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Emociones
Teoría de Freud
Psicoanálisis
Según Freud, la emoción contiene dos elementos distintos: por un lado, las descargas de energía
física; por otro lado, ciertos sentimientos (percepciones de las acciones motrices que se producen
y sentimientos de placer o desagrado que dan a la emoción sus características esenciales). La
unión de estos dos aspectos nace de la repetición de una experiencia particular que debe
colocarse en la prehistoria, no del individuo, sino de la especie. La experiencia original que se
encuentra en la base de la afectividad es el deseo sexual de la infancia que permanece reprimido e
inconsciente. El objeto o la persona que produce la emoción debe ser relacionada con este deseo.
Cuando la energía instintiva que reside en el subconsciente es alta, hay necesidad de descargarla
hasta conducirla a un nivel normal. Si la descarga no se produce a través de los canales apropiados
(la conducta sexual), se usan entonces las válvulas de seguridad, es decir, las emociones. El afecto
es considerado, así como un signo de la energía instintiva primigenia.
Teoría de Erikson
Erikson afirma que los seres humanos con un desarrollo sano deben pasar a través de ocho etapas
entre la infancia y la edad adulta tardía. En cada etapa, la persona se enfrenta, y es de esperar que
domine, nuevos retos. Cada etapa se basa en la culminación con éxito de las etapas anteriores. Si
los retos no se completan con éxito en una fase, es de esperar que reaparezcan como problemas
en el futuro.
Identidad del yo: El yo hace referencia al sentido consciente de uno mismo que desarrollamos a
través de la interacción social. Según Erikson, nuestra identidad del yo está en constante cambio
debido a las nuevas experiencias e información que adquirimos a través de nuestra interacción
diaria con los demás.
Competencia: Además de la identidad del yo, Erikson cree que un sentido de competencia motiva
conductas y acciones. Cada etapa de la teoría de Erikson pone interés en cómo adquirir
competencias en un área de la vida. Si la etapa se maneja bien, la persona se sentirá satisfecha y
segura. Si la etapa se gestiona mal, en la persona va a surgir un sentimiento de inadecuación.
Conflictos: Erikson cree que la gente experimenta en cada etapa un conflicto que sirve como punto
de inflexión en su desarrollo. En opinión de Erikson, esos conflictos se centran bien en el desarrollo
de una cualidad psicológica o en no lograr desarrollar esa cualidad. Durante esos momentos, el
potencial para el crecimiento personal es alto, pero también lo es el potencial para el fracaso.
Primera infancia (2 a 3 años) Autonomía frente a vergüenza y duda Control del esfínter Los
niños desarrollan un sentido de control personal sobre las habilidades físicas y un sentido de
independencia. El éxito conduce a sentimientos de autonomía. La falta de resultados produce
sentimientos de vergüenza y duda.
Preescolar (3 a 5 años) Iniciativa frente a culpa Exploración Los niños comienzan a imponer su
el control y poder sobre el entorno. El éxito en esta etapa conduce a un sentido de propósito. Los
niños que intentan ejercer demasiado poder experimentan desaprobación, lo que produce un
sentimiento de culpa.
Edad escolar (6 a 11 años) Laboriosidad frente a inferioridad La escuela Los niños
necesitan enfrentarse a las nuevas demandas sociales y académicas. El éxito conduce a un sentido
de competencia, mientras que los resultados de fracaso producen sentimientos de inferioridad.
Primera edad adulta (19 a 40 años) Intimidad frente a aislamiento Relaciones Los adultos
jóvenes forman relaciones amorosas íntimas con otras personas. Tener un fuerte sentido de
identidad es clave para ello. El éxito lleva a relaciones seguras y comprometidas, mientras que la
falta de éxito puede provocar sentimientos de soledad y aislamiento emocional.
Madurez (65 hasta muerte) Integridad del yo frente a desesperación Reflexión sobre la
vida Los adultos mayores necesitan contemplar su vida anterior y sentir una sensación de
plenitud. El éxito en esta etapa conduce a sentimientos de sabiduría, mientras que los resultados
de fracaso producen pesar, amargura y desesperación.
El apego es definido por Ainsworth y Bowlby como un vínculo emocional profundo y duradero que
conecta a dos personas mutuamente a través del tiempo y el espacio.
El apego en si no tiene que ser recíproco esto implica que una persona puede tener un apego
hacia un individuo el cual no le corresponde.
El apego se refiere a aquellas conductas específicas de los niños, como la proximidad hacia una
figura de paternal cuando estos se sienten alterados o amenazados.
Por otra parte, el comportamiento de apego del adulto hacia el niño incluye responder de manera
sensible y apropiada a las necesidades de este.
El comportamiento de apego parece ser universal en todas las culturas. La teoría del apego
explica cómo emerge la relación padre-hijo y cómo ésta influye en el desarrollo posterior.
La teoría del apego en psicología se origina con el trabajo fundamental de John Bowlby. En la
década de 1930, en ese entonces John Bowlby trabajaba como psiquiatra en una Clínica de
Orientación Infantil en Londres, donde tuvo la oportunidad de tratar a muchos niños con
trastornos emocionales.
Esta experiencia llevó a Bowlby a considerar la importancia de la relación entre el niño con su
madre en términos de su desarrollo social, emocional y cognitivo.
John Bowlby, quien trabajaba junto con James Robertson observó que los bebes experimentaron
una angustia intensa cuando eran separados de sus madres. Incluso cuando estos niños eran
alimentados por otros cuidadores, su ansiedad no disminuía.
Estos hallazgos contradecían la teoría conductual dominante sobre el apego (Dollard y Miller,
1950), la cual demostró que subestimaba el vínculo del niño con su madre. La teoría conductual
del apego vigente en aquella época establecía que el niño se apegaba a la madre debido a que ella
era quien alimentaba al bebé.
BOWLBY DEFINIÓ EL APEGO COMO UNA «CONEXIÓN PSICOLÓGICA DURADERA ENTRE LOS SERES
HUMANOS».
Bowlby propuso que el apego se puede entender dentro de un contexto evolutivo en el cual el
cuidador proporciona seguridad y protección para el bebé, por tano el apego es adaptativo ya que
aumenta las posibilidades de supervivencia de los bebes.
Esto se ilustra en el trabajo de Lorenz (1935) y Harlow (1958). De acuerdo con Bowlby, los bebés
tienen una necesidad universal de buscar proximidad con su cuidador cuando están bajo estrés o
amenazados.
La mayoría de los investigadores creen que el apego se desarrolla a través de una serie de etapas.
Rudolph Schaffer y Peggy Emerson (1964) estudiaron a 60 bebés en intervalos mensuales durante
sus primeros 18 meses de vida, en lo que se conoce como estudio longitudinal. Todos los niños
fueron estudiados en su propio hogar, y se identificó un patrón regular en el desarrollo del apego.
Los bebés fueron visitados mensualmente durante aproximadamente un año, se observaron sus
interacciones con sus cuidadores y se entrevistó a los cuidadores. La madre guardó un diario para
examinar la evidencia del desarrollo del apego. Se registraron tres medidas:
Ansiedad ante extraños: como respuesta ante la llegada de un desconocido para el niño.
Referencias sociales: se refiere al grado en el cual un niño mira a su cuidador para determinar
cómo se debe responder a una nueva situación (marco seguro).
Además, estos autores descubrieron que los apego en los bebes se desarrollan en la siguiente
secuencia:
Los bebés en sus primeras semanas de vida son básicamente asociales, en el sentido que diversos
tipos de estímulos, tanto sociales como no sociales, producen una reacción favorable, como una
sonrisa.
Sin embargo a partir de los 3 meses, los bebés sonríen con más frecuencia con las caras que les
son familiares y suelen sentirse cómodos con un cuidador habitual.
Se presenta cuando existe una especial preferencia por una sola figura de fijación. El bebé busca
personas particulares para su seguridad, comodidad y protección. Muestra temor ante extraños e
incomodidad cuando se les separa de una persona especial (ansiedad de separación).
Algunos bebés muestran miedo ante los extraños y ansiedad de separación con mucha más
frecuencia e intensidad que otros, sin embargo, se los considera evidencia de que el bebé se ha
apegado. Esto por lo general se desarrollada a partir del primer año de edad.
Los bebes se tornan cada vez más independientes son capaces de crear múltiples apegos. A los 18
meses de edad, la mayoría de los bebés son capaces de sostener apego con más de una figura
cercana.
Los resultados del estudio de Schaffer y Emerson indicaron que los apegos se formaron con
aquellas personas que respondieron con precisión a las señales del bebé, no necesariamente con
aquella persona con la que pasaron más tiempo. Es lo que denominaron respuesta sensible.
aquellos bebés con apegos fuertes tenían madres que respondían rápidamente a sus demandas e
interactuaban con sus hijos. Por otra parte, los bebés que tenían un apego débil poseían madres
que interactuaban poco con ellos.
Muchos de los bebés del estudio desarrollaron apegos desde los diez meses de edad, que incluían
a figuras de apego diferentes a sus madres, tales como padres, abuelos, hermanos e inclusive
vecinos.
Sin embargo, la madre fue la principal figura de apego para aproximadamente la mitad de los
niños a los 18 meses y el padre para la mayoría de los demás.
Uno de los factores más importante en la formación de apego no se refiere a quién alimenta y
cambia al niño, sino quién juega y se comunica con él o ella. Por lo tanto, la capacidad de
respuesta parece ser la clave del apego.