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¿A qué ley se refiere Pablo en 1 Co 14:34-35?

Silvia C. Scholtus, Ph.D. Teología


silviascholtus@gmail.com
Universidad Adventista del Plata
Libertador San Martín, Entre Ríos, Argentina

Resumen

El pasaje de 1 Co 14:33b-35 que dice que la mujer guarde silencio en el culto conforme
a una ley, está en contradicción con lo que Pablo declaró anteriormente en la epístola
cuando instruye sobre la forma en que debía guardarse el orden para profetizar, tanto
varones como mujeres. Como no hay registro en la Torah escrita o Pentateuco de ninguna
ley que ordene a la mujer guardar silencio y dado que este concepto tiene ecos en 1 Ti
2:9-15, es importante entender a qué ley pudo haber hecho referencia Pablo. Esto ayuda
a comprender qué situación estaba corrigiendo en realidad el apóstol en lugar de deducir
que estaba enseñando contra el ministerio público de la mujer. El problema de
contradicción aparente en el argumento paulino se resuelve con un análisis de los
marcadores discursivos y del contexto.
Palabras clave: 1 Corintios 14:33b-38 – Mujer – Torah – Cartas paulinas – Nuevo
Testamento

Introducción

Cada vez que alguien quiere recurrir a imponer la autoridad en una iglesia, menciona
algunos pasajes de las cartas paulinas para definir esa autoridad y restringir la posibilidad
a las mujeres de participar activamente en la adoración como los hombres. Uno de los
pasajes paulinos comúnmente citados es el que se encuentra en la primera epístola a los
Corintios, capítulo 14 y versículos 33 y 34.
Pero es complicado decir que el apóstol Pablo, un defensor de la reivindicación de la
mujer como receptora de la gracia de Dios al igual que los varones, sea interpretado como
oponiéndose a que la mujer participe en forma activa en la adoración de la misma forma
que los hombres.
El pasaje mencionado de 1 Co 14:34 y 35 dice:
34
Las mujeres guarden silencio en la iglesia, pues no les está permitido hablar sino
que estén sumisas, como lo establece la ley. 35Y si quieren saber algo, que se lo
pregunten en casa a sus esposos; porque es indecoroso que una mujer hable en la
iglesia.
¿Por qué escribió esto el apóstol Pablo en su carta? ¿Acaso estaba realmente
prohibiendo algo a las mujeres?
Lo mejor para poder dilucidar esta cuestión, es intentar entenderla dentro del contexto
mismo de la carta. Así que primero se verá un poco del contexto y el tema en el que
aparecen estos versículos, seguidamente algunos detalles del estilo de Pablo al escribir y
citar, y finalmente se presenta la evidencia histórica del tiempo de la Iglesia cristiana en
los primeros siglos.

1
Contexto y temas de la primera carta a los corintios

1 Corintios es la primera carta citada por el propio autor, Pablo, e incluso el primer
documento del Nuevo Testamento en ser mencionado en otros escritos.1 Fue redactada a
mediados del primer siglo de la era cristiana, aproximadamente en el año 55.2 Esta carta
fue escrita después de la primera visita que hizo Pablo a Corinto. Esta iglesia fue fundada
por él (Hch 18). Aparentemente, Pablo hizo tres visitas a Corinto. La primera cuando
fundó la iglesia. Una segunda visita que fue dolorosa para Pablo (2 Co 2:1). Y la última
después de enviar la postrera carta.3
En esta carta el apóstol responde a varias inquietudes que le plantearon en
correspondencia previa recibida de los creyentes de Corinto. Es notorio todos los
problemas que Pablo trata en esta carta. Se puede estructurar la carta en base al trato que
hace de ellos:
1. Divisiones en la Iglesia (1:10-4:21).
2. Laxitud moral (5:1-6:20).
3. El matrimonio (7:1-40).
4. Comida sacrificada a los ídolos (8:1-11:1).
5. Desórdenes en la adoración pública (11:2-14:40).
6. La resurrección (15:1-58).
El pasaje de 1 Co 14:34-35, que interesa comentar particularmente en este artículo, se
encuentra en la sección 5 que trata problemas de desorden en la adoración pública. En
estos versículos, el apóstol Pablo hace referencia a una “ley”, en la expresión que refiere
a la orden de que la mujer casada esté en silencio en la adoración pública. Si este pasaje
es una orden paulina estaría en contradicción con lo que declaró anteriormente cuando
instruye sobre la forma en que debía guardarse el orden para profetizar. Como no hay
registro en la Torah escrita o Pentateuco de ninguna ley que ordene guardar silencio a la
mujer y dado que este concepto tiene ecos en 1 Ti 2:9-15, es importante entender a qué
ley pudo haber hecho referencia Pablo. Esto ayuda a comprender qué situación estaba
corrigiendo en realidad, en lugar deducir como generalidad que Pablo estaba enseñando
contra el ministerio público de la mujer.
Pablo fue un escritor disciplinado y lo que haya escrito en este pasaje debe verse a la
luz de lo que escribió antes. Por eso, en este artículo se realizará una exégesis con énfasis
en el análisis lingüístico y contextual.

1
1 Clemente 47:1. También es frecuentemente citada por Ignacio y Policarpo, y ninguno duda de la autoría
paulina de la epístola. También aparece en fragmentos muratorianos.
2
J. A. T. Robinson señala que la mayoría de los eruditos concuerdan en este año (Redacting the New
Testament [London: SCM Press, 1976], 54). Sin embargo, otros prefieren una fecha de uno o dos años
antes.
3
Leon Morris, The First Epistle of Paul to the Corinthians: An Introduction and Commentary, vol. 7 de
Tyndale New Testament commentaries (Grand Rapids, Michigan: Wm. B. Eerdmans Publishing, 1985),
25. Disponible en
https://books.google.com.ar/books?hl=es&lr=&id=bkCxMQdoCZIC&oi=fnd&pg=PA9&dq=1+Corinth
ians+14:34-36&ots=CQvWUEe6Br&sig=0FWpzKuHgL53vV0bRyKaaga-
stQ#v=onepage&q=1%20Corinthians%2014%3A34-36&f=false; Internet (consultada el 30 de enero de
2018).

2
Comentario exegético de 1 Co 14:33-38

El apóstol Pablo, en la sección en la que se encuentra este pasaje que inicia en 1 Co


11, permitió a la mujer orar y profetizar en reuniones públicas (en tanto tenga cabello
largo como velo en su cabeza). Esto contradice aparentemente lo que Pablo presenta en 1
Co 14:34-35. Algunos que comentan el texto intentaron resolver esta aparente
contradicción de Pablo diciendo que es una nota agregada por un comentarista y que se
copió e incorporó en manuscritos posteriores de la carta.4 Llegan a decir que los pasajes
de 1 Co 11:4-5 y 14:34-35 parecen provenir de diferentes escritores,5 aunque no se ha
encontrado ningún manuscrito que omita los versículos.6 Por lo tanto, este aparente
intento de solucionar la situación, es difícil de probar.
Los judíos denominaban Ley o Torah a los documentos que consideraban reglas de fe
y comportamiento. Tenían dos tipos de Ley, la Ley escrita o Torah escrita y la Ley oral o
Torah oral (que al pasarse por escrito varios siglos después, se denominó Misnah).
En la Ley escrita no se registró nada relacionado con que las mujeres permanezcan en
silencio durante la adoración. Si alguno relaciona esta prohibición con lo que dice
Génesis 3:16, no corresponde. En ese pasaje de Génesis no se determina que las mujeres
en general deben guardar silencio. El dominio que el esposo ejercería sobre la esposa se
origina en un contexto de pecado producto de la caída. En ese contexto es que Dios
anticipa proféticamente los resultados que produciría el pecado en los vínculos más

4
Esta cuestión de recurrir a la crítica textual aduciendo una interpolación tardía fue propuesta por Gordon
Fee , The First Epistle to the Corinthians, The New International Commentary on the New Testament
(NICNT) (Grand Rapids, Michigan: Wm. B. Eerdmans Publishing, 1987), 699. Pero es una suposición
sin ninguna certeza o peso. Véase también las propuestas de D. W. Odell-Scott, “Editorial Dilemma: The
Interpolation of 1 Cor 14:34-35 in the Western Manuscripts of D, G. and 88”, Sage Journals 30, n.º 2
(May 1, 2000): 68-74, disponible en
http://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/014610790003000204; Internet (consultada el 30 de enero
de 2018); Philip Barton Payne, “Why would 1 Cor 14:34-35 be an interpolation?”, Zondervan Academic,
blog del 15 de octubre de 2009, disponible en https://zondervanacademic.com/blog/why-would-1-cor-
143435-be-an-interpolation/; Internet (consultada el 30 de enero de 2018). Véase el análisis de esta
postura hecho por Kirk R. MacGregor, “1 Corinthians 14:33b-38 as a Pauline Quotation-Refutation
Device”, Priscilla Papers 32, n.º 1 (Winter 2018): 23-28; W. Larry Richards, “¿Cómo hace una mujer
para profetizar y callar al mismo tiempo?”, en Mujer y ministerio. Perspectivas bíblicas e históricas, ed.
Nancy W. de Vyhmeister (Berrien Springs, Michigan: Andrews University Press, 2004), 229, nota al pie
3.
5
Hay quienes aducen interpolación en las cartas consideradas auténticamente paulinas en 1 Co 11:1-16 que
trata de la cuestión de repudiar a un hombre que ora con su cabeza cubierta. ¿Puede alguien imaginar a
un hombre judío, como lo era Pablo, diciendo esto? Los varones judíos devotos cubren sus cabezas
cuando oran. Cuando un hombre se aproxima al muro oriental de Israel en la actualidad, sea o no judío,
debe cubrirse su cabeza, o no se le permitirá acercarse. Por eso se piensa que Pablo no escribió este pasaje
porque no muestra ningún tipo de conocimiento de la sensibilidad judía. No obstante, tradiciones antiguas
sobre la modestia de la mujer judía requería que cubriera su cabeza (no su rostro) en público. Las
prostitutas no tenían permitido usar un velo y las esposas que iban sin velo, estaban sujetas al divorcio
porque se decía que habían renunciado a su estado matrimonial. Este no parece ser el caso en relación
con las costumbres griegas, en las que el velo se requería en público pero no en servicios religiosos, no
así con las mujeres y los varones romanos que cubrían sus cabezas en el momento de adorar. Para las
prácticas judías, ver G. Inrig, Life in His Body (Wheaton: Shaw, 1975), 166; W. Larry Richards, “¿Cómo
hace una mujer para profetizar y callar al mismo tiempo?”, 219. Por las costumbres griegas y romanas,
ver R. C. Prohl, Woman in the Church (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1957), 27-28.
6
Daniel B. Wallace, “The Textual Problem of 1 Corinthians 14:34-35”, Bible.org, disponible en
https://bible.org/article/textual-problem-1-corinthians-1434-35; Internet (consultada el 30 de enero de
2018).

3
estrechos entre los seres humanos: el esposo ejercería un dominio incorrecto sobre la
esposa.7 Aunque este análisis de Génesis 3:16 requeriría un estudio aparte, no se dice en
el texto de Génesis que esta relación de dominio deba ejercerla cualquier varón, sea o no
esposo de la mujer.
Eso deja la posibilidad de que Pablo estuviera transcribiendo una cita de la ley o Torah
oral judía.
¿Por qué citaría Pablo una ley contra la que siempre se opuso en sus cartas? Y ¿si su
reacción fuera la de hablar en contra de ella?
Para avanzar en el estudio, primero es necesario conocer la forma en que Pablo fue
respondiendo a las inquietudes que le plantearon por carta los corintios.

Pablo y su estilo de escribir

Para poder entender las frases de Pablo en 1 Co 14:34-35, se tomarán los versículos
que acompañan a esta declaración. Se extenderá el estudio a 1 Co 14:33-38.
Cuando los traductores modernos estudian el griego que utilizaron los autores del
Nuevo Testamento en la Biblia, deben determinar dónde comienza y termina una frase
porque el griego de esa época no tenía marcas de puntuación ni espacios entre las
palabras. A veces la elección de estas marcas, le da un significado diferente al texto.
Por ejemplo, en algunas traducciones al español, el versículo 33 se lee “porque Dios
no es un Dios de desorden sino de paz. Como es costumbre en las congregaciones de los
creyentes”,8 y en otras “porque Dios no es Dios de confusión, sino de paz, como en todas
las iglesias de los santos”.9 Por lo tanto, el primer tema a determinar en el pasaje de 1 Co
14:33, es entender dónde colocar la puntuación, si antes o después de “como en todas las
congregaciones de los santos”.
Esto es importante. Pablo pudo haber escrito un principio universal, como el que todas
las mujeres guarden silencio “como en todas las congregaciones de los santos” o no. La
evidencia textual de manuscritos antiguos,10 y también las opiniones positivas sobre la
mujer en el ministerio del propio Pablo, dejan en claro que la frase “como en todas las
congregaciones de los santos”, debe ir junto con el pensamiento “Dios no es Dios de
desorden”. Esta puntuación se puede confirmar con otra pista: la forma en que Pablo
escribió este pasaje.
En el v. 33, Pablo sintetizó el empleo de una regla exegética de general-particular. Con
esta regla estableció un principio general acerca del carácter de Dios: “Dios no es un Dios
de desorden” aplicable a un “todo general” y luego hace la restricción correspondiente
con la particularidad. En este caso lo particular es “las iglesias de los santos”.11

7
Silvia Scholtus, “No es bueno que el ser humano esté solo”, disponible en
https://www.academia.edu/26748728/_No_es_bueno_que_el_ser_humano_est%C3%A9_solo_;
Internet (consultada 5 de marzo de 2018).
8
Como la NVI (Nueva Versión Internacional) y la RV95 (Reina-Valera 1995).
9
Como en la LBA (La Biblia de las Américas) y NBH (Nueva Biblia de los Hispanos).
10
La transposición de los vv. 34 y 35 en varios manuscritos antiguos, hacen que estos dos versículos sean
una unidad gramatical separada del v. 33. Si la última parte del v. 33 se viera como una frase que inicia
la cláusula en el v. 34, debería haber sido transpuesta junto con los vv. 34 y 35.
11
Nótese la aplicación de esta regla también en Ro 3:21-26 donde la particularidad es “los que creen” en la
generalidad de que “todos” son salvos en Cristo; Ro 3:27-31, la particularidad es “por la fe” ya sean

4
Pablo repite el principio tres veces en 1 Co 14. En los vv. 26, 33 y 40. La idea principal
es que como Dios es un Dios de orden, todos deben participar en la adoración cristiana
en forma ordenada y para edificación, pues los cristianos están llamados a imitar el
carácter de Dios. En el capítulo 14, Pablo ilustra cómo se aplica el principio. Da ejemplos
con relación a los que hablan en lengua, los que profetizan (vv. 27-32) y respecto a las
mujeres en la iglesia (vv. 34-49).
En esta carta es evidente que Pablo está respondiendo a inquietudes que le plantearon
los creyentes corintios por carta. Por ejemplo, en 1 Co 7:1 dijo, “Paso ahora a los asuntos
que me plantearon por escrito: «Es mejor no tener relaciones sexuales»”. Pablo deja en
claro que está respondiendo a las preguntas que recibió. En otras partes del argumento se
hace más difícil detectar esto por la falta de una indicación directa, pero se puede
reconocer por el uso de marcadores del discurso que son palabras que se utilizan para
anunciar cambios o énfasis.
La epístola contiene varios términos para indicar que está citando un dicho y
respondiendo o reaccionando a él. Entre las palabras combinadas que emplea Pablo para
citación-respuesta se encuentran las siguientes:
1. “Sino…. no”12 o en forma inversa “No… sino”. Se observan estas combinaciones
profusamente en la epístola.13 Por ejemplo, en 1 Co 14:2, “Porque el que habla en lenguas
no habla a los hombres, sino a Dios”, se emplea la combinación “no… sino”.
2. La expresión “sabemos que”.14 Aparece catorce veces en la epístola.15 Con estas
palabras, Pablo hacía aplicaciones de conceptos más explicaciones.16 Es como si dijera,
“hasta aquí hemos dicho que...”.17 Por ejemplo, en 1 Co 12:2-3, dice “saben que cuando
eran paganos…, por eso les advierto que nadie que esté hablando por el Espíritu de Dios
puede maldecir a Jesús...”.
3. La combinación de palabras “como… sino”.18 Esta combinación aparece cuatro

circuncidados o no, y la generalidad es que “todos” son justificados, y en Ro 1:16-17 lo dice un poco
diferente cuando establece la generalidad de que “todos son justificados”, y la particularidad es
“primeramente judíos y también los gentiles” (Silvia Scholtus de Roscher, Exégesis paulina: Un análisis
de Romanos 1-5, Serie Tesis [Libertador San Martín, Entre Ríos: Editorial Universidad Adventista del
Plata, 2017], cap. 5).
12
Conjunción coordinadora ἀλλὰ + partícula, adjetivo o sustantivo indefinido de negación οὐ (“sino….
No” [allá ou]) o similares como οὐδὲ (“no” [oudè]), μὴ (“no” [mè]), μηδὲ (“no” [medè]), οὐδεὶς (“nadie”
[oudeìs]), μηδεὶς (“nadie” [medeìs]); o su empleo inverso οὐ…ἀλλὰ (“no…sino” [ou…allá]) o con las
otras partículas mencionadas.
13
Aparece en 1 Co 1:17, 26-27; 2:4, 5, 6-7, 8-9, 12, 13; 3:1, 2, 6-7; 4:3, 4, 14, 15, 19-20; 5:8; 6:6-8, 12-13;
7:4, 7-10, 19, 21, 35; 8:6-7; 9:2, 12, 21, 27; 10:5, 13, 20, 23, 29, 33; 11:8-9, 17; 12:14, 22-24, 25; 14:2,
17, 19, 20, 22, 33-34; 15:10, 35-37, 39, 46.
14
Esta expresión es un metacomentario: οἴδαμεν ὅτι (“sabemos que” [oídamen hóti]) o οἴδατε ὅτι (“saben
que” [oídate hóti]). Véase Scholtus de Roscher, Exégesis paulina, 189; Steven E. Runge, Discourse
Grammar of the Greek New Testament (Peabody, Masachussets: Hendrikson Publishers, 2011), 28-36,
201-107.
15
1 Co 3:16; 5:6; 6:2, 3, 9, 15, 16, 19; 8:1, 4; 9:13, 24; 12:2; 16:15.
16
Véanse algunos ejemplos de esto en Scholtus de Roscher, Exégesis paulina.
17
La expresión “pero sabemos que” produce una discontinuidad natural para captar la atención. Por el uso
de la conjunción ὅτι ([hoti] “que”), se sabe que es una oración subordinada al argumento anterior, que
antecede a una declaración clave y en relación con lo que viene diciendo anteriormente (ibíd.).
18
Conjunción subordinadora ὡς + conjunción coordinadora ἀλλὰ: “como” [hos] + “sino” [allà].

5
veces en la epístola.19 Con estos términos, Pablo establece comparaciones correctivas
como por ejemplo en 1 Co 3:1, “Yo, hermanos, no pude dirigirme a ustedes como a
espirituales sino como a inmaduros, apenas niños en Cristo”.
4. La palabra “como” para establecer comparaciones, correcciones o citas textos en
forma directa o indirecta.20 Pablo emplea este término unas diecisiete veces. Por ejemplo,
en 1 Co 14:34, “como también la ley lo dice”.
5. “Si… sino”. Pablo emplea condicionales y busca corregir algunos conceptos y
conductas.21 Estas expresiones sirven para indicar correcciones también a lo que otros
dicen. Por ejemplo, “si otros no me reconocen como apóstol, ¡para ustedes sí lo soy!
Porque ustedes mismos son el sello de mi apostolado en el Señor” (1 Co 9:2).
6. “Ni… ni”.22 Esta expresión aparece cinco veces. Y es similar en su uso a “o… o”.23
En 1 Co 8:6-8, Pablo establece comparaciones con la combinación de términos
mencionados en el punto 1, y también la de este punto. “Pero no todos lo saben. Algunos
siguen tan acostumbrados a los ídolos, que comen carne a sabiendas de que ha sido
sacrificada a un ídolo, y su conciencia se contamina por ser débil: ‘lo que comemos no
nos acerca a Dios’; no somos mejores por comer ni peores por no comer”. Algunos
estudiosos consideran que las dos partes de la de la refutación de 8:8 con “no…ni” es
análoga al estilo de “o… o” de 14:36,24 “¿O la palabra de Dios procedió de ustedes? ¿O
son ustedes los únicos que la han recibido?”.
7. Un indicador que marca la inclusión de la opinión de otro. El término griego es ἢ
(è) y muchas veces es difícil de traducir. Los eruditos han luchado por determinar cuándo
Pablo cita las palabras de otros. Un indicador importante es el uso de esta palabra.
Algunas veces Pablo usa esta partícula como una reacción emocional para mostrar
desaprobación a situaciones existentes.25 El equivalente más cercano en español podría
expresarse como sigue: “¿Qué?” o “¡Tonterías!” o “¡Para nada!”, incluso puede tener
alguna reminiscencia en la interjección castiza “¡eh!”. Este término aparece 49 veces en
1 Corintios. En algunos casos, los traductores simplemente la ignoran en la traducción,
como la Nueva Versión Internacional (NVI), porque el término conlleva contenido
emocional más que intelectual. Esto es lamentable, porque si se la incluyera, la idea que
Pablo desea verter tendría más sentido. Nótense los siguientes ejemplos de cómo Pablo
informa que responde directamente a las inquietudes planteadas por correspondencia por
los corintios (solo se coloca la respuesta que da Pablo y entre corchetes la traducción
probable). Nótese que en algunos pasajes, los traductores no han incluido la traducción

19
1 Co 3:1; 4:14; 8:7; 9:21.
20
Conjunción subordinadora καθώς (“como” [kathós]) para establecer comparaciones (1 Co 4:17; 5:7; 10:6,
33; 11:1, 2; 12:11, 18; 13:12; 15:38, 49), correcciones (1 Co 1:6; 8:2; 10:7-9) o citar textos, de las
Escrituras u otros, en forma directa o indirecta (1 Co 1:31; 2:9; 14:34).
21
Relaciones con condicionales εἴ o ἐὰν “si” (eí o eàn) + conjunción coordinadora ἀλλὰ: 1 Co 4:15; 9:2,
12; 10:13; 15:37.
22
Relaciones con conjunciones coordinativas o partículas disyuntivas. Las dos partes de la de la refutación
de 8:8 con οὔτε… οὔτε (ni…ni [oúte… oúte]). Véase también οὔτε… οὔτε en 1 Co 3:7; 6:9, 10; 11:11.
23
ἢ [é]… ἢ [é] en 1 Co 5:10, 11; 14:6, 36.
24
Véase Linda McKinnish Bridges, Paul’s Use of Slogans in the Rhetorical Strategy of 1 Cor. 14:34-36
(Richmond: Baptist Seminary, unpublished paper, 1990), 13 citado en David J. Hamilton, “Should
Women Keep Silent? Part One of 1 Corinthians 14:26-40”, Priscilla Papers 17, n.º 3 (Summer 2003):
14, 16.
25
Véase el studio de Gilbert Bilezikian, Beyond Sex Roles (Grand Rapids, Michigan: Baker, 2006), 286.

6
del término:
1 Co 1:13 “¿O [“¡Vaya!”] es que fueron bautizados en el nombre de Pablo?”
1 Co 6:2 “¿Acaso [“¿Qué?”] no saben que los creyentes juzgarán al mundo?”
1 Co 6:9 [“¿Qué?”] ¿No saben que los malvados no heredarán el reino de Dios?”
1 Co 6:16 “[“¡Tonterías!”] ¿No saben que el que se une a una prostituta se hace un
solo cuerpo con ella?”
1 Co 6:19 “¿Acaso [“¿Qué?”] no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo,
quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios?”
1 Co 9:6 “¿O [“¡Tonterías!”] es que sólo Bernabé y yo estamos obligados a ganarnos
la vida con otros trabajos?”
1 Co 9:7 “[“¡Tonterías!”] ¿Qué pastor cuida un rebaño y no toma de la leche que
ordeña?”
1 Co 9:8 “[“¿Qué?”] ¿No lo dice también la ley?”
1 Co 9:10 “o [“¿Qué?”] lo dice más bien por nosotros?”
1 Co 10:22 “¿O [é, “¡Tonterías!”] provocaremos a celos al Señor?”
1 Co 11:22 “¿O [“¿Qué?”] es que menosprecian a la iglesia de Dios y quieren
avergonzar a los que no tienen nada?”
1 Co 14:36 “¿Acaso [“¡Tonterías!”] ha salido de vosotros la palabra de Dios, o
[“¿Qué?”] solo a vosotros ha llegado?”
Otra vez se observa la doble aplicación paulina en 1 Co 14:36. Esto muestra que Pablo
estuvo dando respuesta a una pregunta de los creyentes corintios. La cantidad de pasajes
mencionados a lo largo de todos los capítulos de la epístola indican la frecuencia de
respuesta de Pablo a consultas y correcciones de conceptos sobre prácticas o costumbres
incorrectas.

Otra traducción de 1 Co 14:33-38

Se puede notar que 1 Co 14:33-38 contiene construcciones similares a las que se


describen en los puntos 1, 4, 6 y 7. La doble aplicación de los marcadores presentados en
el punto 7, alertan de construcciones de citación-respuesta. Pablo respondió a una
consulta que recibiera de los corintios por carta (vv. 34-35) y reacciona dando una
respuesta negativa (vv. 36-38). Nótese cómo lo hace en la Figura 1,

7
Texto griego 1 Co 14:33-38 Texto traducido
οὐ γάρ ἐστιν ἀκαταστασίας ὁ θεὸς ἀλλὰ porque Dios no es un Dios de desorden
εἰρήνης. Ὡς ἐν πάσαις ταῖς ἐκκλησίαις sino de paz, como en todas las iglesias de
τῶν ἁγίων 34 αἱ γυναῖκες ἐν ταῖς los santos. 34Las mujeres guarden
ἐκκλησίαις σιγάτωσαν· οὐ γὰρ silencio en la iglesia, pues no les está
ἐπιτρέπεται αὐταῖς λαλεῖν, ἀλλὰ permitido hablar sino que estén sumisas,
ὑποτασσέσθωσαν, καθὼς καὶ ὁ νόμος como lo establece la ley. 35 Y si quieren
λέγει. 35 εἰ δέ τι μαθεῖν θέλουσιν, ἐν οἴκῳ saber algo, que se lo pregunten en casa a
τοὺς ἰδίους ἄνδρας ἐπερωτάτωσαν· sus esposos; porque es indecoroso que
αἰσχρὸν γάρ ἐστιν γυναικὶ λαλεῖν ἐν una mujer hable en la iglesia.
ἐκκλησίᾳ. 36
¿Acaso la palabra de Dios procedió de
36
ἢ ἀφ᾽ ὑμῶν ὁ λόγος τοῦ θεοῦ ἐξῆλθεν, ustedes? ¿O son ustedes los únicos que la
ἢ εἰς ὑμᾶς μόνους κατήντησεν; 37 Εἴ τις han recibido? 37 Si alguno se cree profeta
δοκεῖ προφήτης εἶναι ἢ πνευματικός, o espiritual, reconozca que esto que les
ἐπιγινωσκέτω ἃ γράφω ὑμῖν ὅτι κυρίου escribo es mandato del Señor. 38 Si no lo
ἐστὶν ἐντολή· 38 εἰ δέ τις ἀγνοεῖ, reconoce, tampoco él será reconocido.
ἀγνοεῖται.
Figura 1. Texto griego de 1 Co 14:33-38 y su traducción al español.

Según ya se comentó, en el v. 33, después de establecer el principio y utilizar la regla


exegética judía de general-particular, Pablo avanza citando los comentarios recibidos por
carta respecto de las mujeres en los vv. 34-35. Esos comentarios se apoyaban en una
declaración explícita con fundamento en una ley. Esta ley que citaban quienes
preguntaban, no aparece en las Escrituras. Es evidente que se está desmereciendo con esto
la autoridad paulina quien siempre se manifestó contrario a la observancia de leyes no
explícitas en las Escrituras Hebreas o expresadas por Cristo. Por eso Pablo refuta
fuertemente estas aseveraciones en el v. 36, usando los términos descritos en el punto 7.
En los vv. 37-38, Pablo incorporó con condicionales sus afirmaciones de que lo que él
escribía era por mandato del Señor. Es decir, la autoridad paulina era producto de una
revelación directa de Dios.
¿Cómo se puede saber que las preguntas retóricas en el v. 36 son una argumentación
en contra de la postura de los corintios? Pablo inicia las preguntas con partícula ἢ [é]
explicada en el punto 7 como un indicador que marca la inclusión de la opinión de otro,
y que utiliza otras veces en la carta para argumentar en contra de la posición de los
corintios (1:13; 5:11; 9:6, 8, 10; 11:22) o para manifestar la desaprobación de sus
prácticas (6:2, 9, 19; 10:22; 11:14).
El v. 36 claramente indica que Pablo estaba mostrando la falta de autoridad de las
declaraciones de los vv. 34-35. Hamilton propuso un análisis para mostrar que eran
palabras de hombres porque Pablo se expresa con un término “solos” que en griego es
masculino26 y modifica al pronombre “vosotros”27 que se podría traducir “solo a los
hombres” o “solo a vosotros”, aunque el plural del pronombre admitiría la inclusión de
hombres y mujeres. Por otro lado, en el v. 34, se utiliza el término “estas”,28 lo que podría

26
Adjetivo acusativo masculino plural μόνους (solos [mónous]).
27
Pronombre de segunda persona acusativo plural ὑμᾶς (vosotros [humás]).
28
Pronombre de tercera persona femenino plural αὐταῖς (ellas [autais]) (Hamilton, “Should Women Keep
Silent? Part One of 1 Corinthians 14:26-40”, 16).

8
indicar que este grupo no es al que le está respondiendo Pablo en el v. 36.
Las preguntas que les hace Pablo a quienes lo consultaban en el v. 36, “¿Acaso la
palabra de Dios procedió de ustedes? ¿O son ustedes los únicos que la han recibido?”,
están expresadas con mucho sentimiento. Es como si Pablo confrontara a los hombres y
les dijera, “¿les habló a ustedes hombres directamente Dios y solo a ustedes para mantener
esta práctica?”.29 Ese “solo a ustedes”, obviamente en el contexto de 1 Co 14, excluiría a
las mujeres.
Por lo tanto, Pablo está dando respuesta específica a lo que los hombres dicen en los
vv. 14:34-35 sobre las mujeres. Es así que el significado de “solo” es “solo a los
hombres”, porque esto es lo que se adapta gramatical y contextualmente. Pablo presentó
un contraste entre lo que se exige de las mujeres y quienes exigen esto a las mujeres (v.
36). Otra posible traducción de la intención de Pablo en el v. 36 es decir, “¿O la palabra
de Dios se originó con ustedes hombres? ¿O solo la recibieron ustedes hombres?”.
Estas dos preguntas retóricas son la clave para entender los pasajes restantes, porque
indican sin dejar dudas, que Pablo no concuerda con las prácticas mencionadas en los
versículos anteriores. Su expresión continúa en forma más directa y clara en los vv. 37-
38, “Si alguno se cree profeta o espiritual, reconozca que esto que les escribo es mandato
del Señor. Si no lo reconoce, tampoco él será reconocido”. Pablo les responde a los
hombres que él había recibido directamente de Dios sus instrucciones respecto al proceder
en el culto y que quien es profeta o tiene discernimiento espiritual, iba a recibir lo que él
decía. La referencia a “esto que les escribo”, no es solo a lo que dijo en los vv. 34-38,
sino a lo que viene diciendo anteriormente en todo el capítulo respecto a la importancia
de que todos, hombres y mujeres, con sus diferentes dones adoren en orden a Dios. Por
eso continúa recalcando este aspecto en los versículos finales del capítulo (vv. 39-40).30
Para refrescar aún más la memoria de los corintios sobre el kerygma cristiano, en el
siguiente capítulo, Pablo recuerda a los corintios el mensaje del evangelio que les había
predicado respecto a la llegada del Mesías y cómo eso asegura la promesa de resurrección
y restauración final, “Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el
cual también recibisteis, en el cual también perseveráis” (1 Co 15:1).
Por lo tanto, en lugar de proponer que la mujer guarde silencio, Pablo estaba
combatiendo la prohibición de los hombres de Corinto. Estos estaban pretendiendo
impedir que la mujer se expresara en las reuniones de adoración porque consideraban que
la Palabra de Dios solo pertenecía apropiadamente a los hombres y solo derivadamente a
cualquier mujer casada con alguno de ellos.
El resumen de Pablo expone lo absurdo de esta aseveración al establecerlo en cada una
de las preguntas del v. 36 porque ambas requieren de una respuesta negativa. Obviamente
la palabra de Dios no se originó con los hombres ni solo les llega a ellos; por lo tanto, es
ridículo, y contrario al carácter del evangelio y de lo trasmitido en la palabra escrita,
actuar como si la palabra perteneciera apropiadamente a los hombres y se desaprobara
que las mujeres pudieran expresarse o hacer preguntas sobre ella en la iglesia.
Aún queda por responder la inquietud acerca de la ley a la que pudo hacer referencia
Pablo en los vv. 34-35. Veamos la evidencia histórica.

29
Ibíd.
30
Jo Ann Davidson, “Las mujeres en la Escritura: Estudio y evaluación”, en Mujer y ministerio.
Perspectivas bíblicas e históricas, ed. Nancy W. de Vyhmeister (Berrien Springs, Michigan: Andrews
University Press, 2004), 116.

9
Evidencia histórica

Un apoyo de importancia similar a la obtenida por la evidencia gramatical, es la de la


evidencia histórica.
El apóstol Pablo, autor de 1 Corintios, al biografiarse, comentó que fue discípulo del
gran rabí Gamaliel y concluyó su educación a los pies (Hch 22:3).31 Durante la gestión
de Gamaliel, el Gran Concilio de Jerusalén redactó leyes que aplicaban a la relación entre
judíos y gentiles, y buscaban conservar la paz entre ellos,32 así como mejorar la posición
de la mujer.33 Este trasfondo es importante cuando se trata de entender los escritos
paulinos. Pablo manifestó celo por ayudar a los gentiles en sus necesidades,34 así como
algunos consejos para mejorar la situación de la mujer.35 Cuando aceptó el cristianismo,
se presentó como hecho maestro de la escuela de Cristo, y eso dio más fuerza a los
fundamentos de los conceptos bíblicos aprendidos a los pies de Gamaliel (Gál 1 y 2).
Es evidente que este trasfondo de apoyo a los pobres y las mujeres está presente en la
epístola. En 1 Co 11:3-16, Pablo argumenta que la mujer debe tener su cabeza cubierta
cuando ora o profetiza en la iglesia, e identifica el cubrirse, con el cabello largo (v. 15).
En este pasaje, Pablo declara que la mujer debe orar y profetizar en la iglesia, es decir,
que la mujer puede expresarse en la iglesia e ilustra la imposibilidad de que 14:34-35 sean
expresiones paulinas porque lo haría culpable de contradecirse a sí mismo. Además,
14:34-35 contradice el punto central de Pablo en 1 Co 14 de que en la iglesia cualquiera,
sin importar su género, podía ser instruido por cualquiera (“¿Qué concluimos, hermanos?
Que cuando se reúnan, cada uno puede tener un himno, una enseñanza, una revelación,
un mensaje en lenguas, o una interpretación. Todo esto debe hacerse para la edificación
de la iglesia… Podéis profetizar todos, uno por uno, para que todos aprendan y todos sean
exhortados” [14:26, 31]).
Los mandatos de silencio y sumisión por los que fue consultado Pablo por carta, son
explícitos en la Torah o ley oral. La Mishnah dice que es pecado a una mujer hablar con
cualquier hombre en las asambleas.36 El historiador Josefo, en el s. I d.C., deduce de la
Torah oral que la mujer, según la ley, es en todo inferior al hombre y que, por lo tanto,
debe ser sumisa a él.37 Filón de Alejandría, al comentar la Torah oral indicó que el marido

31
Scholtus de Roscher, Exégesis paulina, 4, 94.
32
“En una ciudad en la que viven tanto judíos como gentiles, el judío, además de cuidar de los pobres, debe
designar un superintendente que cuide de los gentiles y que reciba aportaciones para los pobres de mano
de los gentiles, en caso de que quieran dar algo; de igual modo, uno debe velar por los pobres, tanto
gentiles como judíos; visitar a los enfermos gentiles, sepultar a sus muertos y celebrar sus funerales,
consolar a sus deudos y vestir a sus indigentes – con el fin de conservar la paz” (Gottlieb Klein, Är Jesus
en hitorisk personlighet, 45, citado en Risto Santala, Pablo, el hombre y el maestro, a la luz de las fuentes
judías, trad. Darrell Chingan [Heinola, Finlandia: Bible and Gospel Service, 2005, original publicado en
inglés en Kauniainen, Finlandia: Perus Sonoma, 1994], 30).
33
Ibíd., 33-34.
34
2 Co 9:1-5.
35
Gál 3:28; 2 Co 6:12-13; 1 Co 7:6-11, 20, 24-26, 27, 40; 11:7; Ef 5:25, 28, 32-33; 1 Ti 3:11-12 y Tito 1:6.
36
“What constitutes [a violation of] jewish custom? [If] she goes out [in public] with her hair uncovered;
[if] she spins in the market, and converses with any man” (M. Ketub 7:6).
37
“La mujer, dice la escritura, en todo es inferior al varón. Por lo tanto, que obedezca al varón, no para su
ignominia, sino para que siga su dirección y mandato, porque Dios otorgó al varón fortaleza y poder”
(Josefo, Contra Apión, Libro II, 24.201; disponible en

10
parece ser competente para transmitir conocimiento de las leyes a su esposa.38
La consulta de los corintios que Pablo transcribe en 1 Co 14:34-35, era un intento de
los hombres por encontrar apoyo en “la ley” para restringir la libertad de las mujeres en
la manifestación de los dones que les concedió el Espíritu. Pero esta “ley” era la Torah
oral confrontada por Pablo muchas veces en sus escritos como autoridad para los
creyentes en Cristo, al punto de que, si se la observaba, se rechazaba a Cristo.39
Esta ley no condice con lo que enseña la Torah escrita o Pentateuco en el Antiguo
Testamento. Si se toman pasajes del Antiguo Testamento, se puede observar el rol
importante que tuvieron las mujeres en distintos momentos de la historia y la forma en
que sus voces se dejaban oír. Incluso, el pasaje del profeta Joel 2:28-29 predijo que Dios
derramaría su Espíritu sobre toda carne. Hombres y mujeres de todas las edades tendrían
visiones y profetizarían. Este pasaje es citado por Pedro en el libro de Hch 2:16-18. Así
que hay base en el Antiguo y el Nuevo Testamento para indicar que tanto hombres como
mujeres pueden hablar y profetizar en el nombre de Dios. En sus cartas, el mismo Pablo
mencionó a varias mujeres que tenían la tarea de predicar y atender congregaciones (Ro
16:1-5): Febe, Priscila esposa de Aquila, entre otras.
Por lo tanto, a la luz del énfasis liberador de Pablo en relación con la ley oral, es
impensable que pudiera demandar silencio en la iglesia a las mujeres en virtud de
obediencia a la Torah oral. Es probable que estas prácticas se originaran en las facciones
judaizantes de la iglesia que requería obediencia estricta a esta ley para lograr la salvación,
y a la que vehementemente Pablo siempre se opuso. Estos judaizantes se identifican a sí
mismos en la carta a los corintios y discutían el apostolado de Pablo (1 Co 9:1-18). Por
eso Pablo defendió este último aspecto en 1 Co 14:37-38. Pablo los califica como falsos
apóstoles y engañadores que se hacen pasar por apóstoles en la segunda carta que les
escribe (2 Co 11:13) y advierte a los corintios que esos pretendidos apóstoles (2 Co 11:5;
12:11) predican un evangelio diferente al de Jesús, y tienen un espíritu que es dañino (2
Co 11:3-4).
Más aún, en el cap. 14, Pablo se expresa en un contexto que ve necesario reiterar tres
veces aspectos importantes del carácter de Dios. El Dios que habían aceptado los
creyentes corintios se diferenciaba de los dioses paganos. Pablo describe a Dios como
“un Dios de orden”. Aunque parece implicar cortesía y sentido común el que cada uno
hable en su momento y por turnos (1 Co 14:27, 31), esto no era tan obvio a los conversos
de Corinto. Probablemente su costumbre para adorar estaba influenciada por la adoración
a los ídolos. Pablo tuvo que ayudarlos a entender diferentes cuestiones que todavía
confundían a los corintios por sus prácticas idolátricas anteriores.40 Para los que habían

https://elmundobiblicodigital.files.wordpress.com/2013/12/contra-apic3b3n-sobre-la-antiguedad-del-
pueblo-judc3ado-por-flavio-josefo.pdf; Internet [consultada el 8 de marzo de 2018]).
38
“The husband appears to be a master, endowed with sufficient authority to explain these laws to his
wife” (Philo of Alexandria, Hypothetica [Apology for the Jews] 7.14; disponible en
http://www.earlyjewishwritings.com/text/philo/book37.html; Internet [consultada el 8 de marzo de
2018]). La traducción al español se ha rendido como “y se halla capacitado para instruir acerca de las
leyes el esposo a la esposa” (Obras completas de Filón de Alejandría, trad. José María Triviño [Buenos
Aires: Universidad Nacional de la Plata, Acervo Cultural Editores, 1976], 172; disponible en
http://www.diostellama.com/pdf/26filondealejandriaobrascompletas.pdf; [consultada el 8 de marzo de
2018]).
39
Gal 4:-11; 5:1, 4.
40
Nótese los consejos de Pablo respectos a prácticas idolátricas en 1 Co 8:1-10; 10:7, 19, 28; 12:2 y también
en la segunda carta, 2 Co 6:16.

11
adorado a Dionisio, Afrodita y otra deidad popular, las enseñanzas de Pablo eran
revolucionarias. La mayoría de los adoradores paganos buscaban adorar en medio de
mucho ruido y confusión. Para ellos, la espiritualidad se medía por los decibles del
sonido: más ruido, mayor placer para los dioses y consagración. Las reuniones paganas
no tenían el propósito de edificar a los creyentes, el orden y la propia restricción no tenían
valor. Pablo intentó cambiar eso.
En los párrafos siguientes se intenta mostrar el lugar que ocuparon las mujeres de
acuerdo con el testimonio de la iglesia temprana, y se comparan los escritos evangélicos,
la evidencia arqueológica y otros escritos no canónicos, especialmente aquellos que
describen a las mujeres. Aunque se puede documentar que las mujeres fueron activas en
cualquier rol dentro de la iglesia primitiva, se harán referencias particulares a roles de
liderazgo como apóstoles, profetas y ancianas, reconociendo que el material escrito sobre
historia que ha sobrevivido fue producto de los hombres, muchos de los cuales no
valoraban el significado de los roles de liderazgo de las mujeres.41
La evidencia histórica muestra que los efectos liberadores de las palabras de Jesús, su
resurrección y el Pentecostés, y el de realizar reuniones privadas en hogares, que eran
considerados los lugares de influencia de las mujeres, abrió la puerta para que las mujeres
pudieran ejercer sus dones en un contexto de igualdad de género en la vida y testimonio
de la iglesia temprana. No obstante, con los cambios en los lugares de reunión del hogar
a los edificios públicos de iglesia, se puede documentar una pérdida de libertad,
especialmente para las mujeres, cuyas esferas apropiadas de actividad habían sido
consideradas mayormente en el hogar.42 En algunos lugares, la iglesia temprana aceptó
las normas, y las actitudes sociales y culturales prevalecientes, y limitaron o prohibieron
los roles de liderazgo, pero no en todas. La estandarización de la adoración, la
canonización de las creencias y de la Escritura, dieron lugar a que los obispos y la
tradición llegaran a ser los que regían en muchas iglesias, en lugar de los apóstoles,
profetas y posiblemente también el Espíritu Santo.43 El temor a la herejía y la lucha por

41
Las mujeres asumieron roles activos además de los ya mencionados. Estaban especialmente activas
ayudando a los pobres, enfermos y otras mujeres. Este aspecto no se tratará aquí. Véase Philip Francis
Esler, ed., The Early Christian World, vol. 1-2 (London: Routledge, 2000), 429; Ben Witherington,
Women in the Earliest Churches (Cambridge: Cambridge University Press, 1988), 183; Luis Menéndez
Antuña, Mujer y poder en el Cristianismo Antiguo (s/l: Luis Menéndez Antuña, 2006), parcialmente
disponible en https://books.google.com.ar/books?id=SGDv9X9UmXcC&printsec=frontcover#v=
onepage&q&f=false; Internet (consultada el 8 de marzo de 2018).
42
Witherington, Women in the Earliest Churches, 16.
43
La comentadora cristiana Elena de White, dijo que el comienzo de la gran apostasía de la iglesia primitiva
“consistió precisamente en que quiso suplir la autoridad de Dios con la de la iglesia” y “empezó a ordenar
cosas que Dios no había prohibido” (Elena G. de White, El Conflicto de los siglos [s/l: Asociación
Publicadora Interamericana, 1954©], cap. 17, par. 2; disponible en
http://www.adven7.org/books/pdf/conflicto_siglos.pdf; Internet [consultada el 8 de marzo de 2018]).
Según W. H. C. Frend, todo se hacía de acuerdo con la tradición (The Rise of Christianity [Philadelphia:
Fortress Press, 1984], 111). No era legal hacer las cosas aparte de lo que dijera el anciano, incluso bautizar
o tener una fiesta (Ignatius, To the Smyrnaeans, V111, in J. Stevenson, A New Eusebius Documents
Illustrating the History of the Church to Ad 337, 2.º ed. rev. por W. H. C. Frend, ed. [Cambridge:
University Press, 1987], 15). Los obispos hombres, cuyos dones podían ser en el área de administración
y/o enseñanza, asumieron roles de liderazgo, como los de un sacerdote, incluso algunos podían comprar
su posición en la Iglesia Católica (Thomas Whiting, The Priest in Society [Bathurst: Anglican Church
Diocese of Bathurst, 1988], 204). La influencia de los modelos de liderazgo de la vida política y de los
consejos de la ciudad impactaban en la iglesia (Karen Jo Torjessen, When Women Were Priests: Women’s
Leadership in the Early Church as the Scandal of Their Subordination in the Rise of Christianity [New
York: Harper Collins Publishers, 1995], 156-157).

12
la ortodoxia por parte de la iglesia, contribuyeron a una mayor pérdida de libertad e
igualdad, especialmente para las mujeres, debido al antifeminismo activo que alentaba
esto en algunas partes de la iglesia temprana.44 Algunos emperadores tuvieron un gran
impacto en la iglesia, contribuyendo a la conformidad y jerarquía religiosas, y el control
monárquico y patriarcal.45 No obstante, en algunas comunidades, las mujeres todavía
tenían un lugar en el liderazgo de la iglesia.

Actitudes hacia las mujeres obispos o presbíteras, apóstoles y profetas

La palabra “obispo” (ἐπίσκοπος [epískopos]) se la puede traducir como “supervisor”


y se refiere a oficiales de iglesia pero en sentido menos técnico que lo que sugeriría el
término actual “obispo”. Era un supervisor.46 Posteriormente llegó a ser intercambiable
con el término “anciano” y hacía referencia inicial a los que gobernaban las sinagogas
judías, que en algunos casos incluían mujeres.47 Los primeros ancianos cristianos eran
líderes que supervisaban y cuidaban a las personas que Dios les había confiado. Fueron
elegidos por su habilidad para administrar sus hogares y enseñar a otros, influenciado
posiblemente por el modelo de liderazgo en las sinagogas.48
Al comienzo, el lugar de reunión de la iglesia incluía casas privadas, consideradas las
esferas de acción de las mujeres, y, fue así, que el liderazgo administrativo se encontró
en manos de los que atendían lo doméstico.49 Esto hizo más fácil para las mujeres, que

44
Lesly F. Massey, Women and the New Testament. An Analysis of Scripture in Light of New Testament
Era Culture (Jefferson: McFarland & Company Inc., Publishiers, 1989), 135. Que los obispos “be your
rulers therefore and let them be accounted of you as kings” [sean sus gobernantes entonces y
considérenlos como sus reyes] (Didascalia 9 in Torjessen, When Women Were Priests, 157).
45
Algunos creen que la iglesia hizo un posterior compromiso con el paganismo durante el reinado de
Constantino (Katherine Bushnell, God’s Word to Women. One Hundred Bible Stories on Woman’s Place
in the Church and Home [Minneapolis: Christians for Biblical Equality, 2003], 344). Constantino solicitó
financiamiento de una parte de la iglesia temprana impidiéndoles tener grandes riquezas y construyó
tantas iglesias que Eusebio dijo, “Who can number the churches in every town” [quien puede contar las
iglesias en una ciudad], lo que incrementó su poder (Frend, The Rise of Christianity, 557; Nikolaus
Pevsner, An Outline of European Architecture [Baltimore: Penguin Books Inc., 1963], 30). Todos los
edificios extras significaron mayor personal administrativo y contribuyó a su control jerárquico (Harold
W. Turner, ed., From Temple to Meeting House. The Phenomenology & Theology of Places of Worship
[Netherlands: Mouton Publishers, 1979], 159). En los cánones de Constantinopla, al obispo de
Constantinopla se le dio el primado por sobre el obispo de Roma (J. Stevenson, ed., Creeds, Councils
and Controversies: Documents Illustrating the History of the Church, Ad 337-461 [Cambridge:
University Press, 1989], 117). El emperador Justiniano (527-565 d.C.) se vio a sí mismo como el primer
director de la iglesia y rigió contra todo lo que consideró herético, incluyendo los montanistas, lo que
incrementó la ortodoxia (Frend, The Rise of Christianity, 829-831).
46
Este término aparece en pocos pasajes del Nuevo Testamento: Hch 20:28; Fil 1:1; 1 Ti 3:2; Tito 1:7; 1 P
2:25.
47
Véase Hch 15:6. Hay evidencia arqueológica del 27 a.C. hasta posiblemente el s. VI, que las mujeres
eran líderes en las sinagogas (Bernadette J. Brooten, Women Leaders in the Ancient Synagogue:
Inscriptional Evidence and Background Issues [Atlanta: Scholars Press, 1982], 1). Las mujeres eran
líderes en las sinagogas, a veces debido a sus aportes financieros (Torjessen, When Women Were Priests,
90-92).
48
1 P 5:1-3; 1 Ti 3:1-7. Las primeras iglesias cristianas pueden haber usado el modelo judío de la sinagoga,
donde las tres tareas principales de un anciano era la ubicación de diferentes personas y su atención. En
las sinagogas judías, había un presidente, un tesorero y un maestro que también ejercían los poderes de
disciplinar de la asamblea (Whiting, The Priest in Society, 206).
49
Esler, The Early Christian World, 429. Las corporaciones o sociedades cristianas no eran legales (Richard
Krautheimer y Slobodan Ćurĉić, Early Christian and Byzantine Architecture [New Haven and London:

13
estaban acostumbradas a ejercer autoridad, llegar a ser patronas y funcionar como
protectoras, anfitrionas y alojadoras de líderes eclesiásticos porque algunas eran ricas,
educadas y tenían un alto estatus social en sus comunidades.50
Los registros bíblicos mencionan una iglesia en el hogar de Ninfa, Cloe y,
probablemente, Febe.51 Febe es llamada “ministro” de la iglesia, el equivalente a
“diácono” en griego.52 Esto debía ser más que un rol de liderazgo en los inicios porque
no se hacía diferencia entre la forma femenina o masculina del término. 53 Otras mujeres
que tenían reuniones en sus hogares incluyen María de Jerusalén (Hch 12:12); Lidia (Hch
16:40). Posteriormente, el término “diácono” cambio para ser usado exclusivamente para
hacer referencia a los hombres, y se usó el equivalente femenino “diaconisa” para el
liderazgo de las mujeres que asignaban tareas a otras mujeres en varias iglesias.54 El
apóstol Pablo hizo comentarios sobre las cualidades del liderazgo de Febe cuando escribió
las indicaciones finales de su carta y dijo que ella era una “prostátis”55 o patrona.56 Un

Yale University Press, 1986], 24). “I had forbidden the existence of clubs” [He prohibido la existencia
de clubes] (Pliny, Ep. X.96, en Stevenson, A New Eusebius Documents Illustrating the History of the
Church to Ad 337, 19).
50
Véase Hch 16:15, donde se mencionan a Lidia y María la madre de Juan Marcos, que tenían una casa
donde se reunía la iglesia y probablemente eran líderes. También Hch 12:12-13. María era prosélita y
cabeza de una iglesia en su hogar y escribió una carta a Ignacio (Amy-Jill Levine, ed., Women like this
[Atlanta: Scholar Press, 1991], 225-226). Pero no todas eran ricas. Dos mujeres esclavas fueron
diaconisas [“ministras” como se traduce del latín el término griego diákonos] (Pliny, Ep. X.96, en
Stevenson, A New Eusebius Documents Illustrating the History of the Church to Ad 337, 19). Los textos
cristianos tempranos mencionan mujeres que apoyaban financieramente y eran benefactoras de las
sinagogas (Gillian Clark, Christianity and Roman Society [New York: Cambridge University Press,
2004], 29). Lampe considera que administración centralizada de las propiedades corporativas
comunitarias no aparecieron hasta el s. III (Peter Lampe, From Paul to Valentinus Christians at Rome in
the First Two Centuries [Minneapolis: Fortress Press, 2003], 370-374). Véase además Witherington,
Women in the Earliest Churches, 16. Los términos griegos que refieren a “servicio” (diakonein)
involucraban mujeres durante el ministerio de Jesús (véase Lc 10:40; Silvia C. Scholtus, “Lista de pasajes
con términos griegos para diáconos y ancianos”; Academia.edu, 2017; disponible en
https://www.academia.edu/35418130/LISTA_DE_PASAJES_CON_T%C3%89RMINOS_GRIEGOS_
PAR_A_DI%C3%81CONOS_Y_ANCIANOS; Carol Meyers, ed., Women in Scripture: A Dictionary of
Named and Unnamed Women in the Hebrew Bible, the Apocryphal/Deuterocanonical Books, and the
New Testament [Boston: Houghton Miffin, 2000], 115; Torjessen, When Women were Priests, 12-13).
51
Col 4:15; 1 Co 1:11; Ro 16:1-2.
52
Véase una lista completa de los términos para diáconos y ancianos en el Nuevo Testamento, en Scholtus,
“Lista de pasajes con términos griegos para diáconos y ancianos”.
53
Ro 16:1. Susanne Heine, Women and Early Christianity: Are the Feminist Scholars Right? (London:
SCM Press, 1987), 88.
54
Jean Laporte, The Role of Women in Early Christianity: Studies in Women and Religion, vol. 7 (New
York: The Edwin Mellen Press, 1982), 117
55
En griego προστάτις.
56
Gill y Cavennes describen que en la antigua sociedad mediterránea, entre los judíos y los no judíos, las
mujeres desempeñaban a menudo roles de liderazgo social y político. Esos roles estaban enraizados en la
autoridad de estas mujeres en el nivel de sus hogares. La mayoría de los negocios y comercios se
realizaban alrededor de las casas de los ricos. Estas casas se podían estimar en tamaño e incluían a la
familia inmediata, otros miembros de la familia, siervos o esclavos, y empleados. En el mundo antiguo,
los hombres y las mujeres podían ser propietarios y patrones. La experiencia de las mujeres como
administradoras de estas propiedades, su autoridad social, poder económico e influencia política,
asentaban su liderazgo en otros dominios en la sociedad greco-romana e incluso en el liderazgo de las
sinagogas de la sociedad judía (Deborah M. Gill y Barbara Cavaness, God’s Women-Then and Now
[Springfield, MO: Grace & Truth, 2004, 2009] Kindle 862-870).

14
término similar, aunque en su forma verbal como participio presente, se usa en 1 Ti 3:4
(proistámenon57) cuando se refiere a las cualidades de un obispo [epískopon58).
Para el año 100 d.C., hay evidencia de estandarización en muchas prácticas
eclesiásticas.59 Para el s. III, los obispos, ancianos (presbíteros), y diáconos crecieron en
una jerarquía de profesionales ordenados eclesiásticamente, y como responsables de
edificios de Iglesia reconocidos públicamente.60 Y la ordenación se convirtió en todo un
tema.
En algunas iglesias, se ordenaba a los obispos y presbíteros mujeres. 61 Hay evidencia
de que los montanistas ordenaban mujeres, lo que provocaba enojo en muchos líderes
hombres de la iglesia, posteriormente denominados “Padres de la Iglesia”, que usaban
versículos como 1 Ti 3:4 para limitar la ordenación de mujeres. 62 Aunque se negó la
ordenación a algunas mujeres, tenían cualidades para ser obispos y eran de mucha
influencia en actividades que incluían supervisión, cuidado y administración de gran
número de personas.63 Por ejemplo, Macrina (380 d. C.) fundó monasterios y era una
mujer tan bien educada como su hermano Basil. Este utilizaba el término “prebítera” en
sus registros cuando hacía referencia a la mujer que era cabeza de un monasterio, aunque
esto no quería decir que fuera ordenada.64 Durante el reinado del emperador romano
Flavius Iulius Valens (364-378 d.C.), Melania, “la anciana”, llamada la “nueva Tecla”,
viajó a Palestina donde estableció monasterios para hombres y mujeres.65

57
En griego προϊστάμενον.
58
En griego ἐπίσκοπον.
59
Krautheimer, Early Christian and Byzantine Architecture, 24-25.
60
La “Didache of the Twelve Apostles” especifica el procedimiento y las palabras para diferentes
actividades eclesiásticas tales como el bautismo (Didache, V11-XV.2; Ignatius, “To the Smyraneans”,
V111, en Stevenson, A New Eusebious Documents Illustrating the History of the Church to Ad 337, 15).
61
Desde el s. II al IV d. C., existe evidencia arqueológica de que las mujeres eran ordenadas como obispos
y presbíteros en algunas áreas de la iglesia, y eran tenidas en alta estima en la comunidad (Torjessen,
When Women Were Priests, 10 y 20). Una momia egipcia tenía la inscripción “prebyter Artemidora”
(presbítera Artemidora). Ammion fue recordada como presbítera y Artemidora como obispo, por el
obispo Diogas en Frigia, durante la primera mitad del s. III. Deben haber sido mujeres montanistas (Lite
E. Eisen, Women Officeholders in Early Christianity: Epigraphical and Literary Studies [Minnesota: The
Liturgical Press, 2000], 127). El Testamentum Domini Jesu Christi que estaba basado en la obra de
Hipólito y menciona mujeres presbíteras, que eran consideradas parte de la iglesia y eran altamente
valoradas en la comunidad (Roger Gryson, The Ministry of Women in the Early Church [Minnesota: The
Liturgical Press, 1980], 66).
62
Los hombres ricos y de prestigio asumieron las posiciones de liderazgo (Krautheimer, Early Christian
and Byzantine Architecture, 25).
63
El emperador romano Flavio Claudio Juliano (363 d.C.), en una visita a Antioquía y Constanza fue
interpelado por mujeres de la aristocracia romana demandando que fuera traído del exilio el papa Liberio.
Por ejemplo, Celerina y Mónica eran llamadas el respaldo de la iglesia del s. IV (Frend, The Rise of
Christianity, 562-563).
64
Esler, The Early Christian World, 357; Gryson, The Ministry of Women in the Early Church, 52.
65
Melania, una viuda y bisnieta de un hombre de alto rango, ministró a muchos en la iglesia con sus riquezas
(Elizabeth A. Clark, Women in the Early Church. Message of the Fathers of the Church, vol. 13
[Minnesota: The Litergical Press, 1983], 213-214). Melania inspiró a otra mujer, Olimpia, en la
construcción de monasterios y quien fue ordenada como diaconisa y era una amiga de Juan Crisóstomo
(ibíd., 223-224). Jerónimo la alabó al llamarla la “nueva Tecla” y se benefició mucho con el conocimiento
que ella tenía de las Escrituras (Kari Torjesen Malcom, Women at the Crossroads [Illinois: Inter Varsity
Press, 1982], 98-99).

15
A medida que la iglesia se organizaba más, se realizaron los sínodos y concilios, como
el de Nicea (324 d.C.). Al principio permitieron que se ordenaran mujeres.66 No pasó
mucho tiempo hasta que las mujeres que tenían posiciones de poder en muchas iglesias,
fueron limitadas. Así se incrementó la prohibición contra las mujeres para ejercer oficios
en las iglesias y se dieron advertencias sobre el oír a las mujeres que enseñaban,
denunciando lo que decían como doctrinas heréticas.67 Es posible que algunas pudieran
expresar teologías erradas, pero de esto tampoco estaban exceptuados los hombres.
El obispo de Constantinopla, Juan Crisóstomo (c. 347-407 d.C.) no permitía que las
mujeres fueran ordenadas como sacerdotes, no obstante, hablaba de ellas como tales.
Algunos de sus escritos parecen mostrar una actitud de igualdad, pero a pesar de eso
escribió que se les asignó la presidencia del hogar, mientras que la esfera pública era de
los hombres.68
Teodoro, el obispo de Mopsuestia (c. 350-428 d.C.), justificaba 1 Ti 2:12 teniendo en
cuenta que ya las mujeres tenían la libertad para profetizar al mundo, pero no era
necesario que lo hicieran también en la iglesia.69
Con el correr de los siglos, se observa cada vez mayor restricción a la posibilidad de
que las mujeres asumieran cargos administrativos eclesiásticos que les permitieran liderar
sobre los hombres. Lo mismo puede decirse en relación al cargo de apóstoles.70
Es evidente que, al inicio en la iglesia primitiva, las mujeres estuvieron activas de
muchas formas, incluso en roles de liderazgo como apóstoles, profetas y obispos. Pero
también, desde el mismo comienzo, hubo controversia sobre el rol de la mujer en la
iglesia, que se fue haciendo más evidente con los cambios de lugar en las reuniones de
los creyentes. Al pasar de reuniones en los hogares a los edificios públicos, las
comunidades comenzaron a cerrarse más en la cuestión de otorgar a las mujeres roles de
liderazgo, como se evidencia en muchos escritos. Incluso se observa la falta de escritos
dejados por mujeres, comparados con los dejados por hombres. Esto hizo que se perdiera
la voz de la mujer dentro de la iglesia. Es notoria la influencia dejada por las actitudes en
su contra, en las normas sociales y culturales, en los concilios, y en la canonización de
algunos libros sagrados y la destrucción o prohibición de otros escritos hechos por
mujeres.71
Sin el liderazgo de los apóstoles y profetas, y con la pérdida de la voz femenina en la
iglesia, se le dio un nombre al período que siguió al fin de la Iglesia primitiva, la “Edad

66
Se tiene evidencia de esto en el canon 19 del primer concilio de Nicea en el 324 d.C., que establece que
los paulinistas (seguidores de Pablo de Samosata) que regresaban a la Iglesia Católica tenían que ser
rebautizados y si tenían buen nombre podían ser re ordenados. Las mujeres diaconisas, por otro lado, y
los que se habían inscripto como pastores solo se les permitió ser contados entre los laicos (Eisen, Women
Officeholders in Early Christianity, 127).
67
Ibíd.
68
Clark, Women in Early Church, 175; Eisen, Women Officeholders in Early Christianity, 84; Torjessen,
When Women were Priests, 132.
69
Eisen, Women Officeholders in Early Christianity, 80-84.
70
Jennifer Kathleen Phillips, “Attitudes to Women Leaders in the Early Church (Canberra: Charles Sturt
University, 2010), 7-15.
71
Witherington, Women in the Earliest Churches, 198; Esler, The Early Christian World, 429.

16
Oscura”.72

Conclusión

La evidencia presentada en este artículo mostraron que, en 1 Co 14:33-38, Pablo no


prohibió hablar a las mujeres en la iglesia sino que, por el contrario, estaba restringiendo
duramente a los hombres de Corinto por su arrogancia al intentar silenciar
eclesiásticamente a sus pares femeninos e insistió en que es un mandato de Dios que las
mujeres desempeñen los mismos roles en la adoración que los hombres. Es una de las
ironías más trágicas de la historia de la interpretación bíblica que un texto que Pablo
escribió para garantizar la participación irrestricta de la mujer en la iglesia haya sido
inconsciente, aunque efectivamente, falsificado para negarle este derecho a la mujer –una
ironía que confronta a los eruditos.
El texto podría entenderse como se muestra en la Figura 2.

Texto traducido por la NBH Traducción en este artículo


33
Porque Dios no es Dios de confusión, 33Porque Dios no es Dios de confusión,
sino de paz, como en todas las iglesias de sino de paz, como en todas las iglesias de
los santos. los santos.
34 34
Las mujeres guarden silencio en las Las mujeres guarden silencio en las
iglesias, porque no les es permitido hablar, iglesias, porque no les es permitido hablar,
antes bien, que se sujeten como dice sino, que se sujeten como dice también la
también la Ley. 35Y si quieren aprender Ley. 35Y si quieren aprender algo, que
algo, que pregunten a sus propios maridos pregunten a sus propios maridos en casa,
en casa, porque no es correcto que la porque no es correcto que la mujer hable
mujer hable en la iglesia. en la iglesia.
¿Acaso la palabra de Dios salió de 36“[¡Tonterías!] ¿Ha salido de vosotros
36

ustedes, o sólo a ustedes ha llegado? [hombres] la palabra de Dios? ¿[Qué] solo


37
Si alguien piensa que es profeta o a vosotros [hombres] ha llegado?”
espiritual, reconozca que lo que les 37Si alguien piensa que es profeta o
escribo es mandamiento del Señor. 38Pero espiritual, reconozca que lo que les
si alguien no reconoce esto, él no es escribo es mandamiento del Señor. 38Pero
reconocido. si alguien no reconoce esto, él no es
reconocido.
Figura 2. Comparación de traducción entre versión al español de la NBH y la de este
artículo.

Las restricciones que expresara Pablo respecto a la mujer siempre se dan en el contexto
matrimonial, no tienen que ver con restricción de su actividad eclesiástica ni de la
recepción de los dones del Espíritu, y con que otros hombres tengan atribución sobre una
mujer casada si no es su propio esposo.
Pablo tuvo la intención de evitar que el cristianismo pareciera ir en contra del estado

72
Frend se refiere a esta época de la Edad Media como una larga regresión en la vida social, económica y
política (Frend, The Rise of Christianity, 828).

17
matrimonial y de mantener el orden en los momentos de adoración en las congregaciones
para destacar el carácter del Dios al que se adoraba. En ningún momento niega que una
mujer pueda profetizar o expresarse en público, lo único que recalca es que se haga con
orden (1 Co 14:29-32). Porque lo importante para el crecimiento espiritual era la
participación y edificación mutua por el Espíritu Santo, quien otorgaba diferentes dones
sin diferenciación de género.

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