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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD PRIVADA DR. RAFAEL BELLOSO CHACÍN


FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLÍTICAS
ESCUELA DE DERECHO
CÁTEDRA: DESARROLLO SUSTENTABLE
SECCIÓN: B512

ESTUDIO DE CASO: EL DESASTRE DEL TRASVASE DE LA CUENCA


DEL MAR DE ARAL

PRESENTADO POR:

MARACAIBO, OCTUBRE DE 2021

Con respecto a la lectura realizada, se puede extraer que el proceso

de desecación del Mar de Aral es uno de los mayores desastres ecológicos


de la historia. Entre 1954 y 1960, el gobierno de la antigua URSS, con la

intención de cultivar algodón en la región, ordenó la construcción de un canal

de 500 km de longitud que tomaría un tercio del agua del río Amu Daria para

una enorme extensión de tierra irrigada. La necesidad cada vez mayor de

agua, debida a la mala gestión de su transporte y a la falta de previsión y

eficiencia del riego, supuso tomar agua de más ríos que desembocaban en el

Mar de Aral.

Por ello, en los años ochenta, el agua que llegaba a puerto era tan

sólo un 10% del caudal de 1960 y el Mar de Aral empezó un proceso de

desecación. En consecuencia, el Mar de Aral ocupa actualmente la mitad de

su superficie original y su volumen se ha visto reducido a una cuarta parte,

el 95% de los embalses y humedales cercanos se han convertido en

desiertos y más de 50 lagos de los deltas, con una superficie de 60.000

hectáreas, se han secado.

En lo que respecta al clima, de lo que pude comprender de esa lectura

y de otras auxiliares que realicé sobre la temática, la desecación ha

eliminado el efecto de amortiguador que ejercía la zona en su entorno, por lo

que los inviernos y los veranos se han hecho más duros, con el consiguiente

aumento de sequías graves. La acción del viento ha desplazado toneladas

de arena salinizada, que procede del fondo de la zona desecada, a una

distancia de hasta 200 km, lo que ha agravado drásticamente la situación.


Para colmo, el uso indiscriminado de fertilizantes y pesticidas contaminó el

aire y las aguas freáticas.

El objetivo soviético de que el agua tuviera una salinidad cuatro veces

superior al límite establecido por la OMS redujo el nivel de las aguas

freáticas de 53 a 36 metros, lo que a su vez causó graves problemas con el

suministro de agua potable. Las consecuencias para la salud de la población

también han sido muy graves. La región registra la tasa de mortalidad infantil

más alta de toda la antigua URSS.

La bronquitis crónica ha aumentado un 3000% y la artritis un 6000%.

En la región uzbeka de Karakalpakstán las mujeres padecen una pandemia

de anemia y el 97% presentan niveles de hemoglobina inferiores a los 110

gramos por litro de sangre que fija la OMS. Los expertos señalan que ello se

debe al consumo de agua estancada que contiene zinc y magnesio. En la

misma zona de Uzbekistán, de 1981 a 1987, el cáncer de hígado ha

aumentado un 200%, el de garganta un 25% y la mortalidad infantil un 20%.

Asimismo, los casos de hepatitis, enfermedades respiratorias, de los ojos e

infecciones intestinales en la región son siete veces superiores que en 1960.

Todo esto se desencadenó en un periodo de tiempo relativamente

breve y lo más dramático de todo es que ocurrió con un desconocimiento

internacional casi absoluto. En 2003, unas imágenes por satélite de la NASA

mostraron la verdadera envergadura del desastre y lo que muchos científicos


ya habían anunciado. Ahora la opinión mundial se está movilizando y

estamos empezando a conocer la verdadera dimensión actual de este

desastre humano.

En enero de 1994, Kazajstán, Uzbekistán, Turkmenistán, Tayikistán y

Kirguistán firmaron un acuerdo de compromiso asignando el 1% de sus

presupuestos a contribuir a la recuperación del mar. Sin embargo, la

cooperación entre estos países ha sido mínima. Hoy en día, la zona norte del

Mar de Aral se está recuperando ligeramente, gracias al dique Kokaral que

construyó el gobierno kazajo para retener el agua que normalmente fluiría

hacia el mar en territorio uzbeko.

Actualmente hay varios proyectos previstos, de costes y eficiencia

inciertos, y por el momento las acciones que realmente se están llevando a

cabo se dedican a ayudar a la población afectada, ya que muchas ONG han

iniciado en la zona campañas coordinadas respetuosamente. Uno de los

aspectos más interesantes de los posibles procesos de recuperación es que

es necesario que los antiguos países soviéticos denuncien los errores que

cometieron y revelen el profundo impacto psicosocial de un desastre que se

produjo en apenas el tiempo de un relevo generacional .


¿QUÉ LECCIONES ECOLÓGICAS Y ECONÓMICAS PODEMOS

EXTRAER DE LA TRAGEDIA DEL MAR DE ARAL?

Se han propuesto diferentes soluciones a los problemas ocasionados por

la pérdida de agua del mar de Aral, en diversos grados de viabilidad y coste

económico. Entre estas se incluyen:

 Mejora de la calidad de los canales de irrigación.

 Instalación de plantas de desalinización.

 Imposición de tasas a los campesinos por el uso del agua de los ríos.

 Introducción de especies de algodón alternativas, cuyo cultivo requiera

menor cantidad de agua.

 Buscar a voluntarios para labores de limpieza y recuperación.

 Trasvase de agua de los glaciares de Siberia para reemplazar el agua

perdida en el Aral.

 Utilización de menos productos químicos en el proceso del algodón.

En enero de 1994, los países de Kazajistán, Uzbekistán,

Turkmenistán, Tayikistán y Kirguistán firmaron un acuerdo por el que se

comprometían a destinar un 1% de sus presupuestos a contribuir a la


recuperación del mar. Sin embargo, la cooperación entre estos países ha

sido mínima.

Actualmente, la porción norte del mar de Aral se está recuperando,

debido al dique Kokaral que el gobierno de Kazajistán construyó para impedir

que las aguas fluyeran hacia el lado izquierdo del mar. En agosto de 2008 se

creó la primera ONG ecologista uzbeca, el Movimiento Ecologista de

Uzbekistán, que pretende, entre otros objetivos, recuperar el mar de Ara

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