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Ensayo-GHC 5to Año JFB
Ensayo-GHC 5to Año JFB
ALTAVISTA, CATIA
ASIGNATURA: GHC
Ensayo.
Instrucciones:
A partir de la lectura del siguiente artículo, realice un ensayo de una extensión 3 hojas
de examen. Para ello debe investigar y profundizar en el tema a partir de otras fuentes.
Recuerde que el ensayo busca argumentar opiniones propias respecto a un tema en
específico.
Desde hace casi una década el país atraviesa un bono demográfico, determinado porque la
mayoría de la población está en edad económicamente activa. Pero si el grueso de la población se
enfrenta a precarias condiciones de vida y a la violencia del segundo país con más asesinatos del
mundo, mientras no pocos deciden marcharse a otros mercados, pudiéramos perder la última
oportunidad de salir del subdesarrollo.
Venezuela vive y come del petróleo. Tal dependencia limita grandemente el desarrollo
económico de la nación. Pero tal vulnerabilidad económica, signada por los vaivenes del mercado
internacional, no es la única alarma para los años por venir. Desde hace casi una década, según el
Instituto Nacional de Estadísticas (INE), Venezuela “disfruta” de un bono demográfico, un
fenómeno determinado porque la mayoría de los habitantes de un país está en edad productiva. Lo
curioso del asunto, es que solo ocurre una vez en la historia de una nación. Ciertas circunstancias
confabularon para que la tierra criolla tuviera un segundo «boom», mucho más valioso y
productivo, el del capital humano. La mala noticia es que se está desaprovechando.
En términos llanos: más gente para trabajar pudiera generar más riqueza, mano de obra
calificada y ahorros nacionales para cuando el bono demográfico termine, alrededor de 2050 en el
caso venezolano –según el INE-, y toda esa cantidad de gente pase a ser tercera edad y, por tanto,
más dependiente y necesitada de servicios de salud y seguridad social. Sin embargo, estamos a las
puertas de vivir otra oportunidad perdida.
Por el camino que vamos, “el peligro inminente es que vamos a tener una población en edad de
trabajar muy empobrecida y sin capacitación ni oportunidades de inserción; y además un creciente
volumen de personas que requerirá atención que no podrá recibir por la falta de servicios
institucionalizados”, refiere Genni Zúñiga, socióloga e investigadora del Instituto de
Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). Si el
presente luce complicado, el futuro es color petróleo.
No solamente es necesario cuidar la formación, la capacidad de tener una mejor mano de obra.
Sino también cuidar el empleo productivo, tener políticas laborales eficientes, pensadas en producir
más y mejor riqueza, con estructuras de empleo que involucre escalas de ascensos. Además, es
necesario ver el cuadro completo. “Hay que verlo como una panorámica y no dejar el foco
solamente en la población activa. La infantil disminuye y la tercera y cuarta edad van en aumento.
¿Qué estamos haciendo para ellos? A esa tercera edad solamente se le está otorgando pensiones y
reconocimiento, pero no se le garantizan servicios, inserción ni educación de adultos. Cuando
transitamos procesos demográficos se afectan todos los grupos poblacionales, por lo tanto la
atención tiene que ser a todo nivel”, explica Mundó para quien el problema es más complejo a como
lo ven los teóricos del desarrollo como crecimiento, “que solo ven cómo aprovechar a la juventud y
a la población más productiva”. A su juicio, el INE ha asumido esa visión “equivocada” y
“simplista”.
La falta de estadísticas es un problema más. “No sabemos qué está pasando”, dice la
investigadora del CENDES. No existen cifras oficiales que confirmen cuántos se han ido para no
volver, aunque se asume que quienes deciden fotografiar sus pies sobre el Cruz-Diez de Maiquetía
como modo de despedida suelen ser jóvenes profesionales, de los más capacitados y mejor
formados “e incluso con una inversión del Estado venezolano a cuestas. Se invirtió en algo que no
vamos a aprovechar como país”, apunta Zúñiga desde la UCAB. “Estamos frente a una población
que forma parte del bono pero se fue. Estamos reforzando los ejércitos laborales de otros países”,
afirma la ucevista Mundó.
“En los estudios académicos se toma a quienes se contabilizan en censos de otros países, pero
eso solo registra a quienes están legales. Hay una subestimación importante”, añade la ucabista,
quien apunta en la urgencia de atender las razones para emigrar: “inseguridad, falta de
oportunidades o incluso porque el rumbo del país hasta en lo cultural no se parece a los valores de
los sujetos; y eso es muy preocupante porque esa ruptura evita que haya regresos”.
Quienes se quedan se enfrentan a otra realidad: los asesinatos son la primera causa de muerte en
jóvenes de 10 a 19 años, según un estudio de 2014 realizado por Unicef. Además, según Cofavic,
68% de los homicidios que se cometieron en el país corresponden a jóvenes menores de 25 años. En
junio de 2016, la fiscal general Luisa Ortega Díaz reveló que la tasa de homicidios en el país es de
62 por cada 100 mil habitantes, la segunda peor del mundo. Y en 2017, antes de irse al exilio,
informó del incremento en el dato: 70,1.
En Europa, la transición demográfica terminó, dejando una población adulta con grandes
necesidades de atención –como en los casos de Italia y España- y una menor cantidad de personas
laboralmente activas. “Si haces la tarea, aunque pases el bono tienes una población altamente
capacitada y generando recursos para atender al adulto mayor, pero en Venezuela no estamos
haciendo nada para aprender de esas experiencias positivas”, lamenta Zúñiga. Para 2050 faltan solo
tres décadas, y el tiempo perdido no perdona
En el tema educativo, además, ha sido admitido por el Ministerio de Educación (ME) el déficit
docente, especialmente en nivel secundario y para “las tres marías” (matemáticas, física y química).
Según la Memoria y Cuenta 2014 del ME, 7.803.684 personas cursan educación básica en 29.861
escuelas, divididos en 3.467.714 alumnos de primaria y 2.339.355 estudiantes de bachillerato. La
cantidad de cursantes de la educación media disminuyó en 15 mil personas, a pesar de que en
primaria la cifra creció.
“Lo estamos haciendo mal”, lanza tajante Mabel Mundó, también especialista en políticas
públicas enfocadas en educación. “En la juventud es donde se produce el gran abandono escolar,
que es un proceso de exclusión. Hay una brecha en cantidad de escuelas con respecto a los liceos y
ese barranco lo han tratado de solventar metiendo más gente en las secciones, pero no con
suficientes profesores. Además, ahora pulula la figura de los exonerados, porque no hay cómo
darles las materias”.
Desde 2011 se han hecho alertas sobre el bono demográfico. Ese año, el presidente del INE,
afirmó que tal transición demográfica se extendería entre 20 y 30 años y debe aprovecharse con
planes de educación, trabajo y salud que promuevan el crecimiento de la economía. De lo contrario,
solo quedaría “una hipoteca social”. Al año siguiente, Jorge González Caro, representante auxiliar
en Venezuela del Fondo de Población de las Naciones Unidas (FPNU), planteó urgencia de cultivar
tal oportunidad única o convertir al país en un conjunto de “personas que no generaron ahorros
durante su juventud, viviendo en una sociedad sin personas que produzcan para mantenerlos. Es
decir, tendríamos un país envejecido y pobre”.
El Ensayo y su estructura:
Conclusión: La conclusión es la parte en la que se resume la idea o las ideas más importantes del
texto, es decir, aquellas que el autor quiere destacar por encima de otras. En la conclusión se
mostrará claramente cuál es su punto de vista y enumerará los argumentos más importantes dados
en el desarrollo. La conclusión es fundamental ya que invitará a los lectores a profundizar en el
tema.
Presentación (1pto)