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Jocelyn Campos Cruz

Terminal de estudios lingüísticos


Oralidad y escritura

El uso del “creo” dentro de sus diferentes contextos y significados

Planteamiento del problema

En esta investigación analizaremos los distintos usos que, de acuerdo a la edad, el


género y el nivel socioeconómico y educativo, las personas le dan al “creo”. Basaremos
nuestra investigación en un corpus oral, tenemos como informantes a personas con
niveles económicos opuestos, es decir, unos son de nivel bajo y los otros son de nivel
alto.

Es importante mencionar que la oralidad es una manera de comunicación que no está


del todo apartada de la escritura, casi siempre van ligadas y al mismo tiempo son
opuestas. Ambas se interponen y se entrelazan a sí mismas. Sin embargo tienen
características específicas que las diferencian unas de las otras, esto no quiere decir que
dichas características no se puedan presentar en una u otra, lo pueden hacer, pero no
será en la misma magnitud estas se pueden presentar en menor o mayo medida según el
contexto.

La oralidad es considerada una manera menos formal de comunicar, esto no quiere decir
que en la oralidad, al ser más espontánea, nos encontremos con mayores errores
gramaticales, diferentes acentos, más muletillas, más palabras altisonantes, etc. Lo que
no ocurre en la escritura, pues es un texto más elaborado, planeado y, quizá,
investigado. Es de suma importancia recordar que Briz nos habla de la clasificación de
los registros de lo oral y lo escrito en algo (+formal/+coloquial) (-formal/˗coloquial) con
esto queremos decir la oralidad tiene que ser clasificada como algo menos formal,
debemos de tener en cuenta también el contexto en que estamos utilizándola, lo mismo
aplica para lo escrito y ambas pueden tener ciertos matices según su uso.

Analizaremos el “creo” de acuerdo a tres perspectivas y significados:

a) Léxico o referencial: tener fe, o dar algo por cierto aunque no se conozca.
Yo creo en Dios y en los ángeles.
b) Opinión: cuando queremos dar nuestra opinión y no queremos que suene como
criticar o mandar.

300 I: pero ya no vino el antiguo dueño porque ya estaba muy acabado


ya tiene sus añitos/ y llegaron las hijas
301 E: que son estas
302 I: que son ellas
303 E: [ah]
304 I: [sí] son ellas/ entonces <~tonces> la <~la:>/ la seño pues
<~pus> salió volando salió sobrando ya no quisieron saber nada de ella
305 E: pues <~pus> no (risa)
306 I: (tos) y menos que supieron que era/ como su amante ¿no?
307 E: pues <~pus> sí
308 I: de hecho no la pueden sacar ahorita <~orita> así/ yo pienso que
no es fácil o no sé yo como no sé de leyes pero no la pueden sacar/ así de
fácil pero si fuera por ellas/ (risa) yo creo que sí (risa)

c) Duda: no tener certeza de algo.

416 I: con los chalanes los maestros/ “¿y <ahora nada>?”/ se se


trabajó en Navidad Año nuevo
417 E:¿y no les pagaron más esos días?
418 I: no <~no:> y ya viene la semana más <~más:> más fuerte que es
la Semana santa
419 E: mh/ porque esos días si se trabajan se tie- por ley se tienen que
pagar doble
420 I: sí/ eh también creo que ¿qué?/ el primero de mayo

A diferencia de la escritura en la oralidad empleamos diferentes estrategias para llamar


la atención del oyente y por ello muchas veces recurrimos a la repetición de palabras y a
la redundancia, según Walter Ong. Y esto podemos observarlo de manera mucho más
clara en los extractos extraídos de una de las entrevistas del corpus que estamos
trabajando. En estos extractos podemos observar como es que el informante hace un uso
continuo de repeticiones o alargamientos en algunas palabras, esto con el fin de
“rellenar” los espacios vacíos y evitar los silencios o tiempos muertos y a su vez darse
tiempo a sí mismo para de alguna u otra manera planear lo siguiente que dirá. Porque
aunque la oralidad puede ser espontánea es, hasta cierto grado, algo planeado.

Aunque pueda parecernos fácil determinar por separado qué significa cada uno y en qué
contextos podemos utilizarlo, al evaluar el análisis de nuestro corpus estudiado y las
entrevistas realizadas de una manera más detenida nos percatamos que el concepto es
más abstracto de lo que podemos pensar esto nos crea algunas dificultades para
categorizar el uso que cada informante le da al “creo”.

Cómo ya mencionamos anteriormente, este corpus es de tipo oral, se realizaron 12


entrevistas en total: 6 de los informantes pertenecían al nivel socioeconómico bajo y los
otros 6 al nivel socioeconómico alto. En cuento al género la distribución no fue muy
equitativa puesto que 5 fueron mujeres y 7 fueron varones.

Tabla 1.

Carpeta 1. Nivel alto (informantes con enseñanza superior, sea universitaria, sea

Técnica superior).

Aquí presentamos cada una de la entrevistas realizadas, los dividimos en grupos por
edades y más tarde registramos el género. Cómo podemos ver el informante hace el uso
de creo mucho más frecuente que el entrevistador, en realidad esto tiene más sentido
esto ya que quien habla más y da información es el informante.

Núm. de Casos del Casos del Total de


entrevista informante Entrevistador  casos
Grupo 1 1H 20 4 24
de 20 a 34 2M 19 4 23

años
Grupo 2 3H 19 0 19
de 35 a 55 4M 18 3 21

años

Grupo 3 5H 11 14 25
55 o más 6M 10 10 20

años

Tabla 2.
Carpeta 2. Nivel bajo (personas que han recibido, como máximo, educación primaria)

Aquí pasa exactamente lo mismo que en los datos registrados en la tablita anterior
únicamente lo que cambia es el nivel socioeconómico del informante.

Entrevista Casos del Casos del Total de casos


informante Entrevistador
Grupo 1 1H 5 7 12
de 20 a 2M 3 16 19

34 años
Grupo 2 3H 10 2 12
de 35 a 4M 7 8 15

55 años *Hay un caso 16 que


pertenece a un informante 
externo
Grupo 3 5H 21 1 22
55 o 6M 11 0 11

más
años

Tabla 3.

Distribución de los usos. Sólo los casos del Informante

Nivel alto

En esta tabla observamos más a detalle cuántos usos (y el porcentaje) del “creo” que los
informantes de nivel alto le otorgan a este.

Núm. de Uso Opinión  Duda Otros Total de


entrevista referencial casos
Grupo 1 1H 0 2 18 0 20
de 20 a 34 10% 90% 100%
años 2 M  0  17  2  0  19 
89.47% 10.53% 100%
Grupo 2 3H 0 7 12 0 19
de 35 a 55 36.8% 63.1% 100%
años 4M 0 15 3 0 18
83.33% 16.66% 100%

Grupo 3 5H 2 5 2 2 11
55 o más 18.18% 45.45% 18.18% 18.18% 100%
años 6M 1 1 8 0 10
10% 10% 80% 100%

Tabla 4.

Distribución de los usos. Sólo los casos del Informante

Nivel bajo

En el nivel bajo sucede exactamente lo mismo, se saca el porcentaje del número de


casos producidos por el hablante definiendo su sexo y la edad del informante.

Núm. de Uso Opinión  Duda Otros Total de


entrevista referencial casos
Grupo 1 1H 0 1 4 0 5
de 20 a 34 20% 80% 100%
años 2M 0  0  3  0  3
0% 100% 100%
Grupo 2 3H 0 2 7 0 9
de 35 a 55 22.2% 77.7% 100%
años 4M 0 3 4 0 7
42.85% 57.14 100%

Grupo 3 5H 0 6 15 0 21
55 o más 29% 71% 100%
años 6M 0 4 7 0 11
36.36% 63.63% 100%
Con base a la información anteriormente presentada podemos hacernos la siguiente
interrogante: ¿Qué uso se presenta más en la oralidad según el nivel socioeconómico
de cada informante?

Para responder a esta podríamos realizar y presentar varias hipótesis, sin embargo,
consideramos que se necesita una investigación más a fondo y detallada, con más datos
y más entrevistas para quizá poder responder a esta pregunta.

Con esto, pues, de manera muy general podemos concluir esta investigación destacando
la importancia que tienen las entrevistas para analizar cualquier aspecto del ámbito oral
y a su vez formar un corpus oral en el cual podemos basarnos para realizar nuestras
investigaciones. Consideramos de gran importancia clasificar la información recibida,
así como registrar cada uno de los datos que el informante nos brinda porque a pesar de
que parezcan irrelevantes para nuestra investigación nos pueden ayudar a entender el
contexto en el que se está desarrollando dicha entrevista para así poder tener un mayor
entendimiento de nuestro objeto de estudio.

Bibliografía:

Briz Gómez, A. (1998). El español coloquial en la conversación (Vol. 1). Ariel.

González, R. (2015). Los verbos de opinión entre los verbos parentéticos y los verbos
de reacción débil: Aspectos sintáctico y semántico-pragmático.

Ong, Walter J. (1987). Oralidad y escritura. Tecnologías de la palabra. México: FCE.

Van Dijk, T. (2000). El discurso como interacción social. Gedisea.

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