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AL:.G:.D:.G:.A:.D:.U:.

Resp:. Log:. “Juan Manuel Cajigal N° 177


Regularmente constituida el 21 de Marzo de 1971
Instalada el 19 de Junio de 1971
Bajo los auspicios de la Muy Resp:. G:. Log:. de la Republica de Venezuela.
Masonería Universal - Familia Venezolana R:.E:.A:.A:.
Or:. De Barcelona – Anzoátegui

S:.F:.U:. – L:.I:.F:.

NUESTRA SEGUNDA VIGILANCIA

V:.M:.
Ex – V:.M:.
Q:.H:. Prim:. Vig:.
Q:.H:. Seg:. Vig:.
QQ:.HH:. Todos.

Realizado Por:
Q:.H:. 2do. Vig:. Rafael E. Viaje P.

Barcelona, 01 Noviembre de 2017, E:. V:.


Nuestra Segunda Vigilancia.
Durante casi dos años continuos mis hermanos me han confiado la delicada tarea de
poseer la investidura de Segundo Vigilante de mi logia, dignidad ésta de suma
importancia ya que es el receptáculo de la piedra bruta seleccionada en la gran
cantera humana para que sea trabajada con la Voluntad del Mazo y la inteligencia,
guía y delicadeza del Cincel para que pase ésta a formar parte del Templo Universal
construido por los Masones AL:.G:.D:.G:.A:.D:.U:. y en bien general de la humanidad.
Es allí, que hoy en ésta penúltima tenida ordinaria de aprendices comparta esta
reflexión sobre Nuestra Segunda Vigilancia.

La Francmasonería Universal es, en esencia, una institución eminentemente


formadora, docente por excelencia, y en eso creo firmemente, una docencia
consagrada a través de los siglos a la noble y generosa tarea de plasmar un tipo ideal
de hombre, culto, solidario y fraternal, amante de la verdad, libre de prejuicios, de
dogmas, amante de su patria y fiel a las leyes del país en que el GADU lo destinó a
vivir. Este carácter docente que le caracteriza y del cual recibí el mejor ejemplo de mis
predecesores y en el cual en forma reciproca he colocado gran parte de mis energías,
nos impone el apremiante deber de preocuparse de todo cuanto se dice relacionado
con los procesos educativos y, sobre todo, entender con claridad el significado e
importancia de la educación en el individuo y la influencia de ésta en la sociedad en la
que vivimos.
La Francmasonería centra su interés en el individuo y en la sociedad; y es a través del
primero (el individuo), correctamente formado, que pretende mejorar y perfeccionar la
humanidad, no es de otra forma. Con la comprensión y entendimiento de éste
propósito debemos fijar los limites de acción de nuestra Orden, para no actuar en el
mundo exterior como manifestación evidente de su voluntad, sino que a través de la
inspiración en sus más profundos ideales podamos estimular a la acción de sus
miembros en las tareas de progreso, de bienestar, de dignidad de las personas y de
las agrupaciones que estas conforman en su vida en sociedad. De la eficacia, del celo,
fervor y constancia con que se lleve a cabo esta obra depende en gran medida el
destino de cada uno de los neófitos que ingresen en nuestra orden. ¡Ah tarea la de ser
maestro!!!
Quienes tenemos de una u otra forma la responsabilidad de impartir docencia en los
talleres y en especial en el caso de los recién iniciados, debemos tener claramente
establecido cuales son los fines y cuales son los medios o recursos de que
disponemos para esta acción educativa. Es Deber de los Maestros trabajar en éste fin
común y salvaguardar a nuestra orden en no generar la confusión mezquina a la que
no escapan muchos talleres, lo cual trae como consecuencia ineficacia o pobreza en la
acción formativa y el desencanto y alejamiento de nuestras columnas de muchos
elementos valiosos que no supimos o no fuimos capaces de retener. No olvidemos
que el profano, mediante la iniciación, nace a una nueva vida y que corresponde a la
Masonería prepararlo y capacitarlo para " vivir" esta nueva vida; además, es necesario
destacar que el masón no solamente ha de "vivir" sino que ha de "convivir", lo que
supone un autentico proceso de interacción y reciprocidad en la cantera donde una
vez fue extraído, que equivale a convertir lo individual en colectivo el “Yo” en
“Nosotros” para de ésta manera transformar la sociedad. Así, que el Simbolismo es un
proceso de formación iniciático, partiendo de aprendiz, pasando por el de compañero
hasta alcanzar la madurez masónica que le confiere la maestría. Todo lo anterior nos
señala la complejidad del que hacer masónico en la docencia y la urgencia que no
admite excusas de tiempo ni postergación, ya que nuestro país necesita y le urge de
Masonería, de formar hombres justos y competentes prestos a la reconstrucción Moral
de nuestra sociedad sin politiquerías y con pleno conocimiento de restauración de su
fachada ahondando desde sus cimientos hasta la cúspide de sus capiteles. En tal
sentido, debemos seguir el impulso que hemos tomado y ésta vez con más ahínco,
reconociendo la necesidad de crear mas y mejores medios logiales de encuentro
(cámaras de instrucción, foros, conferencias, conversatorios, congresos entre otros) y
seguir en la formación de mejores instructores masónicos que aseguren que el
ambiente en el que ha de convivir el iniciado, sea real y efectivamente educativo y sus
instructores naturales o vigilantes sean de la mas alta calidad y eficiencia, de sólida
cultura, con dominio de la filosofía de nuestros grados, es decir, una efectiva aptitud
docente.

El Segundo Vigilante tiene el deber de velar con celo por los aprendices, que se
encuentran desbastando la piedra bruta en el plano de la logia, o lo que es lo mismo,
en el plano de la vida real, donde son recibidos los materiales provenientes de la
cantera humana, invitándonos al incesante camino del trabajo haciendo uso adecuado
de la inteligencia, el pensamiento y la sabiduría, como facultades innatas del hombre,
que han quedado grabadas indeleblemente, dentro de la conciencia humana; en
consecuencia, es necesario principiar por estudiar nuestro carácter, conocernos a
nosotros mismos como decían los antiguos, con el principal objetivo de modelar
nuestro entendimiento, cultivar nuestras facultades intelectuales, y develar todos
nuestros atributos divinos para comprender nuestra verdadera misión en la vida, y
educar convenientemente nuestro espíritu de lucha a fin de lograr forjar nuestro propio
destino en bien de la humanidad.

Durante este período de aprendizaje se hacen conocer al neófito las leyes, usos y
costumbres de la Francmasonería y se le dispone de herramientas para que sea
filántropo, estudioso, constante y prudente. Así solamente, el hombre equilibrado en el
plano espiritual, intelectual y físico, puede combinar sus pasiones en beneficio de su
eterna evolución y la de sus semejantes. Cada hermano comprende a su ritmo y a su
tiempo el proceso de lucha interna en el que se encuentra y reafirma su propósito de
vida, se hace consciente de las pasiones que lo dominan y que pueden hacernos
infelices; iniciando así el camino a dominarlas o dirigirlas inteligentemente, surgiendo
en el adepto el verdadero proceso de transformación iniciática que nos ha propuesto la
iniciación masónica.

La Francmasonería enseña al recién iniciado un repertorio de principios, que su origen


escapa al final de los tiempos, uno de ellos, y quizás el primero de los elementos
místicos que se nos enseña, cuando somos iniciados, es el de la fraternidad, que se
traduce en alentar en el adepto recién ingresado y reafirmar en sus miembros más
antiguos el cariño y amor mutuo basado en la solidaridad, condiciones fundamentales
para que la libertad y la igualdad no se nos conviertan en una ilusión utópica; según
éste principio; quiere a tu hermano, que no sea una carga para ti, reconócelo como tal,
hazte su amigo, ayúdalo en sus necesidades materiales, espirituales e intelectuales en
cuanto te sea dable, respétalo y respétate en todo el sentido amplio de la palabra y
cuando lo veas caído, tiende tu brazo bienhechor para levantarle, en pocas palabras,
cumple con tu juramento.

Para finalizar, les reitero la necesidad hermanos míos, de perseverar en nuestros


propósitos de auto formación, labrar nuestra la piedra bruta a través de una docencia
activa; dinámica e inspiradora por parte de los vigilantes y de todos y cada uno de los
maestros masones de nuestra logia, partiendo principalmente por el ejemplo de lucha
por la justicia, la paz y la solidaridad, pues de este modo serviremos a los elevados
designios de nuestra institución masónica, que al recibirnos en su seno nos confió un
legado, un patrimonio moral y espiritual que ante el Ara “Santuario de nuestra
conciencia” juramos defender y dignificar, mediante nuestro esfuerzo personal y
consagración para el logro de una superior convivencia humana.
Esta reflexión no es más que el resultado de mi propio proceso de aprendizaje, del
trabajo tesonero en la Columna del Norte, en ese primer grado que cuando llegamos a
maestros añoramos regresar una y otra vez por la protección que recibimos. Es el
resultado de mi experiencia en dos años de arduo trabajo sobre mi piedra bruta, es
resultado de todas las protuberancias que he tenido que tallar con Mazo y Cincel y que
hoy nuevamente me comprometo a seguir trabajando. A mis hermanos aprendices
sólo me resta decirles Gracias, Gracias por todo el aprendizaje que me han brindado,
por todo su cariño, les reitero lo que siempre les he dicho; quiéranse, fortalezcan esa
cadena fraternal y háganla indestructible, ayúdense, sean fraternos, respétense
mutuamente, sean comprometidos y disciplinados en su propio proceso de
transformación, tallen su piedra, no la de su hermano, practiquen la verdadera y más
pura caridad con su prójimo cumpliendo con su deber, si así lo hacen hermanos míos
y llevan la masonería a su corazón, habrá nacido para ustedes una verdadera alianza,
una familia universal de magnitudes incalculables que siempre estará presta,
dispuesta y con los brazos abiertos a recibirlos, a protegerlos y a brindarles su amor
fraternal.

Es Cuanto.

Q:.H:. Rafael Eduardo Viaje Pino


2do. Vig:. R..L:. “Juan Manuel Cajigal”
Períodos: 2015-2016 / 2016-2017

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