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U E N JOSÉ FÉLIX BLANCO

ALTAVISTA, CATIA

ASIGNATURA: GHC

PROFESOR: NOEL PÉREZ.

Actividad (5to año)

Ensayo.

Instrucciones:

A partir de la lectura del siguiente artículo, realice un ensayo de una extensión 3 hojas
de examen. Para ello debe investigar y profundizar en el tema a partir de otras fuentes.
Recuerde que el ensayo busca argumentar opiniones propias respecto a un tema en
específico.

Bono demográfico: Venezuela pierde su última oportunidad.

(Víctor Amaya. 9 de noviembre de 2017)

Desde hace casi una década el país atraviesa un bono demográfico, determinado porque la
mayoría de la población está en edad económicamente activa. Pero si el grueso de la población se
enfrenta a precarias condiciones de vida y a la violencia del segundo país con más asesinatos del
mundo, mientras no pocos deciden marcharse a otros mercados, pudiéramos perder la última
oportunidad de salir del subdesarrollo.

Venezuela vive y come del petróleo. Tal dependencia limita grandemente el desarrollo
económico de la nación. Pero tal vulnerabilidad económica, signada por los vaivenes del mercado
internacional, no es la única alarma para los años por venir. Desde hace casi una década, según el
Instituto Nacional de Estadísticas (INE), Venezuela “disfruta” de un bono demográfico, un
fenómeno determinado porque la mayoría de los habitantes de un país está en edad productiva. Lo
curioso del asunto, es que solo ocurre una vez en la historia de una nación. Ciertas circunstancias
confabularon para que la tierra criolla tuviera un segundo «boom», mucho más valioso y
productivo, el del capital humano. La mala noticia es que se está desaprovechando.

La Población Económicamente Activa (PEA) comprende las edades entre 15 y 59 años, su


período de mayor capacidad de generación de riqueza, según dicta el Fondo de Población de
Naciones Unidas. Estimaciones del INE sobre los resultados del Censo 2011, indican que el 66% de
los 30 millones de habitantes estimados se ubica entre 15 y 64 años, edad laboralmente activa para
el Estado venezolano. Se trata de un proceso de transición demográfica, donde la pirámide
poblacional va mutando, perdiendo tal condición, y por tanto reduciendo la cantidad de menores de
15 años y el índice de natalidad
Venezuela madura. La frase “este es un país joven”, tan manida por la demagogia de siempre,
va quedando vetusta, muy poco a poco. Se pudiera decir, en todo caso, que el país es adolescente.
“Ya la población no tiene mayoría de niños, y eso es muy importante para la vida de un país porque
significa que las personas entre 14 y 34 años son las que más trabajan y en las que menos tiene que
invertir el Estado en educación y salud. Por eso se dice que baja la dependencia”, puntualiza Mabel
Mundó, investigadora del Área de Desarrollo Cultural y Educativo del Centro de Estudios del
Desarrollo (Cendes), de la Universidad Central de Venezuela, UCV.

En términos llanos: más gente para trabajar pudiera generar más riqueza, mano de obra
calificada y ahorros nacionales para cuando el bono demográfico termine, alrededor de 2050 en el
caso venezolano –según el INE-, y toda esa cantidad de gente pase a ser tercera edad y, por tanto,
más dependiente y necesitada de servicios de salud y seguridad social. Sin embargo, estamos a las
puertas de vivir otra oportunidad perdida.

Por el camino que vamos, “el peligro inminente es que vamos a tener una población en edad de
trabajar muy empobrecida y sin capacitación ni oportunidades de inserción; y además un creciente
volumen de personas que requerirá atención que no podrá recibir por la falta de servicios
institucionalizados”, refiere Genni Zúñiga, socióloga e investigadora del Instituto de
Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). Si el
presente luce complicado, el futuro es color petróleo.

No solamente es necesario cuidar la formación, la capacidad de tener una mejor mano de obra.
Sino también cuidar el empleo productivo, tener políticas laborales eficientes, pensadas en producir
más y mejor riqueza, con estructuras de empleo que involucre escalas de ascensos. Además, es
necesario ver el cuadro completo. “Hay que verlo como una panorámica y no dejar el foco
solamente en la población activa. La infantil disminuye y la tercera y cuarta edad van en aumento.
¿Qué estamos haciendo para ellos? A esa tercera edad solamente se le está otorgando pensiones y
reconocimiento, pero no se le garantizan servicios, inserción ni educación de adultos. Cuando
transitamos procesos demográficos se afectan todos los grupos poblacionales, por lo tanto la
atención tiene que ser a todo nivel”, explica Mundó para quien el problema es más complejo a como
lo ven los teóricos del desarrollo como crecimiento, “que solo ven cómo aprovechar a la juventud y
a la población más productiva”. A su juicio, el INE ha asumido esa visión “equivocada” y
“simplista”.

La falta de estadísticas es un problema más. “No sabemos qué está pasando”, dice la
investigadora del CENDES. No existen cifras oficiales que confirmen cuántos se han ido para no
volver, aunque se asume que quienes deciden fotografiar sus pies sobre el Cruz-Diez de Maiquetía
como modo de despedida suelen ser jóvenes profesionales, de los más capacitados y mejor
formados “e incluso con una inversión del Estado venezolano a cuestas. Se invirtió en algo que no
vamos a aprovechar como país”, apunta Zúñiga desde la UCAB. “Estamos frente a una población
que forma parte del bono pero se fue. Estamos reforzando los ejércitos laborales de otros países”,
afirma la ucevista Mundó.

“En los estudios académicos se toma a quienes se contabilizan en censos de otros países, pero
eso solo registra a quienes están legales. Hay una subestimación importante”, añade la ucabista,
quien apunta en la urgencia de atender las razones para emigrar: “inseguridad, falta de
oportunidades o incluso porque el rumbo del país hasta en lo cultural no se parece a los valores de
los sujetos; y eso es muy preocupante porque esa ruptura evita que haya regresos”.

Quienes se quedan se enfrentan a otra realidad: los asesinatos son la primera causa de muerte en
jóvenes de 10 a 19 años, según un estudio de 2014 realizado por Unicef. Además, según Cofavic,
68% de los homicidios que se cometieron en el país corresponden a jóvenes menores de 25 años. En
junio de 2016, la fiscal general Luisa Ortega Díaz reveló que la tasa de homicidios en el país es de
62 por cada 100 mil habitantes, la segunda peor del mundo. Y en 2017, antes de irse al exilio,
informó del incremento en el dato: 70,1.

Si Venezuela no atiende la precariedad del empleo “productivo”, la necesidad de diversificar las


fuentes de riqueza, la educación, las condiciones de vida del grueso de la población ahora dedicada
a hacer colas y sobrevivir, la inseguridad, y hasta la ausencia de información oficial, “estamos
condenados a seguir dependiendo del petróleo”, dice Zúñiga. Sería un contraste con lo ocurrido en
naciones que aprovecharon su bono demográfico, particularmente los llamados “tigres asiáticos”
durante los años 90 -Corea del Sur, Hong Kong, Singapur y Taiwán-, que asumieron la coyuntura
demográfica focalizando sus políticas en formación de mano de obra especializada, con dinamismo
económico y generación de puestos de trabajo.cita2

En Europa, la transición demográfica terminó, dejando una población adulta con grandes
necesidades de atención –como en los casos de Italia y España- y una menor cantidad de personas
laboralmente activas. “Si haces la tarea, aunque pases el bono tienes una población altamente
capacitada y generando recursos para atender al adulto mayor, pero en Venezuela no estamos
haciendo nada para aprender de esas experiencias positivas”, lamenta Zúñiga. Para 2050 faltan solo
tres décadas, y el tiempo perdido no perdona

Si el bono poblacional comenzó alrededor de 2007 –como afirma el Gobierno-, las


recomendaciones hechas desde 2011 han sido desoídas. Si el inicio fue en 2003, como registra la
UCAB, es peor. “En materia educativa tenemos que si bien se ha mejorado la inserción escolar a
nivel de primaria, aún persisten grandes deficiencias en secundaria”, dice Genni Zúñiga. Según la
Encuesta de Juventud elaborada por la UCAB, casi 1 millón de jóvenes entre 15 y 19 años no
asisten a la escuela formal. “Otro aspecto es la calidad de la educación impartida, que es un asunto
donde el Estado debería estar de cabeza trabajando para que un muchacho no sienta que el
bachillerato es tan solo un peaje a superar solamente si se quieren hacer estudios universitarios”,
completa la investigadora de la UCAB.

En el tema educativo, además, ha sido admitido por el Ministerio de Educación (ME) el déficit
docente, especialmente en nivel secundario y para “las tres marías” (matemáticas, física y química).
Según la Memoria y Cuenta 2014 del ME, 7.803.684 personas cursan educación básica en 29.861
escuelas, divididos en 3.467.714 alumnos de primaria y 2.339.355 estudiantes de bachillerato. La
cantidad de cursantes de la educación media disminuyó en 15 mil personas, a pesar de que en
primaria la cifra creció.

“Lo estamos haciendo mal”, lanza tajante Mabel Mundó, también especialista en políticas
públicas enfocadas en educación. “En la juventud es donde se produce el gran abandono escolar,
que es un proceso de exclusión. Hay una brecha en cantidad de escuelas con respecto a los liceos y
ese barranco lo han tratado de solventar metiendo más gente en las secciones, pero no con
suficientes profesores. Además, ahora pulula la figura de los exonerados, porque no hay cómo
darles las materias”.

Desde 2011 se han hecho alertas sobre el bono demográfico. Ese año, el presidente del INE,
afirmó que tal transición demográfica se extendería entre 20 y 30 años y debe aprovecharse con
planes de educación, trabajo y salud que promuevan el crecimiento de la economía. De lo contrario,
solo quedaría “una hipoteca social”. Al año siguiente, Jorge González Caro, representante auxiliar
en Venezuela del Fondo de Población de las Naciones Unidas (FPNU), planteó urgencia de cultivar
tal oportunidad única o convertir al país en un conjunto de “personas que no generaron ahorros
durante su juventud, viviendo en una sociedad sin personas que produzcan para mantenerlos. Es
decir, tendríamos un país envejecido y pobre”.

Como elaborar un Ensayo

Un Ensayo es un texto escrito, generalmente breve, donde se analiza e interpreta un tema en


específico. En él predomina lo subjetivo y lo personal, es decir el punto de vista del autor.

Sus características son:

-Es serio y fundamentado, sintetiza un tema significativo.

-Su finalidad es argumentar una opinión sobre el tema o explorarlo.

-Tiene un carácter introductorio.

-Posee argumentos y opiniones fundamentadas

El Ensayo y su estructura:

Introducción: En la introducción de un ensayo el autor dejará claro cuál es el tema al que va a


aproximarse, cuál es su punto de vista y cuáles son sus principales líneas de argumentación. Esto
supone el 10% de todo el ensayo, y en esta parte, se pueden plantear los problemas del tema en
cuestión, algunas reflexiones del autor, lecturas de otros autores, etc.

Desarrollo: en el desarrollo, el autor expone y analiza el tema estudiado en profundidad. Plantea


sus ideas y argumentaciones basándose en otras fuentes tales como revistas, entrevistas, libros e
incluso fuentes online. Aquí es necesario sintetizar y resumir todo el contenido. Es en el desarrollo
donde el autor, presenta sus ideas principales, las cuales deben ser argumentadas mediante
explicaciones secundarias basadas en datos concretos obtenidos de las diferentes fuentes de
información y de sus propias valoraciones y opiniones. Es importante que todas las ideas expuestas
queden bien entrelazadas para que el ensayo tenga coherencia.

Conclusión: La conclusión es la parte en la que se resume la idea o las ideas más importantes del
texto, es decir, aquellas que el autor quiere destacar por encima de otras. En la conclusión se
mostrará claramente cuál es su punto de vista y enumerará los argumentos más importantes dados
en el desarrollo. La conclusión es fundamental ya que invitará a los lectores a profundizar en el
tema.

Aspectos a evaluar por el docente (Debe incluir la escala en la actividad):

Coherencia del Discurso (2ptos)

Redacción y Ortografía (3ptos)

Seguimiento de Instrucciones (2ptos)

Estructura del Ensayo (2ptos)

Presentación (1pto)

Desarrollo del Contenido (10pts)

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