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Manuela Y Bolivar:

¿El amor como acción


politica o la politica como
acción del amor?

«No sólo se controla a las poblaciones


mediante el miedo. Todo indica que
en los comienzos de todas las grandes
civilizaciones, incluidas las moder-
nas, hubo inauditos derroches de
amor» (Tarde, 1903:202 en Lindholm,
1990:70)

Dedicado a mi nieta

Maria José Bonilla Ríos


Cuando Eros está ausente, el logos deja
de ser conocimiento real y profundo y
se transmuta en una colección de datos,
¡nada más!, afirma Alan Badiou citando a
Byung-Chul Han.

En el amor reside la conservación del


género humano, paradójicamente en el
amor, hay entrega total con una enaje-
nación del sí mismo, por la otredad un
desconocido al que se accede sin im-
portar lazos sociales, ni de parentesco,
quienes se aman son capaces de supe-
rar y arrojar por la borda los prejuicios
morales y sociales, los límites de clase,
diferencias de edad, cultura, ideologías,
luchas sociales, religión o nacionalidad
en la búsqueda de su media naranja que
permita la unidad en la distinción.

Al reconocer la existencia del otro, su


diferencia, la imposibilidad de apre-
henderlo y convertirlo en objeto, res-
petando la alteridad y convirtiéndola
en motor del vínculo, se hace del amor
y el erotismo unidad inseparable ga-
rantizada por la necesidad del otro -es
entre dos- como florece talla el amor. Lo
contrario es “solo sexualidad narcisista,
genitalidad sin destino más allá del ins-
tante fugaz” por eso un mundo emerge
cuando dos se besan dice don Octavio
Paz.

Los Diarios perdidos de Manuelita Saenz y otros pape-


les, recopilados por Carlos Álvarez Saá
Foto en Barcelona, España 2016

El otro no se experimenta como una dismi-


nución, sino como «exaltación, éxtasis y
exageración del yo» (Chasseguet-Smirgel,
1976:356 en Lindholm, 1990: 242). A pesar
de sentir al otro como “un ser superior”, lo
que con él suceda, los éxitos que tenga
se consideran propios y se disfrutan de la
misma manera.

Esta carta escrita por Bolívar a Manuelita


en medio de un importante congreso; ex-
presión de la enajenación, el amor está por
encima de las responsabilidades históricas
y políticas, pero eso es paradójicamente su
gran valor, la cartas entre esta pareja que-
dan como constancia erótica, para superar
la distancia que durante esos largos años
lo mantendría alejados por sus responsa-
Sin Fecha

Manuela:

Llegaste de improviso, como siempre. Sonriente. Noto-


ria. Dulce. Eras tú. Te miré. Y la noche fue tuya. Toda.
Mis palabras. Mis sonrisas. El viento que respiré y te
enviaba en suspiros. El tiempo fue cómplice por el tiem-
po que alargué el discurso frente al Congreso para verte
frente a mí, sin moverte, quieta, mía…

Utilicé las palabras más suaves y contundentes; sugerí


espacios terrenales con problemas qué resolver mientras
mi imaginación te recorría; los generales que aplaudie-
ron de pie no se imaginaron que describía la noche del
martes que nuestros caballos galoparon al unísono; que
la descripción de oportunidades para superar el proble-
ma de la guerra, era la descripción de tus besos. Que los
recursos que llegarían para la compra de arados y caño-
nes, era la miel de tus ojos que escondías para guardar
mi figura cansada, como me repetías para esconder las
lágrimas del placer que te inundaba.

Y después, escuché tu voz. Era la misma. Te di la mano,


y tu piel me recorrió entero. Igual… que los minutos
eternos que detuvieron las mareas, el viento del norte,
la rosa de los vientos, el tintineo de las estrellas colgadas
en jardines secretos y el arco iris que se vio hasta la me-
dia noche. Fuiste todo eso, enfundada en tu uniforme de
charreteras doradas, el mismo con el que agredes la tor-
peza de quienes desconocen cómo se construye la vida.

Mañana habrá otra sesión del Congreso. ¿Estarás?

Simon”
bilidades, pero una y otra vez cuando se reúnen, ta hija después de perder cuatro hijos y a su espo-
en medio de la pasión, hay también dos estadis- so el héroe el héroe Manuel Padilla, las mexicans
tas, una consejera, una estratega que va a permi- Gertrudis Bocanegra de Lazo de la Vega, María Ig-
tir a Bolívar tener la mirada femenina para pro- nacia Rodríguez de Velasco y Osorio Barba, Leona
seguir su lucha, y precisamente algunos de los Vicario Fernández de Quintana Roo. Esta es una
importantes errores cometidos por el Libertador, lista inconclusa a manera de ejemplo del papel a
son producto de no dar la importancia adecua- lo largo de la geografía americana de la presencia
da al consejo de Manuela. Alguien afirmó alguna femenina: notoria y decisiva
vez que Bolívar no era un hombre del siglo XIX, La mayoría de mujeres tienen un final similar: La
olvidó decir que tampoco lo fue Manuela, los dos muerte la sorprende abandonadas en el anoni-
fueron adelantados a su tiempo, pero en una so- mato y la pobreza. Si además de la condición de
ciedad patriarcal es importante resaltar el papel mujer se agrega la de negra, la historiografía pa-
futurista, como ejemplo para las mujeres del si- triarcal las excluye de manera radical, entre ellas
glo XX y XXI. citaremos cuatro unidas de por vida al libertador
y Manuela: La negra Hipolita-Bolivar quien lo ama-
Rescatar la historia de Manuela, es rescatar la his- manta y lo cría; prueba de ello es la carta de Bolívar
toria de las mujeres en la gesta libertadora, tarea a su hermana María Antonia desde Cuzco-en julio
por hacer. No hubo una Manuela, ni dos, ni tres, de 1825 
fueron una gran cantidad de mujeres, negras,
indias, criollas, mestizas, blancas, quienes estu- “Te mando una carta de mi madre Hipólita, para
vieron también a la cabeza de la lucha por la li- que le des todo lo que ella quiere; para que ha-
bertad, tal vez no se logró como la soñaban, pero gas por ella como si fuera tu madre, su leche ha
una lista interminable entre las que figuran otra alimentado mi vida”. http://www.programaacua.
vez una Manuela, de apellido Beltrán, la prime- org/index.php/acua-ar/1557-hipolita-bolivar-la-no-
ra mujer insurgente de la gesta comunera, a ella driza-y-fuerza-afro-del-libertador-simon-bolivar,
debe agregarse entre muchas otras a Josefa Bara- y la extraordinaria Matea quien se encarga de su
ya, Petronila Nava, Petronila Lozano, Gabriela Ba- cuidado y educación y participa con él en la lucha,
rriga, Carmen Rodríguez, Eusebia Caicedo, Josefa muere a los 113 años de edad, sus restos reposan
Santamaría, María Acuña,  Josefa Lizarralde, Jua- en la cripta de Bolívar, donde ella misma del brazo
na Robledo, Mercedes Mariño, Policarpa Salava- del presidente de turno casi medio siglo después
rrieta, a heroína mexicana Leona Vicario, Micaela llevo los restos del Libertador. De ella es el arrullo:
Bastidas-esposa de Tupac Amaru ahorcada en
Cuzco junto a Tomasa Condemayta, capitana de Similar situación se presenta con las dos grandes
un heroico batallón de mujeres, M.ª Andrea Para- compañeras de Manuela: Nathan y Jonatas llegan
do de Bellido, Francisca de Zubiaga de Gamarra, a la vida de Manuela Sáenz, para mitigar su sole-
la Mariscala peruana, feminista y escritora que dad como un “regalo” de su padre Simón Sáenz-
luchó junto a su marido, Bartolina Sisa guerrera “las dos negras bonitas, graciosas, llenas de cantos
aymara que lideró casi 40,000 indígenas junto a y risas, venían a llenar todos los espacios de cari-
su esposo, Túpac Katari, Juana Azurduy-teniente ño y amistad que podían faltarle” sin importar ser
coronel, quien combatió embarazada de su quin-
Canto de arrullo de Matea
al nino Simon

Duélmete mi niño

Mi niño Simón

Que allá viene el coco

Con un carrerón,

Mira que tu mae

Con tus hermanitos

Salió a San Mateo

Salió tempranito.

Duélmete Simón

De mi corazón

Te doy mazamorra

También papelón

Tú si eres inquieto

Mi niño por Dios.

Arroró mi niño
“mujeres esclavizadas” se convierten en sus parte de la vida, teniendo una mirada limitada y
hermanas, amigas, confidentes, consejeras, un entendimiento pobre de la naturaleza del sen-
compañeras en el arte de montar a caballo, timiento mismo, al considerándolo una parte de
maestras en el chiste rápido, la buena con- la vida y no su manifestación más esencial-como
versación, el encontrar agua, exploradoras en afirmaba Leon Tolstoi-. Pero quienes no entien-
el arte de avanzadas militares, Maestras en el den la vida afirman “..se trata de un sentimiento
arte de no parir esclavos “por medio de ritua- que aparece rara vez, dura poco, y es seguido de
les, cantos y brebajes las declaro protegidas… grandes sufrimientos…”;en realidad el amor es el
listas para iniciarse en los placeres y gozos: único sentimiento que resuelve las contradicio-
Mama Antonia”; espías durante la campaña nes de la vida generando un bienestar
libertadora transitaron por la vida como som-
bra protectora de Manuela hasta su último En el sentimiento amoroso hay algo especial, ca-
suspiro en exilio caluroso del puerto de Paita. paz de resolver todas las contradicciones de la
Como afirma, Andrés Felipe Blackborne: “Mu- vida y darnos la felicidad, motivo y motor a partir
jeres que conquistaron a hombres, que horas del cual emerge nuestra vida.
después tuvieron que enterrar, mujeres de re-
belde dignidad, que resisten, luchan y aman
por su libertad”.

Queda la constancia del papel -minimizado


por la historia- de la mujer por su esfuerzo y
mérito propio. Es importante recalcar que Bo-
lívar y Manuela se conocen en la cúspide de
sus vidas y cada cual había construido su pro-
pia historia y su propia gloria, el General San
Martin la había condecorado antes de conocer
a Bolívar y el fuego de la batalla en Pichincha
calentaba todavseraste contexto emerge la
pregunta ¿e de sus ojos

l General San Martin la habia yoria xilio calu-


droso del puerto de Paita.tenteía los fusiles,
como antesala al cruce de miradas, que los
dejo embrujados hasta después de la muerte.
Sobre este relato propongo la siguiente conje-
tura: El amor es la manifestación más esencial
de la vida, pero las personas lo consideran una
“sé que este señor me necesita, lo sé, y yo también a él; ambos formamos un circulo de sentimiento
donde la seguridad va en busca del refugio del otro. Lo que sé hasta ahora me dice que tengo razón y
que mi inmadurez da la suficiente garantía que un hombre de la valía del S.E. se fije en Mí” y al remon-
tarnos a 1822, el día que Manuela escribió en su diario:

“El día que me enamore, junio 22 de 1822: Me di perfecta cuenta que en este señor hay una gran necesidad
de cariño, es fuerte pero débil en su interior de él, de su alma donde anida un deseo incontenible de amor.
S.E. trata de demostrar su ánimo siempre vivo pero, en su mirada y su rostro se adivina una tragedia.
Me comentó de que se sentía en el cenit de su gloria de el, pero que, en verdad (y esto lo digo muy en
serio) necesitaba a alguien confidente y que le diera seguridad.”

La relación entre Bolívar y Manuela se forta-


leció por la capacidad de la intuición femeni-
na, su convicción en la lucha, su cultura y su
formación militar, una mirada supere el rela-
to patriarcal de un héroe, el libertador que
“seduce” a una “doncella más” es necesario
comprender la dimensión humana, cultural
y del corazón femenino de Manuela Sáenz.
Durante su primer encuentro, Bolívar decla-
mo varios de los clásicos griegos a los cuales
prosiguió Manuela impresionado a Bolívar,

“Entonces me cortó y empezó a recitarme en perfecto latín a Virgilio y Horacio. Hablaba de los
clásicos como si los hubiera conocido. Yo lo miraba y escuchaba entusiasmada y cuando tuve por fin
la oportunidad le respondí dándole citas de Tácito y Plutarco, cosa que le llamó mucho la atención
quedándose casi como mudo y asintiendo de mis pobres conocimientos, con la cabeza y diciendo "Sí,
sí, si eso es; si, sí, sí"”
De igual forma en palabras de Alexander Ruden, cón-
sul de Estados Unidos en el puerto peruano de Paita

“esta mujer tan observadora e inteligente, estudiosa de los clásicos, y quien hablaba un inglés
fluido” pero además de una mujer de gran cultura, “Habla, lee y escribe en inglés y francés.
Lee a los autores griegos y romanos en su propia lengua. Conoce las obras de los filósofos
y pensadores de su época. Une a ello, una gran belleza y extraordinaria sensualidad, nervios
de acero, manejo de pistolas y espadas. Su lema: "yo no vivo de los prejuicios de la sociedad."
Le gusta vestir de hombre y usa la varonil agua de verbena. No conoce términos medios ni
grises. "Amor u odio" "Amiga de mis amigos, enemiga de mis enemigos" repite siempre.
Camina siempre al borde del abismo.” La más hermosas cartas de amor en Manuela y Simón, Venezuela,
2010. Pág. 121.

Una mirada que supere el Patriarcado, po-


drá dar a Manuela su dimensión de persona
extraordinaria en el contexto de la época en
que nació y vivió. Hija “natural”, recibe su pri-
mera formación de monjas en un claustro,
se casa a los 20 años-pero nunca amará a su
marido, lo hace para huir de la sociedad Qui-
teña y su perjuicios por eso viaja encantada
a Lima. En compañía de dos mujeres extraor-
dinarias Jonathás y Nathán quien le acompa-
ñan y le cuidan a lo largo de su vida y quienes
componen su célula básica de conspiración
pues son ellas quienes

“le informan de los sentimientos del pueblo”. “Conspira activamente con los patriotas limeños
y espía para ellos. De noche, vestida con sayo y manto, a veces de hombre, pega proclamas
revolucionarias en las paredes de las casas, desafiando a la autoridad del virrey y burlando a
los guardias enviados para prenderla. Se hizo leyenda. Nadie supo que era ella.” https://www.
aporrea.org/actualidad/n160601.html
Antes de conocer a Bolívar, se une a San Martin en el
Perú y entre tantas acciones y leyendas es importante su
trabajo de convencimiento entre el Batallón Numancia
donde sus hermanos eran oficiales y fruto del trabajo

“El Batallón, con sus 996 hombres, se pasa a las filas patriotas. Más tarde, se convierte en
amiga, confidente, colaboradora y espía de San Martín, quien, por los servicios prestados a
la causa patriota, la condecora con la " Orden de Caballeresca del Sol" y le encarga ultimar
los preparativos para la reunión que mantendrá con Bolívar en Guayaquil” https://www.apo-
rrea.org/actualidad/n160601.html

En ese contexto es donde se conoce, con Bolívar, aquel


junio de 1822, cuando lanza la corona, que hace blanco
en el corazón de Bolívar,-no solo física y alegóricamen-
te, sino para siempre- quien al levantar la vista, se entre-
cruzan la mirada donde el espacio tiempo se congela y
la eternidad de un instante es “límite entre el pájaro y
la brisa” y el amor se hace eterno… la atracción de dos
corazones genera el impulso vital para que dos cuerpos
se fundan, vale recordar aquella noche narrada en la no-
vela  “Ahí le dejo la gloria”:

Tras varios días de espera en un Quito asfixiante la cama. Le pareció un buen momento para
que apenas les permitía comerse con las mira- volver con su interrogatorio.
das, el Libertador y su nueva conquista habían
podido por fin enfrentar su destino. Ella se des- —Entonces —desde ese momento la iba a tu-
nudó por completo, como había aprendido a tear—, ahora sí puedes contarme más de tus
hacerlo desde los días y noches con D’Elhuyar, patrióticas misiones en Lima…
pero el general apenas se quitó el sombrero, el
poncho y la chupa, y se bajó los pantalones, para —Señor mío, usted tiene que esforzarse en
echarse luego encima de ella con las botas toda- dos cosas para que yo siga dispuesta a jugar-
vía calzadas. Minutos después y terminada la es- me mi matrimonio en esta cama —le respon-
caramuza, aterida por los sablazos de frío que se dió ella—. La primera es preguntar menos.
colaban por debajo de las hojas de la puerta del Y la segunda, desempeñarse en el amor sin
cuarto, ella le pidió a Bolívar que la cobijara con tantas prisas.- http://www.semana.com/nacion/articulo/
el poncho. El Libertador se levantó de un salto, la-primera-noche-Manuela-bolivar/337670-3
cubrió la rosada desnudez de Manuela y, des-
pués de ponerse la chupa, se sentó al borde de
El encuentro entre San Martin y Bolívar en Guayaquil
fue posible por Manuela Sáenz y Rosita Campusano,
en la muchos parajes de la historia queda en el am-
biente que las mujeres solo bordaron las banderas.
Durante las casi tres semanas que Bolívar permanece
en Quito, se tuvo el tiempo para profundizar en los
temas políticos, diplomáticos y militares, la reunión
sobre el “llamado asunto de Guayaquil” donde debía
defin irse la anexión del importante puerto a Perú o
Ecuador, el conocimiento de Manuela Sáenz sobre San
Martin le daría le ventaja estratégica a Bolívar sobre
esto y así esos dos grandes egos llegarían a un acuer-
do. Como antes lo hizo, aquel 13 de julio cuando el
libertador llega al Puerto, pide consejo una vez antes
de la reunión a Manuela quien le dice:

“Vaya usted en persona e impresione a esos indecisos, acójalos bajo su protección de la Republica
de Colombia y encárguese usted mismo del mando militar y político de ese puerto y su provincia
(...) A San Martin le interesa Guayaquil, claro; no lo merece. Es ceñudo, está siempre preocu-
pado por la responsabilidad de él. Más parsimonia no se haya en otro hombre cuando habla.
Es flemático (metódico), lo mismo sucede cuando escribe (...) Además de todo, el General San
Martin es ególatra y le encanta la monarquía, y es mojigato. (...) Disponga usted de cualquiera
de estos atributos, además de que él presentará la dimisión por su propia cuenta.” (Sáenz: 1846).

Dos décadas después desde el destiero,


Manuela dejaría registro en su diario:

“Cuando surgió́ el asunto de Guayaquil, yo ya conocía bien al General San Martin, usé mi amis-
tad con alguno de sus devotos; especialmente con Rosita, para averiguar cosas necesarias a la
causa de anexión de Guayaquil a Colombia.” (Sáenz: 1846).
Producto de la asesoría y el adecuado consejo los ¿Los fanatismos y el egoísmo?, ¿será
tres días de reunión-del 25 al 27 de Julio- entre posible abrazar la fraternidad como
San Martin y Bolívar se ratificaría la integración principio de una nueva filosofía capaz
de Guayaquil al territorio colombiano. de reconciliar la libertad y la igualdad?
¿Será posible poder conjurar el yo por
Resaltar la relación con Santander y el circulo un nosotros, donde las personas exis-
de oficiales de Bolívar, entre ello Córdoba, el tan como tal y no como objetos de la
temor que irradiaba, y como con la muerte del manipulación política, el marketing
Libertador, se produce su destierro confinán- y la más media?. ¿Será que esta tarea
dola en Paita, donde la muerte la sorprendió a solo es posible desde un mundo fe-
las seis de la tarde, no sin antes recibir el ho- menino, que superes y no arrastre las
menaje y los honores de quienes le reconocían cadenas del patriarcado?, ¿Podemos
por mérito propio, ante ella desfilaron Simón encontrar en la historia de las luchas
Rodriguez, Carlos Holguín, García Moreno, Ri- de independencia y lo largo de la his-
cardo Palma, José Joaquín Olmedo, el general toria colombiana ejemplos para lograr
Antonio de la Guerra, Andrés Melgar, Giuseppe aprendizajes afirmativos para construir
Garibaldi, entre tantos otros que la historia no un cotidiano vivir? donde en la otredad
registra. Muchos llegan por curiosidad. Manue- la persona no exista como medio, sino
la no habla del Libertador con ellos. "La Historia como supremo fin, para que la política
no se la cuenta ¡se la hace!" Y allí en Paita se re- actual comprenda que padece del mis-
encontrará con Simón Rodríguez y la encontra- mo mal que la pornografía, donde no
rá la muerte, disfrazada de difteria, un 23 de no- hay amor ni erotismo.
viembre de 1856, a las seis de la tarde. https://
www.aporrea.org/actualidad/n160601.html

Facsímiles

bos versos del Dante que dejara Giussepe Garibaldi a Manuela,


como recuerdo de su visita

En este contexto emerge las preguntas para-


fraseando Lechener, a ¿será posible convocar
a un movimiento social basado en la reivindi-
cación del amor…que se atreva a negar sus
opuestos para devolverle la dignidad y el sen-
tido a la palabra política? ¡Será posible orga-
nizar nuestras pequeñas miserias convertidas
en grandes batallas para encarar la importante
tarea de conjurar la miseria y la ofensiva des-
igualdad? ¿La ofensiva ignorancia deliberada?,

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