Está en la página 1de 6

Francisco de Rioja a Don Gaspar de Guzmán, Conde de Olivares.

En la fortuna que han corrido los versos de Fernando de Herrera, los ha valido solamente el
favor de Vuestra Señoría, para que no se pierdan en el descuido o en el desprecio de los
demás, que esta suerte tuvieron casi siempre, como si no mereciera el lugar que han alcanzado
los mejores, pero los días que saben borrar las envidias, y mostrar con nueva fuerza la verdad
de las cosas, darán a estas obras la gloria que se les debe. Cameleon en el Libro que hizo del
deleite, refiere de Esquilo, que, siendo vencido injustamente, decía, que dedicaba sus
tragedias al tiempo, como quien sabía que suele traer siempre la honra que se merece, y a la
verdad, en el desengaño y conocimiento de los prudentes, poco debe maravillar la sinrazón
de los que califican los escritos de más, que como dice Laberio:

Non possunt primi esse omnes omni in tempore.Summum ad gradum quum claritatis
veneris,Consistes œgre; at citius quam ascendas, decides.Cecidi ego; cadet qui sequitur; laus
est publica.

Ni todos pueden ser siempre los primeros, ni alabanza es particular, sino pública: así tienen
lugar en ella muchos, y más veces los que menos la merecen: a causa que la indignación de
la gloria del otro, o la ignorancia envuelta en presunción, no da lugar al conocimiento, y
consiguientemente al juicio que se debiera hacer de las cosas.

Los versos de Fernando de Herrera han padecido grandes injurias aun de los más amigos;
pero con cuánta razón juzgará Vuestra Señoría, de la noticia que le diere de sus estudios, y
diligencia con que escribió. Supo Fernando de Herrera la Filosofía muy bien; estudió las
Matemáticas, la Geografía antigua, y moderna exactamente. Y así, en las partes que habla de
ella es con fundamento y autoridad. Tendrá alguna ignorancia, haber llamado Indo al que
bebe el Nilo, cuando dice en la Elegía a Don Pedro de Zuñiga:

Do el Indo beve el Nilo, i se colora,

Será con mas estima venerado.

Y es imitación de Virgilio en el de las Georgicas, que dijo:

Quae pharetrarae vicinia Persidis urget,

Et viridem Aegyptum nigra foecundat arena,

Et diversa ruenseptem discurrit in ora


Francisco de Rioja a Don Gaspar de Guzmán, Conde de Olivares.

Usque coloratis amnis devexus ab indis.

Y no solo el, sino algunos de los escritores antiguos como nota Josefo Escalígero en Manilio
de manera, que en esta parte nadie hallará en sus versos que poder culpar; antes que admirar,
así en la verdad con que refiere las cosas, como en los ornatos Poéticos con que las vicie.
Supo la lengua latina muy bien, e hizo en ella muchos Epigramas llenos de arte, y de
pensamientos y modos de hablar, escogidos en los más ilustres escritos antiguos. De la lengua
griega dicen que tuvo más que mediana noticia; y por lo menos los libros que dejó de ella
(que ni fueron pocos ni ordinarios) se ve notados, así como los latinos. En las lenguas
vulgares, leyó los mejores autores, que también las estudió con cuidado: y todo en orden al
convencimiento del habla castellana, en que leyó, con gran diligencia y observación, los
escritores antiguos y modernos, para que le sirviesen cuando escribía. Fue lo que escribió en
prosa de lo mejor que ni en nuestra lengua: el Tomas Moro, la batalla naval de Lepanto, y las
notas a Garcilaso. También trabajó una historia general de España, hasta la edad del
Emperador Carlos Quinto, que tuvo acabada los años de mil quinientos y noventa: y volvió
a escribir la misma batalla naval con más cuidado que antes (diligencia que hizo también en
sus versos) por haber sido aquella Relación trabajo de pocas horas. Y estas dos obras, o se
han perdido o guardado, por ventura para honrar otro nombre. Los Versos que hizo en lengua
Castellana, son cultos, llenos de luces y colores poéticos, tienen nervios y fuerza, y esto no
sin venustidad y hermosura, ni carecen de afectos, como dicen algunos, antes tienen muchos
y generosos, sino que se esconden y pierden a la vista entre los ornatos poéticos; cosa que
sucede a los que levantan el estilo de la humildad ordinaria. Los sentimientos del ánimo
afectuosos, cuanto más sencillas y propias, solo porque se descubran a los ojos, y vieran en
el ánimo con su viveza. En fin, ellos se han de ofrecer, no se han de buscar entre las palabras.
Quien víciese un cuerpo apuesto y gentil, o feo en el arte, o en la naturaleza, con demasiado
ornato, no haría otra cosa que oscurecer y ocultar la hermosura de sus partes. No es muy fuera
de este propósito lo que dice Anacreonte a un pintor, a quien pedía le retratase su dama:

Adultimum, nitente

Illa induator ostro;

Pateattamen mihi pars


Francisco de Rioja a Don Gaspar de Guzmán, Conde de Olivares.

Cutis pusilla, totum

Qua, corpus arguatur

De manera, que las cosas cuanto mayores, menos fe han de ocultar con los modos y figuras.
La grandeza se debe reservar solamente para lo humilde, porque tenga vida, y se levante la
estimación. Ilustremente dijo esto Aristóteles en la poética; cuya sentencia diré con palabras
españolas, (Si permitiere la grandeza Griega bajar a nuestra humildad,)

En la elocución se debe trabajar, mayormente en las partes ociosas en la sentencia,


no empero, en las costumbres y pensamiento, porque el demasiado esplendor de las
voces, oculta las costumbres y los pensamientos.

Con esto es dicho a Vuestra Señoría la causa de que los versos de Fernando de Herrera no
parezcan, a los ojos de muchos, afectuosos; que es no verse los afectos tan desnudos como
en Ausias Marc, y en Boscán: pero algo se debe conceder a quien ilustró tanto y engrandeció
las Musas Castellanas: que verdaderamente fue el primero que dio a nuestros números, en el
lenguaje, arte, y grandeza. También hay quien diga; que no se ven en sus escritos imitaciones
de los antiguos, y esto a la verdad no merece respuesta: porque tuviere alguna lección,
siempre se encontrará en sus obras con lugares o traducidos o imitados, y alguna vez
aventajándose a los que imitó. Para prueba de esta verdad pondré este Epigrama de Quinto
Catulo:

Constiteram, exorientem Auroram forte salutas;

Quom fubito, a laeva, Roscuis exoritur:

Pace mihi liceae, coelestes, dicere vestra;

Mortalis, visust pulchrior ese DEO.

Cuya sentencia trató así en el Soneto 52. Del libro segundo.

Cuando sale mi Luz i en Oriente

Desmaya el puro ardor, o vos d’el Cielo

Vagas lumbres, si tanto se consiente,


Francisco de Rioja a Don Gaspar de Guzmán, Conde de Olivares.

Digo con vuestra paz; qu’en mortal velo,

Mas que vos, bella apareció i fulgente

Mi Luz; qu’onora el rico Esperio suelo.

Pues el Epigrama de Platon, cuyo principio es:

O utniam Coelum fierem cum Sidera cernis,

Mi Stella, ut multis in te oculis tuerer.

Como lo imita en el Soneto,

O fuera yo el Olimpo, que con vuelo?

Y en la Elegía que comienza,

A la pequeña luz d’el breve dia?

Muchas cosas pasó de las más ilustres de los Autores Latinos y griegos a nuestra lengua,
enriqueciéndola dichosamente. Esparció en sus versos algunas palabras antiguas, o por el
sonido, o por la significación, o por dar, artificio, antigüedad a la oración; cosa que hicieron
los ilustres Poetas, y Escritores de no vulgar sabor en las Letras. También redujo otras voces
a su entereza, que la licencia, o la ignorancia popular, había cortado y disminuido. Fue
diligentísimo en los números, cuidando siempre con arte, que ayudasen a significar las cosas
que trataba; así como lo hizo Virgilio.

Pero algunos por no entender este secreto, dicen que tiene faltos de sílabas los Versos.
Virgilio dijo:

Ter funt conati inponente Pelio Offam.

Que, para denotar la dificultad del caso, no hizo sinalefa. Y usó esto algunas veces Fernando
de Herrera en el Soneto 58. Del Libro Tercero.

Húyo i vó alexandome, mas cuánto.

Y en el Soneto 60.

D’el golpe i de la carga mal tratado,


Francisco de Rioja a Don Gaspar de Guzmán, Conde de Olivares.

Mé alzo apena, i a mi antigua guerra.

Ninguna cosa hay en este Autor que no sea cuidado y estudio, aun en la trasposición de las
palabras, de que usa tal vez: siendo así, que se oscurece la oración. Pero lo que fuera culpable
no habiendo cansa para hacerlo, cuando se hace con ella es digno de toda admiración. Por
esto, es maravilloso aquel Verso del quinto de la Eneida:

Sternitur, exanimisq, tremes procubit humi, bos.

Y otros muchos que no refiero, en los cuales, por la significación, quiso que sirviesen los
números a la sentencia. Nuestro Autor hizo lo mismo en la Gigantomaquia.

Un profundo murmurio lexos suena,

Quél hondo Ponto, en torno, todo atruena.

Nada de lo que escribió deja de ser muy lleno de arte, pero nunca la ejecutó con tan poca
prudencia, que no la ocultase destreza, En las Canciones es comparable a todos los mayores
Poetas de España y de Italia. En las Elegías a cuantos las han escrito: y ojalá vivieran las de
Calimaco y Filetas, que por ventura pudiera competir con ello. Porque ni lo que existe de los
tres Libros elegiacos que hizo Hermesianacte Colofonio, en gracia de su dama Leoncio: ni lo
que hay de Teognis y Solón: ni los fragmentos de Tirteo, de Mimnermo, y de Alejandro
Etolo, son tales que puedan quitar la gloria a estas Elegías. Sin duda no solo pueden parecer
bien almlado de las de Propercio, Tibulo, y Albinovano, pero aun aventajárseles tal vez. Y
hombre, cuya noticia fue tan grande, cuya lección tanta y variada está hoy, como vemos, sin
nombre y estimación. Sus obras se perdieron; y estos versos, de los muchos que hizo, ha
podido librar, con increíble trabajo y diligencia, Francisco Pacheco, a quien se debe la gloria
de que salgan a luz, y deberá España la memoria de los Varones ilustres que ha tenido.
Perdiose la batalla de los Gigantes en Flegra, el Robo de Prosérpina, el Amadis. Pero los
amores que escribió de Laufino y Corona, y muchas Eglogas, y Versos Castellanos, que han
podido vivir, por ventura se estamparán con brevedad: De la persona que celebra, solo podré
decir a Vuestra señoría, que fue una señora muy principal de estos Reinos, a quien llama unas
veces, Luz, Estrella, Lumbre, Lucero, y Sirena, otras Aglaia, que quiere decir Esplendor, y
Eliodora, que es lo mismo que dones del Sol. En la pureza de afectos, y virtud con que la
celebró no será necesario hablar, así por lo que se sabe de este caso, como por lo que él dice
Francisco de Rioja a Don Gaspar de Guzmán, Conde de Olivares.

varias veces en sus obras, de su amor, que unas veces lo llama honesto y santo, y otras divino
y santo.

De las partes de Fernando de Herrera he dicho a Vuestra Señoría brevemente lo que he


sabido. Holgará, como lo ha sido en hallar el favor de Vuestra Señoría; cuya vida guarde
DIOS muchos años, para aliento y favor de los Estudiosos.

También podría gustarte