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Bibliografía: Freud, S., The Psychopathology of Everyday Life, Holt, New York 1915.

Emociones

Teoría de Freud

Psicoanálisis

Con el psicoanálisis, se introducen en el estudio de la emoción las ideas fisiológicas y psicológicas


de la modernidad. La hipótesis de Freud conecta la tesis fisiológica cartesiana —la emoción es la
percepción de los cambios fisiológicos y movimientos corporales— con la tesis de Hume sobre el
papel decisivo que el placer desempeña en la formación del psiquismo, pero lo hace de una forma
completamente nueva. Freud acepta —siguiendo a Hume— que la emoción no es un evento
mental o first impression, sino una imprensión secundaria o reflective impression. La diferencia
entre Freud y Hume consiste en lo siguiente: según el padre del psicoanálisis esta impresión
secundaria no deriva de ninguna impresión original —ni directamente ni siquiera mediante la
interposición de una idea— pues la causa de la emoción no tiene nada que ver ni con la conciencia
ni con el cogito [Freud 1915].

La distinción entre la causa de la emoción y la emoción misma resuelve aparentemente el


problema cartesiano de la oscuridad y confusión presentes en la emoción. En efecto —según
Freud— la emoción, en cuanto que fenómeno de conciencia, es clara, pero se trata de una claridad
engañosa que esconde la oscuridad y confusión de su origen. La fuente de la emoción, como
también de los demás fenómenos de conciencia, es el Ello. El Ello, cuya materia prima es la libido o
pulsión instintiva más impersonal y antigua, sirve de fundamento a las otras dos partes de la
psique: el Yo —constituido por el pensamiento y el juicio— es la parte del Ello modificada por el
influjo del mundo exterior, y el Super-Yo —constituido por la interiorización de las primeras
relaciones parentales— es la parte que reprime los instintos censurándolos o sublimándolos.

Según Freud, la emoción contiene dos elementos distintos: por un lado, las descargas de energía
física; por otro lado, ciertos sentimientos (percepciones de las acciones motrices que se producen
y sentimientos de placer o desagrado que dan a la emoción sus características esenciales). La
unión de estos dos aspectos nace de la repetición de una experiencia particular que debe
colocarse en la prehistoria, no del individuo, sino de la especie. La experiencia original que se
encuentra en la base de la afectividad es el deseo sexual de la infancia que permanece reprimido e
inconsciente. El objeto o la persona que produce la emoción debe ser relacionada con este deseo.
Cuando la energía instintiva que reside en el subconsciente es alta, hay necesidad de descargarla
hasta conducirla a un nivel normal. Si la descarga no se produce a través de los canales apropiados
(la conducta sexual), se usan entonces las válvulas de seguridad, es decir, las emociones. El afecto
es considerado, así como un signo de la energía instintiva primigenia.
Teoría de Erikson

Erikson afirma que los seres humanos con un desarrollo sano deben pasar a través de ocho etapas
entre la infancia y la edad adulta tardía. En cada etapa, la persona se enfrenta, y es de esperar que
domine, nuevos retos. Cada etapa se basa en la culminación con éxito de las etapas anteriores. Si
los retos no se completan con éxito en una fase, es de esperar que reaparezcan como problemas
en el futuro.

Principales elementos de la teoría de Erikson:

Identidad del yo: El yo hace referencia al sentido consciente de uno mismo que desarrollamos a
través de la interacción social. Según Erikson, nuestra identidad del yo está en constante cambio
debido a las nuevas experiencias e información que adquirimos a través de nuestra interacción
diaria con los demás.

Competencia: Además de la identidad del yo, Erikson cree que un sentido de competencia motiva
conductas y acciones. Cada etapa de la teoría de Erikson pone interés en cómo adquirir
competencias en un área de la vida. Si la etapa se maneja bien, la persona se sentirá satisfecha y
segura. Si la etapa se gestiona mal, en la persona va a surgir un sentimiento de inadecuación.

Conflictos: Erikson cree que la gente experimenta en cada etapa un conflicto que sirve como punto
de inflexión en su desarrollo. En opinión de Erikson, esos conflictos se centran bien en el desarrollo
de una cualidad psicológica o en no lograr desarrollar esa cualidad. Durante esos momentos, el
potencial para el crecimiento personal es alto, pero también lo es el potencial para el fracaso.

Etapa Conflicto básico Eventos importantes Resultado

Infancia postnatal (nacimiento a 18 meses) Confianza frente a desconfianza


Alimentación Los niños desarrollan un sentido de confianza cuando los cuidadores
proporcionan fiabilidad, atención y afecto. Su ausencia dará lugar a la desconfianza.

Primera infancia (2 a 3 años) Autonomía frente a vergüenza y duda Control del esfínter Los
niños desarrollan un sentido de control personal sobre las habilidades físicas y un sentido de
independencia. El éxito conduce a sentimientos de autonomía. La falta de resultados produce
sentimientos de vergüenza y duda.

Preescolar (3 a 5 años) Iniciativa frente a culpa Exploración Los niños comienzan a imponer su
el control y poder sobre el entorno. El éxito en esta etapa conduce a un sentido de propósito. Los
niños que intentan ejercer demasiado poder experimentan desaprobación, lo que produce un
sentimiento de culpa.
Edad escolar (6 a 11 años) Laboriosidad frente a inferioridad La escuela Los niños
necesitan enfrentarse a las nuevas demandas sociales y académicas. El éxito conduce a un sentido
de competencia, mientras que los resultados de fracaso producen sentimientos de inferioridad.

Adolescencia (12 a 18 años) Identidad frente a confusión de roles Relaciones sociales


Durante la adolescencia, los niños exploran su independencia y el desarrollo de un sentido
de sí mismos. Los que reciben el estímulo y refuerzo adecuados a través de la exploración
personal saldrán de esta etapa con un fuerte sentido de sí mismos y una sensación de
independencia y control. Los que continúan inseguros con sus creencias y deseos tienden a
experimentar inseguridad y confusión acerca de su identidad y futuro.

Primera edad adulta (19 a 40 años) Intimidad frente a aislamiento Relaciones Los adultos
jóvenes forman relaciones amorosas íntimas con otras personas. Tener un fuerte sentido de
identidad es clave para ello. El éxito lleva a relaciones seguras y comprometidas, mientras que la
falta de éxito puede provocar sentimientos de soledad y aislamiento emocional.

Edad adulta media (40 a 65 años) Generatividad frente a estancamiento Trabajo y


paternidad Los adultos necesitan crear o consolidar cosas que sobrevivirán a ellos, a menudo
teniendo niños o creando un cambio positivo que beneficie a otras personas. El éxito conduce a
sentimientos de utilidad y logro, mientras que los resultados de fracaso producen una débil
participación en el mundo.

Madurez (65 hasta muerte) Integridad del yo frente a desesperación Reflexión sobre la
vida Los adultos mayores necesitan contemplar su vida anterior y sentir una sensación de
plenitud. El éxito en esta etapa conduce a sentimientos de sabiduría, mientras que los resultados
de fracaso producen pesar, amargura y desesperación.

Teoria del apego

El apego es definido por Ainsworth y Bowlby como un vínculo emocional profundo y duradero que
conecta a dos personas mutuamente a través del tiempo y el espacio.

El apego en si no tiene que ser recíproco esto implica que una persona puede tener un apego
hacia un individuo el cual no le corresponde.

El apego se refiere a aquellas conductas específicas de los niños, como la proximidad hacia una
figura de paternal cuando estos se sienten alterados o amenazados.

Por otra parte, el comportamiento de apego del adulto hacia el niño incluye responder de manera
sensible y apropiada a las necesidades de este.
El comportamiento de apego parece ser universal en todas las culturas. La teoría del apego
explica cómo emerge la relación padre-hijo y cómo ésta influye en el desarrollo posterior.

Desarrollo de la teoría del apego

La teoría del apego en psicología se origina con el trabajo fundamental de John Bowlby. En la
década de 1930, en ese entonces John Bowlby trabajaba como psiquiatra en una Clínica de
Orientación Infantil en Londres, donde tuvo la oportunidad de tratar a muchos niños con
trastornos emocionales.

Esta experiencia llevó a Bowlby a considerar la importancia de la relación entre el niño con su
madre en términos de su desarrollo social, emocional y cognitivo.

Específicamente, moldeó su creencia sobre la relación entre las experiencias de separación


temprana de bebés de su madre y el posterior desajuste que estos experimentaban, lo cual llevó a
Bowlby a formular su teoría del apego.

John Bowlby, quien trabajaba junto con James Robertson observó que los bebes experimentaron
una angustia intensa cuando eran separados de sus madres. Incluso cuando estos niños eran
alimentados por otros cuidadores, su ansiedad no disminuía.

Estos hallazgos contradecían la teoría conductual dominante sobre el apego (Dollard y Miller,
1950), la cual demostró que subestimaba el vínculo del niño con su madre. La teoría conductual
del apego vigente en aquella época establecía que el niño se apegaba a la madre debido a que ella
era quien alimentaba al bebé.

BOWLBY DEFINIÓ EL APEGO COMO UNA «CONEXIÓN PSICOLÓGICA DURADERA ENTRE LOS SERES
HUMANOS».

Bowlby propuso que el apego se puede entender dentro de un contexto evolutivo en el cual el
cuidador proporciona seguridad y protección para el bebé, por tano el apego es adaptativo ya que
aumenta las posibilidades de supervivencia de los bebes.
Esto se ilustra en el trabajo de Lorenz (1935) y Harlow (1958). De acuerdo con Bowlby, los bebés
tienen una necesidad universal de buscar proximidad con su cuidador cuando están bajo estrés o
amenazados.

La mayoría de los investigadores creen que el apego se desarrolla a través de una serie de etapas.

Etapas del desarrollo del Apego

Rudolph Schaffer y Peggy Emerson (1964) estudiaron a 60 bebés en intervalos mensuales durante
sus primeros 18 meses de vida, en lo que se conoce como estudio longitudinal. Todos los niños
fueron estudiados en su propio hogar, y se identificó un patrón regular en el desarrollo del apego.

Los bebés fueron visitados mensualmente durante aproximadamente un año, se observaron sus
interacciones con sus cuidadores y se entrevistó a los cuidadores. La madre guardó un diario para
examinar la evidencia del desarrollo del apego. Se registraron tres medidas:

Ansiedad ante extraños: como respuesta ante la llegada de un desconocido para el niño.

Ansiedad de separación: nivel de angustia que el niño experimenta cuando es separado de su


cuidador y el grado de comodidad cuando este regresa.

Referencias sociales: se refiere al grado en el cual un niño mira a su cuidador para determinar
cómo se debe responder a una nueva situación (marco seguro).

Además, estos autores descubrieron que los apego en los bebes se desarrollan en la siguiente
secuencia:

Apego asocial (0 a 6 semanas)

Los bebés en sus primeras semanas de vida son básicamente asociales, en el sentido que diversos
tipos de estímulos, tanto sociales como no sociales, producen una reacción favorable, como una
sonrisa.

Apego indiscriminado (6 semanas a 7 meses)


Los bebés disfrutan indiscriminadamente de la compañía humana, y la mayoría de los bebés
responden por igual ante cualquier cuidador. Se enojan cuando un individuo deja de interactuar
con ellos.

Sin embargo a partir de los 3 meses, los bebés sonríen con más frecuencia con las caras que les
son familiares y suelen sentirse cómodos con un cuidador habitual.

Apego especifico (7 a 9 meses)

Se presenta cuando existe una especial preferencia por una sola figura de fijación. El bebé busca
personas particulares para su seguridad, comodidad y protección. Muestra temor ante extraños e
incomodidad cuando se les separa de una persona especial (ansiedad de separación).

Algunos bebés muestran miedo ante los extraños y ansiedad de separación con mucha más
frecuencia e intensidad que otros, sin embargo, se los considera evidencia de que el bebé se ha
apegado. Esto por lo general se desarrollada a partir del primer año de edad.

Apego múltiple (10 meses en adelante)

Los bebes se tornan cada vez más independientes son capaces de crear múltiples apegos. A los 18
meses de edad, la mayoría de los bebés son capaces de sostener apego con más de una figura
cercana.

Los resultados del estudio de Schaffer y Emerson indicaron que los apegos se formaron con
aquellas personas que respondieron con precisión a las señales del bebé, no necesariamente con
aquella persona con la que pasaron más tiempo. Es lo que denominaron respuesta sensible.

aquellos bebés con apegos fuertes tenían madres que respondían rápidamente a sus demandas e
interactuaban con sus hijos. Por otra parte, los bebés que tenían un apego débil poseían madres
que interactuaban poco con ellos.

Muchos de los bebés del estudio desarrollaron apegos desde los diez meses de edad, que incluían
a figuras de apego diferentes a sus madres, tales como padres, abuelos, hermanos e inclusive
vecinos.
Sin embargo, la madre fue la principal figura de apego para aproximadamente la mitad de los
niños a los 18 meses y el padre para la mayoría de los demás.

Uno de los factores más importante en la formación de apego no se refiere a quién alimenta y
cambia al niño, sino quién juega y se comunica con él o ella. Por lo tanto, la capacidad de
respuesta parece ser la clave del apego.

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