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CUADERNILLO DE INSTRUCCIÓN
DE 1º GRADO
LOGIA OBREROS DEL EGREGOR Nº 515

Índice

Introducción
7 Reglas de Oro del Mason
Declaración de Principios
Catecismo del Primer Grado
La Cámara de Reflexión
La Iniciación Masónica
Los Viajes del Aprendiz
El Viaje del Aprendiz
Toque a las puertas del Templo
Marcha, Saludo, Signo, el Toque, Palabra Sagrada y Batería de Grado
El Mandil Masonico
El Templo
Los Oficiales de la logia
Trazado de primer grado – Cuadro de dibujo
El Ara - Las tres grandes luces
El Piso de Mosaico – Mosaico Blanco y Negro
 


 
La Dualidad
Herramientas del Aprendiz
La Regla de 24 Pulgadas
El Mazo el Cincel, el Nivel, la Plomada, La Escuadra y el Compas
Unidad – Dualidad – Trinidad
Los Tres Puntos
La Importancia del numero tres
El numero tres triada y Trilogía Masónica
El Triangulo
Las Virtudes Cardinales – Tolerancia
La Piedra Bruta – El Aprendiz
El Trabajo del Aprendiz
La cadena de Unión
El Encendido de las Velas
Egregor o Egregora Masónica
Preguntas Orientativa
Introducción

La Masonería tiene por objeto la formación de hombres verdaderamente libres, toda


imposición (de cualquier naturaleza) no podrá considerarse como base de su disciplina;
ahora a esta libertad hay que disciplinarla, sabiendo que quienes aspiren a labrar su piedra,
primero deberá ordenarse.

La intención de este cuadernillo no es la de una información doctrinaria, simplemente debe


ser un elemento disparador para entender que La masonería debe ser libremente entendida
e individualmente realizada, no quedándonos simplemente con el ingreso a ella, sino que la
misma debe ingresar en nosotros.
La mente humana percibe con mayor facilidad el pensamiento cuando se presenta el
concepto ideológico en una forma simbólica y gráfica, pues siempre procede de lo visible a
lo invisible, de lo objetivo a lo subjetivo, de lo exotérico a lo esotérico y usamos de la
metáfora para ir con mayor facilidad de lo conocido a lo desconocido. Esto le da al símbolo
masónico permanente vigencia; cierto es que hay símbolos subjetivos de difícil
interpretación, pero al llevar a la práctica la enseñanza de la Orden, tales símbolos aportan
a nuestra mente un tesoro de comprensión.

Debemos tomar los fundamentos que nos brinda la masoneria como netamente
espirituales, traspasando los simples principios expresados en palabras aplicándolos a
nuestro mundo profano, no imponiendo una creencias, sino probar y comprobar la
efectividad de sus enseñanzas.
 


 

Solo de esta manera QQHH la Masonería nos liberara, guiara e iluminara nuestro camino en
busca de la verdad.

7 Reglas de Oro del Masón

1.- No hagas algo en un sitio, que por consideraciones morales, no puedas hacerlo en todas
partes.
2.- No digas algo a alguien que por el más insignificante motivo no puedas decirlo a todo el
mundo.
3.- Haz todo lo Posible por evitar antagonismos, salvo cuando peligren los verdaderos
principios de la Orden y aún así, deberás siempre observar el debido respeto a las
opiniones y sentimientos de los demás.
4.- No importa lo que te suceda, esfuérzate por tratar a los demás donde quiera que te
encuentres como si nada desagradable te hubiere ocurrido.
5.- Sé parco en exigir explicaciones o satisfacciones, cuando se te haya ofendido, pero
debes estar siempre presto a ofrecerlas aún cuando involuntariamente hayas podido
levemente ofender a alguien.
6.- Cuando tengas dudas de la buena o mala intención que pudiera haber motivado
cualquier acto que te afecte, siempre debes darle a la buena intención el beneficio de la
duda.
7.- Nunca ofendas intencionalmente a nadie por considerar que se te ha ofendido.

Declaración de Principios

La Masonería es una Institución esencialmente filosófica, filantrópica y progresista.

Son sus principios: La Libertad, la Igualdad y la Fraternidad

y su Lema: Ciencia, Justicia y Trabajo.

Se propone la investigación de la verdad, la perfección del Individuo y el progreso de la


Humanidad.

Considera que la moral es tanto un arte racional, como un fenómeno evolutivo propio de la
vida colectiva, que obedece a leyes naturales. Reconoce al Gran Arquitecto del Universo
como símbolo de las supremas aspiraciones e inquietudes de los hombres, que anhelan
 


 
captar la esencia, el principio y la causa de todas las cosas. Para el esclarecimiento de la
verdad, no reconoce otro límite que el de la razón humana basada en la ciencia. Exige de
sus adeptos la más amplia tolerancia y por ello respeta las opiniones políticas y las
creencias religiosas de todos los hombres. Reconoce que todas las comuniones religiosas y
políticas merecen igual respeto y rechaza toda pretensión de otorgar situaciones de
privilegio a ninguna de ellas en particular.

La Francmasonería, Institución esencialmente humana, trabaja sin tregua por el logro de


sus fines, buscando una más armónica estructuración de la vida sobre bases de amor y de
justicia social.
Viene actuando, por ello, desde el fondo de los tiempos, como el tenso resorte que acelera
la evolución teniendo en cada etapa de la historia una finalidad determinada de acuerdo con
las necesidades y aspiraciones del medio en que se desarrolla.

Flecha de un anhelo proyectado al porvenir, sus esfuerzos del pasado han contribuido a los
progresos que goza del presente. Aspira por la evolución y el esfuerzo organizado de la
sociedad al perfeccionamiento cada vez mayor de las instituciones sociales,
transformándolas en otras que satisfagan, dentro de un régimen de libertad, justos anhelos
de mejoramiento.
Procura por todos los medios lícitos a su alcance, dignificar al hombre capacitándolo, en la
búsqueda por un desarrollo superior de la conciencia, para el mejor y más amplio uso de
sus derechos y libertades.

Condena la intolerancia, abomina el fanatismo y declara su repudio por los regímenes de


fuerza y de violencia como contrarios a la razón y denigrantes para la especie.
Reconoce en la fraternidad como la condición primordial del género humano; es
substantivamente pacifista y considera que la guerra es un crimen horrendo.
Estima que el trabajo es un deber esencial del hombre, y como tal le dignifica y le honra,
sin establecer distingos ni categorías, pero juzga que el descanso es un derecho y se
esfuerza porque la vejez, la invalidez, la infancia y la maternidad gocen de los beneficios
del amparo que son acreedores. La Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados
Masones es soberana e independiente de todo otro cuerpo; pero podrá celebrar pactos y
convenios con otros cuerpos masónicos regulares del mundo y reservar para sí el derecho
exclusivo de legislar sobre el simbolismo de toda su jurisdicción dentro de los usos,
costumbres y ceremonias trasmitidos desde la antigüedad.

Catecismo del Primer Grado

Pregunta: ¿De donde venís?


Respuesta: De una Log:.. De San Juan


 

Pregunta: ¿Hacia donde vais?


Respuesta: Hacia el Or.

Pregunta: ¿Qué buscáis allí?


Respuesta: La luz

Pregunta: ¿Qué venís a hacer aquí?


Respuesta: Vencer mis pasiones, dominar mi voluntad y hacer nuevos progresos en la
F:.M:.
Pregunta: ¿Cuál es el lazo que nos une?
Respuesta: La francmasonería

Pregunta: ¿Qué es la francmasonería?


Respuesta: Es una alianza universal de hombres ilustrados unidos para trabajar en común
por el perfeccionamiento intelectual y moral de la humanidad

Pregunta: ¿Es una religión?


Respuesta: No le es en sentido estrecho de la palabra; pero, mejor que ninguna otra
institución, tiene por objeto unir a los hombres entre sí (religare – unir). Por esto es una
religión en el sentido más amplio del término

Pregunta: ¿Es Ud. Masón?


Respuesta: Mis hermanos me reconocen como tal.

Pregunta: ¿por qué contesta así?


Respuesta: Porque un aprendiz masón debe desconfiar de sí mismo y temer formarse un
juicio antes de haber acudido a las luces de sus Hermanos

Pregunta: ¿Qué es un masón?


Respuesta: Es un hombre libre y de buenas costumbres, igualmente amigo del rico que el
pobre si son virtuosos.

Pregunta: ¿Qué significa para usted nacido libre?


Respuesta: El hombre nacido libre es aquel que, después de morir para los prejuicios del
vulgo, se ha visto renacer a la vida nueva que le confiere la iniciación.


 
Pregunta: ¿Por qué dice Ud. Que el masón es igualmente amigo del rico que del pobre si
son virtuosos?
Respuesta: Para indicar que el valor debe apreciarse en razón de las cualidades morales. La
estima no debe medirse sino en razón de la constancia y la energía que el hombre aporte a
la realización del bien?

Pregunta: ¿Cuáles son los deberes del masón?


Respuesta: Clavar sepulcros a los vicios y practicar la virtud

Pregunta: ¿Cómo debe el masón practicar la virtud?


Respuesta: Prefiriendo a todas las cosas la justicia y la verdad

Pregunta: ¿Dónde fue recibido Ud. De masón?


Respuesta: En una logia justa, perfecta y regular

Pregunta: ¿Qué es necesario para que una logia sea justa, perfecta y regular?
Respuesta: Tres la dirigen, cinco la iluminan, siete la hacen justa y perfecta.

Pregunta: Explique su respuesta


Respuesta: Los Tres son el Venerable Maestro y los dos Vigilantes; estos oficiales con el
Orador y el Secretario son las cinco luces de la Logia. Pero es preciso que se reúnan a lo
menos siete miembros de una Logia para poder proceder a efectuar iniciaciones regulares.
De estos siete, tres al menos deben ser maestros y dos compañeros. Tres masones, de los
cuales al menos uno es Maestro, constituyen una logia simple, apta para deliberar. La
reunión de cinco masones de lo que, al menos tres son maestros y uno es compañero ,
forman una Logia Justa. Por fin, la Logia Perfecta compuesta, como se ha dicho, de siete
miembros, es la única que posee la plenitud de la soberanía masónica.

Pregunta: ¿Cuándo fuiste iniciado?


Respuesta: Cuando el Sol estaba en su meridiano

Pregunta: ¿Desde cuando es Ud. Masón?


Respuesta: Desde que recibí la luz

Pregunta: ¿Qué significa esa respuesta?


Respuesta: Que no nos tornamos realmente masones sino desde el día en que nuestro
espíritu se ha abierto a la inteligencia de los miembros masónicos?


 
Pregunta: ¿En que lo reconoceré cómo masón?
Respuesta: En mis signos, palabras y toques

Pregunta: ¿Cómo interpreta esta respuesta?


Respuesta: Un masón se conoce en su manera de actuar siempre equitativa y franca
(signos), en su lenguaje leal y sincero (palabras), y en la solicitud fraternal que manifiesta
por todos aquellos a los que está unido por los lazos de la solidaridad (apretamiento de la
mano y toques)

Pregunta: ¿Cómo hacen los signos los masones?


Respuesta: Por escuadra, nivel y perpendicular

Pregunta: Explique la respuesta


Respuesta: El masón en sus actos debe inspirarse en ideas de justicia y de equidad
(Escuadra), debe tender a la nivelación de las desigualdades arbitrarias (Nivel) y contribuir
por fin a elevar sin cesar el nivel social (Perpendicular)

Pregunta: Deme el signo por favor


Respuesta: se lo da

Pregunta: ¿Qué significa esto?


Respuesta: Que preferiré que se me corte la garganta antes que revelar los secretos que
me han sido confiados.

Pregunta: ¿No tiene este signo otra significación?


Respuesta: La mano derecha puesta en escuadra sobre la garganta parece contener el
hervidero de las pasiones que se agitan en el pecho, preservando así a la cabeza de toda
exaltación febril, susceptible de comprometer nuestra lucidez de espíritu. El signo de
Aprendiz significa a este respecto. Estoy en posesión de mí mismo y me afano en juzgarlo
todo con imparcialidad.

Pregunta: ¿Qué demanda este signo?


Respuesta: Una palabra

Pregunta: Dadme la palabra sagrada


Respuesta: No sé leerla ni escribirla, solo puedo deletrearla, dame la primera letra y yo le
diré la segunda. Se ejecuta


 
Pregunta: ¿Qué significa esta palabra?
Respuesta: Fuerza. Es el nombre de una de las columnas de bronce erigida a la entrada del
templo de Salomón. Los Aprendices recibían su salario junto a ella.

Pregunta: ¿Por qué dice Ud. No sé leerla ni escribirla?’A que se refiere su ignorancia?
Respuesta: Al lenguaje emblemático empleado por la francmasonería. Su sentido no se
discierne sino progresivamente y el Iniciado, al principio de su carrera, deletrea con
dificultad lo que, mas tarde, será para él algo de lectura corriente.

Pregunta: ¿Qué os indica la manera de deletrear la palabra sagrada?


Respuesta: El método de enseñanza de la francmasonería que solicita los esfuerzos
intelectuales de cada uno, evitando en absoluto inculcar dogmas. Se pone al neófito en el
camino de la Verdad, dándole simbólicamente la primera letra de la palabra sagrada; debe
él encontrar por si mismo la segunda, después la tercera, a fin de que complete la cuarta.

Pregunta: ¿Qué se llama salario en masonería?


Respuesta: Es la recompensa del trabajo, el resultado que produce para el obrero.

Pregunta: ¿En qué se traduce el salario de los masones?


Respuesta: En un perfeccionamiento gradual de sí mismo.

Pregunta: ¿Por qué los aprendices reciben su salario cerca de la columna B?


Respuesta: Porque ella simboliza el foco del que irradia la actividad humana.

Pregunta: ¿Cuál es este foco?


Respuesta: Es el centro consciente al que se relaciona en el individuo la concepción del
¨yo¨. El Aprendiz Masón debe absorberse a sí mismo, replegarse sobre la fuente inicial de
su pensamiento, a fin de buscar en la razón pura el punto de partida de sus conocimientos.
Por esto al principio de su iniciación está encerrado en el seno de la tierra, donde, entrando
en sí mismo, debe descender hasta las profundidades del pozo en que se encuentra oculta
la verdad.

Pregunta: ¿Cuál es la forma de vuestra Logia?


Respuesta: Un rectángulo

Pregunta: ¿Cuál es el sentido de su largo?


Respuesta: De Oriente a Occidente


 
Pregunta: ¿Y de su ancho?
Respuesta: De Sur a Norte.

Pregunta: ¿Y de su alto?
Respuesta: De Zenit a Nadir

Pregunta: ¿Qué quieren decir estas dimensiones?


Respuesta: Que la francmasonería es Universal

Pregunta: ¿Por qué vuestra Logia esta situada de Oriente a Occidente?


Respuesta: Esta ¨Orientada¨, como todos los antiguos edificios sagrados, para recordar
que la Masonería señala a sus adeptos la dirección de donde viene la Luz. Corresponde a
los masones alistarse en la vía trazada a fin de marchar por sí mismos a la conquista de la
verdad. Es de notar que las Catedrales construidas por los masones en la Edad Media
siempre tenían su eje mayor paralelo al ecuador terrestre.

Pregunta: ¿Qué entiende usted por la palabra Logia?


Respuesta: Es el lugar secreto que sirve de abrigo a los masones para cubrir sus trabajos.

Pregunta: ¿Por qué deben desarrollarse a cubierto los trabajos masónicos?


Respuesta: Porque las fuerza destinadas a desplegarse útilmente afuera, deben
concentrarse, primero sobre si mismas, a fin de que después de ser maduradas por la
comprensión puedan adquirir el súmmum de energía expansiva.

Pregunta: ¿A qué puede compararse una Logia regularmente cubierta?


Respuesta: A la célula orgánica y más especialmente al huevo que contiene un ser en
potencia de realizarse. Todo cerebro pensante representa, además un taller cerrado: es una
asamblea deliberante, al abrigo de la agitación exterior.

Pregunta: ¿Qué dice Ud. Cuando los trabajos no están a cubierto?


Respuesta: Llueve

Pregunta: ¿Qué sostiene a vuestra Logia?


Respuesta: Tres grandes pilares que se llaman Sabiduría, Fuerza y Belleza y que están
simbólicamente representados por el V:.M:. y los Vvig:.


 
Pregunta: ¿Cómo pueden estos pilares alegóricos sostener vuestra Log:., es decir, presidir
el trabajo constructivo de los masones?
Respuesta: La Sabiduría inventa, la Fuerza ejecuta, y la Belleza adorna

Pregunta: ¿Por qué os habéis hecho recibir francmasón?


Respuesta: Porque estaba en las tinieblas y he deseado la luz

Pregunta: Explique su respuesta


Respuesta: La sociedad en medio de la cual vivimos sólo está medio civilizada. Las
verdades esenciales están todavía rodeadas de espesas sombras, las vencen la ignorancia y
los prejuicios, la fuerza prima sobre el derecho. La mayor parte de las verdades y luces se
encuentran mejor en Templos masónicos, consagrados al trabajo y al estudio por hombres
probados y escogidos.

Pregunta: ¿Cómo estaba Ud. Cuando procedió a su iniciación?


Respuesta: Ni desnudo ni vestido, en un estado decente y desprovisto de todos los metales.

Pregunta: ¿Por qué en ese estado?


Respuesta: Despojado de parte de mis vestidos para recordar que la virtud no necesita
adornos. El corazón al descubierto en señal de sinceridad y franqueza. La rodilla derecha
desnuda para marcar los sentimientos de humildad en la búsqueda de la verdad. El pie
izquierdo descalzo, imitando una costumbre oriental y por respeto al lugar, que es Santo,
porque se busca la Verdad. Desprovisto de todos los metales, como prueba de desinterés
para aprender a privarme sin pensar de todo lo que pueda perturbar nuestro
perfeccionamiento.

Pregunta: ¿Cómo fue introducido a la Log:.?


Respuesta: Golpeando tres veces

Pregunta: ¿Qué significa esto?


Respuesta: Pedid y se os dará (la Luz), Buscad y encontrareis (la Verdad), golpead y se os
abrirá (las puertas del templo)

Pregunta: ¿Qué os ocurrió después de vuestra introducción al Templo?


Respuesta: Después de sufrir diversas pruebas y de obtener el acuerdo de mis HH:., el
maestro de la Log:. Me recibió francmasón

Pregunta: ¿Qué pruebas son estas y que significan?

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Respuesta: Consisten en tres viajes simbólicos, destinados a enseñarme el camino que
conduce a la Verdad.

Pregunta: ¿Qué hizo Ud. Después de sufrir las pruebas?


Respuesta: Prometí guardar secreto de la Orden y actuar en todas circunstancias como
buen y leal masón.

Pregunta: ¿En qué consisten los secretos de la Orden?


Respuesta: En el conocimiento de verdades abstractas, cuya traducción sensible es el
simbolismo masónico.

Pregunta: ¿Qué noto al entrar en la Log:.?


Respuesta: Nada que el espíritu humano pueda comprender; un espeso velo me cubría los
ojos.

Pregunta: Explique su respuesta


Respuesta: No es suficiente poner al hombre en presencia de la verdad para que le sea
inteligible. La Luz no ilumina el espíritu humano sino cuando nada se opone a su
irradiación. Mientras nos ciegan la ilusión y los prejuicios, reina en nosotros la oscuridad y
nos hace insensibles al esplendor de la verdad.

Pregunta: ¿Qué vio al recibir la Luz?


Respuesta: Al Sol, la Luna y al Maestro de la Log:.

Pregunta: ¿Qué relación simbólica hay entre estos astros y el Maestro de la Log:.?
Respuesta: El Sol representa la Razón que ilumina las inteligencias; la Luna, la imaginación
que reviste las ideas de una forma apropiada y el Maestro de la Log:. Simboliza el principio
consciente que se ilumina bajo la doble influencia del razonamiento (Sol) y de la
imaginación (Luna)

Pregunta: ¿Dónde se coloca el Maestro de la Log:.?


Respuesta: Al Oriente

Pregunta: ¿Por qué?


Respuesta: Cómo el Sol que aparece en el Oriente para abrir la carrera del día, así el
maestro se sitúa en el Oriente para abrir la Log:. Y poner los obreros al trabajo.

Pregunta: ¿Dónde se colocan los Vvig:.?


 

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Respuesta: Al occidente, para ayudar al Maestro de la Log:. En sus trabajos, pagar los
obreros y despedirlos contentos.

Pregunta: ¿Qué significa el Occidente en relación al Oriente?


Respuesta: El Oriente señala la dirección de donde proviene la luz y el Occidente, la región
sobre la cual se detiene. El Occidente representa al mundo visible que impresiona los
sentidos y, de manera general, todo lo concreto. El Oriente, por el contrario, representa el
mundo inteligible que sólo revela al espíritu: en otros términos, todo lo que es abstracto.

Pregunta: ¿Dónde se colocan los Aprendices?


Respuesta: Al septentrión, que representa la región menos iluminada, porque todavía no
han recibido una instrucción masónica elemental, y por consiguiente, no están en estado de
soportar una luz muy fuerte.

Pregunta: ¿A qué horas abren y cierran los masones sus trabajos?


Respuesta: Los trabajos se abren al mediodía y se cierran a la medianoche.

Pregunta: Pero las Llog:. Trabajan de noche. Explicad.


Respuesta: Indican que el hombre alcanza la mitad de su carrera, la mitad de su vida,
antes de poder ser útil a sus semejantes, pero que, desde este momento, hasta su última
hora, debe trabajar sin descanso por la felicidad común.

Pregunta: ¿Qué enseña esa costumbre de informarse de la hora antes de principiar?


Respuesta: La acción no es útil sino cuando es adecuada. Las conquistas del progreso no
se cumplen sino cuando llega su debido tiempo. Mostrándose muy impaciente se corre el
riesgo de abortar lo que está en vías de preparación. Es preciso saber esperar el momento
psicológico: actuar muy pronto o muy tarde, acarrea el fracaso.

Pregunta: ¿Qué edad tiene Ud.?


Respuesta: tres años

Pregunta: ¿Qué significa esa respuesta?


Respuesta: Informarse de la edad masónica de un H:. Es preguntarle su grado. El Ap:.
Mas:. Tiene tres años porque debe ser iniciado en los misterios de los tres primeros
números.

Pregunta: ¿Cuáles son esos misterios?

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Respuesta: son las consecuencias lógicas que se deducen de las propiedades intrínsecas de
los números. La razón se basa sobre estas nociones abstractas cuando se aplica a resolver
el problema de la existencia de las cosas.

Pregunta: ¿Qué ha aprendido del número Uno?


Respuesta: Qué todo es uno, puesto que nada podría existir fuera de un todo.

Pregunta: ¿Cómo formula Ud. Los principios que le revela el número dos?
Respuesta: La inteligencia humana asigna artificialmente limitaciones a lo que es Uno y sus
límites. La Unidad se encuentra de esta manera encerrada entre dos extremos, que no son
sino simples abstracciones, a las que las palabras sólo prestan una falsa apariencia de
realidad.

Pregunta: ¿qué deduce Ud. De eso?


Respuesta: Que el ser, la realidad o la verdad, tiene por símbolo el número tres.

Pregunta: ¿por qué?


Respuesta: Porque el ser, o ¨aquello que és¨, nos aparece como un tercer término, término
medio, en el que se concilian los extremos opuestos.

Pregunta: ¿En qué trabajan los aprendices?


Respuesta: En desbastar la piedra bruta, a fin de despojarla de sus asperezas y de
acercarla mas a la forma que esté en relación con su destino.

Pregunta: ¿Cuál es esta piedra bruta?


Respuesta: Es el grosero producto de la naturaleza que el arte debe pulir y transformar.

Pregunta: ¿Cuáles son los útiles del Aprendiz?


Respuesta: El mazo, el cincel y la regla de 24 pulgadas.

Pregunta: ¿Qué significan?


Respuesta: El cincel representa el pensamiento determinado, la resolución tomada, el mazo
la voluntad que los pone en ejecución la regla de 24 pulgadas mide el tiempo exacto en que
cada golpe debe ser aplicado, así como mide el tiempo para el trabajo, la meditación y el
descanso.

Pregunta: ¿Qué significa la marcha del Ap:.?

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Respuesta: El celo que debemos mostrar yendo hacia el que nos ilumina.

Pregunta: ¿Tiene Ud. Alguna ambición?


Respuesta: Una sola, aspiro al honor de ser recibido entre los compañeros.

El Cuarto de Reflexiones

Hermes Trismegísto: “buscad un piloto que os encamine hacia las puertas de la GNOSIS,
donde refulge la deslumbradora luz, limpia de tinieblas, donde nadie se embriaga, donde
todos son sobrios y vuelven sus miradas hacia el que quiere ser contemplado, el inaudito,
el inefable, invisible para los ojos de la carne, visible para la inteligencia y el corazón…”
Para mí la Masonería representa es ese piloto, pues encierra en sus símbolos la antigua
sabiduría, sin edad ni tiempo, esa que llamamos la tradición sagrada, la gran tradición
primordial, pero al momento de la iniciación debemos hacernos algunas reflexiones:

¿Quién está preparado para enfrentar cuatro paredes obscuras?, Una pálida vela? Una
calavera? Una serie de símbolos que nos parecen incomprensibles y hasta disociados uno
del otro?

¿Quién está en principio preparado para dejarse guiar, por cuasi desconocidos en un viaje
hacia lo desconocido?

¿Quién en su sano juicio se dejaría guiar con tanta mansedumbre, aprehensión,


expectativas y hasta miedos!, y… sin embargo, con una confianza tal, que nos sorprende no
saber de dónde nos germina?
En definitiva…¿Quién está preparado para encontrarse a sí mismo?

Nadie! Queridos hermanos… Nadie está preparado para la iniciación y de ésta en especial,
para el cuarto o cámara de reflexiones.
En este trabajo QQ:. HH:. que humildemente les presento como aprendiz, voy a referirme
al cuarto o cámara de reflexiones no desde un punto de vista doctrinario. No voy a describir
sus elementos, ni los significados que distintos autores con diferentes puntos de vista le
dan a sus elementos, puesto que, a mi entender, cada candidato definitivamente entiende
lo que tenga que entender en ese momento al estar dentro y contemplar esa Universalidad
de símbolos. Tal y como expresa sabiamente el Magister en su libro del Aprendiz: “La
verdad no sirve y no puede ser recibida por quien no se halla todavía en condición de
entenderla, o prefiere vivir en el error: todo esfuerzo que hagáis para convencerlo se
transmutará en vuestro personal prejuicio” . Es luego de varios días, meses y hasta años,
gracias a un esfuerzo continuado que se asimila completamente su significado verdadero y
el por qué de sus elementos y símbolos. A eso aún no he llegado… Simplemente voy a
 

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tratar de explicar mi experiencia no solamente dentro del cuarto de reflexiones, sino una
vez concluida la iniciación, los días siguientes y aún hoy justo en este momento que escribo
estas líneas.

Todo lo que pude leer, investigar, preguntar o imaginar sobre la iniciación y


particularmente sobre el cuarto de reflexiones no me sirvió de mucho. La primera impresión
al ser descubiertos mis ojos fue de asombro, de incredulidad, de emoción y hasta de
satisfacción al ver que estaba volviéndose realidad mi iniciación en la Masonería. Pasan
raudos tantos pensamientos encontrados y difusos que es casi imposible controlarlos y
hasta una sonrisa se dibujó en mi rostro como signo de alegría. Pensaba en tantas cosas
superficiales en ese momento…que si la experiencia era algo mágica…; que si los hombres
ilustres que han pasado por lo mismo…; que si la calavera era real…; que cómo harían el
cuarto…; que seguía después…; en la meta realizada…; en mis respuestas;… en el
testamento, etc, etc, etc. Puras tonterías… “vanidad de vanidades” como dice el profeta en
Eclesiastés 1:2, sin embargo, al pasar unos minutos, un cambio drástico ocurrió en mis
pensamientos: comencé a verme a mí mismo, a observar cómo me habían despojado de
mis pertenencias, de mis ropas, de mis zapatos, con una soga al cuello, comencé a verme,
desvalido, frágil, miserable, ínfimo, casi como un condenado a muerte y fue entonces que
me asaltó la idea más temible que haya podido experimentar…

Si estuviera muerto justo en este momento…?


Quién fui? Que dejé? Qué aporté a mi familia?
A mis padres? A mis hermanas? A mis hijas? Al mundo?…

Pero más temible fue pensar:


¿Qué hiciste por ti mismo? ¿Hiciste lo suficiente? ¿Diste tu mejor esfuerzo?… Si estuviera
muerto justo en este momento, ¿qué hice con mi vida?
¿La aproveché? ¿viví?
Y fue, queridos hermanos, cuando entendí que estaba de verdad muriendo en ese
momento, que estaba muriendo un YO que nunca había reflexionado seriamente sobre sí
mismo. Un YO superfluo, banal, interesado en muchas cosas materiales que al final no
importan, porque, si la muerte cómo única experiencia segura en la vida del ser humano se
parece al cuarto de reflexiones, resultaría agobiante, desesperante, horripilante, descubrir
que desperdiciamos nuestra vida. Que no dejamos nada que no sea material o superficial,
que no sembramos nada en este mundo, que no hicimos nada que nos diferencie del ciclo
de vida de cualquier otro ser vivo (nacer-vivir-reproducirse-morir).

Es agobiante pensar y reflexionar sobre esto, y es extraordinario sobremanera, que tantos


pensamientos y emociones pasen por nuestra mente en tan poco tiempo. Es esta vivencia a
mi entender ese V.I.T.R.I.O.L. (Visita Interiora Terras Rectificatur Invenies Ocultum
Lapidum) ese rectificando que se busca con el cuarto de reflexiones y es una experiencia

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única y personal, que cada quien debe experimentar y obtener de ella su “piedra personal”
porque quien realmente quiere conocer la más alta verdad, sólo tiene un medio de lograrlo:
el de proporcionarse la prueba de ello por su propia experiencia, por realización espiritual
íntima; algo muy diferente de la pura y simple comprensión… Es la penetración del misterio
mismo… Una vez que obtengamos esa visión, ese V.I.T.R.I.O.L. percibiremos todas las
cosas y situaciones, “transparentes”, ya no desde el mundo de las formas ordinarias que
nos muestran nuestros sentidos humanos, sino que su inteligibilidad vendrá de las
“esencias”.

Esa nueva visión nos abrirá aquella intuición intelectual de la que hablaba el filósofo
Descartes, y a la que concebía como el método de la filosofía, donde la Razón Humana
tiene como misión fundamental el “descubrir el mundo inmanente de las esencias
racionales bajo la capa del mundo aparente de las percepciones sensibles”

Definitivamente, el cuarto de reflexión, es morir por unos instantes, y tras esfuerzos y


luchas en los viajes y pruebas siguientes renacer como un nuevo YO al ver la luz, y
descubrir que nunca abandonaste el recinto al que entraste por tu propia voluntad, a pesar,
de que en mi experiencia personal sentí que hice en realidad un largo y peligroso viaje, del
que salí ya sin miedo y con nuevos ánimos.
Apr:.M:. Carlos Salazar - Log:. Sol de Miranda N° 204 - Los Teques – Mexico

La Iniciación Masónica

¿Qué significado tiene la Iniciación Masónica? La respuesta viene en otra pregunta:


¿qué significado tiene para nosotros?
¿Es solamente formal?
Ella está supuesta a iniciarnos en una nueva experiencia de la vida, o sea, a ponernos en el
camino de esas nuevas experiencias. De ahí que se denomine a ese gran momento,
Iniciación. Pero aun así, depende de cada uno el que ésta sea efectiva. En realidad, la
Iniciación masónica no puede ponernos en ese camino si no estamos preparados y
predispuestos para tomarlo, pues ella tiene sólo un carácter simbólico. ¿Qué utilidad tienen
entonces las iniciaciones masónicas?

El grado de Aprendiz y cada grado sucesivo de la Orden comprenden cierta etapa evolutiva,
o sea, cierto estado de conciencia, y nadie puede, naturalmente, conferirnos un estado de
conciencia u otorgarnos un determinado grado de evolución, ni iniciarnos en él. Cada cual
tiene, por tanto, que ser interiormente un iniciado de algún grado, antes de que pueda
tomar efectivamente la Iniciación correspondiente. Uno es un iniciado; nadie puede hacerlo
un Iniciado. Sin embargo, con la debida comprensión, cada Iniciación puede significar un
paso de incalculable trascendencia en nuestra vida, y está concebida con esa finalidad.

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De ahí la necesidad de que comprendamos el verdadero propósito de las ceremonias


iniciáticas de la Masonería. El Cuarto de Reflexión y el examen de sí mismo que cada uno
hace en él, como preámbulo de la Primera Iniciación, debe haberlo preparado previamente
para este gran momento. Todo el que ha reflexionado suficientemente a lo largo de su vida
sobre el paso que está por dar, al tomar la iniciación, debe poseer también la debida
madurez y la necesaria comprensión para poder participar efectiva y no formalmente, de
todo lo que ha de llevarse a cabo en la ceremonia y ver lo que las formas revelan. Con esa
predisposición, el candidato sentirá, durante la ceremonia, que está en presencia de algo
significativo.

Cada palabra, cada acto del ritual, encerrará alguna clave que, como una chispa, podrá
encender alguna luz interior que estaba ya lista para manifestarse en él, iniciándolo en
alguno de los sagrados misterios de la vida y del ser.
La Iniciación resultará, entonces, por lo que implica, un hecho real y no una forma
ceremonial, saliendo de la misma un verdadero iniciado en los secretos de la vida. El
camino evolutivo tiene para todos, sin excepción alguna, ciertas etapas bien definidas. Una
Iniciación masónica ofrece, al que la toma y a los que participan en ella, una representación
dramática de este proceso de realización del ser, con lo cual muestra un cuadro anticipado
de este proceso.

La Iniciación comprende solamente la primera etapa a recorrer, pues la limitación de


nuestra mente no nos permite abarcar más. Pero ella nos muestra lo suficiente para que
podamos prever lo que esa etapa encuadra y no andemos tan a ciegas. Los ritos de la
iniciación nos muestran los pasos que debemos dar para recorrer esa próxima etapa del
camino, facilitándonos con ello un progreso más rápido. La Iniciación nos anticipa, pues, el
futuro. Y, para que el mismo nos quede fielmente grabado en la memoria, nos hace
ensayar, a través de su desenvolvimiento, el papel del drama que habremos de representar
en la vida real en el futuro. Ella constituye, por tanto, un ensayo del drama a desarrollarse.
La primera Iniciación masónica, o sea, la del grado de Aprendiz, se diferencia de las demás
por el hecho de que resume singularmente, en forma sintética, los tres principales grados o
las etapas a recorrer, además de extenderse en la propia, demostrando nuevamente la ley
de analogía de "cómo es arriba es también abajo".

Ofrece de esta manera, a vuelo de pájaro, una idea general del camino evolutivo. Un
motivo para ello parte, indudablemente, del hecho de que el método natural para reconocer
la realidad es el de ir de lo general a lo particular y que, por otro lado, por adelantados que
estemos en el camino evolutivo, seguimos siendo siempre aprendices. Sin necesidad de
entrar en detalles sobre las otras iniciaciones superiores vedadas a los Aprendices,
podemos considerarlas someramente a todas en este Grado.

17 
 
Esta particular Iniciación constituye, en realidad, un ensayo general de todo el drama que
ha de desarrollarse en nuestra vida, visto a través de la Masonería. De esta manera recalca
al Iniciado la realidad que William Shakespeare intuyó de que este mundo es un escenario y
que todos somos actores en él. Si bien debemos poner en su representación mente y
corazón, no debemos olvidar que somos en realidad meros actores, y que debemos
desempeñar nuestros papeles con el desapego que nos corresponde. Este ensayo general
tiene además un fundamento psicológico bien conocido. Este es que "la acción sigue al
pensamiento", y que "la visión de lo que queremos llegar a ser debe preceder lo que somos
actualmente". En adelante el iniciado debe tratar de vivir como si hubiera llegado al grado
de evolución que le marca la iniciación tomada. La ceremonia de Iniciación revela al mismo
tiempo la fórmula de realización para cierta etapa de la vida. Nos sugiere que encaremos
esa realización en forma científica, aplicando esa fórmula; que la pongamos a prueba y
veamos si da el resultado anunciado.
Podemos resumir diciendo que las iniciaciones masónicas nos muestran el camino que
tenemos por delante para su comprobación.

¿Comprendemos por qué las iniciaciones se caracterizan por determinadas pruebas a las
cuales se somete el Iniciado?
Para realizar esas comprobaciones en forma científica y evitar engañarnos es indispensable
llevarlas a cabo con una mente abierta, desapasionada y libre de prejuicios. Para observar
el cuadro es necesario salirnos de él. Nada ayuda tanto para progresar por este camino
como el desapego y el desapasionamiento. ¿Por qué? Porque estamos apegados a los
intereses materiales y nos es necesario desprendernos de los lazos que nos atan a ellos en
nuestro corazón. Es natural que tratemos de agarrarnos a las personas y a las cosas que
nos rodean en la oscuridad en que nos movemos; y de ahí nuestro apego a los bienes
materiales. También, como un árbol milenario, la raíz de nuestra existencia está
firmemente arraigada en la tierra y no nos es fácil salir de ella y volver la atención a las
energías que nos llegan de arriba, sin las cuales no podríamos vivir y de nada nos serviría
la tierra. Pero para progresar en el camino hacia la total liberación de limitaciones, es lógico
que tengamos que desprendernos de esas ataduras mentales que limitan nuestra vida y
dificultan los pasos que debemos dar hacia adelante. El progreso es difícil llevando un peso
muerto atado al pie. No podemos dar un paso adelante sin despegar el pie de donde está
apoyado. No es posible adelantar por camino alguno sin dejar atrás o trascender muchas
cosas. Continuar manteniendo posiciones de retaguardia que hace tiempo hemos
trascendido, es querer salvarnos cometiendo suicidio. No podemos traficar con cosas que
tenemos que trascender. Tenemos que ser enérgicos en este sentido. Debemos
enfrentarnos con nosotros mismos y preguntarnos a qué cosas estamos dispuestos a
renunciar para poder aceptar la nueva vida.

Cada iniciación verdadera constituye un punto de síntesis alcanzado en nuestra vida y debe
marcar el final de una etapa de superación y el comienzo de otra. Nuestro proceso
evolutivo se compone de un proceso gradual de cortar lazos y desprenderse de ataduras
que limitan la vida. El camino está libre. El primer desapego en la primera etapa de la vida

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se produce al cortarse el cordón umbilical de la mater. El segundo, al desprenderse, paso a
paso, de las ataduras de la materia. Para indicársenos que el desapego de los bienes e
intereses materiales es uno de los primeros y más importantes pasos que debe dar el que
inicia este camino, se le pide, al que quiere hacerlo, que entregue la "joyas y metales" que
tenga.

De esta forma se procura prepararlo y probarlo para el progreso en el camino que debe
recorrer. No son los bienes materiales en sí los que limitan, sino el sentimiento de apego a
ellos como a cualquier otra cosa. Para darnos a entender esto se nos devuelven finalmente
los "metales". Cualquier vicio es, también, una atadura que limita e impide nuestro
progreso. El materialismo y el apego a los bienes materiales pueden constituir una
limitación, una esclavitud y una tiranía muchas veces peor que cualquier totalitarismo.
Aunque la jaula sea de oro no deja de ser prisión. Tomamos demasiado en serio nuestro
papel como actores en este drama y olvidamos que todo es prestado en la obra que
estamos realizando, que no somos más que simples administradores de los bienes que
tenemos en nuestras manos. Nos aferramos a ellos como si pudiéramos adueñarnos de su
forma y llevarlas con nosotros a la vida real, como si tuvieran un valor verdadero en vez del
convencional. Cuando actuemos como si las energías y los recursos de que disponemos con
nuestros exclusivamente en vez de prestados, asumimos una actitud separativa,
separándonos y excluyéndonos mentalmente de la fuente única de energías. Tratando de
acaparar recursos, ponemos límites a nuestras posibilidades de progreso.
Comprendiéndolo, debemos vencer esta tendencia a defraudar nuestro progreso.

Los Viajes del Aprendiz, su significado y simbolismo

En términos generales, la palabra viaje, deriva de la lengua latina “VIATICUM”, que


literalmente quiere decir, Jornada, Etapa, Paseo, Traslado; es el acto que se ejecuta para ir
de un lugar a otro, Por lo que respecta al significado simbólico en la Masonería atribuye y
aplica a los viajes, en la Primera Cámara, y cuyo acto se lleva a la práctica, dentro del
ceremonial de la iniciación, se les considera como una de las partes ritualísticas más
solemnes de las pruebas Físicas y Morales, a que invariablemente se somete a los
Candidatos.

Estos viajes, no son más que una imitación de los recorridos que se obligaban hacer, a los
antiguos Aspirantes a la iniciación, dentro de los Grandes Secretos que ocultaban los
Misterios Naturales y Científicos remotos.

Toda posibilidad de progreso, interior como exterior, consiste en el reconocimiento de un


camino como algo que está delante de nosotros y en el discernimiento de una determinada
dirección, hacia una meta que percibimos con mayor o menor claridad. La ceremonia de
recepción del candidato en el primer grado consiste esencialmente en tres viajes que

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sintetizan admirablemente todo su progreso masónico en los tres grados. Cada viaje
representa así un nuevo estado, un período distinto y una nueva etapa de su progreso.

El primer viaje

El primer viaje se presenta lleno de dificultades y peligros, y se cumple en medio de los


ruidos más fuertes y variados, que representan el desencadenamiento de las tempestades y
de los vientos, símbolos de las falsas creencias, opiniones y corrientes contrarias del
mundo, con las que hay que enfrentarse. Es la prueba del aire de las antiguas iniciaciones,
como lo demuestra la purificación por el aire que corona este viaje. La dirección de este
viaje, como de los sucesivos, es la que indica silenciosamente el guía invisible que lo
conduce, y que él tiene que seguir con docilidad y confianza. Esa docilidad es la que lo hace
receptivo y lo pone en condición de aprender. Y, en cuanto al guía, representa, como ya
hemos indicado, el sentido íntimo de lo justo, de lo bueno y de lo verdadero, pues es el
guía invisible y silencioso de todo hombre el único que puede realmente conducirnos por el
sendero del progreso, (de Occidente a Oriente por el lado del Norte).
Desde el Occidente al Oriente
El Occidente es el aspecto del mundo en donde el sol se pone, se oculta, aunque haga
entrever su presencia, en el último destello del ocaso, antes de dejar el mundo sumergido
en las oscuras tinieblas de la noche: es, por lo tanto, una imagen muy expresiva del mundo
sensible, de la realidad visible que constituye el aspecto material, fenoménico u objetivo del
Universo, en el cual la verdadera luz que lo ilumina, la Esencia o Realidad invisible que lo
sostiene, se ha ocultado en la apariencia, bajo el velamen comparativamente ilusorio de la
realidad exterior.

Desde el Oriente al Occidente


En el curso del primer viaje no puede detenerse el candidato en el Oriente, sino que tiene
que regresar inmediatamente al Occidente, pero con la conciencia iluminada por el reflejo
de esta adquisición, estado que simboliza el Mediodía. Es esta la purificación por el aire que
tiene que sufrir, al llegar al término de este primer viaje. También simboliza las pruebas de
la vida con la que uno tiene que enfrentarse constantemente en sus primeros esfuerzos
desde lo material hacia lo Ideal, dominando sus instintos, pasiones y deseos.

El segundo viaje

El segundo viaje se torna más fácil: han desaparecido los obstáculos y los ruidos violentos
han dejado su lugar al sonido de las espadas que los presentes hacen entrechocar. Esta
mayor facilidad es consecuencia directa de los esfuerzos hechos en el primer viaje: en la
medida en que aprendemos a superar los obstáculos que se encuentran en nuestro camino,
éstos progresivamente desaparecen, pues ya no tienen razón de existir, una vez

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desarrollada en nosotros, con las cualidades que nos hacían falta, la capacidad de
superarlos.
El choque de las espadas simboliza la lucha individual que el recipiendario debe emprender
con sus propias pasiones, pensamientos, hábitos y tendencias negativas; todo pensamiento
debe ser rectificado, todo error resuelto y convertido en Verdad. A esta hora incesante de
transmutación, a esta progresiva catarsis de la naturaleza inferior, que requiere una
constante atención y vigilancia, el segundo viaje representa simbólicamente la prueba del
agua, es decir, una especie de bautismo filosófico que consiste en limpiar el alma de sus
errores, vicios e imperfecciones que constituyen la raíz o causa interior de todo mal o
dificultad exterior. Indica la perseverancia en esta obra metódica de purificación del alma.

El tercer viaje

Este se cumple con mayor facilidad que los precedentes, habiendo desaparecido por
completo los obstáculos y los ruidos; sólo se oyen los acordes de una música armoniosa y
profunda que parece salir del silencio mismo. Habiendo el iniciado dominado y purificado la
parte negativa de su naturaleza, que es la causa de los ruidos y de las dificultades
exteriores, es natural que éstas hayan desaparecido por completo. Ahora debe
familiarizarse con la energía positiva del fuego, es decir, con el Potencial Infinito del Espíritu
que se halla en sí mismo, cuya más perfecta manifestación se ha hecho posible por la
precedente purificación. Este descenso del espíritu, que constituye la prueba y la
purificación por el fuego, elimina, por medio de una plena conciencia de la Verdad, todo
residuo de impureza, toda traza de los errores e ilusiones que dominaron precedentemente
en el alma. Cuando la Luz de la Verdad aparece en toda su plenitud, todas tiniebla, todo
error, toda duda e imperfección, automáticamente desaparecen.

El iniciado por medio del tercer viaje, camina en el fuego, es decir, en el más profundo y
sutil elemento de las cosas, del cual todas nacen y en el cual se disuelven, donde cesa por
completo el poder de la ilusión y la Realidad se manifiesta como es. El mismo fuego
representa, por un lado la esencia espiritual o Principio Universal del Ser, con la cual
establece un contacto por medio del discernimiento de la Verdad, y por el otro la energía
primordial, que constituye el Poder de la suprema Esencia. Habiendo realizado, en las
profundidades de su propio ser, este íntimo contacto con la esencia fundamental que es al
mismo tiempo Verdad, Poder y Virtud, el iniciado anda ahora con paso firme y seguro, sin
que nada tenga el poder de modificar su actitud o hacerlo desviar.

MM José Luis Rincón - Log:. Sol de Miranda N° 204 – México

El Viaje del Aprendiz Mason


SIETE MAESTROS MASONES

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He titulado así este trabajo pues con la Iniciación realmente se emprende un viaje, una
aventura, la más asombrosa que existe para un ser humano, el viaje hacia el interior de
uno mismo, hacia nuestro verdadero Ser, nuestra patria de la que un día salimos sólo
ilusoriamente.
Y, para volver a ella, a ser conscientes del misterio que somos, vamos de la mano de los
Misterios de la Masonería, reconociendo en nosotros mismos la energía que vehiculan los
símbolos. Así empezamos por los que corresponden al aprendiz masón, iniciando nuestro
andar por las aguas de nuestra psique. Y, escuchando en silencio, van cambiando de color,
cada vez más oscuro hasta que aparece el "negro más negro que el negro", capaz de
disolver todas las estructuras del "hombre viejo", haciendo así posible que gracias a la Luz
nazca el "hombre nuevo", ordenado según lo sagrado. Que de la Piedra Bruta de la que
partimos se vayan puliendo los cantos y se puedan ir intuyendo las seis caras y el centro de
la Piedra Cúbica que todos portamos en nuestro interior.
Para ello, ya el día de la Iniciación el Hermano Experto nos presenta el Martillo y el Cincel;
con dichas herramientas damos tres golpes simbólicos en la Piedra Bruta, pues ésta no se
puede pulir de cualquier manera, se precisa de la voluntad del que empuña el Martillo, bien
dirigido por la axialidad del Cincel.
También la tercera de las herramientas del aprendiz, la Regla de las 24 divisiones, nos
viene a recordar que todas y cada una de las horas del día son sagradas. Que no es posible
pulir la Piedra a ratos o a medias, para una verdadera transmutación todo está incluido en
el Trabajo.
Y así, en la penumbra de Septentrión, donde se halla y en relación con la Luna (pasiva, que
no brilla por ella misma, sino que su luz es reflejo del astro solar), en silencio y
escuchando, es posible discriminar lo que es. Empezando la construcción del Templo
interior y de su Altar, despertando el oído del corazón. Invocando las Tres Luces: la
Sabiduría que concibe, la Fuerza que ejecuta, y cuando lo realiza según la Sabiduría del G.·.
A.·. su expresión es Armonía, es Belleza. Entonces, el Templo que somos podrá ser
receptáculo y nuestro corazón podrá despertar al misterio del hombre, a lo que él mismo
simboliza, la unión del Cielo y la Tierra, y que el Altar de nuestro Templo nos recuerda con
las Tres Grandes Luces: el Compás (el Cielo), la Escuadra (la Tierra) y la expresión escrita
de dicha unión, el Libro de la Ley Sagrada.
Así podemos andar hacia la dimensión universal del hombre, simbolizada en la Logia por
sus seis direcciones (Oriente-Occidente, Norte-Sur, Cenit-Nadir), y teniendo siempre
presente este punto inmóvil manifestado por la Estrella Polar de donde descienden a modo
de plomada las influencias espirituales, verdadero alimento alrededor del cual gira todo el
firmamento.
Son pues estos símbolos, y todos los demás que junto a ellos conforman un universo donde
ni sobra ni falta ninguno, verdaderos tesoros en el viaje del aprendiz masón, que por este
andar recibe su salario donde le corresponde, en la columna B.·., ya que es muriendo a lo
que no es como va tomando Vida y Fuerza nuestra verdadera identidad.

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Toques a las Puertas del Templo

El Aprendiz, para entrar en la Logia, necesita imprescindiblemente dar los toques que se le
han enseñado. Los toques a la puerta del Templo, significan: LLAMAD Y SE OS ABRIRA (la
puerta del templo). PEDID Y SE OS DARÁ (la Luz). BUSCAD Y ENCONTRAREIS (la Verdad).

Marcha

La marcha del aprendiz simboliza que los masones van de las tinieblas de Occidente, a la
luz de Oriente, en busca de la SABIDURIA. La marcha índica el espíritu de cada grado.
El profano tiene la marcha incierta porque no sabe hacía dónde va, representando el estado
de ignorancia del hombre anterior a la civilización.

El aprendiz marcha de frente en línea recta, para significar que no tiene más que un objeto,
el de llegar, directamente y sin desviarse a las luces de la civilización.
La marcha se ejecuta dando tres pasos formando una escuadra con los pies al terminar
cada paso, partiendo con el pie izquierdo, de Occidente a Oriente.
El primer paso de la marcha del aprendiz, simboliza la infancia; el segundo la juventud y el
tercero la senectud. Significa también; Nacimiento, Vida y Muerte.

Saludo

El aprendiz, al entrar en el Templo, hace tres SALUDOS: al Ven:. Maest:., al Prim:.


Vigilante y al Seg:. Vigilante
El primero significa: TENGO FE EN MIS IDEALES.
El segundo: ESPERANZA EN REALIZARLOS.
El tercero: Y AMOR A LA HUMANIDAD.

El saludo que se hace al altar cuando se pasa frente a él, significa la CONSTANTE
RENOVACION DE NUESTROS JURAMENTOS.

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Signo

El Signo previo a los saludos o sea el SIGNO DE APRENDIZ, significa: PRIMERO ME DEJO
CORTAR LA GARGANTA Y ARRANCAR LA LENGUA DE RAIZ, QUE FALTAR A MIS
JURAMENTOS.
El signo de orden, o sea el que se hace cuando se está de píe, quiere decir: NO PERMITIRÉ
QUE SALGAN DE MI GARGANTA PALABRAS QUE PUEDAN OFENDER A MIS HERMANOS:
AQUÍ REFRENARÉ MIS MALOS IMPULSOS.

Tocamiento

El TOCAMIENTO, aparte de ser una señal de reconocimiento, quiere decir que DEBEMOS
ESTAR PRESTOS A DAR LA MANO AL DESVALIDO, al que sufre, al que necesita de nuestros
auxilios.

El Toque
(Jorge E. Polanco)

Es una señal táctil que sirve de reconocimiento la cual va acompañada, generalmente de la


Palabra Sagrada.? No daremos ninguna descripción de la forma en que se da esta
interacción de Toque y Palabra Sagrada, sí estamos seguros que los QQ:. HH:. Saben cual
es el modo; pero es esta la forma física con la cual al ser retejados al ir de visita a otra
Logia u otro Valle, podemos demostrar nuestra calidad de masones y compartir al interior
del Templo con nuestros Hermanos.
Pero ¿Qué más nos enseña el Toque? El tacto es el sentido que usamos para el
reconocimiento por el Toque, sin necesidad de utilizar otro sentido, por el sólo hecho de ser
correspondido en la forma acostumbrada, un H:. Sin importar el Rito o el Oriente del que
proceda, será tomado como tal, esto se da mayormente en el mundo cotidiano, en el que a
diario nos encontramos con algún Hermano y que al darle el Toque nos reconoce como
masón.
El Toque general o universal de aprendiz es antiquísimo. Prescindiendo de los tiempos
bíblicos, por el Toque de aprendiz es por donde empieza siempre toda prueba o examen de
reconocimiento.? Una vez que nos hemos hecho reconocer como masones ante nuestros
Hermanos al interior de nuestra Orden, estos modos de reconocimiento adquieren un
significado que podríamos llamar velado para los que ignoran su significado, pero para
quien busca con suficiente? Fuerza? Y en Silencio las enseñanzas que el Ritual nos brinda,
nos predispone a poner lo mejor de nosotros, al servicio de los demás y así podremos
trabajar junto a un grupo de hombres de Honor que buscan el camino de la Virtud.

24 
 

Palabra Sagrada

La palabra Sag:. del Aprendiz significa FUERZA y es el nombre de la Columna del Norte.
Esta palabra JAMAS se escribe, ni se pronuncia ni se burila, ni se consigna con ningún
carácter ni se imprime. ESTA PROHIBICION ES ABSOLUTA Y TERMINANTE. Se dará como se
recibe.

Batería del Grado

Las BATERIAS SE EJECUTAN solamente por orden del Ven.. Maest:. La Batería del Grado se
ejecuta al abrirse y clausurarse los Trabajos y cada vez que lo cree conveniente el Ven.:.
Maest. '. dándose tres palmadas, de arriba hacia abajo.
La TRIPLE BATERIA se ejecuta en honor de algún estandarte Masónico; de los Altos
Dignatarios de una Gran Logia; o en cualquiera otra circunstancia que crea pertinente el
Venerable Maestro.

El Mandil Masónico - su uso e interpretación

Como buenos AApr:. iniciados, preocupados y esmerados dentro y fuera de nuestro Templo
Masónico, debemos percatarnos de los símbolos que ostentan nuestra orden, toda vez que
ellos nos fueron depositados en ese instante supremo de renacimiento espiritual, soñado
muchas veces dentro el inefable afán de encauzar nuestros pasos por el sendero recto que
ha de conducirnos al conocimiento de la Verdad y que nos fuera otorgado en el momento
en que recibimos la Luz Masónica.
Uno de éstos símbolos es el Mandil. Entre los esenios, era uno de los objetos que se
entregaba a los neófitos siendo su color blanco. La representación general del Mandil en
Masonería es la del trabajo, su forma y colores varía en los diversos grados.
El Mandil, símbolo del trabajo, es el único distintivo que da derecho al Masón, para entrar
en los Templos y tomar parte en las tenidas, siendo por consiguiente indispensable para
todos los hermanos, incluso altos dignatarios. Las joyas de los grados y de los cargos, son
tan solo las condecoraciones, mientras que el Mandil es el verdadero vestido masónico. En
las tenidas de algunos grados de la Masonería Filosófica están dispensados los hermanos de
ceñir el Mandil, porque simbólicamente, el trabajo ha acabado para ellos, pero en los
trabajos Simbólicos donde se figura que éstos empiezan, el mandil es obligatorio.
Recordad, queridos HH:., el día de vuestra iniciación, cuando por primera vez se os dio el
título de hermano y se osciñó un blanco mandil y se os dijo:

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“Recibid este Mandil, distintivo del Masón más honroso que todas las
condecoraciones humanas, porque simboliza el trabajo, que es el deber primero
de todo hombre y la fuente de todos los bienes; el que os dará derecho de
sentaros entre nosotros, y sin el cual nunca debéis entrar en la Logia.”

Los esenios, aquellos antiguos judíos y que practicaban su propia Doctrina, tenían la firme
opinión de que la pureza interna y la rectitud de conducta, se evidenciaba vívidamente por
la apariencia externa de la persona. Quien lleva dignamente el Mandil recordará siempre
esta pureza de vida y de conducta que tan necesariamente nos servirá para conseguir
nuestra admisión en la Gran Logia Celestial presidida por el G:.A:.D:.U:.

El Mandil es pues el emblema del mismo cuerpo físico con el cual venimos para trabajar
sobre la tierra, con el objeto de adquirir aquellas experiencias que nos transformarán en
artistas verdaderos logrando el magisterio o dominio completo sobre nuestro mundo. La
percepción de este Mandil, como simple envoltorio o vestido exterior, así como la esencia
misma de nuestro ser, es consecuencia de la visión espiritual que hemos conseguido en
nuestra búsqueda de la Luz, desde la obscuridad del Occidente, de los sentidos exteriores al
Oriente de la Luz.
El Mandil como símbolo Mas:. Tiene diferentes significados según el grado en que se ocupe.
Observaremos en el grado de Aprendiz la Faldeta, Baveta, o Solapa, levantada, lo cual
quiere indicarnos que en nosotros se desconoce la potencia espiritual, pero que, con tesón,
con voluntad y verdadero interés, podremos conquistar el equilibrio moral y la fuerza
espiritual necesaria a todo masón para lograr alcanzar el recto sentido del bien. Es la más
sublime virtud, que nos hace sentirnos más humanos, más hermanos. Está confeccionado
de piel de cordero, como emblema de la humildad y la tolerancia, pureza de intenciones.
Nos simboliza en nuestra Orden, la perfección del cuerpo y pureza del alma, que son las
cualidades más importantes y esenciales para un buen masón.

El Mandil es el emblema del trabajo que redime y fecunda, que regenera y perfecciona las
almas, fortaleciendo el cuerpo; nos indica así mismo, que todos nuestros actos deben ser
de completa actividad, armonía y laboriosidad. El Mandil además de ser el símbolo de la
inocencia del masón, lo es de su conducta caballeresca, de su determinación de no causar
mal moralmente a nadie; también lo es de su indulgencia con la apatía e ignorancia de los
hombres, de su perdón benévolo para sus hermanos cuando, consciente o
inconscientemente le hacen mal, y de su consagración espiritual a los valores y virtudes
para un mejoramiento de la Humanidad, por lo cual el hombre se eleva sobre la bestia y el
mundo va hacia adelante por el camino ascendente, hacia su mejor progreso.
En el lenguaje académico, la palabra mandil proviene del latín “mandile” y es un delantal
que se coloca atado con un cordón a la cintura y que llega hasta los muslos; sirve para
preservar los vestidos de los trabajos de los artesanos. El mandil de todo masón, cualquiera
que sea su grado, debe ser de piel de cordero por su pureza y blancura, porque así no se
destruye el carácter emblemático y simbólico de la prenda.

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Sabemos que el cordero, simbólicamente esta considerado como una alegoría de la
inocencia y su piel blanca lo es de la pureza, cualidades que la Masonería distingue en
todos los iniciados. Por eso el verdadero mandil masónico debe ser confeccionado con esa
piel pura y sin mancha, de forma cuadrada, con solapa triangular y sin ningún adorno.
La forma de usar el mandil y su enseñanza simbólica varía según la Cámara en que se
trabaje. El Aprendiz.

El Mandil además de ser el símbolo de la inocencia del masón, lo es de su


conducta caballeresca, de su determinación de no causar mal moralmente a
nadie...

Ya conocemos la explicación geométrica del Mandil del Aprendiz; ahora veamos el


significado moral. El triángulo es emblema del espíritu del hombre; el cuadrado, segunda
figura geométrica perfecta, representa a la materia o sea al cuerpo, y el polígono, que
afecta la forma en que lo usan los aprendices, simboliza el trabajo material del iniciado al
pretender modelar la piedra tosca, por lo que en atención a la forma en que están
colocadas estas figuras geométricas, significan que el Aprendiz debe educar su espíritu para
dominar la materia, y moralmente, debe entablar la lucha para dominar las pasiones que se
consideran como defectos propios de la materia, lo que toca al iniciado modelar para vivir
en armonía con todos sus semejantes.
Existe otra explicación oculta del Mandil con relación a los tres ángulos, los que representan
a las tres fuerzas vivas del hombre: el espíritu, el cuerpo y el alma; el primero se
manifiesta por medio de la inteligencia, el segundo por la materia y el tercero por el
fenómeno de la actividad locomotora, o sea la vida.

Un pensamiento dice que, la lucha que debe primeramente entablar un iniciado al recibir su
mandil, para recibir las primeras enseñanzas masónicas, son precisamente, combatir el
error, las preocupaciones y la ignorancia, todas perjudiciales al progreso de la humanidad.
Debemos observar siempre y tener presente que el mandil en el sentido material,
representa el trabajo peculiar del hombre. Este debe protegerse para que el mandil no se
manche, ensucie o lastime con las aristas de su piedra bruta.

Y en sentido figurado, nos recuerda constantemente que nuestras acciones deben tener
como base el dictado de nuestra conciencia, para que no nos corrompamos con falsas
apreciaciones ni torcidas enseñanzas, lo que en realidad significa el trabajo material de
Labrar la Piedra Bruta.
Todo Apr:.que ostenta el blanco mandil de su grado, debe dirigir sus miradas hacia la Col:.
del N:. y a su Pal:.Sag:. y aglutinando lo mejor de sus ideales hacer uso de la Fuerza que lo
respalda para dominar “su” materia y luchar para modelar su espíritu y lograr su
perfección.

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Esto le dará una mejor voluntad para cumplir con sus deberes para con el G:.A:.D:.U:.,
para sus semejantes y para Consigo Mismo.

El Templo

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Los Oficiales: Sus Joyas

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LOGIA

La Logia es el sitio donde se comunica y se explica la palabra "Logos" yen la cual se


interpretan los jeroglíficos y símbolos que sirven de velo a la Masonería.
La palabra Logia se deriva del Sánscrito Loka o Loga que significa Mundo o universo. La
Logia representa al Universo, con sus cuatro puntos cardinales, en cualquier posición que
se hallare la tierra. Masonicamente también se designa a la Logia con nombres de Templo,
Santuario o Taller. El Taller es un lugar de iniciación o escuela de la virtud y de Sabiduría.
Templo o Santuario, lugar donde se deben descubrir y hacer palpables a los adeptos, por
medio del raciocinio, las verdades que conciernen de una manera confusa, a las alegorías y
símbolos con que se hallaban velados los misterios y las religiones antiguas.

Al Oriente se le llama también Levante y Este. Es el punto cardinal por donde aparece el
sol. Al Occidente se llama igualmente Oeste, Poniente y Ocaso y es el punto cardinal por
donde se oculta el sol. Al Sur se le llama también Medio día. Este punto queda a la derecha
cuando uno se coloca frente al Oriente y el Norte está a la izquierda. A l Norte suele
llamársele también Septentrión.
La Logia debe tener la siguiente posición y disposiciones. Su posición es de Oriente a
Occidente a fin de que dentro del Templo correspondan los puntos cardinales a la realidad.
Debe constar de dos cubos perfectos, es decir, su altura debe ser exactamente la mitad de
su longitud e igual a su latitud. Se acostumbra poner las dos grandes columnas a la mitad
del primer cubo de Occidente y a la mitad del cubo de Oriente debe terminar la Plataforma
con su balaustrada; quedando consecuencia un cubo en medio formado por las dos mitades
de los cubos de Oriente y Occidente. En el centro del cubo de en medio se coloca el Altar o
ARA, que como ya hemos dicho, representa al Sol en el centro de nuestro sistema solar.

Las medidas simbólicas de una Logia son:


Su longitud de Oriente a Poniente.
Su latitud de Norte a Sur.
Su altura, de la superficie de la tierra al firmamento.
Su profundidad, de la superficie al centro de la tierra.
Su techumbre es el firmamento.
Su suelo la superficie de la tierra.
Sus muros, el HORIZONTE INFINITO.

Trazado de primer Grado

Los usos y costumbres entre Masones han tenido siempre un parecido cercano a los de los
antiguos Egipcios. Sus filósofos, remisos a exponer sus misterios al vulgo, enseñaban sus
 

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sistemas de estudios y constitución por medio de señales y figuras jeroglíficas, las cuales
eran comunicadas a sus principales Sacerdotes y Magos solamente, quienes estaban
sujetos por juramento sagrado a ocultarlas. El sistema de Pitágoras fue fundado de manera
parecida, así como muchos otros de tiempo más reciente. La Masonería, sin embargo, no es
solamente la más antigua, sino también la sociedad más honorable que ha existido, porque
no hay un carácter o emblema aquí representado que no sirva para inculcar los principios
de piedad y virtud entre todos aquellos que profesan sus verdaderos ideales.

Permítame primeramente llame su atención a la hechura de la Logia, que es cuadrilonga, su


largo de Oriente a Occidente, su ancho entre Norte y Sur, su base desde la superficie de la
Tierra hasta su centro, y de altura hasta el Cielo. La razón de que una Logia Masónica es
representada de tan inmensa extensión es para demostrar la universalidad de las ciencias,
igualmente porque la caridad de un Masón no debe tener más límites que los de la
prudencia.

Nuestras Logias están construidas de Oriente a Occidente, porque todos los lugares
dedicados a Dios, así como las Logias Masónicas, debidamente formadas y constituidas,
están o deben estar construidas así, por lo cual asignamos tres Razones Masónicas.
Primera: el Sol, la Gloria del Señor, sale por Oriente y se pone por Occidente. Segunda: la
erudición tomó su origen en el Este, y desde allí esparció su benigna influencia al Oeste. La
tercera, última y gran razón, la cual es muy larga de contar, es explicada en el curso de
nuestras leyendas, lo que espero tenga muchas oportunidades de oír.
Nuestras Logias están sostenidas por tres grandes pilares. Ellos se llaman Sabiduría, Fuerza
y Belleza; Sabiduría para dirigir, Fuerza para soportar y Belleza para adornar; Sabiduría
para dirigirnos en todas nuestras empresas; Fuerza para soportarnos en todas nuestras
dificultades, y Belleza para adornar interiormente al hombre. El Universo es el Templo del
Señor, a quien servimos: Sabiduría, Fuerza y Belleza, están cerca de Su trono como pilares
de Su obra, pues Su Sabiduría es infinita, Su Fuerza, omnipotente, y Su Belleza brilla por
toda la creación con simetría y orden. El Cielo lo ha extendido como un dosel; la Tierra la
ha puesto como un suelo; con estrellas adorna Sus Sienes como una diadema, y con Sus
Manos extiende el poder y la gloria. El Sol y la Luna son mensajeros de Su voluntad y toda
Su ley es armonía. Los tres grandes pilares que sostienen una Logia Masónica, son
emblema de estos atributos Divinos. Además representan a Salomón, rey de Israel; Hiram,
rey de Tiro, y Hiram Abí. A Salomón, rey de Israel, por su sabiduría en edificar, completar y
dedicar el Templo de Jerusalén para el servicio de Dios; a Hiram, rey de Tiro, por su fuerza
sosteniéndole con hombres y materiales; y a Hiram Abí, por su curiosa y hábil arquitectura
al hermosearla y adornarla; pero como no tenemos órdenes en Arquitectura conocidas por
los nombres de Sabiduría, Fuerza y Belleza, aludimos a las tres más célebres, que son: el
Jónico, Dórico y Corintio.

Las Logias Masónicas están cubiertas de un celestial dosel de diversos colores, así como el
Cielo. El camino por el cual nosotros, como masones, esperamos llegar, es por medio de
una escala, llamada en la Sagrada Escritura la Escala de Jacob. Esta se compone de
 

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muchos escalones, que nos señalan otras tantas virtudes, pero tres principales, que son Fe,
Esperanza y Caridad. Fe en el Gran Arquitecto Del Universo, Esperanza en la salvación, y
Caridad para con todo el género humano. Esta escala alcanza al Cielo, y descansa sobre el
Volumen de la Divina Ley, pues por las doctrinas que contiene ese sagrado libro, somos
enseñados a creer en la Divina providencia, la cual refuerza nuestra fe, y nos ayuda a
ascender el primer escalón; esta Fe naturalmente crea en nosotros una esperanza de que
seremos partícipes de las benditas promesas que contiene, cuya esperanza nos ayuda a
ascender el segundo escalón; pero el tercero y último, siendo la Caridad, lo comprende
todo, y el masón que está en posesión de esta virtud en su más amplio sentido puede
justamente ser considerado de haber llegado al límite de su profesión; figuradamente
hablando, una mansión etérea, velada a los ojos de los mortales por el estrellado
firmamento, emblemáticamente representado aquí por siete estrellas, que aluden a otros
tantos masones, sin cuyo número ninguna Logia es perfecta, ni tampoco puede ningún
candidato ser legalmente iniciado.

El interior de una Logia Masónica se compone de Ornamentos, Mobiliario y Joyas. Los


ornamentos son el pavimento de Mosaico, la Estrella de Bendición y el Dentado o Taraceado
borde. El pavimento de Mosaico es el bello entarimado de la Logia, la Estrella de Bendición
la gloria en el centro, y el Dentado o Taraceado borde la orilla alrededor de la misma. El
pavimento de Mosaico puede justamente considerarse como el bello entarimado de una
Logia, por estar abigarrado y variado. Esto nos enseña la diversidad de objetos que
adornan lo creado, tanto lo animado como lo inanimado. La Estrella de Bendición,
representa al Sol, que ilumina la Tierra, y por su benigna influencia derrama sus
bendiciones sobre toda la humanidad. El Dentado o Taraceado borde nos muestra a los
planetas, quienes en sus revoluciones forman un bello borde u orilla alrededor del gran
luminar, el Sol, de la misma manera que éste lo hace alrededor de una Logia Masónica. El
mobiliario de la Logia consiste del Volumen de la Sagrada Escritura, el Compás y la
Escuadra; la Sagrada Escritura gobierna y rige nuestra Fe, y sirve para juramentar a
nuestros candidatos; así como el Compás y la Escuadra unidos gobiernan nuestras vidas y
acciones. La Sagrada Ley fue enviada por Dios a los hombres en general, el Compás
pertenece al Gran Maestro y la Escuadra a toda la Comunidad.

Las Joyas de la Logia son tres movibles y tres inamovibles. Las tres movibles son la
Escuadra, el Nivel y la Perpendicular (o Plomada). Entre masones operativos la Escuadra
sirve para probar y ajustar los ángulos rectangulares y asiste a traer la materia tosca a su
debida forma; el Nivel sirve para nivelar y probar horizontales; y la Perpendicular para
probar y ajustar perpendiculares, mientras son fijadas sobre sus debidas bases. Entre
masones libres y aceptados, la Escuadra nos enseña moralidad, el Nivel igualdad y la
Perpendicular rectitud de vida y acciones. Se las llaman movibles porque son usadas por el
Maestro y sus Vigilantes, y son transferidas a sus sucesores en noches de instalación. El
Maestro se distingue por la Escuadra, el Primer Vig. por el Nivel, y el Segundo Vig. por la
Perpendicular. Las Joyas inamovibles son el caballete, la piedra tosca y la piedra cúbica. El
caballete sirve al Maestro para trazar y designar; la Piedra bruta sirve al Aprendiz para
trabajar sobre ella; y la cúbica la usa el hábil Compañero para probar y ajustar sus
 

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herramientas. Se las llaman inamovibles porque están en sitio fijo y visible en la Logia para
estudio de los hermanos.
Así como el caballete sirve al Maestro para trazar y delinear, como guía a los hermanos
para terminar sus trabajos con regularidad y esmero, de la misma manera el Volumen de la
Sagrada Ley puede justamente considerarse como el caballete espiritual del G. A. D. U., en
el cual hay trazadas todas las leyes Divinas y planos, que si estuviéramos versados en ellas
y las practicáramos, nos llevarían a una mansión etérea de eterna gloria. La piedra bruta es
una piedra como recién sacada de la cantera, hasta que por la industria y habilidad del
obrero es modelada, labrada y dejada servible para la edificación de la estructura; ésta
representa al hombre en su estado infantil o primitivo, rudo y sin pulimento como esa
piedra, hasta que con el cuidado y atención de sus padres o tutores, dándole una educación
virtuosa y liberal, su mente es cultivada, y lo hacen digno de pertenecer a la sociedad
civilizada. La piedra perfecta es una piedra de un verdadero dado o perfectamente
cuadrada, dispuesta a ser probada solamente por la Escuadra y el Compás; ésta representa
al hombre en el declive de su vida, después de una vida de piedad y virtud, que no puede
ser probada de otra manera más que por la Escuadra de la palabra de Dios y el Compás de
su misma conciencia.

En toda Logia regular, debidamente formada y bien constituida, hay un punto dentro de un
círculo alrededor del cual los Hermanos no pueden errar; este círculo se halla comprendido
y rodeado de Norte a Sur por dos grandes líneas paralelas; una representa a Moisés, y la
otra al rey Salomón; en la parte alta de este círculo descansa el Volumen de la Sagrada
Ley, que sostiene la Escala de Jacob, cuya parte superior alcanza el Cielo; y si
estuviéramos tan versados como ese sagrado libro, y tan adheridos a las doctrinas
contenidas en él, como esas dos líneas paralelas están, nos conduciría a El, quien no nos
engañaría ni tampoco El sufriría decepción. Al pasar alrededor de este círculo, tenemos por
necesidad que tocar ambas líneas paralelas, de la misma manera sobre el Volumen de la
Sagrada Ley; y mientras un masón se mantenga dentro de este círculo no puede
equivocarse.
La palabra Lewis denota fuerza, y está representada aquí por ciertas piezas metálicas
introducidas en la piedra a cola de pato, formando una grapa y en combinación con alguno
de los sistemas mecánicos, tales como un sistema de poleas; el masón operativo puede
levantar grandes pesos hasta ciertas alturas sin gran esfuerzo y fijarlas sobre sus propias
bases. Lewis, asimismo, denota el hijo de un masón; su obligación hacia sus padres es
soportar el trabajo y fatigas del día, que ellos debido a su edad deben ser exceptuados,
asistirlos en sus necesidades y así hacer que sus últimos días sean felices y confortables; el
privilegio que con esto adquiere es el de ser iniciado en nuestra orden antes que cualquiera
otra persona, por muy digna que sea.

Pendiente de los cuatro ángulos de la Logia hay cuatro borlas que aluden a las cuatro
virtudes capitales, que son: Templanza, Fuerza, Prudencia y Justicia, todas las cuales,
según las antiguas tradiciones, fueron constantemente practicadas por una gran mayoría de

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nuestros antiguos hermanos. Los distintivos característicos de un buen masón, son: Virtud,
Honor y Misericordia, y puedan éstos siempre ser hallados en el pecho de un Masón.

El Cuadro de Dibujo

El cuadro representa todas las virtudes que el aprendiz debe practicar mediante la
utilización de las herramientas y alegorías que constituyen los elementos para el desarrollo
de este grado. Las enseñanzas masónicas están veladas en símbolos, a los que el aprendiz
deberá investigarlos para poder penetrar más allá de su significado exotérico.

Este cuadro es un rectángulo donde su ancho y lado representan los Puntos Cardinales.
Arriba el Este, abajo el Oeste, a la izquierda el Norte y a la derecha el Sur. Los Puntos
Cardinales representan al mundo, al mundo del aprendiz donde debe investigar para
aprender a discernir sobre los conocimientos que constituyen su universo.

En su interior, arriba a la izquierda se encuentra el Sol y a la derecha la Luna. Constituyen


las dos formas de adquirir conocimiento. La experimental con el Sol y la inductiva con la
Luna. El experimental es el que aprendemos en el camino de la vida, con nuestros aciertos
y desaciertos, en nuestras decisiones. La Inductiva aprendemos de los demás, pues al ser
considerados aprendices tenemos a un Vigilante, a un padrino y, a los demás hermanos
que nos ayudan en descubrir las alegorías. Lo practicamos esto de la misma forma en que
el Sol nos ilumina directamente con sus rayos y la Luna nos ilumina indirectamente a través
de la luz del Sol.
La base se encuentra adornada con Baldosas Blancas y Negras, las que nos muestran que a
pesar de la diversidad y del antagonismo de toda la naturaleza, en todo reside la más
perfecta armonía. Esto nos sirve como lección para que no miremos las divisiones de los
colores de las razas y el antagonismo de las religiones, además de los principios que rigen
en los distintos pueblos, debido a que constituyen nada más que una manifestación, que es
la única forma de comprender los sentimientos, sensaciones y que nos descubre en nuestra
sensibilidad.

Tres columnas, una al Oriente y dos al Occidente se encuentran representadas en Logia por
el VMy los VVig. Estas tres y las otras doce que rodean al templo son las que sostienen la
Logia. Representan también: la Sabiduría, la Fuerza y la Belleza; Sabiduría en el
discernimiento, Fuerza en la determinación y Belleza en toda acción. En la Biblia lo
encontramos en el Antiguo Testamento, con Salomón hijo del Rey David, Hiram Rey de Tiro
quién proveyó de los materiales y la mano de obra para la construcción y por último el otro
Hiram, muy conocido en el mundo masónico, Abif, quien fue un orfebre perteneciente al la
Tribu de Nan, encargado de edificar las columnas del Pórtico de entrada y dirigiera los
trabajos. En el Mundo Griego lo representaron con el nombre de tres ciudades, las que nos
legaron sus artes u órdenes de Arquitectura: Jónico, Dórico, Corintio.

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Todo este simbolismo nos indica que en la obra fundamental de nuestra construcción moral
debemos traer a la superficie todas las posibilidades de la potencia humana, alejándonos de
las ilusiones de la personalidad. Y en este trabajo sólo podemos se Sabios si poseemos
Fuerza, porque la Sabiduría exige sacrificios que sólo pueden ser alcanzados con fuerza. No
podemos ser Sabios, sino tenemos Belleza, porque la belleza constituye el camino para
expresar nuestra sensibilidad ante el mundo que nos rodea.
En el centro de estas tres columnas se encuentra el Ara o Altar de los Juramentos, donde
se ubican el Libro de la Ley, el Compás y la Escuadra. El Libro de la Ley representa el
Código Moral que cada uno respeta y sigue, la filosofía que uno adopta. El Compás y la
Escuadra que se encuentran unidos solamente en Logia representan la medida justa que
deben presidir todas nuestras acciones, sin apartarnos de la Justicia, ni de la Rectitud.

Los puntos del Compás se encuentran por debajo de la escuadra porque significa que el
aprendiz solamente trabajando la Piedra Bruta se despojará de sus asperezas y cuando esta
piedra se encuentre pulida, podrá hacer uso del Compás.
Esto nos lleva a desarrollar el Punto dentro del Círculo, dibujado debajo del Ara. Es para
alertarnos de que mientras circulemos dentro del círculo no nos equivocaremos en nuestras
acciones. Además, las dos líneas paralelas que se sitúan al costado del círculo, representan
a Moisés y Salomón, tratándonos de recordar que siempre debemos seguir por la senda de
la Rectitud y de la Justicia.
Encima del Ara en forma simbólica, se encuentra la Escalera de Jacob, representando el
sueño que tuvo por tratar de encontrar el camino al cielo. Cada escalón representa en la
masonería las virtudes que debemos tener en el camino de la vida. En la escalera están
representadas las tres Virtudes Teologales: Fe, Esperanza, y Caridad. La fe en nuestras
potencialidades, la Esperanza en nuestro perfeccionamiento moral, la Caridad con nuestros
semejantes. También demuestra con sus infinitos escalones que cuando llegamos al final de
una etapa, el siguiente es el comienzo de un nivel superior.

Pendientes en las esquinas del cuadro observamos cuatro Borlas que nos recuerdan las
Cuatro Virtudes Cardinales: Templanza, Justicia, Fortaleza, Prudencia que siempre fueron
practicados por nuestros HH. En las bases de las tres columnas se sitúan las Joyas Móviles:
Escuadra, Nivel y Plomada que representan y lo portan el VM el 1° Vig y el 2° Vig
respectivamente. Nos recuerda que nuestras acciones deben ser Justas en nuestro juicio,
iguales en el trato con los HH y recto de nuestras determinaciones. También se encuentran
la Piedra Bruta y la Piedra Pulida para ratificar nuestro compromiso de mejorar en nuestra
construcción moral.

Al lado del Ara se ubica la Pancha de la Log\ que es utilizada por los MM para realizar los
trazos de Arq que los AA los utilizarán para instruirse. Rodeando todo el cuadro se
encuentra la Orla Dentada que representa el principio de atracción gravitacional alrededor
del Sol y a los masones en Log.
 

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El Ara – Las Tres Grandes Luces

Etimológicamente el vocablo Ara significa Altar o Piedra de los Sacrificios. En nuestra logia,
está representada mediante una figura prismática cuadrangular que lleva en lo alto un
triángulo con tres luces, elevada sobre tres pequeñas gradas, cuyas caras miran hacia el
Occidente, el Sur y el Norte respectivamente.
Sobre el Ara se coloca el Volumen de la Ley Sagrado (Biblia, Coram, la constitución de cada
país, Constitución Masónica, etc.), una Escuadra y el Compás, que como sabemos
constituyen las Tres Grandes Luces de la Masonería.

El Altar es semejante según muchos de los autores investigados, al Tabernáculo del Pueblo
Hebreo, también a los altares egipcios y romanos por la forma de su construcción.
Representa la verdad que debe descubrir todo Masón por la perseverancia, el estudio y la
constancia en la practica de todas las virtudes. Alrededor de este Altar encontramos tres
pequeñas columnas (Sabiduría, Fuerza y Belleza) dispuestas en forma de Escuadra, sobre
las cuales se colocan Cirios o luces, que permanecerán encendidos durante los trabajos en
la Logia. Estas tres Luces que arden, simbolizan la Ciencia, la Virtud y la Fraternidad.

El Altar o Ara constituye el lugar más importante y más sagrado del Templo Masónico, pues
a su frente se realizan los actos más solemnes, tales como juramentos, consagraciones,
afiliaciones y otros, siendo imprescindible para todo trabajo en la Logia. En él deposita el
Candidato durante su Iniciación, sus pasiones y sus vicios como una ofrenda y sacrificio a la
deidad y ofrece sus pensamientos de un corazón puro, como el incienso más justo hacia el
G:.A:.D:.U:.
Los tres cirios colocados en los vértices del Ara, son alegóricos al Sol, a la Luna y al Ven:.
M:., ya que del mismo modo que el sol ilumina de día y la luna la noche, el Ven:. M:. debe
esforzarse para alumbrar con su sapiencia la inteligencia de sus hermanos.

La Biblia en el Ara, se encuentra abierta en el Salmo 133. Este libro muchas veces es objeto
de ataques por parte de los profanos, ya que aseguran que por el hecho de usarlo en
nuestro taller, convierte a la masonería en una religión más. Sin embargo, su verdadero
significado, representa el ideal y toda la belleza que encierra la bondad del concepto divino
con grandes lecciones de moral, virtud y sabiduría. De esta manera tenemos también que
existen libros tales como el Corán de los mahometanos, los Siete Libros Sagrados para los
hindúes, los Libros de Confucio para el pueblo chino, incluso el Popol Vuh de los mayas, los
cuales contienen grandes enseñanzas espirituales iguales a las de la Biblia y por eso que se
colocan en el Ara dependiendo el punto geométrico donde se trabaje.

La Biblia abierta en el Salmo 133, nos refiere el amor fraternal, los lazos de estrecha unión
que deben ligar a todos los hombres, la delineación de los beneficios que regularmente
 

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recibe el hombre de sus semejantes cuando vive en sociedad y por último, nos manifiesta
claramente el fin que a todo mortal le espera después de haber cumplido con su misión en
la vida.

El Compás sobre el Ara, es otro de los atributos con que se representa a la Divinidad, su
vértice es alegórico del ojo que todo lo ve, y sus ramas la claridad o los efluvios que
constantemente se derraman sobre el hombre o la materia, que se encuentra representada
por la escuadra. Es por esta razón que en la primera cámara o cámara de aprendices, la
escuadra está sobre el compás, manifestando que el hombre no ha vencido aún su parte
material, y por eso no puede recibir por completo las emanaciones de la Divinidad. Cabe
mencionar, que el compás siempre ha sido un símbolo de perfección en las artes, del cual
surgen las más complicadas figuras las cuales obedecen a un centro común.

Por su parte, la escuadra en el Ara, a su vez, se interpreta. Unidos estos dos atributos, el
nivel en su posición horizontal y la plomada en posición vertical, se encuentra el nacimiento
de la escuadra. Esto nos da la interpretación de que el hombre debe hacer un sabio uso de
sus deberes y derechos, procurando que ellos no vayan a transgredir los derechos de los
demás, sino buscando un punto de apoyo común como el vértice de una escuadra, para
realizar la armonía y la unión. En pocas palabras: “el respeto al derecho ajeno es la paz”.
La escuadra y el compás simbolizan además, la unión entre la tierra (la escuadra, el
cuadrángulo) y el cielo (el compás, el círculo) ya que él manifiesta el "axis" en el que se
conjugan las polaridades.
Como todos los hermanos sabemos, el Ara es el altar de nuestro taller que es también
nuestro templo y por lo tanto una imagen del cosmos. En el centro de ese espacio, entre la
puerta y el Oriente y las columnas del Norte y del Sur se encuentra nuestro altar iluminado
por las luces de la Sabiduría, la Fuerza y la Belleza. Esta piedra o ara, por marcar el centro,
señala también el eje del taller, es decir, la posibilidad de comunicación alto-bajo,
ascendente-descendente, entre la tierra y el cielo que en forma simbólica está representado
en el techo. Es pues el Ara el punto más importante del templo, a partir del cual, se
organiza toda la Logia y los trabajos que en ella se realizan. Es el símbolo de lo invisible por
excelencia, que él expresa formal y sensiblemente, y a él mira simultáneamente toda la
Logia, tanto el Oriente como los otros puntos cardinales.
Ya sabemos que nuestra Logia, al simbolizar el cosmos, simboliza tanto el macro como el
microcosmos puesto que éste es una miniatura de aquél, por lo que el taller es también una
imagen de nuestro templo interno y el ara, por ser su punto central, corresponde en el ser
humano a su corazón, lugar donde se recibe la palabra y la sabiduría divina -testificadas
por el Libro Sagrado que reposa en nuestro altar- lugar de transformaciones y de
realización. Hacia esta transmutación están orientados nuestros esfuerzos; lo que es lo
mismo que pulir la piedra en bruto, o ir ascendiendo escalonadamente los estadios
sucesivos del Conocimiento, que se corresponde con los grados de nuestra Orden.

Recordemos que el Ara es el lugar en el que efectuamos nuestros juramentos, como

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manifestación visible de una energía invisible y trascendente. Sobre ella, como imagen del
centro espiritual, y en lo hondo de nuestro corazón, es que hemos aceptado nuestros
compromisos internos y hemos prometido cumplirlos, llevarlos a cabo. Esto podría parecer
ridículo a aquél que ignorase todo sobre el simbolismo o no hubiera podido salir
verdaderamente del mundo profano. Pero no lo es para los masones, los que al comprender
el símbolo y el rito en el interior de su corazón, los efectivizan, al vivenciarlos. Sin
embargo, es obvio comprender que cada vez que pasamos junto al Ara y lo saludamos, no
sólo estamos dando una muestra de respeto al símbolo en cuestión y a todo aquello que
llevamos dicho acerca de lo que él representa, sino que además renovamos ritualmente
nuestros compromisos y promesas masónicas, volviendo a religarnos con ellas
precisamente en el lugar de la recepción de las emanaciones del Gran Arquitecto del
Universo, lo cual constituye un perenne recordatorio de nuestra auténtica calidad masónica.

Tenemos que, considerada la Logia como un micro universo, teniendo como techumbre el
cielo y como límites del espacio abierto, el Ara debe entenderse como un punto que
constantemente se repite en el universo, y que debe ser el lugar sagrado para el hombre
para la introspección de sí mismo, la observación de sus propias cualidades y defectos, y la
veneración más amplia de un todo.
Q .·. H.·.. Jeffrey Valle Franco.

El Piso de Mosaico

“Uno de los símbolos Masónicos más difundidos en la decoración de las Logias alrededor del
mundo lo constituye el piso de cuadros blancos y negros del Taller conocido como el
Mosaico, el Pavimento y el Tablero.

“La historia nos muestra que el Pavimento de Mosaico es uno, si no, el más, antiguo
ornamento de la Orden, ya mencionado en rituales egipcios de más de 5.000 años, y en
rituales masónicos que datan del 1720, de origen inglés. Este se encuentra rodeado de la
orla dentada, en este caso, una cadena de unión, que marca la frontera de nuestro mundo
sacro del profano, junto con la estrella que simboliza al universo.

El pavimento de mosaico, es más común de lo que nosotros podemos suponer. Este se


encuentra en museos, palacios, congresos. Adorna monumentos nacionales y es parte de
nuestra historia. Moda arquitectónica, muy popular, se transformo en una especia de firma
secreta, dejada por muchos hermanos, en casas de estudios y construcciones de
importancia, sumada a la arquitectura romana y de arcos. Por lo mismo, resulta fácil
descubrir lugares en donde el pavimento fue dejado, como legado de su mensaje.

Etimológicamente la palabra mosaico, proviene del latín MUSIVUS y del griego MOUSEION,
o sea propio de las musas. Es el resultado de la combinación de piedras, maderas nácar y
 

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vidrios de colores. Históricamente se reconocen a lo menos tres tipos de mosaicos: el Opus
Tesellatus, en dos colores, generalmente blanco y negro, el Opus Sectile, formado por dos
pequeñas teselas de colores diferentes, y los mosaicos multicolores en los que se
desarrollan grandes composiciones utilizando mármol, esmaltes, pinturas y vidrios opacos.

A través de la historia, el mosaico como recurso, fue ocupado por un sin fin de culturas,
para plasmar temas religiosos, históricos, teatrales, circenses, símbolos mitológicos, etc.
Pasando de los mayas y los aztecas, cuyos mosaicos son un legado arquitectónico, los
romanos y su influencia en la decoración de las iglesias y los árabes, cuyos mosaicos fueron
la firma en la construcción de palacios, el mosaico se transformo en una impronta cultural y
temporal, expresando un mensaje más allá de su belleza. Mostrándonos la fragilidad de la
existencia y lo trascendente del alma.

El piso de los templos masónicos está formado por baldosas cuadradas o por dobles
triángulos rectángulos, simbolizando fundamentos de nuestra orden, tales como la armonía
y la igualdad, y afirmando la coexistencia de HH.∙. pertenecientes a diversos niveles
sociales, razas, ideas políticas y creencias religiosas, solo destacados por sus virtudes,
capacidades y méritos propios.

En algunas Logias encontramos un pequeño tapete en el centro del salón como un tablero
de ajedrez, en otras los cuadros blancos y negros van de pared a pared del recinto, o solo
ocupan el piso de la Cámara del Medio, o se presentan en diversas variaciones, etc. Aunque
no hay unanimidad, el sentido general permanece siempre muy apegado a que el negro
representa el mal y el blanco el bien, sin importar si es descrito desde la óptica metafísica,
filosófica, teológica, moral, o desde la perspectiva racional.”

El blanco y el negro han tenido o tienen, varias acepciones: en el transcurso de la historia.


La fe y la esperanza eran blancas entre los antiguos. Blanco era el color de Júpiter, padre
del día. Negro, Plutón, rey de las oscuras tinieblas. Los sacerdotes de los antiguos misterios
de Egipto, vestían de blanco, no solo en sus ceremonias sino en toda la su vida. De igual
forma los esenios vestían de blanco, la misma ropa que uso Cristo en su vida conocida.
Las baldosas del templo cumple además otra función simbólica, reflejan la dualidad de la
existencia: Día y noche, placer y dolor, virtud y vicio, frío y calor, nacimiento y muerte,
amor y odio, las honras y las calumnias, contrastes que acompañan al hombre por los
caminos de la vida, pero sobre todo, aquellas que de alguna forma son parte del equilibrio
del plan universal.”

“El pavimento de mosaicos se halla situado a continuación de las columnas en el centro del
templo como prolongación de la tensión formada por los pares de opuestos simbolizados
por dichas columnas que son a la vez el portal que nos separa del mundo profano más
polarizado aún. La primera impresión que nos da el mosaico es la de una combinación
binaria y dual. Todos estos aspectos duales se van desplegando en forma paralela, pero en
 

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sentido inverso de uno respecto al otro. Vale la pena en este punto aportar tres elementos
que pueden enriquecer nuestro conocimiento: primero la concepción de la física de que la
diferencia entre opuestos polares es de grados, segundo que los opuestos son
complementarios y tercero que cada uno contiene la semilla del otro.

Esto se manifiesta a través de los contrastes o variaciones lumínicas esenciales: el blanco y


el negro. El blanco se asocia arquetípicamente con la luz, la pureza, la existencia, la vida y
lo “diestro” y el negro con la oscuridad, el miedo, la no existencia, la muerte y lo siniestro”.
En el sentido más inmediato, la yuxtaposición del blanco y del negro representa,
naturalmente, la luz y las tinieblas, el día y la noche, y, por consiguiente, todos los pares de
opuestos o de complementarios (apenas es menester recordar que lo que es oposición en
cierto nivel se hace complementarismo en otro, de modo que el mismo simbolismo es
igualmente aplicable a uno y otro); a este respecto, pues, se tiene el exacto equivalente del
símbolo extremo-oriental del yin-yang

El mosaico simboliza el caminar por sobre las apariencias tanto favorables como
desfavorables, como las sombras que Platón describiera en la Alegoría de la Caverna, y
sabiendo que son ilusorias, vivenciar a ambas sin dejarse exaltar por unas o abatirse por
otras, conservando un ánimo sereno y constante. En otras palabras, la ecuanimidad que
nos enseñara el Buddha.

Dentro del macrocosmos que representa el templo masónico, el pavimento de mosaicos nos
lleva al microcosmos, a la tensión cotidiana de fuerzas a las cuales debe enfrentarse el ser
humano, tanto en su vida masónica como en su vida profana.

Sin embargo, estas fuerzas se hallan una al lado de la otra, interrelacionándose, formando
un todo, lo que explica la posibilidad de trascender los pares de opuestos.

Coronando el mosaico se encuentra el Ara en el centro de la Logia, elevándose por sobre


los pares de opuestos y que nos permite percibir la verdad trascendente, oculta bajo estas
aparentes contradicciones. Sobre el Ara se encuentran las tres luces y el Libro Sagrado
abierto en el Evangelio de San Juan que en su primer versículo nos habla de la energía
creadora y purificadora del Verbo, energía que puede completar la obra alquímica de
transmutación interior de la polaridad a la unidad.

Como conclusión de este primer trazado propiamente masónico, puede apreciar en lo


investigado el profundo sentido del simbolismo presente en el templo de la logia y la
interrelación de sus partes, ya que nada está situado al azar, sino que muy por el contrario,
cada símbolo manifiesto y cada gesto ritualístico representan una nota más en la Armonía
del Mundo

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Considero que la instrucción silenciosa del mosaico nos aporta profundas enseñanzas
basadas en un equilibrio de lo opuesto, con un amplio sentido esotérico que nos invita a
transitar por el camino de nuestra vida tanto profana como masónica a través de las
dificultades y obstáculos en busca del camino hacia la perfección.

La Masonería, concebida desde un principio como un punto de encuentro de personas


diferentes, no podría ser ajena a la experiencia del bien y el mal en su interior, y parte de
su método de construcción consiste en recordar que permanentemente nos encontramos
transitando un terreno plagado de bondades y maldades, de ignorancia y de sabiduría, de
luz y de tinieblas, de valores y antivalores, de cualidades y defectos y de vicios y virtudes.

Mosaico Blanco y Negro


Por: Iván Herrera Michel

Ya desde los tres pensadores griegos que sirven de punto de partida formal a la filosofía
occidental las reflexiones sobre el bien y el mal se hacen presentes.
Sócrates identificó la bondad con la virtud moral y a ésta con el saber. Afirmó que la virtud
es inherente al hombre que es virtuoso por naturaleza y que los valores éticos son
constantes, por lo tanto el mal es el resultado de la falta de conocimiento.
Platón dice que el bien es la idea suprema y que el mal es la ignorancia.
A su vez, Aristóteles considera una acción buena aquella que conduce al logro del bien del
hombre, por lo tanto, toda acción que se oponga a ello sería mala, y la bondad un atributo
trascendental del Ser.
En 1932, Einstein le pregunta a Freud ¿por qué la guerra?, y Freud le contesta que toda
acción está compuesta de Eros y Tánatos, o sea, de amor y muerte.
Los antropólogos nos recuerdan que nuestros ancestros cromañones duraron 10.000 años
en guerra con los neandertales hasta hacerlos desaparecer de la faz de la tierra. Los
sicólogos evolucionistas nos proponen que la conducta humana puede ser entendida
conociendo su historia evolutiva. Y los científicos naturales nos informan que la violencia
entre individuos de una misma especie es un comportamiento habitual en el reino animal.
Es muy difícil explicar a ciencia cierta la naturaleza y origen del bien y el mal o dar razón de
su existencia, pero si se puede fácilmente identificar la disposición de algunas personas
hacia la hostilidad con sus semejantes o hacia la benevolencia.
La Masonería, concebida desde un principio como un punto de encuentro de personas
diferentes, no podría ser ajena a la experiencia del bien y el mal en su interior, y parte de
su método de construcción consiste en recordar que permanentemente nos encontramos
transitando un terreno plagado de bondades y maldades, de ignorancia y de sabiduría, de
luz y de tinieblas, de valores y antivalores, de cualidades y defectos y de vicios y virtudes.

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De hecho, el mosaico de cuadros blancos y negros se encuentra dentro de la Logia
indicándonos, por contera, que el tema del bien y el mal puede ser también un asunto
interno y no solo del mundo exterior.

“En el principio era el Verbo y el Verbo era con Dios y Dios era el Verbo él estaba
en el principio con Dios todo se hizo por él y sin él no se hizo nada de cuanto
existe en él estaba la vida y la vida era la luz de los hombres y la luz brilla en las
tinieblas y las tinieblas no prevalecen sobre ella”
San Juan nos muestra en estos versículos de su Evangelio la dualidad básica de las
oposiciones humanas: la luz y las tinieblas. Por sobre esta tensión entre ambas polaridades
se encuentra el “Verbo”, la palabra en movimiento que se identifica con la fuerza creadora
—la divinidad— la cual hace posible la irradiación de la “luz” que vivifica al ser humano.

En correspondencia analógica con lo anteriormente expresado, se hace necesario situar la


presencia del ser humano en un espacio vitalizador en particular: la Logia. El Templo
masónico, al igual que el de Salomón, cristaliza el Arquetipo de la análoga estructura
cósmica, resultado de las correspondencias y leyes que gobiernan la realidad universal. Por
lo tanto, en la Logia nada está situado al azar o de modo meramente ornamental, sino que
muy por el contrario, cada símbolo manifiesto y cada gesto ritualístico representan una
nota más en la Armonía del Mundo.
“El pavimento mosaico es un hermoso emblema de la multiplicidad engendrada por la
dualidad, constituida por los pares de opuestos que se encuentran constantemente el uno
cerca del otro...”. (Lavagnini, Manual del Aprendiz, p.126).
Para los templarios, quienes recogieron diversas vertientes iniciáticas, esta dualidad se
manifestaba claramente en aquél pendón de dos bandas característico de la Orden del
Temple: el Beaucéant. En conjunción con la cruz templaría señalaban el camino de la
realización superior a la cual se refieren los alquimistas (nigredo, albedo y rubedo). El
estandarte templario no sólo alentaba el combate durante el enfrentamiento que mantenía
al caballero en permanente tensión de vigilia, aún en los momentos de descanso, como
imagen de un “simbolismo exterior”, sino que también era la divisa de la ‘batalla interna’,
cuya finalidad sobrepasaba con mucho lo volátil de la conquista terrena y aspiraba a la
conquista eterna del alma. No por casualidad se han elegido estos símbolos: recordemos
que el carbono, esencia de nuestra naturaleza orgánica, es negro. Es la materia prima con
la cual trabajamos en el interior de nuestro athanor, en ese claustro íntimo en el cual
mediante sucesivas purificaciones, no exentas de esfuerzo y sacrificio, y en virtud de una
sigilosa y constante transformación, la Naturaleza nos entrega a la luz aquél carbono
cristalizado o piedra preciosa que conocemos como diamante. Esta es la divisa templaría:
nacer de nuevo, recorrer el fango, atravesarlo y levantarse de él hacia la pureza, para
concluir en la fuente del origen donde nos conduce la muerte interior y el sacrificio.

En dicho sentido, deseo recalcar que el color negro de este mosaico de la vida no es signo
de perversión, sino que nos muestra el primer signo alquímico del camino de perfección: la

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putrefacción de la materia de la semilla que debe morir para convertirse en grano de trigo
fructífero, es, por tanto, símbolo de esperanza en una vida interior distinta, en armonía con
otra naturaleza, una naturaleza nueva desde la cual emergen los principios vitales que
estuvieron latentes por mucho tiempo y que ahora buscan el camino hacia su
manifestación. En esta conjunción de caminos, de símbolos y de energías transcurre la
vida, con todos sus avatares que llegan a perturbar el alma.

Sólo para que en la mente quede una imagen, remito a Uds. a ese maestro español del
claroscuro, Francisco de Goya, quien con mano magistral retrata los abismos interiores del
alma de su sociedad hispana.
Al comenzar lo hicimos con una cita en latín y luego señalamos su traducción al castellano.
Creo que fue fácil darse cuenta cómo una cita tan conocida por nosotros, puede quedar
velada al presentarse en un idioma que desconocemos. Y sin embargo estos versículos
aluden a la irradiación de la luz y a su predominio sobre las tinieblas, es decir, al
predominio del conocimiento por sobre la ignorancia, al acto sobre la potencia, a la
evolución sobre la involución, entre otras posibilidades.
El mosaico es, creo, precisamente eso: el caminar por sobre las apariencias, tanto
favorables como desfavorables, gustando de ambas, sin dejarse exaltar por unas o abatirse
por otras, conservando un ánimo sereno y constante.

Dentro del macrocosmos que representa el Templo Masónico, como símbolo de la Gran
Obra Universal, el pavimento mosaico nos lleva al microcosmos, a la tensión cotidiana de
fuerzas a las cuales debe verse enfrentado el ser humano y que se extienden hacia el
infinito, ya que unas operan en un sentido y las otras, en el contrario. Sin embargo, estas
fuerzas se hallan irredargüiblemente contiguas, una al lado de la otra, interrelacionándose,
lo que explica la posibilidad de conciliar dichas oposiciones, pasando por la inmutable ley
universal del equilibrio. Si no, basta con observar el tamaño de los cuadros que conforman
el pavimento mosaico: bastante inferiores al tamaño de un pie normal. No es casual, pero
sí causal. Al caminar por sobre él, indefectiblemente, lo haremos situándonos en ambas
cuadros a la vez, esto es, entre ambas fuerzas que están en dinámica permanente.
Tampoco es casual que coronando el mosaico se encuentre el Ara, en el centro de la Logia,
elevándose por sobre los pares de opuestos y que nos permite percibir la verdad
trascendente oculta bajo estas aparentes contradicciones. Recordemos, también, que sobre
el Ara se encuentran las tres luces y que en medio de ellas se halla el Libro Sagrado, que
nos muestra la energía creadora y purificadora de la palabra en acción —el Verbo—, energía
que completa la obra alquímica de transmutación interior.
Q:. H:. Manuel Eduardo Contreras Seitz R.Lo. "Reflexión" Nº 103 Gran Logia de Chile

La Dualidad

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La DUALIDAD, especialmente en los Seres Humanos, es una de las manifestaciones de la
compleja estructura humana. La “esquizofrenia” que conforma nuestro “yo” (entiéndase en
el sentido de “división” sin connotaciones enfermizas), nos lleva a ser dioses o demonios;
buenos o malos, sublimes o abyectos... Somos la suma crítica de dos factores en perenne y
difícil equilibrio.
Lo dual está presente en todo lo que nos rodea; en nosotros mismos, luchando por
recomponer un equilibrio que algunos (idealizando siempre el pasado de la Humanidad)
piensan pudo existir en otros tiempos y que, hoy, intentamos recuperar con la práctica de
ciertas metodologías (una de ellas sería la Masónica). También se podría pensar que ese
tan deseado “equilibrio” nunca existió en los Seres Humanos....
Quizá la Chispa Primordial (el Creador) quiso poner en el Cosmos y en los que lo
habitamos, de manera harto consciente, esa contradictoria pero necesaria dualidad. Sería
una manera de “provocar”, dentro del libre albedrío que el Ser Humano tiene, la búsqueda
de la perfección; de la unión de los contrarios....
El alquimista Nicolás Valois, en su obra “Los Cinco Libros o la Llave del Secreto de los
Secretos” dice a su discípulo “He dicho que todas las cosas son engendradas de DOS...”
Más adelante le dice también: “Esta cosa es noble y vil (dualidad), a saber, vil en su
corrupción y noble en su generación, pues nunca hay corrupción a la que la más
noble generación no siga”.
Naturalmente, y desde el hermético lenguaje de Nicolás Valois, podríamos entender que la
“corrupción” o “putrefacción” de una determinada materia es necesaria para que se
“genere” o “surja” un nuevo elemento. Mirando un poco más allá y traduciendo al l e n g
u a j e simbólico su mensaje o testamento “filos ó f i c o ” , podríamos t a m b i é n
entender que se hace necesario un proceso de “putrefacción” (abandono de viejos
conceptos o ideas) para hacer posible la “generación” de lo nuevo. Aquí, como decíamos al
principio, aparece de nuevo la eterna pugna por lograr la unidad de los contrarios. Si
deseamos componer una lista de “dualidades” que pueden ser contrarias y/o
complementarias (unas no podrían existir sin las otras), empezando por las más
elementales o primitivas, no resulta excesivamente difícil hacerlo:

NOCHE-DIA LUZ-TINIEBLAS FRIO-CALOR


SECO-HUMEDO BIEN-MAL VERDAD-ERROR
MACHO-HEMBRA SALUD-ENFERMEDAD GUERRA-PAZ
BLANCO-NEGRO SAGRADO-PROFANO

Así podríamos seguir hasta formar una extensa lista...... Desde antiguo se dice que esta
dualidad u oposición es una realidad “subjetiva” que nos impide percibir la “unidad” real de
todo lo creado. Para decirlo más gráficamente: “Principio y Fin” son opuestos pero si los
trasladamos a la circunferencia, por ejemplo, ambos se confunden o “funden” en uno.
El DOS fue para los pitagóricos signo de la imperfección del hombre. Representaba la
diversidad, la desigualdad, el antagonismo, el contraste o cambio.... Al mismo tiempo, es

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mediador y también significa el equilibrio en la pugna del hombre consigo mismo (la lucha
de los contrarios).
En nuestro Simbolismo Masónico, también empleamos lo DUAL que, como siempre, nos
sirve para poder ver y entender las lecciones que de los distintos Símbolos emanan:

-Dos Piedras: una bruta otra pulida.


-Dos Vigilantes.
-Dos Columnas (B y J).
-Compás y Escuadra.
-Piso de Damero (negro y blanco).
La dualidad, como parte inseparable del Ser Humano, nos señala la complementariedad
incluso de lo antagónico. Nos recuerda que todo en el Cosmos tiene su “otro” pues como
decía Nicolás Valois en la obra arriba citada: “todas las cosas son engendradas de a DOS”
Todas....menos el que creó la DUALIDAD.

Las Herramientas del Aprendiz

Toda obra requiere necesariamente de una herramienta. En la mayoría de los casos dicha
herramienta es fácilmente reconocible, como la plomada que usa el albañil para confirmar
la rectitud de una pared, el médico que usa el bisturí para realizar un corte quirúrgico o el
músico que interpreta una pieza con su instrumento. En otros casos, la herramienta es más
difícil de reconocer, como en los procesos de desarrollo de una idea o en la creación de una
obra literaria; es ahí cuando la psicología viene en nuestra ayuda para explicar la forma en
que funcionan los procesos sutiles del ser humano, esta ciencia afirma que “la herramienta
preferida del pensamiento es el lenguaje”.

Queda claro entonces que existen herramientas físicas, visibles, y herramientas no físicas,
como el lenguaje, la lógica, el análisis, la síntesis, la creatividad, etc.
Esta división está también presente en nuestros talleres donde existen herramientas físicas
para el trabajo de cada grado, que se corresponden con herramientas simbólicas, o virtudes
que deben ser desarrolladas por cada H:. en el transcurso de su carrera masónica, con el
afán de poder otorgarse un día con justicia, el título de Francmasón.
Tres son las herramientas esenciales que utiliza el Aprendiz: el mazo, el cincel y la regla de
veinticuatro pulgadas, herramientas que en el mundo profano, nuestros antepasados los
masones operativos utilizaron para hacer de la piedra bruta una obra de arte, a golpe
constante, a medida exacta, y con la precisión perfecta.

Es sabido que el Aprendiz Masón representa en sí mismo a la piedra bruta, pero a su vez es
materia, obrero e instrumento, todo el proceso de desbastado y perfección debe suceder en

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sí mismo, producto del ejercicio y la práctica, de la voluntad y la constancia. Si a cada
instante algo nos mejoramos, cumplimos con la Finalidad Masónica. No está de más repasar
la historia para comprender de dónde surgen las herramientas simbólicas y su alegoría.
La Edad Media fue la época de grandes construcciones de palacios, templos, abadías,
iglesias, catedrales y en general, monumentales edificios. Las construcciones eran
realizadas por expertos en la elaboración de la piedra que guardaban muy en secreto los
conocimientos profesionales. Hacia fines de la Edad Media, con la decadencia del
Feudalismo y la paulatina pérdida del poder de la Iglesia Católica y su división, y más
adelante, ya en la Edad Moderna, con la decisión del Rey de Inglaterra de reconstruir
Londres después del incendio de 1666 con ladrillos en vez de piedra, material que los
Masones desconocían su aplicación y trabajo, las Logias Operativas comenzaron a perder su
fuerza y poder y para financiarse y seguir usufructuando de “tráfico de influencia”,
permitieron el ingreso a sus filas a personas que no tenían ningún conocimiento de la
profesión de Masones o albañiles de la construcción. Estos miembros que no conocían y no
trabajaban la piedra fueron denominados “Aceptados” y con ello se creó una nueva forma y
estilo de Francmasonería: La Especulativa.

Hacia comienzos del siglo XVIII ya prácticamente no existían Logias Operativas. Las Logias
eran Especulativas y las herramientas prácticas de trabajo ya se habían convertido en
Herramientas Simbólicas.

EL MAZO que utiliza la fuerza de gravedad de nuestra naturaleza subconsciente, de


nuestros instintos, hábitos y tendencias, es emblemático de la Voluntad, que constituye la
primera condición de todo progreso, y es al mismo tiempo el medio indispensable para
realizarlo. Pero debemos precavernos de los excesos a los que pudiera conducirnos el
exagerado uso de la facultad volitiva, ya que esta fuerza puede llegar a ser destructiva si
no se la aplica y dirige constructivamente por medio del discernimiento que se necesita
para su manifestación más armónica.
EL CINCEL precisamente representa el propósito inteligente que debe dirigir la acción de la
voluntad. Esa facultad que determina la línea de acción de nuestro potencial volitivo no es
menos importante que esto, dado que de su justa aplicación, alumbrada por la Sabiduría
que se manifiesta como discernimiento y visión ideal, dependen enteramente la cualidad y
bondad del resultado.
Son el Mazo y el Cincel los instrumentos propiamente activos, ya que representan los
esfuerzos que por medio de la Voluntad y la Inteligencia, necesitamos hacer para la
realización efectiva de los Ideales Masónicos. Pero para que la acción combinada de ambos
elementos sea realmente masónica, es decir, útil y benéfica para el propósito de la
evolución individual y cósmica, tiene que ser constantemente comprobada y dirigida por la
REGLA, que representa la Rectitud de nuestra visión y nuestros actos, la moderación, la
templanza y la justa medida que guardan todas las cosas naturales. Las 24 PULGADAS
simbolizan las 24 horas del día, donde en la práctica vivimos tres jornadas, que son el
trabajo diario, la vida masónica y familiar y el descanso.

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La Regla de 24 Pulgadas
Por: Iván Herrera Michel

En las herramientas de los constructores del siglo XVII en las que se inspiró la Masonería
para sus convocatorias morales constructivas, el simbolismo de la regla plegable inglesa de
24 pulgadas reviste un singular significado. En algunos escritos la encontramos con el
nombre de “vara”, lo cual es incorrecto puesto que una vara era una medida de longitud
originaria de España que medía alrededor de tres pies, o sea 36 pulgadas.
La regla de 24 pulgadas la encontramos relacionada con la necesidad de medir el resultado
de nuestros actos, de nuestro horario, de nuestro trabajo, de nuestras palabras, de
nuestros impulsos, de nuestros deseos y de nuestras pasiones, en el ideal pulimento de la
Piedra Bruta personal, la construcción de unas respetuosas y gentiles relaciones humanas y
la materialización de sus circunstancias.
En las ciencias experimentales, un instrumento de medición es una herramienta que cuenta
con unidades básicas de medida estandarizadas de las que toma su valor, gracias a su
precisión y sensibilidad. En este sentido, existen instrumentos para medir la temperatura
de un volcán, la masa de un cuerpo, la longitud entre dos puntos de la tierra, las
propiedades eléctricas de los materiales, el tiempo geológico, la amplitud de un ángulo, la
velocidad de la luz, la presión atmosférica, y un larguísimo etc.

Naturalmente, que, en el lenguaje de los símbolos Masónicos, una herramienta no posee la


mismas características que en las ciencias experimentales, y aunque la Orden comparte con
ellas, metafóricamente, las funciones básicas de medición, la principal diferencia
relacionada con el simbolismo de la regla plegable inglesa de 24 pulgadas, consiste en que
el Masón está convidado a fortalecer la capacidad de determinar autónomamente el valor
de las unidades de cálculo moral con las que va a medir la intensidad de su voluntad
soberana aplicada a su construcción ideal.
Es decir, a medir la prudencia y los alcances de sus actos, y eso se logra con sabiduría y
madurez. Además, nos acerca a la práctica de la sensatez, y a evaluar las situaciones y los
alcances de las opciones.
En este sentido, los antiguos egipcios representaban la prudencia con una culebra que tenía
tres cabezas: una de león, para representar la fuerza, una de perro, para significar la
paciencia, y una de lobo, para figurar la agilidad.
En Masonería no hay que confundirse, puesto que esta libertad valorativa no implica una
licencia para medir “a ojo de buen cubero” nuestros actos. En realidad, estamos frente a
una ética a la manera de la propuesta por Max Scheler, que sostiene que el deber solo
encuentra su fundamento en valores que no se basan en imperativos categóricos
universales, como lo planteó Kant. En la Orden, la regla de 24 pulgadas nos recuerda que
existe una "capacidad estimativa" intuitiva en el ser humano, que facilita el apartar las

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acciones malas y menos malas, de las buenas y menos buenas, y nos invita a hacerlo de
modo consiente.
De esta manera, el hábito de la medición moral soberana constituye uno de los núcleos
duros de nuestra libertad conquistada y ejercida conscientemente. Y un punto importante
en ello, es que la costumbre de medir Masónicamente los actos, pensamientos y deseos se
aplica única y exclusivamente a los nuestros, y no a los de los demás.
En consecuencia, esa propensión a juzgar con metros personales las conductas e ideas de
los demás, con la que solemos encontramos, es un experiencia a la que debemos aplicar
una tolerancia cero, reduciendo al mínimo el tiempo entre el abuso y la respuesta
correctiva, para evitar que de exclusiones simples se pase a complejas.
En mi parecer, esta sería una buena forma para explicar a los Aprendices que el simbolismo
de la regla de 24 pulgadas, en el método constructivo Masónico, le ofrece la oportunidad de
convertirse en un ser humano más autocontrolado. Que no es poca cosa.

El Mazo, El Cincel, El Nivel, La Plomada, La Escuadra y el Compas

Según la leyenda, los Aprendices que trabajaban en la construcción del Templo de Salomón
cambiaban de instrumentos y de trabajos cuando pasaban a Compañeros. Unos eran
cortadores de piedra en las canteras y los otros ajustaban más exactamente las piedras que
habían sido desbastadas.

La instrucción del grado de aprendiz, revela su misión altamente pacífica y civilizadora, y


deja entrever, con más claridad los nobles ideales que sustenta la Francmasonería. Los
masones trabajan en la construcción de un Templo moral, consagrado a la virtud y a la
ciencia, bajo los auspicios del G:. A:. D:. U:., y como ya se dijo el trabajo del aprendiz es
desbastar la piedra bruta, lo que simbólicamente significa dominar sus pasiones y
perfeccionar su espíritu.
La Logia representa el Universo, Por eso en ella caben todos los hombres y se observan en
su bóveda la imagen de un cielo estrellado, cubierto de nubes por algún lado, apareciendo
en el Oriente el Sol y la Luna.

Las dos columnas del Templo son huecas, con el fin de guardar en ellas las herramientas
del trabajo, cuando se culmina la jornada, simbolizando que las herramientas no pueden
ser utilizadas sino por el masón y por ello deben quedar ocultas hasta que se vuelva
reanudar la labor. Las Granadas entreabiertas colocadas en los capiteles de las columnas,
representan el contacto que debe existir entre todos los masones del Universo, formando
un conjunto tan aproximado en sus ideas y procedimientos como lo están los granos
apretados de dicho fruto, y una perfecta unión, simbolizada por la cuerda de nudos que
rodea la cornisa del Templo.

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El trabajo de la piedra, es verdaderamente el primer trabajo humano y necesita para su
perfección tres instrumentos característicos, que son el martillo, el cincel y la escuadra.
La escuadra nos sirve de medida a fin de asegurarnos de que la obra más propiamente
activa de los dos primeros procede con las normas o criterios universalmente reconocidos y
aceptados; que no son otros que los medios complementarios con los cuales la perfección
concebida o reconocida ha de hacerse efectiva.
La escuadra nos ofrece el símbolo de la rectitud masónica, y el aprendiz la usa como signo,
y en cada uno de los pasos de su marcha para recordar el deber que tiene el masón de que
sus actos se ajusten a la rectitud.
La escuadra es el esfuerzo para realizar el ideal que nos hemos propuesto y que pueden ser
constantemente comprobados y modificados, para que estén encaminados en la dirección
del ideal, según lo muestra la simbólica marcha del Aprendiz, que trata de acercarse por el
camino de la perfección, avanzando con lentitud desde el Occidente, donde se hallan las
tinieblas, hacia el Oriente, foco de donde parte la luz y lugar del planeta de donde vinieron
la sabiduría y la civilización. La escuadra representa la igualdad que ha de reinar en todos
los hombres y constituye la joya del Venerable Maestro, simboliza y expresa la Sabiduría,
que le obliga a ser recto e imparcial en sus juicios y moral en sus costumbres, para dar el
ejemplo a los obreros de su Logia.
En cuanto al martillo y el cincel, como instrumentos debidamente activos, simbolizan los
esfuerzos que, por medio de la Voluntad y de la Inteligencia, necesitamos hacer para
acercarnos a la realización efectiva de esos Ideales, que representan y expresan la
perfección latente de nuestro Ser Espiritual. El martillo, que utiliza la fuerza de gravedad de
nuestra naturaleza subconsciente, de nuestros instintos, hábitos y tendencias, es, por
tanto, emblemático de la Voluntad, que constituye la primera condición de todo progreso, y
es al mismo tiempo el medio indispensable para realizarlo.
Debemos, sin embargo, ser precavidos de los excesos que pudiera conducirnos el culto
exagerado del impulso de la voluntad, dado que los resultados de esta Fuerza entre todas
las fuerzas cósmicas también pueden ser destructivos, cuando no se aplique y dirija
constructivamente por medio del discernimiento que se necesita para su manifestación más
armónica, de acuerdo con la Unidad de todo lo existente.
El martillo empleado sin el auxilio del cincel, que concentra y dirige la fuerza de aquél en
armonía con los propósitos de la obra, pudiera fácilmente destruir la piedra en lugar de
acercarla a la forma ideal para su destino, así igualmente la Voluntad que no se acompaña
con el claro discernimiento de la Verdad no puede nunca manifestar sus efectos más
sutiles, benéficos y duraderos.
El propósito inteligente que debe dirigir la acción de la voluntad es lo que representa
precisamente el cincel, como instrumento complementario del martillo en la Obra masónica.
Esta acción combinada de ambos instrumentos, es la razón masónica, que debe ser, útil y
benéfica para el propósito del perfeccionamiento individual y cósmica, tiene que ser
constantemente comprobada y dirigida por la Escuadra de la Ley, cuyo ángulo recto
representa la rectitud de nuestra visión, que nos lleva a la armonía con nuestros
semejantes y nos hace progresar íntegramente en la Senda del Bien.

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El mallete es el signo de autoridad del que lo lleva, y a la vez el mazo simbólico que
representa la fuerza, que con el cincel, representa la constancia de la perfección, sirve para
desbastar la piedra bruta, que representa la imagen del alma del profano antes de ser
instruido en los misterios masónicos. El martillo, emblema de la Fuerza, puede atribuirse al
Primer Vigilante, y el cincel, productor de la Belleza, al Segundo.

El compás, símbolo de la seguridad y de la conducta. Que parece ser emblema de la


geometría, tiene en la Masonería una significación filosófica, basada en la perfecta
solidaridad.
En consecuencia, siendo el circulo la primera figura curvilínea plana, cerrada y perfecta,
como el triangulo equilátero es la primera figura rectilínea, igualmente perfecta, y estando
el circulo determinado por la rotación de una de las puntas del compás alrededor de la otra
como centro, considerando que este centro es el masón, equidistará de todos los puntos de
la circunferencia, que son los hombres, y como todos estos puntos tienen las mismas
propiedades, los seres todos que componen la humanidad tendrán el mismo derecho a las
consideraciones, a la instrucción, a la caridad, y a todos debe llevar el masón, colocado en
el centro de la humanidad, la luz de la verdad, los beneficios de la ciencia y el ejemplo de
las virtudes.
El Nivel, elemento matemático que se emplea para trazar líneas paralelas al horizonte, la
invención del primero, se atribuye a Dédalo, después de haberse fugado del laberinto de
Creta, allá por los años 1300 antes de nuestra era, otros dicen que su primer inventor, fue
Rhicus, arquitecto del laberinto de Samos; el nivel es el símbolo de igualdad masónica y la
igualdad ante la ley, base de las democracias y fundamento de la libertad, a la que está
sujeto el poderoso y encumbrado personaje, lo mismo que el más humilde de todos los
iniciados, este símbolo es la joya que adorna al primer vigilante.
El nivel sirve para nivelar horizontalmente la base sobre la cual se levantara el templo.
Plomada, pesa de plomo (u otro material hoy en día) usada generalmente en albañilería
suspendida de un cordel y que sirve para comprobar si algún objeto está perpendicular al
horizonte.
La plomada simboliza en masonería la atracción, la rectitud que debe resplandecer en todos
los actos y juicios de un buen masón y es también emblema de la justicia y la equidad que
han de tener indispensablemente todos los fallos emanados de los tribunales masónicos.
Para recordar estos deberes es por lo que todos los signos de los grados simbólicos se
hacen siempre por la escuadra y la plomada, que constituye la joya del segundo Vigilante.
La plomada sirve para alinear verticalmente las fuerzas de gravedad y definir el eje sobre el
cual se edificara toda construcción.
La regla de veinticuatro pulgadas, simboliza la actitud juiciosa, comedida y el armónico
equilibrio en que debemos actuar en la vida, en el interior del espíritu masónico, pues
representa el día con sus 24 horas donde en la práctica vivimos tres jornadas, que son el
trabajo diario, la vida masónica y familiar y el descanso, esto a su vez es evocación de las
tres grandes edades del hombre: Infancia, Juventud y senectud, estando en todo ello
mirando siempre el Gran Arquitecto del Universo.

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Las luces del Taller son: El Venerable Maestro, ya que del Oriente parte la sabiduría
iluminando la Logia y es el que preside los trabajos, teniendo cerca de si la estatua de
Minerva, que simboliza el saber humano. El Primer vigilante, que representa la Fuerza,
simbolizada por Hércules, y El Segundo Vigilante, representante de la Belleza, que esta
simbolizada por la estatua de Venus Citerea.
Estas son las tres luces y fuertes Columnas morales o simbólicas que sostienen la Logia:
Sabiduría, Fuerza y Belleza.
Los masones son constructores, y nunca pueden dejar de serlo mientras sean masones, y
es su deber hacer las mejores o más grande Obra Constructivas que puedan realizar, aún
cuando en su entorno parezcan triunfar y dominar momentáneamente las tendencias y las
fuerzas destructivas. Como constructores debemos seguir afirmando y sosteniendo los
Principios Ideales y Valores Morales, ya que únicamente sobre ellos puede establecerse en
el mundo el Reinado de la Luz, de la Paz y de la Felicidad.
Alonso C. Moreno Juárez
M:. M:.

Unidad – Dualidad– Trinidad

La Unidad del Todo

La Primera Ley o Principio, cuyo reconocimiento caracteriza y distingue constantemente al


verdadero filósofo iniciado, es la de la Unidad del Todo o, como lo decían los antiguos: En
to Pan - “Uno el Todo”. Todo es Uno en su Realidad, en su Esencia y Sustancia íntima y
fundamental; todo viene de la Unidad; todo está contenido y sustentado por la Unidad;
todo se conserva, vive, es y existe en la Unidad; todo se disuelve y desaparece en la
Unidad.
La Unidad está simbolizada naturalmente por el punto, origen de la línea recta, del círculo y
de toda figura geométrica (el punto superior que, reflejándose en su aspecto dual,
representado por los dos puntos inferiores, forma los tres puntos que caracterizan a los
masones).
El Punto, en cuanto simboliza la Unidad, es un centro, el Centro de Todo, el Centro
Omnipresente, en el cual se hallan contenidos, en su totalidad y unidad, el espacio, el
tiempo y todas las cosas existentes. No hay lugar en donde no se encuentre y que no sea
una manifestación o aspecto parcial de esta Sublime Unidad que constituye la Eternidad y
el Reino de lo Absoluto.
Este Todo es evidentemente el ser, es decir, lo que es Ego sum qui sum; he aquí la
definición de la Realidad que constituye el Gran Todo, la Esencia y Sustancia de toda cosa,
potencialmente contenido en todo “ser” y parcialmente manifiesta en toda existencia, y en
el cual vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser.

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El conocimiento del Uno (un conocimiento que para ser tal debe superar la ilusión de la
dualidad, entre “sujeto conocedor” y “objeto conocido”, que es la base de todo
conocimiento ordinario) es el objeto supremo de toda filosofía y de toda religión: todo
conocimiento relativo que se funde en este reconocimiento de la Unidad del Primer Principio
tiene su base en la Realidad; toda ciencia o conocimiento que lo descuide no es verdadera
ciencia ni verdadero conocimiento, dado que descansa fundamentalmente en la ilusión.
Conocer la Unidad del Todo es, pues, conocer la Realidad, “lo que es” verdaderamente; y
no reconocerla, o admitir implícitamente que puede haber dos principios fundamentales y
antinómicos, o que no hay unidad e identidad fundamentales entre dos cosas u objetos en
apariencia distintos, significa vivir todavía en el Reino de la Ilusión o en la apariencia de las
cosas y no saber discernir entre lo real y lo ilusorio.
La Luz Masónica consiste en este discernimiento fundamental, que nos hace progresar
constantemente en inteligencia desde el Occidente, que es el Reino de la Ilusión, de la
Multiplicidad y de la Apariencia, hacia el Oriente, que es el Reino de lo Real, de la Unidad y
del Ser. En el Occidente vemos al Uno manifestado en diversidad de seres y cosas distintas,
sin aparente lazo o relación entre ellos; mientras que en el Oriente reconocemos la Unidad
en la multiplicidad (Unidad esencial, sustancial e inmanente, en una multiplicidad aparente,
contingente y transitoria) y el lazo o relación interior que unifica la multiplicidad externa.

Cada punto del espacio es un centro y un aspecto del Ser, un Centro o aspecto de esta
Unidad, de la que tiende a reproducir en sí mismo las infinitas potencialidades: así pues, en
lo infinitamente pequeño está contenido el Misterio del Todo y del Infinito, y en cada
aspecto del Ser hay indistintamente todas las posibilidades del Ser y de la Unidad.

La Dualidad de la Manifestación

Aunque todo sea uno en esencia y realidad, todo se manifiesta y aparece como dos. Unidad
y Dualidad están así íntimamente entrelazadas, indicando la primera el Reino de lo
Absoluto, y la segunda su expresión aparente y relativa, sin que haya ninguna separación
verdadera entre estos dos aspectos (o distintas percepciones) de la misma Realidad.
Así como la Unidad caracteriza al Ser (en el cual no puede haber ninguna diferencia o
antinomia), así igualmente la Dualidad expresa la existencia en sus múltiples formas,
entretejidas, por así decirlo, en los pares de opuestos, que constituyen el sello que marca el
mundo de los efectos y la Ley que gobierna toda manifestación.
La dualidad empieza en el dominio mismo de la conciencia, con la distinción entre “yo” y
“aquello”, entre sujeto y objeto (sujeto conocedor y objeto conocido), constituyendo así el
fundamento de todo nuestro conocimiento y experiencia, tanto inferior como exterior. No
debe, pues, maravillarnos que, estando el sentimiento de la dualidad tan fuertemente
arraigado en la ilusión de nuestra personalidad, nos sea difícil sustraernos de la misma y
llegar así a la perfecta conciencia de la Unidad trascendente del Todo, en la cual la ilusión
de la dualidad –que forma la base de nuestro pensamiento ordinario- está superada por
completo.
 

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Tenemos dos ojos para ver, a los cuales corresponden dos oídos y dos distintos hemisferios
cerebrales, como instrumentos orgánicos de nuestra inteligencia, y dos manos y dos pies,
instrumentos de nuestra voluntad. Y como nuestro pensamiento ordinario se basa sobre lo
que vemos y oímos, es evidente que nuestra visión exterior de las cosas deba ser
invariablemente “marcada” por esta dualidad, místicamente simbolizada por el Árbol de la
Ciencia del Bien y del Mal, comiendo de cuyo fruto se pierde momentáneamente la
conciencia de la Unidad, que sin embargo constituye nuestra Sabiduría instintiva y
primordial (anterior a la caída en el dominio dual de la conciencia material).
Solamente cuando aprendemos, por medio del discernimiento y de la abstracción filosófica,
a unificar los dos aspectos de nuestra visión exterior por medio del ojo simple de nuestra
conciencia interna, llegamos al conocimiento de la Realidad (que es conocimiento de la
Unidad), y la ilusión de la Dualidad y de la Multiplicidad pierde enteramente el poder que
ejerció sobre nosotros.
Entonces el “yo” se identifica con “aquello”, el sujeto con el objeto, el conocedor con lo
conocido, y se desgarra para siempre el velo detrás del cual Isis (el Misterio Supremo de la
Naturaleza) se esconde a la vista profana. Pero, mientras tanto, el Velo de la Ilusión
permanece tendido entre las dos columnas, y la ciencia ordinaria –la ciencia que se basa
sobre la observación y la experiencia que nos vienen de la ilusión de los sentidos- es
impotente para levantarlo.

El Ternario

Todo par de elementos o principios opuestos y complementarios encuentra un tercer


elemento, el intermediario equilibrarte o Principio de Armonía, reflejo en el mundo de lo
relativo de la Unidad Preantinómica originaria.
Así cesa el conflicto de los dos opuestos y la Dualidad se hace fecunda y se resuelve en
impulso evolutivo, constructivo y progresista.
El Padre y la Madre engendran al Hijo, Osiris e Isis engendran a Horus, y el Azufre y la Sal
producen el Mercurio; Vishnú, el Conservador, se establece entre Brahma el Creador y
Shiva el Destructor; el Arquitrabe se levanta sobre las dos columnas y origina la Puerta; el
Hombre, o sea la Criatura Perfecta, nace de la unión del Cielo con la Tierra, realizando la
mística unión y la expresión de lo Superior con lo Inferior.
2+1=3
Todo Ternario resulta de una Dualidad, a la cual se le agrega una nueva Unidad del mismo
género, que puede considerarse como la resultante de la unión de los elementos
constitutivos del Binario o Dualidad. Así, por ejemplo, toda vez que nos esforzamos en unir
los dos lados o líneas divergentes del ángulo por medio de una nueva línea horizontal,
obtenemos como resultado un triángulo, es decir, la primera y más sencilla de las figuras
geométricas. En el campo de las ideas, la Verdad se encuentra una vez examinada la tesis
y la antítesis, el pro y el contra sobre un asunto determinado, que nos conduce a la
solución del problema que nos ocupa, con la síntesis de los argumentos favorables y de los
contrarios.
 

53 
 
La escuadra, que es uno de los símbolos fundamentales de nuestra Institución, nace de la
unión de la perpendicular con el nivel. Lo mismo puede decirse del Mallete, que no es otra
cosa sino la Tau de los antiguos iniciados, y lo mismo igualmente de la cruz formada por la
unión de una línea vertical con la horizontal.
En los tres casos, la vertical es el símbolo del Principio Activo o masculino, que corresponde
al azufre de los alquimistas y puede considerarse como el Padre del Universo; la horizontal
representa análogamente el Principio Pasivo o femenino, la sal de los alquimistas, o sea la
Madre del Universo.
Y la unión de los dos forma un nuevo elemento o Principio que hace fecundas y
constructivas las posibilidades de los dos primeros, realizando la Armonía y originando el
Ritmo y el Movimiento.
Esto resulta evidente por la svástica, o cruz en movimiento, símbolo antiquísimo como
universal, que representa la Vida que anima a los cuatro elementos, nacidos por la unión de
los dos elementos primordiales en la cruz. La Vida representada por la svástica es el mismo
mercurio de los filósofos, o sea el Hijo del Padre y de la Madre celestes.

Otros significados del Tau y de la Cruz pertenecen a grados diferentes del de Aprendiz, y de
ellos hablaremos en su lugar.

Los Tres Puntos

Los tres puntos masónicos constituyen el más simple y característico emblema del Ternario.
Eligiendo este símbolo juntamente con la escuadra y el compás, como distintivo de la
Orden, los Fundadores de la misma dieron prueba de una perspicacia y sabiduría que quien
conoce el valor oculto de las cosas nunca puede negarles.
Estos tres puntos sintetizan admirablemente el Misterio de la Unidad, de la Dualidad y de la
Trinidad, o sea el Misterio del Origen de todas las cosas y de todos los seres.

Encontramos estos tres puntos, armónicamente juntos y diferenciados en una Unidad


Oriental y una Dualidad Occidental, en las tres Luces del Ara, en torno del Libro de la
Tradición que llega a través de los siglos la Eterna Verdad, y de los instrumentos que se
necesitan para comprenderla y aplicarla.
El punto superior representa, como es evidente, la Unidad Fundamental o Primer Principio
Preantinómico, Originario e Inmanente, del cual todo tuvo nacimiento. Es el Absoluto, el
Ain-Soph cabalístico, que existe “en principio”, y en el cual existen en principio todas las
cosas.

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Brahma, Vishnú y Shiva, el Creador, el Conservador y el Destructor del Universo; Osiris,
Isis y Horus, o sea el Padre, la Madre y el Hijo, forman en Él una sola persona y un solo
ser, una única indivisible Realidad. Es SAT “lo que es” el fundamental Principio inmanente y
trascendente de toda existencia, el Fulcro Central Inmóvil que es Origen y Principio de la
Creación.
Los dos puntos inferiores son, igualmente, una imagen de la Dualidad; los mismos dos
Principios que representan las dos columnas, de cuya unión y de cuyas múltiples acciones y
reacciones aparece producida la multiplicidad fenoménica del Universo. Cada uno de ellos
es un distinto aspecto de la Unidad Primordial Originaria, que permanece indivisa e
indivisible en su dúplice aparente manifestación: el uno existe en cuanto existe el otro, y
los dos se resuelven en el Principio Fundamental del cual tuvieron nacimiento. Y
efectivamente, si hacemos acercar los dos puntos inferiores, con movimiento igual, al punto
superior, se aproximan igualmente el uno al otro, y cuando se juntan con éste, también se
juntan mutuamente.
Si trazamos dos líneas entre el punto superior y los dos puntos inferiores, obtenemos el
ángulo que expresa, con sus dos lados emanados de un único vértice, esta misma dualidad
de los dos Principios, emanaciones o aspectos de un solo Principio Originario.
Y si trazamos otra línea que una los dos puntos inferiores, obtenemos el triángulo, cuya
base, uniendo a los dos elementos, representa el tercero, que reproduce en sí, en el mundo
de lo relativo, un nuevo aspecto contingente de la Unidad Preantinómica Absoluta.
Así los tres puntos muestran aisladamente los tres Principios que constituyen la Unidad
Originaria y la Dualidad de la manifestación. Y la Unión de los tres puntos, por medio de
tres líneas, evidencia los tres Elementos primordiales –el azufre, la sal y el mercurio, o el
Padre, la Madre y el Hijo- que hacen fecunda y constructiva la actividad de los tres
Principios.
Mientras el punto superior corresponde al Oriente y al Mundo absoluto de la Realidad (y, en
la Logia, al Delta, emblema de la Unidad triunitaria), los dos puntos inferiores corresponden
al Occidente, o sea al Mundo Relativo, que es el dominio de la apariencia, y en la Logia a
las dos columnas emblemáticas de la Dualidad.
Y el progreso masónico se halla también aquí indicado sintéticamente, con el progreso de la
inteligencia, que se levanta sobre el dominio de la mente concreta (Reino de la Dualidad y
de los pares de opuestos), estableciéndose en el sentimiento y en la conciencia de la
Unidad fundamental de todo y de la identidad esencial de todos los seres, por medio de las
facultades superiores de la Inteligencia, que se basan sobre la Unidad, de la misma manera
que la mente concreta basa su lógica y sus juicios en el sentido de la Dualidad.

La Importancia del numero Tres

El grado de aprendiz es el primero en la escala de la masonería y simbólicamente


corresponde a la infancia o primera juventud del hombre, así como el grado de Compañero
se asocia con la madurez y el de Maestro con la senectud.-

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Por ello, como infantes que somos, no debemos dejar de investigar, aprender y preguntar a
nuestros mayores todas las dudas sobre todo aquello que nos inquiete y cautive, como lo
hacíamos cuando niños con nuestros padres, abuelos y amigos mayores en la vida profana.
Llamó poderosamente mi atención la importancia e incidencia del número tres en todos los
símbolos, alegorías y escrituras y enseñanzas destinadas al Ap.·. M.·.

Por ello, comparto con Uds., QQ.·.HH.·. el resultado de mi trabajo de investigación.-


Según la cosmogonía (teoría científica que trata del origen y la evolución del universo), el
número Tres es representativo de la trinidad, sea vista desde la relación existente entre
Padre-Hijo-Espíritu Santo, o desde la relación entre padre-madre-hijo, razón por la cual, el
Tres es símbolo de todas las cosas que existen y también es considerado como un valor
sagrado.-
La palabra Tres, deriva de la lengua latina "trinum" o "tribium", y es el primer número
impar, puesto que se compone por la reunión de Tres unidades; o de otro modo, del uno y
del dos; que vienen siendo la unidad y el primer número par.
En la filosofía de Platón se le considera, como la imagen del ser supremo en sus Tres
personalidades: la material, la espiritual y la intelectual, hecha manifiesto a través de
división tripartita del alma, a saber: el alma racional, inmortal, inteligente, de naturaleza
divina y físicamente ubicada en el cerebro; el alma irascible, mortal, fuente de pasiones
nobles y situada físicamente en el tórax y el alma apetitiva, mortal, fuente de pasiones
innobles ubicada en el abdomen.- Aristóteles llegó al convencimiento de que el Tres
contiene en sí el principio, el medio y el fin, lo que también viene a indicarnos, que es el
símbolo armonía, del factor de conservación y del progreso natural, entre todos los seres y
las cosas.-
Hecha entonces la introducción, veamos entonces como el número TRES se encuentra
presente en todo aquello que roce al Ap.·. M.·.
Nuestra Logia, como todas las esparcidas alrededor del Universo, descansa sobre TRES
columnas llamadas Sabiduría, Fuerza y Belleza.
La Sabiduría que dirige nuestras acciones y es representada en nuestro taller por el
V.·.M.·.es una virtud que permite discernir y distinguir lo que es bueno de lo malo “para
seguirlo o huir de ello”. Insita además al hombre a proceder con templanza, cautela,
moderación y sensatez para desarrollar el buen juicio. Aristóteles planteaba que la sabiduría
es un adorno en la prosperidad y un refugio en la adversidad. Por otra parte Da Vinci decía
“La sabiduría es la hija de la experiencia”.

La Fuerza, que recae representativamente sobre el Primer V.·., es aquello que se encuentra
en lo más profundo de nuestra alma que nos permite superar cualquier temor, y que nos
sustenta en los momentos de pruebas y dificultades. La fuerza espiritual, nos permite amar
a todas las personas y considerar al prójimo como parte de nuestra familia. Esta misma
fuerza nos orienta a la tolerancia y a ser pacientes con los que nos rodean y desarrollamos
con pasión y entendimiento, es el logro supremo que podemos alcanzar durante nuestra
vida.-
 

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La Belleza, en cabeza del Segundo V.·. , adorna nuestras vidas y nuestras almas, busca
bosquejar y devastar la piedra bruta, tosca, la que observan los estados de imperfección en
la que se acumulan los vicios, que debemos trabajar permanentemente para eliminarlos.-
Las TRES columnas están representadas en TRES estilos diferentes de la arquitectura
griega, Dórico, Jónico, Corintio, representando los TRES personajes principales de las
Leyendas Masónicas: el Rey Salomón, Hiram, Rey de Tiro e Hiram Abif, quienes
intervinieron de una u otra manera, para que se llevara a cabo la construcción del Templo
de Salomón.-

TRES también son las luces colocadas sobre el ara, que representan al sol, la luna y al V.·.
M.·., el sol guía a los obreros durante el día, la luna durante la noche y el V.·. M.·. quien los
dirige, guía y orienta con sabiduría y erudición todo el tiempo.-
Así también el Ara sobre la cual se realiza la promesa masónica del aprendiz tiene Tres
lados, acompañada de las Tres Grandes Luces Emblemáticas: Las Sagradas Escrituras, La
Escuadra y el Compás. El A.·.M.·., debe trabajar con Tres herramientas, fundamentales en
su construcción interna como Masón, las cuales son el cincel, el mazo y la regla de 24
pulgadas (que simbólicamente divide en tres los momentos del día de ocho horas cada uno,
dedicados al estudio, al trabajo y a la descanso).-
Asimismo toda esta simbología del Tres en el grado de Aprendiz Masónico, nos debe llevar
a dar repuestas a las Tres preguntas existenciales de todo hombre que centra su vida en el
Espíritu y la Razón, a saber: ¿quién soy?, ¿de donde vengo? y ¿a dónde voy?.-

Asimismo, son TRES los principios de la Masonería LIBERTAD – FRATERNIDAD – IGUALDAD


.-

Libertad, que se adquiere buscando La Verdad, esforzándonos sobre el camino de la Virtud,


libertándonos del error y dominando las tendencias viciosas y pasiones destructivas.
Esta práctica de la Libertad, la obtenemos por medio del uso de la Regla y la Plomada,
siguiendo el camino derecho del Progreso y del Deber.
Igualdad, es la capacidad y conciencia de sentirnos en identidad con todos los seres, la que
nos proporciona una justa y recta norma de conducta con todos nuestros semejantes.

Debemos entonces cultivar esta igualdad en nuestros sentimientos para con nuestros
semejantes, tanto en condiciones favorables como adversas, en la fortuna o en la
desgracia, en el éxito como ante el fracaso.
Esta Igualdad se realiza por medio de la Escuadra y el Nivel.-
La Fraternidad, es el producto y el complemento de la Libertad Individual y la Igualdad
Espiritual, siendo entonces la tolerancia con relación a la Libertad y la comprensión en
relación a la Igualdad
TRES palabras conforman nuestro Lema CIENCIA – JUSTICIA – TRABAJO.-

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Las cualidades que debe tener el Iniciado, también son TRES, PUREZA, BELLEZA y
CANDOR.-
Los viajes de Iniciación, son TRES, en estos viajes, el Iniciado es conducido simbólicamente
a través de los TRES elementos primordiales de la naturaleza: El AIRE, el AGUA y el
FUEGO.-
La marcha del aprendiz se compone de tres pasos que significan igualmente infancia,
madurez y senectud, efectuada con precisión y seguridad con que el iniciado camina hacia
el oriente en la búsqueda permanente de la luz de la sabiduría y del conocimiento; a
diferencia de la marcha del profano que es incierta porque no sabe hacia donde se dirige, el
aprendiz tiene un objetivo fijo y definido.-

Al terminar la marcha se hace el saludo a los TRES dignatarios de la logia y cuyo significado
ha sido definido en cada uno de los tres casos como fe en los ideales masónicos (saludo al
V.·. M.·.), esperanza en alcanzarlos (saludo al Primer V.·.) y amor a la humanidad (saludo
al Segundo V.·.). El saludo por sí mismo representa el juramento de silencio y lealtad a los
principios y misterios de la orden.-
Son TRES también los golpes con que se acepta al aprendiz en la orden y que componen la
batería. El significado de estos TRES golpes, que así mismo se usan para llamar a las
puertas del templo, significan pedid y se os dará, buscad y hallareis, tocad y se os abrirá;
tienen una connotación de humildad, de sencillez y de virtud que indican que para alcanzar
nuestros ideales debemos siempre tener un objetivo claro y un norte trazado.-
Nuestra edad como Aprendiz es de TRES años, haciendo presente las condiciones propias
en la adquisición del conocimiento para asumir un mayor compromiso, como es llegar al
grado de compañero; esta edad nos recuerda la Unión, la Fraternidad y la Armonía,
también TRES cualidades.-
Existen muchos elementos simbólicos de la Masonería, que se relacionan con el Tres, de los
cuales podemos resaltar; División del Tiempo: pasado, presente y futuro.
Facultades del alma: memoria, entendimiento y voluntad.
Puntos de referencias al Sol: levante, zenit y poniente., entre otros

El Número Tres: Tríada y Trilogía Masónica son para el A.·.M.·. símbolos de lo justo, de lo
bello y de lo verdadero, las cuales deben coexistir en todos los momentos de la vida del
Masón para tener una actitud y aptitud de equilibrio en el pensar, sentir y actuar.-
Ya para comenzar a finalizar, no olvido las TRES palabras conforman nuestro Lema CIENCIA
– JUSTICIA – TRABAJO, que no necesitan definición, sino la acción, el constante trabajos de
todos nosotros.-

Por último, como AA.·.MM.·. deberemos siempre tener en cuenta que existen Tres grandes
verdades fundamentales e innegociables, hacía las cuales se encamina la vida, ellas son:

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 El alma del hombre es inmortal y su porvenir es el destino de algo cuyo
crecimiento y esplendor no tiene límites.

 El principio que da la vida moral en nosotros y fuera de nosotros, es


imperecedero y eternamente benéfico, no se le ve, ni se le oye, ni se le huele,
pero lo percibe el hombre anheloso de percibir.

 Cada hombre es su propio y absoluto legislador; el otorgador de su gloria o de


sus tinieblas; el determinador de su vida; el que decreta su propio galardón o
castigo.

JUAN LUIS ROMERO


M.·.M .·. - Logia D.F. Sarmiento – oriente de San Juan

El Número Tres: Tríada y Trilogía Masónica

Según la cosmogonía el Tres es representativo de la trinidad, sea vista desde la relación


existente entre Padre-Hijo-Espíritu Santo, o desde la relación entre padre-madre-hijo,
razón por la cual, el Tres es símbolo de todas las cosas que existen y también es
considerado como un valor sagrado. Este sentido de tríada, rompe las dualidades y aporta
una visión de equilibrio en todos los fenómenos existentes en la Tríada Naturaleza, Hombre,
Dios.
La palabra Tres, deriva de la lengua latina "trinum" o "tribium", y es el primer número
impar, puesto que se compone por la reunión de Tres unidades; o de otro modo, del uno y
del dos; que vienen siendo la unidad y el primer número par. Históricamente sabemos que
entre los antiguos pobladores, el Tres era el más sagrado de los números, aún cuando es
una figura aritmética, a la que se le han atribuido algunas virtudes místicas, al asegurar
que es la base de los signos de la perfección, y por eso vemos que en la filosofía de Platón
se le considera, como la imagen del ser supremo en sus Tres personalidades: la material, la
espiritual y la intelectual, hecha manifiesto a través de división tripartita del alma, a saber:
el alma racional, inmortal, inteligente, de naturaleza divina y físicamente ubicada en el
cerebro; el alma irascible, mortal, fuente de pasiones nobles y situada físicamente en el
tórax y el alma apetitiva, mortal, fuente de pasiones innobles ubicada en el abdomen. Esta
división en tres del alma, en los postulados platónicos, contrario a lo que se puede suponer,
es lo que tácitamente, determina a la unidad hombre, razón por la cual, Aristóteles llegó al
convencimiento de que el Tres contiene en sí el principio, el medio y el fin, lo que también
viene a indicarnos, que es el símbolo armonía, del factor de conservación y del progreso
natural, entre todos los seres y las cosas. Por otra parte, Aristóteles afirma que:

“Tres, en efecto, son las clases de vida que se destacan especialmente: la que acabamos de
señalar [la vida de goce], la política y, en tercer lugar, la contemplativa.”
 

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Esta afirmación, nos deja entrever que la perfección de la vida del hombre está mediada
por el Tres y que los aprendices masones estamos llamados a concretizar con el símbolo de
la regla de 24 pulgadas, que simbólicamente se divide en tres momentos del día de ocho
horas cada uno, dedicados al estudio, al trabajo y a la descanso. Es por eso que el Tres
incide directamente en el espíritu del hombre, afectando su expresión afectiva y su
identificación con la perfección; que el Dios perfecto comparte con el hombre imperfecto. Es
por eso que el Tres, también simboliza el espíritu divino y el fuego divino.

El Tres, desde la Geometría se considera el primer número, pues se necesitan, por lo


menos Tres puntos para conformar el triángulo, primera figura geométrica.
Para los pitagóricos, organización griega de astrónomos, músicos, matemáticos y filósofos,
que creían que todas las cosas son, en esencia, números. El Tres para ellos representa la
superficie; la Tríada, son los Tres niveles del mundo, a saber celeste, terrestre, infernal, y
todas las trinidades. A su vez, consideran que el mundo es el resultado de la inteligencia
(activa), la materia (pasiva) y la tríada (neutro).

Por otra parte, el Tres, desde las primeras expresiones teogónicas de la humanidad se ha
relacionado con las deidades, de ahí que sea considerado número sagrado en las culturas
egipcias, hindúes e israelitas; hoy en día este sentido divino del Tres está fuertemente
presente en las experiencia religiosa del cristianismo.

En el Ritual de Primer Grado, el primer principio dice: “La Francmasonería tiene por
finalidad el perfeccionamiento moral e intelectual del hombre, y por consecuencia, el de la
sociedad profana”. Una de las formas que encontramos en la Orden Masónica para
concretizar este primer principio, en la formación del aprendiz, es a través del simbolismo.
Dentro de los símbolos, propios del primer grado está el Tres, el cual está representado en
los Tres viajes de la iniciación, a través de los cuales superamos los obstáculos, guiados por
el H.•.Exp.•., para llegar a el descubrimiento de la luz, dentro del Templo, ya en condición
de AA.•.MM.•., aparece manifiesto el Tres nuevamente al ser Tres los primeros grados que
se reconocen en la logia, a saber: A.•., C.•. y M.•., son también, Tres golpes en la puerta
del Templo, ellos representan los Tres medios para alcanzar la Verdad, los que permiten
entrar en Logia y Tres los pasos de la marcha para comprometernos con la logia, los cuales,
se ejecutan formando una escuadra con los pies, al terminar cada paso, partiendo con el
pie izquierdo, de Occidente a Oriente. El primer paso de la marcha del aprendiz, simboliza
la infancia; el segundo la juventud y el tercero la madurez. Ellos también significan:
Nacimiento, Vida y Muerte.

Un significado fundamental del Tres, en relación al grado de Aprendiz, es que esa es su


edad, haciendo presente las condiciones propias en la adquisición del conocimiento para
asumir un mayor compromiso, como es llegar al grado de compañero; esta edad nos
recuerda la Unión, la Fraternidad y la Armonía. El simbolismo del Tres es el soporte de toda
 

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la Orden Masónica, a tal punto que ella se rige por Tres gradas para subir a Oriente, y
representadas en Tres gradas con las palabras: Fuerza, Belleza, Sabiduría; ellas son las
cualidades que debe desarrollar A.•.M.•.para llegar a su perfeccionamiento espiritual.

El Ara, sobre la cual se realiza la promesa masónica del aprendiz tiene Tres lados,
acompañada de las Tres Grandes Luces Emblemáticas: Las Sagradas Escrituras, La
Escuadra y el Compás. El A:. M:., debe trabajar con Tres herramientas, fundamentales en
su construcción interna como Masón, las cuales son el cincel, el mazo y la regla de 24
pulgadas. Por otra parte, es importante destacar que el trabajo del A.•.M.•.es dirigido por
Tres Hermanos, V.•.M.•., P.•.V.•., S.•.V.•.
Toda esta simbología del Tres en el grado de Aprendiz Masónico, nos debe llevar a dar
repuestas a las Tres preguntas existenciales de todo hombre que centra su vida en el
Espíritu y la Razón, a saber: ¿quién soy?, ¿de donde vengo? y ¿a dónde voy?

Dentro del desempeño del A.•.M.•. al entrar en el Templo ejecuta Tres saludos, el primero
al V.•.M.•., y significa: “tengo fe en mis ideales”; el segundo, al P.•.V.•., significa: “Tengo
esperanza en realizarlos” y el Tercero S.•.V.•., significa, “amor a la humanidad. Son tantos
los elementos simbólicos de la Masonería, que se relacionan con el Tres, de los cuales
podemos resaltar:
Fundamento de la Masonería: libertad, igualdad y fraternidad.
División del Tiempo: pasado, presente y futuro.
Facultades del alma: memoria, entendimiento y voluntad.
Puntos de referencias al Sol: levante, zenit y poniente.
Fases del día: aurora, mediodía y crepúsculo
Manifestaciones de la electricidad: luz, fuerza y calor.
Divisiones principales del cuerpo: cabeza, tronco y extremidades.
Dimensiones de los cuerpos: longitud, latitud y profundidad.
Colores Primarios: rojo, azul y amarillo.
Reinos de la Naturaleza: animal, vegetal y mineral.
Estados de la materia: sólido, líquido y gaseoso
Todos ellos de una u otra forma están directamente relacionados con el aire, el cual
representa las fuerzas de la naturaleza; con el agua, que representa la purificación y con el
fuego, que representa el amor hacía nuestros semejantes. Como A:.M:.se debe tener en
cuenta que existen Tres grandes verdades fundamentales e innegociables, hacía las cuales
se encamina la vida, ellas son: El alma del hombre es inmortal y su porvenir es el destino
de algo cuyo crecimiento y esplendor no tiene límites.
El principio que da la vida moral en nosotros y fuera de nosotros, es imperecedero y
eternamente benéfico, no se le ve, ni se le oye, ni se le huele, pero lo percibe el hombre
anheloso de percibir.

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Cada hombre es su propio y absoluto legislador; el otorgador de su gloria o de sus
tinieblas; el determinador de su vida; el que decreta su propio galardón o castigo.

El Número Tres: Tríada y Trilogía Masónica son para el A.•.M.•. símbolos de lo justo, de lo
bello y de lo verdadero, las cuales deben coexistir en todos los momentos de la vida del
Masón para tener una actitud y aptitud de equilibrio en el pensar, sentir y actuar.

El Triángulo

El concepto que tenemos del triángulo se relaciona con una figura geométrica de tres lados
y tres ángulos, cuando los lados y ángulos son iguales estamos hablando de un triángulo
equilátero. Desde el punto de vista filosófico y dentro de la simbología Mas.: con la
denominada plancha triangular, la cual contiene tres preguntas que nos sirven para conocer
su calidad Moral, Física e Intelectual, partiendo de una visión individual y ampliándose a
una general. EL simbolismo que podemos entender con el triángulo nos permite reconocer
la representación de la vida y la naturaleza así como del proceso de evolución del universo.
Cada lado del triángulo tendrá como significado el cual lo podemos relacionar para
complementar una idea que estemos analizando o desarrollando tanto a nivel físico como
mental, por ejemplo: el ciclo de la vida, esta comprendido por tres estados, a saber, el
nacimiento, la vida y la muerte. Un aspecto importante del triángulo es que resulta perfecto
tanto en su estructura lineal como en la angular, esto entendido en el equilibrio, la
perfección y la rectitud que ejerce la energía cósmica sobre nosotros; recapacitando,
podemos encontrar que hay muchas cosas, componentes o procesos que implican la
existencia de una triángulo; consideremos lo siguiente:

• La tierra es el tercer planeta dentro de nuestro sistema solar,


• El cual requiere de tres elementos para su regeneración, que son: aire, fuego y agua,
• Así mismo, el agua esta conformado por dos volúmenes de hidrogeno y uno de oxigeno.

Como se comento anteriormente, cada idea que se desarrolle en nuestra mente, tendrá
para lograrse tres factores o elementos, ya que si hablamos de geometría, la tenemos que
relacionar con que los cuerpos tienen forma, densidad y color. Respecto a la luz, en su
proceso de descomposición, encontramos los tres colores primarios: amarillo, azul y rojo.
Dentro de los mismos triángulos, nos debemos de referir a que existen tres tipos, el
equilátero, el isósceles y el escaleno. Dentro de la física, se nos dan tres estados de la
materia, como son el liquido, sólido y gaseoso, en biología nos podemos ubicar con la
existencia de tres grandes reinos: el animal, el vegetal y el mineral. Para las matemáticas,
vistas como una de las ciencias exactas, existen tres tipos de números, los enteros, los
quebrados y los mixtos. Para los griegos el imperio se dividía entre tres dioses: Júpiter,
Neptuno y Plutón, las tres virtudes teológicas identificadas como: la fe, la esperanza y la
caridad; así mismo el tiempo lo podemos ubicar en tres ámbitos: pasado, presente y
 

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futuro. Dentro de las creencias católicas, se refieren a tres ubicaciones: el limbo, el
purgatorio y el infierno. Y desde luego tenemos que tener presente la figura de los tres
grandes fundadores de las religiones: Moisés, Jesús y Mahoma. Así mismo, observemos la
importancia del triángulo, que la podemos ubicar dentro de la perfección y es origen de
todos lo que existe y todo lo que tenemos en la Madre naturaleza, que es influenciada por
energía cósmica.

El elemento geométrico triángulo, se le relaciona con el símbolo de la Triada, en la creación


principio de la transmutación, manifestación, renovación. En lo universal se relaciona con
Júpiter, el signo zodiacal Géminis, la nota musical Mi, el color púrpura, el metal estaño, la
esencia de tuberosa, el mineral aguamarina, la substancia química potasio clorhídrico y en
el hombre esta asociado al Plexo esplénico, hígado y tensión muscular. Dentro de la
numerología, los números rigen su personalidad, de manera breve enunciare que la
numerología es un sistema filosófico-religioso de Pitágoras que explica por medio de los
números la formación del Universo, fue desarrollado en Egipto y había sido empleado en
otros antiguos pueblos para explicar el misterio de la Creación. Pitágoras lo adoptó y lo dio
a conocer al mundo occidental en base a dos normas básicas:

• Los números son los símbolos representativos de los principios eternos que rigen los
secretos de La Creación.
• Cada número representa una fuerza en actividad que contiene el conocimiento del Poder
de la cual es atributo.

Así, la numerología nos permite estudiar la propia naturaleza y la de quienes nos rodean. Y
para los nacidos el 3, 12, 21 y 30 de cualquier mes, podemos decir que son: de mente
rápida y aguda. Creativos pero no lo suficientemente prácticos. Talentosos para expresarse.
Disfrutan de la vida social. Tiene posibilidades en el campo de lo artístico. Soñadores de
grandes aventuras. Simbolizan al planeta Júpiter y tiene una relación especial con los
números que ocupan el 3er. Lugar (3, 6, 9) y sus múltiplos. Son ambiciosos. Se sienten
insatisfechos en una posición subordinada.
Tienen metas elevadas y desean dirigir. Excelentes en el desempeño de posiciones de
mando. Sus defectos más notorios son la tendencia a ser autoritarios; por eso tienen
muchos enemigos. Son particularmente orgullosos, y les desagrada deber favores. Sus días
favorables para sus planes: 3, 12, 21 y 30 de cualquier mes. El 3 posee cualidades de
autoexpresión.

Tiene necesidad de comunicarse. Irradia alegría y entusiasmo. Aprecia el romanticismo,


arte, belleza y los placeres en general. El 3 tiene una naturaleza emocional muy fuerte.
Sensible al halago. Ambicioso y orgulloso. Debe expresar su talento mediante alguna
manifestación artística. Para concluir, debemos tener presente que un ángulo del triángulo
este apuntando hacia arriba, significa que toda duda que exista en la base o abajo, la
solución se encontrara en el vértice o en la parte superior, esta figura bien conocida y
 

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respetada por los egipcios los cuales construyeron tres pirámides perfectas, que semejan la
constelación de Orión, constituida por tres estrellas, en la misma situación que las
pirámides egipcias. El triángulo resulta ser un símbolo muy importante en todos los
sentidos, por lo que debemos tener presente que es la fuente de la existencia, de la
perfección y de la vida.
M.:Mas.: Hiram

Las Virtudes Cardinales

John Algeo - The Theosophist, marzo 1992

Los filósofos antiguos decían que cuatro virtudes son "cardinales", las bisagras sobre las
que oscila toda conducta. La palabra cardinal procede del latín cardo, que significa una
"bisagra".
También se las llama "virtudes naturales", es decir, virtudes reconocibles por la razón que
tenemos naturalmente en nosotros, (las cuales resultan evidentes), a diferencia de las
virtudes sobrenaturales o teológicas de la fe, esperanza y caridad, que requieren un
"aprendizaje divino" o, por así decir, la inspiración del Yo Superior, para su reconocimiento
y su práctica. Las cuatro virtudes cardinales, reconocibles como algo bueno incluso por la
gente corriente, y que funcionan en su vida cotidiana y mundana, son estas: fortaleza,
templanza, prudencia y justicia.

Las cuatro virtudes cardinales tienen un número de correspondencias notables, algunas


muy conocidas, otras no tanto. En las cartas del Tarot, las virtudes corresponden a los
cuatro palos de los Triunfos Menores y a cuatro cartas especiales de los Triunfos Mayores.

La Fortaleza corresponde al palo de los pentáculos y a la carta llamada Fuerza (fortaleza


significa simplemente "fuerza"). Esta carta muestra una figura femenina sosteniendo la
boca de un león al cual controla de este modo.
La Fortaleza es el elemento tierra y el mundo físico. El más inferior de los elementos y
planos, es el más denso, el "más fuerte", y requiere la máxima fortaleza en nosotros, para
conquistar la animalidad salvaje del cuerpo, “el león hambriento de la condición física”.

La Templanza corresponde al palo de copas, (la carta del Tarot también llamada
Templanza), que representa una figura angélica con un pie en una corriente de agua y el
otro en tierra firme. El ángel vierte agua de una copa a otra, midiendo una cantidad
adecuada.
La Templanza es el elemento agua y el mundo emocional. La figura de la carta de Tarot se
encuentra, en parte, dentro de la corriente de agua y saca una medida de agua, como

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también nosotros necesitamos la templanza para moderar los altibajos emocionales que, de
otro
modo, pueden desbordarse y ahogarnos.

La Prudencia corresponde al palo de bastos o estacas y a una carta a veces llamada el


Ermitaño. Muestra una figura encapuchada apoyada en una estaca y sosteniendo en lo alto
un farol, gracias al cual encuentra su camino en la oscuridad, igual que nosotros
necesitamos la luz de la prudencia, y el sano juicio en los asuntos prácticos, para poder ver
a través de la oscuridad de este mundo.
La Prudencia, o sabiduría en acción, es el elemento fuego y el mundo mental. El Ermitaño
de la carta del Tarot sostiene en lo alto una lámpara encendida, que representa el fuego de
la mente o la luz del intelecto.

La Justicia corresponde al palo de las espadas y a la carta también llamada Justicia, que
representa a una mujer sentada, con los ojos vendados y sosteniendo una espada y una
balanza. Con la espada separa lo verdadero de lo falso, y con la balanza mide la justicia.
Las virtudes cardinales también corresponden a los cuatro elemento y a los cuatro mundos
de la evolución humana, como puede verse en el simbolismo asociado del Tarot.
La Justicia, la que no ve y no es vista, está asignada al Norte y a los pies, es una virtud
"pedestal". Este simbolismo algo recóndito tiene conexiones masónicas. Hay otras series de
correspondencias más reciente y menos esotérica, pero probablemente incluso menos
conocida.

Concepto de la Virtud en la Masonería

Q:. H:. CARLOS MANUEL VERHELST BERROCAL - COLOMBIA

La palabra Virtud del latín virtus, virtutis – vir: el varón; f. Actividad o fuerza de las cosas
para producir o causar sus efectos. – Eficacia de una cosa para conservar o restablecer la
salud corporal. – Fuerza, vigor o valor. – Poder o potestad de obrar. – Integridad de ánimo
y bondad de vida. – Hábito y disposición del alma para las acciones conforme a la ley
moral. – Acción virtuosa o recto modo de proceder.

“La VIRTUD”, una de las cualidades que se requieren, para ser admitido a “la Iniciación” de
los Misterios de “la Masonería” de los Antiguos Masones Libres y Aceptados. El candidato
debe ser un LIBRE PENSADOR, tener VOLUNTAD PROPIA, así como que sepa demostrar una
DISCRECIÓN ABSOLUTA. Estos tres preceptos de la Ética Masónica, constituyen las
principales condiciones que nuestra Institución requiere para franquear sus puertas a los
Profanos que deseen participar de las enseñanzas impartidas por gran número de Hombres
INDEPENDIENTES que forman “la Logia”; puesto que es precisamente en ese recinto en
 

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donde de una manera leal y sincera, se adquieren los conocimientos que llevan al hombre,
hasta lograr la práctica de las VIRTUDES SOCIALES, en consecuencia el Iniciado, desde el
momento en que se le proclama entre Columnas, aprende a ahondar pozos sin fondo a sus
bajas pasiones, y a construir poderosos y fuertes Templos dedicados a “la VIRTUD”.

En Filosofía “la Virtud” es una disposición permanente a hacer el bien o a cumplir ciertos
deberes, por penosos que sean. Los antiguos distinguían cuatro Virtudes principales,
aplicadas a las diversas facultades del alma: “La Prudencia”, El Valor, “La Templanza” y “La
Justicia”. La filosofía clásica ha exaltado esas cuatro Virtudes Cardinales.
Sócrates y después Platón, consideraban a “la Virtud” como una ciencia, la del conocimiento
del orden de las cosas. La mayor parte de los moralistas reconocen, como contraparte del
papel que desempeña la inteligencia con respecto a “la Virtud”, el que desempeña “la
Voluntad” y “la Intención”. El sabio estoico elige reflexiva y voluntariamente cosas
conforme a la naturaleza. Para él es esencial “la RECTA VOLUNTAD”, fuera de la cual no
existe el bien ni el mal. Kant, seguido en este particular por muchos filósofos, acentúa este
carácter de “la MORAL ESTOICA”: una acción no es virtuosa si se cumple únicamente por
respetar una ley moral. El estoico aspira a no conmoverse ante nada y a proceder como
hombre justo. Para ello necesita dominar las pasiones, que son antinaturales y extravían la
razón: la pasión es un movimiento del alma contra la naturaleza.
En teología, los teólogos reconocen dos planos donde se realiza la noción de “la Virtud. El”
plano natural, en que “la Virtud” tiene por objeto la práctica de un bien simplemente
humano. El plano sobrenatural en el que la gracia eleva al alma y la hace capaz de
reconocer a Dios en los Misterios que Él ha revelado, y de amarlo directamente en sí
mismo.
Los teólogos reúnen todas las Virtudes Morales en cuatro principios cardinales: “LA
PRUDENCIA”, Virtud de la razón práctica; “LA JUSTICIA”, de “la Voluntad” en los actos
exteriores; las otras dos Virtudes reglan las pasiones, la temperancia y los deseos de los
sentidos. Las Virtudes teologales son tres: FÉ, ESPERANZA y CARIDAD.
Con las cuatro Virtudes Cardinales y las tres Virtudes Teologales tenemos los Siete
Escalones de “la Escalera” de Jacob que son: PRUDENCIA, JUSTICIA, FORTALEZA,
TEMPLANZA, FÉ, ESPERANZA y CARIDAD.

Las Virtudes Morales pueden ser adquiridas o infusas. En último caso se reciben como don
de Dios. Las Virtudes Teologales se completan y perfeccionan con los dones del Espíritu
Santo.
“La Virtud Moral” es el hábito de obrar bien, independientemente de los preceptos de la ley,
por sola la bondad de la operación y de conformidad con la razón natural.

El Masón que no acepta a las VIRTUDES, como una norma de su conducta, que no propaga
sus tendencias Morales, y que no hace de ellas el único y firme apoyo de su vida INTIMA,
PRIVADA y SOCIAL, y que además, guiado por ese hecho, se separa de su estricta y rígida

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observancia, desde ese momento demuestra que ABANDONA SU MISIÓN, y deja de cumplir
con los Sagrados Principios, que JURO PROPAGAR ante el ARA.
Sin embargo, esa es la razón por la que existen Espíritus de hombres con inteligencias
VULGARES y por lo mismo, no les es dado COMPRENDER la importancia que contiene el
estudio de los preceptos Morales, puesto que, al observar esa actitud, se apartan de “la
Senda Positiva”, que los conduce hacia la verdadera VIRTUD.

Todas estas VIRTUDES, propias del ambiente Masónico, son las que de manera sincera
debemos aprender; para conservarlas y propagarlas, ante los ojos del Mundo Profano,
puesto que su sola observancia conquista a las VOLUNTADES de los hombres de BIEN, o de
reconocida moralidad, la que sin duda, será siempre reconocida dentro del ambiente en que
vive; por lo tanto, ésta es, en síntesis, la verdadera labor que el Masón debe desarrollar, en
cualquier ambiente, situación o circunstancia que se encuentre, siempre que haya logrado
COMPRENDER cuales son sus DEBERES para consigo mismo, para con sus Semejantes y
para con el Ser Supremo:.

Tolerancia

La Tolerancia es siempre consciente, ser tolerante es ser inteligente. No se hace de forma


automática o involuntaria y por eso requiere un esfuerzo consciente. La Intolerancia
siempre se hace de manera automática o irreflexiva, simplemente reaccionamos
inconscientemente y por eso no requiere esfuerzo alguno de nuestra parte —esto es, no es
consciente o dicho de otro modo la Intolerancia no es Inteligente, es cuando la mente
reacciona con asociaciones y prejuicios.

Ponerse conscientemente en la posición de otra persona y verse uno mismo en ella y ella es
uno mismo es un acto consciente y exige un esfuerzo consciente y de mucha inteligencia.
La Intolerancia se hace evidentemente sin razonar y es mecánica. Tolerar a una persona
que nos dice ser siempre desdichada es comportamiento humano y razonable, pero si es
cuestión del Trabajo Masónico —y aquí tiene cabida la Segunda Etapa del Trabajo Masónico
— es preciso escuchar detenidamente a dicha persona y hallar algo correspondiente en uno
mismo —esto es, reflejar a dicha persona en uno mismo como en un espejo lógico, hallar la
misma cosa en uno mismo y no negarla, y entonces la otra persona experimentará un
cambio de estado sin que se haya dicho una palabra, ser un buen escucha es algo mágico
en el cambio de actitud. Luego invitarla a que no se siente desdichada. No se censura sino
que se acepta y al hacerlo así se deja lugar a la otra persona para que experimente un
cambio de actitud y busque dicha en lugar de desdicha. Es preciso, dejar sitio a los otros.
Esto es algo que difiere completamente de la ayuda que se puede prestar a una persona en
el sentido profano ordinario, que es simplemente un ciego que guía a otro ciego. La
Tolerancia Masónica exige escuchar internamente y encontrar la misma cosa en uno mismo
—esto es, si es suficiente la observación de sí y conocimiento de uno mismo, porque
seguramente lo que nunca toleramos de los demás es lo que no podemos tolerar de
 

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nosotros mismos, esto es vemos siempre la paja en el ojo ajeno y no la viga en el nuestro
—. No se puede influir en los otros sin conocer a la otra persona en uno mismo. La
Tolerancia Masónica radica en ver el estado de una persona y recordar que se estuvo en
ese estado antes, o mejor dicho se está igual o peor que la otra persona, porque en el
Trabajo Masónico todos pasan por el mismo estado como, digamos, lo ha experimentado y
lo recuerda un anciano inteligente. La inteligencia quiere decir ver la verdad de una cosa. El
descubrir en uno mismo del estado de la otra persona, sin pronunciar palabra alguna, la
ayudará.

La Tolerancia al Estilo Masónico es un profundo acto interno y se funda en un


acrecentamiento de conciencias —esto es, en el amor fraternal— pues todo amor verdadero
equivale a tener conciencia de las dificultades de otras personas hallando las mismas
dificultades en uno mismo. El amor fraternal no es ciego. Da nacimiento a una nueva
fuerza que neutraliza todo lo negativo — una fuerza de Unión. Por eso en un sentido se
realiza en silencio — internamente—. Se lo puede realizar, aun no hallándose en presencia
de otras personas, por medio del trabajo interior y buscando siempre el mismo estado en
uno mismo, el estado que hace censurar a la otra persona, si bien, a veces, por nobleza, no
lo hace y entonces dice que es un auto-sacrificio. Este es un sufrimiento inútil. Pero cuando
se está tolerando a otra persona , que es un proceso interior, es preciso no mostrarlo como
un acto de: Lo tolero pobre tonto- eso es conmiseración en forma negativa —de este modo
se convierte en condescendencia y así va a la Falsa Personalidad. Imaginar que usted, tal
como es en el mundo profano , puede ayudar a otro es crear una falsa expectativa, ayudar
a otro a salir de sus oscuros sótanos psicológicos, no es como darle un plato de arroz a un
hambriento, se necesita algo más que eso. Esto es, se funda en la idea que sabe lo que le
conviene. Permanecer en Logia y hacer como que uno tolera a los demás hermanos, o
porque ve a alguien diciendo cosas contrarias A las mías es Tolerancia Simulada, uno debe
tolerar a un hermano sin simulación, usted no puede cambiar a los demás en Logia, uno no
puede cambiar el estado de dicha persona, pero sólo estando consciente del mismo estado
en uno mismo y viendo así a dicha persona en uno.. Así se desciende, por así decir, y no
hay sentimiento de superioridad. Las gentes suelen decir: "¿Por qué soportar a una
persona se le llama Tolerancia? Basta reflexionar un instante, y se verá plenamente por qué
es así. En la Tolerancia Real uno se pone a sí mismo en la posición de la otra persona, uno
no soporta a los demás los comprende, se ve a ellos en uno. En la Intolerancia sólo piensa
en sí mismo. La primera es objetiva, la segunda es subjetiva. No vemos a las gentes
objetivamente: las vemos subjetivamente —esto es, como las imaginamos o esperamos
que sean. Somos todos violentos para con los otros por no darnos cuenta de ello. En este
sentido, las gentes son muy capaces de destruirse unas a otras. Ahora bien, la Conciencia
es llamada la Conciencia Imparcial. Los Estados de Conciencia son enumerados por el
Trabajo Masónico en la siguiente forma: Estado de Conciencia imparcial. Estado de Parcial.

Estado de la así llamada de Conciencia perspicaz o inteligente -Estado de Alucinación


literal en el que viven los intolerantes — luego el estado de Sueño donde un sencillamente
duerme físicamente. La gente es más sensible de lo que uno cree, si la persona se siente

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tolerada, la persona se sensibiliza, y trata de cambiar su actitud, hacia todo, hacia ti, y
hacia sí misma.

La Piedra Bruta

La Piedra Bruta es un trozo de roca sin labrar en su estado Tosco y natural.


Simboliza al hombre primitivo e imperfecto, al individuo recién iniciado en la Masonería.
El trabajo del Aprendiz consiste en desbastar la Piedra bruta con el Mazo y el Cincel, lo que
significa simbólicamente tratar de dominar sus pasiones Y perfeccionar su espíritu.
Cualquiera que haya sido vuestro propósito y el anhelo de vuestro corazón al ingresar en la
Augusta Institución que os ha acogido fraternalmente como uno de sus miembros, es cierto
que no habéis entendido, en el principio, toda la importancia espiritual de este paso y las
posibilidades de progreso que con el mismo se os han abierto. La Masonería es, pues, una
Institución Hermética en el triple profundo sentido de esta palabra: el secreto masónico es
de tal naturaleza, que no puede nunca ser violado o traicionado, por ser mística e
individualmente realizado por aquel masón que lo busca para usarlo constructivamente, con
sinceridad y fervor, absoluta lealtad, firmeza y perseverancia en el estudio en la práctica
del Arte.
La Masonería no se revela efectivamente sino a sus adeptos, a quienes se dan enteramente
a ella, sin reservas mentales, para hacerse verdaderos masones, es decir, Obreros
Iluminados de la Inteligencia Constructora del Universo, que debe manifestarse en su
mente como verdadera luz que alumbra, desde un punto de vista superior, todos sus
pensamientos, palabras y acciones.
Esto se consigue por medio de las pruebas que constituyen los medíos con los cuales se
hace manifiesto el potencial espiritual que duerme en estado latente en la vida rutinaria, las
pruebas simbólicas iniciales y Las pruebas posteriores del desaliento y de la decepción.
Quien se deja vencer por éstas, así como aquel que ingresa en la Asociación con un espíritu
superficial, no conocerá nada de lo que la Orden encierra bajo su forma y su ministerio
exterior, no conocerá su propósito real y la oculta Fuerza Espiritual que interiormente la
anima.
Su tesoro se halla escondido profundamente en la tierra: sólo excavando, o sea buscándolo
por debajo de la apariencia, podemos encontrarlo. Quien pasa por la Institución como si
fuera una sociedad cualquiera o un club profano, no puede conocerla; sólo permaneciendo
en ella largamente, con fe inalterada, esforzándonos en hacernos verdaderos masones, y
reconociendo el privilegio inherente a esta cualidad, se nos revelará su oculto tesoro.
Desde este punto de vista, y cualquiera que sea el grado exterior que podamos conseguir,
o que ya se nos haya conferido para compensar en alguna forma nuestros anhelos y deseos
de progreso, difícilmente nos será dado superar realmente el grado de aprendiz. En la
finalidad iniciativa de la Orden, somos y continuaremos siendo aprendices por un tiempo
mucho mayor que los simbólicos tres años de la edad. ¡Ojalá fuéramos todos buenos
aprendices y lo fuéramos en toda nuestra existencia! Sí todos los masones nos
 

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esforzáramos primero en aprender cuántos males que se han lamentado y se lamentan no
tendrían razón de existir!

la Doctrina Iniciática que se halla escondida y se revela en el simbolismo de este grado, es


sin duda mucho mejor que ostentar el más elevado grado masónico, permaneciendo en !a
más odiosa y deletérea ignorancia de los principios y fines sublimes de nuestra Orden.
No se tenga, por consiguiente, demasiada prisa en la ascensión a grados superiores; el
grado que se nos ha otorgado, y exteriormente se nos reconoce, es siempre superior al
grado efectivo que hemos alcanzado y realizado interiormente, y difícilmente podrá
tacharse de excesiva la permanencia en este primero, por grandes que sean nuestros
deseos de progreso y los esfuerzos que hagamos en ese sentido. Comprender
efectivamente el significado de los símbolos y ceremonias que constituyen la fórmula
iniciática de este grado, y practicarlo en la vida de todos los días, es mucho mejor que salir
prematuramente de él, o desdeñarlo sin haberlo comprendido.
La condición y estado de aprendiz precisamente se refieren a nuestra capacidad de
aprender: somos aprendices, en cuando nos hacemos receptivos, nos abrimos
interiormente y ponemos todas las experiencias de la vida y de las enseñanzas que en
cualquier forma recibamos. Nuestra mente abierta, y la intensidad del deseo de progresar,
determinan esta capacidad.
Estas cualidades caracterizan al Aprendiz y lo distinguen del profano, ya sea dentro o fuera
de la Orden. En el profano (según se entiende masónicamente esta palabra) prevalecen la
inercia y la pasividad, y, sí existe un deseo de progreso, una aspiración superior, se hallan
como sepultados o sofocados por la materialidad de la vida, que convierte a los hombres en
esclavos supinos de sus vicios, de sus necesidades y de sus pasiones.
Lo que hace patente el estado de aprendiz es precisamente el despertar de potencial
latente que se halla en cada ser y produce en él un vehemente deseo de progresar,
caminar hacía adelante, superando todos los obstáculos y las limitaciones, y sacando
provecho de todas las experiencias y enseñanzas que encuentra a su paso. Este estado de
conciencia es la primera condición para que uno pueda hacerse masón en el sentido
verdadero de la palabra.

El esfuerzo individual es condición necesaria para este progreso. El aprendiz no debe


contentarse con recibir pasivamente las ideas, conceptos y teorías que le vienen del
exterior, y simplemente asimilarlos, sino trabajar con estos materiales, y así aprender a
pensar por sí mismo, pues lo que caracteriza a nuestra Institución es la más perfecta
comprensión y realización armónica de los dos principios de Libertad y Autoridad, que se
hallan a menudo en tan abierta oposición en el mundo profano. Cada cual debe aprender o
progresar por medio de su propia experiencia y con sus propio; esfuerzos, aunque
aprovechando según su discernimiento la experiencia de quienes le han precedido en el
mismo camino.
La Autoridad de los Maestros es, simplemente, Guía, Luz y Sostén para el Aprendiz,
mientras no aprenda a caminar por sí mismo, pero su progreso será siempre proporcionado

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a sus propios esfuerzos. Así es que esta Autoridad -la única que se reconoce en Masonería
no será nunca el resultado de una imposición o coerción, sino el implícito reconocimiento
interior de una superioridad espiritual o, mejor dicho, de un mayor adelanto en el mismo
sendero que todos indistintamente recorremos: aquella Autoridad natural que conseguimos
conociendo la Verdad y practicando la Virtud.
El aprendiz que realice esta sublime Finalidad de la Orden reconocerá que en sus
posibilidades hay mucho más de lo que se había percatado cuando pidió primero su
afiliación y fue recibido como hermano.

El Aprendiz
SIETE MAESTROS MASONES

Situado, jerárquicamente hablando, en la base de la construcción sin ella nada se realizaría.


Es el comienzo, y la parte necesariamente más sólida, no se permiten aquí filigranas ni
arabescos; los cimientos se hunden en la tierra para que el edificio pueda elevarse. La tarea
del aprendiz, en cierto modo, como la construcción de los cimientos, es dura y oscura pero
imprescindible.
Se dice que el recién iniciado es como un niño que acaba de nacer y está, por lo que
respecta a ese nuevo mundo o plano, en idéntica condición. Conviene al aprendiz tener
presente esta situación de precariedad al comenzar su trabajo en el tallado de la Piedra.
Este, como dicen los alquimistas respecto al mantenimiento del fuego de la Obra, ha de ser
constante, ni muy fuerte ni muy débil; en el primer caso se corre peligro de romper la
Piedra, o sea, en términos alquímicos, de quemar la cocción; en caso de ser débil, el fuego
puede no lograr cocer nada y la Piedra no ser desbastada.
Para el trabajo el iniciado dispone de algunas herramientas; y, gracias a éste, va
aprendiendo a utilizarlas; en un comienzo el Cincel y el Mazo, relacionados con la recta
intención y la voluntad. Ambos, Mazo y Cincel, han de trabajar conjuntamente, sin violencia
pero con la fuerza y la suficiente precisión para que la Piedra pueda ser liberada de sus
aristas. Añadiremos a estas herramientas otro compañero de viaje que no ha de faltar al
aprendiz: el silencio, que le ayudará a recogerse, a retirarse hacia el centro para emerger
desde allí. En algunas Logias se recuerda a los hermanos que el aprendiz no tiene voz ni
voto.
Después de un primer periodo llamado propiamente de aprendizaje, uno puede empezar a
trabajar pero le es imposible decir que ya terminó de aprender; así también, el verdadero
masón se considerará siempre aprendiz, sea cual sea el grado que ostente y el salario que
reciba, ya que la Enseñanza se irá haciendo en él, en la medida en que se vuelque en ella.
La Iniciación es la transmisión de una influencia espiritual; ésta, en principio virtual, se va
actualizando en la medida que el iniciado, siempre A L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·. , se
pone manos a la obra.
En el camino del conocimiento se impone un abandono de los egos que usurpan la
identidad del Ser, hay que desenmascararlos, con paciencia y sin contemplaciones, sin

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apego ninguno a algo que realmente no es, lo cual, por cierto, nos lleva a la liberación
progresiva de nosotros mismos y por tanto a la Libertad.
Entre los números es el tres el relacionado con el grado de aprendiz: tres son los viajes en
el rito de iniciación, tres años su edad, tres los pasos de su marcha con la que rompe el
ritmo de su andar en el mundo profano y penetra en el templo.
Deshacerse de ese hombre viejo es trabajo del aprendiz quien, situado al norte, en el frío,
donde apenas llega la luz del sol trabaja para alcanzar ese Sol, buscándolo en sí mismo.

El Trabajo del Aprendiz


SIETE MAESTROS MASONES

La Masonería proviene de una iniciación de oficio derivada de las corporaciones de


constructores medievales, las que le han transmitido su estructura, grados iniciáticos y su
simbólica relacionada con el Arte de Construir. En toda Civilización tradicional cualquier
actividad humana es considerada como derivada de los principios vigentes. Este vínculo
provoca una "transformación" en la actividad humana que pasa a integrarse en la tradición,
constituyendo así, para aquel que la realiza, un medio de participación efectiva en ella, lo
que significa que reviste un carácter estrictamente "sagrado" y "ritual".
La Masonería trabaja, simbólica y ritualmente en la edificación del templo universal a la
Gloria del Gran Arquitecto, principio espiritual que dirige sus trabajos y cuya "influencia" es
transmitida en la iniciación al neófito.
Esta construcción es simultáneamente interior y exterior; interior en cuanto el masón es él
mismo un templo en el que se manifiesta el espíritu, exterior en cuanto que es una piedra
del templo que levanta junto a sus hermanos de todos los tiempos "extendidos sobre toda
la superficie de la tierra".
Participar de esta Obra, ser obrero activo en esta construcción requiere un aprendizaje del
oficio, lo que incluye el manejo de las herramientas y el conocimiento de las reglas
correspondientes que rigen la edificación; este aprendizaje constituye la base del trabajo
interior y supone una verdadera ascesis tendente a la obtención del Conocimiento.
Respecto al término "ascesis" y su verdadero significado citaremos al hermano René
Guénon:
La palabra ascesis designa propiamente un esfuerzo metódico para alcanzar un cierto
objetivo, y más particularmente un objetivo de orden espiritual.3
El catecismo del Aprendiz define claramente en qué consiste su trabajo que no es sino
desbastar la Piedra Bruta, a fin de despojarla de sus asperezas y acercarla a una forma en
consonancia con su destino.
Esa Piedra Bruta es el símbolo del Aprendiz, la piedra que habiendo sido extraída de la
cantera del mundo profano es trasladada al Atrio del Templo, lugar donde trabajan los
aprendices.

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Desbastar la Piedra quiere decir despojarse de los prejuicios, creencias, opiniones y valores
que han sido aprendidos y asumidos como propios a través de la educación, costumbres y
ambiente profanos, mundo al que en su proceso iniciático el Aprendiz debe morir para
renacer como Hombre Nuevo. Para acometer semejante tarea, el Oficio proporciona al
iniciado tres herramientas esenciales; el Mazo, el Cincel y la Regla de 24 pulgadas.
El Mazo simboliza la fuerza de la voluntad, es el impulso de querer despojar a la Piedra de
sus imperfecciones, lo que implica que el Aprendiz debe reconocer y abandonar los
múltiples egos que dan forma a su individualidad, tan irreales e impermanentes los unos
como la otra.

Manejar el Mazo requiere destreza, hay que aprender a graduar la fuerza y la intensidad del
golpe. Golpear con excesivo ardor puede hacer que la Piedra se rompa haciéndola
inadecuada para su colocación en el Templo, por el contrario golpear sin la suficiente fuerza
puede hacer imposible su desbastado. De la misma manera, golpear con mucha rapidez
puede llegar a fatigar al Aprendiz y hacerle errar la precisión necesaria del golpe, realizarlo
con lentitud puede hacerlo indolente y no digno de pertenecer al oficio.
La segunda herramienta, complementaria del Mazo, es el Cincel, símbolo de la inteligencia
y el discernimiento; dirige con precisión la fuerza del Mazo; relacionado con el rayo es la
Luz que golpe a golpe va penetrando en el corazón, disipando las tinieblas de la ignorancia
y ordenando el caos interior.
Para que el Cincel sea plenamente efectivo es necesario que se mantenga perfectamente
afilado mediante la meditación y el estudio de los códigos simbólicos correspondientes.
El trabajo masónico requiere paciencia y perseverancia, es un Arte que se practica las 24
horas del día, no en vano se afirma que el masón lleva consigo su propia logia.
La Regla de 24 pulgadas, tercera de las herramientas, es el símbolo de la Ley y la rectitud,
es la norma que permite al aprendiz realizar su trabajo "rectamente".
Guénon4 señala que la regla conlleva la noción de ritmo, pues si se divide la Regla de 24
pulgadas entre dos, obtenemos dos de 12 pulgadas cada una, de las cuales, 12 se
corresponderían con el ciclo ascendente del día y doce con el ciclo descendente, por
extensión día y noche, inspiración y expiración… etc.

Dijimos al comienzo que todo Arte o Ciencia tradicional reviste un carácter sagrado y ritual;
si efectivamente el trabajo del Aprendiz es fundamentalmente el realizado sobre la Piedra,
este no puede ser cumplido de cualquier manera, antes bien debe estar signado por ese
carácter sagrado y ritual, siendo la Plomada del Hermano Seg.·. Vig.·. quien le indica cómo
hacerlo.
Por un lado simboliza la dirección y el sentido hacia donde debe dirigir su intención que no
puede ser sino vertical y hacia lo Alto, y por otro lado y simultáneamente, al estar
suspendida en lo alto y ser su sentido descendente simbolizando las influencias celestes
que fecundan las Tierras Vírgenes –el propio Aprendiz– le muestra la actitud de perfecta
receptividad que debe presidir su actividad, no dando nada por sabido y estando abierto a
toda posibilidad ofrecida por el propio proceso iniciático. En cuanto a los trabajos del
 

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aprendiz lo primero es llevar la idea de rito a todos los ámbitos de la vida y su cotidianidad
personal, y lo segundo es saber que esto no debe realizarse nunca de manera literal, de
una forma lineal, sino que más bien se trata de vivir al ritmo del compás cósmico,
advirtiendo la sacralidad del entorno físico-anímico derivado de un ser espiritual, tan
invisible como inteligente.

La Cadena de Unión

La cadena de unión es sin duda alguna uno de los símbolos más significativos de entre
todos los que decoran la Logia masónica. Se trata de un cordel que rodea todo el templo
por su parte superior.
Esta situación en lo "alto" le da una connotación celeste, confirmada por los doce nudos que
aparecen de trecho en trecho a lo largo de todo el cordel, los cuales simbolizan los doce
signos del zodíaco. Esos nudos se corresponden, además, con las doce columnas que
excepto por el lado de Oriente también rodean el recinto de la Logia. Cinco de esas
columnas están situadas en el lado de Septentrión, otras tantas a Mediodía, y las dos
restantes -las columnas J y B- a Occidente.

Para comprender esta simbólica habría que tener en cuenta que la Logia es, ante todo, una
imagen del mundo, y como tal debe existir en ella una representación de lo que constituye
el "marco" mismo del cosmos, que es propiamente el zodíaco. Siendo la proyección en la
tierra del orden celeste, están de una u otra manera "enmarcados" por las constelaciones
zodiacales. Es el caso, por ejemplo, del Ming-Tang chino, del Templo de Jerusalén, de
muchas fortalezas templarías, y en construcciones tan antiguas como puedan ser el
crómlech megalítico de Stonehenge. Asimismo, los masones operativos, y en general los
artesanos constructores de cualquier sociedad tradicional, se servían de un cordel para
determinar la posición correcta de los templos o catedrales, que siempre y de forma
invariable, estaban orientados según las direcciones del espacio señaladas por los cuatro
puntos cardinales, exactamente igual que la Logia.

Por otro lado, la cadena de unión es también la cuerda anudada que aparece figurada en
los cuadros de Logia masónicos, y concretamente en los pertenecientes a los grados de
aprendiz y de compañero. La significación simbólica de dicha cuerda es idéntica a la de la
cadena de unión, pero, al mismo tiempo, y vinculado específicamente con el simbolismo del
cuadro de Logia, habría que considerar también otro aspecto importante de ella: el que
tiene como función "proteger", además de "unir" y de "ligar", los símbolos y emblemas que
aparecen dibujados en el cuadro, el que es considerado como un espacio sacralizado, y por
tanto inviolable. En este sentido, la idea de "protección" está incluida en el simbolismo de
los nudos y las ligaduras, que por sus formas respectivas recuerdan el trazado de los
dédalos y laberintos iniciáticos. En la simbólica universal, el laberinto, además de estar
relacionado con los "viajes" y las pruebas iniciáticas, también tiene como función la defensa

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y protección de los lugares sagrados o centros espirituales, impidiendo el acceso a los
mismos a los profanos que no están cualificados para recibir la iniciación. Pero la defensa se
extiende igualmente (y podríamos decir que principalmente) a impedir el acceso a las
influencias sutiles del psiquismo inferior, que por su carácter especialmente disolvente
representan un claro peligro que ha de ser controlado y evitado a toda costa, pues por
medio de esas influencias se introducen determinadas energías maléficas y caóticas
destinadas a destruir, o en el mejor de los casos a debilitar, a los propios centros
espirituales y a las organizaciones tradicionales ligados a ellos, y consecuentemente a
impedir en lo posible la comunicación con las influencias verdaderamente superiores, de las
que esos centros y organizaciones han sido -y son- precisamente el soporte. Y al hilo de
esta última reflexión, quizá no estaría de más señalar los peligros de disolución (o de
petrificación, pues para el caso es lo mismo) que en la actualidad acechan a la Masonería,
ya que es a todas luces evidente que esta organización tradicional se ha visto sometida a
una paulatina extirpación de la dimensión iniciática y esotérica de sus símbolos y sus ritos.
Y lo que es tal vez más lamentable es que esa acción ha sido llevada a cabo muchas veces
por masones que no han comprendido que es precisamente gracias a esos símbolos y ritos
(revelados en el origen y transmitidos a lo largo del tiempo) que la Orden masónica
adquiere su pleno sentido, pues ellos constituyen sus señas de identidad, lo que dicha
Orden es en sí misma, y no podría dejar de ser, a menos de quedar totalmente desvirtuada
y vacía de contenido esencial. Para que esa situación no llegue a ser irreversible, pensamos
que se hace necesario que los masones de espíritu tradicional (esto es, aquellos que
consideran que la Masonería pertenece y es una ramificación de la Tradición Primordial y
por tanto una vía de realización al Conocimiento) restituyan de nuevo el sentido
cosmogónico y metafísico de su legado simbólico-ritual, empezando por considerar que la
cadena de unión es, efectivamente, el "marco" celeste que delimita, separa y protege el
"mundo de la luz" del "mundo de las tinieblas", lo sagrado de lo profano.

Además de la cuerda anudada que rodea la Logia y el cuadro, existe un rito en la Masonería
que también recibe el nombre de cadena de unión. Se trata de aquel que está constituido
por el entrelazamiento que forman las manos, con los brazos entrecruzados, de todos los
integrantes del taller, lo cual, precisamente, tiene lugar alrededor del cuadro de la Logia y
de los tres pilares de la Sabiduría, la Fuerza y la Belleza momentos antes de clausurar los
trabajos. En primer lugar, habría que decir que la cadena de unión es uno de los ritos
masónicos que más directamente aluden a la fraternidad masónica, la que, en efecto, está
sustentada en los lazos de armonía y concordia que entre sí ligan a todos los masones. De
ahí el por qué a los nudos de la cuerda anudada también se les denomine "lazos de amor",
pues el amor, entendido por lo más alto, es la fuerza que concilia los contrarios y resuelve
todas las oposiciones en la unidad del Principio. Dicha fraternidad representa, por tanto, el
fundamento mismo sobre el que se apoya la propia organización iniciática y tradicional. En
este sentido, el entrelazamiento de manos y brazos configura una trama cruciforme que
evoca la imagen de una estructura fuertemente cohesionada y organizada.

Pero este rito se realiza, fundamentalmente, para dirigir una invocación al Gran Arquitecto,
siendo en esa invocación donde reside su sentido profundo y su razón de ser. Por ello,
 

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prescindir de la invocación, como sucede en muchas logias actuales por el mero hecho de
ignorarla o por considerarla un trasnochado anacronismo, provoca inevitablemente el
empobrecimiento del propio rito, quedando éste, en consecuencia, reducido prácticamente
a casi nada. Sin embargo, en la antigua Masonería operativa, la invocación formaba parte
constitutiva del rito y de los trabajos simbólicos; y precisamente ella se realizaba en la
cadena de unión y alrededor del cuadro de la Logia, con lo cual se confirma el papel
verdaderamente "central" que este último ha desempeñado siempre en la Masonería.

Por lo general, la cadena de unión comienza y termina en el Venerable Maestro, y es él,


como máxima autoridad de la Logia, el que dirige la invocación al Gran Arquitecto. Veamos
a continuación un ejemplo de ésta según es de uso todavía entre algunos Ritos masónicos
que han seguido conservando parte del legado operativo: "¡Arquitecto Supremo del
Universo! ¡Fuente única de todo bien y de toda perfección! ¡Oh Tú! Que siempre has obrado
para la felicidad del hombre y de todas Tus criaturas; te damos gracias por Tus paternales
beneplácitos, y te conjuramos para que los concedas a cada uno de nosotros, según Tus
consideraciones y según nuestras necesidades. Esparce sobre nosotros y sobre todos
nuestros Hermanos Tu celeste Luz. Fortifica en nuestros corazones el amor hacia nuestras
obligaciones, a fin de observarlas fielmente. Que puedan nuestras reuniones estar siempre
fortalecidas en su unión por el deseo de Tu placer y para hacernos útiles a nuestros
semejantes. Que ellas sean por siempre la morada de la paz y de la virtud, y que la cadena
de una amistad perfecta y fraterna sea en lo sucesivo tan sólida entre nosotros que nada
pueda alterarla. Así sea".

Por consiguiente, y según se desprende de esta oración masónica, la unión encadenada y


fraterna se convierte en el soporte horizontal y psicosomático (terrestre), sobre el que
"descenderá" -estimulada por la plegaria- los beneplácitos (bendiciones) de la influencia
espiritual o supra-individual -"Tu celeste Luz"-, posibilitando así una vía de comunicación
axial entre el cielo y la tierra, o, como se dice en lenguaje masónico, entre la Logia de lo
Alto y la Logia de Abajo. Es decir, que a través de la invocación lo que se pretende
esencialmente es la comunicación con las energías celestes (las Ideas o atributos creadores
del Arquitecto universal) cuya acción espiritual ha conformado -y conforma
permanentemente- la realidad simbólica, ritual y mítica (es decir, cosmogónica y
metafísica) de la organización iniciática.

Al mismo tiempo, en el rito de la cadena de unión se concentra la entidad colectiva


constituida por todos los antepasados que realmente participaron de la Tradición y su
conocimiento, y de los que se dice moran en el "Oriente Eterno" (la Logia celeste). Dicha
entidad se hace una en comunión con sus herederos actuales, esto es, con los masones que
habiendo recibido y comprendido (en la medida que sea) el mensaje de su legado
tradicional, contribuyen hoy en día a mantenerlo vivo y actuante. En este sentido, la
cadena de unión también está simbolizando la cadena iniciática de la tradición masónica (y
por analogía la de todas las tradiciones), cuyo origen es inmemorial, como lo es asimismo
el mensaje que ella ha ido transmitiendo a lo largo del tiempo y de la historia.

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Las individualidades, o mejor, la idea de lo individual y lo particular que cada componente


de la cadena pudiera tener de sí mismo, desaparece como tal para formar un solo cuerpo
que vibra y respira a una misma cadencia rítmica. La cadena de unión deviene así un
círculo mágico y sagrado donde se concentra y fluye una fuerza cósmica y teúrgica que
asimilada por todos y cada uno de los integrantes de la misma les permite participar del
verdadero espíritu masónico y de su energía salutífera y regeneradora. No es entonces de
extrañar que durante el transcurso del rito de la iniciación, el neófito reciba simbólicamente
la "luz" integrado en la cadena de unión, lo cual es perfectamente coherente en una
tradición en la que el rito y el trabajo colectivo desempeñan una función eminente como
vehículos de transmisión de la influencia espiritual.

Fuente: Extraído de Textos del VH Francisco Ariza

“El Encendido de las Luces”

Para analizar este tema debemos partir de la base que el Ritual de apertura de los trabajos
masónicos, es algo mágico y por lo tanto nos trasportamos a una hora y una edad diferente
a la del mundo profano.
El Ritual de encendido de las velas no es un ornamento del ara, o algo que queda lindo,
bonito y simpático, es necesario revisar nuestro modo de actual ante cualquier cambio,
alteración y modificación del Rito preestablecido, sin razón alguna ya que esto incide en la
eficacia del mismo.

Esta ceremonia afecta a todos los HH presentes ya que todos nos encontramos en una
posición ritualistica, una conducta y con un cierto estado de conciencia.

Este acto es una idea de lo sagrado, la sabiduría da paso a la fuerza y esta a la belleza, es
el momento en que la logia pasa de las tinieblas a la luz y son en VM, el 1º y 2º vigilante
los portadores del espíritu que ilumina la logia, por lo tanto debemos ser lo suficientemente
consciente de la realidad sagrada que se esta expresando.

Al encender la 1º Vela indicamos que aquí estamos, frente a este gran centro de energía,
que es el ara, dispuestos a formar ese solo cuerpo que llamamos Egregora. Cuando
encendemos la 2º Vela elevamos nuestra voluntad y entregamos nuestras fuerzas al
trabajo. En el encendido de la 3º Vela indicamos que llego el momento de cultivar con
belleza nuestras virtudes.

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Esotéricamente el encendido de las Velas esta acompañado de los cuatro elementos que
conforman la tétrada energética por excelencia: la Tierra, el Agua, el Aire y el Fuego.

La tierra esta representada por las velas, el agua por Uds. QQHH, el aire presente en el
interior del recinto con su bóveda celeste y finalmente el fuego representada por las llamas
que siempre buscan la altura desafiando la gravedad.

Ahora este acto no implica que sea sagrado porque se nos ocurrió hacerlo, sino antes
debemos tener conciencia y visión del mismo ya que tiene un intervalo temporal de Medio
día a Media noche. De otra manera simplemente se esta afectando el espacio
antropológico, desconociendo la verdadera existencia y espíritu de este hermoso acto.

Considerando que esta querida Logia, realiza esta ceremonia con amor, con un alto sentido
esotérico y sobre todo con un profundo respeto es que Finalizo mi exposición dedicándoles
esta Frase:

Cada vez que encendemos las Velas los Obreros del Egregor se encuentran unidos
para fortalecer su voluntad y reforzar su perseverancia, para dedicarnos al cultivo
de la virtud y la busquedad de la verdad.

Ariel M. Ocaña - MM Logia Obreros del Egregor Nº515

El Egregor o Egrégora masónica 

“Entre las consecuencias que ella podría comportar, está sobre todo ese fenómeno psíquico
y místico de la formación de una egrégora en el seno de una asamblea de discípulos
fervientes y unánimes, fenómeno que estaría en condiciones de elevar el espíritu de los
participantes hasta una suerte de trascendencia que, gracias a su participación,
multiplicaría las posibilidades de intuición y de comprensión.” René Guenón

“Egregor” [Del griego Egregoroi] significa velar. Egrégora también proviene del mismo
término y designa la fuerza generada por la sumatoria de las energías físicas, emocionales
y mentales de dos o más personas cuando se reúnen con cualquier finalidad.
Los diccionarios no registran el término egrégora, del griego "egregorien" (vigilar). Sin
embargo Rizardo da Camino, en su Diccionario Masónico, se refiere a esta realidad sensible
y actuante como el "Cuerpo místico que se forma con sus propias peculiaridades, cuando
todos (los oficiantes) se unen con las mentes para el acto de crear". También se podría
definir como una especie de "mente global" de cierta autonomía, que está conformada con
los sucesivos aportes de los participantes afines a un cierto lugar o estudio; algo similar al
concepto del inconsciente colectivo de Jung.
 

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Se le conceptúa esotéricamente como un ente primordial formado por una agrupación de
almas en un todo de sustancia mental o psíquica. Los antiguos consideraban a la Egrégora
un ser vivo con fuerza y voluntad propias generadas a partir de sus creadores o
alimentadores pero independiente de las de cada uno de ellos.
En el plano racional a los Egregores se les entiende como formas psíquicas que tienen que
ver con estados de conciencia humanos. Es un 'ser psíquico' de carácter colectivo; un
campo de influencia común, es un fluir sutil, invisible y elástico que ocupa espacios y que
transmite energías creadas por un modo de pensar, de sentir o de actuar de los seres
humanos. Es un “ente” real, sensible y actuante, aunque imponderable, que permite tener
a los corazones sintonizados.
Es un alma grupal, un arquetipo que dirige el destino de la comunidad. Es innegable su
poder por la consolidación de lazos entre el individuo y el grupo integrando al primero a un
registro del inconsciente colectivo. Si algunas personas se reúnen y emiten vibraciones
fuertes e idénticas por pensamientos de la misma naturaleza, formarán uno por energía
positiva o negativa, según sea el genero de los pensamientos emitidos, el Egregor creado
con nuestros pensamientos, sentimientos y emociones y de acuerdo a ellos, reaccionará
sobre nosotros. Es decir; todo impulso vital o substancial que surge de individuos o de
comunidades produce una reacción en el espacio que provoca la forma psíquica de un
Egregor, que se establece alrededor de las personas, de los hogares, de templos, de
instituciones, etc, y por el que se puede percibir las condiciones y carácter de los mismos.
Si consideramos que hay tres planos de existencia: el plano físico o material, el plano
mental o metafísico y el plano espiritual, también existen tres tipos de vibraciones, la más
baja la del plano material y la más alta que corresponde al plano espiritual. Obviamente así
como en el plano físico no todo lo que existe posee la misma vibración, en los demás planos
también hay diferencia vibracional. En el Universo entero no hay nada que esté inmóvil y
quieto sino que en realidad está todo continuamente vibrando y en movimiento. Cualquier
pensamiento (positivo o negativo) es energía que sale de nosotros hacia el mundo exterior
para dar forma a lo que hemos pensado. En su camino se une con pensamientos similares
de otras personas y se fortifica, una vez que es lo suficientemente fuerte, regresa a quien
lo creó. Una perfecta comprensión de este principio habilita al estudiante hermético a
controlar sus propias vibraciones mentales, así como las de los demás.
El Egregor formado por el poder de los ritos, de las ceremonias litúrgicas y de meditaciones
llevadas a cabo regularmente por las distintas religiones, sociedades y escuelas esotéricas
de entrenamiento espiritual del mundo determinan estados psíquicos con gran influencia
que afectan el ambiente particular de tales comunidades y también sobre otras conciencias
generando un fenómeno psicológico vivenciado como un despertar espiritual. Así, se
aprecia una elevación o dignificación de la conciencia. Estos Egregores son deseables,
necesarios, y es lícito pretenderlos como cohesión iluminada. Por el contrario, existen otros
negativos que son generados por actos de egoísmo, por la incapacidad de aceptación del
bien y de rechazar al mal. Estos Egregores son los más numerosos y los que
frecuentemente nos encontraremos cruzados en el camino hacia la máxima elevación
espiritual en donde se busca la paz, la serenidad y la comprensión.

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El Egregor, siendo básicamente una creación mental -ya sea en un sentido positivo o
negativo- ofrece la particularidad de estar dotado de una conciencia embrionaria con
capacidades de acción y de reacción, así como de un alto espíritu de supervivencia. Tiene
capacidad de absorción de las energías y también de expansión de las mismas, oponiendo
resistencia a las fuerzas que tratan de destruirle. Los Egregores influyen muy directamente
en la historia humana estructurando ambientes psíquicos que determinan el grado de
civilización y cultura. Jesús formó el Egregor del cristianismo Hitler el del nazismo.
El masónico aparece en las logias durante el trabajo, por ello, sería aconsejable que el lugar
esté exclusivamente dedicado para el oficio masónico y que la tenida se lleve a cabo tanto
en el desarrollo del Ritual como en las intervenciones personales en completa armonía. La
Egrégora masónica atribuye a los trabajos un carácter místico, diferenciándolos de otros
tipos de reuniones, por tanto, al ingresar en el Templo, los miembros deberían dejar todo
pensamiento y actitud profana fuera. Los Aprendices, Compañeros y Maestros, superando
el papel de simples espectadores, deberían estar dispuestos a realizar aportes de actitud y
opinión constructiva que producirán una especie de vibración involucrada que constituirá un
Egregor particular al que nos conectaremos mental o emocionalmente, alimentándolo, al
mismo tiempo que nos alimenta a nosotros en un constante equilibrio.
Si nuestro trabajo en el Taller se limita al simple ejercicio mímico del Rito, si evidenciamos
una actitud desapegada y sin sentido ceremonioso, si nuestra intervención es una simple
exposición de palabras vacuas, una logomaquia sin sentido, si nuestro pensamiento se
enroca perezosamente en la rutina y desprecia aspiraciones elevadas; entonces estaremos
contribuyendo a la formación de un Egregor que sumado a otros con igual actitud
aumentará su fuerza y provocará el fracaso de los trabajos.
Cuando un hermano realiza su honesto aporte masónico puede generar una vibración
poderosa que se propagará libremente por el silencio de algún alma opacada estimulando
su reflexión. Imaginemos a la totalidad de hermanos trabajando con similar disposición y
será fácil augurar un futuro provechoso para ése templo.
Hay logias en las que sus características peculiares perduran a pesar de los individuos que
entran y salen de ella, el taller tiene su alma, su Egregor, formado por todos los que
participaron en las Tenidas, también por su embellecimiento y cuidado, que deben ser
permanentes. Así, el Templo puede ser sencillo pero debe estar escrupulosamente limpio,
decorado con buen gusto para estimular la emoción artística, porque el arte y la belleza son
fundamentales para la evolución del Egregor de la Logia. Deberían evitarse la murmuración,
los gestos poco fraternales. Sería deseable por parte de todos los hermanos que sus
trabajos estén regidos por los pensamientos más elevados y con las palabras más
respetuosas y afectuosas. Convendría que las tenidas fueran constantes y regulares con
asistentes sinceros y entusiastas con los trabajos de la Logia.”

Preguntas Orientativas

1 ¿Cuándo se crea la G.·.L.·.U.·.I.·.?


2 ¿Cuándo se crea nuestra G.·.L.·.?
 

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3 Desde el punto de vista iniciático: ¿qué es la libertad? ¿qué es la igualdad? ¿qué es la
fraternidad?
4 ¿Qué fiestas patrias debemos obligatoriamente conmemorar en nuestras TTen.·., según
los RR.·.GG.·.?
5 ¿Qué son los solsticios y los equinoccios y qué simbolizan?
6 ¿Qué partes del ritual no pueden omitirse jamás para no invalidar todo lo ocurrido
durante una Ten.·.?
7 Como se Nutre y como se define la institución Masónica?
8 que son los Reglamentos Generales y los Reglamentos Particulares?
9 ¿Qué simboliza el cuarto de reflexión?
10 ¿Esplique el significado de V.I.T.R.I.O.L.?
11 ¿Qué significa “profano”?
12 ¿Qué es un recipiendario?
13 Cuales son los elementos que encontramos en la cámara de reflexión, que simbolizan.
14 ¿Qué simboliza la Iniciación?
15 ¿Cuáles de los cuatro elementos primordiales (tierra, aire, agua y fuego) están
presentes en la iniciación y en qué momento?
16 ¿Qué simboliza la soga al cuello durante la Inic.·.?
17 ¿Qué simboliza la espada apoyada sobre el pecho durante la Inic.·.?
18 ¿Qué simboliza la venda que se le coloca al recipiendario?
19 que simboliza el 1º Viaje simbólico, en la iniciación?
20 De la palabra del evangelio Busca y encontrareis, pedid y se os dará y tocad y se os
abrirá que nos podéis decir?
21 ¿Qué simboliza la palabra sagrada?
22 ¿Cómo fuisteis iniciado masón?
23 ¿Dónde os hicieron masón?
24 ¿Cuándo os hicieron masón?
25 ¿Qué simboliza la marcha?
26 ¿Cuáles son las partes del mandil y qué simboliza cada una y el todo?
27 De donde venís? - Que representa esa expresión?
28 ¿Qué simbolizan las 7 estrellas del cuadro de dibujo?
29 ¿Cuál es la dimensión del Tem.·.?
30 Que relación encuentra entre el templo y el cuerpo humano?
31 ¿Qué significa L.·. y que representa?
32 ¿Qué es el Templo y qué simboliza?
33 Sabiduría, Fuerza y Belleza donde están Representadas?
34 ¿Qué simboliza la escalera de Jacob?
35 ¿Cuáles son las joyas de las tres luces menores y qué simbolizan?
36 Cuáles son las tres grandes luces de la masonería y cuáles son las tres luces de la logia,
o pequeñas luces.
37 ¿Explique el pavimento de mosaicos?
38 ¿Que es la Virtud?
39 ¿Explique las Virtudes cardinales y las teologales, y cuáles son sus símbolos?

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40 ¿Describa las particularidades del simbolismo M.·.?
41 ¿Cuáles son las herramientas del aprendiz, que simbolizan?
42 ¿Qué simboliza el mazo, cincel y la regla de 24 pulgadas?
43 ¿Qué simboliza la plomada y el nivel?
44 ¿Qué simbolizan los tres puntos?
45 ¿Qué simboliza el triángulo equilátero y el ojo en su interior?
46 Explique que simboliza y que representa cuadrar el Templo.
47 ¿Defina Rito? ¿En qué Rito trabaja nuestra L.·.?
48 En la columna de AApr.·. debe dejarse un lugar vacío. ¿Cuál es y por qué?
49 Dónde se colocan los aprendices y por qué?
50 ¿Cuál es el trabajo del aprendiz?
51 ¿Cuáles son las joyas fijas?
52 ¿Cuál es el trabajo masónico?
53 ¿Donde y porque reciben el salario el Apr.·.?
54 ¿Cuales son los tres deberes del Apr.·.?
55 ¿ Cuales son las tres obligaciones del Apr.·.?
56 Donde dirige sus pensamientos el iniciado?

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