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Malinalxóchitl

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Malinalxóchitl o Malinalxochi (en náhuatl: malīnalxōchitl, ‘su flor de hierba’‘malinalli, hierba [para
hacer cordeles]; xochitl, flor; i, su’)? en la mitología mexica era una bella hechicera o terrible diosa
de las serpientes, escorpiones y de los insectos del desierto, que podía mandar sobre los animales,
hermana del dios Huitzilopochtli.

Aterrorizaba a los mexicas durante su peregrinación previa a la fundación de Tenochtitlan


devorando corazones humanos, por lo que se quejaron con Huitzilopochtli, su hermano, quien
contestó que ella vino para conquistar y apoderarse de los tesoros, y no para embrujar, por lo que
decidió aprovechar el sueño de su hermana Malinalxóchitl para abandonarla. Esta, al despertar,
enfureció por el abandono, reunió a su gente (los de su "calpulli") y se marcharon a poblar un
lugar que fue denominado Malinalco.1

Conforme a la Crónica Mexicáyotl, en Malinalco se unió al rey Chimalcuauhtli con quien procreó a
Copilli, que luego comandaría a varios pueblos en contra de los aztecas, quien tras ser vencido fue
sacrificado y su corazón extraído. Según el mito, del corazón de Copil, hijo de Malinalxóchitl, nació
el nopal donde los aztecas vieron al águila devorar una serpiente sobre el lago de que fue la señal
para fundar Tenochtitlan.2

Malinalxóchitl, hechicera con un corazón lleno de maldad pero en la tradición popular se le


recuerda como una mujer sabia y hermosa que representa la esencia femenina de Malinalco,
también se le conoce con el nombre de Matlalatl “hermosa mujer de las aguas azules”.3

Mito de Malinalxóchitl.

Durante los relatos de la peregrinación de los aztecas desde Aztlán a Tenochtitlan, se habla de la
hermana de Huitzilopochtli (dios principal y el que iba dirigiendo al pueblo azteca), una mujer de
nombre Malinalxóchitl (Hierba torcida) que no era amada por el pueblo azteca, pues tenía fama de
ser una hechicera porque tenía la capacidad de convertirse en cualquier tipo de animal para
lastimar o también por medio de su mirada podía lanzar a sus víctimas animales peligrosos. Es por
eso, que cuando llegó la noche, el pueblo azteca junto con su dios Huitzilopochtli, decidieron
proseguir con el viaje, aprovechando que Malinalxóchitl se encontraba en un sueño profundo para
así poder abandonarla. Al despertar la mujer y su gente, se dan cuenta de que el grupo ya había
emprendido la marcha y que, efectivamente habían sido abandonados, enfurecida jura venganza
en contra su hermano y decide seguir con su viaje ya que no sabía por cual rumbo se había dirigido
el pueblo azteca, llegando a Texcaltepec, donde tuvieron oportunidad de quedarse.4

“Venida la mañana y hallándose sola con sus ayos Malinalxóchitl, llorando con mucho dolor,
quejándose de su hermano por la burla que le había hecho dejándola… tomó consejo de sus ayos y
con la gente que con ella había quedado; se fueron a un lugar donde ahora llaman Malinalco, el
cual fue poblado de aquella señora con su gente, tomando la denominación el sitio de ella… y así
este pueblo se llama Malinalco, y esta es costumbre de esta generación poner el nombre al pueblo
de su primer fundador… A la gente de esta parcialidad han tenido y tienen hasta el día de hoy por
brujos y hechiceros, lo cual dicen heredaron y dependieron de su señora y fundadora de su
provincia”.5

Malinalxóchitl contrajo matrimonio con el gobernante de Malinalco, llamado Chimalcuauhtil, con


quien procreó un hijo llamado Copil.6

Malinalxóchitl lo educó y le enseñó las artes de la hechicería, para que el día que su hijo Copil
tuviera edad suficiente, pudiera vengar todo lo que su tío, el dios Huitzilopochtli, le había hecho
sufrir a su madre, alejándola y quitándole su prestigio entre los aztecas.7

Cuando por fin, éste se hizo hombre, decidió vengar la afrenta que Cuauhtlequezqui
Huitzilopochtli había hecho a su madre Malinalxóchitl y a todos los culpables de su dolor.4

Es por ello que Copil, decidió ir de pueblo en pueblo para hablar mal de los aztecas y de su
principal dios, diciendo que eran humanos salvajes y malvados y así poder obtener su apoyo en
contra del pueblo de Huitzilopochtli, cosa que logró con éxito, ya que los pueblos vecinos estaban
impactados del daño que los aztecas podían lograr si llegaban a ir a su tierra, así que se negaron a
aceptarlos en su nación y decidieron unirse todas las ciudades comarcanas de Azcapotzalco y de
Tacuba, de Coyoacán y Xochimilco, de Culiacán y Chalco para matarlos. Copil tuvo éxito con sus
intrigas y prosiguió su plan de venganza estableciéndose en la loma del cerro que estaba
localizado a un principio de la laguna llamada Tepetzingo, en donde se encuentra un manantial de
agua caliente que actualmente sigue sirviendo para que las personas se bañen. El plan de esperar
en el cerro para observar lo que iba a suceder, esperando la extinción de los aztecas y el anhelo de
ser el dios de toda la tierra si es que su plan daba resultado. Pero fue todo lo contrario porque su
tío, el dios Huitzilopochtli, informó a su pueblo y mandó a sus sacerdotes antes de que los otros
pueblos llegaran a atacar, para que estos lo agarraran desprevenido y cumplir con su tarea de
arrancarle el corazón para después usarlo como ofrenda a su dios Huitzilopochtli. Cuando el ayo
llamado Cuauhtloquetzi y los sacerdotes encontraron a Copil y le arrancaron el corazón para
ofrendárselo a su dios pero éste les dio la orden de arrojarlo en mitad de la laguna, en un
cañaveral.8
El corazón de Copil fue a caer en medio del lugar donde ahora todos conocen como Tlacocomulco,
lugar del cual se dice y cuenta que sobre el corazón de Copil nació el nopal sobre el que posó el
águila para devorar a la serpiente, lo que define el lugar del nacimiento de Tenochtitlan.9

... Del cual corazón fingen que nació el tunal

donde después se edificó la Ciudad de México...

El lugar que nacieron aquellas fuentes de agua

caliente se llama Acopilco ,que quiere decir el agua de Copil...

México Tenochtitlán6

También se dice que después de la muerte de Copil, nacieron las aguas calientes en ese mismo
cerro y que por eso se le da el nombre de Acopilco, que significa “Agua de Copil”.8

Malinalco con Aztlán están conectados por estos sucesos, el lugar mítico de donde surgieron las
familias toltecas chichimecas, y con el lugar en medio de la gran laguna de la luna donde floreció
también, desde el mítico corazón de Copil, la asombrosa y respetada, por todos los humanos,
ciudad capital de los aztecas, la Altepetl, México Tenochtitlán.6

Referencias

Graulich, Michel (1990). Mitos y rituales del México antiguo. Ediciones Istmo. p. 235.

Alvarado Tezozómoc, Fernando (1949). Crónica mexicayotl. México: Impr. Universitaria.


Universidad Nacional Autónoma de México. p. 64. ISBN 9683627463.

Meza Gutérrez, Arturo (1995). Reminiscencias de Malinalco. Instituto Mexiquense de Cultura. p.


39-43.

Batalla Rosado, Juan José (2008). La religión azteca. Trotta. p. 46.

Matos Moctezuma, Eduardo (1999). Estudios Mexicanos. El colegio nacional. p. 199.


Meza Gutiérrez, Arturo (1995). Reminiscencias de Malinalco. Instituto Mexiquense de Cultura. p.
39-43.

Tapia Rodríguez, Javier (1997). Leyenda y misterios de los azteca. Edicomunicación. p. 124-126.

Tapia Rodríguez, Javier (1997). Leyenda y misterios de los aztecas. Edicomunicación. p. 124-126.

Tapia Rodríguez, Javier (1997). Leyenda y misterio de los aztecas. Edicomunicación. p. 124-126.

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