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El psicoanálisis como teoría planteada por Sigmund Freud, nos desprende un modelo
estructural para entender la personalidad del ser humano, el autor explica esto, con dos
sistemas, el inconsciente-preconsciente. El primero refiere al principio de placer, que por
medio de las descargas que encontramos en los estímulos del ambiente busca disminuir
inmediatamente la sensación de displacer presente en las personas, dilucidando el concepto
Ello, “componente innato” donde se encuentran las pulsiones que abordaremos más adelante.
Por otro lado, la parte preconsciente se explica como un principio de realidad, es un “estado
transitorio”, pues, no hace más que retrasar la satisfacción del placer por el bien físico y
psíquico del sujeto, que rodeado de representaciones de ideales y valores sustraídos de su
entorno logra impedir momentáneamente las pulsiones. Es a raíz de la represión primaria, que
ocurre la división de dichos sistemas dando cabida al Yo, que al estar conformado por
experiencias con la realidad, se encarga de censurar y “mandar” represiones hacia lo
inconsciente. Como tercera instancia, el Superyó conforma el aparato psíquico que se hace
heredera del discurso cultural, de las normas que rigen la sociedad en la que habitamos, de las
disciplinas de crianza, etc., Es mayormente inconsciente y relativamente consciente
(Avendaño, 2021).
Como planteamos, relacionaremos ciertos tópicos del psicoanálisis con la cinta “To The
Bone” estrenada en el año 2017 dirigida y escrita por Marti Noxon, que narra la historia de
Ellen, una mujer de veinte años diagnosticada con anorexia nerviosa y que, junto a su
disfuncional familia ha visitado distintos profesionales y centros de salud para tratar su
trastorno alimenticio, pero sin lograr ningún avance significativo. Es en una terapia familiar,
que se nos informa al espectador que la protagonista tiene una quebrantada familia; sus
padres están divorciados, su madre vive muy lejos junto a su nueva pareja y no acompaña
activamente en el tratamiento de su hija, su padre a la vez nunca está presente y se tiene muy
poca información al respecto (To the bone, 2017).
“Trastorno del estado de ánimo que aparece con frecuencia en las madres tras dar
a luz a su bebé y que puede explicarse por el cambio hormonal que experimentan
antes y después del embarazo, provocando un sentir incapacitante que interfiere
con las actividades de la vida diaria” (Medlineplus, 2021).
Este acontecimiento es revelado a Ellen, el nunca haber sido abrazada ni alimentada como
correspondía de bebé, incumpliendo con lo que el pediatra Donald Winnicott denomina
función materna: rol de cuidado parental que se le entrega al bebe con el fin de que el
desarrollo psíquico y emocional se realice óptimamente (Ramírez, 2021). El sostén físico es
esa primera forma de cuidado que el infante debe recibir ya que es totalmente dependiente, en
definitiva, la función materna no hace referencia a una madre que sea perfecta, sino a una que
sea lo suficientemente buena. Es a raíz de esta caracterización de la función materna, que se
desprende la importancia de la empatía con el bebé, puesto que provoca el proceso de
identificación de sufrimiento y la necesidad de otro, es decir, abandonar la idea de que la
madre es una extensión del “yo”. Es aquí donde paralelamente se observa en el filme que no
se desarrolló una correcta función materna, desencadenando una temprana aparición de los
mecanismos de defensa, aparato psíquico que se relaciona con la angustia causada por la
pérdida de un objeto (Ramírez, 2021), en este caso la ausencia de la madre .
Freud (1992) describe que en los primeros años, las experiencias eran tan válidas como las de
un adulto; “sabíamos exteriorizar dolor, mostrábamos amor, celos (...), y aun pronunciábamos
frases que los adultos registraron como buenas pruebas de penetración y de una incipiente
capacidad de juicio”(p. 158). Le adscribe también a esta etapa, una suerte de amnesia infantil,
que “cubre los primeros años de infancia, hasta el sexto o el octavo año de vida” (p. 158) y
que, produce una importante represión, donde luego quedan tan sólo trazas incomprensibles
de lo anterior. Esta última noción, juega un papel muy importante en la conformación del
inconsciente, que detallamos en apartados anteriores, puesto que la represión consiste en un
apartamiento de recuerdos de la consciencia, y que, dejan las más profundas huellas en
nuestra vida anímica, figurando como determinantes para todo nuestro desarrollo posterior.
Siguiendo con esta idea de lo que supone la infancia, Freud comparte la noción de que en los
niños pequeños existen impulsos sexuales, pues, como el autor menciona “el niño tiene sus
pulsiones y quehaceres sexuales desde el comienzo mismo, los trae consigo al mundo, y
desde ahí, a través de un significativo desarrollo, rico en etapas, surge la llamada sexualidad
normal del adulto” (1992, p. 38) y esto sin necesidad de estimulación externa. A partir de
aquello, retomaremos la idea de pulsión, siendo este un concepto psicológico que en simples
palabras, es la energía que incita a hacer algo que tiene como fin la cancelación del estímulo,
además de ser el representante psíquico de las necesidades somáticas (Avendaño, 2021).
Es menester detallar las diferentes nociones de la sexualidad infantil, comenzando con la
latencia, entendido como el lapso de calma sexual en donde el niño sublima los deseos
sexuales por tareas y metas “socialmente aceptadas”, que posteriormente serán inhibiciones
de la pulsión sexual, surgiendo diques como el asco, la vergüenza, la estética y la moral. Lo
interesante aquí, es que el autor plantea que estas construcciones no tienen que ver
necesariamente con la educación y la imposición de ideales que inhiban las pulsiones, sino
que involucra la influencia de la herencia, es decir los parámetros conductuales que entrega la
familia por costumbre. Pero la sublimación sexual que vivencian las personas en su infancia,
no surge por un mero instinto de los cuidadores, esta actitud reformativa emerge cuando
observan las exteriorizaciones sexuales de los niños/as, pues, cuando éste deja de alimentarse
del pecho de su madre busca otras formas de satisfacer sus pulsiones sexuales, y la forma más
cómoda, económica y al alcance del niño/a es su cuerpo en cuestión, que alude al
autoerotismo descrito por Freud (1992), que consiste al primer modo de satisfacción libidinal.
Para concluir, finalizamos nuestro análisis entorno a la situación de rechazo y agresión que
recibió Ellen durante sus primeros meses de vida, en la película se hace notar la necesidad de
la misma por estar cerca de su madre, quien sólo aparece luego de que se le notificara que su
hija se ha desmayado o está muy grave por su extrema pérdida de peso, para finalmente
decirle a su hija, como en múltiples ocasiones, que aún no está preparada para vivir con ella y
su padecimiento. Además, se incluye un padre ausente, que sin presentarnos sus razones,
rechaza la presencia de su hija, concibiéndose ella misma como un mero problema que hay
que resolver más que como un ser humano. Es importante mencionar que nuestra reflexión no
está dirigida a darle un porqué sobre la enfermedad de la protagonista en su totalidad, más
bien en reunir todas estas variables de la infancia que nos expone el psicoanálisis, que
pudieran repercutir de cierta manera en la vida adulta de Ellen.
Referencias Bibliográficas
Freud, S. (1992). Tres Ensayos de Teoría Sexual .En Sigmund Freud Obras Completas , tomo
VII. Buenos Aires: Amorrortu. (pp. 157- 188).