las primeras gotas comenzaron
a caer, rápidamente una cortina de agua se cernió
sobre la reseca tierra obligando a los vendedores
ambulantes a recoger sus puestos para resguardarse
de la lluvia.
Al igual que todos los demás me apresuré hacia los
portales para no mojarme y en cuanto me sentí a
salvo, me puse el suéter tejido que llevaba en la
mochila para evitar que se me enfriara la espalda.
Mientras lo hacía sentí una punzada entre el pecho y
el estómago, no era un dolor muscular, para nada,
este dolor era el dolor de la tristeza que me
acompañaba desde hacía ya algunos años, era ese
dolor que se me presentaba al final de la tarde
cuando la soledad me golpeaba en la cara. © Pao Klug
Un par de lágrimas saladas salieron de mis ojos al
contemplarme completamente solo e su canasta del suelo y continúo con su camino.
inevitablemente mis sollozos comenzaron a danzar al Traté de seguirla con la mirada, pero los pilares de los
ritmo que la lluvia me marcaba, aún no sé con portales me lo impidieron, caminé hasta la calle sin
exactitud cuánto tiempo permanecí de pie no sé si importarme que aún estuviera lloviendo, pero como si
fueron tan solo unos minutos o un par de horas, todo se tratase de un fantasma aquella mujer desapareció
parecía tan extraño, tan absurdo, tan melancólico. entre la brisa de lluvia que cubría la ciudad.
Fue hasta que levanté la mirada que la vi a mitad de la Esta fue la primera vez que vi a aquella mujer y juro
calle, su piel mestiza empapada por la lluvia brillaba por mi vida que a partir de ese día no pude apartarla de
como una estrella color cobre, sus ojos negros como mi mente, había algo en ella que no me dejaba en paz,
la noche simulaban un par de lagunas quietas, las no había noche en la que no se me presentaran esas
gotas que jugaban en su trenza eran perlas dos lagunas de obsidiana que adornaban su cara y en
trasparentes que paseaban libremente por una más de algún sueño la vi bailando bajo la lluvia.
cascada negra. Fue una de estas noches, mientras dormía, que la
Ahí estaba ella en completo silencio disfrutando de la dolencia de mi soledad se hizo presente en mis
lluvia mientras mi mundo se desmoronaba, ahí estaba sueños, me vi rodeado de una masa tan oscura como la
yo con mi respiración entrecortada por el llanto misma noche, pude sentir cómo mis entrañas se
mientras ella sonreía al sentir el beso frío de la lluvia. retorcían de dolor mientras mi espalda se enfriaba, me
De pronto nuestras miradas se encontraron y como si vi gritando al tratar de salir de aquello que me ahogaba
se tratara de una antigua amiga me regaló una sonrisa y por más que luché todos mis intentos fueron en
de lo más encantadora, achicó un poco los ojos y vano.
haciendo una pequeña reverencia con la cabeza tomó

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en esa madrugada, hasta la fecha no sé
que me incitó a recorrer las calles
oscuras de la ciudad, no sabía ni
siquiera a dónde iba, era como si una
fuerza externa me jalara desde el
ombligo me fue guiando hasta mi
destino, llegué en un par de minutos
hasta una de las casas del centro.
No tuve tiempo de observar el número
ni la fachada de la casa; al llegar ante la
puerta de madera vieja algo me detuvo,
no hubo necesidad de tocar la puerta ya
que en cuanto llegué aquella mujer me
recibió con una sonrisa tan hermosa
que todo dentro de mi tembló de gusto.
No la conocía, sólo la había visto una
vez en persona y otras más en mis
sueños, no tenía idea de quién era ella
ni de dónde había salido, mucho menos
cuáles eran sus intenciones conmigo,
sin embargo algo muy en el fondo de
mi ser “sabía” que esta mujer me
ayudaría.
© Pao Klug -Buenas noches, Jacinto, o ¿debería
decir días? - dijo con voz dulce como el
Bajé las manos en señal de resignación y mis lágrimas chocolate y fue hasta ese momento que me di cuenta
comenzaron a brotar sin control, traté de despertar, de la hora ¡eran las 3 de la mañana! -Pasa, pasa, te
pero no podía hacerlo, tal parecía que la masa no me lo estaba esperando, mi nombre es Pachita- y como si sus
permitía y justamente cuando mi cara estaba por palabras me jalaran me adentré en su casa. La
desaparecer en su negrura, una pequeña flor de canela habitación en donde se supondría estaría la sala se
cayó sobre ella, disipándola por completo, en el acto encontraba vacía, sólo había una mesa pequeña de
mi silueta se desplomó en el suelo y desperté al madrera, adornada por tres veladoras y un cuchillo; la
momento en el que la pequeña flor tocó mi cabeza. poca luz que emanaba de las velas era lo
Abrí los ojos de par en par y aspiré aire con la boca suficientemente cálida como para hacerlo sentir a uno
abierta como quien se siente ahogado al salir del agua, cómodo, se prestaba para el descanso, para la
me senté al filo de la cama para recobrar mi cordura y reflexión. Respiré profundamente mientras cerraba
frotándome la cara con las manos traté de quitarme el los ojos y no fue hasta que sentí las manos cálidas de
miedo que aún me acompañaba. Inmerso en mi tarea esta mujer que los abrí, al hacerlo me la encontré de
de olvidar el mal sueño no me percaté de su presencia frente -Mírame a los ojos- dijo de nueva cuenta y por
hasta que levanté la mirada. La sombra de una mujer unos instantes todo a nuestro alrededor desapareció.
de estatura mediana me observaba desde uno de los Al mirarla quedé fascinado por la negrura de sus ojos,
rincones de mi cuarto, al mirarla traté de gritar, pero su pude ver cómo en sus adentros se mecía un lago negro
presencia no me inspiraba miedo, mientras más la de obsidiana; contemple cómo las aguas danzaban al
observaba más se calmaba mi pecho, justamente igual que un océano amedrentado por el viento, las
cuando me levanté para acércame hasta ella, la olas de sus ojos se elevaban majestuosas hasta tocar
sombra desapareció dejando a su paso un aroma a las estrellas, inconscientemente extendí los brazos y
canela. comencé a moverlos al vaivén de lo que estaba viendo,
Asombrado con lo que me había pasado me apresuré a fue en este momento cuando sentí cómo el calor de las
cambiarme y sin decir una sola palabra salí de mi manos de Pachita recorrían mi cuerpo desde la frente
departamento en búsqueda de aquella mujer de piel hasta el pecho. Sus manos presionaron mi abdomen,
color cobre. Aún ignoro el por qué comencé a buscarla traté de respirar profundamente, pero no pude.

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Repentinamente el lago turbio de sus ojos se detuvo, completamente por el agua, fue entonces cuando
parpadeo un par de veces hasta que las aguas extendió las manos y comenzó a bailar, sus
desparecieron dejando en su lugar dos espejos negros movimientos delicados hacían un contraste perfecto
en donde me vi -Aquí estás-, la escuche decir, y como con el frenesí de la lluvia que la golpeaba
si hubiera estado esperando esto, me sopló en la cara y inclementemente, de a poco todo su cuerpo se fue
pude sentir cómo lentamente todo mi cuerpo se despintando, era como si el agua la estuviera
dispersaba por la habitación, cada una de las limpiando dejando a su paso un majestuoso color
moléculas de mi ser volaron libremente por toda la cobre que brillaba como un sol.
habitación mientras Pachita contenía algo entre sus En un parpadeo sus cabellos se soltaron dejando a su
manos. paso un olor a canela tan exquisito que cada parte de
El sonido estrepitoso de un trueno anunció la mi sonrió. Ella continuó bailando hasta que la masa
tormenta y rápidamente una nube gris y espesa negra que contenía en sus manos fue despareciendo
comenzó a formarse arriba de Pachita; el viento con la lluvia, pude ver cómo cada gota de esta masa
inundaba todo el lugar hasta que, lentamente, las caía de las manos de Pachita y, justamente antes de
gotas comenzaron caer; Pachita se mantuvo quieta tocar el suelo, se transformaban en hermosas flores de
durante algunos minutos hasta que fue cubierta canela.

A los pocos minutos ella estaba parada en


un tapete blanco con amarillo. Poco a
poco la lluvia fue cesando y con ella cada
parte de mi ser regresó hasta las manos de
Pachita; pude sentir cómo me armaba
desde el ombligo hasta la cabeza, pude ver
cómo cada flor contenía una lágrima de
mi cuerpo y cuando al fin estuve armado,
volví a abrir los ojos y sin pensarlo abracé
a Pachita.
Ella me regaló un abrazo largo, tan largo
que al terminar el sol se había posado
sobre nosotros, al soltarnos me sonrió y
sin decir una sola palabra me regaló un
beso en cada mejilla, me cerró los ojos
con sus manos y cuando los abrí ya no
estaba, me encontré solo a la mitad de la
alameda en completo silencio.
De todo esto ya pasaron varios meses y
por más extraño que parezca tengo que
admitir que el dolor del pecho ha
desaparecido y se llena de alegría cada
vez que escucho entre la lluvia la risa
alegre de esta mujer, de nombre Pachita.

*Rafael Eduardo Herrera Ortiz (1985)


Escritor, creador de trova urbana,
mediador de lectura y facilitador de
talleres.
Participante en la 4 edicion de “Poesía
en la piel”, publicación en “MEUI
número 0”, participante en la antología
Celayense “Historias de Socavón” y
escritor en la página de Facebook
© Pao Klug
“Lunario”.

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Algunos de nuestros artistas visuales
Sing Wan Chong Li / Portada Sing Wan Chong
(Santiago de Chile, 1989). Artista Visual. Fundadora
del Grupo Surrealista SURREALLOVERS de Chile.
Sus collages han sido publicados en revistas virtuales
de Chile, Canadá, Perú, Portugal, Argentina y Brasil.
También en revistas impresas de: Canadá, EEUU,
Uruguay, Inglaterra, Puerto Rico, y Egipto). Ha
participado en exposiciones colectivas en: Chile,
Portugal, España, Turquía, México, Serbia e Italia.

Cristina Incháustegui Massieu


Creció en la Ciudad de México durante los años
noventa y es egresada de la carrera de Artes Plásticas y
Visuales de la E.N.P.E.G. Siempre obsesionada con
los medios visuales, empezó a dibujar y a tomar
fotografías desde la infancia. Más adelante desarrolló
una intensa fijación por fotografiar mujeres y se
convirtió en retratista. Su objetivo principal es sacar a
las mujeres del contexto tradicional y transportarlas a
una realidad mágica ficticia en la que se vuelven
diosas, reinas, brujas y hadas.

Silvia Pantoja
Mujer de edad perfecta, con los sueños latentes, letras
en su esencia, viajera, poeta, fotógrafa, perseverante e
impredecible.

Ithan Fuentes
Artista visual, estudió en la Facultad de Artes y
Diseño, FAD, UNAM. Mexicana. Se dedica al diseño
gráfico e ilustración.
misma como Drag Queen Story Hour CDMX, La
Nancy Cristina Núñez M. Carrera Drag de la Ciudad de México y eventos como
(1982 CDMX) estudió Realización Cinematográfica los del colectivo Suicidrag.
en Guadalajara y se ha desempeñado en el ámbito
editorial, poeta y novelístico con éxito contado. Paola Klug
Fracasó en su intento de editorial independiente y Tecolutla, Veracruz. 1980. Es una escritora
pronto inaugurará canal de youtube cultural autodidacta e independiente. Ha publicado 5 libros y
patafísico. Ama los temas de brujería, esoterismo, participado en varias antologías nacionales e
casas embrujadas y mundos paralelos. Prepara serie internacionales. Ha impartido talleres de creación
de libros de ilustrados para adultos y niños precoces. literaria y Literatura Creativa en la Casa de la cultura
de Celaya, la ULM y el Centro CREA. Ha impartido
Laura Casoli conferencias en la UAQ, el museo Zacatecano y la sala
Fotógrafa profesional egresada de la Escuela Activa de lectura Amparo Dávila. Ha sido exponente de
de Fotografía. Los temas principales de su trabajo son varias ferias del libro y ha colaborado en varias
la libertad, diversidad e inclusión; se ha enfocado a oportunidades con los colectivos Sueño Colectivo y
retratar la vida nocturna LGBTTTQ+ en la Ciudad de Espacio Libre.
México y ha participado en distintos proyectos de la

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La vampira del Centro Historico
´
Miguel ´Angel Sosa
Miguel Ángel Mecapal por fin, y después de
largas jornadas de trabajo y de implementar
un meticuloso sistema de ahorro, que le
había llevado a no gastar en todo aquello que
consideraba superfluo, finalmente y tras
enormes sacrificios logró juntar el dinero
suficiente para cumplir su sueño largamente
acariciado: ¡comprarse una pantalla! Síí,
una de esas pantallas de cuarenta pulgadas,
alta definición y con posibilidades de
acceder al internet.
Para complementar su sueño adquirió un
plan de televisión por cable; el más
completo, más de cien canales de tele y un
sinnúmero de canales musicales.
Miguel Ángel Mecapal, todos los días, al
llegar a casa después de una extenuante
jornada de trabajo, se preparaba una botana,
se allegaba alguna bebida, tomaba el control
remoto y se arrellanaba en la cama frente a
“su” pantalla y pasaba largas horas hasta que
lo vencía el sueño.
Así eran todos los días de la semana, pero
sábados y domingos eran días de fiesta para
él; sólo se separaba de su pantalla para
comer algo y claro está, realizar sus
necesidades fisiológicas.
Al poco tiempo, el tedio se fue apoderando
de Miguel Ángel Mecapal, a pesar de tener
tantos canales, todo le resultaba aburrido y
repetitivo así que, dueño del control, © Pao Klug
observaba un instante un programa y
cambiaba de canal.
Un domingo, una desesperante aburrición se apoderó algunas botellas de bebidas y algunos vasos; solícito el
de él, por más que buscaba nada le resultaba hombre ofreció a Miguel Ángel Mecapal una
interesante, así que decidió salir de casa y recorrer el degustación, amablemente él lo rechazó para,
Centro Histórico de la ciudad. posteriormente, traspasar unas gruesas y pesadas
En su andar por las calles del Centro Histórico y cortinas e ingresar en el local.
cuando el sol se empezaba a ocultar llegó hasta una Dentro de éste, el ambiente era pesado, unas cuantas
callejuela; viejos edificios y vecindades con sus mesas estaban ocupadas, una densa nube de humo,
fachadas carcomidas por los años, el pavimento provocada por los fumadores, aunada a las tenues
deformado por baches llenos de agua y los faros con luces producidas por pequeños focos distribuidos en el
una luz mortecina que apenas se atrevía a desafiar la local, creaban un ambiente lúgubre; en la parte central,
naciente obscuridad de la noche. en una especie de pista, una mujer realizaba un baile
De pronto un anuncio luminoso llamó su atención, mientras se iba despojando, rítmicamente, de sus ya de
con letras brillantes anunciaba: BAR...Abierto las 24 por sí escasas prendas de vestir.
horas del día los 365 días del año; apresuró el paso y Como pudo Miguel Ángel Mecapal se sentó a una
llegó hasta la puerta, en ella estaba un hombre sentado mesa, sacó un cigarrillo, lo prendió y le dio una larga
al lado de una pequeña mesa sobre la cual había fumada, estaba ensimismado en sus pensamientos

37
cuando de pronto, de la nada, escuchó una voz Mecapal llamó al mesero, tsch, tsch, y ordenó dos
femenina que le preguntó: ¿Me regalas un cigarro?, tequilas Don Julio con sangrita, llegaron las bebidas,
sin voltearla a ver y arrastrando la cajetilla sobre la chocaron las copas y entre sorbo y sorbo y sin
mesa contestó: tómalo. Me llamo Zoraya, ¿me puedo despegar la mirada del nacimiento de los senos, él
sentar?, inquirió la mujer; Miguel Ángel Mecapal trataba de desarrollar una platica interesante: que si el
para servirte, contestó él y con un ademán le ofreció virus sars cov 2 promotor de la enfermedad covid 19,
asiento. que si la crisis sanitaria, de salud y social derivada de
¿Me invitas una copa?, cuestionó Zoraya; hasta ese la pandemia; las bebidas se consumieron y Miguel
momento Miguel Ángel Mecapal volteó a verla, una Ángel Mecapal llamó nuevamente al mesero para
abundante cabellera, negra y rizada enmarcaba su ordenar otros dos tequilas, el mesero se marchaba y
rostro, cejas perfectamente delineadas, ojos negros y Miguel, casi a gritos le recordó, con sangrita amigo,
enigmáticos, nariz recta, labios carnosos con sangrita. La charla siguió versando sobre diversos
meticulosamente pintados de color carmín; portaba tópicos; lo mismo abordó las consecuencias del
un vestido rojo, ajustado , que hacía resaltar la neoliberalismo sobre el sistema de salud, que el
sinuosidad de su cuerpo, y con un sugerente escote imperialismo alimentario y la colonización del
que acrecentaba la voluptuosidad de sus senos, paladar, mientras que entre fumada y fumada los
entusiasmado ante esta imagen Miguel Ángel tragos parecían evaporase.

Así que, nuevamente el mesero fue


llamado y Miguel ordenó otros dos
tequilas, Zoraya con voz seductora y
antes de que el mesero partiera exclamó,
la sangrita ahora va por mi cuenta y
ágilmente se arrojó sobre Miguel.
Pasaron varias horas, Miguel Ángel
Mecapal despertó, el local se encontraba
totalmente abandonado, con paso
trastabillante fue hasta el baño, después
de enjuagarse el rostro levantó la mirada
y se observó al espejo: su cara tenía una
palidez extrema y sus ojos estaban
contorneados por unas profundas ojeras,
y en el cuello, su cuello, encontró dos
pequeñas perforaciones; como pudo
abandonó el lugar rápidamente.
A partir de ese día Miguel Ángel
Mecapal perdió todo interés por su
pantalla de cuarenta pulgadas, sufre un
paulatino estado de cansancio, ha
empezado a sentir un extraño gusto por
las carnes rojas, las cuales consume casi
crudas, sus dientes incisivos han ido
adquiriendo una forma puntiaguda y
cuando empieza a ocultarse el sol para
dejar paso a la obscuridad de la noche,
una sed, abrazante, que no logra saciar
de forma alguna se apodera de él y
cuando logra conciliar el sueño regresa
la imagen de aquella mujer de ojos
negros y enigmáticos, de vestido rojo
© Pao Klug ajustado y senos voluptuosos.

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Viene por ti
´ Ramon
Jesus ´ Lopez
´ Abreu ´
¡Antonia, Antonia, Antonia!, se escuchaba en el viejo los gastos de la casa. Siempre se las ingenió y logró
radio de transistores sobre la vieja mesita de la sala, encausar a su hija a una carrera universitaria, este fue
seguido de unos sonidos huecos que se repetían con la su gran logro, y que su nieta siguiera los pasos de la
cadencia del galope de un caballo. A doña Jacinta le madre la enorgullecía más. El trabajo también ayudaba
encantaba escuchar la radionovela de las dos de la a doña Jacinta a mantener su mente ocupada, a pensar
tarde, le hacían recordar cuando era una joven en los quehaceres inmediatos y olvidarse de su marido
ilusionada y enamoradiza, que suspiraba en el balcón alcohólico, que seguramente se encontraba tendido en
de su habitación todas las noches, soñando despierta alguna plaza pasando la borrachera y, sobre todo a no
con su príncipe azul. Solo que la vida le deparó otro pensar en aquellas horribles y repetidas pesadillas, que
príncipe y no tan azul como le hubiese gustado. La la atormentaban desde niña. Eran muy vívidas, tan
radionovela era la única distracción que tenía por esos reales que Jacinta se levantaba con crisis de nervios
días, ya que su avanzada edad y los padecimientos de siempre que las tenía, en ocasiones perdía el habla por
una vida entregada al trabajo, abrazada con algunas días. No le gustaba hablar de eso con nadie en
carencias, habían pasado su factura y la tenían sentada absoluto.
en una silla de ruedas por lo que le quedaba de Siete años atrás, la última vez que conversó con alguien
existencia. sobre sus pesadillas en mucho tiempo, fue con Juana.
En las mañanas la atendía su comadre Juana quien - ¡Ay comadre! Tengo mucho miedo…
vivía a dos casas. Se hicieron comadres al bautizarse - Comadre ¿Qué pasa? Cuénteme.
mutuamente sus hijas, así que puede decirse que son -No le vaya a decir a nadie por favor.
comadres por partida doble. A las doce del mediodía - Por este puñado de cruces que a nadie le digo, dígame
preparaba la comida, y dejaba servida la mesa para
¿por qué está así? mire como se pone de pálida y le
doña Jacinta y su nieta Abigail, quien llegaba a las
doce y media de la universidad, y se quedaba el resto tiemblan las manos.
del día en casa con su abuela. - Bueno, le cuento. Desde pequeña he tenido la misma
Doña Jacinta tuvo una vida difícil, la mitad de ella pesadilla…
llevó a cuestas un marido borracho, maltratador, La boca de una cueva en total oscuridad, se adentra en
trabajando en casas ajenas lavando ropa, planchando ella a tientas, sin poder ver, ahogada por un extraño
y limpiando, para mantener a su hija Leonora y pagar olor que hace lagrimear sus ojos. Luego de andar por
varios minutos se
empieza a aclarar el
entorno, por una
precaria luz amarilla
que se agranda en
resplandor a medida
que se acerca,
entonces allí está…
- ¡Comadrita! Esa
señora, el, el, el pájaro
negro – la mandíbula
de Jacinta se movía
como si colgara de un
hilo.
- Ave maría purísima -
dijo Juana mientras se
persignaba.
- Es horrible, la misma
pesadilla desde que
© Pao Klug
tengo trece años, la

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misma, cada año bisiesto comadre. menos los lugares donde se puede encontrar estas
- ¿Cada año bisiesto, y en qué día? - preguntó Juana plantas, la ciudad ha crecido a un ritmo endemoniado y
asombrada. se ha comido los campos. Al menos el cementerio
- Puede ser cualquier día comadre, cualquier mes, no seguía en el mismo sitio de hace 50 años, así que la
hay aviso, simplemente ocurre. tierra del primer mausoleo estaba lista, en un cuenco de
- ¿Y qué ha hecho para curarse eso? barro ennegrecido por el hollín y una especie de
melcocha color ámbar.
- Visité a un vidente cuando tenía 25 años, el señor me
En aquella caverna fría el olor a moho hacia el aire
recetó tres baños con hierbas, y que encendiera siete irrespirable, la pólvora se encendió elevando una
velas, una por día a mi ángel protector, luego de eso humareda acompañada de un chisporroteo, que se vio
que fuera a verlo de nuevo. Y fuimos comadre, pero apaciguado cuando una nube de líquido verde brotó de
resulta que el señor se había muerto de un infarto siete su boca, sus ojos enrojecían y restos de aquel líquido
días antes-, contó Jacinta entre lágrimas. goteaban de su arrugada barbilla… Son las tres de la
Desde esa oportunidad no habló más de sus madrugada, la hora esperada ha llegado, todo está listo.
pesadillas, siempre guardó lo ocurrido para sí, Abrió y elevó los brazos y su cabeza comenzó a oscilar
alegando sus malestares de cada cuatro años a algún de arriba hacia abajo, asintiendo con un paroxismo
virus pasajero. Lo que no tuvo en cuenta, es que las escalofriante que hizo su cabello endurecerse en el aire.
pesadillas coincidían con la desaparición de algún Orbitando como un péndulo invertido retó a la
niño en los pueblos o ciudades cercanas. gravedad, profiriendo unas palabras casi inentendibles,
Este año es bisiesto y doña Jacinta sabe lo que que se colaron a través de los amarillentos e
ocurrirá. Es lunes por la noche, hora de dormir y su incompletos dientes de una boca entrecerrada:
nieta Abigail la lleva a la habitación después de cenar, “Cuando salto todos tiemblan, cuando vuelo se
lavarle los dientes y darle sus pastillas para la
diabetes. Del baño al aposento hay un tramo de 5
metros, una transición en penumbra, flanqueada
por una cómoda de caoba, coronada por unas
flores de plástico palidecidas por los años. Esa
noche, mientras atravesaba el pasillo sentía que
se dirigía al cadalso, acercándose a un final
fatídico e inexorable. Abigail la ayudó a
levantarse de la silla de ruedas y acostarse en la
cama. Jacinta tomó del buró el rosario, la biblia y
una botella de agua bendita, que le trajo su nieta
de la iglesia. Rezó un padre nuestro, una
avemaría y un credo antes de dormirse. No le
costaría entrar en un sueño profundo, ya que los
tres últimos días estaba tan agotada, como en
mucho tiempo no se había sentido.
Dos y cincuenta de la madrugada…
Cera de velas derritiéndose al calor de las llamas,
fluye en ríos que se escurren por las hendiduras
de la piedra entre barro y musgo. La luz
amarillenta se balancea en la oscuridad,
empujada por la brisa furtiva en un vaivén
cansino, e invitando a las sombras a unirse en
aquel baile secular. Pronto no quedará nada de
las velas y el ritual terminará. A ella no le importa
nada que no sea llevar a cabo su plan, no en vano
ha pasado tres noches preparando todo. Le costó
trabajo obtener las raíces de belladona y el © Pao Klug
peyote, ya que en estos tiempos cada vez son

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estremecen y cuando llego, palidecen” instantes, luego avanzó unos metros entre saltos y
En un movimiento convulso se fue encorvando poco a partió en vuelo a través de la sinuosa boca de la cueva.
poco, reduciendo su avejentada figura a un ovillo La noche lluviosa y las gotas hincaban su plumaje
envuelto en harapos, informe y espasmódica dejó como agujas, la luna en cuarto creciente se mostraba
escapar un estertor como si su espíritu abandonara el tímida, enmarcada en un velo de nubes grises que se
cuerpo… Seguía pronunciando palabras en voz baja. desplazaban en lenta procesión. A trasluz se logró
“Nadie me maldice, yo soy maldición, no meto visualizar una silueta fugaz, cruzando de lado a lado
demonios en cerdos, meto demonios en la gente. He para luego perderse en el negro profundo de la noche.
volado sobre todas las culturas a través de la niebla Mucha gente escuchó un sonido sobrecogedor, el cual
de los años, me han representado montando escobas y no lograron diferenciar entre un grito o una risa, sin
cabras, dicen que como niños y camino sobre los embargo, lo que todos sintieron al momento fue un
huesos de mis victimas” escalofrío que recorrió sus espaldas de arriba abajo,
Justo al terminar estas palabras, una corriente de aire erizando todos los vellos del cuerpo. Nadie quiso
apagó casi todas las velas, quedando la treceava levantarse a comentar, nadie quiso moverse de sus
encendida. De pronto su forma disminuyó de manera camas, era mejor rezar para evitar cualquier mal.
sutil como si de un acto de ilusionismo se tratara, La vista empañada por las gotas que se escurrían
vaciándose dentro de la tela, que terminó de caer, durante el vuelo no impedía observar la ciudad allí
dejando un doblez abierto por el que un pájaro negro abajo, las luces anaranjadas de los postes y la gélida
emergió lentamente, cubierto de una sustancia soledad, algunas cosas son nuevas. Cada vez que
pegajosa y sacudiendo su erizado cuerpo, abrió sus emprende el vuelo nota algunos cambios, casas que no
alas, en una horripilante visión opuesta a la única vela estaban, calles donde antes había árboles, grandes
encendida. Sus ojos escrutaron el lugar por unos torres… No importaba, el hambre es la misma de

© Pao Klug

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siempre, una necesidad centenaria que necesita saciar. habitación, con su oso colgado de una pata.
Siete vueltas alrededor de la avenida principal le En la habitación de al lado, los padres de Sofía saltaron
bastaron para saber a qué casa entrar. Dejándose caer de la cama cuando escucharon los gritos, quedando
en picada rompió el aire, estremeciendo todo en un pasmados cuando vieron a un enorme pájaro negro
impulso atronador. La casa 3241 se encontraba en una metiéndose entre las romanillas de la ventana, y
esquina, haciendo cruz con una plaza, un colegio y dos saliendo al vuelo del otro lado con un grito
viviendas. Era una casa típica de la zona, de dos estremecedor…
niveles, techos a cuatro aguas con tejas de arcilla, Es martes en la mañana y hace un día espectacular, el
balcones con balaustradas de los años 50 y sol radiante evapora los restos de la lluvia caída
enredaderas que escalaban sobre los muros de ladrillo. durante la noche. Abigail se prepara para recibir a la
En el segundo nivel se encontraban las habitaciones y, señora Juana y partir a la universidad, pero antes tiene
en una de ellas descansaba la pequeña Sofía, de año y que cumplir con su ceremonia matutina, tomarse un
medio de edad. Su habitación se encontraba al lado de café y despedirse de su abuela Jacinta.
la de sus padres, quienes dejaban la puerta abierta, en - Hola abuela, buen día.
atención a cualquier ruido o necesidad de la niña. Sin Jacinta se asustó al ver a su abuela descubierta y la
embargo, no escucharon cuando un pájaro negro de sábana en el piso, bañada en sudor y temblando.
manera inexplicable pasó a través de las romanillas de
- Abuela estás ardiendo en fiebre. ¡Juana! Ven rápido,
la ventana, haciéndose tan plano como una hoja de
papel. Sofía dormía plácidamente abrazada a su oso de trae agua fría y paños.
peluche Samuel, quien tenía una cinta roja atada al - Dime algo. Pero ¿qué es esto?
cuello y una placa con su nombre grabado. No sintió Mientras Abigail estiraba y ordenaba las sábanas, vio
las patas del ave quitando la cobija y sábana sobre ella, algo enredado en los dedos de su abuela. Tomándolo
dejándola al descubierto. El pájaro trató de quitarle el con curiosidad, leyó “Samuel” - ¿De dónde sacaste
oso, pero Sofía estaba prendida a él, así que decidió esto abuela?
llevárselo junto a ella, al menos no estaría sola. Tomó a
la niña, aun dormida de un brazo entre las garras de su Jesus Ramón Abreu Lopez.
pata izquierda, con la otra pata asió al oso de la cinta Arquitecto egresado de la universidad central de
roja y emprendió el vuelo, sin darse cuenta que sobre Venezuela en el año 2004
la cuna había una corona hecha con hojas de laurel, Escritor aficionado, radicado en ciudad de México
que al tocar con sus alas la hizo doblarse del dolor y desde el año 2019
soltar a Sofía que se había vuelto tan pesada como una Me gusta la literatura de suspenso y terror, fanático de
saco de piedras, quien al caer sobre la cuna se soltó en Stephen king y Lovecraft
llanto a ver al pájaro negro revolverse en el piso de la

© Pao Klug

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MEUI

ir juntos
MEUI Revista Cultural
tiene el agrado de invitarlos a participar en nuestra nueva convocatoria:
#005 Maguey.

Pueden participar escritores, fotógrafos y artistas visuales con cuento,


crónica, minificciones, reportaje, ensayo, poesía, fotografía, ilustración,
pintura, etc.

Esta convocatoria queda abierta a partir de hoy hasta el 12 de diciembre.

Tema: Maguey.

Textos:
Extensión: 1 a 4 cuartillas
New Times Roman 12
En Word
Inédito de preferencia
Anexar al final del texto, una semblanza biográfica de no más de seis
líneas.

Imágenes:
Pueden ser 1 a 10 imágenes
Jpg con resolución mínima de 300 dpi
Anexar al final del texto, una semblanza biográfica de no más de seis
líneas.

*Les recomendamos que envíen en los formatos solicitados, revisados y


tallereados.

Envíen sus participaciones a meui.revista@gmail.com


Asunto: Maguey
Convocatoria abierta para artistas nacionales y extranjeros

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